Historiograf
Historiograf
Historiograf
Introducción
Los estudios y la escritura sobre la historia de Nuevo León se han caracterizado por
ser escasos, en lo que respecta a los periodos colonial (siglos XVI al XVIII) y
contemporáneo (al menos la primera mitad del siglo XX). Por otro lado, la época del
México Independiente (1810-1910) en la localidad ha sido ampliamente difundida,
especialmente por aspectos como la temática (conflictos bélicos, establecimiento
de la economía industrial), así como por la trascendencia geo-política y cultural que
el siglo XIX representó para el estado, es decir, el posicionamiento de Nuevo León
en el plano nacional y su integración regional1.
Dado que se trata del objetivo de este ensayo, se hará énfasis en la situación
historiográfica local que se relaciona con el siglo XX. Uno de los primeros elementos
que caracterizan a esta producción literaria, tiene que ver con la temporalidad que
en que se han centrado la mayoría de los estudios sobre esta centuria; gran parte
de ellos se limita al periodo 1910, con el estallido de la Revolución Mexicana, hasta
1940, con la aparente conclusión de dicho escenario histórico. Además de lo
1
Ceballos Ramírez, Manuel (1999). Cuatro estados y una frontera. Tamaulipas, Nuevo
León, Coahuila y Texas en su colindancia territorial a finales del siglo XIX y sus
consecuencias cien años después. México: Universidad Autónoma de Nuevo
León/Universidad Autónoma de Tamaulipas, p. 2.
anterior, ese lapso de 30 años se ha considerado como un ejercicio adecuado para
distinguir una serie de cambios complejos en el país debido a la Revolución 2. Más
adelante se profundizará al respecto.
Por otra parte, el crecimiento económico del estado entre 1918 y 1940,
originado en el último cuarto del siglo XIX, dio pie al estudio de las agrupaciones
obreras en sus diferentes facetas, desde el mutualismo, influenciado por las
doctrinas socialistas provenientes de Europa y Estados Unidos, hasta los sindicatos
“blancos” o de empresa. Los trabajos de Óscar Flores y Michel Snodgrass, se
colocan como referentes indispensables para este giro de análisis en la década de
los 904, el cual se enmarcó por la desintegración de la Unión Soviética, así como de
la revaloración de la situación del “proletariado” vinculado al materialismo histórico.
Si bien se le atribuyen rasgos al movimiento obrero como determinación, apoyo
mutuo y compromiso de clase, la conclusión de los autores es fatalista: los patrones
terminan por disolver la posibilidad del cumplimiento de los derechos laborales.
2
Knight, Alan (2013). La Revolución cósmica. Utopías, regiones y resultados. México 1910-
1940. México: Fondo de Cultura Económica/ITESM, p. 24.
3
Véase: González Maiz, Rocío (1986). El huertismo en Nuevo León. Un caso: Salomé
Botello. Monterrey, N.L.: Archivo General del Estado de Nuevo León; Ávila, Jesús (1998).
“Nuevo León en la Revolución Mexicana”, en: Monterrey 400. Pasado y Presente.
Monterrey, N.L.: Universidad Autónoma de Nuevo León, pp. 99-116; y, Treviño Villarreal,
Mario (1998). Entre villistas y carrancistas. Monterrey, N.L.: Congreso del Estado de Nuevo
León.
4
Flores Torres, Óscar (1991). Burguesía, militares y movimiento obrero en Monterrey.
Monterrey, N.L.: Universidad Autónoma de Nuevo León; y, Snodgrass, Michel (1996). La
lucha sindical y la resistencia patronal en Monterrey, México: 1918-1940. Monterrey, N.L.:
Archivo General del Estado de Nuevo León.
A propósito del sector patronal, los estudios al respecto no han sido menores.
Para la primera mitad del siglo XX, el empresariado radicado en Monterrey pasó a
convertirse en un agente social y cultural de gran relevancia, además de jugar un
papel trascendente en la política local. Los diferentes proyectos sindicales e
industriales dictados por los gobiernos posrevolucionarios, fueron aprovechados por
el empresariado para consolidar su posición en el estado, además de permitirles el
desarrollo de sus actividades fabriles y financieras, no sólo a nivel estatal sino por
toda la república. Michel Snodgrass, de nueva cuenta, y Alex Saragoza son
ejemplos de esta corriente5. Durante la década de los ochenta se desarrolló una
edición más crítica sobre este sector, a manos de Abraham Nuncio6, durante la fase
neoliberal de México.
Por otro lado, la elaboración de historias generales del estado, es decir, que
abordan información desde las exploraciones españolas del siglo XVI, hasta el
momento en que fueron editadas, muchas de ellas en el último cuarto del siglo XX,
5
Snodgrass, Michel (2008). Deferencia y desafío en Monterrey. Trabajadores, paternalismo
y revolución en México, 1890-1950. Monterrey, N.L.: Fondo Editorial de Nuevo León; y,
Saragoza, Alex (2008). La elite de Monterrey y el Estado mexicano, 1880-1940. Monterrey,
N.L.: Fondo Editorial de Nuevo León.
6
Nuncio, Abraham (1982). El Grupo Monterrey. México: Nueva Imagen.
7
Rojas, Javier (2009). Historia de la cultura laboral en la Fundidora Monterrey S.A.: (1936-
1969). Monterrey, N.L.: CECyTE N.L.; y, De los Reyes Patiño, Reynaldo (2014). La
economía ganadera de Nuevo León: propiedad de la tierra, producción y mercados en la
época posrevolucionaria. Monterrey, N.L.: Fondo para la Cultura y las Artes de Nuevo León.
han abundado. Si bien pretendieron dar cuenta de prácticamente todo (si eso es
posible) lo acontecido en el estado, se notará que se abarcan aspectos
superficiales. En primera instancia, se centran en Monterrey y lo que constituye su
área metropolitana; aunado a ello destacan datos individuales de crecimiento
demográfico, urbano, producción agrícola e industrial, sucesos relevantes, así como
una periodización basada en las administraciones gubernamentales8.
8
Véase: Mendirichaga, Rodrigo (1985). Los cuatro tiempos de un pueblo. Nuevo León en
la historia. Monterrey, N.L.: ITESM; y, Roel, Santiago (1938). Nuevo León: Apuntes
históricos. Edición de 1985. Monterrey, N.L.: Universidad Autónoma de Nuevo León.
9
Mendirichaga, José Roberto (2006). “La educación y la cultura en el Nuevo León del siglo
XX”, en: Historia de la cultura nuevoleonesa. Monterrey, N.L.: Universidad Autónoma de
Nuevo León, pp. 325-350.
10
Ramos Escobar, Norma (2015). La niñez en la educación pública nuevoleonesa, 1891-
1940. Monterrey, N.L.: Fondo Editorial de Nuevo León.
Ramos Escobar. A él pueden sumársele variados textos que atienden los diferentes
campos de la actividad cultural en Nuevo León en el siglo XX11.
Finalmente, para cerrar este apartado, es pertinente apuntar una de las obras
más importante sobre y para el estudio de la centuria pasada. El Fondo Editorial de
Nuevo León publicó en 2007 Nuevo León en el siglo XX, una serie de tres tomos a
manera de compilación con obras de diferentes autores locales. A través de La
transición al mundo moderno: del Reyismo a la reconstrucción 1885-1939 (tomo 1),
La industrialización del segundo auge industrial a la crisis de 1982 (tomo 2) y
Apertura y globalización. De la crisis de 1982 al fin de siglo (tomo 3), se presenta un
recorrido general por la historia del estado en los últimos años12.
11
Covarrubias, Miguel Ed. (1992). Desde el Cerro de la Silla: artes y letras de Nuevo León.
Monterrey, N.L.: Universidad Autónoma de Nuevo León; Garcíagutiérrez, Luis Martín
(1996). Albores del teatro universitario en Nuevo León. Monterrey, N.L.: Archivo General
del Estado de Nuevo León; Ayala Duarte, Alfonso (1998). Músicos y música popular en
Monterrey (1900-1940). Monterrey, N.L.: Universidad Autónoma de Nuevo León; y
González, Diana y Maximiliano Maza (2013). Nuevo León en el cine. Monterrey, N.L.: Fondo
para la Cultura y las Artes de Nuevo León.
12
Los tres tomos pueden descargarse de manera gratuita en la página del Fondo: “Catálogo
de productos”. Fondo Editorial de Nuevo León. [En línea; Consultado el 26 de julio de 2017].
Disponible en: <http://www.fondoeditorialnl.gob.mx/categoria-producto/historia-e-
investigacion/historia-de-nuevo-leon/page/2/>.
II.- El periodo posrevolucionario a través de sus procesos, 1917-1940
A decir de Arnaldo Córdova, “nuestro tiempo histórico, está marcado por ese
fenómeno de trascendencia [nacional] que es la Revolución Mexicana”, debido a
que ha definido políticamente los periodos sucesivos. Consideraba, en la década de
los ochenta, que la Revolución “es nuestro referente, pensamos a partir de ella, nos
movemos por ella o contra ella” ya que “funda una nueva dimensión histórica […]
debido a la singular participación de las masas populares”13.
Si bien es cierto que la Revolución constituyó una parte esencial del siglo XX,
procesos como la globalización, la apertura neoliberal y la alternancia política
permitieron un periodo de revisionismo historiográfico, que llevó a la despolitización
de la historia y a analizarla desde una perspectiva crítica-académica14. Esta
afirmación constituye una oportunidad para revalorar y replantear las problemáticas
de la labor histórica. El caso de la historiografía nuevoleonesa no es la excepción,
pues la literatura sobre el siglo XX también se ha cimentado en el conflicto
revolucionario y en sus consecuencias en los decenios posteriores.
13
Córdova, Arnaldo (2014). “La Historia, maestra de la política”, en: Historia ¿para qué?
México: Siglo Veintiuno Editores, pp. 133 y 136.
14
Cfr. Knight, A. (2013). Op cit., p. 51.
públicas, hacienda, desarrollo urbano). El análisis prácticamente se desestima, pero
ofrecen una gran cantidad de referencias para ahondar sobre otros procesos15.
15
Véase: Covarrubias, Ricardo (1991). Gobernantes de Nuevo León: 1582-1991.
Monterrey, N.L.: Congreso del estado de Nuevo León; Moreno López, Abel (1996). Guía
cronológica de la historia política de Nuevo León. Monterrey, N.L.: Archivo General del
Estado de Nuevo León; y, Ortega Ridaura, María Isabel y María Gabriela Márquez
Rodríguez (2005). Génesis y evolución de la administración pública de Nuevo León.
Monterrey, N.L.: Fondo Editorial de Nuevo León.
16
Congreso del Estado de Nuevo León (2003). Historia legislativa y parlamentaria del
Estado de Nuevo León: desde el 16 de diciembre de 1917 hasta el 21 de febrero de 2003.
Monterrey, N.L.: Congreso del Estado de Nuevo León; Universidad Autónoma de Nuevo
León (2005). Las Constituciones y las Leyes orgánicas, a través de la historia de Nuevo
León. Monterrey, N.L.: Fondo Editorial de Nuevo León/ Universidad Autónoma de Nuevo
León.
17
Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional (s/f). El PRI en Nuevo
León, 1929-1968. Monterrey, N.L.: Editorial Vallarta; Pérez Daniel, Gustavo Herón (2002).
Los primeros años del PAN en Nuevo León, 1939-1946: una historia del desarrollo
organizativo. Monterrey, N.L.: Universidad Autónoma de Nuevo León; y, Mendirichaga,
Rodrigo (2005). Acción Nacional: oposición y gobierno en Nuevo León. Monterrey, N.L.:
Artes Gráficas Integradas.
considerado como las únicas agrupaciones participantes en el proceso político-
democrático, ya que el concepto de participación ciudadana no sería efectivo sino
hasta la década de los ochenta. Lo anterior cabría contextualizarlo en el predominio
unipartidista y en la centralización de la toma de decisiones del siglo pasado.
Por otro lado, los gobiernos del periodo señalado consideraron indispensable
destacar la ideología revolucionaria a través de diferentes acciones. De ahí que se
realicen los estudios sobre instituciones públicas no políticas, pero si politizadas;
para el caso de Nuevo León, la Universidad (1933) constata lo afirmado, pues en
diferentes ocasiones representó espacio de pugnas entre facciones rivales.
Conflictos que radicaron en la elección de rectores ligados al gobierno estatal, la
reforma de la Ley Orgánica o el predominio de actividades políticas varias en
detrimento de la calidad académica, la caracterizaron hasta que se le otorgó la
autonomía (1971)18.
18
Morado Macías, César (2007). Del proyecto socialista al de unidad nacional: la
funcionalidad de la Universidad de Nuevo León y el rectorado de Enrique C. Livas, 1943-
1949. Monterrey, N.L.: Universidad Autónoma de Nuevo León; Garza Cavazos, Juana Idalia
(2010). La educación socialista en Nuevo León, 1934-1940: la atmósfera regiomontana.
Monterrey, N.L.: Universidad Autónoma de Nuevo León; y, Badillo, Susana (2013).
Francisco A. Cárdenas. Gobernador de Nuevo León 1931-1933. Fundador de la
Universidad. Monterrey, N.L.: Universidad Autónoma de Nuevo León.
19
Pérez Daniel, Gustavo Herón (2013). Historia política de Nuevo León 1842-1933. Hacia
una historia de la esfera pública neolonesa. Monterrey, N.L.: Universidad Autónoma de
Nuevo León/Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
intenta reconstruir críticamente la esfera pública estatal –especialmente a través de
fuentes hemerográficas y con fundamento en la filosofía política-, logra mostrar el
perfil del gobierno nuevoleonés de principios de siglo como un híbrido de elementos
de la política regional pre y posrevolucionaria.
20
Citado en: Ibid., p. 130.
21
Véase: Sifuentes Espinosa, Daniel (1986). Las elecciones en Nuevo León 1917-1929.
Monterrey, N.L.: Archivo General del Estado de Nuevo León; Saragoza, A. (2008). “La élite
regiomontana y las elecciones de 1940”, en Op cit., pp. 259-280; y, Rodríguez Castillo,
Óscar Abraham (2014). Elecciones, rebelión y transición política en Nuevo León durante el
año de 1923. Tesis de Licenciatura en Historia y Estudios de Humanidades. San Nicolás de
los Garza, N.L.: Facultad de Filosofía y Letras-Universidad Autónoma de Nuevo León.
Como resultado de ello, la estabilidad política fue la constante, lo que se
tradujo en el ámbito económico como el “Milagro mexicano” de los años cincuenta
y sesenta; ello, sin embargo, no eximió al gobierno federal de críticas por parte de
ciertos sectores sociales, que acusaron a los dirigentes de autoritarios, situación
que culminó en el movimiento estudiantil de 196822.
22
Véase: Agustín, José (2014). Tragicomedia mexicana. La vida en México de 1940 a 1970.
México: Penguin Random House, pp. 11 y ss.
23
Treviño Villarreal, Héctor Jaime (1995). “Plebiscitos e imposición. Los candidatos a la
gubernatura de Nuevo León, 1943 y 1949”, en Cárdenas, Leticia (coord.). Semanas de la
historia 1984-1994. Memoria. Tomo II. Monterrey, N.L.: Archivo General del Estado de
Nuevo León, pp. 259-284; y, Palacios Hernández, Benjamín (2015). Páginas sobre Arturo
B. De la Garza. Un gobernador progresista en el corazón del conservadurismo (1943-1949).
Monterrey, N.L.: Universidad Autónoma de Nuevo León.
24
Ávila, Jesús (1995). “A propósito de los 40´s: inquietud social, 1942”, en: Cárdenas, L.
(coord.). Op cit., pp. 273-284
económica no escapó de la óptica de los historiadores, centrando su atención en
las decisiones gubernamentales al respecto25.
Por lo anterior, vale la pena centrarse en los años sesenta. La mayoría de los
trabajos sobre la década tienen como eje conductor el análisis de las diferentes
movilizaciones sociales en el estado, específicamente en Monterrey. El contexto de
la guerra fría, el temor –fundamentado o no- al comunismo, así como la presencia
de la ideología marxista en diferentes espacios culturales de la localidad encabezan
el listado de la literatura. El gobierno pasará de garante de la paz social al genuino
detentor de la violencia legítima mediante la represión; Máximo de León Garza
presenta un panorama general de la década, confirmando el ambiente de tensiones
esporádicas entre la sociedad regiomontana26.
25
Morado Macías, César (1995). “Los cuarentas: el segundo auge industrial de Monterrey”,
en: Cárdenas, L. (coord.). Op cit., pp. 285-306; y, Ortega Ridaura, Isabel (2011). Política
fiscal e industria en Monterrey (1940-1960). Monterrey, N.L.: Universidad Autónoma de
Nuevo León. En un segundo trabajo, Ortega Ridaura amplió la temporalidad de su estudio
hasta 1970.
26
De León Garza, Máximo (1998). Los dorados años sesentas en Nuevo León: una
reflexión. Monterrey, N.L.: Universidad Autónoma de Nuevo León.
Mateos (1958-1964) y del Secretario de Educación a nivel federal, Jaime Torres
Bodet27.
27
Ávila, Jesús (2012). “¡En manos libres, siempre libros! La rebelión contra el libro de texto
gratuito, 1962”. Actas. Revista de historia de la Universidad Autónoma de Nuevo León, No.
11, pp. 4-19.
28
Ruiz Cabrera, Carlos (1995). La autonomía de la Universidad de Nuevo León. Monterrey,
N.L.: Universidad Autónoma de Nuevo León.
29
Flores Torres, Óscar (2011). La autonomía universitaria, 1968-1971. Monterrey, N.L.:
Universidad Autónoma de Nuevo León.
la política popular30. Se trata, pues, de la introducción de un grupo social marginal,
tanto de las políticas públicas como de la historiografía local.
30
Sánchez, Juan Ángel (2007). “Movimientos sociales en Monterrey”, en: Ortega Ridaura,
Isabel (coord.). Nuevo León en el siglo XX. Tomo II. La industrialización del segundo auge
industrial a la crisis de 1982. Monterrey, N.L.: Fondo Editorial de Nuevo León, pp. 147-172.
31
Salinas Márquez, César Alejandro (2009). “Paisaje sobre Monterrey: una revisión
historiográfica”. En: Noreste: historia, historiografía y ciencias sociales. Revista del Colegio
de Historia y Estudios de Humanidades, FFyL-UANL, Vol. 1, No. 1, pp. 205-206.
32
Garza Guajardo, Celso et al. (1996). Panorama bibliográfico e historiográfico de Nuevo
León. Monterrey, N.L.: Comisión de Historia del Patronato Monterrey 400; y, Espinosa
Martínez, Edgar lván (2007). “La práctica historiográfica en Nuevo León. Una arqueología
del conocimiento histórico regional, 1867-1996”. Secuencia. Revista de historia y ciencias
sociales del Instituto Mora, núm. 68, pp. 87-114.
afirma que la producción historiográfica en Nuevo León ha sido relativamente amplia
–especialmente sobre el siglo XIX-, por tres características esenciales. Primero, por
“el progreso material y cultural de la ciudad [Monterrey]”, dotándole de una
importancia particular. Segundo, debido a la constante “búsqueda de una identidad
regional y local […] frente a los procesos de centralización”. Y tercero, por las
“diversas instituciones académicas que tienen que ver con la ciencia y la cultura”33.
Más adelante se profundizará sobre la última idea.
Aún y con el panorama que presenta Ceballos, a veinte años de distancia “hace
falta un diagnóstico más amplio y detallado, contrastando las variables temáticas,
temporales, teóricas y metodológicas”. Se requiere, además, la “revisión del estado
de la cuestión cada diez años y la definición de metas de integración [académica] a
mediano y largo plazo”35. Efectivamente, como quedó evidenciado, las áreas de
oportunidad para el estudio del siglo XX en Nuevo León son amplias, lo mismo
ocurre con la historia política.
33
Ceballos Ramírez, Manuel (1995). Historiografía nuevoleonesa. Monterrey, N.L.: Archivo
General del Estado de Nuevo León, pp. 1-2.
34
Ibid., p. 6.
35
Rivas, Eva et al. (2016). “La historia del noreste y desde el noreste”, en: Las ciencias
sociales en el noreste de México. Monterrey, N.L.: Facultad de Filosofía y Letras-
Universidad Autónoma de Nuevo León, p. 125.
método-lógicas adecuadas, es decir, evitar concentrarse en la línea narrativa-
descriptiva de aquéllos, lo que enriquecería el análisis histórico. Del mismo modo,
optar por sujetos y objetos históricos que se han encontrado al margen; para el caso
de la historia política, se requiere exponer la participación de las mujeres y de los
grupos sociales, la situación de la izquierda, del discurso como acción política, los
mecanismos de propaganda y de representación política.
36
Véase: Morado Macías, César (coord.) (2012). Los archivos históricos de Nuevo León.
Monterrey, N.L.: Universidad Autónoma de Nuevo León, pp. 5 y ss.
Humanidades y el Centro de Estudios Humanísticos, ambos en la Universidad
Autónoma de Nuevo León; el ITESM; la UDEM a través de su Centro de Estudios
Históricos; el Colegio de la Frontera Norte (COLEF), sede Monterrey; y el Centro de
Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) sede
Monterrey, encabezan la lista.
Así pues, las tareas y los retos para el análisis de la historia política son
variados, mas existen las posibilidades adecuadas para cumplirlas. A ello se debe
agregar la constante profesionalización de la labor histórica a nivel local y regional,
y el hecho de que nuevas generaciones de historiadores e historiadoras buscan
cumplir con esas tareas en Nuevo León.
37
Rivas, E. et al. (2016). Op cit., pp. 117-124.
Consideraciones finales
Fuentes consultadas
Agustín, José (2014). Tragicomedia mexicana. La vida en México de 1940 a 1970. México:
Penguin Random House.
Ceballos Ramírez, Manuel (1999). Cuatro estados y una frontera. Tamaulipas, Nuevo León,
Coahuila y Texas en su colindancia territorial a finales del siglo XIX y sus
consecuencias cien años después. México: Universidad Autónoma de Nuevo
León/Universidad Autónoma de Tamaulipas.
Córdova, Arnaldo (2014). “La Historia, maestra de la política”, en: Historia ¿para qué?
México: Siglo Veintiuno Editores, pp. 129-143.
Espinosa Martínez, Edgar lván (2007). “La práctica historiográfica en Nuevo León. Una
arqueología del conocimiento histórico regional, 1867-1996”. Secuencia. Revista de
historia y ciencias sociales del Instituto Mora, núm. 68, pp. 87-114.
Knight, Alan (2013). La Revolución cósmica. Utopías, regiones y resultados. México 1910-
1940. México: Fondo de Cultura Económica.
Morado Macías, César (coord.) (2012). Los archivos históricos de Nuevo León. Monterrey,
N.L.: Universidad Autónoma de Nuevo León.
Ortega Ridaura, Isabel (coord.). Nuevo León en el siglo XX. Tomo II. La industrialización
del segundo auge industrial a la crisis de 1982. Monterrey, N.L.: Fondo Editorial de
Nuevo León.
Pérez Daniel, Gustavo Herón (2013). Historia política de Nuevo León 1842-1933. Hacia una
historia de la esfera pública neolonesa. Monterrey, N.L.: Universidad Autónoma de
Nuevo León/Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
Rivas, Eva et al. (2016). “La historia del noreste y desde el noreste”, en: Las ciencias
sociales en el noreste de México. Monterrey, N.L.: Facultad de Filosofía y Letras-
Universidad Autónoma de Nuevo León, pp. 105-127.
Salinas Márquez, César Alejandro (2009). “Paisaje sobre Monterrey: una revisión
historiográfica”. En: Noreste: historia, historiografía y ciencias sociales. Revista del
Colegio de Historia y Estudios de Humanidades, FFyL-UANL, Vol. 1, No. 1, pp. 205-
232.