Bandeja Arena
Bandeja Arena
Bandeja Arena
Un poco de Historia
La técnica terapéutica del juego con arena, que implica la colocación de miniaturas
dentro de un cajón poco profundo lleno de arena seca o mojada a fin de crear una escena,
se originó en 1929 con niños que trabajaban terapéuticamente con Margaret Lowenfeld,
médico londinense. Ella abasteció su cuarto de juegos con diversos juguetes pequeños y
con dos bandejas de cinc, una llena de arena y la otra llena de agua. En menos de tres
meses, sus pacientes infantiles habían combinado estos elementos de manera espontánea
y habían creado una nueva técnica; los niños llamaban a esta experiencia “crear su
mundo”. Lowenfeld, utilizó la técnica del mundo para observar y registrar en forma
objetiva la disposición emocional de los niños. Sus presentaciones mundiales de este
nuevo enfoque se recibieron con entusiasmo, ya que la técnica ofrecía una manera de
registrar las comunicaciones de los niños a través de su lenguaje natural de juego por
medio de esquematizar o fotografiar la escena (Lowenfeld, 1979).
Al regresar a Zurich para continuar con su trabajo con niños, Kalff inició el proceso
creativo de intentar la integración de su enfoque basado en Jung con aquel que había
aprendido de su trabajo con Lowenfeld. Durante este período de incubación, mientras sus
propias ideas se cristalizaban, tuvo poco contacto con Lowenfeld y con otros miembros de
la comunidad psicológica suiza, ya que era la única analista junguiana que se encontraba
trabajando con esta técnica en Suiza (Mitchell, Friedman, 1994).
comunicaran sus mundos internos y externos, sino también para sanar heridas psíquicas.
Kalff (1980) señaló que si el terapeuta lograba proporcionar un ambiente terapéutico
positivo, es decir, un “espacio libre y protegido”, se podía establecer la conexión vital
entre el Yo consciente externamente orientado y el Sí mismo inconsciente internamente
orientado. Después de varios años de observar la manera en que participar en el juego
con arena (el nombre que ella dio a la técnica) parecía ayudar a los niños a volverse más
equilibrados y espontáneos, empezó a utilizar esta técnica ampliamente con adultos y
encontró que era asimismo benéfica.
La terapia de juego con arena requiere del uso de una caja de arena poco
profunda, arena, agua, y objetos pequeños o miniaturas. Estos materiales concretos
involucran los sentidos táctiles, visuales, olfatorios y cinestésicos. Asimismo, el silencio de
la experiencia tiene un impacto sobre el sentido auditivo.
La caja de arena
La arena y el agua
Por su parte, el agua, es central para el proceso de juego con arena, ya que no sólo
simboliza al inconsciente, sino que desempeña una función integral en el proceso de
transformación. De manera práctica, el agua se utiliza en el arenero de diversas formas:
hacer desaparecer una forma y crear una nueva; humedecer la arena y facilitar que se
modele y se le dé forma; Para alterar y suavizar; Para inundar o sumergir o para disolver
una escena existente.
Colección de miniaturas
Las miniaturas dan realización formal a los mundos internos del paciente. “Las
figuras que pueden elegir, deben ofrecer de la manera más completa posible, una muestra
representativa de todos los seres animados e inanimados que podemos encontrar en el
mundo externo, así como en el mundo imaginativo interno” (Kalff, Journal of Sandplay
Therapy, Vol 1, Num 1, 1991). Tales miniaturas ayudan a desencadenar la experiencia
interna y facilitan la expresión de los sentimientos, emociones o situaciones
representadas en la bandeja de arena.
Categorías Ejemplos
Personas Adultos (hombres y mujeres), ancianos y niños de diversas
nacionalidades, razas, religiones y condiciones sociales, así como
héroes y villanos.
Soldados que puedan constituir dos ejércitos
Distintos tipos de profesiones y oficios: policías, profesores,
deportistas, etc.
Personas del pasado histórico: caballeros, cowboys, indios
Materiales de Hilo, bolitas, trozos de madera del mar, mosaicos, legos, velas,
propósitos conchas, piedras, vainas, plumas y papel.
múltiples
Amatruda y Simpson (1997 cit. en Mitchell & Friedman, 2005) prestan especial
atención a la inclusión de representaciones simbólicas de elementos básicos, como tierra
(p. ej., cuevas, tractores, palas en miniatura, mineros), agua (p. ej., barcos, buzos, vida
marina, conchas), fuego (p. ej., velas, estufas, bomberos) y aire (p.ej., molinos de viento,
pilotos, aves en vuelo, plumas).
Las miniaturas deben estar a la vista del paciente al momento de crear el mundo
en la arena. Las miniaturas pueden ser ordenadas de distintas formas: en repisas que es la
forma original, en canastos o en cajas. Es importante la categorización y el orden del
material, para facilitar la búsqueda del niño-adolescente. Los criterios para organizar las
miniaturas son personales, pero es importante que se vean todos los objetos.
Las escenas que toman forma en la bandeja son comparables a las imágenes
simbólicas que ocurren en los sueños. Inmerso en el juego, el paciente -niño o adulto-
pierde las inhibiciones propias del nivel consciente y entra en el mundo de lo inconsciente.
La actividad es multidimensional –se utiliza la vista, las manos, el cuerpo, la mente y el
espíritu- teniendo así una resonancia profunda en el paciente. El terapeuta atestigua la
escena sin dirección o interpretación, respondiendo sólo a los comentarios del paciente.
Se mantiene un espacio sagrado, permitiendo al individuo unirse con los contenidos
psíquicos profundos en su propio espacio y tiempo. El análisis psicológico o la
interpretación, debe hacerse cuidadosamente. Para que no haya interrupción del flujo de
emociones y sentimientos, que comúnmente siguen a la creación de la escena, las
interpretaciones son aplazadas hasta que se tenga disponibilidad interna.
una imagen, puede ser algo de tu fantasía, puede ser un sueño que hayas tenido, algo de
tu imaginación”. En este caso, se apunta directamente a traer contenidos del mundo
interno del paciente, siendo importante el significado de la escena total, expresada a
través de las miniaturas e interpretable en sus símbolos tanto a nivel personal como
colectivo. El simbolismo de las miniaturas cobra especial valor en este enfoque.
comer a todos", y yo le pida que haga que tal cosa ocurra. A veces sucede algo nuevo
cuando se lleva a cabo una acción. Por ejemplo, puede que el tigre se los coma a todos
menos a un conejito por el que sintió lástima. A veces miro el cuadro total y comento
sobre la generalización que deriva de éste: "Tu zoológico se ve demasiado aglomerado.
¿Te sientes apiñado en casa?". O puedo comentar sobre el proceso: "Te cuesta seleccionar
los objetos. ¿Tienes problemas para decidir las cosas?" (Oaklander, 2001)
En un enfoque junguiano la intervención es mucho menos directiva y más
contemplativa. El terapeuta posterga las interpretaciones de modo deliberado y se limitan
los comentarios verbales para no interrumpir el flujo de la fantasía. Habitualmente, se
realiza una exploración de cada símbolo, y se indaga el sentido personal de los símbolos
escogidos. El terapeuta pide asociaciones a cada uno de los elementos del sandplay y que
explique lo que cada uno significa para él/ella. Se pregunta por ejemplo, ¿con qué asocias
este bosque, qué se te viene a la mente? Junto con lo anterior, se pide al paciente que no
realice interpretaciones sobre los símbolos (*), y que no se interprete a sí mismo, ya que
existe el riesgo de racionalizar el proceso. Por ejemplo, un paciente que habla del perro
que representa su agresividad y la terapeuta le pide que no interprete, ya que sólo está
viendo el lado sombrío del perro, que también es compañero fiel y guía.
Cuando haga comentarios o preguntas acerca de los objetos, refleje sólo lo que el
paciente ha relatado, enfocándose en el mundo, no en el paciente. Por ejemplo, se
puede decir “esa mujer está dándole la espalda al joven”, en vez de “tú le estás
dando la espalda a tu novio”, incluso si la paciente ha identificado a la mujer
consigo misma y al joven con su novio. Manteniendo el foco en la bandeja, se
entrega la neutralidad que permite al paciente un grado suficiente de disociación y
reduce la posible amenaza de cualquier temor que el paciente pueda
experimentar.
Se puede partir por cualquier lugar de la bandeja que parezca apropiado. Sin
embargo, si Ud. siente que el paciente no está capacitado para sostener la
intensidad de alguno de los temas que aparecen, habría que comenzar por alguna
de las temáticas menos intimidantes. Comenzar con un área de la caja relacionada
con el problema, pero no con el aspecto más cargado emocionalmente. Postergar
el foco, da la oportunidad de preparar un trabajo más intenso.
Realizar diálogos entre objetos o personajes. Cuando hay temas no resueltos entre
dos personas u otros símbolos en el mundo, el útil que los personajes se
comuniquen entre sí. Por ejemplo “¿qué le gustaría al pájaro decirle al gato?”. Si el
paciente indica que se siente tonto/incómodo haciendo hablar a las miniaturas,
puede ser útil reformular “Si el pájaro pudiera hablar ¿qué podría decirle al gato?”.
En la medida que se despliega la historia, puede resultar evidente que algún objeto
ubicado en la caja resulta desconcertante para él (la) paciente. Una vez que se
Fotografía(s) del cliente: se indica al paciente que puede fotografiar su mundo desde
un ángulo de su elección. Se le pide que enfoque con mayor detalle los objetos
significativos para él.
Fotografía(s) del terapeuta: con el permiso del paciente, se toma una fotografía del
mundo para futuras referencias.
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(*) Paula Pantoja, en Seminario Reflexiones clínicas “Diversas maneras de emplear la caja de arena en la
clínica”. Sociedad Chilena de Psicología Analítica SCPA, Noviembre 2015
Etapa V: Transición
Dar sentido (Elaborar significados): Ayude al paciente a comprender y usar los insights
de los que haya comenzado a hacerse consciente a través del juego con arena.
Conecte el juego en la bandeja de arena, con el mundo real del paciente: Pregunte al
paciente, cuál de los eventos en la bandeja reflejan su vida. Ayude al paciente a hacer
sentido al mundo. Anime al paciente a observar cuáles de los temas de la bandeja
aparecen en su vida diaria.
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(**) Ulrich Gündermann, en Curso Teoría y Práctica de la Caja de Arena 1 y 2. Fundación Chilena de
Psicología Analítica, Junio 2011
el (la) joven está confundido sobre el significado del uso repetitivo de objetos o temas, el
terapeuta puede alentarlo a crear en la siguiente sesión una amplificación de la caja
donde dé lugar a su confusión. También se le podría sugerir que revise el(los)
significado(s) del objeto en un diccionario mitológico o simbólico. Si este fuera el caso, hay
que dejar que sea el propio paciente, quien determine si estas interpretaciones tienen
relevancia para su vida. Finalmente y si se estima pertinente, se podrían relatar al
paciente experiencias arquetípicas o transpersonales de la humanidad (Por ejemplo,
historias bíblicas, mitos o cuentos de hadas). El significado presentado en el diccionario o
en las historias podría no resonar en el joven, en este caso, la perspectiva del paciente
tiene prioridad.
desmantelarla antes de que se vaya. Se le solicita que retire una figura de la bandeja,
antes de poner las miniaturas en las repisas. El objetivo de dejar al paciente sacar la
primera figura es doble. En primer lugar, esta ha sido una experiencia profundamente
creativa y expresiva para él/ella, por lo tanto, es muy importante que la energía sea rota
por propio el paciente. En segundo lugar, el objeto que el paciente retira, frecuentemente
tiene mucha importancia o potencia para él. Esto nos provee de información adicional
para explorar. Después que el paciente saque la primera figura, le preguntamos si
podemos ayudarle a retirar el resto de las miniaturas. Si resulta evidente para nosotros
que desmantelar la escena en presencia del paciente, podría ser perturbador o dañino
para su proceso, habría que encontrar otra manera de resolver la situación. Una
posibilidad en este caso, sería tener una bandeja extra.
Finalmente, es importante tomarse el tiempo de re-experimentar el proceso del
paciente y aprender más acerca del significado de su mundo. Habitualmente encontramos
nuevas comprensiones.
Una actitud compartida por la mayoría de los terapeutas que trabajan con la
bandeja de arena, cualquiera sea su orientación teórica, es la receptividad y atención que
ponen a lo que ocurre en su interior y su resonancia con la escena del paciente, como guía
para la intervención. “… Podría añadir que este episodio es un buen ejemplo de la
importancia de que yo esté atenta a lo que está ocurriendo dentro de mí. He aprendido a
confiar y usar mis propios sentimientos y sensaciones físicas cuando trabajo con adultos.
Al trabajar con niños, este aspecto del trabajo es más importante aún, ya que ellos son
sensibles y muy observadores” (Oaklander, 2001).
Los analistas junguianos están receptivos al flujo de imágenes que surge en su
interior (recuerdos, imágenes, etc.) lo que habla de la resonancia con el paciente.
Conocimiento teórico
Experiencia clínica
Comprensión de la psique
Comprometido con el autoconocimiento y crecimiento personal
Experiencia con su propia bandeja de arena
Habilidad para tolerar nuevas experiencias
Creer en el simbolismo de las imágenes internas
Conocimiento del cuerpo y de las enfermedades somáticas
Muchos terapeutas han intentado definir el tipo de paciente que posee mayores
probabilidades de beneficiarse de la terapia de juego con arena. Tanto Weinrib (1989)
como Ammann (1991), por ejemplo, identificaron tipos similares de pacientes: a) aquellos
que han sufrido alguna herida pre-verbal, con frecuencia debida a un trastorno en la
relación primaria con la madre o con figuras maternas, que hizo imposible que crecieran
con una saludable confianza en el mundo o en su propio proceso vital; y b) aquellos con
un Yo fundamentalmente sano y estable pero cuya perspectiva del mundo es demasiado
estrecha y unilateral; personas que tal vez carezcan de un claro sentido de identidad o se
sientan inquietas o deprimidas, e intuyan la necesidad de una expansión de su conciencia.
La confrontación de estas cuestiones y el encuentro con el Sí mismo auténtico en la caja
Aunque estos dos tipos de paciente se pueden beneficiar del trabajo en la caja de
arena, no todos los pacientes con estas necesidades, responden a la terapia de juego con
arena. Hay otras características que son de utilidad, entre ellas:
• Apertura al inconsciente creativo.
• Interés genuino en el cambio.
• Valentía para soportar el dolor y la incomodidad que demanda el ir más allá de la
persona o máscara social.
• Disposición a tomar riesgos psicológicos a fin de lograr otro nivel de desarrollo.
• Curiosidad acerca de cuestiones vitales verbalmente inexpresables, como la muerte, el
morir, el abuso, el trauma.
• Actitud incluyente hacia los sueños, imágenes internas espontáneas y sucesos
sincrónicos.
• Capacidad de pensar de manera metafórica.
• Reconocimiento de la existencia de otra dimensión de la realidad más allá de la
conciencia yoica.
1. ¿El juego con arena es una técnica óptima para este paciente?
La creación de un espacio libre y protegido es básica para el clima de este método
terapéutico; debido a ello, el juego con arena no se debería utilizar con quienes parezcan
sentirse incómodos con esta técnica. Los pacientes comunican su incomodidad de una
manera u otra, ya sea a través de palabras o por medio de su lenguaje corporal. Tal
incomodidad quizá sea muy sutil, tal vez mostrándose en un movimiento casi
imperceptible de alejamiento del arenero, de las miniaturas o de ambos. En otras
ocasiones, es posible que la resistencia sea franca y abierta, sin sutilidad alguna, a través
de un rechazo incluso a tocar la arena; este tipo de reacción probablemente sugiera que el
paciente no está listo para lidiar con las tensiones, problemas y conflictos internos que
esta técnica hace surgir. En última instancia, el terapeuta debe confiar en el paciente en
cuanto a si deben seguir adelante; el juego con arena nunca se debería alentar con adultos
que rechazan su uso. El juego con arena parece ser más difícil para aquellos pacientes
2. ¿Los pacientes con graves trastornos emocionales son candidatos para el juego con
arena?
Ha habido una continua discusión en cuanto a la utilidad del juego con arena en pacientes
con graves trastornos, como quienes tienen un diagnóstico de esquizofrenia, depresión
clínica o rasgos límite (Miller, 1979, p. 157). A algunos terapeutas les preocupa que
proporcionar una variedad de símbolos refuerce la perspectiva interna caótica y confusa
del mundo que tienen estos pacientes, en lugar de ayudarles a clasificar opciones y a lidiar
con las cuestiones prácticas del mundo cotidiano. Sin embargo, otro punto de vista,
expresado por Perry (1973), afirma que la expresión de la energía interna caótica y
negativa es un paso importante para encontrar y activar los poderes restauradores
naturales e internos.
Al examinar esta cuestión, Betsy Caprio (1989), terapeuta de arte y cofundadora
del Center for Sacred Psychology en Los Ángeles, estudió los areneros iniciales de 50
residentes adultos de un centro psiquiátrico de corto plazo y no encontró evidencia alguna
que contraindicara el uso de esta técnica en pacientes esquizofrénicos y deprimidos
estabilizados. De hecho, pareció confirmarse justo lo contrario: estos pacientes
apreciaban el color, variedad y creatividad que llegó a sus vidas debido a su participación
en el uso del equipo del juego con arena, y su pensamiento no se tornó más
desorganizado o caótico. El hallazgo más impactante de Caprio fue la ausencia de
imaginería extraordinariamente extraña en los areneros de este grupo de pacientes
hospitalizados. Un buen número de areneros contenían pocos elementos que indicaran
enfermedad u hospitalización; más bien, los areneros proporcionaron pistas en cuanto a la
dirección que debía seguir el tratamiento posterior al revelar lo siguiente: experiencias
traumáticas que no se habían revelado de manera verbal, retrasos en el desarrollo que
indicaron al terapeuta dónde podría comenzar el trabajo restaurador y áreas específicas
de fortaleza.
Aunque Caprio no encontró efecto negativo alguno a partir del uso de areneros con
estos pacientes, el proceso de selección sí eliminó a aquellos que se encontraban
demasiado angustiados o violentos como para participaren esta actividad. Además, estos
pacientes hospitalizados tenían una mayor contención que los que se hallaban en
entornos externos. Algunos terapeutas han señalado que las miniaturas y el equipo de
juego con arena se podrían convertir en objetos peligrosos si los utilizaran pacientes
agresivos. Debido a ello, hasta que se lleven a cabo investigaciones adicionales, no es
Cuando hay un insuficiente nivel de desarrollo, como en el caso de los niños muy
pequeños (menores a dos años y medio), niños evolutiva y madurativamente
inmaduros, o aquellos que se sobre-estimulan con facilidad. Esto, porque su
capacidad mental y sus habilidades motrices finas podrían no estar lo
suficientemente desarrolladas para mantener la arena en la caja, crear historias o
manipular figuras pequeñas. Algunos niños empujan muchos objetos de las
repisas, arrojan o comen la arena, ponen las figuras en sus bocas, o incluso
intentan subirse a la caja. Estos pacientes muestran sus necesidades literalmente,
más que simbólicamente en la bandeja, por lo que sería necesario utilizar otras
intervenciones, hasta que el paciente haya desarrollado las habilidades y esté
preparado para mantenerse dentro de los límites necesarios para el sandplay. Para
aquellos pacientes que son fácilmente distraíbles y sobre-estimulables, se podría
revelar sólo una pequeña porción de los objetos. Para aquellos pacientes que
requieren más actividad motora gruesa (por ejemplo aquellos que arrojan la arena
o quienes se sienten confinados con la actividad), se podría sustituir por una caja
de arena más larga, una actividad al aire libre o un juego adentro del box pero más
activo.
BIBLIOGRAFÍA
Amatruda, K. (2005) Conciencia somática en la terapia de juego con arena para adultos en
Schaefer, C. (Ed.), Terapia de Juego con adultos (pp. 147- 170). Editorial Manual Moderno,
México D.F.
Labovitz, B. & Goodwin, A. (2000) Sandplay Therapy: A step-by-step Manual for
psychotherapists of diverse orientations. Ed. Norton, New York
Marrodán, J. (2013) Construyendo puentes. La técnica de la caja de arena. Editorial
Desclée de Brouwer, España.
Mitchell, R. & Friedman, H. (2005) Juego con arena en la terapia con adultos en Schaefer,
C. (Ed.), Terapia de Juego con adultos (pp. 123- 145). Editorial Manual Moderno, México
D.F.
Oaklander, Violet (1988, 2001) Ventanas a nuestros niños. Terapia gestáltica para niños y
adolescentes. Editorial Cuatro Vientos, Santiago
Pearson, M. & Wilson, H. (2001) Sandplay and symbol work. Emotional Healing & Personal
Development with Children, Adolescents & Adults. Shannon Books, Australia.
Schwarzblat, S. La terapia de Arena como técnica terapéutica Junguiana (On line).
Disponible en www.anahuac.mx/psicologia/archivos/No.10%201-14.doc
Yoshikawa, L. (2006) El Sandplay, el hacer simbólico de la Psique: La terapia de la Caja de
Arena (On line). Disponible en: http://www.adepac.org/inicio/el-sandplay-el-hacer-
simbolico-de-la-psique-la-terapia-de-la-caja-de-arena/
ANEXO:
DATOS PRÁCTICOS PARA ARMAR LA CAJA DE ARENA
Implementar la técnica de la bandeja de arena en la consulta, es una labor que lleva años.
En este apartado, se entregan una serie de sugerencias para comenzar la labor y contar
con un set básico de materiales.
Recomendaciones generales:
Ir a barrios, comercios y tiendas en distintos momentos del año, de modo de tener
acceso a diferentes temas y productos. Por ejemplo, en Navidad hay más variedad
de juguetes y ofertas, en época de Halloween, podemos acceder a símbolos
particularmente relacionados con el arquetipo de la sombra.
Hacerse de un stock básico en comercios populares (Barrios como Meiggs en
Santiago, persas en regiones) que tienen harto y de todo un poco, y luego buscar
productos específicos y sofisticados, que habitualmente tienen mayor valor
económico.
Explorar, disfrutar e innovar en las compras y productos (no quedarse sólo con lo
conocido). Esto significa que no sólo en las jugueterías podrán buscar miniaturas, en
tiendas de plantas, tiendas de mascotas, en ferias de artesanía y en muchos lugares
podemos encontrar miniaturas adecuadas.
Aprovechar los viajes y vacaciones para encontrar productos típicos y artesanales,
relativos al folklor de cada región/país.
Arena
Arena de filtro de piscina, en Homecenter o en piscinerías.
Bandeja
En Santiago: Dato maestro para confección de bandeja de arena en madera y
muebles, Jorge Ramírez Fonos: 5557326/ Celular 84342866
En regiones: Bandejas plásticas (Jumbo o feria), bandeja de madera en Mundito DT