Varela Ponce de Leon Esteban PDF
Varela Ponce de Leon Esteban PDF
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AUTOR
Esteban Varela Ponce de León
ASESOR
Lima, 2018
2
RESUMEN
AGRADECIMIENTOS
INDICE
INTRODUCIÓN………………………………………………………… 5
CAPÍTULO I ……………………………………………………………. 6
Yuyachkani
Teatro y violencia
Yuyachkani desde sus inicios
Manifestaciones culturales
CAPÍTULO II …………………………………………………………… 27
Música en relación a la imagen
El uso de la máscara
El diseñador de sonido
La pérdida de sentido del mundo sonoro
Color sonoro-conceptual
El papel de la metáfora en el análisis musical
CAPÍTULO IV ………………………………………………….….…… 81
Conclusiones
BIBLIOGRAFÍA
GUIÓN MUSICAL
TABLA DE FUNCIONES MUSICALES
5
INTRODUCCIÓN
Yuyachkani es uno de los grupos de teatro más importantes de Latinoamérica.
Con más de 45 años de actividad ininterrumpida, reflexiona acerca del Perú desde un
teatro nacional que abarca al país en toda su complejidad y diversidad étnica,
incorporando elementos de la cultura popular peruana en un estilo escénico que fusiona
un entrenamiento artístico occidental con uno proveniente de la cultura andina.
CAPÍTULO I
Yuyachkani
“… el teatro que llega de España es el teatro padre, que vino y se impuso ante el
teatro de la madre – el de la América prehispánica –, generado en contextos
rituales, celebraciones, juegos, danzas, enmascaramientos, etc.
Con el tiempo, ha generado una propuesta integradora que ha marcado una pauta
importante de cómo hacer teatro, tanto a nivel nacional como internacional. El particular
lenguaje que ha creado se caracteriza por engendrar un diálogo entre tradición y
contemporaneidad, por indagar acerca de la ancestralidad de los andes en una escena
teatral contemporánea que nos ancla con nuestra realidad nacional a la vez que pone en
evidencia la diversidad y la pluralidad que existe en el Perú. La producción teatral de
Yuyachkani se inscribe “en un engranaje de representaciones de la sociedad peruana,
tendiente a estructurar un imaginario del país como una nación posible, dentro de la
construcción de una utopía en la que el grupo se reconoce como expresión de un sujeto
social.”2
La forma en que Yuyachkani concibe el teatro tiene relación con una serie de
influencias políticas y artísticas que el grupo recibió durante su desarrollo temprano.
Conformó un estilo marcado por dos teatralidades complementarias, ambas
1
Yuyachkani, Yuyachkani: 45 años de teatro, 2017, pág. 1
2
Soberón, 2001, pág. 1
7
3
Salazar del Alcazar, 1990
4
Bell & Boada, 1999, pág. 169
5
Barba, 2017
6
Cardona, 1989, no. 21
7
Olmedo, 2007
8
Guerrero, 2001
8
9
Guerrero, 2001
10
Yuyachkani, Yuyachkani: 45 años de teatro, 2017, pág. 1
11
Ramos-García, 2001, pág. XI
12
Ramos-García, 2001, pág. X
9
propuesta que acepta las relaciones, convenciones y ritualidad provenientes de las fiestas
populares tradicionales, superando la visión etnocéntrica y restrictiva del teatro
occidental.13
“Ante la ausencia del autor dramático […] el teatro colectivo –depositario del
canto, danza, música, acrobacia, gimnasia- construye con sus propios textos
multidisciplinarios un lenguaje teatral que […] permite que las sensibilidades de la masa
transeúnte se conecten en varios niveles con el colectivo teatral.”14 A través de su nueva
dramaturgia, Yuyachkani hace del espectador un ente activo, consciente y reflexivo de
sus urgencias históricas, responsabilidades sociales y postura política. A partir de una
visión antropológico-teatral y de su experiencia teórica y vivencial del teatro única, el
grupo se hace consciente de cada paso del proceso creativo: la investigación técnica e
histórica, la interdisciplinariedad, la identidad nacional y los orígenes de su discurso, lo
cual facilita un carácter dialógico y persuasivo con su público.15
13
Ramos-García, 2001, pág. 11
14
Ramos-García, 2001, pág. 12
15
Ibíd.
16
Oleszkiewicz, 1989, pág. 10
17
Ramos-García, 2001, pág. VII
10
Teatro y Violencia
18
Salazar del Alcazar, 1990, pág. 15
19
Ibíd.
20
Salazar del Alcazar, 1990, pág. 16
21
Ibíd.
11
que está orientado fuertemente a un aspecto más bien identitario: una búsqueda por
“insertar los nuevos imaginarios que segrega la escena social dentro de la escena
teatral.”22
La población de Lima y otras ciudades como Trujillo, Chiclayo, Piura e Ica creció
enormemente entre mediados de los años 60 y 1990. Particularmente en Lima, creció de
dos a seis millones, creando cinturones de miseria en sus alrededores. La migración hacia
las ciudades transformó al país rápidamente en uno más urbano que rural, sin que la
economía de las urbes creciera a la velocidad necesaria para dar empleos a la población
migrante.23 Durante el “septenato” de Velasco Alvarado, primera mitad de la dictadura
militar (1968-1980), la estatización masiva del aparato económico a través de la
expropiación de yacimientos mineros, el sector pesquero y la producción de cemento y
fertilizantes entre otros, puso en marcha un “socialismo de estado” que parecía haber
sepultado a la oligarquía del país.24
En el año 1975 se produjo un golpe de estado interno en las Fuerzas Armadas. “La
crisis económica, la protesta social y el reclamo del regreso a la democracia se
entrelazaron en una sola tendencia que acabaría con el régimen de las Fuerzas Armadas
en pocos años.”27 El retorno de salarios reales, la ampliación del mercado y la dificultad
de un sector agropecuario sacudido de responder a la creciente demanda de alimentos y
bienes de consumo generaron grandes huelgas nacionales en 1976 y 1977.28 En 1979 se
22
Salazar del Alcazar, 1990, pág. 15
23
Contreras Carranza, 2013, pág. 339
24
Contreras Carranza, 2013, págs. 344-348
25
Contreras Carranza, 2013, pág. 358
26
Contreras Carranza, 2013, págs. 353-358
27
Contreras Carranza, 2013, pág. 360
28
Ibíd
12
estableció una nueva constitución que fijó “el mandato presidencial en cinco años,
fortaleció el poder presidencial, continuó con la costumbre parlamentarista de dos
cámaras (una de senadores, de representación nacional; y otra de diputados, de
representación provincial) y defendió una serie de derechos democráticos que no habían
existido hasta entonces.”29
En 1981, Lima era una urbe que se acercaba a los 5 millones de habitantes, con
problemas de tráfico, contaminación, crimen, hacinamiento y escasez de servicios. A
inicios de los años 80, el país sufría una agobiante deuda externa, la crisis de producción
agraria, la descapitalización, la falta de instituciones civiles en el estado y la aparición,
subestimada inicialmente por el gobierno de las acciones terroristas de Sendero Luminoso
y el MRTA. Además, la agricultura e infraestructura vial se vieron gravemente afectadas
por el fenómeno de “El niño” en 1983, complicando aún más el panorama económico.
Dado que las sociedades rurales de la sierra habían quedado descabezadas a causa de la
reforma agraria, no había quien reactivara la producción y la pobreza alcanzó altísimos
niveles.30
29
Contreras Carranza, 2013, pág. 364
30
Contreras Carranza, 2013, págs. 365-368
31
Contreras Carranza, 2013, pág. 370
32
Ibíd.
33
Contreras Carranza, 2013, págs. 376-378
13
no ser dinamitados, incrementó su poder de acción controlando varias regiones del país.
Grandes regiones de Lima eran controladas por sus huestes, que aterrorizaban a la
mayoría de la población con los “ajusticiamientos selectivos.”34
El Poder Judicial había perdido su capacidad de retener a los terroristas, con jueces
amedrentados que liberaban a los reos. Los campesinos habían comenzado a oponerse a
Sendero a causa de la prohibición de actividades comerciales con el fin de hambrear a la
ciudad y la matanza de autoridades locales. Las Fuerzas Armadas desencadenaron una
guerra sucia que posteriormente registró unos sesenta mil muertos, en donde entregaban
rifles a los campesinos para que organizaran rondas de autodefensa tuteladas por
“licenciados” del ejército.35 Mientras tanto el MRTA, económicamente robustecido a
base de secuestros y robos, comenzaba a pelearse con Sendero el dinero del narcotráfico,
pues el país se había convertido en el más importante exportador de coca del mundo. “En
1989, el Perú parecía al borde del abismo. Terrorismo, inflación, narcotráfico y pobreza
extrema eran como los cuatro jinetes de un apocalipsis bíblico.”36
Estos dos ejemplos son representativos de una búsqueda del Teatro de Grupo en
general durante los años 80, en donde se generaron grandes exponentes culturales como
José María Arguedas, que se convierte para muchos grupos “en un paradigma teatral de
variada y constante referencia. [...] Arguedas como paradigma teatral significa un
segundo nivel de encuentro entre teatro y ciencia social. 39” De esta forma, la producción
teatral se consolida como un espacio dinámico de intervención y reflexión sociocultural,
34
Contreras Carranza, 2013, pág. 377
35
Contreras Carranza, 2013, págs. 377-378
36
Contreras Carranza, 2013, pág. 380
37
Salazar del Alcazar, 1990, pág. 19
38
Salazar del Alcazar, 1990, pág. 23
39
Ibíd.
14
40
Salazar del Alcazar, 1990, pág. 49
41
Salazar del Alcazar, 1990, págs. 43-45
42
Salazar del Alcazar, 1990, pág. 43
15
43
Salazar del Alcazar, 1990, págs. 49-51
44
Rubio, Notas sobre teatro, 2001
45
Manrique, 1990, pág. 7
16
Yuyachkani comienza a integrar estas danzas en sus puestas escénicas desde su tercera
obra, Allpa Rayku46.
46
Bell & Boada, 1999, págs. 170-171
47
Trelles, 10, No. 4, Diciembre 2016, pág. 46
48
Bell & Boada, 1999, págs. 171-172
49
Manrique, 1990, págs. 7-8
17
Por otro lado, la obra tiene una serie de referencias a personajes mitológicos de la
cultura andina como el mito de los zorros devoradores, el Awqui (dios que mora en los
cerros) que funciona como mediador entre los dos zorros, las referencias a Mama Huaco
(mujer guerrera de los mitos fundadores) y a Coya (nombre que recibía la esposa principal
del Inca, y que mantenía el contacto entre éste y el pueblo), y al Pachacuti (gran
revolución cósmica que implica una violenta inversión de la realidad), que se combina
aquí con el concepto colonial del Apocalipsis.53
50
Manrique, 1990, págs. 8-10
51
Manrique, 1990, págs. 10-11
52
Ibíd.
53
Manrique, 1990, pág. 14
54
Manrique, 1990, págs. 15-16
18
Manifestaciones culturales
Las manifestaciones culturales son, ante todo, sucesos comunicativos, y por ello
tienen una conexión directa con el entorno en que se producen, no solo “expresan
experiencia, sino que además la constituyen.”55 Desde esta perspectiva, toda expresión
artística es un proceso en el cual vamos significando y re-significando lo que creamos.
En esta experiencia, por lo tanto, no existe un mensaje pre-establecido, sino que el
mensaje se va formando a través del significado que le otorgan tanto el creador como el
público al que está dirigido. Por este motivo, “una puesta en escena implica no solamente
una actitud reflexiva, sino también una [... postura] política.”56
55
Cánepa, 2001, pág. 13
56
Cánepa, 2001, pág. 17
57
Cánepa, 2001, pág. 12
19
Hay algunos elementos en los Tiny desk concerts que aparentemente están siendo
valorados por el público consumidor. Primero, la corta duración de los videos y el uso del
mismo espacio escénico para diversas bandas permite generar material audiovisual de
forma constante, lo cual en la actualidad resulta necesario para permanecer en el mapa
del mundo digital. Segundo, tienen un concepto escénico bien definido que, desde mi
punto de vista, tiene que ver con la intimidad y con mostrar, desde ese espacio íntimo, la
“voz” de un músico. Digo "voz” porque, más allá de que el artista sea o no cantante, Tiny
desk sostiene una búsqueda por aquello que el músico tiene para decir al mundo.59 No es
casual que el símbolo que hace las veces de logo es el micrófono que está en todos los
videos de All songs considered.
Estos espacios de intimidad escénica, de mostrar una voz propia como artista,
parecen estar teniendo éxito en las redes. Aparte del ejemplo antes mencionado, existen
otras plataformas en YouTube como KEXP Radio60 y Postmodern Jukebox,61 artistas
como Vulfpeck62 y Knower Music,63 que, además de producir material nuevo
constantemente y tener un concepto escénico muy bien definido, encajan dentro de este
discurso de intimidad y de “voz” propia. Además, plataformas como Instagram y
Facebook propician un seguimiento más cotidiano de los artistas y demuestran que no se
58
Cánepa, 2001, pág. 13
59
Boilen, 2017
60
Recuperado de https://www.youtube.com/user/kexpradio el 27 de noviembre de 2017
61
Recuperado de https://www.youtube.com/user/ScottBradleeLovesYa el 27 de noviembre de 2017
62
Recuperado de https://www.youtube.com/user/DJparadiddle el 27 de noviembre de 2017
63
Recuperado de https://www.youtube.com/user/LOUISGENEVIEVE el 27 de noviembre de 2017
20
aprecia sólo su arte sino también sus opiniones, gustos y estilo de vida, aspectos que son
extensiones de esa voz propia.
La búsqueda escénica de Yuyachkani tuvo que ver, desde sus inicios, con la
búsqueda de una voz propia. Su nombre mismo tiene que ver con pensar, con recordar,
con revalorar la memora de un país que parece haberla perdido. Nosotros sostenemos que
la conexión con una audiencia tiene que ver grandemente con la generación de una voz
propia en la que el público pueda verse reflejado, que resuene con él, y que finalmente le
permita reflexionar acerca de su propia experiencia. Gisela Cánepa menciona que “…las
formas de representación cultural, entendidas como prácticas performativas y
generadoras de experiencia, constituyen espacios donde las identidades y las relaciones
entre los participantes se crean, transforman y negocian.”64
64
Cánepa, 2001, pág. 18
65
Oleszkiewicz, 1989, págs. 128-129
21
66
Cánepa, 2001, pág. 11
67
Bejarano, 2013, pág. 141
68
Bejarano, 2013, pág. 142
22
69
Íbid.
70
Cánepa, 2001, pág. 13
71
Bruner, 1986; en Cánepa, 2001, pág. 13
23
directa al público porque apunta, por reflejo, a su cuerpo, y por lo tanto afirma un contexto
de representación que se presta para la construcción de identidad y memoria72 y para la
reflexión, no desde lo que estoy viendo sino desde lo que me está pasando con lo que veo
y lo que veo de mí en el acontecimiento escénico. Esto, sobre todo, considerando que las
obras hablan en el lenguaje estético del receptor al que están dirigidas.
Esta aproximación al arte popular nos plantea un debate esencial para esta
investigación: la inclusión de formas artísticas provenientes de la teatralidad andina a la
puesta en escena nos abre la posibilidad de considerar dentro de nuestro análisis
elementos estéticos relacionados con la metáfora, la sensorialidad y emocionalidad. Esto
significa que podemos realizar un análisis de la obra más allá de la forma, e incluir en él
los espacios metafóricos y sensoriales que, como público, percibimos del hecho escénico.
Las fiestas y danzas, como prácticas que recrean el pasado, constituyen un proceso
inacabado y siempre abierto a la transformación. Gracias al carácter teatral de la
fiesta, es posible dramatizar la puesta en escena, manipular el vestuario, recomponer
el personaje y reinterpretar la historia.
Gisela Cánepa, Identidad y Memoria, publicado en el libro Fiesta en los andes –
Ritos, Música y Danzas del Perú, 2008. En Cuzcano, 2016, pág. 5
Como hemos establecido antes, Yuyachkani tiene una propuesta escénica que
busca generar un impacto profundo en el ser y el cuerpo de su público, y que además
durante la segunda mitad de los años 80 se construye desde un espacio místico y onírico
desde el cual la metáfora, el simbolismo y el ritual son factores esenciales para
comprender el sentido de la obra.
La fiesta patronal andina es, desde sus inicios y hasta el día de hoy, un importante
ejemplo de la ausencia de límites entre liturgia, ritual y teatro (en el sentido más amplio
de la palabra). La fiesta de la Candelaria está vinculada a los ciclos agrarios de siembra y
cosecha. El sincretismo instalado en las culturas andinas durante la colonia ha generado
una fiesta en donde se adora a la Virgen de la Candelaria, que “intercede ante las fuerzas
de la naturaleza, por ser ella la representación [...] de la Pachamama”, que es la madre
tierra, fuente de adoración original de las culturas pre-hispánicas. Hay incluso la lógica,
al igual que en varias fiestas del mundo andino, de “hacer coincidir fechas ancestrales de
72
Cánepa, 2001, pág. 18
24
celebraciones que tienen que ver con el calendario agrícola de estas tierras, con fechas
conmemorativas de santos y vírgenes que llegaron de España.” 73
El segundo día principal es la “Octava,” que ocurre una semana después. Este día
se ha consolidado como el más importante de la fiesta por la presentación de los conjuntos
de danzas, que cada año compiten en el estadio, frente a un jurado, antes de salir a recorrer
la ciudad. Debido a los vestuarios recargados de coloridas decoraciones en hilos de oro y
plata, pedrería, lentejuelas, etc., a este día se le conoce como la fiesta de los “trajes de
luces.” El carácter competitivo que se ha desarrollado ha propiciado la evolución de los
trajes y las danzas de las comparsas, e incluso la aparición de nuevos personajes. Además,
el interés del público local en las pequeñas modificaciones que los intérpretes hacen cada
año a los personajes también pone a los bailarines en un rol más actoral y demostrativo.75
Después de danzar en el estadio, las comparsas pasan delante del templo de San
Juan, en donde saludan a la Virgen y reciben la bendición de un sacerdote católico.
Posteriormente, las comparsas se dirigen con sus bandas al cementerio, en donde saludan
a sus muertos festejando con ellos, danzando sin descanso, mientras toman y beben sobre
las tumbas.76
73
Rubio, Notas sobre teatro, 2001, págs. 127-129
74
Ibíd.
75
Rubio, Notas sobre teatro, 2001, págs. 129, 133
76
Rubio, Notas sobre teatro, 2001, pág. 131
25
Por un lado, el Machu Tusuq, o Machu Tusuy, además del significado literal de
hombre viejo, comprende un significado simbólico “de madurez, juicio, o cordura”,79
77
Rubio, Notas sobre teatro, 2001, pág. 130
78
Rubio, Notas sobre teatro, 2001, pág. 129
79
Recuperado de http://punoculturaydesarrollo.blogspot.pe/2015/07/machu-tusojj-o-auqui-auqui.html el 3
26
mientras que por otro lado es un personaje burdo, satírico y bufonesco. Esta dualidad
contiene un mensaje relevante para nuestro análisis de Contraelviento, porque los Machu
Tusuq realizan el papel de los jueces que deciden el destino de los campesinos. Desde su
actuar desvergonzado, estos personajes ponen en cuestión el papel de la justicia en el
marco del drama, y lo hacen de una forma muy evidente.
de diciembre de 2017
27
CAPÍTULO II
80
Appia, 1962, pág. 10
28
La pedagogía teatral planteada por Jaques Lecoq es una de ellas. Propone abarcar
la experiencia sensorial de vida del actor en su proceso creativo. Es decir, el actor se vale
de las imágenes y sensaciones que se encuentran guardadas en la memoria de su cuerpo,
a lo cual se llama Fondo poético común. Este fondo poético es una memoria sensorial
colectiva, “una dimensión abstracta, hecha de espacios, de luces, de colores, de materias,
de sonidos, que se encuentran en cada uno de nosotros”,81 y permite la conexión con una
audiencia desde la sensorialidad. Conectar con el público desde este espacio implica
conectarse con su cuerpo, dejando una impresión del hecho escénico más profunda de la
que quedaría desde un espacio meramente intelectual.
Lecoq propone una “pedagogía del mimo abierto,” en la cual se descubre el mundo
desde el cuerpo a partir de la imitación. Es decir, el actor imita el movimiento del mundo
que lo rodea (ya sea físicamente, como imitar el movimiento de un animal, o
metafóricamente, como imitar el movimiento de un color o una emoción), con el
propósito de integrar en su cuerpo a este mundo exterior y poderlo manifestar en escena.
Se constituye así un “cuerpo poético,” que funciona a partir de las leyes de movimiento
de “equilibrio, desequilibrio, oposición, alternancia, compensación, acción, reacción.”83
81
Lecoq, 2003, pág. 74
82
Lecoq, 2003, pág. 35
83
Lecoq, 2003, pág. 41
29
donde alcanza una forma material – en la puesta en escena [...].”84 Y no se refiere a que
la música ocupe un espacio metafórico sino, de hecho, literal.
Es evidente que nunca podremos ver una pieza musical físicamente, pero Appia
defiende que la música constituye el espacio poético en donde se desarrolla la acción
dramática, y de ella podemos recibir toda la información necesaria acerca de ese
espacio.85 Por lo tanto, la música tiene la propiedad de generar movimientos en el
escenario a través del cambio de espacios, tal como lo haría una escenografía. Nosotros
queremos dar un paso más allá y defender que la música también puede moverse en el
escenario de la misma forma que lo haría un mimo, es decir, al mismo nivel que los
actores. En otras palabras, la música constituiría físicamente un personaje mimo en
escena. De hecho, este es uno de los usos más sorprendentes de la música en
Contraelviento y, como veremos más adelante, está relacionado con la tradición de la
fiesta popular en tanto que se asemeja al uso de la máscara.
El uso de la máscara
84
Appia, 1962, pág. 18
85
Ibíd.
30
Desde su perspectiva, quien porta la máscara es un bailarín, “no es solo la máscara lo que
se mueve, sino todo el cuerpo.86” En el caso de Yuyachkani, dado que adoptan aspectos
de la fiesta como las danzas a su formación actoral, estamos hablando de un actor/bailarín.
Detrás de la importancia estética y simbólica de la máscara misma, es esencial la forma
en que el bailarín asume su propia imagen al usarla.
Boada menciona que la máscara no es un objeto sino “un proceso a través del cual
el actor y la materia se unen para crear una imagen. [...] siempre dice algo que invoca una
sociedad, un momento, un problema. Una máscara hace uso de las relaciones entre ojos,
nariz y boca para expresar un sentimiento, no una idea.”87 La relación entre la música y
el personaje propuesta por Yuyachkani, que tiene su origen en el teatro popular al igual
que la relación con la máscara, también es un proceso y no un ornamento. Si relacionamos
este comentario de Boada con la música, vemos que se está refiriendo a una de las
funciones clásicas de la música en escena, que es evocar emociones en el público o
expresar las de los personajes; pero también es el punto de partida de una función musical
híbrida (ver fig. 17) que no es diegética ni extradiegética (ver pag.32).
Boada nos trae el ejemplo del Ukuku, un personaje mitológico de la sierra peruana
cuyo rol principal es el de subir a altos picos nevados y bajar pesados bloques de hielo
que se consideran sagrados. Sin embargo, el Ukuku es un comediante durante la fiesta.88
Lo que este ejemplo nos muestra es que un personaje puede asumir distintos roles
dependiendo del espacio y momento en que se encuentre. El primer rol que mencionamos
es un acto simbólico, que pertenece al ámbito mitológico y ritual de la fiesta, mientras
que el segundo pertenece al ámbito celebratorio. La multiplicidad de roles en los
personajes es frecuente en las obras de Yuyachkani. A nuestro parecer, los acerca a la
86
Bell & Boada, 1999, pág. 178
87
Bell & Boada, 1999, pág. 180
88
Ibíd.
31
audiencia porque los hace, al igual que nosotros, al igual que nuestro país, complejos, a
veces contradictorios, diversos.
Regresando a la cita inicial de esta sección, cuando Boada menciona los estados
mentales en las máscaras, me viene a la mente el rostro de la china diabla, una máscara
que produce una sensación de caos, de estar fuera de sí. Los ojos tan abiertos, y la forma
en que maneja su cuerpo hacen sentir que es un títere, pero no de un jefe sino de una
ideología. Es una interpretación que yo hago de lo que veo, me veo a mí mismo o al país
reflejados en lo que está frente a mí. Lo que me parece destacable de las máscaras es que
caricaturiza ese proceso de auto-reflexión sobre la imagen, llevando a los personajes a
una cierta relación de irreverencia con el público, y a partir de ese lugar se los desafía a
pensar diferente, se los insta a reflexionar sobre la propia vida y las propias creencias.
El diseñador de sonido
precaria, y parece ser que en la mayoría de los casos se contrata al diseñador de sonido a
último minuto o no se hace, por más que haya recursos para ello. “El teatro […] no es un
arte que despliegue sus recursos expresivos únicamente en la parcela visual, sino que,
hasta donde sabemos de su génesis, siempre se presentó y planteó como una
manifestación audiovisual que explota sus capacidades discursivas valiéndose también de
estímulos sonoros.”89
Así mismo, propone los aspectos previos que están explícitos o implícitos en el
texto dramático: Estructura, división de escenas, marco cronológico y geográfico,
convenciones representativas, que son los condicionantes que configuran inicialmente el
espacio sonoro. Y luego propone una serie de usos y ámbitos narrativos, expresivos y/o
significativos del acontecimiento sonoro en escena. A partir de las convenciones
representativas y los roles planteados a continuación se predispone la percepción y la
construcción de sentido del público a lo largo del hecho escénico:
89
Iglesias Simón, 2016, pág. 81
90
Iglesias Simón, 2016, pág. 85
33
Por otro lado, su teoría también incluye a la música como parte de un suceso
escénico poli-estético, a la vez que se vale de las otras artes como herramienta para el
proceso creativo: “…es fundamental que el diseñador de sonido desarrolle lo máximo
posible su capacidad sinestésica para poder asociar colores, texturas y volúmenes, a tonos,
melodías y armonías.”93 Además, el diseñador de sonido cuenta con una serie de
herramientas que conforman su paleta sonora: Habla, música, efectos de sonido
(cualquier sonido que no pertenece a las anteriores), y silencio.94 Cabe resaltar que el
silencio es una herramienta esencial que, como diseñadores de sonido, solemos pasar por
alto y que resulta muy poderosa si se usa adecuadamente.
91
Iglesias Simón, 2016, págs. 86-87, 92-93
92
Iglesias Simón, 2016, pág. 81
93
Iglesias Simón, 2016, págs. 87-88
94
Iglesias Simón, 2016, pág. 91
34
en nosotros con mucha facilidad. Esto le permite convertirse por momentos, como hemos
dicho, en un personaje en escena, porque puede interactuar con otros en tiempo real. Si el
actor se mueve a través del cuerpo, la música se mueve a través del tiempo, y ambos
ocupan un espacio y generan un movimiento en escena.95
Por último, hay una serie de distinciones que tienen que ver con la relación entre
el sonido, el público y los personajes. Clasificando los sonidos de acuerdo a su
procedencia, aparecen dos grandes grupos:
- Los sonidos diegéticos son originados dentro del mundo de la ficción. Sea o no
visible la fuente que produce el sonido dentro de la escena, los personajes están
conscientes del sonido. Dentro de este grupo, podemos distinguir entre “sonidos
internos, que se producen en el interior (tanto físico como mental) de un personaje,
y sonidos externos, que se manifiestan en el exterior y son escuchados por todos los
personajes, [...] entre sonidos subjetivos, que se muestran tamizados por el modo
particular de percibirlos de un personaje […] y sonidos objetivos, que se presentan
sin estar filtrados por ninguna percepción”96 y, por último, entre sonidos pasados,
sonidos presentes y sonidos futuros,
- Los sonidos extradiegéticos, también llamados en off o de foso, son sonidos que se
producen fuera del universo ficcional y que son escuchados por el público mas no
por los personajes. Estos sonidos tienen más que ver con la relación entre el diseñador
95
Olmedo, 2007, pág. Cap. 2
96
Iglesias Simón, 2016, págs. 92-93
35
El cine es tal vez, gracias a la facilidad técnica de utilizar todo tipo de ensambles
instrumentales, texturas y sonidos pregrabados, el campo artístico en donde más se ha
explorado la relación entre la música y la imagen. Por eso mismo, estamos mucho más
influenciados culturalmente por la música del cine que por cualquier otro medio
audiovisual, lo que hace importante ocuparnos de este tema.
97
Ibíd.
36
El hecho de que una película como La la land (2016), de Damien Chazelle, haya
ganado el Oscar, con un guión desastroso, una banda sonora muy pobre y unos actores
con escaso entrenamiento en danza, sobre todo si se considera que era un musical, es un
síntoma de esta problemática.100 Si comparamos este musical con, por ejemplo, Singing
in the rain (1952), de Gene Kelly y Stanley Donen, cuya calidad artística reside en que
cada elemento está cuidadosamente puesto para aportar al mensaje, nos podemos percatar
de que ahora la capacidad técnica de efectos especiales y edición es mayor, mientras que
la forma ha permanecido igual y el valor estético ha decrecido, con lo cual el mensaje en
vez de fortalecerse y evolucionar ha perdido fuerza y sentido.
Esta reflexión sugiere que tal vez son el significado y su transmisión los que
alimentan la evolución del arte, ya que le dan sentido e importancia dentro de un contexto
social, y es también lo que nos permite, como artistas, generar un diálogo con el público
y cuidar del producto como una propuesta con mensaje propio, que surge de una realidad
98
Adorno & Eisler, 1976, págs. 71, 73, 109
99
Adorno & Eisler, 1976, pág. 76
100
Crítica recuperada de https://www.elespanol.com/cultura/cine/20170223/195980992_0.html el 30 de
diciembre de 2017.
37
social orgánica y real y no ha sido pre-fabricada. Adorno y Eisler plantean que, desde el
punto de vista estético, la relación entre música e imagen no es solo “una unidad basada
en la semejanza, […sino] por lo general es más una unidad de pregunta y respuesta, de
afirmación y negación, de esencia y fenómeno.”101 Siendo la música un arte subjetivo,
que nunca llegará a mostrar un mensaje objetivo, al igual que la pintura nunca logra
deshacerse del todo de la objetividad que la caracteriza, es importante valorar su
capacidad de generar metáforas más que intentar buscar equivalencias con la imagen, que
sí es objetiva, para encontrar equilibrio y correspondencia.102
Todos estos elementos nos dan una idea de lo que significa conformar un estilo,
que finalmente no se agota en el material propuesto, sino que tiene que ver con la forma
en que se piensa y se maneja dicho material. La crítica, finalmente, está dirigida a la
disociación entre el material y la forma en que se utiliza. Si la música simplemente busca
representar lo que le impongan, está en cierto modo renunciando a sí misma, así como el
101
Adorno & Eisler, 1976, pág. 92
102
Adorno & Eisler, 1976, pág. 93
103
Eisenstein, The film sense, Nueva York, 1942 P. 157. En: Adorno & Eisler, 1976, pág. 86
104
Adorno & Eisler, 1976, págs. 90-91
105
Adorno & Eisler, 1976, págs. 92, 100
38
En este caso, el músico queda en una situación en que no tiene poder, porque no
importa si es él u otro quien compone y quien toca. Es la imagen la que impone la música,
que finalmente desaparece. Consideramos que esta reflexión apunta a una serie de
preguntas importantes: ¿Qué aptitudes necesita y de qué forma debería entrenarse un
músico que compone para imágenes? ¿Qué aptitudes necesita un músico que interpreta
en el marco teatral? ¿Son aptitudes aplicables al campo de la interpretación fuera del
marco teatral? ¿Qué es lo que el músico aporta a través de su interpretación a una imagen,
o también, más allá de eso, a la composición musical vista de forma independiente?
106
Adorno & Eisler, 1976, págs. 104, 107
107
Adorno & Eisler, 1976, págs. 51-54, 61
39
Ahora bien, un desarrollo musical completo requiere una atención muy intensa
por parte del público, y en ese caso la imagen tiene que pasar a un segundo plano para
que la música pueda pasar al primero, es decir, ser un personaje. La película Las horas,
de Stephen Daldry, con banda sonora original de Philip Glass, es un claro ejemplo del
uso de la música como personaje. La película relata la historia de tres mujeres, cada una
en un período de tiempo distinto y la música parece ser un cuarto personaje que narra,
con un fondo de imágenes, una especie de conclusión poética de la película que tiene que
ver con el paso del tiempo y con las coincidencias de la vida. De hecho, las figuras
rítmicas que constituyen esa música con en muchos casos corcheas, tresillos y
semicorcheas superpuestas, una metáfora de los tres tiempos que se superponen en la
película.
108
Adorno & Eisler, 1976, págs. 118-119
40
Color Sonoro-Conceptual
Ahora bien, a medida que lo hablado adquiere contenido emocional, o calidez (es
decir, que el sonido sea experimentado directamente por el cuerpo), se mueve hacia el
lado derecho, y a medida que una pieza musical va adquiriendo capas de significado
lingüístico, se mueve hacia el lado izquierdo, y todos los sonidos con niveles intermedios
109
Ibíd.
110
Ibíd.
41
Es importante destacar que los colores tienen que ver con calidez o frialdad
emocional y sensorial, independiente de si el sonido es efecto, música o palabra. Es decir,
una música puede servir únicamente para conferir un mensaje lingüístico o racional y por
lo tanto ser emocionalmente fría, como por ejemplo señalar la fecha o espacio geográfico
en donde se desarrolla una ficción, y un texto puede ser una mera excusa para que un
personaje exprese una emoción o para provocarla en el público, como por ejemplo en un
ataque de rabia. Según Murch, tiene que existir un balance en la paleta de colores en un
producto audiovisual. Al igual que con las notas musicales, tenemos que estar pendientes
de cuales superponemos, porque al hacerlo creamos “acordes” de significado y
emoción.112
111
Ibíd.
112
Murch, 1989, pág. 4
113
Murch, 1989, pág. 7
42
Si bien esta es una herramienta planteada para cine, consideramos que las capas
también son un elemento importante a considerar a la hora de musicalizar propuestas
escénicas. Pensamos que aquí reside la solución a la pregunta planteada antes, acerca de
los criterios para combinar los elementos puestos en escena: en todo momento hay un
elemento principal en escena; considerar a todas las capas sonoras que están en juego nos
permite encontrar el complemento perfecto, y del color necesario para contar la historia
en ese momento.
Los conceptos expuestos arriba nos ponen ante una perspectiva sobre la poli-
estética en las artes escénicas desde la cual podemos nombrar y clasificar las capas
sonoras que están en juego en cada momento de un acontecimiento escénico. A partir de
aquí, podemos generar una partitura emocional del objeto a musicalizar, lo cual nos
permite, como diseñadores sonoros, precisar claramente las necesidades del hecho
escénico. Sin embargo, consideramos que aún queda por aclarar la forma en que
abordaremos el espacio metafórico. Es decir, ¿cómo podemos validar la metáfora como
parte del proceso creativo del artista y de los estados emocionales y corporales que
buscamos generar en la audiencia; cómo podemos convertirla en una herramienta que esté
al servicio de nuestra partitura emocional? Finalmente, todos los elementos de un hecho
escénico pueden ser clasificados en esta escala de calor o frialdad.
114
Murch, 1989, pág. 12
43
Nick Zangwill aporta una teoría acerca de la relación entre música y emoción que
nos permite hacer justamente eso. Zangwill rebate la teoría literalista de que la música
tiene propiedades emocionales, o que es capaz de evocarnos emociones, con una teoría
no-literalista que sostiene que ésta cumple “la función de sostener propiedades estéticas.”
Su Teoría de la metáfora estética desestima la visión literalista por tres motivos:
Por otro lado, también podemos describir la música con muchos calificativos que
no son emocionales, pero sí metafóricos. Si la describimos como delicada, balanceada,
aguda o “que se mueve ágilmente de nota a nota,” que son descripciones evidentemente
metafóricas, tiene mucho sentido tratar de la misma forma a una descripción como
“rabiosa” o “melancólica.” Desde el punto de vista de la practicidad, las descripciones
emocionales en la música casi siempre están conectadas con otras de tipo metafórico que
115
Zangwill, 2007, pág. 391
116
Zangwill, 2007, págs. 391-392
44
resultan necesarias para completar su sentido. Por lo tanto, aunque las separásemos como
dos formas distintas de descripción, en la práctica nunca podrían estar realmente aparte.117
Además, dado que las emociones son estados mentales y corporales que las
personas habitamos, y que distinguimos con palabras, aplicar esos mismos términos para
describir algo que no está siendo sentido en nuestro cuerpo es, cuando menos, un uso
extendido de la palabra (por lo tanto, metafórico). Lo que comienza a aparecer aquí es
que las descripciones que podemos hacer de la música son, en su mayoría, “descripciones
metafóricas de sus propiedades estéticas.”118 Por otra parte, de aquí también se desprende
que podemos analizar cualquier manifestación artística de este modo, no solo a la música.
Esta teoría nos permite integrar las sensaciones y emociones que la música
despierta en nosotros, legitimarlas como descripciones metafóricas y aplicarlas en los
procesos creativos musicales y de análisis. Este acto tiene un efecto concreto, que es
permitirnos transformar estéticamente el acontecimiento escénico de acuerdo a lo que,
como artistas, nos produce el objeto al que vamos dando forma. De este modo, se abre un
canal de conversación entre artista, objeto y público que resulta de suma importancia
cuando hablamos de propuestas artísticas vinculadas con un contexto social como es el
teatro de Yuyachkani.
Ahora bien, aún nos falta mirar la relación entre la música y el cuerpo: ¿Funcionan
de la misma forma las metáforas que están relacionadas al mundo corporal? Como
establecimos antes, la música es sonido-bailarín por su poder evocativo de movimiento,
y en ese sentido altera nuestro cuerpo de forma directa. Desde la perspectiva de Zangwill,
si una música nos acelera el corazón, por ejemplo, esto ocurre porque interpretamos que
tiene una tensión y una energía altas, que está cargada, que es tumultuosa, intrépida, etc.,
y el hecho de interpretarla así genera ese cambio en nuestro cuerpo.119
117
Zangwill, 2007, págs. 392-393
118
Zangwill, 2007, pág. 393
119
Zangwill, 2007, pág. 396
45
lo hacemos desde nuestro cuerpo poético, pues es desde allí que podemos extraer las
descripciones metafóricas. Nuestros cuerpos tienen una tendencia primaria de sincronizar
nuestros ritmos corporales con lo que nos rodea. Querámoslo o no, la música altera
nuestro cuerpo porque la vibración nos influencia físicamente, y dicha influencia se
manifiesta a través de una predisposición a sentir cierto tipo de emociones y/o a realizar
cierto tipo de interpretaciones respecto de lo que nos rodea; en el contexto de una puesta
en escena, nos predispone a juzgar de una manera en particular lo que vemos.
CAPÍTULO III
La realidad supera la fantasía. [...] Los restaurantes, centros comerciales, oficinas,
centuplican sus medidas de seguridad. [...] Hay quien ha llevado la paranoia al
extremo y ha minado su casa y edificio. Lima, a la manera de la colonia, se vuelve a
amurallar y proteger de sí misma. La decisión de ir al teatro se convierte en un riesgo
o un hecho político. Nada garantiza que el apagón inicial de una obra coincida con
un apagón más en toda la ciudad.
Con este montaje, Yuyachkani afirma una serie de propuestas que fueron
apareciendo a lo largo de su trayectoria, a modo de conclusión de toda esa búsqueda. Así
mismo, ratifica la posibilidad de crear una dramaturgia nacional cuya construcción
enlazara de forma muy fina una serie de elementos escénicos simbólicos, suscitando un
diálogo con la realidad en que ocurre. Esta plástica dramática se integra a los procesos
cultural e histórico en que aparece, “en el camino de afirmar una identidad cultural, social
y de grupo; desarrollando una cultura, no repitiendo.”121
Al mismo tiempo, con esta obra Yuyachkani comienza a explorar la relación entre
teatro y mito. Aparece la herramienta no sólo de invocar mitos del pasado al espacio
escénico, sino de crear una estructura dramática mística, es decir, crear y teatralizar sus
propios mitos, “antes que como inquietud estética, como opción para explicarnos lo que
sucede en el presente, y que nos parece que no sólo se debe abordar desde el frío
razonamiento científico.”122 En la concepción de este presente “místico,” hay mitos del
pasado que cobran una vigencia extraordinaria, como el de los “zorros devoradores” y el
120
Salazar del Alcazar, 1990, pág. 12
121
Rubio, Notas sobre teatro, 2001, pág. 68
122
Rubio, Notas sobre teatro, 2001, pág. 69
47
del “pishtaco,” este último con innúmeras versiones hoy, especialmente en la zona
declarada en emergencia.”123
Hacer teatro partiendo de este espacio místico les permite, por un lado, abordar
escénicamente la situación del país con mucha precisión desde la metáfora y ponernos,
gracias al hilo narrativo lineal, en la óptica de uno de los agentes del conflicto, los
damnificados. Por otro lado, el lenguaje onírico que se deriva de este misticismo permite
una soltura en el uso del espacio escénico, posibilitando la introducción de personajes de
la Diablada puneña, procedente de una fiesta patronal, “en una estructura dramática más
compleja que la de un pasacalle.”124
Sinopsis de Contraelviento
Contraelviento es un drama místico que está basado en el mito de Los dos zorros
devoradores. Este mito, utilizado ya por Arguedas en su libro El zorro de arriba y el zorro
de abajo para reflexionar sobre la situación del país, habla sobre una pobre mujer de las
alturas que queda encinta, sin saber de quién, en un mundo que está enfermo. Esta mujer
pare a dos hijos y, desobedeciendo a las palabras de un sabio, se voltea a mirar su
creación:
Vió como hervía el mundo: el zorro negro iba hacia la cordillera, el otro, el blanco,
bajaba y se hundía en el mar. En los pueblos de abajo corría el zorro blanco
comiendo a la gente y haciendo huir y surgir a hombres que se convertían en piedra,
en los cerros a los que ahora dejamos alcohol y coca. El zorro de arriba se comía a
los pueblos de este mundo, a los ricos de las épocas antiguas. Cuando vio todo eso
123
Rubio, Notas sobre teatro, 2001, pág. 69
124
Rubio, Notas sobre teatro, 2001, págs. 67-68
48
Cuando están por partir, Coya es secuestrada por el Huayra, o Viento Maligno, un
personaje poderoso que está conformado por tres individuos: el Diablo Caporal, que es
la cabeza del Huayra, y dos secuaces que actúan en su nombre, el Arcángel y la China
Diabla. El viento se lleva a Coya a la fuerza y la deposita en su guarida. Coya conoce al
Arcángel, a la China, y al Caporal, que está enfermo. Bajo la ilusión de que la han salvado
de morir a manos del viento maligno, Coya sana al Caporal con sus poderes. Después de
la sanación les dice que debe regresar con su familia, pero no le permiten irse.
Mientras tanto, Huaco anda buscando a Coya en los pueblos de las montañas y
presencia la masacre de uno de esos pueblos, perpetrada por el Huayra maligno. Puede
ver a Coya entre los secuestrados, pero no los puede alcanzar. Así, Huaco decide separarse
de Papay y su búsqueda por las semillas de la vida y partir a las montañas a luchar en
contra del Huayra (como el zorro negro). Papay le da su fuerza y bendición a través de
un bastón y una máscara.
125
Ortiz, 1977, pág. 88
126
Ibid.
127
Ibid.
49
Papay parte en busca la guía del Apu Huamani para encontrar las semillas, se
siente sin esperanza. Encuentra a Coya envuelta en una manta, quien ha estado encerrada
mucho tiempo. Coya tiene un nuevo sueño en donde ve caballos corriendo. Papay la
ayuda a canalizar el sueño y aparece La mosca azul de la muerte. Aparecen tres personajes
totalmente cubiertos en capas y máscaras negras, portando violines. Coya interactúa con
ellos, canaliza a varias víctimas del Huayra. Así, Papay y Coya se enteran de que el
Huayra es el Caporal y sus secuaces. Coya quiere bajar a la costa a buscar justicia por los
crímenes cometidos a sus hermanos (como el zorro blanco). Papay entrega a Coya su
aliento, a través de una quena.
Luego, llaman a Coya, a que presente su caso. Ésta habla a través de su quena y
los Machu Tusuq se burlan. Entra Felipe, el traductor, y cuenta a los jueces, en quechua
y en castellano, que el caporal ha matado a mucha gente quitándoles la grasa (aquí está
introducido el mito del Pishtaco), que ha arrasado con pueblos, que se está destruyendo
el maíz de la vida. Los jueces, hablando en inglés, descalifican su testimonio por tener un
padre y una hermana peligrosa. Aluden a las sagradas escrituras, que dicen que nunca hay
que escuchar a las hechiceras y dan por cerrado el juicio.
Coya insiste, y Felipe, siendo también campesino, sabe que ella tiene razón. Pero
al subir al palco de los Machu Tusuq, la China le pone un sombrero de juez por encima
de la pared, y su discurso se transforma. Traiciona a Coya y da la razón a los Machu
Tusuq. Estos realizan una celebración y se van.
con su máscara, su bastón, y una antorcha. Se encuentran, pero las dos siguen con sus
caminos distintos. Huaco le dice que el fuego debilita al Huayra y se va. Coya quiere
encontrar a Papay y se duerme.
Antes de iniciar, nos parece conveniente hacer un breve listado de las herramientas
que hemos planteado para nuestro análisis escénico-musical de una forma simple, para
tenerlas a la mano. Son las siguientes:
- Color sonoro-conceptual.
- Metáforas como herramienta descriptiva del acontecimiento sonoro.
- Creación de símbolos o significados. Asociación del sonido con
determinados elementos.
- Caracterización. El elemento sonoro como parte intrínseca de los personajes
o de los espacios ficcionales. (Aquí incluimos representación de identidad)
- Evocación de emociones, sentimientos o estados de ánimo.
- Generación de espacios rituales.
51
Contraelviento nos recibe con una escenografía muy simple: suelo de madera, dos
paredes diagonales de barro no muy altas en la parte de atrás separadas por un hueco de
entrada, con tan solo algunos ladrillos de barro y bloques de paja apiñados frente a ellas.
En el centro, una gran manta cubre a los tres protagonistas de la historia, que tararean la
polifonía del Hanaq Pachap mientras a su costado el Ekeko, narrador de este mito
originario, comienza a contarnos la historia. Desde este primer momento, podemos darnos
cuenta de que la música está entrelazada con el concepto dramatúrgico de la obra.
Manrique, en el texto publicado por Yuyachkani acerca de Contraelviento, se refiere a
este primer canto como un Ayataqui, que es un canto elegíaco a los muertos.128 Por lo
tanto, hay una serie de mensajes implícitos en el uso de esta pieza.
128
Manrique, 1990, pág. 14
129
Recuperado de http://www.musicaantigua.com el 28 de diciembre de 2017.
52
de imágenes. Tercero, funciona como elemento para abrir un espacio ritual en el escenario
(junto con la manta y con las semillas de la vida), que se cerrará al final. Y, por último,
funciona como un telón metafórico que, al levantarse, dará inicio a la historia.
La familia
Este primer canto forma parte un mundo sonoro que es característico de la familia
durante toda la obra y que tiene una serie de particularidades. Primero, toda la música y
efectos sonoros tocados por la familia y alrededor de ella, sean diegéticos o
extradiegéticos, están interpretados de forma improvisada. Es decir, evidentemente hay
melodías que han sido compuestas para la obra, pero son interpretadas libremente, nunca
se repiten dos veces exactamente igual. Más bien, hay una serie de motivos (las
estructuras melódicas más pequeñas y esenciales de una melodía) que caracterizan a las
melodías y que son utilizadas libremente por los actores y músicos. Segundo, se compone
por los siguientes instrumentos: canto, quenas, quenacho, moxeño, pututo, semillas y
130
Ortiz, 1977, pág. 89
53
tambor andino. Tercero, la mayor parte de las melodías están basadas en la escala
pentatónica menor, que guarda una connotación andina.
El canto 1 en particular está formado por dos motivos: las negras ascendentes que
descansan en una nota aguda, y el descenso de dicha nota aguda por dos corcheas.
Señalamos los dos motivos y su uso en conjunto (fig.1). Rítmicamente, está caracterizado
por un ostinato (figura musical que se repite sin descanso) de semillas a un ritmo de
negras sin ningún acento, lo cual le permite improvisar sin respetar un marcador de
compás específico, generando frases de distinta longitud indistintamente.
Figura 1
(repetición de canto 1) se acompaña golpeando el suelo con su bastón, que tiene las
semillas amarradas arriba.
Ahora bien, la función de los cantos siempre es invocar sueños o espíritus. Esto
significa que el canto de Papay, dentro del mito, representa un canal de comunicación con
mundos o seres metafísicos. El canto principal, que podríamos llamar “canto del
equilibrio,” dice mucho acerca del desarrollo dramático de la obra. En su primera
intervención, el canto representa la capacidad de Papay de reestablecer el orden como un
poder latente, mientras que al final el canto representa el despliegue de ese poder, y a
través de él genera un enorme movimiento a su alrededor y cierra la acción dramática.
Además, como podemos ver, hay una distancia de dos octavas entre la melodía
que Papay toca en la quena y las melodías extradiegéticas que lo acompañan,
representativas del Apu. Como hemos indicado, la música se establece como un hecho
humano a través de los timbres de la familia (quenas, quenacho, tambor, semillas). Por lo
tanto, el uso del quenacho para caracterizar al Apu estrecha aún más el lazo entre éste y
el mundo de los humanos. Más adelante, en la escena del juicio, los Machu Tusuq niegan
dicha conexión con lo sobrenatural, tildándola de “hechicería” y desacreditando a Coya,
una humana, por ello. Lo que esto implica a nivel de la obra es que se establece una
relación metafórica entre humanos y campesinos / migrantes, por un lado, y personajes
relacionados a la diablada y agentes de la guerrilla / fuerzas armadas / estado, por el otro.
55
Figura 2
Vamos viendo cómo la música en esta obra es un elemento esencial, porque, sin
ella, los personajes carecerían de sentido. Continuemos con Papay. Hay dos momentos
en que este personaje es referenciado por otros a través de la música. En el momento en
que el Arcángel y la China amenazan a Coya con matar a su padre para obtener
información, lo hacen a través de su canto (fig.3). El Arcángel canta una melodía imitando
a Papay mientras la China juega con su sombrero; luego el Arcángel hace el ademán de
clavarle su espada al sombrero. Este es el único momento de toda la obra en que uno de
estos personajes emite sonido, reforzando la idea de que el poder de emitir sonido es
característico de la familia.
Figura 3
56
La segunda referencia a Papay ocurre en la escena final (fig. 4). Papay está en
estado de debilidad extrema, casi al borde de la muerte. Cuando Coya le da fuerzas, y
comienza a recuperar su poder, comienza a sonar una imitación extradiegética de su
melodía, que va cobrando cada vez más fuerza. De nuevo, esta melodía del equilibrio
representa el poder de Papay como el restaurador del orden. Esta melodía sigue sonando
y creciendo hasta que Coya y Papay comienzan a cantar, y finalmente Papay se levanta
y entona él mismo la melodía en su máximo esplendor. Este último canto es el mismo
que al comienzo, pero está cantado dos tonos y medio más arriba (fa pentatónica menor)
y 20bpm más rápido. Por esto, suena más luminoso y con mucha más fuerza que antes,
es el cierre del ciclo que se inicia con el primer canto y es una metáfora de que Papay, el
mediador, ha cumplido su misión.
Figura 4
La última intervención de Papay que nos queda por abordar es la melodía 1, que
toca en su quena cuando se dirige al Apu. Esta melodía tiene una construcción musical
distinta a las otras intervenciones de Papay. Si bien pertenece al mundo sonoro de la
familia porque es pentatónica y porque es tocada en la quena, es una melodía bastante
pausada, lo cual difiere del estilo de sus cantos, que son más bien rítmicos, y tiene dos
intenciones. El primer sistema tiene un carácter melancólico que refleja la emoción de
Papay, que no encuentra respuestas en ese momento, y el segundo sistema, que adquiere
un perfil rítmico, tiene un carácter alegre y esperanzador, pero se interrumpe
abruptamente. Las notas de descanso son largas, y el resto de notas son muy rápidas, casi
todas son apoyaturas (adorno musical que precede a una nota). El estilo melódico de este
momento está muy marcado por la forma física de la quena, ya que ese tipo de figuras
rítmicas son coherentes con el instrumento.
y por Coya son los mismos, pero sometidos la fuente (quena y voz) y el personaje (Papay
y Coya) que los realizan. Además, cuando Papay toca su quena, hace la primera frase
(marcada en rojo), la segunda frase (verde) y se interrumpe. Pero, cuando Coya hace la
melodía, hace la primera frase, hace la segunda frase (incluso sube un tono aquí para
agregar dramatismo), y regresa a la primera. Con este final, cierra la idea musical que
había sido dejada abierta y nos da a entender que aquello que Papay buscaba durante la
escena ha sido encontrado. Podría pensarse que la respuesta del Apu fue revelarle el lugar
en donde Coya está enterrada.
Finalmente, cuando Coya va a pedir justicia, Papay le entrega esta quena y le dice
“Toma, llévate mi aliento.” Este aliento que Papay le entrega es, en realidad, una metáfora
de la esperanza de que las cosas mejoren. Coya es el zorro blanco y, a diferencia
Figura 5
de Huaco, no cree en la violencia como medio para solucionar las cosas; su esperanza es
que haya justicia, que haya paz. Esta esperanza se ve claramente retratada en el carácter
alegre de la melodía tocada por Papay en la quena, y después en la melodía 3, tocada por
Coya cuando está yendo a buscar esa justicia (fig.6). Si bien siguen estando en tonalidad
58
menor, las dos melodías, sobre todo la 3, tienen un ritmo alegre, vivaz. Coya incluso lo
expresa con su cuerpo al tocarla.ffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffff
Figura 6
mucho más adelante cuando intentaba conectarse con Huaco guerrera y no le era posible
por diferencias ideológicas. Cuando Coya canta esta canción, Huaco se desarma y se
conecta con el cariño que tiene por Coya, saliendo temporalmente de su violento estado
emocional. La melodía está construida sobre un arpegio de tríada de la bemol mayor. La
tonalidad mayor y el uso exclusivo de las notas de la tríada (el conjunto de tres notas más
consonante posible) dibuja un vínculo especial de cariño entre ellas.
Figura 7
Figura 8
60
Esta melodía es muy simple, y es cantada con un aire suave, pausado. La simpleza
del motivo evoca ingenuidad y pureza. Pareciera decir que siempre existirá un suelo
común a pesar de las diferencias. Al mismo tiempo, es una representación musical de la
relación entre Coya y Huaco durante la obra: El motivo está compuesto por dos corcheas
iguales (las dos hermanas juntas), seguidas por dos notas que son de duraciones y alturas
diferentes, una negra y una blanca (cada una busca su camino). La relación es evidente.
Además, el motivo siempre se repite subiendo por la tríada; la segunda vez que aparece
sube un peldaño más, significando que la diferencia ideológica se ha acentuado. Es más,
al final de la escena en que Coya le dice a Huaco que se unan, y Huaco decide partir,
Coya hace el motivo en un último intento por retenerla, y Huaco de todas maneras se va.
Esta vez, Coya no completa la melodía, no canta la última nota (fig. 9), es decir, esta vez
Huaco la deja sola. Si observamos el movimiento de la melodía, vemos que una de ellas
siempre quiere irse (la, do, mi), mientras que la otra siempre regresa a la misma nota (mi,
la nota de inicio).
Figura 9
Ekeko - Hubo una vez un cóndor que nunca abrió totalmente sus alas. Un día, sus
críos fueron arrancados de sus nidos y el cóndor tuvo que desplegar sus alas como
nunca antes lo había hecho para poder recuperarlas. Ese día, el cóndor aprendió a
volar contra el viento.
Coya - ¿Quién hubiera pensado que esto iba a ser así? Muerte, pura muerte.
Contraelviento, 1989
61
Figura 10
Después del Huaya Yuyay, en la guarida del Caporal, Coya realiza dos cantos para
realizar su sanación. Al igual que con Papay, el canto de Coya es la manifestación de su
poder, que en este caso es la sanación. El canto 3 (fig. 11) es un canto de preparación
propia, como si llamase las energías necesarias para realizar la sanación. Es una melodía
muy simple del arpegio de tríada de la bemol mayor. Tiene un motivo musical que ya
hemos visto antes en Huaya Yuyay: dos corcheas seguidas de una negra. Los dos cantos
hacen referencia a espacios íntimos de Coya, por lo cual parece que estamos en presencia
de su motivo característico.
Figura 11
131
Recuperado de https://www.slideshare.net/EnzoOliveraLaureano1/diccionario-quechua-espaol-justo-
ruelas el 2 de enero de 2018.
62
Figura 12
Si bien Coya tiene otras intervenciones durante la obra, por ahora mencionaremos
solo una más: el canto de la última escena en que Coya le brinda poder a Papay (fig. 13).
Después de decirle “Tu eres el Auqui,” le pone el sombrero cantando sobre un arpegio de
B, pero no utiliza el tercer grado, sólo utiliza Si y Fa#. Así como una tríada mayor es el
acorde más consonante posible, un bicordio de quinta justa como este es la combinación
de notas más sólida posible. Sobre esta estructura sólida, Papay va adquiriendo fuerza y
se une al canto. Esto posibilita que finalmente, con la entrada del órgano, Papay estalle
en el último canto, restaurando el orden.
La melodía que canta Coya en este momento está en función de Papay, cumple la
función dramática de sostenerlo. Los cantos de Coya en el resto de la obra son siempre
más pausados. Por más que sean intensos, como en la curación del caporal, siempre
sostiene las notas largo tiempo, y hace muchos glissandos entre nota y nota. Esta melodía
difiere de las otras melodías que canta Coya en que es más rítmica, salta ágilmente de
63
nota a nota y es más rápida. Estas características musicales pertenecen a Papay, con lo
cual se evidencia que el canto es para él.
Figura 13
Violencia y Muerte
Figura 14
Por último, al final de esta escena, cuando Huaco comienza a contar lo que ha
visto, tenemos una vez más el uso cinematográfico del sonido con un intercambio de
volumen. Huaco comienza a contar su historia moviendo los labios sin emitir sonido, con
el órgano a todo volumen. Cuando comienza a hablar, el órgano baja el volumen y pasa
65
a segundo plano, pero la acompaña por varios segundos antes de irse. Es decir, en sonoro-
conceptual está naranja durante toda la escena (porque no tiene desarrollo, el desarrollo
está en la danza del Huayra), y en ese momento pasa a un amarillo o verde para que Huaco
cuente su historia.
Figura 15
Aquí, Coya canaliza las voces de los muertos y desaparecidos a manos del Huayra. Desde
que Coya y Papay abren las puertas a la aparición de estos espíritus, comienza a sonar el
efecto 1, y suena durante toda la escena mientras los violines no estén tocando alguna
melodía. Es un efecto sonoro que está entre el amarillo y el naranja porque los glissandi
y pizzicati producen una sensación física de incomodidad, y transmiten una imagen como
de bichos pequeñitos que se mueven por todas partes, el sonido del efecto envuelve al
oyente, tal como los personajes envuelven a Coya. En este contexto, aparecen dos cantos.
Los muertos se presentan con el canto 8, voz de Coya y violines al unísono. La letra es la
siguiente:
66
Escucha las trompetas, como suenan. Escucha los tambores, como suenan. Esa es
nuestra sangre, nuestra vida. Ese es nuestro hueso, nuestra carne, nuestra grasa.
Contraelviento, 1989
Figura 16
67
Bandas
Primero, esta es una pieza musical que tiene muy poco de improvisación. El
arreglo a tres voces de la melodía, además de demostrar una brillante habilidad técnica en
la interpretación musical, implica que la melodía ha sido ensayada tal cual de antemano;
la obra termina con esta pieza, tocada igual. Además, a diferencia de los cantos de la
familia, que son de duración y estructura indeterminadas, esta pieza tiene una forma
binaria A B, y tiene un comienzo y final claros. Segundo, la tonalidad es mayor, la
cadencia es festiva y el color de los vientos de metal, comparados con las maderas y
semillas de la familia, es muy brillante.
Figura 17
Inmediatamente después de la danza del Ekeko, entran los secuaces del Huayra
maligno. Su música también tiene una instrumentación de banda, pero sin el saxofón (fig.
68
18). A pesar de que su melodía también está en tonalidad mayor, y de que la música
también está arreglada y tiene estructura definida, la interpretación de esta pieza le da un
color decadente en comparación a la música del Ekeko que escuchamos justo antes. El
color emocional de esta pieza, por el ostinato en semicorcheas de la tarola, las
semicorcheas que hace la trompeta y ese la becuadro (que nos pone en el modo lidio de
mi bemol) que señalamos, es de una luminosidad extrema, tan descarada que se vuelve
oscura por oposición, es como si pretendiera ser luz y es todo lo contrario, lo cual es la
descripción exacta de los secuaces.
Después de esta pieza, los secuaces tienen una conversación con Coya en donde
hablan a través de la música y la danza. Es decir, suenan fragmentos de su melodía
característica utilizando los cuatro instrumentos a la vez, acompañados de saltos y gestos,
y Coya los recibe como mensajes lingüísticos. Esta curiosa función de la música como
dialecto es utilizada en varias ocasiones durante Contraelviento, y es una metáfora
escénica de la multiplicidad cultural y lingüística del país.
Figura 18
69
Los Machu Tusuj, además, tienen un elemento sonoro-conceptual naranja que está
presente todo el tiempo. Realizan burlas, risas y comentarios sonoros todo el tiempo, de
una forma que parecen salidos de una caricatura. A través de este efecto sonoro subrayan
la sensación de injusticia en la escena, porque dan a entender que los Machu Tusuq se
divierten con los casos que ocurren frente a ellos, y en donde siempre ganan quienes
pertenecen a su círculo de poder. En la interacción entre el campesino que entra al
comienzo, el Arcángel y la China, y más tarde incluidos Felipe y Coya, se evidencia una
clara jerarquía cuya cabeza es el Caporal, y que imposibilita el ejercicio de la justicia.
70
Figura 19
Figura 20
La primera tiene notas largas, es bastante pausada y con varias apoyaturas (ya
hemos dicho que las apoyaturas son coherentes con el instrumento); al final incrementa
en velocidad y dinámica. Dice que viene a pedir justicia. Ya que es un pedido que Coya
personalmente está haciendo, tal vez la cadencia lenta hace referencia a ella, pues esa es
una de sus características musicales.
La segunda tiene una clara cadencia de huayno, y termina con unas notas fuertes
y urgentes similares al final de la primera. Ésta habla acerca de la destrucción de las
comunidades a manos del Huayra. Tal vez el huayno haga referencia a dichas
comunidades a través de su cultura popular, así como fueron referenciadas en la escena
de la muerte con el Avergonischay.
La tercera habla acerca de la destrucción del maíz de la vida y tiene una cadencia
de carnaval. También termina en notas agudas y fuertes. Finalmente, con su último
aliento, Coya habla acerca del Pishtaco, que les está quitando la grasa. Esta melodía hace
uso de una técnica extendida en la quena en que el aire combina con voz, generando un
doble tono que resulta en un timbre distorsionado. Además, la melodía no termina en
notas al azar como las anteriores, sino que tiene un final claro y contundente. Con esta
melodía, Felipe se convence de que Coya tiene razón, lo cual finalmente no tiene
importancia.
El “personaje” de la música
Las intervenciones en escena de los Machu Tusuq que mencionamos (fig. 20)
contienen este elemento: la primera intervención es un anuncio de trompeta y tarola de
que va a entrar el Arcángel, tiene una connotación de realeza, es la entrada de alguien
muy importante. Sin embargo, el actor interpreta la melodía de tal forma que resulta
decadente, es decir (igual que la música del arcángel), pretende ser glorioso, pero en el
fondo es todo lo contrario. La segunda intervención, en cambio, es una melodía
72
celebratoria tocada de forma impecable por los mismos personajes y con los mismos
instrumentos.
Figura 21
La música de esta obra, sobre todo la extradiegética, funciona de esta esta manera
en muchos casos, con “personaje.” Al referirnos a la música como personaje, es necesario
remitirnos al “primer exponente de lo que se denomina Ópera, [...] la primera vez en que
73
Hay una serie de elementos en esta ópera que guardan similitud con
Contraelviento, implicando una profunda relación del teatro de Yuyachkani con el teatro
occidental, cuya combinación con los rasgos escénicos del teatro andino hacen el uso de
la música en su teatro tan interesante. La música en Orfeo es un personaje simbólico
humanizado que cumple la función de presentar la obra en el prólogo, y la Esperanza, de
la misma forma, acompaña al héroe en su entrada en los abismos infernales. Hay, además,
asignación de timbres sonoros a cada uno de los personajes mitológicos o simbólicos: La
música con Clavicémbalo, el canto de Orfeo por dos contrabajos de viola, Eurídice por
dos violas de brazo, “los demás por diversos instrumentos de cuerda y los de viento, se
reservan para los intermedios sin palabras de carácter festivo y triunfal.”135 Los coros, por
su parte, hacen intervenciones sentenciosas cargadas de una intención moral, son un
observador sabio que interviene estando fuera de la situación.136
132
Redlich, 1988, pag. 120; en Cotello, 1998, pág. 158
133
Cotello, 1998, págs. 158-159
134
Mila, 1998, pag. 103; en Cotello, 1998, págs. 165-166
135
Cotello, 1998, págs. 167-168
136
Ibíd.
74
Figura 22
Figura 23
76
Figura 24
hablar. Las notas utilizadas en la intervención del quenacho A (escala menor) nos remiten
a la improvisación 1. Dada la connotación trágica que se ha establecido para el uso de esa
escala, puede estar haciendo referencia a la pérdida de la esperanza de encontrar las
semillas de la vida. Luego, el quenacho B, que aparece al terminar el canto de Papay,
utiliza un intervalo de quinta justa, pero utilizado de esta forma, no como bicordio sino
como melodía, transmite más urgencia que estabilidad.
Las dos melodías de los quenachos tienen un color naranja, son efectos sonoros
emocionales sin desarrollo musical. Además, a diferencia de las primeras
improvisaciones, estas dos melodías son sencillamente repetidas una y otra vez. Sin
embargo, el quenacho B tiene “personaje,” porque su interpretación nos transmite una
urgencia que no se encuentra en las notas. Ahora bien, sobre el quenacho A, Papay canta,
sumando una capa de rojo por el contenido musical y una de azul, pues tiene una letra en
quecha, y sobre el quenacho B Papay realiza una especie de oración en forma de susurros
que se transforma en jadeos, una transición que se va moviendo del color rojo (canto)
hasta el color verde (jadeos, que son un efecto sonoro que simplemente indica cansancio).
Por último, es posible que los quenachos representen al mismo tiempo la presencia del
Apu, pues, si bien Papay piensa que no le ha respondido, finalmente le muestra dónde
está Coya.
Si bien en una obra de teatro rara vez tenemos más de dos capas sonoras
simultáneamente, con lo cual no existe el peligro de que se cancelen entre sí, en las
intervenciones que hemos analizado a lo largo de este capítulo se evidencia que existe un
equilibrio entre las capas sonoras utilizadas con propósitos lingüísticos, con propósitos
emocionales y con propósitos musicales.
Como hemos visto, en Contraelviento se manejan los tres usos del “personaje” en
la música. Como personaje simbólico, es característico de la familia, e implica
78
Por último, queremos mencionar un uso híbrido que ocurre en la banda 5 (fig. 25),
en la cual aparecen los secuaces debilitados, y la música tiene un fuerte “personaje”
interpretativo. Esta música tiene un color rojo y a la vez verde (porque nos habla sobre su
debilidad). En esta escena, el Huayra está muy débil. En comparación al implacable poder
que demostraba antes, ahora está, por decirlo de alguna manera, “patas arriba.” El motivo
de la trompeta en esta melodía nos da esa información, pues es el motivo inicial de los
secuaces (fig. 26), pero invertido y “borracho.”
Haciendo un repaso del guión sonoro completo, podemos darnos cuenta de que la
historia se cuenta desde la música también. El Hanac Pachap abre un espacio ritual, pero
en forma de Aya Taqui, porque veremos un mito sobre la muerte. Con el Canto 1, se
establece que existe un espacio metafísico al que se accede a través del canto, y se
establece a Papay como figura central en la dramaturgia. Las improvisaciones 1 y 2
establecen la premonición nefasta del sueño de Coya, y la 3 da a entender que la familia
queda en una posición de debilidad. Luego, antes de separarse, se establece el fuerte
vínculo de las hermanas con Huaya Yuyay, y un huracán de tambores y patillos se lleva
a Coya.
Figura 25
Figura 26
Los Machu Tusuq son sus jueces, la música que los acompaña nos indica que no
pertenecen al mundo de los humanos, sino al del Huayra. En efecto, desautorizan a Coya,
que habla en dialecto de quena, y la condenan, y en el transcurso matan a otro campesino
80
como ella y lo celebran con los mismos instrumentos que caracterizan a su grupo de
criminales. Finalmente salen apurados de escena (la música indica que están apurados).
Coya, desesperanzada, recibe el mensaje central de la obra a través del Ekeko, este
mensaje está resaltado por el silencio. Invoca a Huaco a través de Huañuyllaña, el canto
de la muerte, y Huaco viene. No se ponen de acuerdo y Huaco se va, pero el vínculo entre
ellas no se rompe del todo, pues ambas entonan el Huaya Yuyay. Entran los secuaces,
sumamente debilitados por las acciones de Huaco, lo cual nos indica la música que los
acompaña. Amenazan a Coya con matar a Papay, referenciándolo a través de su canto.
Coya sucumbe y les dice el secreto de su debilidad. Salen.
CAPITULO IV
Conclusiones
La discusión de la propuesta nos ha llevado lejos, sin dejarnos espacio para discutir
la enorme riqueza y complejidad de los recursos teatrales desplegados en una obra
que es de por sí un espectáculo extraordinario. Pero tal vez sea mejor así. Conviene
que aquello que va a ser directamente apreciado por los espectadores no sea mediado
por opiniones que condicionen su experiencia. Contraelviento es una prueba
concluyente de que la reflexión profunda, fruto de un distanciamiento que evita que
el raciocinio sea anulado por la emotividad del espectador, no es necesariamente
excluyente con una fiesta de los sentidos.137
Consideramos que son justamente los aspectos estéticos de esta puesta en escena
los que aportan grandemente al “establecimiento de nuevas [y necesarias] cadenas
asociativas, capaces de crear nuevas relaciones de sentido”138 dentro de una realidad
sumamente compleja. Un proceso de investigación tan profundo como el de
Contraelviento, llevado a cabo desde la técnica artística magistral de Yuyachkani, toca a
sus espectadores dejando una marca en ellos y genera reflexión justamente porque la
textura poli-estética generada en escena es coherente con su momento histórico y está
utilizada de tal forma que suscita recuerdo y reflexión.
137
Manrique, 1990, pág. 18
138
Ibíd.
82
Michael Chion, músico compositor y teórico francés que ha escrito varios libros
acerca de la relación de la música con la imagen, reflexiona acerca del efecto que una
forma de arte puede tener sobre otro: Si una escena neutra es “coloreada” con música
alegre, “parecerá explicar por sí misma ese sentimiento, sin necesidad aparente de la
música,” al mismo tiempo que la música misma quedará automáticamente asociada a
dicha escena.139 Podríamos decir entonces que dentro de una pieza artística la influencia
intertextual es profunda e irreversible para el espectador. Como hemos visto a lo largo de
nuestro análisis, la música en Contraelviento forma parte de un entramado poli-estético
cuyas capas actúan juntas en todo momento, no solo en la obra misma sino también a lo
largo de su proceso creativo.
Los usos que se dan a la música en esta obra efectivamente son sumamente
extensos, y sobrepasan grandemente el mero uso ornamental que en muchos casos se le
da en las artes escénicas. Su uso casi cinematográfico de la música en cuanto al manejo
de capas sonoras y de dinámicas para intercalar y combinar mensajes musicales y
lingüísticos es magistral, y sólo es posible gracias al minucioso entrenamiento musical,
creativo y poli-estético de los integrantes del grupo.
139
Michael Chion, 1997; citado en Cisneros, 2004, pág. 184.
140
Adorno & Eisler, 1976, págs. 18-20
83
Otro uso destacado es la música como acción escénica. La vemos aplicada en las
curaciones e invocaciones de la familia, en donde el ejercicio de la música, además de
simbolizar sonoramente a través de determinados instrumentos (en este caso la quena y
el canto) la capacidad de conectar con los mundos metafísicos de la ficción, es la acción
misma. Para ilustrar mejor este punto, podemos referirnos a un ejemplo contrario: la
destrucción del pueblo a manos del Huayra, en donde la música también es una
manifestación sonora de la violencia, pero no es la acción, sino una musicalización de la
acción.
Finalmente, la función musical que es tal vez más representativa del teatro de
Yuyachkani, y que resulta importante si consideramos el objetivo reflexivo y catártico de
sus obras, es la creación de espacios rituales. En el caso de Contraelviento, el Hanac
Pachap del inicio y celebración al final conforman una apertura y un cierre de un gran
84
espacio ritual que abarca toda la obra. Por otra parte, dentro de la misma hay varias
creaciones de espacios rituales internos, como las canalizaciones de las visiones de Coya
o el espacio que Papay crea y sostiene para que ella se encuentre con la muerte. Al primer
espacio podríamos llamarlo un espacio ritual extradiegético y a los otros espacios rituales
diegéticos.
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diablo danza, Huaco lo ve y China portan trompas como armas, las tocan. Trompas – juicio final Verde – significado
Escena 4 Huaco habla, “he visto Silencio Bastón – entrada de Papay Verde – significado
como matan” Golpes en el suelo con baston
Huaco se decide a Improvisación 5 Tambor y pututo - Caracterización Naranja – atmósfera
combatir Tambor, pututo, quena. Guerrero Arq. Guerrera. emocional
Danza de Waco y Papay, Sikus 1 Caracterización Rojo – música
quien da la bendición a Tambor se mantiene, Sikus (chaquil) Resalta importancia de la máscara Amarillo –
través de la máscara. significado a través
Waco parte de la música
Escena 5 Papay, danza Improvisación 6 Espacio ritual. Se transportó a un lugar Naranja – atmósfera
convulsionada. “vengo Tambor, platillos. Evoca tormenta. metafísico emocional
ante ustedes a pedirles Hacia el final entran quenas con mucho aire, Emoción Amarillo – evento
ayuda” agotadas como Papay. Representación de evento climático metafórico climático musical
Calma Improvisación 7 Ritual Naranja – atmósfera
Flauta (motivo cromático) emocional
Canto 5 Papay canta Rojo – música
Azul – conversación
Papay pregunta al Apu Improvisación 7 Ritual Naranja – atmósfera
Huamani por las semillas Motivo de flauta cambia, emocional
Melodía 1 Papay toca quena, y flauta se calla. Rojo – música
(Como si el canto y quena fuesen invocación) Azul – conversación
“¿Es que acaso este es el fin del hombre y de su
vida?”
Escena 6 Coya canta, Papay la Canto 6 Coya canta; silencio; Violín (imagen de Entrada de Coya Rojo – música
desenvuelve. mosca azul de la muerte, aparece cuando Coya Comunicación (Canto) Amarillo –
la menciona) Simbólico (Violín – Muerte) significado a través
de la música
Papay invoca visión de Canto 7 Semillas + canto – Canalizar sueño Rojo – música
100
Mil veces traidor Banda 4, parafraseo de melodía Machu Tusuq Caracterización Rojo – música
Salida de Machu Tusuq (Más rápida, en 6/8). Fade out con flauta y Coya derrotada (Platos + quena) Amarillo – efectos
platillo c/mallets sonoros
Coya y Cóndor aprende a volar Silencio Subrayar importancia de las palabras Azul – narración
Ekeko contra el viento para
recuperar sus crías
Escena 9 Coya llama a Huaco Canto 10, canto en quechua - wañuyllaña Ritual Rojo – música
Diálogo Coya y Huaco Efecto 3 Organo Efecto 3 – Muerte Rojo – música
Canto 2 Waya Yuyay, reencuentro Can 2 - Vínculo entre hermanas Verde – símbolo
Rotura de vínculo Azul – conversación
Escena Entran China y Arcángel, Banda 5, carnaval decadente. Trombón, Caracterización Rojo – música
10 como borrachos trompeta, platillo, tarola. Para entrada y salida “Personaje” Amarillo –
de China y Arcángel. significado a través
de la música
Azul – conversación
Se quieren llevar a Coya, Canto 11 Arcángel imita a Papay. Igual que en tribunal con quena de Coya, notas Amarillo –
la amenazan con matar a más agudas y fuertes implican sufrimiento significado a través
Papay, les dice el secreto, de la música
les lanza fuego y se van
Escena Coya habla con Ekeko, Efecto 4 Órgano, platillos con arco de violín Textura Naranja – Atmórfera
11 Ve a Huaco y Papay, que emocional
no se encuentran
Huaco le pone máscara y Improvisación 9 Papay toca flauta grande Espacio ritual Naranja – Atmórfera
le entrega bastón Ritmo con semillas Símbolo o significado – Vínculo entre familia emocional
Semillas de la vida, Coya Canto 1 (Quena) Melodía de Papay. Coya y Can 1 – Da la importancia en la escena a Papay, Rojo – Música
y Huaco se enfrentan, Huaco representan a los zorros ha traído las semillas Verde – Significado
Papay menciona a los
zorros
Juntos otra vez Los tres cantan y bailan sus propios Caracterización: personajes manifestados a Rojo – Música
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