Gonzalez Bernaldo - El Levantamiento de 1829
Gonzalez Bernaldo - El Levantamiento de 1829
Gonzalez Bernaldo - El Levantamiento de 1829
RECTOR DE LA UNCPBA:
D r . Juan Carlos Pugliese ( h )
DECANA DE LA F A C U L T A D DE HUMANIDADES:
D r a . Mabel B e r k u n s k y Anuario IEHS
DIRECTOR DEL IEHS:
D r . Eduardo Míguez
1987
Copyright IHES/TANDIL
Pinto 399; 7000 Tandil
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723
Dirección Nacional del Derecho de Autor, exp.en trámite
ISSN 0326-9671
1
Cf. S a l d í a s , Adolfo, HISTORIA DE LA CONFEDERACION ARGENTINA,[Paris,
1881], Bs. A s . , EUDEBA, 1974, t. I, pp. 191-194, no hace ninguna r e f e r e n c i a
al levantamiento. Sólo indica que Rosas envió a sus hombres a la campaña del
sur para r e u n i r m i l i c i a n o s . Ricardo Levene tampoco se d e t i e n e sobre los
hechos en HISTORIA DE LA NACION ARGENTINA, Bs. As., Academia Nacional de la
H i s t o r i a , 1939, t. VII, l e r a , p a r t e , cap. IV. En un t r a b a j o p o s t e r i o r hace
87 referencia a e l l o s u t i l i z a n d o como única fuente el d i a r i o EL TIEMPO; propo-
Ernesto J. A. Maeder, EVOLUCION DEMOGRAFICA ARGENTINA DE 1810 A 1969, niendo los e s c r i t o s de Varela y Aguero como testimonios objetivos de los
Bs.As., Eudeba, 1969, 34.
136 [137]
sobre los acontecimientos fue tal que no se les ha dedicado do". Por otra parte, si aceptamos que la movilización de la
ninguna investigación histórica. población rural sirvió a la toma del poder por Rosas, debemos
explicar por qué ella no logró imponer un sentido a su revuel-
Si hoy este trabajo intenta realizar una primera aproximación ta y, en cambio, por qué Rosas encarna el sentido de esta
a la cuestión, ello lo debemos a la enigmática frase con que rebelión popular que le permite materializar las representa-
Halperín Donghi resume los hechos. Según éste, se trataría de ciones del poder y el principio de su legitimidad.
un "alzamiento campesino" cuyos autores fueron "poblaciones
rurales hartas de guerra", y cuya importancia reside en que Para estudiar el levantamiento he utilizado materiales del
manifiesta "un cambio real en el modo de expresión política Archivo de Policía que se encuentra en el Archivo General de
que encuentra la c a m p a ñ a " 2 . Halperín Donghi fundamenta su la Nación 4. Esta fuente fue completada con la prensa de la
tesis en la extracción social de los jefes de la revuelta - de é p o c a 5 , crónicas de viajeros, y correspondencia política del
origen humilde - y en la aversión de los hacendados hacia ese encargado de negocios francés en Buenos A i r e s 6 .
tipo de manifestación de los hombres de "chiripá y chuza" 3
Su tesis tiene el mérito de cuestionar un acontecimiento cuya Por último, quisiera señalar los límites de este artículo. No
naturaleza parecía evidente. A partir de ella surgieron una se trata de un trabajo acabado. Aunque mis investigaciones me
serie de interrogantes que animaron este trabajo. Primero, si han dado una serie de informaciones inéditas, faltaría un
aceptamos que la sedición de las partidas de "anarquistas" estudio detallado sobre los movimientos de precios y salarios.
actúan con cierta independencia, debemos explicar cómo ha sido La deficiencia de investigaciones concernientes a la estructu-
posible una acción conjunta con esa heterogeneidad de compo- ra productiva de la campaña de Buenos Aires, así como la
nentes. El levantamiento, que no se realiza gracias a una ausencia de trabajos exhautivos sobre demografía y estructura
estructura organizativa preexistente, necesitó, para coordinar social, nos sitúa en un campo incierto a partir del cual las
la acción de las diversas partidas que participan, de redes de posibilidades de nuestro análisis se ven de por sí limitadas.
relaciones y de comunicaciones que convirtieran el descontento Sin embargo, la información obtenida, aunque incompleta, no
general en acción eficaz. Ello nos lleva a preguntarnos por la deja de ser significativa, y en todo caso autoriza un primer
existencia de dichas redes en esta región de "habitat aisla- análisis. Con" él deseamos animar el debate sobre la problemá-
tica del período pre-nacional en la provincia de Buenos Aires,
dentro del cual el gobierno de Rosas ocupa un lugar central.
hechos; ver EL PROCESO HISTORICO DE LAVALLE A ROSAS. LA HISTORIA DE UN
AÑO:DE DICIEMBRE 1828 A DICIEMBRE 1829, La Plata, Publicaciones de la Pcia. I- LA COLERA RURAL
de Bs. As., 1950, p. 119. Andrés Carretero nos ofrece una visión completa de
la situación global en donde debe inscribirse el levantamiento de 1829.
Aunque cita ciertos documentos que contradicen la tesis clásica, su tendencia La sedición estalla en la campaña sur de Buenos Aires. Esta
a transcribir cronológicamente las fuentes, sin ningún tipo de postura críti- región, comprendida dentro de un perímetro que se extiende
ca, hace difícil saber cuál es su tesis al respecto. Cf. Carretero, A., LA
LLEGADA DE ROSAS AL PODER. Bs. As., Ed. Pannedille, 1971. Breves referencias desde la zona sub-urbana de la ciudad-puerto hasta la nueva
sobre los sucesos en Barba, Enrique, COMO LLEGO ROSAS AL PODER, Bs. As., Ed. línea de frontera, es teatro de importantes transformaciones
Pleamar, 1972, cap. VI; Best, Félix, HISTORIA DE LAS GUERRAS ARGENTINAS, DE en la estructura productiva, consecuencia del vuelco de la
LA INDEPENDENCIA, INTERNACIONALES, CIVILES Y CON EL INDIO, Bs. As., 1960, t.
I, pp. 368-375; Sidoti, Juan, LA CRISIS POLITICA DE 1829, La Plata, 1948. El élite porteña hacia la tierra. Al interior de este territorio
análisis más reciente pertenece a Lynch, John, JUAN MANUEL DE ROSAS, Emecé,
1985, pp. 44-45.
2
Halperín Donghi, Tulio, ARGENTINA, DE LA REVOLUCION DE INDEPENDENCIA A 4
LA FEDERACION ROSISTA, Bs. As., Paidós, 1972, pp. 262 - 264. Archivo General de la Nación [en adelante AGN], Sala X, 15-1-5 y 32-
3 11-6; AGN-VII-1-3-6 y AGN-VII-16-1-10.
Ibidem, p. 263. El autor cita al respecto una carta de Nicolás 5
Anchorena a su apoderado Lezica, del 16-3-1829. He trabajado con los siguientes periódicos: EL TIEMPO [en adelante ET]
desde el 1-11-28 al 30-6-29; EL PAMPERO (en adelante E P ] , desde el 17-1-29 al
30-6-29; LA GACETA MERCANTIL [en adelante G M ] , desde el 1-11-28 al 30-6-29.
6
Archives du Ministère des Relations Exterieures, Paris, Correspondence
Politique Argentine [en adelante AMRE CPA) Nº 3 1828, N2 4 1829.
138 139
en proceso de expansión ganadera, coexisten 4 espacios con pueblos. Es esta sociedad agraria, que terminará por imponerse
sociedades bien diferenciadas 7. en la región hacia fines del siglo XIX, la más concida por la
historiografía rural argentina.
En primer lugar distinguimos la sociedad de agricultores y
pequeños y medianos ganaderos. Esta sociedad se fue configu- Linda con ella hacia el sur otra sociedad, desgraciadamente
rando en tiempos de la colonia y terminará de afirmarse con casi desconocida, y que merecería varios estudios para hacer
las transformaciones que se operan en la ciudad-puerto hacia inteligible la cuestión rural en el Río de la Plata. Nos
fines del siglo XVIII. Ella se diferencia de las restantes por referimos a este espacio-margen entre la sociedad blanca e
una relativa diversificación de la economía, presentando junto india, teatro de un intenso intercambio entre ambas. Si bien
a las explotaciones agrícolas familiares en chacras y quintas, el comercio constituyó el eje de 1as relaciones, su condición
un comienzo de industrialización en los saladeros. Hacia el de margen dotó a esta zona de una naturaleza híbrida que la
Salado, si bien prima ganadería, la producción agrícola sigue convirtió en articuladora de las relaciones sociales, políti-
teniendo preponderancia en algunos partidos de la zona 8. En cas y culturales entre la sociedad blanca y la india.
esta región, que se extiende hasta la antigua línea de forti-
nes, coexisten dos tipos de asentamientos: los pueblos y las Por último, una vez atravesada esta frontera móvil, nos encon-
estancias 9 . tramos con la sociedad indígena de la región pampeana, mal
conocida por la historiografía argentina, y que sólo ahora
Al sur del Salado la expansión ganadera delinea un nuevo comienza a ser objeto de estudio sistemático 10. Raúl Mandrini
espacio, donde domina el modelo de la gran estancia, ya no señala que para esta época los circuitos comerciales con Chile
sólo como principal unidad económica, sino también como centro
del poder político y social que en la primera ocupaban los
10
El desinterés que la historiografía argentina ha manifestado por el
conocimiento de la sociedad indígena, tiene sus raíces en el "empirismo
romántico" de la generación de 1837, de donde surgen los "padres fundadores"
' 7 Pocos trabajos señalan debidamente estas diferencias, o bien al su- de la historia argentina. Vicente F. López y Bartolomé Mitre, al asentar las
gerirlas, las presentan como meras variaciones de una misma estructura. Un bases de la indentidad nacional a través de la construcción de un pasado
ejemplo de ello lo encontramos en John Lynch, quien define la estructura acorde al proyecto de sociedad futura, apartan cuidadosamente a la sociedad
social de la campaña como bi-polar: "los estancieros y los otros". Este indígena, conceptuada como componente a-histórico de un territorio que, este
análisis es correcto, siempre y cuando nos remitamos a la sociedad agraria sí, es estimado nacional. Testimonio flagrante de la incapacidad "ideológica"
que sólo comienza a fortalecerse a partir de los años 20. Cf. Lynch, J., JUAN de la historiografía argentina para abordar la cuestión indígena nos lo
MANUEL DE ROSAS..., cit, cap. II. Véase asimismo las sugestivas lineas tra- brindan las actas del congreso que organizó la Academia Nacional de la His-
zadas por Tulio Halperín Donghi en "La expansión ganadera de la frontera de toria con el objeto de conmemorar el centenario de la campaña de Julio A.
Buenos Aires 1820-1852" en Giménez Zapiola, M. (comp.), EL REGIMEN OLIGAR- Roca. De los cuatro tomos editados por la Academia, que comprenden 164 traba-
QUICO. MATERIALES PARA EL ESTUDIO DE LA REALIDAD ARGENTINA (HASTA 1930), Bs. jos, sólo dos están destinados a la sociedad indígena y, casualmente, sus
As., Amorrortu, 1975. autores no son historiadores. Cf. CONGRESO NACIONAL DE HISTORIA SOBRE LA
8
Esta observación no carece de importancia, La razón no es tanto la CONQUISTA DEL DESIERTO, Bs. As., Academia Nacional de la Historia, 1980. En
magnitud de la producción, cuanto las implicaciones de ésta en la estructura el homenaje realizado por la Universidad Nacional de Cuyo se optó por revivir
demográfica. Comparando los datos sobre la población del partido de Lobos- el espíritu triunfalista de 1879 con interesantes connotaciones políticas
mayoritariamente agrícola- y de San Vicente -ganadero- notamos en el primero sobre la situación argentina de 1980. Cf., CENTENARIO DE LA CAMPAÑA DEL
un menor porcentaje de no-nativos y de solteros que permite pensar en im- DESIERTO, Homenaje de la Universidad de Cuyo, 1980. Por ello los trabajos de
portantes diferencias en el grado de estabilidad familiar dentro de la Raúl Mandrini merecen nuestro doble reconocimiento. Primero, por hacernos
campaña bonaerense; Cf. García Belsunce, C. A. (dir.), BUENOS AIRES. SU conocer esta sociedad indígena, sin lo cual todo análisis del periodo se hace
GENTE. 1800-1830, Bs. As., 1976. Anexo N° 2. incomprensible; segundo y aún más importante, por haberla integrado a la
9
Véanse al respecto las referencias que sobre los diversos tipos de categoría de sociedad histórica. Véase, Mandrini, Raúl, "La sociedad indígena
asentamiento en la campaña, nos brinda Parchappes en EXPEDICION FUNDADORA DEL de las pampas en el siglo XIX", en Lischetti, Mirta. (comp.), ANTROPOLOGÍA,
FUERTE 25 DE MAYO EN CRUZ DE GUERRA. AÑO 1828, Bs. As., EUDEBA, 1977. Bs. As., EUDEBA, 1985. Idem, "Notas sobre el desarrollo de la economía pasto-
ril entre los indígenas del suroeste bonaerense (fines del siglo XVIII y
comienzos del siglo XIX)", ponencia en las VIII Jornadas de Historia Económi-
ca, Tandil, 1986 [véase el trabajo en este mismo número del ANUARIO,N.del E.|
140 141
estaban ya asentados y bien organizados, constituyendo la cado, la población sólo había aumentado un 1 2 , 3 % 1 2 . Para
principal fuente de riqueza la venta de ganado en Chile. De hacer frente a la escasez de mano de obra, el gobierno de
ello se deducen las dificultades que debió afrontar la expan- Buenos Aires decide establecer una serié leyes destinadas al
sión ganadera, y el apremio de los estancieros por controlar a disciplinamiento social y laboral 13 . Estudios recientes han
una sociedad cuyo sistema económico se apoyaba en la apropia- demostrado que el problema no se agota en la escasez de la
ción del ganado a través de las "empresas maloneras". población, ni puede resumirse en la vagancia de los gauchos 14 .
La existencia de tierras sin ocupación efectiva, de un grupo
A.- TRASFONDO DE LA REVUELTA de comerciantes no subordinados a los estancieros, otorga al
habitante de la campaña un medio de subsistencia alternativo
La coexistencia de estos cuatro espacios dentro del proceso de al mercado de trabajo; generando de ese modo una irregularidad
integración económica al mercado mundial, origina una serie de en la oferta de mano de obra que sólo de estabilizará hacia
tensiones estructurales, las que, sumándose a una coyuntura 1880 15. La inestabilidad que provoca la oferta anárquica va a
explosiva, constituyen el trasfondo de la revuelta. acentuarse por las características de una demanda fluctuante
que es consecuencia de la organización del trabajo en la
1 - Tensiones estructurales estancia en ciclos de producción. Sin necesidad de entrar en
el debate acerca de si la inestabilidad en el mercado de
El desarrollo de la explotación extensiva, que concuerda con trabajo es consecuencia de la economía de semisubsistencia del
las condiciones económicas de la provincia y con su integra- gaucho o del modo de explotación de la estancia, se puede
ción al mercado mundial, origina una serie de tensiones socia- considerar que ambas provocan un desequilibrio entre la oferta
les. Una de ellas es la ocasionada por el problema de la y la demanda que si por momentos es previsible - es el caso de
necesidad crónica de tierras. Si éste pudo resolverse con el las variaciones estacionales - en otros, como veremos luego,
avance de la frontera, la integración de nuevas tierras indias
trajo como corolario otras dificultades cuya resolución inten-
sifican las tensiones sociales en la campaña. En primer lugar, 12
Datos demográficos tomados de Slatta, Richard, LOS GAUCHOS Y EL OCASO
la de la seguridad de la frontera, para lo cual era necesario DE-LA FRONTERA, Bs. As., Ed. Sudamericana, 1985, p. 335. Estos fueron com-
disponer de importantes recursos materiales y humanos. Los pletados con los que da Diaz, B., BUENOS AIRES Y LA ORGANIZACIÓN NACIONAL,
primeros son subvencionados por un Estado que vive principal- Bs. As,, Ed. El Coloquio, 1984.
13
Decreto del 30 de agosto de 1815, REGISTRO OFICIAL DE LA REPÚBLICA
mente de los aranceles de aduana, pero que en momentos de ARGENTINA, Bs. As., La República, 1880. Decreto del 17 de julio de 1823 y 8
crisis opta por la emisión de billetes, haciendo recaer el de septiembre de 1823 ordenando la obligatoriedad de la papeleta de conchabo
peso económico de la conquista principalmente sobre los secto- en Angelis, P. de, RECOPILACIÓN..., cit. A esto se suma una política de mayor
control de los circuitos comerciales, a través de la prohibición de pulperías
res populares. Por otro lado, la necesidad de obtener recursos volantes.
humanos para el ejército acarrea, en la mayoría de los casos, 14
Mayo, Carlos, "Estancia y peonaje en la región pampeana en la segunda
una intensificación de las levas 11 . Segundo, la cuestión de la mitad del siglo XVIII" en DESARROLLO ECONÓMICO, vol. 23, nº 92, enero - marzo
1984; Amaral, Samuel, "Producción y mano de obra en la estancia colonial
escasez de la mano de obra. Aunque ello es un problema con el 'Magdalena', 1785-1795", en ACTAS DE LAS VI JORNADAS DE HISTORIA ECONÓMICA,
cual ya debieron enfrentarse las autoridades coloniales, la Universidad de Córdoba, 1984, vol. 1.
15
integración de nuevas tierras va a intensificarlo. Así, si en Al respecto, Sábato, Hilda, "La formación del mercado de trabajo en
Buenos Aires. 1850-1880" en DESARROLLO ECONÓMICO, vol. 24, n9 96, enero-
1822 la población rural contaba con 63.230 habitantes, en marzo 1985. Idem, "Trabajar para vivir o vivir para trabajar: empleo ocasio-
1836, cuando la superficie de la provincia se había cuadripli- nal y escasez de mano de obra en Buenos Aires", en POBLACIÓN Y MANO DE OBRA
EN AMERICA LATINA, Madrid, Alianza, 1985.
11
Decreto del 19 de abril de 1822. Decreto del 11 de junio de 1822. Ley
que destina a vagos al servicio de armas del 10 de septiembre de 1824. Ley
para el reclutamiento del ejército del 17 de diciembre de 1823. Cf. Angelis,
Pedro de, RECOPILACIÓN DE LEYES Y DECRETOS PROMULGADOS EN BUENOS AIRES DESDE
EL 25 DE MAYO DE 1810 HASTA EL FIN DE DICIEMBRE DE 1835, Bs. As., Imp. del
Estado, 1837.
142
143
puede ser fuente de conflictos. Indicios de ella aparecen en el comentario que en 1826 realiza
el fiscal sobre los efectos nocivos de la reciente ley de
La expansión de la frontera vino acompañada de una política de enfiteusis "...manifestando los abusos que se observan en la
hipoteca de la tierra pública que llevó a mediano plazo a una campaña por los que han entrado en la especulación de toma de
concentración de la tierra en manos de unos pocos 16 . En las tierras en enfiteusis, imponiendo a los infelices que se
tierras tomadas a la sociedad indígena, ello agudizó la compe- hallaban poblados' en ellas un cánon exhorbitante..."19.
tencia cada vez más agresiva entre ambas sociedades, agravando
el problema de la seguridad en la frontera17. La cuestión es
otra al norte del Salado, donde la ocupación de la tierra Dorrego intentará poner coto a estos excesos a través de una
responde a estructuras más antiguas. Aquí, el régimen de enfi- serie de decretos destinados a limitar la extensión de leguas
teusis pudo haber provocado fuertes tensiones entre los pobla- otorgadas, exigiendo la población de las mismas, y prohibiendo
dores y explotadores efectivos de las tierras públicas, y los toda transferencia de tierras en enfiteusis sin permiso del
nuevos propietarios con derecho a usufructuarlas. Aunque la gobierno. La crisis ocasionada por el golpe de estado militar,
historiografía parece registrar pocas manifestaciones de este y el fusilamiento de Dorrego desencadenan la cólera rural que,
conflicto, la sedición de "desertores" y los "menos vecinos" como veremos, no es ajena a una identificación de Dorrego con
del pueblo deja suponer que estas tensiones existieron18. un Estado (árbitro de los antagonismos entre pobladores des-
tinados a devenir peones, jornaleros, agregados o vagos) y los
todopoderosos estancieros - enfiteutas.
16
A. Carretero señala para 1830 un total de 980 titulares. De éstos, 60
personas concentran casi 400 leg -76 % de la tierra- . Véase Carretero,An-
2 - Tensiones coyunturales
drés, "Contribución al conocimiento de la propiedad rural en la provincia de
Bs. As. para 1830" en BOLETÍN DEL INSTITUTO DE HISTORIA ARGENTINA Y AMERI- A estas tensiones estructurales se suma una coyuntura desfavo-
CANA, t. II, 13, 1970, pp. 246-292.
17
Una de las soluciones propuestas fue el decreto de mayo 1827, desti-
rable que se extiende entre 1825 y 1829, y que afectará de
nado a fomentar la población en la nueva línea de frontera, política que será manera diversa a la población de la campaña. Primeramente, el
ratificada por el gobierno de Viamonte en 1829. Cf. Coni, Emilio, A, LA
VERDAD SOBRE LA ENFITEUSIS DE RIVADAVIA, Bs. As., Imprenta de la Universidad,
1927.
18 esfuerzos realizados por las autoridades para que estos "vagos - propie-
Muchos de estos "desertores" son "vagos" que de acuerdo a lo estipu-
tarios de 10 o 12 caballos" se integren al mercado de trabajo como mano de
lado por el decreto del 19-4-1822 fueron aprehendidos y destinados al servi- obra disciplinada, no parece haber obtenido aún un total éxito en 1823, según
cio de armas. El término "vagos" encubre a su vez el de una población rural opiniones de los propietarios de la provincia de Bs. As.; Cf. ANTECEDENTES Y
que no posee la propiedad jurídica de la tierra, pero cuya pequeña producción FUNDAMENTOS DEL CÓDIGO RURAL, Bs. As., 1864, en Sábato, H., "Trabajar...",
agrícola o ganadera importuna doblemente a los estancieros. En un expediente cit. La referencia al grado de vecindad corresponde a una nota del comisario
de enero de 1808 el Alcalde de Chascomús se explaya al respecto: "...Que
del partido de Matanza, quien el 16-1-29 informa " haber advertido un
estando llenas aquellas campañas de vagos y de otros individuos que a la
cierto desasosiego en los partidos de Lobos y Matanza por la multitud de
sombra de tener una manada de yeguas y diez o doze cavallos con marca ya se
especies falsas que sin fundamento subsistan ", para luego comunicar que
computan como hacendados siendo así que no puede haver hacendado alguno sin
" nada indica trastornos políticos pues los más vecinos de ambos partidos
que posea y tenga una suerte de estancia (...) ...conviene e importa que
se hallan desengañados". Cf. AGN-X-32-11-6, libro 36, fol. 17. La equivalen-
se extingan y aprehendan estas clases de hacendados haciéndoles vender las
cia entre grado de vecindad y politización del movimiento correspondería al
yeguas y caballos y dándoles destino que se da a los vagos..." Cf. DOCUMENTOS clivaje entre ricos propietarios -los más vecinos- que no exceden el marco de
PARA LA HISTORIA ARGENTINA, Tomo IV, ABASTOS DE LA CIUDAD Y CAMPAÑA DE BS. las clases altas y por ello son identificados con "La Política", y los "me-
AS. 1773-1809, (Agradezco a Juan Carlos Garavaglia el haberme comunicado este nos" vecinos - propietarios. Justamente, en el partido de Lobos, entre 1826 y
texto). Es legítimo sospechar que este tipo de conflictos se intensifican con 1830, serán otorgadas en enfiteusis 243, 37 leg -84,4 % de la propiedad
el desarrollo de la explotación extensiva, conjuntamente al proceso de con- rural del partido - beneficiando sólo a 28 enfiteutas. Seguramente la par-
centración de la tierra pública en unos pocos enfiteutas. En todo caso, los ticipación de los habitantes del partido de Lobos en el descontento general
no es ajeno a estas tensiones entre pequeñas explotaciones agrícolas y la
implantación de la gran estancia. Las cifras fueron tomadas de Carretero, A,
LA PROPIEDAD..., cit.
19
En Coni, A, LA VERDAD..., cit., pp. 68 - 69.
144
145
conflicto bélico con el Brasil (1825-1828), que tendrá con- promulgando la ley de agosto de 1827, destinada a poner fin a
secuencias nefastas para la campaña. Es una de las causas del los excesos que la ley del 2 de enero del mismo año había
proceso inflacionario registrado desde 1826 a 1830. El Estado desatado 23 . Una vez en el gobierno, y frente a la presión de
de Buenos Aires, para afrontar el impacto que sobre la econo- la legislatura, de los comerciantes exportadores y de los
mía y finanzas tiene la guerra con el Brasil, cubre su déficit hacendados, Dorrego adhiere a una política de paz destinada a
con el empréstito inglés y la emisión de billetes. Ello pro- acabar con la crisis que el conflicto bélico había originado.
voca una devaluación del salario real, con respecto a los Pero el retorno del Ejército Nacional, en noviembre de 1828,
artículos de consumo 20 . El conflicto conduce al bloqueo del provoca nuevos disturbios en la campaña 24 .
puerto de Buenos Aires (diciembre 1825/ agosto 1828). Sus
consecuencias fueron catastróficas sobre todo para las finan- Al problema de la guerra se suma una de las más terribles
zas estatales, que obtenían el mayor porcentaje de ingresos de sequías que había conocido la provincia de Buenos Aires. Según
los aranceles de aduana 21 . Ello acentúa el proceso inflaciona- Darwin ella perdura de diciembre de 1828 a abril de 1 8 3 5 2 5 .
rio, al disminuir las exportaciones, provocando una seria Las pérdidas de ganado y cultivos fueron enormes, resultando
contracción de las actividades de los saladeros. Si bien los catastróficas para todos aquellos que vivían del ganado alzado
grandes ganaderos podrán adecuarse a esta coyuntura desfavora- como los gauchos jornaleros y los indios.: La situación de
ble gracias a la capacidad de limitar la oferta y preparar desolación y angustia que provoca una desgracia natural de
"stocks", la situación es crítica para los pequeños ganaderos, este tipo, sumada a las dificultades materiales de subsisten-
los peones de saladeros y la población urbana en general, que cia, cumplen un rol fundamental en la acción de una población
sufrirán escasez de pan y carne. El receso económico ocasiona- rural en cólera.
do por el bloqueo del puerto provoca, asimismo, una disminu-
ción significativa de la demanda de mano de obra, en momentos
en que el regreso de las tropas de la Banda Oriental genera un B.- LA ACCIÓN COLECTIVA DURANTE EL VERANO DE 1829
aumento considerable de la oferta, originando un desequilibrio
imprevisible en el mercado de trabajo, que no es ajeno a la De lo hasta aquí expuesto se puede presumir que la movi1iza-
movilización rural de 1829. ción rural de 1829 fue la respuesta de los habitantes de la
campaña a las implicaciones nocivas que, para su modo de vida,
acarreaban las transformaciones de la estructura productiva.
La guerra fue también causa de una reactualización de la ley Al confrontar esta hipótesis con las fuentes notamos que, si
de milicias de 1823 y de las leyes sobre "vagos y mal entrete- bien éstas aseveran nuestras conjeturas, queda sin explicación
nidos". La necesidad imperiosa de recursos humanos lleva a
cometer excesos sobre una población ya "harta de guerra" 22 .
Ello provoca un descontento tanto en los habitantes, víctimas 23
Cf. Rodriguez Molas, Ricardo, HISTORIA SOCIAL DEL GAUCHO, Bs. As.,
de las levas, como en los hacendados, que veían desertar la Centro Editor de América Latina, 1982, pp. 136 - 157.
24
escasa mano de obra. Dorrego intentó modificar esta situación Mendeville al Ministre des Affaires Etrangeres, 19-6-1829, AMRE CPA,
Nº4.
25
Darwin, VIAJES DE UN NATURALISTA ALREDEDOR DEL MUNDO..., Bs. As., El
20 Ateneo, 1942, pp. 173 - 175. Otras referencias en Moussy, Martin de, DESCRIP-
Halperín Donghi, Tulio, GUERRA Y FINANZAS EN LOS ORÍGENES DEL ESTADO
ARGENTINO (1791 - 1850), Bs. As., Ed. de Belgrano, 1982; Amaral, Samuel, "El TION GEOGRAPHIQUE ET STATISTIQUE DE LA CONFEDERATION ARGENTINE 1860-1864,
Banco Nacional y las finanzas de Buenos Aires: el curso forzoso y la incon- París 1860, t. II, p. 127 (Moussy la data de 1827 a 1830); Las regiones más
vertibilidad en 1826" en, IV CONGRESO INTERNACIONAL DE HISTORIA DE AMERICA, afectadas fueron según el científico inglés, la parte septentrional de la
Bs. As,, 1982, t. V, pp. 415 - 429. provincia de Bs. As. y meridional de Santa Fe. Sin embargo la sequía parece
21
En los años 1825-1828 los impuestos a la importación sólo dan cuenta haber afectado a la región pampeana en su conjunto. Así, en una carta del 30-
del 20,53 % del total de los recursos del Estado, cuando en 1821 la aduana 8-1828 dirigida a Balcarce, el coronel Estomba le refiere las privaciones que
cubre el 58,51%. sufren sus tropas en Bahía Blanca como consecuencia "de la espantosa seca que
22
Sobre excesos de estas leyes véase Beruti, MEMORIAS CURIOSAS, Biblio- ha habido desde que llegamos" en AGN-V-16-10-5. Véase referencias en Parchap-
teca de Mayo, t. IV, p. 3990 y AMRE CPA n° 4. pe, EXPEDICIÓN FUNDADORA..., cit, pp. 51, 56 y 88.
146 147
una serie de acontecimientos que no pueden delucidarse tomando Asimismo, las tribus amigas constituían una fuerza bélica de
al movimiento como un todo coherente. Bien por el contrario, reserva que podía utilizarse para conflictos internos de la
el trabajo empírico nos sugirió la existencia de un conjunto sociedad blanca. A cambio de la fidelidad a las autoridades de
de revueltas originadas por razones diferentes, pero coordina- Buenos Aires, las tribus recibían "regalos" - víveres y ves-
das por una coyuntura explosiva. De ellas distinguimos tres tuario -. Con ello Rosas pretendía otorgar a estos indios un
distintas manifestaciones: la agresión india, la guerra de medio de subsistencia alternativo al malón que permitiese, una
opinión y la acción de los "anarquistas". vez "cerradas las puertas a los negocios de origen reprobado"
28
, la integración indígena al mercado de trabajo, solucionan-
1.- La agresión india do así el problema de la escasez de mano de obra.
Durante el verano de 1828-1829, las poblaciones de la frontera La difícil coyuntura que debió afrontar la provincia de Buenos
noroeste y sur de la provincia de Buenos Aires sufren una Aires, desbarató la política de entendimiento pacífico con la
serie de ataques perpetrados por las tribus indígenas conduci- sociedad indígena. La terrible sequía que arrasó con el ganado
das por "cristianos". Según la prensa porteña, estas agresio- cimarrón, sumada a las dificultades económicas del Estado de
nes son dirigidas por Rosas, quien para obligar a Lavalle a Buenos Aires para continuar con la política de subsidies a las
dividir sus fuerzas, moviliza a las tribus amigas de los pam- tribus amigas, llevó a varias de éstas, movidas por la mise-
pas. A pesar de la coherencia de estos argumentos, los docu- ria, a aliarse con las tribus enemigas en las empresas malone-
mentos sugieren que los ataques indios a Pergamino, Bahía ras. Aunque la intensificación de estos ataques contribuyó a
Blanca y Patagones son relativamente independientes del con- desestabilizar al gobierno de Lavalle, ellos obran con plena
flicto del norte de la frontera. Según las fuentes los malones autonomía. Una vez en el gobierno, Rosas tendrá serias difi-
son conducidos por el cacique Pincheira 26 . Este caudillo de cultades para debilitar estas fuerzas, que ahora actúan en su
frontera, de origen chileno, se había establecido en territo- contra.
rio argentino hacia 1827, convirtiéndose al poco tiempo, en un
verdadero peligro para los estancieros, que vieron multipli- 2.- La guerra de opinión
carse los malones en sus propiedades. La política de Rosas
frente a estas agresiones fue la de establecer alianzas con Ella se libra principalmente en las pulperías y en los pueblos
los caciques enemigos de Pincheira 27. Los beneficios de esta de campaña. El instrumento de esta revuelta es la palabra, las
política de alianzas eran múltiples. Militarmente, se lograba "especies incendiarias", como denuncia la prensa porteña. Los
afirmar una primera línea defensiva más allá de la frontera, principales difusores son los pulperos y los "anarquistas" que
que servía de previsión y contensión a los ataques indios. utilizan las pulperías para informar de los hechos a la pobla-
ción 29. En los pueblos, además de los pulperos y vecinos,
participan también los curas, quienes en sus homilías "inci-
Z6
Sobre ataques en la frontera noroeste referencias en GM, 27-10-28; tan a la rebelión" 30.
29-10-28; 30-10-28 y 13-11-28; ET, 3-11-28. El relato de los sucesos de Bahía
Blanca aparece en ET, 9-3-29 y 20-3-29. En cuanto a la presencia de Pinchei-
ra en Patagones véase Biedma, José, CRÓNICAS HISTÓRICAS DEL RIO NEGRO DE
28
PATAGONES (1774 - 1834), Bs. As., Canter, 1905, pp. 664 - 669; otras referen- Estos son los términos empleados por Rosas en una carta dirigida
cias en carta de Paz a Lavalle del 9-2-29 en AGN-VII-1-3-6, fol. 118 y de- desde San Miguel del Monte a Tomás Guido, el 29-9-29 en AGN-VII-16-1-10.Sobre
nuncias del pueblo de Patagones publicadas en ET, 13-2-29 (en donde se acusa la política de integración pacífica del indígena defendida por Rosas véase,
a Rosas de estos ataques). Sobre la vida de los Pincheira en Argentina véase "Segunda Memoria del Coronel Juan Manuel de Rosas" que éste elevó al gobierno
Doval, Alicia "Los hermanos Pincheira" en Comando General del Ejército,POLÍ- de Buenos Aires en 1821 en Saldías, HISTORIA..., cit., I, Anexos.
29
TICA SEGUIDA CON EL ABORIGEN, Bs. As., Círculo Militar, 1973-74, Tomo II, Entre otros véase el relato del Cnel. Prudencio Arnold, UN SOLDADO
(1820-1852), vol. II, cap. VIII, pp. 189-252. ARGENTINO, Bs. As., EUDEBA, 1970, pp. 26 - 28.
28 30
Las enemistades entre chilenos bien puede ser manifestación de la El poder movilizador de los curas es señalado en una carta de J. M.
lucha de éstos por el dominio de los circuitos de comercialización con Chile. Díaz Vélez a Lavalle, del 21-12-1828, en dónde le aconseja destituir al
Rivalidades que serán aprovechadas por Rosas. Véase carta de Rosas a J. M. canónigo Vilar y poner en su lugar a Illescar " No me diga mi amigo que
Paz del 9-2-29 en AGN-VII-1-3-6.
148 149
El principal medio de información son los rumores que circu- A partir del mes de febrero la guerra de opinión también se
lan por la ciudad y la campaña. Como para el caso de las sostiene en la ciudad de Buenos Aires. Aquí además de los
agresiones indígenas, la propagación de rumores es anterior al rumores, se utiliza el pasquín como medio de difusión. Este,
levantamiento, y coincide con la incertidumbre que genera la que existía ya en tiempos de la colonia, había sido relegado a
difícil situación que debe afrontar Dorrego hacia fines del comienzos del siglo XIX por la prensa, que ocupará el lugar de
año 1828. Esta se acentúa con la revolución decembrista y el principal órgano de difusión de información a la vez que de
asesinato del gobernador de la provincia de Buenos Aires. combate político. La utilización del pasquín durante el
Independientemente de la intencionalidad de aquellos que conflicto, otorgó a la oposición la posibilidad de disponer de
alientan los rumores - las denuncias son dirigidas principal- un órgano de combate político capaz de minar el monopolio de
mente contra Rosas - para que se propaguen es necesario que la información que poseían los decembristas, siendo destinado a
población crea en ellos. Esta creencia exige que los rumores movilizar a ese vasto sector de la población urbana que no era
compartan ciertos elementos de verosimilitud y que se encuen- captado por la prensa. La capacidad movilizadora de los pas-
tren anclados en angustias y temores de la mentalidad colec- quines se explica también por la propagación previa de los
tiva 31. La propagación de rumores también puede explicarse rumores, pues los primeros confirman por escrito lo que todo
por la ausencia de noticias concretas o por el poco crédito el mundo ya sabe por medio de las conversaciones.
que se otorga a las mismas 32.
Esta guerra, que la prensa calificó de "más peligrosa que el
conflicto armado" 33, generó un sentinimiento de inseguridad
nada importan los canónigos, importan mi general..."; señala luego la frente al cual la población reaccionó de diversos modos: hay
conveniencia de tal cambio "...damos un paso más popular, nos arrevatamos el quienes se sumaron a los "anarquistas", otros actuaron de
concepto de todos los pobres, que por hay decían mi padre a Dorrego..." en
AGN-VII-1-3-6, fol. 80-81. La participación de los curas en la insurrección manera aislada librándose al robo - en algunos casos al de las
parece haber sido significativa al norte del Salado, donde el asentamiento en mismas estancias donde trabajaban como peones 34 y los más
pueblos es más antiguo y el poder de la iglesia más afianzado. Referencias reprobaron silenciosamente al nuevo gobierno por ser el cau-
sobre la responsabilidad de los curas en la rebelión en AGN-X-15-1-5; EP, 17-
-3-29* ET 17-3-29 sante de tantos desórdenes.
31
En una carta al General Lavalle, datada el 18-12-28, Gregorio Araoz
de La Madrid señala como causante de la revuelta al temor generado por los 3.- La acción de los "anarquistas"
rumores "...En fin yo tengo fundadas esperanzas de que bendrá también Mesa y
los demás y podrá esto quedar tranquilo, porque lo que hay en realidad es
miedo por sin número de mentiras que circulan..." en AGN-VII-1-3-6. Aunque Paralelamente a los ataques de las tribus indias, el gobierno
certera, la observación de La Madrid es una verdad a medias, pues si la pro- de Buenos Aires debe hacer frente a la formación de partidas
liferación de rumores genera un clima de inseguridad, para que éstos se
propaguen es necesario que ellos sean a su vez respuesta a temores que in- de gauchos armados. Las fuentes nos hablan de "reuniones de
quietan a la sociedad. Un excelente análisis literario sobre el tema nos lo anarquistas" o de "montoneras". Ellas están compuestas por
brinda Gabriel García Márquez en LA MALA HORA, Bs. As., Ed. Sudamericana,
1982. Sobre la creencia en los rumores véase: Delumeau, J., LA PEUR EN OCCI-
DENT, Paris, Pluriel, 1978; Kapferer, Jean Noel," Pourquoi croyons nous les
rumeurs?" en RUMEURS, LE PLUS VIEUX MEDIAT DU MONDE, Paris, Seuil, 1987, pp. ellas profesan al gobierno, pueden explicar la rápida propagación de los
79 - 103; Kaplan, S., LE COMPLOT DE LA FAMINE: HISTORIE D' UN RUMEUR AU XVIII rumores y el rol de éstos como medio de comunicación alternativo que informa
SIECLE, Paris, Armand Colin, 1982. a un vasto sector de la población que no se identificaba con la prensa unita-
32 ria. Para el encargado de negocios americano la ausencia de noticias concre-
La disminución considerable de publicaciones -subsisten al golpe de
estado decembrista sólo dos publicaciones en lengua española: LA GACETA tas es la razón de al propagación de los rumores. Cf. Murray Forbes, John,
MERCANTIL (1823 - 1852) y EL TIEMPO (abril 1828 - agosto 1829) a las qué se ONCE AÑOS EN BUENOS AIRES, Bs. As., Emecé, 1956, p. 519. Sobre las publica-
suma EL PAMPERO (enero 1829 - agosto 1829)- y la incondicionalidad que dos de ciones periódicas de la época véase Zinny, A., "Bibliografía periodística de
Buenos Aires hasta la caída del gobierno de Rosas" en LA REVISTA DE BUENOS
AIRES, tomos X al XIII, 1866 - 1867.
33
ET, 11-3-29; EP, 19-3-29. Sobre la presunta intención de los unita-
rios de continuar el conflicto con el Brasil, cf. EP, 22-1-29.
34
EP, 17-1-29 Y 26-3-29.
150 151
peones milicianos o desertores, organizados en bandas, dirigi- ACTORES EN EL LEVANTAMIENTO DE 1829
das por pequeños caudillos. Su acción principal fue el robo de
ganado y de armas, entregándose en algunos casos a operaciones
netamente políticas 35 . Se puede distinguir, en el lapso de
los siete meses durante los cuales se perciben los disturbios
-de diciembre a julio- tres momentos diferentes en la acción
de los "anarquistas" ( ver los gráficos).
El primero corresponde al período que transcurre desde el
asesinato de Dorrego, el 13 de diciembre de 1828 a la derrota
de Las Palmentas, el 7 de febrero de 1829. Según el relato
que nos dejó el Coronel Arnold, estas partidas fueron organi-
zadas por los sobrevivientes de Navarro, quienes al enterarse
el 14.de diciembre del fusilamiento de Dorrego, "resolvieron
no reconocer mas autoridad que la representada por el Coman-
dante de Rosas". Sus fuerzas estaban compuestas por treinta y
tantos milicianos y tres alféres que marcharon, luego de
Navarro, hacia el sur. En el camino "se les incorporaron
vecinos e indios amigos al mando de Molina". Arnold afirma que
todos ellos obedecían a las órdenes de M. Meza. Los informes
de Policía difieren en algunos aspectos de este relato. Según
éstos, las agresiones eran obra de los hombres de Molina,
caudillo que llegó a contar con 5.00 "cristianos" y un número
similar de indios pampas. Su acción era coordinada con las de
la fuerza del mayor Mesa y Antonio Ugarte 36. Tanto Mesa como
Molina estaban vinculados con Rosas. El primero se encontraba
bajo las órdenes del comandante general de milicias antes de
la derrota de Navarro; el segundo era beneficiario de rega-
los" que Rosas otorgaba en nombre del gobierno a cambio de su
35
El 3 de enero una partida de 300 hombres atacan la estancia de Zenón
Videla, miembro del Consejo Unitario, llevándoselo prisionero ET, 7-1-29).
En Quilmes no se puede proceder al nombramiento del alcalde del cuartel nº 5
porque los anarquistas entraron al pueblo y se lo llevaron consigo (AGN-X-3Z-
11-6).
36
La biografía de Molina es un buen ejemplo del tipo de caudillo que
vive en la sociedad de frontera. Antiguo capataz de Francisco Ramos Mejía,
cuando este último cae prisionero en 1821, Molina se refugia con los indios.
Allí forma una banda de indios y desertores con la que dirige malones. El
gobierno nacional lo integra en 1826 al ejército de frontera. Rosas también
recurre a él en 1827 para firmar las alianzas con algunas tribus indias. Cf.
Rosas, J.M., en Saldías, A. HISTORIA..., cit,; Yaben, BIOGRAFÍAS HISTORICAS
ARGENTINAS, Bs. As., 1952-1954; Parish a Aberdeen 12-1-29, en Lynch, J., JUAN
MANUEL DE ROSAS, cit., p. 43.
152 153
rol de mediador" entre las tribus indígenas y el gobierno de
Buenos Aires. Estas fuerzas actuaron en la región del Salado
durante el mes de diciembre y parte de enero. Luego se diri-
gieron hacia el sur, seguramente para evitar el enfrentamiento
con las tropas de Lavalle y buscar nuevas alianzas con los
indios ( ver mapa ). El 21 de enero las tropas de Lavalle
cargan sobre "la división de 450 indios bárbaros en las puntas
de Chapaleofú" 37 . El diario El Tiempo informó al respecto que
Molina se encontraba cerca de allí con 500 "cristianos".
Finalmente sus tropas se enfrentarán con el ejército de Lava-
lle en Pergamino,el 7 de febrero de 1829. Este caudillo logra-
rá huir hacia Santa Fé, donde se integrará a las tropas de
Rosas. Por el contrario, serán hechos prisioneros el sargento
Mesa, Manuel Céspedes y José Montes, junto con 121 de sus
hombres. De estos, 73%'son milicianos o desertores del ejérci-
to, 25% son calificados de "paisanos" y 2% de sospechosos.
Estos datos reflejan la importancia del elemento militar en la
organización de la revuelta. En cuanto a los "paisanos", su
participación, aunque menor, evidencia la naturaleza de una
revuelta que concierne a la población rural en su conjunto.
ET 27-l-29•
38
Á través del relato del Coronel Arnold advertimos la originalidad de
este movimiento que genera, a partir de las necesidades inmediatas de la
acción, nuevos mecanismos de toma de decisiones. Véase por ejemplo las
elecciones que preceden el combate en Monte, de marzo de 1829. Cf. Arnold, UN
SOLDADO..., cit, p. 30.
155
154
primera etapa prima la partipación de caudillos que se inte- toma de conciencia común. Siguiendo esta línea de reflexión
gran con sus propios hombres, ahora vemos incorporarse a las podría argumentarse que los vínculos más estrechos que ligaban
partidas a una población relativamente "suelta" - "vecinos, a los gauchos eran lazos verticales con los estancieros. Es un
vagos y facinerosos" -; para cuya captación cumplen un rol razonamiento de esta naturaleza el que desarrolla Lynch para
importante los intermediarios culturales y políticos: los fundamentar su tesis sobre un movimiento que sólo se explica
pulperos, los curas y las autoridades civiles de la campaña. por los vínculos de clientela. Según este historiador esa
Su acción será facilitada por el clima de descontento general característica del clientelismo en la población de la campaña
exacerbado por el proceso de propagación de los rumores. hacía imposible cualquier acción común. Aunque su observación
pareciera ser justa, nos parece útil recordar que durante los
Por último, desde el triunfo de las Vizcacheras hasta finali- hechos Rosas se encuentra a más de 400 km. de los participan-
zado el mes de julio se distinguen nuevas modalidades en la tes. Esta ausencia física debe tenerse en cuenta, pues ella
acción colectiva. Algunas de las partidas van a integrarse a podría suponer una capacidad organizativa de la población
las tropas de Prudencia Rosas, quien se unirá luego con las rural, así como una cierta autonomía en acción, lo cual de-
fuerzas de Juan Manuel de Rosas. Estos hombres, una vez Rosas bilitaría sus tesis. Si observamos el cuadró, veremos que en
en el poder, serán integrados al ejército regular 39. Para las 37 referencias a grupos armados, sólo 7 veces ( 19% ), se
restantes advertimos su pronta dispersión por la campaña. Es trata de partidas de "anarquistas" de mas de 300 hombres. De
entonces que vemos proliferar pequeñas bandas de alrededor de ellas, 3 se refieren a las tropas del caudillo Molina -que
10 hombres. Estas van a entregarse a un saqueo generalizado actúan desde el 17 de diciembre al 7 de febrero- y las 4
que los distingue de la acción de las partidas que operaron restantes a unos pequeños caudillos - Maestre, Arbolito,
durante los dos primeros meses. Genaro Chaves y José González -. El resto de las partidas,
67,5% de las bandas armadas, corresponden a grupos de menos de
11 - NATURALEZA DE LA REVUELTA 60 hombres, cuya acción es el robo en las estancias y en los
pueblos. Restarían 5 referencias ( 13,5% ) en donde 2 veces se
Después de todo lo expuesto, una pregunta se impone: ¿es po- trata de tropas de Lopez y las tres restantes no están direc-
sible' calificar de "revuelta popular" 40 a un levantamiento tamente ligadas con el levantamiento.
compuesto por actores tan distintos como lo eran las tribus
indias que vivían fuera de la sociedad blanca, los gauchos Para discutir las tesis de Lynch debemos probar que existe una
semi-nómades que lo hacían en una sociedad de frontera y los cierta autonomía en la acción de estos hombres. En el caso del
gauchos soldados? Se me podría arguir que para hablar de caudillo Molina, no cabe duda de que éste es hombre de Rosas.
revuelta popular es necesario que exista una cohesión mínima Asi lo afirmó él mismo en una carta dirigida a Lavalle 41. En
de los intereses del grupo; aquí parecería indudable que los cuanto a las otras partidas, su relación con Rosas es menos
actores del levantamiento se caracterizaban por una inestabi- conocida, y aunque no descartemos la posibilidad de que éstas
lidad laboral, familiar y de habitat que hacía muy difícil una recibieran comunicaciones desde Santa Fé, las características
de esta movilización difieren, según lo expuesto anteriormen-
te, de aquella que dirigió Molina, y en todo caso no puede
39
En el ejército de la Confederación, José González, Miguel Miranda, resumirse en los vínculos con Rosas. Con respecto a la multi-
Pedro Lorea y Leandro Ibáñes figuran con el cargo de Teniente Coronel; plicación de pequeñas bandas de ladrones, su conducta contra-
Francisco Sosa, Castro y el cacique Ventura Miñaña con el de Coronel; Cf. Bal- dice las órdenes de respetar toda propiedad que, según Parish,
drich, Fernando, "Lista de oficiales superiores y jefes que revistaron en las
fuerzas armadas de la Confederación Argentina u ofrecieron sus servicios Rosas había impartido entre los levantados 42•. La prolifera-
durante parte o toda la época del gobierno de Rosas" en Arnold, UN SOLDA-
DO. . ..cit. ,pp. 199 - 207.
40
Por revuelta popular se entiende la acción a través de la cual los 41
individuos o grupos se alzan en rebelión abierta o encubierta contra las En respuesta a las tratativas de paz que una comisión de hacendados
instituciones que tienen a su cargo el control de los mismos. Con el concepto fue a proponerle, Molina respondió: ...que la comisión a que se han dirigido
de popular aludimos a un movimiento que no incluye a los "poderosos" -estan- no es anexa a nuestras facultades, pues nosotros dependemos del general Juan
cieros o jefes del ejército- Manuel de Rosas por cuyas órdenes obramos —" en ET, 7-1-29.
42
Parish a Aberdeen, n9 3, 12-1-29, PRO.FO 6/26 en Lynch, J., JUAN
MANUEL DE ROSAS..., cit., p. 45.
156 157
ción de bandidos estaría demostrando el limitado control que nice a partir de la estructura del ejército, el horizonte de
tiene Rosas de la acción de los rebeldes. Todo ello nos lleva lectura de los hechos integra a las agresiones indias y a la
a preguntarnos por la posible existencia de vínculos horizon- guerra de opinión, superando de este modo el mero conflicto
tales que hicieran posible la auto-organización de los habi- militar. El origen social de los jefes de las partidas, y la
tantes del sur. La respuesta es, a nuestro entender, afirmati- heterogeneidad de la población en armas, otorga a la acción un
va. En efecto, a pesar del aislamiento que caracteriza a estos sentido de protesta social. Con ello queremos sugerir que la
pobladores, existían elementos comunes a todos ellos, se trate toma de conciencia de la población se origina a partir de un
de gauchos peones o jornaleros, de desertores o vagabundos, e conflicto que sé sitúa más allá de los referentes institucio-
incluso de indios: todos ellos eran hombres de a caballo. nales del ejército, oponiendo a las clases subalternas rurales
Compartían también una común vulnerabilidad frente a l a s contra el Estado unitario.
leyes, por vivir en una economía de cuasisubsistencia conside-
rada como subversiva por el poder. Ellos también son la prin- Pero si nuestra lectura es justa ¿cómo explicar que esta
cipal mira del ejército. Si los indios lo son en tanto enemi- "revuelta popular" no formule ninguna reivindicación? Y lo que
gos, los gauchos no lo son menos en cuanto recursos humanos. es aún más incomprensible, ¿cómo podemos interpretar el que
Ahora bien, es el ejército el que reune todos esos habitantes. luchen en nombre de Rosas, quien era el primer promotor de las
Es en su condición de soldado que el gaucho va a contraer leyes coercitivas? ¿Debemos concluir que a pesar de una cierta
vínculos horizontales. La militarización, que en tiempos de la autonomía en la acción, se trata de tropas de estancieros, y
independencia habia sido el ámbito donde se consolidaron las considerar, junto con Lynch, que el sentido último de este
solidaridades verticales, pierde, con la intensificación de levantamiento es el de la confrontación armada entre hacenda-
las levas, su función de integración social y política de las dos y militares? No lo podríamos afirmar. Que Rosas haya sido
tropas con sus jefes 43 . Las levas rompen los vínculos verti- la autoridad reconocida por todos, de ello no cabe la mínima
cales, ofreciendo a los gauchos una capacidad relacional que duda. Pero de allí a negar toda identidad a la revuelta, hay
corresponde a su modo de ser -el ser hombres a caballo- y una un paso que no consideramos conveniente dar. Primero, porque
conciencia de las injusticias y desigualdades frente a la ley. las fuentes nos sugieren lo contrario. Segundo, porque aunque
Ello explica, por un lado, que la rebelión utilice los hombres aceptásemos la existencia de vínculos de clientela, deberíamos
y estructura organizativa del ejército, y por otro, la fuerza preguntarnos si la participación en la revuelta no genera ya
movilizadora de los rumores. ¿Se trata entonces, como lo una identidad común de los alzados, aunque sea por la necesa-
sugiere Tulio Halperín Donghi, de la sublevación de los secto- ria representación del enemigo que remite a una identificación
res subalternos de un ejército mal contenido por un cuerpo de de aquellos. Es indudable, por la lógica de la dicotomía-
oficiales "que parecen hallar en el desprecio al campesino del propia del conflicto- que se crea una identidad común en esa
que vive un rasgo napoleónico" ? Sugerencia que aunque pare- heterogeneidad de componentes. Esta identidad se manifiesta a
ciera confirmarse por el relato del coronel Arnold, no nos través de la acción, de la palabra y de las producciones
parece posible avalar 44 . Pues aunque la movilización se orga- simbólicas.
tidas, Arnold encuadra los hechos como un conflicto interno del ejército. Cf.
Arnold, UN SOLDADO..., cit.
158 159
producido la paradoja que significaba para un habitante de la la campaña, haciéndole notar la similitud entre los síntomas
campaña la escasez de carne- otorga a estos robos un sentido que ésta presenta con aquellos que se advirtieron en la Banda
de protesta social. Y a pesar de los esfuerzos que realizan Oriental: "...esta campaña se volverá un canos si se la aban-
las autoridades porteñas conjuntamente con la prensa local dona. No desperdicie mi opinión. Esto es más claro que la luz
para presentar a los insurgentes como un peligro para los del día. En cada partido hay una gavilla de ladrones, que se
"honestos vecinos", la población de la campaña parece ver esos reúnen a matar, y saquear y luego se dispersan. Así empezó la
saqueos con otros ojos. La divergencia de interpretación se Banda Oriental" 48 .
desprende de las diferentes fuentes consultadas. Mientras que
la prensa presenta a los insurgentes como seres aislados de Sin embargo, y a pesar de la agitación y los temores que este
una población víctima de sus actos, las notas de los comisa- levantamiento inspira, el movimiento no presenta característi-
rios denuncian la complicidad de los habitantes. Así, por cas de tipo moderno. El desborde de los hombres de la campaña
ejemplo, el comisario del Monte, cuando anuncia la entrada de no desembocó en una revuelta dirigida a socavar el poder de
los anarquistas al pueblo de Lobos, informa sobre la conducta los estancieros, sino en una generalización del bandolerismo
de los celadores que se negaron a confrontarse con la "monto- cuya naturaleza -aunque contenga un sentido de protesta so-
nera", "ya que ellos salieron de Buenos Aires sólo con el cial- más bien responde a la de las revueltas primitivas, como
objeto de aprehender ladrones" 45 . Hobsbawn las ha descripto 49 . La protesta contra las injusti-
cias se ubica dentro de la reivindicación de un mundo tradi-
cional más justo, antes que en la creación de nuevas relacio-
Detrás de estos robos -cuyos actores pertenecen al mundo de la nes sociales. Es una revuelta contra los excesos que no cues-
gran estancia y a la sociedad de frontera- perpetuados contra tiona la sociedad.. Sin embargo, la acción durante el verano de
los terratenientes, ¿no se puede sospechar una protesta contra 1829, otorga a los hombres de la campaña una identidad colec-
la miseria y la opresión? La razón del conflicto es aparente- tiva en términos positivos. Venciendo al enemigo, fuerza del
mente bien clara para la prensa de Buenos Aires. En un edi- mal, esos hombres se representan como fuerza positiva de la
torial del 26 de marzo de 1829 el diario El Pampero propone consigna rosista de restablecimiento del orden social.
que los estancieros aumenten un 150 % los salarios de sus
peones para calmar la sedición. El artículo termina con la
siguiente frase: "La anarquía en la campaña lo ha desmorali- B.- IDENTIDAD A TRAVES DE LA PALABRA
zado todo, ha roto los vínculos entre el propietario y los
jornaleros, y aún entre el amo y el esclavo; es preciso Habíamos señalado que juntamente con la acción armada había
volver a ligar estos primeros eslabones". Las transformaciones estallado lo que la prensa llamó "una guerra de opinión".
que genera la integración a la economía mundial son incluso Sabemos muy poco sobre el contenido exacto de esas "especies
incomprensibles para aquellos que se presentan como sus prin- falsas"; sin embargo, la existencia de un mensaje común merece
cipales promotores. El mismo diario ya denunciaba, algunos nuestra atención. Estas especies que corren por la campaña son
días antes, el peligro de ese levantamiento que corría el presentadas por la prensa porteña como "rumores"; calificación
riesgo de transformarse en una guerra del pobre contra el que está destinada a imputarle el carácter de falsa informa-
rico, del ignorante contra el hombre culto 4 6 . El diario El
Tiempo se pregunta cómo podría Rosas, una vez firmada la paz,
48
convencer a los gauchos que habían saqueado las estancias, a AGN-VII-1-3-6.
49
volver a trabajar en las mismas como peones 47 . El propio J. M. Las similitudes con el modelo de Eric Hobsbawn pueden encontrarse en
las características de los actores de estas revueltas, en el tipo de acción a
Díaz Vélez, en una carta del 23 de marzo de 1829, hace par- que éstos se libran y el proceso histórico dentro del cual se detectan este
tícipe a Lavalle de los temores que le inspira la situación en tipo de movimientos. Sin embargo, la revuelta de 1829 presenta una especifi-
cidad respecto a su modelo, y ella reside en la capacidad organizativa que
aparentemente está ausente en las revueltas analizadas por Hobsbawn. Esto,
sumado a la ausencia de ideología, lleva a dicho autor a calificar estos
45 movimientos como pre-políticos; conclusión con la cual diferimos. Véase Hobs-
AGN-X-32-ll-6. bawn, E., REBELDES PRIMITIVOS, Barcelona, Ed. Ariel, 1968; Idem, BANDIDOS,
46
EP, 16-3-29. Barcelona, Ariel, 1976.
47
ET, 20-5-29.
160 161
ción. A pesar de ello, lo que más molesta a las autoridades no esas reuniones, y a través de esos mensajes, que se vehiculiza
es tanto, su contenido, cuanto su condición de información pa- un imaginario que da sentido a la revuelta y al mundo rural de
ralela a la que transmiten los unitarios, y no controlable por los sublevados.
ellos. Si el proceso de propagación de esos rumores fue rápido
y eficaz -a mediados de enero los comisarios de Quilmes, C- IDENTIDAD A TRAVES DE LAS PRODUCCIONES SIMBOLICAS
Matanza y Lobos se quejan de esta "propagación nociva" 5 0 , se
debe a que ellos respondían a temores de la población. Los La acción colectiva instituye, asimismo, una identidad colec-
rumores, además de cumplir la función de alertar a la pobla- tiva a través de la producción de símbolos, destinada a re-
ción contra el peligro, indican qué debía pensarse al respec- presentar y significar a sus miembros.
to. La transmisión de noticias implica entonces un consenso de
opinión de esta población rural. Al propagarla, los habitantes La primera imagen que reúne a los levantados es la de Dorre-
se identifican con la opinión del grupo, creando una verdad go 5 2 . En las pulperías de campaña circulan litografías, mien-
consensual que funciona como vehículo de cohesión social. tras son cantadas sus desgracias. Dorrego, quien en 1827 se
Estos mensajes se difunden principalmente en las pulperías, había pronunciado contra los abusos de las levas, se presen-
lugar de sociabilidad por excelencia para los hombres de la taba para la población rural como la primera víctima del
campaña. La sociabilidad alrededor de la pulpería implica la ejército nacional. Su muerte trágica permite identificar al
existencia de una comunidad de representaciones del mundo, de enemigo. La utilización de su imagen para reunir e identificar
los otros y de las relaciones entre sí. Su forma, abierta y a la "montonera" le confiere una función simbólica. Rosas, una
masculina 51 , responde a las características del mundo rural; vez en el poder, no dejará de integrar ese símbolo a la Fede-
es un mundo masculino marcado por el nomadismo. Los objetivos ración. Por el decreto del 29 de diciembre de 1829 ordena la
de estos encuentros son los de sociabilidad y supervivencia organización de una de las más grandes ceremonias funerarias
gracias a los intercambios comerciales entre gauchos y pulpe- que la población de Buenos Aires haya conocido.
ros. El modo de relación es igualitario, como la relación que
los gauchos tenían entre ellos. La pulpería se identifica con
una cultura oral, como aquella difundida por los gauchos Además de las litografías de Dorrego, existieron insignias que
cantores. En esta forma de relación encontramos implícitamente sirvieron para distinguir a los rebeldes de 1829: la cinta
definidas las necesidades de los hombres de a caballo:movili- punzó y la lanza decorada con la pluma. El peso de estos
dad, libertad y supervivencia. El hecho de que estos mensajes símbolos fue tal, que una vez firmada la paz, se libra en la
fueran difundidos a través de las pulperías, extiende el campo ciudad de Buenos Aires una suerte de "guerra de símbolos". La
de significaciones de las cuales ellos son portadores. Es en prensa porteña se exaspera frente a la proliferación de esas
insignias en la ciudad. El diario. El Tiempo insiste sobre la
necesidad de que los hombres de la campaña que ostenten insig-
nias de ese tipo se las quiten para entrar en la ciudad 53 .
50
Nota del comisario de Quilmes del 13-1-29; nota del comisario de Rosas resolverá la cuestión con el abandono de la pluma-
Matanza del 16-1-29; AGN-X-15-1-5. El 24 de enero de 1829, para acabar con símbolo del componente indio- para instaurar el rojo como
ello, G. Brown y J. M. Paz erigen el decreto contra disturbios, donde se
estipula (art. 2) "Los comandantes en Jefe están autorizados a perseguir por símbolo supremo de la "Santa Federación" 54 . Al rodearse de
todos los medios a los que acaudillen reuniones y esparzan especies sedicio- estos símbolos, monopolizando algunos y controlando otros,
sas". Cf. GM, 26-1-29.
51
La pulpería es una forma que en la ciudad de Buenos Aires caracteriza
a los sectores más bajos de la población -las élites asisten a otros centros
de sociabilidad como los cafés, los salones literarios y círculos. En la 52
Correspondencia de Del Carril a Lavalle, 20-12-28 en AGN-VII-1-3-6.
campaña, la pulpería es un centro inter-social e inter-racial. Cf. nuestro Misma referencia en GM, 23-12-28 y Parish a Aberdeen 12-1-29 en Lynch, J.,
trabajo SOCIABILITE DEMOCRATIQUE ET IDEOLOGIE NATIONALE, Paris, Memoire de JUAN MANUEL DE ROSAS, cit., p. 43.
DEA, 1985. Por redes abiertas, se entienden aquellas relaciones donde los 53
ET, 14-7-29 y 25-6-29.
vínculos no corresponden de un sujeto a otro. Por ejemplo A-> B-> C ; Una red 54
Por el decreto del 3 de febrero de 1830 se establece como obligatorio
cerrada se presenta del siguiente modo: A >B — > C >A ; Cf. Forsé, M, para todos aquellos que dependan del tesoro público, la utilización del
"La Sociabilité" en revista ECONOMIE ET STATISTIQUES, N9 132, 1981, pp. 39-48. distintivo punzó, Cf. Angelis, Pedro de, RECOPILACION..., cit.
162 163
Rosas refuerza su dominio sobre la campaña a través del ejer- lo benefició, al constituirlo como única salvación contra el
cicio de este poder simbólico. caos.
Todo ello nos permite afirmar que el levantamiento de 1829, Para la población en armas el comandante general de milicias
lejos de reducirse a un simple conflicto entre Lavalle y no sólo era la autoridad reconocida por todos -para lo cual la
Rosas, o a una crisis de mando en el interior del ejército, utilización de redes de relación habitualmente manejadas por
toma un sentido de protesta social. Esta rebelión testimonia a Rosas pudo haber sido condición necesaria pero no suficiente-
través de la acción, de la palabra y de las producciones sino el símbolo unificador y sentido global izante de esta
simbólicas, una explosión del imaginario social que da sentido revuelta. Las ovaciones que recibe al entrar en Buenos Aires
a esa identidad común materializada por la acción. Es Rosas son las de "un héroe que jamás ha librado batalla" 56. ¿cómo
quien viene a "encarnar" esa identidad a través del "restable- explicar ésto? Aqui también el clima ha contribuido mucho.
cimiento del orden" que las medidas arbitrarias de los unita- Hasta podría decirse que ha hecho demasiado, puesto que Rosas
rios habían roto. Así, a partir de 1829, Rosas pasa a ser el ha sido excedido por los hechos 57.
"Restaurador de las Leyes". He aquí la génesis del imaginario
puesto en obra por la federación rosista. Pero paradójicamente este desbordamiento lo beneficia aún más,
pues lo consagra como jefe carismático de ese pueblo en ac-
III - EL ROL DE ROSAS ción. Sin embargo, el clima no explica todo/Principalmente,
porque Rosas ya era, antes del estallido de la revuelta, jefe
La participación de Rosas en el levantamiento es indudable. carismático de la población rural. La razón principal es su
Pero como lo hemos demostrado, ella no se resume en la conduc- condición de articulador social. Este es un aspecto fundamen-
ción de sus tropas milicianas. Este levantamiento presenta tal de la naturaleza de su poder y autoridad que explicaría
características que confieren a Rosas un rol diferente del que por qué la intensificación de la revuelta es inversamente
jugó en los años 20. proporcional a su capacidad revolucionaria. Rosas, al mismo
tiempo que implementó una política coercitiva destinada a
Al comienzo, las autoridades de la campaña y la prensa porteña destruir todo medio alternativo de subsistencia -convirtién-
dudan en responsabilizarlo de los disturbios, a los que se dose por ello en el enemigo de la población rural del mismo
considera una consecuencia de la dispersión de los hombres de modo que lo era el Estado de Buenos Aires- respetó los valores
Dorrego, luego de la derrota de Navarro. Pero cuando el 30 de y significaciones de la cultura y la vida de los habitantes de
diciembre una comisión de estancieros es enviada a tratar con la campaña. El imaginario político de la población rural se
los "anarquistas" 55, Molina declara actuar por orden de cristalizará, de este modo, en la persona de Rosas, a partir
Rosas. Más allá de poder establecer cuál fue el verdadero de un deseo objetivo -el de protección frente a los trastornos
origen de estas declaraciones -según Arnold ella fue una que le ocasionaba las transformaciones económicas y políticas-
decisión tomada por las propias partidas sin ni siquiera otorgándole a éste, el rol supremo protector de la sociedad en
notificar al comandante Rosas- a partir de aquellas, éste pasa peligro. Para que ello fuera posible, fue necesario que el
a ser, para la población de la campaña y para las autoridades comandante de milicias y estanciero compartiera con la pobla-
de la ciudad, el único responsable de los actos de los insur-
gentes; ello le confiere un doble poder: por un lado, el que
le asignan las partidas de "anarquistas", y por otro el que le 56
King, John A., TWENTY FOUR YEARS IN THE ARGENTINA REPUBLIC...,
otorga la misma situación de inestabilidad, al ser reconocido London, 1846, p. 231.
57
por las autoridades de Buenos Aires como única persona capaz Lavalle a Rosas 27-6-29 en Rodrigues, Gregorio, Ed. CONTRIBUCION
HISTORICA Y DOCUMENTAL, Bs. As., 1921-1922, T II, p. 410. Véase también Ar-
de resolver el problema. Esto, que pareciera ser una paradoja nold, UN SOLDADO..., cit., y AMRE CPA, N2 4. La prensa porteña utiliza este
del propio partido unitario, no lo es tanto, si recordamos el argumento para oponerse contra el tratado de paz con Rosas; Cf. ET, 20-5-29 y
clima social que se vive hacia principios de 1829. Si además 22-5-29.
consideramos que la propagación de rumores y la cólera rural
fueron respuestas a situaciones de angustia que vivía la
población en su conjunto, no es difícil imaginar que tal clima
166
167
IV - LA HORDA CONTRA EL PUEBLO: LUCHA ENTRE DOS IDENTIDADES el argumento de la lucha entre civilización y barbarie65
LEGITIMADORAS DEL PODER Pero esta oposición sobrepasa el clivage rural-urbano, para
instalarse en un campo fundamentalmente político. Como lo
"...¿Quién es el heredero legítimo de Dorrego en el expresa claramente Lavalle, se trata de un conflicto entre "el
mando? Aquel que el pueblo soberano juzgue digno de pueblo" contra "las poblaciones armadas". Ello nos remite al
sucederle, y su nombramiento debe ser la obra de una antagonismo entre la legitimidad democrática y la "reacción
asamblea popular, legal y libremente convocada ( ... ) La colonial-monárquica" 66 . Así, Lavalle compara a Rosas con un
actividad y obstinación de Rosas hacía aumentar cada día conquistador, y al yugo del virrey con el "rebenque de un
el número de nuestros enemigos. No tan sólo debíamos estanciero", cotejando al levantamiento de la campaña con la
defendernos de las poblaciones armadas del campo, era resistencia de la Vandée, como dos ejemplos de la lucha de la
preciso también resistir a los salvajes que él traía del soberanía del pueblo contra los derechos de dinastía y con-
desierto y a las hordas indisciplinadas que la convención quista 67 . Esta visión de un conflicto del mundo tradicional y
ponía a las órdenes de un gobierno extranjero..." Exposi- bárbaro contra la democracia y la civilización, es la que
ción pública del Gral. Lavalle dirigida en 1829 a los prevalece en las fuentes de la época y que llega a nosotros a
habitantes de la provincia de Buenos Aires 62 . través de la historiografía 68 . Y es a ella a quien debemos
cuestionar en primera instancia.
"Vale más indio que unitario, el día de la federación
llegó". "Indio si, extranjero no". Pasquines aparecidos
en Buenos Aires en apoyo a los sublevados 63 .
65
El paradigma sarmientino ya está presente en la interpretación que de
los hechos realiza la prensa de la época. Así por ejemplo, El del 27-1-29
habla de la "lucha de la anarquía contra el orden, de la ignorancia contra la
La política de Lavalle, y de la élite liberal que lo apoyaba, civilización" GM, periódico de tendencia federal, hará uso del lenguaje di-
fue la de identificar a los sublevados con los "indios bárba- cotómico. Si acepta la confrontación entre unitarios y federales, rechaza la
intervención de los "facinerosos", denunciando el peligro que comporta la
ros", con el fin de desacreditar la revuelta y sensibilizar la participación de la parte bruta del pueblo. EP del 14-9-29 habla de una con-
opinión de la sociedad urbana frente al peligro de la "masa frontación entre la causa del pueblo contra la horda de vándalos. ET del 11-
rural". La participación de los "bárbaros" sirvió a los uni- 3-29 define la guerra civil como "la guerra de la barbarie contra la ilustra-
ción". El mismo periódico concluye el 8-4-29 que se trata de un conflicto
tarios como argumento para legitimar un conflicto que la entre civilización y barbarie.
oposición presentaba como consecuencia de la ilegalidad del 66
Lavalle, J., EXPOSICION..., cit.
67
golpe militar decembrista. El diario El Pampero justifica así "...Interroguemos la historia de nuestros días si queremos saber cual
sería nuestra suerte futura, si tuviese lugar semejante catástrofe. Los jefes
la ejecución de Dorrego por el "delito atroz" que éste cometió de la Vandée se propusieron también restablecer cuanto la revolución había
al llamar en su auxilio a los salvajes 64 . De este modo y como destruido: pretendían que Francia retrocediese hasta la convocación de los
consecuencia de esta oposición, los acontecimientos se tradu- Estados Generales y que escuchase en silencio los decretos de un legislador
coronado ¿Cuál sería el estado de aquella nación si la Vandée hubiera triun-
cen en un conflicto entre ciudad y campaña, de donde se elabora fado del directorio?..", Ibidem.
68
López., Lucio V., "La revolución Argentina" en REVISTA DEL RIO DE LA
PLATA, t. XIII, 1877; Levene, R., HISTORIA...,cit., t. VII, cap. IV; Lynch,
62
J., JUAN MANUEL DE ROSAS..., cit., p. 113; Alvarez, J., sin estudiar el
Lavalle, Juan, "Exposición pública a los habitantes de la prov. de levantamiento lo sugiere en LAS GUERRAS CIVILES ARGENTINAS Y EL PROBLEMA DE
Bs. As..." en Rodríguez, G., CONTRIBUCION..., cit. t. II [subarayados BS. AS. EN LA REPÚBLICA, Bs. As., Ed. La Facultad, 1936. pp. 67-80.
nuestros]
63
ET, 6-4-29.
664
4
EP, 17-1-29.
168 169
¿Se debe oponer la legitimidad democrática a la "masa rural"? revuelta, el rol de Rosas y el discurso de los unitarios. Sin
La cuestión es compleja e induce a confusión. Los dos términos embargo y a pesar de ello, la movilización se acompaña de una
son ideológicamente antagónicos. Oponer la horda al pueblo, guerra de opinión que disiente del escenario tradicional. Si
induce a reivindicar la legitimidad democrática que la sobera- la naturaleza de los mensajes -rumores casi escatológicos- y
nía del pueblo otorga, en este caso a los militares, frente a sus lugares de producción -las iglesias y las pulperías- nos
la arbitrariedad de la fuerza bárbara. Pero este antagonismo, hablan de una revuelta sumergida en un mundo tradicional, la
más que un reflejo de la realidad empírica, constituye una de guerra de opinión, al arrancar de la pasividad ,a la población
las dos fases del imaginario democrático del poder. La fuerza en su conjunto, convirtiéndola en actores-a través de la difu-
arbitraria en cuanto negativo, se integra al poder democrático sión de los rumores- está simbolizando el principio de la
como su anti-principio 69 . A la lucha contra el enemigo espa- soberanía popular por la manifestación de la Voluntad General .
ñol le sucede la lucha contra la reacción bárbara; ambas Un excelente análisis de ese doble registro que comporta "la
cumplen la función de justificación del poder de la élite guerra de opinión" nos lo brinda François Guerra en su estudio
liberal que encarnaría los valores democráticos. Es importante sobre la independencia de la Nueva España. El autor descubre
tener ésto presente para no ser víctimas de la lógica del tras el mensaje tradicional de lo que él califica "patriotisme
discurso 1iberal. blessé -la lealtad a Fernando VII- un conflicto clave de la
legitimidad moderna, que se libra a través de la opinión: el
En cuanto a la acción de la población rural, la habíamos de la soberanía de la nación 71.
definido como un conjunto de revueltas, a través de las cuales
se materializaba una identidad común que se inscribe dentro de La guerra "de recursos, es decir, de mentiras", ( El Pampero.
un mundo tradicional. Cuando Buenos Aires aparece empapelada 28-1-1829 ) sé desenvuelve paralelamente a la acción armada.
con pasquines que proclaman "más vale indio que unitario", se Ella, según la prensa unitaria, está destinada a "extraviar" a
está haciendo referencia a una identidad rural que implica un la población de la campaña. Extravío que bien puede expresar
rechazo de la "política unitaria", y de lo político en gene- la lucha de discursos por la apropiación del poder que otorga
ral. ¿Se está reivindicando, a través de la revuelta, un poder la representración de la Voluntad General. Así lo interpreta
tradicional que permita la supervivencia de esta sociedad el diario El Pampeano, el que luego de denunciar "esta guerra
"holista"? 70 . Todo lleva a suponerlo: la naturaleza de la de recursos como único arbitro que les ha quedado en la
triste situación en que se ven reducidos" propone atacarlos
"con sus mismas armas y en sus mismas trincheras" 72 .
69
François Furet traza las primeras líneas de un estudio sobre el
imaginario democrático del poder a través del análisis de la idea de complot
aristocrático, y su rol dentro de la ideología revolucionaria. Según el
autor, el nacimiento de la política democrática es inseparable de un sistema Hombre Colectivo. Cf. Dumont, L., HOMO HIERARCHICUS. LE SYSTEME DE CASTES
de valores que define una nueva identidad colectiva, legitimadora del poder: ET SES IMPLICATIONS, Paris, Gallimard, 1966.
la voluntad general o nacional. De ello resulta que dentro de esta nueva Guerra, François Xavier, "Alphabetisation, imprimerie et Revolution
legitimidad, concebida como un todo invisible, no puede existir opositores en Nouvelle Espagne á l'époque de 1'independance", Aix-en-Province, 1985,
sino adversarios, que encarnan los anti-valores; Cf. Furet, F., PENSER LA (Inédito).
REVOLUTION FRANÇAISE, Paris, Gallimard, 1978, pp. 76-79. Una de las concep- 72
Durante los seis meses que dura el conflicto, la prensa unitaria se
tualizaciones más acabadas de esta oposción imaginaria la encontramos, en el lanza a una campaña de opinión destinada a movilizar la población urbana y a
caso de la cultura política argentina, en el modelo de Civilización y Barba- detener la movilización rural. El diario EX del 22-1-Z9 ataca los rumores
rie de Sarmiento. sobre el restablecimiento del conflicto contra el Brasil, tratando de expli-
70
El concepto de "sociedad holista" pertenece a Louis Dumont y está car a lá población el principio de soberanía popular y de representación. Del
destinado a diferenciar al "individuo" empírico de las sociedades tradiciona- lado federal véase la correspondencia que Rosas envía a Lopez, en donde le
les del concepto de individuo de la sociedad moderna. Dumont señala que en la pide que haga circular ejemplares de la prensa santafesina: "...Repito que
sociedad holista el acento es puesto en la sociedad en su conjunto, compuesta todas las clases pobres de la ciudad u campaña están contra los sublevados y
de actores colectivos. A diferencia de la sociedad moderna, en donde el ideal dispuestos con entusiasmo a castigar el atentado y sostener las leyes ...(...)
se define a través de la realización de cada ser humano como ser biológico y ... es conveniente que la prensa no se ocupe de otra cosa que de este suceso
al mismo tiempo sujeto pensante, aquí el ideal es el de la sociedad como
170 171
Si el instrumento de esta guerra es la palabra -rumores y litario que se articula en esos encuentros también los distin-
papeles incendiarios leídos a la población- su lugar de difu- gue del marco de la sociedad de órdenes.
sión por excelencia es la pulpería. Hemos señalado, al respec-
to, el rol de esta forma de sociabilidad como instrumento Asimismo, la pulpería, al constituirse en el unico ámbito de
cultural de acción colectiva. De ella se desprende una percep- reunión de una población aislada y heterogénea, es, no sólo
ción del mundo cuyas implicaciones políticas se inscriben centro de difusión de información -condición necesaria a la
dentro de ese doble registro de la guerra de opinión. La cultura política moderna- sino también lugar de payadas y
sociabilidad alrededor de la pulpería manifiesta un modo de cancioneros, recinto donde el gaucho expresaba sus penas y
relación de la población de la campaña que puede ser definido alegrías. En otros términos, lugar de la "palabra gaucha" que
como tradicional 73 por los lazos que implica y sus consecuen- se instituye a partir del sentido tradicional de libertad e
cias políticas. Pues aunque ella se presente como una red de igualdad. Su rol en el levantamiento de 1829 es fundamental.
relaciones abiertas que carece de forma y objetivos precisos y No porque constituyeran células a través de las cuales la
cuyos vínculos son generalmente débiles, estas redes de rela- sociedad se organizó para participar en lo político o para
ción se establecen frecuentemente sobre lazos ya existentes. crear sus propias interpretaciones de las reglas de gobierno
Es el caso de las pulperías instaladas en el interior de la -las pulperías no son asociaciones o "clubs" como lo sugiere
estancia, o de aquellas que acompañan a las tropas de fronte- D. F. Sarmiento 75 sino por que ella es generadora y difusora
ra. Ellas refuerzan los vínculos "patrón -peón" o vínculos de de una opinión que, simbolizando la Voluntad Popular es, para
armas 74. Su consecuencia política es la afirmación del poder aquel que la sepa dirigir, fuente legitimadora del poder. El
de caudillos u otras autoridades tradicionales por el fortale- poder de Rosas no puede comprenderse sin tener presente este
cimiento de vínculos de clientela a través de la sociabilidad. aspecto del levantamiento. Si como bien lo señala Halperin
Dentro de esta perspectiva, el rol de las pulperías como Donghi 76, Rosas, a partir de la gran movilización urbana y
ámbito de reunión y difusión de noticias puede interpretarse a rural de 1828 - 1829 logra, en el espacio de 20 años y bajo
través de la tesis clásica de una movilización dirigida por una aparente politización rabiosa, una despolitización comple-
Rosas y los estancieros. No obstante, las características de ta de la sociedad, ello es posible gracias a la transferencia
la población pampeana otorgan a esta forma de sociabilidad una de poder (des -politización) de una Voluntad Popular definida
especificidad con respecto a la sociabilidad tradicional. La en la acción, a aquel que encarna su sentido y simboliza sus
inestabilidad en el trabajo, habitat y vida familiar, hacen valores. Como bien lo señala François X. Guerra, la soberanía
mas dificil la existencia de vínculos irrevocables, asemeján- popular como principio de legitimidad llevó, en el caso de las
dola más -a causa de la debilidad del vínculo social- a la jóvenes repúblicas latino- americanas a una ficción democráti-
situación del individuo en la sociedad moderna, que a un ca, consecuencia de la contradicción política que existía
componente de la sociedad colonial. El modo de relación igua- entre una élite moderna y una sociedad tradicional compuesta
75
y que manden fuerte número de ejemplares, para que corran por la campaña. Sarmiento, D. F., FACUNDO, Madrid, Editora Nacional, 1975, pags. 108-
Esto no lo olvide Ud. pues es una de las cosas que más conviene...", reprodu- 110. Cabe hacer una distinción entre las dos principales acepciones del
cida en ET, 8-1-29. término "club". Mientras que en Francia se lo utiliza para hacer referencia a
73
La sociabilidad tradicional, se caracteriza por situarse dentro de un una asociación política, en Inglaterra se habla de club para aludir a esa
marco de solidaridades seculares e inalterables -la familia, la parroquia, la forma típica de sociabilidad burguesa que es la asociación de recreo. Las dos
corporación, el orden. Su carácter esencial es el de ser involuntarias,in- acepciones implican una cierta organización y la existencia de redes cuasi-
cluso cuando son aceptadas e interiorizadas. Este criterio ha sido desarro- cerradas que se construyen a partir de convicciones políticas o gracias a una
llado por Agulhon, Maurice, PENITENS ET FRANC-MAÇONS DANS L'ANCIENNE PROVIN- cuota que los convierta en miembros del mismo. Ninguno de los dos casos puede
CE, Paris, Fayard, 1968 y Guerra, François X., LE MÉXIQUE: DE LA SOCIETE ser aplicado a la pulpería, que es una reunión ocasional, aunque, como lo
D'ANCIEN REGIME A LA REVOLÚTION, Paris, Harmattan, 1983. señala Sarmiento, "por su repetición viene a formar una sociedad más estrecha"
74 76
Un estudio de los vínculos patron-peón se encuentra en Lynch, J., Halperin Donghi, Tulio, UNA NACION PARA EL DESIERTO ARGENTINO, Bs.
JUAN MANUEL DE ROSAS...,cit. Véase también Hermitte, E., PROCESOS...,cit. As., Centro Editor de América Latina, 1982, p. 60. Esta hipótesis también es
sostenida por Ansaldi W., "La forja ", loe. cit.
172 173
cuando Lavalle convoca al "pueblo" a organizarse contra los
de actores colectivos71 .
bárbaros, sólo se movilizan los extranjeros. La nación, que
sólo existe como discurso de la élite intelectual, está desti-
Si el enfrentamiento por el poder entre unitarios y Rosas nada a sustituir la representación de la sociedad "holista",
lleva a una dicotomización extrema de lo político, ello se por la de un todo homogéneo y uniforme, necesario a la legiti-
explica por las particularidades de esta oposición. Pues aquí
midad democrática. Este discurso invoca una nueva identidad
se trata de saber no sólo quién representa la voluntad del
pueblo, sino también, a qué "pueblo" se está representando. cuya defensa asegura el poder a sus principales locutores. De
Estas divergencias remiten a dos representaciones antagónicas este modo, si la aceptación e integración de las identidades
de la sociedad, que fundamentan la lucha de dos indentidades "localistas -particularistas" confieren a Rosas el poder de
legitimadoras del poder. Rosas aceptó y promovió una sociedad sumo protector de la sociedad, los liberales, al rechazar ésta
"holista" de actores colectivos que le permitió, por un lado, como fuente legitimadora, están gestando un poder paralelo
integrar a la federación a los grupos socio -culturales y cuyo fundamento es un discurso nacional que sólo ellos contro-
étnicos en tanto que identidades "particularistas - localis- lan.
tas" y, por otro, convertirse en elemento de unión indispen-
sable sin el cual las partes no tenían posibilidad de existir.
Los unitarios tanto los intelectuales como los militares- CONCLUSION
ambos herederos del pensamiento liberal de la "feliz expe-
riencia"- rechazan esas diferencias, que consideran como Con este trabajo creemos haber descubierto un movimiento cuya
manifestación de una sociedad tradicional y a-progresista. "La naturaleza no puede de ninguna manera resumirse en un con-
voluntad general como legitimidad suprema" 78 implica una flicto de la clase dirigente por el poder, y asi mismo haber
atomización previa del cuerpo social en voluntades individual- demostrado la insuficiencia de la tesis clásica sobre la na-
es, donde la unión sólo es posible a través de un individuo turaleza clientelística de la movilización. Si bien ambos
colectivo con voluntad propia: la nación moderna. Este colect- elementos están presentes, en la revuelta de 1829 se plantean
ivo abstracto es representado como la unidad superior a todos nuevos interrogantes que son silenciados por estas interpreta-
los "localismos -particularismos", e identificado con una ciones.
comunidad cultural cuya identidad se basa en esa común perte-
nencia a los nuevos valores de libertad, igualdad y progreso. Ante todo, la sedición rural se nos presenta como síntoma de
Ello explicaría la incapacidad de los liberales para movilizar tensiones sociales en la campaña, consecuencia de las trans-
la sociedad. La opinión liberal no tiene receptor pues ella va formaciones de la estructura productiva que serán agravadas
dirigida a un "pueblo" inexistente 79 . Es sintomático que por una coyuntura explosiva. La revuelta, coordinación de una
acción armada -más próxima al bandidismo social que al combate
político- juntamente con las agresiones indias y la acción
77
Guerra, François X., "Le peuple souverain: fondements et logique psicológica desarrollada por la participación en la difusión
d'une fiction (Pays Hispaniques au XIX siécle)", Ecole d'Hautes Etudes en de rumores, asume, como corolario de estas tensiones, un
Sciences Sociales, Paris, Enero 1987, inédito. sentido de protesta social. La pregunta que entonces surge es
78
Lavalle, J., EXPOSICION..., cit. cómo dar cuenta del hecho que, ante esa extraordinaria capaci-
79
La segunda generación liberal, la "generación de 1837", aunque
denuncia el idealismo de la primera generación proponiendo un necesario dad de organización y de producción de significaciones, los
estudio de la realidad argentina, no logra superar su ruptura. Echeverría sediciosos no formulen ninguna reivindicación. La expli-
escribe en 1846: "...Queríamos que el pueblo no fuese como la había sido
hasta entonces, un instrumento material del lucro y poderío para caudillos y cación, más que en la supuesta superación de las tensiones en
matones... sino lo que debía ser, lo que quiso que fuese la revolución de la realidad empírica, debe buscarse en el imaginario social
mayo: el principio y el fin de todo ", en OJEADA RETROSPECTIVA SOBRE EL que da sentido a la revuelta. Los temores frente a las trans-
MOVIMIENTO INTELECTUAL EN EL RIO DE LA PLATA DESDE EL AÑO 1837, Bs. As.,
Centro Editor de América Latina, 1979, pp. 102-103. formaciones de la estructura productiva y el aislamiento a que
la sociedad tradicional se ve reducida a medida que se impone
el modelo de la gran estancia como centro de poder económico,
político y social, lleva a esta misma población a luchar por
un poder fuerte que otorgue la protección necesaria para su
supervivencia.
174 175
carse prescindiendo de la figura de Rosas, debemos aclarar que
ello no se debe a la actuación entre sus tropas milicianas ni
a la convocatoria de las tropas gauchas de sus aliados estan-
cieros como lo sugiere John Lynch, sino al rol que las repre-
sentaciones colectivas le confieren. Con ello estamos invir-
tiendo lo postulado por Lynch quien, al analizar las bases
sociales del rosismo, coloca al comienzo de su gobierno lo que
para nosotros se presenta como resultante de 20 años de ejer-
cicio de un poder que refuerza su dominación efectiva a través
de la implementación de lo imaginario y lo simbólico.
80
Este artículo forma parte de una investigación más vasta que la
autora realiza como becaria del CONICET en el Instituto de Historia Argentina
y Americana Dr. Emilio Ravignani. En este trabajo se utilizan los datos obte-
nidos en el AMRE y AGN gracias a una beca otorgada por el Ministére de l'Edu-
cation Nationale, Direction de la Recherche-France; institución a la que
también la autora expresa su agradecimiento, como asi mismo a François X.
Guerra, José Carlos Chiaramonte,; Juan Carlos Garavaglia y Noemí Goldman por
la lectura del texto y sus valiosas críticas efectuadas durante la elabora-
ción del mismo
176