Ley Pulpin
Ley Pulpin
Ley Pulpin
¡Quiero oír a los lobbistas de los de abajo! Quiero que aparezca la Cecilia Blume de los
pulpines, quien, en un cálido e-mail, le diga al ministro de Economía: “Ya, pues, Alonsito, esta
ley es para laConfiep. No es para mis chicos”. Porque la Confiep tiene buenos lobbistas, y
está bien que así sea. Ellos son la bisagra entre el sector público y el privado, ayudan a saltar
etapas, agilizan trámites e inversiones, resuelven conflictos antes de que aparezcan. Por eso,
cuando tienen que defender sus intereses, los empresarios no marchan ni hacen plantones;
hacen lobby.
El crecimiento, si tuvo inclusión social, política y productiva, tendría que haber generado, en
los segmentos de abajo, la sana costumbre de contratar lobbistas para que estén detrás de los
funcionarios que toman decisiones de políticas públicas y proyectan leyes; para que ronden a
los congresistas; para que conversen con los líderes de opinión; para que sean tan eficaces
en sus propósitos, que nos ahorren algunas protestas.
¿Por qué esto no se ha generalizado? Será porque el mundo sigue igual de ancho y ajeno, y
el crecimiento no tuvo su cacareado efecto inclusivo. Los gobiernos siguen en la lógica de
diseñar políticas que, incluso aquellas que tienen buenas intenciones integradoras, no son
consultadas con sus destinatarios. Miren el caso de la ‘ley pulpín’: hasta donde sabemos,
cuando el proyecto llegó a la Comisión de Trabajo del Congreso, no fue consultada con
gremios laborales ni organizaciones juveniles, pero sí con la Confiep. La tecnocracia es más
proclive a oír demandas empresariales que sindicales, pues es amiga y cercana a los
lobbistas de arriba.
Por otro lado, el espacio de la intermediación está poblado por organizaciones políticas y ONG
que tienen agendas propias. No se puede pretender que un congresista de izquierda, por
ejemplo, con sed de bases para su pequeño partido, asuma intereses que no son partidarios.
Ni que una ONG con financiamiento internacional se dedique a hacer lobbies específicos.
Así, el gobierno ha propuesto una medida que apunta a resolver un problema medular de
nuestra sociedad: la precaria situación laboral de nuestros jóvenes. Según un reporte de esta
semana del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), mientras que en Lima el
empleo aumentó 1,2% en el último año, este disminuyó en 1,8 en el grupo de 14 a 24 años.
Asimismo, en lo que respecta al ingreso mensual, si bien en el caso de los jóvenes este subió
3%, este crecimiento fue menor que el de los trabajadores de mayor edad. Además, según el
ministro de Economía y Finanzas, Alonso Segura, la tasa de desempleo entre los jóvenes
triplica al promedio general.
Dada esta preocupante situación, es positivo que el gobierno haya decidido romper con la
inercia estatal de mantener un mercado laboral rígido y proteccionista, lo cual promete traer
beneficios para nuestras futuras generaciones y la economía. Examinemos por qué.
La cruda realidad de nuestro país es que aún tenemos una de las cargas laborales más
pesadas de la región. En efecto, en nuestro país, los sobrecostos salariales (todo lo que el
empleador tiene que pagar por cada trabajador y que no se va a los bolsillos de este)
representan alrededor del 60%, mientras que en Chile y México constituyen únicamente el
31,7% y 36,4%, respectivamente. Por otro lado, según el Ránking Global de Competitividad,
nos encontramos en el puesto 130 de 144 países en la categoría “facilidad para contratar y
despedir trabajadores”, lo que demuestra que somos una economía poco competitiva. Como
consecuencia de estas supuestas protecciones laborales, lo único que se ha conseguido es
que miles de peruanos –en su mayoría jóvenes– no puedan acceder a un empleo formal.
Por ello –pese a las críticas de los ex presidentes Alan García y Alejandro Toledo, quienes
observan que con esta ley las empresas no estarán obligadas a pagar a sus empleados
gratificaciones, CTS, seguro de vida y utilidades–, la verdad es que los jóvenes que se acojan
a esta norma de manera voluntaria sí tendrán beneficios, como una remuneración mínima,
jornadas de ocho horas diarias, descanso semanal, vacaciones, descanso por feriados,
seguro deEssalud (y seguro complementario de riesgo de trabajo cuando corresponda) y
protección contra despidos injustificados. Todos inexigibles en el mundo de la informalidad. Y,
lo más importante, ¿es mejor que un joven recién egresado tenga un trabajo formal en que
pueda ir capacitándose o que trabaje al margen de la ley sin ninguna protección?
Por otro lado, esta ley es positiva, pues uno de los grandes problemas que enfrenta el país es
el desfase entre la calidad educativa de los centros de estudios del país y lo que las empresas
demandan. Es decir, lo que esta ley busca es que los jóvenes entren al mercado laboral
rápidamente y se puedan capacitar para que luego accedan a un mejor sueldo y eleven su
calidad de vida. Esto, a su vez, tendrá un impacto positivo en la economía, pues una fuerza
laboral mejor capacitada incrementa la productividad y genera un efecto positivo en el PBI en
el largo plazo. Esto fue lo que precisamente ocurrió en la década de 1970 en Singapur,
cuando se tomó la decisión de capacitar a su fuerza laboral, hecho que llevó a este país a
tener una de las tasas de crecimiento más altas durante muchos años.
Si bien es cierto que lo óptimo sería optar por una flexibilización general de la normativa
laboral, debemos felicitar al gobierno por este primer paso, pues permitirá que miles recuerden
la frase de Manuel González Prada: “¡Jóvenes a la obra!”.
"Quizá fue un error de declaración mía producto de la prisa", acotó a la radio, a la cual horas
antes dio declaraciones en las que afirmó que, en algún momento, se había planteado
implementar la CTS al régimen laboral juvenil.
"Incluso yo hablaba que se les va a otorgar la Compensación por Tiempo de Servicios (CTS) y
salió el congresista Lezcano a decir que es inconstitucional sin entender que la ley obliga a
otorgar la CTS y por eso la norma lo está precisando", había dicho en la mañana.
En cuanto al pago de utilidades, el titular de Trabajo añadió que integrar este beneficio sí es
posible mediante el reglamento.
"En el reglamento nosotros vamos a detallar que se va a pagar las utilidades conforme a ley
por que eso está en la Constitución", sentenció.
En tanto, Otárola precisó que el reglamento determinará que las plazas de trabajo a ser
ocupadas por jóvenes bajo el régimen laboral juvenil deben ser nuevas, para no generar
despidos.
Finalmente, afirmó que se fortalecerá a la Sunafil a través del incremento de personal que
inspeccionará a las empresas y se velará para que no se despida a nadie para incorporar a
personal bajo este régimen laboral porque no es el espíritu de la norma.
OPINIÓN EXPERTA
El abogado laboralista del estudio Miranda & Amado, Jorge Toyama, explicó por qué
incorporar en el reglamento el derecho a la CTS dentro del nuevo régimen laboral juvenil es
inconstitucional y permitir a los jóvenes de entre los 18 y 24 años el acceso a la sutilidades no
lo es.
"Participar del reparto de utilidades es un derecho laboral amparado por la Constitución y una
ley no puede anular ese derecho. Por lo tanto, el reglamento no tendría necesidad de siquiera
mencionar las utilidades para que este derecho esté incorporado en el régimen. En el caso de
la CTS, en cambio, como la ley no otorga este beneficio, que el reglamento lo haga sí sería
inconstitucional", detalló.
Primer regalo. Economías pequeñas y medio abiertas como la nuestra no deben dejar de
comerciar y canalizar nuevas inversiones a un ritmo alto. Nuestra historia reciente señala que,
cuando las exportaciones pierden dinamismo, la inversión privada se complica (y mucho más
cuando las reglas internas la traban) y la economía se enfría y hasta se comprime.
Desenvolver este regalo no solo es ponderar qué acciones nos hacen una plaza más dinámica
y menos pobre. Nos enseña nítidamente qué otras acciones no nos hacen más dinámicos o
menos pobres.
Sabemos qué funciona y qué no. El 2014 fue un año que perdió 7% de ritmo anual de
crecimiento porque fuimos incapaces de reconectar exportaciones e inversión privada.
Repetimos nuestra infundada fe en el dólar controlado y los mágicos poderes reactivadores de
inflar los presupuestos estatales.
Segundo regalo. Esta es una lección mucho más destructiva, la cual no queremos ver. El
mercado laboral de nuestro país es un infiernillo. Conecta una creciente dotación de
combustible (una fuerza laboral no calificada, de baja productividad y empleabilidad) con un
detonante frágil (una legislación laboral ilusa y desincentivadora de la creación de puestos de
trabajo).
Muy pocos han recibido una educación competitiva y han tenido o tienen empleos adecuados,
pero es la abrumadora mayoría restante la que elige.
No nos confundamos. La articulada minoría que protesta activamente contra la ‘ley pulpín’ no
es la que elige. Eligen mayorías mucho más pobres e informales. Desconectadas tanto con la
clase política en el poder como con los colectivos de izquierda que organizan estas protestas.
Nada bueno lograremos manteniendo el statu quo laboral y sus 40 regímenes especiales.
Esta columna está dedicada a todos aquellos que están por entrar almercado laboral o lo
acaban de hacer en los últimos años.
Igual que tú, a tu edad yo también quería tener una oportunidad. Mi primer trabajo a los 18
años fue como practicante en la Gerencia de Finanzas del Banco de la Nación. Lo conseguí
gracias a los contactos de mi papá, porque yo recién había cursado un año de carrera. No me
pagaron nada, pero aprendí mucho.
Aprendí a ser útil como compañero de trabajo, en esa época saber manejar la computadora
me ayudó muchísimo a destacar. Valoré la oportunidad de trabajar en algo que no sabía hacer
pero pude aprender a hacerlo.
Mi siguiente trabajo, aún siendo estudiante, fue como asistente de los profesores de la
Universidad del Pacifico. Otra vez, lo más valioso del trabajo fue la oportunidad de aprender
algo nuevo. Las buenas remuneraciones vinieron mucho después. Primero fueron largos
años de capacitarme, especializarme, de mucho sacrificio personal y familiar.
Hoy, el gobierno quiere ayudar a los jóvenes a que este proceso sea un poco más fácil dando
incentivos a todo tipo de empresas para que abran sus puertas a ustedes, los jóvenes que no
tienen nada destacado en sus hojas de vida. Ojalá sepan aprovechar esas oportunidades para
destacar. Las empresas no buscan trabajadores, buscan talento, y cuando lo encuentran
están dispuestos a pagar por retenerlo.
Como siempre les digo a mis alumnos, mi labor es ayudar a que se diferencien del resto.
Algunos pueden pretender que el mercado laboral no quiera diferenciar, pero eso es
exactamente lo que hace. El trabajo de todos no vale lo mismo. Por eso vale la pena tratar de
no ser uno más del montón. Para quienes recién empiezan les dejo 4 pasos para ayudarles en
este largo camino.
CUATRO CLAVES
Primer paso. Ubícate. Tus oportunidades de progresar en la vida no son infinitas. Estas
dependen no solo de tu esfuerzo personal sino de cosas que tú no decidiste. Para empezar
quiénes son tus padres, qué educación pudieron pagarte, cuánto tiempo te dedicaron y qué
valores aprendiste de ellos.
Mientras menores sean tus oportunidades mayor tendrá que ser tu dedicación personal, tu
perseverancia, tu responsabilidad. Así es la vida, le llueve más del cielo al que tiene como
recoger el agua, al resto le dan un colador.
Paso dos. Esfuérzate. Puedes quejarte de que tu vida es una porquería, indignarte porque
tus padres no te dieron algo mejor. ¿Sabes qué? Mejor esfuérzate en ser más educado, en
aprovechar cada oportunidad que la vida te presente.
Tu carrera como trabajador se hace cada día, tú escoges ser la persona en quien la gente
confía o desconfía. Tú escoges ser cumplido o una fuente inagotable de excusas. El esfuerzo
en cumplir tus deberes hará que cumplan con tus derechos sin necesidad de exigirlos.
Paso tres. Persevera. Insisto, la vida no te va a ofrecer miles de oportunidades, las empresas
no se van a morir por contratarte, hay mucha gente con muchos mejores conexiones laborales
y sociales que tú. No tengas miedo a buscar otros horizontes, no tengas miedo a preguntar
por un consejo.
Paso cuatro. Repetir los tres pasos anteriores tantas veces como sea necesario.
El abogado laboralista Jorge Toyama recordó que al tribunal han llegado, en los últimos años,
acciones de inconstitucionalidad contra el régimen especial agrario, el de contratos
administrativos de servicios (CAS) y el de las mypes, pero en los tres casos se ha declarado
que son constitucionales.
“El régimen CAS es hasta menos protector que el régimen de jóvenes y el TC concluyó que
era constitucional”.
Señaló que se determinó que este régimen no violaba el principio de igualdad porque era
transitorio y era una forma de que el Estado pueda manejar sus costos y gastos.
Además, mencionó que el tribunal también se pronunció en el 2007 sobre el régimen agrario y
también fue declarado constitucional. “Ahí también se discutía el tema de la igualdad”.
Según Toyama, “se puede decir que el TC no ha declarado inconstitucional ningún régimen
especial”.
Además, que los derechos –como el trabajo pleno– pueden ser limitados en la medida que
exista justificación. Es decir, la jurisprudencia ha señalado que no es inconstitucional
establecer algunas limitaciones en el derecho laboral.
Uno de los regímenes especiales más antiguos es el del decreto ley vigente desde el gobierno
militar referido a las empresas dedicadas a la exportación no tradicional.
En este caso los trabajadores no tienen ninguna estabilidad –pues concluye el contrato y
termina su relación laboral–, esto debido a que el trabajo está ligado a los pedidos que las
empresas reciben desde el exterior. Es decir, es un régimen de excepción que el tribunal
determinó que era constitucional.
“Para nosotros está claro: la ley no violenta ningún principio de orden constitucional ni mucho
menos quebranta algún acuerdo suscrito con la Organización Internacional del Trabajo (OIT)”,
declaró a la Agencia Andina.
En su opinión, Lescano es consciente de que la demanda no es viable. “Es más, [lo hace] para
decir yo estoy haciendo, yo estoy pidiendo, mírenme, pero no tiene consistencia
constitucional. Una fórmula más de pose política que para un resultado objetivo”.
Ayer se conoció que otro congresista oficialista, Sergio Tejada, tiene una posición crítica frente
a la ley del empleo juvenil .
“Yo no voté a favor de esta ley y tengo una posición crítica al respecto pero es una posición
individual. Entiendo que la bancada tiene otra posición pero este tema debe debatirse con
mayor profundidad y se necesita escuchar a las calles también”, señaló al diario “La Primera”.
LOS ARTÍCULOS
En la demanda presentada por Lescano el martes ante el Tribunal Constitucional, se
argumenta que la ley del empleo juvenil viola cinco principios constitucionales.
El gobierno quiere establecer un régimen especial para los jóvenes de entre 18 y 24 años que
carecen de empleo formal. Quienes se oponen a la norma han sido eficaces en la
comunicación. Queda la impresión de que la ley quita derechos, en cuanto a vacaciones y
gratificaciones, por ejemplo.
La ley del empleo juvenil pretende bajar los costos de emplear a un joven sin capacitación.
Pretende no afectar a los jóvenes que ya cuentan con un empleo formal.
Como todo régimen especial, sin embargo, esta ley crea distorsiones. Dispone de
mecanismos para evitar que un trabajador sea despedido para contratar uno con menos
beneficios. Sin embargo, no impedirá que ocurran reemplazos de otra manera.
Imaginemos a un joven cuyo contrato anual con beneficios completos vence a principios del
2015. El empleador, simplemente, no lo vuelve a contratar. Tiene ahora la posibilidad de
contratar a otro joven, con menos beneficios.
La ley no impide que los empleadores dejen de renovar contratos a los jóvenes de baja
calificación laboral. La ley prohíbe la recontratación bajo los nuevos términos, de manera que
alienta a la no renovación.
¡Pero la ley da incentivos para capacitación!, dirá uno de sus defensores. A lo que habrá que
replicar: el empleador que va por los incentivos obviamente no necesita capacitar a sus
trabajadores.
Cuando alguien busca incentivos, se abre la puerta del fraude. De pronto surgirán
capacitaciones no necesarias, o capacitaciones difíciles de verificar.
Esas capacitaciones por incentivos no tendrán nunca un valor de mercado. Habrán sido
promovidas a la luz de la renta otorgada por el gobierno, no por requerimiento productivo de la
empresa.
El subsidio que dará el Estado en la contribución para Essalud será tomado por quienes se
quieran aprovechar. Sobrinos, primos y compadres de 18 a 24 años firmarán una planilla y
obtendrán una seguridad social sufragada por el fisco.
Pero la mayoría de empleadores, se dirá, no son tan deshonestos. Hagamos una encuesta de
cuántas veces se recurrió a este fraude en el Congreso de la República y tendremos una clara
muestra de lo que puede suceder.
El saldo de los beneficios reales que se obtendrá de esta norma legal es muy pobre. El
gobierno, a pesar de ello, lucha a brazo partido en defensa de la misma. La pregunta es si tan
épica batalla valdrá la pena.
La ley del empleo juvenil distorsiona el mercado, privilegia a unos sobre otros, favorece el
fraude y la trampa, y no sirve para mucho en términos de empleo total.
El gobierno debe volver a estudiar el tema. Y si no le alcanzan las luces, debe dejar en manos
del Congreso la solución a este embrollo que él solo ha creado.
"Esta ley es para proteger a los más pobres, a los que ni si quiera tienen tiempo de salir a
protestar. Para la gente que está olvidada", subrayó Ollanta Humala.
"El problema es que cuando un joven no tiene calificación o acceso a una educación, tienen
dificultades para entrar al mercado laboral", agregó el presidente Humala, quien precisó
además que son más de medio millón de jóvenes peruanos los que se encuentran en esa
situación.
Asimismo, el mandatario replicó a los críticos de la ley laboral juvenil y sostuvo que en su
gobierno "se han otorgado becas" y oportunidades para que los jóvenes accedan a educación,
a diferencia de gestiones anteriores.
Pese a la reiterada y férrea defensa de Ollanta Humala respecto a laley laboral juvenil, cabe
acotar que anoche se realizó una reunión en Palacio de Gobierno en la cual el oficialismo
habría evaluado la posibilidad de hacer modificaciones a la norma.
MIENTE DESCARADAMENTE
"Da pena cómo un gobierno que está llegando a la parte final todavía dice que la gran parte de
jóvenes viven en la informalidad. La pregunta que hay que hacer es qué ha hecho este
gobierno para evitarla", afirmó el parlamentario.
"Esta es la gran crisis que está debajo de la ley laboral juvenil, que es considerar al trabajo
como una herramienta o una propiedad que el ministro tal o la empresa tal pueden manejar a
su antojo", indicó en el programa "Diálogos de fe" de RPP.
Igualmente, Cipriani sostuvo que la ley laboral juvenil promueve "una visión materialista de la
persona". "Nosotros no estamos en venta y ese no es el modo de negociar el trabajo. No se
puede decir que porque no se tiene trabajo, no se tiene dignidad o se puede comprar la
dignidad más barata", continuó.
Cipriani también señaló que el Estado falló por no escuchar a los trabajadores al momento de
concebir esta nueva norma. "Toda situación laboral genera la inversión. El que regula puede
ser el Estado, escuchando a los diferentes miembros, pero la persona es el sujeto central. Si
él no tiene voz, entonces rompe la mesa", apuntó.
"Lo que está claro es que no se puede dar un decreto que diga que el trabajo para los jóvenes
será así, quitando una serie de beneficios para que sea más fácil comprar sus horas de
trabajo", afirmó el religioso.
Hay que tener en cuenta que el presidente Ollanta Humala expresó recientemente que la
nueva ley laboral es para los jóvenes más vulnerables.
"Esta ley es para proteger a los más pobres, a los que ni si quiera tienen tiempo de salir a
protestar. Para la gente que está olvidada", subrayó Humala.
“Vamos a precisar el tema del reparto de utilidades. Este, de acuerdo a ley, también tiene que
beneficiar a este amplio sector”, sostuvo el titular de Trabajo en el programa “Agenda Política”.
Otárola explicó que el hecho de que un joven bajo este régimen -que puede o no haber
terminado la secundaria- reciba utilidades y que, por ejemplo, un practicante profesional no lo
haga demuestra “que esta norma es buena y que supera a dispositivos legales como el de las
prácticas profesionales”.
La segunda precisión anunciada por el ministro se refirió a que serán “más severos con los
candados para que las plazas sean nuevas”y que no se generen despidos de empleados de
otros regímenes.
Por su lado, la primera dama Nadine Heredia utilizó su cuenta de Twitter para anunciar que el
reglamento de la ley laboral juvenil recogerá las preocupaciones de los jóvenes.
“Recogiendo preocupación de jóvenes, reglamento señalará que Ley Laboral Juvenil será para
nuevos empleos. ¡Prohíbe reemplazo bajo sanción!”, escribió Heredia.
Por su parte, el ministro de Economía, Alonso Segura, anunció que el Ejecutivo prepublicará el
reglamento de la ley laboral a fin de poder recabar propuestas adicionales.
“La idea es recoger insumos y opiniones y desarrollar todos los contenidos de la norma,
incidiendo en los focos de preocupación que actualmente se discuten en los medios”, indicó el
ministro en RPP. Y añadió que el texto del reglamento estará listo en dos semanas.
Consultado si se haría algún cambio a la ley durante su reglamentación, Segura advirtió que
“la modificación de una ley es competencia del Legislativo. La posición del Ejecutivo es que lo
importante es trabajar y difundir los contenidos del reglamento”.
TERCERA PROTESTA
La tercera marcha en contra de la ley laboral juvenil se realizará mañana a las 5:00 p.m. y,
como sucedió en la segunda manifestación del lunes pasado, los jóvenes se reunirán en la
plaza San Martín. De ahí caminarán hasta la sede de la Confederación Nacional de
Instituciones Empresariales Privadas (Confiep), en San Isidro, informaron los organizadores.
Hay que recordar que en las marchas anteriores hubo enfrentamientos entre los manifestantes
y la policía. Algunos jóvenes fueron arrestados. También hubo denuncias de abuso policial.
El Presidente también expresó su extrañeza porque, pese a que esta ley la emitió el
Congreso, varios de sus integrantes "no son coherentes y no defienden sus ideas".
En declaraciones a la prensa dadas tras el inicio de las obras de la Línea 2 del Metro de Lima,
Humala indicó también que lo que se hará en este texto "es precisar y resolver temores e
incertidumbres que pudieran haber sobre esta iniciativa".
SOBRE 08 DE KEIKO
En otro momento el mandatario fue consultado por la nota 08 que le puso la lideresa de
Fuerza Popular, Keiko Fujimori, a este año de gobierno. Humala evitó responderle y se limitó a
decir: "Yo estoy hablando de obras concretas, que es lo que ustedes pueden verificar [...] las
inversiones y el esfuerzo no se han detenido".