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UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA FACULTAD DE MEDICINA

ÁREA SALUD Y SOCIEDAD


SALUD Y SOCIEDAD I - PRIMER SEMESTRE

AIRES, AGUAS Y LUGARES1


Hipócrates

Reproducido con fines docentes

I. ...Quien desee estudiar correctamente la ciencia de la medicina deberá proceder


de la siguiente manera. Primero, deberá considerar qué efectos puede producir cada
estación del año, puesto que las estaciones no son todas iguales, sino que difieren
ampliamente tanto en sí mismas como en sus cambios. El siguiente punto se refiere a los
vientos cálidos y a los fríos, especialmente a los universales, pero también a aquellos que
le son peculiares a cada región en particular. Deberá también considerar las propiedades
de las aguas, pues tal como estas difieren en sabor y peso, también las propiedades de
cada una difieren grandemente de las de cualquier otra. Por lo tanto, al arribar a un pueblo
que le es desconocido, el médico deberá examinar la posición del mismo con respecto a
los vientos y a las salidas del sol, pues un aspecto norte, un aspecto sur, uno del oriente y
uno de occidente tienen cada uno su propio carácter individual. Deberá considerar con el
mayor cuidado todas estas cosas Y también a dónde tienen que ir los nativos para buscar
agua, si usan aguas pantanosas, suaves, o que son duras y vienen de lugares altos y
rocosos, o son salobres y ásperas. También el suelo, si es llano v seco, o boscoso y de
aguas abundantes. Asimismo, el modo de vida que les place a sus habitantes, si son
grandes bebedores y comen en exceso y se mantienen inactivos, o si son atléticos,
industriosos y se alimentan bien, bebiendo poco.

II. Usando esa información deberá examinar los diversos problemas que surjan. Pues
si el médico conociera estas cosas bien, y de preferencia las conociera todas, pero en
todo caso conociera la mayoría, no ignorará a la llegada a un pueblo que no le es
conocido, las enfermedades locales ni la naturaleza de las que prevalecen comúnmente;
así, no se encontrará en desventaja al tratar las enfermedades, ni tendrá desaciertos,
como es probable que sea el caso si no contara con estos conocimientos antes de
considerar sus diversos problemas. A medida que pasa el tiempo y transcurre el año,
estará en capacidad de decir qué enfermedades epidémicas atacarán la ciudad, ya en
verano, ya en invierno, así como cuáles le son peculiares al individuo y cuáles pueden
ocurrir durante un cambio en el modo de vida. Pues al conocer los cambios de las
estaciones, y las salidas y las puestas de los astros, con las circunstancias de cada uno de
estos fenómenos, sabrá de antemano la naturaleza del año que se aproxima. Mediante
estas consideraciones y al conocer los tiempos con antelación, tendrá pleno conocimiento
de cada caso particular, logrará el mayor éxito al asegurar la salud, y logrará los mayores
triunfos en la práctica de su arte. Si se piensa que todo esto hace parte del campo de la
meteorología, descubrirá, al razonar sobre ello, que la contribución de la astronomía a la
medicina no es pequeña sino por el contrario, en verdad muy grande. Pues con las

1
Extracto de Hípócrates, Airs, Waters, Places. W.H.S. Jones (ed.). Cambridge, Harvard University Press,
1948. Reproducido de El Desafío de la Epidemiología. O.P.S. Publicación científica
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estaciones las enfermedades del hombre, al igual que los órganos digestivos, sufren
cambios.

III. Ahora expondré claramente cómo debería investigarse cada una de las materias
mencionadas y las pruebas que deberán aplicarse. Una ciudad que se encuentra expuesta
a los vientos calientes -es decir, aquellos que soplan entre la salida y la puesta del sol en
invierno- cuando se halla expuesta a ellos y protegida de los vientos del norte, tiene aguas
que son abundantes y salobres, y deben encontrarse cerca de la superficie, calientes en
verano y frías en invierno. La cabeza de sus habitantes se mantiene húmeda y llena de
flema, y estos sufren de trastornos en sus órganos digestivos por la flema que les llega de
la cabeza. La mayoría tienen un físico más bien enfermizo, y comen mal y beben mal.
Pues los hombres de cabezas débiles beben poco, ya que los efectos posteriores son más
perturbado- res para ellos. Estas son las enfermedades endémicas. En primer lugar, las
mujeres son poco saludables y expuestas a flujos excesivos. Luego, muchas son estériles,
no por naturaleza sino por enfermedad, y los abortos son frecuentes. Los niños sufren de
convulsiones y de asma, y de lo que consideran que causa la enfermedad en la niñez, la
cual conciben como una enfermedad sagrada. Los hombres sufren de disentería, diarrea,
fiebre palúdica, Fiebres crónicas en el invierno, muchos ataques de eccema, y de
hemorroides. Los casos de pleuresía, neumonía, fiebre ardiente, y de enfermedades
consideradas agudas, ocurren pocas veces. Estas enfermedades no pueden prevalecer
donde los intestinos tienden a ser flojos. Las inflamaciones de los ojos ocurren al correr,
pero no son fuertes, y son de corta duración, a menos que se presente una epidemia
general después de un cambio violento. Cuando tienen más de 50 años, sufren de
parálisis, por catarros provenientes del cerebro, cuando les da el sol en la cabeza o sufren
un enfriamiento. Estas son sus enfermedades endémicas, pero además se encuentran
expuestos a cualquier enfermedad endémica que prevalezca a través del cambio de
estaciones.
IV. Pero la siguiente es la condición de las ciudades en situación opuesta, que
enfrentan los vientos fríos que soplan desde la salida hasta la puesta del sol en verano,
estando habitual- mente expuestas a dichos vientos, pero protegidas de los vientos
calientes y del sur. Primero, las aguas de la región son generalmente duras y frías. Los
nativos serán fibrosos y frugales, y en la mayoría de los casos los órganos digestivos son
estreñidos y duros en sus partes inferiores, pero más relajados en las superiores. Serán
biliosos más bien que Temáticos. La cabeza es saludable y fuerte, pero en la mayoría de
los casos tienen una tendencia a las laceraciones internas. Sus enfermedades endémicas
ocurren de la siguiente manera: las pleuresías son comunes, al igual que las
enfermedades que se consideran agudas. Y debe ser así, puesto que sus órganos
digestivos son duros, y la causa más pequeña inevitablemente produce abscesos en
muchos pacientes, como resultado de un cuerpo duro y órganos digestivos duros. Y es
que su sequedad, combinada con la frialdad del agua, los hace propensos a las
laceraciones internas...
VII. ...Ahora quiero referirme a las aguas, aquellas que traen la enfermedad o la
salud muy buena, y a los males o los bienes que es posible que se originen en el agua.
Las que son cienagosas, quietas y estancadas en el verano deben ser calientes, espesas
y pestilentes, ya que no hay desagüe, y puesto que el agua de lluvia fresca siempre está
fluyendo en ellas y el sol las calienta, deben ser de mal color, malsanas y biliosas. En el
invierno deben ser escarchadas, frías y turbias a través de la nieve y las escarchas, de tal
manera que son muy conducentes a la flema y los dolores de garganta. Quienes las beben
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tienen siempre el bazo grande y duro, y el estómago endurecido, estrecho y fogoso,


mientras que los hombros, las clavículas y la cara se les ven enflaquecidos; el hecho es
que la grasa de su cuerpo se disuelve para alimentar el bazo, de tal manera que son muy
delgados. Con una constitución semejante, comen y beben mucho. Los órganos
digestivos, superiores e inferiores, son muy duros y fogosos, y es así que necesitan
medicinas más potentes. Esta dolencia es endémica tanto en verano como en invierno.
Además, las hidropesías que ocurren son muy numerosas y mortales. Pues en el verano
hay epidemias de disentería, diarrea y fiebre cuartana por mucho tiempo, enfermedades
que cuando se prolongan causan constituciones tales como las que he descrito, que
generan hidropesías que llevan a la muerte. Estas son las dolencias del verano. En el
invierno, los jóvenes sufren de neumonía y de enfermedades que van acompañadas de
delirio; y los mayores, por razones de la dureza de sus órganos digestivos, padecen de
fiebres ardientes.

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