Las Raíces de Un Mestizaje Musical

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LAS RAÍCES DE UN MESTIZAJE MUSICAL

EL ENCUENTRO ENTRE EL ROCK Y LA MÚSICA PERUANA

Diario La primera. Sección especial del martes 3 de abril de 2012.

Antes de hablar de la fusión del rock con la música autóctona peruana es


necesario recordar que toda música es un proceso de fusión permanente.
¿Qué mejor ejemplo que el mismo rock, género donde convergen el blues, el
country, el rythm and blues, el hillbilly? ¿Y no es fusión también la música
andina, con sus instrumentos de cuerda traídos por los españoles? Teniendo
en cuenta esto podemos continuar con este rápido repaso. Un primer
antecedente de rock mestizo lo podemos encontrar en el primer álbum del rock
peruano. Se trata de Los incas modernos del Callao y su “Carnavalito”, versión
en surf rock del tradicional tema andino “El humahuaqueño” (que algunos
aseguran que es típico de Jujuy, Argentina) aparecida en el álbum homónimo
de 1963.
Para Arturo Vigil, incansable investigador de los primeros años del rock
nacional, la tradición del rock mestizo comienza con grupos de provincia como
Los Datsuns de Huancayo, Los Siderals de Ayacucho y Los Espectros de
Cusco.
Los Siderals editaron en 1967 un longplay homónimo a través de Iempsa
caracterizado por su eclecticismo. “Ustedes encontrarán lo que todavía no se
atrevió a hacer ningún otro conjunto. Canciones peruanas típicamente
vernaculares como ‘Vírgenes del sol’, ‘Amor indio’ y otras llevadas al disco al
ritmo moderno sin quitarles en lo más mínimo su expresión musical que es lo
que los amerita” decía el texto interior del vinilo. Los rockeros ayacuchanos
pueden ser considerados también pioneros de la cumbia andina con los
instrumentales “Rimski”, “La avispa” y “Acuarela de río”, aparecidos también en
este disco. Los Siderals además son la primera banda de rock and roll en
hacer una versión de “El cóndor pasa” de Daniel Alomía Robles, antes de que
Paul Simon y Art Garfunkel la grabara, ignorando su verdadera autoría. Pero el
inicio del mestizaje en el rock se da con la legendaria banda El Polen, liderada
por los hermanos Raúl y Juan Luis Pereyra, todo un hito en la música peruana
moderna.
Los hermanos Pereyra, nietos del pintor Raúl María Pereyra, habían crecido en
un ambiente bohemio e intelectual, ajeno a los prejuicios sociales y raciales tan
comunes en su época. Todavía en el colegio, comienzan en el rock and roll con
Los Shains, la banda de Pico Ego Aguirre y Gerardo Manuel, cuyo repertorio
estaba hecho mayormente de versiones de bandas estadounidenses e
inglesas. Luego forman Los Drags, junto a Jean Pierre Magnet.
Aunque no es precisamente una muestra de “rock andino”, el
grupo de Gerardo Manuel se inspiró en las ruinas arqueológicas
del Cusco para lanzar el disco conceptual “Machu Picchu 2000”
en 1971.

Sin embargo, los cambios que atravesaba el mundo a fines de los años 60 los
motivaron a buscar una ruta musical más autóctona.
“Dejé de tocar mucho tiempo porque me aburrió la onda de los covers. Me
desencanté y pasé mucho tiempo sin guitarra eléctrica y solo agarraba la
criolla. Empecé a tocar valses y rock acústico. Era un momento de cambios en
los 60s, hubo una revolución que movía a todo el mundo y también sentí una
necesidad de ser original. Tomé conciencia de qué es la autenticidad, ser
peruano y de nuestras raíces que eran bien ricas. Y no veía el motivo por el
cual nosotros no mirábamos hacia dentro. Eso también con cierta consciencia
política, como que despertamos un poco”, nos cuenta Juan Luis Pereyra, desde
la misma casa Miraflores donde nació El Polen con su hermano Raúl,
lamentablemente fallecido el año 2010.
Influidos por la música andina, el rock psicodélico, la poesía de Juan Gonzalo
Rose y de Carlos Oquendo de Amat y lo que Juan Luis llama “experiencias
psicomísticas”. El Polen hizo su debut en el verano de 1970 en el pub
miraflorino llamado Zanzíbar.
Pero el episodio definitivo en su aprendizaje de la música andina se dio cuando
viajaron, tirando dedo, al Cusco. Ahí tocaron en plazas y calles a cambio de
alimentos y aprendieron a ejecutar el arpa, la quena y el charango,
instrumentos que trajeron a Lima. El sonido del grupo se complementaba con el
chelo de Juan Sebastián Montesinos y el violín de Fernando Silva.
Gracias a su hermano Nilo Pereyra, la banda fue contratada por el productor
Bernardo Batievski para incluir su música como banda sonora de la película
“Cholo”, inspirada en la vida del exitoso futbolista Hugo Sotil. Los músicos le
pidieron al productor un espacio para ensayar tranquilamente y así se pudieron
instalar en una casa en la Bajada de los baños que terminó convirtiéndose en
una comunidad, a donde iban hippies y músicos de todas partes. Por ahí
también pasó Susana Baca, quien se hizo muy amiga de ellos y que incluso
grabó canciones con Juan Luis Pereyra. En esas circunstancias, El Polen
graba su primer disco que incluye versiones del himno cusqueño “Valicha” y
“Cholito pantalón blanco”, y temas propios como “La flor”, épica pieza de 11
minutos, con un canto en quechua. Al año siguiente graban “Fuera de la
ciudad”, otra obra maestra de la música contemporánea local.
El Polen fue la primera banda contracultural del Perú. Su modo de vida estaba
opuesto al sistema e identificado con el hippiesmo. En La Cantuta se refugiaron
en una casa junto con otras personas con similares inquietudes, una suerte de
comunidad hippie en las afueras de la ciudad.
“Nos dimos cuenta que la mejor manera para hacer una obra en grupo era
conviviendo. Conviviendo podríamos llegar a tener una compenetración
musical mucho más potente”, cuenta Juan Luis.
El Polen protagonizó en los años 70 una de las historias más fascinantes en la
historia del rock peruano. Basta decir que estaban programados para abrir el
frustrado concierto de Santana en 1971. El propio Carlos Santana les regaló
dos guitarras para ese concierto, de las cuales Juan Luis conserva una. Luego
iniciarían un libérrimo recorrido por el mundo. Uno de los hippies que cayó por
la casa de La Cantuta ahí se llevó el disco “Cholo” a Chile y se lo mostró a Los
Jaivas, quienes por esos años ya fusionaban el rock con la música andina.

Más antecedentes de fusión

Por el año 1972 aparece El Opio, que lanza los temas “Una bruja en el
Cusco” y “Piratas en el Titicaca”, etiquetados como “Indian Rock”, aun
cuando eran interpretados en inglés. Ya por la misma época, el eximio
guitarrista Richie Zellon forma El Ayllu, recordado grupo folk rock donde
también participaba el desaparecido percusionista Pocho Purizaga.
Lamentablemente, solo llegaron a grabar algunos discos de 45 y nunca
un álbum. Miguel Ángel Ruiz Orbegoso lanzó en 1974 un excelente
álbum bajo el nombre de Zulu. “Candela” es probablemente el primer
tema que combina rock y ritmos afroperuanos mientras que en “Cariño
grande”, se siente, como el mismo Zulu reconoce, una mezcla de
huayno, milonga y pop. La carrera de este talentoso terminó de manera
prematura y lo que pudo convertirse en una prometedora carrera como
cantautor, quedó cercenada.

El grupo recibe la invitación para viajar y se presentan junto a sus pares


chilenos en la Quinta Vergara. Eran los años de la Unidad popular y la actividad
cultural era sumamente intensa. A su regreso, Susana Baca los convoca para
una delegación de artistas peruanos invitados por el gobierno alemán para un
festival. Tras su presentación en Alemania, el grupo sigue su rumbo y recorre
Europa durante seis meses, sin más pertenencias que sus instrumentos y su
música. En el recorrido, llegan a ver en vivo a los Rolling Stones, Donovan y
Procol Harum, tocan en un barco en el Danubio y caen en el atelier del pintor
cusqueño Alberto Quintanilla en París.
El proceso de El Polen fue la búsqueda musical y espiritual de un grupo de
jóvenes músicos limeños criados en el rock and roll, identificados con el
hippiesmo y que miraron hacia las raíces musicales de su país. En ese sentido
su viaje a Cusco fue trascendental para aprender más de la música andina y de
sus instrumentos. Al mismo tiempo, en la misma Ciudad imperial, Héctor Garay
del grupo El Trébol iniciaría un proceso inverso, por llamarlo así. De una ciudad
con dificultades para hacer rock and roll, este joven músico viajó a Argentina
para conocer la gran escena que vivía ese país. Viajó guitarra en mano y
tirando dedo, tal como lo hicieran los Pereyra. Se podría decir que mientras que
El Polen estaba formado por rockeros que aprendieron a tocar música andina,
el caso de El Trébol es de músicos andinos que aprendieron a tocar rock.
Años antes, en 1966, Héctor y sus hermanos, todavía en el colegio formaron el
grupo Los Espectros, pioneros del rock cusqueño. La banda se hizo muy
popular en las llamadas “fogatas bailables”, fiestas organizadas por los colegios
de Cusco para recaudar fondos para su viaje de promoción. El verano del 67
pasaron sus vacaciones escolares en Lima para grabar su primer disco, bajo el
sello Iempsa que además de temas de enérgico rock and roll, incluía versiones
de las famosas melodías “Ollantay” del cusqueño Leandro Alviña Miranda y
“Cuando el indio llora” de Carlos A. Saco.
“Lo primero que tú aprendes en el Cusco si agarras una mandolina, un
charango o una guitarra es a tocar ‘Vírgenes del sol’, explica Héctor,
demostrando que los mejores ejemplos de fusión se dan de manera
espontánea. Pero volvamos a 1972. Héctor regresa de Argentina con un gran
lote de discos de Pescado rabioso, Litto nebia y Arco iris y les propone a sus
hermanos seguir ese camino. Así comienza una nueva aventura denominada
El Trébol, primer grupo rockero que grabó canciones en quechua.
Estas son su psicodélica versión de “El cóndor pasa” y la composición propia
“El viento pregunta por ti”, ambas incluidas en su primer disco titulado
“Buscándote”, editado por El Virrey, a iniciativa de Gerardo Manuel.
“El motivo principal era que, para nosotros que no dominábamos el inglés, era
más fácil cantar en nuestro idioma quechua. Yo domino el quechua porque he
vivido allá y lo he estudiado. El inglés he tratado de masticarlo pero siempre se
me hizo difícil”, recuerda.
Al año siguiente lanzarían el disco “Mujer viajera”, siguiendo el mismo estilo
que bebió el líder del grupo en su iniciático viaje a Argentina. Su sonido
mezclaba la balada con el rock psicodélico y usaba efectos como el fuzztone y
el wah wah.
Cuarenta años después estas joyas del rock cusqueño esperan ser reeditadas
en formatos más modernos para las nuevas generaciones.

Yma sumac

En 1972 la famosa cantante peruana lanza, bajo la producción


de Les Baxter, el disco “Miracles”, su única incursión en el rock
y una muestra del género denominado “exótica”. Incluye una
versión psicodélica de “El cóndor pasa”.

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