Protocolo de Fisioterapia en Quemados Críticos
Protocolo de Fisioterapia en Quemados Críticos
Protocolo de Fisioterapia en Quemados Críticos
críticos
Physiotherapy protocol for critical burn patients
Artículo
Correspondencia:
RESUMEN
Especificamos las etapas de las que consta este protocolo, aunque en la práctica sólo se
precisan un par de hojas para el seguimiento diario desde el momento del ingreso hasta
el alta de la Unidad.
PALABRAS CLAVE
ABSTRACT
The purpose of this paper is to present a protocol of physiotherapy fit for use in the burn
patien Unit of Juan Canalejo Hospital, Which cover the NO of Spain.
Significant advances in the field of reanimation and surgery have greatly increased the
survival of the burn patients. Our main objective is to minimize the development of the
sequels produced by the inactivity, the prolonged berets and the burn injure. In this way
we also improve the treatment of the acute burned patients that requires the combined
efforts of the nurses and physiotherapy who bear the brunt of day to day care along with
other medical and paramedical personnel.
With early optimal care, loss of function, the development of some anatomical
deformities, and short term respiratory complications can be reduced. We must prevent
also the retraction of the scar tissue and the pressure sores, and avoid de muscle wasting
and the impairment of the ranger of articular motion.
We specify the phases of this protocol. We only need a couple of sheets to do a follow-
up of the patient from admission to Unit discharged.
KEY WORDS
Por otra parte nuestra labor no finaliza aquí, después del alta de la Unidad continúan en
tratamiento; al abarcar una zona geográfica muy amplia, un elevado porcentaje han de ser
atendidos en mutuas, si ha sido accidente de trabajo o en los centros correspondientes a
sus lugares de residencia, gran parte a muchos kilómetros; la necesidad de informar a
nuestros compañeros de la evolución y etapa del tratamiento era fundamental para
cumplir nuestro objetivo principal: minimizar las secuelas.
MATERIAL Y MÉTODOS
Adultos
-- Quemaduras de segundo grado que afecten a más del 15-25% de superficie corporal y
de tercer grado que afecten a más del 10% de superficie corporal.
-- La que compromete áreas críticas: manos, cara, genitales, periné y zonas de flexión.
-- Los casos de neurólisis epidérmica tóxica (síndrome de Lyell), considerado por algunos
autores como la forma severa de Stevens-Johnson.
Lactantes y niños
Los motivos de ingreso a considerar son iguales que en los adultos, sólo que el porcentaje
de superficie quemada pasa de un 15 a un 10%. En caso de escaldadura, si es extensa o si
afecta a áreas críticas, precisan hospitalización.
RECOGIDA DE INFORMACIÓN
Valoración inicial
En nuestra Unidad se han confeccionado unas hojas para el registro de datos desde el
momento del ingreso hasta el alta en la Unidad (Fig. 1).
La valoración global del paciente se hace en el momento del ingreso observando los
siguientes parámetros (1-5):
Datos administrativos
Nombre, apellidos, profesión o modo de vida anterior, edad, sexo, dirección y teléfono.
Agua, vapor de agua, llama, agente químico, electricidad, explosión y contacto con
sólidos.
Al aire libre o en sitio cerrado, ya que con el agente causante podemos anticipar
problemas como los respiratorios, aunque en ese momento no los presente.
Algodón o fibra.
Momento
Inhalación
Para adultos y niños mayores de 10 años usamos la regla de los nueve, que divide la
superficie corporal en áreas de 9% o múltiplos de nueve. En lactantes y niños menores de
10 años la valoración más exacta es el esquema de Lund y Browder, pues considera los
cambios relativos en la proporción de la cabeza y las piernas de acuerdo con el
crecimiento (Fig. 2).
Hace tiempo se consideraba como único elemento de pronóstico por debajo del 5% en los
niños y 15% para los adultos, la quemadura se consideraba como benigna; ahora vemos
que se valoran otros aspectos, éste sólo es insuficiente para determinar la gravedad
funcional o vital de la quemadura.
Profundidad de la quemadura
Según la profundidad de la quemadura podemos hablar de dos tipos: espesor parcial, que
a su vez puede ser superficial o profunda, y las de espesor total. Reflejado en la hoja de
ingreso como escaldadura, quemadura de segundo grado, segundo grado profunda y
tercer grado, estas dos últimas son las que más problemas nos presentarán.
Todas estas fases tienen que ser consideradas para aplicar un tratamiento de Fisioterapia
adecuado, y al llegar a la última fase, las secuelas o no existan o sean menores.
Gravedad de la lesión
Se efectúan lo antes posible, cuando nos lo permite el dolor y el edema, en el caso del
balance muscular se valoran los grupos musculares de los segmentos no implicados en la
lesión.
Antecedentes personales
Plan de actuación
La atención fisioterápica del paciente quemado tendrá como objetivo prevenir las
complicaciones y minimizar las secuelas. Para ello se aplican: Fisioterapia respiratoria,
tratamiento postural y cinesiterapia; con la finalidad de luchar contra el edema y prevenir
las secuelas, es necesario conocer las zonas injertadas y en el momento de alta en la
Unidad de Quemados efectuar una valoración final.
Fisioterapia respiratoria
El origen de todos estos cambios no es térmico sino químico. El daño producido por el
humo en vías aéreas y parénquima es el resultado de la acción de productos tóxicos del
humo y la respuesta sistémica desencadenada por los mismos.
Nuestro objetivo en este momento es la liberación de la vía aérea; aunque el edema que
puede presentar nos lo dificulte, es necesario evitar en lo posible la insuficiencia
respiratoria, enseñándole a eliminar las secreciones y aumentar la capacidad pulmonar.
-- Reeducación diafragmática.
Tratamiento postural
El paciente quemado presenta a las 24-48 horas un edema importante que nos impedirá
realizar las técnicas apropiadas para su tratamiento.
Al estar el paciente mucho tiempo en la cama, adopta posturas viciosas que nos
ocasionarán problemas en áreas de las articulaciones, limitándose la movilidad y la
extensión, por lo que se debe evitar la flexión y la abducción. Nuestro siguiente paso será
colocar al paciente en postura de extensión y abducción, aunque no sea la posición
funcional de esta articulación, tendiendo a la posición cutánea máxima. Si el paciente no
colabora se mantendrá por medio de almohadas, de no conseguirlo se recurre a las férulas.
Los primeros días es necesario un riguroso seguimiento para detectar zonas de presión y
estado de la piel; su uso se intercala con períodos de cinesiterapia pasiva y activa,
dependiendo de los diferentes estadios (Fig. 3).
Cabeza y cuello
Tórax
Abdomen
Miembro superior
-- El codo. Como norma general se sitúa en extensión, cuidando que no sea muy forzada
para evitar la compresión del nervio cubital.
-- Mano. La afección a este nivel puede ser muy invalidante por su funcionalidad;
constituye, pues, un campo donde tenemos que intensificar nuestro tratamiento.
Cuando la zona afectada sea la palma se produce una retracción de ésta y una abducción
del primer dedo para evitarlo (elevación y abducción).
Miembros inferiores
-- Tobillos. La deformación más frecuente suele ser la flexión plantar; sea cual sea la zona
quemada, la posición ideal será colocar la articulación a 90°, bien con férulas o como se
ha indicado, decúbito prono con los pies fuera del colchón.
Como en los miembros superiores, los inferiores se elevan ante la presencia de edema y
como prevención de las posibles complicaciones vasculares.
En todos los casos la cinesiterapia pasiva y activa desde el inicio, unido a drenaje linfático
y a los estiramientos progresivos (8) sin llegar al dolor o a la fatiga, nos han dado buenos
resultados para minimizar secuelas invalidantes.
Zonas injertadas
Otro de los datos a tener en cuenta es el conocimiento de las zonas injertadas y las
donantes (9). Anotaremos si es autoinjero (mallado, laminar), colgajo, si ese injerto es de
un donante o, por el contrario, sustitutivos temporales de piel como, por ejemplo,
Biobrane, empleado cuando la superficie quemada es muy extensa y no tenemos piel
suficiente, o en espera que la piel se recupere, como en el caso de la necrólisis epidérmica
tóxica.
Cuando se hagan las curas podemos comprobar la zona injertada. En el momento del
baño, con los pacientes que tengan dolor o miedo a moverse podemos realizar el
tratamiento, verificando por otra parte la movilidad sin vendajes.
Referido a la zona donante de la que se extraen los injertos para cubrir la zona quemada,
la cura por reepitelización y su lecho tarda, dependiendo del espesor de piel, entre 10 a
51 días en su total reepitelización. Comprobando siempre la presencia de sangrado, signos
que determinen infección o mucho dolor, podemos iniciar su movilidad a los pocos días,
aunque permanezca vendada, evitando las presiones directas
sobre las zonas donantes y si se localizan en los miembros inferiores el paciente no
apoyará hasta pasados cuatro o cinco días para facilitar la revascularización.
Valoración final
-- Persistencia de edema.
CONCLUSIONES
AGRADECIMIENTOS
Queremos hacer llegar nuestro agradecimiento a todas las personas que nos han ayudado
con su aportación científica y aquellas que han sabido adaptarse en sus comienzos a la
puesta en práctica de este protocolo.
BIBLIOGRAFÍA
2. Achauer Bruce M. Atención del paciente quemado. México: Manual Moderno; 1988
(trad. Orizaga Samperio J).
5. Bass C. Quemaduras. En: Barrett BM, ed. Manual de cirugía plástica. Barcelona: Salvat
Manual Espiral; 1990. p. 289-311.
7. Gil Pina P. Evolución de herida por quemadura por abrasión en diabético. Centro de
Salud 1995;3(11):826-8.
9. Penn J. Injertos y colgajos. En: Barrett BM, ed. Manual de cuidados de cirugía plástica.
Barcelona: Salvat Manual Espiral; 1990. p. 313-25.
10. Wootton R. Quemaduras. En: Downie P, ed. Manual Cash de afecciones médicas para
fisioterapeutas. Barcelona: JIMS; 1991. p. 323-41.
13. Agris J. Úlceras por decúbito. En: Barret BM, ed. Manual de cirugía plástica.
Barcelona: Salvat Manual Espiral; 1990.
p. 343-6.