15 Claves para Ser Un Estudiante Exitoso
15 Claves para Ser Un Estudiante Exitoso
15 Claves para Ser Un Estudiante Exitoso
ESTUDIANTES SOBRESALIENTES
I.ESTABLECER TUS PRIORIDADES
Los estudiantes sobresalientes no admiten intromisiones mientras estudian. Una vez que abren los libros o
encienden la computadora, ya no contestan llamadas telefónicas, ni se distraen con la televisión, ni van a
buscar algo para comer.
III.ORGANIZARSE
Procura no perder ningún minuto en buscar elementos que dejaste en algún lugar sin prestar atención. Un
estudiante de la enseñanza media sigue, por ejemplo, este sistema: archiva de inmediato los trabajos
escolares del día en carpetas de distintos colores, según la materia, para poder encontrarlos fácilmente en
tiempo de exámenes y repasarlos sin dilaciones.
IV.APRENDER A LEER
‘La mejor clase que he tomado fue la de lectura veloz’, dice el estudiante Christopher Campbell. ‘No sólo
llegué a leer más palabras por minuto, sino que aprendí también a mirar primero el índice de los libros, así
como sus gráficas y sus ilustraciones. Entonces, cuando comenzaba a leer ya me había formado una idea
general de su contenido y retenía mucho más’. El secreto de la buena lectura’, explica un experto, estriba
en ser ‘un lector activo, una persona que continuamente formula preguntas conducentes a la plena
comprensión del mensaje del autor’.
V.PROGRAMAR TU TIEMPO
Cuando un profesor les asigna un trabajo largo, los buenos estudiantes elaboran un programa, dividiendo la
tarea en partes pequeñas, para que no les resulte tan abrumadora. En este sentido, recuerda la frase que
dice: ‘No es posible comerse un elefante... Salvo que se lo haga progresivamente, pedazo a pedazo...’
IX.ESTUDIAR EN GRUPO
La importancia de estudiar en grupo se puso de manifiesto en un experimento llevado a cabo en la
Universidad de California. Cuando era estudiante de post-grado en esa institución, Uri Treisman observó
una clase de cálculo para alumnos de primer año en la que los estadounidenses de origen asiático
obtuvieron, en promedio, mejores calificaciones que otros alumnos de grupos étnicos minoritarios e
historiales académicos similares. Treisman descubrió que los primeros analizaban juntos las dificultades
que planteaban sus tareas escolares, aplicaban enfoques diferentes y compartían las soluciones. Los
otros, por el contrario, estudiaban solos, pasaban la mayor parte del tiempo leyendo y releyendo el texto,
e intentaban el mismo enfoque una y otra vez, aun cuando no les diera resultado. Apoyándose en sus
hallazgos, Treisman propuso que en ese curso se enseñaran métodos de estudio en grupo. Cuando esto se
hizo, los grupos alcanzaron los mismos buenos resultados.
X.EXAMINARSE
Cuando toma apuntes, la estudiante DomenicaRoman subraya los puntos que, en su opinión, podrían
incluirse en los exámenes. Después formula preguntas tentativas basadas en esos puntos y se examina sola
por escrito antes del día de la prueba. ‘Si no puedo responder la pregunta satisfactoriamente, vuelvo a
repasar mis apuntes’, explica.
1. Pensamiento positivo. Lo que quiere decir que hay que estar motivado y decidido a cumplir
las metas y objetivos.
2. Organización. Fundamental para alcanzar el éxito en cualquier proyecto que llevemos
adelante. Traducido al estudio esto implica planificar el periodo de estudios, armar
calendarios ya sean calendarios reales o calendarios virtuales, organizar los apuntes y
materias.
3. Aplicar técnicas de estudio. El desarrollo de la memoria, la lectura veloz, acostumbrar a
hacer resúmenes, subrayar y armar cuadros sinópticos son algunas de las herramientas que
van a hacer que aprender sea más sencillo.
4. Descansar y dormir bien. Hay que tener las energías al máximo para poder rendir de la
mejor manera. Hablamos en notas anteriores sobre el insomnio en estudiantes y otros temas
vinculados. Recordar que el café en exceso es perjudicial.
5. Tener un grupo de estudio. Vimos como formar un equipo de estudio y como hacer
trabajos prácticos en grupo. También el valor que tiene poder mantenerse cursando con las
mismas personas a lo largo de la carrera y qué hacer si hay conflictos grupales.
6. Desarrollar hábitos de estudio y disciplina. La responsabilidad y la exigencia propia son
los rasgos que mejor definen a un estudiante exitoso.
7. Enfocarse en los exámenes. Siempre decimos que está muy bueno aprender, pero de poco
sirve si no aprobamos los exámenes. Cómo armar un temario, cómo resolver un examen de
opción múltiple, como encarar las preguntas complicadas, como hacer un examen largo,
como hacer un examen contra reloj, en fin, todas esos temas de los que venimos hablando en
este sitio.
8. Estudiar de los libros. Los libros nunca pasarán de moda, puede que cambien el formato,
pero un estudiante siempre dependerá de ellos.
9. Fortaleza y paciencia. Porque a veces las cosas pueden no salir bien y eso no debe influir
en el resto de las cosas. Asimilar los errores y levantarse tras un fracaso son también
características de un estudiante exitoso.
10. Tomar buenos apuntes en clase. Fundamental. Al igual que con los libros, la tecnología
puede avanzar, pero un lapicera un bloc de hojas y un cerebro concentrado son más que
suficientes para sacarle todo el jugo a una clase.
11. Constancia. Que se traduce a poner el mismo empeño de siempre todos los días desde que
tu carrea empieza hasta que termina.
12. Preguntar en clase y sacarse las dudas. Un estudiante no puede irse de una clase con
demasiadas dudas. Todas aquellos grandes interrogantes deben ser contestados por los
docentes. Para ello, solo hay que levantar la mano y preguntar.
13. No dejar todo para último momento. Algo que resulta complicado para muchos
estudiantes.
14. Estudiar más allá de lo que te enseñan y convertirse en autodidacta. De esta forma no será
necesario depender de docentes. Esto no quiere decir que haya que faltar a clases, pero sí
sentirse más independiente de ellas.
4 15. Llevar las materias al día. Para eso habrá que dedicarle unas horas al estudio de forma
diaria.
http://jovenes-de-exito1000.blogspot.com/2012/10/15-claves-para-ser-un-estudiante.html
Quedan pocos días para un examen pero elegís no presentarte porque crees que de todas
formas te va a ir mal.
Cuando estudiás para un examen pero desanimado porque creés que de todas formas no va a
alcanzar tu nivel para superarlo.
Cuando una mal resultado en un examen te cambia por completo el plan que tenías para el
semestre y empezás a desconcentrarte en clase cuando se empiezan a dictar temas que
corresponden a unidades posteriores al examen que te fue mal.
Contrarrestar este efecto negativo puede ser complicado para personas que ven el vaso medio vacío
todo el tiempo. Como en todos los aspectos de la vida, la gente que cree en sí misma y mantiene un
pensamiento positivo alcanza sus metas y logra sus objetivos.
Cambiar la forma de pensar de una persona no es nada fácil. Pero debe ser uno de tus objetivos
5 volcar los pensamientos al lado del vaso medio lleno para que la adversidad se convierta en un
desafío y no una tragedia. Y para tomar los éxitos con felicidad y entusiasmo y no como una
excepción.
Una de las claves para rendir mejor en los estudios es la actitud que
ponemos. Cuánto más positiva sea, mejor. Vamos a conocer unos tips
muy simples para mantenerse bien motivado.
7
Consejos para organizar todos tus apuntes
Te presentamos una forma simple y efectiva de organizar tus apuntes, fotocopias, guías de
ejercicios y demás papeles.
Si el desorden es uno de esos aspectos que tenés que mejorar, entonces una buena forma de
empezar es por organizar lo más básico de todo. Vamos a ver una manera de ordenar el material de
la escuela o universidad para que no pierdas nada y para que encuentres todo muy rápido.
1. Separar material por materia: Para eso vamos a utilizar carpetas sin solapas u hojas de
cartulina dobladas en dos. Cuanto más grandes sean mejor porque ahí adentro vamos a
meter hojas de carpeta y tal vez también fotocopias y todas pueden tener distinto formato.
No te preocupes que todo quede suelto, lo importante es que esté separado. Podemos tener
3. Abrochar hojas: A veces tenemos muchas hojas sueltas. Tal vez juntas constituyen un
único apunte. En ese caso, hay que abrocharlas. Tenemos que evitar que se nos pueda llegar
a perder alguna.
4. Usar folios: Además de abrochar, una buena forma de proteger los apuntes y fotocopias es
utilizar folios. Son muy económicos y duran mucho tiempo. Cada vez que terminamos una
materia podemos reutilizarlos. Recomiendo comprar los que vienen de a 100.
5. Anillar o espiralar guías o apuntes: Si tenemos muchas fotocopias teóricas para leer o una
guía de ejercicios, antes que abrocharlas, conviene mandarlas a espiralar. El costo no es tan
alto y el resultado va a hacer que no se nos rompan o salgan hojas y luego las perdamos.
Estos consejos que para algunos parecen muy tontos, para otros pueden ser la piedra angular de un
nuevo sistema de organización. Muchos creen que una vez en la universidad, ya no es necesario
invertir dinero en artículos de librería y que no es importante organizar nada. Grave error; por
contrario, la organización pasa a ser un factor vital para poder desarrollar una carrera a lo largo de
varios años.
Nada es más gratificante que guardar y deshacerse del material de una asignatura que acabamos de
aprobar. Al ir viendo qué guardar y qué no, recordamos el esfuerzo que estuvimos haciendo y nos
ponemos a pensar cuánto tiempo tuvimos en la mano ese apunte que ahora parece no tener valor.
Vamos a ver algunos consejos que pueden resultarles útiles a más de uno.
1. En el artículo sobre organizar los apuntes de la universidad dijimos que una buena idea es
separar cada materia en carpetas grandes de cartulina y rotularlas. Bueno, aquí la idea es
que esas carpetas sigan existiendo y conserven parte del material.
2. Recuperar folios, clips, hojas no usadas y carpetas de entrega. Cuando se termina una
materia podemos liberar recursos que nos estaba consumiendo, como por ejemplo los folios
o incluso los clips. La recomendación que les doy es que todo lo que deba ir junto se
abroche. En última instancia conviene dejar algún folio para organizar.
3. Armar una pila con material descartado. Todo aquello que va quedando afuera lo
dejamos a un lado puesto que luego deberemos ver qué hacer con eso. Quizás la mayoría de
las cosas convenga tirarlas, pero puede haber algunas que valga la pena guardar o que sirvan
para otra materia, como por ejemplo una tabla periódica, una tabla de integrales, derivadas o
7. Grabar un CD o DVD del material digital. Para que la información que tenemos en la PC
esté también junto al material. Esto no quiere decir que borremos lo que tenemos en el disco
Como ven, archivar las materias aprobadas no es ninguna ciencia ni algo que va a cambiar el curso
de sus carreras. Pero algo de organización no viene mal. Espero que estos consejos les hayan
servido, especialmente a los que estaban pensando en hacer una fogata con todo el material
estudiado.
3. Memorizar utilizando la imaginación
¿Por qué ocurre esto? Porque nuestra memoria tiene facilidad para recordar sucesos y datos
extraordinarios. Lo común, lo cotidiano no le llama la atención. ¿Alguno recuerda lo que cenó hace
exactamente tres meses? Por supuesto que no. Y eso ocurre porque cenar es un hecho cotidiano
(para la mayoría de nosotros que somos privilegiados en este mundo).
La pregunta es ¿De qué manera esto nos puede ayudar a estudiar de memoria? La respuesta es:
creando imágenes mentales extravagantes, ridículas o absurdas y asociarlas. Pero veamos un
ejemplo práctico.
Tenemos que aprendernos algunas ventajas del reciclado. Son las siguientes
Se ahorra energía.
Se reducen los costos de recolección.
Se reduce el volumen de los residuos sólidos.
Se alarga la vida útil de los sistemas de relleno sanitario.
Hay remuneración económica en la venta de reciclables.
En primer lugar destacamos una palabra de cada ítem. Tiene que ser una palabra que, en primer
lugar, nos recuerde la oración que tenemos que aprender y que por otro lado podamos utilizar para
armar una imagen. Aquí hemos destacado (energía, recolección, volumen, contaminación, sanitario
y remuneración)
Ahora viene la parte donde debemos usar nuestra imaginación y empezar a crear imágenes
absurdas. Voy a permitirme modificar la palabra “recolección” por “recolector” para poder armarla
mejor.
Una vez generada la escena mental, es casi imposible olvidarla. Incluso por semanas.
Por supuesto que hay que saber vincular las palabras sueltas con las oraciones, pero de esta manera
es casi imposible olvidarnos de un ítem.
La memoria trabaja de una forma un tanto curiosa. En este caso es ayudada por la imaginación. En
12 siguientes notas vamos a profundizar en descubrir como aprovechar mejor nuestra capacidad para
memorizar.
Desde niños nos enseñan a leer de una manera determinada que nos
acompaña toda la vida. Pero existen técnicas para mejorar la velocidad y
comprensión de los textos. Veamos en qué consiste la lectura veloz.
Para ser más claro en la explicación, podemos usar este mismo ejemplo ahora mismo mientras lees.
Si sos (o si eres) un lector convencional irás saltando con tus ojos de palabra en palabra. ¿No es
así? Ahora, un lector entrenado en lectura veloz, pega saltos más grandes. Digamos tres por línea.
Entonces, requiere mover sus ojos sólo tres veces cuando otro lo haría exactamente la cantidad de
palabras que hay. Incluso, los más experimentados pueden detenerse únicamente dos veces en la
línea y los hay aquellos que pueden interpretar la línea entera. Estos últimos, leen por línea, en lugar
de leer por palabra.
¿Cuál termina siendo el resultado en comparación? Muy simple, un lector entrenado puede leer
seis o siete veces más rápido que uno no entrenado. Como su concentración debe necesariamente
ser mayor para utilizar este método, su capacidad para comprender estará al máximo, por lo tanto
retendrá más el texto leído.
La lectura veloz es una gran herramienta para el estudiante universitario. En especial para aquellos
que necesitan procesar grandes cantidades de información en poco tiempo. Resulta clave en carreras
como derecho o medicina, pero también en muchas otras.
Las mayores ventajas de la lectura veloz son:
Mayor velocidad de lectura, se puede reducir de forma impresionante el tiempo necesario
para cubrir todo un texto.
Mayor comprensión. Debido a que se requiere mucha concentración para aplicar el
método, un lector veloz recuerda mejor lo leído que uno convencional.
La reducción del tiempo de estudio hace que la vista y el cerebro trabajen menos,
reduciendo la posibilidad de dolores de cabeza.
Hay cursos para aprender lectura veloz y también libros. Aquí les dejamos algunos títulos para que
puedan explorar más a respecto.
Antes de continuar, una aclaración: en esta nota hablaremos exclusivamente del insomnio típico
que padecen los estudiantes de carreras universitarias de alta exigencia. Para el caso del insomnio
como enfermedad referirse a sitios más especializados.
Es muy común que los estudiantes universitarios se queden despiertos hasta altas horas de la
noche para terminar un trabajo práctico, para preparar un examen o simplemente para llevar al
día sus materias. Pero a veces ocurre que los horarios se invierten, el día se convierte en noche y la
noche en día. Esto, sumado a la ansiedad y el estrés que producen las instancias límite de
aprobación, puede ocasionar que cuando uno quiera dormir, no pueda.
El insomnio afecta a mucha gente en el mundo, no sólo estudiantes. Pero es en los estudiantes
(especialmente universitarios) donde las principales causas son el estrés, el cambio de horarios y el
consumo de bebidas estimulantes antes de dormir.
El estrés aparece cuando las tareas y obligaciones a cumplir superan la capacidad del individuo de
manejarlas. El cambio de horario, como dijimos antes, se hace progresivo a medida que avanza el
período de estudio, hasta que llega un momento que se está más despierto a las 3:00 AM que a las
3:00 PM. El consumo de bebidas que estimulan, como el café, conspiran contra el sueño, y en
grandes proporciones son causantes de insomnio.
Evitar las bebidas estimulantes. El café y cualquier otra bebida que contenga cafeína,
como los energizantes estimulan el sistema nervioso por horas. Tener en cuenta que el té
clásico también contiene cafeína, aunque en menor cantidad. Lo mejor es no tomar nada de
esto al menos tres horas antes de ir a dormir. Por el contrario, algún otro tipo de infusión,
como el té de tilo, puede ayudar a dormir mejor.
Cenar horas antes de ir a dormir. Para que el cuerpo pueda hacer la digestión lo mejor es
que la última comida del día se tome un par de horas antes de ir a dormir.
Hacer actividad física. Este es el mejor consejo que se puede seguir. No hace falta ir a un
gimnasio. Con tan solo caminar un poco todos los días las piernas se sentirán tan pesadas a
la noche que lo único que va a querer hacer el cuerpo será dormir. La clave aquí es hacer
ejercicio y cuando estemos cansados, hacer un poquito más. A tener en cuenta que nunca
hay que hacer actividad física antes de dormir.
Evitar la siesta. Porque en ese caso, lo que no se duerme de noche, se termina durmiendo a
la tarde. Si se toma una siesta lo mejor es que sea lo más corta posible.
Cortar el ciclo de horario invertido. Si el horario de sueño que se lleva es de 5:00 AM a
1:00 PM, lo mejor va a ser interrumpir ese ciclo. Así que la próxima vez conviene acostarse
a la misma hora pero levantarte a las 9:00 AM. Sí, se sentirá cansancio y se tendrá sueño,
pero esa misma noche el sueño será profundo.
Rutina de horarios. Hay que intentar, por más difícil que sea, mantener una rutina de
horarios que incluya la mañana. Lo ideal es cortar el estudio a la noche llegada determinada
15 hora sin importar en qué parte de nuestras tareas nos hayamos quedado.
Si siguiendo estas pautas el insomnio persiste, es probable que tenga su origen en algún problema
psicológico o alguna enfermedad. En ese caso, desde ya, hay que consultarlo con un médico.
Para los estudiantes universitarios evitar trasnochar es casi imposible. Carreras como medicina,
derecho, ingeniería, entre otras, siempre requerirán un esfuerzo sobrehumano para llevar al día la
carrera. No obstante, hay que intentar cuidarnos y luego llevar adelante las obligaciones. Primero, la
salud, después el estudio.
Tenemos 24 horas todos los días para elegir qué momento dedicarle
al estudio. Hoy vamos a ver qué ventajas y desventajas hay de
estudiar por la noche.
Se supone que de noche el cerebro está más cansado y por lo tanto el rendimiento que se
puede tener no es tan alto como se necesita para estudiar.
Si se acompaña la noche con bebidas estimulantes como café, gaseosas cola o
energizantes, se hará muy complicado dormir luego ya que todos estos líquidos contienen
cafeína.
El mundo se da vuelta. Porque por la mañana y la tarde habrá que dormir y la noche
quedará para estar despierto. Así que al trasnochar se vivirá al revés que el resto de las
personas.
La noche no es eterna. Si se estudia a la mañana o a la tarde y se requiere un poco más de
tiempo para completar alguna tarea, se puede estirar unas horas. Pero si se estudia de noche,
ya se hace de mañana y el sueño termina venciendo.
Insomnio. En algunos casos se puede llegar a tener algún trastorno del sueño producto de
invertir las horas.
Silencio. De noche la ciudad duerme. No se escuchan vehículos circular por las calles ni los
cantos de los pájaros.
16 Menos distracciones. La televisión abierta termina antes. El cable de madrugada sólo
repite. Las grandes noticias no suelen darse en ese horario. Tus amigos que te mandan
mensajes de textos están durmiendo. Los que se conectan por chat también. No hay
distracciones.
Creatividad. Muchos creen que por la noche se tiene más pronunciada esta virtud que en el
resto del día. Muchos artistas, entre ellos los músicos, eligen componer por las noches.
Las recomendaciones de los especialistas son claras. Estudiar de noche no es recomendable. ¿Pero
quién no está tentado a estudiar durante la noche en compañía de una deliciosa taza de café? ¿Cuál
es tu opinión? ¿Estudiar de día o de noche?
El café es un gran aliado de los estudiantes para largas jornadas de estudio. Sin embargo, su
abuso puede traernos problemas. En esta nota, enterate por qué es preferible postergar la próxima
taza de café para otro momento.
Muchos estudiantes solemos tomarnos una taza de café para acompañar el día de estudio. Y como
nos tomamos una, también nos tomamos otra, y luego otra, ¿y por qué no una más?.
Como seguramente ya sabrás, el café contiene un alcaloide llamado cafeína que tiene la propiedad
de estimular nuestro sistema nervioso. Por eso lo tomamos cuando a pesar de estar de pie a la
mañana, no podemos despegarnos la almohada de la cara. O a la noche, cuando necesitamos un
poco de energía extra para terminar un trabajo práctico o estudiar un tema más para el examen.
Esta rica bebida tiene algunas propiedades benéficas para la salud. En primer lugar y como ya
dijimos, estimula nuestro organismo y nos permite concentrarnos mucho mejor. Según algunos
estudios, también previene algunas enfermedades como el Parkinson y el cáncer. Gracias a sus
efectos vasodilatadores, también ayuda a combatir el dolor de cabeza, motivo por el cual muchos
estudiantes también suelen consumirlo.
Pero claro, como todo, el exceso de café trae complicaciones, principalmente por contener cafeína.
Conocidos son los efectos del café sobre el estómago, provocando acidez y gastritis. Además, el
exceso de café puede traer insomnio. Esto es muy común en estudiantes con problemas para dormir.
Se sabe también que en algunos casos, el exceso de cafeína puede llegar a generar adicción aunque
el grado de dependencia de esta sustancia no se compara con el de la nicotina del cigarrillo o
algunas drogas más fuertes. Por el lado estético, el consumo de café, al igual que el té deja los
dientes amarillentos con el tiempo.
Pero bien, este no es un blog sobre salud. Así que si quieren saber más les dejo unos enlaces sobre
el café y sus efectos nocivos.
Y ya saben para la próxima. Cuando vayan por su siguiente taza de café piensen si ya no han
tomado suficiente por hoy.
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5.Cómo formar un grupo de estudio
Estudiar puede ser más fácil si lo hacemos en grupo. Pero cómo formar un buen grupo de estudio.
A continuación, algunas claves para tener en cuenta. Vamos a ver qué aspectos hay que tener en
cuenta para seleccionar a cada uno de los integrantes de un equipo.
Geografía. Porque la idea es reunirse en persona. Todos tienen que vivir lo suficientemente
cerca como para poder juntarse. En general, si concurren al mismo establecimiento, se
supone que están cerca, pero muchas veces no es así. Hay estudiantes que recorren grandes
distancias para llegar todos los días a su escuela o universidad.
Mismas prioridades. Si no trabajás lo mejor es juntarte con gente que tampoco lo hace. El
objetivo primordial de todos será únicamente el estudio. En cambio, si trabajás, lo ideal es
juntarte con gente que también lo haga. Las reuniones serán seguramente más cortas e irán
directo al grano. Se sabe también que mezclar personas con distintas prioridades puede
ocasionar algún tipo de problemas. Imagínense: una persona que además de estudiar debe
mantener una familia no podrá participar tanto y puede generar el resentimiento de alguien
que está abocado tiempo completo al estudio
Gente solidaria. Tal vez sea lo más importante. Antes de seleccionar un candidato o
candidata, lo primero que hay que detectar no es si sabe mucho de las asignaturas, sino si es
una buena persona que puede estar dispuesta a brindarse por el grupo. ¿Cómo nos damos
cuenta? Observando pequeños detalles de su conducta y a veces por intuición. Fuera los
egoístas, los ventajistas y los vagos. Buscá siempre gente que trabaje y se preocupe.
Evitar personalidades opuestas. Especialmente con temas sensibles como puede ser la
política. A veces es fácil prestarle atención a dos personas para darnos cuenta que son el
agua y el aceite.
Nivel parejo. Si sos de los mejores alumnos, buscate a los mejores. Si sos de los que luchan,
buscate luchadores como vos. Siempre se va a dar alguna diferencia de nivel entre los
integrantes del grupo, pero que no sea abismal o no van a poder trabajar como equipo.
No cerrarse por género. Vieron que siempre ocurre que los chicos se juntan por su cuenta
y que las chicas hacen los mismo. Si bien no hay nada malo, es recomendable mezclarse un
poco. Está claro que los hombres y las mujeres pensamos de forma distinta; vemos el mundo
de una forma diferente. Entonces, ¿por qué no incorporar distintos puntos de vista?
Consensuar la inclusión de los integrantes. Estamos hablando de armar un grupo, pero
nunca lo arma una persona sola. Cuando te pongas de acuerdo con la primer persona para
armar el grupo, hay que consensuar para ir agregando integrantes. De esta forma, si luego
hay un problema nadie podrá acusar a nadie de haber armado el grupo a puro capricho.
En siguientes notas vamos a ver cómo trabajar en equipo para que este te sea de ayuda y no sea una
carga o una molestia durante tus cursadas.
Una de las claves para avanzar a paso firme en una carrera universitaria es formar parte de un
grupo. Vamos a ver las ventajas de enfrentar las materias de la universidad en compañía.
1. El mismo equipo para todas las materias. Si hay que formar grupo, obviamente te vas a
18 juntar con tus compañeros de carrera, de esta forma va a ser más fácil la comunicación y la
organización que si tenés un grupo distinto por cada materia que hacés.
2. Eficiencia. Con el tiempo te vas conociendo. Esto hace que trabajar en grupo pase a ser una
tarea muy eficiente. Cuando pase un tiempo determinado y el equipo se aceite bien,
empezará a funcionar como una pequeña máquina, una máquina de aprobar materias.
3. Te permite hacer más materias. Claro, con todo un equipo apoyándose es importante
exigirse aún más. Mantener un grupo a lo largo de la carrera va a permitir poder cursar más
materias por cuatrimestre.
4. No es tan grave faltar. Porque ahora tenés compañeros que te van a cubrir curses la materia
que curses y que de ser necesario te van a poner al día con los temas que te hayas perdido
los días que no pudiste asistir. Es más, si se organizan bien, pueden turnarse a cursar ciertas
materias con la posibilidad de hacer dos que se superpongan en día y horario.
5. Ayuda en las malas. Tus compañeros pueden ser tu soporte en aquellos momentos
complicados de la carrera. Te pueden ayudar con un examen en el que te hayas atrasado o
simplemente darte ánimos cuando te haya ido mal.
6. Motivación. Una de las mejores ventajas de tener un grupo es que te mantiene motivado. El
entusiasmo de cada uno se suma y hace que todos estén comprometidos con los objetivos
del equipo.
7. Competencia. La cual se genera de forma natural entre las personas. Hablamos de una sana
y hasta divertida competencia que te ayuda a dar lo mejor simplemente para ganarle a tu
amigo que vive mofándose cada vez que obtiene una calificación mejor que la tuya.
8. Se amplían los contactos porque cada uno conoce gente distinta y esto hace que conseguir
material y que aparezcan oportunidades sea mucho más fácil.
9. Sesiones de estudio en grupo. Bueno, desde ya que formar parte de un equipo durante
varios años te va a dar la oportunidad de estudiar en grupo y sacar el máximo provecho.
10. Ayuda Memoria. Estar en equipo hace que sea muy difícil que se te pase una entrega de un
trabajo, una fecha de examen, o algún trámite de la universidad. Siempre habrá uno que te
haga recordar todo eso.
Pasa muy seguido que en los trabajos en equipo, un miembro del grupo no colabora en nada. En
esta nota, enteratecomo manejar esta situación.
Desde la educación inicial nos enseñan a trabajar en equipo y llegada la educación superior, ya
sea en la escuela secundaria o en la universidad, esto se profundiza aún más. Y no es para menos,
los seres humanos somos seres sociables y no importa que profesión elijas, vas a tener que tratar
con la gente.
Pero ocurre muchas veces que luego de formar un grupo de trabajo, hay un integrante que no
colabora con las tareas. Veamos que conviene hacer.
En primer lugar hay que determinar si su falta de colaboración se debe a que no entiende los temas,
a falta de sociabilidad con el grupo, o lo peor, que sea un ventajista.
Como dice el dicho, más vale prevenir que curar. Por eso, es conveniente elegir tu grupo e
integrarlo con personas que compartan los mismos valores que vos a la hora de estudiar.
En esta nota una guía con los puntos más importantes a tener en cuenta para
aprovechar al máximo tu tiempo de estudio.
Disciplina al estudiar
Este tip que explicaremos a continuación está tomado del libro Como
Estudiar y Aprender Más y Mejor en Menos Tiempo, de Richard
Fenker, un libro del que ya hablaremos más adelante en otros
artículos.
En otras palabras, usamos la actividad que más nos gusta para reforzar la que menos nos gusta,
que es estudiar.
Entonces, para llevar adelante esta técnica, primero debemos identificar cuál es la actividad que
21 más nos gusta. Según este mismo principio, debería ser aquella a la que más tiempo dedicamos o
dedicaríamos en caso de poder. Puede ser mirar la televisión, navegar por internet, salir, comer
determinada comida, tomar determinada gaseosa, etc.
Luego debemos tener la suficiente disciplina como para cumplirlo. Al principio costará, por
supuesto. Si no llevamos adelante nuestras obligaciones de estudio, debemos castigarnos
privándonos de aquello que más nos gusta.
Vale aclarar que la mayoría de los estudiantes experimentados y con cierto grado de éxito tienen
incorporado este principio y lo llevan adelante de forma intuitiva sin darse cuenta.
Veamos algunos aspectos que hay que considerar para ser un estudiante profesional.
Horario de estudio. Así como una persona que trabaja tiene su horario, un estudiante
también debe tenerlo. Si un trabajador se dedica 8 horas diarias, entonces el estudiante
debería hacer lo mismo. No quiere decir que tenga que estar 8 horas sentado estudiando
porque podría explotarle la cabeza, pero sí hacer alguna actividad relacionada al estudio.
No faltar a clase. Es tal vez la mejor medida para darse cuenta si se está haciendo todo el
esfuerzo. Mantener la responsabilidad de ir a todas las clases demuestra un compromiso
asumido.
Cursar la cantidad de materias que corresponda. Depende de la universidad en la que se
esté, pero cada uno sabe cuántas materias debería cursar una persona que no trabaja. Bajar la
intensidad de la cursada puede generar acostumbramiento, lo cual es muy peligroso porque
luego puede derivar en un detrimento del nivel académico.
No tener mucho tiempo libre. Si sobra tiempo, entonces hay que sumar otra materia a la
cursada. La cantidad de tiempo ocupado que debe tener un estudiante profesional debe ser
igual o mayor a la de un trabajador.
Disciplina y auto exigencia. La única manera de lograr los objetivos es exigiéndose al
máximo. Esto se traduce a que no pueden quedar temas sin estudiar, no se puede ir a un
examen habiendo estudiado un sólo un día antes, no se puede entregar un trabajo práctico
22 que no esté en condiciones.
Hay que rendir un examen y son demasiado los temas para estudiar. El primer paso para encarar
este desafío es organizar un temario. En esta nota, unos tips básicos para hacerlo de la mejor
manera.
1. Determinar qué temas entran en la prueba. En algunos casos serán muy puntuales y en
otros, demasiado ambiguos. Se debe reunir toda la información disponible respecto a lo que
se toma, para poder descartar todo el resto.
2. El segundo paso será recorrer tus apuntes, libros de texto y todo aquél material que
dispongas de la asignatura y hacer una lista con todos los temas que entran en el examen.
3. Puede que encuentres dudas de algunos temas o incluso partes incompletas. Por lo tanto, lo
siguiente a hacer es evacuar tus dudas y completar los agujeros de información.
4. Asignarle a cada tema un peso, o relevancia respecto de los otros. Esto sirve para
identificar cuáles son los temas más difíciles o más importantes.
5. Asignarle a cada tema un tiempo estimado de estudio. Cuánto puede llevar estudiar algo
puede llegar a servir para planificar luego un cronograma de estudio.
6. Asignarle a cada tema una prioridad. Porque sabemos que muchas veces no llegamos a
estudiar todo porque no nos da el tiempo. Entonces, definimos qué temas son los más
importantes para estudiarlos primero.
7. Aparte de la lista de temas, conviene tener una lista de tips o posibles preguntas de
examen. A veces, el mismo profesor las comenta en clase, otras veces nos enteramos de
ellas por los que nos cuenta algún compañero que ya dio el examen. Surjan de donde surjan,
cualquier información sobre las posibles preguntas deben estar en esa lista.
8. Si además de responder preguntas teóricas, en el examen debemos resolver algún tipo de
ejercicio práctico, conviene armar una lista aparte con los tipos de problemas que tenemos
que dominar.
Bien hasta aquí algunos tips para armar un buen temario y no dejar que nada quede afuera. Lo que
sigue es armar un cronograma y luego no queda más remedio que empezar a estudiar.
Consejos para resolver un examen de opción múltiple
Te enseñamos algunos tips para tener en cuenta a la hora de resolver estos famosos exámenes
también conocidos como MultipleChoice.
Los exámenes de opción múltiple se suelen utilizar en instancias eliminatorias, donde se tiene un
alumnado numeroso y se necesita filtrarlo. Cada pregunta del examen consiste en un breve
enunciado y dos o varias alternativas de respuesta. El alumno siempre debe marcar una única
opción para responder. En algunas pruebas, es necesario adjuntar hojas escritas donde se justifiquen
las respuesta, pero en la gran mayoría, no.
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Veamos algunos consejos para encarar este tipo de exámenes.
Estos tips no tratan de decir que no hay que ir a clases a tomar apuntes y consultar con los docentes.
Nada de eso. Se debe mantener el equilibrio, como en todos los aspectos de la vida. Pero sí
podemos afirmar que estudiar de los libros es un requisito indispensable del buen estudiante.
Vemos el mal resultado en el final y nos damos cuenta de todo lo que nos
equivocamos. Queremos una revancha inmediatamente. ¡Pero cuidado! Acá unos consejos antes de
volver a presentarse a rendir.
A veces ocurre que hacemos exámenes y al momento de entregarlo ya sabemos que no nos fue bien
y hasta conocemos los errores que cometimos. Cuando nos entregan el examen con la nota de
reprobados que esperábamos creemos que ya aprendimos de nuestros errores y queremos volver a
rendir ya mismo.
Si se trata de un parcial o de esos exámenes que tienen fecha prefijada, aunque queramos rendir
antes, no podremos. Pero con los finales es distinto, ya que somos nosotros los que decidimos
cuando rendirlos y tal vez no nos demos cuenta que aún no estamos preparados.La sed de revancha
nos puede complicar. Es mejor analizar a fondo el examen antes de volver a presentarse. Hay que
estar seguro de cómo responder los puntos en los que cometimos los errores y ver si efectivamente
nos equivocamos donde pensábamos que nos habíamos equivocado.
Si es posible, conviene hacer una revisión con el docente que nos corrigió, no para reclamar nada,
sino para tratar de entender los errores que cometimos.
26 También puede ser útil dejar pasar unas fechas para que nuestro espíritu se calme y dejemos de
pensar el final como una revancha. Ese sentimiento a veces funciona para sacar lo mejor de
nosotros, pero también nos ciega y no nos deja ver las cosas del modo en que son en realidad.
La prudencia es la virtud que debe salir a relucir en estos casos porque si no, puede que
tropecemos dos (o más) veces con la misma piedra.
Terminó un periodo muy duro y tal vez los resultados fueron malos. O tal
vez estudiaste muchísimo para ese examen, pero todo salió al revés. Esta
entrada buscará hacerte entender que fallar es parte del proceso de
aprendizaje.
Ves la nota del examen y pensás en un segundo todo lo que estudiaste las
últimas semanas. “No lo merezco”, pensás. Pero en el ámbito universitario
el esfuerzo y la dedicación poco importan a la hora de los resultados. Por
supuesto que sin ellos es casi imposible llevar adelante una carrera. Pero
con ellos, tampoco nada está asegurado.
Hay de todo tipo de reacciones en cuando alguien se encuentra desaprobado. Echarle la culpa al
profesor por la exigencia en el examen, por su rigurosidad al corregir, por haber tomado algo que no
estaba en el temario o por cualquier otro motivo. Otra es tirarse abajo uno mismo. “No sirvo para
esto”, o “me equivoqué de carrera” o “esta universidad es demasiado difícil para mí”.
Si bien esas reacciones son naturales, en realidad no tienen fundamento razonable. ¿Qué importa el
motivo del fracaso? Lo importante es el fracaso en sí mismo. Hay que entender que fallar es una
asignatura más del programa de tu carrera. Sí, equivocarse es importante y es parte del proceso
de aprendizaje. Por supuesto que duele cuando uno lleva meses haciendo un trabajo duro y
esforzado.
Pero es mejor que un cirujano falle en la facultad de medicina y no operando a un paciente; que un
ingeniero civil se equivoque en un examen y no que se venga un puente abajo; o que un
farmacéutico equivoque la dosis en el papel de una prueba y no al entregar una medicina a un
paciente.
Muchas veces se dice que el primer paso para resolver un problema es admitir que se lo tiene.
Bueno, en el caso de los fracasos en el estudio, el primer paso para superarlos es reconocer que son
parte del proceso de aprendizaje. No hay que venirse abajo, todos los exámenes se pueden volver a
dar; sí, lleva tiempo y habrá que hacer todo de nuevo, pero así es como se hace una carrera
universitaria. Uno tiene que avanzar esquivando los golpes lo mejor que pueda. Alguno se recibirá.
Pero a levantarse y seguir estudiando, que no se ha perdido nada. Al contrario, lo que no te mata te
hace más fuerte o como dijo Nelson Mandela “La mayor gloria no es nunca caer, sino levantarse
siempre”
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(10) 12 consejos para tomar apuntes en la universidad
La constancia es clave para llegar a la meta de recibirse. Estudiar fuerte para un examen una vez, lo
puede hacer cualquiera; pero estudiar con regularidad todos los días durante cinco, seis o aún más
años, no.
La constancia se manifiesta de muchas maneras. La más comunes son cuando vamos a cursar y no
faltamos a clases, o cuando mantenemos el hábito de estudiar todos los días o determinados días
preestablecidos a la semana a pesar de tener otras actividades. También al presentamos a los
exámenes aunque no estemos en las mejores condiciones.
Para mantener esta regularidad de la que hablamos es crucial estar comprometido con el objetivo
final de recibirse. Y esto es importante que lo entiendan quienes están aún eligiendo una carrera.
No va a ser posible mantenernos concentrados en una carrera durante años si lo que elegimos no
nos gusta lo suficiente. Podemos tener momentos en nuestra vida en los que algunos temas nos
interesan más que otros, por eso a la hora de elegir una carrera hay que pensar que deberemos pasar
años estudiando eso.
En síntesis, no podremos ser constantes si la carrera nos parece aburrida, debemos mantener el
entusiasmo en todo momento.
Juntarse con gente que mantenga regularidad al estudiar es una buena manera de permanecer
conectado con nuestra carrera. Formar un grupo de estudio en el que todos estén más o menos en el
mismo año es lo más recomendable.
En los momentos más difíciles, cuando veamos todo cuesta arriba hay que tener confianza en
revertir la situación. A lo largo de los años estén seguros que van a pasar por períodos así y tener
esperanza puede evitar que nos derrumbemos.
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Además de todo esto es también necesaria fuerza de voluntad. Aquí no hay mucho que decir, es
imposible que alguien nos la transmita. Debe partir de uno mismo y al igual que en cualquier otro
aspecto de la vida, la voluntad de querer algo es el argumento más importante para alcanzar
nuestros objetivos.
Durante las clases hay un tiempo para escuchar pero también otro para
hablar. La mayoría se calla la boca y no dice nada. Acá vamos a ver por
qué es tan importante participar en clase y sacarte las dudas.
Está claro que no todos entienden lo que se explicó, sin embargo no hay ninguno o son muy pocos
(y siempre los mismos) los que participan en clase.Las razones de esto son generalmente dos:
timidez y miedo a equivocarse.
Con respecto a la timidez, es natural sentirla porque cuando en un aula se hace un pregunta, todos
te miran y pasás a ser el centro de la escena. Sin embargo hay que entender que hablar va a ser parte
de nuestra profesión sea cual sea y que en algún momento tendremos que ser el centro de la escena.
¡Qué mejor forma que practicarlo en las clases que vamos teniendo!
El miedo a equivocarse también es natural. Preguntar algo ridículo y que todos se rían nos hace
callarnos la boca, aunque tal vez tengamos una duda producida por alguna omisión del profesor que
no sólo nos ayudaría a nosotros, sino a todos los demás. En este caso lo mejor es perder el miedo a
equivocarse, algo que no nos enseñan en tantos años de educación formal y que debemos aprender
por nosotros mismos.
Quedarse con dudas luego de una clase no tiene sentido. Debemos evacuarlas todas. Tal vez si son
demasiadas, tengamos que acudir a un libro para poder entender mejor los conceptos, pero ese es
otro tema; siempre que tengamos al docente disponible y ansioso de responder dudas tenemos que
aprovecharlo.
La participación es lo que diferencia una clase de una charla o una conferencia, es la
retroalimentación (también llamada feedback) que los docentes necesitan para saber si están
haciendo bien su trabajo y para ver qué nivel están teniendo sus estudiantes en la comprensión de
los temas.
Vinculado a esto último y para cerrar quiero recordar una frase que nunca me voy a olvidar y que
me la dijo un profesor de la universidad luego de ir a hacerle una pregunta junto a un compañero
para hacer un trabajo práctico: “Yo no conozco el nivel de mis alumnos por lo que responden, sino
por lo que preguntan”
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13. No dejes todo para último momento
Muchos dirán que a pesar de ser arriesgado, este método funciona. Yo diría que “a veces” funciona.
Es en realidad un arma de doble filo. Pero justifiquemos esto:
El resultado de hacer algo en pocas horas y a las apuradas nunca va a estar al nivel de algo
hecho con tiempo. Y no siempre da resultado.
Se omite la planificación. Porque se supone que cada una de las actividades que uno realiza
en la escuela o universidad debe llevar una organización por parte del alumno. Es decir,
aprendemos no sólo a rendir exámenes y entregar trabajos prácticos, sino también a
organizarnos para que cuando seamos profesionales podamos planificar proyectos.
Genera stress. Porque estamos en una situación límite. Alguno puede pensar que esto en
realidad es lo que nos lleva a realizar el trabajo como una especie de estímulo a presión.
Pero yo digo, ¿para qué sentirse mal a último momento si podemos planificar todo con
tiempo y estar la noche anterior a la entrega o al examen mirando la tele o navegando por
internet tranquilos sabiendo que ya hicimos todo antes?
Ahora veamos cómo podemos evitar caer en la tentación de hacer todo a último momento,
Si es un trabajo práctico, empezar desde el día que nos lo asignan. Esto no es para ganar
tiempo, sino para tener una idea de cuánto nos puede tomar completarlo. A lo mejor ocurre
que vemos que es muy fácil y que puede ser postergado. Pero en otros casos tal vez nos
demos cuenta que va a ser muy largo y que vamos a tener que dedicarle tiempo varios días a
la semana.
Si es un examen hay que ir incorporando los temas día a día. Es de lo que hablamos
cuando decimos que tenemos que llevar las asignaturas al día.
Planificar. Armar un cronograma si es necesario. En él pondremos por día que es lo que
tenemos que hacer y alguna meta que puede tener plazos por semanas. Así podremos llevar
el control de cómo estamos avanzando.
Los planes de carrera de las universidades son resultado de un debate pedagógico y técnico sobre
qué enseñar, de qué manera y en qué momentos. No están excentos de aspectos burocráticos que los
engrosan sin necesidad o, por el contrario, de puntos de vista de parte de quienes los diseñan que
ocasionan que muchas cosas queden afuera o que queden desactualizados.
Por eso, lo importante es entender que los conocimientos que adquirimos en la facultad son solo una
parte que nos sirven para alcanzar la meta de recibirnos, pero que en realidad hay mucho más por
aprender.La capacidad de investigar por cuenta nuestra y la curiosidad de saber con profundidad
mucho más nos hace realmente especiales. Si es una cualidad que aún no has desarrollado, te
aconsejamos lo hagas, aunque la curiosidad de aprender más es natural de cada uno y no es fácil de
cultivar.
Hablar con los docentes: Si notás que algún tema se dio con poca profundidad, entonces es
bueno acercarse a los profesores y plantearlo, tal vez puedan orientarte de alguna forma
mejor
Acudir a los libros: Las clases de los docentes son filtros que ellos hacen de los manuales y
libros de texto. Si queremos ver la información sin ningún tipo de filtro, entonces debemos
ir directo a la fuente. Los libros tienen concentrado todo el conocimiento.
Investigar en internet: Podemos encontrar investigaciones nuevas sobre temas que
estudiamos o la opinión de referentes de la materia. Internet es un universo inmenso de
información. Además el conocimiento está en forma de texto como en los libros, pero
también en formato multimedia (imágenes, audio y video).
Unirse a grupos especializados: Seguramente en tu universidad hay grupos de personas
(alumnos y docentes) que forman una comunidad aparte sobre algún tema específico que les
interesa. Empezar a participar en ella es un gran paso para extender tus conocimientos en
algún área.
Suscribirse a noticias. Puede ser a un sitio web en internet o a una publicación editorial.
Recibir noticias sobre los temas que nos interesan nos va a mantener actualizados y a la
vanguardia de todo.
Asistir a seminarios y eventos. Cada tanto se hacen reuniones de algún grupo especializado
donde alguien con mucho conocimiento expone. Si bien, estos eventos suelen ser pagos,
también son una manera de aprender más.
Cursos complementarios. Ya se por fuera o por dentro del centro de estudios en el que
curses, siempre un curso te puede ayudar a mejorar en algún área.
Conviértete en autodidacta
Aprender por cuenta de uno es una gran ventaja que podemos aprovechar en nuestro trabajo, pues
podríamos desarrollar más actividades a medida que pasa el tiempo, o incluso en los estudios,
aprendiendo algo que no nos enseñan.
Observemos cuáles son las características de un autodidacta para poder convertirnos en uno y
algunos consejos para aprender solos.
Repasar los apuntes el mismo día. Luego de explicada la clase, aunque no nos sentemos a
estudiar realmente. Aunque no estemos dispuestos a subrayar ningún texto, aunque no
pensemos ni en plantear ningún ejercicio, igual hay que tomar los apuntes de clase y leerlos.
¿Cúanto tiempo puede llevar eso, 15 minutos, 20? No más que eso seguro.
Cumplir con lo que se pide de una clase a la otra. Y acá es donde entra en juego la
inteligencia del estudiante. Cada profesor de cada materia cree que el estudiante tiene toda la
semana para su materia y esto no es así. Por lo tanto, puede exigir mucho. Entonces, el
estudiante debe identificar aquello que es más importante hacer, tratar de no perder tiempo
en tareas repetitivas y cubrir todos los conceptos.
Leer los apuntes antes de ir a clases. Es decir, tener una idea de lo último que se vio la
última clase para poder seguir con lo que se empezará a dar, salvo que sea un tema
completamente nuevo.
Estudiar todos los días o tener días fijos. Lo decimos siempre, lo ideal es todos los días
hacer algún tipo de actividad, pero si no es posible, entonces distribuir esa carga horaria en
algunos días puntuales de la semana.
Calcular imprevistos. La vida no es solo estudiar, hacemos también otras cosas, muchas de
las cuales aparecen de golpe sin avisarnos. Entonces, hay que tener un tiempo de sobra
cuando planificamos para la clase siguiente porque sabemos que puede que algo ocurra que
nos saque tiempo.
Cubrir las guías de ejercicios. Para los que estudian materias vinculadas a la matemática o
en la que hay que resolver ejercicios de algún tipo. Está claro que muchas veces esas guías
son enormes y no se pueden hacer todos y cada uno de los puntos. Entonces, lo que hay que
hacer es cubrir la guía. Es decir, identificar cuáles son los conceptos a aprender, seleccionar
aquellos ejercicios que los incluyan y resolver sólo esos.
Determinar prioridades. Muchas materias al mismo tiempo y todas exigen demasiado.
Hay que determinar qué es más importante día por día. Algunas jornadas se dedicarán a una
materia y luego esa quedará en segundo plano para darle paso a otra.
Ir enfocándose en el examen. De a poco, al acercarse la fecha del examen, hay que
empezar a pensar en todo lo que se necesita saber para rendirlo y qué tipo de preguntas
pueden aparecer.
Si logramos mantener la constancia y seguir estos puntos que describimos, es realmente probable
que podamos llevar realmente las materias al día.