Fray Olmos Andres de - Tratado de Hechicerias Y Sortilegios (1553) PDF
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TRATADO DE HECHICERIAS
y SORTILEGIOS
1553
EDICIÓN DE
GEORGES BAUDOT
TRATADO DE HECHICERíAS
Y SORTILEGIOS
GEORGES BAUDOT
•
TRATADO DE HECHICERÍAS Y SORTILEGIOS VII
[XXXVI]
[XXXVII]
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TRATADO DE HECHICERíAS Y SORTILEGIOS
DE FRAY ANDRÉS DE OLMOS
DE GEORGES BAUDOT
PROLOGO
[fol. 388r]
Presupuesto el prólogo quel muy reuerendo padre fray Martín de
Castaneda} muy artizado theólogo y filósofo y predicador} hizo sobre .
el libro. que coPiló de las hechizerías} conjuros} abusiones y supersti-
ciones y remedios deUas, y ansí mesmo presupuesta la prouisión allí
junto contenida del reuerendísmo señor don Alonso de Castilla}
obispo de Calahorra; con la sobresta exortación quel mesmo autor
haze al lector, me parer;ió sobresto materia escribir en indio después
de xxv años que avrá que Dios (no por méritos) fue servido que
yo} el menor de los menores} "" veniesse a esta Nueva España con el
reuerendísimo señor don fray Juan de (Jumarraga) primer obispo
de México} de la prouincia de la Inmaculata Conceptión de Nuestra
Señora} teniendo alguna nuticia de semejantes hechizerías y abusio-
nes que entre estos naturales indios simples afirman aver y en su
manera no menos dañosas a las almas y cuerpos que las que en éste}
christianos viejos} dize el dicho libro acaecer o aver acaer;ido. A
gloria y alabanr;a de Nuestro Señor Iesu Christo y alumbramiento de
las ánimas destos naturales y nuevos christianos} y a confusión del ene-
migo antiguo nuestro aducasario} tomé el trabajo de sacar del dicho
libro lo que pareció hazer más al caso para éstos} dexando lo demás
como lo podrán ver cotejándolo y añadiendo en lengua mexicana
algunas otras cosas o maneras que experiencia muestra diuersas aver
o exercitar los hechizeros en esta nueva España. Recatándome y
tocando la materia de manera que avese y no emponr;oñe a los leyen-
tes o oyentes porque vana es la medicina que más daña que cura y
más enficiona que sana; y que antes mata que da la vida.
y los espirituales médicos tornan materia o alguna centella del
numbre para mejor curar o hablar desto} ni digan que es renouar
o traer a la memoria llagas viejas y olvidadas} pues se siente al
presente y oyen y veen nuevas y malas. Dize Dios por Jeremías: mira
• Fray Juan de Alameda (vid. la apostilla del opúsculo anterior en el prólogo)
Ramírez.
4 FRAY ANDRÉS DE OLMOS
que di mis palabras en tu boca; mira que te puse ay sobre las gentes
'Y sobre los reynos para que arranques y destruyas) derrames y disipes y
edifiques y plantes. De manera que aquí Dios muestra claro al obrero
de su viña a arrancar primero las malas yerbas de los vicios) heregías.
hechizerías y abusiones y supersticiones) y después [fol. 388v] a plantar
las virtudes y poner en la yglesia personas buenas y sufficientes,
porque) como dize la glosa ordinaria sobre las otras palabras) no podían
ser edificadas buenas obras si primero no se destruya a las malas) ni
ser plantadas bondades sin ser primero desarraygadas las maldades)
y dize muy buen) pues sería edificar sobre arena y no sobre la firme
piedra que es Christo) y sería curar a tiento o sobresanar la llaga;
ni parece basta dezir que se toca esta materia en sermones) a vezes
lo uno porque es materia por sy y lo otro porque el tal toque enfin
es toque que las más vez es no llega a lo biuo sino de pasada) como
me avrá acaecido) y no aver hecho tanto inicaPie en cosa tan nece-
saria) aunque algo he sobrello trabajado.
y pues esta maldita llaga crece) o reuerdece) y yo me voy llegando
al fin) pareciome escriuir lo que alcanro) aunque no sea sino abrir la
senda a que los que más saben en todo la hagan campo y la declaren
mejor. Si en el árbol verde tales cosas acaecen) ¿qué será en el seco?
Si la vieja christian dad se quema) no es de marauillar que arda la
nueva) pues el enemigo no menos embidia) enojo y rencor tiene destos
que poco hase se le escaparon de las uñas que de los que ya ha
mucho tiempo se le salieron de las manos. Y cada día cerca y rodea
la presa por la tornar a correr al qual sola la fe formada le es impe-
dimento) porque del fe tibia o muerta) poco) o nada se espanta. Según
rrayatano E?], tres maneras ay de infidelidad. .
La primera de la intención) quando uno se aparta de las cosas que
ha conocido conuenir a la necessidad de la fe) desiente de la ygletia
deliberadamente, creyendo lo contrario, y lo tal es pecado mortal
grandíssimo. Si el tal es christian o) llámase pecado de heregía y ha
de ser excomulgado; si en algún acto exterior, aunque sea sól'o delante
sí mesmo, saliere, se reserua la absolu~ión al Papa con los otros casos
de la cena del Señor.
La segunda por los primeros y imperfectos mouimientos, quando
uno por tentaciones y razones oydas casi va~ila en aquellas cosas que
son de la fe, no empero ucene E?] ase de forminar con consentimiento
deliberado, y éste cierto es pecado de [fol. 389r] infelidad, pero venial
por la imperfectión de la obra.
La tercera por la ignoranria de parte de la materia. Así commo por-
TRATADO DE HECHICERÍAS Y SORTiLEGIOS 5
[fol. 39Or]
[fol. 390r]
muertos en la plaza del mercado. Algunos con piedras, con palos, con el
alacrán y la ortiga, fueron golpeados por los señores, los padres que se
llaman inquisidores, por aquello que se llama la Sancta Inquisición que
busca lo que anda oculto en la vida de bs gentes, o si acaso algún cris-
tiano quiere alejarse de Dios para hacer cosas malas, o si acaso desea en su
corazón cosas impuras como matar a alguien o hacerlo desgraciado para
alegrar a su corazón: y así darse voluntariamente al Diablo. Y Dios con-
siente en que esto se conozca bien para que él, el malo, sea despreciado y
juzgado en público, en el templo y en el mercado. Pero para que nadie
diga que no conoce su falta, las cosas mal hechas, entonces se juntarán
aquÍ todos los modos que tiene el Diablo para engañar a las gentes. Te
suplico mucho, hijo mío querido, de poner el mayor cuidado para no escu-
char al revés. Y si algo lo ves oscuro, que no está claro, que no lo entiendes,
por ello pregunta al padre que así ha hablado. Eso es todo.
DE C6MO EL DEMONIO DESEA SER HONRADO
[fol. 391v]
[fol. 391v]
Capítulo 1: donde se dirá cómo él, el Diablo, mucho desea ser honrado.
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14 FRAY ANDRÉS DE OLMOS
poder de Dios [fol. 392r]. Entonces humilla a los hombres, los cautiva con
su mordisco, con sus dentelladas, sus mentiras, su baba, de tal modo que
se burla de ellos, que los induce al error. Él deposita, acumula mentiras
en su corazón, en su oído, para seducirlos, para turbarlos, para hacerles
daño. Por ello, los hace caer en un precipicio, en un barranco. Como el
alacrán, como la araña vigilan, espían con cautela en las ortigas, en
el abismo, en el río, así, con palabras disimuladas, con tono suave, con
consejos pérfidos, encanta a los hombres para retenerlos, para guardarlos,
para seducirlos. Es mucho muy malo, como una gran bestia feroz, sin lugar
a dudas. Es un muy gran ladrón que quiere agarrar, alcanzar, robar una
criatura de Dios. Como un ladrón, como un bandido, como un malhechor
que se apodera de todo sin distinción, como si no fuera humano, sin tregua,
va de un lado para otro, si se le ve, él que es tan ingenioso, él que es tan
temible, nadie debe aventurarse a seguirlo. Muy repugnante es el Diablo.
Él no es bueno, no es justo, es odioso, negro; se introduce en el corazón
de los hombres, se insinúa en el hueco de sus oídos, y de verdad bien se
echará de ver, bien se podrá dar uno cuenta de que con él se yerra. Pero,
para no caer en el lazo, en la cuerda que él tiende con la mano, hay que
pensar al instante con todo corazón en el único Dios e invocarlo con fe:
Per Signum Pater Nostrum. Ave Maria Credo Salve.
Pero, para no equivocarse, para no apartarse del camino recto, al instan-
te se abstendrá uno absolutamente de lo que se dice, se nombra impiedad:
entonces tu corazón será alumbrado para que no te entregues al Diablo,
para que no vengas a ser su adepto, para que no te engañe, no te haga caer
en una trampa.
No te espantarás si así es en su corazón, en su vida, el Diablo. En efecto,
ya antes quiso engañar a Nuestro Señor Iesu Christo. Cuando moraba en
la tierra, el Diablo lo quiso engañar, burlar, cuando sobre la gran montaña, Math. 41
para probarlo le dijo: "todo esto te daré si ante mí te inclinas humilde-
mente, si te humillas sobre la tierra para saludarme". En cuanto habló
así, se fue aprisa, partió. Y de este modo, porque así se atrevió a ofenderlo,
Nuestro Señor lo nombró jefe, rey del mundo de aquellos que son perver-
sos, que desobedecen a Dios, que en todas partes vive, para siempre, de Jo. xii 2
todos los que le acompañan, de todos los que no creen en Dios, de los
que sólo son del partido del Diablo.
Pero contra Él luchó el Diablo, combatió contra Nuestro Señor [fol. 392v]
Iesu Christo para intentar engañarlo, aunque bien sabía que su vida, que
su corazón eran perfectos. aunque bien sabía que este gran Sancto no había
cometido ninguna falta, aunque no tuviera segura su divinidad, aunque
no estuviera seguro de que fuera la divinidad, Dios. Entonces no te espan-
tarás, no conocerás gran miedo cuando aprendas, sepas, cuando oigas decir
que el Diablo engaña, pierde, turba a gran cantidad, a un gran número
de hombres y de mujeres. Porque el Diablo es también un hombre muy
16 FRAY ANDRÉS DE OLMOS
Gen. 33
huel yehuatl ye quiztlacahuia yn macehualli yniuh oquiztlacahui yn achto
~iuatl: yc quinnetoltia yn machiliztli quimilhuia. Cayehuatl quinmachtiz
yn tley huetica ychtaca chihualo yn ahuel tlalticpac nemiliztiea macho
yn auel oc a~icamati yn teyollo. Auh yehica mochi tlacatl tleyn conmatiz-
nequi niman cenca tlapanahuia yn quimatiznequi yn tleyn ichtaca chioalo
yn ayximachoni yn amachoni yn acaconi yn aye teilhuiloni yn acan
nemachitoloni. Yehuatl ypampa cenca yztlacauilo yn conmatiznequi yntleyn
quiPanahuia yn iyollo yn itechpan [fol. 393r] ualquira yn Diablo yn
cenca ca~ieamatiznequi yn tleyn queleuia yn amo ytechmonequi yn ixpo-
poyame in tlaueliloque. Auh yehica yn quimati yn maceualli yn auel
ca~icamatiz yn iyollo yn tleyn queleuia yc quimotenmaca yn Diablo ynic
yuic monetoltia ynic yn teouh in tlatocauh yn tepalehuicauh ypan quimati
uel yc quiyollocacopa yntechpohui, yehiea momati caquinmacaz in tlC)Jn
quinnetoltia.
Cenca quinyeheeoa yoan miecpa quinpehua yehuantin yn quimitta yn
cenca ytechuetri ontlami yn iyollo yn tlalticpac tenyotl mahuiz~otl
yn pillotl tecuhyotl tlatocayotl. Yn iuhqui oquiztlacahui, Diablo eetlacatl
ynitocacatca Gilberto: yn oquitlalcaui yn Dios ynic oquimoeemmacac yn
Diablo ye yhuic monetolti ypan Juramento yn iyolloeopa ytechpohuit
yntla quipaleuiz ynic huel ypan mochioaz yn ixquich quinequia queleuiaya
yn iyollo. Uelic oquixeahui yn oquimomachti yn teyxcuepaliztli yn itoca
nigroman~ia ano~o arte mágica Diablo tlatolli ynic opanuet~ ytechPan in
Diablo ynoquiPalehui ynic obispo omoehiuh ~atepan arrobispo omochiuh.
Qatepan huey teopixqui omochiuh yn ampa Roma. Auh ~atepan oquimo-
tlachialtili Dios yn ilhuicac ye ontronqui~aya yninemiliz oquimocuiti yn
itlatlacol uel oquichocti otlamaceuh oquichiuh penitencia ynic ueliPan
cristianoyotl ynomomiquili. Ayac yuh panhuet~iz cacenca temamauhti tey-
~aui yntlatlaeolli cenca yc qualanilo yn Dios yoan yoan amo macho yn
tleyn ypan ont~onqui~az yn inemiliz. Oytlahueliltic ohuitic yniuh quitoca
quitemoa quelehuia yn pitotl yn tlatocayotl cemicac yc han Diablo yc
motoliniz.
No yoan cenca quimiztlacauia yn teyxeleuiya ye cenca queleuia yn
cueytl uipilli yn anca quitoca yn malacatl yn t~ot~opaztli tlatlacoltica.
TRATADO DE HECHICERÍAS Y SORTILEGIOS 17
para venir a ser arzobispo. Por fin, fue hecho gran pontífice allá en Roma.
Mas, luego, se le apareció Dios en el cielo, cuando finalizaba su vida,
confesó su pecado, lloró mucho, se arre?intió, hizo penitencia, de suerte
que murió en buena cristiandad. Nadie :)btendrá gloria de este modo,
porque es una falta espantosa, abominabl~, se e.nfada uno con Dios y así
no se aprende nada, se pierde la vida. Es muy infeliz, conoce triste destino
el que así persigue, busca, desea la noblczil, el poder, para siempre en la
morada del Diablo será un infeliz.
También mucho intenta engañar (el Diablo) al que mucho desea la
falda, la camisa (la mujer), al que mucho frecuenta el huso, el cuchillo
de tejer (la mujer) para pecar. Así engañó el Diablo a un hombre, a un
gran rey que se llamaba Salomón, a causa de ellas, las mujeres consagradas . Reg. xi 4
al Diablo, que él deseaba; así ellas adoraban dioses y así él levantó
en muchas partes templos dedicados al Diablo para que allí hubiera lugar
de reunión, e hizo, escribió muchas invocaciones, palabras al Diablo. Luego,
después de su muerte, ellas servían para introducir diablos en los cuerpos.
Mucho se sobrepasó por ello en el pecado, él, el rey Salomón [fol. 393v].
y además, está dicho en la vida de San Ciprián y de Sancta Iustina cómo
un hombre, un estudiante que se llamaba Agladio deseaba mucho a ella,
a una joven doncella Iustina.
Entonces, fue a encontrar a Cipria no para ello, para que pronunciara
palabras de engaño, para que las hiciera caer en el corazón de la noble
mujer, para pecar con ella. Y él, Cipriano, como no era aún cristiano,
llamó con insistencia a los diablos para que Iustina, joven doncella cristia-
na, buena cristiana en su corazón, cayera en el pecado, ella que no se
podía mancillar. Y así, por cierto, cuando se mostró ante ella, que le recordó
la maldad de los diablos, enseguida por ello Iustina hizo el Cruz Per
Signum, la Señal de la Cruz. Entonces huyeron, se fueron los diablos porque
no había sido engañada. Y cuando Cipriano supo que con las virtudes,
con los méritos de la Cruz mucho se puede sobrepasar y vencer al Diablo,
enseguida se convirtió, enseguida abrazó h creencia en Nuestro Señor Iesu
Cristo, enseguida abandonó, despreció, odió al Diablo y a toda su manera
de vivir, a su maldad. Y luego, un día cubierto de nubes, Cipriano y Iustina
fueron muertos. Porque los buenos cristianos, en honor de Nuestro Señor
Iesu Cristo sólo, aceptarán la muerte que se llama martirio. Por eso se
niegan a adorar dioses, los desprecian, y entonces mueren a manos de los
malvados, de los que no creen. Conocen la falta, saben burlarse del mal,
de la perversidad, del pecado, del excremento. No vayas a seguir, no vayas
a desear la falda, la camisa (la mujer), no te sometas al Diablo. No te
acerques a él para no caer en sus manos, para no arder con él para siempre.
Por fin mucho engaña el Diablo a aquellos que quieren saber cómo
están hechas las cosas secretas, o aun conocer acaso el secreto de la vida,
o acaso las cosas que ocurrirán más tarde. Por ello mucho engañó el Diablo 1 Reg. e 18 5
20 FRAY ANDRÉS DE OLMOS
[fol. 394v]
[tal. 394v)
Hay sobre la tierra dos congregaciones: una es muy buena y la otra muy
mala. Aquella que es muy buena se llama yglesia cathólica, y la que es
mala se llama yglesia diabólica. Muy honrosa es la morada de Dios y muy
Canti. vi 7
deshonrosa la morada del Diablo. Y así es ella, la que se llama yglesia
cathólica: se ve, en esta asamblea, a todos l)~ buenos cristianos. Esta congre-
gación es la única buena y de tal modo todos los buenos cristianos la honran
y rezan al único bueno, al único verdadero Dios, porque tienen una única
buena creencia que se llama fe: confiesan sus faltas, las dicen, y reciben al
único baptismo bueno cuando reciben el agua de Dios.
Pero, así es ella, la casa del Diablo, la casa del hombre-búho; en ella se
De sumo tri
ve a todos los descreídos, todos aquellos que no creen en el verdadero
et fide ca. 8
Dios. No pertenecen a la Sancta Yglesia Cathólica, porque no hay un templo Ps. 2511
único, no hay una yglesia única a la que pertenezcan los descreídos, porque
no creen en el único verdadero Dios, no lo siguen, porque no tienen una
sola creencia y no reconocen la única verdadera creencia. No reciben el
buen sacramento, no lo guardan.
Nuestros abuelos no se refugiaban en una buena divinidad, y así no
conocerán ninguna caridad. Acaso mucha gente piensa que los judíos y
los moros creen, honran al único verdadero Dios. Sólo que están en un gran
error, no creen, no honran al único verdadero Dios. Si aquellos que así
piensan, que así hablan, quieren seguir en sus creencias, si no quieren
rectificarlas, entonces caerán en la falta de creencia que se llama herejía.
Tal es la del judío, tal es la del moro, que no creen en Dios padre, en Dios Aug. in se
hijo, en Dios Spiritu Sancto, que no creen en un sólo verdadero Dios unius mar. 10
uno y trino. Y como lo dice Sanct Augustín, él es el verdadero Dios y nin-
gún otro dios.
y [tal. 395r) dijo Nuestro Señor Iesu Cristo que si se cree bien en Dios,
también se creerá en Él. Pero aquellos que no quieren ser consagrados a
N uestro Señor Iesu Cristo, que no respetan a Cristo, no honran al único
24 FRAY ANDRÉS DE OLMOS
verdadero Dios, el padre que mandó a su hijo amado para que viniera a
salvarnos sobre la Cruz. Así es como nadie invoca, nadie reza al único
verdadero Dios si no es un buen, verdadero cristiano cathólico.
A causa de él, para él, el Diablo no celebra ninguna asamblea en su
morada. La casa del Diablo sobrepasa con mucho a la de Dios, sólo porque
hay muchas asambleas de hombres-búhos establecidas en varios lugares.
Así, no se unen, no se reúnen en un solo cuerpo, como se une, se reúne
toda entera la reverenciada casa del verdadero Dios que se llama yglesias
cathólicas. Sólo que todos estos templos se levantan por todas partes, son
elevados por todas partes, se habla de ellos, se nomb:t;a a plena luz la única
buena iglesia por todas partes, la que se llama cuerpo místico porque está 1 Cor. 12 11
constituida como un cuerpo cuya cabeza es Cristo situado arriba del todo. Ad Col. 1 111
DEL TEMPLO Y NATURALEZA, POTENCIA Y ASTUCIA
DEL DIABLO
Vosotros conocéis así los dos templos y para que sepáis cuál es lo muy bueno
estas palabras os lo van a decir. Sabed que en la morada de Dios se aprende
bien en público, y con seguridad se aprenden ahí todas las buenas pala-
bras para conocer a Dios, para creer en Él, obedecerlo y para enmendarse,
para alcanzar bien el cielo. Pero en la morada del Diablo sólo a escondidas
son las palabras, sólo en secreto se reúnen los malvados, los engañosos. El
(el Diablo) los llama que sean de su parte, para al lado suyo derramar
por todas partes palabras de engaño, para engañar, inducir a error a los
desdichados, para seducir a los que se hallan debilitados, enfermos, acaso
para maltratar a los hombres que no quieren apartarse de Dios.
En la morada de Dios se dice en público, bien alto, sus palabras, muy
buenas, rectas, bellas, para ser alejado, de tal modo que uno es alejado
de una gravísima falta y que uno no será mandado al lugar de los muertos
para siempre. Pero, en la morada del Diablo, en secreto se habla, se disfraza
la palabra, se aprecia secretamente la falsedad, la baba, de tal modo que
sólo se hacen, se efectúan malas acciones, para acabar dejando al verdadero
Dios. Y así, se enojará, y por ello los meterá en cárcel, los meterá en el
lugar de los muertos para siempre.
Él, el árbol que da frutas, se le conoce como bueno, seguro [tal. 395v].
Así es lo mismo para la palabra y la vida, para saber si las de Dios, si acaso
las del Diablo, si acaso las de un varón y de una mujer son algo buenas o
no lo son. La reverenciada palabra de Dios y la vida reverenciada de
Nuestro Señor Iesu Cristo, son muy buenas, bellas, rectas, muy edificantes,
muy instructivas, muy enriquecedoras, muy glorificadoras, muy agradables,
sabrosas, placenteras, y las conocen los buenos corazones de la gente. Las
cosas celestes son y se conocen muy sabrosas, muy buenas de entender, y
por ello se sabe y se cree que es muy bueno lo que es del único verda-
dero Dios.
Pero ella, la segunda, la palabra tramposa del Diablo, del perverso que
está de su lado, bien se conoce su maldad. De este modo, en medio de )a
gente, entre la gente viven los malvados, y así tienen por costumbre los
sacrificios, el polvo, la basura, la ceniza, y arrastran a la gente a la ruina,
a la enfermedad, los hacen desgraciados, los castigan muy duro con pulque,
con hongos, para que vengan a ser malvados, perversos, pícaros, se hastían,
28 FRAY ANDRÉS DE OLMOS
[fol. 397r]
Capítulo J.IJ: donde se dice que igual que hay en la Sancta Yglesia los Sanctos
Sacramentos, así igualmente en la morada del Diablo hay Execramentos.
Así como dentro de la Sancta Yglesia Cathólica, Nuestro Señor Iesu Cristo,
verdadero Dios y verdadero varón, otorgó Sanctos Sacramentos, así también, In 4 Sent.14
él, el Diablo, ni más ni menos depositó, encerró en su morada lo que se
llama Execramentos, para embaucar, embrujar, desconcertar a la gente.
Gracias a los Sacramentos se aniquila el pecado si bien se cree, si bien
se reciben. Pero, gracias a los Execramentos aparece el pecado, y aquel
que lo estima se ennegrece, se ensucia. Con los Sacramentos se enmienda
uno, se mejora uno, para ir al cielo. Pero, con los Execramentos, embau-
cado, perdido, el hombre del pueblo irá así a la morada de los muertos
para siempre.
Vosotros sabréis que esa circuncisión que Dios otorgó a su amado Abraam
es un Sacramento de hace mucho tiempo, sólo que ya terminado absolu- Gen. 17 Ui
tamente. Y ahora, esa circuncisión que reciben los judíos, que es como
aquella que reciben los moros, no es aquella que Dios otorgó, pero sólo aque-
lla con la que el Diablo los engaña. Y como ella no es un buen Sacramento,
bien se puede llamar de aquellas cosas que el Diablo hace en su morada,
es decir Execramentos.
Ellos, ellos, los verdaderos Sacramentos sólo se administran en la morada
de Dios, para dar la gracia, para ser socorrido por su gloria. Pero, aquel
que recibe los Execramentos no hace nada bueno, cae más bien en la
descreencia que se llama infidelidad, un grandísimo pecado, nada se le
parece.
No sólo por esa circuncisión así viven los judíos ahora engañados por el
Diablo, sino porque por todas partes en sus moradas ha traído para que
se parezcan a los Sacramentos unas cosas que se llaman cerimonias y execra-
mentos, brujerías, engaños que se llaman hechizerías.
Pero, para saber a ciencia cierta, para aprender como Él, Nuestro Señor
Iesu Christo hizo los Sanctos Sacramentos, como cosas preciosas, comestibles,
que son buenas de comer, y sin embargo puras y que se reconocen bien:
tales como el agua, la tortilla (el pan), el vino, el azeyte, y las palabras
34 FRA Y ANDRÉS DE OLMOS
rectas. Al contrario, él, el Diablo, hizo los Execramentos con cosas que
enseguida no se pueden conocer fácilmente, malas de comer, acaso con
algunas cosas que se agitan alrededor suyo, bestias fieras, pájaros que no se
puede conocer fácilmente, que no son corrientes [fol. 397v], y muy peligrosa
es su palabra, falsa, oscura.
Aunque ello, lo que dan, no esté hecho de nada bueno, no por gusto el
Diablo y sus ministros quieren hacer cosas malas. Porque así aquel que
actúa como el Diablo, que le invoca, sigue sus consejos, se dedica a las
mismas cosas que él, sólo se interesa, se dedica a muchas fiestas, y así
quebrantan, abandonan los mandamientos del verdadero Dios, así serán
arrojados al lugar de los muertos.
y él, el Diablo, así será considerado, alabado, nombrado, honrado como
un dios, y viniendo a ser así como sus hombres del pueblo, ellos huirán .
de Dios y ya no vivirán en su seno, sólo desearán al Diablo, a su lado se
afiliarán en su corazón a la mentira, a la vida de impostor, a la superchería;
entonces no echarán de ver su hipocresía, sus mentiras, sus mañas, y en
ellos irá aumentando la maldad que sola le importa. Pero él, el Diablo,
no contesta más que a aquellos que le llaman cuando hacen una maldad.
No contesta para arreglar las cosas, porque en cuanto llega es para arras-
trar a lo peor, es sólo su única voluntad lo que satisface, él, el malvado,
cuando hace Execramentos o acaso cerimonias. Porque ellos, los Sanctos
Seo. in 4
Sacramentos que otorga Dios en la Sancta Yglesia, verdaderos, agradables, Sent. Dj 16
se reciben en la gracia, son muy mucho el signo de la misericordia de
Dios, si no se recibe en el pecado al Sacramento.
Pero a veces con los Execramentos el Diablo ayuda a desear, o acaso a
hacer, cosas que se le piden, si no se hace uno esclavo de Dios. Por eso
el malvado y el perverso llaman al Diablo, porque tal es su voluntad de
llamarlo, tal es la suya en satisfacerlos. Ho::' aquí un ejemplo: una mujer
se confió, y con ella dos otras mujeres sus amigas, que les diera el Diablo
a cada una una piedra, para así tirarla al agua grande (al mar) . Enseguida,
el agua se irritó mucho, y como ya hada de noche, se ahogaron un grupo
de varones, que entonces estaban navegando en un barco sobre la mar.
De este modo, como contesta a las preguntas más difíciles que le hacen,
del mismo modo el Diablo responde a las más fácile~ de satisfacer, según
su deseo, según entiende, según ve que esto engañará mejor, si [fol. 398r]
no se opone Dios, ya que se trata de malvados pervertidos por el pecado.
Así como lo dicen los prophetas, Dios abandona así a la gente que de Psal. LXXX 17
este modo quiere en su corazón seguir una vida de falsedad.
Él, el Diablo, mucho quiere remedar en todo a la Sancta Yglesia, quiere
falsificarlo todo; por eso él hace a menudo Execramentos que se hacen bajo
forma de unciones. Como quiere hacerlos parecer, hacerlos aparentar a los
Sanctos Sacramentos, contrahace las unciones benditas, porque Cristo signi-
fica ungido.
36 FRAY ANDRÉS DE OLMOS
Capítulo IV: donde se dirá cómo son los sacerdotes del Diablo.
Los sacerdotes del Diablo, ellos, todos ellos, de corazón, a la luz del día,.
en secreto o en su fuero interno, han prometido ante el Diablo el some-
terse a él. Hacen entonces dos votos ante el Diablo, para que éste los cuente Gerson
verbi S.28
entre sus embaucadores, entre sus hechiceros.
El primero 1: de buen grado, los malvados dicen ante el Diablo que
desean huir de Dios y de su creencia, pertenecer al Diablo y sólo obede-
cerle a él, y para ello darse con alma y cuerpo para que el Diablo les
Pacto
descubra lo que desea descubrir a aquellos que son sus representantes expreso
[fol. 399vJ. Él, un padre, lo recogió en una epístola escrita en lengua de
Castilla. Porque así conoció, vio a algunos de estos embaucadores, cuando
fueron quemados, y algunos supieron de la misericordia, recibieron peni-
tencia. Así, un hombre dijo que es verdad que lo sedujo el Diablo para
huir de Dios y de su creencia, pero que de ningún modo le había seducido
para aborrecer de Santa María. Y éste era viejo. Bien confesó sus pecados,
hizo penitencia, por fin se lo dijo a él. Muchos son los que así lo han
contado, lo han dicho, que les pasó lo mismo cuando empezaron a ser
engañados.
Por fin, algunos perversos prometen también públicamente consagrarse
al Diablo, aunque no hayan visto a nadie, aunque nada se les haya apare-
cido. Sólo hacen su promesa con los embaucadores, con los magos, y huyen
de propia voluntad la creencia en Dios, y hacen las cosas del mundo diabó-
lico llamadas ceremonias que ellos, los embaucadores, hacen, o acaso lo
que enseña o da por ejemplo el Diablo. EllOS son todos los embaucadores
malvados que se llaman brujos, xurguinos, magos.
Así está escrito en el libro de la Sancta Yglesia que se llama Decreto.
y ella, la nahual llamada bruja fue así quemada, porque aquellos que se
26 q. 1
Haman sortilegos o acaso magos pagan sus culpas en una hoguera porque Sortilegio
Dios desea entonces que los malvados sean quemados, para ser castigados 26.4.4
por el fuego aquí en la tierra, porque no han realizado, no han imaginado Igitur 26
que el fuego del lugar de los muertos mucho más grande es, en mucho q.s. nec
mir. 29
lo sobrepasa, es mucho más espantoso, terrorífico, doloroso y muy ho-
rroroso.
42 FRAY ANDRÉS DE OLMOS
castellano que allá guardaba, llamado Juan Cordero. Pero ellos a esto no
se atrevieron, porque era un viejo valiente. Sólo le revelaron, le dijeron
aquello que el Diablo les había pedido. Entonces él les dijo: vengan ustedes
conmigo al lugar donde se les apareció y así mi corazón se alegrará. Le
acompañaron; al instante se apareció el gigante; sacó su espada, la espada,
para herirle. Sólo que por esto no se atormentaba el Diablo. A pesar de
sus fuerzas, ya le hería mucho. Al instante él, el gigante, lo abrazó; entonces
por esto se cansó mucho y por ello enfermó mucho y durante numerosos
días, por esta razón, acostó su cuerpo en su cama. Se dice que no hizo el
signo de la Cruz, que no dijo: Jesús. No vayan a olvidar ustedes, para
que el Diablo no les haga desgraciados, si les apareciere algo, alguna vez.
De igual modo un hombre llamado don Juan, señor de Amecameca, Ex.
me dijo que antaño, él, a su padre, ya se le había aparecido el hombre-
te colo te (el Diablo), parecido a un mono. Muchas cosas se le aparecen a
uno cuando su corazón así lo desea, si Dios no le detiene.
De igual modo me dijeron que se le apareció el Diablo a un cristiano,
allá en Castilla; vivía en gran tristeza porque era pobre; y le dijo: aban-
dóname tu alma, y yo te haré ser muy rico en cambio. Éste le dijo: está
bien, al instante. Cosa muy espantosa. De tal suerte se volvió y por todos
lados le acompañó (el Diablo); y para ser considerado a cada uno le
restituía lo que le había llevado: un cuarto o cuanto era. Y cuando ya
cerca de un año hubo vivido en su compañía y por esto hubo recogido
muchísimos tomines y ya se había hecho muy rico, le dijo al Diablo: ya
basta, no te acompaño más. Entonces éste despierta en secreto y por ello
se enmendaba en su habitación. Sólo que siempre andaba satisfecho. Y tal
cosa les fue dicha a los alguaciles, fue agarrado preso, y por él, por el
Diablo, fue quemado. Nadie se consagrará al Diablo por pobre que sea,
ya que sólo da cosa fingida, algo para que luego, luego, le ocurra a uno
algo horrendo, espantoso.
Por fin, me fue dicho cuando interrogaba al que le perteneció en Zaca-
tlan, que se andaba diciendo de una mujer, que de ella había nacido un Ex9
niño que inmediatamente mandó, que dijo que los cristianos no serían
entregados al tributo. Por cierto, a propósito [fol. 401r], vino para salvarlos
de entre sus manos. Así, por él, sobrevino la batalla, de tal suerte que se
hicieron una multitud de esclavos; quizá unos cuantos bien murieron
entonces nueve veces. Mucho, por esto, se burló de ellos el Diablo. Su
maldad no tiene cuenta, ya que deshonra, se burla, ya que calumnia.
Ojalá despierten ustedes bien, ojalá sean prudentes.
PORQUÉ DES TOS MINISTROS DEL DEMONIO
AY MÁS MUGERES QUE HOMBRES
~ihua teyx-
M iyec tlamantli ypampa tlapanauiya ynic miequintin nemi
cuepanime ynic ytech pohui yn diablo. Amo yzquintin oquichtin yuh
nemi.
Capítulo v: donde se dirá por qué son muchas más las mujeres engañosas
y muy pocos los varones.
Muchas razones han hecho que muchas mujeres engañosas vivan como
adeptas del Diablo. Muchos menos hombres viv('n así.
Primero 1. Porque muchas mujeres viven como embaucadoras. Porque
De cons. d.
ellas no vinieron al mundo cerca de Nuestro Señor Iesu Cristo en los 4. mulier 32
Sanctos Sacramentos, no cumplieron con su obligación, de tal modo que
ellas se entregarán por esto a servir al Diablo, que ellas pedirán entregarse
al pecado que se llama Execramentos.
Segundo 2. Porque el Diablo engaña illuy fácilmente a las mujeres: es
así porque la primera fue engañada nuestra primera madre, porque no
fue el varón que él engañó primero, y porque él sedujo fácilmente a la
mujer con falsas palabras.
Tercero 3. Son engañadas las mujeres porque quieren saber con gran Ge~ 3 c~~tis
prisa las cosas que suceden en secreto, quieren saber, porque así la vida . SlCut dll
. . SClentes bo.
de las mUjeres no es de aprender en los lIbros muchas palabras para darse et 33
a conocer, para destacar; por ello entoilces quieren aprender al lado del
Diablo.
Cuarto 4. Porque hay muchas mujeres brujas es porque el Diablo sabe
Ectia 25 noto
que hablan mucho, que sobrepasan a los varones hablando, que muchas totum illud
de sus palabras no las guardan mucho, que las palabras dignas de ser c.34
reservadas las confían en seguida a alguien, las cuentan a las demás, y por
eso es causa de que las mujeres se hagan saber unas a otras muchas palabras
secretas, maldades; no pasa así mucho COn los varones.
Quinto 5. Porque las mujeres se dejan mucho dominar por la ira y el
enojo, fácilmente se encolerizan, son celosas, envidiosas; haciendo sufrir,
imponiendo tormentos a otros quieren aplacar su corazón y [tolo 401v]
anhelan con facilidad que les pase a las gentes cosas tristes y penosas. Pero,
como pocas perseveran, son bastante fuertes, para saciar su corazón con la
muerte de alguien, no les es posible matar a quien aborrecen o atormentan.
48 FRAY ANDRÉS DE OLMOS
Por eso se dice que siguen al Diablo para que las ayude a hacer aquello
que desean, las maldades que ansía su corazón. Pero los embaucadores,
acaso mujeres, acaso varones, y todos los nahuales (brujos) llamados brujos
que se han consagrado al Diablo, hacen cosas para él, para servirlo. Pero
lo que está hecho en nombre del Diablo no está hecho para hacer favores,
para ayudar; sólo es porque se le prometió, porque se comprometió uno
a ello, a no hacer cosas buenas, rectas, en los Execramentos, o acaso las
cosas dichas por las palabras del Diablo. Gran tramposo es aquel que se
hace amigo del Diablo para obedecerle y hacer maldades, esas que desea
en su corazón, aquel que conoce, y no a causa de muchos libros escritos,
las palabras secretas, aquel que ayuda sólo el Diablo si se consagró a él. Las
palabras secretas del Diablo son falsas como son verdaderas las reverenciadas
palabras de Dios, las verdaderas palabras.
Por fin, sobrepasan así muchas mujeres, 'iiejecitas, nahuales (hechiceras),
desdichadas, y pocas jóvenes doncellas que así son enseñadas. Porque como
ningún varón va en busca de las viejecitas, como nadie las desea, ni las
sigue, ni se interesa por ellas, el Diablo las agarra y así hace lo que desean;
y las viejecitas viven como mujeres perversas y cuando eran jóvenes donce-
llas sólo se ocupaban de su vida de placeres. Ellas, mucho las engaña el
Diablo, porque les promete una vida disoluta de placeres para convencerlas
aSÍ, luego, de hablar de este modo.
Por fin, muchísimas pobres mujeres así viven porque saben que el Diablo Ecle. 2635
les dará un yerno, hará aquellas cosas que ellas desean, porque ellas no
se contentan con la pobreza; así con él se alegran, porque el Diablo las
atrae con el señuelo de algo, para que con ellas el Diablo engañe a muchas
más mujeres viejecitas.
En modo alguno, nada se entregará al Diablo para dar placer al corazón
de alguien. Porque el Diablo no desea que se le entregue algo más que
para burlarse, para engañar mucho [fol. 402r]. Porque aSÍ, si alguno se
dejó seducir por el Diablo para que le dé oro, o porque no haya nadie
para castigar a los mal vados, aquel que está del lado del Diablo, aquel Dani. xl 36
matará a menudo por oro, y lo tomaría si el Diablo lo deseara, y así se
apoderará de la gente aquel que será llamado Antecristo cuando nazca,
cuando viva en la tierra, y nunca se acabará. Pero, ahora, sobre los verda-
deros embaucadores, nahuales, se han escrito cosas. El Diablo que es muy
lisonjero, muy artero, prometió, ofreció dar muchas riquezas, y luego se
burla, se ríe de la gente. Ede. 1387
CÓMO LOS CONSAGRADOS AL DEMONIO
PUEDEN ANDAR POR LOS AYRES
Capítulo VI: donde se dirá cómo por los aires pueden pasearse los que se
han consagrado al Diablo.
Muchos sabios, los que conocen bien la escritura, no creen que los hechi-
ceros, los nahuales (brujos), los descreídos, puedan volar por los aires;
piensan que esto es imposible. Pero ahora, hoy, ya que a veces se les ha
visto volando por los aires, ya que la escritura describe que es posible, y
puesto que ellos mismos, los nahuales, los brujos que el Diablo ha embau-
cado, reconocen que esto es así, en razón de todo esto se puede creer; de
hecho es verdad que, a veces, los de mundo diabólico pueden así volar
por los aires.
Así quedará contento el corazón de la gente, bien se sabrá, ya que está
escrito que un ángel se llevó a Abachuc cuando vivía allá, en un lugar Dani. 14 38
llamado Judea; tan sólo lo agarró por un cabello para dejarlo ágilmente
más lejos, en un lugar llamado Babilonia, en el foso de los leones (pumas),
así probando la virtud y la fuerza del ángel para llevarse a alguien. Se
llevó así al profeta, para dar de comer a Daniel, amado de Dios, que allá
estaba en el foso de las bestias fieras y que tenía hambre; un hombre
malvado, un rey, lo había encerrado allí, y por prodigio le fue dado con
qué comer.
Por fin, está escrito en el Evangelio que, cuando el Diablo puso a prueba Math. 4811
a Nuestro Señor Iesu Cristo, se lo llevó a un lugar desierto, a un lugar Lue. 340
llamado Ierusalem, donde el templo; y así luego lo !levó a la cumbre de
una montaña desierta [fol 402v], muy lejos, de donde le hizo ver muchas
ciudades y reinos.
Por fin, aún en la escritura se dice de él, de Simón el mago, el hechicero,
que decidió subir al cielo él también, así como lo predicaba San Pedro
que Iesu Cristo él mismo lo había hecho. Y, entonces, delante de mucha
gente, así los diablos se llevaban a Simón por los aires, de tal suerte que
quizá se lo llevaban para que los hombres del pueblo se creyeran que
había subido al cielo; y para que el hombre del pueblo no fuera engañado,
el mismo San Pedro en seguida suplicó a Dios con fuerza para que de lo
alto del cielo cayera el malvado, y en seguida los diablos lo soltaron; y así
52 FRAY ANDRÉS DE OLMOS
como cayó de lo más alto (del cielo) bien muerto fue, desapareció. Quizá,
sin duda, a menudo el Diablo así había llevado a perversos con él; esto es
evidente, ya que es reconocido el poder del Diablo, y que puede ágilmente
llevarse a alguien a lo lejos y abandonarlo, acaso en los aires, acaso en el
mar, quizá en la cumbre de una montaña cubierta de árboles; y que aquel
que así puede recorrer camino con facilidad a lo lejos quedará contento
de su poder. Y si es muy fuerte el Diablo, y si el malvado se somete entera-
mente a él, ¿por qué no sería esto así, si ello lo permite Dios? No quiere
hacer renunciar al hechicero a causa de su pecado. Él, nuestro señor,
fue llevado a dos lugares por el Diablo; ¿por qué el malvado no podría ser
llevado, y luego abandonado, allá donde quisiera el Diablo? Si no lo hace
huir Dios, tendrá el poder. Por fin, los malvados, ellos mismos, que han
sido agarrados, que han sido cogidos por el Diablo, confiesan que el Diablo
fácilmente se los lleva muy lejos de sus moradas, aunque en ello a veces se
equivoquen, porque esto así no pasó, sólo lo soñaron.
Y, del mismo modo, está escrito que él, el Diablo, o acaso un buen
ángel, igualmente muy fuerte, puede llevarse a aquel que se le somete,
si Dios no lo impide, para abandonarlo por los aires, o acaso por el agua,
o por otra parte. Del mismo modo, está escrito que a veces sus sentidos se
turban como en un sueño profundo, de tal suerte que ve como un prodigio,
de tal suerte que tiene la visión inefable de hechos que ha vivido, o quizá
que han ocurrido muy lejos. Y piensa que las cosas que ha visto se han
realizado ante él, aunque allá su cuerpo no haya ido [fol. 403r]; cree en su
corazón que así es. Él, San Pablo, fue por prodigio llevado hasta el tercer 2 coro 1241
cielo, allá donde se llama cielo impíreo, allá donde se ve a Dios; y dice San
Pablo que no sabe bien si es en su cuerpo, o sin su cuerpo, que fue a ver
allá arriba, porque su conocimiento se había borrado. No sabe bien su
corazón cómo lo habían llevado al cielo, allá donde cayó en gran éxtasis,
donde vio, donde oyó una infinidad de prodigios y no habló para contarlo;
y él no sabía muy bien si ello se hizo en su cuerpo o acaso sin su cuerpo.
Igualmente, del mismo modo, el Diablo tiene la capacidad de turbar en
alguien el conocimiento, lo que se llaman sentidos, que así desaparecen
en un profundo sueño; de tal suerte que él puede pensar que el Diablo Aug. 18
hace estas cosas ante él en un lugar alejado, y esto lo turba, lo pone a deciui.
pensar. Piensa que se produjo ante él aquello que vio en su sueño. C. 18 4 2
No hay nadie que así no se turbe, es evidente. Hay dos especies de servi-
dores del Diablo, hechiceros que por pacto expresa se someten a él formal-
mente y por su miseria le pertenecen. Unos, a quienes el Diablo de verdad
los hace caer en una trampa porque se los lleva al bosque, a los campos,
por los aires o quizá por el mar. Y aún los otros, que sólo pierden concien-
cia como en un sueño profundo; les son revelados hechos lejanos aunque
secretos, y estas revelaciones son a veces falsas; sin embargo, las comunican
porque se hallan engañados por el Diablo; y mucho se alegran así, cuando
54 FRAY ANDRÉS DE OLMOS
Mochi tlacatl quimatiz, ca ~an nelli, yehuatl yn Diablo nelli miec tlamantli
yn tleyn concui, ypan motlatlapic cuepa yn iquac connequi; yn ~an quem-
manian yc teca uet~ca ano~o quemmanian yc tecuicuiti uet~i, tetet~ahuia,
techipe mauhtia cenca yc temamauhtia. Ayac yc mot~otr;onaz, ayac yc
motlapololtiz, ~a nelli miecpa yuh tepan omochiuh, yn iuhqui ycuiliuhtoc
ypan yn in nemilit~in yn Egypto padrome. Yn ~an no yui uel ympan
conchioaz Diablo yn iteyxcuepcauan, ynic uey campa quinuicaz ypan in
tleyn texiPtla yc concuiz, ano~o conchichioaz, ma [foI. 404r] cihui niman
atley yc quemmochioa yn inacayo, anor;o yn ixiPtla :Vn naualli amo yc
poliui, amo yc mocuepa. {Jan ymachiliztica In Diablo yn teixpan mochiua
in tlacuecuepaliztli, yn momati maceualli ca ~a nelli yehuatl yn naualli
tleyn ypan omocuep, amo nelli omocuep, ~an yehuatl in Diablo yuh
quiteyttitia yn tlein yc teixcuepa, yn íuh ycuiliuhtoc ypan yn nemelitr;in yn
Egypto padrome. Conitoa San Agustin ca yehuecauh ce r;iuatl teyxcuepani
yn itocacatca 9irces: mama~a bestias, impan oquincuep, oquimixiptlayoti,
Aug. 18 ynic niuan yn Ulixes. Yoan uel quichioaz Diablo yn amo yttalozque yn
deciui nanaualtin, yehica uel commati yn quenin mochioaz; yn yoan ycuiliuhtoc
c. 17.1844
ypan amatlacuilolli yn itoca perspectiva.
Yehuatr;in in Totecuyo Iesu Cristo fan tlamaui~oltica, ynic ceppa yuhqui
yn nenenqui oquinmonextili otli, omentin yn itlafouan; ynic oppa yuhqui
Lue. 24 4 5.
in quilpixqui; ynic expa ayttaloni omochiuh yn ompa teupan. Uel yuh
Joa. 20 4 6. conchihuaz in Diablo ynic campa quinuicaz yn itlauelilocauan ypan yn
Joa. 8 47 . tlein teyxiPtla in connequiz, ynic yttalozque, ~an amo yc mocuepa yn
sustancia in tenacayo. 9an yn quexquich uey ano~o tomauac yn oquichtli,
anofo ~ihuatl, no yxquich yauh yn iuh ypan mochioaya. Ynitoca Simon
mago teyxcuepani yn nompa omihto ca r;an itlatlatlauhtiliztica yn San
Pedro, yc cempoliuh.
Yequene mafiui yn fan nelli uel iuhqui uicozque nanaualtin yn itechpa
yn Diablo, auel oncalaqui amono uel ualquifa, yntlacamo ompa tlapouhti-
cac, ynic uel onaquiz yxquich yn innacayo. Tel yehuatl in Diablo, contla-
DE CóMO EN DIVERSAS FIGURAS PUEDEN APARECER
LOS MINISTROS DEL DEMONIO
Capítulo VII: donde se dirá que muchas formas pueden revestir los servi-
dores del Diablo para hacer daño.
Todos los hombres sabrán que el Diablo puede, y esto es verdad, puede
tomar verdaderamente muchas formas y, cuando 10 desea, formar criaturas
nuevas; algunas veces para engañar a alguien, algunas veces para atacarlo,
lo espanta, lo aterroriza, le mete mucho miedo. Nadie puede dudarlo, nadie
puede ignorarlo, porque es verdad que muchas veces tomó el aspecto de
otro, como está escrito en las vidas de los padres de Egypto. De igual modo
puede actuar el Diablo con sus hechiceros, llevándolos a revestir otra
apariencia y si acaso mejorándola [fol. 404r), sin que nunca varíe la sustan-
cia del cuerpo y sin que nada en la imagen del nahual vaya a desaparecer,
a trasformarse. Sólo que, gracias a su poder, el Diablo hace estas transfor-
maciones ante los ojos de todos y el hombre del pueblo piensa que es
verdad que el nahual fue quien cambió las ("Osas; no es verdad que cambió,
sólo que él, el Diablo, le enseñó a inducir en error, como así está escrito
en las vidas de los padres de Egypto. Dice San Agustín que una mujer,
una hechicera que se llamaba Circes, hace mucho tiempo, cambió en
Aug. 18
bestias, hizo como puercos a los compañeros de Ulixes. y bien puede hacer
deciui
el Diablo que no se vean a los nahuales (los brujos) porque, actuando c.171844
así, bien los engaña, y así está escrito en el libro que se llama Perspectiva.
Él mismo, Nuestro Señor lesu Cristo, prodigiosamente una primera
vez se mostró en el camino con forma de :m viajero a ellos dos, sus amados;
una segunda vez bajo la apariencia de un jardinero; una tercera vez se Luc. 2445
volvió invisible en el templo. Y, del mismo modo, puede ser que el Diablo Joa. 20 46
se lleve a sus viles servidores para que se vean bajo la apariencia que a él Joa. 8 47
le guste, sin que nada se haya cambiado en la sustancia de su cuerpo. Que
sea un varón grande o gordo o acaso una mujer, así puede ser de cada
uno. Y así como se dijo para el hechicero Simón el mago, sólo a causa de
las oraciones de San Pedro es por lo que desapareció.
Por fin, aunque sea verdad que así son llevados los nahuales (los brujos)
por el Diablo, no pueden entrar ni salir si (las puertas) no están entera-
mente abiertas para que todo el cuerpo pueda pasar. Sin embargo él, el
58 FRAY ANDRÉS DE OLMOS
Diablo, abre o aun cierra (la puerta) para que puedan entrar o salir,
para que puedan si acaso echar un hechizo a alguien, o embrujarlo, o
maltratarlo, y en seguida atormentarlo mucho. El Diablo no puede cambial
este cuerpo de alguien, ni destruirlo, ni reducirlo; sólo debe hacer tanta
apertura como es de grande el nahual (el brujo), aunque no se vea que
lo lleva.
y si el Diablo da a alguien la apariencia de un pájaro, o acaso de un
león (puma) pequeño, o acaso de un coyote o de un jaguar, o de otra
cosa, él, el nahual (el brujo), no puede entrar ni salir si todo su cuerpo
no pasa bien. Y aquellos que fueron capturados, aquellos que fueron
condenados reconocen que así pasa. Y si alguien afirmara otra cosa, mucho
mentiría. Que nadie os conmueva.
DE LA REVERENCIA QUE HAZEN AL
DEM.ONIO SUS MINISTROS
[foI. 404v]
[fol. 404v]
así una vez más será uno llamado para ir al lugar de los muertos. tI, el
Diablo, así descansa en el seno de alguien, como en la casa del protector,
del jefe, se conoce la paz y el consuelo; por eso la gente se va haciendo
perezosa, cuando la pereza le conviene, cuando la pareza le llega al alma.
tI, el Diablo, no tiene alma que nazca cerca de él, porque sólo el único
Dios puede crearla, y el hombre-tecolote sólo llena, hastía con sus mentiras,
con su baba, con su maldad, pensando que sólo quiere arrojar a la gente
al pecado, hacerla caer. tI, el Diablo, es muy orgulloso, vanidoso, lleno
de odio, de tal modo que desea que los servidores de Dios sufran siempre.
Pero, en seguida, no tendrá poder para ello, si el asentimiento de Dios
no se da. Él, el Diablo, así como un varón se le apareció a Nuestro Señor
Iesu Cristo cuando quiso arrastrarlo al pecado. Sólo por la palabra de
Nuestro Señor fue vencido, fue avergonzado, y entonces partió. tI, Nuestro
Señor, deseó que así se hiciera con él para que sigamos su ejemplo, que
lo imitemos; para que con su palabra, con la fe, venzamos a nuestro enemi-
go el Diablo cuando nos arrastre a alguna mala actuación, y que con la
Cruz lo expulsemos. Pater Noster, Ave María, Credo. Salve: esto de buen
corazón se dirá para escapar de entre las manos del Diablo. He aquí tres
cosas para que se vea que su corazón es muy malo: es muy cruel, y rebelde,
y padre de la falsedad.
Él, el Diablo, se llama lugar de los muertos, porque por todas partes
donde vive, aquello que es doloroso, espantoso, escandaloso, nace, se apre-
sura a seguirlo, quizá por los aires, acaso sobre la tierra, acaso se esconde
esto dentro de la tierra; y no está satisfecho él, el Diablo. Del mismo modo
que la criatura de Dios, que el ángel, son muy buenos, del mismo modo él
en su corazón tiene voluntad malvada, muy vil. Muchísimo se ha escrito
acerca del Diablo, para que sea conocida su mucha maldad, para que
entonces sea temido, sea abandonado, para que no se sufra [fol. 406r] para
siempre a su lado. En seguida será necesariamente despreciado cuando se
eche de ver su maldad, de tal modo que no se podrá caer suavemente,
lentamente, insensiblemente entre sus manos. En seguida, por esto, Dios
será invocado y adorado para rechazarlo, vencerlo.
DE LOS SACRIFICIOS QUE AL DEMONIO
OFRECEN SUS MINISTROS
Gen. 2252
Caceppa oquimonauatili Dios yn itlar;o Abraam ye uecauh yn ran ipaltr;inco
quimoquechcotoniliz )'n r;an uel ycel ytZar;opiltr;in yn itoca ysaae yoan
yuhqui uentr;intli yxpantr;inco conmaniZiz. TeZ niman amo quimonequiZ-
tiaya Dios )'n iuh noquiuiz yn iyezr;otr;in yn isaae. 9an iuh quimonauatili
yn itatr;in ynie uel nouiyan ca coz yoa mlJehoz yn intetlaeamatiliztr;in yn
A braam, yehiea yn iquac tepuztica yequiqueehonaznequia, niman yteneo-
patr;inco yn Dios oquimonextili ce angel, ynic amo quimomictiliz yn itlar;o-
piltr;in r;antlamauir;oltica; onean oquimottili ce yehcatl yn uentli omochiuh,
Judie. XI 53 yniuh onauatilco.
Yoan ycuiliuliztica ca yeuecauh tlaeatl ynitoca Jepte: yn ompa yaoe, )'C
yhuic otcnetolti yn Dios ynic oquito. TQcuiyar diose ylltla uel niquinpeuaz
yn noyaouan, yntla nornacpa tiquinmotlaxiliz, yn aquin achto ualquú;az
nochantr;inco yn iquac niyaz, yehuatl yn achto nechual monamiquiliz, uel
ychuatl mixpantr;inco nicquechcotonaz ynic uenili mochioaz .. Auh ypampa
yn uel otepeuh. Yn iquac omohuicac ychantr;inco, ce uel ychpochtr;in
achto quimonamiquilito, ypan huehuetl yoan ypan cuicatl; ynic papaquia
yehica uelotepeuh yn itatr;in: niman yc cenca oquitr;ayan yn itilma oquilhui:
NochPatr;e ticrnatiz ca yxpantr;inco yn Dios aniquito yn aquin achto
nechualmonamiquiliz nochan uentli rnochioaz yxpantr;inco yn Dios, yntla
uel nechmopaleuiliz Dios ynie nitepeuaz. Uelnelti-;; notlatol.
Oquito yn ichpuch: notatr;in manopan mochioa ynic otitlanetolti, mar;an
acachto tlacaua moyollotr;in. Ma epohualilhuitl ypan nichocaz yn nochPocho
yn ompa quauhtla yoan nocniuan ychpupochtin. Auh )111 oquiz ome motr;tli
omohuicac yxpan yn itatr;in ynie oquique:.;hcoton. (jan amo yc [fal. 406v]
teneuaZo, amo qualli ypan macho, camo yuhqui rnonequiltiaya yn Dios,
amo qualli yehuatl nenetoltiliztli, amo yuh quimoneq uiltia yn Dios )'n
oquiuiz yn teezr;o: intlacamo r;an iPaltr;inco ypampa ynineltococatr;in yn
r;anquemmanian yn inmacpa, yn atlaneltoea, yn tlaueliloque uel yc mictilo
yn itlar;ouan. Yniuh omomiquilique yn apostolorne yoan Nmctome yn intoca
DE LOS SACRIFICIOS QUE AL DEMONIO
OFRECEN SUS MINISTROS
Capítulo IX: donde se dice cómo se lleva ante él, al Diablo, la ofrenda
que se le hace.
Una vez Dios pidió a su amado Abraam, hace mucho tiempo, que con su Gen. 2252
propia venerable mano corte él solo la cabeza de su hijo querido llamado
Ysaac, y que así la ofrezca ante Él como ofrenda. Sin embargo, Dios no
deseaba que así corriera la noble sangre de Isaac. Lo pidió sólo a su venerado
padre para que por todas partes fuera conocida, oída, la obediencia de
Abraam; ya que cuando éste quiso cortarle la cabeza con un arma, en
seguida, por orden de Dios, apareció un ángel para que no matara a su
hijo querido. Allá vio una oveja, hizo una ofrenda con ella, como le fue
pedido.
y como está escrito, érase hace mucho tiempo un hombre viejo llamado
Jepte; era tiempo de guerra, por lo que pronunció un voto hacia Dios;
dijo así: oh Señor Dios, si logro vencer a mis enemigos, si por mi mano Judie. XI 53
tú los derrotas, la primera persona de mi morada que salga cuando yo
vuelva, el primero que vendrá hacia mí, le cortaré la cabeza para hacerte
con ella una ofrenda. Y por esto pudo vencer. Y cuando se volvió a su
morada querida, la primera persona que encontró fue una buena doncella
que manejaba un tamboril y que cantaba. Así se alegraba ya que su padre
había conseguido una gran victoria. En seguida, por esto, destrozó sus
vestiduras (su manta) , dijo: hija mía, sabrás que ante Dios he dicho que el
primero que encontraría en mi morada lo sacrificaría a Dios si me favore-
cía de tal suerte que yo venciera. Cumpliré mi palabra.
Dijo su hija: padre mío, lo que has prometido, hazlo sobre mi persona;
sólo, concédame primero algo tu querido corazón: que durante sesenta
días yo pueda llorar mi doncellez allá, en el bosque, y con mis amigas
las otras doncellas. Y al cabo de dos meses, ella vino hacia su padre, para
que le cortara la cabeza. Sólo que no por esto [tolo 406v] fue estimado, fue
conocido como malo, no deseaba Dios que así se se vertiera sangre, era un
mal voto, no quiere Dios que se eche a perder la sangre; si a causa de su
creencia se es muerto raras veces de propia voluntad por los descreídos,
los malvados, sus servidores por este motivo bien pueden ser muertos. Así
murieron los apóstoles y los sanctos que se llaman mártires. Mucho se
68 FRAY ANDRÉS DE OLMOS
[fol. 407v]
[fol. 407v]
Capítulo XI: donde se dice cómo envilece el Diablo a quien se consagra a él.
Prefacio v
Introducción IX
Notas 77
...
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UNIVBRSITI.IlU.
1:1
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SERIE DE.
FACSÍMILES DE LINGüíSTICA y
FILOLOGÍA NAHUAS