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y derechos humanos
Resumen
El texto efectúa una revisión de los fundamentos de los sistemas punitivos de las
comunidades indígenas de Latinoamérica, atendiendo las razones de la criminalización
de ciertos comportamientos y las características de los sistemas punitivos, desde su
racionalidad interna y en comparación con los sistemas jurídicos de raigambre europea,
que coexisten con aquéllos; lo que permite concluir que los sistemas penales indígenas
no son contrarios a los instrumentos internacionales de protección de los derechos
humanos, en la medida que éstos requieren una interpretación ajustada a los sistemas
sociales en que deben ser aplicados.
Abstract
The text is a review about the fundamentals of Latin America’s indigenous punitive
systems, attending the reasons for the criminalization of certain behaviors and the
characteristics of those punitive systems, since its internal rationality and compared
with traditional legal systems in Europe, that coexist with them; leading one to conclude
that indigenous punitive systems are not contrary to international instruments on human
rights protection, as they require an interpretation agreed to the social systems that
should be applied.
Palabras Clave
Principios del derecho penal indígena; mediación; cohesión social; dañosidad social;
rehabilitación; sanciones; mecanismos de protección de derechos humanos.
Key words
Principles of indigenous criminal law; mediation; social cohesion; potential social
damage; rehabilitation; sanctions; mechanisms to protect human rights.
12 Derecho indígena, sistema penal y derechos humanos - Emiliano Borja Jiménez
Sumario
I. Introducción. II. Los principios del sistema penal indígena. III. Las infracciones del
sistema penal indígena. IV. Las sanciones del sistema penal indígena. V. Consideración
final: Derecho indígena sancionador y derechos humanos.
I. Introducción
Fue en el año 1999 cuando desde mi despacho en la Facultad de Derecho de
la Universidad de Valencia, decidí investigar la posible existencia de sistemas de
enjuiciamiento autónomos en los pueblos indígenas de Latinoamérica. Las preguntas
que me formulaba hacía muchos años eran similares a las siguientes: Si en una
comunidad de una etnia determinada, se perpetra una acción muy grave por parte de
uno de sus miembros (un asesinato, una violación, una mutilación, etc.), ¿qué haría el
resto de la comunidad?. ¿Pondría en conocimiento de la autoridad estatal la perpetración
de ese delito y actuaría el sistema de justicia oficial? O, por el contrario ¿sería la propia
comunidad quien procedería contra el autor? En caso de que aconteciese esto último,
la reacción de los comuneros ¿sería irracional, bárbara y primitiva, o respondería a
una serie de reglas preestablecidas?, ¿tendrían lo pueblos originarios un catálogo
de ilícitos y sanciones similares al que poseemos los occidentales?, ¿cómo sería el
procedimiento para enjuiciar a los sospechosos, y castigarlos si se les considerase
culpables? Como decía, todas estas cuestiones me rondaban desde hacía muchos
años, hasta que en 1999 conocí a una doctoranda ecuatoriana, que realizaba su tesis
doctoral en el Departamento de Derecho del Trabajo de la Universidad de Valencia, y le
comenté alguna de mis inquietudes en el sentido que acabo de reflejar. Ella me animó
a que fuera a su país, y que realizase un trabajo de campo encaminado a responder
algunas de estas cuestiones. En el mes de noviembre de ese año, obtuve una beca de
mi universidad, y algunos fondos de un proyecto de investigación de mi departamento
de Derecho Penal y comencé a desarrollar una investigación que todavía continúa hoy
en día. Algunas de las conclusiones provisionales de esta investigación, ya han sido
publicadas en un primer libro que ha querido introducir la problemática en Europa,
totalmente desconocida hasta el momento presente1.
1 Borja Jiménez, Emiliano, Introducción a los fundamentos del Derecho Penal indígena. Valencia,
2001. Con posterioridad a este trabajo inicial, he publicado otras investigaciones cuyas ideas
condenso aquí de forma resumida por exigencias editoriales. Al respecto, Borja Jiménez, Emiliano:
“Derecho Penal y Derecho indígena: Cuatro tesis” en Flores Giménez, F (Coord.), Constitución y
pluralismo jurídico, Quito, Corporación Editora Nacional, 2004, pp. 111-152; Borja Jiménez, Emiliano:
¿Existe el derecho penal indígena?, Conferencias Magistrales, Núm. 13. México, Editorial del
Instituto Nacional de Ciencias Penales de México (INACIPE), 2005, Borja Jiménez, Emiliano: “Sobre
la existencia y principios básicos del sistema penal indígena” en Borja Jiménez, Emiliano (Coord.):
Diversidad cultural: Conflicto y Derecho. Nuevos horizontes del Derecho y de los derechos de los
Nuevo Foro Penal No. 73 - Julio-diciembre de 2009 - Universidad EAFIT 13
pueblos indígenas de Latinoamérica. Serie Monografías, núm. 419. Valencia, Editorial Tirant lo
blanch, 2006, pp. 259-372; Borja Jiménez, Emiliano: “Sobre los ordenamientos sancionadores
originarios de Latinoamérica” en Berraondo, Mikel (Coord.) Pueblos indígenas y derechos huma
nos. Bilbao, Instituto de Derechos Humanos. Universidad de Deusto, 2006, pp. 663-683; Borja
Jiménez, Emiliano: “Sobre los ordenamientos sancionadores originarios de Latinoamérica. Derecho
penal y pluralidad cultural”, Anuario de Derecho Penal, 2006 (Lima y Friburgo –Suiza-, 2007), pp.
101-152.
principio de personalidad también cede (en ocasiones) ante la culpabilidad del grupo,
del clan o del patrilinaje, pues al colectivo se le responsabiliza de la educación y de la
conducta del nativo. La presunción de inocencia, el derecho a la defensa y al debido
proceso en general, necesitan, según estos parámetros, ser interpretados bajo otra
lectura diferente, pues los valores de la paz y del equilibrio social requieren que se
tomen en consideración otros componentes supraindividuales de notable importancia.
Voy seguidamente a señalar algunas características que manifiestan otros principios
propios del sistema de infracciones y de sanciones de los pueblos originarios3.
Se puede así entender que el principio de culpabilidad considerado bajo los
presupuestos del pensamiento occidental, se relaja bastante cuando nos encontramos
ante ordenamientos punitivos indígenas. Esto es así porque los sistemas sociales
más arcaicos o primitivos (o, si se quiere, menos influidos por la “colonización”) se
estructuran bajo una intensa cohesión del grupo, de tal forma que mantener la paz o
el equilibrio entre las diversas familias se presenta como función rectora de toda la
vida de la colectividad por encima, incluso, de intereses particulares. Visto desde este
prisma, acontecimientos que desde la perspectiva “occidental” se entenderían como
estrictamente “privados” (adulterio u ociosidad), en los grupos amerindios trascienden
de ese mero campo particular porque representan desajuste social, pérdida del
equilibrio respecto de los colectivos integrantes, y, en última instancia, ruptura de la
paz social. El principio de la paz social, del mantenimiento de las fuerzas comunitarias
en pugna, aparece con gran relevancia en los sistemas jurídicos indígenas.
El derecho sancionador indígena, sin embargo, se estructura en torno a unos
principios propios que, sin ser desconocidos en los sistemas penales occidentales, sin
embargo aquí adquieren especial consideración.
Así, el valor preponderante que se le asigna a la paz social, y la necesidad de
mantener la integración y la cohesión del grupo, explican los principios de mediación y
de fuerte prevención especial en el ámbito de la elección y de la imposición de la pena
al infractor declarado culpable4.
El Derecho Penal indígena es, ante todo, un Derecho de mediación5. El delito en
las sociedades originarias de Latinoamérica refleja el peligro de descomposición del
grupo y de división social. La consecuencia jurídica del delito, la pena, no pretende
expresar solamente el castigo representativo de la reprobación social, sino, sobre todo,
se busca restaurar el equilibrio de la vida social del grupo y alcanzar la paz rota por el
comportamiento del autor6. De ahí que la imposición de la sanción no sea tan sólo una
4 En este sentido, Irureta, Gladys, El indígena ante la ley penal. Caracas, 1981, p. 21
5 Perafán Simmonds, C. C. Sistemas jurídicos Paez, Kogi, Wayúu y Tule. Bogotá, Colcultura, 1995, p. 40.
6 Esta diferencia entre los ordenamientos punitivos indígenas y el estatal es apreciada por la
sentencia de la Corte Constitucional colombiana T-523/97, cuando establece el fundamento y
razón de ser de determinadas sanciones en una y otra comunidad.
16 Derecho indígena, sistema penal y derechos humanos - Emiliano Borja Jiménez
8 Este carácter de mediación de los sistemas punitivos indígenas del Ecuador fue un punto de
referencia que se expresó en la mayoría de las entrevistas que realicé en la cuarta semana del
mes de noviembre de 1999, durante mi estancia en la República del Ecuador, especialmente las
mantenidas con la Dra. Gina Chaves, el Dr. Julio César Trujillo y la Dra. Nina Pakari.
Nuevo Foro Penal No. 73 - Julio-diciembre de 2009 - Universidad EAFIT 17
con su imposición (por ejemplo que esté de acuerdo en realizar gratuitamente una
serie de actividades de mejora de las instalaciones de la escuela pública del barrio). En
ocasiones, el mismo reo puede solicitar que la sanción se cumpla bajo determinadas
condiciones, que cuando son razonables suelen ser aceptadas por la comunidad9.
Ciertamente, este carácter de mediación no es desconocido por el Derecho
Penal occidental. Como sabemos, la institución anglosajona de la diversion (que ha
sido trasladada con gran éxito al Derecho continental, sobre todo en el marco del
procedimiento abreviado) faculta al juez para que imponga una pena al acusado cuando
éste reconoce los hechos y tras una negociación entre la acusación y la defensa.
Pero aquí no existe el intermediario del representante legal ni de entes distintos de
la propia comunidad o de sus autoridades si el hecho es muy leve. De tal suerte que
la mediación en el Derecho Penal indígena constituye una de las bases de su sistema
jurídico merced a la clase de estructura social que impera en su seno.
Para finalizar este apartado, quisiera hacer referencia, aun brevemente, a otro de
los principios que se encuentra en la base de los diferentes ordenamientos jurídicos
indígenas. Me refiero al principio de rehabilitación o reinserción social del reo.
Una de las ideas que más fuertemente están presentes en la conciencia
jurídica de los indios es el convencimiento de que la justicia estatal no vela ni por los
intereses de la sociedad ni tampoco por los del propio reo10. Al pensamiento de que
los órganos jurisdiccionales están corrompidos, son lentos e ineficaces, se equivocan
constantemente y tutelan exclusivamente los intereses de los poderosos, se une este
otro que afirma que las sanciones estatales despersonalizan al sujeto, lo excluyen de
10 En una reunión con dirigentes indígenas mantenida en el mes de julio de 2003 en La Paz, formulé
directamente la pregunta de su confianza en los órganos de justicia estatal y la respuesta fue en
todos ellos unánime: la rechazaban totalmente, prefieren en todo caso resolver con arreglo a su
derecho consuetudinario. Una vez más, tengo recogidas esas impresiones en el correspondiente
material magnetofónico.
18 Derecho indígena, sistema penal y derechos humanos - Emiliano Borja Jiménez
13 El procedimiento del baño en agua fría y del ortigamiento no es, ni mucho menos, generalizado
en todas las comunidades amerindias. Sin embargo, es frecuente en las agrupaciones del cantón
de Otavalo y alrededores (provincia de Imbabura, Ecuador). Plasmo en el texto las experiencias
recogidas de las cuatro entrevistas realizadas en comunidades de Cotacachi el día 13 de noviembre
de 1999, recogidas en el material así catalogado.
14 Esta utilización ritual de la sanción, con la finalidad de purificar al sujeto y restablecer el equilibrio
y la paz, también se encuentra en la etnia páez que reside en el territorio de Colombia. La Corte
Constitucional de este país, en la sentencia T-523/97, expresa nítidamente este fundamento
punitivo.
Nuevo Foro Penal No. 73 - Julio-diciembre de 2009 - Universidad EAFIT 19
que en contacto con la piel produce picores, inflamaciones y eczemas, con irritación
generalizada. Tanto el baño en agua fría como el ortigamiento, se han contemplado
como medios bárbaros de sanción del delincuente. Pero creo que ni siquiera tienen el
carácter de pena íntegramente. El ortigamiento, que ciertamente produce dolor físico,
es un medio procesal y ritual que persigue “curar” al reo, que éste se sienta “libre”
de las malas influencias que le llevaron a perpetrar el delito y confiese su hecho ante
la comunidad para que de esta forma, como reconocimiento de un error cometido,
aquélla pueda aceptar de nuevo a éste y así reintegrarle a su seno tras la ejecución
de la sanción15. La ortiga, pues, tiene un carácter ritual y mágico, de tal suerte que
su utilización en el cuerpo del condenado se interpreta como una forma de purificar
su sangre y su alma, pues se considera que es un espíritu ajeno y maligno quien le
incitó a delinquir, el cual es expulsado, purificando al sujeto, cuando se aplica la hierba
urticácea16.
Existe también un elenco de penas que pretenden alcanzar esa rehabilitación del
sujeto. La sanción de reclusión en la casa comunal, es una pena privativa de libertad
que no suele durar más de 24 horas, y como mucho, se impone hasta siete días. Sin
embargo, este encierro no tiene una naturaleza de exclusión y de aislamiento, sino
que busca la finalidad de que el sujeto encuentre un espacio comunal de soledad
para que pueda meditar sobre su reprochable proceder y de esta forma no llegue
a repetir los mismos errores en el futuro. La misma pena de latigazos, que desde
15 La ortiga es una hierba que entre los indígenas se utiliza como planta medicinal. De las diversas
entrevistas que realicé en mi estancia en Ecuador durante el mes de noviembre de 1999, todos
los dirigentes y especialistas entrevistados pusieron de manifiesto que este carácter medicinal
es el que simboliza la aplicación de la ortiga al reo. Pues se cree que ésta purifica la sangre y con
esa finalidad es empleada por muchos indígenas y mestizos. En la entrevista realizada con el Dr.
Julio César Trujillo el día 23 de noviembre de 1999, miércoles, a las 15´30 horas en la Universidad
Andina Simón Bolívar (sede Ecuador), se manifestó la relación existente entre este carácter
terapéutico de la ortiga y el sentido procesal que se le otorga en el Derecho Penal indígena, tal y
como se señala en el texto.
16 En el pensamiento indígena, está muy arraigada la idea de que el sujeto que delinque está domi
nado por un ser sobrenatural ajeno a la persona del infractor. En la entrevista que tuve con Julio
Nunin, maestro de la comunidad zápara de Balzaura, celebrada el jueves 18 de noviembre de 1999
sobre las 15 horas, el entrevistado, de origen shuar, me manifestó que en su etnia cuando alguien
perpetraba algún hurto o robo (generalmente niños), se creía que un simio se había apoderado de
su mente, y para ello subían al infractor a un árbol, el cual tumbaban después y con el golpe, si
sobrevivía el infractor, se entendía que el mono había huido de la mente cautiva del ladrón, y de
esta forma el ajusticiado no volvería más a delinquir.
En este sentido, en comunidades indígenas colombianas, existe una institución penal que se
denomina separación de los espíritus que obligan a hacer una cosa mala a las personas, y que
consiste en proporcionarle al sujeto bebidas elaboradas con plantas para neutralizar esa energía
negativa. Perafán Simmonds: Sistemas jurídicos... cit., p. 94.
20 Derecho indígena, sistema penal y derechos humanos - Emiliano Borja Jiménez
la perspectiva occidental nos parece bárbara y cruel, cuando se aplica, cada golpe
viene acompañado de un consejo, para que se entienda que la sanción no es sólo
castigo sino que también está orientada a mejorar a las personas que han delinquido.
Existen penas de trabajos en beneficio de la comunidad que también persiguen el
objetivo de que el sujeto comprenda la importancia de velar por los intereses de la
comunidad y asuma su deslealtad al faltarle el respeto mediante la perpetración de un
hecho delictivo. De hecho, una de las sanciones que se considera más severa, no viene
integrada por aquéllas que atentan contra la integridad física, sino que se concreta en
la pena de expulsión de la comunidad. Es la más fuerte de las consecuencias puni-
tivas y se impone cuando ninguna otra ha tenido eficacia. Y se considera tan dura
porque su aplicación supone la muerte social del sujeto, su exclusión del poblado. Y
para un indígena que ha vivido toda su vida en un mismo lugar, y durante generaciones,
el destierro significa la ruptura total con toda su existencia anterior y la práctica nega
ción del futuro porque se le ha borrado su propia esencia. Esta es la pena más dura,
porque en ella no hay posibilidad alguna de rehabilitar al sujeto y de reintegrarle a su
comunidad.
dentro de su territorio18. Las conductas ilícitas más reiteradas en los pueblos originarios
suelen ser las relacionadas con la apropiación y venta ilícita de bienes comunales, los
hurtos y robos, lesiones y delitos contra el honor. Los homicidios y los delitos contra
la libertad sexual son menos frecuentes, y en ocasiones, desconocidos. Ahora, sin
embargo, me interesa destacar la existencia de tres tipos de comportamientos que
en la mayoría de los pueblos originarios de América suelen ser considerados como
delictivos, y que son desconocidos en los ordenamientos jurídicos occidentales19, pero
que, sin embargo, no han perdido vigencia en los sistemas jurídicos indígenas. Me
refiero a los ilícitos de adulterio, de ociosidad y de brujería20. De nuevo voy a reiterar
aquí las palabras que he escrito en otro lugar21.
Es un dato antropológico conocido, que en muchas comunidades indígenas en las
que predomina de forma fuerte el matrimonio o la unión libre monogámica, la infidelidad
sexual de uno de los cónyuges suele constituir un hecho que es gravemente sancionado.
Es verdad que esta conducta ha sido reprimida en las mismas sociedades estatales
occidentales (así, en España, el delito de adulterio estuvo vigente hasta 1978). Incluso
hoy en día sigue siendo un comportamiento castigado en la mayoría de los países
musulmanes y en otros del área Latinoamericana, como México. Pero en sociedades
europeas y de corte occidental, la infidelidad conyugal no tiene ninguna repercusión en
el ámbito del Derecho público. Es contemplada como conflicto privado en el seno de
la familia a la que afecta, y el Estado no interviene porque debe respetar ese ámbito
de intimidad y de libertad de sus ciudadanos, salvo la eventual consideración de las
consecuencias que puedan derivar del correspondiente proceso civil de separación o
divorcio.
Sin embargo, se ha señalado que los aspectos individuales como la libertad o
la intimidad en las sociedades tribales ceden ante el peligro de pérdida de la paz que
puede generar la conducta infiel de uno de sus miembros respecto de su compañero
19 Un profundo estudio sobre la tipología delictiva de las etnias Páez, Kogi, Wayúu y Tule lo
encontramos en la obra de Perafán Simmods, Sistemas jurídicos Páez, Kogi, Wayúu y Tule... cit.;
respectivamente, pp. 61 y ss., 139 y ss., 176 y ss., y 251 y ss.
20 Parece ser que en Latinoamérica, los pueblos precolombinos ya legislaron leyes morales y jurídicas
que prohibían conductas a través de sencillas prohibiciones, como no matarás, no hurtarás, no
mentirás, no serás ocioso, no tomarás la mujer ajena, y otras similares que constituyen la base
del Derecho Penal indígena. Así, para el caso de Colombia, Velásquez Velásquez, F., Derecho Penal.
Parte General. 3ª Edic. Bogotá, 1997; p. 224.
21 Borja Jiménez, Introducción a los fundamentos del Derecho Penal indígena... cit.; pp. 142 y ss.
22 Derecho indígena, sistema penal y derechos humanos - Emiliano Borja Jiménez
23 Así, en la etnia colombiana Kogi, se castiga de igual forma el adulterio del hombre que el de la
mujer. La pena es más grave si “es viviendo”, y se reduce a la mitad cuando se trata “de una
aventura”. Al respecto, la pena impuesta es de un mes de confesión “a la loma” en el primer caso
y la mitad en el segundo. Durante este tiempo el infractor tiene que “confesar” su fechoría ante
sus antepasados. Perafán Simmonds, Sistemas jurídicos... cit., p. 146.
Nuevo Foro Penal No. 73 - Julio-diciembre de 2009 - Universidad EAFIT 23
que presta cada vecino en favor de todo el grupo) se presentan como un servicio
absolutamente necesario si se quiere desarrollar la convivencia en unas mínimas
condiciones de dignidad. Por otro lado, como, por regla general, son colectivos de
pequeñas dimensiones, el esfuerzo por llevar a cabo proyectos colectivos tiene que
distribuirse entre muy pocas personas, y de esta forma, la inactividad de alguna de
ellas puede acarrear un notable perjuicio al conjunto de la vecindad. Esto explica que
un comportamiento que puede ser considerado como absolutamente inocuo en una
sociedad occidental, en una colectividad nativa, sin embargo, represente un alto grado
de desprecio a los intereses generales, y de ahí que esté sancionado con una pena24.
El último delito que quería examinar, y el más incomprensible para la cultura
occidental, es el de brujería. Evidentemente, los supuestos de utilización indebida de las
artes propias del chamán deben ser excepcionales, y su sanción también. No obstante,
a lo largo del desarrollo de los diferentes trabajos de campo, me he encontrardo algún
que otro caso, y quisiera hacer una breve referencia a este tipo de hechos, pues ello
explica ciertas características de los ordenamientos punitivos tribales que nos ayudan
a comprender mejor su fundamento y naturaleza.
Hay que tener presente que la concepción indígena del mundo está muy arrai-
gada en una interpretación mágica de la realidad, en la explicación fuertemente simbólica
de la vida, donde el rito y el respeto a las fuerzas sobrenaturales desempeñan un gran
papel. Por esta razón es tan importante la función del hechicero en las comunidades
menos occidentalizadas. El brujo es quien mejor conoce el cosmos espiritual que rige
las creencias de los miembros de su poblado, quien está autorizado a ponerse en
contacto con esas fuerzas sobrenaturales... es la persona que sabe como mantener el
equilibrio entre la realidad cotidiana y la realidad espiritual. Todo esto es incompren
sible para nuestra mentalidad occidental, y ahora no se trata de comprobar si tiene
una base lógica, científica o racional, o carece absolutamente de ella. Esto no es tan
importante como el dato de que existe en la conciencia indígena una absoluta creencia
en estas instancias trascendentales25 y, sobre todo, en la función que le corresponde
24 Son dos referencias las que he tomado respecto del delito de ociosidad, que representaría un
hecho punible menos grave o leve, de los que dan lugar a previos apercibimientos y sanciones
no muy graves. La primera referencia viene tomada en la comunidad de Cotacachi (en la cinta
magnetofónica citada en nota 22). La segunda referencia deriva de la entrevista que mantuve con
el jefe y chamán de la etnia de los záparos de la comunidad de Balzaura, el día 16 de noviembre
de 1999. La pena que se le impone al ocioso, como he señalado, no es muy grave y depende de la
etnia que la ejecute. En las comunidades de la Sierra se les aplica el baño en agua fría y la ortiga.
Los záparos excluyen temporalmente al infractor y no le permiten comer durante ese tiempo.
25 Por poner un ejemplo en comunidades indígenas de las examinadas, en los pueblos originarios
mapuche (residentes en Chile, fundamentalmente), las creencias en la brujería se reflejan en los
siguientes términos: “Generalmente el resultado de la hechicería es la muerte o la desgracia.
Más específicamente, el «asesinato» subrepticio (cualquier muerte inexplicable), enfermedades,
24 Derecho indígena, sistema penal y derechos humanos - Emiliano Borja Jiménez
al hechicero. Éste, como he señalado en otras ocasiones, vela por mantener la sanidad
de la comunidad, bien sea ante enfermedades, bien sea ante los acechos de seres
sobrenaturales que procedan de la selva, de las lagunas o de otros mundos... en todo
caso, él, y sólo él, está autorizado para utilizar la medicina tradicional en casos de grave
enfermedad y para deshacer hechizos y manejar otras fórmulas mágicas con el fin de
proteger a la comunidad y a sus miembros.
En ciertas tribus de la Amazonía, al menos, en la comunidad zápara, constituiría
una conducta gravemente prohibida, que cualquier miembro del poblado, fuera del
hechicero, realizase cualquier actividad de brujería, especialmente contra sus vecinos.
Pero también el propio chamán puede perpetrar este delito. Él puede hacer uso de su
arte para beneficio exclusivo de la comunidad y de sus miembros, o para profundizar
en sus conocimientos y de esta forma adquirir más fuerza. Sin embargo, si un chamán
utiliza sus poderes contra un comunero, o contra otra persona de otro poblado, incurrirá
en un grave delito, y se le impondrá la pena de muerte26. La creencia en la ciencia del
chamán es tan fuerte, que existen comunidades (así, embera-chamí en Colombia) que
atenúan notablemente la pena a quien mata al hechicero por creer que éste hacía uso
de su magia contra aquél u otro pariente27. Sin embargo, no incurrirá jamás en delito
de brujería el chamán que, para mejorar su arte, actúa con sus poderes contra otro
chamán28.
26 En la comunidad indígena Páez, en Colombia, entran dentro de este delito tres especies: la
utilización indebida de hierbas venenosas, el mal ejercicio de la medicina tradicional por quien
tiene derecho a practicarla y la conducta que se señala en el texto, “gente que se convierte en
mohano, el lado malo del shamán clásico”. Perafán Simmonds, Sistemas jurídicos Páez... cit., p. 67.
27 “De este modo, se castiga con tres años el homicidio que comete un padre en la persona de un
jaibaná (hechicero) cuando éste sospecha que su hijo murió por causa del último”, sentencia de la
Corte Constitucional de Colombia T-349/96.
28 “Cuando un chamán está haciendo su estudio, sabe de muchas cosas, entonces lo prueba a otro
chamán para ver si lo puede resistir, para ver si está atento viendo a todo eso... entonces le pega
con sus dardos mágicos, entonces si él no ha aprendido este tipo de estudio, el no aguantará ya...
por ejemplo, mandan a morder una culebra, pero si él no está preparado para proteger eso, lo
muerde y lo mata al instante... entonces los chamanes tienen que estar bien resguardados unos
de los otros... los chamanes siempre están en guerra, entre ellos, en el mundo mágico, siempre
están probando el uno al otro, para fortalecerse, para hacer el máximo”. Entrevista mantenida con
Nuevo Foro Penal No. 73 - Julio-diciembre de 2009 - Universidad EAFIT 25
D. Basilio Santi en Balzaura (selva amazónica, Ecuador) el día 18 de noviembre de 1999 sobre las
17 horas.
29 Borja Jiménez, Introducción a los fundamentos del Derecho Penal indígena... cit., pp. 151 y ss.
30 Sin embargo, se mantiene por algunos autores que en el Derecho Penal Inca ya se encontraba
la pena de rapado. En este sentido, con cita bibliográfica, Irureta, Gladys, El indígena ante la ley
penal. Caracas, 1981, p. 19.
un carácter estrictamente personal: se aplica tan sólo a los que han intervenido en la
comisión del hecho, bien sea a título de autor, bien sea a título de partícipe. Sin embargo,
encontramos en muchos ordenamientos amerindios que el grupo es el responsable de
la consecuencia jurídica del ilícito punible perpetrado por uno de sus miembros. Si
además se tiene en cuenta, como señalábamos en el punto dedicado a los principios
fundamentales, que la mediación es un factor relevante en la atribución de la sanción,
y que se pretende restaurar la paz rota por el acto antisocial, es comprensible entonces
que la compensación y el pago por parte del grupo de procedencia del autor en favor
de la víctima sea una institución muy importante en ciertas comunidades indígenas32.
Hecha esta aclaración, vamos a examinar, igual que hicimos en materia de hechos
delictivos, tan sólo algunas de las sanciones que hoy se entiende que integran el
sistema punitivo de algunos ordenamientos aborígenes.
Hay que decir que aunque la pena de muerte está prácticamente abolida en la
mayoría de los países de Latinoamérica, subsiste sin embargo en ciertos pueblos
amerindios. En las comunidades de la Sierra del Ecuador, había un rechazo generalizado
a la pena capital. Pero en la comunidad amazónica de los záparos, la pena de muerte es
la más común de las sanciones para los delitos graves33. Esto se explica porque, en la
medida en que no existe la pena de prisión, los crímenes de mayor trascendencia como
32 “Los sistemas indígenas están mediatizados por reglas de compensación y pagos tendentes a
las reparaciones... estos pagos son responsabilidad del grupo de pertenencia del ofensor, ésta
es la parte más importante, la condición sine qua non del funcionamiento del sistema. La pena
principal entonces se puede caracterizar como el pago (en bienes o en servicios, algunas veces
en la entrega de una novia) a cargo del grupo del ofensor. Como pena subsidiaria se da la pena
personal, que se puede imponer directamente al ofensor”. Perafán Simmonds, Sistemas jurídicos
Páez... cit., pp. 39 y 40. También entiende que es muy frecuente la composición como pena en el
Derecho Penal indígena, Irureta, El indígena ante la ley penal…cit.; p. 23.
33 Señala Perafán Simmonds (Ibídem) que para los casos de brujería la pena es generalmente la
muerte.
La sanción capital, en cambio, es muy frecuente en comunidades aymaras en Bolivia. El régimen
de vida tan extremo que se soporta en regiones como Potosí u Oruro, junto al carácter sobrio y
la fuerza de la cultura del pueblo aymara, determina que se proyecte esa dureza de la existencia
en la propia dureza de su sistema penal. Así, se aplica la pena de muerte en varios delitos, como
brujería, asesinato y otros que agredan a valores relevantes para la propia coexistencia de la
comunidad. Al respecto, Fernández Osco, Marcelo, La ley del ayllu. Práctica de jach´a justicia y
jisk´a justicia (justicia mayor y justicia menor) en comunidades aymaras. La Paz, 2000, p. 221.
Tal y como ya he citado en alguna ocasión, las consecuencias de la sanción se extienden más allá
del propio autor. En una conversación con el autor de la obra citada, me comentaba que conocía
de casos de aplicación de la pena de muerte en derecho aymara en los que se obligaba a la propia
madre del condenado a que le suministrase el veneno que habría de matar a su hijo, por no sabido
educarlo convenientemente.
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34 En este sentido, L ee Van Cott, D., Political Analysis of legal pluralism in Bolivia and Colombia,
p. 5. Ejemplar fotocopiado (sin más reseñas) que me proporcionó la Dra. Ximena Endara en la
Universidad Andina Simón Bolívar (Ecuador).
35 Así, para el caso colombiano, señala Perafán Simmonds (Sistemas jurídicos... cit., p. 40) los latigazos
o el cepo. De mi experiencia personal, he llegado a la conclusión de que la pena de latigazos se
encuentra muy arraigada en comunidades andinas quechuas de Bolivia y Ecuador.
36 Opinión común de todos los dirigentes entrevistados en las comunidades indígenas de Cotacachi
(Ecuador), el día 13 de noviembre de 1999.
28 Derecho indígena, sistema penal y derechos humanos - Emiliano Borja Jiménez
38 “No existe, sino excepcionalmente y por corto tiempo la pena de la reclusión, o ésta está asociada
a trabajos específicos”, Perafán Simmonds, Sistemas jurídicos... cit., p. 40.
39 Esas condiciones físico-ambientales que impiden el encierro de las personas, se llegan a dar
también en el propio sistema estatal de justicia.
40 Esta idea se encuentra presente en toda entrevista realizada con dirigentes indígenas, tanto se
tratase de comunidades de la Sierra como del Oriente (Ecuador). A esto habría que añadir la
terrible situación de los centros penitenciarios en la mayoría de los países latinoamericanos, que
junto a un sistema de justicia muy politizado y con grandes dosis de corrupción en muchos casos,
provoca un generalizado sentimiento de rechazo a la cárcel de los “blancos” incluso por parte de
las autoridades indígenas que imparten justicia en su respectiva colectividad.
41 Esto ocurre en el Derecho Penal de la comunidad paez, tal y como nos relata la sentencia de la
Corte Constitucional colombiana T-523/97.
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42 Tengo la impresión de que en los derechos indígenas que están en proceso de implantación, o de
recuperación, con poca tradición en los últimos tiempos, las cuestiones penales se tratan también
casi exclusivamente bajo criterios de mediación, y se resuelven en la mayoría de los casos, por
muy grave que sea el hecho, con una indemnización a la víctima. He podido comprobar que en
derecho indígena centroamericano, la sanción de indemnización en favor de la víctima es una de
las más relevantes, y se aplica incluso en delitos como asesinato, homicidio imprudente, violación
o lesiones. Al respecto, poseo dos referencias magnetofónicas de sendos trabajos de campo
realizados con comunidades mayas (Guatemala) y bribri (Costa Rica).
43 Así, como hemos visto dos notas arriba, la compensación es una institución que se encuentra en
el sistema punitivo de la etnia paez (Colombia).
44 Con ello no se agota, ni mucho menos, el amplio campo de la diversidad de sanciones en los
ordenamientos indígenas. De mi experiencia personal en los muchos casos que pude examinar,
observé que la pena de exposición es bastante frecuente. Perafán Simmonds nos habla en su obra
(Sistemas jurídicos Páez...., p. 40) de esta sanción que consiste en la ubicación del infractor en
un lugar para que pueda ser observado por el resto de sus vecinos mientras se pregona su hecho
perpetrado. En algunas comunidades ecuatorianas, se le coloca un cartel al sujeto con el delito que
ha cometido, se le expone públicamente en la plaza mayor o se le hace pasear por el poblado.
Otras penas en pueblos originarios de Colombia son las prohibiciones de participación en
actividades familiares, el veto para participar en el intercambio de hermanas en la regla de las
alianzas matrimoniales, aplicada por el grupo de pertenencia del ofendido, y el veto para participar
en las corporaciones institucionales.
30 Derecho indígena, sistema penal y derechos humanos - Emiliano Borja Jiménez
45 Así, en la etnia colombiana de los paez, los requisitos para aplicar esta sanción son los siguientes:
que se trate de conductas tipificadas con esa pena, que sea en reincidencia, que haya mediado
la debida advertencia y que lo apruebe la Asamblea General de la comunidad. Perafán Simmonds,
Nuevo Foro Penal No. 73 - Julio-diciembre de 2009 - Universidad EAFIT 31
supuestos absolutamente excepcionales, bien por la reincidencia del sujeto, bien por la
misma entidad lesiva del hecho46.
No quiero entrar ahora, por problemas de limitación de tiempo, espacio y objeto
de este trabajo, en los distintos procedimientos tradicionales para determinar la
inocencia o culpabilidad del acusado. Tan sólo voy a expresar unas reflexiones sobre
la problemática relacionada con algunas de las instituciones propias del derecho
indígena sancionador y su legitimidad dentro del catálogo universal de la vigencia de
los derechos humanos.
Sistemas indígenas Páez..., p. 93. También hemos visto en la nota anterior, que para Villavicencio
Terreros (Ibídem), la expulsión de la comunidad es una “...sanción gravísima aplicada a rebeldes y
reincidentes”.
46 La Corte Constitucional colombiana determinó, al menos en una ocasión (Sentencia núm. T-254/94)
la inconstitucionalidad de la sanción de expulsión que estableció una comunidad indígena
colombiana contra uno de sus miembros por la reiterada comisión de delitos de hurto. Entre otros
alegatos, se consideró que la pena era desproporcionada porque afectaba a inocentes (todos los
hijos del infractor que tenían que abandonar igualmente las tierras comunales hasta entonces a
ellos asignadas). Asimismo, de las entrevistas personales llevadas hasta este momento, desde
las realizadas en 1999 en las comunidades de Cotacachi como en el poblado záparo de Balzaura
en Ecuador, hasta las últimas en el momento en que escribo estas líneas (comunidades quechuas
y aymaras de Bolivia), pasando por todas las demás (bribri, maya, muiscas, kogis, etc.), la opinión
común de las autoridades y de los expertos entrevistados apuntaba a que sólo en situaciones
excepcionales y cuando cualquier otro recurso hubiese fracasado, sólo entonces se recurriría a la
expulsión del sujeto de su comunidad.
32 Derecho indígena, sistema penal y derechos humanos - Emiliano Borja Jiménez
47 No puedo entrar ahora sobre una temática que debería ser objeto de más de una monografía.
El tema de la universalidad de los derechos humanos, y su interpretación en las distintas
civilizaciones, es muy discutido en la actualidad. Cito tan sólo algunas obras y trabajos que han
tratado profundamente esta problemática. Así, Hersch, Jeanne (Dir.), El derecho de ser Hombre.
Salamanca, 1973; Höffe, Otfried, Gibt es ein interkulturelles Strafrecht? Ein philosophischer Versuch.
Frankfurt am Main, 1999; Merle, Jean-Christophe, Strafen aus Respekt vor der Menschenwürde.
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34 Derecho indígena, sistema penal y derechos humanos - Emiliano Borja Jiménez
¿Qué es más justo, más eficaz, más respetuoso, más civilizado, aplicar su propio
derecho o recurrir al ordenamiento punitivo estatal?
Evidentemente, siempre que el ordenamiento originario respete unos mínimos
en el marco del reconocimiento y tutela de los derechos humanos, que, como hemos
visto, se suelen ubicar en la salvaguarda de la vida y de la integridad física, en la
prohibición de la esclavitud y de la tortura, y en el acatamiento de los fundamentos de
las reglas básicas del debido proceso, me parece más conveniente que se tomen en
consideración las normas vigentes propias de la tradición y costumbres de los pueblos
indígenas de Latinoamérica.
Y en efecto, puede plantearse desde la mentalidad occidental que entrados ya
en el siglo XXI, no se debe castigar a una persona a sufrir 40 latigazos, a realizar
forzosamente trabajos en favor de la comunidad durante un año u obligarle a someterse
a la inmovilización de su cuerpo por medio del cepo. Y estoy de acuerdo en considerar
esta solución monstruosa si se aplicase en cualquiera de los países de la Unión Europea
o en cualquier otro Estado de corte occidental. Pero ya vimos en su momento que la
pena privativa de libertad no cumple ninguno de los fines que persigue el Derecho
Penal indígena, mientras que estas otras, que acarrean una gran carga ritual y un
menor contenido aflictivo del que aparentemente representan, muestran una gran
idoneidad para alcanzar los principios de prevención especial, de reciprocidad, equilibrio
y salvaguarda de la paz social, que aparecen como objetivos fundamentales de este
sistema. Nos preguntamos entonces qué ocurre con el principio de humanidad de las
penas, pero también sobre ese concepto de humanidad podríamos encontrar distintas
valoraciones en una y otra cultura. Si fuéramos capaces de entender el mundo de
civilizaciones como la amerindia desde su concepción cultural, aceptaríamos ciertas
sanciones que aparentemente parecen inhumanas, pero que en realidad lo son menos
que las penas privativas de libertad. Aquí dejo la duda que debe encontrar respuesta
en sucesivos trabajos.
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