El Ministerio de La Música en La Biblia

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EL MINISTERIO DE LA MÚSICA

EN LA BIBLIA
Al discutir la importancia de música en la Biblia, nos hemos enfocado
hasta ahora en el papel del cantar en la experiencia espiritual personal. Muy
poco se ha dicho del ministerio musical realizado primero en el Templo, y luego
en la sinagoga, y finalmente en la iglesia primitiva. Un breve examen del
ministerio musical público en los tiempos bíblicos ofrece lecciones significativas
para la música de la iglesia hoy.

(1) El Ministerio de la Música en el Templo

Muchos de aquéllos involucrados en el ministerio musical contemporáneo


se basan en los distintos estilos de música del Antiguo Testamento para
así "hacer la suya." Ellos creen que la música producida por instrumentos de
percusión y acompañada de baile era común en los servicios religiosos. Por
consiguiente, ellos mantienen que algunos estilos de música rock y de baile son
apropiados para los servicios de la iglesia hoy.

Un estudio cuidadoso de la función de la música en el Antiguo


Testamento revela algo distinto. Por ejemplo, en el Templo los músicos
pertenecían al clero profesional, tocando sólo en limitadas y especiales ocasiones,
y usaban sólo unos pocos instrumentos musicales específicos. No había ninguna
posibilidad de convertir el servicio del Templo en un festival de música dónde
cualquier "banda de rock" judía pudiese tocar la música de entretenimiento de la
época. La música estaba rígidamente controlada en el Templo. Lo que es correcto
respecto del Templo lo fue también después correcto respecto de la sinagoga y la
iglesia primitiva. Este estudio nos ayudará a entender que en la música, como en
todas las áreas de vida, Dios no nos da la licencia para "hacer lo nuestro".

La institución del Ministerio Musical. La transición desde la vida


incierta, nómada en el desierto a un estilo de vida permanente en Palestina bajo la
monarquía permitió la oportunidad de desarrollar un ministerio musical que
pudiese satisfacer las necesidades de la congregación que rendía culto en al
Templo. Antes de este tiempo las referencias a la música están principalmente
relacionadas con las mujeres cantando y bailando para celebrar eventos
especiales. Miriam guió a un grupo de mujeres en el canto y el baile para celebrar
el descalabro de los egipcios (Ex 15:1-21). Las mujeres jugaron y bailaron para el
David victorioso (1 Sam 18:6-7). La hija de Jefté fue a encontrar a su padre con
panderos y danza luego de su retorno de la batalla (Juec. 11:34)
.
Con el establecimiento hecho por David de un ministerio musical
profesional de los Levitas, el hacer música fue restringido a los hombres. El por
qué se excluyeron las mujeres de servir como músicos en el Templo es una
importante pregunta que ha confundido a los eruditos. Nosotros comentaremos
brevemente sobre ello. Las mujeres continuaron haciendo música en la vida
social de la gente.

El libro de Crónicas describe con considerable detalle cómo David


organizó el ministerio musical de los Levitas. Un análisis profundo de cómo
David logró esta organización se proporciona en la disertación doctoral de John
Kleinig, The Lord's song: the basis, function and significance of choral music in
Chronicles. (El canto del Señor: la base, función y significado de la música coral
en Crónicas). Para el propósito de nuestro estudio, nos limitamos a un resumen
breve de esos rasgos que son relevantes para el ministerio de la música hoy.

Según el primer libro de Crónicas, David organizó el ministerio de


música en tres fases. Primero, él ordenó a los jefes de las familias Levitas que
formaran una orquesta y un coro para acompañar el transporte del arca a su
tienda en Jerusalén (1 Cron. 15:16-24).

La segunda fase ocurrió luego de que el arca había sido ubicada


seguramente en su tienda en su palacio (2 Cron. 8:11). David hizo arreglos para
que se tocase música coral en forma regular en el momento de las diarias
ofrendas sobre el altar con coros en dos lugares diferentes (1 Cron 16:4-6, 37-
42). Un coro actuaba bajo la dirección de Asaf frente al arca en Jerusalén (1 Cron
16:37), y el otro bajo la dirección de Hemán y Jedutún frente al altar en Gabaón
(1 Cron 16:39-42).

La tercera fase en la organización que hizo David del ministerio musical


ocurrió al final del reino de David cuando el rey planificó un servicio de música
más detallado que se realizaría en el templo que Salomón construiría (1 Cron
23:2 a 26:32). David estableció un grupo de 4,000 Levitas como actores
potenciales (1 Cron 15:16; 23:5). De este grupo él formó un coro profesional de
Levitas de 288 miembros. Los músicos Levitas sumaron más del diez por ciento
de los 38.000 Levitas. "Algún tipo de examen probablemente fue necesario para
el proceso de selección, ya que la habilidad musical no siempre se hereda". 8

El propio David estaba involucrado junto con sus oficiales en el


nombramiento de veinticuatro líderes de los vigilantes, cada uno de los cuales
tenía doce músicos haciendo un total de 288 músicos (1 Cron 25:1-7). Éstos por
turnos eran responsables por el resto de la selección de los músicos.
El Ministerio de los Músicos. Para asegurar que no habría confusión o
conflicto entre el ministerio de los sacrificios de los sacerdotes y el ministerio
musical de los Levitas, David cuidadosamente delineó la posición, el rango, y
alcance del ministerio de los músicos (1 Cron 23:25-31). La actuación del
ministerio musical estaba subordinado a los sacerdotes (1 Cron 23:28).

La naturaleza del ministerio de los músicos se describe gráficamente: "…


para asistir cada mañana todos los días a dar gracias y tributar alabanzas a
Jehová, y asimismo por la tarde; y para ofrecer todos los holocaustos a Jehová los
días de reposo, lunas nuevas y fiestas solemnes, según su número y de acuerdo
con su rito, continuamente delante de Jehová" (1 Cron 23:30-31).

El contexto sugiere que los músicos estuvieran (de pie-versión inglesa) en


alguna parte delante del altar, ya que su actuación musical coincidía con la
presentación de la ofrenda quemada. El propósito de su ministerio era agradecer
y alabar al Señor. Ellos anunciaban la presencia del Señor a su pueblo
congregado (1 Cron 16:4), reafirmándoles su disposición favorable hacia ellos.

En 1 Crónicas 16:8-34 nosotros encontramos un himno notable de


alabanza que fue cantado por el coro del Templo. "Esta canción consiste en
porciones de Salmos 105, 96, y 106, las que eran trabajadas y combinadas para
producir este texto litúrgico notable. La canción propiamente como tal empieza y
acaba con un llamado a la acción de gracias. Se añaden una petición concluyente
y una doxología en 1 Crónicas 16:35-36. Nosotros tenemos así en 1 Crónicas
16:8-34 un composición cuidadosamente elaborada que ha sido puesta allí para
demostrar el modelo básico de la acción de gracias que David instituyó para ser
ejecutada por los cantantes en Jerusalén". 9

El Ministerio musical exitoso. El ministerio musical en el Templo tuvo


éxito por varias razones que son pertinentes para nuestra música de iglesia hoy.
Primero, los músicos Levitas eran maduros y musicalmente entrenados.
Nosotros leemos en 1 Crónicas 15:22 que "Quenanías, principal de los levitas en
la música, fue puesto para dirigir el canto, porque era entendido en ello". Él llego
a ser director de música porque era un músico preparado capaz de instruir a otros.
El concepto de habilidad musical se menciona varias veces en la Biblia (1 Sam
16:18; 1 Cron 25:7; 2 Cron 34:12; Sal 137:5). Pablo también alude a ella cuando
dice: "...cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento" (1
Cor 14:15).

El coro consistía en un mínimo de doce cantantes masculinos adultos


entre las edades de treinta y cincuenta años (1 Cron 23:3-5).10 Fuentes
Rabínicas cuentan que la instrucción musical de un cantor Levita tomaba al
menos cinco años de preparación intensiva.11 El principio bíblico es que los
líderes musicales deben ser maduros con una comprensión de la música,
especialmente hoy cuando nosotros vivimos en una sociedad altamente educada.

Segundo, el ministerio musical en el Templo tuvo éxito porque sus


músicos estaban preparados espiritualmente. Ellos fueron puestos aparte y
ordenados para su ministerio como el resto de los sacerdotes. Hablando a los
líderes de los músicos Levitas, David dijo: "...Santificaos vosotros y vuestros
hermanos. . . Así los sacerdotes y los levitas se santificaron" (1 Cron 15:12, 14).
A los músicos Levitas se le dió una sagrada misión de ministrar continuamente
delante del Señor (1 Cron 16:37).

Tercero, los músicos Levitas eran los obreros de tiempo completo. 1


Crónicas 9:33 declara: "También había cantores, jefes de familias de los levitas,
los cuales moraban en las cámaras del templo, exentos de otros servicios, porque
de día y de noche estaban en aquella obra". Al parecer el ministerio musical de
los Levitas trajo consigo considerable preparación, porque nosotros leemos que
"y dejó allí, delante del arca del pacto de Jehová, a Asaf y a sus hermanos, para
que ministrasen de continuo delante del arca, cada cosa en su día" (1 Cron
16:37). La lección bíblica es que los ministros de la música deben estar deseosos
de trabajar diligentemente en la preparación de la música que se necesita para el
servicio del culto.

Por último, los músicos Levitas no eran artistas del canto invitados a
entretener a la gente en el Templo. Ellos eran ministros de la música. "Estos
son los que David puso sobre el servicio de canto en la casa de Jehová, después
que el arca tuvo reposo, los cuales servían delante de la tienda del tabernáculo de
reunión en el canto " (1 Cron 6:31-32). A través de su servicio musical los
Levitas "servían (ministraban-original en inglés)" a las personas. En cinco otros
casos en el Antiguo Testamento, se dice que los Levitas servían/ministraban a las
personas a través de su música (1 Cron 16:4, 37; 2 Cron 8:14; 23:6; 31:2).

El ministerio de los músicos Levitas está bien definido en 1 Crónicas


16:4: "Y puso delante del arca de Jehová ministros de los levitas, para que
recordasen y confesasen y loasen a Jehová Dios de Israel". Los tres verbos
usados en este texto -"recordasen", "confesasen", y "loasen"- sugieren que el
ministerio musical era una parte vital de la experiencia del culto del pueblo de
Dios.

Una indicación de la importancia del ministerio musical puede verse en el


hecho de que a los músicos Levitas se les pagaba de los mismos diezmos dados
para el sustento del sacerdocio (Num 18:24-26; Neh 12:44-47; 13:5, 10-12). El
principio bíblico es que el trabajo de un ministro musical no debiera ser "una
labor de amor", sino un ministerio sustentado por las entradas de diezmos de la
iglesia. Es lógico que si un laico se ofrece voluntariamente para ayudar en el
programa musical de la iglesia, tal servicio no necesita ser remunerado.

Resumiendo, el ministerio musical del Templo fue dirigido por Levitas


experimentados y maduros quiénes estaban instruidos musicalmente, preparados
espiritualmente, apoyados financieramente, y servían con un espíritu pastoral.
Como Kenneth Osbeck observa: "Ministrar musicalmente en el Antiguo
Testamento era un gran privilegio y un servicio de gran responsabilidad. Esto
todavía es cierto para ministerio musical en la iglesia hoy. En un sentido muy
real nosotros somos los Levitas del Nuevo Testamento. Por consiguiente esos
principios establecidos por Dios para el sacerdocio levítico debieran señalarse
como las pautas válidas para los líderes musicales en una iglesia del Nuevo
Testamento”. 12

El Coro Levítico y el Ritual de Sacrificios. El libro de Crónicas


presenta el ministerio musical de los Levitas como parte de la presentación de la
ofrenda diaria en el Templo. El ritual consistía en dos partes. Primero venia el
ritual de la sangre que fue diseñado para expiar por los pecados de la gente a
través de la transferencia de la sangre del sacrificio al Lugar Santo (2 Cron
29:21-24). Este servicio creaba la pureza ritual necesaria para la aceptación de
Su pueblo por parte de Dios y la manifestación de Su bendición sobre la
congregación. Durante este ritual no se cantaba ningún canto.

Una vez que el rito de expiación era completado, la ofrenda quemada se


presentaba en el altar. Este ritual señalaba la aceptación de Su pueblo por parte
de Dios y la manifestación de Su presencia. John Kleinig explica que "Cuando
los sacrificios estaban siendo quemados en el altar, las trompetas, que
anunciaban la presencia del Señor, requerían la postración de la congregación en
Su presencia, y el canto del Señor era cantado por los músicos [2 Cron 29:25-30].
Así, el servicio coral venía después que el rito de expiación había sido
completado. No intentaba asegurar una respuesta favorable del Señor sino
presuponía tal contestación como algo ya dado. Los músicos proclamaban el
nombre del Señor durante la presentación de los sacrificios, para que él viniera a
Su pueblo y lo bendijese, como Él había prometido en Éxodo 20:24 y
demostrado en 2 Crónicas 7:1-3. "13

La función de la música durante el ritual sacrificial no era ensombrecer o


reemplazar el sacrificio en sí, sino preparar el involucramiento de la
congregación en ciertos momentos designados durante el servicio. En otros
términos, los Israelitas no iban al Templo a oír las bandas de los Levitas actuando
en un concierto sacro. En cambio, ellos iban al Templo para dar testimonio y
experimentar la expiación de Dios por sus pecados. La música que acompañaba
el sacrificio expiatorio los invitaba a aceptar y celebrar la graciosa provisión de
salvación de Dios.

En una época cuando muchos cristianos escogen sus iglesias de acuerdo


con el estilo musical de adoración, nosotros necesitamos recordar que en la
Biblia, la música nunca fue un fin en sí misma. En el Templo la música
presentada reforzaba el servicio sacrificial permitiendo la participación de la
congregación en ciertos momentos específicos. En la sinagoga y la iglesia
primitiva, la música reforzó la enseñanza y proclamación de la Palabra de Dios.
Para concordar con el testimonio bíblico, nuestra música de la iglesia debe
apoyar la enseñanza y la predicación de la Palabra de Dios, y no hacerle
sombra.

Los Instrumentos musicales del Templo. David no sólo instituyó las


veces, el lugar, y las palabras para la actuación del coro Levítico, sino él también
"fabricó" los instrumentos musicales a ser usados para su ministerio (1 Cron
23:5; 2 Cron 7:6). Por esto es que se llaman "los instrumentos de David" (2
Cron 29:26-27).

A las trompetas que el Señor había ordenado a través de Moisés, David


agregó los címbalos, las liras, y el arpa (1 Cron 15:16; 16:5-6). La importancia
de esta combinación divinamente ordenada se indica por el hecho de que esta
combinación de instrumentos se respetó durante muchos siglos hasta la
destrucción del templo. Por ejemplo, en 715 A.C., el Rey Ezequías "puso
también levitas en la casa de Jehová con címbalos, salterios y arpas, conforme al
mandamiento de David, de Gad vidente del rey, y del profeta Natán, porque
aquel mandamiento procedía de Jehová por medio de sus profetas" (2 Cron
29:25).

Las trompetas eran tocadas por los sacerdotes y su cantidad iba desde dos en el
culto diario (1 Cron 16:6; Num 10:2) a siete o más en ocasiones especiales (1
Cron 15:24; Neh 12:33-35; 2 Cron 5:12). "Al adorar en el Templo las trompetas
daban la señal para que la congregación se postrara durante la presentación de la
ofrenda quemada y la actuación del servicio coral (2 Cron 29:27-28). . .
. Mientras los músicos Levitas enfrentaban el altar, los trompetistas estaban de
pie frente a ellos delante del altar (2 Cron 5:12; 7:6). "14 Este arreglo resaltaba
la responsabilidad de los trompetistas en dar la señal para que la congregación se
postrara y para que el coro cantara.
Los címbalos consistían en dos discos de metal con bordes doblados de
unas 10-15 pulgadas de ancho. Cuando se golpeaban juntos
verticalmente, producían un sonido repiqueteante, tintineante. Algunos recurren
al uso de los címbalos para sostener que la música del Templo tenia un golpe
rítmico como la música del rock de hoy, y por consiguiente, la Biblia no
prohíbe los instrumentos de percusión y la música rock en la iglesia hoy. Tal
argumento ignora el hecho de que, como Kleinig explica, "los címbalos no se
usaron por el director de cantos para dirigir el canto marcando el ritmo de la
canción, sino para anunciar el principio de la canción o una estrofa en la canción.
Ya que ellos eran usados para introducir la canción, eran esgrimidos por el
director de coro en las ocasiones ordinarias (1 Cron 16:5) o por los tres
directores de los grupos en ocasiones extraordinarias (1 Cron 15:19). . . .Ya que
las trompetas y los címbalos se tocaban juntos para anunciar el principio de la
canción, quienes tocaban ambos se conocen por los "sounders (versión inglesa)
ruidosos-" en 1 Crónicas 16:42. "15

En su libro Jewish music in its historical development (La Música judía


en su desarrollo Histórico), A. Z. Idelsohn señala que en el culto del Templo
sólo se usaba un par de címbalos y ello por el líder . "Los instrumentos de
percusión se reducían a un címbalo que no era empleado en la música
propiamente tal, sino meramente para marcar pausas e intervalos". 16 En una
línea similar, Curt Sachs explica, "La música en el Templo incluyó címbalos, y
el lector moderno podría concluir que la presencia de instrumentos de percusión
indica golpes rígidos. Pero no hay dudas de que los címbalos, como en todas
partes, marcaban el fin de una línea y no los ritmos dentro de un verso. . . . Una
palabra para expresar ritmo no parece que exista en el idioma hebreo". 17 El
término "Selah" que ocurre en algunos salmos para marcar el fin de una estrofa,
podría estar indicando el lugar dónde los címbalos eran golpeados.

El tercer grupo de instrumentos musicales comprendía dos instrumentos


de cuerdas, las liras y las arpas que se llamaron "los instrumentos de canto
(versión inglesa)" (2 Cron 5:13) o "los instrumentos del canto de Dios (versión
inglesa)" (1 Cron 16:42). Como se indica por su nombre descriptivo, su función
era acompañar las canciones de alabanza y acción de gracias al Señor (1 Cron
23:5; 2 Cron 5:13). Los músicos que tocaban las arpas y las liras normalmente
cantaban la canción acompañante (1 Cron 9:33; 15:16, 19, 27; 2 Cron 5:12-13;
20:21).

En su libro The music of the Bible in christian perspective (La Música de


la Biblia en una perspectiva cristiana), Garen Wolf explica que "los instrumentos
de cuerdas se usaron extensamente para acompañar el canto ya que no
cubrirían la voz o 'La palabra de Jehovah' qué se estaba cantando". 18 Se tenía
gran cuidado de asegurarse que la alabanza vocal de los Levitas no fuera
ensombrecida por el sonido de los instrumentos.

Restricción en los Instrumentos musicales. Algunos eruditos arguyen


que instrumentos como los tambores, el timbrel, (qué era una pandereta), las
flautas, y los pífanos se dejaron fuera del Templo porque estaban asociados con
el culto y la cultura pagana, o porque habitualmente eran tocados por mujeres
para entretenimiento. Esto bien podría ser el caso, pero sólo sirve para mostrar
que había una distinción entre la música sagrada tocada dentro del Templo y la
música secular tocada fuera.

Había una restricción sobre los instrumentos musicales y la expresión


artística a ser usada en la Casa de Dios. Dios prohibió varios instrumentos que se
permitieron fuera del Templo para las festividades nacionales y el placer social.
La razón no es que ciertos instrumentos de percusión eran pecaminosos per se.
Los sonidos producidos por cualquier instrumento musical son neutros, como
una letra del alfabeto. Más bien, la razón es que estos instrumentos normalmente
eran utilizados para producir música de entretenimiento que era impropia para
adorar en la Casa de Dios. Al prohibir los instrumentos y los estilos musicales,
como la danza, asociados con el entretenimiento secular, el Señor le enseñó a Su
pueblo a distinguir entre la música sagrada tocada en el Templo, y la secular,
música de entretenimiento utilizada en la vida social.

La restricción en el uso de instrumentos significó una regla obligatoria


para las generaciones futuras. Cuando el Rey Ezequías reavivó el culto del
Templo en 715 A.C., él siguió meticulosamente las instrucciones dadas por
David. Nosotros leemos que el rey "puso también levitas en la casa de Jehová
con címbalos, salterios y arpas, conforme al mandamiento de David....porque
aquel mandamiento procedía de Jehová por medio de sus profetas" (2 Cron
29:25).

Dos siglos y medio después cuando el Templo se reconstruyó bajo Esdras


y Nehemías, la mismo restricción fue de nuevo aplicada. No se permitió que
ningún instrumento de percusión acompañase el coro de Levitas o tocase como
orquesta en el Templo (Esd 3:10; Neh 12:27, 36). Esto confirma que la regla era
clara y coherente durante muchos siglos. El canto y la música instrumental del
Templo eran para diferenciar de la que se usaba en la vida social de la gente.

Lecciones de la Música del Templo. ¿Qué lecciones podemos aprender


de la música del Templo? La ausencia de instrumentos musicales de la percusión
y de bandas de baile en la música del Templo indica, como se señaló
anteriormente, que debe hacerse una distinción entre la música secular usada para
la entretención social y la música sagrada empleada para el servicio del culto en
la Casa de Dios.

No había ninguna "Banda judía de Rock " en el Templo para entretener a


las personas con música rítmica fuerte, porque el Templo era un lugar de culto y
no un club social para entretención. Los instrumentos de percusión como
tambores, panderetas, timbreles o tabrets que normalmente se usaban para
producir música de entretenimiento, estaban ausentes en la música del Templo.
Sólo los címbalos fueron usados, pero de una manera limitada. Ellos marcaron el
fin de una estrofa y el cese del canto.

La lección para nosotros hoy es evidente. La música de la iglesia debe


diferir de la música secular, porque la iglesia, como el Templo antiguo, es la
Casa de Dios en que nosotros nos reunimos para dar culto al Señor y no para ser
entretenidos. Los instrumentos de percusión que estimulan a las personas
físicamente a través de un golpe fuerte y constante son tan inapropiados para la
música de la iglesia hoy como lo fueron para la música del Templo del Israel
antiguo.
Una segunda lección es que los instrumentos musicales utilizados para
acompañar el coro o el canto de la congregación no debe opacar la voz. Como los
instrumentos de cuerdas usados en el Templo, los instrumentos musicales
usados en la iglesia hoy deben apoyar el canto. Los instrumentos musicales
deben servir como un ayudante de la Palabra de Dios que se canta y se proclama.
Esto significa, por ejemplo, que la música del órgano no debe ser tan fuerte que
ahogue la voz de la congregación.

En las numerosas ocasiones yo he estado en iglesias equipadas con


poderosos órganos electrónicos que son tocados tan fuertemente que la voz de la
congregación no puede oírse. El principio bíblico indica que la función del
órgano es apoyar el canto de la congregación; no para cubrirlo. Este principio no
sólo aplica a la música de órgano, sino a cualquier otro instrumento u orquesta
que acompaña un coro o a una congregación cantando.

Algunos arguyen que si nosotros debemos seguir el ejemplo del


Templo, necesitamos eliminar en la iglesia instrumentos tales como el piano y
el órgano, porque ellos no son instrumentos de cuerdas. Tal argumento ignora
la distinción entre un principio bíblico y su aplicación cultural.

El principio bíblico es que la música instrumental que acompaña el canto


debe ayudar a la respuesta vocal a Dios y no ahogarla. En los tiempos bíblicos
esto era cumplido en mejor forma por el uso de instrumentos de cuerda. Observe
que las trompetas y los címbalos fueron usados en el Templo, pero no para
acompañar el coro levita. Nada había de malo con estos instrumentos. Ellos
simplemente no eran vistos como convenientes para acompañar el canto,
probablemente porque ellos no se mezclan bien con la voz humana, fuera de
suplantarlo.

Otro punto es que instrumentos como el órgano o el piano eran


desconocidos en tiempos de la Biblia. Si debiésemos excluir de nuestra vida
actual todo lo que la Biblia explícitamente no menciona, no debiéramos
comer pizza, pastel de manzana, o helado.

El principio bíblico importante es que la música en la Casa de Dios, tanto


instrumental como vocal, debe respetar y reflejar la santidad del lugar de culto.
Cuando se usan instrumentos para acompañar el canto, ellos deben apoyar la voz
humana sin suplantarla.

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