Lección 2 - Jesús Sana Al Siervo de Un Soldado
Lección 2 - Jesús Sana Al Siervo de Un Soldado
Lección 2 - Jesús Sana Al Siervo de Un Soldado
MINISTRACIÓN
PRIMERA PARTE. 5 minutos
Hablarles sobre posibilidad de orar por las personas que están enfermas.
Guiarlos a que oren por todos aquellos saben que están pasando por
enfermedades.
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SEGUNDA PARTE. 5 minutos
Enfatizar sobre la importancia de orar por las personas, aunque estén lejos de
nuestro alcance, nosotros podemos tener fe por ellos
Guiarlos a que tengan un tiempo de oración en el que pidan por personas que
están lejos, pero que necesitan ser sanados.
En el libro de Hechos 10.28 vemos que no era permitido para un judío entrar en la casa
de un gentil, Jesús aceptó ir a la casa del centurión. El centurión era muy poderoso (un
centurión más o menos equivalía a “capitán”), a la vez era humilde. La humildad no está
reñida con la posición social. La humildad es una actitud de corazón. Sin duda, el centurión
entendía perfectamente lo que es la autoridad y la obediencia. Tenía una fe excepcional
en Cristo, una fe que Jesús alababa, porque creía que aun de lejos Jesús podía sanar a su
siervo con nada más decir la palabra, esa es la fe que debemos de tener todos aquellos
que también creemos en el Señor.
HISTORIA 10 minutos
1 – Lea y relate la historia del centurión.
Jesús fue a Capernaúm. Y el siervo un centurión, a quien éste apreciaba mucho
estaba muy enfermo, a punto de morir. Un centurión es un militar del ejército
romano que tiene 100 soldados a su cargo. Al oír
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hablar de Jesús, el centurión envió a unos ancianos de los judíos para que
hablaran con Jesús, pidiéndole que fuera a su casa y salvara a su siervo. Quizá
porque él no era romano no se atrevió a ir personalmente a hablar con Jesús.
Cuando ellos llegaron a donde Jesús estaba, le rogaron con insistencia,
diciendo: El centurión es digno de que le concedas esto; porque él ama a
nuestro pueblo y fue él quien nos edificó el templo, él lo merece.
Jesús iba con ellos, pero cuando se estaba acercando a la casa, el centurión
envió a unos amigos para que hablaran con Jesús, y le transmitieron sus
palabras: " No te molestes más, ni siquiera me he creído digno de presentarme
personalmente ante ti, pero una sola palabra tuya bastará para que sane mi
criado. Porque yo también estoy sujeto a la autoridad de mis superiores, y a
la vez tengo soldados a mis órdenes. Si a uno de ellos le digo: “Vete”, va; y si
le digo a otro: “Ven”, viene; y si a mí criado le digo: “Haz esto”, lo hace.
El centurión sabía perfectamente que Jesús podía sanar a los enfermos, por
eso tiene tanta fe, y sabía que no era necesario que Jesús fuera a su casa para
ver a su siervo, porque Jesús lo podía sanar a distancia. Basta que lo ordene
con su palabra de autoridad.
El centurión sabía que, así como él obedecía órdenes del emperador, que era
su autoridad, y que sus soldados obedecían las órdenes que él daba, así
también la enfermedad obedece las órdenes de Jesús quien tiene autoridad
sobre la enfermedad e incluso sobre la muerte.
Al oír esto, Jesús se maravilló de su fe, y volviéndose, dijo a la multitud que le
seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado una fe tan grande. Y cuando
los que habían sido enviados regresaron a la casa, encontraron sano al siervo.
DINÁMICA 10 minutos
1 – Completar
Hable sobre la sanidad en el nombre de Jesús y reparta la hoja 1 a todos, pida
que completen las preguntas según la clave, mientras repasa la historia y hace
algunas preguntas de recordatorio. Ayude a los más pequeños.
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2 – El siervo del centurión sanado.
Entregar una copia de la hoja 2 a cada alumno, provea crayones y hablar sobre
el poder del Señor para sanar cualquier enfermedad o dolencia. Repase la
historia y formule algunas preguntas de repaso.
2. Siempre tengamos fe
Al acercarnos a nuestro Señor, y exponer nuestra necesidad, no debemos
olvidar que el poder es de él, y lo pone a nuestra disposición por su inmenso
amor. La actitud rogativa del centurión demuestra su compresión de este
principio y nos invita a imitarlo.
INTERCESIÓN: 5 Minutos
1 – Todos tomados de las manos (repitiendo en voz alta): “Señor te pedimos
de todo corazón por la vida de aquellos hermanos de nuestra iglesia que están
pasando dolencias y enfermedades (si conocen los nombres dar un espacio
para que mencionen los nombres), queremos pedirte que los sanes y libres; lo
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pedimos creyendo en el nombre de Jesús. Amen”. Y todos aplauden.
PROGRAMACIÓN
MIÉRCOLES DOMINGO
1. Oración y Bienvenida - 10 min 1. Oración y Bienvenida - 10 min
2. Historia 1 - 10 min 2. Historia 2 - 10 min
3. Receso - 5 min 3. Receso - 5 min
4. Texto aureo - 5 min 4. Lección - 10 min
5. Dinámica 1 - 10 min 5. Dinámica 2 – 10 min
6. Receso - 5 min 6. Receso - 5 min
7. Lección - 10 min 7. Alabanza Dinámica - 10 min
8. Alabanza Dinámica - 10 min 8. Texto aureo - 5 min
9. Receso - 5 min 9. Receso - 5 min
10. Grandes verdades 1 - 5 min 10. Intercesión 2 - 5 min
11. Intercesión 1 - 5 min 11. Grandes verdades 2 - 5 min
12. Ministración 1 - 5 min 12. Ministración 2 - 5 min
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Hoja 1
C __ __ __
E __ __ __ __ __ __
__ __ N __
__ __ __ T __ __ __ __ __
__ __ __ U __
__ __ R __ __ __
__ I __ __ __
__ __ __ __ __ __ __ __ O
__ N __ __ __ __ __
Pistas
C: El siervo enfermo estaba en la _______ del centurión.
E: El siervo estaba _______________ .
N: “Di la palabra y mi siervo será _____________.
T: El hombre enfermo era el siervo del _______________ .
U: ¿Quién se maravilló al oír las palabras del centurión?
R: Jesús dijo que ni aún en ______________ halló tanta fe.
I: El centurión le dijo a Jesús que él no era _______ de que entrara bajo su
techo.
O: Jesús al oír esas palabras, se __________________.
N: El centurión envío a unos _____________ para que fueran a buscar a
Jesús.
Hoja 2
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