Triduo A Santa Ana 2018

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TRIDUO A SANTA ANA

 PRIMER DÍA: “El resto fiel se actualiza en la familia de


Santa Ana”.

SIGNO COMUNITARIO INICIAL:


Al comenzar este encuentro cada uno pondrá alrededor de la imagen
de Santa Ana una palabra que la describa. Los invito a que puedan
pensar en una característica, virtud o emoción que nos provoca la
madre Ana, mientras invocamos la presencia del Espíritu Santo.
 CORO: Canto al Espíritu Santo.

MOTIVACIÓN
Santa Ana, descendiente de Israel y Madre de María Inmaculada, es
una presencia especial en la vida y misión de nuestra comunidad,
surgida en la Iglesia por voluntad de Dios en la obra de la Beata
Madre Rosa Gattorno.
En nuestro horizonte misionero la presencia de Santa Ana va asociada
a María Inmaculada, unión inseparable que fundamenta sus raíces en
el Dios de la Alianza y de la Esperanza. El culto que tributamos a
Santa Ana nos ayuda a coger la “presencia y el rostro de Dios” por
ella amado, adorado, alabado y bendecido, obedeciendo cada día a su
Ley, acogiendo el testimonio de Patriarcas y de los Profetas y
esperando confiados el cumplimiento de las Promesas mesiánicas.
El Dios que Santa Ana ha conocido y amado es el Dios que nosotros
conocemos a través de la Biblia: el Dios que llama por el nombre, que
confía una misión con palabras que asumen la forma de una promesa;
el Dios Creador y Salvador, el Viviente incansablemente fiel a su
proyecto de amor sobre la humanidad.
Cual hija de Israel, Santa Ana ha aprendido a amar a este Dios sobre
toda cosa, y a confiar en Él en todas las circunstancias de la vida y de
la historia del su pueblo.
El espíritu que nos une a ella nos pide por tanto abrir nuestra mente y
nuestro corazón a este Dios, Creador y Señor de la historia, Salvador
que perdona y redime, amante de la vida y fiel a sus promesas.
La imagen del “brote” del profeta Isaías, mientras lleva hacia una
nueva realidad que está por florecer, aún más indica una realidad ya
existente, la planta de la cual florece y nutre su linfa vital. El brote”
que despunta no aparece sobre un árbol joven ni menos sobre un
árbol adulto, en la plenitud de su esplendor, sino sobre una planta
vieja, un “leño cortado” después que del árbol de la estirpe de Jesé ha
quedado muy poco.
Es en esta situación, de desolación y desconsuelo, que sobresale la
palabra del Señor. Él asegura que no se concederá solamente un
suplemento de vida, sino, más bien, una nueva vida a quien está en
la muerte, a quien no puede esperar más. La esperanza que ha
sostenido el camino del pueblo de Israel se realiza en efecto en la
esperanza del “rey ideal”, que librará de la opresión, hará reinar la
justicia perfecta, instaurará el reino de Dios.

LA PALABRA DE DIOS

 Del libro del profeta Isaías 11,1-5. 9-11


Un brote despuntará del tronco de Jesé,
un retoño germinará de sus raíces.
Sobre él se posará el espíritu del Señor,
espíritu de sabiduría y de inteligencia,
espíritu de consejo y de fortaleza,
espíritu de conocimiento y de temor del Señor.
No juzgará según las apariencias
y no sentenciará de oídas;
juzgará con justicia a los débiles
y sentenciará con rectitud a los pobres de la tierra.
Herirá al hombre cruel con la vara de su boca,
con el soplo de sus labios matará al malvado.
Justicia será el ceñidor de su cintura.
Verdad el cinturón de sus flancos.
Aquel día la raíz de Jesé se elevará
como estandarte para los pueblos,
las gentes la buscarán,
y su morada será gloriosa.
En aquel día el Señor volverá a mostrar su mano
para recobrar el resto de su pueblo
que haya quedado de Asur y de Egipto,
de Patrós, de Kus, de Elam,
todo Senaar, de Jamat y de las islas de mar.
Alzará bandera a los gentiles
reunirá a los dispersos de Israel,
y a los desperdigados de Judá agrupará
de los cuatro puntos cardinales.

 CORO: “Te daré nueva vida pueblo mío”.

Salmo 72 (71)1-2;7-8;12-13;17

 CORO: Ant.: Las misericordias del Señor cada día


cantaré.

Dios da tu juicio al rey,


y tu justicia al hijo de reyes;
para que rija al pueblo con justicia
y a los humildes con rectitud./ Ant.

En sus días florecerá la justicia


y abundará la paz,
hasta que no se apague la luna.
Y dominará de mar a mar,
del río hasta los confines de la tierra./Ant.

Él liberará al pobre que invoca


y al mísero que no encuentra ayuda,
tendrá piedad del débil y del pobre
y salvará la vida del indigente./Ant.

Su nombre dure eternamente,


que dure tanto como el sol.
¡En él se bendigan todas las familias de la tierra,
Dichoso le llamen todas las naciones!/Ant.

 CORO: Ant.: Las misericordias del Señor cada día


cantaré.
MEDITACIÓN
Los invito a compartir las respuestas a cualquiera de estas preguntas,
de manera espontánea. Dejemos que sea Dios quien nos inspire.
- ¿Soy consciente del don que Dios nos ha regalado en Santa
Ana?
- ¿Me siento interpelado en las virtudes del resto fiel: fe,
esperanza, caridad, humildad, mansedumbre, prudencia,
sencillez?
- ¿Puedo imitar las virtudes del resto fiel en el mundo de hoy?
¿Será fácil practicarlas o requiere un desafío? ¿Por qué?
- ¿Cuál es la misión que tengo como cristiano en el mundo
actual?

ORACIÓN COMUNITARIA
Dedicamos este momento a expresar nuestro agradecimiento o
alguna oración de petición a nuestro Señor. Participemos con un
corazón dispuesto a hablar con Dios Padre.
- Momento de oración.

ORACIÓN FINAL
Oremos: Dios de nuestros padres, que a Santa Ana has dado el
privilegio de tener como Hija a María, Madre de Jesús tu Hijo,
concédenos celebrar en ella las admirables obras de tu amor,
actuando como Ella tu Palabra: “camina en mi presencia y se
perfecto”. Tú que eres Dios y vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amen.

JACULATORIA FINAL:
“Sea bendita la gloriosa, nuestra Madre Santa Ana, madre de
María inmaculada. Siempre sea bendita”.
 CORO: Canto final
TRIDUO A SANTA ANA

SEGUNDO DÍA: “Santa Ana y San Joaquín, patronos del resto


fiel”.
Llamar a Santa Ana: “Madre de la Inmaculada” nos inserta en aquel
misterio de redención. Su misión como Madre de la Inmaculada, nos
lleva a colocarla en el corazón mismo de la Historia de Salvación,
entre el pequeño Resto de Israel que esperaba al Mesías; de igual
manera a Joaquín, santo esposo de Ana y Padre de María.
Nos encontramos a la espera de nuestra gran fiesta patronal,
queremos prepararla dejándonos motivar por los salmos, la alabanza
espontánea, nuestra oración a Jesús y los signos en común que
hacemos en este segundo día del triduo.
Con un corazón agradecido y gozoso por todo lo que el Señor, a
través de Santa Ana nos ha revelado, nos abrazamos como
comunidad cristiana y recordamos a nuestros antepasados que
también se reunían y alaban al Señor a través de los salmos y
cánticos.
Cuando la comunidad ora reunida, hay más fuerza en el diálogo entre
Jesús y el hombre, es por esto, que nos unimos como una sola familia
para contemplar el misterio de nuestra salvación, que es Jesús
Eucaristía.

SIGNO COMUNITARIO:
Los invito a contemplar cada uno de los lienzos que se encuentran en
el altar y escoger aquel que más resuena en nuestra mente y en
nuestro corazón.
Una vez escogida la frase que más nos ha llegado, comparto por qué
la escogí.
 CORO: “Oh Santa Ana te entrego mis manos para que tú
la puedas limpiar y con ellas hacer de este mundo, un
jardín de tu eterna bondad”. (Se repite después de cada
intervención).
LA PALABRA DE DIOS

Salmo 91
“Oración de Protección”
Tú, que habitas al amparo del Altísimo, a la sombra del
Todopoderoso. Dile al Señor: "Mi amparo y mi refugio en ti, mi
Dios, yo pongo mi confianza.
Él te libra del lazo del cazador que busca destruirte y te cubre con sus
alas y será su plumaje tu refugio. No temerás los miedos de la noche
ni la flecha disparada de día, ni la peste que avanza en las tinieblas ni
la plaga que azota a pleno sol.
Tú, que habitas al amparo del Altísimo, a la sombra del
Todopoderoso. Dile al Señor: "Mi amparo y mi refugio en ti, mi
Dios, yo pongo mi confianza.
No podrá la desgracia dominarte ni la plaga acercarse a tu morada,
pues ha dado a sus ángeles la orden de protegerte en todos tus
caminos. En sus manos te habrán de sostener para que no tropiece tu
pie en alguna piedra; andarás sobre víboras y leones y pisarás
cachorros y dragones.
Tú, que habitas al amparo del Altísimo, a la sombra del
Todopoderoso. Dile al Señor: "Mi amparo y mi refugio en ti, mi
Dios, yo pongo mi confianza.
Pues a mí se acogió, lo libraré, lo cuidaré, pues mi nombre conoció;
me llamará, yo le responderé y estaré con él en la desgracia. Lo
salvaré y lo enalteceré, lo saciaré de días numerosos y haré que
siempre pueda ver mi salvación, mi salvación.
Tú, que habitas al amparo del Altísimo, a la sombra del
Todopoderoso. Dile al Señor: "Mi amparo y mi refugio en ti, mi
Dios, yo pongo mi confianza.

Lectura del Santo Evangelio según san Marcos (4, 1-10)


En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago, y se
reunió una muchedumbre tan grande, que Jesús tuvo que subir en
una barca. Allí se sentó, mientras la gente en tierra, junto a la orilla.
Les estuvo enseñando muchas cosas con parábolas y les decía:
“Escuchen. Salió el sembrador a sembrar. Cuando iba sembrando,
unos granos cayeron en la vereda, vinieron los pájaros y se los
comieron. Otros cayeron en terreno pedregoso, donde apenas había
tierra; como la tierra no era profunda, las plantas brotaron en
seguida; pero cuando salió el sol, se quemaron y por falta de raíz se
secaron. Otros granos cayeron entre espinas; las espinas crecieron
ahogaron las plantas y no las dejaron madurar. Finalmente, los otros
granos cayeron en tierra buena; las plantas fueron brotando y
creciendo y produjeron el treinta, el sesenta o el ciento por uno”.

Palabra del Señor.

BREVE MEDITACIÓN
El exilio suscitó la formación de un grupo fiel que es el “Resto de
Israel”, portador de una fe mucho más profunda, porque posee una
espiritualidad que Dios ha ido formando a través de los profetas. El
Resto de Israel es una comunidad de pobres despojada de sus
pretensiones; un pueblo que se caracteriza por su fe humilde,
esperanza confiada que busca refugio en el nombre del Señor y se
abandona en sus manos con confianza. De este pueblo nace Santa
Ana y San Joaquín, que formarán a su hija con esta “forma de vida”,
es decir, fueron granos que cayeron en tierra buena; donde las
plantas fueron brotando y creciendo y produjeron el treinta, el
sesenta o el ciento por uno.

Demos respuesta a las siguientes interrogantes:


1. ¿A qué grano me parezco, por qué?
2. ¿Qué hago yo, como cristiano, por parecerme al Resto de
Israel?
3. Hoy, en esta actualidad, ¿se puede ser portador de una fe
mucho más profunda?, ¿por qué?

 CORO: “Hay un pueblo de Israel viene cantando, hay un


pueblo de Israel viene soñando, hay un pueblo que aún
mantiene la esperanza, hay un pueblo que aún espera a
Dios cantando”.

ORACIÓN COMUNITARIA
Le expresamos a Dios nuestras intenciones, gratitudes o sentimientos
más personales, a Él que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
- Momento de oración.
ORACIÓN FINAL
Oremos: “Dios todopoderoso y eterno te has complacido en escoger a
Santa Ana para que de ella naciera la Madre de tu amado hijo. Haz, te
rogamos, que cuantos la honramos con especial confianza, podamos,
por su intercesión, alcanzar la vida eterna. Te lo pedimos por
Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

JACULATORIA FINAL:
“Sea bendita la gloriosa, nuestra Madre Santa Ana, madre de
María inmaculada. Siempre sea bendita”.
 CORO: Canto final.

TRIDUO A SANTA ANA

TERCER DÍA: “Nuestra comunidad, símil del resto de Israel”

GUÍA: DIOS MÍO VEN EN MI AUXILIO...


ASAMBLEA: SEÑOR DATE PRISA EN SOCORRERME.
GUÍA: GLORIA AL PADRE Y AL HIJO Y AL ESPÍRITU SANTO.
ASAMBLEA: COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE POR LOS
SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN.

INTRODUCCIÓN:
El culto a Santa Ana está muy difundido en el mundo. Son muchos los
países que la han elegido como patrona o que la veneran. Para
nosotros, como comunidad eclesial, Ella es nuestra Madre y Patrona.
Estamos llamados a venerarla con especial devoción. Esta devoción
constituye el elemento esencial para todos aquellos que forman parte
de esta Familia, porque la presencia de Santa Ana determina el
carácter espiritual peculiar de los pobres de Yahvé, el pequeño resto
de Israel. Santa Ana y San Joaquín, fueron parte de estos pobres de
Yahvé, han vivido plenamente la gran esperanza de Israel.
Espiritualidad de espera, camino de salvación que en Cristo encuentra
su cumplimiento. El misterio de Santa Ana se revela, así, como un
signo de espera, en pobreza y presencia materna, en el plan de la
salvación.
El nombre Ana deriva del hebreo Hannáh que significa “gracia,
graciosa”. Que nuestra capilla lleve el nombre de Ana es motivo de
gozo y profunda gratitud a la Trinidad y a la misma madre de María
por el gran don que nos ha tocado.
Antes de cantar el HIMNO los invito a contemplar en la mesa el Tronco
de nuestra Comunidad (se hace un tiempo de silencio).
Comenzamos nuestro rezo comunitario con el Canto inicial.

HIMNO: “SEÑORA DE LA ESPERANZA”.


Señora de la Esperanza, mi nuevo amanecer, estrella que iluminas a
tu pueblo. Te hiciste puente nuevo de ardiente donación, para tantos
que sedientos esperaron en tu Dios.
//MADRE DE LOS POBRES, BROTE DE ISRAEL, ROSTRO DE CONSUELO
Y DE AMOR. TE EXTIENDO MIS BRAZOS, TÚ CONDÚCELOS,
CAMINEMOS JUNTOS HACIA DIOS//
Escuchaste los suspiros, consolaste al sin amor, nos dejaste una
huella y un humilde corazón, María es tu reflejo, es tu alianza, es la
autora nueva que engendró al Salvador.
Queremos ser tu pueblo que aún espera en Dios, modela nuestras
vidas, guíanos al eterno Sol, cobijo de esperanza, luz de eterna fe,
seremos en el mundo, tu mensaje de amor.

Oración con los Salmos:


Antífona 1: “Alabad a nuestro Dios todos sus santos”.

Alabad, siervos del Señor, alabad el nombre del Señor. Bendito sea el
nombre del Señor, ahora y por siempre: de la salida del sol hasta su
ocaso, alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono y se
abaja para mirar al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para


sentarlo con los príncipes, los príncipes de su pueblo; a la estéril le da
un puesto en la casa, como madre feliz de hijos.
TODOS: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el
principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

TODOS: “Alabad a nuestro Dios todos sus santos”.

Antífona 2: “¡Bendita tú, Ana, por haber dado a luz nuestra


esperanza!”

Alaba, alma mía, al Señor: alabaré al Señor mientras viva, tañaré para
mi Dios mientras exista.

No confiéis en los príncipes, seres de polvo que no pueden salvar;


exhalan el espíritu y vuelven al polvo, ese día perecen sus planes.

Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob, el que espera en el Señor, su


Dios, que hizo el cielo y la tierra, el mar y cuanto hay en él;

Que mantiene su fidelidad perpetuamente, que hace justicia a los


oprimidos, que da pan a los hambrientos.

El Señor liberta a los cautivos, el Señor abre los ojos al ciego, el Señor
endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos.

El Señor guarda a los peregrinos, sustenta al huérfano y a la viuda y


trastorna el camino de los malvados.

El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad.

TODOS: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el


principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

TODOS: “Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque


ellos quedarán saciados”
Antífona 3: “Saldrá un brote del tronco de Jesé, un retoño
brotará de sus raíces”.

Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos ha


bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes
espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para


que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a


ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente
nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón


de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido
un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su
voluntad.

Este es el plan que había proyectado realizar con Cristo cuando


llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

TODOS: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el


principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

TODOS: “Saldrá un brote del tronco de Jesé, un retoño brotará de sus


raíces”.

Lectura breve: Flp 3,7-8

Todo lo que para mí era ganancia lo consideré pérdida comparado con


Cristo; más aún, todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia
del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por Él lo perdí todo, y todo
lo estimo basura con tal de ganar a Cristo.

Responsorio Breve:
 Guía: Los justos se alegran en la presencia de Dios.
 Asamblea: Los justos se alegran en la presencia de Dios.
 Guía: Rebosando de alegría.
 Asamblea: En la presencia de Dios.
 Guía: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
 Asamblea: Los justos se alegran en la presencia de Dios.

Magníficat: La muy noble descendencia de Jesé ha producido un


hermoso renuevo, del cual ha brotado un vástago lleno de suave
fragancia.

CANTO DEL MAGNÍFICAT.


/YO CANTARÉ AL SEÑOR UN HIMNO GRANDE, YO CANTARÉ AL SEÑOR
UNA CANCIÓN/.
Mi alma se engrandece, mi alma canta al Señor (2), proclama mi alma
la grandeza de Dios, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque
ha mirado /la humillación de su sierva/.
Cantad conmigo la grandeza de Dios, todas las naciones, alabad al
Señor.

TODOS: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el


principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

TODOS: La muy noble descendencia de Jesé ha producido un hermoso


renuevo, del cual ha brotado un vástago lleno de suave fragancia.

Intenciones: Ahora de manera voluntaria podemos realizar nuestras


peticiones o acción de gracias, según lo que hemos experimentado en
este momento de reflexión.
“AMOR, AMOR, AMOR, AMOR, HERMANOS MÍOS, DIOS ES
AMOR, AMA A TODOS COMO HERMANOS, DIOS ES AMOR”.

- PADRE NUESTRO.

ORACIÓN FINAL
Oremos: “Señor, Dios de nuestros padres, tú concediste a san Joaquín
y a santa Ana la gracia de traer a este mundo a la Madre de tu Hijo;
concédenos, por la plegaria de estos santos, la salvación que has
prometido a tu pueblo. Por nuestro Señor Jesucristo que vive y reina
contigo, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por
los siglos de los siglos. Amén”.
+ El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna, amén.

DESPEDIDA:
Mientras cantamos el canto final, podemos finalizar con el abrazo de
la paz, que nos invita a sentirnos más hermanos, constructores de la
civilización del amor.

 CORO: Canto a Santa Ana.

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