Aproximación Psicológica El Sexo, El Género y Sus Derivados-Mercedes Palet
Aproximación Psicológica El Sexo, El Género y Sus Derivados-Mercedes Palet
Aproximación Psicológica El Sexo, El Género y Sus Derivados-Mercedes Palet
1
ECHAVARRÍA, M., Rudolf Allers, psicólogo católico.”En la escuela adleriana, de la que Allers proviene, la
psicoterapia es en el fondo pedagogía. Se trata de educar o reeducar el carácter, para que se conforme con
los fines reales de la naturaleza humana. De este modo, la psicoterapia se aleja de las ciencias médicas y
naturales, inscribiéndose entre las morales. Para esta escuela, la psicoterapia tendría dos partes: una
analítica, en la que se pone de manifiesto la finalidad ficticia que persigue el individuo, y los medios con que
la sostiene; otra sintética o pedagógica, que mira a reformar el carácter. Allers asume estas ideas, pero
“desde lo alto”, a partir de una visión más profunda del ser humano, dada por la antropología cristiana. Este
proceso de transformación del carácter neurótico, la curación, es considerado por nuestro autor
esencialmente como una conversión, o mejor “metánoia”, un cambio de la mente: “Para permanecer firme
ante los conflictos, las dificultades, las tentaciones, es necesario ser simple. Para curar una neurosis no es
necesario un análisis que descienda hasta las profundidades del inconsciente para sacar no sé qué
reminiscencias, ni una interpretación que vea las modificaciones o las máscaras del instinto en nuestros
pensamientos, en nuestro sueños y actos. Para curar una neurosis es necesaria una verdadera metánoia,
una revolución interior que sustituya al orgullo por la humildad, el egocentrismo por el abandono. Si nos
volvemos simples, podríamos vencer el instinto por el amor, el cual constituye -si le es verdaderamente dado
el desarrollarse- una fuerza maravillosa e invencible”. (Cf. ALLERS, R., Naturaleza y educación del carácter,
258. Cf. Z. Seligmann, “Psicoterapia: un camino de conformidad”, en La psicología ante la Gracia, 29-39.)
2
„Sería mejor, en el dominio de la vida instintiva, conceder más atención a los métodos indirectos y a la
acción del psiquismo consciente sobre la actividad imaginativa y afectiva. Esta técnica evita las desviaciones
señaladas. Tiende a esclarecer, curar y dirigir; influencia también la dinámica de la sexualidad, sobre la cual
se insiste tanto, y que se encontraría o incluso se encuentra realmente en el inconsciente o subconsciente”.
PÍO XII, Alocución a los participantes al I Congreso Internacional de Histopatología del Sistema Nervioso,
AAS, XXXXIV (1952) , 783-784.
3
Cf. ECHAVARRÍA, M. Corrientes de Psicología contemporánea. Editorial Scire, Barcelona 2010, p. 279-280.
4
CANALS VIDAL, Francisco, Aspectos pedagógicos de una renovada devoción al Corazón de Cristo, CRISTIANDAD,
Nro. 910, Barcelona 2007, p. 8.
5
Como quiso hacer S. Freud hace ya más de 100 años y con él la mayor parte de las corrientes de Psicología
contemporáneas.
6
“Para entender la situación de los hombres en nuestro tiempo es necesario tener una guía muy segura en
el pensamiento. La Iglesia, en la cual recibimos no sólo la Gracia sino también la luz para orientarnos en la
situación del mundo contemporáneo, pero también en la vida humana, nos propone su Doctrina,
fundamentada por supuesto en la Sagrada Escritura, pero explicada y reelaborada filosófica y
teologicamente en grandes autores, sobre todo en Santo Tomás de Aquino, que la Iglesia toma como un
hombre providencial. Un hombre que Dios ha enviado sobre todo en vistas a los retos del mundo moderno,
para clarificar el significado de la fe. Santo Tomás de Aquino es el «Doctor Humaninatis» de nuestros días.
Santo Tomás, con su gran fuerza racional y espiritual, en cierto modo ha anticipado el desarrollo de esta
tentación que se manifiesta crecientemente en los tiempos modernos. Por eso es una guía que la Iglesia
propone desde siempre, incluso ya desde la misma época de Santo Tomás, para orientarse en el mundo de lo
que podría denominarse la cultura moderna. Es un hombre especialmente indicado para explicar y
contrarestar desde la razón estas tentaciones que se hacen especialmente presentes en la vida
contemporánea y muy particularmente en el ámbito de lo que se denomina Psicología”. Cfr. ANDEREGGEN, I.
Apuntes inéditos de Clases para la formación de Psicólogos.
Santo Tomás de Aquino «Doctor Humanitatis», JUAN PABLO II, en su Carta Apostólica Inter Munera
Academiarum, sobre las academias teológicas pontificias, de 28 de Enero de 1999así lo tituló, «Doctor
Humanitatis»: “«Doctor humanitatis» es el nombre que dí a santo Tomás de Aquino porque siempre estaba
a
dispuesto a acoger los valores de todas las culturas . En las condiciones culturales de nuestro tiempo parece
muy oportuno desarrollar cada vez más esta parte de la doctrina tomista que trata de la humanidad, dado
que sus afirmaciones sobre la dignidad de la persona humana y sobre el uso de su razón, perfectamente
acorde con la fe, convierten a santo Tomás en maestro para nuestro tiempo. En efecto, los hombres, sobre
todo en el mundo actual, están preocupados por este interrogante: ¿qué es el hombre? Al usar el apelativo
«doctor humanitatis», sigo las directrices del concilio ecuménico Vaticano II sobre el uso de la doctrina del
b
Aquinate tanto en la formación filosófica y teológica de los sacerdotes , como en la profundización en la
c
armonía y la concordia entre la fe y la razón en las universidades .
a) JUAN PABLO II, Discurso a los participantes en el VIII congreso tomista internacional, 13 de septiembre
de 1980: L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 25 de enero de 1981, p. 7.
b) CONCILIO VATICANO II, Decreto Optatam Totius, sobre la formación sacerdotal, n. 16: “Ordénese la
teología dogmática de forma que, ante todo, se propongan los temas bíblicos; expóngase luego a los
alumnos la contribución que los Padres de la Iglesia de Oriente y de Occidente han aportado en la fiel
transmisión y comprensión de cada una de las verdades de la Revelación, y la historia posterior del
dogma, considerada incluso en relación con la historia general de la Iglesia; aprendan luego los
alumnos a ilustrar los misterios de la salvación, cuanto más puedan, y comprenderlos más
profundamente y observar sus mutuas relaciones por medio de la especulación, siguiendo las
enseñanzas de Santo Tomás; aprendan también a reconocerlos presentes y operantes en las acciones
litúrgicas y en toda la vida de la Iglesia; a buscar la solución de los problemas humanos bajo la luz de la
Revelación; a aplicar las verdades eternas a la variable condición de las cosas humanas, y a
comunicarlas en modo apropiado a los hombres de su tiempo”.
c) CONCILIO VATICANO II, Decreto Gravissimum Educationis, N. 10: “La Iglesia tiene también sumo cuidado
de las escuelas superiores, sobre todo de las universidades y facultades. E incluso en las que dependen
de ella pretende sistemáticamente que cada disciplina se cultive según sus principios, sus métodos y la
libertad propia de la investigación científica, de manera que cada día sea más profunda la comprensión
de las mismas disciplinas, y considerando con toda atención los problemas y los hallazgos de los
últimos tiempos se vea con más exactitud cómo la fe y la razón van armónicamente encaminadas a la
verdad, que es una, siguiendo las enseñanzas de los doctores de la Iglesia, sobre todo de Santo Tomás
de Aquino. De esta forma, ha de hacerse como pública, estable y universal la presencia del
pensamiento cristiano en el empeño de promover la cultura superior y que los alumnos de estos
institutos se formen hombres prestigiosos por su doctrina, preparados para el desempeño de las
funciones más importantes en la sociedad y testigos de la fe en el mundo”.
7
BENEDICTO XVI, Homilia en la Sagrada Familia de Barcelona el día 7 de Noviembre de 2010: Bendicto XVI
advertía que una de las tareas más importantes de nuestros días es la que Antonio Gaudí supo realizar:
superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo
temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y Dios como Belleza
8
TRILLO-FIGUEROA, J, La ideología de género, Libros Libres, Madrid, 2009, p. 184, citando a Raquel Osborne,
«Debates en torno al feminismo cultural» en Teoría feminista: de la Ilustración a la globalización, Celia
Amorós y Ana de Miguel, eds, Minerva Ediciones, Madrid, p. 242.
Si estas afirmaciones fueran ciertas, entonces, la Psicología perdería su razón de ser. Si no hay naturaleza
humana identificable, inmutable y estable, la Psicología ya no puede estudiar al hombre, ni sus acciones , ni
sus necesidades íntimas, ni su crecimiento personal y ni tan siquiera sus desórdenes y enfermedades
psíquicas, pues de no ser posible reconocer un orden natural humano, es todavía más díficil llegar a
reconocer un desorden en esa realidad. Si no hay naturaleza humana, no hay hombre; y si no hay hombre
las ciencias humanas han perdido su objeto y su sentido. Desde esta perspectiva de la «Ideología de
género» parecería que una aproximación psicológica a la vida humana, efectivamente, carecería de
sentido dada la constante y necesaria mutabilidad de las intenciones del ser humano, toda aproximación
psicológica no podría llegar jamas a convertirse en una afirmación sobre el hombre y debería reducirse a la
mera descripción de algunas acciones, de algunas «conductas» particulares de individuos concretos en
situaciones y circunstancias concretas, que, como mucho, por el interés sociopolítico, económico y
políticocultural que pudieran encerrar, podrían ser sometidas a cierta clasificación y control estadístico. Si
es cierto que «los humanos somos, por naturaleza, no naturales», entonces, la psicología –como ciencia
humana– dejaría de existir para dejar paso al dato y al control estadístico y al dato y al control empírico al
servicio de las estructuras de poder político y social.
9
“Carl R. Rogers es en el campo de la psicoterapia el principal representante de la corriente humanista. (...)
El humanismo es una ideología libertaria que combina muchas influencias diversas: 1) El Humanismo ateo
de autores como L. Feuerbach, K. Marx y J.P. Sartre y el ateísmo en general, incluso de autores que no se
pueden llamar humanistas como Freud y Nietzsche. 2) La fenomenología y el existencialismo de izquierda
(Sartre, Merleau-Ponty, Camus). 3) Las filosofías dialécticas (Hegel, Marx y neomarxismo). 4) Las
espiritualidades orientales no cristianas o de tipo heterodoxo. 5) Las influencias de las psicologías de la
gestal de Kurt Lewin y Kurt Goldstein, la psicología de la personalidad de Gordon W. Allport, así como las
psicoterapias de Freud, Jung, Rank, reich y Adler. 6) En algunos casos, la experimentación con drogas. (...)
Carl Ransom Rogers (1902-1987) es uno de los psicoterapéutas más influyentes, quizás el más influyente
después de Freud. Al igual que Freud, Rogers intenta dar una explicación última del ser humano desde la
Psicología”. ECHAVARRÍA, M. Corrientes de Psicología contemporánea. Editorial Scire, Barcelona 2010, p. 216-
218.
10
ROGERS, C. R., El proceso de convertirse en persona, Paidós, barcelona, 2000, p. 35. La cursiva es original
del autor.
11
ROGERS, C. R., El proceso de convertirse en persona, Paidós, barcelona, 2000, p. 32. La cursiva es original
del autor.
12
Cfr. ANDEREGGEN, I., Apuntes inéditos de Clases para la formación de Psicólogos.
13
SANTO TOMÁS DE AQUINO, Suma de Teología I, q. 5, a. 4, in c.
14
ECHAVARRÍA, M., La praxis de la psicología y sus niveles epistemológicos según Santo Tomás de Aquino,
Documenta Universitaria, Girona, 2005, p. 116.
Lo propio de la naturaleza racional es tender a un fin moviéndose o dirigiéndose a sí misma hacia ese fin
(SANTO TOMÁS DE AQUINO, Suma de Teología I-II, q. 1, a. 2, in c.) que tiene razón de bien (SANTO TOMÁS DE
AQUINO, Suma de Teología I-II, q. 1, a. 4, sed contra: “El bien es lo que tiene razón de fin”).
15
SANTO TOMÁS DE AQUINO, Suma de Teología I-II, q. 1, a. 5, sed contra.
El último fin, de alguna manera, “signa de tal modo toda la vida del hombre que
permanece virtualmente en cada conducta aunque no se reflexione explicitamente sobre
él.17 Y si bien cada uno considera como fin aquello que según su particular receptividad
mejor le cuadra18; si bien a cada uno le parece ser uno u otro de acuerdo a su disposición,
sin embargo, esto no conduce a la relativización de todos los fines; “el fin real y verdadero
de la vida humana es áquel que le parece a los que están mejor dispuestos, a los que
mejor han desarrollado su personalidad, los que tienen el afecto bien dispuesto, es decir,
ordenado al bien de la virtud, los virtuosos.19
Aunque frecuentemente y especialmente como consecuencia de las secuelas del
pecado original, los hombres quedan como desorientados de su fin último y atrapados en
el atractivo de bienes que no son el último fin, todos los hombres aspiran a un mismo fin:
la felicidad, como diría Aristóteles, la Bienaventuranza, como diría Santo Tomás, el
descanso del corazón en Dios, como diría San Agustín.20 Martín Echavarría lo explica muy
bien:
Es cierto que la inclinación natural es a la «beatitud» o felicidad, que uno puede
no saber en qué se encuentra exactamente, en qué se concretiza objetivamente.
16
ECHAVARRÍA, M., La praxis de la psicología y sus niveles epistemológicos según Santo Tomás de Aquino,
Documenta Universitaria, Girona, 2005, p. 117.
17
ECHAVARRÍA, M., La praxis de la psicología y sus niveles epistemológicos según Santo Tomás de Aquino,
Documenta Universitaria, Girona, 2005, p. 118.
18
ADLER, A, El caracter neurótico, Planeta-Agostini, Barcelona 1994, p. 55: “La mitología, el folklore, la
poesía, la filosofía y las religiones toman de su época los materiales para trazar esas líneas directrices, que
luego ofrecen a sus contemporáneos. Así, el individuo encuentra que en su medio, a su disposición, se le
ofrecen como objetivo final una innúmera variedad de valores: la fuerza corporal o espiritual, la
inmortalidad, la virtud, la piedad, la riqueza, la sabiduría, la “moral de los amos”, el sentimiento social o la
autocracia ... –objetivos entre los cuales cada individuo, en su peculiar afán de perfección, elige aauqllos
que, según su peculiar receptividad, mejor le cuadran”.
19
SANTO TOMÁS DE AQUINO, Suma de Teología I-II, q. 1, a. 7, in c.: “El fin último puede considerarse de dos
modos: uno, refiriéndonos a lo esencial del fin último; y otro, a aquello en lo que se encuentra este fin. Pues
bien, en el primer caso, todos coinciden en desear el fin último, porque todos desean alcanzar su propia
perfección, y esto es lo esencial del fin último, como ya se dijo. Pero en cuanto a aquello en lo que se
encuentra el fin último no coinciden todos los hombres, pues unos desean las riquezas como bien perfecto,
otros los placeres, y otros cualquier otra cosa. Del mismo modo que lo dulce es agradable a todos los gustos,
pero unos prefieren la dulzura del vino, otros la de la miel, otros la de cualquier otra cosa. Sin embargo, se
debe considerar propiamente como dulzura más agradable la que satisface al gusto más refinado. De igual
modo se debe considerar como bien más perfecto el deseado como fin último por quien tiene el afecto bien
dispuesto”.
20
“Señor, nos hiciste para Ti, e inquieto está nuestro corazón hasta que descanse en Ti”.
21
ECHAVARRÍA, M., La praxis de la psicología y sus niveles epistemológicos según Santo Tomás de Aquino,
Documenta Universitaria, Girona, 2005, p. 120-121.
22
ECHAVARRÍA, M., La praxis de la psicología y sus niveles epistemológicos según Santo Tomás de Aquino,
Documenta Universitaria, Girona, 2005, p. 121.
23
ARISTÓTELES, Ética a Nicómaco, III, 1112b10.
24
Cf. ARISTÓTELES, Ética a Nicómaco, III, 1112a30 - 1112b10.
25
BOFILL, J., La escala de los seres o el dinamismo de la perfección, CRISTIANDAD, Barcelona, 1949, p. 39-40.
La misma necesidad metafísica que les empuja a la perfección, les obliga a salir de
sí; ya para buscar la ayuda de los demás ya, cuando ha alcanzado su perfección,
para difundirla a su alrededor; porque tan sólo en el dar se justifica el poseer.
Por esta exigencia, el hombre no puede permanecer encerrado en sí mismo, sino
que está constitutivamente abierto a otros seres.”27
“Una cosa natural –enseña Santo Tomás de Aquino– no sólo tiene inclinación
natural con respecto al propio bien, para conseguirlo si no lo tiene y para descansar en él
si lo tiene, sino para difundir el propio bien en otros en la medida de lo posible”.28 Esta
afirmación del Aquinate es de importancia capital para comprender la verdadera
dinámica propia del crecimiento personal del ser humano de acuerdo con la inclinación
de la naturaleza. Lo que es propio del hombre y, por lo mismo, lo que realmente le
satisface, lo que verdaderamente le hace feliz es el poseer el bien para comunicarlo, para
participarlo a sus semejantes. En este sentido, lo que verdadermente corresponde al ser
humano es la posesión del Bien y la fecundidad en el Bien
La naturaleza no hace nada en vano y tiende, se inclina, busca continuamente
aquello que es algo esencial en ella. “Al hombre le corresponde la generación en su parte
corporal, que, en cuanto tal es corruptible. Por parte del alma, que es incorruptible,
corresponde a su naturaleza –o mejor, al Autor de la naturaleza, único creador de las
almas– el intento de multiplicar los individuos. Dios, en su Creación estableció la
generación, incluso en el estado de inocencia (es decir, antes de la caída de la Naturaleza
humana por el pecado original); y la estableció “para multiplicar el género humano”29. Y
la razón de ello es –según el mismo santo Tomás– que “mayor perfección es si una cosa,
además de ser buena en sí misma, puede ser causa de bondad para otras que si
únicamente es buena en sí misma. Y, por eso, de tal modo, Dios gobierna las cosas que
hace a unas ser causa de otras en la gobernación; como un maestro que no sólo hace
instruidos a los discípulos, sino que además los hace capaces de instruir a otros”.30
La generación humana es, en sí misma, un bien, uno de los mayores bienes que le
han sido concedidos al ser humano. La generación humana se corresponde directamente
con la inclinación de la naturaleza humana. Por esta razón, cuando desde la «Ideología de
Género» se niega la la inclinación natural, se niega por lo mismo la generación humana
como realidad esencial a la propia dinámica del ser personal.
26
Cfr. BOFILL, J., La escala de los seres o el dinamismo de la perfección, CRISTIANDAD, Barcelona, 1949, p. 125.
27
BOFILL, J., La escala de los seres o el dinamismo de la perfección, CRISTIANDAD, Barcelona, 1949, p. 125.
28
SANTO TOMÁS DE AQUINO, Suma de Teología I, q. 19, a. 2, in c.
29
SANTO TOMÁS DE AQUINO, Suma de Teología I, q. 98, a. 1 in c.
30
SANTO TOMÁS DE AQUINO, Suma de Teología I, q. 103, a. 6 in c.
***
¿Qué le pasaría a un hombre, a una mujer de carne y hueso a los que se les
obligara a vivir en un ambiente social, cultural, profesional y político y a los que desde la
más tierna infancia se les hubiera asegurado que no son ni hombre ni mujer? ¿Qué les
pasaría a ese hombre y a esa mujer de carne y hueso si se les asegurara que su sexualidad
y su inclinación sexual son fruto de su elección y que pueden cambiarla y adaptarla
conforme a sus necesidades y conveniencias o conforme a unas exigencias externas?
¿Qué le pasaría a ese hombre concreto y a esa mujer concreta, de hoy, de
nuestros días, si durante años, insistentemente, se les asegurara que la familia fundada
en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer es el origen de todo conflicto,
de todo malestar y de toda injusticia social?
¿Que le pasaría a ese mismo hombre y a esa misma mujer que vivieran en una
sociedad convencida de que “lo privado, en este caso, «lo sexual» es lo político”?
¿Qué les pasaría a los hombres y a las mujeres, a los niños y a las niñas cuando
tuvieran que vivir en una comunidad en la que la maternidad y la paternidad, la filiación y
la donación fiel y entregada, la vida cotidiana fueran oficialmente y publicamente
ridiculizados y expuestos para ser objeto de burla?
Las preguntas no son retóricas pues pretenden hacernos pensar sobre alguna de
las realidades más importantes en la formación y crecimiento de la personalidad humana.
De la personalidad del hombre en cuanto que varón y en cuanto que mujer. Estas
preguntas no son retóricas sino que son planteadas desde el convencimiento de que trás
la «Ideología de Género» se esconde una particular filosofía de la primacía de la
voluntad, con un consiguiente desprecio de la realidad –que es especial desprecio de la
naturaleza humana y muy especialmente un desprecio del hombre concreto– y que, en
el fondo, es desprecio de Dios.
Una exposición del conjunto de las realidades de orden psicológico que quedan en
entredicho desde los postulados de la «Ideología de Género» excedería con creces el
marco de esta conferencia e incluso mis propias posibilidades. Intentaré, sin embargo,
por lo menos una aproximación a algunas de las cuestiones que desde una perspectiva
estrictamente psicológica considero más importantes.
31
ALLERS, R. La naturaleua y educación de carácter, Editorial Labior, barcelona, 1957, p. 309.
Y, sin embargo, ser hombre significa ser varón o ser mujer33, y lo que significa ser
hombre y ser mujer se refleja, entre otras cosas en la misma constitución corporal. En
la misma corporeidad. El cuerpo del varón revela más exterioridad, mientras que el de
la mujer revela más interioridad. Por esta razón, parece que en el orden psíquico el
hombre tiene más tendencia hacia «afuera», lo cual es manifestación de muchas de las
cualidades o características más propias de lo masculino: vencer, dominar, conquistar,
someter. En cambio, el cuerpo de la mujer está constituido hacio lo «interior», por eso
se cuentan como características más propias de lo femenino: acoger, conservar,
proteger, custodiar. “En ese sentido, lo femenino tiene que ver, en primera instancia,
con la disponibilidad y lo masculino con el dominio”.34 La exterioridad del varón lo
hace de entrada más sensual, mientras que la interioridad física de la mujer la hace en
el plano psíquico más afectiva. Consideradas en sí mismas, tanto la sensualidad varonil
como la afectividad más femenina son un bien. Que el varón sea más sensual quiere
decir solamente que, por su constitución corpórea, está más abierto a la aprehensión
de los sentidos y a moverse según las características objetivas de las cosas; no así la
mujer que, primeramente, se mueve de forma más afectiva, lo cual la hace, en
comparación, más subjetiva.
Pero las diferencias entre el hombre y la mujer no se circunscriben sólo al orden de lo
corporal y de lo afectivo y lo psíquico. Estas diferencias son también patentes en el
orden moral y espiritual.
Así, está por ejemplo demostrado que el modo de razonamiento moral es diferente
entre el hombre y la mujer. Ante un dilema de orden moral, la mujer tiende a focalizar
32
Cf. SANTO TOMÁS DE AQUINO, Suma de Teología I-II, q. 89, a. 6 ad. 3: “Pues lo primero que le ocurre al
hombre que llega al uso de la razón es pensar acerca de sí mismo y a quien (debe) ordenar todas las cosas
como a su fin”.
33
Las consideraciones de psicología diferencial entre lo psicologicamente masculino y femenino que a
continuación se proponen están inspiradas en algunas explicaciones y demostraciones que al respecto
pueden encontrarse en la Tesis Doctoral aún no publicada de KLAUS DROSTE AUSBORNE, La palabra paterna en
el orden de la vida personal, presentada el día 4 de diciembre de 2009 en la Universidad Abat Oliba CEU de
Barcelona y que mereció la calificación de sobresaliente cum laude, p. 68-80.
34
DROSTE, K., La palabra paterna en el orden de la vida personal, tesis doctoral inédita, p.67.
35
Estas afirmaciones pueden corroborarse gracias a resultados de investigaciones como la publicada en
Texto de neurociencias cognitivas, de VICTOR MANUEL ALCÁZAR ROMERO y EMILIO GUMÁ DÍAZ, Editorial Manual
Moderno, México, 2001, en el capítulo 2, «Diferencias sexuales e el cerebro: relación entre anatomía
conducta y función» de JULIETA RAMOS LOYO del Instituto de neurociencias de la Universidad de Guadalajara
(México).
36
Cfr. VITZ, P., Faith of the fatherless, Dallas, 2000, p.110-112
37
Cfr. ECHAVARRÍA, M., El relativismo en la psicología y en la psicopatología contemporáneas, contribución en
XXXIII Semana Tomista–Relativismo, Buenos Aires, Septiembre de 2008 .
38
ECHAVARRÍA, M., Corrientes de psicología contemporánea, Scire, Barcelona, 2010, p. 262.
39
WATZLAWICK, P, BEAVIN, J., JACKSON, D., Teoría de la comunicación humana, Herder, Barcelona, 2002, p. 235-
236:
40
Muchas de las consideraciones que a continuación se exponen acerca de la paternidad están inspiradas
en algunas explicaciones y demostraciones que al respecto pueden encontrarse en la Tesis Doctoral aún no
publicada de KLAUS DROSTE AUSBORNE, La palabra paterna en el orden de la vida personal, presentada el día 4
de diciembre de 2009 en la Universidad Abat Oliba CEU de Barcelona y que mereció la calificación de
sobresaliente cum laude, p. 68-80
41
FREUD, S., Mas allá del principio del placer, en Psicología de las Masas, Alianza Editorial, 1977, p. 114.“Das
Ziel alles Leben ist der Tod”.
***
42
PIEPER, J., Las virtudes fundamentales, Rialp, Madrid 1990, p. 279
43
SANTO TOMÁS DE AQUINO, Suma de Teología, II-II, q. 161, a. 3, ad. 3: “La humildad, como las demás virtudes,
se muestra preferentemente en la interioridad del alma. Por eso puede el hombre someterse a otro
mediante un acto interno del alma (...)”.
SANTO TOMÁS DE AQUINO, Suma de Teología, II-II, q. 161, a. 1, ad. 2: “La humildad en cuanto virtud lleva
consigo cierto laudable rebajamiento de sí mismo. Esto se hace, a veces, sólo con signos externos y es
fingido, constituyendo la falsa humildad, de la cual dice San Agustín en una carte que es gran soberbia
porque parece que busca la excelencia de la gloria. Pero a veces se hace por un movimiento interno del
alma, en cuyo caso la humildad se considera como virtud propiamente dicha, porque la virtud no consiste
ne manifestaciones externas, sino principalmente en la decisión interna de la mente, como afirma el
Filósofo en Ethic.”.
44
SANTO TOMÁS DE AQUINO, Summa Theologica, II-II, q. 161, a. 1, ad. 5.
45
SANTO TOMÁS DE AQUINO, Summa Theologica, II-II, q. 162, a. 3, ad 2.
Por eso es importante insistir en un punto en el que Santo Tomás también insistía
y es el de que es un error creer que la generación humana es resultado del pecado
original; es decir, que el hombre nace del hombre sólo a partir del pecado original. Si así
fuera, entonces, “el pecado del hombre hubiera sido muy necesario para alcanzar un gran
bien”49 y, eso, como dice santo Tomás “no está dicho razonablemente” pues las cosas que
46
CANALS VIDAL, F.,«Naturaleza humana y generación», en Tomás de Aquino, un pensamiento siempre actual,
Scire, Barcelona, 2004, p. 279.
47
SANTO TOMÁS DE AQUINO, Suma de Teología I, q. 93, a. 3, in c.: “Podemos hablar de la imagen de Dios en un
doble sentido. Primero, en cuanto aquello en lo que se considera ante todo la razón de imágen: la
naturaleza intelectual. Considerada así, la imagen de Dios se da más en el ángel que en el hombre, porque
en el primero es más perfecta la naturaleza intelectual. Segundo, puede considerarse la imagen de Dios en el
hombre en su elemento secundario, es decir, en cuanto en el hombre se da cierta imitación de Dios, ya que
hombre porcede de hombre, como Dios de Dios, y en cuanto que el alma humana está toda en todo el
cuerpo y toda en cada una de sus partes, como Dios respecto del mundo. En cuanto a esto y a otros aspectos
semejantes se encuentra la imagen de Dios más plenamente en el hombre que en el ángel”.
48
CANALS VIDAL, F., La familia, Iglesia doméstica, educadora de cristianos, Conferencia inédita pronunciada
en San Sebastián el día 21 de Noviembre de 1990.
49
SANTO TOMÁS DE AQUINO, Suma de Teología I, q. 98, a. 1, in c.
La Gracia divina, que viene de Dios por Cristo y sin la que no podríamos salvarnos,
no actúa nunca fuera de la naturaleza; su lugar propio de actuación es la naturaleza. No
es que la Naturaleza produzca la eficacia de la gracia, pero actúa sobre ella. La gracia
actúa en las almas de los hombres, en su naturaleza, en su imaginación, en su vida diaria
de matrimonio y de familia, y en la educación que han recibido de sus padres y en la que
dan a sus hijos; en las costumbres tradicionales y populares; en la impregnación cristiana
de las costumbres de la vida cotidiana.
Hoy en día se buscan por doquier sucedáneos de vida y de futuro, pero no se
encuentra ninguno que de verdad pueda satisfacer las aspiraciones más profundas del
corazón humano. El futuro, no sólo la Eternidad, es de Cristo, que es El que Es, El que Era
y El que ha de venir. Cristo, el mismo hoy, ayer, el mismo para siempre. (Heb. 13,8).
50
SANTO TOMÁS DE AQUINO, Suma de Teología I, q. 98, a. 2, in c.
51
SANTO TOMÁS DE AQUINO, Suma de Teología I, q. 98, a. 2, ad. 3.
52
DROSTE, K., La palabra paterna en el orden de la vida personal, tesis doctoral inédita, p.73.