Apuntes Organizaciones
Apuntes Organizaciones
Apuntes Organizaciones
No obstante, toda esta caracterización encuentra ciertos problemas para ajustarse a las peculiaridades
de las organizaciones modernas, especialmente en lo que a las metas se refiere. Algunos autores han
sugerido que las organizaciones actuales no se ajustan a la descripción tradicional. Clegg y Hardy
(1996), y posteriormente Alcover y Gil, (2003), hacen una nueva caracterización respecto a lo que de-
nominan organizaciones post-modernas:
a. Estructuras descentralizadas.
b. Diseño según modelo distribuido en torno a una red interna de divisiones unidas por comuni-
cación electrónica.
c. Organizaciones laterales basadas en la comunicación y procesos abiertos de toma de decisio-
nes y conocimiento experto.
d. División del trabajo informal y flexible.
e. Su objeto se articula en torno a la información, la prestación de servicios y la producción au-
tomatizada.
Aproximación Universalista
Fayol, también partiendo de una concepción mecanicista de la organización, trabajó desde la cima de
la jerarquía industrial hacia abajo. Este autor identificó cinco grandes categorías/funciones en las que
se podría agrupar la actividad de los directivos: planificar, organizar, mandar, coordinar y controlar.
Fayol buscaba el perfeccionamiento de las normas de funcionamiento y un modelo organizado jerár-
quicamente a través de unas línea precisas de mando y comunicación, modelo que ha perdurado en el
tiempo.
La tradición Burocrática
La teoría de la burocracia de Weber es el primer modelo teórico que ofrece una visión estructural de
la organización. Este modelo aborda el estudio de la organización desde un nivel global.
! El problema es que Taylor esperaba que los trabajadores fueran tan seguros, predecibles y eficaces co-
mo los robots.
En todo caso, la organización mecanicista trabajaría bien sólo en las condiciones en las cuales las
máquinas también trabajan bien, es decir: a) cuando la tarea a realizar es lineal; b) cuando el entorno
es estable; y c) cuando la parte humana es obediente y se comporta como se le ha asignado.
Puede crear formas organizacionales con problemas para adaptarse a las circunstancias.
Puede dar lugar a una burocracia sin límites.
Pueden darse consecuencias no previstas y no deseables.
Posibilidad de efectos deshumanizantes sobre los empleados.
El apego a las normas y procedimientos impide la iniciativa y la creatividad.
El exceso de control puede generar descontrol debido a la confusión que genera.
De forma general puede decirse que la consideración mecánica de la organización ha dirigido su em-
peño a la consecución de la estabilidad y el control interno, a través de una líneas claras de autoridad,
división del trabajo y buenos procedimientos de control y coordinación. El problema es que parte de
un supuesto en el que la organización es sólo un proyecto de racionalidad para lograr una metas esta-
blecidas. Si se admite esta concepción, el papel de la psicología se limitaría a la cuestión de la selección
del personal y a su motivación; el papel de la psicología de las organizaciones estaría centrado en con-
tribuir a resolver los problemas organizativos de la producción.
! La consideración de la organización como máquina deja de lado los aspectos psicológicos y sociales.
Enfoque Grupal
Dentro de este enfoque, destaca la escuela de las Relaciones Humanas, donde Elton Mayo es el prin-
cipal protagonista, con una postura crítica hacia los enfoques individualistas anteriores de la psicología
industrial.
Una aportación fundamental de este enfoque fue poner de manifiesto la importancia de los fenóme-
nos grupales (interacción, cohesión, sentimientos de pertenencia…) dentro de la organización.
Mayo advierte también la necesidad de prestar una mayor atención al nuevo planteamiento del pro-
blema de la dirección. Considera que son necesarios nuevos métodos para conformar una élite admi-
nistrativa., donde el liderazgo y el counseling serían habilidades fundamentales.
Otra aportación de Mayo fue la referente a la organización informal. Esta estructura informal, que
surge a partir de las relaciones personales junto a la organización formal planeada y establecida por la
organización, tiene un considerable influjo sobre los individuos. Las presiones de grupo pueden hacer
que los sujetos trabajen más o menos y que acepten o no los cambios. Todo ello pone de manifiesto
que uno de los principales problemas planteados a la dirección sería el mantenimiento del equilibrio
entre organización formal e informal.
Entre los estudios similares que se llevaron a cabo en los años 50, destaca el de Tavistock, que acuñó el
concepto de sistemas sociotécnicos y que concluyó con la idea de que la opción válida no era adaptar
las personas a la tecnología ni al contrario, sino un planteamiento que encajara ambos aspectos de la
mejor manera posible, teniendo en cuenta el ‘todo’ de los factores técnicos y sociales.
Aproximación Motivacional
A lo largo del desarrollo de la psicología de las organizaciones, algunos autores han puesto de mani-
fiesto que para explicar el comportamiento en las organizaciones hay que tener en cuenta el ajuste
entre las necesidades, deseos y expectativas de las personas, y los de la organización.
En este enfoque se distinguen dos grupos de autores: los que plantean teorías que parten del concep-
to de necesidad, y los que parten de las expectativas subjetivas sujetas a los resultados de las acciones.
Maslow
Propone una jerarquía de necesidades
Existe una motivación para satisfacer dichas necesidades en or-
den.
Alderfer
Teoría ERG; 3 tipos de necesidades:
└ Existencia (fisiológicas y de seguridad)
└ Relación (relaciones sociales satisfactorias)
└ Crecimiento (estima y relación personal)
Estas necesidades NO son activadas necesariamente en un orden concreto.
McGregor
Integra diferentes aspectos:
└ Teoría X (teoría tradicional de la organización con carácter mecanicista)
└ Teoría Y (concepción más humanista; visión más positiva de la persona)
└ Jerarquía de Maslow en tres niveles: necesidades fisiológicas y de seguridad; ne-
cesidades sociales; y necesidades de autorrealización.
La organización debe diseñar tareas y sistemas de dirección que permitan la satisfacción de
esos tres tipos de necesidades y faciliten el desarrollo del potencial del ser humano.
Aproximación Cognitiva
Con matices y desde diferentes fuentes teóricas, algunos autores han defendido que para explicar el
comportamiento en las organizaciones es esencial conocer el conocimiento, la toma de decisiones, las
interpretaciones compartidas y los significados que las personas construimos al interaccionar.
Las ideas básicas que aporta la teoría de la decisión se centran en la consideración del individuo como
un ser con una racionalidad limitada. Esto es que el ser humano no es irracional, ya que trata de lograr
unos objetivos a través de actos deliberados, pero sus decisiones racionales están limitadas debido a
que se ven influidas por factores afectivos y motivacionales.
Algunos autores han enfatizado la idea de que las organizaciones son artificiales, pero también se han
destacado aspectos sociales de la cognición, de forma que una organización es fundamentalmente un
proceso mental compartido.
└ La realidad organizacional es construida por sus miembros a través de procesos cognitivos, so-
ciales y políticos.
Aproximación Emocional
La posición más extendida respecto a la relación entre racionalidad y emociones es que ambas se en-
cuentran complejamente entrelazadas, por lo que se deben estudiar conjuntamente con la conducta.
! La noción de compromiso afectivo refiere al apego emocional del empleado, a la identificación con la
organización y a su implicación en ella. Los empleados con un fuerte compromiso afectivo, continúan
empleados en la organización porque ellos quieren hacerlo.
La peculiaridad de las organizaciones es que además de sistemas abiertos, son sistemas sociales, y
como tales, se caracterizan más por poseer una estructura de acontecimientos, actividades, roles y
sucesos que por tener un sustento físico.
└ Las organizaciones como sistemas de roles (Katz y Kahn, 1983) trascienden a los individuos; la
organización tiene garantizada la continuidad pese a lo que les ocurra a las personas que las
componen.
El mérito principal del modelo de sistemas es que pone de manifiesto la unión entre los cambios, entre
las relaciones, entre los individuos y la organización, y entre la organización y su ambiente. El ambiente
sólo ofrece un input favorable a la organización en la medida en que ofrece servicios a un coste acep-
table.
A partir de la aproximación de sistemas se desarrollaron distintos modelos de contingencia basados en
que según el entorno serán más eficaces determinados tipos de organización. Según Burns y Stalker
(1961) y Laurence y Lorsch (1969), las organizaciones de características más orgánicas se adaptan me-
jor en entornos más inestables, mientras que las mecánicas lo hacen en ambientes más estables.
! La organización impone su cultura, normas y prohibiciones a los individuos; éstos no pueden hacer lo
que les venga en gana.
Por medio de la interacción social, los miembros de la organización crean productos colectivos que
después son internalizados por ellos, creando estructuras y fuerzas sociopsicológicas en los individuos.
Así pues, se dan fenómenos que no pueden ser explicados por mera generalización de factores psi-
cológicos u organizacionales; estos son los fenómenos psicosociales (Palací, 2005).
a. Son grupos con identidad social psicológicamente significativa para sus miembros.
b. Se caracterizan por la coordinación; conducta ordenada y estructurada.
c. Estructura orientada hacia un resultado particular.
Psicología ergonómica
Estudia y realiza intervenciones relacionadas con la mejora de las condiciones del ambiente físico
del trabajo, la evaluación de los sistemas más adecuados para presentar los estímulos de informa-
ción, la distribución del espacio y los efectos del entorno; todo ello con un fin múltiple: disminuir
los accidentes de trabajo, mejorar los sistemas e incrementar la viveza laboral.
Psicología económica
Su objeto es doble (Quintanilla, 1993): 1) analizar cómo la economía afecta a la conducta en gene-
ral de las personas; y 2) analizar cómo la conducta de las personas afecta a la economía.
El Meta-Análisis
Definido como el análisis estadístico de un conjunto de resultados estadísticos obtenidos en una varie-
dad de estudios relativamente homogéneos, con el objetivo de integrar sus resultados. El meta-análisis
como tal, cuenta con ciertas características muy deseables:
a. Precisión. El meta-análisis permite establecer conclusiones sobre el tamaño del efecto, su sig-
nificación estadística, la variabilidad de los resultados y sobre la explicabilidad de todo ello.
b. Objetividad. Una regla del meta-análisis es hacer explícitas todas las decisiones que se han ido
tomando a lo largo del proceso.
c. Replicabilidad. Fundamental en el método científico.
La Investigación Multinivel
Para obtener un imagen global respecto a las diferentes variables que intervienen en un asunto y la
forma y niveles en que se relacionan, es necesario adoptar una perspectiva multinivel.
La aproximación multinivel lleva asociado un distanciamiento del principio de independencia. Esta
perspectiva va a tratar de explicar primero cómo las acciones de los individuos se combinan para dar
lugar a la conducta de sistemas supra-individuales (grupos, organizaciones, colectivos…), y después
cómo la conducta de tales sistemas influye en la conducta de los individuos que la forman.
Dentro de lo que representa la investigación multinivel, conviene definir algunos conceptos importan-
tes de la misma:
a. Unidad focal. Refiere al centro de atención del investigador considerando el objeto de estudio.
b. Nivel de medida. Nivel en que se obtiene información respecto a la unidad focal.
c. Nivel de análisis. Referente a la asignación de datos para el posterior análisis estadístico.
d. Niveles de análisis. Un mismo estudio puede tener en cuenta más de un nivel de análisis.
Los cambios derivados de la concepción actual en la gestión estratégica de los RRHH, afectan también
a los roles de los psicólogos del Trabajo y las Organizaciones. Ulrich (2013) los divide en cuatro:
a. Rol centrado en cuestiones administrativas. Tiene como objetivo los procesos relacionados con
el personal: reclutamiento, selección, formación, planificación de RRHH, etc.
b. Rol centrado en el desarrollo de los empleados. Pone el foco en maximizar la implicación y con-
tribución de los empleados a su organización de dos formas: atendiendo y respondiendo a sus
necesidades, y diseñando prácticas que mejoren sus competencias (formación, mentoring…).
c. Rol centrado en la estrategia. El objetivo es alinear las iniciativas relacionadas con la gestión de
los RRHH cono los objetivos estratégicos de la organización.
d. Rol centrado en el apoyo a los cambios. Su objetivo es renovar las organizaciones para hacerlas
más competitivas, a la vez que se procura que el tránsito sea sencillo.
AMBIENTE ORGANIZACIONAL
El interés por el ambiente se inicia en los años 60, al conceptualizarse la organización como un sistema
abierto y en continua interacción con su medio. Por ambiente organizacional se entiende todo aquello
que rodea a la organización, aquello de lo que puede recibir influencias, y aquello sobre lo que puede
actuar. Esas influencia son múltiples y de diferentes características (inmediatas/no inmediatas, tangi-
bles/intangibles, particulares/generales, etc.). Jackson y Schuler (1995) agrupan estos elementos en
siete categorías: legales, sociales, políticos, económicos, del sector ocupacional, culturales y sindicales.
La perspectiva actual no se limita a analizar el contexto, sino que trata de anticiparse a los cambios.
└ P.e. según Gratton (2011), la aceleración de los cambios demográficos plantea el reto de cómo
gestionar las diferencias culturales debidas a la internacionalización de las empresas, los mo-
vimientos migratorios o las diferencias intergeneracionales.
Por su parte, la aceleración tecnológica y la globalización han supuesto el desarrollo de nuevos pro-
ductos y servicios, a la vez que han posibilitado que muchas zonas del planeta salgan del subdesarrollo.
La globalización, con sus dos dimensiones (económica y política) se ha considerado como una de las
razones del boom económico de los años 90, aunque también supuso un incremento de la competen-
cia, la desaparición de muchas empresas y la deslocalización a terceros países.
Otro elemento del ambiente que ha surgido en los últimos años con fuerza es la dimensión moral,
valores y ética. El rechazo a los errores que han conducido a la actual crisis económica y la emergencia
de nuevos valores, han reforzado la perspectiva ética de la gestión y la llegada de conceptos como el
de responsabilidad social corporativa.
Desde la Psicología se enfatiza el papel de las variables personales, grupales y organizacionales influ-
yentes en la gestión estratégica. Aunque el ambiente afecta a la estrategia, esta influencia no es de-
terminante, en tanto que actúa a través de la interpretación que directivos y otros implicados hacen
de la situación. Desde la perspectiva del procesamiento de la información se han analizado los sesgos
y filtros que actúan en dicha interpretación y en la toma de decisiones.
ESTRUCTURAS ORGANIZACIONALES
Tradicionalmente se ha considerado que la estructura es un recurso que utiliza la organización para
adaptarse a su ambiente y competir en mejores condiciones.
└ En la actualidad pueden encontrarse estructuras tradicionales, similares a las desarrolladas du-
rante los años 70, como la burocrática, la departamental o la adhocracia, junto a otras más no-
vedosas surgidas con el objetivo de responder forma eficaz y flexible a las demandas actuales.
Organizaciones anoréxicas
La necesidad de ‘hacer más con menos’ está llevando a las organizaciones a reducir sus estruc-
turas, en muchas ocasiones sin analizar su repercusión sobre otros aspectos como el desempe-
ño o la innovación. Algunos autores hablan de organizaciones anoréxicas en referencia a aque-
llas en las que la reducción o eliminación de parte de sus elemento no produce una mejora de
su rendimiento; de hecho, en realidad conduce a un deterioro que puede desembocar en su
desaparición.
Según Mintberg (1979) la estructura incluye tanto la forma de distribuir las tareas entre los empleados,
como los mecanismos a través de los que se consigue la coordinación. La estructura también refiere a
los niveles jerárquicos y los departamentos que componen la organización.
Peiró (1990) recoge tres aspectos muy relevantes de la estructura organizacional:
a. Diferenciación vertical (o centralización en la toma de decisiones); refiere al número de nive-
les jerárquicos existentes dentro de una organización.
b. Diferenciación horizontal; refiere a la cantidad de unidades diferentes en un mismo nivel.
c. Formalización; grado en que las normas y procedimientos de trabajo están establecidos.
Estructuras Tradicionales
Mintzberg (1979, 1997) describe cinco tipos de estructuras básicas:
1. Organización simple. Se caracteriza por su sencillez, tamaño reducido y por estar compuesta
por uno o dos directivos y un grupo de operarios. Poca diferenciación vertical y horizontal, y
muy baja formalización. Tradicionalmente se han considerado como una fase inicial en el desa-
rrollo hacia estructuras más complejas.
Son flexibles y se adaptan a los cambios con facilidad, además suelen gozar de un buen clima
social. Como inconvenientes, carecen de recursos para enfrentarse a determinadas contingen-
cias y dependen excesivamente de la Dirección.
2. Organización mecanicista. Fruto de la revolución industrial y la aparición de grandes empre-
sas, se caracteriza por una gran diferenciación horizontal y vertical, y por la formalización y la
especialización. Aquí se distinguen tres tipos de empleados: los que forman la tecnoestructura
(tareas administrativas y de personal), personal de apoyo (mantenimiento de la organización) y
personal técnico (especialistas y operarios). Por su tamaño, estas organizaciones deben contar
con un elevado número de mandos intermedios.
Es muy eficaz en tareas repetitivas, aunque la monotonía y sencillez de dichas tareas pueden
ser poco satisfactorias para algunos empleados. Se da también una necesidad de supervisión
directa.
3. Burocracia profesional. Los integrantes son profesionales. Al tratarse de expertos no son ne-
cesarios sistemas rígidos de control. Formalización y diferenciación menores.
Como ventaja, los profesionales muestran una gran motivación y dedicación a la organización;
como inconvenientes, pueden aparecer problemas de coordinación y de adaptación a los
cambios ambientales.
4. Estructura divisionalizada. Formada por un conjunto de divisiones integradas en una estructu-
ra superior. Esto supone una reducción de los sistemas de control, limitados a la evaluación de
los resultados. También supone una menor tecnoestructura y menos personal de apoyo. Las
diferentes divisiones pueden configurarse como formas mecanicistas.
Esta estructura reduce riesgos y costes a la organización central. Como aspectos negativos, la
estabilidad del personal depende de la marcha de las divisiones y los relativos a las estructuras
simples que conforman las diferentes divisiones.
5. Organización innovadora (adhocracia). Se configura como una estructura orgánica que se sir-
ve de la coordinación de sus miembros, generalmente expertos, para adaptarse. El poder se
reparte a lo largo de toda la estructura en función de los conocimientos y las necesidades del
momento. Aquí la estructura se descentraliza horizontal y verticalmente, constando de pocos
niveles pero de una alta especialización horizontal gracias a los equipos.
La adhocracia se adapta fácilmente a ambientes dinámicos y complejos, pero conlleva eleva-
dos costes por su personal muy especializado y por los mecanismos de coordinación.
Posteriormente Mintzberg propone dos formas más:
6. Organización misionera. Donde la ideología representa el mecanismo de control y coordina-
ción entre sus miembros, y no hay apenas diferenciación entre tareas, ni personal de apoyo ni
tecnoestructura. Este tipo de organización puede operar con facilidad, pero en entornos senci-
llos sin elevadas demandas.
7. Organización política. Puede adoptar diferentes formas pero el aspecto común es la falta de
un mecanismo o forma de coordinación dominante, y la falta de una forma estable de centrali-
zación o descentralización. Su comportamiento se caracteriza por la tendencia de sus partes a
separarse.
Nuevas Estructuras
En la descripción de las nuevas estructuras organizacionales, algunos autores encuentran más práctico
identificar características comunes entre ellas que hablar de tipos. Así, Van Gils (1998) destaca:
La importancia de los procesos y las estrategias, por encima de la estructura. Se prefiere el
término ‘organizar’ al de ‘organización’, más rígido y establecido.
Difuminado o desaparición de los límites organizacionales: organizaciones sin límites.
Orientación a maximizar la rentabilidad; se adopta la forma que lo facilite.
Se utilizan la cultura, el poder o la política como formas de control inespecífico y eficaz.
Menor número de niveles jerárquicos.
Mayor descentralización en la toma de decisiones (menor diferenciación vertical).
Utilización de equipos de trabajo para mejorar integración y coordinación.
Mayor atención a los clientes externos e internos.
Las organizaciones sin límites son aquellas en las que la información, las personas, los productos, los
servicios, etc., se pueden mover libremente entre empresas, con el objetivo de ser más competitivos.
En este tipo de organización no existen límites de tamaño ya que se puede disponer de personas de
otras organizaciones, y no son de especial relevancia los límites respecto a los niveles, puesto que se
busca la integración horizontal y vertical del conocimiento. El tiempo y el espacio dejan de ser también
limitantes gracias a las tecnologías de la información.
└ Podolny y Page (1998) definen las organizaciones sin límites como un grupo de actores que
mantienen relaciones repetidas de intercambio con otros, al tiempo que carecen de una auto-
ridad organizacional legítima que arbitre y resuelva las disputas que pueden surgir en el men-
cionado intercambio.
Uno de los casos más representativos de las organizaciones sin límites son las organizaciones en red .
Las empresas/organizaciones cada vez forman parte de más redes o alianzas estratégicas para desarro-
llar determinados productos o servicios. A esto han contribuido diferentes factores:
Internacionalización de mercados y aumento de la competencia.
Deseo de obstaculizar el ingreso de nuevo competidores.
Posibilidad de acceder a nuevas tecnologías o mercados mediante cooperación.
Rapidez con que un producto se queda obsoleto, lo que conlleva la necesidad de desarrollar
otros nuevos.
Reparto de riesgos.
Estandarización de las normas de producción.
Las multinacionales del tercer mundo o multinacionales emergentes, las cuales han adquirido mucho
poder en los últimos años por su capacidad de penetrar incluso en los países más ricos, representan en
muchos casos ejemplos de alianzas o redes.
! Los procesos de colaboración se impulsan por sí mismos ya que, en términos psicológicos, son intrínse-
camente motivadores y, además, resultan rentables.
Por último, el auge actual de la economía colaborativa es otro ejemplo de las oportunidades de nego-
cio que aparecen gracias a las nuevas tecnologías y las ventajas de la colaboración. No obstante, un
número relevante de nuevas organizaciones basadas en la colaboración no logra los resultados espe-
rados, sobre todo debido a la falta de mecanismos para resolver los conflictos que puedan surgir.
└ Barslay, Lepp y Zorn (2007) propone 4 medidas de gestión para el éxito de estos planteamien-
tos organizacionales: 1) valorar la diversidad y el desarrollo de metas comunes; 2) promoción
de la reflexión y la autorreflexión; 3) pensar diálogos centrados en la colaboración; y 4) dispo-
ner de tiempo para que surja la confianza entre los miembros.
Downsizing1
! Los estudios que analizan qué consecuencias tiene el downsizing para las organizaciones, señalan que,
aunque a corto plazo se reducen los costes, a medio plazo es probable que se produzca una caída del
rendimiento, con un efecto general neutro o incluso negativo.
Desde el punto de vista del empleado, se observa una reducción de la satisfacción, la moral, la confian-
za y la lealtad hacia la organización, y un incremento del estrés (tanto en los afectados como en sus
familias) que afecta a la autoestima y a la salud mental.
A nivel de empresa, se constata un incremento del absentismo, de los retrasos y de la intención de
abandonar la empresa, además de pérdida de la experiencia y de los conocimientos de los empleados
que se suprimen, ruptura de las redes sociales, reducción de la creatividad y la innovación, y un impac-
to negativo en la atención a los clientes.
Respecto a la racionalidad de la medida, estudios constatan que las consecuencias económicas y socia-
les son más negativas cuanto menos justificado está el downsizing. Las dos circunstancias que mejorar
la percepción de justicia en mayor grado son una caída de los ingresos y que la empresa aporte infor-
mación sobre la ayuda proporcionada a los despedidos.
Longitudinalmente se ha observado también que el downsizing provoca cambios en los puestos, con-
cretamente sobrecarga de trabajo y falta de claridad respecto a las nuevas tareas y objetivos, lo que
conlleva una reducción de la implicación y la satisfacción, además de efectos negativos sobre la salud.
Otro aspecto muy relevante es el efecto del downsizing sobre los empleados que permanecen en la
organización (denominados supervivientes). El denominado síndrome del superviviente se define co-
mo el conjunto de percepciones, actitudes y sentimientos que se dan en los empleados que siguen en
la organización después de procesos de reducción de plantilla. La evidencia muestra que la situación
del superviviente es muy estresante por diversos motivos; por un lado, por la preocupación por sus
compañeros, por otro, por su propia situación de inseguridad. Los supervivientes experimentan senti-
mientos de remordimiento y actitudes negativas hacia los compañeros (como mecanismo de reduc-
ción de la percepción de injusticia), también se constatan sentimientos de enojo, ansiedad, culpabili-
dad y alivio. Todos estos síntomas se agravan si el proceso de downsizing se percibe como algo caóti-
co.
Sugerencia para reducir las consecuencias negativas del downsizing (Cascio y Wynn, 2004)
Analizar cuidadosamente su racionalidad.
Considerar las ventajas de la situación previa.
Consultar a los implicados antes de tomar decisiones.
Plantear el downsizing como último recurso.
Asegurarse de que la situación y las decisiones se perciben como justas.
Comunicar las decisiones de forma adecuada.
Instruir en nuevas formas de actuar para mejorar productividad e innovación.
Examinar cuidadosamente cómo proceder en base a los cambios de estrategia y la situa-
ción del entorno.
Procurar que los supervivientes tengan razones para mantenerse en la organización y se-
guir colaborando de manera activa.
1
En general expresa una serie de estrategias orientadas a lograr el tamaño organizacional óptimo, aunque en
rigor, significa una reducción del personal de la organización y una reestructuración en consecuencia.
! Algunas de las consecuencias del downsizing se observan también cuando aumenta la organización. Ca-
sos como fusiones o adquisiciones pueden generar una reducción de la implicación con la nueva empre-
sa, un descenso de la productividad y un aumento de los deseos de abandonarla. De nuevo, la incerti-
dumbre acerca del futuro puede ser clave para explicar estos fenómenos.
LA SOCIALIZACIÓN
El Concepto de Socialización Organizacional
Una concepción integradora que goza de elevado consenso a la hora de definir el constructo de socia-
lización organizacional es el que lo entiende como el proceso por el que las personas aprenden los
valores, habilidades, expectativas y conductas que son relevantes para asumir un determinado rol
organizacional y participar como miembros activos en la organización.
Esta socialización también ha sido entendida como el proceso mediante el que la organización influye
en sus empleados, una absorción del individuo por la organización. No obstante, se considera que
siempre va acompañada de un proceso de individualización, de incidencia de los individuos sobre su
propio rol y sobre la organización.
Tácticas de Socialización
La organización, de una manera premeditada o no, influye sobre el comportamiento de las personas
que acceden a ella. En este sentido, Van Maanen y Schein (1979) introdujeron el concepto de tácticas
de socialización, definiéndolas como formas de organizar las experiencias de los individuos que se
incorporan a una organización o realizan la transición de un rol a otro.
└ La tácticas pueden ser seleccionadas deliberadamente por la dirección, o pueden ser utilizadas
de una manera espontánea representando procedimientos establecidos a través de la cos-
tumbre en la organización.
En la compleja realidad organizacional, cualquier tipo de táctica se encuentra entremezclada con otras
y con otros múltiples procesos, lo que hace que una forma pragmática de analizarlas sea procediendo
a su dimensionalización. Van Maanen y Schein identificaron seis dimensiones en las tácticas de sociali-
zación:
1. Colectivas VS Individuales. Esta dimensión varía en términos del contexto en el que la organi-
zación proporciona información a los nuevos miembros. En las tácticas colectivas las experien-
cias de aprendizaje son comunes para un grupo de empleados noveles; las tácticas individua-
les, en cambio, dan a cada nuevo miembro un único conjunto de experiencias. Las tácticas in-
Contexto
a los roles que se desempeñarán. Si el proceso es al azar, la secuencia se desconoce, lo que re-
sulta ambiguo o cambiante.
4. Fijas VS Variables. Refiere también al contenido de la información. Representa el grado en que
las etapas del proceso de socialización se establecen sobre un calendario asociado. Las tácticas
fijas proporcionan conocimientos precisos del calendario asociado a cada transición; las tácti-
cas variables no.
5. Seriales VS Disyuntivas. En los procesos seriales, los miembros con experiencia actúan como
modelos para los nuevos miembros, lo que proporciona cierta transmisión en el desempeño
de los roles y una cierta estabilidad en los patrones de conducta, valores y actitudes de dichos
Contexto social
roles. En las tácticas disyuntivas los nuevos miembros deben desarrollar sus propias definicio-
nes de las situaciones debido a que no existen roles similares accesibles.
6. Investidura VS Despojamiento. Esta dimensión refiere al grado en que los empleados noveles
se sienten respaldados por los miembros de la organización con experiencia. Las tácticas de in-
vestidura buscan aprovechar las capacidades y habilidades del nuevo miembro, sin pretender
cambiarle. Las tácticas de despojamiento buscan la eliminación o neutralización de ciertas ca-
racterísticas del individuo que la organización ve como negativas y perjudiciales para el des-
empeño del nuevo rol.
Numerosos estudios proponen que todas estas dimensiones pueden agruparse en dos dimensiones
más generales: una dimensión más institucionalizada que comprendería las colectivas, formales, fijas,
seriales e investidura, y una más individualizada que incluiría las individuales, informales, variables,
disyuntivas y despojamiento.
Los resultados de distintos estudios muestran que las estrategias de socialización más institucionaliza-
das se relacionan de forma positiva con un mejor ajuste general al trabajo y a la organización, con la
satisfacción, el compromiso y el rendimiento, y negativamente con la intención de abandono, el con-
flicto y la ambigüedad de rol. Todo ello, al menos, en lo referente a la incorporación/adaptación inicia-
les al nuevo rol; resulta razonable pensar que estas preferencias serán diferentes una vez que el traba-
jador haya adquirido los esquemas adecuados para interpretar la nueva situación.
Etapas de Socialización
La aproximación tradicional al estudio de la socialización organizacional la caracteriza en una serie de
etapas que iniciarían antes de la incorporación a la organización, finalizando cuando el empleado llega
a adquirir las habilidades, conductas y valores que permiten calificarlo como miembro integrado. Nel-
son (1990), a partir de la síntesis de Fisher (1986), contempla 3 etapas:
Falta de un análisis profundo del efecto de las diferencias individuales y los proce-
sos psicosociales en los cambios personales durante la socialización.
Describen más que explican la socialización.
Examen de la socialización en función de la experiencia de la organización.
Contenidos de la Socialización
Partiendo de que el aprendizaje es el componente esencial de la socialización, se plantea la cuestión
de cuáles son los contenidos de dicho aprendizaje. Respecto a esto, Fisher (1986) identificó cinco tipos
de aprendizaje y de cambios que podían ocurrir durante el curso de la socialización:
1. Aprendizaje inicial; identificación de qué debe aprenderse y de quién.
2. Aprendizaje sobre la organización.
3. Aprendizaje sobre el funcionamiento del trabajo en grupo.
4. Aprendizaje sobre cómo realizar el trabajo.
5. Aprendizaje personal sobre uno mismo.
Taormina (2004) elabora una teoría que distingue cuatro dominios de aprendizaje (o campos concep-
tuales) superpuestos, que se ajustan dentro de un proceso global. Estos dominios contienen tanto
elementos de contenido como de proceso, suceden de forma continua y simultánea, y en una variedad
de niveles y/o cantidades para cada empleado que varían en el tiempo. Estos dominios son:
1. Entrenamiento. Acto, proceso o método mediante el que se produce el desarrollo de destre-
zas y habilidades requeridas para llevar a cabo el trabajo. Taormina señala que lo más relevan-
te es que el entrenamiento es, por una parte, una actividad que proporciona la organización
para socializar a los empleados, y, por otra, algo que es vivido por los empleados como un es-
fuerzo de la organización por socializarles.
Aún siendo un proceso continuo, habitualmente la cantidad que dedican al entrenamiento los
nuevos empleados es muy superior al inicio que un tiempo después. También será superior si
se introducen nuevos equipos/tecnología, o cuando se desee promocionar.
2. Comprensión. Equivalente a ‘aprendizaje’ o ‘búsqueda de información’. Estas conductas per-
miten al empleado conocer cómo es la organización; refiere a la habilidad para explicar la na-
turaleza, el significado y el por qué de lo que ocurre en el lugar de trabajo.
└ Todas las organizaciones tienen un sistema social particular. El nuevo empleado nece-
sita conocer las líneas de poder formales, informales y políticas, así como el lenguaje e
historia de la organización; parte de su éxito posterior dependerá de este conocimien-
to y de su comprensión.
3. Apoyo de los compañeros. Apoyo emocional, social o instrumental que proporcionan otros
empleados de la organización (tanto del mismo estatus como de niveles jerárquicos superio-
res). Por lo general este apoyo es inicialmente reducido o nulo, y se va incrementando con el
tiempo hasta estabilizarse. Numerosos estudios señalan consistentemente que las relacions
con supervisores y compañeros pueden tener consecuencias a largo plazo sobre el desarrollo
de la carrera de los empleados.
4. Perspectivas de futuro. Refiere al grado en el que los empleados anticipan las oportunidades
de promoción y otros tipos de recompensas en su permanencia en la organización. Con ello se
relaciona directamente la percepción de continuidad en la organización (es decir, la estabilidad
del puesto). Las perspectivas de futuro deben verse como un desajuste tolerable, es decir, que
el reto que representa su logro no se perciba como inalcanzable. Obviamente esto se encuen-
tra estrechamente relacionado con la anticipación de permanencia o garantías de permanecer
en el puesto. Cuando un empleado percibe que sus metas son inalcanzables, puede conducirle
a conductas improductivas o incluso contraproductivas, o a la resignación. La percepción de
que existen pocas posibilidades de éxito tiene como consecuencia una pobre socialización.
Resultados de la Socialización
A nivel individual, puede afirmarse que el aprendizaje es un primer indicador del éxito del proceso de
socialización. El aprendizaje es resultado proximal de la socialización; las actitudes y conductas labora-
les son resultados distales.
Según los dominios descritos y que son resultado de la socialización (entrenamiento, comprensión,
apoyo de los compañeros y perspectivas de futuro), Taormina afirma que altas evaluaciones en ellos,
debería correlacionar positivamente con altos niveles de satisfacción, implicación con el trabajo y
compromiso, y negativamente con el burnout.
El éxito de la socialización da lugar a un adecuado ajuste en el contexto laboral, con distintos indicado-
res afectivos, actitudinales y conductuales (p.e. satisfacción laboral general), motivación interna, impli-
cación, intención de permanencia…). Otro de los resultados de la socialización es el desarrollo de capi-
tal psicológico.
Lisbona, Morales y Palací (2009) plantean el concepto de engagement, un estado cognitivo-afectivo
caracterizado por la energía, implicación y eficacia en el desempeño del trabajo.
Respecto al desarrollo del contrato psicológico como consecuencia de la socialización, dicho contrato
debe entenderse como algo dinámico, abierto y no definitivo.
└ Según Rousseau (1989), el contrato psicológico es un esquema cognitivo flexible, un conjunto
de creencias individuales en los términos y condiciones de un acuerdo de intercambio recípro-
co entre una persona y otra parte.
! Conforme ganan en complejidad, los contratos psicológicos parece que se vuelven también más esta-
bles.
Según Topa (2004) las promesas y obligaciones recíprocas que conforman un contrato psicológico,
parecen situarse en un continuo con dos polos: intercambios de tipo relacional e intercambios de tipo
transaccional. Los primeros buscan un compromiso indefinido basado en la confianza; los transaccio-
nales conllevan una implicación limitada y parecen centrarse más en los beneficios directos e inmedia-
tos.
Características de los contratos sociales (Rousseau, 1995; Alcover, 2002)
Típicamente relacionales Típicamente transaccionales
Topa añade otra dimensión, de carácter ideológico, el compromiso moral, centrada en los valores y
presente en muchos (si no en todos) los acuerdos de empleo.
! Entronca con esto el concepto de regulación homeostática, según el cual, el estado ideal es el de ajuste
y equilibrio, y que cualquier alteración de dicho estado conllevará conductas para recuperar la situación
de equilibrio previa.
Palací (2005) describe determinados aspectos sobre los retos/dificultades de los nuevos miembros de
una organización, y sobre las diferentes estrategias de afrontamiento posibles:
Formación adecuada al puesto
La competencia de la persona (conocimientos, habilidades, aptitudes…) frente a los requeri-
mientos del puesto, es esencial para un adecuado rendimiento e integración. Estas capacida-
des pueden poseerlas ya las personas desde su reclutamiento, o adquirirlas posteriormente
mediante formación.
Los estudios empíricos muestran que los trabajadores que disponen de las habilidades necesa-
rias presentan un mejor desempeño; además, se revelan en ellos uno niveles de estrés meno-
res, con seguridad asociados a esa mayor capacidad para hacer frente a las demandas del
puesto, que se traduce en una mayor satisfacción laboral y un mejor bienestar personal.
Adaptación a la cultura de la organización
La cultura organizacional engloba las asunciones inconscientes y los significados compartidos
de los miembros de la empresa, y la forma en que normalmente se interpretan los aconteci-
mientos. La congruencia entre los deseos específicos de la persona y la capacidad de dicha cul-
tura/clima organizacional para satisfacerlos, influye de forma muy relevante en el ajuste per-
sona-organización.
Por su parte, el empleado debe conocer las líneas de poder formales e informales, puesto que
su éxito dependerá de su capacidad para comprender las reglas de este entorno social y rela-
cionarse dentro de él.
A pesar de las numerosas definiciones de cultura organizacional y sus discrepancias, se podría decir
que existen dos grandes líneas, una más antropológica y otra más orientada a lo cuantificable (más
propia de los RRHH), que enfatiza más los valores y las normas.
└ Para la segunda, el interés se centra en mostrar la relación causal entre cultura y rendimien-
to/efectividad organizacional.
De las diferentes definiciones existentes de la cultura organizacional, se extraen algunas características
comunes (Hofstede, Neuijen, Ohayv y Sanders, 1990):
a. La noción de que la cultura organizacional tiene múltiples capas/niveles y aspectos de un con-
texto organizacional.
b. La cultura organizacional es un fenómeno socialmente construido.
c. Está influenciada por las fronteras históricas y espaciales.
d. El concepto de significados compartidos es central para entender la cultura organizacional.
2. Valores defendidos; son aquellos valores que son específicamente adoptados por la dirección
o por la organización como un todo. Por oposición, los valores promulgados son aquellos que
se exhiben o se convierten en conductas por el empleado. La distancia entre unos y otros se
relaciona con las actitudes y conductas de los miembros de la organización.
3. Creencias básicas o subyacentes; son elementos inobservables. Muchos de ellos comienzan
siendo valores, pero luego acaban dándose por sentado. Estos supuestos raramente se some-
ten a debate, lo que hace muy complicado que cambien. Las conductas que van contra estos
supuestos suelen verse como inaceptables o inconcebibles.
Schein explica que desafiar estos supuestos produce ansiedad y pone a la gente a la defensiva
ya que les funcionan como clarificadores de la realidad organizacional (identificar lo importan-
te, cómo reaccionar emocionalmente, anticipación a diversas circunstancias…).
Rousseau (1990) propone un modelo alternativo al de Schein. Contempla las mismas capas, a las que
añade dos más entre ‘artefactos’ y ‘valores defendidos’; estos niveles son: a) patrones observables del
comportamiento; y b) normas conductuales. En una situación ideal, cabría esperar que ambos coinci-
dieran con exactitud; en la realidad la coincidencia no es ni mucho menos perfecta.
El aprendizaje de los supuestos básicos compartidos que forman el núcleo de la cultura de la organiza-
ción se produce a través del aprendizaje de la resolución de problemas (tanto de integración externa
como interna). De esta manera, la cultura pasa a ser un prototipo y es propuesta a los nuevos miem-
bros como el modo más adecuado de resolver los problemas.
! La cultura proporciona un marco de interpretación del comportamiento de las personas en las organiza-
ciones.
! No obstante, es evidente que , a pesar de sus diferencias, hay un solapamiento entre cultura y clima or-
ganizacional, y que existen vínculos entre ambos constructos.
Los resultados de los estudios realizados con el OCI han mostrado que:
a. La centralización en la toma de decisiones correlaciona positivamente con la cultura pasivo-
defensiva, pero negativamente con la constructiva.
b. El uso de sistemas justos de evaluación del rendimiento y el uso de sistemas de objetivos claros,
correlaciona positivamente con la cultura constructiva, pero negativamente con la pasivo-
defensiva.
c. La falta de autonomía, variedad e impacto en las personas se asocia a culturas pasivo-
defensivas.
d. Los tres tipos de culturas correlacionan significativamente con los resultados en los planos per-
sonal (motivación, rendimiento, satisfacción, estrés…), grupal (calidad relaciones, trabajo en
grupo…) y organizacional (calidad del servicio al cliente y otros). Así, en las organizaciones
constructivas se dan relaciones positivas en los tres niveles con los resultados deseables y rela-
ciones negativas con el estrés; en las pasivo-defensivas se dan relaciones positivas sólo con el
estrés e inversas en el resto; y en las agresivo-defensivas se da un patrón de relaciones muy
complejo.
EL LENGUAJE ORGANIZACIONAL
Hay abundantes estudios centrados en la cultura organizacional para los que el uso del lenguaje es un
elemento clave de la cultura. Otros explican cómo el discurso y otras formas de comunicación expre-
san y recrean los significados culturales.
En ocasiones, los términos cultura y lenguaje organizacionales se utilizan de manera intercambiable
debido al solapamiento que puede darse entre ellos. No obstante, este solapamiento no es total; mu-
cha de la transmisión cultural es tácita y no se expresa por medio del lenguaje, sino por otros medios
como los ritos y los eventos compartidos.
Respecto a los rituales en la organización, puede decirse que su importancia es enorme; no todo se
transmite a través del lenguaje, ni el único lenguaje es el hablado. Los rituales tienen la función de
perpetuar las normas conductuales; aquellas conductas que son deseadas y permitidas, se repiten en
forma pública de manera periódica. Entre los rituales de empresa más importantes destacan:
Rituales de acceso o iniciáticos (entrada). El principiante recibe aquí la cultura del conjunto.
Actualmente se constata una pérdida progresiva de los rituales de iniciación, lo que conlleva
una mayor dificultad en la unión con el grupo. Muchas organizaciones implementan progra-
mas de acogida para subsanar este déficit.
Rituales de jerarquía (orden). Estratificación piramidal de los miembros de una organización
mediante la comunicación ritual entre guías y subalternos. Entre los principales ritos de jerar-
quía se encuentran los mandatos y actos de comunicar, señalar la posición jerárquica, y ges-
tionar el territorio y la temporalidad.
Rituales de celebración, fiesta y anticipación (caos). Son importantes en la cimentación del or-
den. Estos ritos suponen una ruptura puntual del orden establecido, además de una vivencia
grupal.
Rituales de salida. Estos rituales han sido siempre los menos atendidos puesto que se conside-
ra que el que va ya no tiene influencia sobre los que se quedan. El ritual de salida, no sólo a ni-
vel organizacional, tiene como función procesar la pérdida de algo que se considera parte de la
propia vida. Son casos de este tipo la destitución, el cese, el despido y la jubilación.
Otros rituales, como son los de aproximación, los de entrega de premios o los de grupalidad (p.e. una
fotografía de grupo), pueden ser excelentes formas de rebajar la tensión.
LA IDENTIDAD ORGANIZACIONAL
La identidad organizacional representa la forma en la que los integrantes de la organización se definen
a sí mismos como grupo social en relación con el ambiente externo a la organización, y a cómo entien-
den sus diferencias con sus competidores y colaboradores dentro de la misma organización. Las perso-
nas expresan sus concepciones del yo dentro de la organización.
! Los integrantes de una organización dan forma a la identidad organizacional, y a su vez, son modificados
por ella.
La identidad organizacional implica que los miembros de la organización comparten la visión de que
ésta posee unos rasgos distintivos, los cuales son perdurables en el tiempo. Debido a esto, puede ocu-
rrir que si una organización atraviesa cambios culturales, éstos puedan poner en peligro la identidad
organizacional y, por tanto, la identificación de sus integrantes con ella.
A la hora de explicar cómo se desarrolla la identificación organizacional, se ha insistido en que dentro
de las organizaciones hay una serie de intercambios simbólicos, referente a que los significados que
tienen las tareas, procesos y objetos no están dados de antemano, sino que se construyen a través de
las interacciones entre las personas.
└ Con frecuencia los objetos sobre los que se centra la interacción no tienen sólo un significado
por lo que son en sí mismo, sino también por lo que representan dentro de la organización.
! Según la Teoría de la Identidad Social (Tajfel, 1978; Tajfel y Turner, 1979), las personas nos identificamos
con las categorías sociales, en parte, para mejorar nuestra autoestima.
La identidad social de las personas en el ambiente laboral se puede deber no sólo a la organización,
sino también a su grupo de trabajo, departamento, sindicato, grupo de edad, etc.
└ Se ha distinguido entre organizaciones en las que las personas comparten una identidad
común a través de todas las unidades menores (organizaciones holográficas) y organizaciones
en las que las personas desarrollan una identidad peculiar dentro de cada departamento o
unidad más pequeña.
Existen varios factores que pueden influir de una manera determinante en la identificación con los
grupos, tanto dentro como fuera de las organizaciones laborales:
Distintividad. La medida en que un grupo se diferencia o destaca de los demás. Cuanto más di-
ferenciado sea un grupo, más probable es que la gente se identifique con él. En el interior de
una empresa, la distintividad en los valores y las prácticas grupales está moderada por la clari-
dad de los territorios de cada grupo y de sus fronteras.
Prestigio. Dado que la identificación se relaciona directamente con la autoestima, es lógico
que cuanto mayor sea el prestigio percibido de un grupo dentro de un contexto social, más
probable es que la gente quiera identificarse con él.
Saliencia de los exogrupos. La conciencia de la existencia de ‘los otros’ refuerza la conciencia
del ‘nosotros’. Cuando se presta atención a los exogrupos, se subraya la existencia de fronte-
ras externas, lo que lleva a asumir que el propio grupo es más homogéneo.
Factores asociados a la formación del grupo. Tales como la interacción entre las personas,
semejanza, vinculación, proximidad física, objetivos compartidos, amenazas compartidas, his-
toria común, etc. Todos ellos son factores moduladores, aunque se ha señalado que no se
constituyen como necesarios para que la identificación ocurra.
! Se ha encontrado que cuanto más parecidos y comparables son los grupos, más fácil es que surja entre
sus miembros el favoritismo hacia el propio grupo.
Hay quienes afirman que es más fácil que surja hostilidad entre grupos que entre personas individua-
les. Incluso puede decirse que las relaciones endogrupo-exogrupo están marcadas por la competición y
la hostilidad, incluso en ausencia de motivos objetivos de conflicto.
Un último aspecto a tener en cuenta es la asimetría en la dinámica de las relaciones grupales. Así, un
grupo de alto estatus se siente menos amenazado que los de estatus más bajo, por lo que necesita
menos del favoritismo endogrupal y de la afirmación positiva.
└ La indiferencia que se deriva de esta menor necesidad de afirmación positiva quizá suponga
una de las mayores amenazas para la identidad de los grupos de bajo estatus.
Todo lo expuesto sugiere una serie de conclusiones concretas. Primero, dado que los grupos (al igual
que las personas) buscan compararse con sus semejantes, las comparaciones intergrupales tienden a
quedar restringidas a exogrupos próximos, similares o salientes. Segundo, los grupos pueden hacer
múltiples comparaciones a la vez y en distintas dimensiones, lo que les permite mantener el favoritis-
mo endogrupal en los aspectos que les interesan, y conservar una imagen positiva del exogrupo en
dimensiones que les resultan irrelevantes. Y tercero, las diferencias en la distribución de recursos pue-
den verse como legítimas y/o institucionalizadas por los grupos de menor estatus, lo que hace menos
probable que muestren favoritismo endogrupal.
! El liderazgo en las organizaciones se puede definir ‘como el proceso de influir en otras personas de tal
forma que se las anima a contribuir voluntariamente en la consecución de los objetivos organizacionales’
(Reicher, Haslam y Hopkins, 2005).
El liderazgo consiste en lograr que los empleados internalicen los objetivos propuestos como válidos,
apropiados y correctos. No consiste esto en la obediencia ni en el logro por imposición o fuerza bruta;
la influencia conseguida únicamente a través del uso del poder coercitivo no se puede denominar lide-
razgo.
Según el modelo de poder/interacción de la influencia interpersonal (Raven, 2008), la habilidad del
superior que ejerce el poder para logar un cambio en la conducta de los subordinados, se basa en los
recursos que tiene a su disposición. Estos recursos están representados en seis bases diferentes de
poder que emanan de dos fuentes: la organización y la persona.
La primera publicación sobre el liderazgo auténtico, de Luthans y Avolio (2003), trata de integrar el
trabajo de Luthans sobre la conducta organizacional positiva, y el trabajo de Avolio sobre el desarrollo
del liderazgo y el ciclo de vida.
└ La conducta organizacional positiva se define como el estudio y aplicación de las fortalezas y
capacidades psicológicas de las personas, orientadas positivamente, que pueden ser medidas,
desarrolladas y gestionadas para el beneficio de la organización.
! Latenticidad
premisa central del modelo de liderazgo auténtico es que los líderes auténticos desarrollarán la au-
de los seguidores, la cual contribuirá al propio bienestar de los seguidores y al logro de un
rendimiento que sobrepase las expectativas.
El liderazgo ético (Solomon, 1998; Treviño, Hartman y Brown, 2000) apela a la demostración por parte
de los líderes de conductas normativamente apropiadas, y al fomento de dichas conductas entre los
seguidores. Los líderes éticos se caracterizan por ser considerados personas morales, cuyas cualidades
son honradez, honestidad y preocupación por las personas, y directivos morales, refiriendo a que defi-
nen unas normas y modelos éticos de conducta que implementan en las estructuras y procesos organi-
zacionales. El liderazgo auténtico tiene en cuenta otra serie de elementos que exceden al liderazgo
ético, como la conciencia de uno mismo o el procesamiento equilibrado de la información.
Contexto Organizacional
El contexto organizacional es la otra categoría de antecedentes del liderazgo auténtico. Según Avolio y
Gardner (2005), para que surja y se desarrolle el liderazgo auténtico, es necesaria la existencia de una
organización que proporcione un amplio acceso a la información, recursos e igualdad de oportunida-
des para aprender y desarrollarse. Según estos autores, son cuatro las dimensiones del contexto orga-
nizacional que propician el surgimiento del liderazgo auténtico:
1. Existencia de cierta incertidumbre.
2. Clima inclusivo donde se fomente la participación y la igualdad.
3. Cultura basada en el aprendizaje.
4. Valores y estrategias que fomenten la ética y la sostenibilidad de los resultados positivos.
! Elbiéncontexto organizacional se puede constituir como un antecedente del liderazgo auténtico, pero tam-
como una consecuencia del mismo.
Modelado Positivo
La Teoría del Aprendizaje Social (Bandura, 1977) sugiere que los individuos aprenden por observación,
de lo que se deduce que los líderes se acaban convirtiendo en modelos para sus colaboradores. Esto es
importante ya que, incluso los empleados altamente motivados, pueden no ser capaces de mostrar
ciertas conductas si no disponen de un modelo de rol del que aprenderlas.
Contagio Emocional
El contagio emocional es un mecanismo específico por medio del cual los líderes auténticos ejercen
influencia en sus colaboradores. Refiere al proceso por el cual las emociones positivas experimentadas
por un individuo (en este caso el líder), son experimentadas por los colaboradores (seguidores), y vice-
versa.
Gardner et al. (2005) plantean que los líderes auténticos experimentan más emociones positivas que
los no auténticos. El hecho de que sean coherentes con sus valores y actúen de una forma honesta y
transparente con sus colaboradores, provocará elevados niveles de satisfacción y emociones positivas
que transmitirán al resto del grupo.
! Seconfianza
han encontrado correlaciones positivas entre el apoyo a la autodeterminación de los empleado, su
en la organización y su motivación.
Junto a las características actuales del mercado laboral (globalización, flexibilidad, crisis, desempleo…),
hay otras dos razones importantes para utilizar conceptos activos de desempeño. Una es que las per-
sonas somos activas por naturaleza; ser activos permite un mejor manejo de los errores, centrarse en
la acción, explorar otros aspectos y conseguir una mejor compresión de las situaciones. La segunda es
que tomar decisiones y ejercer el trabajo con autonomía se relaciona directamente con el bienestar
del empleado.
Por autoiniciada, se refiere a los objetivos auto-impuestos frente a los asignados, a aquellos que no
forman parte de una tarea que se está obligado a realizar. Esta característica es sensible a los extremos
jerárquicos de la estructura organizacional, de forma que, mientras se espera de los directivos que
muestren iniciativa, ésta puede no ser bienvenida si proviene de los niveles más bajos.
La iniciativa personal debe ser proactiva, lo cual significa estar centrada en el largo plazo y anticiparse
a las demandas para responder. Esto permite encontrar vías de resolución incluso antes de que los
problemas aparezcan.
! Los superworkers establecen objetivos a largo plazo y muestran conductas más activas en el trabajo, an-
ticipando tanto problemas como oportunidades.
Ejemplos de proactividad con los planes B y el desarrollo de indicios/testigos que permitan la detección
temprana de problemas/oportunidades.
Las mejoras requieren cambios, y éstos no suelen funcionar a la primera. Es por ellos que la persisten-
cia, que representa la capacidad para superar las barreras que con probabilidad se presentarán, es
imprescindible.
En el proceso de ir superando barreras están involucrados procesos emocionales auto-regulatorios. Un
prerrequisito que hace más probable la continuidad del objetivo es sentirse responsable de él y de sus
resultados.
Por último, la actitud pro-organización incluye las conductas alineadas con los objetivos de la organi-
zación. Una sugerencia que sólo busque el beneficio personal, sin tener en cuenta a la organización ,
no es una conducta de iniciativa.
Antecedentes Distales
Apoyos ambientales ________________________________________________________________
Si bien no son antecedentes distales en el sentido estricto,
sino más bien una categoría intermedia entre proximal y dis- Control del trabajo
tal, los apoyos ambientales se describen como las condicio- Complejidad de la tarea
nes laborales y organizacionales que hacen más fácil que apa- Estresores
rezcan conductas de iniciativa. No son tan específicos como Apoyo para la iniciativa personal
las orientaciones, ni tan generales ni predictivos como el re-
sto de antecedentes distales.
Los efectos de los apoyos ambientales pueden ser directos o indirectos, y afectar a las orientaciones.
Una persona tiene control sobre la tarea si puede decidir qué tareas hacer diariamente, disponer la
cantidad de trabajo a realizar, establecer normas y procedimientos de autogestión y/o sentirse res-
ponsable del trabajo que realiza. Sobre cómo influye el control de la tarea existe cierta controversia.
Algunos autores consideran que un bajo o nulo control deriva en desamparo aprendido, mientras que
otros defienden justo lo contrario, que el bajo control insta a realizar intentos por obtenerlo.
└ Frese y Fay (2001) combinan ambas posturas proponiendo que, a corto plazo, el bajo/nulo
control conlleva un aumento de las aspiraciones, pero que su prevalencia a largo plazo, sí lleva
a una disminución de dichas aspiraciones y al desamparo aprendido.
La complejidad de la tarea afecta a la creencia de control descrita. Si se tiene control sobre la tarea y
complejidad en el trabajo, aumentan las aspiraciones de control.
Los estresores aquí influyen de manera positiva en la iniciativa personal a través de la orientación al
cambio y las aspiraciones de control.
Por último, respecto al apoyo para la iniciativa personal, es más relevante un clima adecuado y una
cultura que fomente la iniciativa que el apoyo directo del superior. Dentro del apoyo para la iniciativa
personal se incluye el concepto de clima, el cual contempla dos aspectos:
Clima para la iniciativa; refiere a las prácticas y procedimientos organizacionales, formales e informa-
les, que apoyan y guían una aproximación al trabajo proactiva, auto-iniciada, persistente y pro-
organización.
Clima para la seguridad psicológica; refiere a que el empleado se sienta capaz de mostrarse tal y co-
mo es en el trabajo sin miedo a consecuencias negativas para su imagen, estatus o carrera.
Orientaciones
Las orientaciones tienen un papel de control y motivación,
además de ayudar a manejarse con los efectos negativos de la Control de las evaluaciones
iniciativa, como son los errores, el cambio o el estrés. Autoeficacia
Las seis orientaciones que recoge el modelo pueden clasificarse Aspiraciones de control y
responsabilidad
en dos bloques, uno que incluye los aspectos relacionados con el
Orientación al cambio
control de la situación (control de las evaluaciones, autoeficacia Manejo de los errores
y aspiraciones de control y responsabilidad), y otro que incorpo- Coping activo
ra los aspectos relacionados con las potenciales consecuencias
negativas de la iniciativa (orientación al cambio, manejo de los
errores y coping activo).
El control de las evaluaciones se define como la creencia de que la persona es capaz de influir en las
decisiones del trabajo, lo que tiene su correlato en los resultados de dicho trabajo.
La autoeficacia es la expectativa de que se es capaz de desempeñar una acción de manera eficiente.
Respecto al control y la responsabilidad, se entiende que para obtener el primero, deben aceptarse
responsabilidades.
Las personas con un alto grado de orientaciones de control suelen tener un alto sentido de la respon-
sabilidad y ser muy persistentes; además, tienen más esperanzas de éxito y toman una perspectiva a
más largo plazo en el establecimiento de objetivos.
Respecto al segundo bloque (consecuencias negativas), mencionar que la motivación se ve afectada
negativamente cuando se esperan resultados adversos. Para manejarse con las tres orientaciones in-
cluidas en este bloque son necesarias buenas orientaciones de afrontamiento activo de los cambios,
los errores y los estresores.
Consecuencias
El modelo general de iniciativa personal propone que dicha iniciativa se relacionará con el desempeño
a nivel organizacional e individual, a lo que Frese y Fray (2001) añaden que las conductas activas que
la iniciativa personal lleva asociadas afectarán al ambiente.
Estos autores sugieren relaciones recíprocas entre las características del trabajo (apoyos ambientales
↔ iniciativa personal), las cuales operan a través de dos mecanismos:
a. Las personas con alta iniciativa suelen añadir control y complejidad a su trabajo. Los superviso-
res pueden jugar aquí un importante papel facilitando o dificultando esos aspectos.
b. Las personas con alta iniciativa pueden usar los cambios en el trabajo para conseguir un traba-
jo más retador. Este tipo de personas se muestran más capaces de realizar bien el trabajo, por
lo que buscan trabajos con un perfil más desafiante, que incluyen tareas con un elevado grado
de control y complejidad.
Bandura (1997) sugiere que los factores personales internos y los eventos ambientales operan como
determinantes que influyen unos sobre otros de manera bidireccional.
! Elducirlas
estudio de los tipos de conductas contraproducentes y sus antecedentes, permitirá identificarlas y re-
o minimizar sus consecuencias.
En primer lugar, conviene distinguir entre conductas contraproducentes y lo que serían meros errores,
para lo cual es clave la intencionalidad. Un aspecto aparentemente negativo como son los errores,
puede convertirse en algo positivo si se gestiona adecuadamente.
Keith y Frese (2011) distinguen entre: a) errores, que son desviaciones involuntarias; b) ineficacia, que
se diferencia de los errores en que aquí todavía existe la posibilidad de alcanzar el objetivo; c) viola-
ciones, que son desviaciones con carácter intencional de los estándares o normas; y d) fallos.
Es importante distinguir las 10 categorías de conductas contraproducentes de otros tres tipos de con-
ductas inapropiadas:
a. Conductas ilegales. En referencia a aspectos que incumplen la legalidad estatal/local vigente.
b. Conductas poco éticas o inmorales. Conductas que se pueden considerar contrarias al sistema
de valores compartido.
c. Conductas que desvían de la norma social. Como p.e. renunciar a las vacaciones o a gratifica-
ciones extra.
T7 EMPRENDIMIENTO CORPORATIVO:
CREATIVIDAD E INNOVACIÓN EN LA ORGANIZACIÓN
EL CONCEPTO DE EMPRENDIMIENTO
Según la RAE, ‘emprender’ se define como ‘acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño,
especialmente si encierran dificultad o peligro’; ‘emprendimiento’ se define como ‘acción y efecto de
emprender’ y como ‘cualidad de emprendedor’.
La consideración de las principales definiciones formuladas por especialistas pertenecientes a diferen-
tes disciplinas, permite delimitar las principales características más destacadas del emprendimiento:
Reconocer oportunidades. Como elemento más mencionado en las diferentes definiciones,
supone estar alerta ante nuevas oportunidades de negocio, explorando continua y exhausti-
vamente el entorno en su búsqueda. Así, ser emprendedor puede decirse que consiste en des-
cubrir oportunidades y transformarlas en empresas rentables.
Realizar innovaciones. No limitarse a imitar lo ya realizado, sino crear nuevos productos o ser-
vicios.
Obtener recursos y utilizarlos eficazmente. No es necesario contar con todos los recursos ne-
cesarios para el funcionamiento de una empresa en sus inicios, pero la intención de lograrlos
debe estar presente en todo momento.
Asunción de riesgos. Todos los autores convergen (implícita o explícitamente) en considerar
este elemento como esencial en la conducta emprendedora y en la definición de emprende-
dor, que además lo diferencia claramente de la posición de ‘trabajador por cuenta ajena’, cuya
asunción de riesgos es mucho menor o incluso nula.
Creación de una nueva empresa. Característica necesaria, aunque no suficiente, de cualquier
definición que refiera a la conducta emprendedora.
! Un tipo particular de emprendedor es el emprendedor pionero, que se define por su capacidad para cre-
ar nuevos productos y/o servicios.
EMPRENDIMIENTO CORPORATIVO
Diferentes estudios han mostrado relaciones significativas entre la orientación o intensidad empren-
dedora de las organizaciones y diferentes indicadores de desempeño como el incremento en los bene-
ficios, el número de ventas o el grado de crecimiento organizacional. En este aspecto, se considera que
las organizaciones emprendedoras son capaces de favorecer o responder de forma adecuada a las
innovaciones tecnológicas y los cambios en el mercado.
El emprendimiento corporativo se ha relacionado también con la satisfacción laboral de los emplea-
dos, su autoeficacia y su compromiso organizacional.
Se evidencian también diferencias entre los ejecutivos y los emprendedores corporativos, de hecho,
estos últimos son más similares a los emprendedores independientes. Aún así, guardan similitudes con
ambos.
Nuevas tecnologías y
Sucesos dentro de la Sucesos dentro y fuera
Foco de atención oportunidades de mer-
organización de la organización
cado
Realiza él mismo el Realiza él mismo el
Tendencia a la acción Supervisa y delega trabajo. Dificultades trabajo. Delega si es
para delegar necesario
Asunción de riesgos
Riesgo moderado. No
calculados. Alta inver-
Actitud hacia el riesgo Precaución hay miedo a ser despe-
sión pero con expecta-
dido
tivas de éxito
Jerarquía como base de Transacciones dentro
Relación con los demás Transacción y negocio
las relaciones de la jerarquía
Para sí mismo y sus Para sí mismo, los clien-
Para quién trabaja Para la organización
clientes tes y la organización
! Para que cualquier proceso de emprendimiento corporativo tenga éxito, es necesario que la cultura y
política de la organización estén diseñadas para aceptar la iniciativa de sus miembros y que se fomente
una actitud positiva hacia la innovación y el riesgo.
En general, una cultura corporativa típica, en relación a una cultura emprendedora, tiene como carac-
terísticas definitorias unas normas y un sistema de recompensas que favorece la toma de decisiones
conservadoras. Esto conlleva la realización de reuniones y asambleas para decidir el curso de acción, y
largos procesos para ascender dentro de su estructura jerárquica. Las bases de estas culturas corpora-
tivas son las decisiones racionales; las decisiones arriesgadas se postergan hasta que son analizadas en
asambleas y por expertos.
En contraste, las características de una organización que favorece un clima emprendedor pueden re-
sumirse en (Hirisch, 1990): 1) desarrollo de visiones, objetivos y planes de acción; 2) pasar a la acción
está gratificado; 3) sugerencia, intento y experimentación; 4) creación y desarrollo independientes del
área; y 5) se toman responsabilidades y se desarrolla el sentido de pertenencia.
Otra diferencia es que las organizaciones que fomentan la conducta emprendedora tienen estructuras
organizacionales planas con numerosos equipos de trabajo, sistemas de redes y mentores.
Hirsich también describe dos requisitos necesarios para que el emprendimiento nazca y se desarrolle
en la organización:
1. Las nuevas ideas deben ser estimuladas y no desalentadas.
2. Debe promoverse la experimentación. Los nuevos productos/servicios con frecuencia se ob-
tienen como resultado de una serie de intentos y errores.
Intensidad Emprendedora
Morris y Kuratko (2002) definen el concepto de intensidad emprendedora organizacional como la
conjunción de frecuentes actividades emprendedoras dentro de la empresa, unidas a un alto grado de
innovación en las mismas.
! Diferentes autores han señalado la innovación como núcleo de la intensidad emprendedora en la orga-
nización.
Innovación y creatividad están íntimamente relacionadas. Por lo general, las personas creativas tien-
den a pensar de forma no convencional, a cuestionar los procedimientos establecidos y a ser flexibles y
adaptables..
! La creatividad conduce a la innovación, siendo el emprendedor el que lidera el proceso (Morris y Kurat-
ko, 2002).
Creatividad Emprendedora
La creatividad se considera fundamental en el emprendimiento dado que para el desarrollo de iniciati-
vas emprendedoras se requiere aprovechar oportunidades y resolver tareas encontrando la mejor
manera de llevar a buen término el proyecto.
Muchos de los rasgos psicológicos que se han identificado en las personas creativas (como la curiosi-
dad, la disposición a asumir riesgos, la perseverancia o la tolerancia a la ambigüedad), son también
característicos de los emprendedores.
En base a todo esto, puede afirmarse que la creatividad emprendedora requiere de una combinación
de motivación intrínseca (altos niveles de interés personal y compromiso), junto con ciertos tipos de
motivación extrínseca (recompensas). La creatividad aquí es un elemento necesario, aunque no sufi-
ciente; además de generar ideas y reconocer las adecuadas, las personas emprendedoras deben creen
en dichas ideas lo suficiente para perseverar incluso ante feedback negativo, además de poseer los
mencionados altos niveles de motivación intrínseca y cierta expectativa de recompensa.
El entorno también se constituye como un factor importante para fomentar la creatividad y la activi-
dad emprendedora. Según la teoría del crecimiento regional basada en la creatividad de Florida
(2003), la creación de nuevas empresas y el crecimiento regional se relacionan con las denominadas
tres T’s (tecnología, talento y tolerancia). Así, los entornos que aglutinen esas tres características serán
más atractivos para las personas creativas y serán los más exitosos.
Creatividad Colectiva
Recientemente se ha comenzado a investigar la actividad creativa dentro de los grupos, centrándose
en las relaciones en lugar de en los individuos (como venía siendo lo habitual). Desde esta perspectiva,
la creatividad nada tiene que ver con una relación vertical en la que un líder inspire a sus subordina-
dos. Según señalan Hill et al. (2014), normalmente en las organizaciones más innovadoras no existe un
líder absoluto creador de ideas, sino que éstas son fruto de la preparación, la colaboración y el trabajo
grupal.
Preparación _______________________________________________________________________
Con el término preparación se hace referencia a aquellas actividades que los miembros del equipo
realizan para dominar su trabajo y convertirse en colaboradores expertos, de forma que, mediante la
práctica y la experimentación, van desarrollando competencias.
! Gracias a la preparación, pueden descubrirse métodos y conocimientos que, aunque no se puedan apli-
car al proyecto actual, resulten útiles en proyectos futuros.
La capacidad de los miembros del grupo para elaborar soluciones originales y relevantes depende de
su compromiso para continuar con su preparación más allá de la realización de tareas inmediatas.
Colaboración ______________________________________________________________________
En el esquema tradicional del trabajo de equipo, la colaboración se ha entendido como el trabajo con-
junto de un grupo de individuos seleccionados y asignados a tareas determinadas por un líder. Obvia-
mente, en este esquema, el éxito del proyecto depende fundamentalmente de la destreza del líder en
la planificación, dirección y organización del trabajo de los miembros del equipo que ha formado. Este
tipo de colaboración deja muy poco espacio para la creatividad, la improvisación y, por tanto, para las
soluciones innovadoras.
Actualmente, sin embargo, destaca el concepto de creatividad colectiva, en la que la innovación y el
éxito no tienen que ver con las destrezas de un líder solitario, sino con el producto resultante de la
colaboración de un grupo de personas que trabajan conjuntamente para sacar un proyecto adelante.
Procesos de Innovación
La innovación se define, en general, como la creación o modificación de un producto y su introducción
en un mercado. De forma más específica, refiere al proceso de generar e implementar una nueva idea,
productos, servicio o negocio con éxito en el mercado, de obtener un beneficio tangible a partir de la
generación de ideas, identificación de oportunidades y su aplicación exitosa.
Se habla de proceso de innovación ya que tiene un carácter dinámico e interactivo; la innovación no
es un acto único ni solitario, sino una cadena de acciones en la que intervienen diferentes actores.
Con frecuencia las organizaciones suelen cooperar en sus actividades de innovación con otras organi-
zaciones e instituciones, dando lugar a lo que se denominan sistemas de innovación. Estas institucio-
nes con las que la organización se relaciona, y que se denominan organizaciones de apoyo a la innova-
ción, tienen por función la generación, distribución, gestión y protección de conocimiento y pueden
clasificarse en: a) centros de investigación y tecnológicos; b) estructuras de interfaz; c) proveedores de
financiación; d) centros de formación; y e) servicios generales de apoyo a las empresas.
El estrés laboral puede ser definido desde tres diferentes enfoques: 1) como estímulo; 2) como res-
puesta; o 3) como transacción.
Como estímulo el estrés refiere a un agente externo (o estresor), que afecta de forma temporal o per-
manente a un empleado. Desde esta perspectiva la atención se centra en el entorno del puesto y bus-
ca identificar las fuentes del estrés.
Como respuesta se utiliza para hablar de la reacción psicofisiológica del empleado ante determinadas
demandas del trabajo.
La tercera forma de abordar el estrés (también la más aceptada actualmente) lo considera resultado
de la transacción entre los recursos del empleado y las demandas de su entorno laboral. Desde esta
planteamiento interaccional se resalta el papel de los mecanismos personales de evaluación y afron-
tamiento que median entre los estresores y sus consecuencias.
└ La evaluación es un proceso cognitivo que actúa en dos fases: 1) evaluación primaria, en la que
se analizan los riesgos del entorno y sus posibles consecuencias; y 2) evaluación secundaria,
que, si la evaluación primaria identifica la situación como grave, trata de identificar qué accio-
nes se pueden adoptar para afrontar, controlar y reducir las consecuencias.
Si después de llevar a cabo las conductas de afrontamiento no se consigue reducir el efecto de los es-
tresores, pueden aparecer efectos negativos a corto, medio y largo plazo. Los efectos inmediatos del
estrés son el aumento de las respuestas fisiológicas, psicológicas y/o conductuales. A medio y largo
plazo las secuelas del estrés pueden afectar negativamente a la salud de los empleados y, en conse-
cuencia, al rendimiento de la organización.
Principios
1. Perder recursos es más importante que ganar recursos.
2. Las personas deben invertir recursos para protegerse ante la pérdida, recuperarse de posibles
pérdidas y para conseguir nuevos recursos
Corolarios
1. Aquellas personas con más recursos son menos vulnerables a perderlos y más capaces de con-
seguir otros nuevos; las personas con menos recursos se encuentran en la situación inversa.
2. Aquellas personas que carecen de recursos son más vulnerables a la pérdida y además, la
pérdida inicial generará en el futuro nuevas pérdidas
3. Aquellas personas con más recursos son más capaces de conseguir otros; además, las ganan-
cias iniciales generarán ganancias posteriores. – Las espirales de pérdidas tendrán más impac-
to e influirán más rápido que las espirales de ganancia –
4. Es frecuente que aquellas personas con pocos recursos adopten posturas defensivas para con-
servarlos.
El meta-análisis de Alarcon (2011) confirma que la pérdida de recursos provoca, primero, cansancio
emocional, y más tarde, reacciones de cinismo y reducción de la eficacia personal por no disponer de
mecanismos de afrontamiento adecuados.
Demandas-Control
El modelo demandas-control resalta la importancia de estas dos va-
riables, las demandas o exigencias del trabajo, y el control o la capaci-
dad del empleado para enfrentarlas. Al combinarlas se identifican los
cuatro tipos de trabajos que aparecen en el cuadro.
De los tipos descritos, los trabajos de alta tensión son los más estresantes y perjudiciales para la salud,
mientras que los de baja tensión no presentan problemas de este tipo. El modelo postula también que
la combinación demandas-control influye en la satisfacción y la motivación, siendo los trabajos activos
los más gratificantes.
Un aspecto clave de esta teoría es el papel negativo que el aumento de las demandas tiene sobre la
salud, y otro, el efecto ‘amortiguador’ que la capacidad de control tiene sobre dichos efectos.
Un meta-análisis reciente ofrece tres conclusiones: 1) los efectos directos se encuentran siempre si el
tamaño de la muestra es adecuado; 2) los efectos son mayores en estudios transversales que en longi-
tudinales; y 3) la evidencia de la amortiguación es débil, depende del tamaño de la muestra y de que
exista ajuste entre el tipo de demanda y de control
A este modelo, quizá demasiado simple, se le han añadido otras variables como la autoeficacia, el lo-
cus de control o el apoyo social, para completarlo. El modelo demandas-control-apoyo social (el más
estudiado), plantea que los cuatro tipos de trabajo propuestos pueden darse en situaciones de alto o
bajo apoyo, siendo la combinación [alta demanda - bajo control - bajo apoyo] la más perjudicial.
Demandas-Recursos
Según el modelo demandas-recursos propuesto por Demerouti, Bakker, Nachreimer y Schaufeli
(2001), todos los trabajos tienen asociadas dos fuentes de riesgo: las demandas y la falta de recursos.
El modelo se basa en un proceso dual de estrés vs motivación. En el caso del estrés, elevadas deman-
das activan proceso psicofisiológicos que van a suponer costes para los empleados; si estos costes son
excesivos y/o se mantienen en el tiempo, afectarán a la salud. Respecto a la motivación, se entiende
que los recursos la favorecen al propiciar el aprendizaje, el desarrollo personal y la satisfacción de ne-
cesidades.
Respecto a los modelos anteriores (demandas-control y esfuerzo-recompensa), esta propuesta avanza
al considerar varios tipos de demandas y recursos en función del contexto de trabajo. Es también más
flexible, ya que plantea que diferentes recursos pueden satisfacer distintas demandas.
! A pesar de las diferentes críticas realizadas al modelo y a la investigación sobre el ajuste, desde un punto
de vista aplicado, el ajuste es una parte fundamental de los procesos de selección de personal.
En la línea de estresor como agente externo, otra distinción importante es la que se da entre riesgo
físico y riesgo psicosocial. Se pueden destacar tres diferencias fundamentales entre ambos:
1. Los riesgos psicosociales están más vinculados a un contexto o situación de trabajo concretos.
2. Es más difícil establecer el grado de peligrosidad de los riesgos psicosociales.
3. Los riesgos físicos suponen un peligro siempre, mientras que los psicosociales dependen de
otras variables como el estilo de afrontamiento, el apoyo de dirección y compañeros, etc.
Por su parte, Cox, Griffiths y Rial (2000) clasifican los estresores en diferentes categorías, identificando
además de los estresores físicos como el ruido, la temperatura inadecuada, contaminantes, etc., dos
tipos de estresores psicológicos: los estresores del contexto del trabajo, y los estresores que surgen del
desempeño de las tareas del puesto.
El meta-análisis de Bowling y Beehr (2006) sugiere ciertas conclusiones. En primer lugar, señala que los
empleados que trabajan en entornos estresantes tienen mayor probabilidad de convertirse en víctimas
porque en dichos entornos, son más frecuentes las conductas y actitudes que inducen al acoso. En
segundo lugar, comparando la influencia de los factores organizacionales y la de las características
personales, destacan los primeros.
Inseguridad
La crisis económica es la responsable de que los empleados se sientan cada vez más inseguros respec-
to a su situación laborar y a las posibilidades de mantenerse en su puesto de trabajo. La investigación
al respecto señala que la percepción de inseguridad se relaciona negativamente con la satisfacción, la
implicación y el compromiso con la organización, y positivamente con un deterioro de la salud física y
psicológica, un aumento de los conflictos personales, mayores demandas del trabajo y con un aumen-
to de la intención de abandono.
A todo ello se unen efectos indirectos causados por el aumento de otros estresores como la sobrecar-
ga de trabajo, la reducción de compensaciones y, en general, un empeoramiento de las condiciones
laborales.
Un fenómeno frecuente en la actualidad es la reducción de personal, proceso que resulta estresante
tanto para los que abandonan la organización como para los que continúan en ella después de despi-
dos masivos (supervivientes). Se ha comprobado que estos procesos aumentan la percepción de inse-
guridad, con todo lo que ello conlleva.
Desde los modelos de estrés revisados, la sobrecarga de trabajo se relaciona con un deterioro de la
salud, tanto físico como psicológico. El efecto de la sobrecarga se encuentra mediado por las carac-
terísticas individuales y organizacionales; además, se han encontrado diferencias en función de si la
sobrecarga es impuesta, negociada o voluntaria, siendo el primero de los casos el más negativo para la
salud.
VARIABLES MODULADORAS
Apoyo Social
Se han propuesto numerosas definiciones para el apoyo social organizacional, de las cuales la de House
(1981) es una de las más aceptadas. Este autor enumera cuatro dimensiones del apoyo social: 1) emo-
cional; 2) instrumental; 3) informativo; y 4) evaluativo.
No obstante, a pesar de su relevancia, ni los efectos del apoyo social, ni los mecanismos a través de los
que actúa, están claros todavía. Cohen y Willis (1985) plantean la hipótesis del ajuste, considerando
que el apoyo reduce el estrés, pero sólo cuando las necesidades personales y el tipo de apoyo que se
ofrece son congruentes entre sí.
└ El apoyo emocional será más eficaz en las relaciones personales, mientras que el apoyo de ex-
pertos lo será más en contextos laborales.
Gleason, Lida, Shrout y Bolger (2008) plantean que los posibles efectos negativos que ocasionalmente
se pueden asociar con el apoyo, pueden deberse a que dicho apoyo se perciba como una forma de
control o de obligación a devolver el apoyo recibido.
Los efectos del apoyo también dependen de otras variables, tanto personales como sociales. Es más
frecuente que las mujeres busquen y utilicen el apoyo social para enfrentarse al estrés, aunque los
beneficios del apoyo son superiores para los hombres. También se encuentran diferencias culturales;
en los países más colectivistas las relaciones sociales son menos voluntarias y el apoyo lleva asociado
un mayor sentimiento de obligación, con lo que las consecuencias pueden ser más negativas que en
los países individualistas.
Capacidad de Control
La investigación realizada sobre el papel del control en el desarrollo del estrés laboral distingue entre
varias dimensiones: control en el puesto de trabajo, sobre el tiempo, el método, la tarea, los recursos y
la organización en su conjunto.
! La falta de control puede actuar de forma directa y causar estrés, o de forma indirecta potenciando sus
efectos negativos.
Spector (2002) propone tres mecanismos que pueden explicar la relación directa control-estrés: 1) una
situación conflictiva en la que se perciba cierto grado de control tiende a considerarse menos estresan-
te; 2) el control reduce las reacciones emocionales; y 3) la capacidad de control permite identificar y
llevar a cabo formas de afrontamiento más positivas.
Otras cuestiones fundamentales son, por un lado, posibilitar que los empleados puedan informar de
los problemas y realizar aportaciones que consideren relevantes, y por otro, concienciar de la rentabi-
lidad de la seguridad puesto que, aunque a primera vista pueda parecer incompatible con la producti-
vidad, a largo plazo los costes de los programas de intervención se compensan con la reducción de los
problemas que existirían de no introducirlos.
La formación en seguridad permite reducir los sesgos y formas de pensar y actuar que son incompati-
bles con la seguridad. Metanálisis sobre este aspecto distinguen tres tipos de formación según el nivel
de implicación: 1) menor implicación (lecturas y videos); 2) implicación moderada (instrucción progra-
mada, intervenciones con feedback); y 3) implicación elevada (modelado conductual). A mayor impli-
cación, mayor promoción de la adquisición de conocimientos y mayor correlación con una reducción
de enfermedades, lesiones y accidentes.
A estos síntomas característicos se suma una variada constelación de otros posibles síntomas físicos
(fatiga, cefaleas, alteraciones del sueño…) y psicológicos (reducción de la atención, apatía…), además
de ciertas consecuencias sobre las actitudes laborales como reducción de la satisfacción, del compro-
miso con la organización, y/o del desempeño, y un aumento del absentismo y de los deseos de aban-
dono.
Respecto a los antecedentes organizacionales del burnout, los meta-análisis destacan la importancia de
los estresores de rol; p.e. el conflicto y la ambigüedad de rol son buenos predictores del agotamiento
emocional y la despersonalización. No obstante, el síndrome también se ha vinculado con variables
personales, como el género o la edad, y de personalidad, como autoestima, conciencia, extraversión,
etc.
Un constructo reciente que se ha vinculado con el burnout es el engagement2. Respecto a esto, se
considera el engagement como opuesto al burnout, con tres dimensiones positivas: vigor, dedicación y
absorción. Según Halbesleben (2010), el engagement se relaciona negativa con el burnout, los recursos
que ofrece el puesto se relacionan con el engagement más que las demandas, y el engagement se
asocia con resultados positivos (p.e. dedicación, permanencia…).
Otros meta-análisis (Crawford, LePine y Rich, 2010), muestran que las demandas se relacionan positi-
vamente con el burnout, sobre todo las que se perciben como carga (y menos las que se perciben co-
mo reto), y que los recursos lo hacen de forma negativa. Los recursos activarían procesos emocionales
que incrementarían la disposición al esfuerzo laboral, lo que a su vez aumentaría el engagement.
2
Ajuste, compromiso.
PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN
Se distinguen tres tipo de intervención para reducir el estrés:
1. Intervención primaria. Pone el foco en eliminar la fuentes de estrés. Puede ser proactiva o re-
activa.
2. Intervención secundaria. Busca reducir las consecuencias del estrés a través de formación que
potencia las capacidades y/o mecanismos de afrontamiento de los empleados. Puede ser pro-
activa o reactiva.
3. Intervención terciaria. Tratamiento individual de los empleados que presentan problemas
graves. Por su naturaleza es un tipo de intervención reactiva.
! La revisión realizada por Kompier y Kristensen (2001) sobre los diferentes programas de intervención, les
lleva a concluir que los más eficaces son los cognitivo-conductuales.
Desde un punto de vista aplicado, un programa de intervención debería contar con una serie de fases y
tareas: análisis de la situación, descripción del programa, evaluación previa a la introducción del pro-
grama, introducción del programa y evaluación de los resultados.
Organizaciones Saludables
Las definiciones más recientes describen las organizaciones saludables como aquellas caracterizadas
por invertir esfuerzos de colaboración sistemáticos e intencionales, para maximizar el bienestar de los
empleados y la productividad, ello a través de puestos bien diseñados y significativos, ambientes socia-
soci
les de apoyo, y oportunidades
rtunidades equitativas y accesibles para el desarrollo de la carrera y el balance en-
e
tre trabajo y vida privada.
Respecto a los aspectos principales de la perspectiva tradicional sobre las organizaciones saludables,
pueden citarse tres:
a. Identificación de lass características de los trabajos y organizaciones con ambientes de alto
estrés, con la intención de intervenir sobre dicho estrés.
b. Investigación centrada en el estudio del error tanto a nivel humano como organizacional.
c. Promoción de la salud centrada en los l modelos socio-ecológicos
ecológicos y en los modelos de progra-
progr
mación multinivel (o integradores).
A estos tres aspectos, la perspectiva actual, más global e integradora, añade otros dos:
d. Modelos, a partir de la dirección de RRHH y el desarrollo organizacional, para
par identificar las ca-
racterísticas de las empresas u organizaciones saludables, explorando las características de los
sistemas de trabajo denominados de high-performance.
e. Consideración de los resultados económicos.
Respecto a las prácticas saludables para gestionar y estructurar los procesos del trabajo, se señalan
dos aspectos:
1. Recursos estructurales, donde se puede distinguir entre: a) recursos de tarea, referente a las
características de la tarea (claridad, autonomía, variedad, información, feedback); y b) recursos
de la organización (gestión de RRHH, cultura, valores, objetivos…)
2. Recursos sociales, referido al contexto social del trabajo (compañeros, jefes, clientes…), redes
sociales dentro de él, y a la confianza, base para cualquier relación adecuada. Según Luthans y
Youssef (2004), formar parte del denominado ‘capital social’; estos autores destacan tres as-
pectos fundamentales: a) las redes sociales representan los lazos que nos relacionan dentro y
fuera de la organización, lo que es imprescindible para un adecuado desempeño; b) los recur-
sos sociales proveen de normas sociales, de conducta, valores y creencias básicas, fundamen-
tales para el desarrollo de estrategias organizacionales, estructuras y procesos; y c) confianza,
como fundamento de toda relación y esencial para tener relaciones significativas y una comu-
nicación adecuada.
En referencia al modelo de Dejoy y cols. (2010), las consecuencias más inmediatas de la evaluación
positiva del diseño del puesto, del clima organizacional y de las perspectivas de futuro, lleva a una ma-
yor satisfacción y a un mejor ajuste psicológico al trabajo; estos serían los dos primeros resultados del
modelo. Como resultados a largo plazo, estos autores señalan también la efectividad organizacional y
el bienestar de los empleados.
EMPLEADOS SALUDABLES
Características de los Empleados Saludables
Luthans y Youssef (2004) y Stanjovik (2006) enumeran cuatro características que definen a los em-
pleados saludables, a las que Salanova (2009) añade una quinta, el engagement:
1. Autoeficacia. Es uno de los antecedentes de la iniciativa personal, y se define como las expec-
tativa propia de que se es capaz de desempeñar una acción de manera eficiente.
Según Salanova, la autoeficacia afecta a conducta, pensamiento y sentimientos. Así, se tiende
a evitar las situaciones que se considera que exceden nuestras capacidades y a elegir las que
creemos que somos capaces de dominar, lo que se refleja en la cantidad de esfuerzo y tiempo
que se dedica a la tarea. A nivel de pensamiento y sentimientos, considerarse poco eficaz pro-
voca la percepción de que las deficiencias propias y las dificultades a las que nos enfrentamos
son mayores de lo que realmente son; esto se traduce en estrés y en una menor atención.
La investigación respalda la idea de que la percepción de autoeficacia está en la base del opti-
mismo y las emociones positivas.
Flow
El flow es un concepto muy relacionado con el engagement. Ambos refieren a la motivación positiva,
pero mientras que el engagement es un estado más duradero, estable y genérico, el flow representa
un proceso más puntual y relacionado con características o tareas concretas del trabajo (y no con el
trabajo en general).
Según Csikszentmihalyi (1999), el flow es una experiencia óptima de disfrute que ocurre cuando una
persona está motivada y capacitada para realizar una actividad que resulta desafiante, además de ser
satisfactoria de manera intrínseca.
En ‘flow’ una persona se concentra en la tarea invirtiendo en ella todos sus esfuerzos hasta el punto de
perder la noción del tiempo. En este estado, dirigido a la consecución de metas, se experimenta con-
trol sobre la situación y sobre uno mismo.
3
Ser un agente es influir intencionadamente en las situaciones y en uno mismo.
Pasión
La pasión sobre una actividad, en este caso sobre el trabajo, se postula también como una característi-
ca del empleado saludable. La pasión puede ayudar a incrementar motivación, bienestar e identifica-
ción organizacional. No obstante, también puede generar emociones negativas que afecten al rendi-
miento como el burnout o la adicción al trabajo.
Vallerand y Houlfort (2003) diferencian entre dos tipos de pasión:
a. Pasión armoniosa. Internalización autónoma que permite la elección de una actividad preferi-
da. Este tipo de pasión promueve una adaptación saludable. Los resultados afectivos aquí son
positivos, destacando el flow y el afecto positivo; también se vincula con una persistencia
flexible.
b. Pasión obsesiva. Refiere a la internalización controlada sobre una actividad como parte de la
propia identidad, que genera una presión interna para abordar una actividad que a la persona
le gusta. Este tipo de pasión frustra las posibilidades de una adaptación positiva y genera afec-
tos negativos, ansiedad y una persistencia inflexible.
Es importante detectar cuál es el proceso psicológico mediante el cual el interés por una actividad se
convierte en pasión. En este sentido, Vallerand y Houlffort identificaron dos aspectos. la valoración de
la actividad y la internalización de la actividad.
Adicción al Trabajo
La adicción al trabajo se ha definido recientemente como un daño laboral de tipo psicosocial caracte-
rizado por el trabajo excesivo que se lleva a cabo debido a una irresistible necesidad o impulso de tra-
bajar constantemente.
Los adictos al trabajo se definen también como personas que trabajan por encima de lo requerido y
que se esfuerzan más de lo que se espera de ellos, lo que supone que descuiden otras áreas de su vida
fuera de su trabajo.
La adicción al trabajo responde a una compulsión interna, a una necesidad o impulso, y no a una cau-
salidad externa tal como recompensas económicas, perspectivas de carrera, cultura organizacional,
etc.
Como puede verse, dentro de las características de los adictos al trabajo se encuentran algunas que
podrían considerase positivas; sin embargo, en conjunción con las demás, tornan perjudiciales.