19 Samanez Argumedo PDF
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Roberto Samanez Argumedo / Perú
INTRODUCCIÓN
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a noción actual del "barroco andino" con discusiones en romo a las implicanc ias del término ti
la que se identifica a la arqui tectura que I~
"mestizo" que algunos vinculaban a connotaciones raciales
surgió desde la región de Arequipa en 1I
incompatibles con los aportes culturales que se querían
el sur del Perú, hasta el rico centro minero destacar, sino también porque los historiadores del arte
de Potosí en Bolivia, incluyendo la meseta del Callao en virreinal definieron el sentido de esa arquitectura. Pre-
las inmediac iones del lago Titicaca, agrupa lm conjunto cisaron en aquella oportunidad que al empleo de temas I
homogéneo de concepciones arquitectónicas y detalles decorativos y simbólicos de la flora y la fauna local se I
ornamentales plasmados desde fines del siglo XVII hasta añadían motivos de origen renacentista, como los grutescos l'
las últimas décadas del siglo XVIII. expresados mediante mascarones con fo llaje o sirenas.
Se trata de una singular manifestación surgida en el También motivos precolombinos que podrían vincularse 1:
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área andina peruano-boliviana, que despertó el interés de con representaciones utilizadas por las culturas aborígenes
los investigadores desde las primeras décadas del siglo americanas y finalmente motivos derivados de la tradición
pasado. En esos años se estudió por primera vez la fusión cristiana.
hispano-indígena en la arquitectura colonial y se destacó
la presencia nativa, sumada a concepciones estilísticas
barrocas de raigambre española. Investigadores que vinie-
ron más adelante, a mediados del siglo XX, atribuyero n
un carácter primitivo al aporte indígena y consideraron
que estaba restringido al componente decorativo de las
portadas de las iglesias. Reconocieron, sin embargo, su
originalidad determinada por la presencia de moti vos
decorativos locales de la flora y fauna americana, que
habían conducido a la utilización de la denominación
¡'estilo mestizo" para identificar esta tendencia.
Por entonces se atribuía la concepción de esas obras
a los alarifes españoles, secundados por canteros indígenas
quienes introducían esos esporádicos aportes, negando a
estos últimos cualquier posibilidad de concebir las com-
posiciones y los programas decorativos.
A partir de la década de los años setenta del siglo
Mapa del Perú y del Sur Andino mostrando el área de difusión de la arquitectura
pasado el tema cobró notoriedad, no solamente por las barroca andina peruano-boliviana.
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En oposición a esos conceptos otros historiadores de dos centros de irradiación del estilo en Arequipa y en
la época afirmaban que se trataba de una expresión pro- Potosí con influencias sobre la región del lago Titicaca.
vinciana, de interpretación local que seguía con limita~ Si bien no ha sido posible establecer en cuál de esos dos
ciones los patrones estéticos europeos preexistentes. centros surgió primero el "estilo mestizo" sí se conocen las
Agregaban que la influencia indígena consistía apenas en fechas de construcción de las portadas de la zona en torno
una simplificación y repetición de motivos sin ningún del lago, que son posteriores a las de edificaciones similares
aporte creativo y que todos los grupos sociales de regiones en las ciudades mencionadas.
rurales apartadas hacían 10 mismo, empleando técnicas Las rutas de comercio hacia Potosí por las cuales se
de ejecución silrtpHficadas'Y planiformes. movilizaban grandes contingentes de personas para el
En el transcurso de los años esas objeciones basadas trabajo obligatorio en las minas, en la modalidad conocida
en análisis descriptivos de determinadas composiciones como la "mita)), de triste recordación, constituyeron canales
arquitectónicas, confrontadas con el repertorio historio, de influencias estilísticas entre diversas regiones a menudo
gráfico europeo, cedieron paso a nuevos argumentos que muy distantes. Esa constatación abrió desde un inicio la
rescataron el valor de los componentes arquitectónicos posibilidad de encontrar ejemplos similares en otras áreas,
y ornamentales de esas manifestaciones, que vistas desde como de hecho ocurrió en las últimas dos décadas del
una perspectiva histórica y social confirman un fenómeno siglo anterior. Precisamente cuando el tema parecía haber
cultural innegable. No se discute en la actualidad el alcanzado su madurez y existía aquiescencia en los aspectos
protagonismo creativo de las colectividades indígenas, en teóricos e interpretativos algunos investigadores se aven,
un momento determinado del dominio español coincidente turaron a buscar ejemplos desconocidos, fuera del área
con las reformas borbónicas y el acercamiento de los geográfica delimitada inicialmente. Las noticias del hallazgo
caciques indígenas a la administración colonial, que les de otras zonas cuestionaron los límites cronológicos y
devolvió sus privilegios. Tampoco se cuestiona la tolerancia geográficos. Ya no era un arte exclusivo de esa franja
del clero que cambió de actitud con respecto a los siglos geográfica que partiendo de Arequipa se extendía hacia
anteriores permitiendo el afianzamiento de la sociedad el lago Titicaca y el altiplano boliviano, tampoco se podía
indígena quechua y aymara, la república de los indios que suponer que era producto exclusivo de la influencia de
ansiaba reconstruir su nacionalidad. determinadas etnias indígenas.
A la luz de la historia se perciben momentos muy La nueva perspectiva de distribución geográfica se
diferentes en el comportamiento de las relaciones entre verificó con posterioridad al Simposio Internacional sobre
los grupos del poder dominante y los indígenas. Si en sus el Barroco Hispanoamericano que se celebró en Roma en
orígenes el notable fenómeno del barroco cusqueño de la abril de 1980, evento que despertó gran interés a nivel
segunda mitad del siglo XVII, se plasmó en obras singulares internacional y constituye un hito importante en el tema.
construidas después del terremoto de 1650, empleando Las fronteras estilísticas se ampliaron inicialmente hacia
grandes contingentes de mano de obra indígena sin denotar el valle del Colea en la región arequipeña y más adelante
ninguna influencia de ésta, fue porque se ejerció un severo hacia las zonas altas del departamento del Cusco, donde
control sobre los proyectos y obras que las órdenes religiosas se sitúan las provincias de Chumbivileas y Espinar, incor-
o el obispo construían con objetivos muy definidos. Las porándose después las agrestes regiones del departamento
condiciones fueron diferentes a 10 largo del siglo siguiente de Apurimac.
cuando floreció el barroco andino, lejos de los centros
urbanos donde se ejercía el mayor poder y control sobre
las castas sometidas. EL BARROCO ANDINO EN APURIMAC Y CHUM-
BIVILCAS
LA DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DEL BARROCO Empezaremos nuestro breve análisis por las provincias
ANDINO altas del departamento de Apurimac, situadas en una
región modelada por cumbres empinadas, valles encajona-
Uno de los aspectos que no fue parte de la polémica dos y acantilados que definen una topografía agreste,
sobre el "estilo mestizo" es el referido a la distribución contribuyendo al aislamiento secular de la zona. Las
geográfica de esa peculiar producción artística existiendo provincias altas ocupan un tetritorio situado entre el nivel
coincidencia entre los historiadores sobre la presencia de del cañón del río Apurimac a 2,500 metros sobre el nivel
del mar y cumbres que superan los 5,500 metros de altura.
En esa región el 95% de la población es indígena quechua
y solamente el restante 5% es mestiza. Los centros poblados
no superan los 3,000 habitantes y una cantidad importante
de personas habita en pequeños ase ntamientos rurales
esparcidos por los valles estrechos, las laderas de las
montañas y las estancias de la puna, encima de los 4,000
metros sobre el nivel del mar.
A pesar de las características descritas ese territorio
fue ocupado desde los primeros años de la colonización
españ ola, grac ias a la feracidad de sus escasas t ierras
producti vas y a la existencia de filones mineros que la
codicia hada parecer más ricos de lo que realmente eran.
Como en otros asentamientos de esa etapa los colonizadores
promovieron la consolidación de los centros poblados en
los cuales el espacio más importante era la plaza en donde
se ubicaba la iglesia parroquial. Uno de los ejemplos más
notables de esas iglesias provinciales de raigambre rena-
centista está situada precisamente en Apurimac y es la de
San Pedro de Andahuaylas, cuya edificación se empezó
en tomo a 1560.
El templo construido con muros de cantería tiene
planta alargada con ábside ochavado hacia el interior de
la nave. Conserva su portada principal de extraord inaria
calidad 1 con cebida con esbeltas columnas jónicas flan-
queando el ingreso, que a su vez está rematado en el cuerpo
superior por una ventana de ajimez. No menos interesante
es la iglesia del Santísimo Salvador de Antabamba edificada
en torno a 1595 por la orden religiosa de los Agustinos. Paisaje del departamento de Apurimac en el que se aprecia la cuenca interandina
En la austeridad de sus paramentos se refleja el espíritu del rlo Apurimac.
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Por su calidad y dimensiones destaca la iglesia de San Junto a esos ejemplos tomados del departamento de
Pedro de H aquira, situada en la provincia de Cotabambas, Apurimac mencionamos el caso de la iglesia de San Juan
a 3 ,700 metros sobre el ni vel del mar. Edificada con Bautista de Coporaque, perteneciente a otro contexto
cantería de piedra caliza es obra del siglo XVI, como lo geográfico situado en la provincia de Espinar en el depar-
atestigua su imponente nave única de 52 metros de largo tamento del C usco. La incluimos para mostrar la nueva
y su capilla absidal con arquería abierta. Una lápida labrada perspecti va de distri buc ió n geográfica q ue amplía los
con el año 1708 da fe de las remodelacio nes del siglo alcances del estilo y porque consideramos que constituye
XVIII que introdujeron elementos del Barroco A ndino. uno de los mejores ej emplos en la región .
De esa etapa es la portada retablo compuesta de tres calles La localidad de Copo raque se pierde en una fría y
y el mismo número de cuerpos, empleando hornacinas y extensa meseta altoandina a 3,915 metros sobre el nivel
el característico óculo ovalado rematado con un arco de del mar, lugar donde existían diseminados antiguos ayllus
medio punto. Las superfici es están cubiertas por una indígenas. Desde el siglo XVIII fue lugar de residencia de
decoración menuda y fina, con un tratamiento planifonne los propietarios de hac iendas dedicadas a la explotación
que es característico del estilo. ganadera y sede de un beaterio de religiosas carmelitas.
Una extensa plaza delimitada por arcos en los accesos es
el centro de la vida comunitaria en la cual la iglesia tiene
una presencia dominante, ocupando una plataforma que
sirve de atrio y cementerio. El emplazamiento del templo
con uno de sus lados frente a la plaza, el atrio con un
podio almenado y la presencia de un artesonado mudéjar
en el presbiterio confirman que se edificó en la primera
mitad del siglo XVII. Una galería con arcos abiertos a
nivel del coro alto con frente al espacio de la plaza para
servir de capilla abierta nos remite a las primeras épocas
de evangelización .
Las transformaciones y adiciones del siglo XVIII se
hicieton con posterioridad a la construcción de la torre
que se levantó aislada de la iglesia en 1702. Esos cambios
se explican por la notoria ingerencia de criollos e indígenas
de abolengo en la actividad de las cofradías religiosas y
en las decisiones para el ornato de los templos.
En la igles ia de Copo raque se introdujeron en ese
período reformas significativas , como la portada en el
imafronte, siguiendo una composición en torno a un vano
rematado por arco de medio punto flanqueado por pilastras
y rematado por un friso. Presenta decoración geométrica
y motivos religiosos antropomorfos labrados en la piedra.
De mayor importancia es la portada de pies caracterizada
por una exuberante decoración a base de elementos
geométricos y formas vegetales talladas en la piedra,
logrando un tratamiento ornamental plano que recuerda
un paño tejido.
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Aspecto exterior de la ig lesia del Sant1simo Salvador de Antabamba construida
a fines del siglo XVI para la evangelización de los indrgenas.
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Iglesia de San Juan Bautista de Llae-hua, una de las comunidades de Haquira
en la provincia de Cotabambas. El imafronte y la torre de piedra se completan
con una nave construida con adobes.
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Iglesia de San Pedro de Haquira. localidad de la provincia de Cotabambas, que
se edificó a fines del siglo XVI sufriendo cambios y modificaciones en el siglo
XVIII . La portada retablo de la fachada principal destaca por su decoración
planiforme.
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Porlada laleral de la iglesia de San Pedro de Haquira que destaca por su ho-
rizootalidad y volumen sobre el paramento liso del templo. Una delicada decoración
labrada cubre amplios sectores del conjunto.
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Vista de la portada de pies de la iglesia de Coporaque, con decoración mestiza a
base de elememtos vegetales estilizados. ......
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de Piedra I.abr<ula (
PORTADA DE PIES
Dibujo de la portada de pies decorada con temas vegetales y elementos geométricos NOTA
distribuidos en forma homogénea enmarcando el arco de medio punto flanqueado
por columnas. (Dibujo M. Huaman, E. Gongora - Tesis de Grado UNSAAC-Cusco)
La importancia de la portada de la iglesia de Andahuaylas fue
destacada por el erudito historiador del arte iberoamericano
Santiago Sebastián López, quien la considera una obra insólita
por su relación compositiva que recurre al principio manierista de
la inversión. "El Arte Iberoamericano del siglo XVI", p. 66, en
Summa Artis, volumen XXVIII, Espasa~Calpe S.A. Madrid, 1985.
BIBLIOGRAFÍA
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Artis, Historia General del Arte, Espasa,Calpe S,A" VoL XXVIII,
Madrid, 1985.
De Mesa, J., y Gisbert, Teresa, "Arquitectura Andina 1530,1830".
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Gutiérrez, Ramón, "Arquitectura y Urbanismo en Iberoamérica", Manuales
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"Arquitectura virreinal en Cuzco y su región", Editorial Universitaria.
Universidad Nacional San Antonio Abad, Cusco,1987,
San Cristóbal, Antonio, "Arquitectura planifonne y textiwgráfica virreinal
de ArequiPa", Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa.
Facultad de Arquitectura y Urbanismo,1997,
Mujica Pinilla, Ramón; Duviols, Pierre; Gisbert, Teresa; Samanez
Argumedo, Roberto; Garda Saiz, María Concepción, "El Barroco
Peruano", Colección Arte y Tesoros del Perú, Banco de Crédito, Lima,
Perú, 2002.
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