Nahir Mariana Galarza fue juzgada por el homicidio doblemente agravado de su pareja Fernando Pastorizzo. El tribunal determinó que Galarza le disparó dos veces a Pastorizzo con una pistola 9 mm, causando su muerte. El tribunal rechazó los argumentos de la defensa de que los disparos fueron accidentales. El tribunal determinó que Galarza es culpable de homicidio calificado y la sentenció a prisión perpetua.
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Nahir Mariana Galarza fue juzgada por el homicidio doblemente agravado de su pareja Fernando Pastorizzo. El tribunal determinó que Galarza le disparó dos veces a Pastorizzo con una pistola 9 mm, causando su muerte. El tribunal rechazó los argumentos de la defensa de que los disparos fueron accidentales. El tribunal determinó que Galarza es culpable de homicidio calificado y la sentenció a prisión perpetua.
Descripción original:
sentencia de Galarza Nahir Mariana delito de asesinato
Nahir Mariana Galarza fue juzgada por el homicidio doblemente agravado de su pareja Fernando Pastorizzo. El tribunal determinó que Galarza le disparó dos veces a Pastorizzo con una pistola 9 mm, causando su muerte. El tribunal rechazó los argumentos de la defensa de que los disparos fueron accidentales. El tribunal determinó que Galarza es culpable de homicidio calificado y la sentenció a prisión perpetua.
Nahir Mariana Galarza fue juzgada por el homicidio doblemente agravado de su pareja Fernando Pastorizzo. El tribunal determinó que Galarza le disparó dos veces a Pastorizzo con una pistola 9 mm, causando su muerte. El tribunal rechazó los argumentos de la defensa de que los disparos fueron accidentales. El tribunal determinó que Galarza es culpable de homicidio calificado y la sentenció a prisión perpetua.
"Que el día 29 de diciembre del año 2017, en un horario indeterminado pero
antes de las 05:18 hs, al encontrarse circulando en el ciclomotor marca brava color gris Dominio 542 JKF, el cual era conducida por el Sr. Pastorizzo Fernando Gabriel, siendo su acompañante en la parte trasera Nahir Galarza, es cuando al llegar a Calle General Paz alrededor del Numeral 515 de esta ciudad, la encartada, procede a extraer de entre sus prendas un arma de fuego tipo pistola calibre 9 mm y dispararle contra la humanidad de su pareja con quien ha mantenido una relación por más de 4 años no conviviente, más concretamente desde la espalda, generando con este accionar que la víctima caiga al piso y en esta posición y de frente la encartada le efectúe un segundo disparo contra el mismo, denotando con dicho accionar claras intenciones de menoscabar la vida de Pastorizzo, porque dichas balas, conforme informe autópsico preliminar tuvieron orificio de entrada y salida produciendo una lesión bronco-pulmonar derecha, produciéndole el deceso momentos después de los disparos mortales”. Luego de haber deliberado el Tribunal y en función de las cuestiones fácticas y jurídicas debatidas durante el juicio, se plantearon las siguientes cuestiones a resolver: Primera Cuestión: ¿se encuentra acreditada la materialidad del hecho tal y como fuera imputado y es la acusada su autora? Segunda Cuestión: en caso afirmativo a la primera cuestión, ¿configura esa conducta algún tipo penal?; ¿concurre alguna eximente?; y ¿es penalmente responsable la acusada? Tercera Cuestión: en caso afirmativo ¿qué pena corresponde aplicarle?; ¿qué corresponde resolver respecto de las costas y de los efectos incorporados? En respuesta a la primera cuestión el Tribunal consideró: De manera previa al análisis de la prueba el planteo formulado por la Defensa Técnica en relación a un posible daño a la garantía del debido proceso. En ese sentido, analizado el curso del proceso, no se ha apreciado afectación alguna al derecho de defensa de la encausada, quien ha contado con los medios y con el tiempo necesarios para preparar su defensa asistida por diferentes letrados durante todo el derrotero procesal. En este orden se ha comprobado que pudo controlar las evidencias recolectadas durante la investigación, analizarlas, argumentar sobre las mismas, como así también proponer contrapruebas para fundar su teoría del caso y que, a su vez, permitan rebatir las pruebas y argumentos de las acusaciones pública y privada. En base a ello el Tribunal entendió que la denuncia de violación al debido proceso formulada por la Defensa Técnica, deviene huérfana de todo sustento fáctico y jurídico, apareciendo como un vano intento en cuestionar un trámite procesal que no presenta un solo atisbo de irregularidad. En consecuencia dicho planteo no puede ser atendido favorablemente. Luego el Tribunal deliberó en relación a los demás interrogantes planteados en la primera cuestión, destacando como no controvertidos los siguientes extremos de la imputación: el fallecimiento de Fernando Pastorizzo, las causas del fallecimiento, las circunstancias de tiempo y lugar en que se desencadenaran los hechos, y la intervención de la imputada en el suceso, para a continuación abordar las demás cuestiones que fueron objeto de disputa entre las partes. En ese orden, valoradas las pruebas incorporadas de conformidad con los principios de la sana crítica racional, al igual que el descargo efectuado por la acusada, hemos considerado que se encuentran acreditadas con el grado de certeza exigida las demás circunstancias contenidas en la imputación. De la valoración del plexo probatorio y teniendo especialmente en cuenta los informes periciales y testimoniales rendidas por los expertos balísticos, conclusiones del informe médico forense, actuaciones policiales y testimonios de los diferentes funcionarios que se hicieran presentes en el lugar del hecho, el Tribunal ha considerado comprobado que Fernando Pastorizzo recibió proveniente de la pistola 9 mm incorporada a la causa, un primer disparo por la espalda a quemarropa, en lo que los expertos describieron como “contacto flojo” entre la boca del arma de fuego y el cuerpo de la víctima. Y un segundo disparo de frente, cuando se hallaba mortalmente herido en el piso con la moto sobre una de sus piernas, el cual ingresó por la parte anterior del tórax, el que fue efectuado a una distancia de entre 20 y 50 cm. entre la boca del arma y el cuerpo del fallecido. También surge de la valoración probatoria de los elementos de prueba antes mencionados, adunado al informe del Comisario Leonhardt y otras evidencias analizadas, que ambos disparos en modo alguno fueron accidentales o involuntarios, sino que se trataron de tiros intencionados y dirigidos a menoscabar la vida de Fernando Pastorizzo como se especificara en la imputación dirigida a la acusada. De ellos surge como lógica consecuencia que ha quedado destruida la hipótesis de la defensa material y técnica que sostuvo que los disparos se produjeron de manera involuntaria. Asimismo, de las probanzas producidas, en particular de los testimonios rendidos, de la prueba documental incorporada, de los informes efectuados en relación a los teléfonos celulares de la víctima y de la acusada, y de otros informes técnicos, el Tribunal ha considerado comprobado con certidumbre que entre ambos existía una relación de pareja. En consecuencia el Tribunal considera haber alcanzado la convicción necesaria para considerar acreditado con el grado de certeza que exige una sentencia condenatoria y fuera de toda duda razonable, la materialidad del hecho y la intervención de la imputada en el mismo, en las precisas circunstancias de tiempo, modo y lugar que fueran especificadas en la imputación formulada por el MPF. Por lo tanto, en lo atinente a la primera cuestión planteada, el Tribunal habrá de pronunciarse por la afirmativa. En respuesta a la segunda cuestión: El Tribunal ha considerado que ha quedado demostrado la concurrencia al caso de los elementos objetivos y subjetivos de la figura penal con la cual el MPF ha calificado el accionar cargado, por lo cual el hecho probado resulta típico en los términos del art. 80, inc. 1º del CPN, esto es, homicidio calificado por ser de una persona con quien ha mantenido relación de pareja. En cuanto a la calificante de alevosía planteada por las acusaciones privadas, no obstante advertir que a partir de los hechos comprobados podrían encontrarse presentes los diversos elementos objetivos y subjetivos que requiere la figura típica del art. 80, inc. 2º CPN, considera el Tribunal que asiste razón a la Defensa Técnica en cuanto a que las concretas circunstancias de modo contenidas en la imputación dirigida a la acusada, no permiten dicha adecuación típica, so pena de afectar el principio de correlación o congruencia y con ello el derecho de defensa de la encausada. Asimismo entiende el Tribunal que tampoco debe aplicarse al caso la calificante genérica de empleo de un arma de fuego contenida en el art. 41 bis CPN, cuestión que ha generado profundos debates en ámbitos doctrinarios y jurisprudenciales, puesto que desde una interpretación sistemática y teleológica de la norma, y teniendo en consideración la interpretación que al respecto ha hecho la Sala Penal del STJER en la causa “Clari”, sentencia del 15/06/2004, tanto en el voto de la mayoría como en el de la minoría, en el caso no se verifica que la violencia o intimidación emergente del uso de un arma de fuego importen un adición a la propia figura del art. 80 inc. 1º, circunstancia que torna inaplicable la agravante. En cuanto a los demás interrogantes planteados en la segunda cuestión el Tribunal ha considerado presentes la antijuridicidad de la conducta y la capacidad de culpabilidad de la acusada. De igual modo se ha descartado la aplicación al caso de circunstancias extraordinarias de atenuación planteada por la Defensa Técnica, que de acuerdo a la interpretación doctrinaria y jurisprudencial se trata de circunstancias que superan las dificultades de la vida cotidiana de toda relación de parentesco, que permiten vislumbrar una grave perturbación en el agente provocada por elementos externos que condicionan de tal forma su conducta, que lo llevan a atentar contra la vida de la persona con la cual se vincula. En ese sentido no se ha logrado acreditar que la acusada haya sido de forma previa al hecho enjuiciado, víctima de violencia de género como fuera invocado con particular énfasis por la Defensa, extremo sobre el cual ha basado su planteo. De manera tal que en respuesta a la segunda cuestión el Tribunal entiende que el accionar cargado a Nahir Mariana Galarza es configurativo del tipo penal receptado por el art. 80, inc. 1º del Código Penal de la Nación, debiendo responder en carácter de autora por el delito de Homicidio Calificado por ser de una persona con quien ha mantenido relación de pareja, no hallando eximente alguna a su conducta. En respuesta a la tercera cuestión: A los fines de la individualización de la sanción penal a imponer, en el caso el art. 80 CPN prevé una pena única e indivisible de prisión perpetua, circunstancia que en modo alguno exime a este Tribunal de su obligación republicana de fundar las penas, debiendo determinar si la sanción penal prevista resulta adecuada a la culpabilidad, y en el caso, a la luz de las precisas circunstancias fácticas verificadas, no se advierte elemento alguno que permita inferir que la pena contenida en el art. 80 del Código Penal no guarde proporcionalidad con el grado de culpabilidad revelado en el grave suceso que tuvo a la imputada como responsable. En ese sentido fueron valoradas circunstancias relativas a la naturaleza del hecho, a los medios empleados para ejecutarla y a la extensión del daño causado, como así también al comportamiento posterior de la imputada, que hemos considerado son reveladoras que la sanción prevista por el art. 80 CPN guarda en el caso proporcionalidad con el grado de culpabilidad evidenciado por la acusada, por lo que se considera justo y proporcional imponerle la pena de PRISION PERPETUA y ACCESORIAS LEGALES. En cuanto a las demás cuestiones planteadas que tienen que ver con las costas procesales y destino de los efectos incorporados, la decisión al respecto será dada a conocer al momento de la lectura de la sentencia prevista para el día 24 del corriente mes y año. En definitiva, este Tribunal ha arribado al siguiente veredicto por unanimidad: CONDENAR a NAHIR MARIANA GALARZA, de las demás condiciones personales obrantes en Autos, como autora penalmente responsable del delito de HOMICIDIO CALIFICADO POR SER DE UNA PERSONA CON QUIEN HA MANTENIDO RELACION DE PAREJA, a la pena de PRISION PERPETUA y ACCESORIAS LEGALES -arts. 5, 12, 45 y 80, inc. 1º del Código Penal de la Nación-.