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Arquitectura Caratula Final SALIDA.indd 1 02/06/2011 11:34:17 a.m.

Historia de la Arquitectura
Contemporánea en El Salvador
(Segunda edición enriquecida)
720.972 84
M742h Monedero Alfaro, Oscar Manuel, 1945-
Historia de la arquitectura contemporánea en El Salvador / Oscar
sv Manuel Monedero. -- 2a. ed. enriquecida -- San Salvador, El Salv. :
Editorial Universitaria (UES), 2011.
160 p. ; 28 cm. -- (Colección bicentenario)

ISBN 978-99923-27-63-0

1. Arquitectura - El Salvador - Historia. I. Título.

BINA/jmh

Segunda Edición (enriquecida)


Editorial Universitaria,
San Salvador, mayo 2011

Primera Edición
Editorial Universitaria,
San Salvador, 1970

© Hecho el depósito que marca la ley.

Propiedad de Editorial Universitaria, Universidad de El Salvador, 2011 (Colección Bicentenario).


E-mail: [email protected] Tel. (503)2511-2039 Ext. 2039

Recuperación y tratamiento digital de imágenes y textos: Depto. de Arte de Editorial e Imprenta Universitaria.
Impresión: Talleres de la Editorial e Imprenta de la Universidad de El Salvador. Final Avenida “Mártires Estudiantes del 30 de julio”.
Ciudad Universitaria. San Salvador, El Salvador, Centro América. Hecho e impreso en El Salvador / Made and printed in El Salvador.
Oscar Manuel Monedero

Historia de la
Arquitectura Contemporánea
en El Salvador

(Segunda edición enriquecida)


Dedico este trabajo a todas aquellas personas, que de una u otra forma, han contribuido
a mi formación como hombre y como profesional.

En particular esta segunda edición la dedico a: Mi difunta esposa Doña Florence Duke
de Monedero; conjuntamente a mi abuelo, educador y mentor, Don Luis Alfaro Durán
De Vars, fundador y primer Presidente del Banco Central de Reserva de El Salvador,
y al Arq. Manuel Enrique Alfaro, ambos mis asesores para la primera edición.

Mis agradecimientos a las entidades de mi formación profesional:


Para la primera edición: el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monte-
rrey, México, The University of California, Berkeley, EE.UU. y la Universidad de
El Salvador.

Para la segunda edición agrego: La Architectural Association School of Architecture,


London, England, donde obtuve mi Maestría en Planing for Tourism; The Reliance
School of Investment, London, England, donde obtuve mi Doctorado en Inversiones
Internacionales; y a la ”universidad de la vida“.

5
Introducción a la Segunda Edición

No tengo nada que agregar o modificar a la introducción de la primera edición,


su mensaje resulta ser tan valedero antes a mis 25 años como ahora a mis 66.
La historia del arte en general, es un análisis e interpretación de aquellas reli-
quias de la industria humana cuya significación excede de lo puramente utilitario.
Es de gran importancia para la sociedad conocer su propio arte ya que este es un
reflejo del sentir de un pueblo; digamos que es como un lente de aumento para conocer
los hechos trascendentales que a un pueblo afectan. Una sucesión de acontecimientos
ligados el uno con el siguiente, llegan a formar la vida y pensamientos actuales de un
pueblo, es por eso pues que si lo que queremos es realmente vivir nuestra época, lo
que tenemos que hacer es integrar el pasado con el presente cuando planeamos nuestro
futuro, con la suficiente capacidad de ordenar lo desordenado.
Arquitectura, en términos generales, es una expresión de una serie de hechos
que afectan a una sociedad en una época determinada. La estructura y morfología de
la Arquitectura son dadas por la sociedad y para la sociedad, a través de un proceso de
biología social; proceso cuyo ritmo y velocidad es variable según sea la frecuencia y
gravidez de la sucesión de acontecimientos que ocurran, los cuales dependen de las cir-
cunstancias en que dicha sociedad se encuentre; actualmente en El Salvador tiene que
ceñirse y cada vez con menos margen a una serie de condiciones económicas, sociales,
políticas y estéticas.
“El arte, dice Ruskin, no es privilegio de los artistas, de los entendidos y de las
clases adineradas, sino que forma parte de la herencia y del patrimonio de todo hom-
bre”.
Roger Bastide asegura que “para que un valor estético exista, no es suficiente
que sea creado, es preciso que se generalice. Un valor estético que permaneciera indi-
vidual sería como si no existiese”.
Chueca Goitia nos dice en sus ensayos críticos, que “la emoción estética en
general, pero sobre todo en Arquitectura, se basa en la reserva de imágenes gratas que
residen en nuestra memoria y que sirven de introductoras y de valedoras, que son ga-
rantía de las infinitas variantes de la plástica arquitectural. En Arquitectura es donde

7
con más fuerza se realiza este fenómeno estético, porque es donde las formas nuevas,
por su abstracción, requieren un mayor apoyo en las precedentes. Por lo mismo, es un
arte que requiere más educación en el espectador que ningún otro, lo que le hace ser
sin duda alguna, el menos popular. Quien no posea de antemano una amplia reserva de
imágenes no gozará intensamente de la belleza arquitectónica”.

El Autor.

8
Prólogo

Mucho se suele hablar y discutir sobre la Arquitectura actual y de épocas anti-


guas europeas, orientales, etc., pero en nuestro país, muy rara es la persona que conoce
de nuestra Arquitectura actual, aparte pues de los arquitectos y artistas. Existe, en grado
mínimo, el público de Arquitectura, en la medida en que existe un público de teatro,
de conciertos o literario. Este arte en general se ha quedado encerrado en el circulo
estrecho de los propios profesionales, incluso en aquellos países de culturas avanzadas
en donde la subdivisión del trabajo intelectual lo origina. Si existen algunos prestigia-
dos criticos como Hitchock, Numford y Gideon en los Estados Unidos, Bruno Zevi
en Italia, etc., pero estos viven en estrecho contacto con los grupos profesionales más
activos.
Mi deseo es despertar el interés sobre la Arquitectura salvadoreña; buscando la
incrementación del público de Arquitectura en general y por consiguiente la estética
del observador.
Abarcare mi estudio, histórico desde el cambio de siglo hasta nuestros días.
Limitándome a exponer y no a criticar las obras con que contamos.
Las épocas en que subdivido este estudio, han sido escogidas en base a los he-
chos más significativos para el pueblo salvadoreño. En cada época expondré primero
la situación, vida y pensamiento del pueblo, analizando los orígenes de los hechos
que condicionaron a los salvadoreños para producir sus obras; estos orígenes son: la
situación política, económica, social, religiosa y estética, para después entrar al estudio
histórico de la Arquitectura.
Primero hablaré de la época del cambio de siglo, o sea, una reseña breve de
situaciones después de la Independencia (1821), incluyendo la revolución indus-
trial europea, su influencia en El Salvador, las fuertes inmigraciones de europeos
hacia fines del siglo XIX. Analizare hasta la Primera Guerra Mundial (1914), inclu-
yendo su duración. En la parte segunda expondré las consecuencias en El Salvador
después de la Primera Guerra Mundial; la recuperación hasta 1939 en que comienza
la Segunda Guerra, incluiré los años que duró. Luego en la época tercera las conse-
cuencias de la Segunda Guerra, la recuperación en El Salvador, la década bonante

9
de los cincuentas, la década de los sesentas como una pequeña crisis económica del
país, y nuestros días hasta 1970. Por último mis comentarios personales y el epílogo.

El Autor.

10
Prefacio a la Segunda Edición

Historia de la arquitectura contemporánea en El Salvador, de Oscar Manuel


Monedero, publicado por Editorial Universitaria en 1970, que 41 años después repro-
ducimos, es un aporte documental importante e imprescindible en la colección de todo
arquitecto e historiador salvadoreño dada la cercanía de la escritura de esta obra a la
época narrada. Ello permite entender el vínculo dialéctico entre el desarrollo de los
acontecimientos y corrientes arquitectónicas y sus actores, en este caso arquitectos. En
esta obra se testimonia el inicio de la aplicación del método histórico como herramienta
fundamental para la comprensión de los valores culturales que aportan las edificaciones
al patrimonio arquitectónico de nuestro país.
Este libro considerado todo un clásico nos muestra el esquema metodológico de
la época que, con limitaciones instrumentales de aquellos tiempos, nos permite hacer
una evaluación histórica de la crítica a las obras arquitectónicas y sus autores.
En esta obra los estudios de casos muestran interpretaciones desde el marco re-
ferencial de las determinantes históricas muy cercanas al contexto real-temporal, en las
cuales se destacan las características formales, funcionales, espaciales y tecnológicas.
Ello debido a la preeminencia del método de análisis histórico crítico. Se trata de un es-
tudio donde se destacan períodos importantes determinados por las unidades históricas
definidas para la arquitectura salvadoreña según el autor; no omitimos manifestar que
muchos historiadores coinciden en esta demarcación temporal y la que posteriormente
es asimilada en otros estudios de la arquitectura e historia de esta época.
Al respecto una autoridad mundial en la materia, Marina Waisman advierte que:
“...durante largo tiempo se ha juzgado o apreciado nuestra realidad arquitectónica en
función de otras realidades; se la ha categorizado con pautas surgidas de otras arquitec-
turas y de otras realidades urbanas; se la ha despreciado o juzgado en tanto se acerca
más o menos a los ideales de otras arquitecturas.” (Waisman y otros, 1991: 89).
Una obra arquitectónica es un producto no sólo tangible sino que se inserta en
el proceso histórico de una determinada ciudad, llegando a formar parte de éste. En su
realización inciden diversos factores, los cuales en muchos casos llegan a constituirse

11
en memorias y pueden representar un medio para la comprensión y explicación de las
particularidades que dieron lugar a la proyección y construcción de la obra.
Por ello el aporte particular al enfoque histórico de la época, que aunque corto
en el sentido documental es amplio en su perspectiva, resalta obras y arquitectos y ob-
via las condicionantes particulares y reales que han originado el hecho arquitectónico.
Es de suma importancia esta obra pues muchas de las edificaciones aquí ana-
lizadas constituyen hoy día parte del patrimonio cultural de la nación, otras se han
perdido y otras aún no se comprende su valor o se toman por simples construcciones.
En la esencia misma con se escribe otro clásico, Iglesias coloniales de El Sal-
vador, de Enrique Yanes, libros que se complementan y dan un vistazo panorámico del
quehacer del arquitecto y su sociedad.
Este fruto del estudio del arquitecto marca una intención a diversificar la pro-
ducción de la presentación de obras per se a la de investigaciones históricas y críticas
que inician un camino seguido posteriormente por algunos aspirantes al título dentro de
nuestra universidad. Pues este libro se escribió a partir de la tesis universitaria presen-
tada por Oscar Manuel Monedero en 1969.
El Arquitecto Monedero y su trayectoria académica nos demuestran cómo, ba-
sados en una línea de desarrollo histórico, podemos afianzar una identidad proyectual
sin menoscabo a la aceptación de adelantos culturales de la disciplina a nivel interna-
cional.
Para esta reedición se ha conseguido mantener y retocar incluso las imágenes
originales, que el autor ha guardado en un perfecto estado por más de cuatro décadas,
en el sentido de ser fieles a la expresión del momento y el texto, enriqueciendo por ello
los aportes en la calidad gráfica y material del libro.
La obra es ampliamente utilizada como texto de indiscutible referencia por los
estudiantes de arquitectura salvadoreña, los amantes de la misma y por extranjeros o
extraños que buscan conocer, o en el caso de los nacionales, reconocer esta etapa del
patrimonio edificado de nuestro pequeño terruño.
Ponemos en las manos de nuestro público lector esta obra de la que esperamos
no menos que el deleite de revivir edificios que constituyen la vivencia y remembranza
de épocas pasadas.

Miguel Ángel Pérez Ramos


Vicerrector Académico
Universidad de El Salvador

12
Época del Cambio del Siglo XIX al XX

SITUACIÓN, VIDA Y PENSAMIENTO

1 — Riqueza de la herencia colonial: En lo urbanístico, las Ordenanzas del Rey Feli-


pe II de España; en la arquitectura eclesiástica, las dos torres de campanarios en
iglesias de cruz latina con baptisterio incorporado; en los comercios los portales;
en lo militar, los cuarteles y; en lo residencial el patio central y los patios adya-
centes complementarios.
2 — El cambio de sistema político y criterios, desde el régimen legal de “La Pro-
piedad del Rey” y “Las Leyes de Indias” protegiendo a los nativos, hasta la
propiedad privada y sistemas republicanos democráticos. Y la evolución de la
economía indígena de subsistencia hacia la economía productiva exportadora de
los colonizadores Españoles y criollos.
3 — Los estilos clásicos predominantes en Europa.
4 — El Art Noveau y corrientes correlativas como consecuencia de la revolución
industrial.
5 — Agricultura como base de la economía.
6 — Pequeña ganadería, su utilidad para tiro, carga y productos lácteos.
Interior: Del tiangue al aire libre al mercado cerrado.
Las pulperías.
90% en manos extranjeras.
7 — Comercio Los bancos, establecimientos especiales de tipo
bancario para cambios de monedas y la introducción
del papel moneda en billetes emitidos por cada banco
hasta 1934.
Exterior: Balance de exportación e importación.
Relaciones comerciales con el resto de Centro
América, España, Chile, Colombia, Inglaterra,
U.S.A., Italia, Francia, se exporta producto
agrícola.
Se importa desde productos de industria liviana
hasta pesada.
8 — Industria liviana en pequeña escala: Caña de azúcar, aguardiente, metalurgia,
(oro, plata, cadmio, hierro, cobre, plomo, zinc), café, hule, tabaco. Existían ya

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ingenios completos; cerveza rudimentaria, driles, casimires, tejidos indígenas de
palmas, alfarería, ladrillo y teja.
9 — Dependencia religiosa de Guatemala hasta el 28 de Septiembre de 1842, su in-
fluencia política y dominio militar hasta que el General Tomás Regalado Ro-
mero los venció a finales del siglo XIX, lo cual, según el historiador Dr. Pedro
Escalante, se debía a que El Salvador fue siempre la provincia más productiva
de la Capitanía General de Guatemala.
10 — Revolución Liberal con la Constitución de 1824 (Libertad de cultos, Igualdad
jurídica y la eliminación de los privilegios que las “Leyes de Indias” concedían
a los indígenas).
11 — Pequeños cambios religiosos según las buenas o malas relaciones entre el clero
y los gobernantes, así por ejemplo, el licenciado Francisco Dueñas prohibió el
libre culto religioso hasta la llegada de Zaldívar.
12 — Primaria oficial, obligatoria y gratuita.
13 — Tremendo déficit de escuelas primarias, se lograba dar educación primaria de-
ficiente a un porcentaje muy bajo de gente (nociones de aritmética, idioma
nacional, lectura, escritura, geografía, historia, moral, urbanidad y lecciones
objetivas).
14 — Colegios de segunda enseñanza, oficiales y particulares, carecen de locales apro-
piados.
15 — Los colegios de secundaria se encontraban en las ciudades grandes principal-
mente; un porcentaje muy bajo de los graduados de primaria continuaban sus
estudios de secundaria.
16 — Asignaturas de secundaria:
Aritmética, álgebra, geometría, trigonometría y cosmografía, física y mecánica.
Química, zoología, botánica y mineralogía, fisiología e higiene.
Economía política, teneduría de libros.
Inglés, francés y gramática española.
Filosofía, historia universal, geografía universal, instrucción cívica y dibujo.
17 — En 1841 se funda la Universidad Nacional durante la administración del señor
Juan Lindo.
18 — En 1884 existen las Facultades de Ciencias y Letras; Derecho; Farmacia; Inge-
niería (Civil y Topográfica); Medicina y Cirugía.
19 — En 1874 existen 297 escuelas públicas; 11 liceos privados, la Universidad Na-
cional, una escuela de litografía, escuelas de artesanos y normal.
20 — A partir de 1840 se inauguran periódicos que se encargaron de difundir las diver-
sas opiniones, criterios y culturas, cooperando a unificar la cultura nacional.
21 — Los kioskos centrales de los parques se construyen para las bandas que ameni-

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zaban en las noches a la concurrencia. Tradición netamente española que actual-
mente esta casi extinta.
22 — Las diferencias de clases sociales eran mucho más agudas que en la actualidad;
así existían:
a) Los aristócratas o clase alta: gente sumamente educada, descendientes de
europeos en su gran mayoría, propietarios de grandes extensiones de tierra.
La mayoría dedicados a trabajos intelectuales de Agricultura, otros desem-
peñaban altos cargos.
b) La clase media o mengalos: eran en su gran mayoría artesanos, pequeños
comerciantes. La constituyeron mestizos, algunos europeos y algunos in-
dios que habían alcanzado alguna educación.
c) La clase popular: eran los de peores condiciones económicas, educaciona-
les, higiénicas, etc., en su gran mayoría indios.
Las diferencias sociales se determinaban según el grado de educación y cultura
de la familia, así había pertenecientes a la clase alta que tenían dificultades eco-
nómicas en comparación a la bonanza económica del resto de los de su clase; y
por el contrario, gente con mucho dinero que por sus costumbres y educación tan
bajas, no eran consideradas de la clase alta. La servidumbre en casi su totalidad
estaba formada por indios.
Los militares y el clero, si bien es cierto, formaban un grupo aparte; había sobre
todo militares pertenecientes a la clase alta, media y baja; también sacerdotes.
En general todo se media con la balanza de la educación y comportamiento en
sociedad.
23— Las técnicas constructivas no sufren alteraciones con el cambio político de la
independencia. Las técnicas de materiales y procedimientos de construcción son
una herencia de la colonia (adobe, bahareque, armazón de madera, techos de
teja, etc.).
24— La facilidad de los medios de comunicar e intercambiar ideas, aceleran el proce-
so de unificar criterios de toda índole, contribuyendo a la culturización de la gran
masa, por ejemplo:
a) Las vías férreas.
b) “Caminos reales”.
c) Vías marítimas.
d) Correos.
e) Telégrafos y teléfonos.
25— Las vías marítimas colaboran con el intercambio cultural y técnico con paí-
ses europeos.
26— Los nuevos inventos, como la electricidad, hace posible la elaboración de otros
materiales de construcción.

15
27— Hubo en general un clima de intranquilidad, algunas veces originado por la po-
lítica, religión, la economía, como la crisis de 1898, insurrecciones internas y
otras por causas externas, como las contínuas guerras con los países centroame-
ricanos (cada diez años como promedio).
28— La generalidad de los países hispanoamericanos ofrecen al colonizador europeo
una vastedad de tierras al tornarse independientes.
29— Los progresos de la navegación náutica acentúan el trafico internacional y por
consiguiente la colonización de América por parte de europeos principalmen-
te, con sus consecuentes modificaciones del lenguaje y cultura.
30— La corriente migratoria se intensifica en la segunda mitad del siglo XIX hasta los
años de 1920 al 1930.
31— Además de las migraciones transoceánicas, existen movimientos demográficos
interamericanos originados por la Independencia; así por ejemplo pobladores
negros de las Antillas se trasladan al Continente.
32— Un factor preponderante aísla a El Salvador casi totalmente de este fenómeno
migratorio y es el hecho de no contar con costa hacia el Atlántico, o sea que,
dependíamos del paso terrestre por Panamá y luego de su canal, para no estar
casi aislados de corrientes migratorias. Además casi por completo aislados de
negociaciones y eventos con piratas y corsarios, a diferencia de los coloniza-
dores de El Caribe que por este motivo desarrollaron mayores astucias nego-
ciadoras comerciales.
33— Algunos opinan que la alta densidad de población de El Salvador, hacia in-
necesaria la mano de obra extranjera, esto no es totalmente cierto; creo que
dicha mano de obra era necesaria para el país, no si lo enfocamos desde el
punto de vista estricto de interpretar mano de obra por un par de brazos más,
sino que además de un par de brazos también venía un cerebro con conoci-
mientos de sistemas agrícolas diferentes, de los cuales más de alguno hubie-
se sido de gran beneficio para nuestra Agricultura.
34— Sin embargo, la escasez de inmigrantes en El Salvador trajo como beneficio que
la población criolla pudo diluirse con mayor facilidad en nuestro pequeño terri-
torio. Otro beneficio que trajo es que al no existir la fuerte inmigración, no dis-
gregó más los criterios de los nacionales, que no estaban muy unificados a raíz
de la Independencia y de las ambiciones políticas que originó; lo menciono como
beneficio porque creo que la unidad de criterios hace la fuerza de progreso.
35— Hubo sí, migraciones de considerable volumen procedentes del resto de países
centroamericanos, atraídos por el ritmo de trabajo acelerado que ha caracteriza-
do a los salvadoreños. Así se crearon ciudades enteras como la de Nueva Espar-
ta, fundada por indígenas hondureños. Dice el Dr. Cevallos:
“La población de Nueva Esparta fue fundada el año 1838 con
indígenas federales del pueblo de Curarén, quienes con rebelión en

16
Honduras contra su gobierno y perseguidos por Ferrea, a la sazón
corifeo importantes de los reformistas del Pacto de Unión Nacional,
fueron acogidos por el Gobierno Salvadoreño, siendo jefe político
y comandante general del gran Departamento de San Miguel don
Narciso Benítez, coronel colombiano y viejo soldado de los ejér-
citos republicanos del Libertador Simón Bolívar. Benítez fue un
decidido protector de aquellos pobres emigrados, con ellos fundó
el pueblo de Nueva Esparta, agrupándolos en las fronteras salva-
doreñas un tanto limítrofes con el estado de Honduras. Verificado
ésto, el Gobierno les dio tierras labrantías en cantidad suficiente
para sus trabajos agrícolas. Todas estas disposiciones fueron confir-
madas tres años después por la Asamblea Constituyente de 1841”.
El Salvador en general obtuvo grandes adelantos en todo aspecto du-
rante sus primeros ochenta años de vida independiente; sobre todo se ganó
mucha experiencia; un inicio cuesta y el país había ya pasado la peor época de
inestabilidad.
Es sumamente curioso como se asemeja a la vida cotidiana actual de los
pueblos, lo descrito hacia 1910 por el Sr. Alejandro Bermúdez acerca de la vida
salvadoreña en general; las pequeñas procesiones, el acarreo de productos del
pequeño comerciante al tiangue, los endomingados luciendo sus ropas nuevas
de llamativos colores, las ventas de baratijas bajo toldos, los curiosos y feligre-
ses en el parque y atrio, la novedad de un automóvil que pasa apartando gente,
la alegría de los tiangues y mercados, los chismes domingueros, en fin, es toda
esa descripción tan similar a la vida de nuestros actuales pueblos que nos llevan
a una única conclusión de que el ritmo de progreso, de cambio, es muy variable
según sea de que nivel cultural y económico hablemos; enfocado de otro án-
gulo, el fatal conformismo se hace presente con más ímpetu en la clase social
baja y algo en la alta con menos en la clase media que es más adicta al cambio.
Otro suceso muy característico de la época del cambio de siglo son los
conocidos “bandos” costumbre antigua muy popular en Europa que servía para
leer públicamente disposiciones municipales y gubernamentales. En El Salva-
dor, si eran disposiciones municipales, el lector iba acompañado de un músico
que tocaba el clarín; y si la lectura iba a ser de carácter gubernamental lo acom-
pañaba la banda, unos cuantos soldados y por supuesto no faltaban los curiosos,
sirvientes, niños y perros. Esta costumbre duró aproximadamente hasta 1915.
Existía la famosa costumbre del paseo por el parque; en los departamen-
tos era todas las tardes; en Sonsonate, por ejemplo, eran los jueves y domingos
cuando amenizaba la banda en el Parque Central. En San Salvador solía estar la
banda, un domingo en el Parque Bolívar (hoy Plaza Barrios) y otro en el Parque
Dueñas (hoy Plaza Libertad); comenzaba la banda a las 7: 30 p.m. a tocar mar-
chas y música clásica, sin embargo a medio concierto debían tocar un vals. Los
hombres se paseaban en un sentido y las mujeres en el opuesto, los casados del
brazo y otros sentados. Asistían de todas clases sociales pero muy poco indio.

17
ARQUITECTURA

Respecto a la Arquitectura ha sucedido, sigue y seguirá sucediendo lo que se


mencionaba del conformismo. La vivienda del campesino ha sufrido, hacia la época
del cambio de siglo, ínfima modificación de lo proveniente del rancho 100% indígena,
algunos comienzan a ocupar el adobe. Pocos de la clase alta comienzan a buscar nuevas
formas y a experimentar estilos. Son los nuevos pertenecientes a dicha clase, cuya si-
tuación económica les permite viajar, los que traen al país nuevos estilos europeos y en
su mayoría estilos clásicos tan preponderantes en Europa, con algunas adaptaciones al
clima de El Salvador. La clase alta en general es más conservadora, luego se adapta al
cambio y lo perfecciona hasta que se acostumbra a verlo e impone la moda. Luego sur-
gen muchos imitadores que a la larga hacen común el estilo, ya lo han modificado tanto
cuando otra generación de nuevos pertenecientes a la clase alta, han traído ya un nuevo
estilo que hacia principios del siglo XX es el Art Nouveau y sus distintas variantes se-
gún sea el país europeo de que provenga, en donde ha sucedido un fenómeno similar.
Muchos critican a los “arquitectos” que efectuaron los mencionados “trasplantes
de estilos” en aquella época, creo que si los juzgamos con nuestros “cánones” actuales
de Arquitectura, si merecían ser severamente criticados. Ahora ¿cuáles eran los “cáno-
nes” vigentes en aquella época?, muy difícil decirlo, ya que es la sociedad en general
la que se encargó de establecerlos además de que aún en la actualidad, los “cánones” o
principios arquitectónicos son de carácter subjetivo en su gran mayoría, así hay arqui-
tectos que se permiten un grado mayor de falsedad arquitectónica que otros. Sin embar-
go, creo que existe actualmente, casi generalizado en todos los arquitectos, un principio
o “canon” de la equidad de participación en la obra arquitectónica, de la forma, función
y el carácter. Esto no implica que en otra época debió ser igual; hubo así épocas, como
la del cambio de siglo, en donde la forma se anteponía a la función y al carácter; al efec-
tuar dichos “trasplantes” el “arquitecto” no se sintió culpable o con cargo de conciencia.
La ciudad de Sonsonate (Villa de La Santísima Trinidad de Sonsonate) gozaba
en esta época de una superioridad comercial sobre el resto de ciudades incluso San
Salvador, debido al Puerto de Acajutla, es por eso que la considero importante en mi
estudio ya que con una bonanza económica, logró tener obras arquitectónicas de gran
valor, de las cuales se conservan unas pocas. Contaba con una sociedad distinguida.
Existían en Sonsonate maestros, artesanos que se instruían con libros respecto a
arquitectura. En cuanto al estilo clásico era muy conocido entre ellos el libro de un Sr.
Vignola (italiano) que contenía al detalle todo lo referente a este estilo. Eran conocidos
en Sonsonate el maestro Alejandro Orellana y también el maestro Sosa, que fue discí-
pulo de don Pascacio González de San Salvador, quien construyó la antigua Catedral
Metropolitana.
Hubo también dos arquitectos extranjeros que trabajando juntos hacia 1898, di-
señaron y construyeron el antiguo mercado central de Sonsonate y el antiguo mercado
central de San Salvador; eran de origen inglés y se llamaban Mr. McIntire y Mr. Clark
o Mr. Craik (no se sabe exactamente) es muy posible que estos dejaron también otras
obras en la república.

18
1— Farmacia Central de
Sonsonate, fue diseña-
da para Farmacia a
manera de anexo a la
casa de habitación del
Dr. Abraham Rivera
hacia 1885. Está situa-
da en la esquina de la
calle 15 de Septiembre
y la 1a. Avenida Sur en
el Barrio Central.
Construida de madera.
Obsérvese una total si-
metría en su fachada
de sabor románico con
dos columnas de estilo
clásico que apenas si se
despegan del plano úni-
co de la fachada.

2— Detalles de la esquina
“Gran Hotel” en Son-
sonate; construído ha-
cia 1882 en las calles
15 de Septiembre (hoy
Obispo Marroquín) y
8a. Av. Sur. El cuerpo
sobre el techo era ac-
cesible para mirador
y funcionaba a mane-
ra de tiro para crear
ventilación cruzada.
Obsérvese que el ritmo
de espaciamiento entre
columnas lo originan
cada par de columnas.

19
3— Ménsulas del Gran Hotel que sostienen el alero
de carácter renacimentista; nótese que el alero
del cuerpo alto no tiene ménsulas visibles. Fue
diseñado para hotel junto a la estación del fe-
rrocarril en el Barrio El Angel.

4— Parroquia de la Santí-
sima Trinidad (Sonso-
nate) diseñada y cons-
truida hacia 1880 por
Fray Patricio Ruiz,
emigrado mexicano a
causa de la revolución
liberal, entendido de
arte y eficaz promotor.
Se encuentra sobre la
Avenida Morazán en
el Barrio del Centro,
frente al Parque Cen-
tral. Se observa en
la fachada principal
fuertes rasgos clási-
cos, sin embargo, el
volumen de sus torres
de campanarios es
colonial con detalles
clásicos mezclados; lo
mismo la serie de cú-
pulas a lo largo de la
nave central.

20
5— Capiteles de fuertes ras-
gos clásicos con un sabor
especial naturalista en la
parroquia de la Santísima
Trinidad.

6— Casa de habitación
de don José María
Peralta Gallardo;
data su construc-
ción de 1870, si-
tuada en el Barrio
El Pilar, Sonsona-
te. Fue muy criti-
cada por los de la
época. Contiene
rasgos renacimen-
tistas en ventanas
y puertas, sobre
todo en el zaguán
principal. Sin em-
bargo sus detalles
en general son clá-
sicos.

21
7— Nótese el rodapié corrido sobre la acera como
base de las columnas semi empotradas en la
casa de habitación de Don José María Peralta
Gallardo; en el Sonsonate de esa época, la opi-
nión pública consideró pretencioso este estilo
arquitectónico.

8— En la residencia Peralta, resulta inusual esta


aislada construcción en segundo piso sobre el
zaguán; además, nótese el barandal perimetral
a manera de friso corrido al borde del techo, lo
cual proviene de Europa donde los deshielos de
nieve justifican estos barandales para evitar la
ruptura de los canales con trozos de hielo.

22
9— Casa de habitación de
la familia Mathe. Orde-
nó su construcción don
Juan Mathe (1880) para
habitar con su familia
la planta alta y alquilar
para comercio y oficina
la planta baja. Luego
fue el casino sonsona-
teco y posteriormente
la sociedad de emplea-
dos, ambos en la planta
alta. Construida de muy
buen adobe. Presenta
un estilo renacentista
bastante puro. Nótese
lo gigantesco de las ba-
ses de las columnas la
ventilación a manera de
tiro corrida por todo el
techo. Las ménsulas que
sostienen el alero son
similares a las del Gran
Hotel.

10— Balcón superior de


segundo piso pro-
yectado en la fa-
chada sobre la en-
trada cubierta del
zaguán, nótese la
variedad no repeti-
tiva de los diseños
del barandal, en la
residencia Mathe.

23
11— Puerta corrediza (1890) en la casa de los señores
Alfaro, (Sonsonate); ordenada por el Dr. Antonio
Alfaro. Nótese su altura; comunicaba el bufette
con la sala formal de la casa, que data de 1850,
ha sido muy reformada. La puerta se inserta den-
tro de la pared.

12— Manzardas de la
casa mandada a
construir por don
Abraham y Rubén
Rivera (1895). Pos-
teriormente fue el
Banco Sonsonateco
de don Jorge Moisán
y oficinas particu-
lares de la Familia
Moisán luego se es-
tableció el Hotel Pa-
lace. En Europa las
manzardas eran las
pequeñas ventanas
de las “boardillas”
que se alquilaban a
la gente de escasos
recursos para habi-
tación.

24
13— Fachada principal del
Palacio Nacional en San
Salvador (se comenzó
a construir en 1904) es
fácilmente notable la
mezcla de estilos arqui-
tectónicos, dominando
los estilos renacimentista
y clásico. Nótese que la
textura en la fachada de
la planta baja es distinta
a la correspondiente a la
planta alta, la simetría
del edificio, el ritmo y for-
ma de ventanales y balco-
nes, etc., son característi-
cas del Renacimiento.
Rasgos clásicos son por
ejemplo, las columnas
de la entrada principal y
ésta en general, los capi-
teles de todas las colum-
nas entre balcón y bal-
cón, el friso que corona
el edificio, etc. El patio
central con la fuente y ve-
getación fue heredado de
la época colonial.

14— Nótese en la fachada


del Palacio Nacional
el ritmo repetitivo y
simétrico de los bal-
cones-ventanales de la
planta baja de distinto
estilo a los de la planta
alta.

25
15— Detalle de la entra-
da principal del Pa-
lacio Nacional, ob-
sérvese los capiteles
clásicos del orden
corintio, los detalles
del alero y la ubica-
ción del relieve del
cacique Atlacatl.

16— Faroles de la entrada principal y detalles de


herrería del Palacio Nacional. Obsérvese la
calidad de trabajo de herrería en los balcones,
ventanas superiores, poste de los faroles y ver-
ja del jardín exterior. Nótese el uso de la flor de
Lys distintivo de la nobleza francesa.

26
17— Puerta principal del Palacio Nacional. Nóte-
se el fino trabajo de herrería y cerrajería, los
leones y demás detalles tallados en mármol; lo
prominente de la clave del arco de medio punto
que forma la puerta. “Construido en los talle-
res de Primo Danioni y Pimurat, Arquitectos y
Brugueras. San Salvador, Marzo 19 de 1913”.

18— Balcón principal del


Palacio Nacional, to-
talmente de mármol;
obsérvese el tallado
en las ménsulas que
lo sostienen.

27
19— Capiteles corintios
del vestíbulo prin-
cipal del Palacio
Nacional. Nótese
lo fino del tallado
en madera en los
cielos falsos. Estas
columnas no son
estriadas, sino li-
sas como todas las
de la planta baja.

20— Detalle tallado en madera sobre la puer-


ta que comunica el vestíbulo principal
con el resto de la planta baja del Palacio
Nacional.

28
21— Capitel que sostiene
el cielo falso del ves-
tíbulo principal del
Palacio Nacional que
se prolonga sobre la
escalera principal.

22— Detalle de herrería del


pasamanos de la esca-
lera principal del Pa-
lacio Nacional.

29
23— Terminal del pasamanos al llegar al des-
canso de la escalera principal del Palacio
Nacional.

24— Descanso de la
escalera poniente
del Palacio Na-
cional; nótese los
cielos de lámina
de acero y las co-
lumnas lisas.

30
25— Columnas del Palacio Nacional. Nótese los
distintos órdenes de los capiteles, los de la
planta baja son jónicos y los de la planta
alta corintios. Obsérvese la altura a que
comienza lo estriado de la columna. Los
capiteles de las columnas de esquina son
distintos a los restantes. Nótese también el
trabajo de herrería del pasamanos

26— Capitel corintio y


detalle del cielo
y aleros pertene-
cientes a la planta
alta del Palacio
Nacional.

31
27— Capiteles de columnas
del orden jónico; en
primer plano un capitel
de esquina.

28— Hidrante interior y pasamanos del corre-


dor de la planta baja.

32
29— Capitel del orden jónico.

30— Vista general de


un corredor.

33
31— Esquina del “London Bank of Central Amé-
rica” (1895), luego Tesorería Nacional, y en
1969 Oficina de Correos Nacionales. Nótese
las distintas texturas de carácter renacimen-
tista en la fachada.

32— Detalles de ventanas y balcones del “London


Bank of Central America”. Nótese la incli-
nación del sisado sobre la parte curva de la
ventana inferior. Véase la expresión franca del
entrepiso.

34
33— Volumen sobre el techo del
“London Bank of Central
America”; tenía la doble fun-
ción de ventilar como tiro el
edificio y de albergar oficinas
de mayor privacidad.

34— Fachada principal del Hospital Rosales (9 de


abril de 1891), diseñado durante el período
del Presidente Zaldívar, haciéndose realidad
durante el Gobierno de Regalado. Varias per-
sonas contribuyeron con su dinamismo, como
el Dr. Ramón García González, a la creación
de esta obra realizada con la fortuna donada
por el Sr. José Rosales.

35
35— Vista de uno de los pa-
bellones para cuartos
privados en el Hospi-
tal Rosales. Nótese su
construcción metáli-
ca imitando bloques
de piedra. Se encargó
de la construcción la
compañía belga “La
Societé de Forges
D'Aissean” y dirigida
por el Ing. Andres Ber-
trand, según planos
diseñados por el ca-
pitán francés Alberto
Touflet. Obsérvese la
simetría total del edifi-
cio y sus distintos tipos
de ventanas.

36— Columnas metá-


licas, detalles de
ventilación y ba-
randales de la fa-
chada principal del
Hospital Rosales.

36
37— Pisos de Carreaux de
Turbise y zócalo me-
tálico ayudando a la
ventilación interior.

38— Escalera princi-


pal del Hospital
Rosales; comu-
nica la entrada
principal con la
zona administra-
tiva. Nótese el
trabajo de herre-
ría que tiene el
barandal.

37
39— Vista general de techos
del Hospital Rosales.
Nótese los sistemas de
ventilación cenital de
los distintos cuerpos.

40— Vista general de los


pabellones de salas
comunes del Hospital
Rosales, cuya capaci-
dad es de 700 encama-
dos en dos secciones
de pensionados, cada
una con 21 habitacio-
nes; 16 pabellones se-
parados entre sí y con
24 camas de hierro por
pabellón.

38
41— Separación entre dos
pabellones de encama-
dos del Hospital Rosa-
les; al fondo la lavan-
dería que se encuentra
aislada así como la co-
cina y demás servicios.

42— Colector de aguas entre dos pabellones.


Desempeña la doble función de colectar el
agua llovida y el agua que se utiliza para
lavar los pisos interiores de los pabellones.

39
43— Vista parcial de la fachada principal de
la capilla del Hospital Rosales. Nótese su
mezcla de estilo gótico con románico en
contraposición al resto del hospital que
mantiene líneas renacimentistas.

44— Escalera de caracol que llevan al campanario


de la capilla del Hospital Rosales.

40
En general existe en esta época mucha mezcla de estilos; dominando a mi modo
de ver, el renacimentista unas veces adornado con detalles clásicos y otras con colonia-
les. Se mezclan también románicos con góticos y clásicos como la Farmacia Central de
Sonsonate (Fotografía N° 1) y como la capilla del Hospital Rosales (Fotografía N° 43).

SITUACION, VIDA Y PENSAMIENTO INMEDIATO A 1900

Existió una época de mucha tranquilidad para el país durante el período del ge-
neral Tomás Regalado (1898-1903) originado por la simpatía y confianza de parte del
pueblo. Luego fue impuesto don José Escalón en la Presidencia de la República hasta
1907, que se impuso al general Fernando Figueroa, en cuya época se suscitaron mu-
chas revoluciones e intentos de golpes de cuartel; reinó de nuevo la intranquilidad en la
república; hubo una gran cantidad de emigrados. Figueroa impuso a su vicepresidente
don Manuel Araujo que era muy popular; este hizo traer a los emigrados y también
mucha tranquilidad al país, era muy querido por todos, no obstante, un grupo de cons-
piradores lo asesinaron el 4 de febrero de 1913. Lo substituyó el primer designado, don
Carlos Meléndez, ya que don Onofre Durán, vice-presidente de don Manuel Araujo,
renunció. Don Carlos Meléndez terminó el período de don Manuel y depositó por razo-
nes de salud en don Alfonso Quiñónez en 1918.
La agricultura salvadoreña se distinguía desde el siglo XIX entre las centroame-
ricanas como la más desarrollada, no siendo así en ganadería.
El cultivo del café se propagó hacia 1905 y fue mejorando gracias a los estudios
y experimentos de caficultores como Mr. James Hill, originario de Gran Bretaña, don
Rafael y Roberto Alvarez, de origen colombiano, etc.
En cuanto a caña de azúcar, existían ingenios muy completos y modernos desde
fines del siglo XIX. Los primeros fueron de alemanes conocedores del asunto, como el
del Sr. Craitz y el del Sr. Deininger.
En ganadería hubo algunos avances. Se inició el cruce de ganado criollo con
“short horn” en las haciendas de don Gabino Mata, quien ya a principios de siglo con-
taba con muy buen ganado.
Hacia 1907 hay intentos de diversificar la agricultura del país. Para eso llega don
Félix Choussy.
La situación económica del país era muy buena en general, originada en un 80%
por el cultivo del café. Hubo muchos fracasos con el cultivo del algodón, hasta que don
Francisco Monterrey lo mejoró hacia 1918.
La situación religiosa estaba definida, la revolución liberal bien establecida. “La
paz religiosa” se sostenía gracias a monseñor Adolfo Pérez y Aguilar, que era muy buen
diplomático.

41
La Universidad Nacional había progresado mucho y alcanzó mucha fama en
Centro América en la carrera de Medicina y Química y Farmacia. Recibieron dichas
Facultades el acertado apoyo pedagógico del Dr. Emilio Alvarez, quien ayudó también
al Hospital Rosales.
“La politécnica militar” graduaba ya a ingenieros militares. Estaba regentada por
una misión chilena traída por Regalado, que funcionaba en el edificio de lo que fue
después el antiguo Correo Nacional, contiguo a la antigua Universidad Nacional.
Entre las costumbres propias de la época, era muy característico el traje blanco y
sombrero de paja, otros usaban sombrero de jipi-japa pero eran de alto costo (algunos
hasta de 100 colones). Los indios hasta la fecha no han sufrido mayor alteración en su
vestimenta, únicamente a un paso muy lento han ido abandonando el cotón y el refajo.
El automóvil llega en 1909, traídos los dos primeros por don Mauricio Duke, en
Santa Tecla y don Santiago Díaz en Santa Ana; en cuestión de unos tres años substituyó
al carruaje tirado por caballos.
Las calles eran empedradas y no existían colectores de aguas lluvias, se formaban
grandes corrientes en el centro de las calles; para atravezarlas la municipalidad ponía
unos puentecitos de madera.
Entre los lugares populares de la época estaban el “Café Nacional”, frecuentado
únicamente por hombres. Para señores y señoras estaba la repostería-bar “Lyon D'or”.
Existía por supuesto el Casino Salvadoreño y el Club Internacional, posteriormente en
1915 el Country Club Salvadoreño. “El Buen Gusto” era también un lugar frecuentado.
Llegaron al país arquitectos extranjeros. Hubo uno de origen italiano de apelli-
do Zacaña quien tenía muy buen gusto. Un par de hermanos arquitectos de apellido
Brugueras de origen catalán, diseñaron las barandas y faroles del Parque Dueñas (hoy
Plaza Libertad). Esta baranda y faroles son la primera manifestación del Art Nouveau
en El Salvador ya que esto sucedió hacia 1910.
En 1914 se desata la Primera Guerra Mundial en Europa, sin embargo, el país no
se ve afectado. Se comentaba en aquella época que la guerra marcaría el final de una
era y así fue.
Santa Tecla era donde se encontraban las más lujosas residencias de la época. Ha-
bía servicio de ferrocarril con San Salvador; luego tranvía eléctrico, y posteriormente
tirado por mulas.

42
45— Antiguo Gimnasio
Nacional. Fue muy
completo en su épo-
ca. Construido en
concreto su estruc-
tura y las paredes de
vara de castilla so-
bre un riostrado de
madera y cubiertas
con un repello. Su
estilo sigue siendo
una mezcla, esta vez
de románico, clásico
y colonial.

46— Frontón de la
puerta princi-
pal del antiguo
Gimnasio Nacio-
nal. Obsérvese
la vara de casti-
lla como elemen-
to estructural en
las paredes.

43
47— Casa de habitación del
Presidente Don Car-
los Meléndez (1910),
en 1969 la General
Electric; construida to-
talmente de lámina de
acero. Nótese la inter-
sección de diferentes vo-
lúmenes correspondien-
tes a diferentes figuras
geométricas. Tiene algu-
nos rasgos clásicos, así
como también, del Rena-
cimiento Inglés.

48— Vista parcial de la residencia de don


Carlos Meléndez. Nótese la cantidad de
texturas distintas con que cuenta la fa-
chada, así como también techos curvos,
planos horizontales e inclinados.

44
49— Residencia de don
Ricardo Meléndez
sobre la Calle Arce;
presenta razgos re-
nacimentistas. Nó-
tese el adorno se-
micircular sobre el
friso.

50— Puerta principal inmediata al interior de la


casa. Nótese el empleo del arte gótico en las
vidrieras; la simetría del diseño. Este tipo de
puertas se utiliza en El Salvador desde media-
dos del siglo XIX; la entrada al zaguán per-
manecía abierta pero hacia el interior existían
este tipo de puertas; solían tener campana. El
adorno que se hace obsevar en la fotografía
anterior se repite aquí sobre las dos hojas.

45
51— Vista general del ho-
gar Adalberto Gui-
rola en Santa Tecla
(1906). Nótese sus
razgos clásicos del
orden jónico en el vo-
lumen de acceso, el
resto es una mezcla
de colonial con rena-
cimentista. Nótese el
doble arco en cada
ventana.

52— Entrada principal


del hogar Adalberto
Guirola regentado
por Reverendas Be-
thlemitas.

46
53— Residencia de don
Rafael Guirola en
Santa Tecla. Nótese
el estilo renacimen-
tista con detalles
clásicos como el
friso, columnas, etc.
(1908).

54— Entrada principal y


detalles de la resi-
dencia de Don Rafael
Guirola. Nótese la
calidad de tallados y
esculturas sostenien-
do el escudo de la
familia. Las colum-
nas son clásicas del
orden Dórico; nótese
que, al igual que las
del Palacio Nacional,
no están estriadas
hasta su base.

47
55— Residencia de Don
Mauricio Duke
Alexánder sobre la
3ª Avenida Sur, en
Santa Tecla. Nótese
el friso adornado
con esculturas; la
ventilación cenital
y los respiraderos
del sótano, data de
1905.

56— Palacio Municipal


de Santa Ana cons-
truido por etapas y
reformado sin seguir
un diseño determi-
nado (1871-1938).

48
57— Teatro Nacional de
Santa Ana (1900)
construido por ini-
ciativa del general
Tomás Regalado. De
estilo francés en su
volumen, con escul-
turas alegóricas a la
música. Construido
de cemento en sus
fachadas y de made-
ra por dentro.

58— Vista parcial del


dintel de la boca-
escena del Teatro
de Santa Ana. Nó-
tese su decoración
barroca.

49
59— Vista parcial del
foyer de descanso
de los palcos del
Teatro Nacional de
Santa Ana. Nótese
su decoración ba-
rroca y una parte
del fresco gigantes-
co del cielo falso.

60— Vista parcial del boca-escenario del teatro de


Santa Ana.

50
61— Vista parcial de los
frescos sobre el públi-
co del Teatro de Santa
Ana.

62— Catedral de Santa


Ana (1906) de estilo
gótico hecha de con-
creto.

51
63— Entrada principal de la
Catedral de Santa Ana.
Nótense los razgos gó-
ticos bastante puros.

64— Nave central de la Catedral de Santa Ana.


Nótese el sentido direccional hacia el altar
que produce al observador la secuencia de
módulos.

52
65— Teatro Nacional de
San Salvador, cons-
truido por el Ing.
José María Peralta
y diseñado por el
Arq. francés Daniel
Beylerd hacia 1899
y se comenzó a cons-
truir hacia 1910.

66— Residencia Sagrera.


Construida sobre
la Avenida España
hacia 1912, habién-
dose elaborado los
planos y la cons-
trucción por don
Ricardo Sagrera y el
maestro Juan Cal-
derón Mejía.

53
67— Vista parcial de la residencia Sagrera.
Obsérvese, al igual que en la casa de don
Carlos Meléndez (Fotografía N° 47 y 48),
se interceptan volúmenes correspondien-
tes a diversas figuras geométricas.

68— Puente aéreo que


comunica el garage
con el resto de la re-
sidencia Sagrera.

54
69— Edificio de un alma-
cén diseñado por el
Arquitecto e Inge-
niero Civil Daniel
Domínguez hacia
1915.

70— Country Club Sal-


vadoreño, diseñado
y construido hacia
1915 por el Arq. e
Ing. Daniel Domín-
guez. Nótense los de-
talles de inspiración
Francesa en la incli-
nación del techo, los
ventanales intercep-
tados y su arco supe-
rior, y las proporcio-
nes del volumen de la
edificación.

55
71— Vista del salón prin-
cipal del Country
Club Salvadoreño,
luego Ministerio de
Relaciones Exterio-
res, ahora Casa Pre-
sidencial. Obsérven-
se los acabados en
yeso del cielo falso.

72— Esculturas de la terraza principal del


Country Club Salvadoreño.

56
73— Faroles de pie y de pared del Country Club
Salvadoreño.

74— Mausoleo de la co-


munidad españo-
la hacia 1912. La
plasticidad de la
forma hace notar la
influencia del arqui-
tecto español Anto-
nio Gaudi.

57
75— Portal de La Dalia.

76— Restaurant Lutecia (1918).

58
77— La Basílica. Comenzada a construir hacia
1900 por iniciativa de doña Concha de Re-
galado, Primera Dama de la Nación. Se ha
venido construyendo a un paso lento, al gra-
do de que todavía está inconclusa.

78— Vista parcial de la residencia sobre la Calle


Arce de doña Concha de Regalado (1910).
Nótese el sisado de la fachada imitando blo-
ques de piedra en colocación coatrapeada; el
doble arco de las ventanas encerrado en otro
de medio punto envolvente; las ménsulas que
detienen las jardineras; y principalmente el
cambio de rostro de la torre para terminar de
rematar con un pronunciado alero; la textura
del techo trata de imitar un techo de pizarra y
su pendiente es capaz de evacuar gran canti-
dad de nieve.

59
79— Cochera de la entrada
principal de la residen-
cia de doña Concha de
Regalado. Goza de un
sabor 100% europeo del
Renacimiento inglés.

60
La Post Guerra,
Recuperación y Segunda Guerra

SITUACION, VIDA Y PENSAMIENTO

Don Carlos Meléndez, por razones de salud, entregó la Presidencia de la Re-


pública a fines de 1918 a don Alfonso Quiñónez (Vice-Presidente) que terminó el pe-
ríodo de don Carlos. En enero de 1919 se impuso don Jorge Meléndez, hermano de
don Carlos y cuñado de Quiñónez; no hubo tranquilidad alguna durante este período,
eran frecuentes intentos de golpes de estado; esta situación duró hasta 1922 que “salió
electo” don Alfonso Quiñónez (marzo 10 de 1923 a febrero de 1927) fue un buen go-
bernante, hizo progresar al país y hubo mucha tranquilidad hasta el año de 1929, que
se comenzó a sentir la crisis mundial. Quiñónez terminó su período y fue impuesto don
Pío Romero Bosque que comenzó en 1927 hasta 1931, quien gobernó con tranquilidad.
En elecciones libres quedó en la Presidencia don Arturo Araujo que duró nueve meses.
El 2 de diciembre de 1931 el general Maximiliano Hernández Martínez dio un golpe
de estado derrocando a don Arturo; la situación favoreció a Martínez ya que la opinión
pública lo apoyaba. Tomó el poder con deuda externa, interna y en época de crisis mun-
dial. Terminó el período de don Arturo, depositó seis meses en su Vice Presidente y fue
electo en 1935, se fundó el Banco Central de Reserva que estabilizó la moneda, cuyo
cambio al dólar estaba sufriendo grandes fluctuaciones; se fundó el Banco Hipotecario;
el Mejoramiento Social, la Federación de Cajas de Crédito; la Compañía del Café; la
Cooperativa Algodonera; arregló en términos favorables para el país, aprovechando la
situación de guerra de los Estados Unidos, la deuda externa; solventó la deuda interna,
se construyeron carreteras pavimentadas, se iniciaron los estudios de electrificación en
el Río Lempa, etc.
Todo marchaba muy bien, con tranquilidad y confianza hasta que el general co-
menzó a reformar la Constitución en 1939 en vías de reelegirse. Martínez comenzó otro
período (cinco años) en la Presidencia, en contra de mucha buena voluntad del pueblo
que le fue retirando su apoyo, hasta que no hubo paz ni tranquilidad; hubo muchos in-
tentos de golpes de estado, hasta que la “huelga general de brazos caídos” lo derrocó.
Entregó la Presidencia el 9 de mayo de 1944 al general Andrés I. Menéndez,
que era el Primer Designado; gobernó hasta octubre de 1944, cuando el coronel Osmín
Aguirre y Salinas dio un golpe de estado, originado por las disputas violentas entre
castanedistas y romeristas y el descontento del Ejército. En general todo 1944 fue muy
intranquilo.
El valor de la moneda fue bastante estable en este período. Su valor de cambio
era de 40 centavos de dólar hasta que fue forzada en 1919 a 50 centavos o sea dos colo-

61
nes por dólar; hacia fines de la década de los veintes el valor del colón sufrió fluctuacio-
nes hasta de tres colones por dólar; fue cuando en 1934 el Banco Central la estabilizó
en dos colones y medio.
En general esa época, hasta antes de la crisis económica mundial, fue bonante,
tanto así que le permitió al país soportar la Primera Guerra sin mayores perjuicios y en
adición dos fuertes terremotos el de 1917 y de 1919.
Contábamos con un nivel medio económico más elevado que el resto de Centro
América y muchos países del Sur.
“La Constitución de la República concede especial atención a la educación pú-
blica, pues al tratar de la inversión de las rentas coloca en primer lugar este departa-
mento”, se publicó en una revista descriptiva de El Salvador editada por la Dirección
General de Estadística en 1924, “el estado presente de la educación pública, no llena las
aspiraciones del patriotismo, sin embargo, se desenvuelve en orden progresivo”. “La
educación oficial es laica porque está separada la iglesia del Estado”.
Existían 16 escuelas secundarias privadas y la enseñanza era gratuita en el Insti-
tuto Nacional; la primaria gratuita y obligatoria.
La Universidad Nacional produce muy buenos profesionales como por ejemplo
el Dr. Gustavo Guerrero en materia de Derecho.
Nuestra Agricultura se encontraba en período evolutivo. Se producía: Café, caña
de azúcar, índigo, bálsamo, forrajes, caucho, cereales, henequén, tabaco, tubérculos
alimenticios, hortalizas y frutas exquisitas.
“Hay posibilidades para establecer el cultivo del algodón y trigo”.
Era El Salvador hacia 1922 el mayor productor de café en Centro América; en
ese año además del consumo interno se exportaron 623.000 sacos (en 1855 se exporta-
ron 19 quintales).
Era progresivo el cultivo de la caña de azúcar. En 1922 se satisface el consumo
interno y se exportan 9,152 toneladas métricas de azúcar.
El cultivo del índigo decae por el uso de un producto sintético similar.
La ganadería progresa pero no logra destacarse en Centro América, no obstante
el cruce con razas importadas va mejorando el ganado criollo en leche y carne.
Los bosques van desapareciendo; sin embargo todavía se cuenta con excelentes
maderas.
El maíz continúa siendo la base de alimentación del pueblo.
Se exporta arroz a Costa Rica y Panamá. En 1922 se exportan 347,000 kilos de
henequén.
“El caucho se extrae de los bosques de la costa; desgraciadamente con los pro-

62
cedimientos de extracción, tanto los árboles del caucho como los del bálsamo, se des-
truirán con el tiempo”.
El algodón logra desarrollarse hacia 1935 y se cultiva en mayor cantidad.
El 11 de junio de 1913 se establece nuevamente al Estado como propietario del
subsuelo y sus minerales, la explotación de oro y plata disminuye en un 60% hacia
1920 cuando probablemente se aplicó de lleno tal decreto.
“Aún no ha llegado el país al período industrial; sin embargo debido a la
densidad de población será el primero en Centro América que avance a esa etapa
económica”.
En la década de los veintes se fabrica entre otros productos, muy buen calzado,
muebles con muy buenos tallados en madera, cigarrillos de muy buena calidad, una
magnífica cerveza que se exporta al resto de Centro América, ropa y telas en general,
productos de talabartería, etc.
“El obrero salvadoreño tiene rara habilidad para el tallado de la madera, y si bien
carece de técnica artística creadora, imita muy bien”.
Se intensifica la producción y el consumo, día a día, debido a la potencialidad
demográfica, la riqueza del suelo, el habito de trabajo, etc.
La creación del Canal de Panamá representa un poderoso auxiliar del comercio
(a New York en 12 días y a Europa 20).
Posteriormente las mejoras en la aviación favorecen el comercio en general y el
intercambio de ideas.
Hubo un levantamiento de campesinos agitados por comunistas en 1932; comen-
zó en Zonzacate (contiguo a Sonsonate) y se propagó a Sonsonate, Juayúa, Zalcoatitán,
etc. Este hecho originó el traslado de familias enteras hacia San Salvador, procedentes
de todas las partes de la República.

ARQUITECTURA

Hasta el inicio de esta época los maestros de obra, que algunos eran unos verda-
deros artesanos, habían ocupado un lugar importante en el desarrollo de la arquitectura
salvadoreña, al grado de unos instruirse con bibliografía de autores extranjeros y otros
que combinaban sus ideas (de carácter constructivo en su gran mayoría) con la del pro-
pietario de la obra que lo dirigía y podría decirse que era quien diseñaba; un ejemplo
claro de un caso como este ocurre en la residencia sagrera (Fotografía No. 66).
A medida que la Universidad Nacional va produciendo un mayor número de
ingenieros, el maestro de obra comienza a ser relegado a un orden inferior. Poco a
poco el ingeniero civil se va apoderando del campo arquitectónico; no obstante exis-

63
ten, hacia 1920, algunos constructores y otros arquitectos extranjeros que han dejado
al país un buen número de obras. Entre estos están don Alberto Ferracuti, don Alberto
Gorian, don Augusto Baratta, el filipino Brutus Targa, quien diseña la Policía Nacional,
el edificio de Telecomunicaciones y el Almacén Antonio Bou; el arquitecto e ingeniero
costarricense Daniel Domínguez es sin duda el que más obras realiza en el país entre
1915 y 1940, así por ejemplo: el Country Club Salvadoreño, el Almacén París Volcán,
el Banco Agrícola Comercial, que luego se convirtió en Banco Central, muchas casas
en la naciente Colonia Dueñas, etc. Posteriormente se comienza a destacar don José
María Durán.

El levantamiento comunista de 1932 afecta la arquitectura de la zona central de


la República y comienzan a aparecer casas con grandes muros protectores.

El concreto armado es ya el material predilecto de construcción, junto con la


mampostería de ladrillo y de piedra (en fundaciones).

Se comienza a poner placas con el nombre y fecha del diseñador y/o constructor.

Hacia la mitad de la década de los treintas llegan al país el Arquitecto Ernesto


De Sola y el Arquitecto Armando Sol, uno con preparación norteamericana y el otro
con preparación belga; son ellos los primeros arquitectos salvadoreños. Comienzan a
abrirse campo en el país, en donde se desconocía casi totalmente la profesión de Ar-
quitectura. Su buena preparación y sus amplias relaciones sociales, son factores muy
favorables para su desenvolvimiento inicial que pese a estos fue difícil.

Durante este periodo de 1918 a 1945 varios estilos arquitectónicos se ponen en


voga en el país: el clásico francés, el clásico puro, el neo clásico (clásico simplificado),
el moderno y el colonial moderno desde 1936 a 1950, establecido por Sol y De Sola
quienes fueron influenciados, en algunas obras, por la arquitectura de la Antigua Gua-
temala.

Durante este lapso, muchos constructores e ingenieros civiles, recargaron de


decoración el estilo colonial encaminándolo hacia un churriguresco moderno.

Se introducen con la llegada de Sol y De Sola innovaciones en la arquitectura


salvadoreña, por ejemplo: el uso del zócalo de ladrillo, el color y diseño de pisos uni-
formes en toda la casa, cielos rasos bajos, puertas de una sola hoja sin el tragaluz sobre
el dintel, ventanas con sistema de guillotina, se mostraba la teja como parte decorativa
(se elimina el friso), el uso de la lámina y teja (1942).

Durante la Segunda Guerra Mundial los materiales de construcción escasean;


Sol y De Sola se ven obligados a crear nuevos sistemas constructivos, así resulta el
bahareque armado con varillas de hierro y rodapie de ladrillo, usando para las fun-
daciones una mezcla de cal hidratada y cemento proveniente de Guatemala; sobre el
bahareque se desplegaba tela de gallinero y luego se repellaba con cemento; se solía
poner además de la tela de gallinero y antes de repellar una cuadrícula a 45° de reglas
de vara de bambú, otros usaban reglas de madera.

64
La principal evolución arquitectónica implementada por los arquitectos Arman-
do Sol y Ernesto De Sola, fue el abandonar el patio central en el diseño de residencias,
concibieron la vestibulación al entrar por la puerta principal, desde donde las circula-
ciones se distribuían privadamente hacia las áreas sociales, sala familiar y dormitorios,
el garage para un auto, y la zona de servicios. Trascendental evolución que se imple-
menta hasta la actualidad.

65
80— Portal de Occidente
(Hacia 1,920) so-
bre la 4a. Av. Sur. El
concepto espacial
del portal es una he-
rencia de la época
colonial hispano-
americana. Este en
particular contiene
además de las líneas
básicas coloniales
en las arcadas, el
ritmo renacimentista
de ventanas y balco-
nes y columnas con
capiteles clásicos.

81— Almacén París Vol-


cán. Diseñado y
construido en 1921
por el arquitecto e in-
geniero costarricen-
se Daniel C. Domín-
guez para Bernheim
y Cía. Construido en
concreto armado y
de estilo neo clásico.

66
82— Bank of London and Sud
America Ltd. y Nunciatura.
Mandado a construir por
don Bartolo Daglio hacia
1922. Fue diseñado por un
arquitecto italiano. El Ban-
co ocupaba la planta baja y
la Nunciatura la planta alta.
Contiene rasgos renacimen-
tistas por la diferencia de
texturas en la fachada del
primero y segundo pisos;
por el ritmo de ventanas, la
diferente forma de balcones
superiores e inferiores; ob-
sérvese que en las ventanas
superiores y en los adornos
bajo el alero se ha usado el
arco gótico. Nótese como el
friso que esconde el tejado
expresa los accesos al edifi-
cio en la planta baja.

83— Banco Agrícola Comercial


de El Salvador que poste-
riormente se constituyó en
Banco Central de Reserva.
Diseñado y construido en
1921 por el Arq. e Ing. D.
Domínguez para el mencio-
nado Banco, fundado por
don Mauricio Duke. Sus lí-
neas son de un clásico bas-
tante puro con excepción
del trabajo de herrería, es-
pecialmente la sombra de la
entrada principal que pre-
senta rasgos de Art Nouveau.
Ahora Biblioteca Luis Alfaro
Durán del Banco Central de
Reserva de El Salvador.

67
84— Almacén Antonio Bou
(1923) diseñado por el fi-
lipino Brutus Targa, quien
residía en el país; diseñó
también la Policía Nacio-
nal (1934), y el Telégrafo
(1935). Esta obra es una
de las manifestaciones
más puras del Art Nouveau
que se comenzó a poner de
moda en Europa hacia fi-
nes del siglo XIX.

85— Vista del mezanine del


Almacen Antonio Bou;
obsérvese el sistema es-
tructural de la losa, el
claro que se logra es de
aproximadamente 10 me-
tros sin columnas inter-
medias. Nótese el diseño
naturalista del baran-
dal (rasgo típico del Art
Nouveau). El tragaluz
cenital contiene vidrios
de colores y el diseño de
sus molduras es también
naturalista.

68
86— Antigua Escuela Nor-
mal de Maestros, luego
Casa Presidencial, ha-
biendo sido remodela-
da para este propósito
por el italiano Gino
Zacagna hacia 1932.

87— Vista parcial exterior


del estar informal de la
residencia de don Jorge
Pinto, de estilo colonial
moderno, diseñado por
el Arq. Armando Sol en
1936. Obsérvese los ca-
piteles de las columnas
superiores y la propor-
ción de éstas; la manera
de expresar el nivel del
piso superior por medio
de las puntas salientes
de las vigas del entrepi-
so. Hace falta un baran-
dal entre cada arco.

69
88— Entrada principal de la residencia Pinto.
Este volumen cilíndrico contiene el vestíbulo
y las circulaciones verticales. Nótese la si-
metría total en el decorado de cemento que
rodea la puerta.

89— Vista parcial de la


residencia de don
Jorge Pinto. Nótese
el diseño tan espe-
cial de estos balco-
nes, el trabajo de
herrería, las dis-
tintas maneras de
sostener los aleros
y el balcón de la iz-
quierda. Obsérvese
que en toda la casa
el acabado en las
paredes es rugoso,
lo que se conseguía
repellando y pasan-
do un cepillo.

70
90— Tanque elevado de agua, habitación de
mozos (jardinero, sereno, etc.) y bodega de
leña y otros implementos en la residencia
Pinto.

91— Lámpara de madera y balcón de la orquesta


de la residencia Pinto. Sobre el salón princi-
pal de la casa.

71
92— Vista parcial del tallado del mueble de bar
en la residencia Pinto. Todos los trabajos de
ebanistería fueron diseñados por el Arq. Ar-
mando Sol y realizados por el maestro Eba-
nista Salvador Rivas.

93— Vigas talladas y lám-


para sobre el comedor
de la residencia Pinto.

72
94— Tina del baño principal de la residencia
Pinto.

95— Acceso a una estan-


cia familiar en la
planta alta. Se sube
medio nivel para
obtener una ma-
yor altura de piso
a cielo en el salón
principal en planta
baja.

73
96— Portal frente a la Plazuela 14 de Julio. Di-
señado, calculado y construido por el Arq.
Ernesto De Sola en 1936.

97— Puerta principal de la casa de don Rafael


Guirola, sobre la Alameda Roosevelt, diseña-
da por el Arq. Armando Sol en 1939. Nóte-
se la cerrajería y los clavos de cabeza vistos
sosteniendo las planchas labradas de distin-
tos anchos que forman la puerta con la es-
tructura de la misma.

74
98— Residencia de don
Ricardo Kriette en la
Colonia San Cristó-
bal de los Planes de
Renderos, diseñada
por el Arq. Armando
Sol en 1941 en esti-
lo colonial moderno.
Nótese cómo se le
acentúa la impor-
tancia, con dos ele-
mentos escultóricos
simétricamente colo-
cados, al volumen iz-
quierdo de dos aguas,
correspondiente a
la sala formal de la
casa.

99— Llegada a la coche-


ra de la residencia
Kriette. Nótese el
juego de techos y el
acceso privado ha-
cia la derecha.

75
100— Acceso al comedor
desde la sala formal de
la residencia Kriette,
difieren un medio nivel
la sala y comedor. Nó-
tese la influencia del
barroco colonial en
las columnas.

101— Vista parcial de la


estancia informal
de la residencia
de don Ricardo
Kriette. Nótese las
dimensiones de la
puerta de hierro
forjado y vidrio
que lleva a la sala
formal, fueron he-
chos los trabajos
de herrería por los
Sres. Del Bosco
(italianos).

76
102— Corredor interior en la residencia Kriette
que comunica un estar privado frente a un
patio interior con las habitaciones.

103— Puerta calada de madera por el maestro


Salvador Rivas, quien realizó todos los tra-
bajos de ebanistería de la residencia Kriet-
te. Comunica el vestíbulo con la estancia
privada frente al patio interno.

77
104— Vista de la estancia frente al patio, al vestíbu-
lo de la residencia Kriette. Nótese la viga de
coronamiento tallada, la hoja abatible de la
puerta y la lámpara de hierro forjado.

105— Fuente del patio interior de la residencia


Kriette pintada en San Salvador sobre azule-
jo blanco probablemente por el guatemalteco
Manuel Juárez Aranda.

78
106— Residencia sobre la
Alameda Roosevelt
diseñada en estilo
moderno por el Arq.
e Ing. Daniel Domín-
guez en 1941.

107— Casino Salvadore-


ño diseñado y cons-
truido por etapas:
el sótano y parte del
primer piso por don
José Alcaine; el pri-
mer piso y segundo
piso por el Arq. e
Ing. D. Domínguez
e Ing. Gallegos en
1942; la terraza di-
señada en estilo co-
lonial por el Arq. A.
Sol en 1944.

79
108— Acceso de la terraza
del Casino Salvado-
reño, hacia el área
donde desemboca el
ascensor y escalera.
Nótese la influencia
de la arquitectura de
la Antigua Guatema-
la en el frontón que
contiene el arco pa-
rabólico.

109— Detalle de trabajos


de Ebanistería del
acceso a un salón
privado en la te-
rraza del Casino
Salvadoreño. Ob-
sérvese la forma
de sostener la viga
tallada.

80
110— Vista parcial de la
residencia de doña
Dolores Novoa de
Méndez, diseñada
sobre la Alameda
Roosevelt por el
Arq. Armando Sol en
1940. A la izquierda
el acceso principal
y terraza cubierta.
La sección de las
columnas que sostie-
nen los arcos es oc-
tagonal.

111— Terraza privada


cubierta en voladi-
zo de la residencia
Méndez Novoa. Nó-
tese la forma de las
ménsulas y la in-
fluencia de la arqui-
tectura de la Anti-
gua Guatemala, en
la ventana abajo, a
la derecha.

81
112— Vista parcial de la resi-
dencia de doña María
Reyes de Bustamante
sobre la Alameda Ro-
osevelt. Diseñada por
el Arq. Armando Sol
en 1939. Nótese la in-
tersección de volúme-
nes correspondientes
a diferentes figuras
geométricas.

113— Esquina de un cie-


lo raso de acero
marca “Edwards”
en la residencia de
doña Matilde de
Monedero en Santa
Ana; data de 1924.
Este cielo raso de
estilo renacimiento
francés era fabri-
cado en láminas de
acero “Edwards”,
en Cincinatti, Ohio,
por “The Edwards
Manufacturing
Company” (“Los
reyes del metal la-
minado”).

82
114— Cielo raso de acero
“Edwards” en la re-
sidencia de la seño-
ra de Monedero. La
plancha del centro
está sobrepuesta so-
bre el cielo raso para
suspender la lámpa-
ra. Este es el mismo
cielo de la fotografía
anterior. Eran pinta-
dos a mano en El Sal-
vador.

115— Esquina de cielo


raso de acero en
la residencia Mo-
nedero. En estilo
del renacimiento
francés. Nótese la
tendencia a sua-
vizar el ángulo de
unión con las pa-
redes.

83
116— Esquina de cielo raso
de acero en la casa de
la señora de Monede-
ro en Santa Ana. Este
es un estilo Renaci-
miento francés. “The
Edwards Manufactu-
ring Company”, fa-
bricaba:
a) 8 estilos distintos en
Renacimiento francés,
cuyo precio oscilaba
entre $ 9.40 y $ 13.90
por cada 100 pies cua-
drados.
b) 2 estilos colonial y su
precio de $ 11.72 a
$ 14.56 por cada 100
pies cuadrados.
c) 2 estilos góticos cuyo
precio se encontraba
entre $ 11.90 y $ 14.86
por cada 100 pies cua-
117— Residencia de doña drados.
Blanquita de Papi- d) 2 estilos churrigures-
co, entre $ 10.95 y
ni, diseñada por el $ 14.19 por cada 100
Arq. Armando Sol, pies cuadrados.
en 1941 con líneas e) 2 estilos modernos, en-
de estilo colonial. tre $ 10.08 y $ 11.97
Hacia la derecha y por cada 100 pies cua-
arriba la terraza pri- drados.
vada del dormitorio
principal, con pasa-
manos y columnas
torneadas en made-
ra. Nótese el con-
traste en materiales
entre la cochera y la
casa. El material de
la cochera se repite
en el pozo del jardín.
Obsérvese que so-
bre el vestíbulo de la
casa existe un par de
columnas cortas que
sostienen el techo de
una terraza familiar
cubierta.

84
118— Cochera de la resi-
dencia Papini, cons-
truida en mamposte-
ría de piedra bola o
canto rodado. Obsér-
vese la. celosía de ce-
mento en la ventana
de la terraza familiar.
El trabajo de herrería
probablemente fue
hecho por los italia-
nos del Bosco.

119— Sala formal vista


desde el vestíbu-
lo de la residencia
Papini. El entrepi-
so es de madera y
sin cielo falso; a la
izquierda el acceso
al estar informal.

85
120— Hogar y chimenea de la residencia Papini.
Nótese la franqueza en la forma de la caja de
humos. Totalmente enchapada de azulejos de
cerámica pintado en El Salvador por el guate-
malteco Manual Juárez Aranda en 1941; sobre
la caja de humos una vista de Cristóbal Colón
con unos indios ante los Reyes de España.

121— Escalera y pasamanos de madera tornea-


da, vistos desde el vestíbulo de la residencia
Papini.

86
122— Viga labrada y puerta calada de acceso al
comedor desde la sala formal de la residen-
cia Papini. Todos los trabajos de ebaniste-
ría estuvieron a cargo del maestro Salvador
Rivas. A la derecha una ventana de servicio
del antecomedor a la sala formal.

123— Salida del comedor


a un patio interior.
En la residencia
Papini. Nótese la
influencia de la Ar-
quitectura de la An-
tigua Guatemala en
la forma del arco.

87
124— Puerta de doble acción tallada hasta media
altura y calada en la mitad superior. Comu-
nica el comedor con el antecomedor de la
residencia Papini.

125— Vista parcial del pozo


(izquierda), jardín, te-
rraza descubierta y estar
informal de la residen-
cia Papini. Nótese a la
izquierda la repetición
del uso de la piedra bola
en el pozo y al fondo en
la chimenea.

88
126— Vista interior desde el
bar hacia el estar in-
formal de la residen-
cia de doña Blanqui-
ta de Papini. Nótese
la forma de suspen-
der los faroles.

127— Puerta principal de la residencia de don


Miguel Dueñas sobre la Alameda Roose-
velt; diseñada, calculada y construida por
el Arq. Ernesto De Sola en 1939.

89
128— Vista parcial de la residencia de don Miguel
Dueñas, diseñada en estilo moderno, pero to-
davía no se plasmaba la simplicidad de línea
en todos los elementos.

129— Vista interior de la residencia Dueñas. Al


fondo arco de acceso al estudio, a la derecha
un arco que ilumina el descanso de las esca-
leras.

90
130— Residencia de la fa-
milia Cuello-Alfaro,
diseñada por el Arq.
A. Sol hacia 1940.
Nótese que se expre-
sa el vestíbulo con un
volumen prismático.

131— Ventana de esqui-


na de la residencia
Cuello-Alfaro. Nó-
tese la influencia de
la Arquitectura de la
Antigua Guatemala.

91
132— Ventanas, decoración y techo quebrado en
la residencia de don Jorge Sol Castellanos
diseñada en 1943 por el Arq. Ernesto De
Sola.

133— Vestíbulo abierto y acceso principal de la


residencia Sol Castellanos.

92
134— Edificio del almacén
de licores Ilopania;
construido por el
Arq. Ernesto De Sola
en 1940 en estilo mo-
derno.

135— Residencia de don


Ricardo Guirola en
la Colonia Dueñas
en la intersección de
la 7a. Calle Ponien-
te y 11a. Av. Norte.
Diseñada, calcula-
da y construida por
el Arq. Ernesto De
Sola en 1942.

93
136— Vista general de la
Colonia Bloom des-
de el Pasaje Bloom.
Proyecto del Arqui-
tecto Ernesto De
Sola hacia 1943.

137— Casa tipo sobre la 25a Avenida Sur en la


Colonia Bloom.

94
138— Residencia en la 9a.
Avenida Norte y 3a.
Calle Poniente. Pro-
yecto del Arq. e Ing.
Daniel Domínguez y
del Ing. Alfredo Ga-
llegos en 1941.

139— Detalle de acceso


de una casa en la
9a. Avenida Norte;
proyecto del Arq. e
Ing. D. Dominguez e
Ing. A. Gallegos en
1941.

95
140— Detalle de acceso e
intersección de vo-
lúmenes en una casa
sobre la 9a. Av. Nor-
te. Proyecto del Arq.
e Ing. D. Domínguez
e Ing. A. Gallegos.

141— Casino Santaneco.


Diseñado en esti-
lo colonial barroco
por el Arq. Armando
Sol en 1942. Nótese
la influencia de la
Arquitectura de la
Antigua Guatema-
la en el diseño del
frontón de la esqui-
na. Nótese que se
vuelve a usar el fri-
so sobre toda la ori-
lla del techo, pero
dejando vista la teja
del alero.

96
142— Residencia colonial
moderna sobre la
Alameda Roosevelt.
Proyecto del Arq. Sol
hacia 1943. Véase
como se identifica
volumétricamente el
vestíbulo.

143— Vista parcial de una


residencia sobre la
29a. Av. Sur. Pro-
yecto del Arq. Er-
nesto De Sola hacia
1945. Nótense cier-
tos razgos de sabor
colonial mezclado
con líneas moder-
nas. Las puntas de
las vigas que mani-
fiestan el entrepiso
son ya de concreto,
la Segunda Guerra
había ya terminado
y el material no era
ya escaso.

97
144— Entrada principal de la residencia en la
Colonia Flor Blanca del Dr. Ricardo Posa-
da. Proyecto del Arq. Ernesto De Sola en
1944.

145— Vista parcial de la residencia del Dr. Posada.


Nótese el uso del arco gótico.

98
146— Entrada principal
de una residencia
en la Colonia Flor
Blanca. Proyecto
y construcción del
Arq. E. De Sola en
1944. Nótese la in-
fluencia de la Ar-
quitectura de la An-
tigua Guatemala en
el recorte del arco.

147— Vista parcial de la misma residencia.

99
148— Residencia de don
Roberto Schild en la
Colonia Flor Blan-
ca. Diseñada, cal-
culada y construida
por el Arquitecto
Ernesto De Sola.

100
Recuperación de la Segunda Guerra,
los Cincuentas y Sesentas

SITUACION, VIDA Y PENSAMIENTO

El Coronel Osmín Aguirre y Salinas terminó el período del depuesto General


Maximiliano Hernández Martínez y luego en marzo de 1945, tomó posesión el General
Salvador Castaneda Castro quien resultó electo pese a la popularidad de su adversario
don Arturo Romero.
Hubo una campaña muy sucia de propaganda entre castanedistas y romeristas;
también varios intentos de golpes de Estado.
El General Castaneda fue depuesto el 16 de diciembre de 1948 por una Junta de
Gobierno formada por: Dr. Humberto Costa, Mayor Oscar Bolaños, Tte. Crnel. Manuel
de Jesús Córdova, Dr. Reynaldo Galindo Pohl y Mayor Oscar Osorio. Al poco tiempo
el Tte. Crnel. Córdova renunció y los restantes gobiernan hasta 1950.
En ese año tomó posesión de la Presidencia el Mayor Oscar Osorio, quien había
sido electo constitucionalmente. Surge la Nueva Constitución en 1950. El país se man-
tuvo tranquilo durante todo el período de Osorio. Los buenos precios del café y el algo-
dón, que había llegado a convertirse en el segundo producto agrícola más importante,
ayudaron a la tranquilidad; había trabajo y circulaba mucho dinero.
Muchas instituciones que fueron fundadas por el General Hernández Martínez,
tienen que ser subdivididas debido a su volumen de trabajo, así por ejemplo, “El Me-
joramiento Social” se divide en “Instituto de Colonización Rural” e “Instituto de Vi-
vienda Urbana”.
Osorio llevó al país a elecciones y en 1956 tomó posesión el Presidente Electo
Tte. Crnel. José María Lemus. Quien gobernó tranquilamente los primeros cuatro años
y luego se enajenó la voluntad del pueblo, incluyendo al estudiantado universitario con
quienes fue cruel y sanguinario.
El 26 de octubre de 1960 fue depuesto el Tte. Crnel. J. M. Lemus por una Junta
de Gobierno formada por: Crnel. César Yánes Urías, Dr. Ricardo Falla Cáceres, Tte.
Crnel. Miguel Angel Castillo, Dr. René Fortín Magaña, Dr. Fabio Castillo y Capitán
Mayor Rubén Alonso Rosales. Gobernaron durante tres meses de intranquilidad; hubo
muchas manifestaciones de protesta.
La Junta de Gobierno fue depuesta el 25 de enero de 1961 y se estableció un Di-
rectorio Cívico Militar formado por: Crnel. Aníbal Portillo, Tte. Crnel. Julio Adalberto
Rivera, Dr. Antonio Rodríguez Porth, Dr. José F. Valiente y Dr. Feliciano Avelar. Se

101
comenzó a legislar sin mayor estudio, se derogó la Constitución do 1950 y se formuló
la de 1962. En elecciones de Constituyentes fue electo Presidente Provisional de la
República el Dr. Eusebio Rodolfo Cordón Cea; quien tomó posesión el 25 de enero de
1962; gobernó unos cuantos meses hasta el 19 de julio de 1962 que tomó posesión el
Crnel. Julio Adalberto Rivera, el cual en elecciones libres había triunfado. Rivera fue
muy buen político y supo ganarse al pueblo en general, de una manera muy similar a la
del Gral. Tomás Regalado a principios del siglo XX. El país se mantuvo con tranquili-
dad. El 1° de julio de 1967 tomó posesión el Gral. Fidel Sánchez Hernández a quien le
ha tocó una época difícil, principalmente debido al conflicto armado con Honduras en
julio de 1969.
Durante esta época de 1945 a 1970 la agricultura, la técnica, la industria, etc.,
sufrió un incremento en su velocidad de desarrollo. La Guerra Mundial trajo como
consecuencia a El Salvador, una bonanza económica que se mantuvo durante la dé-
cada de los cincuentas. La sobre producción mundial del café hace que los precios
bajen considerablemente y de una manera rápida; esto ocasiona pánico en El Salva-
dor hacia 1960; para colmo de males la pequeña crisis que para el país comenzaba,
fue agravada por tanto movimiento político en los primeros años de la década. Las
construcciones se paralizaron un tiempo, los clientes deseaban estabilidad política
para invertir con mayor seguridad. La pequeña crisis se prolongó durante toda la dé-
cada de los sesentas, los precios del café y algodón no eran una maravilla que se diga.
Sin embargo, la moneda permanece muy estable, pese a la nacionalización del Banco
Central de Reserva, la Compañía de Café y otras instituciones bases de la economía
nacional.
La década venidera de los setentas presenta muy buenas perspectivas para El
Salvador, a fines de 1969 el precio del café sube considerablemente debido a una helada
y una plaga que afectaron grandes regiones cafetaleras del Brasil.
Hacia 1945 la Universidad Nacional gradúa ya un número considerable de pro-
fesionales que se va incrementando poco a poco. Hacia 1948-1950 comienzan a llegar
al país arquitectos salvadoreños graduados en el extranjero que poco a poco comienzan
a adueñarse de su campo y a luchar por establecer la profesión de Arquitectura; a estos
graduados en el extranjero se les suman año con año los Arquitectos graduados de la
Universidad Nacional.
Hasta 1970 el campo del arquitecto en el país, no se encuentra sobre saturado, si
comienzan a sentirse los primeros síntomas de la saturación.
La educación en general ha ido mejorando a un ritmo rápido. En 1954 ya existen
escuelas rurales en donde la educación primaria, se imparte en tres años y en las áreas
urbanas en seis.
En 1954 existen 24 jardines infantiles, 2032 escuelas primarias con 200,000
alumnos.
En las escuelas secundarias el ciclo es de cinco años y la instrucción de tres tipos:
Ciencias y Letras, Normal, y Comercial. En 1954 existen 126 escuelas secundarias.

102
En 1957 la población de El Salvador se calcula en 2,200,000 habitantes; de la
que el 66.3% es rural; San Salvador cuenta con 195,000 habitantes; Santa Ana con
110,000 habitantes; San Miguel con 64,000 habitantes.
El censo de 1950 indicó una población de 1,856,000 habitantes y un índice de
natalidad de 47.1 por mil y otro de mortalidad de 13.2 por mil. La población estaba
compuesta por el 2.1% de raza blanca; el 92.3% de mestizos o ladinos y el 5.6% de
indios.
La Universidad Nacional cuenta con ocho Facultades hacia 1957 y una pobla-
ción estudiantil de 1,315 estudiantes.
Se comienza a fomentar en 1957 la campaña para la enseñanza de adultos.
Hacia mediados de la década de los cincuentas se producen 1,600.000 sacos de
46 kg. de café de los que exportan 1,400,000., El maíz sigue siendo el alimento princi-
pal del pueblo y se producen 310,000 tons. En caña de azúcar se producen 29,000 tons.
De algodón 90,000 pacas y de henequén 3,000 tons.
La ganadería ha progresado muchísimo pero no logra destacarse entre la Centro-
americana; hacia 1957 la población ganadera es así:
765,000 cabezas de vacuno
240,000 ” ” caballar
350,000 ” ” porcino
37,000 ” ” caprino
25,000 ” ” ovejuno

En 1970 existen muchas probabilidades del fomento del ganado de carnes para
el mercado europeo, ya que Centroamérica es de las pocas regiones del Continente que
está libre de la aftosa.
La mineralogía ha venido decayendo en una forma rápida desde 1918 que se
hace efectiva la ley de que el Estado es propietario del subsuelo y es hasta en 1970 que
se está buscando la manera de fomentar dicha explotación nuevamente.
Durante la década de los cincuentas el Puerto de La Unión cuenta con el 31%
de las exportaciones y el 57% de las importaciones. Es hasta 1961 que se inaugura el
Puerto de Acajutla que comienza a restar movimiento el resto de puertos.
Los transportes aéreos han tomado ya hacia 1955 un gran auge y seguridad, sin
embargo el flete aéreo resulta caro para nuestra industria.
El fomento de la industria pesquera nace en la década de los sesentas con empre-
sas, privadas como: Atarraya, S. A., Pezca, S. A., etc, y en 1970 esta industria cuenta
con un volumen considerable de exportación. Tiene muchas probabilidades de conver-
tirse en una de las bases de la economía nacional.

103
La industria turística se está comenzando a fomentar con mucho ímpetu por el
Instituto Salvadoreño de Turismo.

Instituciones como el INSAFI fomentan y dirigen la artesanía indígena y en


1970 han logrado grandes adelantos.

Hacia 1960 se establece el control de cambios por el Gobierno, supuestamente


para evitar la fuga de divisas al extranjero.

El romanticismo en la vida cotidiana de los salvadoreños desapareció hacia


1920, pero después de la Segunda Guerra Mundial ha desaparecido todavía más, la vida
cada día se torna más agitada y rápida, disminuyendo en forma gradual de San Salvador
hacia el resto de ciudades según su importancia.

Hacia 1960 con la revolución musical por parte de los Estados Unidos, se inten-
sifica la tendencia a imitar las costumbres de ese pueblo del norte; digo las costumbres
en general pues se les imita hasta en sus vicios; siendo estos en 1970 muy agudos. Sin
embargo ya han sido establecidos en El Salvador campañas y comités en contra de la
marihuana y demás.

ARQUITECTURA

Habían pasado ya de 10 á 15 años de apogeo del estilo colonial en El Salvador;


sin embargo hacia 1948 que llegan los arquitectos Mario Alvarez y Francisco Balsaretti
todavía había una gran demanda por el estilo colonial. Alvarez y Balsaretti y el resto de
arquitectos salvadoreños, que llegaron al país hacia fines de los cuarentas, principios
de la década de los cincuentas; habían sido formados con los principios y cánones más
recientes de la época; unos vienen de los Estados Unidos, de México y otros de Euro-
pa. Entre los que llegaron paralelamente a Alvarez y Balsaretti se pueden mencionar
al Arq. Renato Romero, Arq. Manuel Enrique Alfaro, Arq. Angel Alfredo Alfaro, Arq.
Oscar Reyes, etc.; posteriormente hacia 1955 los arquitectos Lorenzo López Duke y
Tony Elminger. También llegaron hacia la época del cambio de década los arquitectos
Ernesto García Rossi, Arq. Ernesto Martino, Edmundo Kuri y otros.

Todos estos arquitectos que poco a poco van llegando al país traen consigo un
tipo de arquitectura, la contemporánea, que logra tener mucho éxito y desplaza a la
colonial. Esta arquitectura se caracteriza básicamente por la simplicidad de la línea,
las superficies lisas y la simplicidad en los volúmenes. Algunos vienen influenciados
por las corrientes orgánicas y otros por las racionalistas. Los orgánicos sostienen, en
términos generales, que la arquitectura debe de integrarse e identificarse con el lugar,
y los racionalistas, en términos generales, diseñan expresamente para contrastar con el
lugar, así se producen grandes edificios cúbicos de vidrio. Han existido y existen por
supuesto, quienes se encuentren en una situación intermedia en sus criterios.

Siguieron llegando arquitectos al país y se comienzan a graduar ya, de la Escuela

104
de Arquitectura de la Universidad Nacional, siendo el primer graduado el Arq. Raúl
Valdéz.

Fue en los primeros años de la década de los sesentas cuando el arquitecto sal-
vadoreño, fue reconocido ampliamente por la sociedad y el gobierno, como un profe-
sional capacitado.

La década de los sesentas es de grandes logros para la arquitectura salvadoreña,


no solo por la posición sólida lograda ante la comunidad, sino la superación lograda en
la concepción espacial de las obras. Como un claro ejemplo podría citar, que se logra
cambiar el criterio de la gente de las épocas pasadas, de la vista hacia la calle como una
recreación de la casa de habitación; de los sesentas hasta la fecha, el goce del dueño de
la casa es dentro de su propia casa y hacia su jardín interior, olvidándose de la calle y
del vecindario; el área del servicio se ubica inmediata a la calle; el vestíbulo llega a ser
realmente un área de distribución.

En general, la simplicidad de la línea, de las superficies lisas de un solo color y


la simplicidad de volúmenes, junto con la franqueza en la expresión, han sido la base
sobre la que se ha estado jugando en la arquitectura contemporánea en El Salvador.
Existen claro, sus excepciones, pero estas han sido producto de un pretendido contras-
tar con lo hasta la fecha realizado.

Durante los ú1timos 4 años de la década de los sesentas se comienzan a com-


plicar los techos, mejor dicho, se comienza de nuevo a sacarles partido, las superficies
tienden a ser decoradas, a abandonar la superficies lisas, se intensifica el use de vinilos
tapiz, de paredes de ladrillo visto pintado generalmente de blanco, se aprovecha las
vetas naturales de la madera, etc.

El regreso del Arq. Armando Sol al país, después de 10 años de viajar por todo el
mundo, trae a la arquitectura salvadoreña una influencia en la concepción, de carácter
japonés que se manifiesta en algunas de sus obras y en otras de muchos de sus imita-
dores.

Existen, durante todo este período, muchas personas conservadoras en su estilo


y de un gusto especial. Es por eso que encontramos obras de estilo clásico y semiclási-
co; realizadas la mayoría de ellas por el Arq. Ernesto De Sola.

Ya en 1970 la llamada “Era del Concreto” se comienza a manifestar en la ar-


quitectura salvadoreña, así por ejemplo el diseño realizado por la firma Juan José Ro-
dríguez y Asociados, de los campos de la Universidad José Simeón Cañas, presenta
grandes masas de concreto al natural y de agregado expuesto.

La Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional, ha manifestado gran-


des adelantos desde su fundación, no solo en su aspecto material sino también en el
pedagógico, para esto cuenta con la acertada colaboración de arquitectos como: Arq.
Edmundo Kury, Arq. Mario Figueroa, Arq. Manuel E. Alfaro, Arq. Bernardo Pohl,
Arq. Ramón Melhado, Arq. Abelardo Alvarado, Arq. Romeo Esquivel y muchos otros

105
competentes arquitectos que dedican gran parte de su tiempo a la pedagogía arquitec-
tónica.

Durante las décadas de los cincuentas y sesentas, el Instituto de Vivienda Ur-


bana ha desempeñado un importante papel, en el desarrollo de la arquitectura en El
Salvador, principalmente en el área metropolitana de San Salvador. Ha construido
gran cantidad de edificios multifamiliares y unifamiliares. Una de las ultimas crea-
ciones es la urbanización “El Zacamil”.

Las colonias de casas tipo medio como Jardines de Guadalupe, La Sultana, Uti-
la, etc., se comenzaron a desarrollar a fines de los sesentas; estas revolucionaron el
negocio de la venta de casas de ese tipo.

En 1970 existen empresas, unas dedicadas exclusivamente al diseño y supervi-


sión, así por ejemplo: Juan José Rodríguez y Asociados, López-Muñiz, Arq, Luis R.
Alas, Arq. Armando Sol, etc. También existen otras que además de diseñar y super-
visar construyen, entre las cuales se destacan: Edificaciones Ernesto De Sola, S.A.;
Rodriguez-Melendez (R+M); Alfaro Noltenius; Morán y González; Gavidia y Patiño;
Bodewig y Asociados, Edificaciones, S.A.; etc.

106
149— Entrada principal de
la residencia de doña
Tula de Calderón, di-
señada sobre la Ala-
meda Roosevelt en
1946 por el Arq. Ar-
mando Sol, nótese la
bóveda en disminu-
ción hacia la puerta
principal; el tallado
en cemento del borde
de la bóveda y el fino
trabajo del farol for-
jada en hierro.

150—Vista General del


Pasaje Meléndez.
Nótese la intersec-
ción de volúmenes
y la esbeltez logra-
da con la chime-
nea. Conjunto di-
señado por el Arq.
Armando Sol en
1947. Obsérvese la
tendencia a la sim-
plicidad en el dise-
ño de barandales y
alero (izquierda).

107
151— Farol de la verja de la entrada al Pasaje
Meléndez.

152— Residencia de doña


Angela Meza de Sol
en la Colonia San
Benito. Diseñada
por el Arq. Arman-
do Sol en 1949. Nó-
tese la tendencia a
la simplicidad de la
línea.

108
153— Residencia de Sa-
laverría Durán y
Co. situada esqui-
na opuesta al Cam-
po de Marte (Hoy
“Jardín Infantil).
Obra del Arq. Er-
nesto De Sola que
data de 1945. Nóte-
se la cumbrera des-
centrada en el techo
de dos aguas.

154— Edificio Regalado. Diseñado sobre la 2a


Av. Sur en 1948 por el Arq. Ernesto De
Sola. Nótese la tendencia a la simplicidad
de la línea y de superficies. La cantidad de
pisos lograda en el Casino Salvadoreño, en
este edificio y en los venideros, se debe a la
llegada al país del elevador. Sin embargo
no se utilizaban montacargas durante su
construcción; los colados de los entrepisos
se hacían en baldes pasados por cadenas
de mozos.

109
155— Edificio Dueñas.
Otro producto de
la llegada de los
ascensores al país.
Diseñado hacia
1948 por el Arq.
Ernesto De Sola.

156— Edificio Comercial,


ubicado en la esqui-
na de la 4a Av. Sur
y 4a Calle Oriente.
Diseñado, calcula-
do y construido por
el Arq. Ernesto De
Sola en 1954. Pre-
senta mucha simpli-
cidad en la línea; no
obstante conserva
muy insignificantes
rasgos clásicos en
los capiteles de las
columnas gemelas.

110
157— Edificio Central. Diseñado, calculado y cons-
truido (así como todas las obras del Arq. De
Sola) por el Arq. Ernesto De Sola en 1954. De
Sola utiliza muchísimo el mármol de “Ferra-
cutti” en la primera planta de todos estos edi-
ficios y las puertas principales de hierro con
adornos dorados y vidrio; la gran mayoría de
ellas eran hechas por los talleres Camilot.

158— Vista parcial de la residencia de don Raúl


Salaverría Durán sobre la 7a. Calle Pte.
Obra de la Compañía Noltenius-Choussy
hacia 1950. Nótese la influencia de la arqui-
tectura de la Antigua Guatemala en el tapial
del fondo.

111
159— Cochera de la resi-
dencia de doña María
de Giammattei sobre
el Boulevard Hipó-
dromo en la Colonia
San Benito. Obra de
la Compañía Alfaro-
Suárez y Morales en
1953. Nótese todavía
cierta tendencia al
colonial.

160— Residencia sobre


la 6a. y 10a. Calle
Pte., diseñada por
el Arq. Ernesto De
Sola hacia 1951.
Presenta ciertos
rasgos del rena-
cimiento francés.
Nótese que en las
intersecciones de
volúmenes, se ha
tratado de expresar
un fuerte amarre
por medio de unas
sisas imitando blo-
ques masivos.

112
161— Hospital de Mater-
nidad sobre la Calle
Arce. Obra del Arq.
Ernesto De Sola
hacia 1949. En este
hospital se nota una
simplicidad total de
la línea del diseño.

162— Edificio del Banco Capitalizador sobre la


1a. Calle Pte. diseñado por el Arq. Mario
Alvarez en 1954. Nótese una simplicidad
total en el diseño en cuanto a volumen. Se
aprecia una tendencia al cubismo.

113
163— Edificio del Banco
Salvadoreño. Cuar-
to edificio del Banco
Salvadoreño en el
mismo lugar. Man-
dado a construir por
don Carlos Guirola y
obra del Arq. Ernes-
to De Sola en 1950.
Nótese el sisado ho-
rizontal en la facha-
da a la altura del
primer piso.

164— Acceso principal del Banco Salvadoreño.


Nótese las dimensiones de la puerta en sí y
también del marco de mármol que encierra
también el traga luz sobre el dintel.

114
165— Vista parcial del
Gimnasio Nacional
(“El Elefante Blan-
co”) diseñado por el
Arq. Stroler en 1956.
Nótese como los
avances en el uso del
concreto, permiten
formas caprichosas
como la del techo de
la taquilla.

166— Edificio Daglio y


Co., sobre la Alame-
da Roosevelt obra
del Arq. Ernesto
De Sola en 1956.
Obsérvese como se
trata de evadir el
sol del poniente por
medio de parteluces
verticales. En la fa-
chada corta como en
la principal.

115
167— Edificio Caribe frente
a la Plaza Las Amé-
ricas. Obra de “El
Cuadro Azul” empre-
sa a la que pertene-
cían los arquitectos
Retter y Tony Elmin-
ger. Data de 1957 su
estilo es californiano.

168— Edificio del Banco


Hipotecario de El
Salvador. Diseño
en acero estructu-
ral proveniente de
E.E.U.U. habién-
dose modificado las
fachadas en El Sal-
vador hacia 1960.
El uso del aluminio
se hace presente
en las fachadas del
edificio. La fábrica
de aluminio Solaire,
contaba ya con un
excelente producto
gracias al apoyo del
Arq. Mario Alvarez.

116
169— Vista parcial del Ministerio de Educación.
Diseñado por el Arq. Katstaller en 1962,
cuando formaba parte del equipo del D.U.A.

170— Detalle de ventanería escondida en el


Ministerio de Educación.

117
171— Edificio de la Biblio-
teca Nacional, dise-
ñado como un conjun-
to con el Ministerio
de Educación, por
el Arq. Katstaller en
1962. Nótese como
la ventanería se re-
duce al mínimo para
proteger los libros,
sin embargo las salas
de lectura de uso co-
rriente (planta baja)
presenta grandes pa-
ños de vidrio para fa-
vorecer al lector.

172— Edificio Magaña sobre la Calle Arce. Obra


del Arq. Ernesto De Sola en 1962.

118
173— Edificio de La Prensa Gráfica. Obra del
Arq, Mario Alvarez en 1958. Nótese el uso
del aluminio en la fachada.

174— Edificio Darío. Obra


de la empresa Nol-
tenius-Choussy en
1958. Obsérvese la
simplicidad de volú-
menes.

119
175— Edificio del IVU
(Instituto de Vivien-
da Urbana) obra
del Arq. Manuel R.
Meléndez en 1960.

176— Residencia sobre la


Avenida Las Palmas
en la Colonia San
Benito. Diseñada
por el Arq. Arman-
do Sol hacia 1966;
obra de la empresa
Alfaro-Noltenius-
Sol. Nótese el sabor
japonés en su volu-
metría.

120
177— Residencia de don
Luis Rafael Meza
sobre el paseo ge-
neral Escalón. Pri-
mera obra de Alfa-
ro-Noltenius-Sol en
1965.

178— Residencia de don


Miguel Angel Pinto
h. sobre la Avenida
La Capilla. Obra de
Alfaro-Noltenius-Sol
en 1965. El uso del
ladrillo visto pinta-
do de blanco y un
rodapié de piedra
remetido.

121
179— Farol y parasoles en la residencia de don
Miguel A. Pinto.

180— Federación de Cajas


de Crédito. Diseña-
do por el Arq. Juan
José Rodríguez, en la
Companía Gonzalez-
Bodewig-Rodríguez
en 1965.

122
181— Residencia de don
Mauricio Salaverría
(Norima). Obra de
González-Bodewig-
Rodríguez en 1965,
siendo el encargado
del proyecto el Arq.
Juan José Rodríguez.
Nótense los techos
planos, el uso de
ventanales de piso a
techo y la estructura
vista en la cochera.

182— Vista aérea de la Fe-


ria Internacional de
El Salvador. Obra
de González-Bode-
wig-Rodríguez,
siendo el encargado
del proyecto el Arq.
Juan José Rodrí-
guez. Data de 1965.

123
183— Residencia de don
Luis Henrríquez.
Obra de González-
Bodewig - Rodrí-
guez hacia 1965.
Arq. Juan José Ro-
dríguez encargado
del proyecto.

184— Iluminación cenital de un jardín interior


de la residencia Henrríquez.

124
185— Edificio Pompeya. Obra del Arq. Ernesto De
Sola en 1965.

186— Club Campestre


Cuzcatlán. Techos
de paja. Obra de
la empresa Alfaro-
Noltenius-Sol en
1966.

125
187— Vista aérea del Hospi-
tal Benjamín Bloom.
Obra de González -
Bodewig - Rodríguez
en 1966. Encarga-
do del proyecto Arq.
Juan José Rodríguez.

188— Federación de Cajas


de Crédito y Hospi-
tal Benjamín Bloom.
Ambas son obras de
González-Bodewig-
Rodríguez. Habién-
dolas tenido a su
cargo el Arq. Juan
José Rodríguez.

126
189— Hospital Benjamín
Bloom.

190— Residencia de don


Mario Silva sobre la
Avenida La Capilla
en San Benito. Obra
del Arq. Juan José
Rodríguez en 1966.
Con la colabora-
ción del Arq. Luis R.
Alas.

127
191— Detalle de ventila-
ción en la residencia
Silva.

192— Residencia de don


Miguel Angel Pinto
sobre el Boulevard
Hipódromo en la
Colonia San Benito.
Obra de Alfaro-Nol-
tenius-Sol en 1967.

128
193— Centro comercial La
Mascota. Obra de
Alfaro-Noltenius-Sol
en 1967. La planta
alta es de aparta-
mentos y los arcos
que se aprecian en la
fachada forman una
bóveda cada uno.

194— Vista del portal de el centro comercial La


Mascota. Nótese como se ha aprovechado
la herencia colonial del uso del portal, que
tan efectivo resulta en nuestro clima.

129
195— Vista parcial de la residencia de don Fausto
Funes Hartman. Obsérvese la tendencia a in-
tegrar la escultura con la arquitectura.

196— Farol escultórico de concreto en la residen-


cia de don Fausto Funes Hartman. Obra del
Arq. Ricardo Carbonell en 1968.

130
197— Antigua Embajada
de los Estados Uni-
dos de América, di-
seño del Arq. Obatta
de la empresa
Hellemut-Obatta-
Casabaum, se dise-
ñó en EE.UU. y fue
construido en 1968
por Constructora
M a rh n o s - A l f a ro -
Noltenius-Sol.

198— Oficinas de la empresa


Rodríguez-Meléndez.
Realizado en 1968.

131
199— Edificio de Seguros
e Inversiones, S. A.
Obra de la empresa
Rodríguez-Meléndez
en 1968.

200— Vista aérea de la ur-


banización Jardines
de Guadalupe obra
de Alfaro-Noltenius-
Sol realizada en dis-
tintas etapas.

132
201— Edificio I.B.M. sobre
la Calle Rubén Da-
río. Obra del Arq.
Ernesto De Sola en
1967.

202— Residencia de don


Rafael Alvarez Le-
mus sobre la Ave-
nida La Capilla en
San Benito. Obra de
la empresa Gavidia-
Patiño y Cía. en
1968. Presenta un
cierto sabor clásico
francés.

133
203— Residencia de don
Miguel Fabio Calde-
rón sobre el Boule-
vard El Hipódromo.
Obra del Arq. Juan
José Rodríguez, data
de 1967. Con la co-
laboración del Arq.
Luis R. Alas.

204— Parroquia del Cora-


zón de María. Obra
de la compañía Ro-
dríguez-Meléndez en
1966-1968. Nótese
como se rompe la si-
metría con el elemento
escultórico de las tres
cruces.

134
205— Vista interior de la Pa-
rroquia del Corazón de
María. Nótese como el
ritmo de las vigas y la
curvatura de estas, pro-
vocan una sensación de
elevar el espíritu hacia
el cielo.

206— Residencia de don


Arturo Alvarez Meza
en San Benito. Obra
de Alfaro-Noltenius-
Sol en 1968.

135
207— Detalle estructural
en la cochera de la
residencia Alvarez-
Meza. Nótese que
la regla riostra que
sostiene el cielo fal-
so de asbesto está
vista y barnizada.

208— Vista parcial de la


residencia de don
Jaime Hill A. Obra
de la empresa Ga-
vidia-Patiño y Cía.,
en 1968.

136
209— Vista parcial de la re-
sidencia de don Ro-
berto Mathies sobre
la Avenida La Ca-
pilla en San Benito.
Obra de Alfaro-Nol-
tenius-Sol en 1968.

210— Acceso principal de la residencia Mathies.


Nótese la regla riostra vista sosteniendo el
cielo de asbesto.

137
211— Residencia de doña
Carmen de Gue-
rrero. Obra de don
René Suárez en La
Mascota (1968).

212— Residencia de la fa-


milia Bustamante.
Obra de la compañía
Alfaro-Noltenius-Sol
compuesta por los
Ingenieros Jorge Al-
faro Durán, Federi-
co y Julio Noltenius
y Arq. Armando Sol,
en 1970. Nótese un
sabor Nórdico en el
segundo piso de la
fachada.

138
213— Edificios multifami-
liares en la urbani-
zación El Zacamil.
Obra del Instituto de
Vivienda Urbana.

214— Edificios multifami-


liares El Zacamil.
Obra del I.V.U.

139
215— Edificio frente a la
fuente luminosa de la
25a. Avenida Norte.
Obra del Arq. Ernes-
to De Sola en 1969.
Nótese la plasticidad
en su forma, amol-
dándose al lugar.

216— Edificio de la CAESS


sobre la diagonal de
los héroes. Obra de
Alfaro-Noltenius-Sol
en 1969.

140
217— Edificio del almacén
Europa. Obra del
Arq. Ernesto De Sola
en 1969.

218— Vista parcial del


Centro Comercial
Gigante. Obra del
Arq. Juan José Ro-
dríguez. Con la co-
laboración del Arq.
Luis A. Alas. Obsér-
vense los botaguas
de asbesto y la es-
tructura vista.

141
219— Vista parcial de los
portales del Centro
Comercial Gigante
propiedad de los se-
ñores Aguilar-Ávila.

220— Hotel Camino Real


(Maqueta). Proyecto
del Arq. Juan José Ro-
dríguez y Arq. Manuel
Roberto Meléndez.

142
221— Fachada principal
del Hotel Camino
Real. (Maqueta).

222— Proyecto del Hotel


Ramada Inn. (Pers-
pectiva del Arq.
Luis R. Alas) de
la compañía Juan
José Rodríguez y
Asociados.

143
223— Fachada princi-
pal del edificio de
la Centroamerica-
na S.A. (Maqueta).
Diseñada por los
Arqs. Juan José Ro-
dríguez y Manuel R.
Meléndez.

224— Fachada posterior


del edificio de la
Centroamericana,
S.A.

144
225— Residencia del Arq.
Ricardo Carbonell.
Obra de el mismo
realizada en 1967.
Nótese la acertada
participación de la
escultura en la obra
arquitectónica.

226— Volumen de coche-


ra, sala y comedor,
(planta alta) de la
residencia del Arq.
Carbonell. Nótese
como se expresa la
estructura.

145
227— Trabajo de herrería en una residencia de la
Colonia San Francisco. La herrería vuelve
a cobrar poco a poco, la importancia en las
obras; así como lo tuvo en la época del colo-
nial moderno hacia 1940 y luego se abandonó
casi por completo al simplificarse la línea en
la arquitectura.

228— Farol de hierro forjado y vidrio soplado de


una residencia en la Colonia San Francisco.
Muchos de estos son de fabricación mejicana,
sin embargo ya se fabrican en el país.

146
229— Residencia de don
Constantino Novoa
h. en la Colonia San
Francisco. Obra del
Arq. Juan José Ro-
dríguez en 1968. Con
la colaboración del
Arq. Luis R. Alas.

230— Edificio Montecristo


frente a la Plaza de
las Américas (Sal-
vador del Mundo)
obra 100% raciona-
lista del Arquitecto
Ernesto Morán G.,
en 1966.

147
231— Edificio frente a la
Plaza de las Améri-
cas. Obra del Arq.
Lorenzo López Duke
en 1966.

232— Residencia de don


Eusebio Argueta
(1970) obra del Arq.
Manuel Meléndez.
Obsérvense las dis-
tintas direcciones de
los botaguas de la
cochera.

148
233— Vista parcial del cen-
tro comercial Plaza
Jardín (1970). Obra
del Arq. Juan José
Rodríguez, con la co-
laboración del Arq.
Luis R. Alas. Nótense
hacia la derecha los
aleros individuales-
para cada ventana
orientadas hacia el
sur.

234— Vista de uno de los


pabellones de lo-
cales comerciales
de la Plaza Jardín.
Obsérvese la lim-
pieza en el diseño.

149
235— Vista del corredor,
escaleras y poste
de guía de compras
del centro comercial
Plaza Jardín; obra
del Arq. Juan José
Rodríguez.

236— Maqueta de los campos


de la Universidad José
Simeón Cañas. Obra de
la empresa Juan José
Rodríguez y Asociados,
arquitectos. Obra que
estará terminada en
1982. A la derecha cua-
tro pabellones de aulas
que guardan entre sí un
ritmo en el sentido hori-
zontal, vertical y de pro-
fundidad; a la izquierda
el edificio administrativo
que goza de una ubica-
ción dominante desde el
acceso a los campos, que
se hace por una doble
vía, que llega a formar la
calle de circunvalación
de un sentido, rodeando
al corazón de la Univer-
sidad.

150
237— Vista general de la maqueta de los campos
de la Universidad Centroamericana “José
Simeón Cañas” (U.C.A.) obra del Arq.
Juan José Rodríguez y Asociados. Maqueta
del Sr. Guillermo Funes.

151
CONCLUSIONES

La arquitectura salvadoreña ha venido evolucionando paulatinamente, principal-


mente conforme los nuevos adelantos en la técnica. Esta es la que aquí como en todas
partes del mundo, marcan la pauta en la arquitectura. Adelantos como la luz eléctrica,
el teléfono, el automóvil, el elevador, etc., son los que durante la época estudiada en
este análisis histórico, han condicionado la evolución de la arquitectura salvadoreña.
Los cambios de carácter social, cultural, político, etc., acontecidos durante los
primeros 70 años del siglo XX y las postrimerías del anterior, han contribuido a la evo-
lución de la arquitectura, pero no con la fuerza que lo hace la técnica. Un claro ejemplo
de un cambio provocado por un movimiento político o social, es el que se observa
después del levantamiento comunista en 1932, surge nuevamente la casa amurallada,
la cual se había abandonado hacía muchos años. En nuestro país existen restos de casas
amuralladas, por ejemplo hay una en el Valle de La Bermuda que data de 1540 aproxi-
madamente (época en que San Salvador radicaba en dicho Valle); después de 1932 se
vuelven a dar casos de casas amuralladas, así por ejemplo la casa de don Edgar Magaña
en Juayúa, Departamento de Sonsonate está rodeada totalmente por un muro de piedra
y la casa separada totalmente de la colindancia. En San Salvador hay varios ejemplos
también.
La decoración interior de las residencias durante el siglo XIX y los primeros cua-
renta años del siglo veinte, fue muy escasa así como lo era la gente lo suficientemente
refinada para hacerlo. Fue hacia las postrimerías de la década de los cuarentas, en que
se comienza a proyectar en función del mueble, este ya comenzaba a producirse en se-
rie y había que considerarse previamente. Luego hacia 1955 las paredes tienden a ser
decoradas, imitando papel tapiz, con las pinturas de rodillos grabados conocidos como
“apliques”, muy poco duro el uso de este acabado y las paredes volvieron a usarse lisas;
es hasta la década de los sesentas que se comienza a explotar las cualidades estéticas natu-
rales de los materiales, así se encuentran paredes de ladrillo visto pintadas de blanco y la
madera barnizada sin ningún tinte, para apreciar su color natural y su veteado. La herrería
comienza a explotarse nuevamente en las fachadas.
La planificación en general de las obras, cobra mayor importancia desde 1950;
anteriormente no se solían planificar los drenajes e instalaciones eléctricas sino el cons-
tructor ya en la obra a media construcción, indicaba el paso de las tuberías y junto con
el cliente se ubicaban tomas, switches y lámparas.

153
EPILOGO

No ha sido mi propósito en este análisis histórico, criticar ninguna de las obras,


sino únicamente exponerlas con el objeto de incrementar el público de este bellísimo
arte que es la Arquitectura.
Las obras que expongo no son las únicas que existen, hay otras muy buenas
también; he tratado de exponer las que considero son típicas de los distintos períodos
evolutivos que nuestra Arquitectura ha sufrido.
Realmente creo que lo expuesto en este libro, constituye los antecedentes a la
Arquitectura posterior a 1970, y deseo motivar a los colegas a continuar investigando y
escribiendo sobre la Arquitectura salvadoreña, principalmente para enriquecer nuestros
legados a las futuras generaciones.

154
BIBLIOGRAFIA

“Historia de la Arquitectura en El Salvador”; tesis del Arq. Ricardo Moreno (abarca


desde la época precolombina hasta 1920 aproximadamente).

“La Población de El Salvador”. Obra del Sr. Rodolfo Barón Castro.

“Historia Mundial” del señor David Thomson del Fondo de Cultura Económica.

“Ensayos Críticos Sobre Arquitectura” escrito por el señor Fernando Chueca Goitia.

“Libro de Oro de La Prensa Gráfica” (1915-1965).

“La República de El Salvador” editado por la Dirección General de Estadística de El


Salvador (1924).

“Recordatorio Histórico de la República de El Salvador”. Obra del Sr. José F. Figeac.

“El Arte y el Hombre”. Obra de René Huyghe editado en tres tomos por la casa La-
rousse.

“Hombres y Cosas de Santa Ana” escrito por el Sr. Juan Galdámez Armas.

155
INDICE

Página
Introducción .................................................................................................................7
Prólogo ..........................................................................................................................9
Prefacio a la Segunda Edición .................................................................................... 11

PRIMERA PARTE
ÉPOCA DEL CAMBIO DE SIGLO XIX AL XX
Situación, Vida y Pensamiento ..........................................................................13
Arquitectura ...................................................................................................... 18
Fotografías ........................................................................................................ 19
Situación, Vida y Pensamiento inmediato a 1900 ............................................ 41
Fotografías ........................................................................................................ 43

SEGUNDA PARTE
LA POST GUERRA, RECUPERACIÓN Y SEGUNDA GUERRA
Situación, Vida y Pensamiento ......................................................................... 61
Arquitectura ...................................................................................................... 63
Fotografías .........................................................................................................66

TERCERA PARTE
RECUPERACION DE LA SEGUNDA GUERRA, LOS CINCUENTAS Y
SESENTAS
Situación, Vida y Pensamiento ....................................................................... 101
Arquitectura .................................................................................................... 104
Fotografías ...................................................................................................... 107
Conclusiones ...................................................................................................153
Epílogo ........................................................................................................... 154
Bibliografía .................................................................................................... 155

157
Esta edición se terminó de imprimir en el mes de
mayo de dos mil once en los Talleres de la Editorial
e Imprenta Universitaria de la Universidad de El
Salvador. Final Avenida “Mártires Estudiantes del
30 de julio”. Ciudad Universitaria. San Salvador,
El Salvador, Centro América.

Tiraje: 1,000 ejemplares.


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