Guillermo Endara El Legado de Una Democracia
Guillermo Endara El Legado de Una Democracia
Guillermo Endara El Legado de Una Democracia
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Agradecimientos: la autora deja constancia de su Ileana Golcher; Jessy Mae Díaz, Javier Jiménez, Jorge
agradecimiento a las siguientes personas, cuya in- Guerrero, Mercedes Arias y José Moreno.
valorable colaboración hizo posible la producción
de esta obra: Agustín de la Guardia, Ariel Barria,
Prohibida la reproducción de esta obra por cualquier medio,
sin autorización escrita de los autores.
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Elsa Galimany de Endara.
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Al conmemorarse un año de la desaparición física de Guillermo David
Endara Galimany, rendimos homenaje a su memoria con esta edición es-
pecial, que plasma con gran autenticidad las características que moldearon
a un hombre en su incansable lucha por devolver a los panameños la de-
mocracia arrebatada, y que en el proceso logró conquistar los corazones y
la voluntad de aquellos que tanto añoramos la libertad plena durante dos
largas décadas.
Una vez más ondeamos los pañuelos blancos y nos ponemos de pie, en
honor al hombre que dedicó su vida a la Patria chica. Guillermo Endara
Galimany, vivirá por siempre entre nosotros a través de su herencia, una
herencia de valor incalculable, una herencia de democracia y libertad.
Agustín de la Guardia
Gerente General
Televisora Nacional, S.A.
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Guillermo Endara Paniza
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Guillermo Endara:
“El legado de una democracia”
L a e n t rev i s t a
Esa idea me llevó, en diciembre del 2008, a la que fue mi casa por 8 años,
Televisora Nacional Canal 2, para presentar un proyecto, ahora como parte
de Betesda Films Inc., productora independiente, en el que se reflejaría el
perfil de ese hombre público: Guillermo Endara Galimany. Me acompañaba
en esta iniciativa mi amiga y socia Mercedes Arias, y nos recibe Sabrina
Bacal, quien gracias a la anuencia del señor Agustín de La Guardia abre las
puertas a “Biografías 09”, un especial para el Departamento de Noticias de
TVN, a través del cual los televidentes podrían conocer más y mejor a sus
candidatos presidenciales. Ahora sí tenía la oportunidad de ver de cerca al
político, al ex presidente, al ser humano.
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Moral de la Patria. No dejé pasar detalles: hasta la corbata le combinaba,
como una muestra palpable de que un político reconoce siempre el valor
de los signos y de los que estos proyectan en el ánimo de sus interlocutores.
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director de fotografía, Luis Franco, así como el de la relacionista pública
y cuñada de Guillermo Endara, Jessy Mae Díaz. Hubo un momento en que
debimos corregir un reflejo casi imperceptible en los anteojos del ex presi-
dente. Luis, todo un veterano en la fotografía, resolvió eso con un simple
ajuste de dirección de las luces. Este profesionalismo fue respaldado por el
trabajo del camarógrafo Mario Martínez y del asistente de cámara Brunel
Enrique Córdova.
En esta entrevista podemos apreciarlo en vida, con su ideario, con sus for-
talezas y sus debilidades de hombre. En la historia de la nación panameña
lo seguiremos contemplando siempre como El Presidente. Donde esté, él
ha de sonreír, ahora sí seguro de que se cumplieron todas sus metas, todas.
Delfina Vidal
Productora
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Describir el sentimiento que me embarga hoy ante la partida física de mi
esposo, mi compañero, mi amigo, el hombre que me demostró su amor
de infinitas maneras, él, que además de amarme fue mi valiente caballero
para defenderme y protegerme contra el mundo cuando fuese necesario,
sin titubear, les confieso que es muy difícil expresarlo. Pueden ustedes
imaginar cómo me refugio y regocijo en su recuerdo. Guillermo Endara,
mi único gran amor, aún siento que me cobija con dulzura, y sé que me
orienta con su sabiduría, ya que en lo más profundo de mi ser con cada re-
cuerdo de lo vivido me lleno de júbilo al confirmar que siempre me enseñó,
con tanto amor, a compartir sus ideales, fortaleciendo mis capacidades y
reiterándome que siempre defendiera mis ideas y principios con valentía.
Amor mío, fuiste un hombre de grandes virtudes, y gracias a Dios hoy siento
que pude mirar al mundo a través de tus ojos.
Sólo les pido, con humildad, que transmitan a estas y las futuras
generaciones el legado que mi esposo, Guillermo David Endara Galimany,
con su vida de lucha, entrega y amor a este pueblo le deja a nuestra hermosa
tierra, Panamá, en su lucha por la Democracia sirviendo hasta el sacrificio.
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Guillermo Endara:
“El legado de una democracia”
L a e n t rev i s t a
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Arriba: Guillermo Endara 4 años - Abajo: Colegio La Salle - Colegio Miramar
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¿Cómo se describe Guillermo Endara a sí mismo?
Es difícil; yo primero me describo como político natural. Desde
los siete años estoy viviendo de una forma u otra la política y me
describo con una preocupación constante, no del tejemaneje políti-
co de quién está arriba o quién va para abajo, sino de la situación de
nuestro país, sobre todo de la situación de los desafortunados que
no tienen lo más elemental de la vida, como es el caso de los que vi
ayer cuando fui a visitar a los adictos que se están curando. Ahí es-
tán haciendo una labor inmensa, pero el gobierno no les da agua, el
agua la tienen que ir a recoger abajo. Ese es el tipo de descripción
que yo puedo hacer de mí mismo, de lo bueno; de lo malo lo dejo
para otro día.
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debí haber dejado que tan joven fuera a una fiesta sola o con sus
amiguitas solamente. A uno le hubiera gustado, aunque a ella no le
hubiera gustado, estar ahí de chaperón. Pero ella por supuesto que
no me iba a permitir eso.
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Guillermo Endara en Buenas Aires, Argentina
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¿Cómo se describe Guillermo Endara como amigo?
Creo que he tenido buenas amistades; yo he tenido amistades con
quienes he sido leal, he tenido momentos difíciles con amigos y
momentos incluso de rompimiento de amistades, las que son muy
dolorosas; pero creo que me gusta la amistad.
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¿Cómo se describe como pareja, como amante?
Creo que somos una pareja muy pareja y dispareja. Pareja porque
tenemos 18 años de casados, y vamos para 19, y dispareja porque
usted sabe que yo tengo mi carácter y no tengo que decir que mi
esposa también tiene su carácter; así que somos una combinación
creo que perfecta, porque si fuera todo miel empalagaría y quizás al
mes ya estaría cansado de eso, pero como hay miel y unos pedazos
de vinagre por ahí, hay realmente un interés tremendo en la unión.
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Arriba: Ciudad de Panamá 3 de Noviembre de 1945
Abajo: Primera comunión - Colegio Miramar
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Hay algunos temas que pueden ser polémicos, por ejemplo,
¿qué piensa de los embarazos en adolescentes?
Fíjese, según la naturaleza humana, según lo que uno estudia en la
antropología, la reproducción humana prácticamente está destinada
a que se inicie con la mujer como a los 13 años, pero en los tiem-
pos modernos no se puede, no podemos mandar a las muchachas
de 13 años a comenzar a tener hijos. Creo que hay que evitarlos y
estar seguros sobre todo, no solamente por ella, sino por los hijos
que tiene, que haya una madre madura y también un padre maduro
que sepa guiar a sus hijos apropiadamente. Olvidemos lo que dice
la antropología, eso era antes, cuando nada más había que matar al
animal que iba a ser el festín del día.
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ser homosexual, de preferir su propio sexo, eso es cuestión muy de
ellos, yo no lo comprendería nunca jamás, pero tengo que aceptar
que hoy día ese tipo de decisiones se toman y se toman sabiéndose
que normalmente hay reacción en contra.
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Black-Foxe Military Institute (1928 Los Angeles, California)
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¿Qué piensa de la legalización de las drogas?
Fíjese que yo creo que la drogas son un problema inmenso, una de
las soluciones que se ha planteado, incluso en países europeos, es
legalizar o [dosificar] las drogas a los adictos, pero las drogas tienen
consecuencias en la salud, tienen consecuencia en el desarrollo de
la sociedad. Una persona que esté bajo los efectos de las drogas
no es una persona apta para tomar ningún tipo de decisión seria,
así que yo creo que a la droga hay que seguir combatiéndola se-
riamente. Lamentablemente es una guerra que estamos perdiendo
por los dineros inmensos con los que cuenta el tráfico de drogas. El
dinero del estado, incluso de los grandes estados económicos como
Los Estados Unidos, no son suficientes para controlarlo; es más, Esta-
dos Unidos es la razón de ser [de la droga], es la atracción la droga
que pasa por aquí, y en Los Estados Unidos se quejan de nosotros y
ellos tiene que verse en su propio espejo.
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Vamos a hablar un poco más de política, y sé que usted tiene
una larga historia en política; ¿cómo se interesó Guillermo
Endara por este mundo tan complicado?
Fíjese, mi interés nace a los 7 años cuando llegamos exiliados mi
padre, mi madre y algunos amigos a Buenos Aires, Argentina, y
la primera noche que pasamos en Buenos Aires me dio un fuerte
dolor de barriga por lo goloso que era en esa etapa y todavía lo
soy; no sabían a quién recurrir, porque acabábamos de llegar a
Buenos Aires, y llamaron al doctor Arnulfo Arias, quien acudió de
una vez al apartamento donde estábamos y me examinó y deter-
minó que no era apendicitis, como era el temor de mi madre. No es
que desde los 7 años tuviera conversaciones políticas con él, pero
hice una relación amistosa que con los años fue creciendo hasta
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llegar los años 60, cuando participé muy activamente en la política
y me tocó en muchas ocasiones estar al lado del Dr. Arias en las
grandes decisiones que se tomaban dentro del partido.
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¿Usted conoció a Omar Torrijos?
Sí, personalmente lo conocí un par de veces.
Y… ¿cómo lo recuerda?
Recuerdo que una vez el padre Durán, cuando yo estaba [siendo]
perseguido por [razones] políticas, se interesó por mí y me llevó
a la casa, a la residencia de él, de Omar Torrijos; ahí tomamos café
juntos, conversamos de política, trató de convencerme, no sé qué
puesto me iba a ofrecer, y yo lo paré en seco y le dije: “Ni me ofrezca
nada, que no le voy aceptar nada, no quiero quedar mal con usted”.
Y nos vimos un par de veces. ¡Ah!, una vez en una playa [donde]
hubo un accidente nos encontramos porque él mandó a buscar un
helicóptero, yo estaba ahí, los dos estuvimos manejando el asunto y
estuvimos conversando superficialidades, pero nada así profundo.
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Hablemos ahora de la invasión estadounidense. ¿Qué recuerda
usted de ese momento tan difícil para el país?
Fíjese, yo ese día… No, vamos a hacer los antecedentes. Antes de
ese día aquí a cada rato llegaba un senador, un representante, un alto
jerarca del Departamento de Estado y me pedían a mí o a los vice-
presidentes que fuéramos a hablar con ellos y era una necedad… la
misma conversación y la misma conversación, hasta que me aburrí
de eso, sinceramente me aburrí de eso. Un día me dicen que hay
una persona que está muy interesada en conocerme y quiere en-
contrarse conmigo en el Oficcers Club de Albrook.Yo le dije: “No sé,
yo estoy ocupado, que vayan los vicepresidentes”. Y encargué a los
vicepresidentes. La cosa fue que insistieron e insistieron y tuve que
romper otro compromiso que tenía para hacerle caso a esta petición
que era insistente, nunca se me habló de que venía la invasión; es
más, [si hubiera tenido] la oportunidad de apostar si los gringos in-
vadían o no invadían, hubiera apostado que no invadían. Yo creía
firmemente que los panameños, solos con la lucha, incluso perdien-
do la vida cualquiera de nosotros, volveríamos a la democracia; pero
no. Cuando llegamos allá, [nos dicen:] “¡No puede salir de aquí!, y
tiene que comprometerse”. Yo creo que, por curiosidad nada más,
los tres, porque estábamos los tres, aceptamos que nos echaran el
cuento, y realmente para mí fue un golpe muy fuerte. Eso me llevó a
decirles a los norteamericanos con los que estábamos hablando que
yo quería hablar con los vicepresidentes, y entre los tres hablamos,
aunque realmente no fue una conversación porque nos sentamos a
pensar. Creo que había una coincidencia: aceptar era una locura,
pero no aceptar era una canallada con el pueblo, que el pueblo nos
había escogido para presidente y vicepresidentes y que nosotros
por un temor… escrúpulos, pues no hubiéramos asumido la respon-
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sabilidad en un momento tan difícil para la República de Panamá
y para los panameños… Y la aceptamos. ¡Nunca la pedimos! Dicen
que un señor allá en Washington, panameño, la pidió, pero no me
consta; nosotros aquí, por lo menos mi persona, [y] yo creo que los
otros dos vicepresidentes, nunca [pedimos] la intervención, y para
nosotros, por lo menos para mi persona ese día o ese momento en
que nos dijeron lo que venía, fue quizás el momento más agrio de
mi vida.
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¿Cómo recuerda usted esos días de la invasión?
Fueron días difíciles porque prácticamente éramos presidentes de
un país, que… ¿dónde estaba? ¡No existía! Yo no podía llegar a la
Presidencia, porque los norteamericanos insistían en que no me
fuera a la Presidencia sino que me quedara en la sede del ministe-
rio de Relaciones Exteriores, en la Plaza Porras, hasta que un día yo
decidí: “Voy allá, aunque sea solo”. Y fui yo solo, sin escoltas mili-
tares de Estados Unidos, de ninguna clase. Lo único que recuerdo es
que el general, o mayor [me dijo]: “Coja mi revolver, mi pistola, para
que por lo menos tenga algo con qué defenderse”… Ver este país,
pasar por la Avenida Central y ver la Avenida Central cómo estaba,
ver cómo estaban los negocios, cómo estaban los supermercados,
cómo estaba la gente robando, era una cosa que provocaba……..
agarrar y decir: “¿ dónde está el aeropuerto? Porque yo me voy de
aquí, a buscar otro rumbo”. Pero, bueno, teníamos una obligación y
la cumplimos, yo creo que la cumplimos, con todas las críticas que
nos caen diariamente, porque todavía nos caen críticas sobre esa
actitud nuestra.
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plutócratas, plutócratas.Y eso no es democracia, y eso me duele a mí
inmensamente, pero yo cumplo con decirlo y lo vengo denunciando
desde hace tiempo.
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dólares, o cuatro millones de dólares, u ocho millones de dólares…
¡Se han gastado 30 millones de dólares, 40 millones de dólares! Son
cifras que mi computadora mental no tiene capacidad para la canti-
dad de ceros que se han gastado en esta campaña política. Pero per-
manezco en ella porque quiero ser la alternativa a esa plutocracia.
Hay otro episodio que quiero ver cómo usted lo recuerda, y es cuan-
do vino el presidente Bush a Panamá.
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expertos respirando gases lacrimógenos, era como una especie de
ejercicio que anteriormente habíamos vivido.
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dijeron: “¿ Estás dispuesto a que Panamá pierda todos sus sacri-
ficios por 23 años de dictadura militar ?, ¿que pierda todo eso por
una simple decisión tuya, de que tú tienes esa visión de que pedir
a los gringos no es correcto?” Y dije: “ellos tienen razón”, y cam-
bié mi decisión a última hora. Fue una decisión dificilísima, a veces
digo que tomé una decisión equivocada, pero, ¿ qué otra decisión
hubiese podido tener que no hubiera sacrificado nuevamente al
pueblo panameño?
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que son internacionales, que hay que darse la mano, como la lucha
contra las drogas, que no puede ser un país solo. Yo dije que sí y, lo
peor de todo: tuve que llamar al canciller Julio Linares, a quien le
conté, y debo decir que él era un hombre con un genio muy fuerte.
Yo creo que él cogió la rabia más grande de su vida cuando le dije
que no íbamos a botar a esa persona. Bueno, todo resultó para darle
chance a la seguridad española [para] que encontrara todos sus
elementos de prueba, cuando de repente me entero de que ellos
allá hacen tremenda conferencia de prensa y echan todo el cuento
y dicen que una vicecónsul panameña había dicho que era para
Panamá y no dicen nada de la parte mía, y entonces por supuesto
que parece que yo hubiera estado participando de un tráfico, ¡y lo
peor de todo era que las armas eran para Yugoslavia, que estaban
en ese entonces en una guerra civil espantosa, que morían mujeres
y niños! Y la fábrica no era de Yugoslavia, sino de Checoslovaquia.
Esa es la peor decisión y si mañana estoy yo en la Presidencia y
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llegan y me dicen que hay un contrabando de armas, no sé qué y
no sé qué, y que mantenga silencio, ¡inmediatamente llamo a una
conferencia de prensa y lo digo! Porque no es verdad que van a usar
a Panamá y luego la van a dejar embarrada. Bueno, en este caso
dejaron embarrado a un panameño, que es este, y realmente no me
correspondía.
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y por eso es que [salen] esos planes de gobierno que usted no los
tiene escrito. ¡Yo tengo planes de gobierno para tirar al aire! Desde
lo años 60 yo tengo planes de gobierno, en los cuales he participa-
do, y me siento en parte responsable. Yo los echo al aire, pero no voy
hacer el papelón que se ha hecho anteriormente, de hacer planes
de gobierno que son puros papeles y mentiras, exageraciones, y,
sobre todo, demagogia barata.
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bueno, que ellos hagan sus encuestas, yo no puedo decir que no
las veo, porque me estrello con ellas cada vez que hago cualquier
cosa. Así que, sí tengo apoyo, en todos lados he encontrado apoyo,
también he encontrado oposición; yo no soy agua bendita ni nada
por el estilo, pero definitivamente no estoy apoyado por las encues-
tas.
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¿Por qué?
Porque la política es pasión, y si no hay pasión, la política no es
política. Política de pura filosofía, de pura cuestión, eso no va para
ningún lado; eso queda totalmente rezagado, y cuando hay pasión
hay la tendencia a que chocan personas que pueden ser hasta ínti-
mos amigos de toda una vida.
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Si le preguntara por personajes que admira, ¿a quién se le
ocurre?
Personajes históricos, ya usted sabe que admiré mucho la vida del
Dr. Arnulfo Arias, un ejemplo para mí. Mucho de lo que yo hago y
digo es prácticamente robado de él, ideas de él, que no son tex-
tuales, porque no las recuerdo textualmente, pero muchas ideas
vienen de él, yo tuve la gran suerte de tener una amistad que fue
muy fluida, y de que a nosotros nos tocaba conversar los dos solos
por largo tiempo. Es más, cuando él regresaba de su finca en Arco
Iris, me avisaban a mí que ya había llegado, porque él sabía que
apenas yo supiera que había llegado, agarraba mi automóvil e iba a
visitarlo; iba a visitarlo todas la veces que yo pudiera y conversába-
mos de todos los temas, incluso de temas no políticos.
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¿Y qué ha sido lo peor de esta campaña para Guillermo Endara?
La plutocracia; eso me tiene el estómago revuelto, me da
hasta náuseas ver que la democracia vaya a caer en manos, no de
millonarios, sino de multimillonarios, y que nuestro país vaya a caer,
como en tiempo de los militares, de plutócrata en plutócrata, y el
pueblo sin defensa de ninguna clase, comprado, como si fuera ga-
nado de cualquier clase.
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Presidente Endara, ¿cómo está su salud?
Mi salud está bien; yo he pasado por varios páramos, todo el mundo
se extraña de que estoy operado del corazón, pero lo que no saben
es que al día siguiente que me pusieron en el cuarto para estar una
semana, dos semanas, cogí una rabia porque me despertaron para
darme una píldora para dormir, y entonces yo me paré y me fui, y le
dije a Ana Mae, quien estaba ahí: “Pídeme un taxi, porque me voy”.
Y tuvieron que esperar que el doctor llegara y me convenciera de
que me quedara, y salí al día siguiente. Yo nada más que estuve en
el hospital un día, en el cuarto no de recobro, sino para mantenerme,
y el resto de mi recuperación fue en mi casa; y otras cosas que me
han pasado. Yo sufro de diabetes, pero una diabetes que tengo total-
mente controlada, tengo médicos excelentes en ese ramo, todos los
días me toman la sangre para ver cómo tengo el azúcar, me inyectan
insulina, una moderna versión que significa una inyección diaria;
antes eran tres inyecciones diarias y estoy perfectamente de salud.
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que estaba viejo; todo el mundo lo quería. Es más, grandes estadis-
tas, no quiero ponerme a su nivel, lo han sido a los 90 y pico de años.
El que hizo el milagro de Alemania, según mi memoria, fue el viejo
Adenauer, que creo que andaba por los 90 y pico la última vez que
lo eligieron.
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genio, y se me salen algunas palabras. Estoy seguro de que las he
aprendido en algún medio de comunicación, porque esas palabras
no son usuales mías.
¿Fue superada?
Bastante superada, por lo menos de acuerdo con lo que conversa-
mos una vez del tema, eso quedó superado.
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¿Qué es lo primero que usted haría si gana el 3 de mayo, su
primera reacción, lo que usted haría?
Decir que tengo muchas cosas que hacer, que voy a asumir un país
casi en situaciones muy similares a las que recibí en el 89, con
grandes diferencias. No va a haber saqueo, ni una serie de cues-
tiones, pero va a ser muy difícil. Definitivamente una de las cosas
que yo le voy a recordar a todo el mundo y cada vez que puedo
lo hago, es que una de mis finalidades es hacer una Constituyente
de verdad, ya sea paralela o que no sea paralela, que sea una
Constituyente de verdad, que el pueblo se dé una Constitución,
porque la actual Constitución da ganas de llorar [por] la forma [en]
que es violada. Usted va, artículo por artículo, y dice: violado, vio-
lado, violado. ¿Control de precios? Yo hablo de control de precios y
todo el mundo dice que estoy loco, eso está en la Constitución, aquí
se dice que no habrá juegos de suerte y azar que no sean del Go-
bierno; vaya por cualquier esquina, a mí no me importan los casinos
en los hoteles de lujo, donde los turistas van, pero que abran casinos
en los barrios populares… eso es para mí un crimen. Yo quiero que
todo eso sea convertido prácticamente en nulidad total, que nuestra
Constitución sea revisada, sea adecuada por una Constituyente que
realmente represente al pueblo de hoy, no al pueblo que es el ori-
gen de esta Constitución, que es del 46, y después vino la de los
militares que empeoró las cosas. Entonces todas estas cosas hay que
arreglarlas.
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Lo que le pregunté fue ¿qué es lo primero que haría como
Presidente?
Eso. Yo siempre he dicho que al tomar juramento como Presidente,
voy a jurar cumplir bien con la Constitución y la ley. ¡Hey! pero lo
primero que voy a decir es que voy a cumplir con la Constitución
que apruebe la Constituyente, eso es lo primero que voy a decir,
porque yo no veo que Panamá pueda seguir existiendo con una
Constitución que es papel para usar, para echarlo al polvo
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Señor Presidente, hasta aquí llegan mis preguntas, pero si
usted cree que hay algo que le gustaría mencionar, que se haya
quedado por fuera, ¿qué le gustaría que aparezca?
Listo.
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