Onas Informe

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INSTITUTO PROFESIONAL/CENTRO DE FORMACIÓN TÉCNICA LOS LAGOS

DE LA UNIVERSIDAD DE LOS LAGOS


SEDE LOS ANGELES
CARRERA: TÉCNICO EN EDUCACIÓN DIFERENCIAL

ONAS O SELKAN

ALUMNAS: SARA PEÑA

DOCENTE: GINO VALDEBENITO

16 JUNIO, 2018.
Los selk'nam u onas, son un pueblo del siglo XX vivía en el norte y centro
de la isla Grande de Tierra del Fuego, en el extremo austral del
continente americano en Argentina y Chile. Originalmente eran
nómadas terrestres, cazadores y recolectores.
La variedad de alimentos con los que contaban, tales como guanacos,
aves, huevos, vegetales y productos marinos, los llevó a dividirse en
grupos de parientes que tenían su propio territorio, generándose
disputas cuando los terrenos eran invadidos por personas ajenas al
linaje.

El concepto de territorialidad de los onas era extraordinariamente


fuerte. Los individuos de un territorio o haruwen podían disponer
libremente y de un modo racional de los recursos que existían en su
interior, sin provocar su sobreexplotación y deterioro.

La base de la organización de los onas era la familia, padre, madre,


hijos, pero a esta se incorporaban los parientes que ocupaban el mismo
territorio, llamado haruwenh. Había muchos territorios perfectamente
delimitados. Formaban "clanes" sobre un territorio de caza. Los hombres
tomaban esposas de otros clanes. Era práctica común el casamiento
con dos o más hermanas, o con una viuda y su hija. También se
aplicaba el levirato, es decir, la costumbre de heredar la viuda del
hermano.

Los onas construían dos tipos de viviendas, llamadas kawi. Una de forma
semicircular y la otra en forma de cono. Las construían con palos
enterrados en la tierra con los que formaban una estructura que cubrían
con pieles de animales.

La ceremonia conocida como hain que celebraban los varones, era


una especie de escuela donde se aprendía a ser hombre. El momento
más importante era el klóketen, ceremonia secreta en la cual a los
hombres se les contaba que antiguamente, cuando los varones
maltrataban a las mujeres, eran asustados por horrendos espíritus que los
obligaban a pedir perdón.
Dice la leyenda que cierto día un cazador descubrió que los espíritus
eran mujeres disfrazadas, contándole al resto. Entonces decidieron dar
muerte a todas las mujeres adultas y conservaron solo a las pequeñas,
que no conocían el secreto. Los hombres se disfrazaron, y cada vez que
alguna mujer se portaba mal, las asustaban para mantenerlas sumisas.

Los onas se cubrían con una capa , que a veces podía ser de zorro o
cururo, que los cubría desde el cuello hasta las rodillas. La empleaban
con el pelo hacia fuera y la llamaban chonhkoli. Bajo esta capa los
varones no llevaban otra vestimenta y las mujeres usaban una prenda
para cubrirse los genitales. Usaban mocasines, calzado fabricado con la
piel de las extremidades del guanaco, cosidos con el pelo hacia fuera.
Durante la cacería, los hombres solían llevar un triángulo de piel de
guanaco atado a la frente, con propósitos mágicos.
La vida nómada de los selknam era similar a la de los cazadores de la
Patagonia y de la Pampa. Cada miembro tenía sus obligaciones bien
especificadas: el hombre cazaba y confeccionaba las armas, la mujer,
labores domésticas, cuidado de los niños, transportaba e instalaba la
vivienda. Esta cultura, poseía un amplio mundo espiritual manifestado
en ceremonias como el hain, ritual de iniciación en el que se revelaba a
los adolescentes ciertos secretos tendientes a preservar su orden social:
el patriarcado. Si en sus viajes encontraban una ballena varada o
estaban en peligro, empleaban señales de humo para comunicarse
entre los grupos.

La búsqueda de alimento signaba la vida cotidiana. Conseguir comida


era tarea de los varones cuya excelencia en el uso del arco y la flecha
se hizo proverbial (nada más difícil que cazar un guanaco). Como ellos
debían andar siempre al acecho, las mujeres cuidaban la casa,
consumían mariscos si el hambre obligaba a hacerlo y, durante los
traslados, cargaban las tiendas en bolsas de cuero y cestos de juncos,
junto con los utensilios y los hijos que aún no caminaban.
Si bien se pintaban el cuerpo y eran maestros en el canto, es el vestuario
lo que ha perdurado y lo que se conserva hasta hoy. Los selk’nam
vestían con pieles y cueros de guanaco y zorro. Todos usaban una
manta o capa, con la piel hacia afuera, la que servía también como
frazada y escudo. Las mujeres usaban collares y pulseras, mientras que
los hombres usaban tocados de plumas muy admirados. Para diversas
ocasiones (caza, combate, torneos, duelos, paz) se pintaban el cuerpo
con distintos diseños, siendo los más finos y complejos usados para las
ceremonias importantes. El rojo era considerado el color más bello.
Fabricaban herramientas de piedra, hueso y madera y vivían de la
naturaleza, sin cultivar la tierra. Su principal arma eran el arco y la
flecha. También empleaban la honda y el arpón

El impacto de la colonización moderna iniciada a fines del siglo pasado,


producto de la explotación del oro en los ríos y el desarrollo masivo de la
actividad ganadera en la Isla de Tierra del Fuego, ocasionó la rápida
extinción de la etnia. Matanzas, deportaciones masivas practicadas por
el hombre blanco, junto a enfermedades infecto-contagiosas
introducidas, terminaron por romper el equilibrio natural de estos grupos.
El uso de vestuario occidental, inadecuado para la lluvia y para las
costumbres higiénicas de ellos, puso punto final a la sobrevivencia de
este pueblo.

Bibliografía:

www.portaleducativo.cl
www.wikipedia.cl
www.icarito.cl

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