Entrega 3 Cronica
Entrega 3 Cronica
Entrega 3 Cronica
Psicologia Nocturno
Viviana Oliveros Aguirre
Cod. 1110831
Crónica - entrega 3
Se reveló un video en los que aparecían los niños que todavía no habían sido reclamados por
los familiares sobrevivientes de la tragedia de Armero el 13 de Noviembre de 1985, en ese
video, de menos de 1:00 minuto, apareció Miguel el hijo de Oliva Monje, tenía una camiseta
blanca, con el cuello desgastado y su cabello largo.
Oliva sintió un frio en todo su cuerpo que no la dejaba pronunciar palabra, su cuerpo se
debilitó tanto que cayó desmadejada en el sillón de su sala.
El Nevado del Ruiz había advertido sobre su feroz despertar durante todo el año de 1985,
Oliva era consciente que en algún momento esta tragedia iba a pasar, ella todo el tiempo
estaba dejando sus cosas arregladas, ropa limpia, zapatos a la mano y chaquetas por si las
tenía que utilizar, ese 13 de noviembre de 1985 todo paso tan rápido que no pensó ensacar
todas sus cosas que ya tenía listas, ese noche del 13 de noviembre, se llevó su tesoro más
preciado, su hijo Miguel.
Mas de 200 niños aún siguen perdidos después de 33 años de la tragedia de Armero, el olor
de aquella noche todavía lo siente Oliva Monje, sobreviviente y afectada de la tragedia del
Municipio de Armero-Tolima en el año 1985, esa noche Miguel no podía dormir, eran las 7:00
de la noche ya había cenado él y su hermana Yuly, estaban listos para ir a dormir, antes que
su papá llegara a ver el partido de Millonarios vs Deportivo Cali. Oliva intuitivamente les puso
su pijama más cómoda y dejó debajo de sus camas las botas de ir a campo. Miguel seguía
como inquieto, como si presintiera que algo malo llegara a pasar.
Ese día en la tarde, un señor que le decían “El Loco Gallego”, había estado diciendo que lo
peor iba a llegar al pueblo, que había que evacuar lo más pronto posible y no llevar nada.
Oliva quedó muy pensativa con todo lo que decían, pero Víctor su esposo, siempre la
tranquilizaba diciéndole que nada iba a pasar, que era una forma de alarmar a todo el pueblo
y que no le pusiera cuidado a esas cosas.
“Armero, uno de los pueblos más productivos de la región andina, la ciudad blanca de
Colombia y su pueblo de nacimiento, no le iba a pasar nada”; siempre decía Víctor.
Después que los niños se durmieron, Oliva terminó de limpiar en la cocina y vio cuando llegó
su cuñado a decirle a su esposo Víctor que debían de salir a lo más alto del pueblo, que la
ceniza estaba muy espesa y a él eso no le gustaba. Oliva sin dudarlo un segundo, agarró a
sus muchachos medio dormidos y empezó a gritarle a Víctor que entrara las matas del patio
y salieran rápido de la casa, que cuando pasara la tormenta de ceniza “como ella pensó en
su momento que era lo que pasaba” llegaban arreglar lo que quedaba por fuera de la casa.
En el momento que salieron, Oliva, sobre la misma calle oscura y con lluvia de ceniza, empezó
a gritar a su hermana Olinda, que vivía a dos casas de la casa de ella que saliera con ella
rápido a la parte alta del pueblo, sobre todo el borde del rio Lagunilla. Olinda nunca salió.
Desesperadamente Víctor fue hasta la casa de ella, dejando sobre la calle a Miguel y Yuly
con su hermano y con Oliva, todo estaba totalmente gris, la energía empezaba a fallar y
titilaba como si fuera una fiesta; comenta Oliva.
Los nervios empezaron a surgir, cuando Oliva vio a todos sus vecinos correr hacia las partes
más altas del pueblo, dijo: “debemos correr Víctor! ¡Déjelos que ellos ya deben de estar en la
parte alta, vámonos rápido!”, en ese momento Oliva pensó que no creía que iba a regresar a
su casa, sus materas y sus dos perritas criollas (Lulú y Tilín), ya se habían quedado en la
calle y que las había perdido.
Víctor regresa con su familia para continuar el camino hacia la parte más alta, los niños ya
tenían sus botas puestas y eso no les dejaba enterrarse en la ceniza que con el aguacero
que caía se iba acumulando sobre las calles, cuando ya estàban llegando al final del barrio
Gaitán, se escuchó un rugido “ se escuchó como si la montaña se hubiera quebrado y se
estuviera cayendo la tierra”, Oliva recuerda que todo que estaba muy oscuro, solo tenía
aferradas las manos a Víctor de un lado y del otro lado cargaba a Miguel, que solo lloraba y
gritaba que no podía ver nada, su cuñado Pedro, tenía cargada a Yuly.
Sus cuerpos se fueron llenando de una masa caliente y espesa que no los dejaba caminar y
llegar a lo alto del pueblo, “como todo estaba tan oscuro y no se podía caminar bien, me solté
de Víctor y solo me aferré a Miguelito, él estaba muy pequeño, no podía soltarlo a caminar”.
Cantidades de lodo, piedras y lava bajó sobre todo el camino que recorría la familia Monje
Lozano, en ese momento llegó lo inesperado, una corriente de lodo se llevó a Oliva,
arrancándole de sus brazos a Miguelito, Oliva tuvo quemaduras de segundo grado en el 40%
de su cuerpo, su frondosa cabellera, fue arrancada por la fuerza del lodo, no tenemos noticias
que paso con Miguel.
Después de unas tres horas, siendo las 2:30 de la mañana aproximadamente, Oliva despierta,
trata de abrir sus ojos, y sólo logra un panorama oscuro...ella pensaba que con la corriente
que se la había arrastrado, había terminado en alguna caldera, su cuerpo ardía, no podía
moverse, las piedras y escombros la tenían enterrada hasta la media pierna y no lograba salir
rápido. En ese momento piensa: “! Miguel! Miguel!, levante las manos para verlo! ¡Levante
las manos!”, angustiada Oliva logra salir de su entierro y empieza la búsqueda de Miguel.
El día empezó a aparecer, los colores empiezan a salir, el Gris...color que solo se veía de
lado y lado. Oliva recuerda que ella caminò mucho, pero no sabía hacia qué lado caminaba,
ella solo gritaba a Miguel y trataba de buscar la salida y buscar más personas que la pudieran
ayudar, durante ese trayecto, Oliva se encontró con su hermana Olinda, su esposo y su hija,
Olinda después de verla en el estado que estaba Oliva se la llevo donde los voluntarios de la
Cruz Roja, Oliva solo gritaba que buscara a Miguel, ella lo tenía cargado en brazos y no logró
sostenerlo en la avalancha.
Oliva fue llevada al Municipio de Mariquita para que fuera atendida en el hospital, por la
gravedad de sus heridas, fue remitida a Bogotá a unos 169 km de Armero, donde después
de un mes y medio, se encontró con Víctor, su hija Yuli y su cuñado Pedro. “No tenemos
noticias del paradero de Miguel”.
Oliva, se fue recuperando de sus heridas en Bogotá, paso tres meses en el Hospital San Juan
de Dios, todo lo habían perdido no tenían para dónde ir, su esposo Víctor tenía un primo que
vivía en Bogotá y con ellos lograron quedarse después de que le dieron salida del hospital a
Oliva.
Oliva después de dos meses de depresión profunda volvía a pronunciar palabra, lo primero
que dijo fue: “me voy a buscar a mi muchacho”, con esto Oliva inicia, como lo nombra ella, su
calvario en vida, “parecía que estuviera muerta en vida, no lograba dormir, no quería
moverme, no podía hablar, yo solo podía tener en mis pensamientos el momento que Miguel
se me soltó de las manos y yo no pude hacer nada para salvarlo”,
La familia Monje Lozano regresa al Tolima, esta vez se fueron para el municipio de Mariquita,
uno de los lugares en donde estaban todos los sobrevivientes de la tragedia, la Defensa Civil,
la Cruz Roja, los hogares que fueron destinados por Bienestar Familiar y todos los entes que
ayudaron al rescate de los sobrevivientes todavía estaban en la población. Oliva a todos fue
preguntando sobre el paradero de su hijo Miguel, ninguno tenía respuesta, en cada uno
dejaba registrado el nombre de Miguel, que tenía 5 años, que su color de cabello era castaño
claro, que era flaco pero muy alto, que llevaba puesto esa noche una pijama de color azul,
pantalón con carritos y unas botas de color azul rey, eran los datos que tenía que repetir una
y otra vez con cada persona que hablaba y que le ayudaba a la búsqueda de Miguel.
En este ir y venir, pasó el tiempo, por dos años consecutivos, Oliva recorrió todos los lugares
cercanos a su pueblo desaparecido, ninguno daba razón, los comentarios eran: “a los niños
que no estaban lastimados se los llevaron en unos helicópteros para Bogotá y después para
el extranjero”. “los niños los regalaban en las ciudades grandes”. “a otros niños los van
dejando tirados en las carreteras a su suerte”, Oliva sentía morir cada vez que escuchaba
esto, ella imaginaba a su muchacho aguantando hambre y frío en las calles o que una persona
mala lo tuviera en su poder y lo pusiera a trabajar.
Noviembre de 1990, cinco años después de la tragedia de Armero, Oliva recuerda como todas
las noches, la angustia de haber perdido a su hijo Miguel de 5 años. Los noticieros nacionales
trasmitían el quinto aniversario de la tragedia, testimonios de los sobrevivientes, imágenes de
lo que quedaba del Municipio, era la principal noticia.
En la emision de las 7.00 de la noche, el noticiero Noticias 1, revela un video de los niños que
estaban en custodia del Bienestar Familiar y que sus familiares, muchos sobrevivientes de la
tragedia no habían reclamado. En ese video, Oliva junto con su familia, detenidamente
buscan una cara conocida, esperan ansiosos ver el rostro de Miguel en alguna parte.
Como pasaba en cada aniversario, la familia Monje Lozano, estaban muy atentos a las
noticias que pasaban, amigos y familiares podían aparecer en esas noticias.
Ese martes 13 de noviembre de 1990, sus oraciones fueron escuchadas, el video que revelo
el noticiero, tenía una cara conocida, era Miguel. Mostraron un grupo de niños que
permanecían en un hogar albergue en Bogotá, eran aproximadamente 12 niños que estaban
en custodia del ICBF.
Oliva sintió un frio inmovilizador, sus piernas dejaron de tener fuerza y en el momento que vio
a Miguel su hijo en ese video, cayo desmadejada sin conciencia en el sillón de su sala. Su
esposo Víctor acaba de llegar de trabajar en el momento que Oliva y Yuly estaban viendo el
noticiero, su esposo corre a brindar su ayuda a Oliva, le pregunta a Yuly que había pasado y
ella sin saber simplemente responde: “Vimos el aniversario de Armero y ella se desmayó”.
En menos de una hora, Oliva ya estaba despierta, los familiares de su esposo ya habían
llegado a su casa, ella permanecía en el sillón y cuando abrió sus ojos, grito: “¡Encontramos
a Miguel!” y lloraba sin cesar. Víctor no lo podía creer su familia tampoco, pues ellos no habían
visto el video, una prima de su esposo, logrò conseguir el número del noticiero para
comunicarse con ellos y preguntar sobre esa noticia y el video mostrado, para mala suerte de
ellos, ya no le contestaba nadie y debían de esperar hasta el día siguiente para llamar.
La noche seguía, Oliva caminaba por toda la casa, asustada y feliz al mismo tiempo diciendo
que su hijo había aparecido, llamó a sus familiares en el municipio de Lérida, para contarles
la nueva noticia. Sacó una maleta que dos años atrás había creado pensando en que Miguel
iba a aparecer, la maleta tenia ropa interior, pantalones, tres camisetas, una manga larga y
la otras dos tipo camisillas, medias largas y cortas y un par de zapatos de color mostaza que
habia comprado para ponerle a Miguel. Mientras ella acomodaba nuevamente esa maleta,
cae en cuenta... “¡Víctor, esa ropa a Miguel no le va a quedar buena, el niño ya está muy
grande, pero si está muy flaquito! Pobre mi hijo! (llora sin cesar)”.
Oliva no iba a esperar tanto tiempo, ella iba a estar antes que el sol saliera en la puerta de
ese noticiero y así fue, desde que el sol empezó a mostrarse ese miercoles de noviembre,
ella ya estaba abordando el transporte para ir a la oficina principal del noticiero, el señor de
la seguridad la recibe y ella muy emocionada en compañía de su esposo e hija, le comenta
que ha encontrado su hijo, sobreviviente de la tragedia de Armero y que lo vio en un video
que mostro el noticiera la noche anterior.
Con mucha dificultad logra ingresar al canal y la atiende un personal administrativo, le pidieron
los datos personales y que debía de esperar para que pudiera hablar con alguno de los
reporteros que habían creado esa noticia. Un señor alto y acuerpado, no recuerda su nombre,
le atiende y se sientan en una sala a escuchar su testimonio.
Oliva no logra contener su llanto y su esposo Víctor le ayuda a contar la historia como perdió
a su hijo, el reportero le da el dato de un señor que se encarga de los niños desaparecidos
de Armero, el señor Francisco González, que vive en Bogotá y puede ayudar a encontrar a
su hijo, comenta el reportero.
Sin mas apuro, la familia Monje se comunican con el señor Gonzalez, persona en que lidero
la busqueda de mas de 200 niños que fueron reportados como desaparecidos despues de la
tragedia, el señor les indica como seria el procedimiento para encontrar el niño que Oliva vio
en el video ya que habian pasado 5 años y el Director del ICBF en el año de 1985 habia
establecido que si los niños no los reclamaban en el mes de abril den 1986 ya se
consideraban abandonados e iniciaba el proceso de adopcion ya que habian muchas
solicitudes de extranjeros y nacionales.
Oliva se encargo de registrar a sus hijos, Yuly y Miguel, pero la persona encargada de la
notaria, no dejo que registrara a Miguel por que estaba como desaparecido, asi que solo
quedo registro de sus nombres
y el registro de Yuly. Oliva le hace saber todo esto al señor Gonzalez y el le afirma que le va
ayudar con todo eso y a encontrar a su hijo Miguel.
Pasaron exactamentre dos meses desde el dia que Oliva vio el video de los niños
sobrevivientes de la tragedia de Armero, el señor Fernando Gonzalez les estuvo ayudando
todo este tiempo con las entidades encargadas de los sobreviientes de Armero, para verificar
en que parte tenian a Miguel, finalmente, despues de dos meses angustiantes, Oliva recibe
una llamada, el señor Gonzalez , de forma muy afananosa: “ ¡Señora Oliva debe de viajar Ya!
a Lerida, al parecer su hijo esta en ese pueblo!”, con la misma sensacion que le provoco ver
el video el 13 de noviembre de 1990, Oliva suelta el telefono y sale por la maleta que ya tenia
arreglada para el encuentro con Miguel, su esposo Victor al ver su reaccion entiende que esa
llamada eran noticias de su hijo, asi que sin preguntar simplemente tomo las llaves de la casa
y se dirigio a la puerta para estar listo al momento de salir.
El camino a Lerida desde Bogota se hizo mucho mas largo de lo normal, el tiempo parecia
devolverse, Oliva iba pensando en el bus, me podra reconocer?, estara bien de salud?, tendra
miedo de encontrarse con su familia?...lloro en todo el camino hacia Lerida.
Eran las 3:30 de la tarde, la familia Monje por fin habian llegado a su destino, el señor
Gonzalez los esperaba en la fuente de soda cercana en donde el bus los dejaba, Oliva al
verlo se lanza sobre el con un gran abrazo, ambos lloran y no pronuncian palabra, solo dejan
que su felicidad sea su comunicación, en medio de las lagrimas y las sonrisas salen en un
carro para el centro de Lerida, el señor Gonzalez les va explicando en el carro como
encontraron a Miguel.
Una sobreviviente de la tragedia que se quedo viviendo en Lerida, vio el mismo video en la
conmemoracion de los cinco años, ella pudo reconocer a Miguel sin saber que lo estaban
buscando, el niño que aparecia en ese video, era el mismo niño que siempre estaba en el
parque principal vendiendo chicles o que algunos dias ayudaba a cargar las bolsas del
mercado a los adultos, Fernando Gonzalez , durante toda su busqueda, dio con la
sobreviviente, ella le contò donde podia encontrar al niño que habia visto en el video.
Fue muy dificil el trabajo realizado por Fernando, en todos los lugares que averiguaba por
Miguel no tenia respuestas positivas, cuando iba al parque central a buscarlo, ya no estaba y
nadie daba razon donde podia encontrarlo, el tenia sospechas que lo estaban escondiendo
en algun lado y que no querian que lo reclamaran, hablò con casi todos los habitantes de
Lerida en ese año, solo un personaje, el que vendia las flores afuera de la galeria, le dijo que
el niño que el buscaba, era indigente y el salia todos los dias a vender dulces o lelvar bolsas
por monedas, que el niñño pertencia a un grupo de mas niños que se dedicaban a lo mismo,
que hace poco habian llegado al pueblo pero no sabia como habian llegado. Francisco
sorprendido se deja llevar del señor que vendia las flores al lugar donde el creia que se
quedaban los niños, al llegar a la casa, en el barrio Minuto de Dios del municipio de Lerida,
sale un señor con un juete de caballo amarrado a un lado, le preguntan si en esa casa viven
niños sobrevivientes de la tragedia de Armero, este señor con una mala actitud responde que
son niños que se encuentra en la calle y el les da la comida. Con esta informacion, Fernando
empieza su largo trabajo de quitarle a Miguel al señor que los recogia para darles comida.
Para poder contarle a Oliva el lugar donde estaba Miguel, el señor Fernando debia de contarle
todo lo que habia pasado, el sabia que debia de ser un poco delicado al contar la situacion
por la que estaba pasando Miguel en ese momento,