Stefano - Conflicto y Coteorización en Un Proceso Curricular
Stefano - Conflicto y Coteorización en Un Proceso Curricular
Stefano - Conflicto y Coteorización en Un Proceso Curricular
2013-04-26
Sartorello, Stefano C.
Este documento obtenido del Repositorio Institucional del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Occidente se pone a disposición general bajo los términos y condiciones de la siguiente licencia:
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TESIS
Que para obtener el grado de
Presenta
Tabla de contenidos
Agradecimientos
Glosario de siglas y acrónimos
Introducción p.1
El problema de estudio p.1
Desarrollo del problema p.2
Ejes de investigación y de análisis p.3
La dimensión política p.3
La dimensión pedagógica p.5
Lo político-pedagógico como eje transversal p.6
Preguntas de investigación p.7
Organización del texto p.8
El problema de estudio
El problema de estudio alrededor del cual se estructura esta tesis tiene que ver con el
análisis crítico del proceso de co-teorización intercultural del Modelo curricular de
educación intercultural bilingüe UNEM (AAVV, 2009).
Esta propuesta educativa intercultural para escuelas de nivel primario en el medio indígena
fue diseñada en Chiapas entre noviembre del 2006 y diciembre del 2008 por un grupo
intercultural de colaboradores integrado por:
Al analizar el corpus documental de la tesis (ver anexos I y II), decidimos clasificar las
aportaciones de los 16 colaboradores por medio de códigos clasificadores (por ejemplo
educadortseltal1, educadorchol3, asesorkaxlan2, etc.) que, además de señalar su papel en el
proceso (educador o asesor), marcaban su filiación étnica4, mostrando claramente de este
modo las aportaciones de los diferentes colaboradores al proceso de co-teorización
1
Jorge Guzmán Díaz, Gustavo Hernández López, Manuel Gutiérrez Hernández, Armando Hernández López,
Edmundo Hernández López, Florencio Rojas López, Jacobo Hernández Rojas, Francisco Arcos Vásquez,
Miguel López Méndez, Jesús Antonio Martínez Pérez, Juan Guzmán Gutiérrez, Manuel Hernández Jiménez.
2
Jorge Gasché (Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana - IIAP), María Bertely Busquets y Raúl
Gutiérrez Narváez (Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social – CIESAS),
Stefano Claudio Sartorello (Universidad Intercultural de Chiapas – UNICH).
3
Como señala Alejos García (1999: pp. 132-133): “[...] para el maya el otro es el Kaxlan, el ‘castellano’, el
extranjero, Occidente”. El autor explica que kaxlan es la contraparte, el otro polifacético con quien se
relaciona el indígena maya. Es su referente primordial de identidad étnica, el personaje con quien el indígena
ha mantenido las relaciones más intensas y conflictivas a lo largo del tiempo. Como efecto de siglos de
dominación y explotación social, económica y cultural, los pueblos indígenas de Chiapas viven un entramado
de relaciones con el mundo kaxlan marcado por la lucha y la incomprensión y, así como otros ámbitos de la
vida social, el educativo, y la escuela en particular, representa un espacio en donde se desarrollan estas
relaciones conflictivas entre indígena y kaxlan, fruto de una incomprensión entre dos culturas, una dominada
y otra dominante, entre las que ha sido históricamente muy complicado establecer un diálogo armonioso.
4
Los códigos usados fueron: Gasché: asesorkaxlan1; Jorge: educadortseltal1; Pancho: educadorchol1;
Chucho: educadorchol2; Mankut: educadortseltal2; Huacho: educadortseltal3; Juan: educadortseltal4; Raúl:
asesorkaxlan3; Stefano: asesorkaxlan2; Gustavo: educadortsotsil1; Armando: educadortsotsil2; Edmundo:
educadortsotsil3; Miguel: educadorchol3; Bertely: asesorkaxlan4.
1
Introducción
intercultural del modelo curricular del que este estudio es objeto. Sin embargo, con el fin
de facilitar la lectura de la tesis, en los siguientes capítulos estos códigos han sido
sustituidos por los nombres propios de los colaboradores indígenas y kaxlanes, cuyos
retratos aparecen en la parte del marco contextual (capítulos 1.7 y 1.8) dedicada a la
presentación de los diferentes colaboradores indígenas y kaxlanes que co-teorizamos esta
propuesta educativa. Al respecto, cabe señalar que la decisión de hacer públicos los
nombres de nuestros colaboradores forma parte de la adopción de una metodología
colaborativa y horizontal en la que todos los participantes nos concebimos y fuimos
concebidos como sujetos activos en el proceso de co-teorización intercultural del plan de
estudios. En este sentido, esconder los nombres detrás de pseudónimos no nos pareció ni
necesario ni coherente.
Antes de comenzar a desarrollar el problema de investigación arriba señalado, es menester
señalar que la colaboración intercultural entre los educadores comunitarios indígenas de la
UNEM/EI y los asesores kaxlanes que participamos en este proceso de diseño curricular
tiene unas raíces profundas arraigadas en otros procesos que se han desarrollado en Chiapas
a partir del levantamiento armado del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) el
primero de enero de 1994 y que serán descritos y analizados críticamente en el primer
capítulo.
Como veremos a lo largo de la tesis, estos antecedentes de la colaboración intercultural
entre los educadores comunitarios de la UNEM/EI y sus asesores kaxlanes resultaron ser
insumos fundamentales en el proceso de diseño curricular y es por lo que en los diferentes
capítulos de la tesis se hará un especial énfasis en las aportaciones específicas de estas
experiencias colaborativas previas al proceso de co-teorización intercultural del Modelo
curricular de educación intercultural bilingüe UNEM (AAVV, 2009).
Como se precisa en los referentes teóricos de la tesis (capítulo 2), es importante señalar
desde un principio que los proyectos educativos y materiales pedagógicos interculturales
elaborados por parte de la UNEM/EI y sus asesores kaxlanes se fundamentan en una
concepción crítica de la interculturalidad (Walsh, 2002) en la que se asume como punto de
partida y marco referencial el conflicto intercultural (Bertely, 2007a; Gasché, 2008a y
2008b) que caracteriza las relaciones – profundamente asimétricas - entre sociedades
indígenas y sociedad nacional. Esta concepción crítica de la interculturalidad se sustenta en
un posicionamiento político contra-hegemónico asumido por diferentes organizaciones
indígenas latinoamericanas que, como la UNEM/EI, se oponen al sistema neoliberal
dominante y a las políticas educativas implementadas desde una racionalidad meramente
económica (Gentili, 2004; Frigotto, 2004; Coraggio & Torres, 1997). Por lo tanto, y como
parte integrante de su labor pedagógica, el trabajo educativo desarrollado por la UNEM/EI
y sus asesores kaxlanes es profundamente político y, como tal, tiene que interpretarse
dentro de la coyuntura histórica y política que caracteriza al México de finales del siglo XX
y comienzos del XXI y, en particular, al estado de Chiapas a partir del levantamiento
armado del EZLN en los albores de 1994.
2
Introducción
A sabiendas de que ambos están relacionados entre sí y que uno no tendría sentido sin el
otro, dos son los principales ejes de análisis alrededor de los cuales se desarrolla esta tesis.
El primero tiene que ver con la propuesta política implícita en el trabajo educativo
desarrollado por parte de la UNEM/EI y sus asesores kaxlanes, mientras que el segundo
está relacionado con lo pedagógico.
La dimensión política
5
Lekil kuxlejal es una palabra compuesta en la lengua maya tseltal. Kux = vivir; lejal = buscar; lekil= bien.
Por lo que lekil kuxlejal puede traducirse como: “buscar vivir bien”, “buscar la buena vida”.
3
Introducción
Es así que esta visión política recupera los “valores positivos” (Bertely, 2007) que orientan
y motivan los comportamientos y las actividades propios de las sociedades indígenas
contemporáneas, sobre todo de aquellos sectores que, resistiendo a aceptar la migración
como única solución a la pérdida de rentabilidad económica del campo, siguen luchando
para construir alternativas políticas, económicas y educativas en sus territorios,
implementando nuevos modelos de racionalidad contra-hegemónica que impacten en la
misma sociedad dominante (recordemos, al respecto, el lema zapatista: “¡Nunca más un
México sin nosotros!”). Como sostiene Paoli (2003): “Es vitalizante conocer la vida social
desde sus valores positivos, ya que la racionalidad de una cultura es básicamente su
orientación hacia el logro de lo que considera valioso” (p. 219). Es así que, al poner énfasis
en los valores positivos de las sociedades indígenas contemporáneas, lejos de asumir una
postura esencialista, esta visión hace énfasis en procesos reales y muy generalizados en las
sociedades indígenas chiapanecas contemporáneas que suelen pasar desapercibidos ante los
fuertes procesos de cambio sociocultural que ocurren en la actualidad, pero que son parte
del “arte de la resistencia” (Scoot, 1990) que estos pueblos han desarrollado desde hace
más de cinco siglos. En efecto, a pesar de la creciente penetración de la cultura occidental
en las sociedades y culturas indígenas, estos valores positivos propios “siguen
constituyendo un conjunto de referencias normativas fundamentales para conceptualizar y
proyectar la sociedad del futuro” (Paoli, 2003, p. 69) para los pueblos mayas
contemporáneos.
6
El ideal-tipo es un instrumento conceptual creado por Max Weber y usado en sociología para aprehender los
rasgos esenciales de ciertos fenómenos sociales. Un tipo ideal está formado por la acentuación unidimensional
de uno o más puntos de vista y por la cantidad de síntesis de fenómenos concretos difusos que se colocan
según estos puntos de vista enfatizados de manera unilateral en una construcción analítica unificada. Dicha
construcción mental, puramente conceptual, no puede ser encontrada empíricamente en la realidad. El
concepto de tipo ideal es así un instrumento para unificar partes de la realidad elegidas contingentemente
desde la base del interés particular del investigador y establecido sobre una valoración subjetiva del aspecto
determinado, ordenando la realidad mediante la selección de lo que, desde tal perspectiva, se considera como
esencial para los fines de la investigación, sin que por ello los mismos rasgos sean en sí esenciales. Así pues,
el contenido del tipo ideal depende de cómo se posiciona ontológica y políticamente el sujeto investigador, de
qué ideas guarda frente al fenómeno que analiza.
7
Así algunos integrantes del EZLN se han referido a este principio de autoridad: “(…) gobernarnos nosotros
mismos y resolver nuestros problemas. Los pueblos aprenden a mandar y a vigilar nuestro trabajo y nosotros
4
Introducción
en la asamblea: “Quien manda tiene que mandar respetando el acuerdo y debe ser p’ekel,
ma’stoysba (ser humilde, no alzado o arrogante), debe ser el primero que empieza a trabajar
fuerte para realizar la labor acordada en el día acordado. Esta actitud se enuncia como un
principio fundamental de la organización social y se ha traducido como ‘mandar
obedeciendo’”8 (Paoli, 2003, p. 30).
Como bien nos explica Paoli (2003), y como nosotros mismos hemos podido investigar
(Sartorello, Ávila & Ávila, 2012), esta forma de democracia activa se sustenta en lo que las
culturas tseltales y tsotsiles llaman lekil kuxlejal / buen vivir, a saber: “la vida buena por
antonomasia” (Paoli, 2003, p. 221). En su trabajo pionero sobre esta filosofía de vida de los
pueblos mayances, Paoli nos explica que el lekil kuxlejal:
Es justamente para construir los instrumentos que permitan regenerar el lekil kuxlejal a
partir del trabajo educativo que se desarrolla en las escuelas comunitarias con los niños
tseltales, tsotsiles y ch’oles que la UNEM/EI y sus asesores kaxlanes nos hemos dedicado a
co-teorizar la propuesta educativa intercultural que se analiza en esta tesis, sustentándola en
una pedagogía intercultural construida a partir de la articulación entre la pedagogía
indígena (Pérez, 2003) y el Método Inductivo Intercultural (MII) (Gasché, 2008a y 2008b)
que se analizará en el capítulo 5.
La dimensión pedagógica
Ahora bien, la segunda vertiente del trabajo de investigación que se plasma en esta tesis, se
origina a partir de una crítica de la educación oficial que el Gobierno mexicano ha
implementado hacia la población indígena por medio de las políticas indigenistas a lo largo
del siglo XX. Esta dimensión pedagógica surge de las luchas por el reconocimiento de
modelos educativos diversificados y por la certificación de prácticas educativas nativas. Se
trata de una propuesta educativa intercultural construida “desde abajo” y “en los márgenes
aprendemos a obedecer. El pueblo es sabio y sabe cuándo uno se equivoca o se desvía en el trabajo. Así
trabajamos nosotros”. Periódico La Jornada: 19 de septiembre del 2004: XV.
8
Como precisa Paoli (2003) haciendo referencia a la autoridad de los habitantes de una comunidad que
desempeñan algún cargo comunitario en las sociedades tseltales contemporáneas, sólo se tiene autoridad si se
manda obedeciendo el pacto comunitario. De esta manera la autoridad descansa en la comunidad: “El sujeto
en el cargo no puede actuar arbitrariamente. Si quisiera mandar fuera de lo decidido en común, tendría que
recurrir a la discusión entre los miembros de la comunidad para ver si se le permite o no. En este sentido, el
poder se dirige y organiza mediante el acuerdo, a través del cual se delega autoridad en el sujeto” (Paoli,
2003, p. 162).
5
Introducción
del proyecto educativo oficial” (Bertely, 2006, p. 3) por parte de una organización multi-
étnica (la UNEM/EI) y sus asesores kaxlanes, en un marco relativo de autogestión y
autonomía, y a partir de nuevos estilos de gestión que se derivan de la participación de
diversas ONGs, fuentes de financiamiento diversificadas, de académicos de universidades y
centros de investigación nacionales e internacionales (Bertely, 2003). Como se precisará en
la parte metodológica de esta tesis (capítulo 3), la construcción desde abajo de la propuesta
educativa en objeto se realizó en un proceso colaborativo intercultural centrado en la
horizontalidad y el inter-aprendizaje (Gasché, 2008a) entre educadores indígenas y asesores
kaxlanes, lo que ha sido posible gracias a la implementación de una Metodología Arraigada
Intercultural (MAI) construida a partir de los aportes originales de la grounded theory
(Glaser & Strauss, 1967) en su vertiente constructivista (Charmaz, 2000, 2002, 2005,
2006), articulándolos con los aportes de la etnografía colaborativa (Lassiter, 2005;
Rappaport, 2007) que se desarrollan a partir de una visión crítica y comprometida de la
investigación social (Denzin & Lincoln, 2005).
Ahora bien, lo político y lo pedagógico representan entonces los dos grandes ejes analíticos
de la tesis. Sin embargo, la relación entre estas dos categorías que, evidentemente, se
separan solamente para fines heurísticos, constituye la tercera dimensión de análisis y
representa el hilo conductor de esta tesis. Es así que uno de sus propósitos generales estriba
en la explicitación de los procesos colaborativos intra e interculturales, supuestamente
centrados en la horizontalidad, la inter-comprensión y el inter-aprendizaje entre indígenas y
kaxlanes que, como parte de una propuesta político-pedagógica contra-hegemónica,
caracterizaron el proceso de construcción del Modelo curricular intercultural bilingüe
UNEM (AAVV, 2009).
Antes de proseguir, es menester precisar que, al separar los sujetos en base a su pertenencia
étnica – indígenas y kaxlanes – no se pretende limitar el análisis a las relaciones entre dos
grupos cerrados y homogéneos, sino que esta distinción tiene una finalidad meramente
heurística y explicativa y no pretende subestimar la heterogeneidad de los sujetos
individuales y colectivos que colaboraron interculturalmente en la construcción de la
propuesta educativa en objeto. De hecho, una parte importante de la investigación se refiere
justamente a la explicitación de las relaciones intra e interculturales – algunas de ellas
conflictivas– que caracterizaron la colaboración y el inter-aprendizaje entre los sujetos,
individuales y colectivos, comunitarios y académicos, indígenas y kaxlanes, que
participamos a este proceso de co-teorización curricular. Estas relaciones resultan
sumamente importantes para comprender los alcances de la propuesta político-pedagógica
intercultural de la UNEM/EI y sus asesores kaxlanes, así como su concreción en el proceso
de construcción del modelo curricular en objeto. En efecto, como se mostrará en los
diferentes capítulos de la tesis, considero que uno de los aportes principales de esta tesis
estriba más en el análisis del proceso (de construcción del currículum) que en sus resultados
(el currículo mismo) y, en particular, en la documentación y análisis crítico de los procesos
intra e interculturales de construcción curricular que se realizaron entre los sujetos
individuales y colectivos que participamos en ello. En particular, a lo largo de la tesis, se
reflexionará críticamente sobre:
6
Introducción
b) Las relaciones intra culturales que se desarrollaron, por un lado, entre los propios
educadores indígenas de UNEM/EI y, por otro lado, entre los asesores kaxlanes en este
proceso.
Preguntas de investigación
Las preguntas que orientaron la investigación que se plasma en este trabajo tienen que ver
con el proceso diacrónico y sincrónico de construcción y apropiación de los motivos
políticos y de las razones pedagógicas que sustentan esta propuesta político-pedagógica
intercultural, mismos que se reflejan en el proceso de construcción del currículo. Al
respecto me pregunté:
Otras preguntas que orientaron esta tesis tuvieron que ver directamente con el proceso de
construcción curricular y con las relaciones intra e inter culturales que lo impregnaron.
7
Introducción
Las dos últimas partes del primer capítulo están dedicadas a presentar a los colaboradores
indígenas y kaxlanes que dimos vida a este proceso. En la primera, se presentan tres
historias de vida en el territorio socionatural comunitario de algunos de nuestros
colaboradores tseltales, tsotsiles y ch’oles; en la segunda, breves retratos de todos los
colaboradores que participamos en el proceso de diseño curricular.
8
Introducción
análisis del proceso de co-teorización intercultural del perfil de egreso del modelo
curricular. En el quinto capítulo se analiza minuciosamente el proceso de co-teorización
intercultural y el funcionamiento del Método Inductivo Intercultural (MII) como
metodología que orienta el proceso de enseñanza-aprendizaje en el modelo curricular
objeto de este estudio. Finalmente, el sexto capítulo, probablemente el que mejor sintetiza
la Metodología Arraigada Intercultural (MAI) arriba señalada, analiza el proceso de co-
teorización de la categoría arraigada intercultural de maestro-acompañante.
En el último capítulo de la tesis se presentan las conclusiones generales a las que hemos
llegado con respecto a la aplicación de la MAI al proceso colaborativo de diseño curricular
que hemos analizado y se vislumbran escenarios futuros relacionados con la validación del
currículum y con la trayectoria político-pedagógica de la UNEM/EI y sus asesores
kaxlanes.
9
Capítulo 1. Marco contextual
1.1. Introducción
En este capítulo de la tesis, dedicado al análisis del marco contextual en el que se desarrolló
el proceso de co-teorización intercultural del Modelo curricular de educación intercultural
bilingüe UNEM (AAVV, 2009), se presenta, en primer lugar, una breve reflexión sobre los
principios generales de la pedagogía indígena que caracterizan la educación propia
(endógena) de los pueblos tsotsiles, tseltales y ch’oles de los Altos, Selva y Región Norte
de Chiapas, como la base a partir de la cual se realiza la apropiación del Método Inductivo
Intercultural (MII) (ver capítulo 5) acuñado por Jorge Gasché9.
Posteriormente, apoyándonos en estudios realizados durante la última década del siglo XX,
realizamos un análisis crítico de la educación que se imparte en las escuelas bilingües de las
regiones de la Selva, Altos y Región Norte de Chiapas. Consideramos que estos dos
aspectos son de fundamental importancia para comprender el conflicto intercultural
(Bertely 2007a; Gasché, 2008 a y b) entre, por una parte, la educación endógena y los
principios de la pedagogía indígena y, por otra, la educación escolar y las prácticas
educativas de las escuelas bilingües oficiales ubicadas en las citadas regiones.
Como explicaré en la tercera parte del marco contextual, este conflicto intercultural entre
educación endógena y educación escolar oficial es uno de los elementos clave para
comprender las razones político-pedagógicas que impulsaron a los educadores comunitarios
de la Unión de Maestros de la Nueva Educación para México (UNEM) y sus asesores
kaxlanes, así como a otras organizaciones indígenas como ECIDEA (Programa Educador
Comunitario Indígena para el Desarrollo Autónomo), al Colectivo Las Abejas y al propio
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), a diseñar propuestas educativas
diferentes y alternativas a la oficial.
Luego de analizar brevemente las respuestas generadas desde las instituciones oficiales y la
sociedad civil ante las demandas zapatistas en el campo educativo, en la siguiente parte de
este capítulo recuperamos la trayectoria educativa de la UNEM desde su fundación en 1995
hasta la fecha, analizando críticamente los procesos que la transformaron de un movimiento
educativo masivo integrado por educadores comunitarios indígenas a un pequeño grupo
compuesto por acompañantes-campesinos, dedicado principalmente a la elaboración de
materiales educativos interculturales y bilingües y a la formación de maestros que laboran
en el medio indígena.
Finalmente, para completar el marco contextual al interior del cual se generó la propuesta
educativa que se analiza en esta tesis, dedicamos los dos últimos apartados de este capítulo
a presentar a los diferentes colaboradores indígenas y kaxlanes que co-teorizamos el
Modelo curricular de educación intercultural bilingüe UNEM (AAVV, 2009), enfatizando
sus historias personales y su participación a lo largo del proceso.
9
En efecto, como se mostrará en el capítulo 5, el éxito y la apropiación del MII por parte de los educadores de
la UNEM/EI son posibles, no únicamente por las cualidades del método, sino por la existencia de una
pedagogía indígena de la que el MII representa una formalización.
11
Marco contextual
P’ijubtesel, mantal, p’ij-esantyel son términos en las lenguas tseltal, tsotsil y ch’ol
respectivamente que, traducidas literalmente al español, quieren decir ‘educar’, ‘enseñar’.
Sin embargo, más allá de traducciones literales, para comprender el significado y las
implicaciones socioculturales de la educación endógena de los pueblos tseltales, tsotsiles y
ch’oles de Chiapas, es necesario adentrarnos más a fondo en el análisis de la pedagogía
indígena como un proceso complejo y articulado referido a:
[...] la forma tradicional y propia que tienen los Pueblos Indígenas de transmitir
conocimientos culturales de una generación a otra, y desarrollar entre todos los
miembros de la familia y comunidad, destrezas útiles para la vida [...] en el
cual, como en cualquier sociedad humana, hay objetivos culturalmente
específicos de desarrollo. (FRMT, 1997, p. 34)
En su interesante estudio Pérez (2003) analiza el concepto de educación entre los tsotsiles
de Chenalhó. El autor explica que el principio básico que rige la pedagogía tsotsil es dar y
recibir consejos. Este principio hace posible el futuro aprendizaje de los otros principios
básicos como son: a) hacer llegar el alma, b) hacer “inteligente” la cabeza y las manos, c)
enderezar el corazón.
El niño y la niña tsotsiles empiezan el proceso de educación endógena cuando ich’ k’op
mantal (reciben la nueva palabra, o el consejo). Los consejos se refieren a la manera
apropiada de comportarse. Siempre van acompañados por cuentos, historias, ejemplos de
actitud de algún familiar, para que los hijos se guíen, corrijan y comiencen a entender las
normas de vida comunitaria.
Los cuentos y las historias hacen énfasis en los valores de responsabilidad y de aprender a
trabajar la tierra, respetar a la naturaleza, obedecer los consejos, hacerse humilde ante los
demás y saber cómo ser buenos padres y madres de familia. Pérez recuerda:
12
Marco contextual
Vulem val xa ch’ulel (ya ha llegado su alma) se dice cuando un joven empieza a asumir la
responsabilidad del trabajo en el campo o en el hogar (p.77-78). La llegada del alma puede
ser monitoreada por los padres y puede ser favorecida mediante ejercicios prácticos y
consejos de los padres de familia. Para agilizar este proceso, estos utilizan una estrategia de
reforzamiento, asignando a sus hijos pequeñas tareas individuales con el fin de que el niño
o la niña vayan responsabilizándose gradualmente en el trabajo productivo.
Pérez (2003) explica que para los padres tsotsiles el alma del hijo o hija llega:
[...] cuando éste sabe cuáles son sus responsabilidades y deberes dentro de la
familia y comunidad. Cuando su alma ha llegado de veras, no es fácil que otros
le engañen; el niño posee pues la capacidad de discriminar las cosas buenas de
las que dañan su imagen como persona en la sociedad. La llegada de alma se
manifiesta cuando el niño sabe explicar con coherencia los sucesos que
observa; escucha, reproduce y transmite un mensaje a otras personas, muestra la
capacidad de valorar las cosas útiles de la vida. (Pérez, 2003, p. 79)
10
Pérez (2003) precisa que entre los tsotsiles de Chenalhó la palabra alma, ch’ulel tiene tres significados. En
primer lugar se cree que todos los seres vivos, humanos, animales y vegetales, poseen ch’ulel. En ese contexto
la palabra es sinónimo de kuxlejal (vida). Algunos seres humanos poseen doble ch’ulel ya que, además del
que todos compartimos, tiene un ch’ulel chon o vaijel chon (su alma de animal o animal compañero). Los que
tienen doble ch’ulel son las personas que tienen capacidades sobrenaturales y actúan en la vida comunitaria
con los principales j’iloletik o curanderos. En tercer lugar el ch’ulel es comprendido como sinónimo de
conciencia o responsabilidad del hombre. Sobre alguien responsable se dice: oy xa ch’ulel vinik (ese hombre
ya tiene alma). El Ch’ulel en este sentido se puede fortalecer mediante ejercicios prácticos y consejos de los
padres de familia. Es éste el concepto de alma que está al centro de la reflexión pedagógica tradicional (p. 76-
77).
13
Marco contextual
El cuarto principio se refiere a tuk’imtasel yut yo’onton (enderezar, hacer recto el corazón)
e indica la necesidad de adquisición consciente de los valores de respeto, estima, apoyo
mutuo y honradez. Al respecto, Pérez señala que:
En los ejemplos que menciona Pérez (2003) queda claro que los principios de la pedagogía
indígena enfatizan la profunda integración entre sociedad y naturaleza y que, como también
destaca Gasché (2008, a y b) al reflexionar sobre las fuentes del conocimiento indígena
para la enseñanza escolar (ver el capítulo 5 de esta tesis), se concreta en la realización de
actividades prácticas en el territorio biocultural11 familiar y comunitario.
Podemos concluir entonces que aprender haciendo en las actividades sociales, productivas
y rituales que se realizan en el territorio biocultural de la comunidad es el principio
pedagógico general que orienta el proceso de educación endógena entre los tsotsiles de los
Altos de Chiapas. Por lo anterior, para comprender los significados e implicaciones de la
11
Aunque en el Modelo curricular de educación intercultural bilingüe UNEM (AAVV, 2009) y en los
siguientes capítulos de esta tesis se utiliza el término socionatural (ver capítulo 5) y no el de biocultural, me
parece importante señalar las aportaciones de Toledo Llancaqueo (2007), Toledo y Barrera-Bassols (2008) y
Boege (2008), entre otros autores que adoptan este término, para hacer énfasis en la integración entre
sociedades indígenas y naturaleza y, en particular, en la relación recíproca entre pueblos indígenas y medio
ambiente. Ahora bien, al referirse al territorio biocultural (o al territorio socionatural como diríamos los
autores de la propuesta educativa que se analiza en esta tesis), se quiere destacar que, para los pueblos
indígenas, el concepto de ‘territorio’ abarca varias dimensiones como la política (que se refiere a la
jurisdicción, gobierno, normas y decisiones), la cultural (como espacio socialmente organizado, significativo
culturalmente, en el cual se localizan, distribuyen y organizan las redes sociales de asentamiento y las
acciones colectivas de un grupo), la simbólica (asociada a las peregrinaciones, a los rituales y a los mitos de
origen) y la natural (que se refiere a los recursos naturales y a las prácticas agrícolas producidas de manera
colectiva y de carácter intergeneracional y acumulativo). Como señala Boege: “El territorio es para los
indígenas una prolongación de la expresión material de la red de relaciones que construye el conocimiento
colectivo (…) ya que el territorio y el conocimiento constituyen una unidad indisoluble” (Boege, 2008, p. 62).
Por otro lado, el término ‘biocultural’ abarca tanto los recursos biológicos en sentido amplio así como las
tradiciones y prácticas ancestrales generalmente conocidos como “conocimientos tradicionales”, entre los
cuales se incluyen la normas de comportamiento establecidas en las sociedades indígenas, también conocidas
como “usos y costumbres”, que son aceptadas como derechos y responsabilidades de los pueblos y tienen
influencia en el manejo de los recursos naturales. El término ‘biocultural’ implica entonces que los recursos
biológicos y culturales presentes en los territorios de los pueblos indígenas deben de ser considerados como
parte de una concepción holística reflejada en la integración entre sociedad y naturaleza (Gasché, 2008 a y b).
Es así que, al referirnos al territorio biocultural, coincidimos con Boege cuando afirma que “uno de los
componentes para definir el territorio es esta relación con la naturaleza, el conocimiento establecido y
readaptado mediante la praxis cotidiana y el patrimonio biocultural asociado al manejo de la biodiversidad y
la agrodiversidad” (2008, p. 52). El concepto de ‘territorio biocultural’ entonces hace referencia a la
perspectiva holística del territorio propia de los pueblos indígenas que está en la base de la concepción del
lekil kuxlejal (buen vivir) y que incluye no sólo las funciones productivas de la tierra sino también la parte de
la espiritualidad.
14
Marco contextual
En las comunidades tseltales, tsotsiles y ch’oles, estos espacios comunitarios suelen ser
compartidos entre niños, hermanos mayores, adultos y ancianos:
Donde sea que los adultos realicen sus quehaceres cotidianos, ahí están los
niños. En el ámbito de las actividades domésticas de la casa y sus cercanías se
encuentran los niños menores de 6 o 7 años de edad y las niñas de todas las
edades, acompañando a sus madres y abuelas que se encargan del
mantenimiento del hogar y el cuidado de la familia. Los niños de siete y más
años usualmente acompañan a sus padres a la milpa, donde son iniciados en las
actividades productivas [...]. En estos contextos, los niños participan en un
proceso educativo sumamente práctico. (FRMT, 1997, p. 36)
La atención del niño tseltal y tsotsil se orienta más a los procesos sociales en los
que interactúa que a los objetos en sí mismos. Se les tiende a conocer no en
cuanto son contemplados y manipulados, sino en tanto son usados,
transformados y, por esa razón, son implicados en eventos. Al parecer, el habla
de estos pequeños se desarrolla de esta manera gracias a la fuerte interacción en
la que aprenden a nombrar la acción y la interacción social constantemente
experimentada y vivida. Los objetos tiene sentido en el contexto de esos
procesos de interacción y no en sí mismos. [...] No se concentra la atención y el
aprendizaje en el objeto, sino en la interacción social en la cual se definen las
funciones de los objetos. (Paoli, 2003, p. 98)
Las prácticas cotidianas en las que se educan los niños y niñas indígenas se encuentran
inmersas en un entramado de vínculos espirituales entre los seres humanos y los seres
divinos que viven en la naturaleza, además de relaciones sociales, políticas y productivas
entre los adultos de la comunidad.
15
Marco contextual
Ahora bien, como hemos visto en los párrafos anteriores, en el caso de los pueblos
indígenas, uno de los rasgos centrales que estructuran la organización sociocultural y, en
consecuencia, la educación endógena, tiene que ver con la profunda integración entre
sociedad y naturaleza.
Por lo tanto, no sorprende que, para referirse al proceso de educación endógena entre los
tsotsiles, tseltales y ch’oles de Chiapas, se use la metáfora de la germinación. Como vimos
arriba, el término más común para decir ‘educar’ en tseltal es p’ijubtesel: “[...] hacer que
otro se convierta, o se haga, único germinal” (Paoli, 2003, p. 101). ¿De qué depende esa
germinación y desarrollo del niño indígena?
En la lengua y cultura tseltal, para decir que un individuo es educado, se dice que es:
[...] p’ij yo’tan (es único su corazón). Esto supone síntesis individual. Nadie
puede ser hábil sin serlo de un modo personal” (p. 101), sin embargo, “[...] ser
p’ij yo’tan supone autonomía personal y, paradójicamente, también supone
integración, habilidad para llegar a consensos dentro del marco de la
comunidad. Supone integrar dos opuestos: la iniciativa personal y la
articulación colectiva [...]”. (Paoli, 2003, p. 102)
16
Marco contextual
¿Cómo se realiza esta integración entre opuestos a la que se refiere Paoli (2003)? El autor
señala que en la educación tseltal el niño y la niña “[...] yachelin sba actúa desde una
autonomía desarrollada a partir de responsabilidad y su derecho; y sus decisiones las debe
tomar por él mismo” (p. 132).
De la misma manera, Maurer (2006) nos explica que “[...] en tseltal tampoco existe el
concepto de maestro (…), sin el de jnohpteswanej, ‘el que tiene el cargo de hacer aprender’.
Su raíz es el vocablo nopel, ‘acercar’ al discípulo a la realidad” (p. 61). El autor destaca que
en tseltal no existe la palabra alumno, “puesto que es necesario que cada uno adquiera la
sabiduría por sí mismo” (p. 61). Nos queda claro entonces que, en la cultura tseltal, así
como en otras culturas indígenas de la familia maya, aprender es un asunto que tiene que
ver con un sujeto autónomo:
Paoli (2003) lo explica de manera muy clara cuando señala las características del proceso
de enseñanza-aprendizaje facilitado por el padre/madre-maestro/a tseltal:
El noptewswanej tiene método (ay sbehlal) para aproximar las cosas de este
mundo y para aproximar las cosas del más allá. [...] El noptewswanej nos
orienta para aprender a captar, a ubicarnos afectiva y conceptualmente en los
procesos. [...] El noptewswanej no enseña sólo a la cabeza sino también al
corazón. Y no enseña algo sino que introduce a un proceso. Primero permite
que el otro vea, experimente, y una vez que ha experimentado algo, que lo ha
traído a su corazón le deja que pregunte para que haya el deseo de recibir una
respuesta. El verdadero noptewswanej [...] no sólo mostrará un conocimiento,
también propiciará que su sabiduría entre al corazón del otro. [...] No enseña
17
Marco contextual
[...] en el arte de los procesos de trabajo. [...] La milpa y los otros campos
productivos constituyen espacios de encuentro didáctico entre padres e hijos.
Allí se mostrará una gran variedad de cosas útiles para la vida de las niñas y
niños. El campo y la montaña son arsenales de recursos didácticos. (Paoli,
2003, p. 88)
18
Marco contextual
Ahora bien, como expliqué en la introducción de esta parte de la tesis dedicada al marco
contextual en el que se desarrolló el trabajo educativo de la UNEM y sus asesores kaxlanes,
luego de analizar los principios de la pedagogía indígena maya, a continuación se presenta
una reflexión crítica acerca de la educación bilingüe en las regiones de Chiapas habitadas
por las poblaciones tsotsiles, tseltales y ch’oles, lo que permitirá definir el conflicto
intercultural entre la educación endógena y la educación bilingüe que caracteriza el
contexto en el que se desarrolló el proceso de co-teorización intercultural de la propuesta
curricular de UNEM/EI y asesores kaxlanes que se analiza en los siguientes capítulos de la
tesis.
Las políticas de aculturación (Aguirre, 1957), planificadas y llevadas a cabo desde la mitad
del siglo XX por parte del Instituto Nacional Indigenista (INI) a través de los promotores
culturales, se enfocaron en la incorporación del indígena a la nación mestiza mexicana,
centrando su acción educativa en el aprendizaje del español y de las operaciones
matemáticas básicas, en el cuidado de la salud y en el mejoramiento de la productividad del
campo.
Importantes estudios etnográficos realizados durante los años setenta y ochenta (Modiano,
1974; Aguirre, 1983) reportan la virtual ausencia de la enseñanza bilingüe en las escuelas
del subsistema indígena y el papel cada vez más central de los libros de texto nacionales en
las prácticas de los docentes bilingües. Diferentes diagnósticos realizados en la última
década del siglo XX muestran toda la gravedad de lo que se ha definido como “la crisis de
la educación indígena” (Pérez, 2003).
19
Marco contextual
12
Implica el desarrollo de todas las facultades del niño a través de su lengua materna. La segunda lengua (L2)
se desarrolla gradualmente como una adición a su repertorio lingüístico. Su finalidad es el mantenimiento de
la lengua materna, junto con la adquisición de la L2.
13
El modelo substractivo o transicional utiliza la lengua materna del niño como un puente a la L2. Su
finalidad en el contexto escolar es el reemplazo de la lengua materna con la L2.
20
Marco contextual
Tratando de dar alguna respuesta a los problemas arriba señalados, a partir de 1993, en el
marco del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación (ANMED) y de la
implementación de un nuevo plan y programa de estudio para la educación primaria a nivel
nacional, la DGEI-SEP puso en marcha una reforma dirigida a implantar en la práctica
docente bilingüe el uso de la lengua materna (L1) como principal medio de instrucción y de
alfabetización durante los primeros dos años de la escuela primaria. Para tal fin la DGEI
produjo nuevos libros de texto para niños y niñas de primero a cuarto grado en 47 lenguas y
variantes dialectales indígenas, así como para la enseñanza del español como segunda
lengua (L2), definiendo también los lineamientos metodológicos para el uso de estos
materiales en las escuelas bilingües.
El estudio del español y su uso como lengua de instrucción tenían que aumentar a lo largo
del ciclo de primaria hasta llegar a un uso de español-lengua indígena de 50% - 50%. Este
modelo aditivo también proponía el estudio continuo de elementos de la cultura indígena
(Freedson & Pérez, 1999).
14
El modelo de transición implica el uso temporal de la lengua materna como recursos didáctico, mientras
que el niño adquiere un manejo adecuado de la segunda lengua (L2). El objetivo final de este modelo es la
transición al uso exclusivo de la L2. El modelo de mantenimiento, por otro lado, implica el desarrollo
continuo de la lengua materna a lo largo del ciclo educativo, al lado del desarrollo de la segunda lengua.
21
Marco contextual
A pesar de ello, Freedson y Pérez (1999) muestran que los libros de texto en lenguas
indígenas fueron muy poco utilizados y que, entre los pocos maestros que sí los utilizan, se
manifiesta la tendencia “[...] a modificar las actividades contempladas en los libros de
texto, adaptándolas a los modelos tradicionales de enseñanza” (p. 52).
Los autores se refieren a las rutinas arraigadas en las prácticas docentes (lectura en voz alta,
dictado, copia, cuestionario) que influyen en la forma de cómo se llevan a cabo las
actividades presentadas en los libros15. En lugar de promover el diálogo y la construcción
social de conocimientos significativos, las actividades realizadas en los salones demuestran
el arraigo de modelos tradicionales de enseñanza que:
15
Freedson y Pérez (1999) precisan que el modelo de lecto-escritura en que se basan los libros de texto refleja
“[...] una perspectiva global y comunicativa con respecto de la lecto-escritura que no es entendida ni
compartida por los maestros” (p. 61), quienes suelen considerar que “[...] el niño está o no maduro para
iniciarse en la lecto-escritura dependiendo de un conjunto de conocimientos cuyo manejo es previo al poder
descifrar o realmente leer textos. [...] Esta posición supone, a la vez, que la lectura es fundamentalmente un
proceso en el que se traducen los signos en sonidos y que el niño debe manejar la mecánica de éste antes de
poder tratar con significados. Por todo lo anterior, los maestros tienden a utilizar una estrategia
exclusivamente fonética o silábica para alfabetizar a sus alumnos” (p. 62). Es así que los maestros bilingües
consideran inadecuados los libros de texto en lenguas indígenas porque “[...] no enseñan explícitamente las
correspondencias símbolo-sonido, tampoco incluyen otros ejercicios de maduración considerados como
necesarios para poder leer” (p. 62).
22
Marco contextual
Con respecto del enfoque lingüístico, el Diagnóstico menciona que en preescolar, primero y
segundo grado de primaria, la lengua materna (L1) se utiliza como medio oral de
instrucción con el fin de facilitar la comprensión del currículum oficial y de la lecto-
escritura en español (L2), mientras que, a partir de tercer grado de primaria, casi toda la
instrucción se da en la L2. La L1 se utiliza para traducir solo cuando es necesario. Además,
ni los maestros indígenas ni los mestizos enseñan la L2 en la modalidad de segunda lengua,
sino que utilizan la L2 como medio de instrucción como si fuera la lengua nativa de sus
alumnos y manejan muy pocas estrategias para facilitar la adquisición del castellano.
El meollo del problema que determina lo que Pérez (2003) define como la crisis de la
educación bilingüe radica probablemente en el hecho de que: “[...] son muy pocos los
profesores que han recibido una formación que reconozca y valorice las especificidades
lingüísticas y socio-culturales del medio indígena” (FRMT, p. 29) y que, por lo tanto, las
concepciones de los maestros bilingües de Chiapas afectan de manera determinante su
interpretación y aplicación de las nuevas políticas de educación bilingüe.
Freedson y Pérez (1999) señalan que los esfuerzos gubernamentales por modificar las
normas pedagógicas y lingüísticas de las escuelas rurales e indígenas han partido del
supuesto de que la práctica docente puede ser moldeada a través de reformas curriculares
planificadas a nivel central, sin tomar en cuenta el papel del maestro en los procesos
sociales y su incidencia en la institucionalización de las reformas educativas. En particular,
no se le ha dado suficiente relevancia al “[...] papel que juegan las configuraciones
ideológicas de los maestros sobre la forma que toman las propuestas pedagógicas
innovadoras al ser llevadas a la práctica” (p. 89).
De hecho, la gran mayoría de los maestros bilingües, aunque sean de procedencia indígena,
ya no conocen las costumbres ni la historia de su pueblo, porque estudiaron en escuelas
donde estos temas no se enseñaron. Solamente estuvieron en sus comunidades hasta los 6
años y después se fueron a la escuela o a los internados. Cuando egresaron, se fueron a
vivir a los centros ladinos como San Cristóbal de Las Casas y no regresaron a sus
comunidades de origen. Por haber sido educados afuera de su propia comunidad, muchos
maestros bilingües nunca aprendieron los conocimientos y valores de sus padres y abuelos
y, como resultado de ello, no son capaces de transmitirlos a sus alumnos:
Ya no vieron cómo eran sus padres. Ya no recibieron los consejos de sus padres
porque salieron [...] Los maestros ya no saben cómo se arreglan los asuntos del
pueblo, de la comunidad, la forma de vivir, la forma de comer y ya no pueden
23
Marco contextual
Los maestros desconocen los procesos propios de desarrollo del niño y no instrumentan en
la enseñanza las estrategias pedagógicas adecuadas, sometiendo al niño a una educación
con base en la memorización que sólo conlleva a la frustración escolar.
Una de las grandes paradojas de la política educativa indígena, entonces, es que
pretende impulsar la conservación y fortalecimiento cultural a través de la
educación formal, cuando los agentes educativos de este sistema son los
miembros de la comunidad que menos conocen la cultura indígena. (FRMT,
1997, p. 86)
Freedson y Pérez (1999) señalan que los maestros bilingües internalizaron un sentido de
inferioridad de las lenguas y culturas indígenas patente en el agradecimiento que muchos
expresan por haber sido castellanizados a la fuerza, así como en el hecho de que la mayor
parte de ellos jamás regresó a vivir o trabajar a sus propias comunidades. Para ellos el
español es “símbolo de la civilización y la modernidad” (p. 94) y, asimismo “tiene un gran
valor instrumental, ya que se considera necesario para superar la discriminación y
marginación que domina la vida cotidiana de los indígenas, y para ganar acceso a las
oportunidades económicas asociadas con el trabajo asalariado” (Freedson & Pérez 1999, p.
96). Efectivamente, para estos maestros bilingües, hablar y entender el castellano les
permitió perder el miedo en sus interacciones con los ladinos y no ser tan vulnerables frente
a los engaños de los kaxlanes. Además se convirtió en la llave para escapar de la pobreza y
la explotación asociadas a la vida del campo y obtener acceso a la sociedad dominante a
través de un trabajo asalariado.
Sin embargo, la orientación de los maestros bilingües hacia el español y hacia la cultura
mestiza también refleja que:
Asimismo, los docentes bilingües muestran una confusión con respecto de la educación
bilingüe y, por ejemplo, no distinguen entre lo que es enseñar a hablar en la lengua indígena
―que muchos niños ya aprenden en sus casas― y lo que es enseñar la lengua indígena en
su forma escrita.
24
Marco contextual
Queda patente, de esa manera, el divorcio total que los maestros bilingües identifican entre
las habilidades lingüístico-cognoscitivas de la L1 y la L2, lo que elimina cualquier
posibilidad de transferencia de las habilidades adquiridas en la primera lengua a la segunda.
Éste es un punto fundamental para explicar el reducido papel que los maestros bilingües
asignan a las lenguas indígenas en el salón de clase (mero recurso didáctico para facilitar la
comunicación con los alumnos) y para comprender la forma en la cual los docentes
interpretan las reformas educativas que promueven el desarrollo de las lecto-escritura en la
L1.
Como resultado de esos procesos, la mayor parte de los niños indígenas aprende a leer y
escribir en una lengua que no entienden, de tal forma que el alfabetismo se reduce a un
proceso mecánico de descifrar y codificar textos, sin oportunidades para que los niños
intercalen de forma significativa con la lengua escrita.
Otro gran problema relacionado con la implementación real de la enseñanza bilingüe tiene
que ver con la mala ubicación de los docentes indígenas que, como señalan Freedson y
Pérez (1999):
Como precisan los autores, la falta de congruencia entre el perfil etno-lingüístico del
maestro bilingüe y la lengua materna de sus alumnos indígenas es una de las grandes
25
Marco contextual
contradicciones del subsistema, misma que incide en el fenómeno del “fracaso escolar”,
evidente en las cifras de eficiencia interna del sistema educativo:
Ahora bien, como hemos señalado en las páginas anteriores, la crisis de la educación
indígena en Chiapas no se debe sólo a los métodos defectuosos en la enseñanza bilingüe y a
las concepciones sociolingüísticas de los propios maestros bilingües, ni tampoco depende
únicamente de la corrupción de la burocracia sindical y de sus colusiones con las
autoridades educativas nacionales y estatales que impiden la correcta ubicación de los
maestros bilingües de acuerdo a su perfil etno-lingüístico. Las reflexiones de Pérez (2003)
con respecto de la crisis de la educación indígena enfocan claramente el meollo del
problema: “La crisis no se reduce a los medios, es decir, a los conceptos, métodos y
recursos, abarca también los fines” (Pérez, 2003, p. 19).
Los niños indígenas aprenden muy poco de lo que se espera deberían aprender en la escuela
primaria. Pérez (2003) recuerda lo siguiente:
26
Marco contextual
Esta dramática realidad, que en los capítulos siguientes veremos reflejada en las historias
educativas particulares vividas por parte de nuestros colaboradores indígenas de UNEM/EI,
se refleja en la cifras oficiales del subsistema educativo bilingüe que reportan altos niveles
de reprobación y repetición de grados, con bajos promedios. Los resultados de evaluaciones
regionales de aprendizaje, a pesar de ser muy problemáticos por razones metodológicas,
sugieren que los niños indígenas aprenden muy poco de los contenidos oficiales del
currículum: “[...] Cuando salen de sexto año, no saben ni español ni nuestra lengua” (Citado
en FRMT, 1997, p. 73).
No es de menor relevancia señalar que, no obstante, una parte considerable de los padres de
familias indígenas valoren estos conocimientos mínimos logrados por sus hijos en la
escuela, al mismo tiempo suelen quejarse de que la educación escolar interrumpe el modelo
de educación endógena y obstaculiza el proceso la transmisión de los valores y
conocimientos tradicionales, provocando “[...] un conflicto de identidad que hace a los
jóvenes frecuentemente avergonzarse de lo que es suyo” (FRMT, 1997, p. 84). Como
hemos destacado, existe una profunda separación entre la escuela y la vida de las
sociedades y pueblos indígenas, lo que determina que:
Las escuelas bilingües no cumplen con su función social de formar a las nuevas
generaciones indígenas acorde al ideal del hombre y la mujer que desean las
comunidades [...] [por lo que] la educación escolarizada entra en contradicción
con la razón de existir y reproducirse de los grupos indígenas. (FRMT, 1997, p.
84)
Es así como lo que en esta tesis identificamos como el conflicto intercultural entre
educación bilingüe y educación endógena provoca un proceso de modificación de los
valores y normas de conducta de los niños indígenas con respecto de las costumbres
comunitarias de sus padres:
La educación bilingüe oficial también ha afectado otro eje del sistema de valores indígena –
el trabajo – que, como veremos en los siguientes capítulos de la tesis, forma parte de los
valores positivos de las sociedades indígenas identificados por los educadores comunitarios
de UNEM/EI. En particular, por no recibir una educación con un enfoque práctico-
productivo, los niños gradualmente se olvidan de la importancia del trabajo físico del
campo y el hogar.
Asimismo, entre los padres de familia indígenas es común la idea de que los juegos
mestizos tienen una mala influencia sobre los valores propios. Tradicionalmente, los niños
indígenas jugaban juegos imitativos (Modiano, 1974) orientados hacia la adquisición de las
capacidades laborales de los adultos. En contraste, los juegos aprendidos en la escuela son
27
Marco contextual
Finalmente, los contenidos curriculares de la educación bilingüe formal ignoran casi por
completo los conocimientos y la historia propia de las comunidades indígenas, lo que,
como ya señalamos, se refuerza debido a que la gran mayoría de los maestros bilingües no
manejan estos contenidos y los materiales didácticos utilizados no ofrecen posibilidades
para recuperarlos, promoviendo más bien una visión urbano-occidental del mundo.
De hecho, los libros de texto presentan la cultura material, las prácticas productivas, la
explicación del universo y los fenómenos naturales según la racionalidad científica-
occidental que entra en conflicto con la cosmovisión propia:
Ahora bien, luego de analizar el conflicto intercultural entre, por un lado, los principios
generales de la pedagogía indígena que caracterizan la educación endógena de los pueblos
tsotsiles, tseltales y ch’oles y, por el otro, la educación que se imparte en las escuelas
bilingües de las regiones de Chiapas donde viven y laboran los educadores comunitarios
tseltales, tsotsiles y ch’oles de la UNEM, para completar este análisis del marco contextual
en el que se desarrolló el proceso de co-teorización intercultural del Modelo curricular de
educación intercultural bilingüe UNEM (AAVV, 2009) es necesario analizar los profundos
cambios que acontecieron en Chiapas en el campo de la educación indígena a raíz del
levantamiento armado del EZLN en enero del 1994.
28
Marco contextual
El impacto del movimiento zapatista fue de tal magnitud que produjo una gran
efervescencia política en diversos campos de la realidad social nacional y chiapaneca. Uno
de ellos fue, sin lugar a dudas, el campo educativo.
Como bien analiza Gutiérrez (2005), inicialmente las demandas educativas zapatistas
fueron centradas únicamente en la ampliación de la cobertura pero, luego de los diálogos
que antecedieron la firma de los Acuerdos de San Andrés y, en particular, de los debates
realizados en la mesa de “Derechos y cultura indígena”, el EZLN y sus asesores plantearon
la necesidad de una educación diferenciada acorde con las características socioculturales de
los pueblos indígenas, así como la participación de los mismos en el diseño e
implementación de las políticas educativas a ellos dirigidas, “poniendo el acento en dos
aspectos centrales: su carácter intercultural y autonómico” (Gutiérrez, 2005, p. 66). Desde
los primeros meses posteriores al conflicto de 1994, estas demandas fueron retomadas de
manera parcial por diferentes actores, como el propio gobierno, tanto a nivel federal como
estatal y, como en el caso de la UNEM, también por grupos organizados de indígenas en
coordinación con instituciones académicas, centros de investigación, Asociaciones Civiles
(ACs) y Organizaciones No Gubernamentales (ONGs). Veamos brevemente cuáles fueron
las respuestas de algunos de estos actores, para comprender el contexto en el cual la UNEM
construyó sus planteamientos con respecto de la cuestión educativa.
Las primeras acciones del Gobierno Federal para enfrentar las demandas zapatistas en el
ámbito educativo se enfocaron principalmente a la reorientación hacia las poblaciones
indígenas de los programas del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) que, a
partir de 1994, se introdujo en la región de Los Altos de Chiapas (Gómez, 2002),
registrando rápidamente un incremento del 300% en el número de alumnos atendidos (SEP,
1995). Al respecto, Gutiérrez señala que:
Implementada por jóvenes con estudios de secundaria terminada que prestan sus servicios
educativos bajo la modalidad de servicio social por uno o dos ciclos escolares (gracias a los
cuales reciben una beca para continuar sus estudios en el nivel medio superior), el modelo
educativo implementado por CONAFE muestra algunas similitudes con la modalidad
29
Marco contextual
bilingüe que hemos criticado en el capítulo anterior. De hecho, aunque los educadores son
generalmente originarios de la región en la que trabajan y son hablantes de la lengua
indígena de la comunidad donde laboran, su formación ha sido de corte occidental, ya que
sus estudios se han realizado en cabeceras municipales mestizas y con maestros no-
indígenas. Además, los planes y programas de estudio que se implementan en las clases
multigrado de CONAFE, así como la organización escolar y el calendario escolar, son los
nacionales. Por otro lado, es relevante señalar que los educadores contratados por CONAFE
son generalmente jóvenes sin una verdadera vocación docente, que se dedican a la misma
por la necesidad de conseguir una beca y, además, que lo hacen solamente durante algunos
años, los que necesitan para conseguir la beca que les permitirá terminar sus estudios medio
superiores o superiores. Dadas estas premisas, es difícil pensar que su trabajo permita
realmente aumentar la calidad de la educación recibida por los niños indígenas, sino
únicamente ampliar cobertura.
Por su parte, también el Gobierno del Estado de Chiapas, del cual desde 1992 dependía el
desacreditado sistema de educación bilingüe, implementó ciertas medidas dirigidas a
atender las demandas zapatistas en el campo educativo. Además de devolver el estatus
universitario a la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) para que siguiera formando a los
maestros de educación bilingüe, se retomó la experiencia del Programa de Educación
Básica en la Selva (PEBS) que se había implementado en la Selva Lacandona a partir de
198816, extendiéndolo ahora a todas las regiones indígenas del estado, con el nombre de
Proyecto Educador Comunitario Indígena (PECI)17.
16
El PEBS surgió de la experiencia del Programa de Educación Integral de las Cañadas de la Selva
Lacandona (PEICASEL), financiado con recursos del Banco Mundial y promovido desde 1988 por parte de la
Asociación Rural de Interés Colectivo (ARIC) en la Selva Lacandona. La ARIC reunía a un gran número de
comunidades indígenas de las Cañadas que, “(…) preocupadas de la situación educativa imperante en la
región, originada por la desatención de los programas oficiales de educación y la falta de propuestas
educativas adecuadas a la realidad sociocultural y ambiental de la Selva”, tomaron la decisión de nombrar a
sus propios educadores para que, “en respeto a los valores y prácticas culturales, ofrecieran una alternativa
que respondiera a dicha situación” (Gutiérrez, 2005, p. 61).
17
En el ciclo escolar 1994-1995 PECI atendió a 2 800 niños y para el año siguiente alcanzó la cifra de 10 500
alumnos (Gutiérrez, 2005, p. 61).
30
Marco contextual
Ahora bien, antes de abundar con respecto del caso de la UNEM que, por obvias razones,
trataré de manera detallada en un capítulo a parte, a continuación se mencionan
brevemente algunas de las características fundamentales de las experiencias educativas que
se han generado en Chiapas desde la sociedad civil a lo largo de los últimos quince años,
con el fin de contar con un panorama general que permita contextualizar el campo
educativo en el que opera la UNEM y en el que se inscribe la propuesta curricular que se
analiza en esta tesis.
Del lado zapatista, la decisión de formar escuelas autónomas sin reconocimiento oficial del
estado forma parte de la modificación de la estrategia del EZLN que, en 1997, ante la
negativa del Gobierno Federal de dar cumplimiento a los Acuerdos de San Andrés, tomó la
decisión de entrar en un proceso de resistencia ante las instancias gubernamentales y de
construir una autonomía propia en sus territorios. Sin pretender abundar sobre el tema de la
educación autónoma, ya tratado a profundidad en diferentes trabajos académicos18,
considero relevante señalar algunas de las características principales de la educación
zapatista, mismas que servirán como referente para analizar algunos de los planteamientos
educativos de la UNEM.
18
Gómez 2002 y 2009; Gutiérrez 2005 y 2006; Núñez 2005; Ramos 2006; Cerda 2006; Baronnet 2009.
31
Marco contextual
universitarios, procedentes del Distrito Federal y de otras ciudades del país y del extranjero,
como parte de la solidaridad nacional e internacional hacia el movimiento zapatista.
Aunque no se cuenta con datos precisos, los promotores zapatistas de educación suelen
estar en el cargo entre uno y tres ciclos escolares, lo que representa posiblemente una de las
principales debilidades del sistema educativo autónomo zapatista ya que, así como vimos
en el caso de CONAFE, implica un proceso continuo de capacitación docente y la falta de
continuidad del trabajo pedagógico en los centros educativos.
[...] el proyecto ‘Semillita del Sol’ busca generar una alternativa educativa que
responda a la petición de las comunidades y que responda a su mandato. [...] La
idea era echar a andar un proceso educativo integral, construido conjuntamente
entre todos los que en él participan –comunidades, padres, niños, promotores,
maestros, asesores– y estrechamente relacionado con la realidad regional. [...]
La escuela que deseamos no puede ser una institución ajena a la comunidad [...]
debe ser más bien, parte integral de la comunidad, debe pertenecer a ella en
sentido pleno. Ello conlleva la participación de la comunidad en la concepción
de la escuela, en las decisiones que atañen al conjunto del proceso formativo
(desde los contenidos y las formas de enseñanza, las cuestiones operativas –
horarios, calendarios, recursos– hasta el sentido de la escuela en tanto espacio
de generación de saberes colectivos). (Gutiérrez, 2005, p. 81)
32
Marco contextual
Una de las más interesantes experiencias educativas promovidas en Chiapas desde las
mismas comunidades indígenas y que, después años de negociaciones con las instancias
educativas, ha logrado tener el reconocimiento de validez oficial de sus estudios, ha sido la
del programa Educador Comunitario Indígena para el Desarrollo Autónomo (ECIDEA)
(Comboni, 2004), cuyos orígenes se remontan al Congreso Indígena de 1974, celebrado en
San Cristóbal de Las Casas, bajo los auspicios de la Diócesis presidida por don Samuel
Ruiz García. En 1998, a raíz de divisiones internas entre filo-zapatistas e independientes,
una de las organizaciones indígenas creadas durante este congreso, la “Kiptik ta lekubtesel”
(Fuerza para progresar), se re-estructuró en la Asociación Rural de Interés Colectivo, Unión
de Uniones Ejidales y Sociedades Campesinas de Producción Rural, llamada ARIC Unión
de Uniones Histórica, en cuyo seno se crea el colectivo de educadores indígenas tseltales
“Lumaltik nopteswanej AC” (Nuestro pueblo educador).
A raíz de la labor política y educativa de este colectivo, apoyado por la ONG Enlace,
Comunicación y Capacitación con sede en Ocosingo, la asamblea de delegados de la ARIC
“[...] acuerda la salida de los instructores de CONAFE y de los maestros bilingües de la
SECH y el nombramiento de educadores comunitarios” (Gutiérrez, 2005, p. 84),
involucrando a 17 comunidades tseltales ubicadas en las Cañadas de la Selva Lacandona,
en los municipios de Ocosingo y la zona centro oriental del municipio de Chilón y Sitalá.
33
Marco contextual
retribución económica que les permite mantener una importante continuidad en sus labores
pedagógicas. Desde su conformación, el programa ECIDEA:
No es de menor relevancia señalar que los educadores comunitarios de ECIDEA, uno de los
cuales ya había colaborado con la UNEM en el proyecto Tarjetas de Autoaprendizaje
(Bertely coord., 2004), participaron junto con la UNEM en el proyecto Talleres de
formación para el uso, diseño y producción de tarjetas de autoaprendizaje. Diagnóstico y
sistematización de modelos curriculares alternativos de educación primaria intercultural y
bilingüe en el estado de Chiapas, México, coordinado por María Bertely del CIESAS y
auspiciado por la Fundación Ford en coordinación con la Organización de Estados
Iberoamericanos (OEI). Fue justamente en el marco de este proyecto que se elaboró el
Modelo curricular de educación intercultural bilingüe UNEM (AAVV, 2009), cuyo
proceso de co-teorización se analiza en esta tesis.
Como hemos visto en las páginas anteriores, es menester destacar que, a pesar de
sustentarse en el trabajo educativo de jóvenes procedentes de la misma comunidad o región
–lo que también sucede en el caso de CONAFE y PECI– y de enfatizar en el control
comunitario de la educación y en el rescate y valoración de las lenguas y culturas
originarias, las tres experiencias educativas que hemos brevemente relatado tienen
diferencias importantes. La principal de ellas es probablemente el reconocimiento oficial de
los estudios en ellas ofertados que, en el caso de las escuelas autónomas zapatistas
pareciera representar, en el mediano y largo plazo, uno de los elementos de debilidad del
sistema educativo autónomo, ya que, a pesar de haber cursado en nivel primaria y, en
19
Para un análisis de estas experiencias remitimos a los trabajos de Berlanga y Márquez (1996) y de Méndez
(2000).
34
Marco contextual
ocasiones, el de secundaria, sus egresados no pueden hacer valer sus estudios afuera de su
comunidad y del mismo zapatismo.
Así como en muchas comunidades indígena de Chiapas y de todo México, la escuela llegó
a La Pimienta poco después de la conformación del ejido en el año de 1958 y fue parte de
las reivindicaciones que los campesinos tsotsiles hicieron hacia el Gobierno mexicano en su
lucha por independizarse de la finca y del patrón kaxlan21.
La primera escuela primaria monolingüe, a cargo de estado, se fundó hacia finales de los
sesenta del siglo XX. Ya desde entonces los habitantes de la comunidad mostraron tener
interés en la calidad de la educación que recibían sus hijos, criticando el ausentismo y el
alcoholismo de los maestros que llegaban a impartir clase. En dos ocasiones los comuneros
tomaron la decisión de cerrar la escuela y de sacar a los profesores en signo de protesta. Sus
luchas culminaron en el año de 1989 cuando, después de volver a correr a los maestros
bilingües, la comunidad logró que las autoridades educativas del estado cerraran la escuela
bilingüe, sustituyéndola por una escuela federal, cuyos maestros, en el imaginario de los
padres de familia de la comunidad, tenían una mejor preparación.
20
Gran parte de las informaciones sobre las que se basa este apartado son retomadas del trabajo de Marstom
(1997) y de la tesis de maestría de Gutiérrez (2005). El lector interesado en un recuento minucioso y atento de
la historia educativa de la comunidad de La Pimienta y en un análisis sustentado en un cuidadoso trabajo de
campo y una excelente etnografía educativa, podrá revisar los capítulos de sus trabajos. Nosotros, en lo que
sigue, nos limitaremos a resumir los aspectos que consideramos relevantes para los fines de esta tesis.
21
Sobre la historia agraria de La Pimienta remito al capítulo 1.7 intitulado “Los colaboradores indígenas en
sus territorios” y, en particular, el capítulo 1.7.3 “Edmundo y la lucha por una nueva educación”.
22
Gutiérrez (2005) explica que, después del levantamiento armado de 1994 y no obstante las divisiones
preexistentes entre católicos y protestantes, toda la comunidad se integró como base de apoyo zapatista. Pocos
años después (mediados de 1996), sin embargo, la guerra de baja intensidad y las políticas contrainsurgentes
implementadas por el Gobierno Federal, que empezaron a dividir a las comunidades zapatistas de los Altos,
Selva y región Norte utilizando para tales fines los programas compensatorios como Progresa, Procampo, etc.,
La Pimienta volvió a dividirse entre, por un lado, los católicos filo-zapatistas que permanecían en resistencia
y, por el otro, los protestantes, identificados políticamente con el Partido del Trabajo (PT), quienes accedieron
a recibir el dinero y los apoyos otorgados por las dependencias federales y estatales.
35
Marco contextual
clase en escuelas de la región de los Altos participaron del fermento político que despertó el
zapatismo y, aprovechando los espacios de diálogo e intercambio de ideas que los talleres
de capacitación de PECI les ofrecían, entraron en contacto con otros educadores
comunitarios zapatistas o que simplemente simpatizaban con sus ideas y que querían
reformar la educación que se impartía en las escuelas bilingües de las regiones indígenas de
Chiapas. Como veremos en el siguiente capítulo, fueron los cursos de PECI uno de los
ámbitos donde se gestó el proyecto de la nueva educación y la creación de la UNEM. Pero
dejemos esto para después y ahora regresemos a analizar la experiencia de autonomía
educativa vivida en La Pimienta a partir de 1994.
Fue así que, en agosto de 1996, poco después de la firma de los Acuerdos, empezaron las
clases en la Escuela Primaria Técnica Rural Indígena (EPTRI), atendiendo a 150 niños
―repartidos según los seis grados de educación primaria― con jóvenes educadores
elegidos por la comunidad23. El apoyo académico brindado por parte de DANA AC
23
A la escuela autónoma sólo acudieron los hijos de las familias zapatistas y católicas, mientras que las
protestantes, acuerpadas por el Partido del Trabajo (PT), continuaron asistiendo a la Escuela Primaria
Bilingüe Francisco Villa, perteneciente al sistema federal.
36
Marco contextual
(fundada por Ron Nigh del CIESAS-sureste), así como de otros académicos relacionados
con este centro de investigaciones, fue muy importante en esta primera etapa de la nueva
escuela; sin embargo, fue la participación de los padres de familia de la comunidad el factor
clave para el buen funcionamiento de la EPTRI: “Los docentes, jóvenes elegidos por la
comunidad con estudios de secundaria, trabajaban de forma voluntaria y la comunidad los
apoyaba con maíz, frijol, café, etc., y con trabajo solidario en sus parcelas para su
sostenimiento” (Gutiérrez, 2005, p. 110).
Retomando una vez más a Gutiérrez (2005), vemos que la escuela autónoma de La
Pimienta se basó en una perspectiva comunitario-agrícola en la que se buscaba relacionar la
educación escolar con la comunitaria y: “1) combinar la teoría y la práctica; 2) rescate de la
cultura indígena; 3) conservar y valorar los recursos naturales; 4) elaboración de libros”
(Gutiérrez, 2005, p. 110).
Marstom (1997), una académica relacionada con el CIESAS que apoyó la EPTRI en sus
inicios, nos explica las directrices que sustentaban la nueva educación implementada en la
escuela:
37
Marco contextual
Pronto la presión social por oficializar los estudios de nivel primario que se realizaban en la
EPTRI se hizo sentir. La escuela federal de la comunidad ya había empezado a recibir
apoyos por parte del Gobierno (libros gratuitos, desayunos escolares, becas,
financiamientos para mejorar la infraestructura), lo que representaba un potente atractivo
para aquellas familias que sufrían escasez de recursos y no podían enfrentarse a los costos
generados por el estudio de sus muchos hijos. En esa coyuntura, los educadores
comunitarios y los padres de familia que sostenían la escuela autónoma tomaron la decisión
de acercarse al PECI para contar por lo menos con el reconocimiento oficial, lo que
también implicó que los educadores comunitarios de la EPTRI recibieran las becas que el
programa pagaba a los jóvenes que se desempeñaban como maestros sin tener que seguir
necesitando el apoyo solidario de las familias de los estudiantes. De esa forma se logró que
la escuela comunitaria siguiera operando y, en las intenciones de los educadores
comunitarios que seguían defendiendo el proyecto inicial, se continuaran sembrando las
semillas de la nueva educación en la comunidad.
No obstante estas buenas intenciones, Gutiérrez (2005) nos explica cómo, con el
reconocimiento oficial:
38
Marco contextual
Estas tensiones son las que, hasta la fecha, siguen viviendo en la actualidad los educadores
comunitarios de la UNEM que laboran en la escuela de La Pimienta y que, como veremos
en los siguientes capítulos, a partir de sus experiencias de vida como comuneros y
campesinos y de sus buenas prácticas educativas, contribuyeron de manera determinante al
proceso de co-teorización del Modelo curricular de educación intercultural bilingüe
UNEM (AAVV, 2009).
39
Marco contextual
Gabriela Vargas, en ese entonces) y los educadores comunitarios tseltales y ch’oles (aún no
se integraban los educadores tsotsiles de La Pimienta es ese tiempo) que, unos meses
después, formarían la UNEM. Fueron dos de los líderes de la futura asociación civil
quienes, hacia finales de 1994, invitaron a los académicos de CIESAS a una reunión en una
comunidad tseltal de la Selva cerca de Palenque, para asesorarlos en una plática que iban a
tener con funcionarios de la Secretaría de Educación del Estado. Sin embargo, al llegar a la
comunidad, se dieron cuenta que no había algún representante de ninguna institución
educativa oficial y que los aproximadamente cincuenta jóvenes tseltales y ch’oles que los
esperaban sentados a la sombra de una ceiba querían hablar directamente con ellos para
pedirles su asesoría académica y formarse en el proceso de construcción de una nueva
educación para sus comunidades.
Los educadores, todos entre quince y veinte años de edad (Roelofsen, 1999), con excepción
de dos de ellos, procedían de comunidades indígenas de la Selva y Región Norte y eran
principalmente integrantes del grupo lingüístico tseltal y ch’ol. La mayor parte eran jóvenes
con estudios de secundaria terminada que habían sido nombrados por las asambleas de sus
comunidades ―casi todas, en ese entonces, pertenecientes a bases de apoyo zapatistas―
para integrarse como Educadores Comunitarios Indígenas del PECI24.
Fue así como empezó la relación de colaboración entre el CIESAS y este grupo de
educadores comunitarios tseltales y ch’oles. A éstos se añadiría poco después (inicios de
1995) un grupo de doce educadores tsotsiles, procedente de la comunidad de La Pimienta,
la mayor parte de los cuales laboraba en la EPTRI, quienes fueron invitados a participar por
parte de uno de los asesores del CIESAS que, por medio de DANA AC, los había estado
capacitando en cuestiones de agricultura orgánica y en la conformación de una huerta
escolar. Gracias a la asesoría de Ron Nigh y Gabriela Vargas del CIESAS-Sureste y a las
gestiones de quien será su presidente vitalicio (Jorge Guzmán), unos meses después se
constituyó formalmente la Unión de Maestros de la Nueva Educación para México
(UNEM). La UNEM se fundó en 1995 y fue registrada legalmente como AC (Asociación
Civil) en 1997. Entre sus objetivos quedaron establecidos los siguientes:
24
En ese tiempo aun no se había generado la ruptura del diálogo entre Gobierno Federal y EZLN y éste
último no había tomado la decisión de generar un sistema autónomo de educación. Es por eso que gran parte
de los educadores comunitarios nombrados en comunidades bases de apoyo zapatista habían entrado a
participar en el PECI.
40
Marco contextual
The teachers come from different educational backgrounds. Some of them are
still finishing their junior high school [secundaria]. [...] Others are
simultaneously studying another high school program in their locality. Most of
the teachers have taken part in several summer courses, but they have never
finished a high school program. [...] Some of the teachers have a large teaching
experience, whereas others have only started teaching this year.
(Roelofsen,1999, p. 38)25.
La autora nos explica que: “The UNEM teachers come from various political and
ethnical backgrounds and find a united focal point in the shaping of an education
alternative” (Roelofsen, 1999, p. 23)26.
Como bien se señala en la cita de arriba, lo que unía a los educadores tseltales, tsotsiles y
ch’oles de la recién conformada UNEM era el firme propósito de:
Implementar una profunda reforma del proceso educativo básico hacia una
educación intercultural bilingüe comunitaria bajo el control de las comunidades
indígenas de Chiapas, que combine el estudio con el trabajo, vincule la teoría
con la práctica, la escuela con la vida y la enseñanza con la producción.
(UNEM, 2000)
25
“Los educadores tienen diferentes antecedentes educativos. Algunos están aun terminando la secundaria.
[...] Otros están estudiando al mismo tiempo otro programa educativo de nivel medio superior en su localidad.
La mayoría de los educadores había participado en diferentes cursos de verano pero no había terminado sus
estudios de nivel medio superior. [...] Algunos de los educadores ya cuentan con una amplia experiencia como
maestros, mientras que otros han empezado a dar clase ese mismo año” (Traducción de Sartorello del texto
original).
26
“Los educadores de la UNEM proceden de diferentes antecedentes políticos y étnicos y encuentran un
punto de unión en la construcción de una educación alternativa” (Traducción de Sartorello del texto original).
41
Marco contextual
Para lograr estos objetivos, los líderes de la organización, entre los cuales, desde el
comienzo Jorge –por su edad y mayor experiencia– jugó un papel preponderante,
empezaron a dirigir oficios a las autoridades educativas estatales solicitando una
“reformulación fundamental de la educación desde sus mismos contenidos” (UNEM,
2000). Como destaca Roelofsen: “The UNEM members want to reform education but they
also want to keep in touch with the official Mexican education” (Roelofsen, 1999, p. 23)27.
Como veremos, la búsqueda del reconocimiento oficial por parte del Gobierno mexicano de
los proyectos educativos desarrollados a lo largo de su trayectoria será una constante en la
historia de la UNEM y, en particular, de su presidente, quien suele hacer énfasis en la
necesidad de educar desde abajo al Gobierno y de enseñar a sus instituciones educativas
cómo se hace la “verdadera” educación intercultural de los pueblos indígenas. Al respecto,
vale la pena recordar que la necesidad de contar con el reconocimiento oficial había sido el
factor determinante para que los habitantes de La Pimienta renunciaran a su escuela
autónoma y se adscribieran al PECI para que sus hijos contaran con un certificado oficial.
Sin embargo, es necesario señalar que no todos los educadores comunitarios que han
participado en los proyectos educativos de la UNEM, varios de los cuales se identifican con
los ideales zapatistas, comparten esta postura de negociación con el Gobierno mexicano y
sus instituciones educativas y, como veremos al hablar de las Tarjetas de Autoaprendizaje
(Bertely coord., 2004) y del Modelo curricular de educación intercultural bilingüe UNEM
(AAVV, 2009), no estuvieron de acuerdo en presentar sus materiales educativos con las
instituciones educativas oficiales, y sí en mostrárselos a las comunidades base de apoyo
zapatistas.
27
“Los miembros de la UNEM quieren reformar la educación pero también quieren mantenerse en contacto
con el sistema educativo oficial mexicano” (Traducción de Sartorello del texto original).
42
Marco contextual
de sus comunidades de seguir sembrando las semillas de una nueva educación, pudiera
también darles un título que respaldara su trabajo y, por qué no, les permitiera ganar un
salario.
Fue así que, gracias al financiamiento otorgado por parte de las ONGs Terranova y Acción
Solidaria Cataluña y del Instituto Nacional Indigenista (INI), y bajo la coordinación
académica de Ron Nigh y Gabriela Vargas del CIESAS-Sureste y con la participación de
“académicos de CIESAS, Casa de la Ciencia, la Comisión Nacional de Derechos Humanos
(CNDH), DANA AC, la Organización de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas
(OMIECH), la Fundación León XIII, la Escuela Popular de Artes, la Fundación Rigoberta
Menchú Tum, el Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), además de un sinnúmero de
especialistas en educación intercultural bilingüe” (AAVV, 2009, p. 37), se iniciaron los
cursos del Bachillerato Pedagógico Comunitario para la Formación de Docentes de
Educación Primaria Bilingüe Intercultural28, en modalidad semi-abierta, en las instalaciones
del CIESAS de San Cristóbal de Las Casas. Al referirse a las motivaciones por las cuales
estos jóvenes se decidieron a participar en el Bachillerato del CIESAS, Roelofsen (1999)
señala:
Most members already have a family member in the organization [...] Most of
the members were already teaching or planning to teach but, as is common for
teachers in the indigenous communities in Chiapas, they still needed to get their
high school diploma. They need to get a title. [...] The UNEM course ultimately
will have to provide the teachers with a bachillerato diploma [...]. The UNEM
teachers have become members because of financial reasons also. They can [...]
apply for a small study grant in the Secretary of Education. [...] In the UNEM
the teachers have always been hoping for a grant from private donors. [...] The
teachers tend to stress the importance of commitment to their organization;
even if there is no money you have to come. They have their responsibilities
towards the children and the other community members because they are being
supported by them. (Roelofsen, 1999, pp. 40-41)29
El Bachillerato del CIESAS se desarrolló entre 1997 y 2000 trabajando, por lo regular, en
sesiones de cinco días por mes. A pesar de las gestiones e intentos por recaudar dinero y
becar a los estudiantes, nunca se logró asegurar una beca para los educadores comunitarios
que participaron en los cursos, hecho que, en los recuerdos de nuestros colaboradores, suele
28
Por razones de brevedad, de aquí en adelante nos referiremos a este programa formativo con el nombre de
Bachillerato del CIESAS que, de hecho, es la forma en la que los educadores comunitarios suelen referirse a
él.
29
“La mayoría de los integrantes ya contaba con un miembro de su familia en la organización. [...] La mayor
parte ya estaba trabajando como maestro o planeaba hacerlo, pero, como es común para los maestros de las
escuelas indígenas de Chiapas, todavía necesitaba conseguir su diploma de nivel medio superior. Necesitaban
un título. [...] Finalmente el curso de la UNEM iba a proveerles de un diploma de bachillerato [...]. Los
educadores de la UNEM también se habían adherido a la organización por cuestiones económicas. Así podían
solicitar una pequeña beca de estudios en la Secretaría de Educación. [...] En la UNEM los educadores
también esperaban conseguir un apoyo económico de parte de donantes particulares. [...] Los educadores
enfatizaban la importancia del compromiso con la organización; aun sin dinero hay que llegar. Tenían el
compromiso con los niños y demás habitantes de las comunidades que los sostenían” (Traducción de
Sartorello del texto original).
43
Marco contextual
Aunque Roelofsen (1999) hace referencia a un mapa curricular y a un plan de estudios del
bachillerato que había sido diseñado por los asesores de CIESAS en colaboración con los
líderes de la organización, no parece que éste haya sido ejecutado al pie de la letra; más
bien, aprovechando la presencia en las instituciones académicas, educativas y en ONGs de
San Cristóbal de académicos, especialistas y formadores de todo México y de varios países
del mundo, atraídos a Chiapas por el fermento sociocultural y político que se había
producido en los años posteriores al levantamiento armado zapatista, los educadores
comunitarios y los asesores de CIESAS invitaron a participar a los cursos del Bachillerato a
una variedad importante de profesionistas.
Roelofsen (1999), quien también participó como facilitadora de una materia, recuerda que
durante su estancia: “Ethnography, organic agriculture, Human Rights and Capoeira are
among the most important subjects the teachers have been learning about in their high
school course” (Roelofsen, 1999, p. 29)30.
[...] In the period that I attended the classes, from May to December 1998 the
teaching program was a follows: Pedagogy workshop: [...] the human rights
teacher taught 2 session per week, and held many discussions about the content
of the actual education and how the students want to improve the education.
Investigation and action workshop: Ron was the teacher of organic agriculture.
[...] Different teachers from the House of Science have been teaching
mathematics and analytical thinking. Educational ethnography workshop: Gaby
taught social anthropology and ethnography, and involved the students in the
investigation of their communities. Physical education workshop. (Roleofsen,
1999, p. 36)31
30
“Etnografía, Agricultura Orgánica, Derechos Humanos y Capoeira figuran entre los temas más importantes
que los educadores han estado aprendiendo en sus cursos del bachillerato” (Traducción de Sartorello del texto
original).
31
“Durante el periodo en el que estuve atendiendo las clases, de Mayo a Diciembre de 1998, el programa de
enseñanza era el siguiente: Taller de Pedagogía [...], el maestro de Derechos Humanos impartía dos clases por
semana, y facilitaba grupos de debate acerca del estado actual de la educación y sobre cómo los educadores
querían mejorarla. Taller de Investigación-Acción: Ron era el docente de Agricultura Orgánica. Diferentes
maestros de la Casa de la Ciencia enseñaban Matemáticas y Pensamiento Analítico. Taller de Etnografía
Educativa: Gaby enseñaba Antropología Social y Etnografía, involucrando a los estudiantes en la
investigación de sus comunidades. Taller de Educación Física” (Traducción de Sartorello del texto original).
44
Marco contextual
Con respecto a la oferta formativa y de los contenidos de las materias del Bachillerato,
Roelofsen (1999) señala que:
In the proposals it was said that the teachers and the professor had to come to an
agreement about the plan together. During the meetings that I witnessed
however, the UNEM members hardly ever questions the kind of classes that
they received in their courses, and I often got the impression that they were
being passive instead of active co-thinkers of the new high school program. [...]
In their search for volunteers to teach them, the UNEM members had little to
say in the subject they were going to get taught. The trainers simply teach them
what they are good at. (Roelofsen, 1999, p. 37)32
Una vez concluido el Bachillerato del CIESAS, los educadores de UNEM empezaron a
solicitar que sus estudios fueran reconocidos por parte de la Secretaría de Educación
32
“En la propuesta se mencionaba que los educadores comunitarios y los docentes tenían que definir de
manera conjunta el mapa curricular. Sin embargo, durante las reuniones en las que participé, los educadores
de UNEM nunca cuestionaban el tipo de clases que estaban recibiendo, y tuve la impresión de que fueran
receptores pasivos y no participantes activos en la definición del nuevo programa de estudios de nivel medio
superior. [...] En su búsqueda de voluntarios para que los formaran, los educadores de UNEM tenían poco que
opinar con respecto de las materias que les enseñarían. El instructor simplemente les enseñaría lo que él sabía
hacer” (Traducción de Sartorello del texto original).
45
Marco contextual
Pública, lo que los llevó a realizar desgastantes trámites administrativos en las oficinas de
la Secretaría de Educación tanto de Chiapas como federal. Sin embargo, aunque contaron
con el apoyo de los asesores del CIESAS (entre los cuales, hacia finales de 1999 se sumaría
la que, desde entonces, ha sido asesora y acompañante principal, María Bertely), el
reconocimiento no se logró nunca. No cabe duda que el propio CIESAS y, en particular, los
dos asesores que coordinaron el Bachillerato, tuvieron una gran responsabilidad en ese
sentido, ya que, como en más de una ocasión me comentaron mis colaboradores de la
UNEM, desde un comienzo se les había dicho a los participantes que sus estudios iban a ser
validados por la Secretaría de Educación.
Ahora bien, luego de recuperar la experiencia del Bachillerato del CIESAS, es necesario
abrir un paréntesis para analizar lo que pasó al interior de la UNEM durante estos primeros
tres años de vida, enfocándonos, en particular, en la fuerte disminución del número de
educadores que estuvieron participando en ella. Hemos visto que al principio, o sea en
1995, los educadores comunitarios indígenas que integraban o que participaban con la
33
“Los educadores quieren combinar la teoría con la práctica en su propuesta educativa. En una práctica de
enseñanza ideal de la UNEM, los usos y costumbres de las comunidades son analizados e incorporados en la
educación áulica, como una manera de acercar la educación a la gente. [...] La investigación es uno de los
métodos de la UNEM: los niños salen a campo, entrevistan a las personas y redactan sus experiencias. [...]
Los educadores consideran que la nueva educación se centra en dos objetivos: la preservación de las culturas
indígenas y el desarrollo de las habilidades que serían relevantes en la vida comunitaria cotidiana”
(Traducción de Sartorello del texto original).
34
“Tenemos que elaborar un nuevo método bien fundamentado. [...] Es un reto hacerlo bien, desarrollar un
buen currículum, y estamos buscando formarnos bien para hacerlo” (Traducción de Sartorello del texto
original).
46
Marco contextual
UNEM eran alrededor de cien. Sin embargo, este número declinó rápidamente a lo largo de
los primeros dos años de vida de la organización. Veamos qué nos dice al respecto
Roelofsen (1999): “At its initiation in 1995, the UNEM comprised about 100 indigenous
teachers form over 50 rural communities” (Roelofsen, 1999, p. 23)35.
The idea [se refiere al Bachillerato del CIESAS] attracted some 100 indigenous
teachers that promise to join in but only 40 persevered after de first meeting.
[...] In 1996, the organization had about 40 teachers that attended the meetings;
in 1998 this number had declined to an average of about 12 people. (Roelofsen,
1999, p. 33)36
¿Cuáles fueron los factores que incidieron en la disminución del número de educadores
comunitarios indígenas que participaban con la UNEM entre 1995 y 1998? Al respecto
Roelofsen (1999) señala: “The main problem I encountered in the UNEM was that the
teachers never had any money to come to the courses” (Roleofsen, 1999, p. 78)37.
Ahora bien, no cabe duda de que, para jóvenes campesinos que trabajaban de manera
gratuita (en el caso de los que laboraban en escuela zapatistas) o que únicamente recibían
una pequeña beca (en el caso de los que trabajaban en una escuela de PECI), la ausencia de
recursos económicos para viajar y hospedarse en San Cristóbal de Las Casas ―para asistir
a los cursos del Bachillerato del CIESAS que se llevaban a cabo una semana por mes―
haya representado una de las principales causas para desertar.
Asimismo, es menester recordar que algunos de los jóvenes que habían entrado al
Bachillerato en búsqueda de un título que amparara su trabajo como educadores
comunitarios fueron atraídos por otros programas de formación magisterial que se
realizaron en Chiapas en estos años y que, contrariamente a éste, sí lograron contar con el
reconocimiento oficial. Entre ellos se encuentra el de Guaquitepec por ejemplo y, en el caso
de aquellos educadores que ya contaban con estudios de nivel medio superior, la
Licenciatura en Educación Primaria y Preescolar para el Medio Indígena (LEPEPMI) de la
Universidad Pedagógica Nacional (UPN), que a partir de 1994 se ofertó en las subsedes de
San Cristóbal de Las Casas, Palenque y Jitotol, además de impartirse en la sede central de
Tuxtla, programa con el que los educadores encontraban la anhelada posibilidad de ganarse
una plaza en el magisterio bilingüe.
Entre los factores que causaron la deserción de las mujeres que habían empezado el
Bachillerato –pocas pero con una presencia simbólica importante en un comienzo–,
encontramos las dificultades relacionadas con la menor movilidad que las mujeres
indígenas suelen tener con respecto de los hombres y, a la par, el hecho de que, así como
35
“A sus inicios en 1995, la UNEM integraba a alrededor de 100 educadores indígenas procedentes de unas
50 comunidades” (Traducción de Sartorello del texto original).
36
“La idea del bachillerato atrajo a unos 100 educadores indígenas, quienes se comprometieron a entrarle,
pero únicamente 40 continuaron después de la segunda reunión. [...] En 1996 la organización contaba con 40
educadores que participaban en las reuniones; en 1998 ese número se había caído a 12 personas” (Traducción
de Sartorello del texto original).
37
“El principal problema que yo encontré en la UNEM fue que los educadores nunca contaban con recursos
económicos para llegar a los cursos” (Traducción de Sartorello del texto original).
47
Marco contextual
sucede en las escuelas oficiales de nivel medio superior, varias de ellas tuvieron que dejar
de estudiar o de prestar su servicio como educadoras comunitarias porque se casaron o
porque se embarazaron y tuvieron a sus bebes, lo que generalmente representa el fin de la
etapa en que la mujer indígena tiene derecho a estudiar y el momento en el que tiene que
asumir el rol de madre y esposa, dedicándose principalmente a las labores del hogar.
Con respecto a los educadores comunitarios que dejaron de participar con la UNEM, otro
factor que probablemente repercutió de forma negativa en la participación de aquellos
colaboradores indígenas más cercanos al zapatismo fue sin lugar a dudas la negociación de
los líderes de la UNEM con el Gobierno y las instituciones educativas oficiales. Si bien en
un comienzo esta situación no representaba un problema insuperable, ya que todavía el
dialogo entre EZLN y Gobierno Federal seguía en pie, después del incumplimiento de los
Acuerdos de San Andrés y de la decisión del EZLN de construir su propia autonomía,
varios de los educadores más cercanos al zapatismo tomaron la decisión de dejar de
participar con la UNEM.
Además de las sobre-citadas causas de deserción, las pláticas informales que he realizado
con mis colaboradores indígenas a lo largo de estos años me han convencido de que
también hubo otras motivaciones para abandonar la UNEM, algunas de las cuales vale la
pena destacar desde ahora, ya que serán importantes para las reflexiones que realizaré más
adelante con respecto de la escisión simbólica que ocurrió hacia finales del proceso de
diseño curricular, en la que un grupo de educadores que habían participado en el proceso se
identificó como Educadores Independientes (EI), marcando, de esta manera, su estatus
distinto a los educadores que integraban en ese momento la UNEM.
En efecto, a pesar de considerarse y, por lo menos a nivel discursivo, ser considerados parte
de la UNEM por los demás integrantes y por los asesores kaxlanes, varios de los
educadores comunitarios que participaron en el Bachillerato del CIESAS y en los demás
proyectos educativos que analizaremos en las páginas siguientes, nunca fueron
formalmente registrados como parte de la AC, ya que Jorge, su presidente vitalicio, no
accedía a darlos de alta. Como también señaló en una reunión realizada durante el proceso
de diseño curricular que nos ocupa, Jorge decía que varios de ellos formaban parte o habían
estado trabajando como promotores de “Semillita del Sol” o de otros proyectos educativos
zapatistas, por lo que eran considerados simples invitados de UNEM, sin derecho a
integrarse formalmente en ella. Otros educadores que participaron en el Bachillerato y en
otros proyectos educativos y que, aunque en un principio simpatizaban con el movimiento
zapatista, nunca formaron parte del sistema educativo autónomo, tampoco fueron
integrados en la AC, quedando en un estatus de invitados. En todos estos casos, la negativa
del presidente de UNEM siempre fue tajante, lo que sin lugar a dudas no ha sido un factor
que incentivara la permanencia de aquellos educadores que no pudieron registrase como
parte de la organización y que, por lo mismo, no gozaban de los mismos derechos a la hora
de la toma de decisiones. Veamos qué comenta Roelofsen (1999) al respecto:
Ramon is not a professor but has been the president of the UNEM since its
foundation. He finished his undergraduate education at the Pedagogic
University. He is a Ch’ol man in his late thirties who speak ch’ol and tseltal, as
well as Spanish. [...] He has been a troublemaker with the female members of
48
Marco contextual
the UNEM. As the president of the UNEM, Ramon represents the organization
in various places and locations. [...] He is not the UNEM on his own but he can
be seen as the UNEM because he represents the teachers. [...] Usually however,
he does not involve the teachers in official meetings. (Roelofsen, 1999, p. 46-
47)38
One of the discussion points in the organization has been the role of the
president. Since the beginning of the UNEM foundation, UNEM president
Ramon has been the only one that has seen all the trainers and teachers outside
the classroom on a more or less regular basis. Ramón according to some
teachers should give up some of his power by teaching other how to contact
official institutes and do everything else a president does. (Roelofsen, 1999, p.
79)39
Es así que, a lo largo de los primeros cinco años de vida, la UNEM pasó de ser un
movimiento educativo numéricamente importante a ser una pequeña asociación civil con la
participación de una veintena de educadores comunitarios tsotsiles, tseltales y ch’oles de
los Altos, Selva y Región Norte de Chiapas. No es de menor relevancia señalar que, con la
excepción de los educadores de La Pimienta, quienes seguían trabajando en la escuela
primaria de la comunidad, y de tres educadores ch’oles que participaban en las escuelas
autónomas de su región, los demás ya no estaban frente a grupo sino que, por diferentes
razones, habían dejado de trabajar como educadores comunitarios y ahora se dedicaban a
las labores agrícolas en sus propias comunidades. Lo anterior, sin embargo, no debe de
hacernos pensar que ya no siguieran participando activamente en los asuntos educativos de
las escuelas de sus comunidades o que su interés en la construcción de una nueva educación
se hubiese mermado, ya que su conocimiento del campo educativo, su experiencia como
educadores y la formación recibida en el Bachillerato del CIESAS los convertía ante los
ojos de los habitantes de sus comunidades en expertos en educación.
49
Marco contextual
Entre 2001 y 2004, con recursos donados por Miguel León Portilla, y con la coordinación
del CIESAS, la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y la Coordinación General
de Educación Intercultural y Bilingüe (CGEIB) de la Secretaría de Educación Pública
(SEP), en las personas de María Bertely Busquets, Patricia Pernas Guarneros y Sylvia
Schmelkes del Valle, respectivamente, la UNEM protagonizó el proyecto “Tarjetas de
Autoaprendizaje Interculturales Bilingües” (Bertely coord., 2004), con la participación de
un grupo de educadores tsotsiles del colectivo Las Abejas40.
El proyecto inauguró una nueva etapa en la trayectoria de los educadores de UNEM que, en
los hechos, será una de las más fructíferas en la historia de la organización. Se propuso
formar a los educadores en la elaboración de materiales didácticos interculturales y
bilingües ―las Tarjetas― inspirándose en la propuesta de UNICEF Ocasiones para
aprender, desarrollada en el marco del Programa de Formación de Maestros Bilingües de la
Amazonía Peruana (FORMABIAP) de Iquitos (Perú) en 1997. Para tales fines, se contó con
la asesoría directa de los creadores de la propuesta, Jorge Gasché, Carmen Gallegos y
Jessica Martínez y el acompañamiento cercano de María Bertely y Raúl Gutiérrez, quien en
ese entonces estaba realizando su ya mencionada tesis de maestría (Gutiérrez, 2005).
Las Tarjetas son un complemento pedagógico para grupos multigrado en escuelas primarias
indígenas elaboradas en 4 lenguas (tseltal, tsotsil, ch’ol y español). Según los principios del
Método Inductivo Intercultural (MII) que se analizarán en el capítulo 5 de esta tesis, las
Tarjetas recuperan actividades sociales, productivas, rituales y recreativas que se practican
en las comunidades indígenas de acuerdo con el calendario socionatural de cada pueblo
para desarrollar actividades pedagógicas en las que se explicitan los conocimientos
escolares indígenas implícitos en las actividades comunitarias. Por medio de este material,
los niños y las niñas indígenas trabajan de manera individual y/o colectiva y construyen
conocimientos escolares indígenas rescatando los saberes implícitos en las actividades que
se realizan en su comunidad y de acuerdo con su respectiva cultura. De esa manera la
comunidad está presente en la escuela por medio de las actividades sociales que realizan los
habitantes de las comunidades, mismas que vienen utilizadas como recursos pedagógicos.
Como se verá en la parte de esta tesis dedicada al Método Inductivo Intercultural (MII)
(capítulo 5), las Tarjetas representan el antecedente más directo del modelo curricular cuyo
proceso de construcción se analiza en esta tesis. Fue gracias al proceso de elaboración de
las Tarjetas que los educadores comunitarios de la UNEM conocieron y empezaron a
apropiarse críticamente de esta metodología para la investigación y sistematización del
40
También se invitó a un educador de ECIDEA a participar en el proyecto.
50
Marco contextual
Aunque los sujetos centrales del proyecto son los educadores indígenas, el
papel jugado por las asesoras en la toma de decisiones es fundamental, dado
que son las poseedoras del conocimiento académico y la capacidad para
negociar con organismos financiadores y conseguir los recursos económicos
necesarios para dar continuidad al proyecto, por lo que, generalmente, sus
opiniones prevalecen al momento de la toma de decisiones, incluso sin la
aprobación de los mismos educadores. Es patente una actitud paternalista y
clientelar adoptada entre ambas partes, en la que se permite y se promueve la
participación de los educadores indígenas en los marcos ―políticos,
económicos y académicos― previamente establecidos y en su nombre se toman
las ‘mejores decisiones’ (en cuanto a proyectos, tiempos, recursos,
participantes), acordes con los lineamientos de las instituciones financiadoras.
El grupo de educadores acepta esta posición subalterna y hace uso del espacio
para conseguir recursos (económicos, políticos y simbólicos) que les permitan,
por lo pronto, evitar la desaparición de la organización en tanto se presenta un
momento más propicio para reavivar sus demandas. Así, por ejemplo, se tomó
la decisión de que las cartillas de autoaprendizaje fueran presentadas en un acto
51
Marco contextual
La crítica desarrollada en ese entonces por quien hoy en día trabaja en el CIESAS-Sureste
y, junto a quien escribe, es uno de los más cercanos y comprometidos colaboradores de
María Bertely en los proyectos en los que participan los educadores comunitarios de la
UNEM (como el proceso de diseño curricular que se analiza en esta tesis), está
seguramente fundamentada en sus observaciones participantes realizadas durante el
proyecto Tarjetas de Autoaprendizaje y, por lo mismo, merece ser tomada muy en serio.
Sin embargo, a pesar de su importancia, me parece relevante y éticamente responsable,
contrastar estas reflexiones, que Raúl hizo al comienzo de su colaboración con la UNEM,
con las que pudimos compartir durante el proceso de diseño curricular. Efectivamente,
considero que, a raíz de su participación en el proceso de diseño curricular y, antes, en el
proyecto que llevó a la elaboración del Cuadernillo “Los hombres y las mujeres de maíz”
(Bertely coord., 2007), su percepción de las relaciones entre asesores kaxlanes y
educadores comunitarios se ha venido modificando. No cabe duda que, como bien señala
en la cita de arriba, a menudo las iniciativas de los asesores kaxlanes para la realización de
un nuevo proyecto educativo fueron aceptadas por parte de los educadores de UNEM. Sin
embargo, a lo largo de mi experiencia, su apropiación nunca ha estado libre de críticas
constructivas y de ideas propositivas que sirviesen para retroalimentar el proyecto
originalmente propuesto por el asesor. Este ha sido el caso del proceso de diseño curricular
que nos ocupa en esta tesis que, aunque se generó en una coyuntura abierta por la
consecución de los recursos financieros necesarios por parte de una asesora kaxlan (María
Bertely), había surgido de una necesidad planteada desde los tiempos del Bachillerato del
CIESAS por los educadores de UNEM. Cuando, a mediados de 2006, Bertely abrió la
oportunidad de trabajar de forma sistemática en el plan de estudios, fueron los propios
educadores quienes decidieron que había llegado el momento de recuperar y sistematizar
las experiencias maduradas en los años anteriores para construir el Modelo curricular de
educación intercultural bilingüe UNEM (AAVV, 2009).
De hecho, así como explicaremos con más detalles en la parte metodológica (capítulo 3.2) y
en las conclusiones de la tesis (capítulo 7), es importante señalar que, a lo largo de los
últimos diez años, la colaboración intercultural entre los educadores indígenas de la UNEM
y los asesores kaxlanes del CIESAS se ha desarrollado a partir de lo que Bertely (en prensa)
ha identificado como el proceso de articulación y negociación entre el poder formal de los
asesores kaxlanes y el poder sustantivo de los educadores indígenas. El primero ―o sea, el
poder formal de los asesores kaxlanes― es una consecuencia de nuestra participación en
redes institucionales y académicas que, por un lado, nos permitieron conseguir los recursos
financieros para ejecutar los proyectos y que, por el otro, depende de nuestro expertise y de
la correlacionada capacidad de formalizar en un lenguaje académico las aportaciones de los
41
Me parece importante señalar que, de acuerdo con lo que me comentó María Bertely, esta decisión fue
tomada a raíz de la insistencia del presidente de la UNEM, quien quería aprovechar la presentación de los
materiales educativos para entablar una negociación con el Gobierno del Estado y lograr el reconocimiento
oficial de la propuesta educativa de la UNEM.
52
Marco contextual
Por otro lado, con respecto de otra señalación mencionada en la cita de arriba y, en
particular, del monopolio que los asesores kaxlanes ejercen sobre los recursos económicos
de los proyectos, me parece relevante señalar que, desde hace varios años, por iniciativa de
María Bertely, no sólo éstos se han transparentado de manera importante presentando desde
el inicio de los proyectos informes detallados a los educadores de UNEM/EI, sino que el
dinero se ha mancomunado entre todos los participantes de los proyectos (asesores y
educadores), quienes reciben todos la misma cantidad por participar en el trabajo.
Asimismo, una parte del financiamiento conseguido para realizar un proyecto (por ejemplo
el de diseño curricular), se destina a un fondo común, llamado justamente ‘mancomún’, que
sirve para desarrollar proyectos que los propios educadores consideran relevantes, pero que
carecen de una fuente de financiamiento propia.
42
En palabras de los propios zapatistas, mandar obedeciendo implica que “[...] Los pueblos aprenden a
mandar y a vigilar nuestro trabajo y nosotros [las autoridades zapatistas] aprendemos a obedecer. El pueblo es
sabio y sabe cuando uno se equivoca o se desvía en el trabajo. Así trabajamos nosotros” (Citado en el
periódico La Jornada, 19 septiembre del 2004, XV).
53
Marco contextual
UNEM (de 1999 hasta la fecha) en colaboración con los nuevos asesores de CIESAS
liderados por María Bertely.
Fue así que, en 2005, con financiamiento de la Fundación Kelloggs, la UNEM dio inicio a
un proyecto autónomo de difusión de las Tarjetas de Autoaprendizaje en las regiones de
Los Altos, Selva y Norte de Chiapas. El proyecto, por medio del cual los educadores de la
UNEM incursionaron por primera vez en el campo de la formación de maestros que laboran
en el medio indígena, se llevó a cabo mediante la implementación de talleres de
capacitación sobre las bases jurídicas, los principios filosóficos, la propuesta político-
pedagógica, el uso y manejo de las Tarjetas, invitando a participar a educadores indígenas
de escuelas oficiales, alternativas y autónomas interesados en formarse en el campo de la
educación intercultural y en el uso de materiales educativos interculturales y bilingües. Los
talleres de formación de maestros fueron diseñados por los educadores de la UNEM con
base en su formación y experiencia pedagógica, y fueron impartidos en lengua tsotsil,
tseltal, ch’ol y español por ellos mismos abordando, entre otras, las siguientes temáticas:
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), lengua y cultura
indígena, etno-matemáticas, agro-ecología, uso y manejo de las Tarjetas de
Autoaprendizaje, el Método Inductivo Intercultural (MII).
Los talleres continuaron durante los años 2006, 2007 y 2008, esta vez con financiamiento
de la Fundación Ford. Sin embargo, aunque gracias a estos talleres las Tarjetas empezaron a
tener una mayor circulación en las regiones indígenas de Chiapas, gran parte de este
material sigue yaciendo en las casas de los educadores sin que se haya encontrado una
estrategia efectiva para su distribución y uso.
54
Marco contextual
Fue justamente gracias a sus gestiones y a su iniciativa académica que, entre 2004 y 2007,
la UNEM estuvo trabajando en el proyecto Educación ciudadana intercultural para los
pueblos indígenas de América Latina en contextos de pobreza, coordinado por la
Universidad Católica del Perú, en el que participaron equipos de colaboradores de Perú,
Bolivia, Nicaragua, Brasil, Ecuador y México.
Como fruto de dicho proyecto, en el que también participó activamente Raúl Gutiérrez del
CIESAS y, en un principio, también quien escribe la presente, se elaboró el Cuadernillo
“Los hombres y las mujeres del maíz: Democracia y derecho indígena para el mundo”
(Bertely coord., 2007), un recurso educativo que puede ser utilizado en espacios formales e
informales para la alfabetización ética, jurídica y territorial tanto en los pueblos indígenas
como en todos los pueblos del mundo. El cuadernillo es multilingüe, contiene relatos en
ch’ol, tsotsil y tseltal, todos traducidos al castellano, y se presenta en forma escrita y
auditiva (CD). En septiembre de 2008, el Cuadernillo ganó un concurso a nivel nacional y
fue publicado por la SEP y distribuido a todas las escuelas secundarias del país, como parte
del programa Libros del Rincón, lo que permitió que la UNEM lograra finalmente obtener
el reconocimiento oficial de su trabajo pedagógico y dar a conocer uno de sus materiales
educativos a nivel nacional.
55
Marco contextual
Como se mostrará en los tres capítulos dedicados al análisis del corpus documental del
proceso de diseño del Modelo curricular de educación intercultural bilingüe UNEM
(AAVV, 2009), así como las Tarjetas, el Cuadernillo ha sido otro material fundamental
para el proceso de construcción curricular que se está analizando, entre otros motivos, por
permitir a los educadores comunitarios tseltales, tsotsiles y ch’oles reflexionar sobre los
fundamentos político-filosóficos de su propuesta educativa y apropiarse de una perspectiva
situacional de análisis que les fue de mucha utilidad a la hora de enfrentarse a diferentes
retos en el proceso del diseño curricular en objeto.
Dicho proyecto, por medio del cual los educadores de la UNEM se posicionaban
establemente en el campo de formación docente, tenía como objetivo la difusión de la
propuesta político-pedagógica y metodológica generada a lo largo de los años por la
UNEM y sus asesores kaxlanes para la investigación y sistematización de los
conocimientos indígenas y la elaboración de materiales educativos interculturales y
bilingües (como son las Tarjetas de Autoaprendizaje). Como resultado de este proceso
formativo se diseñaron 120 nuevas Tarjetas de Autoaprendizaje, la mitad en lenguas
indígenas y la mitad en castellano, así como varios calendarios socionaturales de
actividades en función del número de pueblos representados por los participantes (alrededor
de 15 pueblos indígenas a nivel nacional).
43
Entre ellos Jorge Gasché, Jessica Martínez, Raúl Gutiérrez y quien escribe el presente documento.
56
Marco contextual
Los diplomados también han vuelto a abrir la oportunidad de difundir el trabajo pedagógico
de la organización, así como de ampliar su base con la incorporación de nuevos maestros
que laboran en el medio indígena. Para tal fin, en el marco de un nuevo proyecto
coordinado por María Bertely, el Laboratorio Lengua y Cultura Víctor Franco Pellotier del
CIESAS, se está dando continuidad a los diplomados de formación de docentes que laboran
en el medio indígena en los estados mencionados. Iniciado en noviembre del 2009, este
nuevo proyecto terminará hasta finales del 2012. Este nuevo proceso, en el que quien
escribe participa como Coordinador del Equipo Chiapas, se dirige a la investigación,
explicitación y sistematización de los conocimientos y los significados indígenas y su
ampliación e integración a partir de los conocimientos escolares y universales, por medio
del diseño de Calendarios Socionaturales y Tarjetas de Autoaprendizaje. Ha sido
justamente el en marco del Laboratorio que se ha recientemente constituido la Red de
Educadores Inductivos e Interculturales (REDIIN) de la que la UNEM forma parte junto a
alrededor de doscientos maestros indígenas y asesores kaxlanes de los estados de Chiapas,
Puebla, Michoacán, Oaxaca y Yucatán. Aunque el Laboratorio no constituye un
antecedente en el proceso de construcción curricular que se está analizando, se trata de un
proceso directamente vinculado a ello y, en cierta forma, representa su continuación y
desarrollo. Además, como explicaremos con más detalles en las conclusiones de la tesis
(capítulo 7), se ha convertido en un importante espacio para la validación de la propuesta
curricular.
57
Marco contextual
Dejemos para el último capítulo de esta tesis el análisis de estos sucesos. A continuación,
con el fin de aportar ulteriores elementos que permitan al lector conocer a nuestros
colaboradores indígenas y las comunidades en las que viven y actúan política y
pedagógicamente, presentaré tres breves historias de vida y comunidad escritas en co-
autoría en las que se muestra la relación que ellos establecen con los territorios
socionaturales en los que se ubican sus comunidades.
Como se verá a continuación, estas breves historias están justamente situadas en los
territorios socionaturales en los que ellos viven, tratando de esta forma de mostrar sus
44
María Bertely, Jorge Gasché, Raúl Gutiérrez y quien escribe el presente documento.
45
Este apartado de la tesis, que se presentó en versión preliminar en el III Seminario de Evaluación del
Programa de Doctorado Interinstitucional en Educación (DIeE) de la Universidad Iberoamericana, forma
parte de un libro (Bertely & Guarneros coords., 2010), publicado poco después del cierre del proceso de
diseño curricular que se analiza en esta tesis y escrito durante el proceso de investigación doctoral.
58
Marco contextual
[...] de los que se apellidan Pinto y donde trabajaba toda la gente de La Aldea,
toda la gente de acá. [...] Pero después, como llevan tiempo trabajando con el
propietario, con don Goyo Pinto, mi abuelo empezó a tratar con ese señor, para
ver si le podía vender un pedazo del terreno de La Aldea y que lo iban a pagar
con jornales de trabajo y cuando hubiera oportunidad lo iba a pagar con dinero.
Pues llegaron a un acuerdo y mi abuelo empezó a buscar a otros cinco señores,
de los que trabajan dentro del rancho. Empezaron a pedir entonces la cantidad
de tierra que quieren. (Entrevista con Francisco Arcos Vásquez, septiembre de
2008, p.1).
Para los seis peones ch’oles que negociaron con el finquero kaxlan la compra de la tierra no
fue nada fácil, sobre todo cumplir con el compromiso adquirido:
El trato que hicieron con don Gregorio Pinto era de que “trabajas una semana
para mí y una semana para ti. Una semana para mí, y una semana para ti”. Y así
fue que trabajaban de 6 a 6. Y si fallaban… [La cara de Pancho expresa más
que cualquier palabra la rabia heredada de su abuelo y de su padre por las
humillaciones sufridas por parte de estos finqueros kaxlanes]. Apenas ayer
estaba contando mi papá de que encontramos aquí a don Ernesto Pinto [el hijo
de don Goyo] ya muy viejito. [...] Era el más cabrón de todos, el que llegó a
sacar a mi abuelo en su milpa a punta de cañón. (Entrevista con Francisco
Arcos Vásquez, septiembre de 2008, p. 2)
Tras largos años de duro trabajo, y con la ayuda de sus mujeres e hijos, lograron completar
el pago de su tierra: cuarenta hectáreas de naturaleza hermosamente verde que desde hace
generaciones venían trabajando a beneficio de los finqueros y que, ahora sí, les pertenecían.
A pesar de ser propietarios, sin embargo, los abuelos de Pancho no pudieron ponerle
nombre en su lengua materna a la tierra que acababan de comprar, ya que la única lengua
oficialmente reconocida para trámites oficiales era el castellano: “Supongo que fue el
propietario que le puso como Fracción Buena Vista” (Entrevista con Francisco Arcos
Vásquez, septiembre de 2008, p. 1).
No hablar la castilla y no conocer las leyes del mundo kaxlan terminó siendo un problema
aún más grande para los nuevos propietarios y, sobre todo, para sus hijos y nietos. Seguros
de los usos y costumbres orales que normaban su vida comunitaria, no consideraron
necesario escriturar las parcelas a nombre de sus hijos. Es así que hoy en día, sus nietos,
jóvenes ch’oles que, para dejar de ser dominados por parte de los kaxlanes, aprendieron a
hablar en castellano y a conocer sus leyes, están enfrentándose a la necesidad ―y a los
59
Marco contextual
costos― de regularizar la tenencia de sus tierras. Mirando hacia la tierra, que representa su
pasado y su futuro, Pancho me explica que:
Nada más quedó a nombre de los seis socios. [...]Mi abuelo empezó a
registrarlo [...] Bueno, la escritura que hicieron creo que es uno entre todos, por
eso lo hicieron como una copropiedad [...] una escritura pero con varios socios,
con seis socios. [...] Tienen una parcela por acá, otra por acá, y por aquí otra.
[...] Está mezclado. (…) Porque si fuera, si lo hubieran hecho los viejos, de las
cuarenta hectáreas se dividieran en seis pedazos con los topógrafos, hubiera
sido más fácil. Y en este caso no, es difícil. Ahorita un nieto que tiene dos
parcelitas, una acá una allá, se necesitan dos escrituras. Y así es que ahorita está
siendo un poco difícil. (Entrevista con Francisco Arcos Vásquez, septiembre de
2008, p. 3)
Desde hace rato es que nosotros queríamos hacer el… actualizar los papeles del
terreno, pero no podíamos, porque toda la gente no quiere, muchos dicen que no
tienen dinero, y otros que no les interesa [...]. Hemos hecho como dos intentos y
hemos fracasado [...] porque no hay acuerdo con la gente que vive ahí, con los
nietos de los seis socios. Y entonces ya finalmente cuando mi papá empieza a
decir de que “Ya te queremos dar una parte para ti, una parte para tu hermano y
otra parte para tu otro hermano”. Entonces al darnos, sí aceptamos, pero:
“¿dónde está tu escritura?”. (Entrevista con Francisco Arcos Vásquez,
septiembre de 2008, p. 3-4)
Fue así que Pancho tuvo que concientizar a los jóvenes de su generación sobre la
importancia de regularizar la tenencia de su tierra:
Y ya fue de que empezamos más a hablar ahí con los jóvenes [...] los fuimos
agarrando uno por uno: “Oye: ¿Qué tal te parece? ¿Ya tienes café? ¿Ya tienes
sembrado tu café? ¿Ya construiste tu casa? ¡Sí, pues fíjese que sí! ¿Y ya te lo
entregaron el terreno? ¡No! ¿Y cómo sabes si vas a vivir ahí, toda la vida ahí?”
[...] Luego le empiezo a decir que hay que pensarlo bien antes de hacer algo, de
hacer una casita por ahí, porque pues a cualquier rato nos pueden correr, [...]
porque no es de nadie el terreno, sino que es del abuelo. No es lo mismo que el
abuelo te hubiera dicho: “No, pues te entrego tantos y tantos metros con
colindancia tales y que te lo dejó firmado”. Por ejemplo, si ahorita tu papá te lo
está entregando, pero ni siquiera el terreno es de tu papá [...] Así lo estamos
hablando, lo fuimos hablando poquito a poco ahí con cada joven que
encontrábamos. E igual, con los que convencimos empezamos a decirles que
también ellos platiquen con otros. Finalmente nos juntamos, hicimos una
reunión y dijeron que sí. (Entrevista con Francisco Arcos Vásquez, septiembre
de 2008, p. 4)
60
Marco contextual
Luego de platicarlo entre jóvenes, llegó el momento de explicarse con los padres, de
hacerles entender la importancia de contar con escrituras que ampararan su derecho a la
tierra que de por sí venían trabajando:
Fue así que Pancho, como antes lo había hecho su abuelo en los tiempos del finquero don
Goyo, quedó encargado de gestionar la propiedad de la tierra de su comunidad ante las
autoridades agrarias y los tribunales. Otra vez, será una autoridad externa a la comunidad la
que tendrá que reconocer legalmente un derecho.
Escucho la historia de La Aldea sentado junto a Pancho en la cima del cerro que protege la
comunidad, de donde se mira esta tierra color verde oscuro, cuya rica y densa vegetación
parece respirar como si fuera más viva de lo que de por sí es, como madre de los seres
humanos que, desde hace generaciones, la trabajan. Desde aquí, la profunda integración
entre estos campesinos ch’oles y su madre tierra resulta evidente hasta para mis ojos
urbanos, incapaces de comprender cabalmente esta relación simbiótica entre sociedad y
naturaleza (Gasché, 2008) que no se puede expresar con palabras, ni representar en un
dibujo o grabar en una fotografía, sino que es necesario vivir y practicar, realizando
diariamente el conjunto de actividades sociales, productivas y rituales que, desde tiempo
atrás, vienen haciendo los hombres y las mujeres ch’oles de La Aldea en comunión con los
seres de la naturaleza, únicos verdaderos dueños de las tierras en las que sembraron sus
milpas.
Esta profunda integración entre naturaleza y sociedad humana es la que Pancho ha tratado
de representar en las acuarelas de las Tarjetas de Autoaprendizaje (Bertely, 2004) que,
junto con otros educadores y educadoras tseltales, tsotsiles y ch’oles, dibujaron para
elaborar un material educativo que transmitiera a sus propios hijos los valores positivos46
heredados de sus ancestros. El silencio es interrumpido por las palabras de Pancho:
46
Entre ellos la integridad del mundo vivo, la toma de acuerdo, la solidaridad, el respeto, el trabajo, la
palabra, la cooperación y, como síntesis de estos valores, la resistencia activa.
61
Marco contextual
Esto es lo que Pancho quiere transmitir a los niños y niñas que usan este material educativo:
La integración entre hombre y naturaleza, esta relación simbiótica entre la madre tierra y
los hijos del maíz, caracteriza todo lo que ellos consideran arte:
Pues casi todas las labores, [...] todas las actividades que se hacen pues son un
arte [...] Por ejemplo, al estar en tu milpa, si tú quieres ver que tu maíz crezca
sano y bueno, entonces tú tendrás que tratar de hacer todo lo posible con tal de
que se vea bonito. [...] Cuando lo vas limpiando le quitas ahí algunas hojas
amarillitas o le quitas ya de los que ya no sirven, le quitas, o los que ves que
van a dar elotes buenos los dejas. Hazte cuenta que es como podarla,
embellecerla. [...] Pues eso que es lo mismo cuando limpias tu cafetal, le quitas
todos los cubre-tallos, [...] tienes que dejarlo, haz de cuentas, como es un ser
vivo [...] Lo ves y te sientes contento también, y ves, haz de cuenta, como que
le captas ese sentir de la planta que también está contenta. (Entrevista con
Francisco Arcos Vásquez, septiembre de 2008, p. 28-29)
Los abuelos maternos de Mankut llegaron a estas tierras hacia mediados del siglo pasado,
procedentes del barrio de San Jerónimo del pueblo tseltal de Bachajón. La falta de tierras en
su pueblo natal los convenció para desafiar los peligros de la selva, pasando de ser sabios
campesinos a atrevidos colonos de “una tierra para sembrar sueños” (De Vos, 2002).
Cuenta Mankut que:
Mi abuelito materno ya estaba viviendo acá cuando llegó mi papá, son ellos que
llegaron primero en la busca de tierras para trabajarla. En aquel tiempo está
vacante la tierra y era puras montañas, con muchas animales, tigres y culebras
venenosas. Vivían en peligros. Poco a poco fueron invitando puros familias,
62
Marco contextual
cuñados, tíos, suegros que son como grupos de Hernández y Gutiérrez que
llegaron a formar esta comunidad. La mayor parte todos somos familias. Se
fundó en 1961, y la registraron como Paraíso Tulijá porque cuenta con ríos
grandes y adornados con diversidades tipos de flores en las orillas, distintos
árboles y muchos maderas preciosos como de caoba, cedro, c’anxan y
hormiguillo. (Gutiérrez M., “La fundación de mi pueblo”, p. 2)
Las atentas y perseverantes gestiones de los fundadores del pueblo ante las autoridades
agrarias lograron que cada uno de los 530 ejidatarios actuales cuente con 40 hectáreas de
tierra, lo que representa una gran riqueza en comparación con otros ejidos donde ya no hay
tierra suficiente para repartir a los hijos. Fueron años difíciles para los fundadores del
pueblo, quienes lograron vencer muchas dificultades gracias a los lazos de solidaridad
construidos entre ellos:
Mankut recuerda que, cuando se hizo la tercera ampliación del ejido de San
Jerónimo: “en aquel tiempo tenía yo como aproximadamente de cuatro años, de
muy pequeño me registraron [como ejidatario], lo que me comenta mi papá,
pues se preocupó por mí” (Gutiérrez M., “La fundación de mi pueblo”, p. 12).
Mankut está muy consciente de la importancia de conservar integra la tierra que su padre le
donó, y por eso no piensa fraccionarla entre sus hijas:
63
Marco contextual
también, si pudieron estudiar unas de ellas, pueden tener trabajo. Si en caso una
no pudo seguir sus estudios, se queda a vivir con nosotros, pues esa es la que le
voy a heredar la tierra, una de ellas se tiene que quedar con la herencia. [...]Si se
casan por la ciudad es difícil que vengan a vivir acá. Como yo lo veo que mis
tres hermanitas están ahorita casadas en la ciudad y no quieren regresar porque
el hombre es de la ciudad, sólo vienen de paseo a visitar mis papas, y luego
regresan. Ya no necesitan tierra, son empleados de gobierno, uno trabaja de
tránsito, otro es maestro bilingüe, la tortilla la compran, ya no necesitan maíz.
(Gutiérrez M., “La fundación de mi pueblo”, p. 11-12).
En esta tierra arduamente conquistada y defendida, Mankut, su padre Domingo y sus dos
hermanos varones siembran maíz para el autoconsumo, cultivan café y crían ganado, lo que
les permite generar un poco de recursos económicos. Fue en los albores de los años
ochentas del siglo XX cuando el Gobierno del Estado de Chiapas impulsó el programa de
ganado vacuno en esta región de la Selva Lacandona, entregando a crédito entre 20 y 30
cabezas de ganado a cada ejidatario de San Jerónimo que tuviera tierras planas con arroyos,
ríos y lagunas: “Con eso se empezó a trabajar duro y algunos ejidatarios han logrado
producir de 100 a 300 cabezas de ganado”. Sin embargo “ya se ha cambiado mucho la
política del Gobierno, ya no da grandes proyectos de la ganadería” (Gutiérrez M., “La
fundación de mi pueblo”, p. 9). Pocos son los ejidatarios que lograron consolidar la
economía familiar gracias a la cría de ganado, y ahora para muchos el futuro se ha vuelto
nuevamente incierto, como cuando sus ancestros tuvieron que salir de Bachajón hacia la
Selva en búsqueda de nuevas tierras.
Pero la relación con la tierra y con la naturaleza de este hombre tseltal de ojos pequeños,
listos y cara inteligente va más allá de cuestiones meramente productivas y, de alguna
manera, sintetiza la cosmovisión y los valores positivos de los pueblos mayas que habitan
las tierras chiapanecas. Estos valores entre los tseltales de Tulijá se expresan y refuerzan no
solo en la vida cotidiana sino también durante la fiesta patronal dedicada a San Jerónimo,
que se celebra del 27 al 30 de septiembre en el barrio central del ejido:
Los tseltales de San Jerónimo Tulijá celebran cada año la fiesta especial para
los productos y tienen santo patrono donde dejan sus ofrendas y rezan
pidiéndole disculpa de los daños agredidos a la naturaleza por la razón de las
necesidades sociales con sus alimentos. [...] Los principales hacen el discurso y
el rezo para pedirle gracia al ajaw [el dueño de la tierra] de los resultados de sus
trabajos y al mismo tiempo lo piden permiso para el siguiente trabajo que
realizan en todo el año [...] se pide perdón a la tierra de los maltratos
provocados. (Gutiérrez M., “La fundación de mi pueblo”, p. 7-8)
La Tierra para nosotros como indígenas es nuestra madre, todo nos da lo que
pedimos para sobrevivir en el mundo. Sin tierra no habría indígenas, ni tampoco
los animales, aves, árboles, especies y recursos naturales [...] Los indígenas
saben cómo sobreviven y quién le da sus alimentos. Por eso rezan y le piden el
permiso antes de trabajar y cultivar la tierra, piden el perdón por los daños que
64
Marco contextual
provocan las necesidades sociales que exigen hacer. Por último piden las
gracias del resultado de sus trabajos con mucha seriedad y todo el corazón.
Con poca fe de seriedad no habría un buen resultado de los trabajos. (Gutiérrez
M., “La fundación de mi pueblo”, p. 7)
Éstos son los valores positivos que los fundadores de San Jerónimo han enseñado a sus
hijos y que ellos siguen practicando y trasmitiendo a sus hijos:
Son justamente las actividades cotidianas de los tseltales de San Jerónimo las que
constituyen la base de la propuesta pedagógica de la UNEM, en la que las actividades
sociales, productivas, rituales y recreativas que se realizan en el territorio de la comunidad
en profunda integración con la naturaleza son la fuente principal para trabajar contenidos
escolares indígenas y universales en la escuela.
Los abuelos de Edmundo habían llegado a trabajar a la finca como peones acasillados desde
Jitotol junto con otros campesinos sin tierras, procedentes de El Bosque, Huitiupán y
Simojovel, mujeres y hombres tsotsiles. Ahí habían constituido una comunidad fundada en
las relaciones de solidaridad recíproca entre hermanos, cuñados y parientes. Trabajaban
duro las tierras del finquero, recibiendo a cambio algo de maíz, frijol y un poco del café que
sembraban para él.
Fue hacia mediados del siglo XX cuando los treinta jefes de familia que trabajaban en la
finca Santa María llegaron a escuchar que, desde México, el Presidente Cárdenas estaba
impulsando el reparto de la tierra y la creación de ejidos. Se sabía que los finqueros locales
no querían darle tierra a los indios, por lo que en ellos no había que confiar nada. Fue así
que las y los señores de los grupos domésticos de la colonia se organizaron secretamente
para hacer las gestiones con la Reforma Agraria de Tuxtla:
65
Marco contextual
Antiguamente aquí era una sola finca y abarcaba varios municipios, y el dueño
de la finca dicen que quería vender una parte de su terreno; pero quería vender
con otro terrateniente, pero los señores pues, los fundadores de la comunidad,
llegaron a saber eso, entonces, para que no lo venda al otro terrateniente,
tuvieron que gestionar ellos con las autoridades allá en Tuxtla con el
gobernador, o el encargado de ver lo de las tierras, ¿no? Entonces así
empezaron a gestionar; llegan a hacer sus viajes a Tuxtla, y ya fue así que se
hizo con sufrimientos, con temor, porque, de hecho, el dueño de la finca llegó a
saber. [...] En el año 54, [las autoridades agrarias de Tuxtla] mandan un
ingeniero para medir cuántas hectáreas que les va a comprar. Entonces,
solamente hasta ese momento el dueño de la finca llegó a saber…. (Entrevista
con Edmundo Hernández López, 5 de diciembre de 2008, p. 2)
Las atentas y atrevidas gestiones de los abuelos de Edmundo lograron que en el año de
1956 se decretara formalmente el Ejido de La Pimienta, 700 hectáreas de ladera de monte
alrededor de lo que sus habitantes individuaron como el centro de la nueva comunidad: una
mata de pimienta silvestre que fue escogida para darle nombre al nuevo poblado donde
crecerían, finalmente libres, sus hijos.
El crecimiento poblacional que interesó a este pequeño núcleo de treinta familias provocó
que, en menos de 30 años, los hijos de los fundadores del ejido de La Pimienta, entre ellos
los padres de Edmundo, tomaran la decisión de no seguir usando sus machetes para
desmontar el terreno de los propietarios kaxlanes cuyas tierras rodeaban el ejido de La
Pimienta, sino para luchar en su contra y conquistar más tierras para su comunidad,
asegurando de esa forma un futuro sin migración para sus propios hijos.
Como sus abuelos, también los padres de Edmundo tuvieron que enfrentarse a los
terratenientes kaxlanes de la región y a sus aliados del Gobierno del Estado. Recordando lo
que su padre vivió en primera persona, Edmundo cuenta que:
66
Marco contextual
Fue así como el ejido de La Pimienta llegó a contar con las aproximadamente 1700
hectáreas de su dotación actual. Treinta años después, la generación de Edmundo, nietos de
los fundadores de la comunidad, hijos de los luchadores que conquistaron nuevas tierras
para el ejido, tiene que lidiar otra vez con la escasez de tierras en relación al crecimiento
poblacional. Sin embargo, a diferencia de los tiempos andados, ahora ya no hay más tierra
por la que luchar: “Hasta ahorita como que ya no se puede hacer nada para ampliar, porque
toda esta zona, esta región, ya está ocupado casi todo, en ejidos, colonias” (Entrevista con
Edmundo Hernández López, 5 de diciembre de 2008, p. 4).
La penuria de tierras hace que Edmundo y sus hermanos estén trabajando “en las parcelas
de nuestros papás; ahí estamos prestándoles para que podamos trabajar y hacer algo, ¿no?,
la milpa y frijol es lo que estamos sembrando” (ibíd.). Pero si la tierra con la que
actualmente cuentan todavía les alcanza para alimentar a sus familias, “para las próxima
generación yo creo que ya no, porque vemos que sí cada día, cada año está aumentando lo
que es los habitantes” (Entrevista con Edmundo Hernández López, 5 de diciembre de 2008,
p. 4). Estas milpas, frijolares, potreros y cafetales que nos rodean mientras subimos hacia
Hol Xan, cerro sagrado desde donde los dueños de la naturaleza han estado cuidando y
protegiendo a los tsotsiles de La Pimienta en sus luchas en contra de los kaxlanes, están
viendo a su gente cambiar nuevamente.
La falta de nuevas tierras para cultivar y, sobre todo, el deseo de no perder la relación con
la Madre Tierra, ha llevado a los jóvenes como Edmundo a buscar nuevas alternativas en la
educación, pero no en la educación oficial que los kaxlanes planearon para aniquilar a los
indígenas. No en una educación descontextualizada social y culturalmente, castellanizadora
y occidentalizante, ajena a la cultura y a los valores en los que estos jóvenes tsotsiles se han
criado en su comunidad. No en una educación que estigmatiza al indígena y a su relación
simbiótica con la Madre Tierra, que deseduca a sus hijos promoviendo el desarraigo y la
migración, engañándolos con falsas promesas de una modernidad donde los indígenas
trabajen como mano de obra barata en los mercados laborales urbanos. Es así que, desde el
año de 1995, junto a sus compañeros tseltales y ch’oles de la UNEM y algunos asesores
kaxlanes, Edmundo y otros jóvenes de La Pimienta han estado practicando una nueva
educación centrada en la integración entre sociedad y naturaleza, en el respeto a la Madre
Tierra, en el valor del trabajo agrícola y en los valores positivos heredados de sus ancestros.
Respaldados por las autoridades comunitarias, por las asambleas de sus padres y hermanos
mayores, estos jóvenes se pusieron a practicar una nueva forma de hacer educación. Como
símbolo del arraigo comunitario de su nueva educación, aprovecharon los muros de la casa
ejidal de La Pimienta para edificar los salones de la Escuela Primaria Técnica Rural
Indígena (EPTRI), primera escuela autónoma de esta región de los Altos de Chiapas. Poco
después, crearon también una escuela secundaria autónoma que, sin embargo, tuvo que
sucumbir ante los embates del gobierno mexicano, preocupado por el crecimiento del
movimiento zapatista en estos municipios.
67
Marco contextual
futuro en el que el indígena ya no tenga que renunciar a su lengua y cultura para ser
ciudadano, sino que se auto-identifique y sea reconocido en cuanto indígena y mexicano al
mismo tiempo, como sujeto activo que, por medio de sus valores positivos centrados en la
integración entre seres humanos y naturaleza y en la solidaridad recíproca, contribuya a la
construcción de una nueva nación pluricultural mexicana. Dice Edmundo:
Ahora bien, luego de presentar, por medio de estas tres breves historias de vida y
comunidad escritas en co-autoría algunas de las características esenciales que permiten
comprender el contexto cultural y territorial desde el cual nuestros colaboradores indígenas
se han apropiado del Método Inductivo Intercultural acuñado por Gasché, para cerrar este
capítulo, dedicaré estas últimas páginas a reflexionar acerca de cómo cada uno de los
colaboradores indígenas y kaxlanes participamos a lo largo del proceso de diseño curricular
que se analizará en los siguientes capítulos de la tesis.
68
Marco contextual
Jorge
Tiene alrededor de 50 años y es el más grande entre los colaboradores indígenas que
participaron en el proceso de diseño curricular, circunstancia que, junto con su cargo, le
confiere autoridad moral y política en el grupo. Aunque su presencia no fue constante y no
estuvo participando en todos los talleres de diseño curricular, su palabra siempre tuvo un
peso muy importante en las juntas y en las sesiones de diseño curricular en las que
participó. Asimismo, los documentos escritos que entregó a lo largo del proceso jugaron un
papel relevante para orientar las diferentes dimensiones del currículum, otorgándole un
espíritu reivindicativo centrado en una visión comunitaria e indígena a menudo idílica y
poco crítica. En muy pocas ocasiones los demás colaboradores indígenas han osado
contradecir sus planteamientos o reaccionar ante sus fuertes críticas en las que cuestionaba
de forma abrupta acuerdos previamente establecidos en su ausencia, como, por ejemplo, el
de presentar la propuesta curricular ante las Juntas de Buen Gobierno (JBG) zapatistas para
explorar las posibilidades de volver a tener un acercamiento con la educación autónoma.
Como veremos en el último capítulo de la tesis, Jorge se opuso con firmeza a esta
iniciativa, prefiriendo seguir la estrategia que los fundadores de la UNEM plantearon desde
69
Marco contextual
los primeros años de la asociación y que preveía más bien dialogar con el Gobierno para,
como suele repetir Jorge, educarlo y enseñarle qué es y cómo se hace la “verdadera”
educación intercultural de los pueblos indígenas.
Inteligente, autoritario y con una gran capacidad oratoria, a lo largo del proceso de diseño
curricular Jorge ha desempeñado un papel fundamental como autoridad moral indígena,
recordando en repetidas ocasiones el espíritu luchador y reivindicativo que caracterizó la
organización que creó a comienzos de 1995. En sus intervenciones, siempre destacó la
importancia de no perder de vista que la UNEM es una organización que tiene una base
comunitaria e indígena y que responde a las necesidades de los pueblos. Aunque no se
reconoce como zapatista y no le gusta “mandar obedeciendo”, su discurso siempre hace
referencia a la autoridad comunitaria como la fuente que legitima sus propuestas y
acciones.
Sus consejos, así como sus regaños, han marcado positivamente diferentes etapas del
proceso, pero también han determinado ásperos conflictos en el grupo de colaboradores,
poniendo en riesgo la permanencia en él de uno de los compañeros ch’oles, Pancho, quien,
con sus pretensiones de revisar el acta constitutiva para entrar a formar parte de la UNEM,
“amenazó” momentáneamente su liderazgo vitalicio, sentando las bases para la escisión
simbólica entre los educadores de la UNEM y los Educadores Independientes (EI).
Las relaciones de Jorge con los asesores kaxlanes también han sido bastante conflictivas,
marcadas por la voluntad de no ceder espacios de poder y mantener el control del rumbo
político de la organización. Con excepción de Gasché, hacia quien demostró
constantemente respeto y reconocimiento y, en menor medida, de Carmen Gallegos y
Jessica Martínez (las pedagogas que condujeron el proceso de diseño de las Tarjetas de
Autoaprendizaje), Jorge no suele reconocer ―y de hecho lo silencia constantemente en sus
intervenciones públicas― el papel desempeñado por los demás asesores kaxlanes ―María
Bertely y Raúl Gutiérrez de CIESAS, además de quien escribe― a lo largo del proceso de
diseño curricular, señalando en repetidas ocasiones que su presencia y sus aportaciones
serían totalmente prescindibles tanto en este como en los demás proyectos y materiales
educativos realizados por parte de la UNEM.
70
Marco contextual
lo han llevado a presentar sus propuestas ante el Gobernador del Estado de Chiapas, Pablo
Salazar Mendiguchía, la Coordinadora General de Educación Intercultural y Bilingüe
(CGEIB) de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Sylvia Schmelkes Del Valle, así
como a altos funcionarios de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), como
Patricia Pernas Guarneros.
Gustavo
Serio y carismático, con esa mirada penetrante y viva que le confieren sus pequeños ojos
color café, Gustavo no suele hablar mucho, pero cuando lo hace sus palabras siempre son
escuchadas con respeto y atención por parte de los diferentes colaboradores indígenas y
kaxlanes. Efectivamente, sus aportaciones y reflexiones político-pedagógicas suelen ser
muy claras y precisas, reflejando con ello la sabiduría madurada a lo largo de más de
quince años de trayectoria como líder comunitario, las experiencias realizadas en el campo
educativo con la UNEM y los aprendizajes desarrollados en la vida comunitaria en La
Pimienta.
Gustavo ha sido uno de los primeros educadores comunitarios nombrados por los habitantes
de La Pimienta cuando, a principios de los noventa del siglo XX, tomaron la decisión de
crear su escuela autónoma, la EPTRI. Asimismo, ha participado activamente en todos los
proyectos educativos desarrollados por la UNEM y sus asesores kaxlanes. Sin embargo,
reflejando la falta de monopolio de los educadores en los asuntos escolares y, sobre todo, la
importancia que para esta organización reviste la participación de los comuneros en los
asuntos educativos y escolares, Gustavo ya tiene varios años sin trabajar como educador en
la escuela primaria de su comunidad, sin que por ello haya dejado de colaborar de forma
cercana tanto en las actividades escolares como en los proyectos y en la elaboración de los
materiales educativos.
47
En las comunidades indígenas de los Altos de Chiapas, a la edad de Gustavo (35 años) los hombres ya
suelen haber cubierto varios cargos comunitarios y, por lo tanto, tienen experiencia en el manejo de los
asuntos públicos de la comunidad.
71
Marco contextual
en La Pimienta. Sin embargo, como muestra de la importancia que no sólo él sino la misma
comunidad atribuye a la participación de los comuneros en los asuntos educativos y, en
particular, al proceso de diseño curricular que nos ocupa, el hecho de ocupar uno de los
cargos comunitarios más importantes y prestigiados no le impidió participar activamente en
casi todas las sesiones de los talleres de diseño curricular, faltando únicamente en aquellas
ocasiones en las que tenía que atender asuntos prioritarios relacionados con su cargo.
Otra aportación de Gustavo a la construcción de la propuesta educativa tuvo que ver con la
importancia que constantemente atribuyó a la comunidad, por un lado, como máxima
autoridad a la que debe de responder el maestro y, por el otro, como sujeto colectivo que
participa activamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje que se realiza en la escuela y
fuera de ella. No cabe duda que la experiencia vivida en primera persona en La Pimienta ha
sido fuente de sus múltiples aportaciones, primero como educador nombrado por la
asamblea comunitaria y luego como autoridad que, aun no trabajando frente a grupo,
participa activamente en la elaboración del plan de estudios de la escuela.
Finalmente, la tercera característica ―no menos relevante que las dos primeras― a la que
aludimos más arriba tiene que ver con la insistencia de Gustavo en destacar la importancia
de la huerta escolar como herramienta de enseñanza-aprendizaje central para la concreción
de la propuesta educativa de UNEM/EI y asesores kaxlanes. Recuperando las experiencias
maduradas a lo largo de los primeros años de trabajo como educador comunitario en la
recién creada escuela primaria autónoma de La Pimienta y también aprovechando los
aprendizajes realizados con unos de los primeros asesores kaxlanes del CIESAS (Ron Nigh
y Ama Marstom, en particular), Gustavo siempre estuvo recordando cómo la huerta escolar
es una fuente de conocimientos relacionados con las prácticas productivas campesinas e
indígenas de los tsotsiles de Los Altos de Chiapas pero también una herramienta
pedagógica para trabajar contenidos relacionados con la Biología, las Ciencias Naturales,
las Matemáticas y la Física. Finalmente, Gustavo remarcó en más de una ocasión que la
huerta orgánica es una fuente fundamental de aprendizajes valorales relacionados con la
profunda integración entre sociedad y naturaleza que, como explicaremos a lo largo de la
tesis, y junto con la vinculación escuela-comunidad, es una de las características
fundamentales de la propuesta educativa.
72
Marco contextual
Pancho
Pancho fue el primer colaborador que participa con la UNEM que conocí hace más de diez
años, cuando, gracias a María Bertely, empecé a acercarme a este grupo de educadores
comunitarios con los que compartí la experiencia de co-teorización intercultural que se
analiza en esta tesis.
Aunque ya no tiene pelo largo, bigotes y cara de revolucionario, y a pesar de que, desde
hace unos años, ya no milita en las bases de apoyo zapatistas, Pancho sigue siendo muy
claro en sus planteamientos político-pedagógicos a favor de la autonomía y de la educación
intercultural construida desde abajo y desde adentro. A pesar de no formar oficialmente
parte de la UNEM, ya que, por temor a su liderazgo, Jorge nunca quiso aceptarlo como
miembro de la AC, Pancho ha participado activamente en todos los proyectos educativos
realizados desde los primeros años de la organización, retroalimentándolos y
enriqueciéndolos con las experiencias maduradas como promotor de educación y formador
de promotores educativos autónomos zapatistas. De hecho, a la par de Juan y Edmundo,
Pancho es probablemente quien mejor domina tanto a nivel práctico como teórico el
Método Inductivo Intercultural y, junto con Chucho, es quien mejor ha sabido articular la
propuesta educativa de UNEM/EI con los planteamientos político-pedagógicos de la
educación autónoma. La sabiduría pedagógica de Pancho no se alimenta sólo de las
experiencias educativas que a lo largo de los últimos quince años ha realizado como
promotor, formador y diseñador de materiales educativos, sino que se sustenta en su
profundo conocimiento teórico-práctico de lo que a lo largo de la tesis nombraremos como
‘pedagogía indígena’, refiriéndonos a las formas culturalmente propias de educar a los
niños que se practican en las comunidades tsotsiles, tseltales y ch’oles de los Altos, Selva y
Región Norte de Chiapas.
Como suele decir cuando tiene que presentarse ante una audiencia académica para explicar
su forma de concebir y practicar la educación intercultural, Pancho está orgulloso de ser un
campesino e indígena ch’ol que, a duras penas y con tremendo sacrificios, aprendió de
forma autodidacta a hablar y escribir en español. Siempre recuerda con una mezcla de
tristeza y rencor cuando, para “ganar algo de paga”, tuvo que dejar su comunidad para
73
Marco contextual
trabajar como chalán en las tiendas de los kaxlanes de Yajalón, aguantando los insultos y
regaños con los que pretendían educar a los “pobres inditos” que llegaban a pedirles trabajo
para comer. Pancho recuerda muy bien que, además de aprender en su propia piel lo que es
el racismo de los kaxlanes, los años difíciles que vivió en la cabecera mestiza de su región
le sirvieron también para auto-alfabetizarse en castellano, aprendiendo a pronunciar la
lengua de los kaxlanes y a escribir en español copiando las letras que miraba en las cajas de
jabón “Roma” y demás productos que vendía.
Pancho tuvo que luchar mucho para seguir adelante y terminar la secundaria, pero luego
vinieron los años del zapatismo, de la concientización política y del encuentro con los
educadores comunitarios de la UNEM, y su vida dio un vuelco importante. Hoy en día
Pancho es probablemente quien mejor sabe explicar con claridad y sencillez cómo se hace
una educación intercultural que articula los conocimientos indígenas que se desarrollan en
las actividades sociales, productivas, rituales y recreativas que se realizan en el territorio de
una comunidad con los conocimientos escolares convencionales. Más allá de esto, y
rebasando el ámbito discursivo, lo que sorprende en Pancho es la facilidad que ha
desarrollado para mostrar en la práctica el funcionamiento y los alcances del Método
Inductivo Intercultural y de la entera propuesta educativa de la UNEM y sus asesores
kaxlanes.
Dotado de una gran capacidad oratoria en cada una las tres lenguas que domina (ch’ol,
tseltal y español), Pancho tiene la habilidad de partir de los relatos que le han transmitido
oralmente sus padres, familiares y demás habitantes de su comunidad para explicar desde
adentro los fundamentos político-pedagógicos que sustentan la propuesta curricular que
tanto contribuyó a elaborar. De hecho, y sin restarle importancia a los demás colaboradores
que, como veremos a continuación contribuyeron al proceso de co-teorización del Modelo
curricular de educación intercultural bilingüe UNEM (AAVV, 2009), sus aportaciones
fueron determinantes en prácticamente todas las etapas del proceso, desde la
conceptualización del maestro como acompañante, pasando por la definición de los pasos a
seguir en la planeación de una unidad didáctica, hasta la construcción de un perfil de egreso
socioculturalmente arraigado a través del cual se muestran los alcances políticos de la
propuesta curricular.
74
Marco contextual
estudios, era más pertinente entablar un diálogo con la educación autónoma zapatista para
difundir y validar nuestro modelo curricular en escuelas comunitarias y avanzar hacia la
construcción de una nueva educación.
Mankut
Manuel, Mankut para los amigos, es uno de los fundadores de la UNEM y, junto con Jorge
y Gustavo, es el único de los colaboradores indígenas que participaron en el proceso de
diseño curricular que forma oficialmente parte de la UNEM y que está registrado en la AC.
Brazo derecho de Jorge, es quien tiene más cercanía con su propuesta política y quien
siempre lo ha estado apoyando en los debates relacionados con el futuro del plan de
estudios.
Mankut trabajó por varios años como educador comunitario en la escuela autónoma de su
comunidad hasta que los problemas y conflictos intracomunitarios, que no ama recordar ni
relatar, determinaron que dejara la enseñanza y regresara al trabajo agrícola y ganadero
que, así como los demás educadores de la UNEM/EI, nunca ha dejado de realizar ni cuando
trabajaba como maestro.
Por supuesto que lo anterior no limita el peso de sus aportaciones al proceso de diseño
curricular, ya que fue justamente gracias a su capacidad de reflexionar sobre las
75
Marco contextual
experiencias maduradas en la vida comunitaria y como educador con los niños y habitantes
de su comunidad, así como sobre las experiencias desarrolladas en los diferentes proyectos
educativos realizados como parte de la UNEM, que los asesores kaxlanes pudimos
comprender y sistematizar diferentes dimensiones de la propuesta curricular como, solo por
mencionar algunas, la definición del perfil de egreso y la articulación-contrastación
intercultural entre conocimientos escolares indígenas y convencionales que analizaremos en
los siguientes capítulos de la tesis.
Juan
Juan o, mejor dicho, “Pequeño Gasché”, es otro de los colaboradores tseltales que
participaron al proceso de diseño curricular. Medio hermano de Jorge (son hijos del mismo
padre), también es originario de la comunidad tseltal de San José Pathuitz, en el municipio
de Palenque, la parte norte de la Selva Lacandona. A diferencia de Jorge sin embargo, hacia
quien nutre una profunda admiración no exenta de una dosis moderada de crítica por su
carácter autoritario e intolerante, Juan pertenece a la nueva generación de la UNEM, o sea a
aquellos jóvenes que no vivieron en primera persona el levantamiento armado zapatista de
1994, pero que crecieron y se formaron políticamente en los años de la guerra de baja
intensidad implementada por el Gobierno después del incumplimiento de los Acuerdos de
San Andrés.
Pero no es esta la única característica que diferencia a Juan de su hermano Jorge y de otros
educadores de la UNEM/EI como Gustavo, Mankut o Pancho. De hecho, mientras que
estos últimos están profundamente arraigados socioculturalmente a su comunidad de
origen, viven en ella y, aunque de manera diferente, participan activamente en los asuntos
públicos de su pueblo, Juan ya tiene varios años que salió de San José para estudiar una
carrera en la UNACH. Después de cursar unos semestres en la Facultad de Ciencias
Sociales de San Cristóbal ―de la que salió decepcionado por el bajo nivel académico de
los docentes y por pelearse con un profesor racista― hace cuatro años (o sea casi al
comienzo del proceso de diseño curricular) se inscribió en la carrera de Pedagogía en la
UNACH de Tuxtla y, en la actualidad, está a punto de terminar sus estudios universitarios
sobresaliendo como uno de los mejores estudiantes de su generación. Su tesis de
licenciatura, dirigida por María Bertely y dedicada al análisis de la propuesta educativa de
la UNEM, representará probablemente una gran aportación para la comprensión y análisis
crítico del Método Inductivo Intercultural y en este sentido permitirá establecer un
interesante diálogo intercultural con mi propia tesis.
El hecho de que Juan sea el único integrante de la UNEM/EI que ha llegado a estudiar una
carrera universitaria no es ciertamente el motivo por el cual, a lo largo de proceso
curricular, los diferentes colaboradores lo hayamos apodado “Pequeño Gasché”. Más bien,
esto se debe a la claridad con la que Juan maneja tanto a nivel práctico como a nivel teórico
la propuesta educativa de la UNEM/EI y, en particular, el Método Inductivo Intercultural.
76
Marco contextual
Probablemente, junto a Pancho y a Edmundo, Juan es quien mejor ha logrado articular las
experiencias educativas realizadas tanto en la vida comunitaria como en las escuelas
primarias de la parte meridional de la Selva Lacandona (municipio de Benemérito de Las
Américas, Pico de Oro y Marqués de Comillas), donde fue a colaborar como promotor
autónomo hacia finales de los años noventa del siglo XX, con la lectura de los textos de
Gasché y la escucha de sus explicaciones en los diferentes talleres realizados en los últimos
diez años.
En este sentido, como demuestran los muchos textos que redactó a lo largo de los talleres
de diseño curricular, Juan ha sido uno de los colaboradores más activos y prolíficos en el
proceso. Sus aportaciones, tanto escritas como orales, están presentes en todo el currículum
y, en particular, en la parte dedicada al ser y hacer del maestro, en la explicación del
Método Inductivo Intercultural y, de forma contundente, en el proceso de definición del
perfil de egreso de la propuesta educativa.
Ahora bien, es menester señalar que, a pesar de haber salido para seguir formándose, Juan
ha mantenido estrechos lazos con la comunidad en la que nació y en la que se formó en las
actividades sociales, productivas, rituales y recreativas que, de acuerdo a la propuesta
teórica desarrollada por Gasché (2008 a y b) expresan su cultura. De hecho, desde hace
unos años Juan es ejidatario de San José, ya que su madre, recién fallecida, le heredó las
tierras que tenía escrituradas a su nombre. Compatiblemente con sus compromisos
universitarios, ha estado regresando periódicamente a su comunidad, por un lado, para
monitorear el ganado y los caballos que dejó encargados con un hermano y su padre y, por
el otro para no perder el pulso de la situación local en una época en la que se están dando
cambios importantes a nivel comunitario. Asimismo, a pesar de haber dejado el trabajo en
el campo temporalmente, Juan siempre se reconoce como campesino, valorando de forma
importante los aprendizajes madurados con sus padres en el trabajo agrícola, y sabiéndolos
utilizar para construir conocimientos escolares indígenas articulándolos con los
conocimientos escolares convencionales.
La postura de Juan con respecto del conflicto que se generó entre los colaboradores hacia el
final del proceso de diseño curricular fue inicialmente de apoyar la propuesta de presentar
el plan de estudios ante las Juntas de Buen Gobierno zapatistas. Sin embargo, a pesar de
compartir la visión político-pedagógica que motivaba esta decisión inicial, Juan no quiso
defenderla ante su hermano Jorge, mostrando de esa forma el respeto hacia quien lo inició
en el trabajo político-pedagógico y, aunque sin registrarlo formalmente, lo invitó a formar
parte de la UNEM.
Edmundo
77
Marco contextual
Autoaprendizaje (Bertely coord., 2004) y desempeñando un papel muy activo en todos los
demás proyectos y procesos educativos realizados.
Sin embargo, a diferencia de Juan, quien salió de su comunidad para seguir formándose en
el mundo y en las escuelas de los kaxlanes, una vez terminada la secundaria, Edmundo
decidió quedarse a servir a su comunidad, que lo nombró como educador comunitario de la
que fue la EPTRI, donde ya lleva casi diez años de experiencia frente a grupo. En todos
estos años de trabajo como educador comunitario, Edmundo no ha dejado de apoyar a su
padre en el trabajo agrícola en la milpa y en el cafetal; la pequeña beca que recibe del
Programa Educador Comunitario Indígena (PECI) no le alcanza para mantener a su esposa
y sus dos hijos y, como en más de una ocasión platicamos durante nuestras caminatas por la
montaña, él sabe que la tierra en la que vive ha sido el resultado de la lucha de sus padres y
tíos en contra de los finqueros kaxlanes que dominaban la región de Simojovel y, gracias a
su lucha, ahora tanto él como sus hermanos y primos ya no tienen que trabajar como
peones, sino que, a pesar de ser campesinos pobres, son libres de construir su futuro y el de
sus hijos.
Su labor docente adentro y afuera del salón de clase, la afectividad y cariño que pone en la
relación con los niños de la escuela y, finalmente, su capacidad para involucrar a los padres
de familia en las actividades pedagógicas que se estuvieron promoviendo a lo largo del
proceso de diseño curricular, hacen de él probablemente uno de los mejores ejemplos del
ser y quehacer del maestro-acompañante cuyo proceso de co-teorización analizaremos en el
sexto capítulo de la tesis. Atento, participativo y con una gran capacidad para analizar su
propia práctica educativa y reflexionarla críticamente, su contribución a la elaboración del
plan de estudios ha sido constante e integral, reflejándose prácticamente en todas sus
dimensiones. En particular, Edmundo ha sido uno de los colaboradores que mejor ha sabido
retroalimentar el proceso de diseño a partir de las experiencias educativas vividas en la
comunidad y en la escuela, atreviéndose a experimentar con sus alumnos y con los padres
de familia las propuestas que se construyeron en los talleres de diseño curricular y, a partir
de la práctica, retroalimentar el proceso con observaciones frescas y aterrizadas.
Pero sus aportaciones no se “limitaron” a este aspecto pedagógico, sino que fueron
determinantes también en el ámbito político de la propuesta educativa. De hecho, como la
mayor parte de los colaboradores indígenas y no indígenas que co-teorizamos este modelo
curricular, Edmundo no sólo se ha formado en el discurso y en la práctica política del
zapatismo, sino que, a pesar de ya no formar parte de la organización, sigue siendo uno de
los educadores de La Pimienta más cercanos al pensamiento zapatista. Es así que, como
veremos en el último capítulo de esta tesis, Edmundo estuvo apoyando los planteamientos
del grupo de colaboradores que no estábamos de acuerdo con la iniciativa de Jorge de
presentar el currículum ante la Secretaría de Educación, sino de acercarnos a la educación
78
Marco contextual
autónoma zapatista para dar a conocer la propuesta educativa que habíamos elaborado. De
esa manera, pensábamos establecer una colaboración con la educación autónoma que
podría enriquecer nuestra misma propuesta y además, ampliar considerablemente su
difusión en escuelas de los Altos, Selva y Región Norte de Chiapas.
Jesús
Jesús, Chucho para los amigos, es un joven ch’ol que vive en una pequeña comunidad del
municipio de Petalcingo en la región Norte de Chiapas, zona con fuerte presencia de bases
de apoyo del EZLN así como de grupos paramilitares financiados por el Gobierno. Se trata
de una región densa en conflictos inter e intracomunitarios donde el EZLN recuperó varias
tierras para sus bases de apoyo y donde, desde el levantamiento armado de 1994 hasta la
fecha, ha habido continuos enfrentamientos entre grupos opuestos. Es en este contexto en el
que Chucho ha crecido y ha tenido sus experiencias en la vida comunitaria y en el campo
educativo. De hecho, Jesús es, a la fecha, el único de nuestros colaboradores indígenas que
sigue participando activamente en la educación autónoma zapatista como formador de
promotores educativos y como educador comunitario. Toda su familia es base de apoyo
zapatista, y uno de sus hermanos también tiene un cargo importante en la región. Encargado
de uno de los centros de formación autónomos de la Junta de Buen Gobierno de Roberto
Barrios que operan en la región norte, Jesús fue invitado a participar en el proceso de
diseño curricular por parte de Pancho, quien lo conoció cuando aún apoyaba el sistema
educativo autónomo zapatista e impartía cursos sobre el Método Inductivo Intercultural y
los materiales educativos elaborados por parte de la UNEM a los promotores educativos
autónomos de la zona Norte.
79
Marco contextual
Como se mostrará a lo largo de la tesis, uno de los temas que más sobresalen en las
aportaciones de Chucho es la importancia otorgada a las autoridades comunitarias y a los
padres de familia en los asuntos escolares, lo que se refleja en su papel activo no sólo en los
asuntos generales que atañen a la escuela como institución educativa, sino también en el
control que la comunidad ejerce sobre los maestros y, sobre todo, en la participación activa
de los comuneros en todo el proceso de enseñanza-aprendizaje, incluyendo por supuesto la
evaluación de los aprendizajes y del desempeño docente.
80
Marco contextual
De hecho, con la única excepción de Huacho quién, a lo largo del proceso de diseño
curricular no trabajó cotidianamente frente a grupo con los niños de su comunidad tseltal de
Emiliano Zapata (Municipio de Pico de Oro), sino que solamente logró que el maestro de la
escuela oficial le prestara a su grupo los días viernes cuando salía para cobrar o para acudir
a una comisión, Armando, Florencio y Jacobo son educadores comunitarios que trabajan en
la escuela de La Pimienta y Miguel, aunque de forma discontinua, ha sido desde hace
varios años promotor educativo zapatista en las escuelas pertenecientes al sistema
educativo autónomo de la región ch’ol del municipio de Yajalón.
En el caso de Huacho, el más “novato” entre los colaboradores indígenas, no cabe duda que
una de sus mejores virtudes ha sido la escucha y la paciencia de aprender de las
experiencias de sus compañeros para, paulatina pero progresivamente, empaparse del
Método Inductivo Intercultural para llegar a ser hoy en día uno de los formadores que
participan en los diplomados que la UNEM/EI, en colaboración con CIESAS, sigue
impartiendo con los maestros bilingües que estudian la LEPEPMI de UPN en diferentes
estados del país.
Finalmente, con respecto del conflicto sobre el futuro de la propuesta curricular, las
posturas de los cinco colaboradores difirieron radicalmente. Mientras que los tres
educadores de La Pimienta secundaron la estrategia de Jorge de seguir buscando el diálogo
81
Marco contextual
con las instancias educativas oficiales, probablemente pensando que podría de alguna
manera beneficiarles para conseguir una plaza como maestro y dejar de ser becarios del
programa PECI (obteniendo con ello una considerable mejora salarial), Miguel y Huacho,
políticamente más cercanos al movimiento zapatista, donde ambos habían militado en
alguna etapa de su vida, apoyaron la propuesta de dirigirse a las Juntas de Buen Gobierno,
aunque finalmente aceptaron la decisión de Jorge, reconociendo su autoridad moral y su
poder sustantivo sobre la propuesta curricular.
María
María fue la coordinadora general de todo el proyecto de diseño curricular, la que consiguió
el financiamiento de la Fundación Ford que hizo posible juntar al equipo y la que estuvo
atendiendo todas las gestiones académico-administrativas y financieras implicadas en un
proceso de más de dos años de duración, que culminó en la publicación de la colección
Sembrando nuestra educación intercultural como derecho: Diálogos, experiencias y
modelos educativos de dos organizaciones indígenas del estado de Chiapas (Bertely
coord., 2009), de la cual el Modelo curricular que se analiza en esta tesis es solamente uno
de los cinco textos y materiales educativos producidos.
Junto con tatuch Gasché, María fue la principal asesora académica del proceso de diseño
curricular, lo que nos dio la seguridad de contar con un respaldo académico fuerte y sólido
y nos permitió innovar y atrevernos a experimentar y a construir una propuesta curricular
alternativa y contra-hegemónica. Su participación activa en varios talleres de diseño
curricular, así como su atenta lectura y retroalimentación de los avances que le enviábamos
Raúl y yo, le permitieron aportar directamente a la consolidación de diferentes dimensiones
de la propuesta curricular.
Sin menoscabo de sus muchas aportaciones al proceso de diseño curricular, mismas que
destacaré en los siguientes capítulos, considero que una de sus contribuciones
fundamentales al proceso fue justamente la de confiar en sus colaboradores indígenas y
kaxlanes, de creer firmemente que el equipo que ella había armado era capaz construir una
propuesta educativa intercultural innovadora y socioculturalmente relevante. Aunque no
cabe duda de que ella nos conocía bien y, por las experiencias previas que había tenido con
cada uno de nosotros, sabía que había armado un grupo comprometido y capaz de lidiar con
la tarea, María supo conferir a todo el equipo de colaboradores la seguridad y la
tranquilidad de poder realizar un trabajo importante, delegando responsabilidades tanto al
colectivo como a cada uno de nosotros.
82
Marco contextual
Gasché
Jorge Gasché o, mejor dicho, tatuch, como solemos apodarlo los diferentes colaboradores,
expresando con esa palabra en lengua tseltal el profundo respeto que sentimos hacia nuestro
colaborador más anciano, más experto, a quien consideramos ser el padre del Método
Inductivo Intercultural, ha sido, junto con María Bertely, el asesor académico del proceso
de diseño curricular. Como veremos a lo largo de la tesis, a pesar de haber participado sólo
en dos de los once talleres de diseño curricular (el primero y el que se realizó hacia
mediados del proceso en octubre del 2007), Jorge ha sido omnipresente a lo largo de todo el
proceso. Lo anterior no solo debido a que tatuch estuvo revisando y retroalimentando todos
los avances, memorias y borradores que los dos asesores kaxlanes (Raúl y yo) le
enviábamos al finalizar cada taller, sino por la importancia de sus reflexiones teóricas sobre
educación e interculturalidad que aparecen en sus escritos, citados por doquier en la
propuesta curricular.
Pero sobre todo, la omnipresencia de Gasché a lo largo de todo el proceso radica en el peso
de las palabras, explicaciones y reflexiones por medio de las cuales, durante más de diez
años, y en el curso de los talleres de diseño en los que nos estuvo acompañando, no sólo ha
enseñado el Método Inductivo Intercultural a los colaboradores indígenas de la UNEM/EI y
a sus asesores kaxlanes, sino que ha sabido inter-aprender con ellos a hacer una educación
intercultural política y culturalmente significativa para los pueblos indígenas de Chiapas.
83
Marco contextual
facilidad por medio de la cual Gasché lograba construir conocimientos escolares indígenas
y articularlos con los convencionales a partir de las actividades sociales, productivas,
rituales y recreativas que nuestros colaboradores indígenas solían utilizar como fuentes de
enseñanza en sus escuelas comunitarias desde antes de conocerlo, pero que, como veremos
en el quinto capítulo de la tesis, al apropiarse críticamente de su propuesta metodológica,
aprendieron a usar de manera sistemática no sólo para generar conocimientos indígenas
escolares, sino también para articular esos últimos con los conocimientos escolares
convencionales que salen en los planes de estudio oficiales.
Otra gran aportación al proceso de diseño curricular de tatuch Gasché y, junto a él, de
María Bertely, ha sido sin lugar a dudas la tranquilidad que supieron dar al equipo de
colaboradores que estábamos diseñando el plan de estudios, ya que al saber que nuestras
reflexiones y propuestas iban a ser revisadas y retroalimentadas por dos reconocidos
expertos en el campo de la educación intercultural, nos hizo sentir seguros de no andar por
caminos equivocados y nos permitió atrevernos a innovar y a experimentar.
Raúl
Raúl es, junto a quien escribe, uno de los dos asesores kaxlanes que estuvimos
acompañando de manera presencial todo el proceso de diseño curricular, participando en
cada uno de los once talleres realizados entre noviembre de 2006 y octubre de 2008. Nacido
y criado en la ciudad mestiza de San Cristóbal de Las Casas, Raúl no tiene nada que ver
con el clásico estereotipo del “coleto auténtico”, como suelen autodefinirse los
sancristobalenses que reivindican su sangre española y que, por lo general, tienen actitudes
racistas y discriminatorias hacia la gente indígena, a quienes consideran ignorantes, sucios e
inferiores. Al contrario, Raúl forma parte de aquel pequeño grupo de “coletos alternativos”
que el primero de enero de 1994, cuando la mayoría de sus conciudadanos se atrincheraba
en sus casas temblando por la invasión de “la indiada”, salió a las calles de San Cristóbal
para apoyar con comida y cobijas a los que habían llegado a reivindicar sus derechos y, de
paso, a comprender mejor lo que estaba sucediendo, acercándose a dialogar con los
encapuchados zapatistas para escuchar sus demandas. Desde entonces, Raúl ha sido un
militante activo de la sociedad civil pro-zapatista, participando en el Frente Zapatista de
Liberación Nacional (FZLN), en la Sexta y en la Otra Campaña así como en muchas otras
iniciativas ciudadanas en favor del zapatismo. Lo anterior, sin embargo, no debe de
confundir al lector y hacerle suponer que Raúl sea uno de los tantos fanáticos admiradores
del Subcomandante Marcos dispuestos a todo para sacarse la foto con un insurgente y tener
su momento de gloria al participar en una marcha o asistir a un Caracol.
84
Marco contextual
Crítico y reflexivo por naturaleza, con esa curiosidad que emanan sus ojos inteligentes,
Raúl es una de las pocas personas que he conocido que, gracias al zapatismo, aprendió a
conocer desde cerca y desde adentro a la gente indígena y sus culturas, conviviendo,
conversando, inter-aprendiendo con hombres, mujeres, ancianos y niños tsotsiles, tseltales,
ch’oles y tojolabales que habitan las regiones de los Altos, Selva y Norte de Chiapas. El
interés por relacionarse con aquellos indios a quienes sus conciudadanos tanto temen y
aborrecen y, como él mismo suele decir, por aprender de las culturas indígenas y, en
particular, de sus formas de concebir la educación para construir alternativas educativas
para la propia gente mestiza, lo llevó a estudiar la maestría en Antropología Social del
CIESAS-Sureste, titulándose con una de las mejores tesis escritas sobre la educación
autónoma zapatista (Gutiérrez, 2005), cuya lectura es fundamental para cualquiera que
aspire a reflexionar acerca de ese tema.
Pero, más allá de la tesis, la relación de Raúl con los pueblos indígenas de Chiapas y de
México en general ha sido continua y muy cercana y, entre otros proyectos, se ha
concretado en el acompañamiento de prácticamente todos los procesos educativos
realizados en colaboración con la UNEM/EI y coordinados por diferentes investigadores
del CIESAS, entre ellos Ronald Nigh y, en los últimos diez años María Bertely. En todos
estos proyectos, la presencia de Raúl ha sido una constante y una garantía de continuidad
no sólo para el CIESAS, sino sobre todo para los compañeros educadores comunitarios,
quienes lo consideran una persona de mucha confianza y un referente fundamental en
cuestiones político-pedagógicas.
Como se analizará en los diferentes capítulos de la tesis, sus aportaciones están presentes a
lo largo de todo el proceso de diseño curricular, durante el cual Raúl se encargó, junto a
quien escribe, de facilitar y coordinar los trabajos de diseño curricular, de elaborar las
memorias escritas de los talleres y de sistematizar las informaciones que salían en los
debates y las reflexiones colegiadas. Pero, más allá de esto, como explicaré detalladamente
en la parte metodológica de la tesis, creo que su más importante contribución fue la de
saber escuchar, callando su voz cuando era más importante oír atentamente las reflexiones
de nuestros colaboradores indígenas y levantándola cuando era necesario aportar ideas
desde la mirada de un kaxlan tan comprometido con la causa indígena al punto de atreverse
en más de una ocasión a criticar duramente al propio CIESAS y a los investigadores que,
desde hace ya varios años, seguimos colaborando en la construcción de una nueva
educación intercultural.
A la hora del conflicto sobre el futuro de la propuesta curricular que tanto contribuyó a co-
teorizar, su visión política, pero sobre todo su reflexión crítica sobre las características
intrínsecas del plan de estudios lo llevaron a posicionarse a favor del diálogo con la
educación autónoma zapatista y no estuvo de acuerdo en seguir negociando con las
instancia educativas oficiales. Sin embargo, y a diferencia de quien escribe, Raúl entendió
desde el principio cuáles eran los límites del poder formal que le confería su papel de asesor
kaxlan, por lo que, aunque manifestó claramente su opinión, respetó la decisión de Jorge y
del grupo propenso a continuar la negociación con el Gobierno, consciente de que de todas
formas su compromiso hacia la construcción de una nueva educación intercultural no se
detendría.
85
Marco contextual
Stefano
No es nada fácil escribir sobre uno mismo, menos en una tesis, pero considero que es una
tarea que no puedo eludir para cerrar esta parte dedicada a la presentación de los diferentes
colaboradores que co-teorizamos el Modelo curricular de educación intercultural bilingüe
UNEM (AAVV, 2009). Para mí el proceso de diseño curricular llegó en una etapa
importante de mi formación académica, en la que había madurado algunas interesantes
experiencias investigativas y laborales en el campo de la educación y la interculturalidad
que, por diferentes razones, no me habían dejado completamente satisfecho.
Chiapas fue mi punto de llegada a México a mediados de 1997, cuando vine a realizar
trabajo de investigación documental para mi tesis de licenciatura en ciencias políticas, en la
que me dediqué a analizar el “resurgimiento” de la cuestión indígena en México en
consecuencia del levantamiento armado zapatista y del intenso debate político-académico
provocado antes por los Acuerdos de San Andrés y luego por su incumplimiento por parte
del Gobierno Federal. A pesar de mi interés y entusiasmo, sin embargo, mi primera
experiencia en las montañas del sureste mexicano no fue muy positiva, ya que la realidad
que encontré era muy distinta del imaginario que había construido a partir de mis lecturas.
Luego de titularme en ciencias políticas (mediados de 1998), regresé a México para seguir
formándome y tener más herramientas para conocer y relacionarme con esas culturas
indígenas que seguían atrayéndome a pesar del desencanto vivido en mi primera
experiencia chiapaneca. Decidí que la mejor manera para formarme era la de estudiar la
maestría en Antropología Social en el CIESAS de la Ciudad de México, donde había
encontrado gran parte de la bibliografía sobre el indigenismo mexicano que había
86
Marco contextual
Una vez ingresado a la maestría, decidí que, para conocer las culturas indígenas desde
adentro, era más útil hacer una experiencia en un contexto diferente al chiapaneco. Fue así
como decidí trabajar mi tesis de maestría en la Huasteca veracruzana, donde finalmente
pude convivir con la gente indígena en sus comunidades sin la mediación de agentes
externos demasiado politizados y sectarios que ya tenían respuestas listas ante cualquier
inquietud o pregunta. La Huasteca fue donde aprendí el oficio antropológico, haciendo
trabajo de campo bajo la experta guía de Franςois Lartigue. Ahí fue donde realicé mis
primeras vivencias interculturales con las sociedades indígenas con las que no había podido
convivir en Chiapas.
La realización de mi tesis de maestría sobre los impactos del Telebachillerato entre los
jóvenes náhuatl de Cuatzapotitla (Municipio de Chicontepec), me permitió empezar a
trabajar con María Bertely, lo que marcó mi ingreso al campo de la antropología educativa
y de la interculturalidad. Al terminar la maestría, la experiencia madurada en la Huasteca y
la investigación realizada en el campo de la educación intercultural a nivel medio superior,
me abrieron las puertas para entrar a trabajar como asesor en la recién creada Coordinación
General de Educación Intercultural y Bilingüe (CGEIB) de la Secretaría de Educación
Pública (SEP), entonces a cargo de Sylvia Schmelkes, dedicándome a hacer investigación
sobre bachilleratos en regiones indígenas. Fue justamente en mi calidad de asesor de la
CGEIB que, a comienzos de 2004, regresé a Chiapas, donde sigo viviendo hasta la fecha.
A pesar de que sólo habían pasado pocos años de mi primera estancia en San Cristóbal,
todo parecía muy distinto a como lo había conocido antes. Probablemente yo también había
cambiado gracias a los aprendizajes realizados con los campesinos náhuatl de la Huasteca,
por lo que sentía que se abría una nueva etapa de mi vida profesional. Fue entonces cuando
empecé a relacionarme con los educadores de la UNEM/EI, gracias a la invitación que
María Bertely me hizo para empezar a colaborar, aunque de forma esporádica en un
principio, en los proyectos que ella coordinaba. Al mismo tiempo, siguiendo el impulso que
me empujaba a dedicarme no sólo a la investigación, sino también a la acción, trabajé por
dos años con la Casa de la Ciencia, una AC dedicada al desarrollo de procesos educativos
en regiones indígenas, en la que realicé nuevas experiencias concretas en el campo de la
educación intercultural tanto a nivel básico como medio superior, enfocándome en
particular a la formación y actualización de docentes que trabajan en el medio indígena y a
la promoción de la participación ciudadana en educación.
Luego, a comienzos de 2006, pocos meses antes de que comenzara el proceso de diseño
curricular que nos ocupa, Lourdes Casillas de la CGEIB me invitó a colaborar en el proceso
de consolidación de la recién creada Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH),
institución con la que desde entonces he estado colaborando antes como asesor, luego como
maestro de asignatura, después como iniciador y coordinador del programa de tutorías y,
desde enero del 2011, como profesor de tiempo completo en la carrera de Desarrollo
Sustentable.
87
Marco contextual
Ahora bien, ésta era la experiencia acumulada que tenía cuando, a mediados de 2006, María
Bertely me invitó a participar en el proceso de diseño curricular que se analiza en esta tesis.
Para mi fue una oportunidad única de crecer profesionalmente trabajando al lado de los
educadores comunitarios de la UNEM/EI, de María Bertely, Jorge Gasché y Raúl
Gutiérrez, o sea de los autores de los materiales educativos, libros y artículos que más
habían alimentado mis reflexiones teóricas sobre educación e interculturalidad a lo largo de
la década anterior. Fue así que acepté con entusiasmo la invitación y me dispuse a aprender
de esta nueva experiencia en la que iba a participar. A lo largo del proceso de diseño
curricular, mi trabajo como asesor fue evolucionando conforme avanzó el tiempo. Si bien
en un principio, como precisó Gasché en el primer taller de diseño curricular realizado en
noviembre del 2006 en Ocosingo, “únicamente” tenía que redactar en un castellano
gramaticalmente correcto las reflexiones de los educadores indígenas sobre los diferentes
ámbitos de la propuesta curricular, conforme fue avanzando el proceso Raúl y yo
―siempre en estricta coordinación con Bertely y Gasché, pero con márgenes cada vez más
amplios de autonomía― empezamos a encargarnos no sólo de la redacción de las relatorías,
sino también de la planeación y facilitación de los talleres de diseño curricular, de la
sistematización de las informaciones surgidas de los debates y reflexiones colegiadas, de la
identificación y definición de las tareas de investigación pendientes así como de enviar los
avances a todos los colaboradores indígenas y asesores kaxlanes para su revisión y, de esa
manera, ejercer de manera más completa nuestro poder formal y controlar el avance del
currículo en proceso de construcción. Pero más allá de esas tareas académicas que Raúl y
yo solventábamos con relativa facilidad, lo que fue realmente modificándose tuvo que ver
con la calidad de nuestra participación en el proceso de diseño curricular que, como se
pretende demostrar en la tesis, y junto a los demás colaboradores, transformamos en una
experiencia de co-teorización intercultural orientada por una Metodología Arraigada
Intercultural (MAI).
De hecho, más allá de mi expertise académico, creo que mi aportación más relevante al
proceso de diseño curricular fue epistemológica y se construyó a partir de una disposición
actitudinal que me orientó hacia la escucha activa, la colaboración y el inter-aprendizaje.
En la parte metodológica de esta tesis seré más exhaustivo al respecto de los fundamentos
teórico-metodológicos y de las implicaciones y consecuencias de mi decisión inicial de
“callarme y seguir escuchando”, pero no cabe duda de que esta disposición fue fundamental
para orientar mi participación a lo largo de todo el proceso de diseño curricular.
88
Capítulo 2.
De eso que llaman interculturalidad…
2.1. Introducción
Otros autores caracterizan este concepto operando una distinción entre interculturalidad
como situación de hecho y como principio normativo (Zúñiga & Ansión, 1997). La primera
correspondería al hecho de coexistir y convivir culturas diferentes entre las que puede
existir una convivencia armónica o conflictiva marcada por el rechazo y la discriminación.
La segunda tendría que ver con “la actitud de asumir positivamente la situación de
diversidad cultural en la que uno se encuentra” (Zúñiga & Ansión 1997, p. 83), generando
formas y canales para entablar un diálogo horizontal que permita el reconocimiento de las
influencias mutuas en el espacio de convivencia y la necesidad de orientarse hacia un
proyecto político común que no anule las diferencias sino que se enriquezca a partir de
ellas48.
48
Al respecto, consideramos necesario señalar que para la educación intercultural antirracista, el racismo no
es un conjunto de prejuicios que se puede superar modificando actitudes y creencias, sino que es una
ideología que justifica que ciertos individuos gocen de ventajas sociales derivadas de su pertenencia a un
grupo étnico determinado. En este sentido, los promotores de una educación antirracista parten de la premisa
de que el sistema educativo es uno de los elementos reproductores del racismo. Por lo anterior, afirman que su
tarea principal es la de combatir esta ideología desde el propio sistema educativo. Ahora bien, no cabe duda
de que, en este proceso, los propios indígenas y sus organizaciones y, en particular, los maestros bilingües,
son llamados a desempeñar un papel fundamental.
89
De eso que llaman interculturalidad…
[...] tiene que ver con el deseo de que las relaciones entre las culturas se den
desde posiciones de igualdad. Eso significa que, cuando trabajamos con
indígenas en instituciones educativas, una de las primeras cosas que debemos
hacer es fortalecer su identidad, lo cual tiene que ver con el conocimiento de la
cultura propia, con el dominio de su lengua y con el orgullo de ser lo que son.
(p. 659)
90
De eso que llaman interculturalidad…
[...] es la que conduce a que haya grupos sociales que consideran la existencia
de una cultura superior ―la suya, desde luego―. Muchas veces, como
consecuencia de esta superioridad subjetiva, causa profunda del racismo y de la
discriminación, los miembros de las culturas minoritarias se consideran a sí
mismos inferiores, al valorarse según los criterios de la cultura dominante; esto
es causa del llamado racismo introyectado, que impide, al igual que la
superioridad subjetiva, que la relación entre grupos y personas de culturas
distintas se otorgue desde planos de igualdad y con base en el respeto.
(Schmelkes, 2004b, p. 34)
Al referirse a cómo educar para la interculturalidad, Schmelkes señala que este proceso
supone algo distinto en diversos escenarios y, en particular, en el escenario
mayoritariamente indígena:
Ahora bien, sin menoscabo de las consideraciones anteriores y con el fin de definir un
marco teórico conceptual que me permita analizar críticamente el proceso de construcción
del Modelo curricular de educación intercultural bilingüe UNEM (AAVV, 2009),
considero plantear una premisa fundamental. A pesar de su creciente uso discursivo, la
interculturalidad no es un concepto ni homogéneo ni unidireccional, sino que es un término
polisémico, una idea debatida, en constante negociación y definición. En cuanto tal, no se
sustenta en una base de significados estables ni necesariamente compartidos, sino en
sentidos que representan un abanico de posiciones, tanto individuales como colectivas,
tanto oficiales como alternativas, a menudo en conflicto entre ellas.
91
De eso que llaman interculturalidad…
[...] dentro del debate sobre la interculturalidad están en juego perspectivas que,
por un lado, intentan naturalizar y armonizar las relaciones culturales a partir de
la matriz hegemónica y dominante (el centro, la verdad o la esencia universal
del Estado nacional globalizado) y, por el otro, perspectivas que denuncian el
carácter político, social y conflictivo de estas relaciones. (Walsh, 2002, p. 116)
La primera tendencia, que se construye a través de procesos que se inician desde arriba
hacia bajo, parte del reconocimiento de la existencia de grupos étnicos, cada uno con sus
valores y creencias culturales distintas. Su enfoque, es la “diversidad en la unidad” y
plantea el reconocimiento de diversos grupos étnicos dentro de lo nacional. La
interculturalidad se presenta como relación, encuentro o diálogo entre grupos. Al contario,
la segunda tendencia se refiere a procesos que se inician de abajo hacia arriba, desde la
acción local, y que buscan producir transformaciones sociales. Esta posición crítica:
Es así que, retomando las aportaciones de los autores que acabo de mencionar, me parece
relevante marcar una distinción entre dos polos de intepretación de la interculturalidad y de
la educación intercultural bilingüe:
a) Uno, que va de arriba hacia abajo, que resulta ser funcional al modelo de estado-nación
neoliberal ya que, siguiendo la tradición del multiculturalismo anglosajón (Taylor, 1993),
concibe las políticas interculturales como mecanismos asistenciales que contribuyen al
92
De eso que llaman interculturalidad…
b) Otro, cuya direccionalidad va de abajo hacia arriba, que parte de una crítica hacia el
sistema neoliberal hegemónico y que, desde una visión altermundista, considera que la
interculturalidad en general y la educación intercultural bilingüe en lo específico son un
derecho y un medio para lograr la reproducción de las culturas indígenas, así como una
estrategia de sus movimientos y organizaciones para tener el control sobre la educación que
se imparte en las escuelas donde se forman sus hijos.
La primera tendencia puede ser interpretada como parte de las políticas implementadas por
parte de instituciones multinacionales ―como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el
Banco Mundial (BM), entre otras― y de los gobiernos nacionales latinoamericanos que
hicieron propio el discurso neoliberal para asumir el liderazgo del proyecto intercultural.
Aunque siguen diseñando políticas educativas a partir de una racionalidad meramente
económica (Gentili, 2004; Frigotto, 2004; Coraggio & Torres, 1997), estos actores generan
un discurso que conduce a oficializar y retorizar la interculturalidad haciendola cada día
más parecida al viejo multiculturalismo neoliberal. Como destaca López (2009):
En contraste con la primera, la segunda tendencia que, vale la pena precisar, es la que
asumimos los autores de la propuesta curricular que se analizará en esta tesis, es
representativa de concepciones criticas de la interculturalidad que brotan de las luchas de
los pueblos indígenas y de la sociedad civil nacional e internacional. Reivindicando nuevas
formas de democracia y de ciudadanía más participativas e incluyentes, éstas cuestionan el
status quo vigente, manifestando cómo la educación intercultural no sólo es una decisión
pedagógica, sino que abarca también una dimensión política relacionada con la forma en la
que se conciben las relaciones interculturales en los estados latinoamericanos.
93
De eso que llaman interculturalidad…
Como acertadamente señala Tubino (2003), la interculturalidad forma parte del discurso
oficial de muchos Estados nacionales latinoamericanos. Briones (2002) destaca que la
conversión de los pueblos indígenas en sujetos de derecho internacional forma parte de
procesos más amplios que, desde los setenta del siglo XX, vienen instalando consenso
hegemónico en torno a la legitimidad de las llamadas políticas de acción afirmativa y
discriminación positiva en los países de América Latina. Básicamente, observa la autora,
opera en este campo no solo la tendencia global a aceptar que las particularidades culturales
de los ciudadanos indígenas encuentren espacios equitativos de manifestación y
representación en la esfera pública, sino la de ver a los pueblos indígenas como conjuntos
con derechos colectivos diferenciados, entre ellos el derecho a una educación pertinente y
respetuosa de su diversidad sociocultural y lingüística. Paralelamente a la producción y
adopción de convenios y declaraciones internacionales relativos a los derechos de los
pueblos indígenas a la educación (desde el Convenio 169 de la Organización Internacional
del Trabajo, hasta la recién aprobada Declaración Universal sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas de la Organización de las Naciones Unidas), a lo largo de la última
década del siglo XX, los gobiernos latinoamericanos han internalizado un discurso
democratizador, igualitario e intercultural, proclamando sus naciones como países multi-
pluriculturales, incluyendo este reconocimiento en sus constituciones, leyes y reglamentos
y, finalmente, promoviendo en sus discursos y programas oficiales diferentes propuestas
educativas interculturales y bilingües (Küper, 1997,1999; López, 1996; Moya, 1998).
Ahora bien, si no cabe duda de que nada de lo logrado hasta el momento ha sido solamente
el fruto de concesiones graciosas por parte de los gobiernos latinoamericanos, y es
importante recordar que los movimientos y organizaciones indígenas han conseguido abrir
importantes espacios de negociación con los gobiernos nacionales, tampoco: “[...] puede
perderse de vista que, sin ciertos reacomodos globales, no habría habido espacio
económico, político e ideológico para que se manifestara este nuevo ‘interés’ internacional
por la problemática” (Briones, 2002, p. 385).
Gros (2000) señala que, a lo largo de la última década del siglo XX, al interior de un
contexto internacional caracterizado por la aceleración del proceso de globalización bajo la
hegemonía neoliberal, se asiste a:
94
De eso que llaman interculturalidad…
95
De eso que llaman interculturalidad…
Es así que, al reflexionar acerca de las políticas de reconocimiento de las diferencias que
los estados latinoamericanos han venido implementando a lo largo de las dos últimas
décadas del siglo XX, estamos de acuerdo con Gros cuando afirma que:
Pero, además de esto, el hecho de que, antes de haber implementado las políticas
pertinentes, muchos gobiernos latinoamericanos hayan adoptado un discurso intercultural,
inclusive reconociendo en sus constituciones su multi-pluriculturalidad, levanta la sospecha
de que se trate de una estrategia de los gobiernos para aparecer políticamente correctos
antes los organismos internacionales y los grupos de presión internos, logrando un
consenso políticamente útil, sin por ello realizar transformaciones sustanciales en las
relaciones con los pueblos indígenas. Pareciera que estuviéramos en presencia de un
proceso de oficialización y retorización de la interculturalidad, donde el uso tan recurrente
de este término en los discursos públicos lo convierte en mero eslogan, en figura retórica
que alude a una utopía lejana pero a ninguna realidad, a ninguna actualidad. A tal respecto,
Zizek (2001) sostiene que el capitalismo global de la actualidad opera una lógica
multicultural que incorpora la diferencia mientras que la neutraliza y la vacía de su
significado efectivo. En este sentido, el reconocimiento y el respeto de la diversidad
cultural se convierten en un componente del capitalismo global, o en lo que Quijano (1999,
p.101) denomina “su otra cara”, el nuevo modelo de dominación cultural posmoderna
(Jameson, 1996) que ofusca y mantiene a la vez la diferencia colonial a través de la retórica
discursiva del multiculturalismo y su herramienta conceptual de la interculturalidad
entendida de manera integracionista. En este mismo sentido Tubino (2003) se refiere al
“doble discurso del interculturalismo instituido” cuya praxis “no es la lógica de la norma”
(Tubino, 2003, p.20-21) y nos ayuda a comprender que al caracterizarse por la
implementación de políticas inspiradas en la perspectiva anglosajona de la discriminación
positiva y del multiculturalismo, la política intercultural neoliberal apunta a controlar el
conflicto intercultural entre pueblos indígenas y sociedades nacionales y a conservar la
estabilidad social, con el fin de impulsar los imperativos económicos de acumulación
capitalista. Es en ese marco que Briones advierte que:
96
De eso que llaman interculturalidad…
97
De eso que llaman interculturalidad…
98
De eso que llaman interculturalidad…
el manejo de identidades múltiples, superpuestas y maleables que abarcan los ámbitos local,
nacional y global que se intersecan en lo que la autora define como identidad portada50. Por
el otro, se trata de un proyecto de carácter empresarial que, orientado por la política
neoliberal, promueve el desarrollo de habilidades comunicativas y de gestión a través de
proyectos productivos, formando estudiantes que se puedan insertar en el mercado regional,
nacional e internacional para el beneficio de los sectores rurales e indígenas locales. Es así
como las competencias letradas y profesionales son visualizadas como los nuevos atributos
étnicos de los intermediarios y, en congruencia, la escolarización se convierte en un
referente identitario fundamental en la intermediación entre las comunidades distintivas y la
sociedad nacional envolvente, documentando de esta manera “la dimensión política de la
interculturalidad, expresada en la capacidad del intermediario local de reinventar su
etnicidad frente a las nuevas condiciones que presenta la escolarización local” (2000, p.
13).
50
En un trabajo posterior, González (2000a) señala al respecto: “Este uso de la identidad como atributo
flexible, dinámico y coexistente con otras identidades, es importante en el proyecto político de los
intermediarios mixes. Los nuevos cuadros gestivos podrán ser activos promotores del proyecto étnico y el
desarrollo comunitario en la medida en que sean capaces de adecuarse a los cambios que viven sus
sociedades; integrándose activamente a las nuevas dinámicas de movilidad poblacional e interactuando con
nuevos actores económicos desde su identidad étnica. En esta forma, un concepto de identidad dinámica y
maleable, una identidad portada, más que situada, estaría construyéndose en el discurso educativo local” (p.
9).
51
La primera Declaración de Barbados fue producto del Simposio sobre Fricción Interétnica en América del
Sur, motivado por la situación que atravesaban los pueblos indígenas de tierras bajas en un momento en el
cual los Estados veían las selvas amazónicas como territorios baldíos. Esta primera reunión fue producto de
las discusiones iniciales sobre el tema que tuvieron lugar en Lima en 1970, en el marco del Congreso de
Americanistas de ese mismo año (Bartolomé 2006). En la redacción de la segunda Declaración de Barbados
participaron, por primera vez, diversos líderes indígenas; de este modo se rompió con la tradición
antropológica de hablar sobre los indios para intentar hablar con ellos.
99
De eso que llaman interculturalidad…
[...] superar la preocupación casi exclusiva en los aspectos lingüísticos, para [...]
trascender incluso sus propias reflexiones culturales, y plantearse, desde el
ámbito inicial de la visión indígena, la situación de la interrelación de contacto
y conflicto entre las sociedades indígenas y la sociedad hegemónica o
“nacional” y arribar a cuestiones tanto epistemológicas como políticas,
vinculando así conocimiento y participación a poder. (López, 2009, p. 2)
En efecto, con el pasar del tiempo, a la revisión crítica del currículum oficial y la re-
estructuración del mismo a partir de la visión, necesidades y aspiraciones de las
poblaciones originarias se asistió a una apropiación cada vez mayor del espacio escolar por
parte de los movimientos y organizaciones indígenas. En particular, la emergencia de una
agencia cultural indígena, en cuya construcción participaron tanto líderes e intelectuales
indígenas como académicos y profesionales no-indígenas, se caracterizó paulatinamente
por un fuerte cuestionamiento de la ontología del conocimiento escolar, como es el caso de
dos proyectos realizados en Perú, en Puno e Iquitos. En el caso colombiano, el concepto de
interculturalidad se relaciona históricamente con el de etnodesarrollo y se empieza a utilizar
100
De eso que llaman interculturalidad…
hacia finales de los años setenta por parte del Consejo Regional Indígenas del Cauca
(CRIC) desde una postura que reivindicaba el saber propio y la defensa de los derechos
indígenas y de sus territorios. Desde sus inicios, el enfoque del CRIC se basó en la
participación comunitaria activa, la continuidad con la socialización primaria, la
vinculación con los procesos productivos, el aprendizaje por medio de la investigación y la
valoración de la lengua y el pensamiento propios (Bolaños et al., 2004, citado por López,
2009). Fue sobre la base de esta visión de interculturalidad que, a partir de los años
ochenta, el Estado colombiano planteó la propuesta oficial de etnoeducación que:
101
De eso que llaman interculturalidad…
para los indígenas, hacia otras construidas, primero, con ellos, hasta llegar a la situación
actual, en la que las propuestas educativas interculturales bilingües son planteadas desde
ellos mismos. El concurso militante y el protagonismo del movimiento indígena
determinaron que la interculturalidad trascendiera su inicial orientación culturalista y se
tiñera de matices políticos relacionados con la supervivencia de los pueblos indígenas y con
el sentido de la democracia en un país multiétnico. Desde la perspectiva indígena, los
planteamientos de interculturalidad trascendieron la esfera educativa para relacionarse
también con ámbitos como los de la territorialidad, la salud, la administración de justicia y
la vida pública en general, en el marco de un fuerte cuestionamiento al Estado-nación
latinoamericano:
Como hemos venido analizando a lo largo de las páginas anteriores, cuando los líderes
indígenas apelan a la interculturalidad y a la educación intercultural suelen concebir estas
nociones como estrechamente vinculadas a un nuevo proyecto democrático de Estado-
nación en el cual los pueblos y culturas indígenas no sólo tengan cabida sino que además
puedan desempeñar un papel importante y de influencia nacional. Como bien señala López
(2009, p. 28): “No cabe duda que en ese proceso la cultura indígena adquiere el papel de
recurso político, lo que redunda también en que a menudo se adopte un necesario
esencialismo estratégico”.
Entre otros autores, Walsh (2002) nos ayuda a reflexionar sobre los alcances de la
interculturalidad como proyecto contrahegemónico caracterizado por un uso político de la
cultura que viene concebida como campo de batalla ideológico y de lucha por el control de
la producción del conocimiento y por la hegemonía cultural y política. La autora afirma que
la interculturalidad crítica que se construye desde los movimientos y organizaciones
independientes indígenas del continente latinoamericano va más allá de la búsqueda de
reconocimiento o de inclusión social, que apela a cambios profundos en todas las esferas de
la sociedad y forma parte de una política cultural oposicional en la que: “[...] es central la
diferencia colonial que ha relegado y subalternizado a estos pueblos, sus prácticas y
conocimientos, demarcando, así [...] la diferenciación entre saberes locales-folklóricos, no-
académicos y la universalidad epistémica de la modernidad” (Mignolo, 2005).
Walsh (2002) destaca que: “[...] son estas relaciones de subalternidad y colonialidad que la
interculturalidad, como padadigma y proyecto, pretende estallar” (p. 118) y señala que la
102
De eso que llaman interculturalidad…
Esta diferencia colonial (Mignolo, 2005), destaca Walsh, rara vez asume el lugar central en
las discusiones y debates públicos que conciben a la interculturalidad como un asunto de
voluntad personal y no como un problema enraizado en relaciones de poder. En particular,
los discursos hegemónicos sobre la diversidad promovidos por las recientes reformas
constitucionales que se han dado en diferentes países latinoamericanos, desdibujan las
relaciones de poder y ocultan la colonialidad:
103
De eso que llaman interculturalidad…
ancestralidad, al espacio local de saberes, folklore o del mundo de la vida. Todo esto
evidencia la existencia de una diferencia no solo cultural y colonial sino epistémica
(Mignolo, 2005):
En palabras de López:
Finalmente, resulta evidente que los debates actuales que, desde los pueblos y
organizaciones indígenas latinoamericanos, se dan con respecto de la interculturalidad,
están planteando un cuestionamiento hacia la ontología del conocimiento escolar y al
significado de la educación. Como veremos a lo largo de los siguientes capítulos de esta
tesis al analizar críticamente el proceso de construcción del Modelo curricular de
educación intercultural bilingüe UNEM (AAVV, 2009), la preocupación reside no sólo en
qué aprender, sino también en cómo aprender, por qué y para qué y, lo que no es de menor
importancia, quién es el que enseña.
Antes de pasar a este análisis, sin embargo, resulta importante recuperar algunos
planteamientos específicos que, en el marco del paradigma crítico de la interculturalidad
que acabamos de presentar, caracterizan las interculturalidad y la educación intercultural
bilingüe en la propuesta educativa de la UNEM/EI y asesores kaxlanes.
104
De eso que llaman interculturalidad…
52
La autonomía plasmada en los Acuerdos de San Andrés implica la definición de un ámbito espacial y la
asignación de recursos materiales para que los pueblos indígenas puedan concretar sus derechos, así como un
ámbito de distribución de competencias políticas, económicas, sociales, culturales, educativas, judiciales y del
manejo de recursos para hacer efectivo el derecho de las comunidades a determinar sus propios proyectos y
programas de desarrollo.
105
De eso que llaman interculturalidad…
106
De eso que llaman interculturalidad…
La autora plantea que esta posición filosófica, ética y política se explica a partir del sentido
y del contenido que el investigador y sus colaboradores confieren a lo políticamente
pertinente y significativo para los mismos pueblos indígenas, y precisa:
Según esta interpretación, los argumentos en contra de la exaltación de los rasgos indígenas
esenciales suelen opacar lo que, en la filosofía política de la UNEM/EI y sus colaboradores,
resulta políticamente relevante:
107
De eso que llaman interculturalidad…
democrático implícito en las sociedades indígenas, Gasché identifica los rasgos específicos
y, de cierta forma, ideal-típicos53, que las caracterizan y que:
53
Ver nota 6 pág.4.
108
De eso que llaman interculturalidad…
que él me colabore, le invito a una fiesta, para que luego él me invite. (Gasché,
en prensa, p. 9).
109
De eso que llaman interculturalidad…
Es así que, como veremos en los capítulos siguientes, el Modelo curricular de educación
intercultural bilingüe UNEM (AAVV, 2009) se construye a partir del contexto
sociocultural comunitario en el que los niños indígenas viven, promoviendo la integración
de la escuela con las actividades sociales y productivas de las comunidades: “Es decir,
partimos del conocimiento local, del conocimiento indígena, de la realidad vivencial de los
alumnos para, en un segundo momento, articularlos y contrastarlos con los conocimientos
escolares/universales” (AAVV, 2009, p. 59). En ese marco, los valores positivos como
son, entre otros, la integridad del mundo vivo, la toma de acuerdo, la solidaridad, el respeto,
el trabajo, la palabra, la cooperación y, como síntesis de estos valores, la resistencia activa
(Bertely coord., 2007) que norman la vida comunitaria y orientan el comportamiento de los
seres humanos en los pueblos y sociedades tseltales, tsotsiles y ch’oles donde viven y
trabajan los educadores comunitarios de la UNEM/EI representan el filtro para realizar el
proceso de articulación y contrastación intercultural con lo occidental. Estos valores
constituyen los criterios que permiten filtrar los conocimientos escolares convencionales y
articularlos o contrastarlos con los conocimientos indígenas que están implícitos en las
actividades sociales, productivas, rituales y recreativas que se realizan en sus comunidades
y que, como veremos en los capítulos siguientes, los educadores comunitarios y los niños y
niñas que estudian en sus escuelas explicitan y analizan por medio del Método Inductivo
Intercultural (MII). Este proceso de articulación y contrastación entre “lo propio y lo ajeno”
(Bonfil, 1983) resulta ser fundamental:
[...] si queremos preparar a los alumnos para que, una vez egresados de nuestras
escuelas, puedan enfrentarse a la sociedad nacional-mestiza de manera crítica, a
partir de una preparación escolar y de una formación valorativa que les permita
tener capacidades críticas para discriminar y decidir cómo posicionarse en
cuanto ciudadanos indígenas frente a la nación pluricultural mexicana,
asumiendo una postura cultural propia con respecto de los valores de la
sociedad nacional-mestiza en la que van a participar y con la cual se van a
relacionar a lo largo de sus vidas. (AAVV, 2009, p. 99)
Es así que la ontología del conocimiento escolar se redefine desde lo que es culturalmente
propio, impregnando la escuela con los valores positivos, centrales, claves, básicos (Kottak,
2003) de las sociedades indígenas.
110
Capítulo 3.
Metodología de investigación
3.1. Introducción
“Yo apoyo la epistemología crítica que reta las nociones de objetividad y neutralidad.
Yo creo que la investigación es moral y política.
Yo valoro la auto-etnografía y las metodologías de aquel que se introduce profundamente,
que participa y que colabora”
(Denzin, 2005, p. 936).
111
Metodología de investigación
Gasché (2008a) señala que, para concebir propuestas educativas interculturales críticas, la
colaboración intercultural entre indígenas y no indígenas debería de centrarse en la
reciprocidad y en el inter-aprendizaje, lo que implica que el investigador no indígena
cuestione su propia posición de poder y renuncie a reproducir las características intrínsecas
112
Metodología de investigación
[...] la razón no es una, sino plural [...] que el mundo puede comprenderse a
partir de diferentes paradigmas [...]. Sólo una figura del mundo que admita la
pluralidad de la razón y del sentido puede comprender la igualdad a la vez que
la diversidad de los sujetos. Reconocer la validez de lo igual y diverso a
nosotros es renunciar a toda idea previa de dominio; es perder el miedo a
descubrirnos, iguales y diversos, en la mirada del otro. (p. 168)
Más allá de una actitud empática, desde mi punto de vista se trata de un claro
posicionamiento político y epistemológico del investigador. Al respecto, Gasché señala:
113
Metodología de investigación
Para Denzin se trata de: “[...] desarrollar un modelo colaborativo de investigación en el que
los investigadores sean responsables no hacia una remota disciplina o institución sino hacia
los sujetos que estudian” (Denzin, 2005, p. 954).
Estas consideraciones encuentran eco en los planteamientos del filósofo mexicano Villoro
(1998), quien, además, aporta un elemento adicional que resulta fundamental para la
reflexión metodológica que estamos desarrollando, cuando señala la importancia de que los
investigadores escuchemos la voz del otro con quien colaboramos sin interpretarla
forzosamente al interior de categorías que le son ajenas. Escuchar y aprender del otro
también cuando su verdad no concuerda con los conceptos y valores que tienen significado
adentro del paradigma del propio investigador, alcanzando así: “[...] un tercer nivel en la
comprensión del otro. Sería el reconocimiento del otro a la vez en su igualdad y en su
diversidad. Reconocerlo en el sentido que él mismo dé a su mundo” (Villoro, 1998, pp.
159-160).
Lo anterior nos lleva a plantear una nueva epistemología construida desde abajo que
permita “conocer desde el sur” (Santos, 2006), propiciando la construcción de un nuevo
paradigma crítico y solidario, una nueva “epistemología del Sur” (Santos, 2009) que se
deslinde del enfoque colonial-positivista que ve al otro como objeto, asumiendo de forma
114
Metodología de investigación
Ahora bien, para analizar la experiencia de co-teorización intercultural que he vivido con
mis colaboradores indígenas de la UNEM/EI, estos planteamientos resultan necesarios pero
no suficientes, por lo que hay que dar un paso más y, sobre todo, operativizarlos
metodológicamente. La siguiente reflexión de López (2009) pone el acento en el meollo del
asunto:
Concebida de esta forma, la etnografía colaborativa es en primer lugar una actividad ética y
moral y posteriormente política y, en cuanto tal, “engendra una compleja y siempre
cambiante negociación entre los etnógrafos y sus colaboradores” (Lassiter, 2005, p. 79).
Los acuerdos morales y éticos entre el investigador y los sujetos que participan en la
investigación se fundamentan en lo que Gasché (2008a) define como reciprocidad, o sea en
la aceptación explicita que cada parte que colabora está dispuesta y sabe aceptar las
representaciones de los otros sobre sí misma. Por lo tanto, en un proceso colaborativo como
el que se está analizando en esta tesis, es necesario recordar que, desde un principio, tanto
los asesores kaxlanes como nuestros colaboradores indígenas nos hemos considerado
recíprocamente como agentes morales, lo que implicó estar dispuestos a desarrollar un
diálogo continuo sobre esta base, asumiendo una responsabilidad moral compartida y
recíprocamente constituida. Para explicar lo anterior, considero útil recuperar de la filosofía
tseltal el concepto de kochelin jbahtik. Como nos explica Paoli (2003):
Kochelin jbahtik se refiere entonces a una acción mutua, recíproca, donde todos los
participantes en el proceso afectamos el proceso mismo y, simultáneamente, somos
afectados por él, lo determinamos por medio de nuestras categorías culturales y, al mismo
tiempo, somos determinados culturalmente por las categorías de los demás participantes.
Por lo tanto, aunque no cabe duda de que, en cuanto asesor académico kaxlan, uno “ocupa
una posición estructural y observa desde un lugar específico” (Rosaldo, 2000, p. 19),
también es importante reconocer que su mirada sobre el proceso y la interpretación del
mismo se modifican por los encuentros y las experiencias que realiza junto a sus
colaboradores indígenas. Como diría Gasché, los investigadores aprendemos de y con los
sujetos con quienes colaboramos, y es justamente este “inter-aprendizaje” (Gasché, 2008a)
115
Metodología de investigación
En primer lugar, es menester señalar que, reconociendo que la tan aclamada racionalidad
occidental no es otra cosa que un particularismo militante disfrazado de universalismo y,
por lo tanto, un poderoso instrumento de dominación cultural que relega los conocimientos
indígenas al rango de saberes locales subordinándolos a los “conocimientos académicos”,
desde mi papel como asesor kaxlan he buscado revertir estas relaciones asimétricas a lo
largo de todo el proceso. Para tal fin, me propuse escuchar, aprender y dialogar con estas
racionalidades otras, propias de culturas como las tseltales, tsotsiles y ch’oles, cuyos
valores centrales (claves, básicos, nucleares) (Kottak, 2003, p. 26) difieren de los que
inspiran la visión del mundo occidental en la que me he formado y, por lo tanto, mi
concepción, culturalmente situada, de lo educativo y de lo intercultural. Lo anterior fue sin
lugar a dudas facilitado por las características y trayectorias de mis colaboradores
indígenas. En virtud de ellas, a lo largo del proceso de diseño curricular, lejos de ser
considerados meros informantes, entrevistados o consultantes, y considerando su amplia
trayectoria en la investigación y sistematización de conocimientos indígenas y en la
elaboración de materiales educativos interculturales y bilingües54, los educadores tseltales,
tsotsiles y ch’oles de la UNEM/EI se han asumido y han sido considerados como miembros
plenos del equipo de investigación, como colaboradores en pie de igualdad con sus colegas
kaxlanes, como co-investigadores que estaban participando junto a los asesores no-
indígenas en la construcción de la propuesta educativa intercultural.
54
Ver capítulo 1.6.2 de la tesis.
116
Metodología de investigación
formación académica y el control de los recursos financieros del proyecto, mismos que se
mancomunaron y co-gestionaron entre todos los colaboradores55.
Como destaca Bertely (en prensa), los académicos kaxlanes que participamos en el proceso
de diseño curricular comprendimos que nuestro poder formal que, por un lado, deriva de
nuestra participación en redes institucionales y académicas que nos permitieron conseguir
los recursos financieros para ejecutar el proyecto y que, por el otro, depende de nuestro
expertise y de la correlacionada capacidad de formalizar en un lenguaje académico las
aportaciones de los colaboradores indígenas, no era absoluto, sino que estaba balanceado
por el poder sustantivo de nuestros colaboradores tseltales, tsotsiles y ch’oles de la
UNEM/EI. Ellos ejercieron este poder sustantivo a partir del control que mantuvieron a lo
largo de todo el proceso de diseño curricular sobre los conocimientos, las actividades y los
significados culturalmente propios que, a partir de sus vivencias como comuneros indígenas
y educadores comunitarios, aportaron a la co-teorización del Modelo curricular de
educación intercultural bilingüe UNEM (AAVV, 2009). Fue justamente la continua
negociación entre nuestro poder formal y su poder sustantivo lo que permitió crear las
condiciones para un diálogo intercultural horizontal que, por supuesto, no estuvo libre de
conflictos pero que, sin embargo, nos permitió co-teorizar la propuesta educativa en objeto.
Fue así que, a partir de reconocer este poder sustantivo, los asesores kaxlanes renunciamos
a considerarnos como traductores e intérpretes de los discursos y de las propuestas
educativas de nuestros colaboradores indígenas y nos asumimos como aprendices, como
investigadores que están conociendo una realidad nueva y desconocida, valorando sus
visiones culturales y políticas sobre lo educativo y lo intercultural y aprendiendo de ellas.
Lo anterior implicó que, en vez de conducir la reflexión y organizar el proceso de diseño
curricular a partir de una metodología “académicamente correcta”, los asesores kaxlanes
tratamos de facilitar un proceso espontáneo, inductivo y participativo, escuchando y
aprendiendo de las voces de nuestros colaboradores indígenas y, en cierta medida,
dejándonos guiar por ellas. Fue así que nos propusimos escuchar las palabras de nuestros
colaboradores sin interpretarlas ni encajarlas adentro de categorías académicamente
correctas pero culturalmente ajenas y por lo tanto irrelevantes e inútiles para construir una
propuesta educativa intercultural construida desde abajo y desde adentro. De esa manera
tratamos de fomentar un proceso inductivo intercultural de construcción teórica, abriendo
espacios ―lo que, en concreto, significó a menudo callarnos y seguir escuchando― para
que nuestros colaboradores indígenas fueran realmente sujetos de significados, libres de
determinar el orden y los valores conforme a los cuales construir y expresar su visión de lo
educativo y de lo intercultural. Como hemos venido señalando en la primera parte de este
capítulo metodológico, se trató de asumir de manera coherente una posición ética y política
explícita que nos dispusiera a aprender del otro con quien estábamos colaborando y, por
medio de este aprendizaje recíproco, de este inter-aprendizaje (Gasché, 2008a), de
contribuir a la creación de un consenso político y pedagógico que nos permitiera generar
55
No es de menor relevancia reconocer a la coordinadora general del proceso de diseño curricular, María
Bertely de CIESAS, la iniciativa de transparentar desde un inicio el presupuesto del proyecto y de co-
gestionarlo entre todos los participantes, creando además un fondo mancomunado para la realización de
futuros proyectos educativos que carezcan de financiamiento propio, pero que sean considerados relevantes
por parte de nuestros colaboradores indígenas de UNEM/EI.
117
Metodología de investigación
Ahora bien: ¿Cómo dar cuenta de todo ésto en un texto académico y, en el caso específico,
en una tesis doctoral? ¿Cómo explicitar la forma en que, en el caso del estudio en objeto, se
operativizó la propuesta epistemológica colaborativa e intercultural a la que nos hemos
referido en las páginas anteriores?
[...] más significativo aún resulta el espacio que la colaboración abre al proceso
de co-teorización con los grupos que estudiamos, proveyendo tanto a nuestros
interlocutores como a nosotros mismos con nuevas herramientas conceptuales
para dar sentido a las realidades contemporáneas. En otras palabras, la
colaboración convierte el espacio del trabajo de campo entendido como de
recolección de datos en co-conceptualización. (Rappaport, 2007, p. 4)
118
Metodología de investigación
Ahora bien, para aterrizar estos planteamientos resulta imprescindible explicitar cómo se
analizaron e interpretaron los materiales etnográficos recopilados a lo largo del proceso de
construcción curricular que representan el corpus documental de esta tesis (Ver Anexo I).
Para tales fines es necesario abrir un breve paréntesis y explicar cómo, a partir de algunos
planteamientos de la Grounded Theory (GT) constructivista propuesta por Charmaz (2006),
se ha construido una propuesta metodológica innovadora que llamaré Metodología
Arraigada Intercultural (MAI).
La GT ha sido definida como una “metodología general para desarrollar teoría que está
arraigada (grounded) en información sistemáticamente recogida y analizada” (Strauss &
Corbin, 1994). Aunque en español suele traducirse como “Teoría Fundamentada en los
datos” (Soneira, 2006), preferimos referirnos a ella como metodología arraigada, ya que,
desde nuestra perspectiva, tiene sus raices en el proceso de investigación y en los datos o,
mejor dicho, en las informaciones, que salen del mismo. Los orígenes de la GT se remontan
al celebre trabajo de Glaser y Strauss (1967); sin embargo, como muestra de su
trascendencia, a lo largo de la segunda mitad del siglo XX esta propuesta metodológica ha
tenido diferentes desarrollos que no se analizan en esta tesis concentrándonos únicamente
en uno de ellos, la vertiente constructivista desarrollada por Charmaz (2000, 2002, 2005,
2006). A diferencia de la GT tradicional que sigue caracterizándose por una pretención de
cientificidad francamente positivista que, como hemos visto en las primeras páginas de este
capítulo, no comulga con nuestro paradigma colaborativo y horizontal, el enfoque
constructivista de la GT reconoce la naturaleza interactiva y colaborativa de la recolección
de los datos y de su análisis y “promueve el desarrollo de la tradición cualitativa por medio
del estudio de la experiencia desde el punto de vista de los sujetos que la viven” (Charmaz,
2000, p. 523). En particular, al establecer un importante enlace entre la teoría crítica
(Denzin & Lincoln, 2005) y la GT, Charmaz (2000) reconoce que los “datos” o mejor
dicho, las informaciones que se usan como fuentes para la construcción de categorías
teóricas son narrativas, textos, construcciones sociales de sujetos culturalmente situados y,
como Clifford (1988), Rosaldo (2000) y Christians (2005), destaca la importancia de estos
sujetos y de su participación activa y consciente en el proceso de recolección y análisis de
las informaciones, así como en la validación de los hallazgos de la investigación. En
particular, sostiene la autora, las categorías emergentes de las informaciones tienen que ser
validadas por medio de un proceso multidimensional y polifónico de codificación que
represente las diferentes voces y visiones de todos los sujetos que participaron en el
proceso.
119
Metodología de investigación
Un buen desarrollo del proceso de codificación permite cumplir con dos aspectos
sumamente relevantes en la construcción de una GT:
56
Durante la codificación inicial se nombran palabras, líneas, segmentos de informaciones, generando
códigos provisionales, tentativos. El investigador tiene que quedarse abierto a todos los posibles caminos
teóricos que emergen de la lectura de los datos. Charmaz (2006) sugiere que, en esta fase inicial, el
investigador se quede lo más cerca posible de las informaciones y, por ello, recomienda construir códigos
cortos, sencillos y precisos.
120
Metodología de investigación
Concebido de esa forma, resulta evidente que la codificación es más que un comienzo; es
un proceso en el que se moldea un marco analítico a partir del cual construimos una
primera interpretación de las informaciones recopiladas (Charmaz, 2006, p. 45). Los
códigos seleccionan fragmentos de información, nombrándolos en términos concisos y
proponiendo un incipiente manejo analítico para desarrollar ideas abstractas e interpretar
cada fragmento. De esa manera nuestros códigos muestran cómo seleccionamos, separamos
y clasificamos la información para comenzar a desarrollar una explicación analítica. Ésto es
justamente lo que estuvimos realizando los asesores kaxlanes desde el comienzo del
proceso de diseño curricular que nos ocupa, cuando empezamos a codificar las
informaciones que nuestros colaboradores indígenas aportaban al proceso, regresándoselas
continuamente durante los debates y sesiones de análisis de los avances en el diseño
curricular, así como por medio de las memorias de los talleres que les entregábamos para
que las ajustaran a sus propias experiencias educativas y comunitarias y les resultaran
culturalmente relevantes. Ahora bien, Charmaz (2006) nos recuerda que, aunque al
quedarse cerca de las informaciones y al partir de las experiencias explicitadas por los
sujetos que participaron en el proceso la codificación se construye de forma inductiva,
resulta evidente que el investigador-intérprete sigue jugando un papel fundamental:
“Construimos nuestros códigos porque estamos nombrando activamente la realidad,
escogemos las palabras que constituyen nuestros códigos” (Charmaz, 2006, p. 47).
En este sentido, resulta claro que, aunque parta de un enfoque horizontal y colaborativo,
como es el caso del estudio que se presenta en esta tesis, ningún investigador es neutral ya
que el lenguaje que adopta confiere forma y significado a las realidades que interpreta, por
lo que los códigos que genera reflejan sus puntos de vista y valores. Asimismo, las
dimensiones de análisis y preguntas de investigación por medio de las cuales filtra e
121
Metodología de investigación
Como hemos venido señalando desde las primeras páginas de este capítulo, el proceso de
diseño curricular que se analiza en esta tesis se centró en la colaboración y el inter-
aprendizaje entre los diferentes sujetos culturalmente situados que participamos en él.
Recuperando las aportaciones de Rappaport (2007), podemos decir que los colaboradores
indígenas y asesores kaxlanes estuvimos co-teorizando la propuesta educativa a lo largo del
trabajo de campo, o sea durante las diferentes sesiones de diseño curricular que se
realizaron de noviembre del 2006 hasta octubre del 2008. Fue a lo largo de este proceso que
se construyó, nuevamente de forma colaborativa, la Metodología Arraigada Intercultural
(MAI) a la que nos hemos estado refiriendo en las páginas anteriores. Como señala
Christians (2005) en una de las citas con las que comenzamos este capítulo metodológico, a
lo largo de todo este proceso, la metodología desarrollada por los asesores kaxlanes que
estábamos al frente del proceso facilitó que nuestros colaboradores indígenas participaran
activamente en la construcción del modelo curricular y revisaran constantemente las
57
Al respecto, Bertely habla de las “inferencias factuales y conjeturas” (Bertely, 2000, p. 54) que surgen de
las dimensiones de análisis y preguntas de investigación y que el etnógrafo realiza a partir de “establecer
recurrencias y contrastes entre los patrones” (Bertely, 2000, p. 54) registrados en el corpus documental.
122
Metodología de investigación
memorias e informes del proceso, criticando en debates colegiados los códigos y categorías
que estábamos utilizando para recuperar y sintetizar sus aportaciones. De esta manera,
nuestros colaboradores indígenas estuvieron vigilando y validando el trabajo de
codificación e interpretación que realizábamos los asesores kaxlanes a la hora de estar
construyendo, taller por taller, el texto del modelo curricular que ellos retroalimentaban
continuamente con sus críticas y observaciones.
De hecho fue así, para decirlo con las palabras de Bertely (en prensa), como se estuvo
equilibrando el poder formal que, gracias a nuestros expertise académico, ejercíamos los
asesores kaxlanes, con el poder sustantivo que nuestros colaboradores indígenas detenían
acerca de los conocimientos, contenidos y significados propios que estaban aportando a la
co-teorización de la propuesta educativa. Además, a la hora de elaborar las memorias y los
informes que integran el corpus documental del proceso de diseño curricular y,
posteriormente, de redactar el texto de la propuesta educativa, los códigos en vivo que
estuvieron emergiendo de las expresiones de los colaboradores tseltales, tsotsiles, ch’oles
desempeñaron un papel central en la construcción del texto en que se plasma el modelo
curricular. Pero, más allá de la importancia otorgada a estos códigos y a estos aspectos
metodológicos, lo que dio sustento a la MAI fue lo que Guba y Lincoln (2000) definen
como el paradigma adoptado por los asesores kaxlanes que estuvimos facilitando el proceso
de diseño curricular, es decir “el sistema de creencias básicas o la cosmovisión que guía al
investigador, no sólo en la elección del método sino desde un punto de vista ontológico y
epistemológico” (Guba & Lincoln (2000), citado por Christians, 2005, p. 156). Fue
justamente esta disposición ontológica caracterizada por la escucha y el inter-aprendizaje lo
que nos permitió arraigar (to anchor = anclar, dice Charmaz, p. 57) el Modelo curricular
de educación intercultural bilingüe UNEM (AAVV, 2009) a las concepciones
culturalmente situadas de lo educativo y de lo intercultural de nuestros colaboradores
indígenas, sintetizando, por medio de códigos en vivo, los principios de la pedagogía
indígena implícitos en las prácticas educativas realizadas en la vida y en las escuelas
comunitarias. Éste fue, sin lugar a dudas, el ingrediente principal que nos permitió construir
e implementar una Metodología Arraigada Intercultural (MAI) que permitiera la
construcción de categorías co-teorizadas sustentadas originariamente en los códigos en vivo
de nuestros colaboradores indígenas.
123
Metodología de investigación
b) Las categorías del intérprete que, como dice la autora, “se desprenden de la fusión entre
su propio horizonte significativo y el del sujeto interpretado” (Bertely, 2000, p. 64) y que,
por las características del proceso de construcción curricular y por la insistencia en limitar
el poder de los asesores kaxlanes al interior del proceso y favorecer la agencia de los demás
sujetos participantes, son producto de la fusión de los horizontes de los asesores kaxlanes
intérpretes con los de nuestros colaboradores indígenas.
c) Las categorías teóricas, “producidas por otros autores [y] relacionadas con el objeto de
estudio en construcción” (Bertely, 2000, p. 64) que permiten profundizar el alcance teórico
del modelo curricular co-teorizado.
CATEGORÍAS CATEGORÍAS
DEL INTÉRPRETE TEÓRICAS
TRIANGULACIÓN
TEÓRICA
CATEGORÍAS
SOCIALES
Ahora bien, considerando la relevancia que, a lo largo del proceso de diseño curricular, los
asesores kaxlanes hemos atribuido a los códigos en vivo / categorías sociales de nuestros
colaboradores indígenas, en lugar de hablar de triangulación, prefiero hablar de articulación
y propongo representar gráficamente este proceso de la siguiente manera:
124
Metodología de investigación
Códigos en
vivo
Códigos CO-TEORIZACIÓN
fusionados INTERCULTURAL
Categorías
teóricas
Es importante precisar que, en la figura anterior, los tres círculos concéntricos no delimitan
espacios cerrados y delimitados entre sí, sino que, como las capas sobrepuestas pero
permeables e interconectadas de una cebolla, se refieren a tres momentos del proceso de co-
teorización intercultural articulados entre sí. Es justamente esta articulación lo que está en
la base de la co-teorización intercultural de la propuesta educativa en objeto. Este proceso
de co-teorización intercultural, resultado de la aplicación de la Metodología Arraigada
Intercultural, encuentra su núcleo generador ―su corazón, dirían mis colaboradores
tseltales, tsotsiles y ch’oles― en los principios de la pedagogía indígena sintetizados en los
códigos en vivo desarrollados por los colaboradores indígenas durante el proceso de diseño
curricular, mismos que constituyen la base sobre la que los asesores kaxlanes construimos
códigos arraigados en los de los colaboradores, ya que en ellos se expresó la fusión de los
horizontes de los colaboradores indígenas y de los asesores kaxlanes. Estos códigos fueron
el punto de partida para dialogar con categorías teóricas relacionadas con el objeto de
estudio que otros autores habían generado y, consecuentemente, para ampliar el alcance de
la co-teorización de la propuesta educativa en objeto.
En los tres capítulos siguientes se aterrizará este planteamiento metodológico por medio del
análisis de tres procesos medulares en la construcción del Modelo curricular de educación
intercultural bilingüe UNEM (AAVV, 2009), en los que se definieron respectivamente: 1)
el perfil del docente, 2) la metodología de enseñanza-aprendizaje y 3) el perfil del egresado.
125
Capítulo 4.
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos58?
Análisis del proceso de co-teorización del perfil de egreso
4.1. Introducción
Una de las fases más importantes del proceso de diseño curricular fue, sin lugar a dudas, la
construcción del perfil de egreso, pues en ella se estuvieron delineando, implícita y
explícitamente, los alcances político-pedagógicos de la propuesta educativa de la UNEM/EI
y asesores kaxlanes. “¿Cómo deben salir los niños?”59, fue una de las primeras preguntas
que nos planteamos los integrantes del equipo intercultural de colaboradores al comenzar el
proceso de diseño del Modelo curricular de educación intercultural bilingüe de la UNEM
(AAVV, 2009).
Al revisar el corpus documental del proceso de diseño curricular aparece claramente cómo
este tema fue central en los debates ocurridos entre los diferentes colaboradores durante los
tres primeros talleres en los que se diseñó el plan de estudios (Taller Noviembre 2007;
Taller Enero 2007; Taller Marzo 2007), en los cuales se sentaron las bases para definir los
propósitos formativos de la propuesta educativa. Éstos fueron afinándose a lo largo del
trabajo de diseño curricular hasta quedar definidos durante los dos últimos talleres (Taller
Agosto 2008 y Taller Septiembre 2008). A continuación observaremos cómo, a lo largo de
este proceso, las preocupaciones de los diferentes colaboradores y, en particular, de
nuestros colaboradores indígenas, se centraron en competencias y contenidos curriculares
que muestran un fuerte cuestionamiento hacia la ontología del conocimiento escolar y el
significado de la educación, y que enfatizan las dimensiones políticas, axiológicas y
sociolingüísticas de la propuesta educativa. Al respecto, vale la pena mencionar que,
aunque los asesores kaxlanes teníamos claros los fundamentos político-filosóficos que
orientaban la reflexión educativa de nuestros colaboradores indígenas, tengo que admitir
que, por lo menos en un principio, este posicionamiento político-epistémico de mis colegas
tseltales, tsotsiles y ch’oles me sorprendió y desconcertó un poco. ¿Cómo se podían
conciliar los planteamientos políticos que hacían referencia a la construcción de nuevas
formas de ciudadanía étnica y/o intercultural con los requerimientos “escolares” que, en mi
concepción, deberían caracterizar cualquier propuesta educativa? ¿No era más importante
afianzar las competencias y habilidades propiamente escolares ―escolares desde mi visión
occidental- relacionadas, por ejemplo, con un bilingüismo de mantenimiento y desarrollo
de las lenguas indígenas y con el desarrollo de competencias comunicativas funcionales
como la lectura comprensiva, la escritura creativa, etc.?
58
Al decir “nuestros hijos” nuestros colaboradores indígenas están destacando que las escuelas comunitarias
en las que trabajan son “escuelas familiares” en las que los alumnos son parientes (hijos, hermanitos,
sobrinos, nietos) de los jóvenes que las propias comunidades nombraron como educadores. Esta relación
afectiva de los educadores comunitarios de la UNEM/EI con los niños que estudian en las escuelas de la
nueva educación es un aspecto cuya importancia no se tiene que menospreciar y que será analizado en el
capítulo sexto dedicado al análisis del maestro-acompañante.
59
“Cómo deben salir los niños”, en Memoria del Taller Enero 2007, p. 36.
127
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
A pesar de estas dudas, en lugar de condicionar el debate sobre la construcción del perfil de
egreso con preocupaciones “académicamente correctas”, preferí callarme y dedicarme a
escuchar un poco más a los otros con quienes estaba dialogando, aterrizando de esa manera
los planteamientos metodológicos que, según los autores que había revisado, podían
permitirme entablar un diálogo intercultural más horizontal y democrático con mis
colaboradores indígenas. Como expliqué en el capítulo tercero dedicado al enfoque
metodológico de esta tesis, se trató de asumir conscientemente una posición ética y política
que me permitiera limitar el poder formal que, a los ojos de mis colaboradores indígenas,
me confería mi estatus de asesor académico, y de disponerme a escuchar y aprender del
otro con quien estaba colaborando, valorando su poder sustantivo y los conocimientos
adquiridos por mis colaboradores indígenas en la vida campesina y en las prácticas
educativas realizadas en las escuelas comunitarias. Fue así como, por medio de una
Metodología Arraigada Intercultural (MAI) aplicada al proceso de diseño curricular,
pudimos contribuir a la creación de un consenso político y pedagógico entre los diferentes
colaboradores aportando una semilla en el proceso de construcción de conceptos y
categorías interculturales para sintetizar las diferentes visiones culturalmente situadas
acerca de lo educativo y de lo intercultural. Como precisa Christians (2002):
60
Recordamos que los educadores comunitarios de la UNEM/EI fueron nombrados por las asambleas
comunitarias de las localidades donde viven y trabajan.
128
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
La escuela aporta algo que la sociedad ambiente no da [...]. Lo que pasa es que
hoy en día se ha invertido la comprensión de la escuela: “¡Sin escuela no vas a
ser nunca un hombre, no eres nadie!”. Eso es tan arraigado en los padres de
familia que renuncian a educar a sus hijos porque a eso se dedican los maestros.
Los padres ya no transmiten a sus hijos los saberes comunitarios, porque se van
a educar en la escuela. Es una clase de creencia y eso es causa de que los
conocimientos comunitarios no se transmiten, porque la escuela se ha
especializado a dar esta cosa nueva que no se da en la comunidad, y la escuela
ha dejado afuera de las clases todos los conocimientos comunitarios que un
adulto debe de aprender para desenvolverse en su comunidad. La educación
intercultural tiene como objetivo restablecer un equilibrio entre el conocimiento
comunitario y esas cosas nuevas que trae la escuela62.
[...] un currículo completo que no deja de lado los contenidos del currículum
oficial pero siempre articulado con la realidad local, ya que parte de una
realidad social local, y con las dos lenguas [lengua indígena y español]. Por eso
decimos que estamos articulando los conocimientos indígenas y científicos, por
eso hablamos de que estamos desarrollando una educación intercultural63.
La propuesta educativa que estábamos construyendo pretendía por lo tanto articular los
contenidos educativos del currículum formal con los contenidos culturalmente propios que
los niños indígenas desarrollan en las actividades sociales, productivas, rituales y
recreativas que realizan en la vida comunitaria, mismas que, como explicaremos
detalladamente al hablar del Método Inductivo Intercultural (capítulo 5), constituyen las
fuentes del proceso de enseñanza-aprendizaje que se realiza en las escuelas de la nueva
educación. Uno de los colaboradores tseltales sintetizó claramente este planteamiento en el
segundo taller de diseño curricular, cuando señaló la importancia de que los niños: “[...]
articulan los conocimientos indígenas con los científicos enfatizando un aprendizaje
61
Gasché en Memoria del Taller Noviembre 2006, p.9.
62
Gasché en Memoria del Taller Noviembre 2006, p. 9.
63
Gasché, en Memoria del Taller Noviembre 2006, p. 27.
129
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
64
Juan, en Memoria del Taller Enero 2007, p. 33.
65
Juan, en Memoria del Taller Enero 2007, p. 39.
66
En Memoria del Taller Enero 2007, p. 33.
67
Texto elaborado por Jorge, en Memoria del Taller Enero 2007, p. 16-17.
68
En Memoria del Taller Enero 2007, p. 34.
130
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
69
Juan, en Memoria del Taller Marzo 2007, p. 6 y 7.
70
Al respecto del caso peruano, López destaca que, a comienzos de los años noventa del siglo XX, se precisó
que la puesta en vigencia de la EIB exige el diseño de un currículo específico y diferente al currículo de la
educación básica general, “un currículo original, con fines y objetivos propios y no solamente el producto de
una adaptación” (López, 2009, p. 9).
131
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
[...] los conocimientos que se construyen dentro de estos procesos no pueden ser
simplemente caracterizados como ancestrales/tradicionales o como subalternos
porque no están congelados en un pasado utópico-ideal, sino que se construyen en el
presente, a partir de interpretaciones y reinvenciones de una memoria histórica
ubicada en subjetividades, espacios y lugares que encuentran su sentido en la
actualidad. (Walsh, 2002, p. 136)
71
López precisa al respecto: “De hecho, en Bolivia se comenzó a generalizar la denominación de educación
intercultural bilingüe o EIB, antes que la de bilingüe intercultural o EBI, preferida entonces por la mayoría de
países. Con esto se pretendía dejar en claro la preeminencia de los procesos político-culturales y la condición
más bien instrumental y funcional de los aspectos lingüístico-comunicativos. O más bien, y sin negar la
relación intrínseca entre lengua y cultura, evitar el riesgo de que la lengua indígena fuese utilizada como un
vehículo que refuerce la hegemonía de la visión y la cultura hegemónicas. [...] La impronta intercultural en la
educación boliviana determinó que de discusiones iniciales a comienzos de los años 1980 relativas a la
unificación de los alfabetos aimara y quechua se incursionase en la incorporación de contenidos étnico-
culturales en los currículos y textos escolares, se propiciase una activa participación local en la gestión y el
quehacer educativos y se plantease también la necesidad de una educación intercultural para todos a mediados
de los años 1990” (López, 2009, p. 21).
132
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
Otra vez las reflexiones de López (2009) sobre la dimensión política de la interculturalidad
nos ayudan a interpretar los planteamientos de nuestros colaboradores indígenas de la
UNEM/EI durante el proceso de construcción del perfil de egreso. Dice el autor:
[...] no bastan la tolerancia y el respeto mutuo; se requiere más bien garantía de
participación activa de la población subalterna en la toma de decisiones, en
tanto parte del proyecto democrático, de cara a transformar la inequitativa
distribución del poder. [...] Se trata más bien de mirar críticamente esa
72
Jorge, en Memoria del Taller Septiembre 2007, p. 1.
73
Texto elaborado por Jorge, en Memoria del Taller Enero 2007, p. 16.
74
Texto elaborado por Juan, en Memoria del Taller Enero 2007, p. 33.
75
Texto elaborado por Juan, en Memoria del Taller Enero 2007, p. 35.
133
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
diversidad para decidir [...] cómo preparar a todos los educandos para que se
desempeñen y vivan en una sociedad múltiple, compleja y diversa, además de
empoderar a los subalternos para que asuman el ejercicio y la reivindicación de
sus derechos. (López, 2009, p. 33)
Así como quedó plasmado en el primer borrador de los objetivos generales del Modelo
curricular de educación intercultural bilingüe de la UNEM (AAVV, 2009), se trata de
formar a los niños indígenas para: “[...] vivir la democracia activa [...] el ejercicio pleno de
los derechos a la ciudadanía [...] fortalecer una concepción política y social, en el amor a la
patria, en equilibrio al mundo”76. Ahora bien, no es de menor relevancia destacar que el
diseño curricular que estamos analizando no fue la primera vez en la que nuestros
colaboradores indígenas reflexionaron de manera sistemática sobre estos temas. Más bien
diríamos que su reflexión política tiene más de una década de estar construyéndose y
afinándose, por lo menos desde el levantamiento armado del Ejercito Zapatista de
Liberación Nacional (EZLN) del primero de enero de 1994 en el que varios de ellos
participaron directamente como milicianos y/o bases de apoyo zapatistas, o indirectamente,
a través de las vivencias de sus familiares y de los habitantes de sus comunidades. Sin irnos
tan lejos y, sobre todo, con el fin de no enfatizar en la participación de los educadores de la
UNEM/EI en sucesos y procesos políticos ―como el levantamiento armado de 1994―,
sobre los que no tenemos autorización de tratar en esta tesis, para recuperar las reflexiones
políticas de nuestros colaboradores podemos remitirnos a lo que escribieron en dos libros
recientemente publicados en colaboración con la coordinadora general del proceso de
diseño curricular que estamos analizando, la Dra. María Bertely del CIESAS de México.
Nos referimos a:
1) El libro Diálogo intercultural sobre el Convenio 169 de la OIT (Bertely coord., 2009b),
en el que se recupera, documenta y analiza el proceso de análisis del Convenio 169 de la
OIT facilitado por Gasché con los educadores comunitarios tseltales, tsotsiles y ch’oles de
la UNEM/EI en el año de 2004, y que constituye “el sustento jurídico de las innovaciones
pedagógicas y curriculares” (Bertely coord., 2009b, p. 3) realizadas por esta organización
multiétnica y sus colaboradores no indígenas.
2) El cuadernillo “Los hombres y las mujeres del maíz: democracia y derecho indígena para
el mundo” (Bertely coord., 2007) que los educadores tseltales, tsotsiles y ch’oles de la
UNEM/EI realizaron en colaboración intercultural con Bertely y Gutiérrez (otro
participante del proceso de diseño curricular) en el año de 2006.
Abramos entonces un breve paréntesis para recuperar las reflexiones políticas de nuestros
colaboradores indígenas en los textos que acabamos de mencionar, mismas que nos
servirán como base y antecedente para introducir los planteamientos políticos sobre la
relación entre educación y ciudadanía que se desarrollaron a lo largo del proceso de diseño
curricular y, en particular, durante el proceso de construcción del perfil de egreso que
estamos analizando en este capítulo. Empecemos por el trabajo sobre el Convenio 169 de la
OIT. En este texto los educadores comunitarios de la UNEM/EI se dieron a la tarea de
“ilustrar con contenidos vivenciales los derechos fundamentales, económicos, sociales y
76
“Objetivos generales”, en Memoria del Taller Enero 2007, p. 39.
134
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
culturales” (Bertely coord., 2009b, p. 3-4) planteados en este convenio firmado por México
en 1990 y que gran parte de las organizaciones indígenas a nivel latinoamericano
consideran ser el instrumento jurídico más avanzado que norma los derechos de los pueblos
indígenas en los Estados nacionales. Guiados por Gasché, nuestros colaboradores realizaron
un ejercicio que les permitió “la ampliación informativa y comparativa, situada y
contextualizada de los artículos y textos legales” del convenio, dando un sustento jurídico
al “sentido político y práctico de su proyecto educador: construir las bases de un modelo
pedagógico liberador, democrático y reformador de educación ética y ciudadana” (Bertely
coord., 2009b, p. 3).
En palabras de Gasché:
135
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
Pasemos ahora al segundo libro arriba citado. En el cuadernillo “Los hombres y las mujeres
del maíz: democracia y derecho indígena para el mundo” (Bertely coord., 2007), al igual
que el texto de análisis del Convenio 169 de la OIT, representa un importante antecedente
del proceso de diseño curricular en objeto. En este caso nuestros colaboradores explicitaron
el significado que atribuyen a lo que el antropólogo mexicano De la Peña llamaría
ciudadanía indígena, a saber: “[...] el reclamo de mantener una identidad cultural y una
organización societal diferenciada dentro de un Estado, el cual a su vez debe no sólo
reconocer, sino proteger y sancionar jurídicamente tales diferencias” (De la Peña, 1999, p.
23). En este proceso facilitado por Bertely y Gutiérrez en el año de 2006, nuestros
colaboradores indígenas se dedicaron a explicar a “los alumnos de nuestras escuelas”
(Bertely coord., 2007, p. 14), así como a “todos los hombres y las mujeres del mundo” (p.
30) su forma de concebir la ciudadanía indígena, la democracia activa y los derechos de los
pueblos indígenas así como se viven cotidianamente en sus comunidades de la Selva, Altos
y Región Norte de Chiapas.
Los ocho relatos que recopilaron conversando “en asambleas, en reuniones familiares y
escolares, en milpas, brechas y caminos” con autoridades tradicionales, ancianos,
comuneros y padres de familia, respondieron al “objetivo político [de] fortalecer y difundir
los valores positivos de las sociedades indígenas mayas, la integridad Sociedad-Naturaleza
como corazón de nuestra cultura, así como una democracia activa y solidaria” (Bertely
coord., 2007, p. 14). Fue así como los educadores tseltales, tsotsiles, y ch’oles de la
UNEM/EI, en colaboración intercultural con Bertely y Gutiérrez, identificaron los valores
positivos77 que rigen la vida social de sus pueblos y comunidades y afirmaron que: “[...] la
defensa de los valores positivos y los derechos de nuestros pueblos, como hacedores de un
tipo de democracia activa, no se agota en saber cómo votar y elegir a nuestros
representantes”, sino que “la defensa de nuestros valores éticos y derechos ciudadanos se
expresa en nuestra capacidad de controlar y liberarnos de la mezquindad y del engaño”
(Bertely coord., 2007, p. 26-27).
Éste es el mensaje que ellos plasmaron en este material educativo que, como acabamos de
señalar, tiene un alcance político mayor, ya que se relaciona con la promoción de una
concepción étnica de la ciudadanía que no sólo se pretende defender adentro de la sociedad
indígena sino ofrecer a toda la sociedad nacional como aporte desde lo indígena a la
construcción de una ciudadanía pluricultural. Recuperando los planteamientos de López
(2009) analizados en el capítulo 2 de esta tesis, es importante destacar que, en diversos
lugares de América Latina, el concurso militante y el protagonismo del movimiento
indígena ha provocado que la categoría de interculturalidad transcienda su inicial
orientación culturalista tiñéndose de matices políticos relacionados con el sentido que
debería tomar la democracia en un país multiétnico. Es así que cuando los líderes indígenas
apelan a la interculturalidad y a la educación intercultural, por lo general, conciben estas
nociones como indesligables de un nuevo proyecto democrático en el cual ellos no sólo
77
Los valores positivos que se identificaron en este trabajo son: “La integridad del mundo vivo, la toma de
acuerdo, la solidaridad, el respeto, el trabajo, la palabra, la colaboración y, como síntesis de estos valores, la
resistencia activa” (Bertely coord., 2007, p. 24).
136
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
tengan cabida sino que además puedan desempeñar un papel importante y de influencia
nacional:
Cerremos ahora este breve paréntesis sobre los antecedentes que sustentan y alimentan la
reflexión sobre educación y ciudadanía que nuestros colaboradores indígenas desarrollaron
a lo largo del proceso de diseño curricular para aterrizar en este último proceso y seguir
revisando los alcances de la dimensión político-ciudadanizante que se está analizando en
este capítulo. Regresemos por lo tanto al Taller Marzo 2007, cuando uno de nuestros
colaboradores tseltales planteó que:
78
Texto elaborado por Juan, en Memoria del Taller Marzo 2007, p. 7-13.
137
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
Este planteamiento se precisa a lo largo de los siguientes talleres cuando se afirma que los
niños aprenderán a: “[...] Desarrollar un pensamiento crítico y fortalecer la autoestima
propia para interactuar en condiciones de paridad con otros miembros de la sociedad
nacional e internacional”79.
79
“La alternativa educativa primeria de la UNEM”, documento elaborado por Raúl, en Memoria del Taller
Junio 2007, p. 7.
80
Jorge, en Memoria del Taller Septiembre 2007, p. 1
81
Texto elaborado de forma colegiada, en Memoria del Taller Agosto 2008, p. 31-33.
82
Texto elaborado de forma colegiada, en Memoria del Taller Septiembre 2008, p. 9.
83
Precisa la autora que: “El abordaje de la cultura propia no sólo tiene el propósito de afirmar la identidad
étnica de los niños sino que debe ser un objetivo en sí, puesto que la reproducción cultural permitirá inclusive
la reproducción física de los pueblos y nacionalidades, si tomamos en cuenta que todas las culturas tienen
dispositivos orientados a asegurar la supervivencia de sus integrantes” (Moya A. & R. Moya, 2009, 45).
138
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
Nuestro colaborador expresó así una preocupación común a muchas madres y padres de
familia de las comunidades tseltales, tsotsiles y ch’oles de la Selva, Altos y Región Norte
de Chiapas que, en los últimos 15 años, y de manera acelerada, asisten impotentes a la
migración de sus jóvenes hijos hacia la Riviera Maya, el norte de México y los Estados
Unidos. El tema se abordó también en el siguiente taller (Taller Enero 2007) cuando uno de
los fundadores de la UNEM remarcó que los jóvenes de las comunidades “[...] se van a
Playa del Carmen, a Cancún, al norte, a Estados Unidos a buscar trabajo, pero no lo que
aprendieron en la escuela sino como peón, trabajo pesado”86. “Nos educan para mano de
84
Texto elaborado de forma colegiada, en Memoria de Taller Agosto 2008, p. 31-33.
85
Jorge, en Memoria del Taller Noviembre 2006, p. 15.
86
Gustavo, en Memoria del Taller Enero 2007, p. 14.
139
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
obra barata”87, le hizo rápidamente eco otro compañero. Fue justamente al analizar las
responsabilidades atribuidas a la escolarización oficial en relación con el fenómeno
migratorio que se empezó a construir la dimensión axiológica a la que nos hemos referido
anteriormente. Veamos cómo se dio este proceso analizando las consideraciones de
nuestros colaboradores indígenas a lo largo de los diferentes talleres de diseño curricular:
“Las escuelas de todos los niveles tampoco preparan a los estudiantes para enfrentar los
problemas de desarrollo de sus comunidades y de su región”88.
Estas habilidades para la producción quedaron plasmadas en el perfil de egreso que resultó
del debate intercultural realizado durante el Taller Junio 2007. En ese entonces se planteó
que los niños deberían de aprender a:
87
Jorge, en Memoria Taller Enero 2007, p. 17.
88
Texto elaborado por Jorge, en Memoria del Taller Enero 2007, p. 16.
89
Texto producto del debate colegiado, en Memoria del Taller Enero 2007, p. 14.
90
Texto elaborado por Juan, en Memoria Taller Marzo 2007, p. 4.
91
“Cómo deben de salir los niños”, en Memoria taller Enero 2006, p. 36.
92
Texto elaborado por Juan, en Memoria Taller Marzo 2007, p. 12-13.
140
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
Ahora bien, los planteamientos desarrollados a lo largo de los primeros talleres de diseño
curricular sobre la importancia de una educación teórico-práctica vinculada al campo y a la
producción agrícola fueron ganando importancia en los debates realizados durante el
proceso de diseño curricular. En el Taller Octubre 2007 uno de nuestros colaboradores
indígenas planteó de forma contundente que: “El propósito es educar para el arraigo, no
para la migración”95. Detengámonos a reflexionar brevemente sobre los alcances de este
planteamiento. No cabe duda de que educar para el arraigo no tiene que ver únicamente
―como se había planteado hasta esta etapa del proceso de diseño curricular― con
proporcionar a los niños indígenas una formación teórico-práctica en la que se promueva el
desarrollo de habilidades relacionadas con la producción agrícola y/o ganadera, sino que,
para fomentar el arraigo, se tiene que trabajar en otras dimensiones socioculturales o, mejor
dicho, axiológicas. Fue en uno de los últimos talleres de diseño curricular (Taller Agosto
2008) cuando la reflexión sobre esta dimensión de la propuesta educativa alcanzó su
clímax. Vale la pena detenernos a revisar, aunque de forma resumida, el debate que se
realizó entre los diferentes colaboradores. El tema lo introdujo uno de nuestros
colaboradores ch’oles, quien, al revisar los avances en el diseño del perfil de egreso,
remarcó la importancia de que los niños que se forman en las escuelas de la nueva
educación desarrollen:
93
Texto resultado del debate colegiado, en Memoria del Taller Junio 2007, p. 5.
94
Texto resultado del debate colegiado, en Memoria del Taller Junio 2007, p. 7.
95
Jorge, en Memoria del Taller Octubre 2007, p. 2.
96
Pancho, en Memoria del Taller Agosto 2008, p. 27-28.
141
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
En su análisis nuestro colaborador empezó a sembrar la idea que, poco a poco, al ser
abonada por los demás colaboradores, se irá haciendo grande como resultado del proceso
de co-teorización intercultural que se realizó gracias a la implementación de la Metodología
Arraigada Intercultural (MAI) que hemos explicado en el tercer capítulo. La semilla de este
proceso la siembra Juan, quien reivindica la importancia de que la escuela forme a los niños
en los conocimientos comunitarios que se construyen por medio de la participación activa
en los trabajos y las actividades que realiza la gente indígena, que luego se volverán relatos
que enseñan, que transmiten y refuerzan valores dirigidos a reproducir un modelo
sociocultural propio, que da continuidad al proyecto social indígena. Un proyecto social,
político, cultural propio que la escuela oficial no fomenta, sino que combate, haciendo
soñar a los niños indígenas con los valores de un México imaginario (Bonfil, 1987) en el
97
Debate realizado durante el Taller Agosto 2008, en Memoria del Taller Agosto 2008, p. 30-31.
142
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
que muy difícilmente lograrán participar plenamente sino, como se señaló al comienzo de
esta reflexión, como pobres en las periferias urbanas, como mano de obra barata en la
construcción de ciudades y carreteras, como meseros o recamareras en los resorts de la
lujosa Riviera Maya, como espectadores pasivos de noveles en las que, cuando es que
aparece, lo indígena se folcloriza, compadece o ridiculiza.
Pancho: Hay que analizar las ventajas y las desventajas de esta articulación con
lo occidental, ver las consecuencias, recuperar las experiencias que ya se han
tenido.
Juan: Que todos [los niños] tengan esta formación, sobre los problemas que
causa lo que se está introduciendo. Se trata de entender los problemas que se
están dando en la realidad, para tener esta formación crítica. Mirar lo bueno y
distinguir lo malo que nos pueda dañar en la comunidad, porque no todo es
bueno lo que viene desde afuera. Aprender a valorar, aprender a hacer desde lo
que está en la comunidad, entender por qué se está dando esta introducción de
nuevos productos en la comunidad.
Stefano: Por eso el maestro se tiene que apoyar en los ancianos de la
comunidad, para que lo aconsejen, porque ellos recuerdan cuándo se
introdujeron productos o nuevas técnicas, las ventajas y desventajas.
Raúl: Tenemos que recordar el tipo ideal de la sociedad occidental que vimos
con Gasché, sus desventajas, para reflexionar sobre qué es lo que vamos
introduciendo, qué es lo que vamos articulando. Tenemos que poner énfasis en
los valores positivos de las culturas indígenas y usarlos como criterio de
articulación con los conocimientos occidentales98.
98
Debate realizado durante el Taller Agosto 2008, en Memoria del Taller Agosto 2008, p. 33.
143
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
colegiado realizado en el Taller Agosto 2008 y cómo influyó en la definición del perfil de
egreso. En esta ocasión se planteó que:
Se necesita formar a los niños para que no empiecen desde chiquitos a pensar
que al terminar sus estudios se vayan a la ciudad, alejándose de sus pueblos y
de sus tierras. Por medio de los huertos escolares, de las parcelas cercanas a la
escuela se necesita trabajar con ellos, valorar el trabajo de la tierra, darle a
conocer que también desde ahí se generan los recursos, que los productos del
campo se pueden vender, empezar a fomentar estas ideas desde la propia
escuela. [...] Se tiene que crear esta idea en los niños, fomentar este aprecio a la
producción agrícola99.
Hay que revertir estas ideas despreciativas que dicen los maestros de las
escuelas oficiales, de que tienes que estudiar porque de lo contrario te vas a
quedar en el campo, “estudia porque así ya no vas a ser un campesino pobre”,
“te vas a espinar, hay víboras, hay serpientes”, “vas a estar ahí ocho horas bajo
el sol”. ¡No hay que fomentar esta idea a esta edad a los niños! [...] Hay que
formarlos en el amor a la tierra desde pequeños100.
Debido a lo anterior:
La escuela tiene que explicar las razones que están en la base del fenómeno
migratorio, explicar las responsabilidades del propio Gobierno y del modelo
neoliberal en campo económico.
[...] Desde la primaria se tiene que promover esto, concientizar a los niños para
que no estén pensando en la migración como única solución, sino de pensar en
otras soluciones a partir del trabajo en el campo y no sólo yéndose a las
ciudades. [...] Muchos de los que salen luego regresan con una mentalidad muy
diferente, se drogan, ya no quieren trabajar la tierra, solo gastan su dinero que
ganaron en la ciudad en cerveza, drogas y luego, cuando lo acaban, se van otra
vez para ganar más dinero, pero no construyen nada en su comunidad, se
quedan estancados101.
Al revisar estos planteamientos se observa claramente cómo fue que, por medio de la co-
teorización intercultural, se hizo grande la idea originalmente planteada por el presidente de
la UNEM durante el primer taller de diseño curricular. Asimismo, se comprende cómo, al
cuidar la semilla de la que, con el tiempo, germinó esta idea, los asesores kaxlanes
logramos entender que la preocupación de nuestros colaboradores indígenas no tenía que
ver únicamente con un asunto práctico relacionado con la productividad agrícola, sino con
un posicionamiento axiológico. No se trataba solamente, como podía interpretarse en un
primer momento, de que los niños aprendieran a trabajar la tierra y a desarrollar nuevas
99
Texto resultante del debate colegiado, en Memoria del Taller Agosto 2008, p. 34.
100
Texto resultante del debate colegiado, en Memoria del Taller Agosto 2008, p. 35.
101
Texto resultante del debate colegiado, en Memoria del Taller Agosto 2008, p. 36.
144
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
técnicas productivas que les permitieran mejorar la producción y ―de manera utópica―
poner un freno a la migración. Se trataba, más bien, de fomentar una formación valoral que
reflejara los valores positivos, básicos y centrales que rigen las sociedades tseltales,
tsotsiles y ch’oles en las que viven nuestros colaboradores indígenas y que, como veremos
a continuación, se sustentan en la integración entre sociedad y naturaleza.
Abramos un breve paréntesis ya que, como hemos señalado en los referentes teóricos de
esta tesis, la integración entre sociedad y naturaleza es el planteamiento central que sustenta
toda la propuesta educativa que estamos analizando. La integración entre sociedad y
naturaleza representa el punto de partida, la clave ontológica que nos permite comprender
el alcance político-pedagógico de esta propuesta educativa que apunta a reafirmar,
fortalecer y afianzar los valores propios, básicos, centrales de las sociedades tseltales,
tsotsiles y ch’oles en las que viven y trabajan nuestros colaboradores indígenas. En el
capítulo quinto, dedicado a la explicación del Método Inductivo Intercultural, veremos
cómo esta integración entre sociedad y naturaleza se plasma, por medio de la “Matriz del
Área Integradora Sociedad y Naturaleza”, en una metodología para generar conocimientos
escolares indígenas y convencionales a partir de las actividades sociales, productivas,
rituales y recreativas que, de acuerdo al calendario socionatural de cada región, se realizan
en las comunidades indígenas. Aquí lo que es importante señalar para dar evidencias del
proceso de co-teorización intercultural que hemos descrito en la parte metodológica de esta
tesis, es justamente la importancia de enfatizar esta dimensión axiológica que nuestros
colaboradores indígenas estuvieron paulatina pero constantemente desarrollando a lo largo
del proceso de diseño curricular. Fue justamente la atención a estos detalles, esta escucha
activa y participante, lo que permitió que los asesores kaxlanes alcanzáramos lo que Villoro
(1998) define como “[...] un tercer nivel en la comprensión del otro. Sería el
reconocimiento del otro a la vez en su igualdad y en su diversidad. Reconocerlo en el
sentido que él mismo dé a su mundo” (Villoro, 1998, 159-160).
Como precisa Bonfil, la cultura autónoma ―o sea aquellos recursos culturales propios que
un grupo social puede producir y reproducir autónomamente y, sobre todo, sobre los cuales
tiene el poder de decidir cómo utilizarlos para sus propios fines (Bonfil 1983) ― es “la
matriz cultural que les da sentido y que es exclusiva y única de cada cultura y sobre la cual
145
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
Ahora bien, después de este paréntesis, necesario para no perder de vista las aportaciones
teórico-metodológicas que pretendemos presentar en esta tesis, es menester señalar que el
énfasis en esta dimensión axiológica estuvo constantemente presente en los materiales
educativos producidos por los educadores comunitarios de la UNEM/EI a lo largo de su
trayectoria. Como mostraremos a continuación, ésta resultó central también en otros
materiales educativos producidos a lo largo de la última década como, por ejemplo, en las
Tarjetas de Autoaprendizaje (Bertely coord., 2004) y en el Cuadernillo “Los hombres y las
mujeres de maíz: democracia y derecho indígena para el mundo” (Bertely coord., 2007).
Empecemos por las Tarjetas, material educativo elaborado a partir de la concepción
sintáctica de la cultura que sustenta el Método Inductivo Intercultural (Gasché, 2008a) que
analizaremos en el siguiente capítulo de esta tesis, y cuya estructura didáctica se inspira
justamente en la integración sociedad-naturaleza que caracteriza a las sociedades indígenas.
Esta integración se refleja en las actividades productivas, recreativas o rituales que las
Tarjetas invitan a los niños a realizar, mismas que se desprenden del calendario
socionatural de la comunidad o región. Como veremos en el quinto capítulo, las actividades
comunitarias que sirven de fuente para construir conocimientos escolares indígenas y
convencionales se ubican temporalmente en una determinada época, identificada por medio
de indicadores climatológicos, vegetales y animales que señalan a los habitantes de las
comunidades indígenas el momento del año en el que se siembra, cosecha, barbecha, reza,
caza, pesca, en fin, se desarrolla la vida social comunitaria en integración con la Madre
Tierra.
Pasemos ahora a la segunda característica de las Tarjetas que hemos anunciado arriba. Nos
referimos a la parte gráfica de este material educativo y, en particular, a los colores de los
dibujos que ilustran la actividad que los niños están invitados a realizar, así como a las
plantas, árboles, animales, insectos, instrumentos agrícolas y demás detalles que aparecen
en ellas. Todos estos elementos no son casuales y menos ficticios, inventados o
intencionalmente exagerados, sino que son específicos y adaptados al contexto en el que se
desarrolla la actividad, ya que responden a una intención educativa precisa: contextualizar
social y ambientalmente en la realidad comunitaria la actividad que se va a desarrollar para
generar conocimientos indígenas. Recuperando otro material que hace poco realizamos en
colaboración intercultural con tres educadores comunitarios de la UNEM/EI (Bertely &
Guarneros, 2010), dejaré nuevamente que sean las palabras de uno de nuestros
colaboradores indígenas las que expliquen sus intenciones pedagógicas al dibujar las
acuarelas que dan vida a las Tarjetas de Autoaprendizaje. Dijo Pancho que, cuando pintaba
los dibujos:
146
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
Esto es lo que nuestro colaborador quiso transmitir a los niños que usan este material
educativo:
147
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
son seres vivos que merecen ser respetados” (p. 59) este señor pudo encontrar nuevamente
al niño. Explica nuestro colaborador al respecto: “La vida de nuestro territorio es nuestra
propia vida. En el mundo vivo habitamos todos los seres de la naturaleza y cuando no
respetamos las fiestas y no pedimos perdón a nuestra Madre Tierra nos vienen castigos y
enfermedades” (p. 55).
Empecemos por el poema con el que, durante el segundo taller de diseño curricular (Taller
Enero 2007), Juan propuso iniciar el capítulo del currículum dedicado a la explicación de la
propuesta educativa:
102
Juan, “La Alternativa educativa primaria de la UNEM”, p. 1, en Memoria del Taller Enero 2007.
148
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
Nada mejor que estas palabras para expresar la profunda relación que une a los hombres de
maíz que estuvieron colaborando en la construcción de esta propuesta educativa con la
naturaleza, con la tierra que ellos llaman “madre” y que, como expresaron en las Tarjetas y
en los relatos del Cuadernillo, es el territorio socionatural vivo en que realizan las
actividades sociales, productivas, rituales y recreativas que, como dice Gasché (2008a),
representan la manifestación viva, la cara manifiesta de sus culturas. En el Taller Enero
2007, al redactar los objetivos de la propuesta educativa en proceso de construcción, Juan
señaló la importancia de que el niño:
En el mismo taller, en la primera versión del perfil de egreso que se elaboró de manera
colegiada, se destaca que los niños: “[...] se formen conscientemente con el compromiso de
tomar en cuenta los daños que provoca la humanidad con la naturaleza; y ejerzan valores
elementales del respeto de la madre tierra”104.
En la parte dedicada a “¿Cómo deben salir los niños?”, en un documento elaborado para el
Taller Junio 2007 en el que se sintetizaban los debates colegiados sobre el perfil de egreso
realizados en los talleres previos, se precisó que, por medio de la propuesta educativa, los
niños aprenderían a:
103
Juan, “La Alternativa educativa primaria de la UNEM”, p. 5, en Memoria del Taller Enero 2007.
104
En Memoria del Taller Enero 2007, p. 35.
105
“La alternativa educativa primaria de la UNEM”, documento elaborado por Raúl, en Memoria del Taller
Junio 2007, p. 7.
149
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
Ahora bien, hasta aquí hemos hecho énfasis en tres dimensiones ―ontológica, política-
ciudadanizante y axiológica― del perfil de egreso que muestran claramente la
preocupación por parte de nuestros colaboradores indígenas de incorporar en el currículum
conocimientos, habilidades y valores socioculturalmente propios. En nuestra interpretación,
este énfasis en lo propio es el reflejo de una reivindicación que no sólo es identitaria, sino
también y fundamentalmente cognitiva y que, al plantear un cuestionamiento ontológico,
político y epistémico del conocimiento escolar y del significado de la educación formal,
apunta a revalorar y fortalecer las formas propias de producir y aplicar el conocimiento
planteando una nueva epistemología intercultural que parte de lo propio. Sin embargo,
reflejando las preocupaciones que, como señalé en la introducción de este capítulo, algunos
de los colaboradores kaxlanes tratamos de auto-censurar al principio del proceso de
construcción del perfil de egreso, también se destacaron otras dimensiones relacionadas con
conocimientos y habilidades escolares “clásicas”, como son el español, la lengua indígena y
las matemáticas.
Analicemos brevemente cómo fueron tratados estos tres aspectos durante la definición del
perfil de egreso. En la primera versión del perfil de egreso elaborada durante el Taller
Enero 2007 se planteó: “¿Cómo deben salir los niños? [...] Saber leer y escribir en dos
lenguas comprensivamente”107.
106
“Perfil de egreso: ¿Qué niño queremos formar?”, en Memoria del Taller Septiembre 2008.
107
En Memoria del Taller Enero 2007, p. 33.
150
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
Juan: Eso lo hacemos, por ejemplo cuando hablamos con un señor mayor
decimos Tatic, mientras con uno de la misma edad hablamos de “hermano”.
También es diferente en la asamblea, donde se habla a los compañeros, donde
[el lenguaje] es menos suelto, es más elaborado, planeado. También con los
seres de la naturaleza es diferente. No se puede escribirlo [...] .
Gasché: Esto enriquece la enseñanza de lengua 1 [la lengua originaria,
indígena], hacerlo consciente [al niño] de estas diferentes formas de hablarlo.
Ahí hay que ver qué palabras puede aprender un niño y qué no es conveniente
aprender [...] .
Pancho: Estos discursos [a la naturaleza] solo los pueden pronunciar los
ancianos, los aprenden quienes están pre-signados para ello. Hay palabras que
solo usan ellos. Si se trata de imitarlo sería bonito, sería un ejercicio para
mejorar nuestra lengua, pero a veces no es permitido con los niños; tampoco yo
lo puedo hacer porque yo no soy para comunicarme con la tierra.
Gasché: Lo que se puede hacer en la escuela es que el niño sepa que existen
estos momentos, la escuela debe de participar en estos momentos rituales, que
el niño no lo va a aprender sino que sabe qué se dice qué se hace y lo va a
recordar. ¡Que lo respeten, que no lo desprecien!
[...] Jorge: La lengua no es solo aprender a leer y a escribir [...] porque
mediante el lenguaje de una cierta comunidad es la que se da un rito a la
sociedad. En la sociedad indígena los tatuches son quienes le dan este rito a la
sociedad, a la naturaleza. No debemos correr el riesgo de traducir el tseltal al
castellano [...] porque se pierde toda la esencia el rito. Si comparamos el
lenguaje del Gobierno y del indígena, la norma de conducta que se transmite
por medio del lenguaje es lo que hace que una sociedad sea pacífica. No se
puede traducir”108.
Las conexiones indisolubles que existen entre lengua y visión del mundo y
lengua y cultura hacen que todo proceso efectivo y consciente de enseñanza de
lenguas sea por antonomasia un proceso de aprendizaje cultural, que permite al
aprendiz penetrar otras formas de pensar, sentir y actuar.
108
Memoria del Taller Octubre 2007, p. 8-9.
151
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
curricular y que no se les asignó un peso preponderante dentro del perfil de egreso, veamos
cómo se estuvo desarrollando la reflexión sobre estos temas retomando el siguiente debate
que tuvo lugar durante en el Taller Agosto 2008:
Huacho: [...] que los niños sepan escribir y leer en su propia lengua, [que
desarrollen] cuatro competencias lingüísticas: leer comprendiendo, escribir,
escuchar (comprender lo que se escucha), hablar.
Stefano: Podría ser comunicación oral y escrita.
Raúl: [...] Que los niños puedan comunicarse en su lengua materna de manera
oral y por escrito. Leer textos y producir textos. [...] Todavía no tenemos
desarrollada una técnica para enseñar la gramática [de las lenguas indígenas]
pero esto no impide que de toda forma escriban, que usen la palabra escrita [...]
Stefano: [...] de la práctica de la escritura a la gramática de la escritura. Esto
también sería muy diferente de las escuelas oficiales, donde les enseñan la
gramática pero no les enseñan a escribir [...] Fomentar la comunicación escrita
en la lengua indígena.
Gustavo: No solamente copiar un texto de un libro o de un pizarrón, sino
escribir un texto propio, su pensamiento, lo que piensa es lo que va a escribir.
Raúl: Estamos hablando de usar la lengua indígena para escribir también,
porque no se le da uso escrito, ya que el maestro bilingüe generalmente te
enseña a escribir en español, no en la lengua indígena, y tampoco te lo enseña
bien, nunca te dice escribe lo que tú piensas en tu lengua. [...] Darle uso
escrito a la lengua indígena. [...] Privilegiamos el uso de la lengua sobre el arte
gramatical109.
Más que fijarnos en lo que ya de por sí queda explícito ―o sea que, al igual que las
instancias educativas oficiales, los colaboradores indígenas y no indígenas que
participamos en la construcción del Modelo Curricular Intercultural Bilingüe de la UNEM
(AAVV, 2009) no nos hemos preocupado a suficiencia de desarrollar, aplicar y validar
técnicas de enseñanza-aprendizaje de las lenguas originarias110― lo que nos parece
relevante destacar guarda relación nuevamente con un propósito político-pedagógico de
esta propuesta educativa. Éste tiene que ver con el desarrollo por parte de los niños
tseltales, tsotsiles y ch’oles de competencias lingüísticas escritas en sus lenguas maternas y
con el rescate de la funcionalidad social de la escritura. Lejos de asumir que sus lenguas
mayances sean condenadas a permanecer en la oralidad a la que las relegó históricamente la
Conquista, la Colonia y finalmente la educación oficial castellanizadora y/o bilingüe
sustractiva, en esta propuesta curricular se plantea ―de forma un poco declaratoria ya que
no se explica claramente cómo hacerlo― el objetivo de fomentar el uso escrito de las
lenguas maternas para explicitar los conocimientos y valores que los niños indígenas
desarrollan en las actividades sociales, productivas, rituales y recreativas en las que
participan en su vida cotidiana en la comunidad.
109
Memoria del Taller Agosto 2008, p. 35-36.
110
Al respecto es menester señalar que en algunas de las escuelas de la nueva educación se está utilizando el
método desarrollado por Majchrzak (2004) para alfabetizar a los niños a partir del nombre propio. El análisis
crítico de los alcances y dificultades de estos procesos no están entre los objetivos de la presente tesis y serán
abordados en otros trabajos.
152
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
Como pre-anunciamos, esta dimensión no se desarrolló tanto como las dos anteriores a lo
largo del proceso de diseño curricular, quedando las aportaciones más bien como ideas a
trabajar posteriormente, durante la validación de la propuesta curricular.
111
Nos referimos a la propuesta metodológica para la enseñanza de matemáticas interculturales que se
empezó a trabajar en colaboración con el Dr. Jaime Smith (2005), asunto que tampoco se analizará en esta
tesis.
112
Texto elaborado por Raúl a partir del debate colegiado, en Memoria del Taller Septiembre 2007, p. 1.
113
Memoria del Taller Agosto 2008, p. 36.
153
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
Es así como hemos llegado a la conclusión de este cuarto capítulo en el que quisimos
analizar críticamente el proceso de construcción del perfil de egreso del Modelo Curricular
Intercultural Bilingüe de la UNEM (AAVV, 2009) haciendo énfasis en 4 dimensiones que,
en honor a la Metodología Arraigada Intercultural (MAI) que orientó el proceso de diseño
curricular, emergieron inductivamente de los planteamientos, reflexiones y debates
colegiados en los cuales participamos los diferentes colaboradores a lo largo del proceso,
sintetizando interculturalmente nuestras diferentes visiones de lo educativo en un perfil de
egreso socioculturalmente arraigado. Como hemos mostrado en las páginas anteriores, las
dimensiones que definen el perfil de egreso resaltan aspectos ontológicos, políticos,
axiológicos y sociolingüísticos que nuestros colaboradores tseltales, tsotsiles y ch’oles
plantearon a lo largo del proceso y que los asesores kaxlanes, a pesar de algunas reservas
iniciales relacionadas con el peso que, en ese entonces, seguía ejerciendo nuestro poder
formal sobre el poder sustantivo de nuestros colaboradores indígenas, nos dimos la
oportunidad de escuchar, comprender y valorar, permitiendo de esa manera que estas ideas
“se hicieran grandes” y, a través de la MAI, se fusionaran interculturalmente con las
aspiraciones que nuestros colaboradores tseltales, tsotsiles y ch’oles tienen con respecto de
la formación escolar de sus hijos. Fue esa la manera en que se llegó a co-teorizar un perfil
de egreso socioculturalmente arraigado que responde a una visión crítica y contra-
hegemónica de la interculturalidad y que presenta algunos retos y oportunidades como
analizaremos a continuación.
Un primer reto tiene que ver con el planteamiento que tatuch Gasché, en su calidad de
asesor principal del proceso, había señalado al inaugurar, en noviembre de 2006, el primer
taller de diseño curricular:
114
Gasché, en Memoria del Taller Noviembre 2006, p. 9.
115
Gasché, en Memoria del Taller Noviembre 2006, p. 9.
154
¿Cómo queremos formar a nuestros hijos?
Ahora bien, luego de señalar el principal reto al que se enfrenta esta propuesta educativa,
pasemos a considerar las oportunidades que los futuros egresados de las escuelas de la
nueva educación tendrían a su alcance en virtud de su formación escolar. Al respecto, es
menester recordar la insistencia de nuestros colaboradores tseltales, tsotsiles y ch’oles en
construir una propuesta educativa que ponga un freno a la migración de los jóvenes
indígenas de sus comunidades: “El propósito es educar para el arraigo no para la
migración”116, había señalado de forma contundente uno de los fundadores de la UNEM en
el Taller Octubre 2007. Analizando con mayor profundidad lo que planteó nuestro
colaborador, inferimos que el presidente de la UNEM no estaba apostando utópicamente
por desarrollar una propuesta educativa que ponga un freno al fenómeno migratorio que
está vaciando las regiones indígenas de sus jóvenes, privándolas de los sujetos que pueden
garantizar el futuro de estas sociedades ―lo que, probablemente, él mismo sabe que no es
una tarea que la escuela puede resolver independientemente de las demás instituciones
sociales― , sino que es muy probable que nuestro colaborador tseltal estuviese pensando en
cómo formar a jóvenes indígenas para que tomen conscientemente la decisión de no migrar
y de quedarse en su comunidad, como de hecho hizo él y casi todos los demás educadores
comunitarios de la UNEM/EI. Desde esta perspectiva, al educar para el arraigo, nuestros
colaboradores están pensando en la formación de los que serán los futuros actores
comunitarios que tendrán la responsabilidad de garantizar la continuidad sociocultural de
las comunidades tseltales, tsotsiles y ch’oles frente a los embates de una globalización cada
día más agresiva y acelerada. Como bien decía otro colaborador tseltal: “Nuestra propuesta
tiene el objetivo de revalorar y fortalecer los elementos vitales de la cultura y heredarle a la
futura generación una conciencia de lucha y de ser ciudadanos indígenas”117.
Visto de esta manera, abonar por un perfil de egreso socioculturalmente arraigado como el
que acabamos de analizar es mucho más que una apuesta irresponsable; se trata, por el
contrario, de una inversión consciente para el futuro desde una postura ontológica, política
y axiológicamente asumida de cara al Estado mexicano. Para decirlo con palabras de Bonfil
(1983): “La afirmación de la cultura propia es, por eso, un componente central, no sólo de
cualquier proyecto democrático sino de toda acción que descanse en la convicción de que
los hombres lo son por su capacidad creadora” (Bonfil, 1983, p. 300).
116
Jorge, en Memoria del Taller Octubre 2007, p. 2.
117
Jorge, en Memoria del Taller Septiembre 2007, p. 1.
155
Capítulo 5.
El Método Inductivo Intercultural
5.1. Introducción
Las reflexiones que se presentan en este capítulo de la tesis emergen del análisis de las
fuentes escritas que integran el corpus documental del proceso de diseño del Modelo
curricular de educación intercultural bilingüe de la UNEM (AAVV, 2009). Al respecto, es
menester señalar la amplitud del corpus específico relativo a este capítulo, dedicado a la co-
construcción de la metodología de enseñanza-aprendizaje de la propuesta curricular (107
páginas, Times New Roman 12, interlinea 1), mismo que integré revisando cuidadosamente
las informaciones del entero corpus, seleccionando y ordenando ―antes cronológica y
luego temáticamente― aquellos documentos que consideré más relevantes y excluyendo
otros que repetían informaciones o que no permitían realizar un análisis exhaustivo del
tema en cuestión.
157
El Método Inductivo Intercultural
Me parece importante señalar que el Método Inductivo Intercultural (MII) fue desarrollado
originalmente por Jorge Gasché, Jessica Martínez, Carmen Gallegos y sus colaboradores
indígenas de la Asociación Interétnica para el Desarrollo de la Selva Peruana
―AIDESEP108― (ETSA & Gasché, 1996; Gasché, 2008a y b; Martínez, 2008; Gallegos,
2008) en los años ochenta del siglo XX, como parte de un proceso de formalización de la
pedagogía indígena de los pueblos amazónicos. A finales de los años noventa del siglo
pasado este método empezó a compartirse con los educadores comunitarios tseltales,
tsotsiles y ch’oles de la UNEM/EI y con investigadores del Centro de Investigaciones y
Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) de México, en particular de la
unidad Sureste (San Cristóbal de Las Casas, Chiapas) y de la unidad del Distrito Federal,
con el Dr. Ronald Nigh, la Dra. María Bertely, el Mtro. Raúl Gutiérrez y quien escribe el
presente documento, entre otros.
158
El Método Inductivo Intercultural
esto se venía diciendo desde mucho antes, recuerdo que en los documentos de
la UNEM, desde 96-97, antes de que tuviéramos pláticas de Gasché, siempre se
estaba hablando de que las actividades de las escuelas estuvieran partiendo de
las actividades de las comunidades, de que se involucrara la comunidad. No
sabíamos muy bien cómo hacerlo y él [Gasché] nos vino a decir la experiencia
que obtuvieron en la Amazonía. [...]
Mankut: Nuestro objetivo decía que la educación tenía que ser teórico-práctico,
combinando con la producción, los conocimientos de las comunidades [...].
Siempre se venía hablando de que la educación tiene que ser intercultural, pero
no sabíamos bien cómo empezar. Llegó la invitación para el primer encuentro
con Gasché en Oaxaca [1999], donde se presentó su trabajo. Se vino a levantar
lo que nosotros ya queríamos, nosotros lo adaptamos, él dio más herramientas,
se amplió más la idea y entendemos más cómo hacer la educación intercultural.
[...]
Pancho: De por si ya se tenía esta idea, únicamente no se tenía tan desarrollada,
no estaba bien definida. Desde que nos pusimos a trabajar con Ron [Nigh,
investigador del CIESAS Sureste] con los huertos escolares, ya se hacía, ya se
integraban a los señores, a los ancianos, los conocimientos tradicionales. Pero
estaba un poco desordenado. El método de Gasché ya se estaba practicando, se
estaba haciendo sin conocer cómo se llamaba. [...]
Gustavo: Yo daba clase cuando empezamos, nuestro objetivo era la educación
teórico-práctica, nosotros hacíamos nuestro huerto escolar. Uno o dos años
hicimos una milpa de la escuela, sembramos muchas cosas, maíz, fríjol,
trabajamos biodiversidad, sembramos de todo, esa milpa fue como un centro de
experimentación donde los alumnos iban experimentando, se iban turnando
según su grado, iban a limpiar pero no solamente sino que llevaban su
cuadernos, escribían lo que observaban, nos poníamos a investigar sobre el
tema, llevábamos nuestro libro para ver qué contenidos [escolares] se
alcanzaban, pero no sabíamos cómo era este método, no sabíamos cómo
llamarlo. Lo estábamos practicando aunque sin saber qué era111.
No es de menor importancia señalar que, así como sucedió en la Amazonía Peruana, desde
un principio, la propuesta metodológica desarrollada por Gasché y sus colaboradores estuvo
dialogando con la pedagogía indígena y con las experiencias que los educadores de la
UNEM/EI y sus asesores kaxlanes habían madurado en su trabajo educativo en Chiapas.
Como señala uno de los asesores kaxlanes que participaron en el proceso de diseño
curricular que se está analizando:
Raúl: Hay cosas del método de Gasché que hemos modificado, como lo de la
investigación por ejemplo, porque nos hemos dado cuenta que a veces los
padres no le contestan a los niños [...] sería más bien invitar a los padres a hacer
la actividad con los niños, y ahí van a ir contestando. No hacer investigación
directamente con los padres, porque no es la forma propia de la pedagogía
indígena [...]
111
Citas retomadas del documento: “Currículum UNEM agosto 2008”, p. 37-38.
159
El Método Inductivo Intercultural
Otro es esto de buscar que se acompañen los niños de diferentes edades, porque
así aprenden entre todos, y esto lo hacen mucho los indígenas, siempre al más
chiquito lo mandan con el más grande, y no sólo porque le descarga trabajo a la
mamá o al papá sino porque saben que va a aprender mucho de su hermano
mayor, que entre los dos van a prender muchas cosas, esa es otra forma de
pedagogía [...].
Hemos ido aprendiendo cosas de la pedagogía indígena que nos han permitido
cambiar cosas, mejorar el método de Gasché [...].112
Por lo tanto, resulta importante enfatizar que el MII que se analizará en estas páginas es el
producto del diálogo intercultural entre:
1) la propuesta metodológica original de Gasché y sus colaboradores de la Amazonía
peruana;
2) la pedagogía indígena (FRMT, 1997; Freedson & Pérez, 1999; Paoli, 2003; Pérez, 2003),
practicada por los educadores tseltales, tsotsiles y ch’oles de la UNEM/EI en la vida
comunitaria y durante más de 10 años de trabajo educativo;
3) las aportaciones de los asesores kaxlanes que hemos contribuido a su desarrollo.
Se trata de una muestra de la manera en que, por medio de la inter-comprensión y del inter-
aprendizaje (Gasché, 2008a), los colaboradores indígenas y kaxlanes hemos desarrollado
un proceso de co-teorización intercultural afinando una metodología que surge en un
contexto específico (la Amazonía peruana) y se enriquece gracias a las aportaciones y
hallazgos que “desde abajo y desde adentro” (Bertely, 2009, p. 5) emergen de la pedagogía
indígena y retroalimentan, fortalecen y desarrollan la propuesta metodológica original.
Ahora bien, como parte importante de las aportaciones de la presente tesis doctoral, a
continuación se analizará cómo, a partir del andamiaje conceptual de Gasché y de la
pedagogía indígena implícita en las prácticas educativas de la UNEM/EI, la co-teorización
intercultural permitió desarrollar ámbitos del currículum que no habían sido considerados
en la propuesta educativa inicial de la UNEM/EI o en el pensamiento original de Gasché.
Para tal fin, regresaremos al primer taller de diseño curricular realizado en la ciudad de
Ocosingo en noviembre del 2006 y analizaremos los principios pedagógicos básicos que se
plantearon al comienzo del proceso de diseño curricular en objeto y luego veremos cómo
éstos se fueron co-teorizando a lo largo de los 2 años que duró el proceso.
112
Citas retomadas del documento: “Currículum UNEM agosto 2008”, p. 37-38.
160
El Método Inductivo Intercultural
161
El Método Inductivo Intercultural
No me detendré ahora a tratar de explicar de una forma más clara que las palabras del
propio Gasché los principios pedagógicos que sustentan el MII. Como ya señalé, dedicaré
este capítulo al análisis del proceso de co-teorización intercultural que, gracias a la
aplicación de una Metodología Arraigada Intercultural (MAI) nos permitió desarrollar el
MII y construir la metodología de enseñanza-aprendizaje del Modelo curricular de
educación intercultural bilingüe de la UNEM (AAVV, 2009).
Mientras que los kaxlanes los habíamos leído en los textos elaborados por Gasché y
teníamos un conocimiento teórico de ellos, nuestros colaboradores indígenas los conocían
en la práctica de sus vidas como campesinos y educadores comunitarios. Varios de ellos los
habían puesto en práctica en sus escuelas comunitarias, aplicándolos en la elaboración de
las Tarjetas (Bertely coord., 2004) y del Cuadernillo “Los hombres y las mujeres de Maíz”
(Bertely coord., 2007) y, finalmente, los habían estado compartiendo, analizando y
explicando a los maestros oficiales y promotores autónomos a quienes habían estado
formando en los años previos y durante el proceso de diseño curricular. Es así que, al
recordarlos y precisarlos al comienzo del proceso de elaboración del plan de estudios,
Gasché se estaba moviendo por un terreno conocido por sus colaboradores indígenas en
virtud de las experiencias maduradas a lo largo de sus vidas y de sus trayectorias como
educadores, diseñadores de materiales educativos y formadores.
Aclarado lo anterior y con el fin de familiarizar al lector de la presente tesis con los
principios pedagógicos básicos que caracterizan el MII, consideramos conveniente abrir un
paréntesis y reforzar el análisis apoyándonos en algunos escritos previos de Gasché y en
algunas aportaciones de los colaboradores indígenas realizadas durante los talleres de
diseño curricular.
162
El Método Inductivo Intercultural
Un primer elemento que se necesita aclarar tiene que ver con la definición de ‘cultura’ de la
que se desprende el MII. Al respecto, recurriremos a un texto clave para comprender cómo
ésta se define en la propuesta metodológica desarrollada por Gasché y sus colaboradores de
la Amazonía peruana, a saber: “Niños, maestros, comuneros y escritos antropológicos como
fuentes de contenidos indígenas escolares y la actividad como punto de partida de los
procesos pedagógicos interculturales: un modelo sintáctico de cultura” (Gasché, 2008a).
En este texto, básico para comprender el MII, Gasché (2008a, p. 308-312) desarrolla una
severa crítica hacia las fuentes tradicionalmente utilizadas en los programas educativos
interculturales para captar contenidos indígenas, clasificarlos y ordenarlos para su uso en un
currículum y en materiales pedagógicos, es decir, para transformar el conocimiento
indígena en contenidos escolares. El autor señala que estos programas118 asumen que el
conocimiento indígena está guardado en la mente de ciertos actores (niños, maestros y
comuneros) y en las obras antropológicas, “como si se tratara de una materia ahí
almacenada y lista para sacarla, recopilarla, sistematizarla y clasificarla de acuerdo a los
diferentes rubros de un currículum escolar para poderla implementar pedagógicamente [...]”
(Gasché, 2008a, p. 308).
El autor señala que, para ordenar e integrar el conocimiento indígena en un plan curricular
y/o en otros materiales pedagógicos, estos programas educativos suelen utilizar el esquema
de una monografía antropológica que analiza la cultura indígena de manera fragmentada,
fraccionándola en un listado de elementos (por ejemplo: costumbres familiares y
comunitarias; mitos y leyendas; conocimientos sobre la dimensión cósmica; conocimientos
tecnológicos, [...] organización social familiar, comunitaria y extracomunitaria, fiestas y
celebraciones rituales, etc.). Estos elementos están estructurados según la lógica
eurocéntrica de un observador no-indígena y con base en criterios ajenos a las culturas
indígenas. Además, reflejan la relación entre un sujeto observador y un objeto observado
como lo desarrolla la antropología clásica, imponiendo a la mente el ordenamiento de un
pensamiento que contempla y trata de comprender la sociedad y cultura indígena desde
fuera119.
118
Como, por ejemplo, la propuesta educativa ecuatoriana para el nivel básico (Soto, 1996), el “Manual de
captación de contenidos étnicos” de la SEP-DGEI de México (SEP-DGEI, 1990), el manual producido por
UNESCO y UNICEF para elaborar materiales de apoyo a la formación docente en la educación intercultural
bilingüe (Amodio, 1988).
119
Gasché clasifica como “paratáctica” esta concepción de la cultura.
163
El Método Inductivo Intercultural
Frente a esta concepción paratáctica, el autor plantea una alternativa basada en “una visión
sintáctica de la cultura que articula lógicamente y con cierto rigor las categorías analíticas
entre ellas y que deriva estas categorías del proceso productivo humano, es decir de las
actividades humanas” (Gasché, 2008a, p. 316). Asumiendo que las culturas son:
164
El Método Inductivo Intercultural
Ahora bien, luego de analizar los planteamientos de Gasché así como fueron plasmados en
el lenguaje refinado y elegante propio de sus textos, regresemos a los talleres de diseño
curricular para ver cómo los educadores tseltales, tsotsiles y ch’oles de la UNEM/EI se
apropiaron críticamente del MII innovándolo a partir de los principios propios de la
pedagogía indígena que han aprendido en la vida cotidiana y que han aplicado en las
experiencias educativas realizadas en sus escuelas comunitarias. No es de menor relevancia
señalar que, al sistematizar sus prácticas pedagógicas y los aprendizajes realizados en su
quehacer docente, y al compartirlos con los participantes al proceso de diseño curricular,
nuestros colaboradores participaron activamente en la construcción de una MAI por medio
de la cual se generaron los códigos y categorías teóricas que alimentan el proceso de co-
teorización intercultural al que nos hemos referido en la parte metodológica de esta tesis.
Veamos entonces cómo su co-teorización permitió contextualizar y enriquecer los
planteamientos originales de Gasché sobre el MII.
120
Por conocimientos escolares indígenas se entienden los conocimientos, habilidades y valores que resultan
de la sistematización del currículum implícito de una cultura indígena específica. Por conocimientos escolares
convencionales se entienden los que salen en el Plan y Programa Nacional de Educación Primaria de la SEP.
165
El Método Inductivo Intercultural
Para nuestros colaboradores indígenas, el MII es “una nueva práctica educativa que parte de
los conocimientos culturales y lenguas indígenas para la formación escolar basada en
situaciones reales de las comunidades indígenas”121.
121
Documento elaborado por Jorge, Mankut y Juan para el Taller Enero 2007, en Stefano y Raúl (comp.),
“Memoria del Taller Enero 2007”, p. 33-41.
122
Juan, “La alternativa primaria de la UNEM”, documento elaborado para el Taller Marzo 2007, (17
páginas).
123
Juan, “La alternativa primaria de la UNEM”, documento elaborado para el Taller Marzo 2007, (17
páginas).
124
Documento elaborado por Jorge, Mankut y Juan para el Taller Enero 2007, en Stefano y Raúl (comp.),
“Memoria del Taller Enero 2007”, p. 33-41.
125
Documento elaborado por Jorge, Mankut y Juan para el Taller Enero 2007, en Stefano y Raúl (comp.),
“Memoria del Taller Enero 2007”, p. 33-41.
126
Recordemos lo que dice Gasché al respecto del proceso de explicitación: “La fuente del
conocimiento es la actividad. [...] El primer paso es hacer la actividad y vamos luego [en el aula] a
explicitar los conocimientos implícitos [en la actividad]. Lo vamos a decir, lo vamos a expresar,
ordenar, sistematizar. Eso es el proceso de explicitación. [...] Cuando hacemos no siempre pensamos
166
El Método Inductivo Intercultural
culturalmente propios que se derivan de las actividades sociales que se realizan en las
comunidades indígenas, los “códigos en vivo” utilizados por nuestros colaboradores
indígenas hacen aflorar nuevamente la importancia política de la revalorización pedagógica
de los conocimientos indígenas que están implícitos en las actividades comunitarias en las
que participan los niños. He aquí cómo la co-teorización intercultural realizada a través de
la MAI tiñe el MII de matices fuertemente político-identitarios.
Otra faceta del MII que destacaron nuestros colaboradores indígenas tiene que ver con la
integralidad de las prácticas pedagógicas resultantes de su aplicación. Como ellos
subrayaron, “no se exige simplemente una explicación de contenidos de aprendizaje
desconocidos, sino que se hace, se aprende haciendo y estudiando las funciones de las
prácticas, se cultiva el pensamiento, el movimiento del cuerpo, la conducta”127. Analicemos
atentamente lo que se expresa en la reflexión anterior.
Como hemos visto, la continuidad con la educación endógena y con una pedagogía
indígena es otra de las apropiaciones-aportaciones por medio de las cuales nuestros
colaboradores indígenas enriquecieron en la práctica educativa el MII. Veamos ahora lo
que reflexionaron al relacionar el MII con los conocimientos previos que los niños
indígenas desarrollan en la educación familiar y comunitaria:
en lo que hacemos, la explicitación es un manera de tomar conciencia de lo que hacemos, los alcances
de lo que hacemos, las motivaciones, la utilidad”.
127
Documento elaborado por Jorge, Mankut y Juan para el Taller Enero 2007, en Stefano y Raúl (comp.),
“Memoria del Taller Enero 2007”, p. 33-41.
167
El Método Inductivo Intercultural
dialogan sus familias, así van aprendiendo depende qué lengua se comunican
dentro del hogar donde viven [...].
Mientras el niño va aprendiendo con todo lo que observa de los trabajos de los
padres y de la sociedad, empieza también a practicar participando en las
actividades sencillas que puede hacer de acuerdo de su capacidad, cuando el
niño participa, empieza a practicar, a cuestionar, aprende las técnicas y proceso
de elaboración, aprende secretos, comportamiento y el uso que se le da al objeto
elaborado, aunque no sabe que todo lo que está aprendiendo se puede articular
con la ciencia.
Todos estos aprendizajes son muy importantes porque no son solamente teoría,
sino práctica directamente y mientras se está haciendo surgen muchos
cuestionamientos en todo, y aprende a valorizar lo que sus padres saben hacer.
Con sus participaciones en las actividades, también aprenden a saber conocer
(el aprendizaje conceptual), a saber hacer la práctica (aprendizaje
procedimental) y saber ser (aprendizaje de actitudes y valores) [...].
A todos esos conocimientos que ha aprendido el niño, se le da seguimiento en
la escuela [se refiere a la escuela comunitaria de la UNEM], ahí el maestro(a)
promotor(a) de educación va a tener una gran tarea, explicarle a los niños sus
conocimientos comunitarios, articular el contenido con el significado indígena,
articular ambos conocimientos el comunitario y el científico, comenzando de lo
mas sencillo a lo complejo128.
Al revisar con atención estos planteamientos, queda claro que los educadores comunitarios
de la UNEM/EI valoran la pedagogía indígena y los conocimientos, habilidades y valores
que los niños tseltales, tsotsiles y ch’oles desarrollan en las actividades familiares y
comunitarias durante los primeros años de socialización. Pero eso no es todo. Como
acabamos de leer, para ellos no sólo es de fundamental importancia que la escuela dé
continuidad a estas enseñanzas y aprendizajes socioculturalmente propios sino que, a través
de MII y, en particular, del proceso de explicitación, los niños aprendan a analizarlos y
conocerlos en profundidad, apropiándose de su esencia.
Nuestros colaboradores utilizan el MII para que, por medio del proceso de articulación
entre conocimientos indígenas y conocimientos convencionales del que hablaremos más
adelante, sus alumnos puedan vincular los conocimientos culturalmente propios con los
“científicos” (o sea, con los conocimientos escolares convencionales previstos en el plan de
estudios oficial)129. Revalorar lo propio y apropiarse de lo ajeno. Ésto es lo que, en sus
experiencias educativas, les permite realizar el MII.
168
El Método Inductivo Intercultural
Ahora bien, para avanzar con el análisis del proceso de co-teorización intercultural del MII
que se realizó durante los talleres de diseño curricular, a continuación vamos a introducir
una dimensión importante que, de hecho, resulta ser intrínseca al mismo método. Nos
referimos al supuesto fundamental del que partimos los diferentes colaboradores que
participamos en el diseño del Modelo curricular de educación intercultural bilingüe de la
UNEM (AAVV, 2009) al referirnos a las comunidades tseltales, tsotsiles y ch’oles de
Chiapas con las que hemos estado trabajando en los últimos 10 años y que representaron
nuestro ideal tipo130 de sociedad indígena a la hora de trabajar el diseño curricular. Veamos
entonces cómo, a lo largo del proceso de diseño curricular, se co-teorizó sobre lo que los
autores de este modelo educativo solemos llamar la integridad entre sociedad y naturaleza.
El buen vivir supone una integración armónica entre los seres humanos y la naturaleza que,
en la cosmovisión maya, es su madre. Por eso el buen vivir es “un conjunto de condiciones
ecológicas y morales, donde ambos factores se inter-determinan” (Paoli, 2003, p. 71).
130
Ver nota 6 p.4.
131
Lekil kuxlejal es una palabra compuesta en la lengua maya tseltal. Kux = vivir; lejal = buscar; lekil= bien.
Por lo que lekil kuxlejal puede traducirse como: “buscar vivir bien”, “buscar la buena vida”.
169
El Método Inductivo Intercultural
Para tener lekil kuxlejal los seres humanos necesitan estar en armonía con la Madre Tierra
que los generó y que los alimenta. Esta profunda integración entre sociedad indígena y
naturaleza se manifiesta cotidianamente en las actividades sociales, productivas y rituales
que los habitantes de las comunidades tseltales, tsotsiles y ch’oles realizan en el territorio
comunitario (Bertely, 2007 y 2009; Gasché, 2008a). Es el terreno fértil que los hombres y
mujeres de maíz necesitan abonar continuamente para evitar que se seque y pierda su
fertilidad.
Ahora bien, es menester precisar que esta integración entre sociedades indígenas y
naturaleza no es solamente física sino profundamente sociocultural. En cuanto matriz
cultural de los hombres y mujeres de maíz, la naturaleza es la fuente privilegiada de la
cultura propia de los pueblos indígenas (Gasché, 2008a; Bertely, 2009); al respetarla y
cuidarla, se respeta y cuida a la cultura propia y, de esa manera, se genera el lekil kuxlejal
(Sartorello, Ávila y Ávila, coords. 2012).
132
Es evidente que no nos estamos refiriendo a las comunidades urbanas en las que viven los migrantes
indígenas, sino a las comunidades de antiguo asentamiento ubicadas en las regiones rurales de Chiapas.
133
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Noviembre 2006”, p. 15.
134
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Noviembre 2006”, p. 10.
170
El Método Inductivo Intercultural
central, ya que hay una interacción constante del hombre con el medio en el que
vive, realizando una serie de actividades que lo convierten en algo útil135.
135
Gustavo, Edmundo y Armando, “Modelo sintáctico de generación de contenidos en el área de Sociedad y
Naturaleza”, documento elaborado para el Taller Enero 2007, en Stefano y Raúl, “Memoria del taller Enero
2007” (61 páginas), p. 51.
136
Gustavo, “Modelo sintáctico de generación de contenidos en el área de Sociedad y Naturaleza”,
documento elaborado para el Taller Marzo 2007, p. 1.
137
Juan “La alternativa educativa primaria de la UNEM”, documento elaborado para el Taller Marzo 2007
(17 páginas).
138
Cita retomada del documento “Currículum UNEM agosto 2008”, p. 29.
171
El Método Inductivo Intercultural
“El ser humano produce cosas transformando materias que va a adquirir en la naturaleza
para satisfacer sus necesidades sociales”139.
Ahora bien, antes de seguir con la explicación de la estructura curricular que se desprende
de esta frase prototípica es relevante señalar que, a lo largo del proceso de diseño
curricular, los diferentes colaboradores modificamos, adaptándola al contexto sociocultural
de las comunidades tseltales, tsotsiles y ch’oles chiapanecas, la frase originalmente
elaborada por Gasché y sus colaboradores, quedando de la siguiente manera: “Nosotros
vamos en nuestro territorio a pedir un recurso que trabajamos para satisfacer nuestras
necesidades sociales”140.
139
Gasché, 2008a, p. 320.
140
Cita retomada del documento “Currículum UNEM agosto 2008”, p. 45-48.
172
El Método Inductivo Intercultural
juntos y no como individuos aislados entre sí; por otro lado, destacamos la
importancia del trabajo como valor positivo fundamental en nuestras sociedades
y culturas.
Necesidades sociales: nos referimos a la función social implícita en la
realización de una cierta actividad social, productiva, ritual, o recreativa. En
esta parte entra lo valoral, aquellos valores positivos que orientan la vida en
nuestras sociedades y culturas”141.
Siempre en relación con la oración prototípica original, observamos que en la versión co-
teorizada se mantiene el énfasis en la integración entre sociedad y naturaleza que, como
explicamos anteriormente, es la base para lograr el buen vivir / lekil kuxlejal y constituye la
matriz con la que, en las sociedades indígenas, se construyen los conocimientos
socioculturales propios. El uso de la palabra ‘territorio’ y la explicación de nuestros
colaboradores no deja dudas al respecto. Más bien se aprecia la concepción de un territorio
vivo, animado, integrado en la sociedad indígena de la que es indisociable. Lo anterior se
refrenda en la elección de la palabra ‘pedir’ en sustitución de la de ‘adquirir’ que aparece en
la frase original. Como explicaron claramente nuestros colaboradores, la naturaleza no es
un emporio donde adquirir recursos, sino que es una entidad viva, sagrada, a la que los
seres humanos tienen que pedir respetuosamente, por medio de las ofrendas que renuevan
constantemente la alianza entre sociedad indígena y naturaleza, los recursos necesarios para
satisfacer sus necesidades sociales.
141
AAVV, (2009), p. 85-86.
173
El Método Inductivo Intercultural
Los aportes del Cuadernillo, así como de otros procesos educativos vividos por nuestros
colaboradores indígenas y por nosotros mismos a lo largo de más de 10 años de trabajo
colaborativo han sido fundamentales. Esta consideración nos lleva a plantear algo muy
importante: los procesos de colaboración, inter-aprendizaje y co-teorización que estamos
documentando en el caso del Modelo curricular de educación intercultural bilingüe de la
UNEM (AAVV, 2009) son parte de un proceso más amplio y de más larga duración que se
consolida cada vez más en los diferentes proyectos educativos en los que participamos. Al
respecto, no es excesivo señalar que el trabajo colaborativo que seguimos desarrollando de
manera continua con la coordinación de María Bertely del CIESAS nos está posicionando
como un grupo pionero en México en la generación de propuestas y materiales educativos
co-teorizados entre indígenas y kaxlanes, por lo que otro aporte de esta tesis radicaría en
documentar a profundidad el tipo de co-labor que este grupo intercultural está realizando.
Cerremos ahora el análisis del proceso de co-teorización de la frase prototípica que, como
señalamos arriba, al expresar la sintaxis cultural, permite describir de manera genérica las
actividades productoras y actualizadoras de las culturas y de los conocimientos
comunitarios indígenas y continuemos con la explicación de la estructura curricular que se
deriva de ella.
174
El Método Inductivo Intercultural
Al convertirse en una frase concreta que describe una actividad específica, esta oración
genérica recibe su contenido sociocultural particular de acuerdo a la actividad contemplada
y al contexto en que se implementa. Asimismo, los componentes de esta frase nos permiten
diseñar una estructura curricular articulada en los siguientes cuatro ejes:
Veamos cómo, durante el primer taller de diseño curricular, Gasché explicó de forma
sintética los cuatro ejes temáticos que acabamos de señalar:
El recurso es una cosa (tal bejuco, tal animal, tal tipo de tierra, de agua): aquí se
pueden investigar las propiedades del recurso. Es un enfoque sobre un
elemento. El ecosistema no puedes manipular, puedes observarlo, el medio que
engloba el recurso. El recurso sí, puedes agarrarlo, explorar las propiedades.
Ese recurso, pocas veces lo voy a consumir así nomás, hay que transformarlo,
por lo menos tenemos que pelarlo. Generalmente lo que tomamos de la
naturaleza, para que nos sea útil, lo tenemos que transformar. Transformar es un
proceso e implica técnicas, conocimientos y manejo indígena.
Cada sociedad tiene sus valores. El cuarto eje es el universo de los valores145.
La Sociedad es siempre relaciones y valores146.
Estos 4 ejes, integrados en una matriz que los articula entre sí, son los que permiten
explicitar los conocimientos escolares indígenas y convencionales que están implícitos en
la actividad comunitaria (social, productiva, ritual o recreativa) que el maestro, los alumnos
y el/la experto/a comunitario van a realizar. Como explica Gasché, los 4 ejes y la matriz
que se construye a partir de estos, son: “[...] un instrumento que nos ayuda a explicitar los
conocimientos. Hay que sacar a la luz para convertirlo en conocimiento escolar”147.
144
Gasché, 2008a, p. 220.
145
Me parece relevante señalar que, además de los valores, el cuarto eje permite explicitar los fines de la
actividad que, dependiendo de la misma, puede ser de alimentación, curación, producción, etc.
146
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Noviembre 2006”, p. 12.
147
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Noviembre 2006”, p. 12.
175
El Método Inductivo Intercultural
Veamos entonces cómo los 4 ejes temáticos identificados a raíz de la oración prototípica
facilitan la realización del proceso de explicitación:
Cada eje tiene un listado de variables que pueden guiar al maestro para
explicitar el conocimiento implícito. Un cuadro de conocimientos posibles.
Variables que ayudan al maestro a producir conocimientos investigando. Este
currículo no es una enciclopedia donde se saca el conocimiento o un inventario
de conocimientos, es una propuesta para generar el conocimiento. Se puede
comparar con una red para pescar los contenidos151.
Justo para eso ―o sea, para explicitar los conocimientos implícitos en la actividad
comunitaria y convertirlos en contenidos escolares indígenas y convencionales― sirven los
4 ejes temáticos arriba señalados, mismos que están integrados en lo que Gasché y sus
colaboradores de la Amazonía peruana llamaron “Cartel Sociedad y Naturaleza” y que los
participantes en el proceso de diseño curricular preferimos renombrar como “Matriz del
Área Integradora Sociedad y Naturaleza”.
148
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Noviembre 2006”, p. 14.
149
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Noviembre 2006”, p. 12.
150
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Noviembre 2006”, p. 9.
151
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Noviembre 2006”, p. 12.
176
El Método Inductivo Intercultural
177
El Método Inductivo Intercultural
Además de las variables principales, sub-variables, etc., existe una variable permanente
implícita denominada “significado indígena” que está presente en cada eje, variable
principal, sub-variable, etc., de manera transversal. Ésta es la que expresa el discurso
filosófico indígena, explicitando los valores implícitos en ella, otorgando sentido a la
práctica y, al mismo tiempo, garantizando su eficiencia. Veamos cómo los diferentes
colaboradores destacaron la importancia de esta variable permanente para el
funcionamiento del MII. En palabras de algunos educadores indígenas:
Cada eje y variable siempre va acompañada con otra variable que se llama
variable permanente donde entraría el significado indígena, todos los valores,
los cantos, rezos, cuentos, leyendas, comportamientos, tradiciones y costumbres
de cada comunidad152.
[...] Hemos introducido una variable permanente, porque se combina con cada
una de todas las variables: significado indígena.
[Por medio de esta variable] exploramos qué sentido tiene cada variable en el
pensamiento indígena.
Ejemplo: la milpa en la Amazonía se llama Chacra, tiene muchos significados,
pero hay una frase del consejo indígena, que el padre dice a sus hijos, tomando
a la milpa o chacra como ejemplo de la buena convivencia en comunidad,
diciendo que en la chacra viven plantas diferentes, con espinas, sin espinas,
venenosas, no venenosas, de comer, bajitas, altas, medianas, arbustos, árboles,
trepadoras, es el ejemplo de la convivencia armoniosa entre seres diferentes,
vive al costado del otro, no se molesta, no se pelea, cada plantita tiene el
derecho de crecer, de desarrollarse, de ser respetada.
[El significado indígena] sale de los discursos indígenas: consejos, relatos,
cantos, oraciones.
Esta variable [permanente] introduce el significado indígena. En parte se saben,
en parte hay que seguir investigando, con los viejos. El maestro nunca termina
de aprender.153
He aquí uno de los elementos metodológicos claves del MII. La variable permanente
“significado indígena” resulta ser el instrumento principal que el maestro y sus alumnos
tienen a disposición para analizar los significados culturalmente propios que están
implícitos en la actividad comunitaria, articulando-contrastándolos ―como veremos en las
páginas finales de este capítulo― con los de la sociedad kaxlan para generar conocimientos
escolares interculturales.
152
Gustavo, Edmundo y Armando, “5.2.2 Proceso de preparación y planeación de clase del maestro”, en
Stefano y Raúl (compiladores), “Memoria del taller Enero 2007”, p. 56-59.
153
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Noviembre 2006”, p. 16.
178
El Método Inductivo Intercultural
Ahora bien, antes de seguir con la explicación de la operación del MII, a continuación se
presenta la matriz completa, dejando para las páginas siguientes la explicación de su uso
para la generación, a partir de una actividad comunitaria, de contenidos escolares indígenas
y convencionales.
Recurso Natural / Producto Territorio / Naturaleza Trabajo / Técnica Fin Social / Sociedad
154
Esta matriz se basa en el Cartel Naturaleza y Comunidad elaborado por Jorge Gasché, Jessica Martínez,
Carmen Gallegos y sus colaboradores indígenas de la Amazonía peruana (Gasché, 2008a, p. 360-365).
179
El Método Inductivo Intercultural
Variable histórica
- Organización
indígena
. Niveles de organización
.. Comunal
.. Regional
.. Nacional
. Funciones
180
El Método Inductivo Intercultural
Variable histórica
- La República
Mexicana
. Organización política:
comunidad, municipio,
estado
. Autoridades y
funciones
. Gobierno del estado,
municipal y local
. Autoridades y
funciones
. Fuerzas Armadas de
México
. Autoridades y
funciones
. Constitución Política de
los Estados Unidos
Mexicanos
. Leyes
. Convenio 169 OIT
. Acuerdos de San
Andrés
Variable histórica
Analicemos brevemente la matriz señalando cuáles son las variables principales asociadas a
cada uno de los 4 ejes temáticos y cómo éstas se pueden utilizar para analizar una actividad
comunitaria y explicitar los contenidos escolares indígenas y convencionales implícitos en
el proceso de su realización.
Las variables principales que integran el eje Recurso Natural / Producto son: Identificación,
Clasificación, Características, Comportamiento, Función. Por medio de estas variables se
pueden identificar, clasificar, describir, etc., las características del recurso natural, analizar
su comportamiento y explicar su función, tanto genérica como específica, en la actividad
realizada.
Las del eje Territorio / Naturaleza son: Tipos de ecosistema, Hábitat, Nicho Ecológico,
Adaptación, Población, Ciclos climatológicos, biológicos y de actividades. A través de
estas variables, se puede analizar el tipo de ecosistema, el hábitat y el nicho ecológico en el
que este recurso se encuentra, investigando su adaptación a los mismos, así como las
características de la población, los ciclos climatológicos, biológicos y de actividades.
Las del eje Trabajo /Técnica son: Tipos de procesos de transformación-producción, Objeto
de trabajo, Medio de trabajo, Proceso, Fuerza de trabajo, Cooperación, Alternativas frente a
los impactos negativos sobre el medio. Por medio de estas variables se observa, describe,
analiza, etc., las fases del proceso de transformación-producción del recurso natural,
haciendo énfasis tanto en el objeto como en el medio de trabajo. Se observa, describe,
analiza, etc., el proceso, considerando variables como la fuerza de trabajo, la cooperación
entre seres humanos y con la misma naturaleza, así como los impactos del proceso de
transformación sobre el medio ambiente y las posibles alternativas.
181
El Método Inductivo Intercultural
Las del eje Fin social / Sociedad son: Bienestar-salud, Eventos sociales, Pueblo y territorio.
A través de estas variables se analiza el fin social de la actividad realizada, relacionándola
con el bienestar o la salud, con los eventos sociales de la comunidad y con una variable
amplia que relaciona el fin social con el pueblo y el territorio.
Ahora bien, es menester precisar que, como se aprecia en la matriz, las variables principales
de los ejes temáticos 1, 3 y 4, se analizan no sólo en el presente sino también en su proceso
diacrónico por medio de una variable histórica que permite analizarlas en diferentes
épocas, explicitando de esta manera los cambios y adaptaciones que, a lo largo del tiempo,
se han realizado en las actividades sociales, productivas, rituales y recreativas de la
comunidad y, por consiguiente, mostrando cómo la cultura del grupo social ha estado
constantemente en proceso de cambio y transformación. No es de menor importancia
señalar cómo, por medio de la variable histórica, el MII permite realizar una comprensión
dinámica de la cultura comunitaria que, evidentemente, limita fuertemente el riesgo de
caer en una visión esencialista y estática de las culturas indígenas. Es por medio de las
variables principales y de sus relativas sub-variables y sub-sub-variables, de la variable
histórica y de la variable permanente que expresa el significado indígena o, mejor dicho, de
una combinación que las articule lógicamente (lo que más adelante llamaremos secuencia
lógica de variables) que el maestro y los alumnos pueden investigar, explicitar, formalizar,
ampliar y articular los conocimientos que se desprenden de la actividad social específica en
la que participaron, generando contenidos escolares indígenas y convencionales
socioculturalmente significativos.
Como veremos a continuación, los ejes temáticos, las variables y sub-variables hacen
posible realizar un análisis específico y detallado de cada actividad comunitaria, generando
conocimientos diferentes en relación a la actividad contemplada. Por ejemplo, la variable
“hábitat” en la actividad de siembra de maíz permite abordar contenidos distintos a los de la
actividad de “pizca de café”. Por lo tanto, cada actividad constituye un repertorio de
experiencias de aprendizaje diferentes, pero todas contextualizadas a la realidad
sociocultural y natural de la comunidad.
[...] Queremos crear en los niños una comprensión de las relaciones [...] [entre
los 4 ejes de la matriz]. No nos interesa el objeto/recurso [en sí], sino su
relación con la naturaleza, la transformación o el fin social. Cuando planeamos
nuestra clase no vamos a hacer una lista de variable verticalmente, sino tiene
que ser horizontal. Tenemos que relacionar las variables entre los ejes. Eso nos
da una visión más completa, más integral. Queremos relacionar siempre el
182
El Método Inductivo Intercultural
155
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Noviembre 2006”, p. 29.
156
No es de menor relevancia recordar que la actividad comunitaria nos es elegida al azar por parte del
maestro y sus estudiantes, sino que se selecciona a partir del calendario socionatural que, como señalamos
anteriormente, representa un material pedagógico fundamental en el MII y que, para fines expositivos,
decidimos presentar y analizar en la segunda parte de este capítulo, cuando reflexionaremos acerca del
proceso de planeación de una unidad didáctica.
183
El Método Inductivo Intercultural
8) Luego podemos ir al eje fin social. El canasto tiene muchos usos (como recipiente
para muchas cosas: maíz, fríjol, etc.). Si pensamos en el canasto como medio de
transporte entraría en comunicación social 157.
La cuarta variable es la que permite enfocar la atención de los niños en el material ―el
bejuco― con el que se elaborará el canasto. Parece relevante señalar que, además de
analizar en vivo sus características morfológicas, y de conocer los nombres apropiados de
sus partes y de sus componentes (en la L1 y/o en la L2), esta variable permite destacar la
importancia de la integración entre sociedad y naturaleza. Al trabajar con esta variable los
niños no solo comprenden cómo la naturaleza provee a los hombres de un material
fundamental para la elaboración de un instrumento de trabajo muy útil en las comunidades
indígenas como es el canasto, sino que, en caso de que el maestro o algún habitante de la
comunidad conozcan alguna conducta propiciatoria relacionada con la cosmovisión de la
comunidad indígena en cuestión, también tiene la oportunidad de revalorar y/o consolidar
valores culturalmente propios relacionados con la integración entre sociedad y naturaleza.
Ahora bien, sin pretender hacer énfasis en todas las habilidades que se pueden desarrollar a
través de las variables de la matriz contempladas en la secuencia lógica relativa a la
actividad de elaboración de un canasto, me parece relevante señalar como la parte medular
de todo el proceso justamente es el hacer el canasto. Como señalamos en la parte inicial de
este capítulo, el MII se sustenta en una concepción sintáctica de la cultura en la que resulta
más importante el hacer que el decir. Al realizar la actividad los conocimientos no quedan
fragmentados y separados de la realidad sino que se convierten en:
[...] un factor productivo funcional que participa en la actividad (al igual que los
gestos y las herramientas), que se actualiza constantemente en las actividades
que una comunidad realiza y que, en esta actualización, a la vez, se expresa
verbalmente (en los discursos que acompañan la actividad), y se vuelve visible,
157
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Noviembre 2006”, p. 29-30.
184
El Método Inductivo Intercultural
observable (en los materiales manejados, los gestos, las conductas y actitudes
de los actores), es decir, en la forma de su ejercicio. (Gasché, 2008a, p. 316)
Como bien precisó Gasché con respecto de la secuencia lógica que acabamos de analizar:
Eso puede tardar más que un día por supuesto. Puedes estar en este proceso
medio día y de ahí sacar los temas y contenidos para trabajar lecto-escritura por
ejemplo, o pensamiento lógico matemático. Una unidad pedagógica puede
durar una semana si la sabemos/queremos aprovechar158.
He aquí entonces una primera muestra del potencial del MII para la generación de
conocimientos escolares indígenas y convencionales desde las actividades sociales,
productivas, rituales y recreativas que se realizan en el territorio de una comunidad
indígena. A continuación veamos cómo, a partir de estas bases pedagógicas iniciales, los
integrantes del grupo intercultural de colaboradores nos abocamos a co-teorizar el Modelo
curricular de educación intercultural bilingüe de la UNEM (AAVV, 2009) como parte de
un proceso de co-teorización intercultural no terminado y que, hasta la fecha, continúa en el
“Laboratorio Lengua y Cultura Víctor Franco Pellotier” del CIESAS, coordinado por María
Bertely y en la Red de Educadores Inductivos Interculturales (REDIIN) con la participación
fundamental de los colaboradores de la UNEM/EI.
Ahora bien, hasta aquí hemos visto cómo, en el Método Inductivo Intercultural (MII) co-
teorizado por los diferentes colaboradores indígenas y kaxlanes que participamos en el
proceso de elaboración del Modelo curricular de educación intercultural bilingüe de la
UNEM (AAVV, 2009), se utiliza la Matriz Sociedad y Naturaleza para desarrollar una
secuencia lógica de variables principales, sub-variables, variable histórica y variable
permanente significado indígena para, después de realizar una actividad comunitaria,
analizarla de manera integral, identificando y explicitando los conocimientos indígenas y
convencionales en ella implícitos. Sin embargo, como precisó Gasché durante el primer
taller de diseño curricular, para construir una propuesta curricular intercultural, era
necesario ir más allá de lo que los educadores tseltales, tsotsiles y ch’oles de la UNEM/EI
solían hacer con las Tarjetas de Autoaprendizaje (Bertely coord., 2004):
158
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Noviembre 2006”, p. 29-30.
185
El Método Inductivo Intercultural
Es importante señalar que, con respecto al papel del maestro en cuanto ampliador de los
conocimientos de los niños, remitimos al sexto capítulo de la tesis, dedicado justamente al
análisis del proceso de co-teorización intercultural del maestro como acompañante, donde
se documentarán las importantes aportaciones realizadas por nuestros colaboradores
indígenas con respecto de las funciones de los maestros en el Modelo curricular de
educación intercultural bilingüe de la UNEM (AAVV, 2009). Dediquémonos ahora a
analizar cómo, a lo largo del proceso de diseño curricular en objeto, se desarrolló la
reflexión sobre la importancia del currículum y las diferencias con respecto de las Tarjetas.
Fue justamente con el propósito de apuntalar estas diferencias que, durante el primer taller
de diseño curricular, Gasché precisó la función de la escuela y el objetivo de la educación
intercultural en la propuesta curricular que se estaba construyendo:
La escuela aporta algo que la sociedad ambiente no da. Lo que pasa es que hoy
en día se ha invertido la comprensión de la escuela: ¡Sin escuela no vas a ser
nunca un hombre, no eres nadie! Eso es tan arraigado en los padres de familia
que renuncian a educar a sus hijos porque a eso se dedican los maestros. Los
padres ya no transmiten a sus hijos los saberes comunitarios, porque se van a
educar en la escuela. Es una clase de creencia, y eso causa que los
conocimientos comunitarios no se transmitan, porque la escuela se ha
especializado en dar esta cosa nueva que no se da en la comunidad [...] y la
escuela ha dejado afuera de las clases todos los conocimientos comunitarios que
un adulto debe de aprender para desenvolverse en su comunidad.
La educación intercultural tiene como objetivo restablecer un equilibrio entre el
conocimiento comunitario y esas cosas nuevas que trae la escuela (matemáticas,
cívica, lectura, etc.).
159
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Noviembre 2006”, p. 6.
160
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Noviembre 2006”, p. 6.
186
El Método Inductivo Intercultural
Antes de analizar las informaciones del corpus documental relativas al proceso de co-
teorización de esta parte de la propuesta curricular, es necesario abrir un paréntesis y
señalar que, para fines explicativos, decidí organizarlas a partir de cómo éstas se fueron
trabajando a lo largo del proceso mismo. En particular, me pareció que la forma más
conveniente de explicar el proceso pedagógico que lleva de lo propio a lo intercultural fuera
por medio del análisis del proceso de co-teorización de la planeación de una unidad
didáctica o, como bien dijo Gasché “del conjunto de actividades pedagógicas de enseñanza-
aprendizaje que se deriva de una actividad social”163.
161
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Noviembre 2006”, p. 9.
162
Limitarse entre comillas ya que se trata de una innovación pedagógica de suma relevancia.
163
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Noviembre 2006”, p. 27.
187
El Método Inductivo Intercultural
[...]
1. Analizamos el calendario
2. Seleccionamos la actividad social
2.1 Definimos el tiempo de la actividad
2.2 Definimos los lugares donde se va a realizar la actividad
2.3 Definimos los medios que se van a necesitar (herramientas, equipos)
2.4 Localizar, identificar, invitar a un experto de la comunidad para realizar la
actividad (en el caso de que el maestro no sepa).
3. Definimos la secuencia lógica de las variables (tomando en cuenta siempre la
variable permanente significado indígena), definiendo los lugares donde voy a
tratar la variable (afuera o en el aula).
4. Expansión de contenidos en cada variable: Especificar los contenidos
(comunitarios y científicos) que se van a tratar en cada variable.
4.1 Explicitación del conocimiento comunitario con los niños (o sea lo que los
niños ya saben)
4.2 Articulación del contenido con el significado indígena
4.3 Articulación del conocimiento comunitario con el conocimiento científico
4.4 Planificar el uso de L1 y L2
4.5 Seleccionar los temas para el desarrollo de las áreas de:
4.5.1.1 Lectoescritura
4.5.1.2 Expresión oral y escrita en L1 y L2
4.5.1.3 Pensamiento lógico matemático
4.5.1.4 Expresión artística
4.5.1.5 Expresión corporal [...]164.
Fue durante los siguientes 10 talleres de diseño curricular que, sin la presencia física de
Gasché y Bertely (quienes, hasta octubre del siguiente año, siguieron a distancia el proceso
por medio de los avances, relatorías y memorias que, al final de cada taller, les enviábamos
Raúl y yo) los diferentes colaboradores nos enfrentamos a los múltiples retos implícitos en
el anterior formato de planeación didáctica. Al respecto, no es de menor relevancia
observar que se trató de un proceso sumamente inductivo, alimentado principalmente por
las experiencias pedagógicas que nuestros colaboradores indígenas habían vivido en sus
comunidades y que algunos de ellos seguían desarrollando en las escuelas comunitarias y
autónomas en las que estaban trabajando durante el proceso de diseño curricular. Este
proceso también fue alimentado por las reflexiones que los asesores kaxlanes realizábamos
a partir de la sistematización de dichas experiencias y de los materiales elaborados
colaborativamente en cada taller, permitiéndonos identificar aquellos códigos en vivo que
fueron uno de los insumos principales de la MAI por medio de la cual se realizó el proceso
de co-teorización intercultural de la propuesta educativa.
A pesar de sus aciertos y desaciertos, la MAI resultó ser una propuesta inductiva y
experiencial que nos permitió desarrollar un proceso de co-teorización intercultural en el
que, como suele darse en la pedagogía indígena, los diferentes retos se solucionan sobre la
marcha, al enfrentarse a problemas concretos en situaciones concretas, como las que
vivieron los educadores comunitarios tseltales, tsotsiles y ch’oles de la UNEM/EI junto con
164
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Noviembre 2006”, p. 33-34.
188
El Método Inductivo Intercultural
sus alumnos y los padres y madres de familia en las escuelas comunitarias donde
laboraban. Como señalaremos claramente en el siguiente capítulo, dedicado al análisis del
proceso de co-teorización del maestro-acompañante, la colaboración y los inter-
aprendizajes entre maestros, estudiantes y padres de familia resultan ser una característica
fundamental del MII, por lo que no debe de sorprendernos la afirmación de que los
habitantes de las comunidades indígenas contribuyeron a la resolución de los retos que
enfrentamos durante el proceso de diseño de la propuesta curricular que estamos
analizando.
Procedamos con orden y dejemos para el siguiente capítulo el análisis de esta interesante
faceta del proceso colaborativo que estamos analizando. Empecemos ahora por el primer
punto definido en el citado formato, mismo que nos permite introducir un material
pedagógico fundamental en el MII que, como señalamos al comienzo de este capítulo, ya
estaba presente en las Tarjetas de Autoaprendizaje (Bertely coord., 2004).
El primer paso del proceso de planeación de una unidad didáctica en la lógica del MII es el
análisis del calendario de las actividades que se realizan en la comunidad donde se ubica la
escuela. Pero: ¿Qué es el calendario? ¿Quién y cómo lo elaboran? ¿Cómo está
estructurado?
Eso lo trajo Gasché y fue una de las cosas que más nos llamó la atención.
Nosotros solamente estábamos pensando en respetar los tiempos de la
naturaleza, las temporadas, [...] todos los sucesos que van pasando porque la
naturaleza nos indica lo que uno tiene que hacer en las actividades. En esta
189
El Método Inductivo Intercultural
Así como cuando revisamos las prácticas pedagógicas que los educadores indígenas solían
realizar en la vida cotidiana y en sus escuelas comunitarias antes de conocer la propuesta
metodológica original de Gasché, comprendemos que el encuentro con el MII fue un
proceso que implicó dar continuidad y, por supuesto, desarrollar el trabajo educativo que
los educadores de UNEM/EI ya estaban realizando. En particular, como también vimos al
recordar la importancia de la integración entre sociedades indígenas y naturaleza, nuestros
colaboradores indígenas ya tenían muy claro que su propuesta educativa tenía que
inspirarse en los tiempos y ritmos de la naturaleza, ya que, en cuanto matriz cultural de las
sociedades indígenas, es la que indica cuáles son las actividades sociales, productivas,
rituales y recreativas que se realizan en cada comunidad de acuerdo a la temporada
correspondiente. Como bien dijo nuestro colaborador ch’ol en la frase sobre citada, la
naturaleza es la guía que indica al educador comunitario qué actividades comunitarias
realizar con los niños para generar conocimientos escolares indígenas y convencionales. Es
así que el calendario sintetiza esta profunda relación entre sociedad y naturaleza.
Señalemos ahora un punto de fundamental relevancia que permitirá comprender por qué el
primer paso del proceso de planeación de una unidad didáctica es justamente el análisis del
calendario. En palabras de Gasché:
165
Cita retomada del documento: “Currículum UNEM agosto 2008”, p. 41-42.
166
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Noviembre 2006”, p. 8.
167
Juan, “La alternativa educativa primaria de la UNEM”, (17 p.).
190
El Método Inductivo Intercultural
191
El Método Inductivo Intercultural
El calendario tiene una forma circular y, para analizar su estructura, es conveniente hacerlo
desde adentro, o sea a partir de los dos primeros círculos en su centro, donde están
marcados los 18 meses del calendario Maya en relación a los 12 meses del calendario
gregoriano, lo que muestra dos concepciones distintas pero articuladas en relación con la
medición del tiempo. El tercer círculo indica las temporadas del año, así como son
identificadas por los habitantes de la comunidad (por ejemplo: temporada de calor y sequía;
temporada de lluvias fuertes y truenos; temporada de fríos y lloviznas). El cuarto círculo
señala los indicadores climáticos correspondientes a la temporada (por ejemplo: cielo
limpio, estrellas y planetas que se ven; cielo nublado, disminuye el calor y comienza la
lluvia; niebla y frío).
El quinto círculo señala los indicadores vegetales asociados a cada temporada (por ejemplo:
florecen las plantas de cacaté, árnica, sun, zacate, maíz, cedro, etc.). El sexto círculo señala
el comportamiento de los animales en la temporada correspondiente (por ejemplo: las tuzas
están gordas; hay muchos insectos: zancudos y chahuixtle; aparecen muchas aves, etc.). El
séptimo círculo muestra las principales actividades que realizan los habitantes de la
comunidad en cada temporada del año (por ejemplo: roza o tumba; quema, mantenimiento
y crecimiento de las plantas, siembra de frijol, recolección de frutos silvestres, corta y venta
de café, etc.). Finalmente, el último círculo señala las actividades que los niños y las niñas
realizan en la temporada correspondiente (Por ejemplo: ayudan a sembrar maíz y frijol,
recolectan verduras silvestres, recolectan sat’s, ayudan a cargar leña, cazan pájaros con
trampas y tirador, etc.).
Luego de explicar su estructura y el proceso por medio del cual se elabora, a continuación
detengámonos a analizar cómo se co-teorizó sobre el calendario durante el proceso de
diseño curricular que estamos analizando, empezando por los planteamientos de nuestros
colaboradores:
192
El Método Inductivo Intercultural
Gustavo: El calendario es una guía, y el maestro tiene que ser observador, ver
qué actividades se hacen en la comunidad, ver los ciclos de producción del café
por ejemplo y aprovechar las actividades que se realizan en cada temporada,
aprovechar todo el proceso que se realiza en relación con cada producción. El
maestro tiene que buscar los momentos clave, los momentos buenos para
realizar ciertas actividades que le sirven para ver cierto tema, cierto contenido.
El calendario implica que se trabajen horas extras, y días extras, día festivos, el
horario no puede quedar fijo y limitado al horario escolar.169
En segundo lugar se precisa otra gran virtud de este instrumento pedagógico, a saber: la
posibilidad de planear diferentes actividades y de explicitar temas distintos en un mismo
lugar del territorio comunitario en relación a la temporada del año. Finalmente, se señala de
manera implícita un elemento que se precisará en el siguiente capítulo, dedicado a explicar
el trabajo del maestro-acompañante. Como veremos, el maestro necesita estar vinculado
con los habitantes de la comunidad para que ellos le ayuden a identificar los momentos
clave del ciclo agrícola y sociocultural de la comunidad en los que es más oportuno
desarrollar cierta actividad y explicitar ciertos conocimientos.
Otra de las aportaciones por medio de las cuales nuestros colaboradores indígenas co-
teorizaron sobre el calendario tiene que ver con la siguiente acotación. Como precisaron
durante los talleres de diseño curricular, el calendario no incluye aquellas actividades que
los habitantes de la comunidad realizan de manera permanente a lo largo del año, sino
exclusivamente las que son específicas de cada temporada. Sin embargo, como bien
argumentaron nuestros colaboradores, al recuperar y sistematizar las prácticas educativas
realizadas en la vida campesina y en sus escuelas comunitarias, el maestro también tiene
que investigar las actividades comunitarias que se realizan de forma permanente a lo largo
del año, ya que, de no hacerlo, se limitaría considerablemente el abanico de oportunidades
de aprender derivadas de la vida comunitaria.
168
Cita retomada del documento: “Currículum UNEM agosto 2008”, p. 41-42.
169
Ibíd.
193
El Método Inductivo Intercultural
Pancho: [El calendario] Es como una guía en papel pero no es una guía
definitiva o estática que va a durar 10-20 años, sino que esto puede cambiar año
por año, dependiendo de los cambios climáticos, porque la naturaleza va
cambiando [...]. Tenemos que ir adecuando, renovando de acuerdo a lo que
vamos viendo en la naturaleza. El calendario está vivo, va junto con la
naturaleza 170.
En nuestra opinión, éste resultaba ser el nombre más apropiado para expresar la integración
entre sociedades indígenas y naturaleza que, cómo vimos al analizar la oración prototípica
de la que se desprenden los ejes temáticos de la Matriz Sociedad y Naturaleza, y como
acabamos de ver al analizar el calendario de las actividades que realizan los habitantes de
una comunidad a lo largo de un año, sustenta el Modelo curricular de educación
intercultural bilingüe de la UNEM (AAVV, 2009). No es de menor relevancia destacar que,
en este caso, el código en vivo que, por medio de la MAI, nos permitió realizar la co-
teorización intercultural salió de uno de los colaboradores kaxlanes que, de esta manera,
demostró haber desarrollado un importante nivel de apropiación de la filosofía de esta
propuesta educativa. No cabe duda de que éste fue otro resultado del inter-aprendizaje que
caracterizó el proceso de diseño curricular en objeto, del que todos los colaboradores
salimos fortalecidos en nuestra comprensión y apropiación del MII.
170
Ibíd.
194
El Método Inductivo Intercultural
Una vez escogida, a partir del análisis del calendario socionatural de la comunidad, la
actividad social, productiva, ritual o recreativa que va a hacer con sus alumnos, el maestro
(en ocasiones en colaboración con los alumnos) tiene que planear los tiempos e identificar
los espacios comunitarios (milpa, río, cafetal, casa o taller de algún habitante de la
comunidad, patio escolar, etc.) donde se realizará la actividad, así como prever los recursos
materiales y humanos que servirán para su realización. Para ello, es de fundamental
importancia que el maestro se apoye en algún habitante de la comunidad que conozca la
actividad que se va a desarrollar, invitándolo a participar en calidad de experto y conocedor
comunitario.
Tenemos aquí otra muestra de la importancia del trabajo de vinculación comunitaria del
maestro, quien no sólo debe de investigar y conocer las actividades que se realizan en la
comunidad, sino que tiene que desarrollar relaciones de colaboración e inter-aprendizaje
con aquellos habitantes que son expertos en la realización de ciertas actividades
productivas, rituales o recreativas, para luego lograr su participación en la planeación y
realización de la actividad comunitaria seleccionada.
Veamos cómo se co-teorizó sobre este importante aspecto del MII a lo largo del proceso de
diseño curricular, recuperando para tal fin una reflexión realizada durante el taller Agosto
2008, cuando, después de casi un año de asesorarnos a distancia, Gasché regresó a
participar en un taller presencial para analizar los avances que habíamos realizado los
demás colaboradores. En esta ocasión, tatuch Gasché recuperó un aspecto sumamente
relevante del MII, argumentando que:
171
Citas retomadas del documento: “Currículum UNEM agosto 2008”, p. 44-46.
195
El Método Inductivo Intercultural
Recuperando una vez más los aprendizajes desarrollados en la vida comunitaria y afinados
durante las prácticas educativas concretas realizadas en sus escuelas comunitarias, uno de
nuestros colaboradores indígenas, Juan, empezó a complementar la acotación de Gasché
diciendo que: “Otro recurso es la misma gente de la comunidad, son recursos humanos que
saben, son como libros de consulta, para sus saberes, conocimientos, sus relatos asociados a
las diferentes actividades [...]”172.
¡Qué contraste con respecto de lo que sucedía durante el primer taller de diseño curricular,
cuando las sabias palabras del tatuch eran escuchadas en religioso silencio por parte de
nuestros colaboradores indígenas! Manifestando claramente su nivel de apropiación de la
propuesta educativa que se estaba construyendo y, lo que es aún más relevante en relación a
la co-teorización que pretendemos documentar, explicitando sin temores reverenciales su
capacidad de aportar al MII a partir de la recuperación, análisis y sistematización de sus
estilos y experiencias educativos, nuestro colaborador ―a quien apodamos “el pequeño
Gasché” ―empezó a co-teorizar junto a nuestro gran maestro quien, con una imperceptible
sonrisa que mostraba su satisfacción, complementó lo dicho por nuestro colaborador: “[...]
y los expertos en los oficios (carpintero, artesano, los que saben elaborar hamacas, escobas,
barro, bordados y artesanía, hornos para el pan) que pueden ser muy útiles para conseguir
recursos para la propia escuela [...]”173.
Demostrando que la aportación de nuestro “pequeño Gasché” no fue ocasional sino que era
el resultado del trabajo realizado a lo largo de más de un año de diseño curricular y, en
cierta medida, de la consolidación de una metodología colaborativa y horizontal como la
MAI dirigida a silenciar lo académico para empoderar y dar voz a nuestros colaboradores
indígenas y a la recuperación de sus prácticas pedagógicas, otros colaboradores indígenas
sumaron su voz para aportar al proceso de co-teorización intercultural que se estaba
desarrollando:
Gustavo: Otro recurso es la huerta escolar. Más bien es uno de los principales
recursos, que además te permite generar recursos económicos para adquirir
otros materiales que no se encuentran en la comunidad. Esto es muy importante
porque de esta manera los niños valoran sus útiles escolares o los materiales
que tienen en la escuela porque los han comprado gracias a su trabajo en la
huerta, vendiendo a los comuneros o en el mercado lo que han producido.
Pancho: Es un ejemplo para la comunidad, se siembran muchos productos y los
padres de familia pueden pedir las semillas de algunos nuevos productos que se
siembren ahí, o pueden ver cómo se siembra un producto que es nuevo para la
comunidad, o ver lo de los fertilizantes orgánicos, los bio-insecticidas. Ellos
pueden hacerlo también en su casa. Es muy motivador para los niños y sus
familias, también porque se puede usar para el propio consumo de los niños,
para hacer los desayunos escolares, para que ellos lo produzcan y lo consuman.
Esto se valora mucho por parte de los comuneros y de los niños también. [...]
La naturaleza es otro recurso didáctico: la milpa, el cafetal, el cerro, el río, el
viento. Son recursos didácticos. Por ejemplo el viento puede servirte para
hablar de la fuerza, o hay diferentes tipos de viento. Los elementos de la
172
Citas retomadas del documento: “Currículum UNEM agosto 2008”, p. 44-46.
173
Citas retomadas del documento: “Currículum UNEM agosto 2008”, p. 44-46.
196
El Método Inductivo Intercultural
Otra vez queda claro que la colaboración intercultural a la que nos hemos estado refiriendo
a lo largo de esta tesis tiene raíces profundas que están arraigadas en la historia de la
UNEM/EI y así, es importante reconocerlo, nosotros fuimos beneficiados por el trabajo
realizado por los acompañantes no indígenas que nos antecedieron. Ha sido gracias al
cuidado que tuvieron con las semillas de la nueva educación a las que estaban asesorando
(me refiero evidentemente a los jóvenes educadores comunitarios de la entonces recién
creada UNEM), que nosotros pudimos beneficiarnos de colaboradores capaces y expertos
y, gracias a la MAI, aportar otro pequeño abono para fomentar el crecimiento de la planta
de la nueva educación de la UNEM/EI.
Pero dejemos estas reflexiones para regresar al análisis de las aportaciones de nuestros
colaboradores indígenas por medio de las cuales co-teorizaron junto al ideólogo del MII. En
las palabras arriba citadas, nuestros colaboradores tsotsil y ch’ol hicieron énfasis en un
aspecto medular de esta propuesta educativa que ya señalamos en el capítulo dedicado al
proceso de construcción del perfil de egreso, a saber: la importancia de una educación que
fomente la construcción y consolidación de los valores positivos de las sociedades
indígenas (Bertely coord., 2007). Sus vivencias como campesinos y las prácticas educativas
desarrolladas en las escuelas comunitarias en las que han estado trabajando les han
enseñado la importancia de la huerta escolar, no sólo como campo de experimentación,
investigación y explicitación de conocimientos escolares indígenas y convencionales, sino
como espacio pedagógico para seguir construyendo los valores relacionados con el trabajo
agrícola y la cultura indígena y campesina que tanto se enfatizaron a la hora de co-teorizar
el perfil de egreso.
Sus palabras destacan claramente que la huerta escolar es un ejemplo para los niños y para
la propia comunidad. Gracias a ella, los estudiantes comprueban una vez más en la práctica
que la tierra y el trabajo agrícola sirven para el estudio, ya que, además de ser fuentes de
conocimiento escolar, también pueden proveer los recursos económicos para comprar útiles
escolares a través de la venta de los productos agrícolas que ahí se generen. Pero eso no es
174
Citas retomadas del documento: “Currículum UNEM agosto 2008”, p. 44-46.
197
El Método Inductivo Intercultural
todo. Lejos de seguir fomentando las ideas impulsadas por los maestros kaxlanes de que
estudio y trabajo agrícola no van de la mano (otra vez les remitimos al capítulo cuarto sobre
la co-teorización del perfil de egreso), por medio de la huerta escolar los habitantes de la
comunidad pueden comprender la importancia de articular estos dos mundos ―la sociedad
indígena y la escuela― que la escuela oficial ha estado separando, construyendo una
barrera ―ontológica finalmente― a la construcción de conocimientos escolares
socioculturalmente relevantes para los pueblos indígenas de nuestro país y que, por medio
del MII, los educadores comunitarios de la UNEM/EI y sus asesores kaxlanes estamos
tratando de romper desde hace más de 15 años.
Cerremos esta parte con las palabras de Gasché que validan las aportaciones de nuestros
colaboradores indígenas remarcando la importancia que en el MII tiene la vinculación entre
escuela y comunidad y, en particular, la articulación de la escuela con el máximo órgano
decisional que regula y norma la vida de una comunidad indígena: “Gasché: La asamblea
comunitaria también es un recurso porque puede ser una actividad en la que participar,
además que es el lugar donde podemos encontrar comuneros que nos acompañen en las
actividades [...]”175.
Ahora bien, la enorme riqueza de recursos y materiales didácticos locales que, por medio
del MII, el maestro encuentra investigando junto a los estudiantes en la comunidad
contrasta con la escasez de materiales y recursos didácticos que suelen denunciar directores
y maestros de las escuelas oficiales ubicadas en los Altos, Selva y Región Norte de
Chiapas. Este contraste es otra muestra de cómo una propuesta educativa construida desde
las actividades sociales, productivas, rituales y recreativas que se realizan en una
comunidad indígena puede contribuir a solucionar un falso problema que, nuevamente,
tiene que ver con la ontología del conocimiento escolar. Por un lado, como hemos visto, el
MII permite al maestro investigar y encontrar localmente los recursos humanos y los
materiales didácticos que le sirvan para construir aprendizajes significativos para sus
alumnos. Por otro lado, por medio de las actividades sociales, productivas, rituales y
recreativas que se desprenden del calendario socionatural de la comunidad, el maestro tiene
a su alcance un enorme abanico de fuentes para generar, por medio del MII, conocimientos
escolares indígenas y convencionales que, en muchos casos, no se logran desarrollar
solamente a partir de los libros y materiales didácticos que se utilizan en las escuelas
convencionales.
175
Citas retomadas del documento: “Currículum UNEM agosto 2008”, p. 44-46.
198
El Método Inductivo Intercultural
Frente a esta realidad que, una vez más, se denuncia en la cita de arriba, es menester
recordar que los educadores comunitarios de la UNEM/EI, otra vez en colaboración
intercultural con asesores kaxlanes del CIESAS y del Instituto de Investigaciones de la
Amazonía Peruana (IIAP), así como de los maestros que ahora participan en la REDIIN,
han estado produciendo materiales didácticos. Entre ellos recordemos las Tarjetas de Auto-
aprendizaje (Bertely coord., 2004) y el Cuadernillo “Los hombres y las mujeres del maíz:
Democracia y derecho indígena para el mundo” (Bertely coord., 2007) que están siendo
utilizados en sus escuelas comunitarias y en las de los maestros que han formado a lo largo
de 10 años, demostrando que:
199
El Método Inductivo Intercultural
Como acabamos de precisar, una vez definida la secuencia lógica de variables, el maestro
continúa su planeación didáctica trabajando en la ampliación-expansión de los contenidos
escolares indígenas y convencionales que se desprenden de cada una de las variables y sub-
variables que integran la secuencia. Este proceso prevé diferentes pasos, a saber:
1) Explicitar los conocimientos comunitarios con los niños, recuperando y ampliando los
conocimientos previos que ya tienen sobre la actividad.
2) Articular, por medio de la variable permanente “significado indígena”, estos
conocimientos previos con “todos los valores, los cantos, rezos, cuentos, leyendas,
comportamientos, tradiciones y costumbres de cada comunidad”177 explorando, en
colaboración con el conocedor comunitario, qué sentido tiene cada variable en el
pensamiento indígena.
3) Articular los conocimientos comunitarios que se derivaron de la actividad realizada con
los conocimientos escolares convencionales (proceso que veremos en las siguientes páginas
cuando hablemos de la articulación-contrastación de conocimientos).
4) Planificar el uso de la L1 (lengua materna) y L2 (español) en las diferentes fases de la
unidad didáctica.
5) Seleccionar los temas que, a partir de la actividad realizada, permiten desarrollar las
áreas de lectoescritura, expresión oral y escrita, pensamiento lógico-matemático, expresión
artística y corporal.
Veamos cómo, durante los talleres de diseño curricular, se abordaron estos procesos,
comenzando por el primer punto que acabamos de señalar. Para ello retomaremos un
ejemplo elaborado por uno de nuestros colaboradores indígenas durante el primer taller de
diseño curricular (Taller Noviembre 2006). La actividad planteada por nuestro colaborador
fue la de “Pescar con anzuelo”. Veamos en primer lugar la secuencia lógica planeada para
esta actividad.
200
El Método Inductivo Intercultural
Luego vamos a medio. Hay que fijarse en el tipo de cordel, qué tamaño en
relación con el tipo del pez, así como el anzuelo. No se usa barandilla, se usa el
dedo.
Luego vamos a clasificación: Nombres genéricos y específicos, pero ya
mirando al suelo cuando ya hemos pescado los peces. Podemos abrir un pez y
ver cómo está formado en su interior, cuáles sus características.
También hay historias que hablan de los peces.
De ahí pasamos al eje social, bienestar, salud: El pescado es para la
alimentación porque tiene muchos nutrientes178.
178
Stefano y Raúl, “Memoria del taller Noviembre 2007”, p. 34-37.
201
El Método Inductivo Intercultural
enfatiza en la importancia del hacer como parte fundamental del proceso de desarrollo de
conocimientos. Por medio de estas variables, los alumnos aprenden a nombrar los
diferentes pescados y, como bien señala el educador, a analizar detalladamente su
conformación y características. No es de menor relevancia señalar cuántas oportunidades de
generar aprendizajes significativos se ofrece a los niños por medio de esta parte de la
secuencia lógica, dependiendo de los objetivos pedagógicos que se pretendan lograr.
Veamos ahora cómo, siempre con relación a la misma actividad de “Pescar con anzuelo”, el
educador, junto con Gasché, planeó: a) la articulación de los conocimientos comunitarios
que se derivaron de la actividad realizada con los conocimientos escolares convencionales;
b) el uso de la L1 (lengua materna) y L2 (español) en las diferentes fases de la unidad
didáctica y c) seleccionó los temas adecuados para trabajar las áreas de lectoescritura,
expresión oral y escrita, pensamiento lógico-matemático, expresión artística y corporal.
202
El Método Inductivo Intercultural
Expresión corporal: Imitar al pez, dentro del agua. Cómo nada el pez. Podría
entrar la motricidad fina y gruesa cuando se corta, los cuidados que hay que
tener con las espinas.
Gasché: Siempre tenemos que respetar el tema en el que estamos para no
dispersar mucho. La expansión de contenidos exige un esfuerzo de
pensamiento, de imaginación, de combinación, para articular las cosas.
Muy interesantes parecen también las habilidades matemáticas ―calcular, medir, pesar,
etc. ― que nuestro colaborador puede realizar con sus alumnos a partir de los
203
El Método Inductivo Intercultural
conocimientos que emergieron desde las variables de la secuencia lógica. No sobra señalar
que todas ellas parten de un referente concreto, de una experiencia pedagógica vivida en
primera persona por lo niños durante la realización de la actividad, lo que es muy probable
que repercuta positivamente en la generación de aprendizajes significativos y duraderos.
Ahora bien, me parece importante señalar la gama de posibilidades que cada maestro tiene
para generar ―de forma inductiva, o sea, a partir del hacer y del vivir la actividad―
aprendizajes significativos a partir de una actividad comunitaria, utilizando una u otra
secuencia lógica de variables de la Matriz Sociedad y Naturaleza. Como es fácil intuir, cada
maestro, de acuerdo a su experiencia, o de acuerdo al tipo de grupo que está atendiendo,
podrá planear por cada actividad diferentes secuencias lógicas de variables y sub-variables
de la Matriz Sociedad y Naturaleza para desarrollar los conocimientos, habilidades y
valores que sus estudiantes necesitan. Como bien señaló en diferentes ocasiones Gasché:
Cada eje tiene un listado de variables que pueden guiar al maestro para
explicitar el conocimiento implícito. Un cuadro de conocimientos posibles.
Variables que ayudan al maestro a producir conocimientos investigando. Este
currículo no es una enciclopedia donde se saca el conocimiento o un inventario
de conocimientos, es una propuesta para generar el conocimiento. Se puede
comparar con una red para pescar los contenidos179
Veamos ahora otros tres ejemplos de la forma en que, por medio del MII, se parte de las
actividades comunitarias para generar conocimientos indígenas y escolares convencionales.
Para tal fin, analizaremos tres unidades didácticas que fueron elaboradas por nuestros
colaboradores indígenas a lo largo del proceso de diseño curricular. Aunque hubiera sido
importante contar con reportes escritos y/o con evidencias filmadas que documentaran la
realización de estas actividades y la efectividad de la planeación correspondiente,
lamentablemente no contamos con este material. No obstante, consideramos que la revisión
crítica de estas planeaciones nos permitirá arrojar elementos interesantes relacionados con
la implementación de esta metodología y con la forma en la que nuestros colaboradores
indígenas se apropiaron de la propuesta original desarrollada por Gasché y sus
colaboradores de la Amazonía peruana y la enriquecieron.
179
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Noviembre 2007”, p. 12.
204
El Método Inductivo Intercultural
Es menester señalar que, por razones de claridad expositiva y con el fin de ofrecer al lector
de esta tesis una mayor claridad analítica, he organizado la información de forma diferente
con respecto de la que utilizaron nuestros colaboradores indígenas. En sus planeaciones
ellos utilizaron el formato de planeación que se elaboró colectivamente durante el Taller
Marzo 2007180 y que tenía la siguiente forma:
Como se observa, este formato recupera los planteamientos que hemos presentado y
analizado anteriormente, por lo que no abundaremos al respecto. Asimismo, un lector
atento se habrá ciertamente percatado de que en este formato de planeación no se incluye la
parte dedicada a la evaluación de la unidad didáctica; se debe a que, en esta fase del
proceso de diseño curricular, este tema aún no se había trabajado a profundidad. En la parte
final de este capítulo explicaremos cómo se co-teorizó al respecto de la evaluación.
Pasemos ahora a las tres unidades didácticas arriba mencionadas.
LUGARES: En la orilla de la cueva del tepezcuinte y, para conseguir los palos rollizos,
en el bosque
180
No es de menor relevancia señalar que, además del grupo intercultural de diseñadores que participamos en
los diferentes talleres de diseño curricular, en esta ocasión se contó con la participación presencial de la Dra.
María Bertely, coordinadora general del proceso de diseño curricular.
205
El Método Inductivo Intercultural
Pasemos ahora a analizar la siguiente tabla en la que, además de mostrar la secuencia lógica
de ejes y variables de la Matriz Sociedad y Naturaleza, se identifican los contenidos
escolares indígenas (segunda columna) y los “saberes”181 convencionales (tercera columna)
que se derivan de las variables de la secuencia lógica seleccionadas.
2.RECURSO NATURAL: 2.1. Viven en una familia dentro de la 2. Conocer el comportamiento de los animales.
Comportamiento cueva, cada uno sale a buscar su Organización y sus clasificaciones como roedores y
propio alimento, generalmente anda clasificaciones propias
solo. Y más sale en la noche y cuando
no hay luna
3.MEDIO AMBIENTE: 3.1 Frutívoros: el tepezcuinte come 3. Cadena alimenticia: residuos orgánicos al árbol que da
181
Llama la atención el uso del término “saberes” para indicar los contenidos escolares convencionales, lo
que pudiera interpretarse como el reflejo de la voluntad de nuestro colaborador de poner por encima los
conocimientos indígenas sobre los escolares convencionales.
206
El Método Inductivo Intercultural
Nicho ecológico frutas: plátano, avellanas, frutas de fruta- la fruta al tepezcuinte- el tepezcuinte al hombre o al
ramón, calabazas, semillas amargas y tigre
cortezas de árboles.
3.2 Compite su alimento con:
mapache, cereque, puerco de monte
3.3. Cadena alimenticia. Frutas del
árbol- tepezcuinte- hombre, tigre o
perros.
4.TRANSFORMACIÓN: 4.1.Uso de energía humana en la 4.1. Movimientos del cuerpo, distancias, velocidad, peso,
Fuerza de trabajo construcción de la trampa tiempo y equilibrio
4.2. Activar la trampa 4.2. Nociones de fuerza
4.3. Desactivar la trampa 4.3. Física: Energía humana
4.4 Trabajo colectivo 4.4. Energía potencial y cinética
5.RECURSO NATURAL: 4.5. Se usa la presión en el momento de enterrar los palos para
Características: el corral y en el momento de hacerle la punta de cada palo
Sistema de los animales....
5.1. Conocer y ver los órganos 5.1. Describir las partes externas del tepezcuinte
internos del tepezcuinte 5.2. Cuando existe la posibilidad de atrapar el tepezcuinte: Al
destazarlo conoceremos su aparato digestivo: estomago,
6.FIN SOCIAL: intestino grueso y delgado. Aparato respiratorio: pulmones...
Bienestar y salud,
alimentación.
207
El Método Inductivo Intercultural
Por otro lado, la primera variable de la secuencia (“Pueblo y territorio”, eje “Fin
Social”) permite trabajar y enfatizar lo socioculturalmente propio de manera
sistemática y vivencial. Los niños aprenden o refuerzan conocimientos relacionados
con el entendimiento, uso y manejo del territorio de la comunidad, identificando con
ello los lugares donde se consiguen los recursos y materiales que se usarán en la
actividad, así como las conductas y hábitos del animal que se quiere atrapar.
Aprenden o, mejor dicho, refuerzan aprendizajes relacionados con una forma propia
de vivir y de leer el territorio vivo que los rodea, en el que la naturaleza pone a
disposición de los hombres y mujeres de maíz importantes recursos vegetales y
animales (para limitarnos a los que se mencionan en esta parte de la actividad). Es a
partir de esta concepción del territorio comunitario que el acompañante introduce
conceptos relacionados con la ubicación espacial o, mejor dicho, con la habilidad
matemática de localizar (Bishop, 1998). Se encuentra de esta forma una entrada para
trabajar los puntos cardinales teniendo como referencia la propia comunidad, y para
localizar, a partir de esta, el territorio del municipio y del estado (aunque en este caso
sería conveniente utilizar un mapa o dibujar uno junto con los niños).
208
El Método Inductivo Intercultural
- Motricidad gruesa y fina: raspar la punta de los En el momento de hacer la trampa evitar hacer mucho ruido,
palos, extraer majagua (corteza del árbol), hacer no echar pedo, no orinar ni ir a cagar cerca donde se hace la
nudos, activar y desactivar la trampa, manejo de trampa. Si uno lo hace, no caerá el animal, pierde la suerte
herramientas. del cazador con trampas. Como se le dice, que se le
descompone la mano y ya no va a poder atrapar ni uno
- Mediciones y cálculos
Para que sienta el olor de la mano se frotan las manos con
- Imitar un modelo e inventar nuevo modelo hojas de plantas que tienen olor fuerte
3. Conocer la morfología de los animales (tipos de bocas, No tirar ni un poco de caldo en el suelo
dientes y todo su cuerpo y régimen alimenticio, cadena
alimenticia) Por si es cazado por perros, sí se le puede dar su caldo con
sopas y sus tripas por lo que participó el animal en cazar
4. Manipular los objetos y herramientas
Planificación, comprender lógicas y técnicas, formulación Igual lo usan para curar algunas enfermedades no natural
oral cuando alguien empresta en su oración las cualidades y
Identificar propiedades y principios físicos y químicos enfermedades de dicho animal
5. Identificar las partes externas y sus funciones Algunos guardan mucho silencio para comer al animal
209
El Método Inductivo Intercultural
La última columna, llamada “significado indígena”, muestra una serie muy relevante de
conductas y valores propios asociados al desarrollo de la actividad que, analizados a
profundidad con los niños y algún conocedor comunitario, durante o después de la
actividad, o investigados por los mismos niños con sus familiares y recuperados
sucesivamente en la clase, permiten revalorar y fortalecer en los niños su cultura y, en
particular, la integración entre sociedad y naturaleza.
Para no repetir las observaciones ya realizadas en el ejemplo anterior con respecto de las
primeras dos columnas de la tabla de arriba ―y que se confirman también en este caso―
pasemos directamente a señalar cómo, en la parte dedicada a los participantes en la
actividad, los educadores tsotsiles que colectivamente elaboraron esta planeación didáctica,
incluyen a diferentes actores (mejor sería llamarlos “sujetos” para enfatizar en su agencia)
comunitarios (niños, familiares, ancianos). De esa forma, muestran cómo se desarrolla el
trabajo educativo a partir de una actividad en la que participa toda la comunidad. Es así
cómo integran en escuela a la vida social de la comunidad. Pasemos ahora a la segunda
tabla y empecemos analizando la secuencia lógica elaborada para planear la actividad.
210
El Método Inductivo Intercultural
2.- Identificación 2.1 Pizcar solo lo maduro el de café 2. Cuidados y protección de los seres vivos: las plantas de
Plantas 2.2 Hay planta de café mediano y café, ejemplos ilustrativos
Especies extinguidas o en vía alta
de extinción 2.3 Café márago y criollo
3.- Medio de trabajo 3. Canasta mecapal, bolsas, latas, 3. Medición: capacidad, peso y tiempo.
Inventario lazo, garabato Hay canasto de diferentes medidas, un cuarto, un medio, tres
-Características: partes, 3.1 Forma cilindro forma de lazo, cuarto de latas
materiales hay dos clases: plástico y pita; bolsa
de plástico, bote de plástico y metal,
palo
4.- Clasificación de los tipos de 4. Existen 7 tipos de café: márago, 4. Características del café.
café criollo, caturra, bontonobo, Borbón, Por su tamaño, fruto, pesor, color, hojas, ramas con dibujos
garnica y contra roya ilustrativos
6.- Pueblo y territorio 6. Se vende con los coyotes y se 6. Ubicación de la localidad en el: municipio, estado y país
- Rutas de intercambio y exporta en el mercado internacional
comunicación 6.1 Medio de transporte: carro,
-Organización indígena trailer y barco
.. comunal 6.2 CIRSA, Mutvits y Omnicafé
.. regional (coyote)
.. nacional 6.3 Regional
Los educadores que la planearon empiezan la secuencia a partir del eje “Territorio y
Naturaleza”, variable “Ciclo climatológico y biológico de actividades”, sub-variable
“Calendario indígena y gregoriano”, sub-sub variable “Ciclo biológico de animales y
vegetales”. De ahí pasan al eje “Recurso Natural /Producto”, trabajando la variable
“Identificación”, la sub-variable “Plantas” y la sub-sub variable “Especies extinguidas o en
vías de extinción”. La tercera variable, “Medio de trabajo”, se ubica en el eje
“Trabajo/Técnica”, a la que sigue una variable (Clasificación) del eje “Recurso
Natural/Producto”, que representa el puente para pasar nuevamente al eje
“Trabajo/Técnica” y analizar la variable principal “Proceso”, las sub-variables “Fases,
secuencias y gestos” (descripción) y la sub-variable “Principios físico y químicos en las
fases”. Finalmente, la secuencia lógica culmina en el eje “Fin Social”, variable “Pueblo y
territorio”, donde se analizan las sub-variables “Rutas de intercambio y comunicación” y
“Organización indígena” (comunal, regional, nacional).
En algunos de los puntos de la secuencia lógica podemos apreciar la forma de ampliar los
conocimientos socioculturales propios y articularlos interculturalmente con conocimientos
científico-occidentales, siguiendo los principios del MII, pasando de lo específico a lo
general, de lo culturalmente propio a lo científico-occidental. Por ejemplo, en el punto 5,
donde, a partir de la explicitación de contenidos indígenas implícitos en las actividades de
seleccionar y despulpar y de procesos químicos específicos realizados localmente a partir
de una tecnología propia (como la fermentación del café), se amplían los conocimientos de
los niños hacia procesos más generales que se desprenden de ellos, como son,
respectivamente, el cambio de estado del recurso natural (el café) y los movimientos
rotatorios que se realizan al utilizar la despulpadora.
211
El Método Inductivo Intercultural
212
El Método Inductivo Intercultural
técnicas propias relacionadas con las diferentes fases de producción del café, reforzando
vínculos de cooperación mutua fundamentales para la realización de la actividad. Por otro
lado, resulta interesante observar cómo, en la parte dedicada al trabajo con las variables de
la secuencia lógica, los educadores tsotsiles que planearon la unidad didáctica derivaron de
esta actividad comunitaria oportunidades pedagógicas para trabajar las áreas de expresión y
comprensión oral, escrita y gráfica, así como para desarrollar con los niños contenidos
relacionados con la química (fermentación) y la física (movimientos rotatorios, peso y
volumen, transformación).
213
El Método Inductivo Intercultural
3. RECURSO: 3.1 Examinar la forma del bejuco, los ganchos 3. Utilizamos la terminología botánica
Características: Morfológicas con que se agarra en las ramas, el terreno para designar las características en
vinculadas al hábitat y al nicho donde crece y los árboles a donde trepa. relación a su hábitat y al nicho ecológico
ecológico (del bejuco y del carrizo) También hay que examinar el terreno del (esto tiene que ver con sus predadores,
carrizo, su forma, y su adaptación al agua, a la como el caballo para el carrizo, por
humedad, sus hojas… ejemplo)
4. TRANSFORMACIÓN: 4.1 Una vez que hemos tejido el canasto, 4.1 Movimientos, pasos, técnica
Proceso: examinar todo el proceso de elaboración del
Fase, secuencia y gestos canasto
Conducta / discursos preventivos y
propiciatorios: 4.2 Podemos decir las propiedades del bejuco: 4.2 Energía, propiedades físicas
Principios físicos y químicos en las flexibilidad, resistencia a la descomposición en (flexibilidad), evaporación, químicas
fases función a su madurez, fibrosidad (descomposición, oxidación,
fermentación)
6. OBJETO/RECURSO: 6. Se trata del canasto y de los objetos que lo 6. Comparación entre producción
Función (objeto): han reemplazado (la cubeta o morral de artesanal e industrial
Uso que tienen los objetos plástico). Se analizan ventajas y desventajas de Evaluar el rol del dinero (ahorro de
Funciones, ventajas y desventajas de los diferentes objetos. Tendencias: tiempo vs dependencia del trabajo,
los objetos que han sido sustituidos conservación, sustitución. destajo)
Hacer, comprar, vender canastos Contaminación y materiales bio-
degradables
7. FIN SOCIAL: 7. Mercados donde se vende el café; países 7. Geografía de lo cercano y lejano
Pueblo y territorio: donde se vende el café; medios de transporte Tipos de ruta (terracerías, autopistas,
Rutas de intercambio y comunicación para la exportación rutas marítimas)
Relaciones comerciales (productor,
mayorista, minorista, etc.)
Empecemos por analizar la secuencia lógica elaborada por el Educadorchol1 para planear la
actividad. Se empieza del eje “Fin Social”, variable “Comunicación”, sub-variable “Medio
de transporte”. De ahí pasamos al eje “Territorio/Naturaleza” y a la variable “Hábitat”, sub-
variable “Lugares donde se desarrolla cada especie”, sub-sub-variable “Identificación y
descripción”. La tercera variable, “Características”, se ubica en el eje “Recurso
Natural/Producto”. De ahí se pasa al eje “Trabajo/Técnica”, analizando la variable
“Proceso” y las sub-variables asociadas. Luego, rompiendo con uno de los preceptos
señalados por Gasché, Mankut selecciona otra variable al interior del mismo eje de
“Trabajo/Técnica” (variable “Objeto de trabajo”), lo que, como hemos señalado
anteriormente, no debería de hacerse para respetar la horizontalidad de la secuencia
lógica182. La sexta variable, “Función”, forma parte del eje “Recurso Natural/Producto”, y
se analiza por medio de las sub-variables “Uso que tienen los objetos”, “Funciones,
ventajas y desventajas de los objetos que han sido substituidos”. Finalmente, la secuencia
182
No sobra señalar cómo, de esta manera, emerge el peso que la pedagogía indígena tiene en el proceso de
apropiación y aportación del MII por parte de nuestros colaboradores indígenas, que no dudan en romper
reglas puestas por tatuch Gasché para seguir los estilos culturalmente propios de desarrollar la actividad que
han aprendido en la vida comunitaria.
214
El Método Inductivo Intercultural
lógica termina con otra variable del eje “Fin Social”, “Pueblo y territorio”, sub-variable
“Rutas de intercambio y comunicación”. Observamos cómo, como en la primera unidad
didáctica analizada (“Hacer trampa para atrapar Tepezcuinte”), la secuencia lógica permite
planear el proceso de expansión de contenidos escolares indígenas y convencionales yendo
de lo específico a lo general, de lo social y culturalmente propio a lo científico-occidental.
Ejemplos de este proceso son las variables que analizan el hábitat donde se desarrollan los
recursos naturales que se utilizarán en la actividad, antes en lengua y según la cosmovisión
indígena y luego en español y en términos científicos. Otro ejemplo lo encontramos en la
tercera variable, cuando junto al análisis inicial de la forma y funciones de las diferentes
partes del recurso natural en objeto, se utiliza la terminología botánica relativa para ampliar
los conocimientos de los niños. Lo mismo sucede en la variable 4.2, cuando el análisis de
las propiedades del bejuco permite introducir conceptos propios de la física y la química
relacionados con el recurso natural y sus diferentes estadios. Finalmente, la séptima
variable permite ampliar el análisis de las rutas y mercados locales del café, analizando
también los trayectos nacionales e internacionales, relacionando dinámicas locales
conocidas por los niños por la experiencia vivida en sus familias, con dinámicas globales
que pueden servir al maestro-acompañante para trabajar diferentes contenidos.
La sexta variable de la secuencia lógica muestra una faceta importante del proceso de
ampliación e articulación intercultural entre conocimientos escolares indígenas y
convencionales, ya que ofrece la oportunidad de analizar críticamente las consecuencias de
los cambios experimentados por las sociedades indígenas a raíz de la incorporación de
productos de la sociedad nacional-occidental y, en consecuencia, de realizar un proceso de
contrastación intercultural entre valores positivos de las sociedades y culturas indígenas y
nacionales-occidentales. Al respecto remito a la parte dedicada al proceso de articulación y
contrastación intercultural que desarrollaré en el capítulo 5.5. Pasemos ahora a la última
tabla de la planeación didáctica:
4.1 Previsión y planificación, ordenamiento temporal, lógica técnica, 4.1 Historia sobre el origen de tejer canasto
formulación oral y escrita
6. Reflexión, interpretación de la realidad a partir de los conocimientos 6. Conductas preventivas (usos que hay que evitar): no se
previos del niño y de la ampliación del maestro (oral y escrito) debe sentar o brincar en cima del canasto para que no le
215
El Método Inductivo Intercultural
Articulación lógica del pensamiento salgan las tripas, no se puede poner el canasto en la
Redactar, resumir, sintetizar cabeza como sombrero para que el perro no te muerda
Ahora bien, después de explicar el funcionamiento del MII a través de estas tres unidades
didácticas, retomaremos el hilo conductor de la tesis para enfatizar el proceso de co-
teorización intercultural del MII por parte de nuestros colaboradores indígenas. Para ello, es
menester reflexionar acerca de:
a) la dosificación de contenidos;
b) la articulación-contrastación intercultural.
216
El Método Inductivo Intercultural
[...] ¿Qué nos falta hacer? Ustedes son maestros de multigrado. Ya tienes tu
cuadro de contenidos en cada variable. Todavía tienes que definir qué voy a
enseñar al primer grado, segundo grado, etc. Porque no vas a enseñar a todos lo
mismo. Tenemos que gradar los contenidos: [...] ordenar los contenidos según
sus exigencias [...]183.
De hecho, fue a partir de estos planteamientos que, durante el proceso de elaboración de las
Tarjetas de Autoaprendizaje (Bertely coord., 2004), los educadores comunitarios de la
UNEM/EI, en colaboración con las que en ese entonces eran las dos asesoras pedagógicas
del proyecto (Carmen Gallegos y Jessica Martínez de Instituto de Investigaciones de la
Amazonía Peruana), recuperando sus conocimientos comunitarios previos y lo que habían
aprendido en la pedagogía indígena, se dedicaron a analizar las actividades rectoras y las
etapas de desarrollo cultural de las y los niños tseltales, tsotsiles y ch’oles de las
comunidades donde trabajaban. Ahora bien, sin pretender analizar un proceso en el que no
tuvimos la oportunidad de participar y del cual no tenemos informaciones etnográficas de
183
Stefano y Raúl (compiladores), “Memoria del Taller Noviembre 2006”, p. 37.
217
El Método Inductivo Intercultural
primera mano, parece importante señalar que de este trabajo preliminar emergía una
interesante diferencia en los procesos de socialización de las niñas y los niños indígenas
que, como ya hemos señalado en otras partes de esta tesis, responde a una visión ideal
típica de las sociedades indígenas. Al respecto, no sobra decir que, aunque las diferencias
de los procesos de socialización de los niños y niñas indígenas obedecen a características
socioculturales propias que hacen énfasis en la división del trabajo según el género, es
importante señalar que estas no implican una visión discriminatoria hacia las mujeres
(como en ocasiones se ha afirmado desde posturas feministas extremas) sino que, más bien,
obedecen a otra perspectiva de género. En ella, contrariamente a lo que se plantea en ciertas
sociedades occidentales urbanas, se dignifica y valora el trabajo doméstico de la mujer,
reconociendo su papel fundamental en la reproducción, cuidado, alimentación de la familia
y, más en general, en los procesos de socialización de los niños, en contraste con los
trabajos productivos que desempeñan principalmente los hombres. Es probable que futuras
investigaciones etnográficas dirigidas a documentar de manera más precisa las razones
culturales de estas diferencias (que pueden tener que ver con otra forma de concebir el
derecho a la diversidad de género) podrían aportar importantes evidencias que permitan
contrastar los imaginarios racistas que desde la sociedad y cultura occidental-urbana se
tiene con respecto de la condición de la mujer en las sociedades indígenas.
En segundo lugar, en la cita arriba reportada, Gasché recupera una de las características
fundamentales de las escuelas comunitarias en las que trabajan los educadores de
UNEM/EI, destacando que, así cómo la gran parte de las escuelas bilingües en las regiones
de los Altos, Selva y Norte de Chiapas, son escuelas multigrado, uni -bi o tri-docente. En el
caso de la UNEM/EI por ejemplo, únicamente la escuela de la comunidad de La Pimienta
cuenta con seis maestros, mientras que todas las demás en que trabajan nuestros
colaboradores son atendidas por un solo educador. Este aspecto es muy importante con
relación a la cuestión de la dosificación de los contenidos ya que, como bien dice Gasché, a
pesar de que todos los alumnos están en un mismo salón, el maestro no puede enseñar a
todos los mismos contenidos, sino que tiene que dosificarlos según las características de las
y los niños y sus respectivas etapas de desarrollo. Ahora bien, sin menoscabo de estas
consideraciones que será importante atender para seguir desarrollando la propuesta
curricular, me parece también necesario recordar que los niños y niñas indígenas, a
diferencia de los niños urbanos, suelen pertenecer a grupos familiares amplios en los que
conviven diariamente con hermanos, primos y sobrinos de diferentes edades y, por lo tanto,
están acostumbrados a dosificar su participación en las actividades lúdicas que realizan en
grupo y a repartirse responsabilidades e incumbencias en ellas. De alguna manera, ellos ya
saben que los niños y niñas desempeñan papeles diferenciados según el género y la edad en
las actividades comunitarias en las que la escuela participa para generar, por medio del
Método Inductivo Intercultural (MII), ciertos conocimientos indígenas y escolares
convencionales. Veamos lo que plantearon al respecto nuestros colaboradores:
Raúl: La pregunta sería: Una vez en el salón ¿Qué es lo que trabajas con primer,
qué es lo que trabajas con tercero, qué con sexto?
Gustavo: En la actividad se hace la dosificación, porque por ejemplo en primero
no se hace la siembra, en tercero tampoco, pero en sexto sí se siembra.
218
El Método Inductivo Intercultural
Jorge: Partir de las etapas de desarrollo del niño, ver qué es lo que saben hacer,
en cada campo, ir registrando por edades. [...] ¿Qué actividades ya sabe hacer el
niño? [...]
Juan: [...] La comunidad lo maneja. Por ejemplo en la siembra del fríjol, o en la
construcción de la trampa, ahí se puede estudiar la estructura, y cuándo el niño
puede hacer una trampa y estudiar su estructura. Conforme a la etapa de
desarrollo del niño, se va dosificando184.
Raúl: [...]. ¿Cómo dosifican los contenidos en las comunidades indígenas? Ellos
lo hacen a partir de las responsabilidades: Cierta edad tiene el niño y ya tiene
ciertas responsabilidades y tiene que aprender ciertas cosas, lo debe aprender
porque ya es su responsabilidad hacerla. La dosificación es por medio de
responsabilidades que le van asignando conforme a la edad.
Gustavo: Es muy cierto. A los 2 años los niños no realizan actividades,
solamente juegan, pero a partir de 4 años el niño ya puede hacer algo, traer leña,
le digo tráete 2, con los dedos, y sí lo hace, ahí es donde ya va aprendiendo,
mediante la práctica, aprende a traer la leña y un poco a contar en la misma
actividad. Relacionar con etapas de desarrollo de los niños que se han
investigado [...].
Raúl: Nos hace falta mucha investigación, lo que tenemos sobre las fases de
desarrollo es muy genérico, deberíamos analizar las etapas de desarrollo en
todas las áreas. Lo que tenemos hasta ahorita es muy general.186
184
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Octubre 2007”, p. 10-11.
185
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Octubre 2007”, p. 10-11.
186
Citas retomadas del documento: “Currículum UNEM agosto 2008”, p. 37-38.
219
El Método Inductivo Intercultural
He aquí otro claro ejemplo del proceso de co-teorización intercultural que se desarrolló a lo
largo de los talleres de diseño curricular. En este caso observamos cómo el código en vivo
que permite aclarar el debate y generar un consenso entre los colaboradores surge de las
palabras de un asesor kaxlan que, gracias a sus vivencias comunitarias, logra definir un
concepto fundamental ―la responsabilidad― como eje alrededor del cual se organiza el
proceso de dosificación de conocimientos y, al mismo tiempo, plantea el camino a seguir
para desarrollar este tema a lo largo del proceso de validación curricular.
2.- FIN SOCIAL Distingue las fiestas y Entiende las funciones del Identifica y registra los eventos
- EVENTO SOCIAL costumbres de la comunidad evento social de su comunidad donde se consume determinado
- Tipos de eventos Expresa la finalidad del Examina la organización del alimento
- Fin del evento evento evento Reconoce la importancia de los
- Amplitud social del evento Describe la duración del evento Identifica los cambios ocurridos eventos
- Duración en el evento con relación al Respeta el significado de la
- Preparación alimento Semana Santa
- Desarrollo del evento Entiende la función del respeto
- Finalización del evento que tiene el pueblo
- Cambios ocurridos en los
eventos propios
- Incorporación de nuevos
eventos
187
El primer ciclo comprende primero y segundo grado de primaria; el segundo, tercero y cuarto grado; el
tercer ciclo, quinto y sexto grado.
220
El Método Inductivo Intercultural
Empecemos nuestro análisis recuperando los verbos ―en negrita en la tabla de arriba―
con los que nuestro colaborador expresa los conocimientos que los niños desarrollan en
relación a la primera variable y sub-variable de la secuencia lógica (“Medio ambiente”,
“Tipos de ecosistema”). Observamos cómo nuestros colaborador planea el desarrollo de
habilidades cada vez más complejas según el ciclo en que se encuentran los alumnos,
empezando por las de nombrar y describir (primer ciclo), pasando por las de identificar y
comprender (segundo ciclo), hasta llegar a las de analizar y sistematizar (tercer ciclo).
Veamos ahora qué sucede en el caso de la segunda variable de la secuencia lógica,
relacionada con el fin social de la actividad. Aquí observamos cómo nuestro colaborador
plantea diferentes niveles de apropiación de la finalidad social relacionada con la actividad
de recolectar caracol para preparar el alimento de la Semana Santa, pasando del inicial
reconocimiento de la fiesta y de su finalidad (primer nivel), a una comprensión de su
función social y de las formas de organización (segundo nivel), para culminar con la
comprensión más integral del evento social en objeto y confirma la importancia de la
formación valoral ―de la que hablamos en el capítulo anterior al analizar el perfil de
egreso― de uno de los valores positivos de las sociedades indígenas ―el respeto―
adquirido por los niños a través de las vivencias que realizan a lo largo de la fiesta.
Continuemos nuestro análisis con la tercera variable y sub-variable planeada en la
secuencia lógica (“Técnica” y “Tipos de proceso de producción”). Observamos cómo, en
esta ocasión, los alumnos aprenden progresivamente a identificar (primer ciclo), a registrar
(segundo ciclo) y finalmente a comprender (tercer ciclo) los procedimientos relacionados
con la técnica por medio de la cual se prepara el caracol y se cocina el alimento para la
fiesta. Aunque no se describe en la planeación realizada por nuestro colaborador,
221
El Método Inductivo Intercultural
Pasemos ahora a documentar el proceso de co-teorización por medio del cual se estuvo
reflexionando acerca de un aspecto medular de la propuesta educativa objeto de este
estudio, a saber: el proceso de articulación y contrastación intercultural.
188
Casillas, L. & Santini, L. (2006), p. 34.
222
El Método Inductivo Intercultural
Este tema estuvo presente en la mesa de debate desde el comienzo del proceso de diseño
curricular. Recordemos nuevamente lo que planteó Gasché al inaugurar el primer taller en
Noviembre 2006:
La escuela aporta algo que la sociedad ambiente no da. Lo que pasa es que hoy
en día se ha invertido la comprensión de la escuela: ¡Sin escuela no vas a ser
189
Casillas, L. & Santini, L., 2006, p. 36.
190
Casillas, L. & Santini, L., 2006), p. 38.
223
El Método Inductivo Intercultural
nunca un hombre, no eres nadie! Eso es tan arraigado en los padres de familia
que renuncian a educar a sus hijos porque a eso se dedican los maestros. Los
padres ya no transmiten a sus hijos los saberes comunitarios, porque se van a
educar en la escuela. Es una clase de creencia, y eso causa que los
conocimientos comunitarios no se transmitan, porque la escuela se ha
especializado en dar esta cosa nueva que no se da en la comunidad [...] y la
escuela ha dejado afuera de las clases todos los conocimientos comunitarios que
un adulto debe de aprender para desenvolverse en su comunidad.
La educación intercultural tiene como objetivo restablecer un equilibrio entre el
conocimiento comunitario y esas cosas nuevas que trae la escuela (matemáticas,
cívica, lectura, etc.). En la escuela intercultural tenemos que integrar el
conocimiento comunitario con el conocimiento científico [...]191.
191
Stefano y Raúl, “Memoria del Taller Noviembre 2009”, p. 9.
224
El Método Inductivo Intercultural
Ahora bien, luego de recuperar las interesantes aportaciones de los ideólogos de la versión
original del Método Inductivo Intercultural, veamos ahora cómo se co-teorizó sobre el tema
de la articulación intercultural de conocimientos a lo largo del proceso de diseño curricular
en objeto. Empecemos por las palabras del Juan:
[...] lo otro que se quiere fomentar es que se empiece desde lo que hay, los
trabajos, los oficios, la variedad de todo, milpa, ganado, cacería, un poco de
todo, hacer que el niño vaya a aprender todos estos elementos y que entienda
que todos estos conocimientos le pueden ayudar para la vida en la comunidad.
[...] Esto no se ve en la escuela, se ven otras cosas, por eso cuando terminan
están confundidos porque no saben lo que está pasando en el mundo real. Es
muy diferente lo que ven en la casa y en la escuela, es otro sueño que están
estudiando, hay que ser más realista, contextualizada a la región donde se
trabaja192.
Analicemos cómo se contestó esta pregunta durante el proceso de diseño curricular que
estamos analizando por medio de algunas aportaciones de los colaboradores indígenas y no
indígenas.
225
El Método Inductivo Intercultural
Juan: [...] La necesidad de hacer una nueva propuesta educativa nace en las
comunidades desde una concepción indígena, [...] una demanda social, “la
educación… debe ser intercultural” y controlada por las mismas comunidades.
[...]
A partir de los criterios anteriores se propone una Nueva Educación
Intercultural Bilingüe entendida particularmente como la articulación de los
conocimientos indígenas con conocimientos científicos, afirmando una estrecha
relación del hombre-sociedad-naturaleza; definida desde un marco sociopolítico
del funcionamiento de la sociedad indígena que reivindica sus derechos. [...] La
educación intercultural [...] se empieza a desarrollar desde la cosmovisión
indígena revalorando la cultura. [...]
En la escuela se abren espacios para fomentar las prácticas cotidianas propias,
enriquecidos con el apoyo de la ciencia; es decir, fomentar procesos reflexivos
para la promoción de relaciones de beneficio mutuo entre las diversas culturas,
a medida que se intercambian y reivindican aportes de cada uno, facilitando
medios y condiciones para fomentar el desarrollo de los niños a partir de la raíz
cultural que pertenece195.
Como bien dice nuestro colaborador, la propuesta educativa de la UNEM/EI forma parte de
un proyecto político indígena que pone en el centro la cultura propia. La interculturalidad
por lo tanto se construye bajo el control de las propias comunidades, desde una racionalidad
propia centrada en la integración entre sociedad y naturaleza. El punto de partida es la
cosmovisión indígena, la cultura propia. Como veníamos argumentando en el segundo
capítulo, la interculturalidad se construye por lo tanto a partir de un replanteamiento de la
ontología del conocimiento escolar, donde el énfasis se pone en la racionalidad indígena.
Como sostiene nuestro colaborador, la búsqueda de relaciones de beneficio mutuo entre la
cultura indígena y la kaxlan ―o sea, la construcción de conocimientos interculturales―se
tiene que desarrollar a partir de la “raíz cultural” indígena a la que pertenece el niño, misma
que se manifiesta en las actividades sociales, productivas, rituales y recreativas que, de
acuerdo al calendario socionatural de la localidad, sus habitantes realizan en el territorio
comunitario. Abundemos un poco más en este relevante aspecto. Otra vez, es Juan quien se
encarga de explicarnos que:
195
Juan, “La alternativa educativa primaria de la UNEM”, p. 2-4.
226
El Método Inductivo Intercultural
Sigamos ahora analizando las reflexiones por medio de las cuales se co-teorizó acerca de la
articulación entre conocimientos indígenas y escolares convencionales en los últimos
talleres de diseño curricular, cuando se trató de completar las reflexiones iniciadas
anteriormente. Vayamos entonces al Taller Agosto 2008:
227
El Método Inductivo Intercultural
He aquí un claro ejemplo del proceso de co-teorización por medio del cual se logró
desarrollar y enriquecer la versión original del Método Inductivo Intercultural. Como señala
uno de los dos asesores kaxlanes que participaron en el debate arriba reportado, el proceso
de articulación intercultural entre conocimientos indígenas y escolares convencionales no
se realiza únicamente por medio de los libros de texto (como se solía hacer en la propuesta
original) sino que adquiere un enfoque práctico, aplicado a las actividades ―productivas en
particular― que se realizan en la comunidad. Como plantean nuestros colaboradores tseltal
y ch’ol, la articulación intercultural tiene que servir para el trabajo, tiene que ser útil para
las actividades que se realizan en la comunidad, tiene que aportar a la práctica. Pareciera
que estuviéramos en presencia de una forma muy propia de apropiarse de los
conocimientos occidentales, una forma muy pragmática por medio de la cual éstos se
aplican ―cuando tienen utilidad y respetan la cosmovisión indígena― a las mismas
actividades comunitarias que representan la fuente de donde explicitar, por medio del MII,
los conocimientos indígenas. Sigamos ahora con el análisis del debate realizado a partir de
estas primeras reflexiones.
199
Citas retomadas del documento: “Currículum UNEM agosto 2008”, p. 34-35.
228
El Método Inductivo Intercultural
Pancho: Hay que analizar las ventajas y las desventajas de esta articulación con
lo occidental, ver las consecuencias, recuperar las experiencias que ya se han
tenido.
Juan: Que todos tengan esta formación, sobre los problemas que causa lo que se
está introduciendo. Se trata de entender los problemas que se están dando en la
realidad, para tener esta formación crítica, mirar lo bueno y distinguir lo malo
que nos pueda dañar en la comunidad, porque no todo es bueno lo que viene
desde afuera, aprender a valorar, aprender a hacer desde lo que está en la
comunidad, entender por qué se está dando esta introducción de nuevos
productos en la comunidad.
Stefano: Por eso el maestro se tiene que apoyar en los ancianos de la
comunidad, para que lo aconsejen, porque ellos recuerdan cuándo se
introdujeron productos o nuevas técnicas, las ventajas y desventajas, las
enfermedades que se han producido.
Raúl: Tenemos que recordar el tipo ideal de la sociedad occidental que vimos
con Gasché, sus desventajas, para reflexionar sobre qué es lo que vamos
introduciendo, qué es lo que vamos articulando. Tener que poner énfasis en los
valores positivos de las culturas indígenas y usarlos como criterio de
articulación con los conocimientos occidentales200.
200
Citas retomadas del documento: “Currículum UNEM agosto 2008”, p. 34-35.
229
El Método Inductivo Intercultural
Pasemos ahora a ver cómo se co-teorizó el tema de la evaluación del proceso educativo.
Fue durante el Taller Agosto 2008 cuando, después de que los dos asesores kaxlanes
señalamos la necesidad de abordar este tema, nuestros colaboradores indígenas tomaron la
decisión de investigar en sus escuelas y comunidades las formas propias de evaluar
vigentes en la educación familiar y en las escuelas comunitarias para alimentar desde abajo
y desde adentro la propuesta evaluativa en construcción. Como señalamos en otras partes
de esta tesis, también en ese aspecto vemos la importancia que tiene la vinculación
comunitaria y la relación con lo socioculturalmente propio para nuestros colaboradores
indígenas. Enfatizando una vez más las implicaciones político-pedagógicas y epistémicas
de la construcción de una nueva ontología del conocimiento escolar, nuestros colaboradores
indígenas identificaron claramente en la comunidad el espacio donde encontrar las fuentes
para organizar el proceso evaluativo que sus colaboradores kaxlanes les estábamos
solicitando para redondear la metodología de enseñanza-aprendizaje. Los hallazgos de las
investigaciones realizadas por nuestros colaboradores tseltales, tsotsiles y ch’oles con los
padres de familia, demás educadores comunitarios y niños de sus comunidades fueron
objeto de reflexión y análisis colegiado durante el Taller Septiembre 2008, cuando nos
dedicamos a co-teorizar sobre el proceso de evaluación. Veamos ahora los aspectos que
estuvimos debatiendo los diferentes colaboradores, señalando desde un principio que, a
diferencia de otras partes del currículum que se trabajaron a lo largo de casi dos años, el
tema de la evaluación solamente se reflexionó hacia el final del proceso de diseño
curricular por lo que no se pudo desarrollar por completo, dejando para la etapa de
validación curricular su aterrizaje concreto así como ulteriores avances y propuestas. El
tema fue introducido por uno de los asesores kaxlanes, quien abrió el debate señalando un
aspecto que se había discutido y acordado en el taller precedente:
Stefano: La evaluación en nuestra propuesta educativa obviamente no va a ser
igual que en las escuelas oficiales con exámenes y calificaciones, sino que, ya
230
El Método Inductivo Intercultural
201
Transcripción del día 24/9/2008, p. 1.
202
Transcripción del día 24/9/2008, p. 1.
203
Aclaramos que al utilizar el sustantivo genérico plural “los padres de familia” no se pretende de ninguna
manera excluir a las madres de la participación en el proceso evaluativo. Así como la participación de las
señoras como expertas o conocedoras comunitarias es sumamente valorada en las actividades sociales,
productivas, rituales o recreativas, también su aportación en la evaluación de los aprendizajes de sus hijos es
una característica importante de esta propuesta educativa.
204
Transcripción del día 24/9/2008, p. 1.
231
El Método Inductivo Intercultural
Interpretando las palabras de nuestro colaborador, podemos inferir que una de sus
principales preocupaciones ― “[...] si es que los niños se están volviendo haraganes o
participan en las actividades” ― se relaciona directamente con el impacto de la escuela
convencional sobre otro de los valores positivos de la sociedad indígena a la que pertenece:
el trabajo. En efecto, como sostiene Modiano (1974), entre los indígenas tsotsiles es común
la idea de que los juegos de los kaxlanes tienen una mala influencia sobre los valores
propios de las culturas indígenas. La autora señala que, tradicionalmente, los niños
indígenas realizan juegos imitativos orientados hacia la adquisición de las capacidades
laborales de los adultos y hacia el desarrollo del valor del trabajo. Siempre en relación a
este aspecto valoral, uno de nuestros colaboradores también solía recordar que los juegos
aprendidos en la escuela convencional tienen casi siempre un enfoque competitivo, lo que
contribuye a fomentar el individualismo entre los niños, contrastando con el comunitarismo
que suele predominar en las culturas indígenas.
Jesús: [...] los padres pueden evaluar los conocimientos escolares [...] que vayan
a hacer las cuentas en el mercado cuando se va a comprar. [...]
Pancho: De matemáticas y de español los padres también pueden participar,
pero las cuestiones de ciencias naturales, biología eso ya se encargaría el
maestro, aunque esto también lo puede hacer a la vista de los padres, por medio
de exposiciones, dibujos, explicaciones de los niños, de esta manera se puede
hacer participar los padres en la evaluación de los conocimiento escolares
universales.
Ahora bien, una vez demostrada la importancia otorgada a la participación de los padres de
familia en el proceso evaluativo, me parece relevante señalar que, durante el debate
realizado, los diferentes colaboradores también propusimos algunas formas concretas para
hacer efectiva esta participación:
Mankut: Los padres de familia, ¿qué actividades podemos hacer para que
puedan evaluar los logros de aprendizaje de sus hijos? Por ejemplo a través de
un evento, o a través de la observación de alguna actividad para que vean cómo
lo hemos hecho.
232
El Método Inductivo Intercultural
Pancho: En eventos donde los niños participan, hacen dramas, para que puedan
perder el miedo.
Edmundo: En los eventos se puede evaluar el comportamiento del niño, el
valor, si ya puede hablar, si ya no tiene tanto miedo de participar, con cantos,
bailes. [...]
Stefano: [...] Otra evaluación es la que los padres hacen en sus casas con
respecto de los aspectos que señalaba Pancho: el respeto, la participación en las
actividades [...].
Jesús: Otra forma de evaluar sería como de mostrar lo que se está haciendo en
la escuela, por ejemplo si se llega a hacer un material didáctico, esto sería una
forma de evaluar205.
La realización de eventos donde los niños muestren a los padres de familia sus avances en
el desarrollo de habilidades socialmente valoradas (como hablar correctamente en español,
por ejemplo), así como la observación por parte de los padres de familia de las actividades
pedagógicas desarrolladas a partir del MII, son otros espacios que nuestros colaboradores
proponen abrir a los padres para facilitarles la evaluación de los aprendizajes escolares de
sus hijos. De esa forma, se estaría complementando la evaluación que ya realizan en sus
casas con respecto de los valores que la escuela transmite y fomenta. Pero eso no es todo:
Pancho: [...] Esta evaluación que los padres hacen en su casa se podría abrir el
espacio [en la asamblea escolar], específicamente para que los padres digan
cómo están viendo la educación de sus hijos y que en la asamblea que hagan
recomendaciones a la escuela para que cambie esto.
Jesús: Yo creo que también los niños deberían de participar en la asamblea, ya
sea como oyentes o podrían mostrar alguno de sus trabajos en una asamblea,
para que no sólo en los eventos. Ahí los padres pueden discutir, opinar206.
Stefano: Bueno esta sería entonces la evaluación que hacen los padres de
familia del trabajo de la escuela. ¿Podrían evaluar al maestro también, de forma
específica? De hecho en el perfil del maestro lo que estamos poniendo es que el
205
Transcripción del día 24/9/2008, p. 3.
206
Transcripción del día 24/9/2008, p. 2.
233
El Método Inductivo Intercultural
Ahora bien, reafirmando la relevancia que nuestros colaboradores atribuyen a los valores
positivos de las sociedades indígenas, entre los que se encuentra la reciprocidad, a
continuación veremos cómo, respondiendo a la inquietud de uno de los asesores kaxlanes,
se llega a plantear la importancia de que maestros y comunidad se evalúen recíprocamente.
Veamos lo que comentaron al respecto los diferentes colaboradores:
207
Transcripción del día 24/9/2008, p. 3.
208
En el siguiente capítulo explicaremos la génesis del maestro acompañante como categoría arraigada
intercultural.
234
El Método Inductivo Intercultural
Otro debate interesante se dio con respecto de la participación de los niños en la evaluación
del maestro:
Aunque se trate de una lluvia de ideas preliminar, la reflexión colegiada que acabamos de
citar es una muestra de la sabiduría pedagógica desarrollada por nuestros colaboradores en
la vida comunitaria. Además, en ella se observa su disposición hacia la innovación
educativa ya que, además de proponer diferentes opciones para facilitar una evaluación
libre y espontánea por parte de los niños, ellos terminaron destacando la importancia que
tienen las actitudes del maestro hacia sus alumnos y la confianza que sabe establecer con
209
Transcripción del día 24/9/2008, p. 5.
210
Transcripción del día 24/9/2008, p. 7.
235
El Método Inductivo Intercultural
ellos y con los padres de familia como ingredientes para lograr una evaluación que pueda
retroalimentar su propio quehacer docente.
Luego de reflexionar sobre el papel de los padres de familia y de los niños en el proceso
evaluativo, la reflexión colegiada se centró sobre los métodos de evaluación. Veamos cómo
se desarrolló esta parte:
Stefano: Tengo una pregunta: en cada cultura todos estamos siempre evaluando
lo que hacemos nosotros y lo que hacen los demás. En las zonas indígenas
¿cómo le hacen los adultos para evaluar los avances de los niños en las
actividades cotidianas?
Mankut: En el resultado de sus trabajos.
Edmundo: También resolviendo problemas que enfrentan en un trabajo, en una
venta por ejemplo. Ahí el padre de familia evalúa a su niño si sabe algo de
operaciones, si lo puede ayudar en la venta. Si el niño no lo sabe hacer el padre
se da cuenta de que no está aprendiendo nada.
Stefano: En el caso del trabajo de las niñas y de los niños, ¿cómo se le evalúa
en su casa?
Pancho: Lo que la gente dice es que ya lo puede hacer solito, que ya lo hace
solito, sin que nadie le diga, pues entonces este niño ya aprendió a trabajar. O
dicen que sí, más o menos está aprendiendo, van con calma, no lo presionan,
aunque si por ejemplo le dicen que ya no es hora de jugar sino que hay que
trabajar. Cuando le dicen a la persona que ya se desenvuelve por sí solo es que
ya lo aprendió.
Stefano: [...] Esto lo tenemos que tomar en cuenta en nuestra evaluación,
tenemos que ver si el niño sabe hacer algo solito.
Pancho: Bueno es que ya dijimos que no vamos a evaluar todo en grupo, que se
va a evaluar también individualmente. [...] Sí porque no todos lo trabajos se
hacen colectivos, por ejemplo el trabajo en el cafetal se trabaja también solo,
mientras que en colectivo se trabaja solamente a veces211.
Observamos nuevamente cómo la pregunta del asesor kaxlan detona una importante
reflexión sobre las formas socioculturalmente propias que los padres de familia suelen
utilizar para evaluar el desempeño de sus hijos en las actividades familiares y comunitarias.
Es esta una muestra importante de la forma como la co-teorización del proceso evaluativo
se estuvo realizando desde abajo y desde adentro por medio de una MAI en la que se ponen
al centro del debate los códigos en vivo por medio de los cuales nuestros colaboradores
explicaron la forma en la que se desarrolla el proceso evaluativo en la vida comunitaria
indígena. Pero eso no es todo. Al enfatizar la autonomía del niño que demuestra en el hacer
la adquisición de las habilidades relacionadas con cierto tipo de actividad que sus padres le
encomendaron, nuestros colaboradores están implícitamente destacando la pertinencia y
relevancia sociocultural del MII para las culturas indígenas a las que pertenecen, en las
cuales, como bien señala Gasché en los escritos que hemos venido citando en diferentes
partes de esta tesis, la fuente de la cultura propia son las actividades sociales, culturales
211
Transcripción del día 24/9/2008, p. 6.
236
El Método Inductivo Intercultural
Cerremos ahora este breve paréntesis para regresar al debate sobre el proceso evaluativo.
La reflexión sobre las formas propias de evaluar que suelen aplicarse en la vida comunitaria
y en la educación endógena fue la que nos llevó a plantear que:
En esta ocasión vemos cómo la síntesis realizada por el asesor kaxlan detona una
interesante reflexión por parte de nuestros colaboradores indígenas que, además de
remarcar la importancia de fomentar en los niños conocimientos significativos por medio
de la realización de actividades concretas y prácticas, abogan a favor de una evaluación
reflexiva por medio de la recuperación crítica de los conocimientos desarrollados en una
unidad didáctica, fomentando de esa manera la meta-cognición de los niños y, como señala
nuestro colaborador, de los propios padres con respecto de los aprendizajes escolares. Otro
aspecto del proceso evaluativo acerca del cual se reflexionó fue la cuestión de las
calificaciones:
Stefano: ¿Qué vamos a hacer con las calificaciones? [...] ¿Cómo haríamos para
poner calificaciones, por ejemplo en las escuelas oficiales donde trabajamos,
donde se nos piden calificaciones?213
Jesús: Yo creo que no deberíamos manejar números.
Stefano: Nosotros en primera instancia no estamos de acuerdo con poner puntos
[números] y esto lo vamos a mencionar en el documento, la evaluación no
puede reducirse a una calificación numérica, porque consideramos que no se le
puede dar un número al aprendizaje de una persona, pero en el caso de las
212
Transcripción del día 24/9/2008, p. 7.
213
Recuerdo que algunos de los colaboradores tseltales y tsotsiles que participaron en el proceso de diseño
curricular han trabajado y/o trabajan como maestros en escuelas oficiales pertenecientes al PECI (Programa
Educador Comunitario Indígena) de la SECH (Secretaría Educación de Chiapas), por lo que, aunque suelen
tener una amplia libertad con respecto al desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje, tienen que cumplir
con los requisitos y normas relativos a las calificaciones. Diferente es el caso de los colaboradores ch’oles que
trabajan en escuelas autónomas, en las cuales las calificaciones ya no son utilizadas.
237
El Método Inductivo Intercultural
214
Transcripción del día 24/9/2008, p. 9.
238
El Método Inductivo Intercultural
Aquí se resumen, en pocas palabras, algunos de los principales elementos que estuvimos
destacando en las páginas anteriores. Recuperando el título de este capítulo, me parece
relevante enfatizar la característica medular del proceso evaluativo tal como ha sido co-
teorizado por este grupo intercultural de colaboradores: “todos evaluamos todo”; otra vez es
la comunidad el centro y el sujeto activo del proceso educativo.
215
Transcripción del día 24/9/2008, p. 10.
239
Capítulo 6.
Ser para hacer: co-teorización intercultural del maestro-acompañante
6.1. Introducción
Con el afán de encontrar respuestas para estas preguntas, fue importante seleccionar, al
interior del corpus documental del proceso de construcción curricular, todas las
aportaciones relacionadas con la definición del perfil docente que los diferentes
colaboradores habíamos aportado a lo largo de los talleres de diseño curricular, señalando
cada una con un código que permitiera identificar la filiación étnica del colaborador
indígena o kaxlan que la expresó (Ejemplo: Educadortseltal1, Educadorchol2,
Asesorkaxlan1, etc.). Posteriormente, se identificaron aquellos “códigos en vivo”
(Charmaz, 2006, p. 54) y “categorías sociales [...] inscritas en los discursos y prácticas
lingüísticas y extralingüísticas de los actores” (Bertely, 2000, p. 64) que “cristalizan las
experiencias” (Charmaz, 2006, p. 55) maduradas por los diferentes colaboradores y, en
particular, por nuestros colaboradores indígenas, a lo largo de la vida comunitaria y de las
prácticas realizadas a lo largo de su trayectoria educativa. Como señalamos en el tercer
capítulo, estos códigos en vivo permitieron arraigar la construcción del perfil docente en las
concepciones ―culturalmente situadas― de los diferentes colaboradores indígenas y
kaxlanes y, de esa forma, construir categorías arraigadas interculturales, como la de
maestro-acompañante, que muestran los alcances del proceso de co-teorización intercultural
al que nos hemos referido a lo largo de esta tesis.
241
Ser para hacer del maestro acompañante
Antes de profundizar sobre este proceso es oportuno aclarar que, al discriminar entre el ser
y el hacer del docente, no se pretenden desvincular dos dimensiones que, tanto en la
práctica docente como en el mismo modelo curricular, resultan necesariamente articuladas
entre sí. Sin embargo, durante el proceso de codificación nos resultó interesante analizar
cuáles de estas dimensiones se enfatizaron en las aportaciones puntuales de los
colaboradores indígenas y kaxlanes y, cuando ambas estaban presentes, cuál de las dos fue
la que el colaborador consideraba prioritaria. Para este fin se codificaron las informaciones
del corpus documental utilizando los siguientes códigos clasificadores:
AIS (aportación indígena enfatizando el ser docente): “El maestro tiene que estar vinculado
con la comunidad, tiene que convivir con la comunidad, apuntalar, registrar los acuerdos de
la asamblea” (p. 23)217.
216
Ver capítulo 1.6.2.
217
En este capítulo, las referencias y citas textuales que remiten a las informaciones recopiladas en el corpus
documental del proceso de diseño curricular son retomadas del documento “Codificación inicial del corpus
documental relativo al proceso de construcción del perfil docente en la propuesta curricular”, presentado ante
el Comité doctoral en junio del 2009, copia del cual se presenta en el Anexo II de esta tesis. Por lo anterior, a
continuación cada cita que se retoma de este documento estará acompañada del número de página relativo al
mismo.
242
Ser para hacer del maestro-acompañante
AKH (aportación kaxlan enfatizando el hacer del docente): “Gradar y dosificar los
contenidos [...] Tenemos que saber qué habilidades y competencias estamos entrenando con
cada contenido. Si no tenemos claro esto, somos maestros improvisados” (p. 13-14)218.
Ahora bien, luego de explicar los pasos metodológicos que nos permitieron organizar las
informaciones recopiladas en el corpus documental del proceso de diseño curricular, ha
llegado el momento de analizar el conjunto de las aportaciones de los colaboradores
indígenas y kaxlanes al proceso de definición del perfil docente o, mejor dicho, a la co-
teorización intercultural del maestro como acompañante.
Por supuesto que, en este largo proceso (2 años de trabajo, 11 talleres de diseño curricular),
hubo ocasiones en las que los colaboradores kaxlanes e indígenas definimos de forma
similar las dimensiones del ser y hacer del docente; sin embargo, y en esto radica la riqueza
del proceso que estamos analizando, hubo también importantes matices y/o diferencias
sustanciales acerca de estas dimensiones, relacionadas con nuestras respectivas formas de
concebirlas. Son justamente estas diferencias y estos matices los que permiten mostrar la
peculiaridad de las diferentes posturas en colaboración, expresando el conflicto
intercultural entre nuestras concepciones sobre el ser y el hacer del maestro-acompañante
de la nueva educación. A lo largo del proceso, lo anterior se resolvió gracias a la MAI,
fusionándose en la categoría arraigada intercultural de maestro-acompañante que quedó
plasmada en el Modelo curricular de educación intercultural bilingüe de la UNEM
(AAVV, 2009).
218
Como señalamos en los párrafos anteriores, muchas aportaciones de los colaboradores indígenas y
kaxlanes articulan necesariamente las dimensiones del ser y del hacer del docente, por lo que, en estos casos,
utilicé los siguientes códigos:
A(KoI)S-H = Aportación (kaxlan o indígena) enfatizando el ser docente, aunque indica un cierto hacer
relacionado.
A(KoI)H-S = Aportación (kaxlan o indígena) enfatizando el hacer del docente, aunque implica un cierto ser.
Ejemplos:
AKH-S (Aportación kaxlan que enfatiza el hacer del docente, aunque implica un cierto ser):
“El maestro tiene que documentarse para conocer el conocimiento científico, consultando libros, para
complementar el conocimiento que ya tiene. [...] Los maestros para poder aportar su conocimiento tienen que
aprender más. Tienen que capacitarse” (p. 9).
En este caso, la dimensión del ser está implícita y se refiere a las actitudes del docente, a su conciencia de la
necesidad de seguir formándose y, en el caso específico de los educadores comunitarios de la UNEM/EI, de
capacitarse en el manejo de los conocimientos escolares convencionales para poder desarrollar mejor el
proceso de articulación intercultural con los conocimientos comunitarios.
AIS-H (aportación indígena que enfatiza el ser docente aunque indica un cierto hacer relacionado):
“Habría que darles más participación a los niños en la articulación con el conocimiento científico. Los niños
pueden investigar en los libros, con los comuneros que han salido, con la televisión incluso, etc. Los maestros
no lo saben todo, es importante que no le toque solamente al maestro ampliar los conocimientos sino que es
una tarea que tienen que compartir con los niños” (p. 17).
Como veremos más adelante al destacar las características asociadas al maestro-acompañante, en este caso se
enfatiza la importancia de que el maestro renuncie a monopolizar el proceso de enseñanza, reconociendo a los
niños indígenas como sujetos capaces de participar activamente en el proceso, no sólo en lo que atañe al
rescate de los conocimientos comunitarios previos, sino también a su ampliación con los conocimientos
científicos.
243
Ser para hacer del maestro acompañante
Empecemos el análisis a partir de las aportaciones de tatuch Gasché durante el primer taller
de diseño curricular (Noviembre 2006):
Cuando hablamos del currículum [...] el rol del maestro se vuelve central [...]
¿Cuál es el rol del maestro en la escuela? [...] Ampliar los conocimientos de los
niños. [...] Al final de la clase un niño debe de saber más de cuando empezó. El
maestro debe de ser consciente de su papel de ampliador del conocimiento del
niño [...] ampliación del conocimiento, articulación intercultural entre
conocimiento indígena y científico [...] En estas dos tareas es donde interviene
el papel del maestro. (p. 6-7)
Podemos observar cómo, al recuperar los planteamientos de Gasché con respecto de las
características principales del maestro, nuestro trabajo de análisis del corpus documental
del proceso de diseño curricular nos permitió encontrar las dos dimensiones que hemos
destacado desde el comienzo de esta tesis, a saber:
a) Hacer del docente: ampliación del conocimiento del niño, articulación intercultural entre
conocimiento indígena y científico, adquisición de nuevas competencias.
b) Ser del docente: conciencia de su papel y de su responsabilidad como maestro.
Relevancia de los conocimientos culturales previos de los niños.
Nos parece relevante señalar que, al utilizar el término “ampliar”, por un lado se hace
énfasis en una dimensión clásica asociada al hacer del maestro: la de enseñar nuevos
conocimientos. Sin embargo, por otro lado, la palabra “ampliar” implica partir de una base
para profundizarla; significa que los nuevos conocimientos se construyen a partir de una
base que el niño ya posee, “sobre lo que el niño ya sabe”.
Como señaló claramente Gasché: “Se trata también de ampliar con el niño su vocabulario
en lengua indígena y en español, su habilidad de dar cuenta verbalmente de la realidad,
describirlo, expresarlo” (p. 9).
244
Ser para hacer del maestro-acompañante
Como vimos en el capítulo anterior, dedicado al análisis del proceso de co-teorización del
Método Inductivo Intercultural (MII), la ampliación de los conocimientos de los niños,
hacer específico del maestro en la concepción del Gasché, se realiza en dos direcciones:
1) Hacia lo comunitario-indígena, que está implícito en las actividades comunitarias en las
que maestros y niños van a participar.
2) Hacia lo científico, convencional, nacional, que el maestro tiene que conocer y, para ello,
documentarse, investigar, capacitarse.
En ambos casos el maestro desempeña un papel activo, creativo: “Gasché: Este currículo no
es una enciclopedia donde se saca el conocimiento o un inventario de conocimientos, es
una propuesta para generar el conocimiento” (p. 8). “Este tipo de currículo es exigente.
Necesita maestros creativos, no rutinarios, burócratas. Maestros que saben crear, investigar,
inventar, producir los conocimientos” (p. 11).
Adecua sus herramientas pedagógicas al desarrollo personal del niño (p. 7), [...]
tienes que definir qué voy a enseñar al primer grado, segundo grado. Porque no
vas a enseñar a todos los mismos. Tenemos que gradar los contenidos: de lo
fácil a lo difícil, de lo simple a lo complejo, de lo concreto a lo abstracto.
Gradar y dosificar los contenidos. [...] Tenemos que saber qué habilidades y
competencias estamos entrenando con cada contenido. Si no tenemos claro esto,
somos maestros improvisados. (p. 13-14)
El maestro tiene que tomar en cuenta quiénes son sus alumnos y, para ello, conocer (o sea,
investigar) las etapas de desarrollo de los niños de la comunidad en la que trabaja. De esta
forma puede saber cómo gradar y dosificar los contenidos (convencionales y comunitarios)
219
Al decir “aprovechar pedagógicamente” nos referimos al proceso metodológico del MII que, como ya
vimos en el capítulo 5, está estructurado en un formato de planeación de actividades pedagógicas que
permiten generar, articular y contrastar los conocimientos escolares indígenas y convencionales.
245
Ser para hacer del maestro acompañante
que se van a tratar a partir de las actividades comunitarias en las que la escuela va a
participar.
Ahora bien, con el fin de mostrar cómo operó en la práctica el proceso de co-teorización
que nos llevó a definir la categoría arraigada intercultural de maestro-acompañante, en las
páginas siguientes mostraremos cómo los planteamientos iniciales de Gasché se
complementaron y enriquecieron con las aportaciones que nuestros colaboradores indígenas
manifestaron de manera implícita desde el primer taller de diseño curricular pero que,
reflejando su estilo cultural de analizar, reflexionar y comunicar, no explicitaron
formalmente hasta el final del proceso, después de aterrizarlas, contextualizarlas o, mejor
dicho, situacionalizarlas (Bertely, 2007) en sus propias vivencias y prácticas como
educadores en las escuelas de sus comunidades, compartirlas y analizarlas críticamente en
los talleres de diseño curricular para luego volver a experimentarlas en sus escuelas.
Ahora bien, como señalamos anteriormente, el proceso de construcción del perfil docente
se realizó durante un proceso de aproximadamente dos años (noviembre 2006-octubre
2008), durante los cuales se exploraron, analizaron y definieron las características asociadas
al ser y hacer de lo que llegó a definirse como maestro-acompañante. Fue un proceso
caracterizado por diferentes etapas (5 son las que emergen del análisis diacrónico del
corpus documental), haciéndose énfasis en diferentes dimensiones y características que
destacaremos a continuación. Al revisar de manera diacrónica el corpus documental del
proceso de co-teorización del perfil docente, observamos que una importante aportación a
la co-teorización de la categoría arraigada intercultural de maestro-acompañante tuvo lugar
durante el segundo taller de diseño curricular (Taller Enero 2007). En particular fue
cuando, a sugerencia de uno de los asesores kaxlanes, se realizó una actividad para
recuperar aquellas “historias educativas particulares” (FRMT, 1997, p. 89) en las que se
explicitaron las experiencias (positivas y negativas) que los colaboradores indígenas habían
vivido con sus maestros de primaria para analizarlas retrospectivamente y hallar elementos
que contribuyeran a la definición del perfil docente en construcción. Estas experiencias
quedaron plasmadas en pequeños relatos elaborados por nuestros colaboradores,
fragmentos de los cuales se reportan a continuación:
Gustavo: [...] cuando estuve en segundo grado el maestro trataba muy mal sus
alumnos, el niño que platicaba lo castigaba sea con un cinchazo o con una vara
le pegaba. Igual al que no terminaba luego de llenar la plana con las sílabas o
246
Ser para hacer del maestro-acompañante
palabras completas. El maestro era el que sabe todo y todo lo que decía era lo
mejor. No daba chance para que los alumnos participaran en comentar sus
saberes previos; es más, no lo tomaba en cuenta eso. Cuando un alumno entrega
su trabajo y le sale mal, el maestro lo tachaba con una X grande y el cuaderno
lo aventaba hacia fuera por la ventana. (p. 20)
Armando: [...] nos tocó un maestro que se llama Jorge y le apodamos “cama”
porque puro dormir quiere. Al entrar en clase por la mañana solo pasa la lista de
asistencia, después nos pide que sacamos el libro de español lectura y nos hace
copiar tal página mientras él se va a su cuarto a dormir, [...] después viene a
calificar, los alumnos que no han terminado de copiar los pega con un palo, no
vara, sino un palo grueso como el de escoba, nos pegaba en la cabeza, espalda,
o en las palmas de la mano tendida en la mesa. [...] no enseñaba cómo hacer ni
explicar las matemáticas, sino solo es copiar, llenar planas o dibujos para pasar
el tiempo. (p. 21)
Mankut: [...] nos trataba muy mal mi maestro, es uno de Oxchuc, nos castigaba
y nos pegaba con ‘chincho’ y en la cabeza con barrita. Una ocasión me castigó
solo por no hacer la tarea, no hice porque estaba muy complicado era de la
multiplicación, yo no sabía todavía la multiplicación, me hizo hincar frente al
grupo con piedritas donde habíamos amontonados. Media hora me tuvo ahí
hasta que lloré por el dolor. [...] En cada lunes nos pone a marchar y nos decía
a la izquierda y derecha pero en el español y no le entendíamos donde quedaba
la derecha y la izquierda. Nos confundíamos mucho y nos picaba con espina de
naranja en la mano y en la cabeza y salía la sangre de cada piquete: los
compañeros lloraban por el dolor, y otros salían huyendo en la plaza. [...] a
veces lo dejamos solo ahí el maestro en la plaza y se encabrona y nos pone otro
castigo. A veces cuando llegaba borracho en la escuela nos decía que somos
tontos y pendejos, él decía que es el más chingón y también nos pedía nuestra
hermana si lo decíamos que vamos a dar para su novia no nos pega y si no
damos nos pega. (p. 21-22)
220
En un documento elaborado por Enlace Civil A.C. en los años noventa del siglo XX, al referirse a la
educación bilingüe, se destaca la “[...] pésima calidad de la enseñanza de los maestros. En las asambleas
comunales plantean constantemente una serie de críticas a los maestros. Se señala el ausentismo ilegítimo, el
247
Ser para hacer del maestro acompañante
del conflicto intercultural vivido en las escuelas bilingües oficiales por parte de los alumnos
indígenas, sino que representan un referente importante para comprender las características
asociadas al perfil docente por parte de los educadores comunitarios de la UNEM/EI. En
particular, el recuerdo del conflicto intercultural vivido con sus docentes (mestizos y
bilingües), ejemplificado en el trato sufrido (maltratos, violencia corporal y psicológica,
castigos, humillaciones), y manifiesto en la auto-concepción de los maestros en relación a
los alumnos indígenas (maestro sabelotodo, único depositario del conocimiento, niño
ignorante) y a sus culturas (superioridad, desprecio), resulta fundamental para comprender
el énfasis asociado por nuestros colaboradores indígenas a la dimensión del ser del maestro-
acompañante, categoría entonces todavía en proceso de definición221.
[...] “un compañero más, sólo que tiene un poco más de experiencia, [...] que
ayuda a desarrollar los conocimientos que ya tienen los niños”; como “un
hermano mayor”, o como “un padre o una madre que tiene que preocuparse
como si fueran sus propios hijos los que tiene ahí”; como alguien que genera
“confianza con los niños”, quienes “se vuelven tus amigos [...] también afuera
del aula y del horario escolar, en la vida comunitaria” (p. 46-49)
Frente al conflicto intercultural vivido en primera persona con los maestros oficiales,
nuestros colaboradores indígenas enfatizaron la parte actitudinal y, para ello, recuperaron
algunas de las características que, en sus culturas, son propias del noptewswanej (palabra en
lengua tseltal que, como veremos en las páginas siguientes, suele usarse para referirse a
“alguien que enseña”) arraigando el perfil docente en construcción a sus formas,
culturalmente propias, de aprender y enseñar.
¿Cómo deben ser los maestros? Reconoce[n] al niño como un sujeto poseedor
de algunos conocimientos adquiridos en el medio social, natural; por lo
consiguiente, se toma como punto de partida del proceso de ampliación y
expansión del conocimiento del niño para fortalecer la cooperación, y el
entendimiento de la cosmovisión de su sociedad [...]. (Documento elaborado
por los Educadores de La Pimienta, p. 23)
alcoholismo y la falta de respeto por las lenguas y las culturas locales en las escuelas, la ineficiente formación
de los maestros y el uso de castigos corporales contra los niños, así como la frecuente agresión y abuso sexual
de los profesores a las mujeres en todos los niveles educativos”. Enlace Civil A.C. (s.a.), p. 2.
221
Recordamos al respecto que estas experiencias se relataron durante el segundo taller de diseño curricular,
mientras que la categoría de maestro-acompañante se explicitó en el penúltimo taller.
248
Ser para hacer del maestro-acompañante
En las citas anteriores se destacan dos aspectos medulares relacionados con el ser del
docente en el modelo curricular que estamos analizando:
1) Los maestros de la nueva educación reconocen que los niños llegan a la escuela con una
serie de conocimientos que han aprendido en sus casas, en la comunidad y en el entorno
natural en el que viven. Como ya explicamos en el capítulo dedicado al MII, dada la
integración entre sociedad y naturaleza (Gasché, 2008b) que caracteriza a las sociedades
indígenas, estos conocimientos socioculturales previos no sólo se construyen en el medio
social, sino también en las relaciones (productivas, rituales, etc.) con la Madre Tierra.
Como enfatizan nuestros colaboradores refrendando los planteamientos iniciales de Gasché,
estos conocimientos previos representan la base a partir de la cual el maestro acompaña a
los niños en el proceso de ampliación de los conocimientos y, además, sirven como punto
de partida para que el niño alcance un mayor entendimiento de la cosmovisión de su propia
sociedad.
2) La escuela no tiene que seguir siendo un espacio de ruptura con la comunidad, sino de
seguimiento, de continuidad sociocultural, ya que los conocimientos escolares se
construyen a partir de lo que el niño ha aprendido y sigue aprendiendo en su vida
comunitaria.
Otra vez observamos la insistencia en la dimensión del ser del docente por parte de nuestros
colaboradores quienes, por sus propias historias, vivencias y experiencias como niños,
alumnos, educadores y formadores, y por su propia concepción ―culturalmente
arraigada― de enseñar y aprender, comprenden y valoran la relevancia de la parte
actitudinal en la definición de las características fundamentales del maestro en el modelo
curricular. Siempre con respecto del ser del docente, durante el segundo taller de diseño
curricular (Enero 2007), encontramos otra aportación que resultará fundamental para la
definición de la categoría arraigada intercultural de maestro-acompañante. Introduzcámosla
con las palabras de nuestros colaboradores indígenas: “[...] el maestro tiene que estar
vinculado con la comunidad, tiene que convivir con la comunidad, apuntalar, registrar los
acuerdos de la asamblea” (Documento elaborado por Jorge, Mankut y Juan, p. 23).
249
Ser para hacer del maestro acompañante
250
Ser para hacer del maestro-acompañante
La vinculación comunitaria del maestro-acompañante, parte sustancial del ser del docente,
tiene evidentemente una importante repercusión también en la dimensión del hacer del
maestro, siendo la que posibilita su quehacer específico dentro de la propuesta pedagógica
que caracteriza el modelo curricular:
222
Este mismo planteamiento, aunque ligeramente modificado, aparecerá también en la versión final del
modelo curricular, donde se dice que: “El acompañante tiene que vincularse con la comunidad, convivir con
los habitantes de la comunidad y respetar los acuerdos generados en la asamblea general de la comunidad.
Tiene que tener una comunicación constante con las autoridades comunitarias y con el comité de padres de
familia. Debe tener el respaldo de la comunidad para iniciar y seguir el trabajo en la escuela con los niños.
Tiene que anteponer los intereses de la comunidad, de la escuela y de los niños a sus intereses sindicales y a
los de su gremio” (AAVV, 2009, p. 65-66). Asimismo, se plantea que los maestros tienen que asumir “un
compromiso explícito con la escuela y la comunidad y se queden a trabajar en la misma escuela por lo menos
tres ciclos escolares completos antes de solicitar su cambio” (AAVV, 2009, p. 66).
251
Ser para hacer del maestro acompañante
sumamente relevante, ocurrió en el curso del tercer taller de diseño curricular (Febrero
2008), cuando se analizaron los aprendizajes resultantes de los dos diplomados
“Sistematización del conocimiento indígena” y “Diseño de materiales educativos
interculturales y bilingües” que 5 colaboradores indígenas y 4 kaxlanes estuvimos
bosquejando y facilitando paralelamente al proceso de diseño curricular. Como mostraré a
continuación, estos diplomados y, en particular, la inter-comprensión e inter-aprendizaje
entre, por un lado, los educadores de la UNEM/EI y los colaboradores kaxlanes que
facilitaron las sesiones presenciales y, por el otro, los maestros oficiales que cursaron el
diplomado, resultaron ser ingredientes importantes para la definición de las características
asociadas al maestro-acompañante en el modelo curricular.
De hecho, aunque no quedó formalmente como parte integrante del modelo curricular que
se está analizando, el programa de los dos diplomados representa un insumo fundamental
para comprender la propuesta educativa de la UNEM/EI y asesores kaxlanes. Sin pretender
analizar sus alcances y aportaciones en la formación de docentes que trabajan en el medio
indígena, a continuación me limitaré a destacar el impacto de estos diplomados en el
proceso de co-teorización intercultural del perfil docente, recuperando algunas de las
reflexiones desarrolladas durante los talleres de diseño curricular que retroalimentaron de
manera importante el trabajo que se venía realizando.
Durante el tercer taller de diseño curricular (Febrero 2008), al compartir con los demás
colaboradores la experiencia vivida con los maestros participantes del diplomado en
Oaxaca, se señaló lo siguiente:
[...] durante toda la observación que hice con los maestros, el temor de los
maestros de que era difícil para ellos conseguir la información en sus
comunidades. [...]
Se sienten amenazados por la DGEI, por los supervisores. [...]
El problema de la educación en México ha sido un problema de dominación y
eso es lo que sufren los maestros el día de hoy, esto es o que sufrimos todos,
desde muy chicos. [...].
No hay conciencia, no hay motivación [...]. (p. 42)
252
Ser para hacer del maestro-acompañante
costoso, hay que arriesgarse. Algunos se quieren liberar pero otros están
cerrados. (p. 43)
Jorge: [al referirse a los maestros oficiales]: [...] los presionan de manera
brutal, los están reprimiendo, lo hacen por miedo. (p. 44)
Raúl: [al referirse a las dificultades que encuentran los maestros de UPN]: [...]
siento que el miedo es de cambiar su práctica, de ser un nuevo maestro que no
repite, que no trabaja de manera mecánica. (p. 44)
Estas consideraciones se complementan con las que se expresaron en otro taller de diseño
curricular (Taller Agosto 2008) en el que se siguió reflexionando acerca de la experiencia
de los diplomados con maestros de la UPN: “Juan [al referirse a los maestros del
diplomado UPN en Puebla]: [...] Los maestros manejan mucho más los conocimientos
convencionales, pero sí no saben, desconocen los conocimientos comunitarios y el
significado indígena. Les cuesta trabajo encontrarlos” (p. 48). “Gustavo: [...] en San
Cristóbal es lo mismo. Es que es lo que han manejado” (p. 48).
Gustavo [al hablar del uso del calendario socionatural]: [...] el calendario es
una guía, y el maestro tiene que ser observador, ver qué actividades se hacen en
la comunidad, ver los ciclos de producción del café por ejemplo y aprovechar
las actividades que se realizan en cada temporada, aprovechar todo el proceso
que se realiza en relación con cada producción. El maestro tiene que buscar los
momentos clave, los momentos buenos para realizar ciertas actividades que le
sirven para ver cierto tema, cierto contenido. (p. 51)
253
Ser para hacer del maestro acompañante
conocimiento intercultural porque son la base a partir de la cual se realiza el proceso de co-
teorización intercultural.
En segundo lugar, señalan el peso del sistema educativo oficial y de las autoridades
educativas locales (directores, supervisores, jefes de sector, etc.) y nacionales (DGEI),
destacando sus repercusiones negativas sobre el ser y el hacer de los maestros bilingües
oficiales. Identifican el temor hacia las autoridades educativas como uno de los principales
impedimentos que los maestros oficiales encuentran para cambiar su práctica educativa y,
en lo específico, apropiarse de las innovaciones pedagógicas propuestas durante los
diplomados. Entre otros, el miedo de ser descubiertos por parte de los supervisores en la
realización de actividades pedagógicas no previstas por el programa oficial y la presión
ejercida por parte de la burocracia educativa sobre los maestros, refuerzan en los
colaboradores indígenas y kaxlanes la idea de la importancia del control comunitario sobre
la escuela y de la vinculación prioritaria del maestro con la comunidad y no con las
autoridades educativas.
254
Ser para hacer del maestro-acompañante
Nuestro “pequeño Gasché” destacó 3 aspectos relacionados principalmente con el ser del
docente, como son: 1) el estilo de enseñanza (teórico, autoritario, dogmático); 2) las
actitudes (falta de comunicación, desinterés hacia el aprendizaje de los niños, falta de
compromiso, presunción); 3) la discriminación hacia la sociedad y los conocimientos
indígenas. Otra vez observamos cómo, al reflexionar sobre las características del maestro,
nuestros colaboradores enfatizan la parte actitudinal. En el mismo documento, Juan
empieza a compartirnos su concepción de maestro “ideal”, señalando algunas
características que definirán al maestro-acompañante en la versión final de la propuesta
curricular:
255
Ser para hacer del maestro acompañante
En el Taller Marzo 2007, otro colaborador nos ofrece otras aportaciones que resultarán
fundamentales para la co-teorización del perfil docente:
[...] las actitudes de los maestros que no tienen una formación ético en el
trabajo y capacidad de atender las exigencias comunitarias. [...] Entender que el
proyecto educativo respeta todos los sistemas de relaciones culturales en la
diversidad, valorando los estilos de vida, normas, conductas y tratar de tener un
acercamiento más a la concepción indígena sobre la persona. [...]
El trabajo pedagógico del maestro en la educación intercultural exige más que
la articulación de contenidos indígenas y científicos, [...] que también valorar
dos universos distintos. [...]
Tener una visión política que le permite desarrollar su trabajo docente
comprometido con la sociedad, en la afirmación de los derechos indígenas. [...]
Para educar a niños, significa aprender de los niños y reconocer, como un sujeto
poseedor de algunos conocimientos adquiridos en el medio social, natural. [...]
El compromiso del maestro en la nueva educación, es generar una profunda
transformación de las dinámicas educativas y socioculturales, en consulta con
las comunidades se forman los contenidos. [...]
El maestro debe dominar múltiples actividades sociales para implementar con
mayor facilidad en la escuela y analizar la realidad implícita en una producción
efectuada para satisfacer las necesidades [...]. Conocer los principios, métodos,
y contenidos de la educación indígena, reconocer su vigencia y sea capaz de
integrarlos en su trabajo. [...]
Promover la participación de otros agentes en el proceso educativo. [...]
Planifica su trabajo tomando en cuenta las actividades sociales y productivas
que se realizan en la comunidad y organiza el proceso de enseñanza-aprendizaje
a partir de ellos. [...]
256
Ser para hacer del maestro-acompañante
223
Así como los educadores comunitarios de la UNEM/EI y sus asesores kaxlanes (Bertely y Gutiérrez) han
hecho en el Cuadernillo “Los hombres y las mujeres de maíz. Democracia y derecho indígena para el mundo”
(Bertely, 2007).
257
Ser para hacer del maestro acompañante
Ahora bien, hasta aquí hemos revisado diacrónicamente las aportaciones de los
colaboradores kaxlanes e indígenas al proceso de definición del perfil docente, mismas que
fueron expresadas a lo largo de los talleres de diseño curricular previos al Taller Agosto
2008. Fue en ese taller cuando, respondiendo a la solicitud de quien escribe y habiendo
analizado las aportaciones recopiladas durante los talleres anteriores, se señaló la necesidad
de pensar en un nuevo término que sustituyera la palabra ‘maestro’ y expresara de mejor
manera la concepción que se estaba construyendo entre el grupo de colaboradores. Uno de
nuestros colaboradores indígenas, Pancho, explicitó la categoría arraigada intercultural de
maestro-acompañante. De hecho, desde el Taller Junio 2007, yo había estado tratando de
recuperar la riqueza de las aportaciones de mis colaboradores indígenas para sintetizarlas en
un esquema estructurado de acuerdo a las categorías que, desde mi experiencia previa,
podían resultar significativas y útiles para precisar el perfil docente en el modelo
curricular224. Fue así que, durante el Taller Junio 2007, se presentó al grupo el siguiente
esquema, en el que se ordenan las principales aportaciones de los colaboradores indígenas a
la definición del perfil docente:
- Valores:
Tener una visión política que le permita desarrollar un trabajo docente
comprometido con la sociedad, en la afirmación de los derechos indígenas.
Estar vinculado con la comunidad, convivir con los comuneros, respetar los
acuerdos de las asambleas comunitarias.
224
Al respecto, vale la pena señalar que, entre agosto y diciembre de 2005, quien escribe el presente había
estado participando como asesor de la Coordinación General de Educación Intercultural y Bilingüe (CGEIB)
de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en el proceso de diseño curricular de los 4 programas
académicos ofertados por la Universidad Intercultural de Chiapas (Lengua y Cultura, Desarrollo Sustentable,
Comunicación Intercultural y Turismo Alternativo). Fue a partir de esta experiencia que se recuperaron
algunas de las categorías (perfil docente, competencias, habilidades y conocimientos, valores) que se
utilizaron para tratar de elaborar una primera síntesis de las características señaladas por los colaboradores
indígenas en el proceso de diseño curricular en objeto.
258
Ser para hacer del maestro-acompañante
Aunque no se discutió hasta los últimos talleres de diseño curricular, esta síntesis sirvió
como base para orientar la reflexión que nuestros colaboradores indígenas realizaron en sus
centros de trabajo y comunidades en los meses siguientes. Ahí fue cuando estuvieron
aterrizando, contextualizando y, como dijimos al comienzo de este capítulo,
situacionalizando (Bertely, 2007) esos conceptos teóricos en sus prácticas y vivencias,
como educadores comunitarios, inspiradas en la pedagogía indígena. Por medio de este
proceso vivencial, inductivo y aplicado ―que forma parte de la MAI― re-significarlos y
ampliarlos para construir nuevas categorías teóricas interculturales arraigadas en sus
experiencias docentes. Vale la pena señalar que, para que este proceso fuera más
significativo, en la elaboración de esta síntesis, se usaron las mismas expresiones y códigos
en vivo que los colaboradores indígenas mencionaron durante los talleres. Al clasificar las
aportaciones de nuestros colaboradores indígenas, por un lado, estuvimos implícitamente
operando una distinción entre la dimensión del ser (valores) y del hacer (habilidades y
conocimientos) del docente que, como se muestra en este documento, resultarán claves para
el proceso de co-teorización. Por otro lado, también se mostró a los colaboradores
indígenas las características del perfil docente que se habían explicitado durante los talleres
previos, ofreciéndoles de esta forma un insumo para profundizar el análisis de sus prácticas
y vivencias como educadores comunitarios y una posibilidad de afinar el perfil entonces en
construcción.
Veamos cómo, durante uno de los últimos talleres de diseño curricular (Taller Agosto
2008), nuestros colaboradores indígenas recuperaron mi cuestionamiento sobre el término
‘maestro’ para ampliar las características asociadas al perfil docente, llegando de esa
manera a plantear la categoría arraigada intercultural de maestro-acompañante:
Pancho: ‘Maestro’ suena un poco más como alguien que sabe y sólo enseña…
El maestro es como un acompañante. Los maestros [oficiales] tienen esa
mentalidad que ellos son maestros y que enseñan mientras que nosotros nos
referimos a alguien que va acompañando en el proceso de aprendizaje,
únicamente debe de ayudar al niño porque éste de por sí aprende, que es libre
de aprender solito, pero en donde le hace falta algo el maestro le ayuda. Deja
que el niño sea autónomo en su aprendizaje y el maestro lo apoya en su
proceso, ayudando a mejorar. (p. 46)
259
Ser para hacer del maestro acompañante
del “maestro” inspirada en la pedagogía indígena y que estaba implícita en las aportaciones
de los demás educadores y que ya habían sido expresadas durante los anteriores talleres. De
esa manera, empieza a definir verbalmente la que será una de las características principales
del maestro-acompañante en el modelo curricular, a saber: estar consciente de la
importancia de no monopolizar el proceso de enseñanza, sino de compartirlo con niños,
padres de familia y habitantes de la comunidad.
Es importante señalar lo que esta aportación detonó en la sesión de diseño curricular. Como
si estas palabras no fueran únicamente suyas sino que reflejaran una concepción del
docente que nuestros colaboradores indígenas habían vivido y practicado en sus
experiencias como educadores comunitarios autónomos e independientes, el planteamiento
de Pancho encontró de inmediato eco entre sus compañeros. Sin cuestionar el término
‘acompañante’ (lo que de por sí es muy indicativo de su arraigo), varios de ellos empezaron
a complementar y precisar sus características y dimensiones:
260
Ser para hacer del maestro-acompañante
que empieza desde los conocimientos, habilidades y valores que adquieren en sus casas,
con el mismo acompañante y en el territorio socionatural de la comunidad. Los niños por lo
tanto son reconocidos como sujetos activos y autónomos en su proceso de aprendizaje, y el
papel del maestro, muy parecido al de un facilitador, radica en ponerles a disposición su
experiencia y ayudarles en el proceso de aprendizaje que, de alguna manera, no depende
únicamente del él, sino que es un proceso en el que los niños, tanto individual como
colectivamente, desempeñan un papel protagónico. Al respecto, recordemos lo que señala
Paoli (2003) cuando explica que, en la educación familiar y comunitaria tseltal el niño o la
niña: “actúa desde una autonomía desarrollada a partir de responsabilidad y su derecho; y
sus decisiones las debe de tomar por él mismo” (Paoli, 2003, p. 132).
De hecho, como anticipamos anteriormente, en lengua tseltal para decir ‘maestro’ se usa la
palabra noptewswanej que podemos traducir como acompañante o como: “aquel que
aproxima a otro. [...] El verbo noptesel es hacer que otro se aproxime, propiciar que tenga
una experiencia…” (Paoli, 2003, p. 114).
Así como en otras sociedades indígenas, entre los tseltales aprender es un asunto que tiene
que ver con un sujeto autónomo:
225
Como bien observó Bertely al referirse al arte de “coordinar obedeciendo”, ésto es lo que hemos aprendido
los asesores kaxlanes a lo largo del proceso de co-teorización intercultural que venimos desarrollando junto
con nuestros colaboradores indígenas a lo largo de los últimos 10 años.
261
Ser para hacer del maestro acompañante
conocimientos sino que es una tarea que tienen que compartir con los niños. (p.
17)
Observemos cómo esta postura contrasta con la expresada por Gasché durante el primer
taller de diseño curricular en la que destacaba:
Jesús: [...] también afuera del aula y del horario escolar, en la vida comunitaria,
en la calle, o en otro lugar. No sólo es acompañar al niño adentro de la escuela
en su aprendizaje sino que durante todo el tiempo. (p. 46-49)
226
Al respecto, en su tesis doctoral, Baronnet (2009) explica el modo en que la organización social de las
escuelas autónomas o alternativas en Chiapas resulta similar a los modelos educativos impulsados en otros
países de Centroamérica, como Guatemala o el Sur del Continente. Esto habla de influencias no consideradas
en los planteamientos transformadores en torno a la cultura escolar, sustentados en la lucha de los pueblos por
el ejercicio de sus derechos autonómicos y de autogobierno. Algo similar señala también Paz (2009) con
respecto a la experiencia Warisata y otras surgidas en las regiones guaraní y quechua donde la participación
de las familias y la comunidad resulta básica para la construcción de una educación bajo control comunitario.
262
Ser para hacer del maestro-acompañante
Al comparar estas aportaciones con las de Gasché que se mencionaron en la primera parte
de este documento, podemos observar un ejemplo de cómo operó el proceso de co-
teorización intercultural y, en particular, la forma como, en la MAI, la inter-comprensión y
el inter-aprendizaje entre colaboradores indígenas y kaxlanes contribuyeron a resolver el
conflicto intercultural latente entre las dos concepciones del ser docente en diálogo para
fusionarlas interculturalmente. De hecho, los planteamientos de los colaboradores indígenas
enriquecen de forma importante los señalamientos de Gasché que, como vimos, hacían
énfasis en la responsabilidad del maestro en la generación y ampliación de los
conocimientos escolares y en su papel clave en la adquisición de nuevas competencias por
parte de los niños. Recuperando los principios de la pedagogía indígena aprendidos en la
vida comunitaria, así como sus experiencias y prácticas como educadores en escuelas
comunitarias autónomas e independientes, nuestros colaboradores indígenas superaron esta
concepción y plantearon una interesante corresponsabilidad entre maestro, niños y padres
de familia en el proceso de enseñanza-aprendizaje, enfatizando:
La fusión intercultural entre estas dos formas, distintas pero complementarias, de concebir
el ser del docente, realizada por medio de la implementación de la MAI, es una muestra del
proceso de co-teorización intercultural entre colaboradores indígenas y kaxlanes que
caracterizó la creación de la categoría arraigada intercultural de maestro-acompañante.
Pancho: El maestro tiene que ser un ejemplo en el cuidado del territorio [...].
Que también trabaje la tierra, que muestre que tiene maíz, fríjol, que no es el
primero que está comprando, que no es el primero que está fumigando con
agroquímicos, que debe ser el ejemplo máximo de la vida comunitaria, para que
sus seguidores, o sea sus alumnos, lo imiten. El maestro tiene que dar el
ejemplo de que no usa los agroquímicos, de que tiene un huerto cerca de su
casa, de tener cultivada su tierra, de seguir sembrando los árboles. No queremos
que los maestros sigan siendo un ejemplo al revés, en contra de la vida y de la
cultura de las comunidades indígenas, porque muchos maestros son indígenas
263
Ser para hacer del maestro acompañante
que ya no trabajan la tierra sino que ganan un sueldo y por eso ya se sienten
exitosos, porque ya estudiaron, ya no son campesinos (p. 49).
Revisando el corpus documental del proceso de diseño curricular, encontramos que este
planteamiento había sido expresado también durante el primer taller de diseño curricular
cuando el mismo Pancho señaló que: “Los profesionistas indígenas ya no trabajan en el
campo sino pagan peones, ya no participan de la solidaridad ni de la reciprocidad. Ya solo
es una relación de dinero, el dinero cancela la deuda, ya no hay gusto por el trabajo
colectivo” (p. 12-13). Con estas palabras, destacaba la importancia de que, a diferencia de
los maestros oficiales, el acompañante no deje de ser también un campesino227, que no
pierda el vínculo con la Madre Tierra y con las actividades productivas y rituales que
constituyen la base para el desarrollo de las relaciones de solidaridad y reciprocidad entre
los habitantes de la comunidad y entre la comunidad y la naturaleza228. Además, la tierra y
el territorio socionatural comunitario son factores fundamentales para el mantenimiento
económico de los educadores comunitarios independientes y autónomos que, generalmente,
no suelen tener un sueldo fijo sino que tienen que mantenerse por medio del trabajo
agrícola. El maestro-acompañante no tiene que olvidarse de ser un habitante de la
comunidad que vive y trabaja de la tierra y en la tierra o, mejor dicho, que vive y trabaja en
profunda integración con la naturaleza. De esa manera se espera que el acompañante pueda
contribuir al logro de uno de los objetivos principales de la nueva educación:
Pancho: Se necesita formar a los niños para que no empiecen desde chiquitos a
pensar que al terminar sus estudios se vayan a la ciudad, alejándose de sus
pueblos y de sus tierras. Por medio de los huertos escolares, de las parcelas
cercanas a la escuela se necesita trabajar con ellos, valorar el trabajo de la tierra.
[...] Se tiene que crear esta idea en los niños, fomentar este aprecio a la
producción agrícola, con tal de que mostrarle que sí se puede trabajar la tierra
que ahí tenemos una riqueza, un recurso que nos da alimentación y también
algo de dinero aunque no mucho. Hay que revertir estas ideas despreciativas
que dicen los maestros de las escuelas oficiales, de que tienes que estudiar
porque de lo contrario te vas a quedar en el campo, estudia porque así ya no vas
a ser un campesino pobre, te vas a espinar, hay víboras, hay serpientes, vas a
estar ahí ocho horas bajo el sol. No hay que fomentar esta idea a esta edad a los
niños. El trabajo como campesino se desprecia. Hay que formarlos en el amor a
la tierra desde pequeños [...]. (p. 50)
227
En el caso boliviano, Paz (2009) señala que la categoría “maestro-campesino” forma parte del intento de
los quechuas por integrar la acción educativa a la restitución de la tierra y la reconfiguración territorial del
Estado.
228
En la versión final del Modelo curricular se especifica que: “El acompañante de la nueva educación respeta
a la Madre Tierra, valora la cultura campesina y práctica el trabajo agrícola, cultivando, con la ayuda y el
apoyo de los padres de familia, su tierra (o la que la comunidad le ponga a disposición…). [...] Tiene que
conocer el trabajo agrícola y las técnicas para mejorar la producción, fomentando la innovación productiva en
le respeto de la naturaleza [...]. Debe ser un ejemplo en el cuidado del territorio [...]. Debe participar
activamente y tomar responsabilidades en las ceremonias y en las ofrendas que la comunidad realiza a la
Madre Tierra y a los seres que la protegen y la cuidan [...]” (AAVV, 2009, p. 65).
264
Ser para hacer del maestro-acompañante
Remitiéndonos a las reflexiones que se presentaron en la parte dedicada al análisis del perfil
de egreso (capítulo 4 de esta tesis), observamos cómo las características asociadas al
maestro-acompañante son clave para comprender los propósitos principales de la propuesta
educativa en objeto. Lejos de fomentar en los niños valores que promuevan el desapego
cultural y propicien su futura migración hacia la ciudad ―fenómeno que de por sí ya está
presentándose de manera acelerada desde hace unos 10-15 años en las regiones de donde
son originarios nuestros colaborares indígenas― esta propuesta educativa pretende ponerle
freno por medio de la valoración de la vida comunitaria y, en particular, del trabajo de y en
la tierra.
Es así que, en cuanto “ejemplo máximo de la vida comunitaria” (p. 49), el maestro-
acompañante se vincula a la comunidad y apuntala con su trabajo los acuerdos generados
en la asamblea general y participa de las relaciones de solidaridad productiva, distributiva y
ritual, de la reciprocidad y de la integración entre sociedad y naturaleza que estructuran la
vida social en muchas comunidades indígenas de los Altos, Región Norte y Selva de
Chiapas. A pesar de dedicarse a la escuela comunitaria, el maestro-acompañante no deja de
ser un campesino que sigue respetando, cuidando y ofrendando a la Madre Tierra que lo
alimenta y que conoce, práctica y, desde la huerta escolar, promueve nuevas técnicas
agrícolas para mejorar la producción del campo. Comprometido ―humana y
políticamente― con el desarrollo y bienestar de los pueblos y de la niñez indígena, el
acompañante no se considera un maestro “sabelotodo” (p. 20), sino que se asume como
aprendiz y docente al mismo tiempo. Por lo tanto, no pretende monopolizar la enseñanza
escolar sino que la comparte con alumnos, padres de familia y con aquellos especialistas
comunitarios que contribuyen a la explicitación de los conocimientos y significados
indígena implícitos en las actividades sociales, productivas y ceremoniales que se practican
en la vida comunitaria. Reconociendo la relevancia de los conocimientos socioculturales y
naturales que los niños aprenden en la vida comunitaria, investiga los conocimientos de los
habitantes de la comunidad, invitándoles a compartirlos en una escuela que se abre a la
pedagogía indígena y que se vincula con la realidad comunitaria, promoviendo así una
265
Ser para hacer del maestro acompañante
Como hemos venido señalando en las páginas anteriores y como hemos explicado en el
capítulo dedicado al MII (capítulo 5), estos valores y actitudes son los que permiten al
maestro-acompañante su hacer como docente, son los que le permiten implementar el
Método Inductivo Intercultural creado por Gasché y sus colaboradores en la Amazonía
peruana y apropiado críticamente, re-significado y contextualizado a la realidad indígena
chiapaneca por parte de los educadores comunitarios indígenas de la UNEM/EI y asesores
kaxlanes que participamos en el proceso de diseño curricular y en los otros proyectos
mencionados en el capítulo 1.6.2.
Ser para hacer entonces. Ésta es la relación entre las dos dimensiones que caracterizan el
perfil del maestro-acompañante y que, como mostramos en este capítulo, surgieron
inductivamente de la colaboración, inter-aprendizaje y co-teorización intercultural que, por
medio de la MAI, desarrollamos los educadores comunitarios de la UNEM/EI y asesores
kaxlanes que diseñamos el Modelo curricular de educación intercultural bilingüe de la
UNEM (AAVV, 2009).
266
Capítulo 7.
Conflicto, colaboración y co-teorización intercultural
7.1. La co-teorización de un currículum socioculturalmente arraigado
Hemos llegado así a cerrar la reflexión que empezamos en las primeras páginas de esta
tesis, cuando nos propusimos analizar críticamente el proceso de co-teorización
intercultural del Modelo curricular de educación intercultural bilingüe UNEM (AAVV,
2009) y explicitar las relaciones intra e interculturales ―colaborativas pero, como es
natural en contextos interculturales marcados por relaciones asimétricas de dominación-
sumisión (Gasché 2008a, 2008b), también conflictivas― que se desarrollaron entre los
educadores comunitarios tseltales, tsotsiles y ch’oles de la UNEM/EI y sus asesores
kaxlanes. Aunque éste haya sido nuestro punto de partida, consideramos que en esta tesis
hemos logrado ir más allá de la explicitación de los conflictos intra e interculturales entre
ese grupo de colaboradores mayas y kaxlanes, proporcionando una importante aportación
metodológica que servirá para orientar futuros procesos colaborativos e interculturales de
diseño curricular y que podrá ser aplicada para mejorar la relevancia de las propuestas
educativas interculturales diseñadas en colaboración entre organizaciones indígenas y
asesores académicos kaxlanes.
A lo largo de los diferentes capítulos de la tesis, hemos demostrado cómo el currículum fue
construido por medio de una Metodología Arraigada Intercultural (MAI) que, como hemos
explicado en el tercer capítulo y como hemos demostrado a lo largo de los 3 capítulos de
análisis del corpus documental (cap. 4, 5 y 6), permite articular, a través de los códigos en
vivo (Charmaz, 2006), los principios de la pedagogía indígena implícitos en las actividades
sociales, productivas, rituales y recreativas229 que los pueblos mayas tseltales, tsotsiles y
ch’oles realizan en los territorios socionaturales comunitarios de los Altos, Selva y Región
Norte de Chiapas, con categorías teóricas derivadas de la concepción kaxlan de lo
educativo y de lo intercultural. Ha sido así que hemos logrado lo que, a partir de las
aportaciones de Rappaport (2007), nos hemos atrevido a llamar co-teorización intercultural
de un modelo educativo integral para escuelas primarias ubicadas en el medio indígena.
Para ello, empezamos nuestra reflexión recuperando los principios de la pedagogía indígena
(cap. 1) por medio de las interesantes aportaciones de autores como Modiano (1974),
Freedson y Pérez (1999), Pérez (2003), Paoli (2003), así como de las vivencias
comunitarias y experiencias pedagógicas de nuestros colaboradores tseltales, tsotsiles y
ch’oles de la UNEM/EI. Gracias a ello, comprendimos que la pedagogía indígena se
sustenta en el saber ser y en el saber hacer que los niños aprenden por medio de la
participación guiada (Rogoff, 1993) de los adultos, quienes los acompañan en la realización
de actividades sociales significativas por medio de las cuales aprenden a asumir
responsabilidades y a desarrollar su autonomía personal en el marco de una colectividad
humana profundamente integrada entre sí, con la naturaleza y con el territorio socionatural
comunitario (Gasché, 2008b). Los 3 relatos de vida en los territorios comunitarios que
229
Como hemos explicado en el capítulo quinto al hablar de la concepción sintáctica de la cultura que sustenta
teórica y metodológicamente el Método Inductivo Intercultural (Gasché 2008a, 2008b), estas actividades son
las fuentes de los conocimientos indígenas para la enseñanza escolar.
267
Conflicto, colaboración y co-teorización intercultural…
Fue así que, asumiendo una perspectiva crítica de la interculturalidad (Walsh, 2002; López,
2009), que parte del reconocimiento del conflicto intercultural que caracteriza las relaciones
de poder profundamente asimétricas y las relaciones de dominación-sumisión entre
sociedad y cultura nacional mestiza y sociedades y culturas indígenas (Gasché, 2008a,
2008b), los diferentes colaboradores indígenas y kaxlanes construimos, desde abajo y desde
adentro, ―o sea, asumiendo como núcleo generador los valores positivos de las culturas
maya tseltales, tsotsiles y ch’oles contemporáneas― una propuesta educativa intercultural
contra-hegemónica que pretende revertir las relaciones coloniales que han subordinado
históricamente los conocimientos y las prácticas socioculturales indígenas a los
occidentales, marcando una diferenciación entre saberes locales-folclóricos (no-
académicos) y la universalidad epistémica de la modernidad (Mignolo, 2005). Esta
perspectiva crítica de la interculturalidad se caracterizó por un uso político de la cultura
que, de manera consciente y estratégica, concebimos como un campo de batalla ideológico
y de lucha por el control de la producción del conocimiento y por la hegemonía cultural y
política (Walsh, 2002). Fue así que, sin renunciar a una concepción dinámica de la cultura
que considerara las transformaciones dinámicas de las sociedades indígenas, adoptamos un
esencialismo estratégico (Walsh, 2002; Bertely, 2007; López, 2009) sustentado en una
visión ideal típica centrada en los valores positivos, centrales y básicos (Kottak, 2003) que
caracterizan las sociedades tseltales, tsotsiles y ch’oles contemporáneas en las que viven
nuestros colaboradores indígenas de la UNEM/EI.
268
Conflicto, colaboración y co-teorización intercultural…
Como hemos explicado en el sexto capítulo de la tesis, a lo largo del proceso de co-
teorización intercultural del maestro-acompañante, la MAI fue lo que nos permitió
enfrentarnos de manera propositiva al conflicto intercultural entre las diferentes formas de
concebir el ser y el hacer del maestro por parte de los colaboradores indígenas y kaxlanes,
articulándolas y fusionándolas en un perfil docente co-teorizado interculturalmente y
sustentado en el ser y en el hacer de un maestro-acompañante-campesino profundamente
vinculado con su comunidad y arraigado en su cultura. Éste resultó ser un código en vivo
clave surgido de la pedagogía indígena y de la reflexión de nuestros colaboradores de
UNEM/EI sobre sus prácticas y vivencias en la educación comunitaria. Fue así que, por
medio de MAI y de la co-teorización intercultural del maestro-acompañante, pudimos
fusionar dos concepciones aparentemente contrastantes del ser y del hacer del maestro: una
más occidental, que Gasché señala cuando enfatiza la responsabilidad específica del
maestro en la ampliación de los conocimientos comunitarios y en la adquisición de nuevas
competencias por parte de los niños; otra, profundamente arraigada en la educación familiar
y en la pedagogía indígena de nuestros colaboradores de UNEM/EI, que plantea la
participación colectiva y la corresponsabilidad entre maestro, niños y habitantes de la
comunidad en el proceso de construcción del conocimiento. Es así como, lejos de mantener
la separación impuesta por la escuela oficial entre educación escolar, educación familiar-
comunitaria y pedagogía indígena, el maestro-acompañante de la nueva educación de
UNEM/EI colabora con la comunidad en el proceso de formación de los niños, trabajando
en estrecha relación con los padres de familia y contribuyendo, junto con ellos, a la
formación de los niños. De esa manera el acompañante da continuidad ―sociocultural,
lingüística, valoral― y, al mismo tiempo, complementa ―promoviendo el desarrollo de
nuevas habilidades, conocimientos y valores― el proceso formativo de los niños que
empieza en la familia, se desarrolla en el territorio socionatural comunitario y continúa en
una escuela integrada a la vida comunitaria y a la cultura propia. Fue así como, gracias al
análisis del proceso de co-teorización de la categoría arraigada intercultural de maestro-
acompañante, pudimos demostrar concretamente el modo en que la MAI nos permitió
resolver el conflicto intercultural latente entre las diferentes concepciones del ser y del
hacer docente de los colaboradores indígenas y kaxlanes para fusionarlas
interculturalmente.
Como venimos argumentando, lo anterior fue posible gracias a una disposición ontológica
que se tradujo en un paradigma epistemológico colaborativo e intercultural y en una
Metodología Arraigada Intercultural (MAI) que, sin duda alguna, representa nuestra
aportación principal. En este sentido, a lo largo de la tesis hemos mostrado cómo, a partir
269
Conflicto, colaboración y co-teorización intercultural…
De esa manera logramos superar las preocupaciones por los aspectos lingüísticos y
culturales del plan de estudios, concentrándonos en cuestiones tanto epistemológicas como
políticas que nos llevaron a un replanteamiento de la ontología del conocimiento escolar.
Fue así como comprendimos que los valores positivos que norman la vida comunitaria y
orientan el comportamiento de los seres humanos en los pueblos y sociedades tseltales,
tsotsiles y ch’oles representaban el filtro para realizar el proceso de articulación y
contrastación intercultural entre conocimientos indígenas y conocimientos escolares
convencionales que hemos descrito en el capítulo 5.5. Estos valores positivos constituyen
los criterios que permiten filtrar los conocimientos escolares convencionales y articularlos
y/o contrastarlos con los conocimientos escolares indígenas que están implícitos en las
actividades sociales, productivas, rituales y recreativas que se realizan en sus comunidades
y que, en colaboración con los padres de familia, el maestro-acompañante y los niños y
niñas de las escuelas de la nueva educación investigan, amplían y explicitan por medio del
Método Inductivo Intercultural (MII), cuyo proceso de co-teorización hemos analizado en
el quinto capitulo.
270
Conflicto, colaboración y co-teorización intercultural…
conflictivas y asimétricas con la sociedad nacional mestiza. En este sentido, educar para el
arraigo implica, en primer lugar, explicitar y ampliar los conocimientos propios que se
desarrollan en las actividades sociales, productivas, rituales y recreativas que se realizan en
el territorio socionatural de la comunidad. A partir de esta base material, que es la que
caracteriza la perspectiva pragmática y sintáctica del Método Inductivo Intercultural (MII),
educar para el arraigo significa entonces fomentar una formación ética que fortalezca los
valores positivos, básicos y centrales (Kottak, 2003) que rigen las sociedades tseltales,
tsotsiles y ch’oles en las que viven nuestros colaboradores indígenas y que se sustentan en
la integración entre sociedad y naturaleza. Educar para el arraigo implica entonces
fortalecer la cultura autónoma (Bonfil, 1983), o sea, aquellos recursos culturales propios
que un grupo social puede producir y reproducir autónomamente y, sobre todo, sobre los
cuales tiene el poder de decidir cómo utilizarlos y para qué fines. Fortalecer la cultura
autónoma resulta entonces una estrategia para impulsar la “continuidad histórica de una
cultura diferente, en torno a la cual se organiza un proyecto civilizatorio alternativo [...],
proyecto de resistencia que se transformará en proyecto de liberación” (Bonfil, 1983, p.
299). Fue en este sentido que nuestros colaboradores indígenas insistieron en formar a
niños y jóvenes que tomen conscientemente la decisión de no migrar y quedarse en su
comunidad, como de hecho hicieron casi todos los educadores comunitarios de la
UNEM/EI. Desde esta perspectiva, al educar para el arraigo, al “revalorar y fortalecer los
elementos vitales de la cultura y heredarle a la futura generación una conciencia de lucha y
de ser ciudadanos indígenas”231, nuestros colaboradores apostaron por la formación de los
que, como ellos ahora, serán los futuros ciudadanos tseltales, tsotsiles y ch’oles que tendrán
la responsabilidad de garantizar la continuidad sus culturas frente a los embates de una
globalización neoliberal y de una occidentalización de la cultura cada día más agresiva y
acelerada.
Para ello, como señalamos más arriba, resulta fundamental comprender el papel del
maestro-acompañante que, como resultado de la aplicación de la MAI al análisis del corpus
documental del proceso de diseño del perfil del docente, surgió como categoría arraigada
intercultural sustentada en las dimensiones del ser y del hacer de un maestro que no deja de
ser campesino y que, más bien, encuentra en ello importantes recursos para la enseñanza.
Recuperando los estilos de enseñanza y aprendizaje que se practican en la pedagogía
indígena, y trabajando de la mano de las familias y comuneros, el maestro-acompañante
amplía los conocimientos de los niños, pero no dirige ni conduce el proceso de enseñanza-
aprendizaje, sino que, como un noptewswanej, los acompaña en su proceso formativo,
fomentando su autonomía y promoviendo su responsabilidad individual y colectiva en la
construcción del conocimiento. Son justamente estos valores y actitudes los que permiten al
maestro-acompañante su hacer como docente e implementar el Método Inductivo
Intercultural (MII) para construir, junto con los niños, y gracias a la participación de los
padres de familia y demás comuneros, conocimientos escolares indígenas y escolares
convencionales a partir de las actividades sociales, productivas, rituales y recreativas que,
de acuerdo al calendario socionatural de la comunidad, se realizan en su territorio. De esa
manera, el maestro-acompañante recupera los conocimientos indígenas previos madurados
por los niños en la vida familiar y comunitaria, los amplía y, finalmente, por medio de los
procesos de explicitación y de articulación-contrastación intercultural, los pone a dialogar
231
Jorge, en Memoria del Taller Septiembre 2007, p. 1.
271
Conflicto, colaboración y co-teorización intercultural…
En efecto, como destacamos desde el primer capítulo de la tesis y como hemos mostrado al
analizar las diferentes dimensiones del currículum en los capítulos cuarto, quinto y sexto, es
importante precisar que, a pesar de su carácter colaborativo y horizontal, este proceso de
co-teorización intercultural también se caracterizó por importantes tensiones y conflictos
intra e interculturales, ―unos de naturaleza más pedagógica, otros de carácter
eminentemente político232―, al interior del equipo que colaboró en su diseño. De hecho, las
últimas sesiones del proceso de diseño curricular y, en particular, el Taller Agosto 2008, se
dedicaron no solo a afinar detalles pedagógicos de la propuesta curricular, sino a debatir
acerca de la dimensión política de la misma y, en particular, acerca de lo que íbamos a
hacer para validar “nuestro”233 modelo educativo.
Al inicio, el debate fue de naturaleza más pedagógica y giró alrededor de las dificultades
relacionadas con el proceso de validación del modelo curricular; sin embargo, reflejando
los conflictos intra e interculturales que habían caracterizado de forma más o menos
explícita todo el proceso, muy pronto la discusión se tornó política, versando sobre la
oportunidad de aprovechar la propuesta curricular para seguir buscando una negociación
con las instancias educativas oficiales que propiciara el reconocimiento oficial del modelo
educativo, o bien, modificar la estrategia seguida por parte de la UNEM y sus asesores
kaxlanes a lo largo de los últimos 10 años tratando de acercarnos a la educación autónoma
zapatista.
232
Como hemos señalado en el planteamiento del problema de estudio, estas dos dimensiones (la política y la
pedagógica), que se separan únicamente por fines heurísticos y explicativos, están estrechamente relacionadas
entre sí.
233
Veremos a continuación lo que el presidente de la UNEM tuvo a bien precisar al respecto de quienes eran
los “dueños” del plan de estudios y hasta qué punto los kaxlanes podíamos considerarlo “nuestro”.
272
Conflicto, colaboración y co-teorización intercultural…
Este parcial alejamiento de la labor docente con niños de escuelas primarias de una parte
significativa de nuestros colaboradores indígenas no implicó grandes problemas durante el
proceso de diseño curricular. Por un lado, los 5 educadores de la escuela de La Pimienta
tenían la oportunidad de poner en práctica y experimentar con sus estudiantes las ideas y
estrategias pedagógicas que estábamos desarrollando. Por otro lado, a pesar de no estar
constantemente frente a grupo, también los demás colaboradores indígenas lograron
avanzar con las tareas de investigación relacionadas con las diferentes dimensiones de la
propuesta curricular que se estaba desarrollando. En el caso de 2 de los 3 colaboradores
ch’oles, este trabajo se realizó en las escuelitas autónomas en las que colaboraban; por otro
lado, 3 de los 4 compañeros tseltales237 “prestaban grupo” en las escuelas oficiales de sus
comunidades durante los días viernes, cuando los maestros oficiales salían para regresar a
sus casas o para ir a cobrar su quincena. Los niños quedaban en manos de nuestros
colaboradores que, además, habían sido por varios años educadores comunitarios adscritos
al PECI gozando, por tal razón, del apoyo y respaldo de los padres de familia de las
comunidades.
234
No es de menor relevancia destacar que, hacia finales del proceso de diseño curricular, Juan tomó la
decisión de ingresar a la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) para estudiar la carrera de pedagogía
que actualmente está a punto de terminar. Asimismo, hace poco más de un año, Huacho decidió irse a
Michoacán para estudiar la carrera de agronomía, mientras que Chucho pensó recientemente en ir a
Villahermosa (Tabasco) para terminar el último año de la escuela preparatoria.
235
Que, a partir del año de 2009, empezaron a ser financiados por la DGEI-SEP.
236
Ver capítulo 1.5.2.
237
Juan, Mankut y Huacho.
273
Conflicto, colaboración y co-teorización intercultural…
Sin embargo, conforme se acercaba el fin del proceso de diseño curricular y el comienzo
del proceso de validación238, los dos asesores kaxlanes que facilitábamos los talleres
presenciales de diseño curricular y, en particular, quien escribe el presente, empezamos a
plantear a nuestros colaboradores indígenas que estas estrategias no podían funcionar para
el proceso de validación en Chiapas, ya que para ello era necesario contar con escuelas
controladas por los educadores de la UNEM/EI, como la de La Pimienta, en las que aplicar
y desarrollar de manera integral la propuesta curricular. Es interesante observar que, desde
mi perspectiva, la validación tenía que ser un proceso a desarrollarse en la escuela, idea
que, como me di cuenta después, reproducía aquella visión colonial de lo educativo que me
ufanaba de haber superado por medio de la MAI. Aunque puede ser políticamente
incorrecto admitirlo, ésta fue la postura con la que me aproximé al debate sobre el proceso
de validación del modelo curricular que analizaremos a continuación.
Ahora bien, fue a partir de estos supuestos que empezamos a reflexionar acerca de la
organización del proceso de validación del plan de estudios en las regiones de Chiapas
donde laboraban nuestros colaboradores de la UNEM/EI. En La Pimienta, la escuela
pionera de la UNEM/EI y la única que había permanecido cercana a la organización a lo
largo de los años, el único obstáculo era llegar a un acuerdo con la supervisión del PECI en
Simojovel. Lo anterior no representaba tanto problema debido a las buenas relaciones que
nuestros colaboradores tsotsiles habían construido con la supervisora a lo largo de los años;
además, ella no parecía estar interesada en abrir un conflicto con los educadores de la que
había sido la primera escuela autónoma de Chiapas y que, a lo largo de la última década, se
había distinguido por participar en proyectos educativos y de formación docente amparados
por una institución académica de renombre como es el CIESAS.
Muy distinta era la situación de los compañeros tseltales que prestaban grupo los días
viernes en las escuelas primarias de sus comunidades, ya que, desde nuestra perspectiva, ni
los maestros oficiales, ni mucho menos sus supervisores, aceptarían fácilmente participar
en el proceso de validación de una propuesta educativa radicalmente diferente a la oficial
que, entre otras cosas, no respetaba el calendario escolar oficial sino que pretendía
organizarse a partir del calendario socionatural de la comunidad. Es así que, en el caso de
nuestros colaboradores tseltales, considerábamos que el proceso de validación iba a ser
muy complicado de realizar en la práctica, a menos de que se encontrara la forma de que la
misma Secretaría de Educación de Chiapas les ofreciera la oportunidad de trabajar en una
escuela oficial, lo que, sin una buena y larga negociación, era muy difícil que sucediera.
238
Lo que, como ya destaqué en el planteamiento del problema de investigación, no se pretende abordar en
esta tesis, en la que solamente se pretende comenzar a plantear algunos de los ejes que organizarán esta
reflexión que, probablemente, realizaremos como parte de una futura investigación pos-doctoral.
274
Conflicto, colaboración y co-teorización intercultural…
Algunos de nuestros colaboradores ―sobre todo aquellos que estaban participando como
facilitadores de los módulos presenciales de los diplomados― propusieron validar el plan
de estudios en las escuelas donde laboraban los maestros de la LEPEPMI de UPN que
estaban participando en los diplomados en Chiapas, Puebla, Michoacán, Oaxaca y Yucatán.
Sin embargo, si bien esta posibilidad resultaba atractiva porque permitía contar con más
escuelas y muchos niños, fue inicialmente descartada porque, como señalé arriba, los
asesores kaxlanes y, en particular quien escribe, nos habíamos aferrado a la idea de que
fueran los mismos educadores que la diseñaron quienes se encargaran de validar la
propuesta educativa y, además que lo hicieran en escuela por ellos mismos “controladas”.
Fue así que, en un primer momento, y como demostración del peso que nuestro poder
formal desempeñaba en el proceso, se tomó la decisión de no involucrar directamente a los
maestros de la UPN en el proceso de validación, sino de limitarse a experimentar ciertas
dimensiones del plan de estudios con aquellos que habían demostrado más interés y
afinidad con la propuesta educativa.
Fue en esta coyuntura cuando, entre los colaboradores que seguíamos participando en las
últimas fases del proceso de diseño, entre los que faltaba el presidente de la UNEM, quien
había dejado de asistir de manera continua a las últimas reuniones y llegaba de manera
intermitente a los talleres, empezó a debatirse la posibilidad de presentar la propuesta
curricular ante las instituciones educativas oficiales con el fin de obtener su reconocimiento
y contar con el apoyo oficial para su validación o, más bien, intentar acercarse a la
educación autónoma zapatista para darles a conocer el plan de estudios y explorar la
posibilidad de que fuese validado en escuelas autónomas.
239
No obstante, Barronet (2009) señala que, la propuesta educativa de la UNEM/EI ha tenido influencia en
algunas escuelas zapatistas de la región norte de Chiapas.
275
Conflicto, colaboración y co-teorización intercultural…
que la coyuntura política que se vivía en Chiapas no era la más adecuada para entablar una
negociación con el Gobierno del Estado y menos para intentar acercarnos a las autoridades
educativas estatales, quienes habían manifestando de forma no tan velada su oposición
hacia propuestas educativas interculturales que la misma CGEIB-SEP había generado (por
ejemplo la de los bachillerato interculturales) y que, según nuestras consideraciones, no
recibirían con interés los planteamientos político-pedagógicos plasmados en el Modelo
curricular de educación intercultural bilingüe de la UNEM (AAVV, 2009). No cabe duda
de que, otra vez como demostración de nuestro poder formal, este posicionamiento como
asesores kaxlanes pesó en el debate y, probablemente, contribuyó a radicalizar las posturas
de aquellos colaboradores indígenas que, como Pancho, Edmundo y Jesús, ―aun
participando en los diplomados de formación de docentes indígenas oficiales financiados
por la Dirección de Educación Indígena (DGEI) de la SEP―, manifestaron su oposición a
seguir la vía del diálogo con las instancias educativas oficiales en el caso del modelo
curricular.
Asimismo, a pesar de haberlo discutido en más de una ocasión entre los colaboradores que
asistíamos de manera continua a las sesiones de diseño curricular, todos estábamos
conscientes de que la momentánea ausencia del presidente de la UNEM representaba un
obstáculo para la toma de una decisión de este tamaño y que tendríamos que esperar a su
regreso para ello. Las siguientes palabras de Gustavo y Francisco sintetizan bastante bien el
clima que se vivía en ese entonces al interior del grupo con respecto del proceso de
validación:
240
En Asesor2 (compilador), “Reflexión política sobre el currículo”, (2 p.).
276
Conflicto, colaboración y co-teorización intercultural…
En primer lugar, resulta interesante observar cómo Gustavo y Francisco, dos de los más
experimentados educadores de la UNEM/EI, manifestaron desde un inicio las dificultades
implícitas en un proceso de validación curricular endógeno, o sea realizado únicamente en
escuelas de la UNEM/EI, cuestión no todos los asesores kaxlanes (y mucho menos quien
escribe), habíamos analizado con suficiente profundidad. En primer lugar, ambos señalaron
los requerimientos formativos y pedagógicos y destacaron la apremiante necesidad de
formarse y, en particular, de dominar aquellos conocimientos escolares convencionales que
les permitirían realizar un proceso de articulación y contrastación intercultural con los
conocimientos indígenas en los que son expertos. Gustavo y Francisco sabían muy bien, ya
que lo habían vivido en sus experiencias como educadores comunitarios con el MII, que
necesitaban prepararse más y aprender a manejar mejor los conocimientos escolares
convencionales para realizar el proceso de articulación y contrastación intercultural con los
conocimientos escolares indígenas que se desarrollan en las actividades sociales,
productivas, rituales y recreativas que se realizan en el territorio socionatural de la
comunidad.
En segundo lugar, Francisco introdujo otra dimensión relacionada con la nueva etapa de
vida en la que se encontraba y, en particular, con su ser padre y con la necesidad de pensar
en cómo mantener a su familia. Al respecto es importante recordar que, así como la
mayoría de los educadores comunitarios de la UNEM/EI, Pancho es un campesino que, a
raíz de la decisión de su comunidad de expulsar a los maestros oficiales, en su momento
asumió la tarea de trabajar como educador comunitario en las escuelitas autónomas de la
región ch’ol, pero que, 15 años después, tiene que lidiar con la necesidad de mantener a su
familia, cosa que no podría hacer si dejara la comunidad, el trabajo agrícola y las tierras en
las que produce los alimentos, ya que son las que le permiten sobrevivir en la actualidad, y
las que representan el patrimonio futuro de sus hijos. Probablemente sea en este sentido
como se tienen que interpretar las palabras (“para qué queremos un machete si nosotros no
vamos a la milpa”) con las que se cierra la cita arriba reportada. Más que interpretarse
desde una visión colonizadora en la que la escuela sigue imponiéndose a la vida campesina
(donde de hecho nace y se valida el MII a partir de las actividades y de la pedagogía
indígena), éstas deberían comprenderse a partir de las oportunidades pedagógicas que la
milpa y la vida campesina ofrecen para desarrollar aquellos conocimientos y valores
indígenas que, como hemos visto en el sexto capítulo de la tesis, definen el perfil de egreso
socioculturalmente arraigado de los niños de la nueva educación de la UNEM/EI. Es así
que, contrariamente a lo que en su momento interpreté como la voluntad de Pancho de
lanzarse a validar el currículum a toda costa, las palabras de mi hermano ch’ol celaban la
sabiduría de quien ha comprendido la importancia de descentrar el lugar asignado a las
aulas y a las escuelas como lugares privilegiados donde validar el modelo curricular y
asumir sin miedo que ese currículum se centra en la vida campesina y comunitaria y, por lo
tanto, su validación es un proceso más social que escolar.
Regresemos ahora a la última fase del proceso de diseño curricular y veamos lo que sucedió
en la reunión que se llevó a cabo la tarde del jueves 7 de agosto del 2008 en la sala del
277
Conflicto, colaboración y co-teorización intercultural…
Es jueves por la tarde y, como acordado, nos reunimos para planear el trabajo
que viene [la validación] y platicar de los nuevos proyectos. Está con nosotros
Jorge, el presidente de la UNEM, quien no ha estado durante toda la semana y
apenas ha llegado para esta reunión. Luego de presentar el proyecto editorial
Arte y Conocimiento Indígena Maya242 quedo en espera de las reacciones de los
compañeros presentes. Como era previsible, vista la presencia de Jorge, nadie
habla hasta que él hable primero, lo que por supuesto no tarda en hacer.
Con la voz que usa para hablar públicamente en calidad de presidente de la
UNEM, Jorge dice que: “La educación intercultural solo se logrará con una
revolución y no con un proyecto [...] no se puede hacer con la difusión”. Luego
continúa: “Ni con Sylvia ni con Patricia, cuando ellas estuvieron a la cabeza, no
se pudo lograr nada. Nos confundimos, no logramos hablar con el Estado [...]
Tenemos que regresar a trabajar con el pueblo, con las organizaciones, no con
el Gobierno, sino con la gente y poco a poco desarrollar la nueva educación ahí
[...] Volver a trabajar con la comunidad, con las escuelas. [...] Hay que
pensar otro camino, porque la vía legal, pacífica, amistosa, no ha funcionado”.
La UNEM tiene que “regresar a la comunidad para trabajar con ellos, dar a
conocer el trabajo que hemos realizado y trabajar con ellos”.
Raúl le comenta que de ésto es de lo que hemos venido platicando a lo largo de
este y del anterior taller, que muchos estamos convencidos de que “el camino es
desde abajo”. De hecho hemos pensado, sigue Raúl, en conseguir un apoyo para
que el currículo que hemos construido se pueda poner en práctica en las tres
regiones, en las escuelas.
Mankut interviene diciendo que él piensa que es muy importante “aplicar el
currículo, ponerlo en práctica” y, desde ahí, desde la escuela, “organizar a la
gente”. Destaca que el trabajo no se puede hacer solamente “en la asamblea,
sino desde la escuela”.
Jorge retoma la palabra y dice que “hay que jugar la vía política, porque las
comunidades ya están llenas de escuelas, hay que trabajar sobre las demandas
sociales de las comunidades”.
Tomo la palabra y comento que Jorge tenía mucha razón al decir que hay que
regresar a trabajar con las comunidades. Mi idea es que se tiene que trabajar a
diferentes niveles y que nosotros podemos trabajar la parte educativa en las
escuelas porque no confiamos en el trabajo político con el Gobierno.
Raúl apoya mi idea, dice que está de acuerdo, que él quiere seguir trabajando
desde lo educativo y, sobre todo, “poner en práctica nuestra propuesta
curricular”.
Empecemos a analizar esta primera parte del debate colegiado donde emergen elementos
fundamentales para comprender las tensiones y los conflictos intra e interculturales que
241
El texto que se presenta a continuación lo escribí el día después de la citada reunión, recuperando los
apuntes y los códigos en vivo que había anotado en mi libreta en el curso de la misma.
242
Bertely y Guarneros (coords.) (2010).
278
Conflicto, colaboración y co-teorización intercultural…
estuvieron atravesando todo el proceso de diseño curricular. En primer lugar, Jorge plantea
la necesidad de volver a la comunidad, al trabajo político, social y educativo desarrollado
desde abajo y desde adentro de las comunidades. Es aquí donde se insertan los dos asesores
kaxlanes y uno de los colaboradores tseltales empezando a marcar una diferencia respecto a
lo planteado por el presidente de la UNEM, misma que refleja la postura que, según los dos
asesores kaxlanes, se había estado construyendo y consensando en el grupo de
colaboradores durante los talleres en los que Jorge no había estado presente. Es así que,
mientras que este último no hizo una referencia directa y explícita a la escuela sino a las
comunidades y a sus demandas sociales, las tres intervenciones de Raúl, Mankut y de quien
escribe el presente identificaron la escuela como escenario principal desde donde actuar,
mostrando, de esa manera, una visión reduccionista que pretendía limitar la integralidad de
una propuesta educativa que, a lo largo de más de 15 años, nunca fue pensada desde la
escuela ni en la escuela, sino siempre en y desde la comunidad. Aunque me haya costado
comprenderlo y más admitirlo, he aquí una clara muestra de la falta de visión que ha
caracterizado mi participación en la etapa final proceso. Mi insistencia en validar el
currículum en la escuela ha sido el símbolo más evidente de esta incomprensión que, de no
ser por las atentas lecturas de mis asesores en los borradores de esta tesis, hubiera corrido el
riesgo de reflejar también en estas conclusiones, limitando a lo escolar una reflexión y un
análisis que tiene que partir y centrarse en lo social y en lo comunitario, como el propio
currículum planteó desde el comienzo. Regresemos al debate:
279
Conflicto, colaboración y co-teorización intercultural…
Jorge vuelve a hablar, dice que tenemos que ir adelante, mostrar el trabajo que
tiene que hacer el maestro, poner el ejemplo. [...]
Juan toma la palabra y pregunta: “¿Dónde validar el currículo? ¿Con los
maestros del diplomado?”.
Tomo la palabra argumentando que, como ya dijimos, “el currículo se tiene que
validar por los propios educadores de la UNEM que lo diseñaron”, no con los
maestros que participaron en el diplomado.
He aquí una muestra contundente del conflicto intercultural entre los educadores
comunitarios indígenas y el asesor kaxlan que, olvidándose de su perspectiva epistémica y
haciendo a un lado la decisión metodológica de callarse y seguir escuchando, interviene en
un debate en el que no estaba invitado a participar. De hecho, en la cita reportada, vemos
que Jorge refrenda los planteamientos de su hermano y enfatiza que el maestro-
acompañante, en cuanto máximo ejemplo de la vida comunitaria, en lugar de centrarse
únicamente en su labor escolar, tiene que seguir trabajando la tierra, desarrollando
proyectos productivos que le permitan mantenerse como maestro-campesino y seguir
alimentando la nueva educación a partir de la integridad entre sociedad y naturaleza. Este
diálogo entre dos hermanos pertenecientes a diferentes generaciones que, solo ahora me
doy cuenta, estaban refrendando los pasos a seguir en el proceso de construcción de la
nueva educación, fue interrumpido por mis palabras. Mientras que, al preguntar a su
hermano sobre quiénes deberían participar en proceso de validación curricular, Juan lo
estaba poniendo al tanto de las reflexiones y propuestas que se habían desarrollado en su
ausencia con el fin de escuchar cuál era su consejo como hermano mayor y líder histórico
de la organización, mi intervención argumentando que este tema ya se había discutido y se
había tomado la decisión de no involucrar a los maestros que participan en los diplomados
en la validación del plan de estudios sólo mostró mi insistencia en polarizar un debate que
para mis colaboradores era mucho más abierto hacia diferentes soluciones. Pero, sobre
todo, mi intento de posicionarme como un actor relevante al interior del debate sobre la
parte política de la propuesta educativa había rebasado los límites de mi poder formal como
asesor kaxlan, por lo que fui silenciado por parte del presidente de la UNEM quien afirmó
de forma contundente que “este currículum no es de Stefano ni del CIESAS, sino de las
comunidades”. De esa manera, Jorge refrendó su poder sustantivo y el control indígena
sobre el proceso político y, apoyado por el silencio condescendiente de los demás
colaboradores de UNEM/EI, siguió planteando los pasos a seguir para el proceso de
validación, dejando en claro que no me aceptaba como interlocutor en la definición de la
estrategia política que sería definida desde lo indígena y en la que los asesores kaxlanes,
como siempre me recuerda María Bertely, únicamente participamos con nuestro poder
formal, lo que nos permite “coordinar obedeciendo” y a sabiendas de la persistencia de
estas tensiones y conflictos entre lo indígena y lo kaxlan. Volvamos nuevamente al debate:
280
Conflicto, colaboración y co-teorización intercultural…
Raúl comenta que el trabajo se puede difundir con los maestros que participaron
en el diplomado de la UPN, con los de CONAFE con quienes se realizaron
talleres sobre el uso de las Tarjetas, con los compas de la región ch’ol [...].
281
Conflicto, colaboración y co-teorización intercultural…
educativas oficiales, tanto a nivel federal (en el caso de la CGEIB antes y de la DGEI
después), como a nivel estatal (recordemos al respecto la participación del Gobernador y
del Secretario de Educación del Estado de Chiapas en la presentación de las Tarjetas de
Autoaprendizaje) para lograr el reconocimiento de su propuesta educativa. Esta postura no
ha sido del todo compartida por Francisco y los otros educadores independientes que, como
Miguel, Chucho y Edmundo, se identifican más con la ideología zapatista y que, en
diferentes momentos de sus vidas, han estado participando en proyectos educativos
autónomos en sus regiones de origen. Lo anterior, sin embargo, no ha implicado que estos
educadores independientes renunciaran a participar en los proyectos de elaboración de
materiales educativos como las Tarjetas de Autoaprendizaje (Bertely coord., 2004), el
Cuadernillo “Los hombres y las mujeres de maíz” (Bertely, 2007) o en el mismo proceso de
diseño curricular (AAVV, 2009), o que se rehusaran a facilitar los diplomados de
formación de maestros oficiales que laboran en el medio indígena que se han estado
realizando a lo largo de los últimos años. Es interesante observar que, a pesar de compartir
los ideales zapatistas y de participar en proyectos educativos autónomos, estos educadores
independientes no han renunciado al vínculo con la UNEM y sus asesores kaxlanes ya que,
gracias a él, han encontrado un importante espacio para seguir formándose y, sobre todo,
para construir una propuesta educativa intercultural vinculada a los principios de la
pedagogía indígena y a las formas de producir el conocimiento en las sociedades mayas.
Como hemos señalado en el capítulo 5.2, para ellos, así como para todos los integrantes de
la UNEM, el encuentro con Gasché y con el Método Inductivo Intercultural (MII) y los
sucesivos proyectos desarrollados con el CIESAS bajo la “coordinación obediente” de
María Bertely, han representado una gran oportunidad de desarrollar y fortalecer el
compromiso educativo que habían asumido con sus comunidades cuando aceptaron el
cargo de educadores comunitarios. Asimismo, no cabe duda de que los diferentes
materiales educativos elaborados como parte de la UNEM y los diplomados que han estado
facilitando, les han abierto importantes oportunidades de incidir desde abajo en la
definición de las políticas educativas interculturales a nivel oficial, haciendo escuchar su
voz y perspectiva político-pedagógica ante las instituciones educativas y los maestros
oficiales. Ahora bien, a pesar de ello, en esta ocasión Pancho prefirió no callar y manifestó
abiertamente no estar de acuerdo con la estrategia de Jorge de acercarse nuevamente a las
instancias educativas oficiales, dando implícitamente a entender que él hubiera preferido
acercarse a las Juntas de Buen Gobierno zapatistas para hacerles una presentación de la
propuesta educativa. No obstante, al mismo tiempo en que manifestaba su desacuerdo con
la vía de la negociación con el sistema educativo oficial, Pancho reconoció la autoridad
moral del presidente de la UNEM y coincidió en la necesidad, que de hecho Jorge había
planteado primero, de volver a la comunidad para reconstruir aquella base social que se
había estado debilitando a lo largo de los últimos años. Finalmente Pancho señaló que:
Podemos incorporar algunos de los maestros del diplomado de UPN para que
sigan con el proyecto. Sin embargo, como dice Stefano, los que hicimos el
currículum tenemos que ponerlo en práctica con nuestra propia gente, tenemos
que darle vida a las palabras del currículum [...].
282
Conflicto, colaboración y co-teorización intercultural…
Aun es temprano para comprender hasta qué punto la escisión simbólica de los Educadores
Independientes de los demás integrantes de la Unión de Maestros de la Nueva Educación
para México (UNEM) marcará una nueva etapa en la trayectoria educativa de esta
organización, sus educadores y los asesores kaxlanes que hemos estado colaborando con
ellos a lo largo de los últimos 10 años. Sin embargo, al formalizar la existencia de dos
grupos al interior de este colectivo intercultural, esta escisión pone sobre la mesa y, por lo
tanto, nos obliga a todos, presidente de UNEM incluido, a considerar para la futura toma de
decisiones las tensiones políticas existentes entre los dos grupos: el de los educadores y
asesores más propensos a seguir la línea originaria de la UNEM y continuar por la vía de la
negociación y el diálogo con las instancias educativas oficiales y el de los que, a pesar de
sentirnos políticamente más cercanos a los planteamientos zapatistas, hemos aprendido a
aceptar estas otras formas de lucha a pesar de considerar la opción autonómica como una
estrategia políticamente relevante. En mi opinión creo útil compartir uno de los grandes
aprendizajes que me llevo de este proceso y que, en mi consideración, resultará importante
para todos los que participamos en este movimiento político-pedagógico. Lo que he
comprendido es que:
283
Conflicto, colaboración y co-teorización intercultural…
243
Mismas que están por publicarse (finales del 2012) como parte de los resultados del proyecto CIESAS-
Fordecyt “Laboratorio Lengua y Cultura Víctor Franco Pellotier”, coordinado por María Bertely.
284
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285
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175-182).
304
Anexo I.
Los documentos que se mencionan a continuación han sido generados y recopilados por los
diferentes colaboradores que participamos en el proceso de diseño curricular a lo largo de
once talleres - cada uno con duración aproximada de cinco días (40 horas) - durante
aproximadamente dos años de trabajo (Noviembre 2006-Octubre 2008).
Con excepción del primer taller que se realizó en las instalaciones de una escuela primaria
en la ciudad de Ocosingo (Chiapas), todas las demás sesiones de trabajo se desarrollaron en
las instalaciones del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología
Social (CIESAS), de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
Las memorias que se mencionan en el siguiente listado son documentos extensos en los
que, durante la realización de cada taller, se trató de recuperar lo que se estaba trabajando,
con el fin de contar con un acervo que guardara los avances logrados en cada taller y que
permitiera que todos los colaboradores pudiéramos volver a analizar los aspectos trabajados
y realizar tareas de investigación (de campo o documental) para complementar partes
faltantes, así como poner en práctica y validar ciertas propuestas educativas en
construcción. Al final de cada taller, a cada colaborador del proceso de diseño curricular se
le entregó una copia de la memoria y de los principales documentos elaborados.
Aunque las memorias fueron recopiladas principalmente por el Asesor2 y por el Asesor3
(por eso se citan como compilaciones), se pueden considerar como documentos co-
autorados ya que, generalmente, el documento con la memoria se redactaba al mismo
tiempo en que se proyectaba en una pantalla por medio de un cañón para que todos los
colaboradores pudieran hacer comentarios, señalar aspectos que querían añadir al texto,
realizar correcciones, enfatizar en algunas partes o aspectos específicos. Asimismo, cada
memoria incluye varios documentos escritos por parte de los diferentes colaboradores para
abordar aspectos específicos del currículum, relatar prácticas desarrolladas para validar
propuestas educativas y/o reportar investigaciones sobre temas específicos (por ejemplo: las
etapas de desarrollo cultural de los niños, las matemáticas en las actividades sociales, los
marcos legales de la educación intercultural bilingüe, entre otros). Así como las memorias,
305
Anexo I
Durante los últimos dos talleres también se realizaron grabaciones de los debates y análisis
colegiados, mismas que, una vez trascritas, fueron utilizadas para complementar las partes
de la memoria relacionadas.
En lo que sigue, se presentan los documentos según el orden cronológico en el que han sido
elaborados durante el proceso de diseño curricular, señalando el-los autores del mismo, el
título del documento y el número de páginas correspondientes:
306
Anexo I.
307
Anexo I
308
ANEXO II
Codificación del corpus documental relativo al proceso de construcción
del perfil docente
Para la elaboración del presente documento seleccioné las partes del corpus documental
directamente relacionadas con el proceso de construcción del perfil docente y las ordené
cronológicamente con el fin de mostrar el proceso en su dimensión sincrónica.
309
Anexo II
construir en currículum,
para construir teoría.
Educadortseltal1: Estamos formando nuevos Estamos formando El perfil docente se sustenta
maestros/formadores (p.3) también de la experiencia
como formadores (TAFUTA
y Diplomados UPN245) y,
añado yo, del inter-
aprendizaje que se realizó
con los demás maestros
Educadorchol1: Primero se hace una asamblea Asamblea con los El maestro es un
con los niños que tiene que decidir que tema niños coordinador que consensúa
generador debe de trabajar. El coordinador Coordinador la actividad con los niños en
debe de ser dinámico (p.3) Dinámico una asamblea246.
Educadorchol1: el educador debe de ubicar el ubicar el tema en El maestro es quien dosifica
tema en cada grado (p.3) cada grado los contenidos dependiendo
de los niños. No se base en
un libro, en una guía que le
dice qué es lo que tienen que
trabajar con los niños, sino
que él mismo lo tiene que
decidir y, por ello, tiene que
conocer a sus alumnos,
diagnosticar el nivel que
tienen.
Memoria: aplicación práctica de sus modelos Aplicación El perfil docente se
curriculares y los talleres de formación práctica construye a partir de su
impartidos Talleres de propia práctica educativa y
formación de la experiencia como
impartidos formadores…247
Educadortseltal1: nos organizamos por región Cada uno organiza Maestro como gestor,
(tseltal, ch’ol, tsotsil), cada uno organiza su responsable de una región a
región (p.4) varios niveles: educador,
formación de educadores,
difusión de materiales
educativos…
Asesorkaxlan1: Maestro es alguien que tiene Maestro = escuela La práctica docente es lo
escuela (p.4) que alimenta la construcción
245
TAFUTA: Talleres de Formación en el Uso de las Tarjetas de Autoaprendizaje que los educadores de la
UNEM y educadores independientes han estado impartiendo desde el año de 2005 con maestros oficiales y
promotores autónomos. Diplomados UPN: A partir del 2008, los educadores de UNEM y educadores
independientes han estado impartiendo diplomados sobre la investigación y sistematización del conocimiento
indígena y elaboración de materiales educativos interculturales y bilingües con maestros de educación
primaria y preescolar inscritos a la LEPEPMI de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), en los estados
de Chiapas, Puebla, Oaxaca.
246
Ojo: la actividad se desprende del calendario socio-ecológico, esa es la base: la actividad se relaciona con
el ciclo natural. Los niños escogen pero entre las actividades que se realizan en la temporada del año en la que
nos encontramos. Son actividades temporalmente y naturalmente situadas.
247
Ojo: Otras fuentes son el haber realizado el diagnóstico de la situación de la educación indígena (que
aparece en la primera parte del currículum), de haber elaborado los materiales (Tarjetas de Autoaprendizaje y
Cuadernillo “Los hombres y las mujeres de Maíz); de haber gestionado la entrada de las Tarjetas en las
escuelas (oficiales y autónomas)…
310
Anexo II
311
Anexo II
312
Anexo II
escritura, lectura, etc. Algo nuevo que se debe debe de combinar nuevas competencias…
de combinar con lo que el niño ya sabe. Tiene con lo que el niño
que construirse sobre lo que el niño ya sabe ya sabe
(p.9)
Asesorkaxlan1: …que adecua sus adecua sus Flexibilidad pedagógica: El
herramientas pedagógicas al desarrollo herramientas maestro tienen que
personal del niño, a su maduración física, pedagógicas al investigar, conocer las
corporal, lingüística, etc.) (p9) desarrollo personal etapas de desarrollo del niño
del niño porque desde ahí parte su
enseñanza
Asesorkaxlan1: El rol del maestro es Ampliar, Maestro como puente hacia
justamente ampliar, complementar el complementar… el conocimiento científico…
conocimiento del niño con el conocimiento
científico, convencional, nacional. (p.9)
Asesorkaxlan1: el maestro tiene que decidir el maestro tiene El maestro desempeña un
cuando usa la lengua indígena o el castellano que decidir papel activo en el proceso de
(p.10) enseñanza, no sólo sigue una
guía didáctica o reproduce
lo que señala el libro
Asesorkaxlan1: aquí se trata no solo de aumentar el El compromiso del maestro
afianzar sino de aumentar el conocimiento del conocimiento del es de ampliar los
niño con lo que va aportar el maestro. Esa es niño con lo que va conocimientos de los niños:
la responsabilidad del maestro: ampliar el aportar el maestro. ésta es su misión.
conocimiento del niño (p.10).
Asesorkaxlan1: El comunero se convierte en el maestro aprende Importancia de la pedagogía
educador porque el maestro aprende del del comunero endógena como fuente para
comunero (p.11) la enseñanza.
El maestro aprende de y en
el entorno sociocultural
donde trabaja
Asesorkaxlan1: ¿Qué hace el maestro? El Hace, va, saca, El maestro hace no solo
maestro con los alumnos va a ir a un sitio de la transforma, usa dice, no solo habla, el
naturaleza, de ahí va a sacar un recurso maestro es un hacedor no un
natural, lo va a transformar y lo va a poder hablador
usar con un fin social. desarrolla la
El maestro desarrolla la actividad, como en las actividad La labor pedagógica del
tarjetas: vamos a recolectar hongos al monte, vamos, sacamos, maestro es hacer, es
sacamos los hongos, podemos examinar, examinar, actividad, es vivencia.
clasificar, transformar, lavar, pelar, preparar, transformar…
cocinar y comer (p.14).
Asesorkaxlan1: El educador puede salir con salir con los niños El trabajo pedagógico
los niños al medio ambiente que le rodea, a al medio ambiente empieza afuera del salón, en
tocar, a medir. que le rodea, a la comunidad, en la
tocar, a medir naturaleza…
El maestro es activo afuera
del salón… se relaciona con
el entorno sociocultural,
313
Anexo II
productivo y natural de la
comunidad…
Las actividades se realizan de acuerdo al Las actividades se
calendario indígena. Por ejemplo, en este mes realizan de acuerdo El insumo principal para la
de noviembre se puede ver la recolección de al calendario planeación es la vida de la
plantas de calabaza. En diciembre, el cafetal. indígena. comunidad, con sus tiempos,
Es diferente a calendario oficial que no te actividades…
indica lo que se puede producir en cada mes.
La actividad se realiza fuera del aula (p.14)
Asesorkaxlan1 Luego hay que explicitar, de explicitar los El maestro explicita los
cada eje hay que sacar el jugo, los conocimientos que contenidos escolares que
conocimientos implícitos hay que están dentro de la están implícitos en las
explicitarlos. Solo hacer las actividades actividad actividades, tienen un papel
todavía no es conocimiento, tenemos que activo en el proceso, no sólo
explicitar los conocimientos que están dentro puede apoyarse en lo que
de la actividad. indicar el potencial sale en el libro de clase,
de conocimientos tiene que aplicar su
En cada eje tenemos que indicar qué potencial implícitos inteligencia…
de conocimientos implícitos tiene cada eje.
Tenemos que tener un instrumento que nos
ayuda a explicitar los conocimientos. convertirlo en
conocimiento El maestro crea
Hay que sacar a la luz para convertirlo en escolar conocimientos escolares, no
conocimiento escolar [para eso sirve la Matriz sólo los busca en el libro,
de contenidos Sociedad y Naturaleza]. Cada sino que los genera a partir
eje tiene un listado de variables que pueden de las actividades
guiar al maestro para explicitar el
conocimiento implícito. Un cuadro de Variables que
conocimientos posibles. ayudan al maestro El maestro produce
a producir conocimientos por medio de
Variables que ayudan al maestro a producir conocimientos la investigación de las
conocimientos investigando (p.12) investigando actividades comunitarias
aprender más
capacitarse
Los maestros para poder aportar su
conocimiento tienen que aprender más. Tienen investigar para La investigación como
que capacitarse. (p.13). explicar fuente de la enseñanza
314
Anexo II
Nuestro plan lo construyó los educadores, los lo construyó los El maestro trabaja con, junto
niños, los padres (…) educadores, los a los habitantes de la
niños, los padres comunidad (en colaboración
e inter-aprendizaje)
Creo que es válido que partamos de nuestra partamos de
propia experiencia y de nuestro propio trabajo. nuestra propia El maestro aprende de su
experiencia y de propia práctica… replantea
nuestro propio sus roles y su práctica
trabajo docente a partir del auto-
diagnóstico de su
trabajo…desde ahí
construye su nueva
Así sería más fácil que lo apliquemos. Si es propuesta educativa y su
algo que no hemos construido, no es igual. Si nueva visón del docente
tu lo construyes te da un buen éxito, un buen
resultado (p.14) El maestro sabe aplicar la
propuesta educativa porque
la construye él mismo, no le
cae desde arriba, sino que la
genera él mismo…
315
Anexo II
316
Anexo II
317
Anexo II
318
Anexo II
248
OJO: Revisar documentos sobre bachillerato pedagógico en CIESAS.
319
Anexo II
320
Anexo II
321
Anexo II
322
Anexo II
323
Anexo II
324
Anexo II
325
Anexo II
326
Anexo II
327
Anexo II
328
Anexo II
329
Anexo II
330
Anexo II
331
Anexo II
332
Anexo II
333
Anexo II
334
Anexo II
335
Anexo II
336
Anexo II
337
Anexo II
enseñar a los niños, o también que lleguen a la son maestros que tienen que
escuela (p.13). participar en la escuela.
338
Anexo II
339
Anexo II
340
Anexo II
341
Anexo II
algo, pero él los ayuda para que sepan un poco sepan un poco más conocimiento
más (p.26).
Educadortsotsil1: Acompañante: Es como un Acompañante
compañero más, sólo que tiene un poco más experiencia
de experiencia, (…), que ayuda desarrollar los
conocimientos que ya tienen los niños.
Recordemos que los niños no sólo aprenden de NO hay un solo maestro
los maestros, sino que también aprenden de
sus compañeros, de los demás niños que están
en su salón, así como con los que están en su
entorno familiar (p.26).
Educadorchol2: Uno sólo sabe poco, entre entre todos Dimensión colectiva-
todos sabemos más (p.28) sabemos más comunitaria del
conocimiento: juntos
sabemos más
Educadorchol1: es como un hermano mayor hermano mayor
(p.26)
Educadortsotsil2: El maestro es como un padre padre o una madre Compromiso del maestro
o una madre, tiene que preocuparse como si como si fueran sus hacia los niños
fueran sus propios hijos los que tiene ahí. propios hijos los
Tiene que estar ahí pendiente de ellos (p.26). que tiene ahí
Educadorchol2: Es que se llega a crear una
confianza con los niños, ellos te agarran
confianza, se vuelven tus amigos, platicamos, No sólo es
también afuera del aula y del horario escolar, acompañar al niño Maestro no sólo en la
en la vida comunitaria, en la calle, o en otro adentro de la escuela, sino maestro en la
lugar. No sólo es acompañar al niño adentro escuela en su vida, un ejemplo para los
de la escuela en su aprendizaje sino que aprendizaje sino niños
durante todo el tiempo (p.26) que durante todo el
tiempo
Asesorkaxlan2: Queda claro que el maestro Maestro que vive en la
tiene que vivir en la comunidad, no puede ser comunidad
un maestro que va y viene de la comunidad
(p.26).
Educadorchol2, Educadortsotsil2 y
Asesorkaxlan2: Hasta sería mucho mejor que que fuera a vivir Maestro vinculado,
fuera de la misma comunidad, o si es de afuera con su propia integrado, parte de la
que fuera a vivir con su propia familia en la familia en la comunidad
comunidad donde trabaja, que sus hijos estén comunidad donde
estudiando en la escuela donde trabaja su papá trabaja
o su mamá (p.26).
Asesorkaxlan2: el maestro tiene que vivir en la
comunidad (p.27).
Educadorchol1: En la elección de los
maestros: unos los eligen las asambleas, otros
son de vocación. darle el control a la La autoridad principal para
Hay que pensar en darle el control a la comunidad el maestro es la comunidad
comunidad (p.26).
Educadortseltal2: Que sea una persona con que sea conocido
vocación, que sea conocido de la comunidad y de la comunidad
342
Anexo II
343
Anexo II
344
Anexo II
345
Anexo II
X: La participación de la comunidad en el
trabajo escolar es fundamental, por lo que el
educador debe mantener contacto permanente
con la misma, desde el inicio de los trabajos Debe dar a conocer Importancia de la
pedagógicos cada ciclo escolar en los que debe la propuesta y comunicación con los
dar a conocer la propuesta y obtener el obtener el habitantes de la comunidad,
compromiso de los comuneros de participar compromiso de los de la vinculación maestro-
y/o apoyar en las actividades. Para ello, el comuneros de comunidad
educador puede exponer la propuesta, la participar y/o
programación, los avances y los resultados en apoyar en las
las asambleas comunitarias o en los espacios actividades.
que considere adecuados (p.42).
Memoria (Asesorkaxlan2) al referirse a los
recursos didácticos. Materiales generados por
los educadores de UNEM, como las Tarjetas
de Autoaprendizaje o el cuadernillo “Los
hombres y las Mujeres de maíz. Democracia y
derecho indígena para el mundo”. Maestro que genera nuevos
Varios: así como los materiales que se vayan materiales didácticos en
generando en el desarrollo de las actividades, colaboración con los
como pueden ser textos, productos, alumnos
narraciones, etc. Estos materiales auto-
producidos se tienen que aprovechar para
mostrar el método y fundamentarlo. Se pueden
seguir generando otros materiales, más bien el
maestro y los estudiantes van generando
nuevos materiales a lo largo del ciclo escolar,
mismos que se quedan en la escuela para
beneficio de otras generaciones (p.44).
Documento inicial que se revisó antes de la
discusión (elaborado por Asesorkaxlan2
recuperando lo que se había debatido en los
talleres anteriores):
Habilidades y conocimientos:
Hablar, leer comprensivamente y escribir la(s)
lengua(s) indígena(s) que se habla(n) en la
comunidad, así como el español.
Tener una formación multidisciplinaria, o sea
no estar especializado, sino conocer un poco
de todo.
Poseer habilidades creativas para aprovechar
pedagógicamente las actividades sociales
comunitarias y proceder al proceso de
explicitación y articulación intercultural de
contenidos comunitarios y convencionales
Investigar, conocer y dominar las actividades
sociales que se realizan en las comunidades.
Investigar y sistematizar los conocimientos
implícitos en las actividades sociales de las
comunidades indígenas.
Integrar a la comunidad al proceso de
346
Anexo II
enseñanza-aprendizaje.
Desarrollar proyectos productivos con los
niños en la escuela
Estar en proceso de formación continua y
actualización permanente.
Valores:
Tener una visión política que le permita
desarrollar un trabajo docente comprometido
con la sociedad, en la afirmación de los
derechos indígenas.
Estar vinculado con la comunidad, convivir
con los comuneros.
Respetar los acuerdos de las asambleas
comunitarias, pero más que esto, tener el
respaldo de la propia comunidad para que esté
trabajando en la comunidad. No podría seguir
trabajando en la comunidad sin el respaldo de
la comunidad, sin ese respaldo no podría
seguir trabajando ahí (esto depende del propio
método educativo). La misma comunidad
debería ofrecerle apoyo al maestro para que se
pueda quedar en la comunidad, darle un lugar
donde vivir, apoyarle un poco con su leña, sus
verduras, con algo de las milpas, no mucho
pero un poco.
El propio modelo educativo determina que el
maestro se tiene que comprometer con la
comunidad por un tiempo, no puede irse
después de un ciclo, tiene que quedarse un
poco más de tiempo para aprender, para
conocer bien la comunidad y las actividades y
como aprovecharlas pedagógicamente.
El maestro tiene que ser de la misma región,
conocer su entorno. Prepararse, estudiar,
investigar en la propia comunidad.
Consultar con las propias comunidades y
fomentar la participación de los comuneros en
el proceso de construcción del conocimiento.
Apropiarse de manera crítica de su cultura.
Reconocer y asumir que los niños son sujetos
poseedores de conocimientos culturales
propios adquiridos en su entorno sociocultural
y natural.
Respetar y aprovechar pedagógicamente los
diferentes estilos de aprendizaje de cada niño
para favorecer su autoestima y contribuir al
desarrollo de su autonomía personal.
Asumirse como aprendiz y no solo como
enseñante.
Reconocerse cono indígena, defender su
cultura.
347
Anexo II
348
Fuente: (Bertely coord., 2004)
191