¿Por Que No Llega El Avivamiento? - Leonard Ravenhill
¿Por Que No Llega El Avivamiento? - Leonard Ravenhill
¿Por Que No Llega El Avivamiento? - Leonard Ravenhill
ravenhill
Porqué no llega el
avivamiento
Leonard Ravenhill
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diariosdeavivamientos
EL LLAMADO PROFÉTICO DE DIOS
Prólogo…………………………………………………………………………………………………….5
Prefacio……………………………………………………………………………………………………6
1. Por encima de todas las cosas consigue unción………………………………….8
2. La oración se apodera de lo eterno………………………………………………….….11
3. Un llamamiento a la unción en el pulpito…………………………………… ........ 13
4. ¿Dónde está el Dios de Elias?................................................................. 18
5. El despertamiento en un cementerio…………………………………………………..22
6. El despertamiento tarda porque………………………………………………………….28
7. ¿Es la predicación ardiente por las almas un arte perdido? ...................32
8. Creyentes incrédulos……………………………………………………………………………35
9. Se necesitan profetas para el día del desastre……………………………………..38
10. Fuego enciende fuego………………………………………………………………………..42
11. ¿Por qué no se mueven? ...................................................................... 46
12. a iglesia pródiga en un mundo pródigo…………………………………………….50
13. Se necesita un profeta para predicar a los predicadores………………….…54
14. El edificador de un imperio para Dios………………………………………………….58
15. Marcado para Cristo……………………………………………………………………………62
16. "¡Dame hijos o me muero!"………………………………………………………………..66
17. La hez del mundo……………………………………………………………………………….72
18. La oración es tan vasta como Dios………………………………………………………76
19. Como va la iglesia así va el mundo………………………………………………………79
20. Conocido en el infierno……………………………………………………………………….82
PRÓLOGO
Con tales hombres tiene la Iglesia una gran deuda imposible de pagar.
La cosa curiosa es que no se les paga mientras viven pero la próxima
generación adorna sus sepulcros y escribe sus biografías como para
descargarse de un deber que la pasada generación olvidó.
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PREFACIO
Aquí está mi sencilla ofrenda de panes y pescados, comida sin la nata ni
la crema que lleva un pastel de bodas.
Pido al Señor que así sea contigo, amable lector. Doy sinceras gracias al
Dr. A. W. Tozer, mi estimado amigo y consejero espiritual, por su
gentileza en escribir el prólogo. Así mismo a la señora Hines y a su hija
Rut, por el buen trabajo que realizaron al copiar con máquina y corregir
el manuscrito.
Leonard Ravenhill.
6
No todos los libros, ni siquiera todos los libros buenos, vienen como una
voz de lo Alto; pero yo siento que con éste es así. Lo es porque su autor
reside en las alturas, y el espíritu del autor transpira por todas sus
páginas.
A. W. Tozer
7
POR ENCIMA DE TODAS LAS
COSAS CONSIGUE UNCIÓN
1
La cenicienta de la iglesia es la oración. Esta criada del Señor es
despreciada y desechada porque no se adorna con las joyas del
intelectualismo, ni las brillantes sedas de la filosofía, ni con la
impresionante tiara de la psicología. Lleva los delantales de honesta
sinceridad y humildad. No teme arrodillarse.
8
fuego del humano celo fracasan en abrir los corazones, la unción lo
consigue.
Sin embargo, millares de iglesias ven sus altares y hasta sus bancos
vacíos semana tras semana y año tras año, y cubren su estéril situación
mal aplicando el versículo «Mi Palabra... no volverá, a Mí vacía».
(¡Digamos, de paso, que éste parece ser uno de los pocos textos que los
dispensacionalistas olvidan que fue escrito para los judíos!).
La iglesia está hoy día acorralada a los lados del camino mirando con
desaliento y vergüenza cómo los ingenios humanos de dos grandes
potencias políticas se pavonean en medio de la carretera lanzando
amenazas en contra de «todo lo puro, amable y de buen nombre».
9
empeñarnos en obtener la unción. Sobre todas las cosas buscadas,
busca la unción, a menos que nos conformemos con altares estériles
adornados de intelectualismo sin unción.
10
LA ORACIÓN SE APODERA
DE LO ETERNO
2
Ningún hombre es más grande que su vida de oración. El pastor que no
ora está jugando en religión; el pueblo que no ora está extraviado. El
pulpito puede ser un escaparate de humanos talentos, pero la cámara de
oración no tiene ventanas al exterior.
Los dos requisitos para una vida cristiana victoriosa son visión y pasión;
ambos son nacidos y sustentados por la oración. El ministerio de la
predicación está abierto a pocas personas, pero el ministerio de la
oración —el más j elevado de todos los ministerios humanos— está
abierto a todos. Los adolescentes espirituales dicen: «Hoy no iré al
templo; sólo es una reunión de oración.» Creo que Satán tiene poco que
temer hoy día de los pulpitos. Pero experiencias pasadas le obligan a
levantar todo su infernal ejército en contra del pueblo de Dios cuando
ora. Los cristianos modernos conocen poco aquello que Jesús dijo de
«atar o desatar»; aunque la promesa es para nosotros: «Todo lo que
vosotros atareis...» ¿Lo has realizado recientemente? Dios no es pródigo
con su poder; pero para ser mucho para Dios tenemos que estar mucho
con Dios.
Este mundo está precipitándose al infierno con una velocidad tal que el
más veloz aeroplano es, al lado de tal marcha, como una tortuga; sin
embargo, ¡ay!, pocos de nosotros pueden recordar la última noche que
dejaron de acostarse para pasarla en vela ante Dios en demanda de un
despertamiento mundial. No nos sentimos movidos a compasión.
Confundimos el andamio con el edificio. La predicación de nuestros días,
con su pálida interpretación de las divinas verdades, nos hace tomar la
acción por unción, la comunión por nuevo nacimiento, y los balbuceos
por despertamiento.
11
labios se movían, pero su voz no se oía. Ninguno expresión lingüística.
Hay «gemidos indecibles», que no pueden ser expresados con palabras.
Verdad sin entusiasmo, moralidad sin emoción, ritual sin vida, son cosas
que Cristo condenó rotundamente. Con falta de fuego la religión se
convierte en una filosofía sin Dios, un sistema ético o una superstición.
S. Chadwick
El llamamiento de la cruz es, por tanto, entrar en esta pasión de Cristo.
Debemos tener sobre nosotros la marca de los esclavos.
Gordon Watt
Mi necesidad cumple tu plenitud, y tengo mi todo en Ti.
Desconocido
He visto rostros sobre los cuáles la Sagrada Paloma aparecía
invisiblemente.
Carlos Lamb hablando de los Cuáqueros
12
UN LLAMAMIENTO A LA
UNCIÓN EN EL PULPITO:
ACCIÓN EN LOS BANCOS
DE LA IGLESIA
3
Cuando un hombre se ha arrastrado durante años en un cristianismo
convencional y de repente levanta un vuelo a una inteligencia espiritual y
se hace activo y fervoroso en la batalla por el Señor, mostrando un
incansable celo por los perdidos, hay alguna razón para ello. (Pero
estamos en tiempos tan subnormales al presente que lo que era normal
en los días del Nuevo Testamento parece anormal hoy día.) El secreto de
este hombre o mujer que se levantan como un jet en los caminos del
Señor es que en algún lugar o de alguna manera ha tenido, como Jacob,
un encuentro con Dios y ha sido herido en su naturaleza! carnal, pero ha
sido fortalecido por el Espíritu Santo.
Hay dos factores indispensables para la vida cristiana que tiene éxito: son
visión y pasión. Los hombres pueden] vencer imponentes tempestades de
criticismo carnal y escalar las más peligrosas alturas de despiadada
oposición diabólica para plantar por encima de todo la cruz de Cristo.
¿Cómo? Si han cogido una visión y contraído, una pasión.
Isaías tuvo una visión cuando murió el rey Usías. Quizá hay una persona
en tu vida que está impidiendo tu plena visión del Señor. La expansión
espiritual tiene un alto precio y hay que pagarlo a veces mediante una
decisión crucial. ¿Estás preparado para una visión a ese alto preció, la
pérdida de un amigo o de una carrera? No hay precios de ganga para una
verdadera renovación espiritual. Si sólo quieres ser sabio y santificado
para tu propia satisfacción, el ejército del Señor no tiene necesidad de ti.
13
versículos 5 al 9: «¡AY DE MI!», una frase de confesión; HE AQUÍ, la
palabra de limpieza; VE, la palabra de comisión.
Fue una visión hacia arriba, vio al Señor; interna ―se vio a sí mismo;
externa ―vio al mundo.
Fue una visión de altura ―vio al Señor sobre un trono alto y sublime. Una
visión de profundidad ―vio los escondrijos de su propio corazón. Una
visión de anchura - vio al mundo.
En esta hora cuando la generalidad de la Iglesia conoce más de
promoción que de oración; cuando se ha olvidado la consagración,
convirtiéndola en competencia, y lio ha sustituido la propagación por
propaganda, esta triple visión es imperativa.
Donde no hay visión «el pueblo perece». Donde no hay pasión, perece la
iglesia aun cuando se vea llena hasta las puertas. Un predicador
mundialmente famoso, que había sido usado poderosamente por Dios en
años pasados para un verdadero despertamiento (distinto del actual
evangelista de masas), me dijo que había tenido una visión así. Toda vía
puedo ver su rostro asombrado cuando me contó que no sabía si estaba o
no en el cuerpo o había sido transportado, pero que pudo ver una
multitud incontable sumergida en un abismo, rodeada de fuego,
encerrada en el «manicomio del Universo»: EL INFIERNO. Este
predicador nunca más fue lo que había sido antes, desde que tuvo esta
visión.
¿Cómo podía ser de otro modo?
¡Oh, que Dios nos concediera una revelación semejante que rompiera
nuestro corazón! ¿Nos hemos educado en el secreto de la oración y en la
escuela de la adversidad, de tal modo que nuestros espíritus pudieran
soportar semejante visión quebrantadora? Bienaventurado el servidor de
Dios a quien el Señor imparta esta visión, si no físico-psíquica, sí de un
modo espiritual.
(1) Al tiempo de escribirse este libro. Las condiciones han mejorado allí
desde entonces; pero el cuadro es indescriptiblemente peor hoy día en
Vietnam. ― Nota del traductor.
14
INDIA. ― Centenares de millones de seres viviendo en tinieblas y sombra
de muerte.
PALESTINA. ― Un millón de refugiados árabes.
EUROPA. ― Once millones de «personas desplazadas». ¡Qué dolor de
corazón causa este pensamiento!
CHINA. ― Más de 300.000 refugiados de la China comunista viven en
chozas en los suburbios de Hong-Kong.
Querido lector, porque la Iglesia ha perdido el fuego del Espíritu Santo los
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nombres van al fuego del infierno. Necesitamos una nueva visión del
santo Dios. Dios es esencialmente santo. Los querubines y serafines no
clamaban: «Omnipotente, omnipotente es el Señor», ni tampoco:
«Omnipotente, omnipotente es Dios», sino: «Santo, santo, santo». Este
vasto concepto hebreo necesita entrar de nuevo en nuestras almas. «Si
hiciera del abismo mi habitación, allí estás tú; si tomaras las alas de alba,
allí estás tú.» Dios trasciende el espacio y el tiempo. El Dios de quien no
podemos escaparnos espera en la Eternidad. ¡Cuan bueno es estar en
paz con El desde aquí, y estar en el centro de su voluntad ahora!
Ante la visión del capítulo 6 de Isaías el profeta tiene una serie de ayes:
«Ay de mí...», «yo soy...». «Yo soy falto de oración», debería ser nuestra
confesión y clamor. ¿No hay, por ventura, departamentos impuros en
nuestra mente? ¿No tenemos esqueletos guardados en los estantes de
nuestros corazones? ¿Puede el Espíritu Santo ser invitado a
acompañarnos por los corredores de nuestra alma? ¿No hay allí fuentes
secretas de mal? ¿Motivos egoístas y cámaras secretas conteniendo cosas
corruptas que dominan nuestras almas? Se ha dicho que hay tres
personas en cada uno de nosotros. La que nosotros pensamos ser, la que
la gente piensa que somos y la que somos realmente a los ojos de Dios.
16
Salvador.
¿No confiamos demasiado, hoy día, en el brazo de carne? ¿No pueden ser
hechas hoy día las mismas maravillas que en el tiempo antiguo? ¿No
están hoy día los ojos del Señor recorriendo toda la tierra para mostrar
su poder a quienes ponen su confianza en El? ¡Oh, que Dios me diera
más fe práctica en El! ¿Dónde está el Dios de Elías? Pues está esperando
a algún Elías que le llame.
James Gilmour de Mongolia.
Yo busqué a un hombre.
Ezequiel 22:30
Santiago 5:17
17
¿DONDE ESTA EL DIOS DE
ELIAS?
4
A la pregunta: ¿Dónde está el Dios de Elías? Respondemos: Pues ¡donde
ha estado siempre: en su trono! Pero ¿dónde están los Elías de Dios?
Las lágrimas que derramó, las angustias que sufrió y los gemidos que
profirió están escritos en el Libro de las Crónicas de Dios. Por fin, Elías
emergió con la infalibilidad de un profeta. Conoció la mente de Dios. Por
tanto, un solo hombre conquistó una nación y alteró el curso de la
Naturaleza. Este, «desecho de los hombres», se mantuvo firme e
inconmovible como los montes de Galaad cuando cerró los cielos con su
palabra. Por la llave de la fe, que se adapta a todos los cerrojos, Elías
18
cerró los cielos, se puso la llave en el bolsillo y Acab tembló. Aunque es
maravilloso cuando Dios se apodera de un hombre, es todavía más
admirable cuando un hombre se apodera de Dios. Que un hombre de
Dios «gima en el espíritu», y Dios clamará: «Dejadme hacer.» Nosotros
quisiéramos las proezas de Elías, pero no sus destierros.
Elías vivió con Dios. Consideró los pecados de la nación como pecados
contra Dios; se entristeció sobre tales pecados como Dios mismo, y
habló contra ellos como Dios. Fue tan apasionado en sus oraciones como
en su denuncia del mal. Su predicación era como fuego y los corazones
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de los hombres como metal fundido.
Pero «los pasos del hombre de bien son ordenados por (el Señor»
(Salmo 37:23). El Señor dijo a Elías: «Esconderte», y más tarde dijo:
«Muéstrate». Habría sido un gran error esconderse cuando tenía que
reprender a reyes por el amor de Dios, y peligroso desafiarles sin orden
expresa del Señor. Es un error predicar si el Espíritu nos ordena esperar
en el Señor. Debemos aprender a decir como David: «Alma mía, espera
siempre en Dios» (Salmo 62:5). ¿Quién se atreverá a pedir a Dios cortar
todos nuestros propios apoyos? Los caminos de Dios no son nuestros
caminos. Sus caminos son «escondidos», pero Él nos los revela por el
Espíritu Santo.
¿Le ordenó Dios alojarse en Sarepta en algún gran hotel? ¡Oh, no! ¡A
este profeta de Dios, a este predicador de la justicia le fue
ordenado alojarse en casa de una viuda pobre!
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El evangelismo y el despertamiento., aunque íntimamente unidos, no
deben ser confundidos. El despertamiento es una experiencia de la
Iglesia; el evangelismo, una expresión de la Iglesia.
Paul S. Rees
21
EL DESPERTAMIENTO EN UN
CEMENTERIO
5
La mano del Señor vino sobre mí, y mi llevó en el espíritu del Señor y
me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos...; he aquí
que eran muchísimos... y estaban secos... Y me dijo: Profetiza sobre
estos huesos y diles: huesos, oíd la palabra del Señor... Profeticé, pues,
como me fue mandado, y entró espíritu en ellos y vivieron y estuvieron
sobre sus pies; un ejército grande en extremo.
(Ezequiel 37)
Los profetas son hombres solitarios. Andan solos, oran solos, y Dios les
hace ser solitarios. No hay molde para ellos: su patente de derechos
radica en Dios, por el principio de la elección divina. Por ello, a ninguno
le es permitido el desaliento. Que nadie diga que es demasiado anciano,
pues Moisés contaba 80 años cuando le fue ordenado libertar a todo un
pueblo esclavizado. Después que Jorge Müller hubo cumplido los 70
efectuó varios viajes de testimonio alrededor del mundo (con los difíciles
menos de viajar de su tiempo y sin la ayuda de la radio predicó a
millones de personas).
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estos días de aguda crisis política, de desorden moral y de desaliento
espiritual, ¿dónde están los hombres hábiles, no en doctrina, sino en fe?
No se necesita fe para condenar el error; o dar concluyentes pruebas
estadísticas de que los diques morales están hundidos y una ola de
impureza infernal ha invadido esta generación. ¿Doctrina? Tenemos de
sobra, mientras un mundo enfermo, angustioso, hundido en el pecado
y el sexualismo, perece de hambre espiritual.
Notad que Ezequiel era «llevado por él Espíritu». Como hombre hubiera
temblado a la vista del macabro espectáculo, pero guiado por la fe de
Ezequiel se hallaba el destino de millares, si no millones de seres.
Observad que decimos guiado por la fe, no por la oración. Muchos oran,
pero tienen poca fe. ¡Qué escalofríos podían haber sacudido su espíritu
ante semejante vista! El cielo y el infierno eran únicos espectadores en
la soledad del desierto. Seguramente si Ezequiel hubiese vivido en
nuestros días habría sacado fotografías de Prensa del macabro
espectáculo. Además, amigo de estadísticas, habría contado los huesos.
23
hombres hubieren dejado de darle el rango que le correspondía entre los
evangelistas nacionales). Nada de esto hizo Ezequiel. Escuchad:
«Entonces profeticé como me había sido ordenado», dice. (Aquí está el
quid del asunto, se hizo un necio por amor a Dios). «Vosotros huesos
secos, oíd la Palabra del Señor Jehová.» ¿No es una locura? Cierto, y de
las de primer orden. Dice a los huesos «oíd»; ¿es que por ventura tienen
oídos los huesos secos? Pero Ezequiel hizo exactamente lo que le había
sido mandado. Nosotros, para salvar nuestro buen crédito, modificamos
las órdenes de Dios y así perdemos nuestro crédito. Pero Ezequiel
obedeció y Dios obró. Hubo un gran ruido. Bueno, esto es lo que nos
gusta a nosotros. Pero Ezequiel no confundió conmoción por creación, ni
acción por unción, ni agitación por despertamiento.
Pero ¿quién puede decir hoy día de los cadáveres espirituales: «Profeticé
como me había sido mandado, y vivieron». Podemos, hermanos,
conseguir multitudes. Nuestra inteligente propaganda, nuestra radio,
nuestros artistas, nuestra música, pueden alcanzar multitudes y producír
ruido y movimiento; pero ¿qué ganamos con todo ello? Porque,
hermanos, lo cierto es que ni siquiera sabemos, muchas veces, si Dios
nos ha llamado o no para entrar en el ministerio. ¿Tenemos dolor en el
corazón por los hombres que perecen? El peso de pensar que un
promedio de 85 personas mueren sin Cristo en el mundo a cada minuto
que pasa, ¿no es un motivo para sentirnos apesadumbrados? ¿No
debemos, en este mismo momento, levantar los ojos a Dios (pues El
está mirándonos a ver si lo hacemos) y decirle: «¡Ay de mí si no
anunciara el Evangelio!»? ¿Podemos ahora mismo decir: «El Espíritu del
Señor es sobre mí, ungiéndome para predicar»? ¿Contamos con el
infierno? ¿Podrían decir los demonios de nosotros lo que dijeron de
ciertas personas que pretendían actuar en nombre de Cristo? A Jesús
conozco, y a los pastores que tú citas, X y X, también; pero tú mismo,
¿quién eres?
Las más probables predicciones políticas del porvenir del mundo no son
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para alentar a nadie. ¿Y qué diremos de las religiosas? El ciudadano
espectador está confuso viendo a los «Testigos de Jehová» repartiendo
su veneno de puerta en puerta; a los Cientistas cristianos (que no son ni
cientistas ni cristianos) proclamando sus errores; a los sectarios
Adventistas no dejando piedra por remover, y a la fracasada iglesia
nominal manteniendo aún que ella tiene derecho a juntar bajo su regla a
todos los que conocen a Cristo, pues ella sola tiene la promesa de las
llaves del Reino de los Cielos. Por eso, el ciudadano del mundo que
conoce el evangelio de oídas, pero no ha visto ni sentido el poder del
Evangelio como una visita divina al alma humana, tiene todo derecho a
preguntar: ¿Dónde está nuestro Dios? ¿Qué le contestaremos?
Pero ¿quién llora hoy día sus pecados? ¿Quién va a Dios quebrantado de
corazón? Sin embargo, la verdad es que Dios sólo puede usar cosas
quebrantadas. Por ejemplo: Jesús tomó el pan y lo rompió. Sólo
entonces pudo alimentar a la multitud. El vaso de alabastro fue roto y
entonces es cuando la casa se llenó del olor del perfume. Jesús dijo:
«Esto es mi cuerpo roto por vosotros.» Si esto hizo el Maestro, ¿qué
haremos nosotros? Pues guardando nuestras vidas es como las
perdemos, y perdemos a otros también.
¡Llorar por el pecado! Jeremías exclamó: «Mi cabeza fue como agua», y
David dijo: «Ríos de agua descendieron de mis ojos continuamente.»
Queridos hermanos, nuestros ojos están secos porque son secos
nuestros corazones. Vivimos, hermanos, en unos tiempos cuando
tenemos compasión sin compadecer. Cuando una pareja de
salvacionístas escribieron al general Booth que habían fracasado en uno
de sus intentos de redimir a los perdidos, les envió esta breve respuesta:
«Probadlo con lágrimas.» Así lo hicieron y tuvo lugar un despertamiento.
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El erudito Andrew Bonar estaba en su cama un sábado por la noche,
cuando oyó a altas horas de la madrugada el ruido de la gente que venía
de una taberna cercana. Movido por un sentimiento irresistible de
compasión empezó a gritar con toda la fuerza de sus pulmones: «¡Oh,
oh, esta gente se pierde, se pierde!» ¡Ay, hermanos, nosotros no hemos
aprendido así de Cristo! Muchos de nosotros no tenemos sino un
ligerísimo sentimiento de simpatía sin lágrimas, sin pasión alguna, por
las almas que nos rodean.
26
La suprema necesidad hoy día es poder de lo Alto.
C. G. Finney
Si Cristo esperó ser ungido del Espíritu Santo antes de salir a predicar,
ningún joven debería atreverse a subir a un pulpito antes de haber sido
ungido por el Espíritu Santo.
F. B. Meyer
No puedo obrar mi salvación, Pues mi Señor lo hizo por mí; Mas cuál
esclavo trabajaré Y por amor te serviré, Querido Hijo de Dios.
Autor desconocido
27
EL DESPERTAMIENTO TARDA
PORQUE...
6
Harnack definió el Cristianismo de un modo muy sencillo. Dijo: Es vivir
en el tiempo para la eternidad; bajo la mirada de Dios y con su ayuda.
¡Oh, que los creyentes pudieran llegar a ser de veras conscientes de lo
que significa la Eternidad! Si supiéramos vivir cada momento de cada
día bajo la mirada de Dios; si cada acto lo realizáramos a la luz del
juicio, que ha de recaer sobre nuestras acciones; si vendiéramos cada
artículo, eleváramos cada una de nuestras oraciones, diezmáramos hasta
la última de nuestras posesiones, predicáramos (los que somos
predicadores) cada uno de nuestros sermones con un ojo a la humanidad
condenada y con el otro al tribunal de Dios, entonces tendríamos un
despertamiento del Espíritu Santo que conmovería la tierra y en muy
poco tiempo salvaríamos a millones de preciosas almas.
El hecho es que la gente hoy día edifica iglesias, pero no las llena; se
imprimen millones de Biblias, y muy pocos las leen; hablan de Dios, y no
creen en El; hablan de Cristo, y no confían en su salvación; cantan
himnos, sólo se recrean en la música, no fijándose ni un ápice en las
palabras. ¿Cómo tiene que terminar todo esto? Casi cada una de las
mayores conferencias y congresos religiosos de nuestros días son la
exacta reproducción de la iglesia de Éfeso. Sin embargo, se dice que la
iglesia está sentada con Cristo. ¡Qué mentira! Somos efesios, sí, pero,
como la iglesia de Éfeso en el Apocalipsis, hemos «perdido nuestro
primer amor». Consentimos con el pecado y estamos faltos del primer
amor. Consentimos con el pecado y no lo combatimos. Ante tal iglesia,
fría, carnal, indiferente, este mundo licencioso, amante de placeres, no
se rendirá. Dejemos de buscar excusas. La causa del descenso de la
moral no es la radio ni la televisión. La culpa de la presente degeneración
y corrupción internacional radica en la Iglesia. Ya no es la Iglesia una
espina para el mundo. Recordemos que no ha sido en tiempos de
popularidad, sino en los de persecución, cuando la Iglesia ha triunfado.
Es extraño que seamos tan simples hasta el punto de creer que la Iglesia
está presentando a los hombres los ideales del Nuevo Testamento, al par
28
que vivimos de un modo totalmente ajeno a tales ideales.
Sería más fácil oír a una rana entonar el «Claro de Luna» de Beethoven
que a un predicador de nuestros días predicar con aquella unción del
Espíritu Santo que ponía temblar a los oyentes. Los evangelistas hoy día
están dispuestos a todo, con tal de lograr que unas pocas personas se
levanten y vengan al pulpito. Evitando mencionar el pecado y la
condenación gritan: ¿Quién desea ayuda? ¿Quién quiere más poder?
¿Quién se propone andar más cerca de Dios? Esta fe fácil que hoy día se
predica deshonra al Redentor y mancilla el altar. No se dice que el altar
es un lugar para morir al mundo y a su pecado. ¡Hay que hacerlo fácil,
no difícil! Allá se queden los que no quieren pagar el precio de una
verdadera conversión a Dios.
29
ridículo.
30
gloria los unos de los otros y no buscáis la gloria que de solo Dios
viene?» (Juan 5:41-44).
31
¿ES LA PREDICACIÓN ARDIENTE
POR LAS ALMAS UN
ARTE PERDIDO?
7
Han pasado siglos desde que el reformador suizo Escolampadio formuló
la frase: «¡Cuánto más harían unos pocos hombres fervientes en el
ministerio, que una multitud de tibios!» El paso del tiempo no ha
quitado oportunidad a esta frase; al contrario, necesitamos hoy más
que nunca predicadores buenos y fervientes. Isaías era uno de los tales
cuando le oímos exclamar: «¡Ay de mí, pues soy hombre de labios
pecadores y habito en medio de un pueblo de labios pecadores!» Y
Pablo expresaba sus sentimientos con otro ¡ay!: «¡Ay de mí si no
anunciare el Evangelio!»
32
sus labios. Se atribuye a Lenin la frase: «Nada hay más terco que los
hechos.» Observad la verdad de esta frase en los éxitos de Pablo, y el
fracaso de la acomodaticia generación de cristianos de nuestros días.
Pablo no era tan sólo un predicador de ciudades, sino un agitador de
ciudades; y, sin embargo, aún le quedaba tiempo para hacer obra
personal, llamando a las puertas y orando por las almas perdidas por las
calles.
Estoy más y más convencido de que las lágrimas son una parte
integrante del despertamiento por medio de la predicación. Hermanos
predicadores, es tiempo de avergonzarnos de que no tenemos vergüenza;
tiempo de llorar nuestra falta de lágrimas; tiempo de humillarnos
reconociendo que hemos perdido nuestra característica de servidores;
tiempo de gemir por nuestra falta de gemidos por las almas;
tiempo de odiarnos a nosotros mismos porque no odiamos del modo
debido al monopolio de Satanás que es este mundo; tiempo de
reprobarnos el que nos portemos tan bien con el mundo, que el mundo
no tiene motivos para tildarnos de fanáticos.
O figuraos que, como Pablo, dejáis ciego a un opositor con una palabra.
Seguro que se os haría un proceso judicial. En cambio, el simple
menosprecio del mundo que tiene lugar contra cualquier tipo de
movimiento religioso es más que lo que nuestros sensitivos caracteres
son capaces de sufrir.
Parece que tuvo una visión del nuevo cielo y nueva tierra del futuro, y
sobre todo del Señor. No lo sabemos. Pero lo que sí sabemos es que
conmocionó el Asia, puso en un aprieto a los judíos y afrontó el poder de
los romanos, enseñó a los maestros y puso de rodillas a carceleros. Este
Pablo y su compañero Silas dinamitaron los muros de una cárcel romana
33
—con oración— y pusieron a sus órdenes a orgullosos jefes militares.
34
CREYENTES INCRÉDULOS
8
Cualquier día algún alma sencilla tomará el Libro de Dios, la Biblia, la
leerá y la creerá; y todos nos sentiremos apurados. Hemos adoptado la
comodona teoría de que la Biblia es un libro para ser explicado, cuando
es, ante todo y en primer lugar, un libro para ser creído (y después
obedecido).
Martillea en estos días por mi cerebro la idea de que hay una enorme
diferencia entre conocer la Palabra de Dios y conocer al Dios de la
Palabra. ¿No es verdad que en las Conferencias Bíblicas no hacemos más
que oír la repetición de cosas que nos sabemos de memoria y salimos sin
ningún crecimiento en la fe? Quizá Dios no ha tenido jamás, en el
mundo, un grupo tan numeroso de creyentes incrédulos como el que
tiene en estos días. ¡Qué vergüenza!
35
George Muller, Rees Howells y otros que «por fe» hicieron grandes cosas.
36
Hasta que el liderazgo espiritual no esté ocupado otra vez por hombres
que se anulen a sí mismos, tenemos que esperar una determinación
progresiva en la calidad del cristianismo popular, año tras año, hasta que
lleguemos al punto en que el Espíritu Santo, contristado, se separe
totalmente —como la «Shequináh» se ausentó del templo judío.
Dr. A. W. Tozer
Si tuviera mil cabezas preferiría que me las cortaran todas antes que
retractarme.
Lutero ante la Dieta de Worms
37
SE NECESITAN PROFETAS
PARA EL DÍA DEL DESASTRE
9
La cabeza de Pablo estaba ya casi en la boca del león. ¿Qué importaba?
Ante Agripa, este valeroso discípulo no tenía nervios ni reservas. No
puede tener su lengua atada en ninguna ocasión ni en ningún lugar. El
valor físico hace a los hombres valientes de una manera; y el valor
moral, que desprecia las opiniones de los hombres sean cuales fueren,
da fortaleza en otra forma. Ambos tipos de valentía hacían a Pablo un
cristiano como Daniel en una fosa de leones romana. Los hombres
pueden tratar de destruir el cuerpo de un profeta, pero no pueden
destruir al profeta.
Como empecé a decir, cuando Pablo está ante Agripa tiene su cabeza en
mitad de la boca del león, sintiendo que los pies de los enterradores de
huesos no están lejos; sin embargo, logra que este, rey inmoral tiemble y
le diga: «Por poco me persuades a ser cristiano.» Y hace que Festo,
olvidando las buenas maneras, se incline hacia el preso y exclame:
«Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco»; a lo que Pablo
replica: «No estoy loco, excelentísimo Festo.»
38
que el tono de su voz da a entender que los pecadores son quienes
están locos) enfermo y —algunos añaden— moribundo. Las declaraciones
de este hombre son conmovedoras; dice: «Estamos combatiendo algo
profundamente arraigado en el alma de la nación. Para esta profunda
enfermedad necesitamos una terapéutica poderosa de rayos X que no
hemos encontrado.» Y añade: «Pienso sinceramente que el agnosticismo
está floreciendo en Gran Bretaña, en lugar del gran despertamiento
religioso que los Metodistas esperábamos con fervor. El año pasado el
número de miembros de nuestras iglesias fue inferior al que teníamos
hace trece años, y no menos de 100.000 niños han cesado de asistir a
la Escuela Dominical. (Permitidme insertar aquí: ¿no será la televisión el
motivo de esta disminución?) Cada año, durante los últimos doce años,
el número de pastores ha ido disminuyendo. Descendió en 276 el año
pasado. El Dr. Sangster escribió hace veinte años: «¿Puede el Metodismo
renacer teniendo un cáncer en el corazón?» Edwin Sangster termina su
lamento diciendo: «Por lo menos, si, aunque pocos en número, fueran
nuestros miembros enteros en condición; pero aun los que se sientan en
los bancos de las iglesias han de sostener una batalla para mantener su
fe.»
39
revista Newsweek dice que Homero Knorr, presidente de la «Sociedad
Bíblica y de Tratados de la Torre del Vigía», ha tomado el estadio de
baloncesto yanqui esta semana para reunir a 150.000 «Testigos» en una
magna convención. (La mayor jamás celebrada en este país, lo que es
una señal de su crecimiento.) El octavo día de conferencia terminará con
el bautismo de 4.600 obreros fanáticos que, sin paga de ninguna clase,
recorrerán tierra y mar con su religión humana, basada sobre una
intencionada perversión de la Biblia, para hacer a cada convertido un
hijo del infierno siete veces peor. Comparad esto con lo que acabamos
de exponer acerca del descenso en el número de ministros cristianos en
Inglaterra.
El infierno ensancha su boca para tragar los despojos que han dejado los
destructores modernistas al cambiar el Evangelio de la sangre de Cristo
por el plato de lentejas del llamado «alto criticismo». Con mentes
turbadas y corazones aterrorizados contemplarán estos hombres su
locura.
40
victoria. Hoy día tenemos otras diez nuevas plagas, más siniestras,
efectivas y poderosas que aquéllas, porque son mundiales y no limitadas
a Egipto; sin embargo, ni aun estas diez nuevas plagas han ablandado los
corazones de los hombres modernos, sino que los han endurecido.
¿No veremos ningún Moisés moderno? ¿Tenemos que permitir que esta
generación permanezca en la esclavitud moral, estando nosotros sentados
indolentemente sin hacer nada? ¿Tenemos que ser meros espectadores
de esta tremenda cabalgata en la cual Lucifer lleva encadenados a su
carro infernal a tantas almas por el camino ancho de la oscuridad
eterna? Necesitamos volver a descubrir el secreto de aquellos benditos
hombres de quien dice la Palabra de Dios: «Ganaron reinos, cerraron
bocas de leones» (la de este «león» que anda alrededor nuestro
buscando a quien devore). Para este día de ruina, nuestro pálido,
enfermo y paralizado Protestantismo necesita ser llenado de Dios y
guiado por hombres de Dios. Se necesitan profetas del Señor.
41
FUEGO ENCIENDE FUEGO
10
Los hombres de oración deben ser hombres de acero, pues serán
atacados por Satanás aun antes de empezar ellos a atacar su reino.
42
de almas han recibido su fuego inicial. (Por ejemplo, Carey, Payson, etc.)
Wesley dijo: «¿Qué se puede hacer para reavivar la decaída obra del
Señor?» Y el incansable evangelista que conmovió tres continentes dio a
renglón seguido la respuesta: «Que cada predicador lea con atención la
biografía de David Brainerd.»
43
son las excelentemente grandes y preciosas promesas de Dios. En ellas
tenemos un fundamento firme y concreto. Se trata de negociar con el
mismo cielo. Por ellas Dios se compromete, cumple su palabra y espera
que le honremos. Aquí tenemos una guerra, no con Dios, sino contra las
potestades infernales, pues Satanás se deleita en los perdidos. Las
almas de los hombres son sus más apreciados tesoros. Almas
condenadas, dudosas, desobedientes, enfermas; almas de jóvenes y
viejos; almas de borrachos, de gentes religiosas pero no regeneradas,
son gobernadas por él con diversos grados de dominio. Almas con
diversos grados de espiritualidad son los principales objetivos de sus
agudas saetas; pero «el escudo de la fe» las quebranta y rechaza,
librándolas de daño. Gracias al Señor, la oración no es suficiente
defensa, sino el escudo de la fe. La oración es nuestra arma secreta.
(Parece secreta para muchos del pueblo de Dios. ¿Quiénes de nosotros,
a pesar de lo mucho que hemos leído en favor de la oración, pueden
alabarse de practicarla del modo debido?) No somos capaces de vencer a
Satanás por medio de la oración. Cristo lo hizo hace dos mil años. El
maestro en el arte de la oración dijo: «Os doy potestad sobre todo el
poder del enemigo.» Esta es la victoria. El alma es levantada mediante la
oración. Al principio parece que el tiempo corre lentamente, no sabemos
qué decir, pero a medida que nos elevamos espiritualmente en oración y
el alma está ejercitada, tenemos tanto que decir que el tiempo vuela
cuando oramos.
44
¿Podría un marinero estar sentado perezosamente oyendo el grito de
angustia de quien se ahoga?
¿Podría un doctor arrellanarse en su confortable sillón y dejar morir a sus
pacientes?
¿Podría un bombero ver a la gente quemarse sin prestar ayuda?
¿Puede Sión estar sentada e inmóvil teniendo a su alrededor a un mundo
CONDENADO?
Leonardo Ravenhill
Dadme el amor que traza el camino.
La fe que nada puede hacer desmayar.
La esperanza que no avergüenza.
La pasión que arde como fuego.
Que no me hunda en el lodo para ser estorbo a los que pasan
Hazme tu combustible, llama de Dios.
Amy Wilson Carmichael
Filipenses 2:15, 16
Mateo 5:14
45
¿POR QUE NO SE MUEVEN?
11
América no puede caer porque ya está caída, y esto se refiere a Gran
Bretaña también; no puede ser esclavizada porque ya lo está con las
cadenas del propio yo y de la anarquía moral voluntariamente escogida.
Hay en estos países millones de muertos moralmente sin ningún deseo
de curar. Hombres y mujeres que están pagando, para ver sombras que
se mueven sobre un lienzo, el precio de sus almas inmortales; hombres
que no solamente rechazan lo único que vale, sino que se burlan
abiertamente de ello.
46
de mi cuerpo; Lo que antes amé, ahora solamente lo admiro. Mi corazón
es tan gris como mi cabeza.
Si la Iglesia tuviera algo vital que ofrecer y no estuviera espiritualmente
muerta, estos hombres que escogen los clubs de golf durante el día y los
night clubs por la noche, podrían ser arrancados del hoyo de su
carnalidad.
A la luz de la eternidad, donde «mil años son como un día», ha sido cosa
de segundos el ir del carromato al ferrocarril, y del coche-cama al
«sputnik».
47
¿Será difícil persuadirnos de que este «falso profeta de la paz» se
dedicaba a escribir mentiras consciente o inconscientemente? Bertrand
Russell dijo que no podía aceptar la encarnación del Hijo de Dios como
base del Evangelio. Pero ¡podrían sus propios parientes húngaros creer
en su «evangelio de la Ciencia» como un mensaje de esperanza!
Pero la necesidad no tiene ley. James fue allí. Un hombre de Dios sencillo
y sin letras puso sus manos sobre la cabeza de William James y oró por
él. Este escribía después: «Yo sentí una energía misteriosa haciendo
vibrar mi cuerpo, seguido de un sentimiento de paz; supe que estaba
curado.»
Curar los males que agitan a este mundo loco con el Abana de la ciencia
y el Pharphar de la política (1) es más atractivo para las voluntades
tercas de un mundo intelectual que el sencillo remedio de la cruz
redentora de Cristo. Pero para que la Humanidad pueda ser curada tiene
que humillarse como hizo William James, volviendo a la cruz de Jesús,
que es la única fuente de vida.
48
(1) 2.a Reyes 5:12.
49
LA IGLESIA PRODIGA EN
UN MUNDO PRODIGO
12
Una mirada a la Iglesia hoy día nos hace pensar cuánto tardará un Dios
santo en cumplir su amenaza de vomitar esta Laodicea de su boca, pues
si en algo están de acuerdo los comentadores del Apocalipsis es que nos
hallamos en la edad de Laodicea en cuanto a la Iglesia.
Sólo la Iglesia puede «poner límites al santo de Israel» y hoy día lo hace
con extraordinaria habilidad. Si hay grados en la muerte, entonces la
peor muerte que conozco es predicar acerca del Espíritu Santo sin la
unción del Espíritu Santo.
50
luna, claros como el sol y terribles como un ejército en orden», a reavivar
una iglesia enferma y a transformar un mundo sumergido en el pecado!
Tengamos esto en cuenta. Dios ya no tiene nada más que dar a este
mundo. Dio a su unigénito Hijo por los pecadores; dio la Biblia para
todos los hombres, dio el Espíritu Santo para convencer al mundo de
pecado y capacitar a la Iglesia; pero ¿de qué sirve un libro de cheques si
están sin firmar? ¿Que vale una buena reunión, aun cuando sea
fundamentalista, si el Señor viviente esta ausente de ella?
Con una buena biblioteca a nuestro lado y una Biblia con notas, nos
ahorramos de escudriñar la verdad en la inmutable Palabra de Dios.
¡Oh, cuánto necesitamos el fuego! ¿Dónde está el poder del Espíritu Santo
que rinde a los pecadores y llena los altares de penitentes? Hoy día
estamos mucho más interesados en tener iglesias con aire acondicionado
que llenas del fuego del Espíritu Santo. Sin embargo, «nuestro Dios es
fuego consumidor». Dios y el fuego son inseparables. Todos tenemos que
ver con el fuego: los pecadores, con el fuego del infierno; los creyentes,
con el fuego del juicio. Porque la Iglesia ha perdido el fuego del Espíritu
Santo, millones tendrán que ir al fuego del infierno.
El profeta Moisés «fue llamado por fuego»; Elías hizo bajar fuego del
cielo; Elíseo hizo un fuego; Miqueas profetizó fuego; Juan el Bautista
clamó: «Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.» Jesús dijo: «Fuego
vine a meter en la tierra.» Si fuéramos tan cuidadosos en obtener el
bautismo de fuego como lo somos en no descuidar el bautismo de agua,
tendríamos una iglesia llena de ardor y otro Pentecostés. La vieja
naturaleza puede sentirse halagada por el bautismo de agua, pero es
totalmente destruida con el bautismo de fuego, pues El destruirá la paja
con fuego que no se apagará. Hasta que no fueron purificados con el
fuego de Pentecostés, los discípulos que vieron su gloriosa resurrección
fueron mantenidos fuera del ministerio de la cruz.
51
¿Con qué autoridad ministran hoy día los pastores de nuestros días, tanto
aquí como en los países de misión, si no han tenido la experiencia del
aposento Alto? No nos faltan predicadores especialistas en profecías, pero
nos faltan en gran manera predicadores profetas. Con esto no queremos
decir predicadores que hagan predicciones sensacionales. Poco queda
para predecir, puesto que tenemos el Libro de Dios que nos lo declara,
pero necesitamos hombres que hablen por Dios. Nadie puede
monopolizar al Espíritu Santo, pero el Espíritu Santo puede monopolizar
a algunos hombres. Tales son los profetas. Nunca éstos fueron
esperados, nunca fueron anunciados e introducidos, simplemente llegaron.
Hermanos, a la luz del «tribunal de Cristo» nos habría sido mejor vivir
seis meses con un corazón hecho un volcán, denunciando el pecado en
lugares altos y bajos y volviendo la nación del poder de Satanás a Dios
(como dice Juan el Bautista), que morir cargados de honores
eclesiásticos y de títulos teológicos, habiendo sido el hazmerreír del
infierno por nuestra nulidad espiritual. El adular a millonarios borrachos
y maldecir a jefes de estado de naciones lejanas, no traerá el fuego del
Cielo sobre nuestras cabezas. Podemos hacer ambas cosas y preservar
nuestras cabezas y nuestros pulpitos. Los profetas fueron martirizados
por denunciar la religión, no en términos vagos, sino bien precisos. Y
cuando vemos «religiones engañosas» estafando a los hombres en la
vida y en la muerte, conduciendo multitudes al infierno bajo la bandera
de una religiosidad nominal, deberíamos arder de santa indignación y
traer una Reforma del siglo xx aun cuando tuviéramos que arder como
los mártires.
Trae lágrimas a nuestros ojos leer noticias como éstas:
< Sacerdotes católicos recomiendan a los evangelistas protestantes>
¿Podríais imaginaros a tales religiosos aplaudiendo a Lutero si él estuviera
vivo y
52
no fuera una mera figura histórica? ¿Sería recomendado de ellos un
Jerónimo Savonarola? ¡.Oh Dios, envíanos predicación profética que
sondee a las almas hasta lo más recóndito! ¡Envíanos una raza de
predicadores mártires, hombres abrumados en sus corazones y
quebrantados ante la visión del juicio que pende sobre un mundo
impenitente que va a un infierno sin Cristo!
Los grandes predicadores hacen famosos los pulpitos, los profetas hacen
famosas las prisiones. ¡Que el Señor nos envíe profetas, hombres
terribles que alcen la voz y no callen, lanzando ungidos ayes sobre
naciones corrompidas; hombres demasiado ardientes para ser
aceptados, demasiado duros para ser oídos, demasiado justicieros para
ser tolerados! ¡Estamos cansados de hombres adornados con vestidos
suaves y suave lengua, que usan ríos de palabras con unas gotas de
espiritualidad, que saben más de competencia que de consagración, y de
promoción que de oración! ¡Pastores que sustituyen la propagación por
propaganda y se cuidan más de la diversión de la iglesia que de su
santidad!
Dejadme arder para Dios, De todo lo que Dios puede aprobar, la oración
es lo mejor. ¡Oh, dejadme ser un hombre de oración!
Henry Martyn
Es la pasión por las almas Una compasión activa, Un amor que nunca
muere, Fuego que la fe aviva. La oración que prevalece, Una llama de
amor es Clamando por el perdido: Que venga un PENTECOSTÉS.
Amy Wilson Carmichael
53
SE NECESITA UN PROFETA
PARA PREDICAR A LOS
PREDICADORES
13
Tratar de medir el sol con un metro sería menos difícil que tratar de
medir a Juan el Bautista con nuestras medidas modernas de
espiritualidad. El ansioso padre que recibió la profecía de su nacimiento
escuchó de boca del ángel: «Muchos se regocijarán de su nacimiento,
porque será grande delante de Dios.»
Jesús dijo «id», pero también dijo «esperad». Que algún hombre se
encierre por una semana, sin otra comida que pan y agua, ni otros libros
sino la Biblia, ni otro visitante excepto el Espíritu Santo, y os garantizo,
hermanos predicadores, que este hombre, o quebrantará su propósito o
quebrantará los corazones. Después de esto, a semejanza de Pablo, hará
54
sentir su influencia en el infierno.
Juan el Bautista fue a la escuela del silencio, el desierto, hasta el día que
se mostró a Israel. ¿Quién podía estar mejor equipado para la tarea de
levantar a una nación torpe- de su sueño sensual que este profeta
tostado por el sol, bautizado con fuego, alimentado con manjares del
desierto, enviado por Dios con un rostro como la mañana del juicio? En
sus ojos brillaba la luz de Dios, en su voz la autoridad divina y en su
alma la pasión de Dios. ¿Quién —pregunto— podía ser mayor que Juan?
Es cierto que no hizo milagros, no levantó ningún muerto, pero hizo un
milagro mayor: trastornó una nación entera.
Pero ¡Juan era grande! Las grandes águilas vuelan solas; los grandes
leones cazan solos; las grandes almas andan solas —solas con Dios—.
Esta soledad es difícil de soportar e imposible de gozar, a menos que
exista la divina compañía. Verdaderamente Juan llegó al grado de
grandeza. Era grande en tres formas: Grande en su fidelidad al Padre;
con una educación de años y una predicación de sólo cortos meses.
Grande en su sumisión al Espíritu; empezó y terminó según le fue
ordenado. Grande en sus declaraciones acerca del Hijo; manifestando
que Jesús, a quien nunca había visto, era «el Cordero de Dios que quita
el pecado del mundo».
55
hace en las naciones extranjeras; sin embargo, parece raro, que hay
más aparente preocupación por la gente al otro lado del mundo que por
nuestros vecinos que perecen al otro lado de la calle. Con todo nuestro
gran evangelismo de masas, las almas solamente son ganadas por unos
pocos centenares; que venga una bomba atómica y caerán al infierno
por centenares de millares.
Decir que el pecado de hoy día no tiene paralelo no es cierto. Jesús dijo:
«Como en los días de Noé, así será en la venida del Hijo del Hombre.» Y
en el capítulo 6 del Génesis, vers. 5, hallamos una descripción gráfica
del tiempo de Noé: «Dios vio que la maldad de los hombres era grande
sobre la tierra y que toda imaginación de ellos (todo su corazón) era
solo y continuamente para el mal.» Así que había mal sin excepción,
toda imaginación; mal sin mezcla, solamente al mal; mal sin
interrupción, «continuamente al mal». Así era entonces y así es hoy día.
El pecado es ensalzado y popularizado, arrojado a los oídos por la radio,
a los ojos por la televisión y plasmado en las cubiertas de las grandes
revistas. Los asistentes a las iglesias, cansados de sermones, dejan las
reuniones como han entrado: sin visión y sin pasión. ¡Oh Dios, da a esta
generación que perece diez mil Juan Bautistas para arrancar los
vendajes puestos sobre nuestros pecados, nacionales e internacionales,
por políticos y moralistas.
Como Moisés no podía dejar de ver la zarza ardiente, así una nación no
puede dejar de ver un hombre que arde por Dios. Dios combate al fuego
con fuego. Cuanto más fuego en el pulpito, tanto menos tendrá que
haber en el infierno. Juan el Bautista era un hombre nuevo con un nuevo
mensaje. Como el acusado que oye la temible sentencia de «culpable»,
de boca del juez, y palidece, así las multitudes oían el clamor de Juan:
«Arrepentíos», hasta que esta voz circulaba por los corredores de sus
mentes, agitaba sus memorias de pecados pasados, doblegaba las
conciencias y les traía, heridos de terror, al bautismo de arrepentimiento.
Después de Pentecostés, el discurso de Pedro, lleno del Espíritu recién
recibido, conmovió las multitudes hasta que clamaron como un solo
hombre: «Varones hermanos, ¿qué haremos?» Imaginaos que hubiese
sido dicho a estos hombres conmovidos: «Firmad una tarjeta, asistid a
una iglesia regularmente, pagad vuestros diezmos.» ¡No! y mil veces
¡No! Ungidos por el Espíritu de Dios, tanto Juan como Pedro clamaron:
«Arrepentíos», y las gentes lo hicieron. El arrepentimiento no son unas
pocas lágrimas, una emoción, un remordimiento o una reforma; el
arrepentimiento es un cambio de mente acerca de Dios, del pecado y del
infierno.
56
Algunos cristianos no pueden decir cuándo fueron salvos, pero yo nunca
he conocido a un hombre qué haya sido bautizado con el Espíritu Santo
y fuego y que no pueda decir cuándo ocurrió. Tales hombres, llenos del
Espíritu, conmovieron naciones para Dios. Como Wesley cuando, nacido del
Espíritu y lleno del Espíritu, ganó a muchas almas con el Espíritu y vivió y
anduvo en el Espíritu.
Un automóvil nunca se moverá hasta que sea encendida la chispa de su
ignición; así algunos hombres nunca se mueven porque lo tienen todo
excepto el fuego. ¡Queridos hermanos: tiene que haber un juicio especial
para predicadores, los cuales recibirán mayor condenación! (Santiago
3:1).
Es posible que, cuando ellos vayan a recibir su condena "ante el tribunal
de Dios, otros hombres se vuelvan a ellos y les digan: «Predicador, si
hubieses tenido fuego del Espíritu Santo yo no iría ahora al fuego del
infierno.» Como Wesley, yo creo, ahora, en la necesidad del
arrepentimiento del creyente. La promesa del Padre es para ti. Por tanto,
ahora mismo, ponte de rodillas. En esta estación misionera, al lado de tu
silla, en tu confortable hogar o en el despacho del pastor desalentado y
casi pronto a abandonar su trabajo, ponte, hermano, de rodillas y haz
esta oración:
Con el mayor gozo confirmaré con mi sangre esta verdad que he escrito
y predicado.
Juan Huss (en la hoguera)
57
EL EDIFICADOR DE UN
IMPERIO PARA DIOS
14
Si Saulo hubiese encontrado un buen predicador y oído un buen sermón
en el camino de Damasco, puede que lo hubiera olvidado pronto. Pero
encontró a Cristo. (Se puede evitar a los predicadores y los sermones,
pero nadie puede escapar de Cristo.) Desde aquel día la filosofía de la
vida de Pablo halló a aquel que es la Vida misma. Este zelote, que
vomitaba fuego contra los cristianos, halló al Señor, que le bautizó con
fuego, y, como resultado del cambio que se operó en el joven Saulo, la
civilización de sus días cambió de rumbo. (¡Oh, si quisieras hacer lo
mismo, Señor, hoy día!) Pero notad que el que era a sus propios ojos un
fariseo intachable, fiel guardador de la ley, empezó a llamarse el primero
de los pecadores a los ojos de Dios. No es extraño, pues él era para la
recién nacida Iglesia cristiana lo que Herodes a los recién nacidos de
Belén y a Cristo niño.
Habiendo hallado la paz con Dios, Pablo declaró la guerra a todo lo que
no es de Dios. Cautivó la «inteligencia», de los atenienses con los dulces
sones de la lira del Evangelio y terminó su concierto haciendo sonar la
aguda i trompeta de la resurrección y del juicio.
58
incomprensible que parezca no se recata de decirlo en Gálatas 2:20.
Pensadlo bien: No declara su fe en el nacimiento virginal de Cristo, ni en
su resurrección corporal de entre los muertos —por supuesto que Pablo
creía todo esto—, pero el secreto de su fortaleza y de su éxito no
dependía de su fe ortodoxa, sino de que «Cristo vive en mí». De la
profundidad de su depravación personal («No soy yo sino el pecado que
mora en mí» —Romanos 7:17—) sube a la cumbre de la espiritualidad
(«No ya yo, mas Cristo vive en mí» —Gálatas 2:20—). ¡Precioso cambio
de vida!
Pablo era una vida ejemplar. No era un letrero guiador, sino un guía: «Lo
que habéis oído y visto en mí» (Filipenses 4:9). Él era, de cierto, una
epístola «viva».
La vida de Pablo fue excepcional: ¿Sería alguien tan tonto hasta el punto
de decir que nuestra abnegación es como la de él? ¿No deberíamos
escribir, al revés que él: «Todos buscamos lo nuestro propio»? Fue
excepcional porque fundó tantas iglesias y escribió tantas epístolas, pero
leed el resumen de su propia vida en 2.a Corintios 11. ¿Está tratando de
contarse entre los mártires o de clasificarse entre los santos? De ningún
modo. Su posición, sus títulos y privilegios son contados como estiércol,
con tal de ganar a Cristo y, por su obediencia, ser hallado en El. Fue
excepcional en sufrimientos, los cuales padeció, generalmente, por
voluntad de otros; pero también en la oración, por su propia voluntad. Si
hubiese más cristianos fuertes en oración, habría más dispuestos a
sufrir. La oración desarrolla huesos juntamente con gemidos, tendones a
la vez que santidad, fortaleza al par que fuego.
Pablo llama a Dios por testigo de que quería ser anatema en favor de
sus hermanos (Romanos 9:3). Madame Guyon oró casi de un modo
idéntico. Brainerd y Juan Knox eran «hombres de iguales pasiones que
nosotros». ¿Cuándo o dónde, hermano, se oyen oraciones semejantes' a
éstas en nuestras reuniones de oración? No podemos tener grandes
resultados de oraciones pequeñas. La ley de la oración es semejante a la
de la cosecha. «El que siembra escasamente, escasamente también
segará, y quien siembra abundantemente, segará con abundancia.» El
problema está en que queremos segar lo que no sembramos.
Pablo tenía una vida expansiva. Muchos de nosotros, ¡ay!, buscamos los
restos de la obra de cualquier otro ministro. Pero Pablo no edificaba
sobre el fundamento de otro (1.a Cor. 3:10). Su cerebro no estaba
encallado en ningún dogma específico, no era una máquina eclesiástica
desmenuzando materias metafísicas. No empleó horas especulando sobre
el significado de la imagen de Daniel. No se enterraba en un laboratorio
diseñando la verdad y poniendo marcas de fábrica a cápsulas teológicas,
ni complaciéndose a sí mismo con su habilidad de encontrar palabras
atinadas para futuros credos. La razón de todo ello es clara como el
mediodía.
59
tiempo ni voluntad para nada más. Cada latido de su corazón, cada
pensamiento de su mente, cada paso de sus pies y cada anhelo de su
alma eran para Cristo y la salvación de los hombres. Alborotaba
sinagogas y tenía despertamientos o tumultos, una cosa u otra, y a
veces ambas. (Nosotros parece que no tenemos ni lo uno ni lo otro.)
Pero los frutos del Espíritu están en el apóstol Pablo; los dones del
Espíritu obraban en él. Dirigió el despertamiento de toda una ciudad
mientras trabajaba cosiendo tiendas para pagar los gastos! Hermanos
predicadores: ¿No tenemos corazones de gallina, todos nosotros, al lado
del de Pablo? A veces padecía hambre, pero en otras ocasiones, cuando
tenía abundancia, ayunaba voluntariamente. Deseaba bendiciones para
todos, pero en cuanto a sí mismo quería ser anatema. Con su vida
revolucionaria y su teología alborotadora, este «espectáculo a los
hombres», lleno del Espíritu Santo, era la contrapartida de los actuales
fanáticos de la religión política del régimen ateo. Gente consumida por el
fuego interior del Espíritu Santo son la única contrapartida eficaz de los
caídos humanos, tan destrozados moralmente como el átomo que han
logrado desintegrar y con el cual son capaces de desatar las fuerzas que
destruirían la tierra.
60
Que Dios me diera un corazón cargado,
Infundido con la pasión de orar
Por los que, sumergidos en pecado,
No pueden Sus riquezas alcanzar.
¡Quién me diera un alma semejante
A la de Cristo, mi fiel Salvador,
Que en total agonía estuvo orando
Por los otros! ¡Oh, dame un corazón,
Padre mío, cargado por los otros!
Anhelo, Padre amado, tal pasión
Que derramar mi corazón por los perdidos
Anhele yo; y aun mi vida, ¡fiel Señor!
Que sepa orar, sí, cueste lo que cueste.
Enséñamelo, Señor, por compasión.
Enséñame tú mismo este secreto.
Estoy sediento de aprender esta lección.
Anhelo, Jesús mío, que lo hagas.
¡Padre, este favor pido de Ti:
Que se revele Tu Espíritu en mí!
María Warburton Booth
61
MARCADO PARA CRISTO
15
En cierto sentido todos los hombres son extraños unos a otros. Aun los
amigos no se conocen uno a otro de un modo perfecto. Para conocer a
un hombre es necesario conocer todas las influencias de herencia y
ambiente, así como las incontables decisiones morales propias que le
han formado y le han hecho ser lo que es. Sin embargo, aun cuando no
nos conocemos realmente unos a otros, el trazar el curso de la vida de
una persona nos ofrece muchas enseñanzas. Especialmente el observar
las grandes fuerzas que le han impulsado en uno u otro sentido. Por
ejemplo: cuan beneficiada sería nuestra vida si pudiéramos experimentar
el mismo impulso de la vida de Cristo que movió a Saulo de Tarso,
después llamado Pablo, y sondear un poco el más profundo significado
de sus palabras: «Yo llevo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús»
(Gálatas 6:19).
Una cosa es segura acerca de estas palabras, que eran una expresión del
señorío de Cristo. Pablo pertenecía al Señor Jesucristo en espíritu, alma
y cuerpo. Estaba marcado como propiedad suya. Cuando Pablo declaraba
llevar en su cuerpo las llagas del Señor no está pretendiendo llevar un
«estigma» como san Francisco de Asís en 1224, u otras personas
piadosas en otros tiempos. No se trataba tanto de marcas corporales,
creo yo, como de una santificación espiritual por su crucifixión interna. El
había sido crucificado con Cristo (Gálatas 2:20).
Su tarea no era discutir alguno de sus puntos, sino vencer las legiones
del infierno.
62
había sido transformada. Desde entonces jamás volvió a sus viejos
hábitos. Estaba demasiado ocupado en ir adelante. Habría herido su
alma oír a alguna congregación cantar: «Cansado de vagar, Señor, yo me
siento.» Ser o no recomendado o bienvenido, amado o aborrecido, poco le
importaba. Él iba adelante con los ojos cerrados a todo honor humano,
sordo a todas las voces de halago e insensible al encanto del éxito
mundano.
Por lo demás, Pablo estaba marcado por su pasión. Un hombre tiene que
hallarse muy seguro de encontrarse en el mismo centro de la voluntad
divina para apelar al Espíritu como testigo; sin embargo, esto es lo que
hace Pablo en Romanos 9, vers. 1.
63
en su ardiente pasión por las almas, era el desespero del infierno, el
capital para el desarrollo de la Iglesia y el gozo del resucitado Salvador
(que veía del fruto de su alma y se sentía satisfecho).
Carlos Wesley casi parece haberlo alcanzado cuando dice: «Nada deseo
en la tierra sino el amor dentro de mi pecho.» Estos hombres y mujeres
estaban ciertamente en la senda del secreto apostólico para ganar almas.
Los grandes ganadores de almas han sido siempre grandes amantes de
las almas de los hombres. Todos estos amantes de segundo orden fueron
ganados e impulsados por el mayor Amor: El amor del gran Amante de
sus almas les trajo a su vida de lágrimas, trabajos y triunfos. En esta
hora difícil ¿podemos nosotros atrevernos a amar menos?
Hazme amarte con poder
De pensar, querer y acción;
Que pueda andar
rectamente En mi vida de
oración. Sirviéndote como
debo. El amor suavizará
Cualquiera prueba que me
cueste sufrir, el poderte
amar. Aliviará toda pena
Saber que sufro por Ti. Si
tu amor me acompaña, Sé
que triunfaré al fin.
Sin que puedan escogerlo ni evitarlo, millones serán un día marcados
con la señal del Anticristo. ¿Evitaremos nosotros llevar en nuestros
cuerpos, y sobre todo en nuestras almas y espíritus, las marcas de
nuestro Señor, las marcas de Jesús? Ser marcado implica dolor; significa
llevar el «estigma» de esclavo. ¿Escogeremos ser marcados para Cristo?
64
Pablo
65
¡DAME HIJOS O ME MUERO!
16
El despertamiento es imperioso para detener las puertas del infierno,
abiertas como nunca en esta generación.
66
padres, pues yo os engendré en Cristo Jesús por la palabra verdadera del
Evangelio»? Él les dio a luz. No dice simplemente que oró por ellos, sino
que los hizo nacer con esfuerzo similar al de una madre que da a luz
hijos. Si durante el último siglo los alumbramientos físicos hubieran sido
tan escasos como los nacimientos espirituales, la raza humana casi se
habría extinguido. Tenemos que orar para vivir la vida cristiana,
decimos; pero la verdad es que debemos vivir la vida cristiana para orar
de veras. «Si permaneciereis en Mí..., pedid» (o sea, orad). Ya sé que
pedir incluye solicitar a Dios la salvación de nuestros amados. Pero
orar es más que pedir. Orar es ponernos a nosotros mismos bajo el
dominio del Espíritu Santo a fin de que Él pueda obrar en y por nosotros
aquello que le pedimos. En el primer capítulo del Génesis vemos
que cada cosa creada con vida produce fruto según su especie. Del
mismo modo, las almas realmente regeneradas deben producir otros
regenerados.
67
Es evidente que Jacob amaba a Raquel más que a Lea; sin embargo, la
mujer preferida era Lea, porque le había dado hijos. Considerad cómo
Jacob sirvió 14 años por Raquel; sin embargo, aquella espléndida
devoción no fue ningún consuelo para la mujer herida de esterilidad. Sin
duda, Jacob demostró su amor cargándola de joyas como era costumbre
en aquellos días; pero las fruslerías externas no la consolaban, y aunque
Raquel era hermosa de vista, su esterilidad no hallaba compensaciones
en su hermosura o en la admiración de otros. La terrible verdad era que
Lea tenía cuatro sonrientes niños alrededor de sus faldas, pero de la
estéril Raquel se burlaban hombres y mujeres. Puedo imaginarme a
Raquel con los ojos rojo^ de llorar, más que los de Lea, y con su cabello
desordenado, desesperada por su esterilidad, clamando con un grito
penetrante: «¡Dame hijos o me muero!» (Génesis 30:1). Este grito hería
el corazón de Jacob más que una espada clavada en su carne.
68
heroicas. El hablar acerca de comida no llena el estómago, ni el hablar
de ciencia hace sabios; ni el hablar de las cosas de Dios significa que las
energías del Espíritu Santo están en nosotros. Hacemos bien en señalar
el hecho de que el despertamiento viene como resultado de una sección
de la iglesia limpia, humillada e inclinada con súplicas de intercesión. En
vista de la edad presente, llena de falsas religiones y herida con la visión
de millones de almas que perecen, vale la pena que los suplicantes
esperen días, semanas, hasta meses, que el Espíritu se mueva y los
cielos se abran con un bendito despertamiento.
Las mujeres de la Biblia que habían sido estériles fueron las que trajeron
hijos más nobles. Sara, estéril hasta los 90 años, engendró a Isaac.
Raquel, cuyo doloroso grito: «¡Dame hijos o me muero!», fue atendido,
engendró a José, quien libró la nación. La mujer de Manoa dio a luz a
Sansón, otro libertador de su patria. Ana, una mujer quebrantada, que
sollozaba en el santuario y hacía votos en una oración incesante que
causó, por ignorancia, el reproche de Eli, estaba derramando su alma
ante Dios y recibió como respuesta a Samuel, que vino a ser el gran
profeta de Israel. La estéril viuda, Ruth, halló misericordia y dio a luz a
Obed, quien engendró a Isaí, el padre de David, de cuya descendencia
vino nuestro Salvador. De Elisabeth, estéril por muchos años, vino Juan
el Bautista, de quien dijo Jesús mismo que no ha habido otro profeta
más grande entre los nacidos de mujer. Si la vergüenza de la
esterilidad se hubiese apoderado de estas mujeres, ¡qué hombres
más poderosos habría perdido la historia!
69
Seguramente esta raza arruinada requiere un despertamiento. Estoy
totalmente persuadido de que hay quienes en las horas de insomnio de
la noche, pensando en su esterilidad espiritual, se apoyan en la
soberanía de Dios diciendo: «Cuando Él quiera darnos un
despertamiento, el despertamiento vendrá.» Esto es tan sólo media
verdad. ¿Queréis decir que Dios está complacido de que 83 personas por
minuto mueran sin Cristo. ¿Habéis descendido a creer que el Señor
quiere que muchos perezcan? ¿Os atreveréis a decir —lo que me parece
una blasfemia— que cuando Dios decida levantar su pie y esparcir a sus
enemigos vendrá la visitación? De ningún modo. Citad un versículo
parcialmente y haréis decir a la Biblia lo que queráis; por ejemplo: «Dios
es poderoso para hacer, abundantemente, más de lo que pedimos o
entendemos», pero se paran aquí, en «Dios es poderoso para hacer», y
no se preocupan del resto, del versículo. Este versículo, mal citado, deja
la falta de despertamiento en las gradas del trono de Dios; pero
terminad el texto: «Él es poderoso para hacer según el poder que obra en
nosotros.» Así termina el versículo, y significa que el canal para el
despertamiento puede estar bloqueado. Significa que Dios no puede
hacer en esta edad lo que hizo en otras, a causa de la falta de poder que
hay en la iglesia. La falta de despertamiento es nuestra falta.
Finney dijo: «Dios está dispuesto a enviarnos un despertamiento, y
podemos tenerlo según el poder que obra en nosotros.» La promesa es:
«Recibiréis poder del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros.» Este no
es poder simplemente para hacer milagros, pues antes de Pentecostés los
discípulos hicieron milagros, recordad que echaron demonios. No es
solamente poder para organizar, poder para predicar, poder para traducir
las Escrituras, poder para entrar en nuevos territorios... Todo esto es
bueno, pero ¿tenemos poder del Espíritu Santo para derribar las
fortalezas del diablo y obtener las promesas de Dios?
70
esposa dicen: Ven.»
Del martirio de Hugo McKail
71
LA HEZ DEL MUNDO
17
¿Qué es la hez del mundo? (1.a Corintios 4:13). ¿Es la polilla social de
la cual nace el sindicato del crimen? ¿Es el genio del mal operando en
las esferas internacionales? ¿Es Babilonia? ¿Es Roma? ¿Es el pecado?
¿Es una legión de malos espíritus que llevan este repulsivo título? ¿Qué
es...?
Lo que dolía a Pablo más que sus ciento noventa y cinco azotes, tres
apedreamientos y tres naufragios, era la crítica contenciosa y carnal de
la gente de Corinto. Esta iglesia estaba dividida por rivalidades carnales
—y por dinero—. Algunos habían subido a las alturas de la fama y eran
los primeros comerciantes de la ciudad. Por esto Pablo les dice:
«Vosotros habéis reinado como reyes sin nosotros.» Considerad los
contrastes de 1.a Corintios 4:8: «Vosotros estáis llenos, sois ricos, habéis
reinado como reyes sin nosotros. Nosotros somos necios por amor de
Cristo, débiles, despreciados...; andamos desnudos y vagabundos (vers.
11). Somos hecho un espectáculo al mundo, a los hombres y a los
ángeles.»
72
al cielo. Por esto añade: «Ojalá que reinarais.» Si ellos estuvieran
reinando, sería porque Cristo habría venido: el Milenio habría empezado.
Y Pablo termina: «Para que nosotros reinásemos con vosotros.»
Hermanos, ¿es esto lo que elegimos? ¿Hay algo que nos irrite más que
ser clasificados entre los indoctos e ignorantes? Sin embargo, un
humilde pescador escribió el Apocalipsis, que todavía confunde a los
eruditos. Estamos sufriendo hoy día una plaga de ministros que se
preocupan más de llenar sus cabezas que de encender sus corazones. Si
un predicador tiene inclinaciones por la cultura, que obtenga sus grados
antes de entrar en el ministerio, pues cuando se encuentre ocupado en
una labor tan importante, 24 horas al día no le serán suficientes para
llevar los nombres de su rebaño ante el gran Pastor y prepararles su
alimento. El hecho es que las cosas espirituales tienen que ser
discernidas espiritualmente (no psicológicamente). Ni Dios ni sus juicios
han cambiado. Todavía es su prerrogativa «esconder las cosas de los
sabios y entendidos y revelarlas a los niños». Y los niños, hermanos, no
tienen intelectos colosales. La iglesia de esta hora se envanece a cada
momento con los altos títulos de sus ministros, pero paraos un momento
antes de envaneceros en la carne. Estamos teniendo una época muy
baja en nacimientos espirituales. Y el diablo no se asusta, hermano
Apolos, de tu catarata de palabras elocuentes.
73
odiaba a Pablo. Nosotros necesitamos también esta disposición a la
oposición.
Este bendito hombre de Dios, para quien el mundo le era crucificado, era
considerado como «loco». Sin embargo, Pablo presentó de tal modo su
mensaje que otros buscaron su muerte porque su «negocio corría
peligro». ¡Estos benditos apóstoles, con su santo y saludable desprecio
del mundo, cómo nos avergüenzan! Como dijo cierto poeta:
74
terminar nuestra carrera con gozo.
Hermanos, ¿vale la pena hacer tanto ruido juntándonos noche tras noche y
mes tras mes, si nosotros mismos no estamos bien con Dios? Yo debo
preguntarme a mí mismo: ¿es mi corazón puro?, ¿son mis manos
limpias?
Mi alma pide con fervor hacer tu voluntad, Pues si moriste Tú por mí,
¿qué me podrás negar?
Desconocido
La causa de Dios está encargada a los hombres. Dios mismo confía en los
hombres. Los hombres de oración son los vicerregentes de Dios, que
hacen su obra y llevan adelante sus planes.
E. M. Bounds
La oración es el remedio soberano.
Roberto Hall
La oración es el ácido que prueba la devoción.
Samuel Chadwick
75
LA ORACIÓN ES TAN VASTA
COMO DIOS
18
Los hombres llamados por Dios en tiempos antiguos tenían una sensible
convicción de la enormidad e impopularidad de su tarea. Argumentando
sobre su inaptitud, estos hombres, abrumados por su nación, trataron de
escapar a la tarea liberadora de sus propias almas cargadas que Dios les
ofrecía. Moisés, por ejemplo, trató de evadir el encargo de gobernar y
guiar a Israel argumentando sobre su lengua tartamuda; pero Dios evitó
su evasión supliendo un locutor en la persona de Aarón. Jeremías
también arguyó que era un niño. En el caso de Jeremías (como en el
caso de Moisés) la objeción humana no prevaleció. Los hombres
escogidos por Dios no eran enviados a los centros de humana sabiduría
para tener sus personalidades pulidas y su conocimiento agudizado, sino
que Dios cogió a estos hombres y les unió a sí mismo. Si, según Oliver
Wendell Holmes, la mente de un hombre obsesionado por una nueva
idea no puede retroceder jamás a sus dimensiones originales, entonces
¿qué diremos del que ha oído el susurro de la voz eterna? «Las palabras
que Yo os hablo son Espíritu y son Vida», dijo Jesús (Juan 6:33). Nuestra
predicación está más plagada hoy día de los pensamientos prestados por
cerebros muertos que del Señor. Los libros son buenos cuando son
nuestros guías, pero malos cuando son nuestras cadenas.
«¡En el nombre del Señor os ruego que la oración alimente vuestra alma
como las comidas alimentan vuestros cuerpos!», dijo el fiel Fenelon.
Henry Martyn escribió: «Yo me atribuyo mi presente ineficacia a la falta
76
de tiempo suficiente y tranquilidad para la oración privada. ¡Oh, que
pueda ser yo un hombre de oración!» Un antiguo escritor dijo: «Mucha de
nuestra oración es como el muchacho que llama a una puerta y echa a
correr antes de que vengan a abrirla.» Podemos estar seguros de esto:
El más grande terreno por descubrir son los recursos de Dios en
respuesta a la oración.
Cuando Israel clamó por agua, un hombre hirió una roca y salieron
aguas de la peña: ¿Hay nada demasiado difícil para Dios? ¡Que Dios nos
envíe un hombre capaz de herir la peña! De esto podemos estar
seguros: La cámara de oración no es un lugar simplemente para
entregar al Señor una lista de las más urgentes necesidades. ¿Es verdad
que «la oración cambia las cosas»? Sí, porque la oración cambia los
hombres. La oración no sólo quitó el reproche de Ana, sino que la cambió
de una mujer estéril en una mujer fructífera, transformó su duelo en
gozo (1.a Samuel 1:10 y 2:1), cambió el duelo en danza (Salmo 30:11).
Quizá nosotros estamos orando que podamos bailar, cuando tendríamos
que estar en duelo. Escogemos el vestido de la alabanza, cuando Dios
dice (Isaías 61:3): «A los que están de duelo les daré yo vestido de
alabanza en lugar de espíritu afligido, gloria en lugar de ceniza, óleo de
gozo en lugar de luto, manto de alegría en vez de espíritu angustiado, y
serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová para gloria suya.»
Si es cierto que segamos lo que sembramos, también es cierto que dice:
«Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla, mas volverá a
venir con regocijo trayendo sus gavillas» (Salmo 126:6).
77
Fue un clamor de duelo el de Moisés cuando dijo: «¡Oh!, este pueblo ha
cometido un gran pecado...; pero te ruego perdones la iniquidad de su
pecado, y si no bórrame del Libro de la Vida que has escrito» (Éxodo
32:31-32). Fue un clamor de-'duelo de Pablo cuando dijo: «Tengo gran
dolor en mi corazón, pues deseara ser separado yo mismo de Cristo por
amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne»
(Romanos 9:2 y 3).
Si Juan Knox hubiese orado: «Señor, dame éxito», nunca hubiésemos oído
nada de él; pero oró diciendo: «¡Dame Escocia o me muero!», y su
oración ha entrado en las páginas de la Historia. Si David Livingstone
hubiese orado que pudiera abrir el África como prueba de su indomable
espíritu y habilidad en la brújula, su oración se habría perdido con los
vientos del bosque; pero oró: «Señor, ¿cuándo esta llaga del mundo será
curada?» Livingstone vivió una vida de oración y murió literalmente sobre
sus rodillas.
En una grande iglesia con capacidad para mil personas hay una tabla con
esta inscripción puesta en memoria de Juan Geddie: «Cuando
desembarcó aquí en 1848 no había cristianos; cuando salió en 1872 no
había paganos.»
78
COMO VA LA IGLESIA ASI
VA EL MUNDO
19
Se necesitan hombres incandescentes para esta medianoche espiritual.
En el día de Pentecostés, la llama del Dios vivo vino a ser la llama de un
grupo de corazones humanos. La Iglesia empezó con aquellos hombres
y mujeres en el «aposento alto» entregados a la oración ardiente, y hoy
día está terminando con hombres y mujeres en el salón de fiestas de
encima de la iglesia organizando despertamientos artificiales. La Iglesia
empezó con un despertamiento y está terminando con un ritual.
Empezamos de un modo viril, estamos terminando en la esterilidad. Los
primeros miembros de la Iglesia eran hombres ardientes y no grandes
graduados. Hoy día hay muchos grados de ciencia y pocos de calor. ¡ Ah,
hermanos!; ¡hombres con corazones de llama son la necesidad del
presente!
79
vez ha venido a ser enemigo de lo mejor. (El que lea, entienda.) ¡Sonad
lá alarma! El conflicto se hace cada vez más agudo. Esta es la noche de
gran confusión. ¡Dios ayude a las naciones arruinadas por religiones
humanas, maldecidas con cultos humanos y encaminadas al abismo por
doctrinas amañadas por los hombres! ¿Ha habido jamás una hora peor
qué ésta? Reiterados esfuerzos es el precio que tenemos que pagar al
progreso.
Hoy día nuestro clamor es: ¡Mirad el poder de este u otro movimiento
social, medid la fortaleza de aquel otro! Nuestra respuesta debería ser:
«Señor, abre sus ojos» (2.ª Reyes 6:17). «¿Se ha acortado el brazo del
Señor para salvar?» (Isaías 59:1). ¿Le consideraremos tan sólo como el
Dios del pasado, el Dios de la profecía, pero no el Dios del presente?
Algunos declaran que Patrick Henry hizo más en América para preparar el
camino a la libertad que ningún otro hombre en la historia. Oíd su
80
apasionado discurso en la Convención de Virginia el 23 de marzo de 1775:
«¿Es la vida tan querida o la paz tan dulce que tenga que ser comprada
al precio de cadenas y esclavitud? ¡Que el Dios todopoderoso lo impida!
Sé que no hay otro camino a tomar, pero para mí ¡dadme la libertad o la
muerte!» ¿Podían Catón o Demóstenes sobrepasar esta joya oratoria?
¿Podemos nosotros traducirla a nuestro caso?
La terrible esclavitud que existe hoy en gran parte del mundo y amenaza
al resto de la humanidad, no es un cuento. Aunque un sistema ateo
pudiera conquistar el mundo (por terrible e inimaginable que pueda ser)
hay para el hijo de Dios un peligro mucho mayor: la eternidad, para los
no arrepentidos, en un infierno eterno.
Cuanto más el pueblo de Dios ataca al diablo en sus oraciones, tanto más
gustará de la libertad del Espíritu en los caminos de la vida.
F. J. Perryman
Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.
Los setenta
¡Oh infierno, te veo surgir, Pero en Jesús refugio hallé de roca sólida,
eficaz, Y en tal lugar no temeré! Por la victoria del Calvario Estoy en
manos de un Dios sabio.
Autor desconocido
81
CONOCIDO EN EL
INFIERNO
20
Algunos predicadores dominan sus asuntos y algunos asuntos dominan al
predicador. De vez en cuando encontramos algún predicador que es dueño
de ambas cosas y domina también su asunto.
82
¿Cuál era la armadura de Pablo? ¿Dónde había afilado su espada? Más
de una vez Pablo usó la expresión: «Estoy persuadido», y aquí radicaba
su secreto. Verdades reveladas le habían hecho sabio. La Palabra, como
el Señor mismo, son inmutables. El áncora de Pablo estaba echada en
las profundidades de la fidelidad de Dios. Su hacha de batalla era la
Palabra del Señor; su fortaleza, la fe en esta Palabra. El Espíritu avisaba
a Pablo de la próxima estrategia del adversario, cuyas maquinaciones no
le eran ocultas; por esto el infierno sufría derrotas. Cuando unos
hombres impíos quisieron asesinar a Pablo, un muchachito descubrió el
complot y los hombres y los demonios tuvieron un fracaso.
83
tenía por qué hacerse popular y apreciado de las gentes para que le
invitaran a predicar o compraran sus libros. No tenía ambiciones; por lo
tanto, ningún motivo para sentir envidia. No tenía reputación, y por
tanto carecía de motivos para pelear con otros. No tenía posesiones, y
por tanto no tenía necesidad de preocuparse. No tenía derechos, y por
tanto no podía ser agraviado. Ya había sido quebrantado, así que nadie
podía quebrantarlo; era muerto, nadie podía matarle. El era el menor
entre los menores, así que nadie podía humillarle. Había sufrido la
pérdida de todas las cosas, así que nadie podía defraudarle. ¿No echa
todo esto alguna luz de por qué el diablo dijera: «A Pablo conozco»? Por
causa de este hombre, intoxicado del celo de Dios, el infierno sufría
muchos quebraderos de cabeza.
Otra áncora en la que Pablo estaba asegurado era: «Ausente del cuerpo,
pero presente al Señor» (2.a Corintios 5:8). ¡Nada de sueño de las almasl
¡Nada de estado intermedio! De la vida terrena a la vida eterna. Ante el
pensamiento de la eternidad, el lenguaje le falta y la imaginación se
detiene. Pablo podía escribir de sus azotes, prisiones, ayunos,
cansancios, dolores, etc., como «una aflicción momentánea y leve»,
recompensada por el hecho de: «Así estaremos siempre con el Señor.»
Todas las municiones de los demonios eran malgastadas cuando
intentaban atacar a Pablo. ¿Os extrañáis de que uno de ellos dijera: «A
Pablo conozco»?
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