Títulos Valores
Títulos Valores
Títulos Valores
Son varios los argumentos que se han formado alrededor de este tema, principalmente se
dan en razón a:
La no necesidad de rotulación
La conversión de los contratos en materia comercial y analogía civil
El contexto histórico del tema
Por mandato legal este requisito no opera de igual manera para los otros títulos, entre los
que encontramos a la Letra de Cambio y al Pagaré, por lo tanto pueden circular títulos
que no aunque no indiquen el tipo de título son plenamente válidos, distinto es que se ha
hecho costumbre el rotularlos y por lo mismo no es común en el tráfico mercantil la
circulación de títulos sin rotular; el tratadista Bernardo Trujillo Calle al referirse a este tema,
ha sostenido como posición que “las instituciones jurídicas valen por lo que son, antes
que por el nombre con que se les denomine”; (TOMADO DE Cfr. Monografías Jurídicas,
No. 78. Las Falacias de Algunas Falacias. Págs. 36 y s.s., Temis, 1992.)
En materia de contratos existe el principio del derecho privado conocido como –El
contrato es ley para las partes (PACTA SUM SERVANDA – DIGESTO - ULPIANO), por
lo tanto el legislador en su finalidad de brindar seguridad jurídica, procura hallar el fin
perseguido por los contratantes, es decir, va más allá de las formalidades y estipulaciones,
para dar con la intención de la realización de la convención. Tan imperiosa es la ley que al
encontrar un negocio jurídico como lo es el contrato en el que el la razón verdadera sea
distinta a lo plasmado en el acuerdo, permite la ley, que ese negocio jurídico se
transforme para que surta los efectos buscados por las partes.
En el Código de Comercio
En el Código Civil
Ciertamente las anteriores normas regulan los negocios jurídicos llamados contratos,
pese a que los títulos valores los encontramos dentro del libro tercero del código de
comercio, referente a los bienes mercantiles, indudablemente afirmamos que los títulos
valores surgen de un negocio causal, el cual es el contrato (Compraventa, prestación de
servicios, mutuo, transporte, entre otros), en razón a eso, ha sido precavido el legislador
en regular de una manera completa, tanto en materia civil como mercantil, sus elementos,
y ordena en los artículos anteriormente mencionados que a falta de un requisito esencial
en un contrato, este podrá generar válidamente otro, así en materia civil el típico caso de
una compraventa en la que surtida la tradición no se exige el precio, siendo en el fondo
una donación, y en materia mercantil, solamente en ciertas hipótesis cuando se contraría
una norma imperativa. Como ejemplo de una conversión de este estilo podemos citar: la
cláusula compromisoria que remite al reglamento de la Cámara de Comercio Internacional
para la actuación del tribunal para un asunto que no es de derecho internacional, podrá
valer como cláusula compromisoria pero con los efectos, para su trámite y actuación del
tribunal señalados por las leyes colombianas; la constitución de derecho real de prenda
nulo, puede convertirse en derecho de retención en favor del acreedor prendario que ha
recibido la entrega de la cosa; (PAG 223 – CONTRATOS MERCANTILES TOMO I
DÉCIMA EDICIÓN 2003 – JAIME ALBERTO ARRUBLA PAUCAR) letra de cambio que
se convierte en pagaré cuando le faltan algunas de las formalidades legales.(IBID –
ARRUBLA PAUCAR CITANDO A MONROY CABRA ).
Siguiendo con la conversión en la nulidad del contrato con respecto a nuestro título valor
Letra de cambio, nace la obligación de determinar la vinculación de la Letra con el
negocio causal, pues en principio nos encontramos con un título abstracto, pero como
quiera que frente a la literalidad se presentan varias excepciones, entre ella que el título
no haya sido llamado a circular, cercenarle sus efectos tendría como consecuencia la
generación de inseguridad jurídica. Por otra parte si el título circula y por lo tanto se hace
abstracto, su ineficacia al no cumplirse la firma del creador se ve supeditada a que se
demuestre quien ostente la calidad de creador pues como refiere el Tribunal de Superior
de Bogotá (OBCIT TATI SENTENCIA 11 MAY 2011 ARIEL SALAZAR RAMÍREZ) en
todos los casos en que la letra de cambio aparezca sin la firma del acreedor –como
creador– debe suponerse que el girado hizo las veces de girador al obligarse simplemente
como aceptante. Así por ejemplo encontramos las posiciones de los juzgados civiles
municipales noveno y doceavo de Ibagué, que como se ha mencionado anteriormente,
toman como postura que la simple firma de un deudor será suficiente para librar
mandamiento de pago, o admitir con el fin de facultar al demandado de presentar
excepciones. (ENTREVISTA JUZGADOS CIVILES MUNICIPALES DEL PALACIO DE
JUSTICIA DE IBAGUÉ)
Este es otro argumento que trae el libro del profesor TRUJILLO CALLE, las regulaciones
anteriores a nuestro decreto 410 de 1971, permitían la unificación de la Letra y el Pagaré,
encontramos así los códigos de comercio anteriores, como el Código de Comercio
Terrestre de Panamá 1887, la Ley 46 de 1923 conocida con el nombre de “Ley de
Instrumentos Negociables”, las leyes Ginebrinas de 1930 y el Proyecto INTAL (recibe este
nombre porque se elaboró a solicitud del Instituto para la Integración de América Latina
INTAL, organismo dependiente de Banco Interamericano de Desarrollo BID) celebrado en
buenos aires en 1966.
Otra prueba que afirma ello es la doctrina de la Honorable Corte Suprema de Justicia
consignada en la sentencia de 15 de Diciembre de 1955 LXXXI, 766: “Para que un pagaré
sea instrumento negociable debe reunir los siguientes requisitos: a) que se trate de
promesa incondicional de pagar; b) que conste por escrito; c) que sea hecho por una
persona a otra; d) que sea firmado por la persona que hace la promesa; e) que el objeto
de la promesa de pagar sea una suma cierta de dinero; f) que el pago se haga a la
presentación o a un término fijo; g) que la promesa de pago sea a la orden o al portador”.
De manera que si analizamos los requisitos de la letra de cambio concluimos que el
documento citado será nulo como letra de cambio pero satisface las exigencias del
pagaré y como tal subsiste.
Por otra parte absolver del pago una obligación tan evidente a quien se comprometió de
manera incondicional y a la orden sería desconocer por completo el sentido teleológico de
la justicia y el derecho y equivaldría ni más ni menos a un típico enriquecimiento sin causa
(GUSTAVO DUQUE R. – FALTA DE GIRADOR EN LA LETRA DE CAMBIO – EN LINEA
http://bdigital.eafit.edu.co/ARTICULO/HRU0940040010196804/01005.pdf). Además no
debemos olvidar el principio de la seguridad jurídica, pues la conversión tiene como
principio la equidad, y el cercenarle los efectos a una letra convertida en pagaré
totalmente válida sería deja al deudor frente al tomador o beneficiario en una posición
dominante, pues se ampararía en un formalismo legal para incumplir su obligación de
pago.
Las otras normas que en la historia han regulado la materia aún se ven reflejadas en
nuestro código de comercio, de vital importancia es la hermenéutica jurídica que se ha de
realizar sobre estos artículos que mal puede tomarse en el sentido incorrecto, uno de
estos eventos los trata el maestro Trujillo Calle al hacer referencia sobre el artículo 676
del C. de Co., el cual establece que - La letra de cambio puede girarse a la orden o a
cargo del mismo girador; pues como ya lo hemos mencionado, el trasfondo del artículo
permite que el girado pueda ser al mismo tiempo el girador, y que con su firma de
aceptante, pueda obligarse de manera indirecta en calidad de librador, del mismo modo,
se halla sustento cuando nos referimos al artículo 78 de la Ley Uniforme Ginebrina sobre
Letra de Cambio y Pagaré, transcrito por nuestro legislador en el artículo 710 del C. de
Co.: -El suscriptor del pagaré se equipara al aceptante de una letra de cambio», pues si el
otorgante se compara al girado aceptante, nos permite inferir una entrada a la teoría de la
conversión, en vista del tenor literal, equiparar es sinónimo de igualar (DICCIONARIO DE
SINÓNIMOS Y ANTÓNIMOS – ESPASA CALPE 2005, EN LINEA
http://www.wordreference.com/sinonimos/equiparar) esto quiere decir, que como el
otorgante del pagaré, no solamente es el obligado cambiario directo sino que al mismo
tiempo es el creador del título, asimismo en el girado aceptante concurre la doble calidad,
incluso si la literalidad del título no establece una persona distinta como girador.
Otra tesis que ha tomado valor en nuestro ordenamiento jurídico es la conversión formal
en otro documento ejecutivo, sin embargo el Concejo de Estado ha precisado la siguiente
distinción:
En efecto, toda obligación cambiara deriva su eficacia de una firma puesta en el título
valor, la signatura, pues, es lo que caracteriza a estos instrumentos. Puestas de este
modo las cosas y visto que los documentos allegados además reúnen las exigencias de
orden sustancial, se impone revocar el auto recurrido para en su lugar librar la orden de
pago solicitado (Art 497 y498 C.P.C) (AUTO 24 DE OCTUBRE DE 2008 – RAD.
11001310301720080032501, M.P. GERMAN VALENZUELA VALBUENA)
No es más necesario ahondar en el tema, queda más que claro que los títulos valores al
ser documentos especiales son a la vez títulos ejecutivos, y como quiera que no se
cumplan , en cualquier evento, algún requisito general o especial, se pierde la calidad de
título valor, pero como documento privado, sigue conteniendo una obligación clara,
expresa y exigible.