Un Enfoque Del Pensamiento Pedagógico Emancipador en Latinoamérica

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UN ENFOQUE DEL PENSAMIENTO

PEDAGÓGICO EMANCIPADOR EN
LATINOAMÉRICA
Marzo 7, 2017 Diana Milagros Rueda de Aranguren América del
Sur, Artículos, Documentos, Venezuela
Autora: Diana Milagros Rueda de Aranguren

Desde uno de los espacios geográficos de Latinoamérica, desde la tierra


natal del Libertador, el Pensamiento Pedagógico Emancipador orienta
hacia la formación de una nueva subjetividad que identifica lo que son los
pueblos del sur, los cuales han sido condenados como periferia explotada,
como pueblos oprimidos; es por ello que el pensamiento adquiere un
sentido crítico y humanista articulándose con la idea internacionalista,
integracionista, antiimperialista, anticapitalista del ALBA, como proyecto de
integración latinoamericana, vanguardia del modelo social para la
superación de los problemas que mantiene a los pueblos de América
Latina en situación de dependencia. Se trata pues de un pensamiento
radical, integral, crítico, humanista, insurgente, orientado a la formación de
la llamada subjetividad socialista bolivariana.

Tomando por referente histórico-temporal el final del siglo XX y la primera


década del actual siglo, Pinheir Barbosa (2011), concibe el hecho de la
acción política como el protagonista para la consolidación de estrategias
que aspiren cambios profundos, reconociendo a la Educación como uno
de los principales instrumentos de ruptura con la lógica excluyente y
deshumanizadora del capital. Muchos investigadores, considera la autora
citada, destacan tal potencialidad en la praxis política de los movimientos
sociales: Zibechi (2008), al analizar los movimientos sociales como
espacios educativos; Leher (2007), al proponer la Educación Popular
como estrategia política de los movimientos sociales en la región.
Además, comulgan con el legado de Paulo Freire donde la Educación
posee una dimensión filosófica y política cuando asume un potencial
libertador y es dotada de una función socio-política orientada a la
construcción de la autonomía y emancipación humanas.

Recordemos que para Freire, la educación constituye un camino en el


proceso de liberación de los pueblos. En este sentido, el educador
brasileño creía en la necesidad de una transformación social profunda
para que se abra camino a los cambios necesarios a la educación
latinoamericana. El transcurso del cambio posee una matiz política, una
vez que Freire “rescata la política como elemento más dinámico de la
cultura”, esta entendida como eje fundamental en el proceso de
vinculación dialógica entre culturas (Puiggrós, 2005, p.25).

El carácter político conferido a la educación se vincula al entendimiento de


la generación de una cultura emancipadora construida entre los sujetos
políticos partícipes en este proceso, en el caso, los movimientos
populares, campesinos, indígenas, entre otros que ejercían la praxis de la
Educación Popular como camino de resistencia y lucha rumbo a procesos
de liberación. En este sentido, puntualizo mi argumento que siempre he
sostenido con respecto a la educación afirmando que, entre las acciones
de resistencia propia de estos movimientos, la educación constituye un
elemento valioso en la lucha por la emancipación política y cultural de los
pueblos de América Latina.

Un mirar panorámico sobre el continente nos permite visualizar los indicios


de un proyecto emancipador y que prima por el fortalecimiento del Poder
Popular, vinculado a un papel político conferido a la educación,
manifiestos en:

 Las primeras campañas de alfabetización cubana en los años 50 del


siglo XX
 La experiencia de educación popular de Nicaragua, fruto de la
Revolución Sandinista
 La trayectoria del Sector de Educación del MST
 La propuesta de creación de la Universidad del Sur
 Las experiencias de las Universidades Interculturales Indígenas en
Ecuador, Bolivia, Colombia y México
 La expresiva experiencia del Método Cubano de Alfabetización, “Sí,
Yo Puedo!”
 La creación de las Escuelas Rebeldes Autónomas Zapatistas
 El Instituto Agroecológico Latinoamericano de Estudios
Campesinos, Indígenas y Afrodescendientes – IALA, articulado por
la Vía Campesina en Venezuela
 Las experiencias de la Misión Robinson y Sucre, igualmente en
territorio venezolano; la creación de la Universidad de las Madres de
la Plaza de Mayo
 La experiencia pedagógica de los Círculos de Autoeducación
Docente, en Perú.

Entre otras propuestas que se han consolidado y avanzado gradualmente,


testigos vivos de que el “paradigma emancipador para América Latina”
tiene un pie en la educación, camino de transformación cultural en el
continente.

Todas estas experiencias reflejan un momento muy especial en la lucha


latinoamericana, donde el:

… cambio en ese panorama no es, evidentemente, un problema


estrictamente pedagógico. Los términos del debate sólo pudieron ser
modificados con la alteración de la correlación de fuerzas sociales.
Delante de los desafíos de las luchas anti neoliberales, los movimientos
localizaron la formación política (la educación como hegemonía) en el
andar superior de la agenda política, restableciendo, gradualmente, con
avances y retrocesos, los nexos entre educación, capitalismo y clase.
(Leher, 2007, p. 22)

El planteamiento de Leher resalta la problemática de la hegemonía


presente en América Latina. Una reflexión política fundamental para
pensar la profundización de la democracia en el continente es comprender
que la dimensión de la hegemonía pertenece a una cuestión político-
cultural, no restringiéndose a los espacios políticos institucionalizados,
como el Estado.

En este sentido, la acción político-educativa de los movimientos sociales


puede contribuir en la construcción de una nueva episteme (Leher, 2007)
que rompa con la lógica de la política neoliberal, por medio de una “batalla
de las ideas” (Anderson, 2003), donde se origine un conocimiento crítico,
demarcador y recuperador de conceptos esenciales, a propósito de Poder
Popular, que orienten la lucha política de estos movimientos sociales
rumbo a una praxis libertaria y emancipadora.

Por tal razón, lo expresado hasta el momento sugiere reflexionar desde el


siguiente prisma: de la articulación existente entre la emergencia de una
educación libertaria mediada por pedagogías alternativas como camino de
activación del Poder Popular. Es determinante señalar que dos de los
representantes de la ilustración latinoamericana, Simón Rodríguez y José
Martí, defendían la construcción de un proyecto educativo como estrategia
política, dónde la educación era concebida como general y popular. Para
ambos, la educación era la precursora de un pueblo libre, una vez que
propiciaba la libertad del pensamiento y la capacidad de generar ideas.

Las verdaderas repúblicas se construirían bajo un igualitarismo político


entre hombres y mujeres, hecho que sólo sería posible con la ampliación
del derecho a la educación. Pero no una educación instructiva, sino que
emancipadora. En las palabras de Rodríguez:

… ha llegado el tiempo de enseñar a las gentes a vivir, para que hagan


bien lo que han de hacer mal, sin que se pueda remediar .Antes, se
dejaban gobernar, porque creían que su única misión, en este mundo, era
obedecer: ahora no lo creen, y no se les puede impedir que pretendan, ni
(… lo que es peor…) que ayuden a pretender. (…) Los pueblos no pueden
dejar de haber aprendido, ni dejar de sentir que son fuertes: poco falta
para que se vulgarice, entre ellos, el principio motor de todas las acciones,
que es el siguiente: la fuerza de la masa está en la Masa y la moral en el
Movimiento. (Pinheir, 2011)

La educación, en este proceso, puede funcionar como herramienta


epistemológica radical, socializadora de los saberes en función del bien
común (Damiani & Bolívar, 2007). En la retomada de la lucha política, la
educación se torna punto neurálgico para el proceso de transformación
profunda de la sociedad.

Así, hay que pensarla dialógica e históricamente, dado que la historicidad


es movimiento, es acción y reacción, es construcción cotidiana, identifica y
comprende profundamente las fuerzas generadoras de las contradicciones
irrumpidas, en el sentido de tejer la crítica a ellas y proponer caminos de
superación de los modelos vigentes de dominación, no solo en lo político-
económico, sino sobre todo, ideológico.

En la República Bolivariana de Venezuela se ha instaurado un Programa


Nacional pedagógico con características radicales, humanista y
revolucionaria, enmarcado en una perspectiva ético-política que ejecuta a
través de la Universidad Bolivariana desde el año 2008, esperando que se
constituya en un núcleo generador de conciencia crítica, de praxis
revolucionaria y de organización estratégica de los educadores, en función
de contribuir en la construcción de lo que ellos han denominado
“socialismo bolivariano” como proyecto contra-hegemónico al capitalismo
neoliberal.

Este Programa se inserta en el Proyecto Bolivariano de la Patria y


exponen que la motivación, el alcance político y el contenido ideológico en
la formación de los Educadores, alientan el esfuerzo revolucionario de
transformación socialista en el país, contribuyendo además en un cambio
para Latinoamérica.

Indican que para fortalecer el Poder Popular, Moral y Luces es la consigna


que rezan para alcanzar la felicidad y plena realización humana en la
justicia social y en la libertad, sobre la base del compromiso colectivo, la
dignidad de ser humano y la responsabilidad histórica, ética y política, en
la construcción de un mundo más integrado, equitativo y solidario. El
Programa considera a los Educadores como protagonistas en el Proyecto
Socialista Bolivariano siendo su compromiso ético y político para
consolidarse como fuerza moral, y profundizar la unidad popular, por
encima de intereses individuales y de grupos particulares.

Las posibles amenazas que ponen en riesgo al Proyecto Bolivariano, los


impulsa a fomentar una Educación insurgente que se proyecte como
estrategia de resistencia y a la vez de avance, para la construcción de un
nuevo estado. Esa educación radical y que a la vez la denominan popular,
constituye la base del proyecto económico-social, ético-político, y cultural e
ideológico que representa el Socialismo del Siglo XXI, para el país y para
América Latina toda.

Se considera en la formación pedagógica a la Emancipación desde bases


teórico-críticas, por lo tanto, se debe señalar que ésta comenzó a inicios
del siglo XIX en la América española, de la mano de figuras como
Francisco de Miranda (venezolano, 1750-1816), Simón Bolívar
(venezolano, 1783-1830), Simón Rodríguez (venezolano, 1771-1854),
entre otros; como epicentros de un pensamiento ético y moral que
reivindicara la estirpe americana y conquistara la libertad tantas veces
lapidada por quienes desde la conquista, pasando por la colonia, quisieron
destruir el alma y ánimo del pasado aborigen.

Es importante destacar que el término que amalgama la ética y moral en el


pensamiento latinoamericano pre-independentista es precisamente
emancipación; la cual se presenta como la acción que permite a las
personas deseosas de libertad y autodeterminación acceder a un estado
de autonomía al asumir conciencia de su lugar histórico y al imponerse,
sea a la fuerza o a elementos de contradicción-dialéctica, al cese de la
sujeción a alguna autoridad o potestad. Emanciparse es tomar control de
lo que se “es” y de lo que se “ha sido”.

Las reflexiones y búsquedas respecto a los movimientos revolucionarios o


de cambios que se revisan en estos lados del mundo nos hacen manejar
conceptos ideológicos que necesariamente fortalecen una visión socio-
crítica que particularmente considero indispensable para la orientación del
valor epistemológico y filosófico del pensamiento pedagógico emancipador
en Latinoamérica.

Referencias

Anderson, Perry (2003). Las Ideas y la Acción Política en el Cambio


Histórico. Left Bank – ensayos marxistas. São Paulo: Boitempo.

Damiani, Luis & Bolívar, Omaira (compiladores) (2007). Pensamiento


pedagógico emancipador latinoamericano: por una Universidad Popular y
Socialista de la Revolución Venezolana. Caracas: Ediciones de la
Universidad Bolivariana de Venezuela.

Leher, Roberto (2007). La Educación Popular como Estrategia Política.


En: Almeida, María de Lourdes Pinto y Jezine, Edineide (eds.). Educación
y movimientos sociales: nuevas miradas. Campiñas: Editora El apartado.

Pinheir Barbosa, Lia (2011). Pensamiento Pedagógico Latinoamericano,


Educación Libertaria y Pedagogías Alternativas.

Puiggrós, Adriana (2005). Las Alternativas cambian con el tiempo. In: De


Simón Rodríguez a Paulo Freire: Educación para la Integración
Latinoamericana. Bogotá, Convenio Andrés Bello.

Zibechi, Raúl (2008). Autonomías y Emancipaciones: América Latina en


Movimiento. México, D.F., Bajo Tierra Ediciones.

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