Mosse
Mosse
Mosse
Claude Mossé
colección beta
a. redondo
editor
Sepulveda, 41
Barcelona 15
Histoire des doctrines politiques en Grèce
publicada en la colección Que sais-je ?
de Presses Universitaires de France
Traducción:
Rosario de la Iglesia, licenciada en
Filosofía y Letras
Impresión :
Industrias Gráficas Francisco Casamajó
Aragón, 182
Barcelona 11
Introducción
ë
I. ©rigen de la política en las ciudades
¡jónicas y en la Grecia propiamente
dicha
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«Es cierto que nada hay más temerario en el pensar que
el imperito vulgo, ni más insolente en el querer que el vil
y soez populacho. De suerte que de ningún modo puede
aprobarse que para huir de la altivez de un soberano se
quiera ir a parar a la insolencia del vulgo, de suyo desaten
to y desenfrenado, pues al cabo un soberano sabe lo que
hace cuando obra ; pero el vulgo obra, según le viene a las
mientes, sin saber lo que hace ni por qué lo hace. ¿Y cómo
ha de saberlo cuando ni aprendió de otro lo que es útil y
laudable ni de suyo es capaz de comprenderlo? Cierra los
ojos y arrem ete de continuo como un toro, o quizá me
jor, a la manera de un impetuoso torrente lo abate y
arrastra todo» ( 1 ).
20
2 La revolución sofista
2. Sócrates.
2. La crisis política.
1. La democracia.
2. La oligarquía.
(1 ) Agesilao, VII.
92
predica la unión de los griegos, no es ya para luchar con
tra Persia, sino contra Filipo, al que considera mucho más
peligroso, a quien se niega a considerar como un griego.
Pero incluso en este caso, si se señala la comunidad de
cultura y de civilización que une a los griegos y que debe
unirlos ahora como antaño para defender sus libertades
amenazadas, jamás se formula una comunidad política.
Así, aunque es un hecho cierto que en el siglo iv existía
un sentimiento panhelénico, y que los griegos, y los ate
nienses sobre todo, tenían consciencia de pertenecer a
una misma comunidad cultural y lingüística, es igualmen
te evidente que este sentimiento panhelénico tenía lími
tes muy estrictos, no llegando jamás a la concepción de
una Grecia políticamente unificada. No se plantea en
ningún momento la necesidad de renunciar a lo que no
sotros llamamos hoy soberanía nacional en beneficio de
cualquier tipo de organismo confederal. Cuando los teóri
cos o los hombres políticos defienden la concordia entre
los griegos, nunca tienen en cuenta la posibilidad de que
esta concordia rompa los rígidos marcos de la Ciudad.
Quizás hay una sola excepción, pero no es convincente : la
hipótesis formulada por Aristóteles de que una Grecia
unida p or una sola politeia podría gobernar el mundo
(La Política, IV, 6, 1, 1327 b 29). Evidentemente Aris
tóteles no desarrolló nunca esta idea y a lo largo de toda
su obra se m uestra partidario de la concepción de la
Polis clásica.
* * *
94
4 Las doctrinas políticas en la época
helenística y su difusión en el mundo
romano
104
Ell. Las utopías igualitarias
109
1. Polibio y la teoría de la Constitución mixta
(l) V i, 4.
112
da los escritos del siglo iv, así como las teorías políticas
en favor de las grandes cortes helenísticas. Sin embargo,
hemos de hacer una observación: si la realeza es en sí
un régimen beneficioso, se trata de una realeza que no
tiene nada que ver con la de Filipo V o Antíoco III. Poli
bio, en efecto, opone los reyes de antaño que
«... no daban ninguna oportunidad a la maledicencia ni a
la envidia, porque no trataban de distinguirse de sus súb
ditos por sus vestidos, alimentación o necesidades, sino
que vivían como todo el mundo y llevaban la misma exis
tencia que el común de los mortales», a sus sucesores que
«imaginaban necesitar trajes más suntuosos que sus súb
ditos, una mesa más rica y variada, relaciones amorosas
que nadie pudiera contrariar» ( 1 ).
A partir de este momento la realeza se convierte en tira
nía, el régimen más odiado que haya podido existir. Pero
una tiranía que no tiene el origen popular que le atribu
yen los escritores del siglo IV, de los que Polibio se aparta
en esta ocasión por necesidades de su propia teoría. De la
tiranía nace la aristocracia, al confiar el pueblo espontá
neamente la autoridad a aquellos que con sus ardides han
logrado derrocar al tirano. Pero también en este caso, en
una segunda generación, la aristocracia se transform a en
oligarquía, cuyos mismos excesos dan lugar a la democra
cia. No podemos dejar de señalar que esta democracia es,
según Polibio, un régimen que posee en sí tanto valor
como la realeza o la aristocracia. Desde luego que la ana-
cyclesis no es una degeneración, a diferencia del ciclo pla
tónico, Es en el interior de cada tipo de politeia donde se
opera la degeneración, seguida en cierto modo de una es
(1) VI, 7.
113
pecie de renacimiento a cada cambio de régimen. Así, la
democracia es, en sí, un régimen basado en la libertad e
igualdad que, según Polibio, son bienes inapreciables.
Pero
«cuando la m ultitud se acostumbra a vivir del bien de los
demás y a poner en manos de sus semejantes el cuidado
de asegurar su subsistencia, basta con que encuentre un
caudillo ambicioso y audaz, pero cuya pobreza le excluya
de las más elevadas funciones públicas: se produce en
tonces el triunfo de la fuerza, la lucha de los partidos, con
sus asesinatos, sus proscripciones, sus distribuciones de
tierras, hasta que en este reinado del terror el pueblo
halle de nuevo un caudillo que restablezca la monar
quía» ( 1 ).
Como podemos observar, no se trata de teorías muy ori
ginales y es fácil localizar las fuentes en que se ha inspi
rado Polibio.
Sin embargo, en cualquier caso, debemos reconocer en él
una cierta lógica, ya que al hecho de que la anacyclosis no
sea en sí una degeneración se debe la posibilidad de de
tener el desarrollo natural mediante el establecimiento de
la Constitución mixta. También es cierto que este segundo
tema del análisis del historiador aqueo no constituye tam
poco un tema original en el pensamiento político griego.
Ya Aristóteles en el libro II de La Política definía la Cons
titución espartana como una mezcla de monarquía (los
Reyes), de aristocracia (la Gerusia) y de democracia (los
éforos elegidos por sufragio universal) y veía en ello un
elemento de equilibrio y estabilidad. La escuela peripaté-,
tica profundizaría este problema con uno de sus represen-
(1) VI, 9.
114
tantes más brillantes, Dicearco de Mesina que, entre otras
obras históricas y filosóficas, escribió el Tripolitikos, que
no nos ha llegado, pero parece que era un tratado sobre
un régimen político que combinara los tres tipos funda
mentales de politeia. Es significativo el hecho de que Di
cearco, como Aristóteles, viera, en cierto modo, en la
constitución espartana el modelo o prototipo de la Consti
tución mixta.
Es difícil saber exactamente lo que Polibio debe a Dicear
co. Su originalidad se debe al hecho de que, volviendo a la
teoría de la Constitución mixta, la aplica no solamente a
las politeiai griegas, sino también al ejemplo romano, con
virtiéndolo en la consecuencia lógica de su teoría de la
anacyclesis. También en este caso el punto de partida se
halla en el ejemplo espartano : Licurgo fue quien había
constatado que
«... todo régimen simple, basado en un solo principio, es
inestable, porque sucumbe rápidamente en el exceso que
le es característico e inherente... cada forma de gobierno
lleva en sí un germen corruptor que la naturaleza ha pues
to en él» ( 1 ).
Lo que Licurgo descubre «a través de un razonamiento»,
los romanos lo comprenderían en el transcurso de una lar
ga evolución, caracterizada por duros combates y numero
sas dificultades : la experiencia les hizo descubrir, a su
costa, la m ejor solución, la que Licurgo había elegido para
Esparta, creando «la Constitución más perfecta que haya
mos conocido nunca». Debemos señalar aquí el cuidado
que pone Polibio en establecer una diferencia entre ambos
procesos : por una parte el razonamiento basado en un
125
Conclusion
127
Indice
Introducción
2 La revolución sofista
Conclusión
Colección Beta
Títulos publicados:
r. Los dividendos del progreso (P. Massé-P. Bernard)
2. La Cibernética (L. Couffigual)
3. Los métodos en sociología (R. Boudon)
4. Antes y después del Concorde (F. Simi - J. Bankir)
j. La semana de treinta horas. La jornada de trabajo en
España (R. Paranque - R. García - Duran)
6. Los terciarios. El terciario en España (M. Praderie - J. I.
Puigdollers)
7. La industria de los banqueros (J. Lavrillère)
10 . Los mecanismos económicos (H. Cullman)
xi. El beneficio (A. Babeau)
12 . La estrategia nuclear (C. Delmas)
1 3. Las doctrinas políticas en Grecia (C. Mossé)
15 . El cálculo científico (G. Canevet)
19 . La informática (P. Mathelot)
21 . Los métodos en psicología (M. Reuchlin)
25. La epistemología genética (J. Piaget)
z6. Los marxismos después de Marx (P. Favre - M. Favre)
E n preparación:
16. Higiene en la sociedad moderna (J. Boyer)
17 . El control de gestión (J. Meyer)
23. La enseñanza programada (G. Klotz)