Vislumbrar La Nada, Guionistas de Cortometraje en NL PDF
Vislumbrar La Nada, Guionistas de Cortometraje en NL PDF
Vislumbrar La Nada, Guionistas de Cortometraje en NL PDF
IMPRESO EN MÉXICO
ISBN: 968-5724-74-1
Para Anayanci y Almudena
por permitirme vislumbrar el todo
y testimoniar lo tangible
Una cosa muy extraña para mí, desde que empecé a trabajar en cine,
es que no existe una historia del guión. En la Historia del cine hay
historias de cada uno de los aspectos técnicos, menos del guión. Como si
el guión fuera una no-existencia. Y en realidad es así: un guión no existe;
es sólo una etapa de una película. Al final del rodaje ese objeto efímero y
paradójico que se llama “guión” va a parar a la basura.
No existe más, perdió la vida.
Jean-Claude Carrière
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Radiografías de la Sultana
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que fuera acompañada de un DVD que recopilara las produc-
ciones audiovisuales que se generaron a partir de algunos
guiones incluidos en la misma, se desechó el proyecto debido
a que lo primordial de Vislumbrar la nada es darle valor al
guión como acto creativo literario muy poco distribuido y leí-
do; el problema que enfrentaría el libro al incluir producciones
audiovisuales sería que, sin quererlo, se podría caer en invitar
al público al deleznable ejercicio de designar su “corto favorito”
y eso nos lleva a una plataforma desigual de creación donde
convergen distintos formatos de filmación, experiencia al mo-
mento de producir y financiamientos disímiles; lo que hubiera
formado una selección sin balance alguno y que tarde o tem-
prano nos llevaría a adjetivar y juzgar los cortometrajes desde
la perspectiva de la producción y no del proceso de escritura del
guión y lo cinematográfico.
Luego entonces este libro pone a todos bajo un solo matiz.
Aquí no hay diferencias de presupuesto, todos tienen el mismo
capital creativo y las mismas posibilidades artísticas que brin-
da el mágico arte de la escritura ficcional.
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blemente limitada y muchas veces puramente formativa, lo
que provoca que numerosas ocasiones el cortometraje filmado
contenga una narrativa acertada en el guión que lamentable-
mente sufre una deficiente traducción dramática en la produc-
ción audiovisual.
La ventaja en este libro es que los guiones compilados tu-
vieron la oportunidad que muchos cortometrajes no, es decir,
una vez que existe el corte final de la producción es muy difícil
que el corto sufra cambios, en contraposición los guiones selec-
cionados tuvieron la oportunidad de ser revisados y depurados
nuevamente por sus creadores, aquí no existieron limitaciones
monetarias o accidentes que impidieran la buena o deficien-
te realización del mismo, el acto creativo de la escritura les
brinda, a cada uno de los guionistas, la libertad de presentar
su historia de la manera que fue concebida desde un principio
y con los ajustes que cada uno consideró necesarios para su
publicación.
Muchos de los lectores no tendrán la oportunidad de ver los
cortos ya realizados, o bien, esperemos que el destino permita
que todos se lleguen a producir algún día, lo que sí es un hecho
es que cada lector tendrá la oportunidad de producir su corto
en la pantalla de su imaginación, inviertan el ilimitado capital
de la mente para recrear imágenes, contraten las locaciones
perfectas e inviten al grupo de actores que ustedes juzguen
como idóneos para interpretar las historias que son expuestas
en la presente obra. Conviértanse en los productores de lo in-
tangible, dénle vida a la nada.
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y se pueda realizar la investigación para crear el libro Eviden-
ciar la nada: directores en Nuevo León y su testimonio de lo
traducible y, de esa manera, poder explorar el mundo de la
creación de planteamientos de dirección para filmar películas y
el acto innato de todo director de traducir la visión de un guión
en una realidad cinematográfica.
Por último, esperemos que no pasen muchos años para po-
der cerrar la trilogía con el volumen Vender la nada: produc-
tores en Nuevo León y su testimonio de lo financiable. Seguro
estoy que el fenómeno de creación y producción en la ciudad
dará material suficiente para la trilogía, amén de muchos otros
documentos literarios y de investigación acerca del dramático
proceso de hacer cine.
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Santa, Santa
Luciano Campos Garza
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El hombre que está solo en su mesa se despierta con el llanto.
Estira los brazos, desperezándose, suspende la operación en el
preciso momento en que se percata que la bailarina está aga-
chada. Se le queda viendo fijamente al trasero. El hombre la
mira y su gesto se transforma en una mirada de lujuria. Chas-
quea la lengua y se pone de pie. Con la cerveza en la mano, se
dirige a la barra y, con un leve golpe en el hombro, despierta
al cantinero.
Bailarina: Ya voy.
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La bailarina se enfila hacia otra puerta cubierta con una corti-
na, contigua a la de los privados.
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cha que la mujer llora. Voltea a verla y saca la mano vacía del
morral. Enternecido, ladeando la cara con piedad y con mirada
de pena, contempla a la bailarina. De pronto se escuchan leja-
nas 12 campanadas y empiezan a estallar cohetes. Santa Clos
y la mujer se concentran en lo que ocurre, aguzando el oído.
Cuando pasa la explosión de cohetes, la mujer vuelve a llorar.
Santa Clos se agacha y la interroga con la mirada.
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5) Interior. Cuarto Iluminado. Noche
La bailarina la sigue y ve cómo la hermosa levanta el morral.
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Estirar la mente:
no es lo mismo platicar de cine que hacer cine
Entrevista a Luciano Campos Garza
Generación espontánea
Lo primero: la concepción de la idea. Siempre he pensado que
cuando uno escribe hay primero un chispazo que surge como
generación espontánea y de repente alguien se tropieza, veo
pasar un camión, alguien se rasca la cabeza y surge una semi-
lla, una larva que uno empieza a encontrarle forma de historia
pero que todavía es un abstracto, de esa abstracción sucede
que el tema lo elige a uno, no uno elige el tema. La historia
comienza a acosarme y empiezo a pensar y pensar en perso-
najes, diálogos y estructuras que me llevan a un plan maestro
para vertebrar el relato hasta que siento que tengo una his-
toria completa y me siento a escribirla. Y si es un tema muy
especializado, investigo el mismo pero no muy a profundidad,
la experiencia me dice que debo sentarme frente a la máquina
con el esquema del guión de cortometraje en la cabeza y sobre
la marcha se ponen y quitan sucesos hasta ver un resultado
total; lo cual nos lleva a algo ineludible: nunca queda el guión
como la idea original.
Contrastes
Siempre encuentro en los personajes un modelo físico y des-
pués intento crear una personalidad atractiva, buscando algo
que es sumamente difícil: humanizar al personaje, es decir,
una persona que pueda ser el justiciero, el redentor o el sal-
vador dentro de una historia que pretendes que sea real y, al
intentar lo anterior, puedes caer en el error de crear personajes
con características seráficas o románticas en tu deseo de hacer
un héroe y creo que lo que se necesita –o más bien necesito– es
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aterrizarlo; es cuando los personajes demandan contrastes en
orden de humanizarlos, hacerlos imperfectos y por lo tanto
atractivos.
Desarrollo
Santa, Santa es una idea que prefiguré y escribí como un cuen-
to de navidad, el cual se desarrollaba en la zona de tolerancia
de Reynosa, específicamente en lo que eran las ruinas de un
antro paupérrimo que se quemó y que en el mismo se encuen-
tra una carta donde una persona mayor relata la fantástica
llegada de Santa a ayudar a su madre cuando era niño; el pro-
blema al que me enfrentaba era que no sabía cómo concluir
la historia, me faltaba “dejar ir a los personajes” –como dice
Juan Rulfo– fue entonces que decido hacer una aproximación
a formato de guión de cortometraje, la cual me sirvió para in-
troducir elementos místicos como la nochebuena con un niño
Jesús trasladado a un lugar paupérrimo, el cual no tiene a una
madre precisamente virgen y donde vemos cómo esta abnega-
da mujer espera una epifanía o milagro ante su adversa situa-
ción, es entonces que la aparición mágica en la historia pasa a
ser una especie de recompensa al sufrimiento. Finalmente es
un relato obsecuente y fantástico que no pretende moralinas,
simplemente es llevar el mito de Santa, Jesús y María de una
manera alternativa y diferente.
Ser vivo
Un guionista no se hace a través de libros ni de escuelas, un
guionista se hace con horas nalga de trabajo. Necesitas tener
disciplina, apertura, muchas lecturas y convertirte en una an-
tena parabólica para captar todos los estímulos del mundo que
puedas procesar para meterlos en tus personajes y estar re-
signado a que nunca va a quedar la historia como está en la
primera versión. Tus guiones son como tus hijos, es por eso
que soy un convencido de “la tallereada” y gusto de presentar
mis guiones a personas que saben y escuchan, para de esta
manera poder ir afinando personajes, quitar y añadir partes a
la trama para ir creando y formando el guión cual si fuera un
ser vivo. Para lograr esto tienes que estar abierto a la crítica,
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sin diferencias de si es constructiva o no, la crítica es total, es
decir, constructiva y destructiva al mismo tiempo. El reto en
este proceso es nunca perder tu esencia como creador y siem-
pre seré partidario de que uno como creador tiene que morirse
con su proyecto.
Ente
Director y guionista son uno mismo, no disocio uno del otro
en mi persona. Ahora bien, considero que como guionista no
terminas de separarte del guión y de aportar hasta que el mis-
mo está completamente filmado. Porque resulta que lo que
uno ideó cambia completamente cuando llegas a la locación,
ya que no existe un guión de acuerdo a la imagen mental que
el director se formó debido a las limitaciones del mundo real,
las cuales chocan con las idealizaciones del guionista, entonces
uno tiene que modificar el guión debido a las circunstancias;
director y guionista son un ente, una maquinaria interna que
va a generar una creación.
Literatura
Hay situaciones intangibles que deben existir en un guión que
le ayudan al director y a los actores a crear su personaje, es por
eso que muchas veces el guionista puede recurrir a referen-
cias poéticas o literarias para dar el tono de su guión, no es lo
mismo acotar: “la mujer del pelo rojo” a “la mujer que tiene el
pelo cual madrugada”. Entonces si escribes un guión solamen-
te para lo que se ve en pantalla corres el riesgo de que haya
mucha improvisación creativa. El guión es una forma de litera-
tura, la cual estamos poco acostumbrados a leer, es literatura
porque comunica una historia que se transformará en lenguaje
cinematográfico –pero que tiene vida propia– y el leer un guión
es igualmente disfrutable que una novela o cuento.
Jamás
Me gustan las versiones de un guión. Y cuando veo la prime-
ra versión de algún guión mío me da risa al constatar cómo
los personajes estaban planos y distantes. Eso sí, las etapas
de trabajo o revisiones hacen que los personajes y la historia
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se fortalezcan, obviamente no existe una fórmula para que los
personajes se fortalezcan o tengan la intensidad que requiere
el guionista como trabajo final, pero a fin de cuentas llegas a
la conclusión de que si haces un quinto draft –y te gusta– pue-
des llegar a redactar una décima o quinceava versión. El guión
jamás está terminado y parafraseando a Buñuel diría que al
guión tienes que abandonarlo porque si no podrías re-escribirlo
por siempre.
Ceguera
Lo que yo quisiera que entendiera la gente es muy diferente a
lo que entiende la gente. Lo que busco cuando escribo es sim-
plemente tratar de contar una buena historia, tengo algo que
decir, tengo que presentarle al mundo una narrativa y estoy
seguro que le voy a dar al público un punch al final para que
le guste y encuentre algo que yo, como creador, no he visto. En
Santa, Santa centro la historia en una mujer desagraciada y
muestro cómo el egoísmo natural de las personas nos hace to-
mar distancia de cierto tipo de circunstancias, en este caso las
circunstancias de una prostituta, persona maldita y non grata,
entonces quiero mostrar que estas personas tienen una vida
interior y tienen la posibilidad de experimentar alegrías extre-
mas, momentos mágicos como el que ocurre en el guión.
Metáfora
Muchas de mis historias son de redención, personas que vi-
ven de un modo pero quieren cambiar y la forma en cómo lo
consiguen es a través del sacrifico, pero a través del mismo se
convierten en esas personas ideales que querían ser y tuvieron
que pagar un precio muy alto por su redención. En Santa, San-
ta abordo un poco la teoría de los contrastes situando a mi per-
sonaje principal en una situación sumamente difícil, aunado a
ello la concibo como una mujer muy poco agraciada, con oficio
ingrato y además con un hijo hambriento durante una noche
de navidad –digamos– la vida conspira contra ella. Original-
mente no escribí esta historia como una metáfora de María y
Jesús, fue alguien que en una lectura tuvo su lectura de esa
manera, fue entonces que empecé a encaminar el relato en ese
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rumbo y claro está también me gusta el elemento del santa al-
ternativo, y no sé si alguna vez se haya aproximado la figura de
esa manera, he sabido de Santa Ladrón, Santa Asesino, Santa
Asaltabancos, Santa Asaltado y ahora yo presento este doble
Santa y una parte de la dualidad es una Santa bien buenota y
además a Santa se la cogen. Yo creo que nunca había pasado,
es interesante y me gusta.
Títere
Quien escribe el guión debe de darse la maña de no presentar
moralejas cual si fuera una fábula de Esopo, es obligación de
uno engañar al lector para esconder muy bien la moraleja, o
bien, presentar desde un principio que te estás burlando de esa
moraleja, es decir, si tú estás manejando el títere es importan-
te que no se le vean los hilos. Tenemos que hacer historias con
un rigor creativo y en el caso del guión de corto estoy convenci-
do que la historia tiene que ganar con un punch, un gancho a la
mandíbula, nunca ganar la pelea por puntos y el guión de corto
siempre tiene que cerrar fuerte: con golpe de knock out.
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Amanda
Pepe Caudillo
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Enrique se levanta molesto. Se sienta lentamente con su espal-
da hacia Amanda.
Corte a:
Enrique: Amanda.
Corte a:
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3) Exterior. Piscina de hotel. Día
Aún es de madrugada. La esbelta figura de Amanda surge de
la profundidad del agua. El traje de baño es oscuro y contrasta
con su tez blanca. Amanda nada con soltura.
Corte a:
Corte a:
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Amanda se acerca a la ventana, abre las cortinas lentamente
y con cierto temor. La intensa luz del mediodía baña su rostro.
Amanda recorre el exterior con su mirada.
Corte a:
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Al cocinero le causa gracia el repentino cambio de tema pero lo
disimula volteando hacia sus compañeros.
Corte a:
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ra frenética. Se detiene en una página y busca un dato. Aman-
da descuelga el teléfono.
Corte a:
Enrique: No se ve mal.
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Agarra comida de su boca y reclama.
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Corte a:
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Amanda sale del hotel.
Fade out
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En el origen está siempre el personaje:
no hay que explicarlo todo
Caos
Surgen imágenes, ni una palabra, abstracción y de alguna ma-
nera se va desarrollando la puesta en escena con los perso-
najes, después llega la trama, luego, el guión en la cabeza...
días, semanas, hasta que tengo cierta estructura y me siento a
escribir. Casi todo me llega de una manera muy caótica, abs-
tracta, en el caso del guión de Amanda surge a partir de que
me invitan a finales del 2004 a realizar un cortometraje que tu-
viera su acción dentro del hotel Ancira, era un proyecto donde
se invitó a ocho cineastas a que filmaran un corto cada uno en
orden de armar un largometraje. Por esos días tuve un viaje al
Festival de Rotterdam donde presentaba mi cortometraje 4B
(Pepe Caudillo. 2005) y cuando llegué al hotel no podía dormir;
acostado en la cama me sobrevino la imagen de esta mujer en-
cerrada en un cuarto de hotel y empecé a preguntarme quién
era esa mujer, porqué está ahí, qué busca, qué desea obtener,
fue entonces que temas o inquietudes que tengo guardados de
años van encontrando lugar en la historia de ella. Resumiendo
te diría que finalmente Amanda pasa del caos de mi mente a la
narrativa de la búsqueda de la libertad y como subtema, obvio,
aparece el encierro, entonces para poder buscar la libertad y
más bien para poder entender el triunfo de la libertad tienes
que vivir el encierro.
Español e inglés
Cuando escribo una escena la leo en voz alta en una forma
de revisión para poder pulirla y luego con gente de mucha
confianza les pido que lean los diálogos en voz alta para dar-
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le retoques más finos. Aun y cuando los diálogos estén muy
trabajados son sólo una pauta para que sean recreados en el
periodo de ensayos y en el rodaje mismo. En el caso de Aman-
da era importante recargar el subtema de la incomunicación
a partir de la diferencia de lenguajes; Amanda intenta ha-
blar el idioma de Enrique y él nunca hace un intento por
hablar el suyo, las decisiones detrás de cuando ella habla en
inglés y cuando en español fueron cruciales para desenvolver
la historia.
Libertad
Un guión no es literatura, un guión es un simple medio para
llegar a la pantalla. De hecho, el guionista, aunque no vaya a
filmar la película, está construyendo la misma en su cabeza.
Inclusive como guionista uno se adelanta a pensar qué va a
hacer el director más adelante, tal vez si yo hiciera un guión
que yo no fuera a filmar mi enfoque sería distinto. Lo que sí
procuro es no atiborrar el guión con cuestiones técnicas de la
puesta en escena en orden de darle al director la libertad para
desarrollar su visión, libertad que te permita hablar con tu di-
rector de fotografía, explorar una visión conjunta para adaptar
la historia a la locación seleccionada.
Muerte
El guión muere en el momento en que se lo doy a los actores
y demás equipo creativo. De hecho como director durante el
rodaje no uso el guión, ensayo mucho las escenas y los actores
hacen suyos a los personajes y si cambian diálogos pues que
los cambien. Yo no creo que el guión tenga un valor como una
novela o un cuento, lógico es que como guionista debes de co-
nocer y manejar cuestiones como semántica y redacción, pero
la obra realmente es la película no el guión. Cito textualmente
a Robert Bresson: My movie is born first in my head, dies on
paper; is resuscitated by the living persons and real objects
I use, which are killed on film but, placed in a certain order
and projected on to a screen, come to life again like flowers in
water.
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Plano arquitectónico
Yo no estudié cine y los primeros guiones que escribí de ado-
lescente eran textos escritos por mi parte de director, es decir,
todo era descripción técnica del encuadre, que plano medio,
que close up y, posteriormente, te das cuenta que nadie las
toma en cuenta y que te estorban. Es por eso que hay libros
que te enseñan qué debe contener un guión (pero debe ser sólo
eso) no creo que desarrollen cuestiones creativas, los libros
para guionistas te enseñan a cómo depurar, a cómo llegar a la
síntesis que un guión demanda. El guión es una herramienta
de trabajo, es como un plano de la casa que vas a construir y
sirve para que a todos los involucrados les quede muy claro
qué va a hacer cada quien. Eso sí, para escribir un guión es
importante leer guiones, en mi caso fueron guiones de Julio
Alejandro, Vicente Leñero y en inglés de Paul Schrader y Te-
rence Mallick, obviamente eran guiones de películas que a
mí me gustaban y bajo ese ejercicio me daba cuenta cómo se
iba transformando el guión. Por eso, después de algunos años
de experiencia creo que el guión debe de reproducir hechos,
estrictamente los hechos de la imagen, aunque uno debe de
darse licencias poéticas para describir más contundentemen-
te un hecho, por ejemplo, yo escribo mis guiones a mano, y en
las primeras versiones descubro que hay mucha literatura y
lo que hago es depurar ese tipo de escritura que en un princi-
pio sirvió para detonar la creatividad, pero que después viene
sobrando. El guión original está lleno de agregados, notas,
gráficos y es la única versión del guión, no lo paso en lim-
pio, ese mismo original son tres o cuatro versiones en una, la
cual transcribo para que surjan más versiones en voz de los
actores y en la interpretación que el equipo creativo le dé al
guión.
Espectador de oro
Mira, me gusta mucho algo que afirma Arturo Ripstein: en ver-
dad no hubo edad de oro del cine nacional, lo que hubo fueron
espectadores de oro. En la actualidad el nombre de nuevo cine
mexicano obedece más a un título mercadotécnico: “es nuevo...
ven a verlo”. En el ámbito local creo que hay mucho empuje y
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ahora el gobierno estatal apoya la producción. En el entorno
las exploraciones son muy variadas, se filma o graban muchas
cosas y lo que llego a identificar son los géneros de comedia y
terror, pero éstos son intentos de realizar formas de hacer cine
que son muy difíciles; se cae en el gag audiovisual y creo que
no son las formas más adecuadas para comenzar a hacer cine.
Digamos que se desea copiar modelos probados en otras lati-
tudes con condiciones sumamente distintas y fallan. Es mejor
hacer obras que intentan expresar algo muy personal, qué es lo
que me preocupa, es decir, algo más de uno que buscar copiar
lo ajeno.
Autoestima
Todo lo que hago cae en la denominación de drama, algunas
historias tienen humor pero siempre yace en mis guiones este
tono dramático. Mis temas son recurrentes: violencia, soledad
y encierro son tres de ellos. En Amanda surgen y no cuestiono
el origen, más bien les doy cabida y rumbo, es entonces que
descubro que en la historia existen dos encierros, uno físico y el
otro psicológico. Entonces Amanda es una mujer bella que co-
mienza a perder su personalidad y orgullo, de manera tal que
desaparece su autoestima y llego a la conclusión de que su con-
traparte en el guión abusa más de ella de forma psicológica que
física. No hay violencia física de manera gráfica en el guión,
sino todo es más psicológico y en la historia quiero mostrar qué
provocó en ella este tipo de violencias, entonces la narración en
el guión es el resultado de toda esa violencia que ha vivido.
Resolver
Me gusta mostrar sólo una parte de la vida de mis personajes
y las películas que más me gustan son precisamente aquellas
que no explican todo, creaciones que me permiten participar
sin que todo esté resuelto y esto ayuda a que cuando vuelves a
ver la película te hace preguntarte quién eres y cuál es la per-
cepción que tienes de ti mismo. Como realizador, siento que
mi primera obligación es entregar un buen guión al equipo
de colaboradores. Considero que un buen guión es aquel que
contiene únicamente los hechos y, por lo tanto, ofrece espacio
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para que cada quien aporte y lo haga suyo. El guión de Aman-
da es una serie de cuestionamientos por resolver.
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¿Ya puedo salir?
Gabriel Contreras
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asunto, no? ¿Fuerte, qué tal? Ya verán: hoy no
circula, reporte diario de Imecas, un caos, un
auténtico caos… Ah, por cierto, nadie querrá
otro DF en Tampico, ¿verdad? Ojo, porque ese
ha sido el gran error de los dos gobiernos
anteriores... Me duele decirlo, porque yo mismo
estoy en el Partido… pero a los dos se les han
ido las cuatro, la verdad…
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Abelardo: (al teléfono) Número equivocado.
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Benito: (en off, en el teléfono) ¿Te suena, verdad? ¿Te
suena? Ya sé que ahí conociste a una
muchacha que te gustó mucho, muchísimo,
cabrón, eres bien caliente, ya lo sé…
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Abelardo: ¿Quién habla, qué quieres?
Benito sale del baño, tiene una cachucha que, por la posición,
le cubre el rostro. Vemos a Benito de cuerpo entero, usa panta-
lón de mezclilla, camiseta deslavada y chanclas.
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Abelardo: (ríe nervioso) ¿Bellochio? ¿Eres Bellochio?
Cómo serás...
Abelardo: No entiendo.
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Abelardo: La neta no te entiendo.
Fade out
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El guionista propone la fantasía:
el director la transforma en realidad
Vídeo juego
Detrás de cada historia están un conjunto de anhelos, sorpre-
sas potenciales, una pregunta sin respuesta y también el afán
de encontrarse con algo que no has visto antes, en ese último
punto reside lo más importante para crear algo que no hayas
visto y que ese algo no se sepa a ciencia cierta de dónde sale.
Cada vez que comienzo a trabajar sobre una historia, ya sea de
carácter narrativo–prosístico, o un proceso teatral o bien algo
de ficción cinematográfica busco lo no aproximado y digo ficción
en el sentido de que no se realiza, sino que sólo se plantea como
un juego mental donde, cual si fuera un vídeo juego, pongo al
personaje y le doy herramientas para moverse, le planteo obs-
táculos y le doy una meta final. Eso sí, toda historia debe ser
transitable, así como disfrutable, porque cuando una historia
es muy distinta tiende a no ser antojable, por ejemplo alguna
película de Emir Kusturica de estructura demencial y que la
gente al salir del cine expresa que estuvo muy bonita pero no
saben a ciencia cierta qué era lo que pasaba. La experimen-
tación como juego radical es una tentación muy grave que no
me interesa. Y mis inicios en el teatro eran experimentos muy
arriesgados y poco a poco he ido normalizando mis relatos; y
la edad me ha permitido aceptar que en el fondo ya casi todo
está contado.
Rutas
Todos los días te levantas y ves el periódico, todos los días en-
ciendes la computadora, todos los días enciendes la televisión,
todos los días tomas un café, todos los días conversas con tu
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esposa, todos los días ves un programa de noticias y cuando
algo concurre en esas rutas es que algo importante ocurre, de
pronto me encuentro con fotografías de unas cabezas cortadas,
lo cual nunca he visto en mi vida y mucho menos colgadas en
la puerta de una demarcación de policía como sucedió en Aca-
pulco, tampoco conocí a un hombre tan poderoso como Ama-
do Carrillo, el cual fue asesinado por sus propios médicos de
una manera completamente inesperada y digna de el mejor
de los narcotraficantes. Vivimos en medio del narcotráfico y el
narcotráfico no está en ninguna parte, sin embargo, mueven
a nuestra economía a nuestra política a nuestra televisión y,
finalmente, mueven a la sociedad mexicana; son seres muy po-
derosos siendo al mismo tiempo invisibles. Ese poder invisible
me parece realmente apabullante, me parece muy llamativo
y me parece omnipresente y por eso es un tema que se debe
aproximar, ahora bien, yo no estoy en condiciones de plantear-
lo con balaceras –no sé nada de armas– pero dónde sí puedo
estructurar algo que aproxime ese tema es a nivel de lenguaje,
es decir, cómo se comunican los narcotraficantes, cómo hablan,
cómo son sus giros de lenguaje y cómo podría ser su forma de
hablar según mi imaginación; y esta imaginación me dice que
su comunicación es en clave y completamente intraducible para
el no iniciado, en ese desfase entre la comunicación y la no co-
municación es que escribo ¿Ya puedo salir? En el guión somos
testigos de cómo un narcotraficante va empujando al personaje
principal hasta el excusado –y desde la intimidad y a la vez in-
comodidad misma del baño– es donde surge el verdadero poder
del narco al impedirle salir al mundo, dándole a entender que
lo tiene controlado en su trabajo, en su familia, en su futuro
y en el excusado mismo. ¿Se puede escapar de esto? ¿Existe
algún lugar donde el narcotráfico no esté presente? Esas eran
–como lo mencionaba anteriormente– las preguntas que busco
responder. Semblantear al narcotraficante como el todo pode-
roso del lenguaje.
Hilos
La progresión del personaje principal en ¿Ya puedo salir? par-
te de plantear un ser poderoso, un ser que domina, un ser que
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tiene todos los hilos en la mano, un ser que sabe lo que hace,
un ser que convence a políticos y empresarios, un ser que está
completamente seguro que lo que él propone es razonable, via-
ble, ejecutable y brillante. Es el que ve más allá que los demás
y de pronto una llamada no deseada se convierte en una co-
municación irresistible, se convierte en algo supuestamente no
comprendido, en una llamada mucho más poderosa que lo que
él pueda plantearle a gente de Obras Públicas o a gente de Ce-
mentos Mexicanos, esta voz que el personaje oye es más pode-
rosa que el gobierno mismo y lo más grave es que no se conoce
su procedencia y tampoco se sabe lo que realmente quiere, es
una voz que lo señala, una voz que está entre dios y el diablo.
Rechinido
Si señalo como guionista que el director debe detenerse en los
zapatos de un personaje estoy cometiendo un error, mi obli-
gación es hablar de los zapatos y señalar la importancia de
los mismos, si el director repara en el momento donde en el
guión se dice que los zapatos rechinan y decide hacer una toma
–pues bien– uno propone y el director decide. El guionista es el
creador de una historia, algo que un director no puede hacer,
el director es quien cuenta la historia ajena y, en ocasiones, po-
demos conjuntamente desarrollar y ajustar el relato. El guionis-
ta propone la fantasía y el director la transforma en realidad.
Ignorancia
No hay que confundirse, el guión cinematográfico es drama-
turgia, no tiene remedio, pésele a quién le pese, cuando David
Mammet escribe un guión no está haciendo mas que una obra
de teatro que se filma por segmentos y lo que hace el director
al trabajar con los actores, las luces y el escenario es teatro, el
cine es un teatro que se ensaya y aplica de otro modo, las reglas
del rodaje serán distintas pero no existe ninguna película que
no sea teatro, desde las de Pixar hasta las de Spielberg, toda
película desarrolla un personaje en conflicto con otros, crea si-
tuaciones y soluciones resolviendo un problema inicial. Inclu-
sive el género documental que obedece a reglas aparentemente
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distintas sigue un formato dramático. Al ver un conjunto de
abejas que cuidan su panal y tienen a una reina, descubrimos
que en esa comunidad existen abejas cuya labor es alimentar
a la especie, otro grupo se encarga de resguardar, uno más
de alertar y otro de fecundar a la reina para la sobrevivencia de
la especie a través de su líder: la reina, si de pronto vemos que
unas hormigas amenazan la territorialidad del panal, el grupo
de abejas guerreras se prepara a la inevitable guerra por la
sobrevivencia del más apto. Drama épico, salvar a la reina no
importando cuántos sean los caídos y esos caídos serán héroes
que dieron su vida por la de otros, esto es drama contado de for-
ma audiovisual y en formato documental, pero finalmente no
hay documental exitoso que no resida en las reglas del drama.
Ahora bien, aquellos que afirman que el guión es mayoritaria-
mente imágenes y en la obra de teatro impera el diálogo, no
afirman más que su enorme ignorancia acerca de lo que es el
teatro y su desconocimiento total de espectáculos dramáticos
como Cirque du Solei, Slava y Fura del Baus, por mencionar
sólo algunos. Ya está más que demostrado que el teatro puede
prescindir de las palabras como el cine puede vivir de ellas.
Humildad
¿Ya puedo salir? está escrito en un tono de pesadilla, la cual
puede ser filmada en estilo surrealista o bien como una come-
dia mexicana interpretada por Luis de Alba y Lalo el Mimo.
Se puede filmar de muchas maneras, pero lo esencial es desa-
rrollar el concepto sin-salida y tomar el punto de partida del
lenguaje como misterio, lo fundamental reside en que detrás de
cada palabra se esconden todas las palabras y detrás de cada
mensaje se esconden todos los mensajes, esa condición aplas-
tante del lenguaje como personaje es algo que se debe tomar
en cuenta antes de cualquier aproximación a producir el guión.
56
Como guionista uno abre puertas y crea cuestionamientos y ya
el espectador será quien se encargue de contestar. Y creo que
la labor de ser guionista es muy ingrata, no conozco ningún
guionista que viva completamente satisfecho de sus propios
trabajos, es un trabajo muy riesgoso y lo digo como un drama-
turgo que ha intentado hacer guiones, pero tanto el guionista,
al igual que el dramaturgo, es una persona fundamentalmente
incapaz de desarrollar sus propios proyectos porque todo guión
no es más que una propuesta que tarde o temprano terminará
en el cesto de la basura, ya sea porque fue usado y ya no hace
falta o porque nunca nadie le usó y por lo tanto menos hizo fal-
ta. Entonces el destino irremediable del guión es ser destruido,
transformado, alterado o ignorado. De modo que el guionista es
un escritor menor, es un aprendiz constante al que todo mundo
le puede meter mano a sus creaciones y por lo tanto tiene que
ser humilde, no puede existir la soberbia en la dramaturgia y
el guionismo, no hay cabida para ello.
Niñez
El caso Monterrey me produce una especie de melancolía an-
ticipada porque el cine aquí es una moda y existe una ilusión
malsana al creer que cuando tú compras una cámara de vídeo
digital te adentras al mundo del cine, y creo muy firmemente
que hablar del movimiento de cine local es una invención de
Conarte, porque antes de que la institución gubernamental
creara el gremio de cine, ese gremio no existía, y el gremio se
ha formado principalmente de gente que aspira ser y hacer, la
gente que realmente está generando cine no está en el gremio
o no le importa lo que pasa en él. El cine es una práctica que
enfrenta una serie de dificultades y soluciones muy particu-
lares, el cine, al menos en el caso Monterrey, no es un gremio
o sindicato, no puede serlo. Creo que algunos creadores nos
estamos acercando a la posibilidad de tocar las puertas de una
industria cinematográfica, industria que no existe en la locali-
dad ni en el país. Finalmente se llega a que detrás del oficio de
guionista o dramaturgo existe una niñez latente, cuando eres
niño siempre quieres ser alguien y al ser viejo te das cuenta
que nunca pudiste serlo, más allá de cada sueño hay una terri-
57
ble frustración y todos estamos condenados y sin remedio a no
ser lo que siempre soñamos; y de repente descubres que no eres
el dibujante o el músico o el jardinero que podías haber sido,
luego entonces te atreves a escribir un guión de cortometraje
para ser todo lo que no se te dio y durante quince minutos pue-
des crear y controlar la vida entera por medio del lenguaje.
58
59
La Vulka
Adolfo Franco
Fade in a negros:
60
Ramón: (voice over) Vinieron rusos, alemanes, italia-
nos, es más, hasta un africano vino a caer por
aquí...
Don Chuy: (voice over) Dicen que fue uno de esos cabrones
61
tejanos culeros con una escopeta... nosotros ni
vimos el cuerpo ni nada... sólo sabemos lo que
nos contaron...
62
Silvia: Ramón, ya vente a cenar. Tu papá quiere
hablar contigo.
Ramón: Tá bueno.
63
Ramón tiene el discman en sus manos y le da un beso, lo mete
a la caja.
64
Lola: Vamos a salir muy bien librados de ésta...
(a Ramón) Órale tú, arregla estas dos llantas...
pero en chinga que no tenemos mucho tiempo.
65
Lola saca su pistola y se pone nerviosa. Ramón se levanta.
66
Ramón: Ya se fueron.
Se escucha un balazo.
Fade out
10) Negros
67
Ramón: (voice over) ...en morir y nacer de nuevo...
así como la vulka...
68
Roca saca de su camisa la mitad de una foto vieja con la ima-
gen del papá de Ramón.
Fade out
69
70
Un guión de cortometraje es práctica:
no hay que llegar al largo con poco kilometraje.
Giros
Al escribir un guión de cortometraje lo primero que pienso es el
clímax, el incidente precipitante y que ambos me lleven a una
buena justificación del tema, el cual me dé el punch line para
llegar a un gran final, o bueno, a uno medianamente impre-
sionante. Hacer esto en largometraje te conducirá a la locura,
ya que las variantes en una historia más larga son muchas
y con giros distintos, en cambio en el corto debe de haber un
solo giro del cual dependen el clímax, el final y el resultado
total de la historia. Creo que los cortos son para experimentar
y buscar ciertas narrativas, a su vez también creo que los pri-
meros cortos que uno escribe o produce deben de ser un tanto
conservadores en narrativa pero muy definidos en el subject
matter o tema que escoges. Difícilmente alguien en un corto
puede mostrar un estilo definido –hablemos de algo identifica-
ble como Almodóvar– por las limitaciones de tiempo propias de
este género, si acaso puedes desarrollar tono y personajes en el
guión de corto, pero un estilo propio creo que sólo es identifica-
ble en guiones de largometraje.
Herbolaria
Yo solía escribir mis guiones bajo un sistema que yo le llamaba
(en pasado porque ya no lo uso tanto como antes) Método Her-
bal, el cual era muy divertido hasta que me dejó de funcionar,
lo que hacía era pensar en una planta o en un árbol y esa plan-
ta o árbol me daba muchas de las características para filmar
una historia veraz, te da un setting, o sea, si pensamos en un
manzano podemos situar la historia en Arteaga y las caracte-
71
rísticas del manzano pueden ser las características de un per-
sonaje masculino que tiene un fruto comerciable pero a la vez
simbólicamente prohibido, entonces el método me servía para
desarrollar la imaginación y hacer conexiones entre las ideas,
bajo este sistema escribí La sombra del sahuaro (Eduardo Ba-
rraza. 2005) y otros dos guiones todavía sin filmar Palmera
urbana que trata de una inmigrante colombiana en Monterrey
y El sauce silbante que es la historia épica de un árbitro de
fútbol, además mi primer cortometraje que recibió un premio
en Los Ángeles se titulaba Ficus (Eduardo Barraza y Adolfo
Franco. 2001). Luego me doy cuenta que no siempre al públi-
co le interesan completamente mis temas y busco temas más
universales, lo cual es también un cliché, porque la verdad en
Hollywood para que tu película sea universal debe comenzar y
tener una pantalla que diga: Universal Pictures.
Cuatro llantas
El guión de La Vulka (Ramiro Medina. 2004) fue escrito casi
casi bajo pedido, en aquel entonces en La Plebe Films se quería
filmar un corto y se lo hice a Ramiro; el origen de la historia es
peculiar debido a que en esa semana se me poncharon cuatro
llantas y fui en cuatro ocasiones a la misma vulcanizadora en
avenida Revolución, entonces aproveché el tiempo y analizan-
do el entorno es que se me ocurre, y surge de una forma muy
personal, es decir, me ponía en la situación del hijo del dueño
de la vulcanizadora y me daba muchísima flojera trabajar en
un lugar tan aburrido, tan repetitivo, tan mecánico y tan sucio.
Y eso me llevó al incidente precipitante de alguien que hereda
una vulka y no la quiere, entonces comienzo a armar la narra-
tiva agregando al hermano que al parecer había muerto y que
posteriormente regresa y descubrimos que es un asaltabancos
moribundo que le deja un dinero, en ese momento supe que
la esencia en la historia era la reencarnación y el manejo de
diálogos en voice over me sirvió para aproximar los dos tiem-
pos de la historia y equiparar o metaforizar el concepto de mo-
rir y renacer, tanto con el personaje del hermano como el del
destino y transformación de la vulka misma. Es entonces que
utilizo algo que es recurrente en otros de mis guiones, que es
72
el escribir un diálogo y luego a ese mismo diálogo darle otro
significado en una escena distinta. En La Vulka es un recurso
plenamente identificable que le da al principio de la historia
un poco de misterio y que al final es como si dijera te lo dije.
Dieta
Cometí el error de que los guiones de mis dos primeras pelí-
culas filmadas tuvieron –ambos– muy pocas versiones, fíjate,
de Un diluvio (Eduardo Barraza. 2003) sólo hice dos versiones
y de La sombra el sahuaro si acaso fueron tres y ahora ya veo
que vale mucho la pena meterle unos mesecitos más para pulir
la forma de contar la historia y mis últimos guiones que he tra-
bajado con gente en Estados Unidos ya han tenido un feedback
mayor, y en este proceso existen varias etapas, una donde tu
pones “en la mesa” todo lo que es tuyo y lo que realmente quie-
res contar, y eso se lo mandas a tus personas cercanas y oja-
lá te den respuestas que te cuestionen ciertos conceptos, pero
algo importante es poner el guión a dieta de semanas, es decir,
dejarlo en stand by, regresas a él y encuentras que la retroa-
limentación recibida tiene mucha más coherencia. Te cambia
el punto de vista y al leer crees que es poca cosa (lo cual no es
completamente cierto), digamos que ya no estás acaramelado
con lo que escribiste y tu perspectiva cambia para bien.
Alivio
Como guionista no me interesa en lo más mínimo cómo se va a
filmar el guión, lo mío es crear historias y en eso me concentro.
Un excelente guión –a pesar de una mala dirección– sigue con-
tando una historia interesante, pero tiene que ser excelente,
un buen guión no siempre cuenta una historia cuando está mal
dirigido. Es por eso que un guionista termina su trabajo cuando
entrega el escrito y firma el contrato (caso largometraje), pero
en un corto es cuando lo dejas en las manos del señor director
y, normalmente, mi reacción es de alivio por haber terminado
algo que te permite concentrarte y terminar historias pendien-
tes. Y algo que descubrí durante el estreno de La sombra del
sahuaro en Aguaprieta, Sonora, es que el trabajo del guión no
termina sino hasta que ves la reacción del público a tu historia,
73
en este caso público especial que presenciaba la narrativa en
un entorno completamente familiarizado con los personajes y
situaciones que el guión reflejaba, es en ese momento que te
cae el veinte de que tienes que tener mucha humildad y apren-
der en cuanto al respeto que debes de tener ante el espectador,
formarte un filtro mental de qué espera realmente la audiencia
de tu historia y qué es lo que realmente recibe. Desde aquel
día mis niveles de autocomplacencia cambiaron por completo
y creo que hay genios del guión que trabajan este punto de
la audiencia de manera excelente, gente como Chespirito que
escribe para la gente y por ellos, y estoy seguro que don Rober-
to Gómez Bolaños tiene un sentido del humor que puede ser
considerado más fino o sofisticado, pero él se hizo de un público
gratificado por su estilo y siempre le voy a aplaudir que nos
haya regalado un “Chavo del Ocho” o un “Chapulín Colorado”
y evidenciar de esa forma el tino que tuvo para ser recordado,
si no trabajas para el público, puedes convertirte en un “genio”
jamás conocido. Yo me considero parte del quehacer cinemato-
gráfico nacional, sólo que deseo ubicarme más cerca de Los Án-
geles que del D.F. porque hay más recursos, formas de expre-
sarte y formas de vivir el quehacer cinematográfico. Mira, no
soy invitado al tipo de fiestas que promueve Imcine y espero
que en Monterrey se desarrolle una verdadera industria donde
converjan dos factores, por un lado que exista infraestructura,
llámese escuelas, gente capacitada, equipo y espacios útiles,
know how, capital y por otro lado que exista competencia, es de-
cir, la apertura a la competitividad porque una industria no es
un monopolio y crear una mafia igual a la que existe en el D.F
es inútil, la industria quiere decir abrir mercado y ver quién es
el mejor postor y quién se gana las cuentas y los inversionistas,
lo que hará que todos mejoremos y que bajen los precios, y al
establecer lo anterior, no hablo de una industria de creadores
sino una industria cinematográfica de productores, la primera
ya existe en la ciudad y el que existan veinte cineastas en la
ciudad que traen un proyecto de largometraje es bueno, lo que
realmente yo quisiera es que esos veinte vivieran de producir
cine variado, no de simplemente crear cine artístico sin pensar
en la apertura comercial.
74
Testimoniar
Suspenso, ironía, violencia, frontera, destino y antros son
temas que creí eran importantes para jugar con ellos en La
Vulka y, de esa manera, poder manejar las emociones de la
gente y crear algo que llamara la atención. Además el tema de
la frontera es algo que he tenido siempre muy presente, mira,
somos del norte y tenemos que hablar de lo que nos rodea y si
te fijas un poco en la realidad del cine que te corresponde por
el lugar en que naciste descubres que en el norte ya existía el
tema de la frontera y la violencia representado por el Cabrito
Western de la década de los setenta; sólo que ahora lo mane-
jamos de una forma distinta, tal vez más real o bien intentas
mostrar lo que la gente común no conoce de lo que hay detrás
de la realidad en la frontera; la mayoría de la gente no sabía
a ciencia cierta qué pasó en Vietnam, gracias al cine se forjó
esa idea y creo que nuestro testimonio de lo que es el norte
sirve para lanzar un producto que pretenda clientes universa-
les pero que conlleve un sello local. Finalmente, lo que quería
decir con La Vulka es que a veces las situaciones más adversas
con un poco de creatividad pueden terminar volteándose a tu
favor, es darle un giro al concepto de justicia poética, pero con
un poco de machacado con huevo.
75
76
El Quejido
Carlos García Campillo
Fade in:
77
Jacinto: ¡Sí, sí, sí, sí, sí!
René: Jacinto.
Jacinto: ¿Qué?
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Jacinto: (cont’d) Vamos.
René: ¡Jacinto!
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3) Interior. Taller de Remigio. Día
Las manos ásperas de Remigio trabajan con las herramientas
del taller. El ambiente es pesado, caluroso. El horno que está
a su lado ruge como una bestia. Su rostro se endurece por el
esfuerzo y su frente se llena de sudor. Lo interrumpe...
Remigio: ¡Jacinto!
80
Remigio voltea a ver a René con el rostro duro, los ojos llenos
de coraje.
81
bajadores. Conrado es el más veterano, mientras que Melo y
Diego se ven muy jóvenes.
Cruz llega hasta donde están Conrado, Melo y Diego y les qui-
ta algunas cuerdas de las manos. Trata de cargar más de lo
que puede aguantar, corre, ríe. Los hombres no le dan mucha
atención.
Conrado: Vamos.
82
Melo y Diego comienzan a preparar las cuerdas y herramien-
tas. Conrado se acerca a ellos.
Diego: P… pero...
Remigio: ¡Vamos!
Conrado: Listos.
83
Doña Roble: (murmurando) Diosito santo.
84
Melo y Diego sujetan la cuerda con fuerza. Diego titubea un
segundo. Remigio voltea a verlos.
85
la carne viva. Diego cae al suelo, llorando.
Melo: ¡Conrado!
Diego: ¡Conrado!
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Melo ayuda a que Diego se levante y comienza a caminar aleján-
dose de la grieta. Remigio voltea y los ve. Sin moverse les grita.
Remigio lo avienta con las dos manos tan fuerte como puede.
Cruz cae al suelo dando tumbos. René, que está junto a doña
Roble, sale corriendo en auxilio de Cruz.
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Remigio: (cont’d) ¡Tú también, pendejo!
Cut to:
88
El quejido va subiendo lentamente de intensidad.
89
Remigio se detiene y deja caer el bulto que lleva en el hombro.
Un rollo de cuerdas y herramientas cae con fuerza al piso.
Cruz lo ve y ríe. Levanta la vista de las herramientas a su
hermano.
Fade out
90
91
No existe la gratificación instantánea:
hay que meditar lo escrito, dejarlo descansar y luego
reescribir y reescribir y...
Embonar
Por lo general no es que quiera explorar un tema y salga la
historia del mismo, sino que muchas veces empiezo al revés,
es decir, la historia me va dando el tema, el cual se me des-
cubre a medida que voy escribiendo el guión. Básicamente el
proceso de estar viendo de dónde sacar ideas proviene de leer
mucho, desde las telenovelas hasta el periódico y ahora por in-
ternet puedes acceder a una cantidad de temas interminable.
Hay que estar simplemente pendiente a un detalle que salta
y te atrapa; es por eso que gusto de hacer archivos con ideas
sueltas donde escribes una frase, un nombre, una situación... y
luego todo va embonando solo y de repente me ha sucedido que
tienes dos ideas y comienzas a desarrollar ambas y entonces te
das cuenta que estás escribiendo el mismo guión con dos his-
torias o dos personajes diferentes y dices “creo que esto va jun-
to”. Tengo procesos muy racionales y en ocasiones me descubro
muy aprensivo y pienso mucho en la estructura, personajes o
en el ritmo y lo que cada frasecita tiene que ver en la historia
como un todo, claro que de todo ese control debe surgir al con-
traponer elementos y decidir qué peso tiene cada uno de ellos
en el ritmo y la estructura del guión, digo, llegar a un consenso
entre la historia y la técnica.
Meditar
El Quejido es una excepción o caso raro en mi trabajo, debido
a que antes de escribirlo solamente tenía la imagen de un niño
que se cae, de un abuelo que lo llora y las supersticiones del
92
pueblo por sacarlo de la grieta, y de pronto en una mañana
me levanté y escribí el guión de diez páginas de una sentada.
Eso es muy raro en mi forma de trabajar porque por lo ge-
neral pienso mucho más en los personajes y le doy vueltas a
la estructura antes de sentarme y por lo mismo el proceso de
meditar la historia no fue tan extenso como lo acostumbro, si
no que fue meditar sobre lo escrito y reescribirlo y reescribir-
lo... El guión fue “tallerado” y reescrito varias veces durante el
proceso de preproducción cuando se obtuvo el apoyo del fideico-
miso Promocine del Conarte e insisto en remarcar que el
periodo de meditar la historia como lo acostumbro no fue tan
extenso como lo hago con otros guiones.
Accionar
Soy de la idea de que aunque el diálogo es importantísimo, en
un guión menos es más. Me centro en la imagen, y el diálogo es
más corto, directo y punzante, lógico es que también tiene que
ver con el tono de la historia que estás contando y muchas ve-
ces descubres que tienes que formar diálogos con mas floritura
y ese tipo de diálogos muchas veces son irreales por lo mismo
de ser muy cinematográficos. En el caso de El Quejido se siguió
la regla de menos es más, ya que es un corto centrado en las
acciones y las acciones lo son todo y entonces el diálogo pasa a
ser un complemento.
Guiar
Lamentablemente se desconoce mucho el quehacer del guio-
nista, lo que provoca que muchos guionistas principiantes
crean que es parte del oficio poner movimientos de cámara y el
guión no debe de tener ese tipo de vicios. El guionista debe de
ser lo suficientemente hábil para guiar al lector y al director.
Básicamente es dirigir en papel, ya que hay muchísimas he-
rramientas de la escritura para llevarte a cierto encuadre sin
decir explícitamente close up, dolly in. Por eso considero que
el trabajo del guionista termina cuando firma el guión y se lo
entrega al director y en ese momento el director puede hacer
o deshacer la historia, claro está dependiendo de contratos y
acuerdos legales; considero que lo ideal es tener al escritor de
93
planta para poder reescribir alguna aproximación, o bien una
secuencia por completo, pero esto también presenta sus difi-
cultades debido al trabajo de egos que hay que sortear. Ahora
bien como muchas veces me ha tocado ser guionista-productor-
director (más por cuestiones financieras que de capacidades)
uno aprende a detenerse y no fantasear con la grúa épica de
doce metros con mil luces y cien extras... Entonces el director
dialoga con el guionista para aterrizar la visión, lo que provoca
que en ocasiones te coartes y en otras no; existen un par de
guiones que escribí sin importarme cuestiones de presupues-
to y en otros que deseo presentar a concursos de producción
los hice para que no aparezcan como incrédulos ante los ojos
de los dictaminadores o jueces, es decir, realizables y posibles
para la realidad cinematográfica local.
Evocar
Nunca será lo mismo leer un guión que ver la película del mis-
mo, ya que el acto de la lectura te provocará imágenes muy
distintas a las reproducidas en la pantalla, por eso creo que el
guión es literatura al cumplir una función de documento que
preserva lo que es el cineasta, otra explicativa al ser la guía y
pauta para que el crew, actores y demás artistas entiendan la
historia y finalmente otra evocativa innata al acto de lectura.
Guión y película son dos objetos de arte separados.
Afinar
No suelo guardar versiones de los guiones, lo que hago es escri-
bir sobre la última versión (acto bastante arriesgado por cierto)
y lo que queda es lo nuevo, lo anterior a la basura. Última-
mente trato de guardar todas las versiones surgidas. Pero lo
importante aquí es que cada versión aporte algo nuevo y se
vea en la estructura, ya que no puedes tener una versión nueva
si sólo hubo pequeños cambios en diálogo o arreglar tantito
una escena u modificar una acción. Hacer una nueva versión
significa que se quita una escena completamente, aparecer o
desaparecer un personaje; en El Quejido la primera versión in-
cluía a René como protagonista, un amigo suyo y el abuelo; en
la siguiente versión los dos niños ya eran hermanos, lo cual im-
94
plicaba otra dinámica familiar; tercera versión el abuelo pasa
a ser el padre y tenía otro hermano deficiente mental, entonces
los cambios verdaderamente medulares son los que forman una
versión, los pequeños cambios son más bien afinaciones meno-
res o recortes y las versiones tienen que afectar directamente
la historia. Regresando a El Quejido aclararía que surgió algo
especial en las distintas versiones, ya que los personajes del
padre y el abuelo eran diametralmente opuestos y las sensacio-
nes eran completamente diferentes, aunado a esto podría decir
que la versión en este libro perdió algo de lo sobrenatural y
ganó más la temática del conflicto familiar –las versiones siem-
pre me provocan sentimientos encontrados–, hace poco volví a
leer la primera versión y creo que si lo hubiera filmado de esa
manera hubiera sido un corto completamente diferente, mejor
o peor, ya nunca lo sabremos... Eso sí, la última versión ganó
solidez narrativa, un tema más evidente, destacando la culpa
y dejando al miedo en segundo plano, desarrollando los tonos
fantásticos de mejor manera al presentar lo sobrenatural a la
par de momentos de drama familiar. Era importante desarro-
llar lo sobrenatural de una manera sutil sin caer en monstruos
y fantasmas que saltan.
¿Cerrar?
Creo que muchas veces se cae en el error de escribir un guión
cual si fuera una rutina de comedia, o sea, construir a partir
de la repetición build–up que lleva a un punch–line y así su-
cesivamente cerrando instantes hasta el final. En El Quejido
quise construir una historia que no estuviera completamente
cerrada y antes de filmarlo comencé a leer a gente como Rulfo,
Poe y Henry James (autores que al parecer son muy dispares)
y confirmaba mi intención de dejar el guión con final abierto y
muy curiosamente hubo gente que leyó el guión y creyó que po-
día ser un teaser para un largometraje; yo nunca lo he visto así,
creo que es una historia autocontenida donde los personajes
persisten por sí mismos en la narración y esto se ve reflejado al
término del guión cuando el quejido combinado con la frase fi-
nal de Cruz dan –cito a Henry James– “una vuelta de tuerca”,
diciendo de alguna manera que hay más en esta historia.
95
Simbolizar
Bien-mal, inteligente-tonto, dios-diablo surgen de la imagen
primaria de ese quejido que recorre el pueblo despertando algo
entre sus habitantes sin develar a ciencia cierta qué es lo que
provoca. La cuestión religiosa muy representada en la escena
del rezo fue una solución para imprimirle ritmo a una acción
del guión, surge como una respuesta técnica para solucionar
algo que se vería en pantalla, digo, no es que ese símbolo no
estuviera semblanteado desde antes en figuras como Doña Ro-
ble y el diablo en la grieta, pero el rezo le imprimió muchísima
fuerza a la contraposición de simbolismos de los que se habla-
ba. Sin embargo creo que el tema principal de El Quejido es la
culpa, y no la culpa como juicio moral (como normalmente se le
ve) si no más bien la culpa –decía Edgar Allan Poe– como algo
perverso que hace que el ser humano se autodestruya, luego
entonces, la culpa está ahí no por el temor al qué dirán o qué
me saben, si no la culpa como un mecanismo de conciencia que
va haciendo que la persona se autodestruya.
Gratificar
Creo que estamos viviendo un momento de inflexión en el
quehacer cinematográfico, por un lado hay demasiada gente
queriendo hacer cine, y eso es bueno porque ya no nada más
hay una conciencia de un cine mexicano y eso de “nuevo” no
lo comparto, no me gusta. Por otra parte en nuestra ciudad el
ser cineasta se ha convertido en una moda, habrá que ver qué
pasa, cómo evoluciona esta efervescencia. Lo que sí es cierto es
que finalmente se están haciendo cosas interesantes desde los
intentos comerciales como 7 Días (Fernando Kalife. 2006), Las
Lloronas (Lorena Villareal. 2005) e Inspiración (Ángel Mario
Huerta. 2004) –que por cierto me va a matar Kalife por ponerlo
en el paquete– son películas de clara convicción comercial que
apelan a un público mayor y en otra vertiente existe una pe-
lícula como Así (Jesús Mario Lozano. 2006) donde logra una
selección en el prestigioso festival de Venecia (algo nunca an-
tes visto en la provincia mexicana) con una propuesta mucho
más experimental y de tono completamente diferente; entre
esos dos polos hay cientos de cineastas diferentes y creo que
96
dentro de dos años o más vamos a ver cine local de temáticas
muy variadas. Ahora bien, ¿qué falta?... vocación, debido a que
estamos dentro de la generación de la gratificación instantá-
nea, donde surgen posturas tales como quiero hacer mi pelí-
cula ya y no sólo eso, si no que la quiero hacer mañana, o sea,
termino mi guión le pongo el fade out y al siguiente día quiero
filmarlo. No hay paciencia en el sentido de dejar respirar el
guión, reescribirlo, desarrollar el proyecto correctamente. Esos
detalles todavía nos fallan mucho, especialmente en nuestra
vocación de guionistas.
97
98
La hoguera donde arde una
Rodrigo González
Basado en el poema homónimo de Julio Cortázar
Fade in:
99
cuenta que una pequeña multitud observa el espectáculo, se
retira del lugar haciendo un par de disparos más.
100
6) Exterior. Kiosko de revistas y periódicos. Centro Bur-
bank. Mañana
Julio compra el periódico y un par de revistas de fotogra-
fía. Se aleja del puesto e inmediatamente después, el auto
que estuvo a punto de atropellarle pasa al lado de la ban-
queta donde él está. Julio no identifica el auto e inicia su
marcha.
101
11) Interior. Autobús. Momentos después
Julio se sienta en uno de los asientos traseros del autobús mi-
rando hacia la calle. Advierte su reflejo en el vidrio. Lo toca con
su mano, le sopla y sonríe.
Cut to:
Cut to:
102
15) Exterior. Parada de autobuses, Burbank/Priscillas.
Día
Julio baja del autobús y camina hacia un café poco concurrido.
103
Mientras conduce, el semáforo frente a ella se pone en ámbar,
ella acelera para alcanzar a cruzar pero el semáforo le gana y
se pone en rojo. Ya no hay tiempo para frenar así que, encan-
dilada continúa.
104
Burbank. Día
Alejandra se estaciona junto al kiosko, al tiempo que Julio se
marcha. Alejandra se baja del auto.
Compra el periódico.
105
Alejandra: Hasta una noche, la recuerdo como un clavo
en que sentí
Cut to:
Cut to:
106
Alejandra: Lo sentía temblar como de miedo o bruma y
cuando me miró
Cut to:
107
Alejandra: (cont’d) Lo ayudé. Fui su perra, lamí el látigo
esperando
108
Entonces Julio da la espalda al ventanal y se dirige al escrito-
rio del hombre que miraba su trabajo.
109
Las puertas se cierran por completo con un estruendo defi-
nitivo.
110
Una calma tensa. Julio se acerca de prisa al edificio desde un
extremo de la calle. Lleva su cámara ya lista. El segundo piso
escupe humo por una de sus ventanas. Observa el fuego, y dis-
para.
Fade out
111
112
La incomodidad mental:
a través del guión volverse franco con uno mismo
Germinación
Todo empieza con un tema recurrente que no te deja en todo el
día y que identificas en las cosas que haces, en experiencias pre-
vias y surge y se repite sin dejarte descanso, hasta que se con-
vierte en una especie de incomodidad mental. La germinación
del tema en tu mente empieza a sugerirte otras posibilidades
narrativas y es en ese momento que llego a la realización de
que hay algo en esa idea recurrente y me ha sucedido que ten-
go ideas que me molestan, me perturban o incomodan pero no
todas germinan en el sentido de diversificar el tema y sus alcan-
ces. Es hasta ese momento que tienes una historia incubada que
puedes desarrollar y entonces debes sentarte a escribirla.
Rendirse
La hoguera donde arde una experimentó un proceso curioso ya
que el poema original de Julio Cortázar lo conocía de tiempo
atrás y lo releeo justo cuando estoy a punto de mudarme de
Monterrey a Los Ángeles, en esa etapa de fuga o huida de mi
persona hacia con la ciudad, y de repente el poema se me queda
atorado, pero a diferencia de otras veces, el poema mismo me
dio la solución de cómo armar la historia en el guión, es decir,
imagen tras imagen del poema era el guión tal cual, entonces
me daba mucho miedo llegar a esa aproximación porque sentía
que no existía un trabajo previo y le di vueltas a la estructura y
lo escribí de diversas formas tratando de conjugar otro sentido
en la narrativa –haciéndome sentir que lo trabajaba– y a final
de cuentas me rendí, aceptando que lo que me germinó del poe-
ma desde un principio era lo adecuado para el guión.
113
Engaño
El diálogo me gusta que funcione como una especie de vista,
una pista, artilugio o truco que ayude a hilvanar las partes vi-
suales que son lo medular en el cine, es decir, el diálogo cumple
una función de engaño, al decirnos que lo que se está oyendo es
importante, pero al mismo tiempo nos descubre que lo que no se
dice es más importante, es un juego de contrastes entre escon-
der y mostrar; es por eso que los diálogos se convierten en un
tormento, debido a esa tendencia actual de crear parlamentos
cada vez más naturales y que se sientan reales no importando
la situación, entonces llega un punto que esa extrema realidad
o naturalidad hacen que se pierda la esencia de un buen diálogo
cinematográfico. A su vez hay que tomar en cuenta que al diálo-
go lo viste el encuadre, ya que no es lo mismo poner un persona-
je interpretando una línea importantísima en la historia en un
full shot donde se ve al personaje de 3 milímetros en el fondo de
la composición que ubicarlo en un extreme close up.
Lidia
Los personajes son definidos de entrada por el poema, mi labor
fue ubicarlos en un contexto geográfico, los retomo y los sitúo
en espacios que yo me imaginaba para cada uno de ellos. Pero
sucede que cuando dirigí el guión quité dos escenas que me pa-
recían malísimas –se leían muy bien– pero no servían, y estas
son cosas que no ves hasta que te enfrentas con la realidad de
rodaje y tienes que ser sumamente franco contigo mismo. Ahora
bien, acabo de experimentar una situación completamente nue-
va al dirigir mi primer largometraje con un guión ajeno, en este
caso un texto de Lourdes López Castro titulado Entre caníbales
114
y, como director, ya tenía las decisiones finales en cuanto a
qué filmar; sin embargo existió siempre un feedback muy im-
portante entre la guionista y un servidor, haciendo ajustes a
diálogos y secuencias que mi parte de director demandaba, es
la parte de lidia en la creación cinematográfica donde es muy
importante la concesión y el acuerdo creativo. Porque no estoy
de acuerdo en que un director tergiverse por completo una his-
toria por sus demandas de expresión. La historia es del guio-
nista y tiene que respetarse.
Poesía
En un guión escribir sólo lo que se ve en pantalla tiene dos
vertientes, por un lado es un acto de disciplina para no caer
en la divagación y en otro extremo nos enfrentamos a momen-
tos cuando un guionista no sólo tiene la capacidad de escri-
bir lo que se ve en pantalla, sino que logra explicarnos lo que
desea que la pantalla nos transmita. Cuando esto sucede es
que el escritor plasma texto y subtexto en el guión, en este
momento empiezan a surgir ciertos tonos, colores, ruidos y am-
bientes que técnicamente son difíciles de escribir pero que con
un poco de poética alcanzan a transmitir algo más allá de la
frialdad técnica.
Simpleza
Tanto escribir como filmar La hoguera... fue un acto ritual,
debido a que nunca me pregunté qué era lo que quería decir
con la historia, me junté con Lourdes López Castro y decidi-
mos hacerlo de principio a fin; se consiguieron los derechos del
poema y ella produjo y actuó en el mismo. Siempre fue algo
sumamente personal, inclusive lo mandé a varios festivales y
nunca recibí respuesta de ellos, con la excepción del San Diego
Film Festival donde fue seleccionado en la categoría de corto-
metraje experimental, cosa que se me hace rarísima ya que no
lo considero experimental en lo más mínimo, debido a que su
línea narrativa es súper sencilla y lineal. Retomando lo ritual
del proceso a mí siempre me agradaba la idea de aproximar el
concepto de muerte, pero no el físico, sino la muerte de aquello
que eras y que de repente te das cuenta de que tienes la oportu-
115
nidad de hacer algo distinto con aquello que fuiste. Y pasado el
tiempo veo La hoguera... y descubro que es una historia acerca
de una pareja, que no es pareja, habla de dos personas que de-
berían estar juntas y no lo están, sin juzgar el por qué no están
juntas, a veces la simpleza resulta más terrible que la decisión
razonada y en un momento de la historia los personajes coin-
ciden pero nunca sabremos a ciencia cierta si estarán juntos,
creo que como espectador deduzco que sí deberían de estar jun-
tos mas la historia no lo concluye. En un plano más personal
mencionaría que mi vida en aquel momento tenía ciertas simi-
litudes con la historia que contaba, es decir, ya había mencio-
nado la huida de Monterrey, lógico es que dejaba algo atrás, a
su vez era empezar a trabajar con una pareja que es Lourdes y
el tiempo me haría regresar a Monterrey y realizar un trabajo
como el de Entre caníbales junto a ella, y no sólo como pareja
creativa sino también como pareja emocional. Si La hoguera...
empezó como una historia altamente personal, el devenir la
hizo aún más ritual y significativa.
Blanca Nieves
El cine es cine y punto, no creo en el cine con banderas y exis-
te cine espantoso tanto americano como nacional o europeo,
eso de la adjetivación me da mucha güeva, en nuestra ciudad
me resistiría a aceptar que hay un movimiento porque no hay
una verdadera organización detrás de él, no veo un propuesta
ni creativa ni artística ni contestataria ni social identificable,
lo que veo es muchísima división, eso sí, hay que destacar la
cantidad de producciones y su incremento en los últimos años,
porque no hay mejor forma de aprender a hacer cine más
que haciéndolo. Ahora bien, el escribir un guión o filmar una
película es una serie de trampas, algo así como el espejo de
Blanca Nieves donde vuelcas en el reflejo todo lo que supues-
tamente ves acerca de tu persona y en ocasiones me topo con
guiones de mi autoría que en un primera lectura lo odias y el
rechazo se debe a que todos los personajes eres tú, tus ideas a
través de todas las situaciones, y eso es espantoso (hay gente
que se lo pasa y están convencidos que su guión está de poca
madre), pero el espejito, espejito... no funciona. En lo que creo
116
realmente es que si alguien quiere escribir un guión debe de
estar escribiendo en ese formato y en otros todo el tiempo, vol-
verse sincero con uno mismo y aprender a reconocer qué sirve
y qué no, estoy convencido que la autocrítica es la más difícil
de desarrollar y más allá de los libros de cómo escribir guio-
nes se llega a que el guión es un formato, como el formato de
los géneros literarios clásicos tales como la novela, el cuento
o la poesía; lo que es importante destacar en este punto es lo
increíblemente joven que es el cine en comparación de otras
expresiones de arte milenarias como el teatro, la épica o la ar-
quitectura, lo que estamos viendo como clásicos del cine no es
mas que los bebés del cine, estamos en pañales en comparación
con otras artes y hay que crecer y volverse franco con uno mis-
mo a través del guión.
117
118
Velado fulgor
Juan Manuel González
Fade in:
119
3) Exterior. Jardín. Día
Adriana está sentada en una terraza, el sol de la tarde la ilu-
mina. Es una muchacha joven, de unos 25 años, delgada, viste
ropa casual, pero de marca. Habla a la cámara, como en una
entrevista. Aparece un rótulo que dice: “Adriana, la mejor ami-
ga. Dos meses antes de la boda”.
120
bres de mil novias. Un redoble se escucha suave de fondo. Un
Joven debilucho y un poco femenino está a su lado. Detrás de
ellos hay modelos de ambos sexos vestidos en traje de novia o
tuxedo.
121
8) Interior. Casa de Ana. Día
Los ojos de la mamá de Ana se llenan de lágrimas, podemos ver
que está profundamente emocionada.
Se entrecorta su voz.
Lulú: ¡Ana!
122
ciertamente de buen gusto
123
mejor es cuando sale de la iglesia del brazo del
que ahora es su esposo. Hay un brillo especial
de las novias que las hace verse aún más
hermosas...
124
en algún viaje trasatlántico a principios del siglo XX.
125
es que te recojas el cabello. ¿Te gusta?
Omara: ¿Y así?
126
Ana: ¡Ya te dije que ese vestido no me gusta! Te ves
gorda de verde.
127
zanahorias, trozos de queso panela. Todas están sentadas al-
rededor de Cynthia, quien luce ya ocho meses de embarazo.
Varias hablan al mismo tiempo. Cynthia se soba el vientre.
Ana les distribuye servilletas y platitos.
128
te casas con un desconocido.
129
Bertha: Ya la verdad, a poco no a todas se nos pone la
carne de gallina nomás de sentarnos junto al
hombre que queremos... Bueno, no sé a
ustedes, pero con Armando yo me saqué la
lotería...
Ana: ¿Terminaste?
Sandra: ¡Cuidado!
130
se para y la abraza.
131
23) Interior. Casa de Adriana. Inmediatamente después
Ana sigue llorando. Todas están de pie. Irene se dirige al sofá,
toma su bolsa. El camarógrafo se incorpora. Intenta arreglar
su cámara pero no funciona. Claramente el formato en que está
realizada la cinta ha cambiado. La imagen se ve más nítida.
Sandra: ¡Irene!
Adriana: ¿Jaime?
132
Adriana: ¿Y la policía? ¿Los hospitales?
Se quedan en silencio.
Adriana la abraza. Ana llora más fuerte. Las demás sólo miran
sin saber qué hacer.
133
Ana: ¡Jaime! ¡Jaime ábreme! ¿Estás bien?
Ana sonríe.
134
Ana: No, gracias, no se preocupe. Yo llamo más
tarde para ver si llegaron.
135
Ana: No tiene pasaporte. Por eso nos vamos a
Can Cún en vez de a las Bahamas...
136
Ana hace una pausa.
Ana: ¡Jaime!
137
37) Exterior. Calle céntrica. Día
Ana corre entre la gente. Llega a la esquina. No ve a Jaime por
ningún lado. De pronto, a lo lejos, ve un destello de la camisa
azul. Se arranca corriendo de nuevo.
Ana: Pues entiendes más que yo. Sólo Dios sabe qué
se le metió a ese idiota en la cabeza... ¿Qué no
se da cuenta que es mi boda la que está
arruinando? ¿Que son mis flores las que se van
138
a marchitar? ¿Que soy yo la plantada!
Adriana: ¡Cuidado!
139
Cerrajero: Ya casi queda...
140
Ana suspira, Paquita se le acerca. Ana se sienta en la cama
agotada.
141
Contestadora: (voz electrónica) Siguiente mensaje.
Sábado, 3:25 p.m.
142
número. Inmediatamente suena el teléfono de Jaime. La con-
testadora toma la llamada.
Ana: Gracias.
143
Ana: (aguantándose el llanto) Le quedó muy bonito
todo...
Carpintero: Gracias....
144
les van a llegar los tulipanes para tu ramo, que
si prefieres rosas blancas, también hablaron
del salón que falta que pases a pagar la última
parte del menú... También te hablaron Sandra
y Bertha, que para ver cómo estabas... pero no
dijeron nada más...
145
dole qué hacer. El carpintero sonríe compasivo.
Mamá de Ana: ¡No puedes hacer esto! ¡Ya todo está listo!
¡Qué les vamos a decir a los invitados!
Ana: No sé....
146
La mamá suspira. Ana sigue de pie junto a la cómoda.
Ana: ¡Buscándolo!
147
recámara hablando por el teléfono inalámbrico y quitándose
la falda para quedar en fondo y brassiere. Fuma. Ana baja las
escaleras. Se escucha una voz de mujer.
148
Annette: (en la TV) Y qué, ¿no va a haber strippers?
Lulú: ¿Ana?
Ana: Sí...
149
Lulú: Me da gusto... ¿ya pronto es el día, no?
150
Fuegos artificiales se disparan detrás de ellas y explotan en el
cielo iluminándolas de rojo, verde y amarillo.
Fade out
151
152
Si el cine no transforma, el cine no ha hecho su trabajo:
la adolescencia cinematográfica
Tortura
El proceso creativo en cada guión es diferente, en mi caso la
mayoría de las veces es un asunto tortuoso y alargado, en lo
que refiere a Velado Fulgor pasé por muchas revisiones; cu-
riosamente el guión comenzó por el final y luego trabajé hacia
el principio, inclusive cuando se recibió el apoyo del progra-
ma Financiarte de parte del Consejo para la Cultura y las
Artes de Nuevo León –CONARTE– se modificó nuevamente y
no terminó ahí, sino que en la etapa de filmación experimentó
cambios específicos para resolver la parte final de acuerdo a
ciertas demandas de producción. Lo anterior me lleva a la afir-
mación de que antes que nada el crear guiones es un proceso
de revisión; escribir es reescribir y llevar el guión a la versión
diecinueve si es necesario y de ahí estarle puliendo. Inclusive
en la versión publicada hay escenas que no se pudieron filmar
por limitaciones de producción y al releerlo creo que la versión
en este libro es la que mejor funciona.
Identidad
Surge dentro de mí algo natural que necesita afrontar un tema,
en general la mayoría de mis proyectos tienen que ver con la
identidad, con el “rollo” de definir quiénes somos, en el caso de
la historia de Ana es su necesidad de definirse como futura es-
posa y sus preocupaciones van ramificando el relato de acuerdo
a los diferentes intereses presentados. Sin embargo es curioso
que casi siempre tengo preconcebida una idea clara de los per-
sonajes de los cuales voy a escribir, creo que como muchos otros
escritores uno toma características de las personas que cono-
153
ce, digamos que tomas particularidades prestadas para darles
matices y cambios que evolucionan lo preconcebido.
Pretensión
Toda forma de afrontar los diálogos en un guión depende de
las particularidades de cada proyecto, en el caso de Velado Ful-
gor es cursi y pretencioso porque los personajes y la historia
demandan ese tratamiento, mientras que por ejemplo en mi
siguiente producción que durará dos minutos el guión presenta
una sola línea de diálogo. El diálogo debe medirse de acuerdo
a la historia que estás contando, Velado Fulgor utiliza mucho
diálogo para plantear el tono de la historia y al final desapa-
rece en orden de enfrentarnos a la parte introspectiva del per-
sonaje
Trampa
El encuadre es una decisión del director pero el guionista puede
hacer trampa sugiriendo al director el encuadre que considera
es el apropiado. En mis clases de guión hablo de que cuando
se desea poner atención en algo se escriba de esa manera, es
decir, “Juan se voltea y ve la pistola” de esta forma estás dan-
do a entender al director que es una toma de close-up, puedes
sugerir o engañar al director desde tu habilidad narrativa y
considero que dentro de un guión es de mal gusto el escribir
encuadres directamente tales como “close-up a la pistola”, in-
clusive te puedes permitir una indicación de este tipo para un
guión de cortometraje mas no debes caer en el error de especi-
ficar en cada escena cómo se debe filmar.
atrás
El ser director/guionista es complicado mas nunca me ha pre-
sentado problemas porque en el momento en que llego a diri-
gir dejo la parte de guionista atrás, sin embargo el guionista
siempre está presente para lo que se ofrezca, tal y como sucedió
con Velado Fulgor donde a mitad de la producción enfrentamos
problemas financieros; fue ahí que tuve que modificar partes
del guión para terminar de filmar. Eso sí, no puedes estar como
guionista dirigiendo, hay que alternar con una o con la otra.
154
Caso contrario es cuando escribes el guión, en ese momento el
director que soy no aparece. Lo cual no significa que muchas
veces el escribir un guión y visualizar el mismo no sea un acto
de dirección, luego entonces se podría decir que mi parte de
director alimenta a mi parte de guionista, sólo que no de una
manera tan clara y específica como el guionista alimenta al
director durante el rodaje.
Novel
He impartido durante 8 años la clase de guión en la Universi-
dad de Monterrey y a lo largo de ese tiempo he descubierto que
al guionista novel o que inicia le sirve contar con libros guía
de autores como Syd Field o Rob Mckee, los cuales dan una
idea de cómo funciona un guión y lógico es que debe llegar un
momento en que debes dejar atrás los libros y empieces a tra-
bajar sobre tu propia sensibilidad y experiencia. Por lo tanto
considero que la técnica es muy importante en un principio,
ya que esa serie de lineamientos hacen una diferencia entre
alguien que hace un guión “sin pies ni cabeza” y un guión cohe-
rente. Después es necesario superar el handicap que ese tipo
de libros te presentan porque si no se convierte en un problema
tener en mente que en la página 27 se tiene que cambiar de
acto, eso obviamente te estorba y uno tiene que seguir ade-
lante de acuerdo a tu sensibilidad y más que todo de acuerdo a
tu experiencia personal. Entonces –parafraseando a Eliza Ka-
zan– diría que un guionista debe saber de todo y eso es una ley.
Tienes que saber, como guionista, de lo que escribes para no
intentar descubrir el hilo negro o no caer en fórmulas o refritos,
es decir, debes conocer tu medio, ahondar en literatura, his-
toria del arte, cultura; además como guionista debes conocer
155
la teoría que en cuanto a guionismo existe en orden de rechazar
o aceptar sus preceptos. Sin embargo creo que un guionista no
está obligado a ser un experto o dominar otras áreas del que-
hacer cinematográfico, el guionista tan sólo debe saber cómo
narrar una historia a nivel de imágenes y sonido, por lo tanto
al guionista no le debe de importar si se filma con “tal o cual
cámara” o “cómo será editado”, claro hay ciertas circunstan-
cias en donde un guionista está supeditado al presupuesto con
el que cuentas y lógico es que debes saber cuánto cuestan las
cosas, pero en el sentido más estricto no es necesario estar al
tanto de todo el mecanismo del quehacer cinematográfico, sino
más bien concentrarte en el sentido dramático de una historia
y hacer que el público reaccione a ella.
Tono
Velado Fulgor no es una farsa ya que “no te mueres de la risa”,
es una comedia de cierto humor negro con tonos de documental
en un principio, posteriormente thriller, que se aúnan a melo-
drama para finalizar con matices simbólico-fantásticos. Lo que
deseo es burlarme de todo el fenómeno que ocurre alrededor de
las bodas en Monterrey. Originalmente concibo Velado Fulgor
en el 2000 cuando gente cercana a mí estaba pasando por el
proceso de matrimonio y muy especialmente amigas que esta-
ban llegando a cierta edad sin casarse y estaban sumamente
preocupadas por ello. Entonces escribo este guión para decirle
al mundo que mi perspectiva acerca del matrimonio no era la
que sucedía alrededor mío, ni la que yo percibía en Monterrey
a través de Expo “Tu Boda” (que inclusive llegó a ser tan famo-
sa que salió en National Geographic) toda esta parafernalia de
la sociedad y el matrimonio necesitaba un comentario.
Juego
Siempre pensé que la historia se debería contar como si real-
mente fuera un documental, el lenguaje de docuficción que
impera en la primera parte del guión obedece a esta idea de
ganchar al público y enfrentarlo con su realidad. Lo interesan-
te fue que la escena final era llamada de forma distinta por la
gente involucrada en la producción: “festividad de las novias”
156
o “manifestación de las novias”. Lo que realmente representa
es la imaginación de Ana, porque no creo que ella se pudiera
encontrar con todas estas novias y de hecho como director no
emito un juicio en la película, es decir, no aclaro si es imagina-
ción de ella o realidad. Finalmente para mi es un símbolo de
todas las mujeres que en ese momento pudieron haber sido no-
vias abandonadas como ella o todas las mujeres que en algún
momento rechazaron el matrimonio o que lo buscan desespe-
radamente por su edad o que simplemente deciden dejar todas
las presiones y se van a festejar y pasar un buen rato, esta
última posibilidad es el caso de Ana que descubre su indepen-
dencia emocional en contraposición de las presiones sociales
de su vida.
Inevitable
Si el guionista no emite una opinión ha fallado en su trabajo,
ya que simplemente mostrar algo no es suficiente para que se
tenga un impacto y, para mí la función del cine es transforma-
tiva, si el cine no transforma no hace su trabajo. Es inevitable
emitir una opinión para que alguien más pueda estar de acuer-
do o no contigo, y por otro lado creo que es imposible hacer algo
sin ponerle nuestro punto de vista, la objetividad no existe. Por
lo tanto creo que México tiene la necesidad de tener un cine
propio, desafortunadamente existen muchos factores en contra
para lograr esto, factores financieros que se han atacado, como
por ejemplo con las nuevas reformas fiscales del artículo 226
y me parece que eso puede despertar la producción cinemato-
gráfica, lo cual nos lleva al otro gran obstáculo: estamos tan
deseosos de filmar que a veces nos preocupamos poco por el
qué filmamos y si eso es claro a nivel nacional en Monterrey se
nota mucho más. Entonces el ansia de estar detrás de la cáma-
ra y dirigir supera a la continencia necesaria para encontrar
una buena historia que contar, lo que nos lleva a un estado del
cine en Monterrey que yo concibo como la adolescencia cinema-
tográfica. Creo que el secreto está en aprender a contenernos
para filmar y no caer en la tentación de rodar lo primero que se
nos ocurre, me preocupa la autocrítica y el que no tengamos el
nivel necesario para juzgar previamente lo que hacemos, por lo
157
tanto es necesario una mayor reflexión del oficio cinematográ-
fico en orden de concebir mejores guiones para un mejor cine.
158
159
Calles sin sol
César Jaime
160
se escucha el final de una vieja canción e inmediatamente des-
pués el jingle de la hora en “Radio Recuerdo”, dando las cinco
de la mañana con veinte minutos, al término anuncian que la
temperatura es de cero grados centígrados. Malena se sienta
en la cama.
161
Joven: ¿Qué tienes, Libertad?
162
Malena: Cuando le lleves el periódico a Chebo también
le das esto.
Maricruz se va.
Chebo: Pásale.
Chebo: Aguántame.
163
Maricruz: Sepa.
Maricruz se aparta.
Maricruz sale.
164
Maricruz: ¡Señor Manrique, señor Manrique!
8) Exterior. Vecindad. Día
Maricruz entra a la vecindad, corre hacia su casa.
Malena sale.
165
Malena titubea.
Sale de la vecindad.
Malena: ¡Ah, qué cabrón eres! Pero vas a ver que te voy
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a pagar todo eso y más.
167
Chebo: Nomás tú le entiendes, pues.
168
Chebo: Y otra cosa: no vayas a andar de pinche
chismosa, ni le digas a nadie lo que estamos
haciendo.
Malena sale.
Chago: Súbete.
169
16) Exterior. Calle Florencio Antillón. Día
El triciclo se detiene frente a los condominios Constitución,
Malena se baja, se despide de Chago agitando la mano. Se diri-
ge hacia un edificio, llega a una de las entradas, sube dos pisos,
toca en una de las puertas, al no abrirle, insiste. Se va.
170
poco, se coloca frente a su hermana.
171
Libertad se detiene en seco.
172
Libertad la abraza.
173
Malena: Pos te fregaste, y tienes que ir a darle una
razón al Chebo.
174
Mujer: No, gracias.
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Maricruz: Soy yo.
Maricruz: La Maricruz.
176
Libertad: No me gusta que haga eso y provoque
lástimas.
Maricruz se va.
177
una serie de fotografías.
Chebo: ¿Adió?
Malena: Ya págame.
178
Malena: Pos mejor chíngame a mí que estoy más buena.
179
32) Exterior. Condominios Constitución. Tarde
Cinco coches se estacionan en la inmediaciones de la iglesia del
edificio que vigilaba Malena. Poco a poco baja el comando de
operativo especial, vestidos de civil, bien armados. De manera
sigilosa, empiezan a rodear el edificio.
180
Hombre: Váyase pronto, es una balacera.
181
del cuarto, se detiene frente a la fotografía ampliada de Liber-
tad Lamarque, le sonríe.
Fade out
182
183
El guionista es un contador de historias:
no un adoctrinador
Obsesión
Todo proceso creativo tiene que ver con la interacción entre la
experiencia, lo emotivo y el conocimiento, en el caso del guión
está directamente relacionado con tus obsesiones y la manera
de percibir el mundo y lo que deseas transmitir como autor.
El guión de Calles sin sol partió de un hecho particular, el
cual fue la convocatoria hecha por Conarte y Sogem para
el Primer Concurso de guiones de cortometraje Nuevo León
2003 en cuyas bases se pedía que los guiones abordaran el
tema de las calles de Monterrey, y a partir de ello comencé a
estructurar una historia que mostrara el enfrentamiento gue-
rrillero en los Condominios Constitución, en aquel entonces
vivía muy cerca de los condominios (en la calle de González
Ortega donde se desarrolla la historia) y a los vecinos –como a
mí, que era estudiante de secundaria– nos impactó mucho el
suceso, y de alguna manera quise hablar de las calles que yo
conocía y de lo que sucedió en ellas.
Repetir
El tema de la guerrilla y la guerra sucia de los años setenta
es una constante o leit motiv en mis procesos, es algo que yo
decidí retomar en este momento porque lo sigo considerando
una herida abierta, debido a que es uno de esos temas poco
abordados y es necesario no olvidarlo en orden de que no se
vuelva a repetir. Calles sin sol surge de una idea clara, sin
embargo, su estructura se fue armando a partir de situaciones
184
que llevaron a conflictos, resoluciones y confrontaciones entre
personajes, es así que encontramos que el deseo del personaje
central –Malena– es completamente absurdo, ya que lo que ella
busca es cambiarse de casa en una vecindad donde todas las
casas son iguales. A partir de ese deseo desarrolla una serie de
acciones que la conducen a su misma tragedia; es por eso que
concibo a Calles sin sol como un drama social en el que inscribo
una situación muy particular donde –en primera instancia– se
expone a un ser marginado, ser que a su vez es utilizado por el
poder como informante, personaje que autoconduce el destino
trágico de la historia, el cual es terminar con la vida de una
hija y vender la virginidad de la otra.
Acuerdo
El trabajo del guionista termina en el momento que le pone
la palabra fin al texto, sin embargo considero que debe existir
un acuerdo previo con el director (especialmente en mi caso
que no soy realizador), pues el trabajo de evolución o depu-
ración del guión debe de hacerse obedeciendo a un verdadero
acuerdo de colaboración entre ambas partes para que no sur-
jan sorpresas y respetar desde el primer momento la esencia de
la historia contenida en el guión. Lo anteriormente expuesto
responde a que deseo especializarme como guionista y es sano
delimitar áreas, ya que realmente no creo en los que se meten
a todo, o sea, un director que escribe, produce, edita y demás...
termina creando productos desastrosos, entonces “zapatero a
tus zapatos” y dejar al guionista escribir y a los demás desa-
rrollar lo que realmente saben hacer. Lo que nos lleva a que
todo guionista debe saber muy bien su oficio, el cual es tener
un conocimiento básico de la lengua y que ese conocimiento te
pueda permitir traducir historias en guiones, a su vez conocer
los distintos lenguajes cinematográficos en orden de ampliar
la capacidad para transcribir imágenes, ya que el cine es un
lenguaje básicamente visual.
Perorata
El diálogo es uno de los elementos más difíciles en un guión,
porque de alguna manera se presenta como un facilitador y
185
entonces se abusa mucho del mismo, lo cual conduce a una
serie de explicaciones y peroratas que son innecesarias, es más
fuerte ver una imagen de una persona triste que decir “oh, me
siento muy triste”. En Calles sin sol fue muy importante re-
tomar un lenguaje regional y la forma cómo sobrevive en lo
urbano, utilizar reminiscencias del lenguaje campesino y sus
modismos para jugar con elementos de la época en que se sitúa
la historia. Entonces la manera como concebí el ritmo del diálo-
go en Calles sin sol fue como un tango, y quise darle al diálogo
esa cadencia, porque el lenguaje cinematográfico es muy musi-
cal y en mis trabajos me apoyo mucho en la música para darle
estructura al relato y de esa manera dictamino los diálogos
(aunque en general siempre busco omitirlos), y los que se que-
dan tienen que estar insertados en un ritmo global que preva-
lezca en la estructura narrativa y esos diálogos tan específicos
en la historia como zuata o maíta no son más que palabras con
las que creciste y uno como guionista les da un uso y función
dentro del discurso narrativo. En este caso modismos de campo
urbanizados a ritmo de tango.
Investigación
En este guión no existieron versiones ya que tenía una investi-
gación previa y salió a la primera porque tenía muy bien con-
ceptualizado lo que quería decir. En otros trabajos es un proce-
so parecido, por lo general surge en una primera versión –dos
máximo– ya que al iniciar un guión siempre hago un trabajo
de investigación previo y recopilo todos los elementos de infor-
mación que sirvan para la estructura de la historia y la cons-
trucción de los personajes, posteriormente hago una escaleta
donde voy marcando progresiones, ritmos y finalmente llega el
proceso de su escritura como un todo.
Objeto de estudio
Mi acercamiento al guionismo fue muy azaroso porque el pri-
mer encuentro formal que tengo es cuando era estudiante en
Francia (allá en los ochenta). Por aquel entonces me tocó tomar
un curso paralelo a la cuestión de la formación del lenguaje y
elegí el de guión que era un curso básicamente para soltarse a
186
escribir, hice varios ejercicios y me olvidé del punto porque no
era mi objeto de estudio; sin embargo, sí me entró el interés
y pues conocí las reglas básicas; el guionismo vivió en el ol-
vido hasta que en el 2000 lo retomo. Regreso al guión porque
deseaba contar historias de Monterrey y yo no me considero
escritor, es decir, no soy cuentista o novelista y fue la manera
más accesible o fácil para realizar mi deseo de contar relatos
de la región.
Testimonio
En Calles sin sol quería hablar del poder, la guerra sucia y del
drama social de los marginados, a su vez hacer un homenaje a
ciertos personajes del cine mexicano clásico como doña Emma
Roldán en Allá en el rancho grande (Fernando de Fuentes.
1936), que vende a Crucita (interpretada por Esther Fernán-
dez), a su vez quería proponer un contrapunto al melodrama
tradicional mexicano representado por la figura de Libertad
Lamarque; sin embargo, lo básico es que quería hablar de mi
barrio y utilizarlo para mostrar la diversidad de realidades
que existen, ya que es importante utilizar un lenguaje plástico
para mostrar algunos defectos de la vida social que son desco-
nocidos, tendemos mucho al olvido y considero que las nuevas
generaciones no saben lo que sucedió en los años setenta y es
importante hacer un testimonio de aquello que ha sucedido
en nuestra ciudad de Monterrey. Algo que me atrae mucho es
trabajar a partir de los contrastes o contradicciones, en Calles
sin sol se presentan las calles de la urbe desde la concepción
de una ciega o débil visual, y el título es una referencia muy
personal y querida para Alfonso Reyes.
Cifras
Nuestro cine es una industria en crisis, una industria que
en el pasado tuvo auge y producción, una industria que fue
arruinada por una serie de circunstancias, una industria con
una falta de política cultural a nivel nacional y eso se ve re-
187
flejado en la producción. Creo que las instituciones guberna-
mentales se han encargado de acabar con los pocos elemen-
tos que hay para la producción: desde la venta de estudios, las
iniciativas para terminar con las escuelas de cine, las privati-
zaciones –y aunado a eso– una burocracia muy cuestionable
en cuanto a su función neutral dentro de la asignación de re-
cursos para la producción cinematográfica. Si se revisan las
cifras de la producción cinematográfica encontramos el hecho
de que es sumamente limitada, y las películas que han lle-
gado a tener resonancia internacional son producciones que
son independientes o con capital extranjero, ya que es un he-
cho que las películas producidas por el estado no han tenido
ninguna relevancia y sin embargo las autoridades buscan
colgarse una medalla –pero la verdad– no tienen ni pena ni
gloria.
Posibilidad
Pensar en el quehacer cinematográfico en Monterrey me emo-
ciona muchísimo, debido a esa posibilidad de que pueda sur-
gir un movimiento artístico–cultural, ya que nuestro entorno
puede llevarnos a realizar expresiones muy particulares de lo
que somos y las formas en que vemos la vida, mostrar otras
posiciones ideológicas distintas a las temáticas del cine he-
cho en la capital donde creo que hay un aproximación a dra-
mas muy mediocres; entonces realmente pienso que lo que
sería muy sano para nuestra comunidad cinematográfica es
no copiar fórmulas y voltear a nuestra realidad circundante.
Y en esa búsqueda como guionistas debemos concentrarnos
en exponer situaciones y no caer en cuestiones didácticas o
doctrinarias, nuestro oficio es contar historias mediante una
serie de situaciones, personajes, conflictos y resoluciones, sin
embargo el autor no es neutral, sino que tiene una posición
y se identifica con ciertos temas y personajes, lo importante
es no caer en el maniqueo y aceptar que en todo acto creati-
vo hay una visión de la realidad. En todo guión existe una
posición conceptual y el autor nunca es aséptico... Siempre
habrá una carga ideológica dentro de la narrativa cinemato-
gráfica.
188
Interior. Entre los teléfonos del departamento de
César Jaime en el D.F y la oficina de José Luis Solís
en la Universidad de Monterrey.
Mañana en donde la Ciudad de México
se sintió más norteña que nunca.
Monterrey, Nuevo León, 19 de julio de 2006.
189
190
Blancas mariposas
Jesús Mario Lozano
Fade in:
191
la cabeza del hombre que está ya sin vida.
Fade out
192
A la salida
Jesús Mario Lozano
Fade in:
Alejo: No...
Adolescente 1: ¡Vámonos...!
193
una extraña lluvia.
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194
Evolucionar el pensamiento cinematográfico:
hacer guiones para un cine artístico y posible
Función
El guión es lo que hace posible enfrentar y trabajar con una
colectividad, ese algo que se propone a otros colaboradores en
orden de realizar una película determinada. Lo cual no signi-
fica que no le otorgue un valor literario –esto en atención a los
debates de si lo es o no lo es–, el guión es literatura debido a
su modo intrínseco de exponer conceptos, imágenes, sonidos
e historias a través de la palabra, a su vez es distinto a otros
géneros literarios y tal como las obras teatrales son conside-
radas literatura (con todo y sus diálogos, acotaciones técnicas,
instrucciones escénicas, etcétera), el guión cumple esa función
de validez literaria por su capacidad de transmitir por medio
del lenguaje imágenes, circunstancias y emociones.
Ser
La forma en que me aproximo a un guión proviene de dos ver-
tientes: una sensorial-onírica que me produce sentirme de cier-
ta manera y la otra es de carácter social-político relativa a mi
punto de vista acerca de lo que me circunda. Experimento una
interconexión de lo externo con lo interno para establecer un
tema del cual quiero reflexionar. En el caso de Blancas maripo-
sas me pareció interesante explorar lo accidental y su carácter
aleatorio, es entonces que vemos lo que el personaje del joven
experimenta al ver la televisión, es decir, en el guión se plantea
lo intempestivo, lo azaroso, la vulnerabilidad de no saber lo
que te puede suceder y la angustia de que suceda lo inevitable.
El guión fue realizado en un taller impartido por Juan Carlos
Rulfo, donde se trabajó el formato de cineminuto y el proyecto
195
fue uno de mis primeros guiones en la transición del teatro al
cine; Juan Carlos me ayudó mucho a situar cada manifesta-
ción artística en su contexto.
Similitud
Tanto en teatro como en cine me pasa que la puesta en escena
muchas veces está más adelantada que el texto y sucedió que
en un proyecto teatral no escribí la obra, sino que me vi obli-
gado a escribir ejercicios de improvisación –tal como ocurrió
en la puesta de El Banquete– debido a que trabajé en base a
ideas totalmente escénicas y las improvisaciones servían para
desarrollarlas mucho mejor que escribirlas directamente en un
libreto, es decir, era mejor y más eficiente trabajar escénica-
mente con los actores en orden de lograr lo que quería decir.
Algo similar de ese proceso teatral prevalece en la escritura
del guión, donde de cierto modo las imágenes que en determi-
nado momento me imagino rebasan lo que es la estructura y la
escritura del guión y por otra parte he descubierto lo diferente
que es el teatro del cine (independientemente de que sus re-
sultados puedan ser similares) y creo que hacer algo de artes
visuales –como una pintura– tiene más similitud con lo cine-
matográfico que lo escénico existente entre teatro y cine.
Ataduras
Se me hace muy problemático el seguir ciertas reglas del guio-
nismo y es algo que he tenido que aprender por cuestiones
netamente financieras, ya que para poder lograr que alguien
invierta en la película y se fije en tu guión debes respetar la
ortodoxia del guión y no agregarle otros elementos en orden
de hacerlo comercializable. Pero creo que el guión puede ser
algo más, es por eso que me interesa concebirlo como género
literario y obedecer la regla de que un guión “sólo debe mos-
trar lo que se ve en pantalla” es sumamente difícil para mi
proceso de escritura, ya que esas trabas de no metaforizar, no
sugerir, siento que le quitan aportes a la dirección, debido a
que esas metáforas o descripciones subjetivas enriquecen las
imágenes de una manera muy útil y ayudan al trabajo directo
del guionista con el director. Entiendo que debido a cuestiones
196
financieras y de producción se tengan que seguir las reglas del
formato de guión, pero lo más importante respecto del guión es
que prevalezca el pensamiento cinematográfico en el mismo y
que no se confunda con un cuento o novela, luego entonces si
subsiste la expectativa cinematográfica en un guión con metá-
foras creo que es válido e interesante escribirlo así. En ocasio-
nes siento que trabajar para el guión es un proceso y trabajar
para la película es otro distnto; las versiones del guión son para
que el guión mismo se entienda, para que el guión pueda ser
leído y comprendido por otras personas y que la narrativa sea
mejor, eso sí, las versiones y depuraciones en el guión son para
perfeccionar el texto pero jamás –según mi punto de vista– te
asegurarán que la película vaya a ser sobresaliente.
Estilo
Considero que para realizar un guión que tenga posibilidades
de producción comercial uno debe de conocer las técnicas y fór-
mulas establecidas en ciertos libros del quehacer guionístico,
lo cual no significa que ese tipo de literatura educativa te ayu-
de a desarrollar lo que un guión debe decir, como establece
John Waters: “La técnica es falta de estilo”. En cierto modo
la técnica te puede ser útil, pero vender y obedecer recetas de
creación es algo sumamente limitante. En lo particular gusto
de escribir guiones híbridos donde agrego encuadres y metafo-
rizo, eso sí, muchas veces –y muy a mi pesar– tengo que quitar-
le esos elementos debido a que entiendo el status quo de cómo
debe ser un guión, lo cual no me impide desear que el oficio
fuera más flexible y que existan posibilidades para que el guio-
nista aporte encuadres, líneas de dirección, tipo de actuación,
etcétera y claro dejarle al director la opción de ejecutar algo
distinto a lo escrito, tal y como sucede en el teatro. Pero como
apenas comienzo en este mundo del cine tengo que aceptar el
estar atado a las demandas reales del mundo de inversionistas
y productores y que ellos pueden llegar a pensar que mi guión
está muy raro. En fin... ya veremos qué me depara el futuro
para tratar mis guiones en formas híbridas y que obedezcan
–única y exclusivamente– a lo que el estilo de cada historia
demanda para ser filmada.
197
Azar
A la salida es una preocupación acerca de un tema social de
opresión con tintes melodramáticos, ya que esta cuestión del
niño acosado por sus compañeros va matizado por cuestiones
fantásticas y dentro del relato hay una inquietud social detrás
del niño golpeado por ser distinto y a su vez una autocompa-
sión melodramática de la condición humana. El tema de la vul-
nerabilidad y del cómo no tenemos la capacidad de enfrentar el
azar y su frágil existencia son conceptos que han dominado mi
incipiente quehacer cinematográfico, creo que tanto la vulne-
rabilidad como el azar están muy presentes en A la salida y en
Blancas mariposas; sin embargo, en A la salida hay algo que
defiende el niño, algo en lo que cree, algo por lo que es digno pe-
lear; en cambio en Blancas mariposas existe lo cotidiano junto
a una figura simbólica materna representada por la televisión
y todo esto es matizado por la profética canción que interpreta
la aficionada en la tele. Lo inevitable –también presente en
ambos relatos– es el cuestionamiento del destino como aquello
ineludible, ya sea en el azar de un accidente de Blancas mari-
posas o en el fatal comportamiento humano de A la salida.
Transplante
A nivel local me entusiasma la cantidad de proyectos pero a
la vez me preocupa el profesionalismo de los mismos, ya que
hay un boom de hijos de empresarios que hacen cine muy poco
profesional –como en todo existen honrosas excepciones– pero
creer que por el sólo hecho de tener dinero se puede hacer cine
es algo que puede afectar muchísimo a gente que realmente
está preparada, debido a que tarde o temprano los pocos in-
versionistas que hay pueden desilusionarse de los productos
tan descuidados que se han hecho o se pueden hacer. Es im-
portante no sólo tener dinero sino buscar un estilo como guio-
nista o realizador, en orden de encontrar algo que realmente
importe en el relato, ya sea estilístico o conceptual y tratar de
plasmarlo en el guión como en la película, pero cada proyec-
to tiene demandas distintas y entonces a veces me pregunto
¿porqué estoy haciendo cine? ¿Para qué escribo estas historias
y lo que implican? Una parte es compartir y experimentar el
198
concepto de estar vivos y el cine es un modo de investigar co-
lectivamente para saber si alguien encuentra interesantes mis
cavilaciones cinematográficas, esto sucede igual con la filosofía
o la literatura donde se hace una investigación o ensayo que se
ofrece en términos de compartir algo que pareciera no impor-
tante y, sin embargo, al aproximarte de una forma distinta a
ese algo le das validez y en el mejor de los casos alguien más
va identificarse con aquello que pensaste sería interesante de
aproximar. Y espero que nuestro quehacer se vaya a consolidar
profesionalmente, sin embargo lo que me encantaría es que se
construyera una identidad del pensamiento cinematográfico
regiomontano y que no se convierta en un transplante de lo
que ha pasado o está pasando en el DF, sino que a partir de
las características propias de los que estamos intentando hacer
cine en Monterrey se construyera esa cultura cinematográfica
propia de la región.
199
200
El camino a Santiago
Óscar Montemayor
Créditos:
201
El agua del tanque hierve. Apaga la llama, agrega dos cucha-
radas de café al agua caliente y lo revuelve.
202
Miriam le sonríe y asiente con la cabeza. Emanuel observa la
escena expectante.
203
Sacerdote: Pues me voy adelantando, que casi es la hora
de la misa.
204
De una bolsa de plástico saca una naranja grande y fresca. Cla-
va una uña en la cáscara que hace surgir una brisa aromática
de la fruta. Sigue pelándola. Toma un gajo y se lo lleva a la
boca. Come tranquila, pensativa, con gesto relajado.
205
12) Exterior. Carretera. Tarde
El auto corre veloz por la carretera: un camino recto, enmarca-
do por una extenso paisaje agreste.
206
Yael: (off) Hay que cortar sólo esto, con cuidado, para
dejar el cuerpo en la tierra. Así no morirá.
207
Fade out.
208
do contrario, pero la mujer no se percata en lo más mínimo
de la presencia del hombre y sigue sin titubear. El hombre
ciego se detiene gira un poco hacia la dirección que sigue
Magdalena, como sintiendo una presencia o una energía par-
ticular.
209
26) Interior. Antro. Noche
Un antro con música electrónica estridente, luces multicolores,
láser y humo está en pleno apogeo. La cámara recorre la pista
de baile donde jóvenes (18 a 28 años, ambos sexos) bailan, ríen,
levantan sus tragos, algunos bailando separados, otros juntos
en parejas diversas, en grupos, de manera erótica. Continúa
el recorrido de la cámara hasta llegar a donde están Yael, Mi-
riam y Emanuel bailando, absortos, disfrutando, notoriamente
bajo el efecto de una droga. La cámara continua el recorrido
subiendo hasta verse un letrero luminoso y electrizante que
dice: “Alfa-Omega”.
Créditos finales.
Fade out
210
211
Belleza literaria vs. belleza cinematográfica:
el guión es guía, no un tratado estético
Bagaje
Entre que tengo la idea de escribir un guión hasta que puedo
escribirlo existe un periodo largo, me tardo en poder estructu-
rar el cómo esa idea puede desarrollarse, debido a que me es di-
fícil traducir el lenguaje emocional interno a una lógica enten-
dible para cualquiera, esto debido a que en muchas ocasiones
siento que lo escrito se queda corto en relación a lo que siento
o pienso de cierto tema. El Camino de Santiago tiene una base
de vivencias personales y otra de reflexiones acerca de la reli-
gión y el descubrimiento, ambas son muy personales (digamos
que emocionales e internas como mencionaba anteriormente)
y en un origen el guión era muy pequeño, más parecía una
anécdota que se me ocurrió hace unos diez años y, al retomar
la idea, veo que existe una relación con otros sucesos de mi vida
y es donde empiezan a encadenarse el tema de los jóvenes, los
parajes semidesérticos, la religión, los rituales, y creo que tuvo
que pasar un tiempo en mi vida para poder tener el bagaje
reflexivo necesario, con el fin de abordar los ejes temáticos de
misticismo y vida espiritual propios de la historia.
Ver
Al escribir un guión no pienso como director, no sé si lo voy
a dirigir o lo hará otra persona, tampoco pienso en actores o
cuánto va a costar; lo que sí, es que como guionista tengo una
arma más visual que literaria, el texto surge porque lo veo en
mi cabeza y como tal lo plasmo –en lo particular no me con-
sidero escritor– creo que tengo cierta habilidad para escribir
guiones pero como una forma de reflexión cinematográfica ale-
212
jada de lo literario. Para llegar a ser guionista deben coincidir
una parte académica con una de rebeldía, sin embargo debe de
haber humildad, ya que los geniecillos son muy pocos y enton-
ces se cae mucho en el error de odiar la crítica y la crítica no es
más que un favor enorme que te hace la gente allegada y de-
bes de tener la libertad para pensar u imaginar lo que sea, ya
después lo “metes en cintura” y creo que no hay peor censura
que la autocensura. En mi actividad como guionista busco la
belleza cinematográfica más que le belleza literaria y me alejo
de pensar si las frases son bellas o si la escritura sea estética,
lo importante es que la película que estás describiendo en el
guión sea interesante y bella desde tu concepto. No he encon-
trado un buen guionista que sea a su vez un buen escritor de
novela, cuento o poesía y en sentido contrario creo que sucede
lo mismo.
Estética
El guión es una guía donde debe de imperar lo dramático-na-
rrativo sobre lo estético, debido a que al entregárselo al direc-
tor renuncias a tu obra y dejas una serie de situaciones que se
convertirán en una estética visual que el guión no impone de
entrada. Ningún tratado de guión europeo, americano, japonés
o de dónde quieras te va a hacer guionista, te dan ciertas reglas
y muestran ciertas maneras de desarrollar una idea, e insisto
que la historia en el guión es una percepción sensorial que te
marca desde el ritmo hasta el tema y la historia misma es la
que te lleva a romper reglas y esa concepción de que “yo no es-
tudio” porque quiero romper reglas no es cierto, las reglas sólo
se rompen cuando las conoces.
Panes
La historia de El Camino de Santiago es de lo más personal
que he escrito debido al manejo de lo místico y mis posturas
ante ese concepto, existen elementos que son importantes en el
guión como lo son la repartición de los peyotes como si fuera la
repartición de los panes. Es en esta parte de la narrativa donde
se comparte la espiritualidad y búsqueda que los personajes
finalmente encuentran y lo que intento en este guión es me-
213
diar entre lo sarcástico y lo místico, debido a que la fe y la no-fe
son asuntos plenamente personales y sujetos a la apreciación;
en la narrativa los personajes comparten un ritual y terminan
en una disco bailando completamente drogados... ¿Entonces el
peyote qué es? Un ritual místico o simplemente drogarse para
ir al antro, es en este momento que surge el sarcasmo al cues-
tionar la fe, si ésta es como la vive Magdalena al esperar un
milagro, o bien, el caso contrario de los jóvenes. Concluyendo:
cada suceso en el guión depende del cómo lo veas y de esta ma-
nera se establece que la fe es un asunto preponderantemente
personal.
Carga
Había ganas de hacer un road movie y también una historia
no citadina, ganas a su vez, de expresar cosas vivenciales del
pasado con todo este tema de la búsqueda del peyote que tuvo
que ver con experiencias personales de hace tiempo y entonces
todo eso se conjunta para sacar esta historia acerca de rela-
cionar dos generaciones jugando a la espiritualidad de ma-
nera diferente, a su vez quería jugar con la sagrada familia
y la carga cultural católica que tengo; más que todo deseaba
hacer una reflexión en torno al aspecto espiritual no necesa-
riamente religioso. En sí toda la historia es un escape de un
mundo que no me gusta como está –aunque suene medio pre-
tencioso–, donde tiene mucho que ver con una realidad que
me gustaría que existiera, debido a eso es que lo ubico en
una zona rural como un escape a la vida citadina que tengo y
siempre he tenido. Es aquí que la conjunción de símbolos le
da cierto tono al guión y al significado de los mismos, es decir,
tenemos al personaje de la chava vestida con una camiseta
de luna, al ciego que percibe de manera distinta, las palmas
con significados más allá de ser parte natural del desierto, el
relámpago del líder de los jóvenes como un Zeus poderoso y
los peces como una simbología clara del cristianismo que se
conecta finalmente con la visión del personaje de Magdalena;
detrás de todo esto reside la idea de presentar una serie de
personajes que son algo más y están cargados de una simbo-
logía que traigo desde niño y necesitaba plasmarla en algo.
214
Finalmente es una historia de rebeldía donde establezco que
la fe puede ser un juego, al develar que hay milagros que son
auténticos para unos y para otros no, un guión que muestra
lo real e irreal detrás del milagro de la lágrima y la gota que
cae del techo, o bien, lo espiritual o no espiritual detrás de un
ritual como el de los jóvenes.
Efervesencia
Creo que en algún momento se va a depurar esto del quehacer
cinematográfico, mira, aplaudo que en la localidad se pretenda
hablar de un movimiento, pero yo no creo en los movimien-
tos como que “en bola”, porque peleo mucho la individualidad
y un movimiento muchas veces condiciona tus expresiones a
ciertos patrones, ahora bien, creo en autores cinematográficos
tanto locales como nacionales, sin embargo todavía no puedo
creer en la sinceridad por consolidar la producción debido a
que hay muchas resistencias de parte de las autoridades en
aceptar que se necesita proteger al cine como un bien cultural.
Ante todo me parece temprano dar un diagnóstico de la produc-
ción local y lo que espero es que se queden los que se tengan
que quedar, porque muchas cosas se están tomando con mucha
frivolidad, como moda; es algo como lo que sucedió a princi-
pios de lo noventas con la creación de Marco (Museo de Arte
Contemporáneo de Monterrey) donde de repente todo mundo
era artista plástico vanguardista y proliferaban los performan-
ceros, las instalaciones y nos llenamos de pintores cubanos
avecinados en la ciudad y entonces los coleccionistas compre
y compre y compre... y en la actualidad estos coleccionistas no
saben a ciencia cierta que hacer con esas mugres –perdón por
la crudeza– pero veo una analogía con la manía de que ahora
todo mundo es cineasta o fotógrafo y la cuestión es realmente
estar comprometido con lo que haces y mi esperanza es que
finalmente lleguen otras modas y que se depure bajo el filtro
del talento y disciplina, es decir, la efervescencia y el encanto
por el cine que se hace en “provincia” no va a ser real mientras
no se pruebe su consistencia, su valor; creo que el quehacer se
va a mantener pero mucho más reducido.
215
Vulnerabilidad
Al escribir un guión o querer filmar un proyecto como El Ca-
mino a Santiago compartes la angustia de contar situaciones
indefensas de tu vida, el hacer cine y escribir cine es una serie
de indefensiones, nada más angustiante y a la vez vulnerable
como el rodaje y el deseo de compartir en una historia tu punto
de vista o una manera de concebir al mundo siempre será una
indefensión hecha por voluntad propia. Un guión como El Ca-
mino a Santiago es un medio extraordinario para expresar lo
que opino de la vida, es por eso que la responsabilidad número
uno como creador está en lo que vas a decir, en tu postura y
compromiso con lo que dice el guión, entonces no se debe con-
fundir la facilidad que ha traído la tecnología digital con la re-
lajación para crear, y aunque tengas una Arri 35 o una Panavi-
sion o una camarita de vídeo casero el rigor debe ser el mismo,
y cuando preparábamos Así (Jesús Mario Lozano. 2006) claro
que descansamos en la bondades del formato digital y gracias
al mismo nos fue posible desarrollar la película, sin embargo
desde un principio tuvimos una comunicación muy estrecha
acerca del tipo de compromiso que teníamos hacia la pelícu-
la y la clase de discurso audiovisual que perseguíamos, luego
entonces, estos avances se han convertido en arma de dos filos
para el quehacer cinematográfico, la facilidad digital no siem-
pre reditúa en coherencia, calidad y compromiso.
216
217
No me digas que me quieres
Ismael Nava Alejos
218
con restos de comida está a un lado, Davo levanta la mirada y
voltea hacia su derecha, el mono está sentado como si hubiera
estado comiendo con él. Davo cierra el periódico y se levanta
despacio, después toma un saxofón que esta en la mesita del
salón y se sienta en el sofá cerca de la ventana. Davo empieza
a tocar, primero a un ritmo tranquilo, como un calentamiento,
y poco a poco va subiendo el ritmo hasta que toca un “solo”
aparentemente significativo para él ya que vemos el esfuerzo
y empeño que pone en la melodía, al terminar vemos una leve
sonrisa en su cara.
219
8. Exterior. Balcón. Noche
La mujer enciende la luz y sale al balcón, tiene el clarinete en
la mano. Saluda a Davo y se sienta en un banquito.
Disolvencia a:
Disolvencia a:
Disolvencia a:
220
13. Interior. Comedor. Noche
Davo está sentado en la silla con el saxofón en el regazo, lle-
va puesto el mismo pantalón de vestir ahora con una camisa
obscura, las flores están en agua dentro de un jarrón transpa-
rente, se levanta y cierra la ventana, camina lentamente por el
pasillo hacia su cuarto y cierra la puerta.
221
16) Interior. Edificio. Noche
Davo sube las escaleras y se detiene en el tercer piso, ve las
cuatro puertas y después de orientarse un poco con las manos
para saber cual de las cuatro es la que da a la calle, se acerca
a la tercera.
Davo se queda parado sin saber qué hacer, su cara refleja de-
cepción, se voltea y empieza a alejarse, de pronto se para y se
regresa a dejar las flores al pie de la puerta. Empieza a bajar
las escaleras lentamente.
Fade out
222
223
Desarrollar el poder cambiante del cine:
filmar historias más sencillas pero no simples
Sordomudo
O cosas que me pasaron o cosas que me contaron o una idea
que es visualizada. En el primer guión que escribí transforma-
ba al personaje principal en un sordomudo porque funcionaba
mejor para la historia, lo que quiero expresar es que la historia
está presente y voy intentando personajes hasta encontrar el
idóneo para lo que quiero transmitir. En el caso de No me di-
gas que me quieres fue algo que me pasó, tenía una vecina que
vivía en el edificio de enfrente y nos veíamos de vez en cuando
al fumar en el balcón, pero la realidad es que ninguno de los
dos era músico y como guionista empecé a agregar cosas para
formar la historia de dos personas que se comunican a través
de melodías. Este guión tiene un desarrollo más intuitivo-emo-
cional que de investigación del tema, es decir, hay guiones en
los que investigo, por ejemplo si en alguna historia sale un per-
sonaje que es policía, me documento en cuanto a cómo es un
policía de San Pedro y cómo es el de Guadalupe o San Nicolás,
pero en No me digas que me quieres imperó la emotividad.
Asesinato
Prefiero historias sin diálogo, el guión incluido en este libro no
lleva ninguno –lo cual me gusta mucho–, me atraen historias
que se pueden contar apoyadas en la imagen, sin embargo es-
toy consciente que las películas sin diálogos son asesinas para
la taquilla y si en un futuro concreto mi largometraje tengo que
mediar con esta afición, es por esto que los cortometrajes me
son tan atrayentes, ya que en diez minutos puedes no aburrir a
la gente sin incluir diálogos (lógico es que tiene que estar bien
224
realizado) y otra cosa interesante del guión de corto es que pue-
des desarrollar completamente a tu personaje cual si fuera un
largo, esos diez minutos que menciono son más que necesarios
para lograrlo, ayudando al espectador a identificarse, o bien, a
saber que algo pasó y lo haga pensar en cuanto a lo narrado y
realmente creo que los guiones de corto y de largo son formatos
muy diferentes, no es más fácil uno que el otro, sino que de-
mandan aproximaciones y soluciones distintas.
Encontrar
Yo creo que al escribir el guión uno debe visualizar mas no diri-
gir ni detallar tanto, uno debe de concentrarse en el desarrollo
del personaje, las situaciones, los diálogos, las relaciones, etcé-
tera; esto porque siempre que dirijo encuentro imágenes que
no estaban escritas en el guión, entonces puedes toparte con
una escena que está muy descrita pero larga y en la cual pue-
des hacer en un sólo plano secuencia o una toma más sencilla
y gana narrativa visual en contraposición de narrativa escri-
ta. Y los libros para escribir guiones te sirven para escribir en
el formato correcto y conocer ciertos reglas de dónde debe de
ir el clímax, o bien cómo usar la regla de los tres actos y te
ayudan a darle forma a tu idea, pero lo básico para el guión
es tener algo qué decir, ya que si no tienes nada qué decir por
más fórmulas o estructuras probadas que existan no te servi-
rán para desarrollar un buen guión, esos libros más que nada
te ayudan a estructurar tus pensamientos.
Platón
No me digas que me quieres parecería que es una historia de
tonos románticos, sin embargo es una historia de desamor, al
menos físico y al final es que se descubre que hay dos personas
que encuentran una forma diferente de comunicarse, especial-
mente en el personaje de ella que desea seguir su relación en el
plano de lo musical. En el guión quiero plasmar que no todas
las relaciones tienen que ser estrictamente como te enseñan
que deben ser, y puede haber personas con otro tipo de intere-
ses –digamos– más espirituales o poéticos que convencionales.
Y finalmente quiero decir que pueden existir muchos tipos de
225
relaciones que pueden ser igualmente gratificantes, sin mediar
necesariamente el amor carnal entre hombre y mujer.
Juzgar
El contraste de la historia está en lo que gente de mi edad per-
sigue, es decir, cosas más materiales en una relación, conoces
a alguien y te relaciones más físicamente y no creo que en una
ciudad como la nuestra exista mucho interés por comunicarse
de la forma como está plasmado en el guión. En general y sobre
todo en personas jóvenes encuentro que no son tan espirituales
y no hablo de inmadurez, sino, que el entorno nos empuja a ol-
vidar distintas aproximaciones no materiales. Y como guionis-
ta uno debe dar su punto de vista de lo que le rodea sin juzgar
necesariamente esos hechos, en mi caso, simplemente aportar
otro punto de vista en cuanto a las relaciones humanas y aspi-
rar a decir que hay algo más que puede funcionar.
Vaho
Desde un principio quería plasmar a dos personajes que se
comunicaran sin hablar, y no sabía exactamente cómo hacer
eso, entonces pensé que fuera en tiempo de frío y que se deja-
ran recados en las ventanas escritos en el vaho de las mismas.
Y hasta llegué a pensar que fueran niños que por una u otra
razón no pueden cruzar la barrera del cómo comunicarse, sin
embargo ese camino me llevaba a tonos de inocencia y me ale-
jaba de los temas de carnalidad. Se descartó y me concentré
en los dos adultos, entonces decidí el saxofón para el hombre
y el clarinete para la mujer. Posteriormente me senté a escri-
bir el guión y le agregué los temas de soledad y la barrera...
barrera que tan sólo era una calle.
Arrancar
Lo importante en nuestro cine es cuando pasamos de contar
historias de ficheras a historias de verdad; la que primero me
tocó fue Sólo con tu pareja (Carlos Cuarón. 1991) y esa película
en especial me hizo creer a mis doce años que podía haber un
buen cine mexicano –no necesariamente nuevo o viejo– sino
simplemente películas donde existieran historias bien conta-
226
das y bien filmadas. En nuestra ciudad estamos arrancando
el quehacer del cine y si bien el vídeo digital nos ha ayudado
increíblemente, también ha provocado que exista mucha gente
que juega a hacer cine y lo anterior afecta a otros creadores
que si quieren y pueden hacerlo en serio, dedicando el tiempo
necesario para crearlo y ayudarse unos a otros para hacerlo
lo mejor posible, por ejemplo en la actualidad no existen di-
rectores, guionistas o productores completamente hechos en la
ciudad, pero si existe la humildad para saberlo y entender que
no estás al nivel y yo tengo completamente claro que me falta
mucho pero hay gente que no quiere verlo así, me ha tocado
ver un largo hecho en Monterrey que, en lo particular, si yo lo
hubiera hecho no lo enseñaría, y ves a la persona que lo mues-
tra con tal orgullo y soberbia que te hace preguntarte lo que
realmente es hacer cine. Porque también existen cortos que no
sólo están mal filmados, sino mal pensados y mal cuidados, o
bien hay otros no también filmados, pero alcanzas a ver que el
director tiene una idea clara de lo que quiere contar y muchas
veces esos directores no son tan soberbios y buscan ayuda en
gente con mayor experiencia para crecer.
Simple
Creo en que hay que hablar de cosas que sabemos, en la ciudad
identifico que existen aproximaciones al existencialismo de los
personajes, pero realmente es un existencialismo light y pre-
fiero hablar de lo que sé a mis 27 años y resulta que hay gente
que quiere verse muy elevada y entonces el producto no es muy
bueno, yo prefiero enfocarme en cosas más sencillas pero no
simples y que transmitan lo que quieres decir más claramente.
Lo que yo trato de compartir como cineasta son vivencias y creo
en el poder cambiante del cine, ser testigo de cómo sucede que
una persona entra a ver una buena película y al terminar ya
nunca vuelve a ser la misma persona que era antes de verla,
ese cambio es al que aspiro llegar, mover algo dentro de la per-
sona que ve mi corto.
227
228
Tromba de Oro
Patricio Serna
fade in:
229
tocar, esto nunca hubiera ocurrido, porque
este hombre nunca hubiera pensado que esta
trompeta fuera efectivamente de oro.
El hombre corre...
Disolvencia a:
Trompeta.
230
El vendedor mira a Chilino
Vendedor: ¿Y a poco esa hebilla que traes es de mariachi?
El vendedor lo interrumpe.
Vendedor: ¡Oh, pos este, ya entendí, pos mira!... La verdad
es raro que me caigan trompetas pero...
231
Vendedor: ...aún no la he visto, como estas cosas no se
mueven mucho... me la dejaron a consignación:
un viejito que hablaba medio raro.
Disolvencia a:
Farmacia.
232
Se acerca el restaurantero.
Restaurantero: ¿Éste es el trompetista? (tronando los
dedos) Pos como van y ya saben.
Disolvencia a:
Exorcismo.
233
ta. El padre fuma un cigarrillo.
Padre: ¡Nunca me dejan descansar! ¡Voy!
234
Chilino: ¡Pos no ve, padre!
Disolvencia a:
235
Se escucha una corriente de aire.
Padre: (voz más fuerte) ¡Espíritu chocarrero, sal de
ese cuerpo!
Silencio.
Chilino: ¿Padre, está usted bien?
236
El padre sigue de espaldas mirándose al espejo.
Chilino: ¿Así nomás?
Padre: Confía en mí, hijo.
Chilino: Pos ta bueno.
Sigue.
Fade out
237
El guión no tiene que ser perfecto:
sino perfectible en la producción
Acento
En mis años mozos me había hecho la promesa de contar his-
torias que tuvieran que ver con mi tierra y más que nada con
nuestro lenguaje, ya que cada vez que iba al cine a ver una
película mexicana siempre me encontraba con el diálogo acar-
tonado del nuevo cine mexicano de los noventa y quería escri-
bir un guión que de alguna u otra manera utilizara nuestras
palabras y, más que nada, existía una intención de rescatar el
acento regiomontano en el cine. A partir del mencionado pos-
tulado me pregunto qué tipo de historia quiero contar dentro
de este contexto regional, tenía la posibilidad de hacer un re-
lato campirano o bien algo que apelara a lo universal (aun-
que cualquier historia puede tener esas aspiraciones) y cabe
la casualidad de que en aquel entonces yo tenía un programa
de jazz y siempre he sido un apasionado de Chet Baker, y me
encuentro con una anécdota de su vida cuando vivía en Italia
donde se contaba que su trompeta había sido robada –a Chet
le decían en Italia Tromba de oro–, fue entonces que descubrí
un detonante o punto de partida para desarrollar el relato y
surge la idea de relacionar al jazz con algo mexicano, en este
caso el mariachi.
Emana
Lo regional aparece cuando me doy cuenta de la bajísima ca-
lidad de los mariachis de la ciudad, afina más un timbre de
cochera que la mayoría de ellos, vaya, ese contexto o panorama
empezaba a aportar elementos para armar la historia. En un
principio no había un interés deliberado de darle cierto tono
238
al guión, digamos, no me senté diciendo: “Voy a hacer una co-
media”, más bien se dio de manera orgánica y algunas veces
hay que hacerle caso a la capacidad inconsciente de cómo sacas
una historia, es decir, yo creo que Tromba de oro es el tono de
mi vida, es una cuestión tragicómica y que de alguna manera
siempre se refleja en lo que escribo y cuando he llegado a escri-
bir una pieza dramática me siento raro, porque creo que estoy
al borde de la frontera del melodrama exagerado, ya que es
algo que no se me da de manera natural, en cambio este tono
sarcástico, sardónico, emana libremente de mi persona.
Entender
En mi proceso creativo es importante ubicar al personaje que
detona la historia, en este caso una trompeta, entonces, quién
es el que puede utilizarla, qué tipo de trompeta es, y es distinto
imaginarme una trompeta madreada a una que tiene detrás
la leyenda de uno de los más grandes trompetistas de la his-
toria del jazz, luego entonces, ¿quién sería la persona menos
indicada para usar esa trompeta? Un aspirante de mariachi de
una ciudad con pésimos mariachis. A partir de estas situación
comienzo a escribir el personaje de Chilino, que es una perso-
na que desea ser artista y piensa que siendo mariachi de los
que andan vestidos todos distintos y correteando carros lo va
a lograr, es entonces que el conflicto empieza cuando un don
nadie por azares del destino tiene en sus manos la trompeta de
un privilegiado del jazz y no puede utilizarla, acto seguido se
descubre que su vida no se realiza y ni siquiera puede comple-
tar su sueño de debutar en una serenata porque un espíritu ex-
traño se apodera de él y empieza a tocar increíblemente bien,
pero nadie lo puede entender, y no sólo eso, sino que terminan
golpeándolo por hacerlo mal, de esta manera se consolida el
conflicto en Chilino: “Tengo algo raro que no entiendo...”
Instinto
Soy partidario de que el guión –incluso cuando lo escribo para
que yo lo dirija– debe ser pensado de manera visual, y uno debe
contextualizarlo de esa manera para que alguien que lo lea
pueda tomar las decisiones pertinentes para realizarlo, no creo
239
que el guionista deba involucrarse en técnica narrativa de di-
rección cinematográfica. Al contrario de otro tipo de literatura
en la escritura del guión tienes que ser lo menos poético posi-
ble, hay que ser muy descriptivo y el guionista es el descriptor
de una realidad donde un director llega y percibe la misma.
Debido a lo anterior es importante saber cuándo uno debe pa-
rar de reescribir el guión, porque hay veces que existen fallas
que tal vez no lo son y debes confiar en tu instinto para saber
poner un hasta aquí. Además se tiene que terminar de escribir
el guión (preferentemente) dos semanas antes del rodaje en
orden de que exista tiempo para hacer el trabajo de dirección,
y el guión debe tener una estructura coherente y estar bien
armado en personajes y diálogos, sin embargo, el guión no debe
ser perfecto sino perfectible por los colaboradores de la obra
cinematográfica.
Nalga de mandril
Hacer recetas ya conocidas y practicarlas está bien, pero creo
que es más sabroso echarle un poco más de ajo u otro ingre-
diente como el romero, en orden de crear tu propia receta y esto
va directamente relacionado con tu experiencia y los sabores
que has probado. Creo en Aristóteles que sentó todo desde un
principio en La Poética y casi todos los libros de guiones son re-
fritos que agregaron cuestiones absurdas de actos y cuánto de-
ben durar y qué debe pasar en la página tal y cuándo algo debe
cambiar, en fin... recetas. El guionismo es oficio y experiencia,
más que teoría y pasos a seguir. Y hay que leer y ver cine como
enervado, digamos una manda por el quehacer audiovisual y
como todo escritor uno debe tener “nalga de mandril”: sentarte
hasta que tengas las nalgas rojas de escribir.
Lucha
Life it’s a bitch, compadre. Creo que de una forma general uno
nunca se realiza, es decir, unos se realizan antes que otros y
los tiempos de otros no son los de uno; en Tromba de oro vemos
la historia de un personaje que todavía no le toca su tiempo y
quien se realiza es otro, y es entonces que la historia se cierra
para la trompeta, ya que finalmente encuentra a alguien que
240
la reconoce, que la puede tocar y que además es un fanático de
Chet Baker. En el relato hay un epílogo que está directamen-
te relacionado con el narrador del guión –no me gusta mucho
como recurso la narración en off– pero me ayudaba a reforzar
el absurdo y volver a la cuestión de que la vida sigue y existen
momentos de los personajes para conseguir su satisfacción, de
ahí encontramos que Chilino se realiza en el epílogo, ya que se
va de luchador y cumple sus expectativas de éxito –claro que
eso no se ve en la historia– es más bien la metahistoria del
personaje que se conecta con el epílogo, ya que el narrador es
un luchador que pelea junto a Chilino y conoce de viva voz la
historia y el luchador/narrador quiere contar la historia de un
tal Chilino Vaca que quiso ser mariachi...
Precario
Aunque ahora ya tenemos la ley que permite que las empre-
sas aporten capital deducible de impuestos, nos enfrentamos
a la caótica realidad de las distribuidoras y exhibidores que
dan más espacio a superproducciones hollywoodenses que a
producciones nacionales, sin embargo, aunque existen más in-
centivos para la producción que hace algunos años, nos encon-
tramos con que la figura del productor sigue estando en una
situación muy desfavorable, ya que con el sistema actual quien
corre el mayor riesgo monetario es quien recupera menos de
su dinero y tiene la menor cantidad de beneficios. De entrada
nuestra producción se encuentra en estado precario y mientras
los productores no ganen un mayor por ciento de las ganancias
por boleto vendido me es imposible creer en una industria ci-
nematográfica en México. Lo que necesitamos es generar más
público que vea cine nacional y ganarnos la confianza de los
distribuidores para que no sólo vean a las producciones extran-
jeras como redituables. Pienso que la situación está lejos de
ser perfecta y, por lo tanto, hay mucho que corregir, pero mu-
chas de las instancias involucradas no tienen interés alguno
241
en cambiar, por un lado tenemos las intenciones favorables de
Imcine por descentralizarse como una forma de que se haga
más cine y podría hablar de que se puede vislumbrar una ci-
nematografía nacional, pero no creo que podamos aspirar a ser
una industria mientras tengamos a Estados Unidos a un lado,
ya que son pocos los países que pueden darse esa oportunidad
de transformar su producción cinematográfica en industria.
Puente
Yo no creo que exista un movimiento actual en nuestra ciu-
dad, más bien existe una necesidad de hacer cine y, muy en
lo personal, mi llegada al quehacer cinematográfico no fue un
acto de moda porque otros lo estaban haciendo. Yo soy músi-
co/compositor y de pronto encontré en el cine un lenguaje que
me permitió desarrollar mejor las historias que quería contar.
Las canciones son para escucharse no para leerse; así como
el guión es para verse no para leerse; he ahí una interesante
conjunción que me permitió desarrollar un puente para que
mis historias fueran visuales. Regresando al punto del boom
cinematográfico en Monterrey, espero que esta efervescencia
pueda ayudar a que posteriormente llegue un periodo de esta-
bilidad y depuración; considero que lo importante es que siga
existiendo gente que cuide su obra, gente que tenga conciencia
de que lo que hacen es único –bueno o malo– no importa, pero
que lo vean como un acto de creación particular que tengo que
atender, ya que si no ocurre eso será muy difícil encontrarse
con joyas como Temporada de patos (Fernando Eimbke. 2004)
que la considero una obra sumamente cuidada, depurada y con
atención hasta el último detalle. Y en un plano muy personal
no quiero ver o hacer películas regias que emulen al cine nor-
teamericano (ojalá y existan porque nos darían más técnicos
preparados y más casas productoras), pero el cine en el que
realmente creo debe ser un reflejo de nuestra cultura, de lo que
somos, de lo que seremos...
242
243
Ánima
Luis Villarreal Ugarte
244
mueve su cabeza en señal de buscar a alguien en particular
entre la multitud. Se trata de G, un hombre de 40 años, 1.75m
de estatura, complexión robusta y de aspecto gris; traje negro,
camisa blanca, con corbata oscura de rayas, negro el sombrero,
trae consigo en su mano derecha una maleta de negocios un
poco más grande de lo normal, lo sostiene tan fuerte que da la
impresión de traer algo muy importante en su interior.
245
vez más, al grado de obligarlo a pasarse el pañuelo sobre su
frente. Toma aire, lo retiene mientras cierra los ojos y exhala
lentamente. La vuelve a abrir muy, muy despacio y encuentra
dentro de ella un kit completo de artículos sadomasoquistas
que incluye cadenas, esposas, látigos, instrumentos de tortura,
penes de hule, muñecas inflables, ropa interior de piel y látex,
etcétera.
Fundido a blanco.
246
cianos tomados de la mano, un hombre mayor de apariencia
muy dura, una pareja de jóvenes abrazados, detrás de ellos un
sacerdote que les llama la atención en broma y más adelante
el mismo Papa. Para terminar desfila un muchacho muy pare-
cido a G vestido de traje color claro, abrazado tiernamente por
una mujer muy parecida a él que debiera ser su madre.
Todos ellos bajan por las escaleras, llegan al final de ella y si-
guen su camino hacia delante pasando por los costados de G
que se encuentra enfrente de la escalera con la maleta soste-
nida fuertemente en su mano. Los personajes conversan entre
ellos pero sus diálogos no son perceptibles, el único sonido que
se alcanza a escuchar es la música de fondo de la tienda. Al
pasar cerca de G los personajes siguen su camino sin preocu-
paciones, ni siquiera se dan cuenta de la existencia de G, sola-
mente le sacan la vuelta. G los ve desfilar sin mover un dedo,
apenas si menea la cabeza para seguir la trayectoria de cada
personaje.
Fade a blancos.
247
Desde blancos comienza a escucharse el latir de un corazón
que va aumentando su velocidad y su intensidad.
Fundido a blanco.
248
su pijama acostado en la cama y cubierto con las sábanas, la
maleta está en la mesita de noche a un lado de su cama.
Fundido a negro.
Fundido a negro.
Fundido a negro.
249
gantes que uno a uno caen en toda su altura. G corre lo más rá-
pido que puede, escucha cómo caen los árboles detrás de él. El
sonido de los árboles va disminuyendo hasta que cae el último.
G observa el paisaje de árboles caídos con un gesto de alivio.
Fundido a negro.
250
que lo sobrepasan sin inmutarse de su presencia.
251
Fundido a negro.
252
Al momento de pronunciar estas palabras G toma la maleta
del hombre y se aleja de él sin decir otra cosa más. El hombre
en la Estación 2 se da cuenta de lo sucedido pero no hace ni
dice nada después de lo acontecido, se limita solamente a mi-
rarlo alejarse.
Fundido a negro.
Fade out
253
254
Buenas historias están por todas partes:
hay que desarrollar la mejor forma de contarlas
8½
A final de cuentas siempre deseo que aquello que voy a escribir
sea proyectado en algún lugar, entonces escribo pensando en
imágenes. En el caso de Ánima la idea de un hombre con una
maleta fue muy importante, ese hombre gris que puede ser
cualquiera de nosotros, incluso en la historia se plantea que
la gente se viste de la misma manera y que el personaje prin-
cipal no tiene ninguna diferencia con los otros, un personaje
sin personalidad –o digamos– con una personalidad colectiva
representando al ser humano. Muchas de mis imágenes en un
principio son sin referencia artística o plástica, desde un inicio
concebí la historia como una animación en blanco y negro cual
reflejo de la personalidad de G y deseaba situar al personaje en
una ciudad que le abruma, una ciudad de estilo expresionista
que simbólicamente tiene que cargar y soportar. Un vez que
empecé a desarrollar la historia por medio de dibujos vinieron
otras imágenes de las que podía tomar ideas, sin embargo hay
referencias muy claras, en este caso las palabras que usa G es-
tán tomadas directamente de la película 8 ½ (Federico Fellini.
1963) y algunos otros detalles vislumbrados de mi cotidianei-
dad fueron complementando la idea principal para concretar
la historia.
Culpa y deseo
La condición humana –o digamos– la humanidad con toda su
complejidad es algo que me interesa explorar, el cómo nos me-
temos en nuestros propios problemas, esos procesos de la men-
te con sus deseos y correlativas culpas que existen en todo ser
255
humano y en el caso de Ánima se convierten en los dos temas
principales de la historia, sin hablar de alguien en particular
en orden de buscar ser más universal en el relato. En el guión
los diálogos pasan a ser un complemento de la imagen y mu-
chas veces no son tan necesarios y casi todos los guiones que he
escrito y filmado no tienen diálogos. No escribo historias que
se desarrollan a partir de diálogos, esa es una vertiente en la
que apenas estoy comenzando y por lo tanto son un reto para
mi escritura.
Cómo
El encuadre puede estar definido desde el guión e inclusive éste
plantea directamente las composiciones para el storyboard y,
desde un principio, trato de no caer en el peligro de contar un
cuento, sino directamente escribir el guión como se va a ver y,
cuando dirijo mis guiones –que casi siempre es así–, mi parte
de guionista interviene en todo el proceso de filmación. Y si
bien en los libros de escritura de guiones se habla de formatos
y reglas a seguir la mayoría de las veces no las cumplo, y en
ese sentido a veces caigo en errores del margen o cosas así, sin
embargo lo importante es la historia e intento basarme mucho
en lo que leo de literatura y las películas que veo.
Moral
Ánima ya era una historia completa pero no tenía nombre y
el título surge directamente de los parlamentos que dice G en el
principio del guión, palabras que a su vez dice el personaje de
Guido en 8 ½ y que en la mencionada película tenían un senti-
do mágico para ahuyentar a los fantasmas, entonces desde que
concebí la idea del intercambio de maletas me vino a la mente
asa, nisi, masa que es hablar con la S en italiano –así como en
México hablamos con la F– asa, nisi, masa es ánima hablado
con la S y es sinónimo de alma y mi idea no era hablar del alma
en el sentido espiritual y hacer un mensaje moral, sino como
256
algo más humano y que a su vez tuviera que ver con un guión
de animación. Lo que condujo a que en Ánima se manejara el
tema de la rutina como una forma de evidenciar lo que sucede
todos los días y que uno no se detiene a preguntarse sobre la
rutina misma y a partir de esa ilusión de que no sucede nada
–debido a la rutina– fue que en el guión se intenta develar
lo que realmente le importa al hombre y explorar su especial
condición humana. G pudo haber sido muy feliz con esa maleta
que tenía... pero la represión, culpa, moral o la educación fue
más fuerte que su deseo y no es la idea del relato encontrar cul-
pables de esa conducta, simplemente es una forma de aproxi-
mar ese juego interminable entre deseo y culpa.
Maletas
Me interesaba mucho que independientemente del personaje
principal y su maleta, el espectador fuera orillado a pensar qué
hay en las otras maletas, debido a eso en la escena de las cabi-
nas no se alcanza a ver qué hay dentro de las mismas. Enton-
ces... ¿Qué lleva mi maleta? ¿Qué lleva la tuya?
Aportar
Cuando le plantee la historia al actor que interpretó el papel
sucedió que llevó la ficción mucho más allá de lo que espera-
ba, desarrollando cuestionamientos acerca de qué era lo que
llevaba la maleta antes de que se intercambiara, o bien, si G
seguiría intercambiando maletas hasta encontrar algo que por
completo le satisficiera o si la historia seguiría en búsquedas
infinitas y, creo que el actor, al construir la biografía del perso-
naje, sobrepasó por mucho todas las concepciones que tenía de
G y eso como guionista y director fue muy agradable y por lo
tanto aportó mucho a la historia contenida en el guión.
La filmación del corto involucró una técnica conocida como live action
donde se graban las escenas del guión en ambientes reales y posterior-
mente son coloreadas y dibujadas en postproducción. El actor que inter-
pretó el papel de G fue Ricardo Martínez Bolaños.
257
Correcto
La escena de las escaleras fue escrita para representar me-
diante las niñas, la señora embarazada, el sacerdote y el Papa,
la bondad y las jerarquías de una manera simbólica y cómo la
inocencia infantil nos puede hacer sentir culpables por nues-
tros pensamientos, o bien, remarcar posiciones acerca de lo que
es correcto sentir y lo que no se debe de experimentar. Y puse
esto por que es algo que le sucede a todo ser humano y no se
trata de criticar instituciones o a la ciudad de Monterrey y la
sociedad que representa, mi idea es mucho más personal y es
acerca de lo que pienso del ser humano.
Sonrisa
Ánima es una comedia agridulce –felliniana– y mis referencias
al maestro italiano son muy evidentes, quería escribir un tipo
de historia que no llegase a ser ni comedia de carcajada, ni de
risa o de sonrisa; sino plasmar ese tono medio amargo o agri-
dulce en el relato audiovisual. La historia, finalmente, es acer-
ca de pensar qué traemos en nuestra maleta y saber que todos
tenemos una; y no estoy diciendo que la gente tiene maletas
con los artefactos que G encuentra, sino que hay diversos ele-
mentos en la vida que nos hacen sentir al mismo tiempo com-
placidos y culpables. Al escribir un guión trato de hablar sobre
personas comunes, es decir, como cualquier otra gente que te
topas en la calle y en mis relatos trato de compartir el hecho
que puede pasarle a cualquiera de nosotros y saber que como
personas estamos llenos de historias que podemos contar.
258
259
Créditos
(por ellos mismos)
Pepe Caudillo
(Reynosa, Tamaulipas, 1974)
Arquitecto por el Instituto Tecnológico de Estudios Superio-
res de Monterrey (ITESM), campus Monterrey en 1996. Ci-
neasta autodidacta, interesado en la exploración de realidades
individuales. Inicia su trayectoria cinematográfica en Nueva
York, colaborando con personal técnico y creativo de diversas
nacionalidades. Escritor, productor, editor y director de cor-
tometrajes que han participado en muestras y festivales de
260
México, Cuba, Canadá, Estados Unidos, Costa Rica, Holanda
y España. Es co-director y productor general del cortometra-
je colectivo 8 MINUTOS, proyecto ganador de la convocatoria
Promocine/Conarte 2003 y que en el 2005 se proyectó en
Texas junto con La mala educación, de Pedro Almodóvar. En
el 2004 inicia la realización de la Trilogía de las tribulaciones,
con el cortometraje 4B, estreno mundial en el International
Film Festival Rotterdam 2005. El cortometraje Amanda, cuyo
guión se publica en esta edición, tiene su estreno mundial en
el 2006 Los Angeles International Short Film Festival y pos-
teriormente compite en el IV Festival Internacional de Cine
de Morelia. Su filmografía: Por una perra (2002, 11 min., DV,
ByN); In Pain (2002, 2 min., 16mm, ByN); Revolve (2002, 7
min., 16mm, ByN); Silk (2002, 8 min., 16mm, ByN); Encuen-
tro (2004, 2 min., S16mm, Color); 8MINUTOS (2004, 15 min.,
35mm, Color); 4B (2005, 3 min, DV, Color); Amanda (2006, 15
min., 35mm, Color).
Gabriel Contreras
(Monterrey, Nuevo León, 1959)
Narrador, periodista y dramaturgo. Es autor de la novela Pa-
mela del Río por nosotros mismos en colaboración con Jesús de
León. En el ámbito del periodismo cultural es autor de Estoy en
la acerca de los que vemos y Sigue mirando el fuego. Entre sus
obras de teatro figuran Caballo de la noche, Momo, De madera,
Todos morimos en 1909 y Niño y bandido. Condujo los progra-
mas radiofónicos “De cara al arte”, “Diálogos para la cultura”
y “Radio Fórum”. Fue colaborador del periódico Reforma y es
editor de cultura de MILENIO Diario de Monterrey.
261
su primer cortometraje, Un chorrito de sangre, una historia
de humor negro que homenajea las películas de terror serie–b
mexicanas y el cine de pistoleros y narcos. Desde el año 2000
ha participado en diferentes departamentos de varias películas
mexicanas, como El espinazo del Diablo (Guillermo del Toro,
2001), 7 días (Fernando Kalife, 2004) y Veritas, Prince of Truth
(Arturo Ruiz Esparza, pendiente de estreno). En 2003 regresa
a México después de tres años fuera y establece formalmente,
junto a su esposa Lesslye Yin, la casa productora Producciones
El Chango, a través de la cual desarrolla proyectos de cine y
vídeo, como el piloto para televisión Quimera, de Ramiro Me-
dina-Flores, y sus propios cortometrajes 323 Recuerdos y El
Quejido.
Adolfo K. Franco
(Torreón, Coahuila, 1980 )
Adolfo es un director creativo experimentado y guionista/pro-
ductor galardonado que ha trabajado en varias campañas
persuasivas y largometrajes internacionales. A los 19 años ya
escribía publicidad para compañías prestigiosas como: Turner
Network Television, John Deere, MG Rover y Shell Oil Com-
pany. Con una Licenciatura en Comunicación por el Instituto
Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM),
Adolfo ha participado en varios diplomados y talleres de direc-
ción cinematográfica, culminando en Universal Studios, donde
dirigió sus primeros cortometrajes. De vuelta en México, a los
23 años, escribió y produjo Un Diluvio (Distribuida por Van-
guard Cinema), misma que fue acreedora al premio de pro-
ducción de Promocine-Conarte y estrenada en la Muestra
de Cine de Guadalajara durante el 2004. Meses después, ya
se encontraba produciendo La sombra del Sahuaro, su segun-
do guión de largometraje y producción. Esta película encontró
un espacio en el mercado hispano de los Estados Unidos y fue
lanzada comercialmente con un evento de la cadena Tower Re-
cords en Los Ángeles. Adolfo fue buscado por Maya Pictures, la
compañía productora de Moctezuma Esparza (Selena, Walkout)
para adaptar su guión al inglés. Esta nueva versión no ha sido
filmada aún. Conocido también como un activista y empresario
262
social, participando en iniciativas sin fines de lucro, Adolfo fue
invitado a dirigir el documental Colosio: Testimonios de vida,
como homenaje a los 10 años luctuosos del célebre candidato
presidencial. Esta película jamás fue distribuida comercial-
mente, pero se ha presentado ante miles de personas en distin-
tos foros, incluyendo la Universidad de Harvard, la Embajada
de México en Colombia, Canal 11, Cineteca de Nuevo León y la
Universidad de Georgetown. Actualmente, junto con su com-
pañía Kenio Films, produce una película con Mandalay En-
tertainment y Prelude Pictures titulada The third miracle. Al
mismo tiempo acaba de terminar sus siguientes dos guiones de
largometraje Tremendo amor y The man with none.
Rodrigo González
(Guadalajara, Jalisco, 1974)
Realiza sus estudios profesionales en la Universidad de Mon-
terrey. Deja inconclusa la carrera de Comunicación. Atiende
un diplomado en historia universal del cine e historia del cine
en México en la Cineteca de Nuevo León. En 1998 regresa a
la Universidad de Monterrey a impartir los cursos extracurri-
culares de apreciación cinematográfica, guión cinematográfico
e historia del cine en México. En el año 2000 escribe, dirige y
actúa Los colores del principio, proyecto que no verá la luz por
dificultades de producción. Esta experiencia lo lleva a tomar la
decisión de irse de Monterrey. Llega ese mismo año a la ciudad
de Los Ángeles. En el 2001 se casa por las leyes de la vida con
Lourdes López Castro, quien fuera actriz de Los colores... se
dedica a los más variados oficios: fotógrafo para niños en su-
permercados, asistente del departamento de adquisiciones de
una compañía distribuidora, editor de películas y videohomes
para TV en turno nocturno, taxista, asistente de dirección, ade-
más, presta su voz para el doblaje de programas educativos y
radionovelas y finalmente trabaja como chofer de un camión de
distribución de carga aérea para los condados de Los Ángeles,
Orange y San Diego. En ese periodo y bajo la producción de Lo-
urdes, escribe y dirige el cortometraje La hoguera donde arde
una basado en el poema homónimo de Julio Cortázar. Se estre-
na en el International Latino Film Festival de San Diego en la
263
primavera del 2004. Ese mismo año regresan a Monterrey y
juntos establecen Mitote Productions México. Con ella realizan
el proyecto Entre caníbales, largometraje escrito y producido
por Lourdes y dirigido por él, próximo a estrenarse.
Juan Manuel González
(Puebla, Puebla, 1977)
Radica en la ciudad de Monterrey desde 1977 donde estudió la
licenciatura en Comunicación en la Universidad de Monterrey
y completó sus estudios con un master en cine, del Art Center
College of Design, en Pasadena, California, E.U., con el apoyo
de una beca Fulbright. Tras su retorno a Monterrey comenzó
a impartir clases de cine y guionismo en la Universidad de
Monterrey y fundó el Taller de Creación Cinematográfica de
Voladero Espacio Cultural, que se ha convertido en uno de los
principales motores de producción cinematográfica en Monte-
rrey. Juan Manuel González ha realizado 12 cortometrajes y
está preparando su primer largometraje, Semana mayor. Ac-
tualmente es director del Festival Internacional de Cine de
Monterrey. Ganador de la Beca Foneca para la realización
de un taller de largometraje durante el 2004. Ganador de las
becas Financiarte XI y XVI, del Consejo para la Cultura
y las Artes de Nuevo León (Conarte), en el área de Cine y
Vídeo. Miembro del Gremio de Cine de Conarte desde su
creación.
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León y SOGEM por el guión Desierto en llamas, (2005); Se-
gundo Concurso para producción de largometraje Promocine
Nuevo León por el guión Crepúsculo rojo, (2005); V Concurso
de guión de largometraje en el IX Festival Internacional de
Cine Expresión en corto, Guanajuato, por el guión Vagar entre
sombras (2006); Selección del guión Vagar entre sombras para
representar a México en el Hartley Merril, (2006).
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Óscar Montemayor
(Monterrey, Nuevo León, 1967)
Comunicólogo por la Universidad de Monterrey, se desempeña
como director y productor cinematográfico, así como guionista,
editor y fotógrafo fijo. Ha cursado diversos talleres de cine y
fotografía impartidos por especialistas como Lucrecia Martel,
Felipe Cazals, Juan Carlos Rulfo, Enrique Rentería, Mariana
Gruener y Enrique Martínez de Hoyos, entre otros. Entre sus
proyectos destacados como director se encuentran los filmes
Un domingo de paseo, El lugar de las palmas y Así es mi tierra.
Es productor y editor de la película Así, dirigida por Jesús Ma-
rio Lozano, proyecto seleccionado en la 62 Muestra Internacio-
nal de Arte Cinematográfico de Venecia, dentro de la Semana
Internacional de la Crítica. Su trabajo como fotógrafo fijo ha
obtenido una mención especial en la convocatoria Nuevo León
a través de la lente 2003, siendo también seleccionado en el Sa-
lón de la Fotografía Nuevo León del mismo año y en 2005. Ac-
tualmente participa en la exposición fotográfica Internacional
Land-escaping, presentada en Jerusalem, Israel (2005) y próxi-
mamente en Suiza. Ha recibido el premio Finaciarte, del
Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León (Conarte)
en dos ocasiones (1996 y 1999), así como el Promocine (2003)
por parte de la misma institución dentro del colectivo Diminu-
tos Monterrey. También recibió una Mención Honorífica en el
II Concurso de Guión de Cortometraje del CONARTE y de la
Sociedad General de Escritores de México (2005). Actualmente
es becario del sistema Foneca del Conarte y del Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
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fica desde 1999, así como del comité organizador del Festival
Internacional de Cine de Monterrey. Sus cortometrajes han
sido seleccionados en festivales internacionales en Argentina,
España, Estonia, Hungría y México. En el 2003 obtuvo la beca
de Jóvenes Creadores del Consejo para la Cultura y las Artes
de Nuevo León (Conarte), para la realización de La acera de
enfrente, un cortometraje en co-producción España-México. En
el 2006 recibió el premio de Promocine-Conarte-Imcine
para la realización de su proyecto A cada cerdo le llega su San
Martín. Actualmente se desarrolla como productor y director
de vídeos musicales y anuncios publicitarios en la ciudad de
Monterrey.
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nes honrosas en Sundance, Expresión en Corto y Guadalajara,
entre otros festivales. Mientras ve qué más hace, el Pato está
por terminar El toro, Promocine 2005 y ganador del segundo
concurso de guión Sogem/Conarte para estrenarse en 2007.
¡Viva la resistence!
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Índice
Luciano Campos
Santa, Santa (guión) 17
Estirar la mente: no es lo mismo
platicar de cine que hacer cine (entrevista) 23
Pepe Caudillo
Amanda (guión) 29
En el origen está siempre el personaje:
no hay que explicarlo todo (entrevista) 39
Gabriel Contreras
¿Ya puedo salir? (guión) 45
El guionista propone la fantasía: el director
la transforma en realidad (entrevista) 53
Adolfo K. Franco
La Vulka (guión) 60
Un guión de cortometraje es práctica: no hay que
llegar al largo con poco kilometraje (entrevista) 71
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Rodrigo González
La hoguera donde arde una (guión) 99
La incomodidad mental: a través del guión
volverse franco con uno mismo (entrevista) 113
César Jaime
Calles sin sol (guión) 160
El guionista es un contador de historias,
no un adoctrinador (entrevista) 184
Óscar Montemayor
El Camino a Santiago (guión) 201
Belleza literaria vs. belleza cinematográfica: el
guión es guía, no un tratado estético (entrevista) 212
Ismael Nava
No me digas que me quieres (guión) 218
Desarrollar el poder cambiante del cine: filmar
historias más sencillas pero no simples (entrevista) 224
271
Patricio Serna
Tromba de Oro (guión) 229
El guión no tiene que ser perfecto:
sino perfectible en la producción (entrevista) 239
Créditos 262
272
Esta edición de 1000 ejemplares, más sobrantes para reposición,
se terminó de imprimir en febrero de 2007, en Impresos Tecnográficos S.A de C.V,
ubicado en Porfirio Díaz 524 sur, centro de Monterrey, Nuevo León.
Para los interiores se utilizó papel bond ahuesado de 44.5 kilogramos
y cartulina couché cubiertas de 255 gramos para los forros.
El cuidado de la edición estuvo a cargo del autor y del
Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León.
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