Cedulas Hipotecarias
Cedulas Hipotecarias
Cedulas Hipotecarias
TEMA:
CÉDULAS HIPOTECARIAS
RESUMEN: Se hace un breve análisis sobre las Cédulas Hipotecarias
conceptualiza el término, para luego continuar con una reseña sobre
la historia, concepto, naturaleza y como se regula en el Código
Civil y en el Código de Comercio. Por último se expone de manera
breve, también, ésta figura en la jurisprudencia nacional.
SUMARIO:
1. NORMATIVA
I. Código Civil. Capítulo II De las Cédulas Hipotecarias.
2. DOCTRINA
I. Generalidades.
II. Historia.
III. Concepto
IV. Naturaleza y Características.
V. Regulación en el Código Civil.
VI. Regulación en el Código de Comercio.
VII. Ventajas.
VIII. Cédulas hipotecarias: Constituir, Cancelación, Reposición.
3. JURISPRUDENCIA
DESARROLLO:
1. NORMATIVA
Todas las cédulas deberán estar firmadas por el dueño del inmueble
hipotecado, o por su legítimo representante, y por el registrador
general, el registrador general asistente, el registrador de
cédulas, o cualquier otro registrador especialmente designado por
el primero a ese efecto, y expresarán:
2. DOCTRINA
I. Generalidades.
II. Historia.
El numeral 1101 del Código Civil Alemán estableció entre las formas
de crédito la llamada Deuda Territorial, la cual define así:
III. Concepto
“Se ha discutido mucho aceres del origen del instituto que bajo el
nombre de cédula hipotecaria conocemos en Costa Rica. Parte de IB
doctrina sostiene que el título surgió en Francia y otra parte que
surgió en Alemania.
“Hemos dicho que los derechos reales de garantía son aquellos que
aseguran el cumplimiento de una obligación. Conceden un poder
directo e inmediato sobre un bien ajeno. Tal poder faculta a su
titular, en caso de incumplimiento, para realizar el valor de la
cosa básicamente con el propósito de satisfacer su crédito.
"La ley rompe, pues, aquí todo lazo de dependencia entre el derecho
real y la relación personal, imprimiendo al primero un carácter
puramente abstracto. En la gran mayoría de los casos, es indudable
que el acreedor a quien corresponda la "deuda territorial" no
ostentará el derecho real escueto, sino que poseerá también un
crédito congruente —nacido, por ej. , de un préstamo hecho al
propietario de la finca-, al cual sirve precisamente de garantía
económica la "deuda territorial" inscrita a su nombre."8
"En el artículo 432 del Código Civil se consigna que sin perjuicio
de la prueba en contrario, se reputará dueño de la cédula
hipotecaria al portador de ella, siempre que contenga un endoso
nominal o en blanco que apoye tal presunción. Esta es una
presunción iuris tantum creada por el legislador. De acuerdo con
ella, se considera cierto el hecho de que el portador de la cédula
es su dueño, porque contiene un endoso en blanco, mientras no
exista prueba en contrario. Las presunciones legales tienen una
función sustancial, que es la de darle seguridad a ciertas
situaciones, en este caso, de orden patrimonial. Son reglas legales
que se aplican a casos concretos y que influyen en la carga de la
prueba, en el presente juicio obligan a interpretar que el portador
de las cédulas con endoso en blanco es dueño de ellas, hasta que no
se demuestre lo contrario. El deber de probar que eso no es verdad,
pesa aquí sobre la parte actora, pues la parte favorecida con la
presunción no necesita hacer demostración sobre su derecho de
propiedad; la prueba es innecesaria, está dispensada de ella
(artículo 759 del Código Civil. ..Si la presunción se mantiene
durante el proceso, sin variación alguna, la conclusión que se
declare en la sentencia es la de aplicar esa regla del artículo 432
del Código Civil al caso concreto."
VII. Ventajas.
iii. Procedimiento:
iv. Cancelación
v. Procedimiento al cancelar
3. JURISPRUDENCIA
" I.- Para una mejor compresión de lo que luego se dirá, se impone
reseñar lo sucedido con el presente recurso. Mediante resolución N°
000385-A-02, dictada por esta Sala a las 9 horas 20 minutos del 9
de mayo del 2002, se ordenó, conforme a lo establecido por el
numeral 396 del Código Procesal Civil, la suspensión del proceso
hasta que en sede penal se dilucidara una denuncia por el delito de
falsificación de documento, en concreto del pagaré que garantiza la
deuda de los demandados con el Banco actor. Lo anterior se dispuso
por cuanto en aquel momento se consideró que lo allí resuelto
podría tener decisiva influencia en la litis. En la actualidad y
aún cuando se ha solicitado un sobreseimiento a favor de los
imputados en la causa penal, conforme se desprende del oficio que
corre agregado a folio 593, el asunto no ha fenecido pues el
ofendido, presentó querella y esto obliga a recibirle declaración
indagatoria a los querellados. II.- Reconsiderando el punto, la
Sala estima pertinente anular el auto indicado, con sustento en lo
que ahora se expondrá. En primer término, porque la nulidad de la
resolución se impone con fundamento en el numeral 197 del Código
Procesal Civil, por tratarse de una nulidad absoluta, en
consecuencia declarable de oficio, pues con ello se pretende
orientar el curso normal del procedimiento. El documento argüido
como falso en sede penal, es el pagaré N° 265917 Z, donde consta la
existencia de una deuda por cincuenta millones de colones a favor
del ahora extinto Banco Anglo Costarricense. Como garantía
colateral de ese crédito se endosaron las cédulas hipotecarias que
se cobran en el presente ejecutivo hipotecario. Esto último implica
que aquí se ejecuten títulos valores diferentes al cuestionado en
aquella sede. El hecho de que las cédulas se hayan dado en garantía
del pagaré, no es óbice para su ejecución, porque éstas, por ser un
título valor, conservan una identidad propia e independiente de
aquél, por lo tanto susceptibles de ejecución en la vía y proceso
que corresponda, sin importar que las motivó. En sustento de lo
expuesto, conviene hacer mención al ordinal 660, párrafo segundo
del Código Procesal Civil, que a la letra dispones: “Están
incluidas en este artículo las cédulas hipotecarias vencidas,
aunque su tenedor las hubiere recibido en garantía del crédito que
vaya a exigir. Estas cédulas servirán de título para el proceso” .
( la negrita y el subrayado no son del original). Lo que antecede
dice de la improcedencia de la suspensión acordada en la resolución
que ahora se anula. Por otro lado, es claro que la norma, que
sirvió de base para la suspensión, no puede aplicarse en este
asunto, pues se está ante un proceso de ejecución pura y no de
las fincas; únicas que por una ficción legal deben y responden. La
disposición del artículo 664 del Código Procesal Civil según la
cual la ejecución hipotecaria puede establecerse contra los
garantes y fiadores, limitándose no obstante su responsabilidad al
saldo en descubierto, para lo cual debe demandárseles desde el
inicio del proceso, no es de recibo en un proceso de cédulas
hipotecarias como el presente ya que, por la propia naturaleza de
los créditos representados por dichas cédulas, no existen ni se
declaran responsabilidades personales subsidiarias por saldos
insolutos. Las fincas cuyo remate se ha ordenado, propiedad de
Tecnomotores S.A., responden únicamente hasta por el continente de
su valor. De ahí que, en el presente proceso, no se puede tener y
por el contrario habría que excluir en su caso como demandados, a
quienes simplemente aparezcan como deudores, garantes o fiadores
personales de los denominados pagarés; lo mismo a quienes no
aparezcan como dueños de esas fincas, ni a quienes según el
Registro Público, no aparezcan como sus acreedores reales o,
finalmente no sean terceros poseedores. Sin que sea óbice, excepto
quizá por el engorro que supone, que el juzgado decida, como en el
presente caso lo ha hecho, notificar como interesados a TRANSCOSTA
S.A., (hoy ALMACÉN FISCAL DEL PACÍFICO S.A),ANA LEONOR BATALLA
HURTADO Y A TECNO SERVICIO S.A., de la resolución que ordena el
remate, y que aparecen como deudores o fiadores de los denominados
pagares garantizados con las mismas cédulas hipotecarias que dan
base a este proceso si, a su juicio, ello podría depararles
perjuicio.(artículo 173 Código Procesal Civil). La decisión de
tener y mantener personado como coejecutante en este proceso al
mismo actor Banco de Costa Rica, conforme párrafo 3) del artículo
665 del Código Procesal Civil, es una cuestión cuya pertinencia no
corresponde a este Tribunal decidir, no solo por no ser objeto de
apelación, ni por sí misma motivo de indefensión, sino porque
privaría el pronunciamiento de una posible revisión en alzada.
XIII.- Tampoco procede acumular en un mismo expediente o proceso
ejecutivo con renuncia de trámites, la ejecución de cédulas
hipotecarias de las que responden inmuebles pertenecientes a
distintas personas, aunque su tenedor demandante sea uno solo y
sean comunes la competencia y tramitación, por cuanto no existirían
los demás elementos. Por lo dicho, no procede la persecución
acumulada y dispuesta en este mismo proceso contra la finca
hipotecada, folio real 1-120508-000, propiedad de Compañía Agrícola
e Industrial Marón S.A.; ni citársela como tercer poseedor para que
pague la deuda o abandone ese mimo bien a su ejecución, como
erróneamente se dispuso en la resolución de las 10:00 horas del 28
de enero de 1992, (folios 104-105) ya que; pese a ser ejecución de
una de las cédulas hipotecarias que se presentaron acompañando la
"V.- Es claro que una cosa es lo que sucede dentro del proceso y
otra distinta lo que ocurre a un tercero frente a la información
que obra en el Registro Público. Ciertamente, si han transcurrido
más de diez años desde el vencimiento del plazo para el pago
señalado en el documento inscrito, sin que en el Registro conste
que se haya realizado alguna acción cobratoria o reconocimiento del
crédito u otra circunstancia implicativa de interrupción de la
prescripción, la consecuencia, en beneficio de ese tercero, es la
total ineficacia o si se quiere decadencia del asiento registral.
Tal se desprende del texto del artículo 430 inciso 4), del Código
Civil, al disponer que vencido el plazo decenal "la cédula no
surtirá efectos después de esta fecha en perjuicio de terceros". Es
revocó dicho extremo, por estimar que la Cooperativa "actuó como una
acreedora de buena fe, y aceptó la garantía real amparada en las
presunciones que en cuanto al tenedor como dueño de la cédula y
respecto a la autenticidad del endoso establecen el artículo 432 del
Código Civil, máxime si se considera que Ordóñez y Ulloa eran socios
de la deudora Coinarfa S.A., situación que más bien le ha irrogado
una pérdida de tres millones de colones por concepto de capital.".
II.- La parte actora formula recurso de casación por el fondo. Aduce
que el Tribunal Superior incurrió en error de derecho por no darle el
valor que la ley les asigna a los documentos de folios 35, 36, 37 y
38 del expediente, violándose los artículos 432, 732, 733, 735, 741 y
1045 del Código Civil. III.- En el sub-lite, la Cooperativa de Ahorro
y Crédito de San Pedro de Poás R.L. recibió en garantía del préstamo
otorgado a la sociedad Coinarfa S.A., unas cédulas hipotecarias
emitidas en favor del accionante, las cuales no fueron endosadas por
él sino por el señor Manuel Enrique Ulloa Salas. Conforme se probó en
autos, la firma que el coaccionado Ulloa Salas empleó en el endoso,
fue la misma que estampó en los pagarés donde constaba el préstamo
hecho en favor de Coinarfa S.A.. Por su parte, la Cooperativa de
Ahorro y Préstamo de San Pedro de Poás R.L, no observó la diligencia
debida al momento de recibir las cédulas hipotecarias que se le
dieron en garantía, pues las aceptó sin considerar que no estaban
endosadas por su titular, señor Ordónez Rueda, sino por el
codemandado Ulloa Salas quien también suscribió, con idéntica
rúbrica, los respectivos pagarés. Aunado a ello, la Cooperativa
estableció proceso ejecutivo hipotecario en contra del aquí
demandante, quien jamás figuró como deudor del préstamo, ni en
carácter personal ni como socio de Coinarfa S.A., y, aunque las
cédulas hipotecarias, base del proceso ejecutivo, estaban emitidas a
su nombre, nunca las llegó a endosar. IV.- De acuerdo con lo
expuesto, la indebida aplicación del artículo 432 del Código Civil,
por parte del ad-quem, es evidente. Sin duda, dicha disposición
resulta inaplicable en la especie, por cuanto el actor jamás endosó
las cédulas hipotecarias, para poder presumir que el tenedor de los
documentos, señor Ulloa Salas, era su dueño. Además, no es procedente
concluir, como lo hiciera el Tribunal Superior, que existe una
presunción respecto a la autenticidad del endoso, porque, según se
tuvo por demostrado, las firmas de los pagarés y la de los endosos
era la misma, es decir, la del codemandado Manuel Enrique Ulloa
Salas, y la Cooperativa de Ahorro y Crédito de San Pedro de Poás
R.L., pudo y debió advertir este importante detalle, antes de aceptar
esas cédulas hipotecarias como garantía de pago del préstamo hecho a
la Sociedad Coinarfa S.A.. Por otra parte, el Tribunal Superior
incurrió en error de derecho, con violación del artículo 741 del
Código Civil, toda vez que no le dio el valor probatorio
FUENTES CITADAS:
1
Ley Nº 63: Código Civil. 01 de Enero de 1888.
2
REVUELTA SÁNCHEZ, Irene de los Ángeles. El Bono de Prenda La Cédula
Hipotecaria y la Cédula Prendaria como una nueva categoría de títulos
valores. Tesis (Licenciatura en Derecho). San José, Costa Rica:
Universidad de Costa Rica, Facultad de Derecho. 1989, 159p. (Localizada
en la Biblioteca de Derecho, Universidad de Costa Rica, bajo la
signatura 1992).
3
RODRÍGUEZ MENDEZ, Mauricio. La Naturaleza Jurídica de las cédulas
hipotecarias en la Jurisprudencia de Casación. Tesis (Licenciatura en
Derecho). San José, Costa Rica: Universidad de Costa Rica, Facultad de
Derecho. 1995, 73-76p. (Localizada en la Biblioteca de Derecho,
Universidad de Costa Rica, bajo la signatura 2848).
4
BRENES CÓRDOBA citado por REVUELTA SÁNCHEZ, Irene de los Ángeles. El
Bono de Prenda La Cédula Hipotecaria y la Cédula Prendaria como una
nueva categoría de títulos valores. Tesis (Licenciatura en Derecho).
San José, Costa Rica: Universidad de Costa Rica, Facultad de Derecho.
1989, 160p. (Localizada en la Biblioteca de Derecho, Universidad de
Costa Rica, bajo la signatura 1992).
5
BRENES CÓRDOBA citado por REVUELTA SÁNCHEZ, Irene de los Ángeles. El
Bono de Prenda La Cédula Hipotecaria y la Cédula Prendaria como una
nueva categoría de títulos valores. Tesis (Licenciatura en Derecho).
San José, Costa Rica: Universidad de Costa Rica, Facultad de Derecho.
1989, 160-162p. (Localizada en la Biblioteca de Derecho, Universidad de
Costa Rica, bajo la signatura 1992).
6
REVUELTA SÁNCHEZ, Irene de los Ángeles. El Bono de Prenda La Cédula
Hipotecaria y la Cédula Prendaria como una nueva categoría de títulos
valores. Tesis (Licenciatura en Derecho). San José, Costa Rica:
Universidad de Costa Rica, Facultad de Derecho. 1989, 160-162p.
(Localizada en la Biblioteca de Derecho, Universidad de Costa Rica,
bajo la signatura 1992).
7
CARMONA MARTÍNEZ, María del Pilar; VILLEGAS GRIJALBA, Sonia. Las Cédulas
Hipotecarias en el Derecho Civil, Comercial y Registral Costarricense.
Tesis (Licenciatura en Derecho). San José, Costa Rica: Universidad de
Costa Rica, Facultad de Derecho. 1995, 5-6p. (Localizada en la
Biblioteca de Derecho, Universidad de Costa Rica, bajo la signatura
2815).
8
NUSSBAUM citado por RODRÍGUEZ MENDEZ, Mauricio. La Naturaleza Jurídica
de las cédulas hipotecarias en la Jurisprudencia de Casación. Tesis
(Licenciatura en Derecho). San José, Costa Rica: Universidad de Costa
Rica, Facultad de Derecho. 1995, 80p. (Localizada en la Biblioteca de
30
SALA PRIMERA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Resolución Nº 223 de las
catorce horas diez minutos del once de noviembre de mil novecientos
noventa y cuatro.
31
SALA PRIMERA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Resolución Nº 20 de las
catorce horas cinco minutos del cuatro de marzo de mil novecientos
noventa y dos.
32
SALA PRIMERA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Resolución Nº 21 de las
catorce horas siete minutos del cuatro de marzo de mil novecientos
noventa y dos.
33
SALA PRIMERA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Resolución Nº 173 de las
quince horas treinta minutos del nueve de octubre de mil novecientos
noventa y uno.