Caso Clínico de Quemaduras

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Quemadura por explosión de líquido inflamable, a propósito de

un caso en pediatría

Las quemaduras son el traumatismo más grave que el ser humano puede tener, como
resultado de la energía térmica sobre la piel y otros tejidos. Más del 50% de quemaduras
en niños ocurre en el hogar, y la causa más frecuente es por escaldadura con líquidos
calientes en la cocina, vaporizaciones o en el baño, seguido por el fogonazo o explosión de
líquidos inflamables (gasolina, diésel, solventes, etc.) y en tercer lugar las quemaduras
eléctricas, con poca incidencia en nuestro medio. Las quemaduras provocan alteraciones
hemodinámicas, cardiopulmonares, renales y metabólicas que hacen necesario, de
acuerdo a la profundidad, extensión y localización de la quemadura el sitio donde
derivaremos al paciente, ya sea que requiera o no de una unidad especial, para comenzar
con tratamiento adecuado: fluido terapia, antibiótico terapia, escarotomía, escarectomía,
injertos, colgajos, preconizando la fisioterapia y en lo posible evitando la contaminación de
heridas, que llegue a sepsis, siendo la complicación más grave y principal causa de muerte.
Presentamos a continuación un caso de quemadura por explosión de líquido inflamable
(gasolina) en niño. Se estudiará su curso y tratamiento a seguir en la Unidad de Quemados
del Hospital Francisco de Ycaza Bustamante, Guayaquil – Ecuador.

Palabras claves: quemaduras por explosión, líquidos inflamables, quemaduras en niños.

Introducción

En las quemaduras el daño tisular comienza cuando la temperatura natural alcanza +42–
44° C, durante períodos de tiempo relativamente largos.
A pocos segundos de una quemadura puede ocurrir disminución del gasto cardiaco,
disminución de la filtración glomerular y del flujo sanguíneo a varios órganos, al mismo
tiempo la frecuencia cardiaca aumenta y la presión arterial se eleva transitoriamente, luego
de 20 a 30 minutos conforme el paciente se deshidrata, el gasto cardiaco disminuye, la
presión arterial baja.
La producción de orina decrece y en ocasiones, dependiendo de la extensión de la
quemadura, cesa Uno de los efectos más notables de la quemadura es el aumento de la
permeabilidad capilar, lo que ocasiona que los líquidos, electrolitos y proteínas se trasladen
al espacio intersticial y el volumen sanguíneo se contrae.
A fin de lograr un tratamiento eficaz de las quemaduras es necesario considerar los diversos
criterios de clasificación, de acuerdo a la profundidad, la extensión, el mecanismo de
producción, etc.
Clasificación según Profundidad:

Quemaduras Epidérmicas primer grado: no hay flictenas o ampollas, eritema doloroso,


resolución en cuatro días.
Quemaduras dérmicas de segundo grado: Superficiales: flictenas, ampollas, conserva
folículo pilosebáceo, resolución en 8 días. Profundas: muy dolorosas, no ampollas,
resolución en 10 a 13 días.
Quemaduras Subdérmicas de tercer grado: Superficiales y Profundas: tienen aspecto
carbonizado o blancas nacaradas, indoloras, destrucción de terminaciones nerviosas, se
resuelven con intervención quirúrgica.
Clasificación según extensión: “A mayor extensión del área quemada, peor pronóstico y
mayor gravedad de la quemadura”. En niños utilizamos la tabla de Lund Browder,
superficies de 25-30% son de alto riesgo y mal pronóstico.
Según nuestro criterio son consideradas quemaduras severas:

Cuadro 1: Tabla de Lund / Browder

Niños menores de 14 años con más de 20% SCQ. (Quemaduras dérmicas profundas)

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Quemaduras Subdérmicas mayores del 10%; que tengan localización especial, que
comprometan vías respiratorias o que tengan lesiones asociadas importantes.

Clasificación según Mecanismo de Producción:

 Exposición solar: epidérmicas y dérmicas superficiales.


 Líquido caliente: dérmicas superficiales y profundas (escaldaduras)
 Explosión: quemadura dérmica profunda o subdérmica.
 Electricidad: Bajo voltaje: dérmicas superficiales, dérmicas profundas o
subdèrmicas.
 Alto voltaje: subdérmicas profundas.
 Químicas: dérmicas profundas y subdérmicas.

Caso clínico

Paciente de 4 años masculino, con 14 k de peso, producto del quinto embarazo, obtenido
por parto eutócico simple en la maternidad, sin complicaciones neonatales, vive un área
rural, y antecedentes patológicos personales de desnutrición de primer grado (12.5%), con
vacunas acorde a la edad. El 24 de Octubre 2001, al intentar prender fuego a hojas y basura
con gasolina en un patio, sufre por accidente quemaduras con fuego directo, siendo
sumergido en un tanque de agua e inmediatamente fue remitido a Hospital Cantonal del
sector en un lapso de 30 minutos, valorado clínicamente llega consiente, Glasgow 15/15,
activo, se coloca vía periférica y vendajes secos para así trasladarlo al hospital Dr.”
Francisco de Ycaza Bustamante”, en 4 horas aproximadamente, donde se le da el ingreso
y se observan lesiones del 45% SCQ, de II y III grado que incluían mentón, cuello, tórax
anterior, abdomen, glúteos, genitales, extremidades superiores e inferiores; las condiciones
clínicas eran estables a pesar de que se veía deshidratado.

Se coloca líquidos totales 2000ml/m2sc/día con Lactato de Ringer y recolectamos muestras


de laboratorio para exámenes que incluyan BHC, TP, TPT, azoados, proteinograma,
mientras preparábamos al paciente para una limpieza quirúrgica 1 hora posterior al ingreso.

Bajo anestesia general y entubado se realiza el lavado de áreas quemadas con solución de
Lactato de Ringer, desbridando tejido desvitalizado y flictenas; luego cubrimos las
superficies con sulfadiazina de plata y apósitos húmedos de la misma, sellando con
vendajes secos por encima confirmando el diagnóstico de Quemaduras del 45% SCQ, de
II y III grado por fuego directo, por lo que se deriva a la Unidad de Quemados (foto 1).

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Foto 1: Quemadura inicial de II y III grado por líquidos calientes.

Manejo terapéutico

Primera fase: el paciente llega a la Unidad de Quemados luego de 8 horas del accidente,
presenta edema generalizado, desnutrición de I grado, y manejado en NPO, con sonda
vesical, líquidos totales Lactato de Ringer a 2000ml/m2sc/día, P. G. sódica 100000 UI
/k/día, Gluconato de Ca 200mg/k/día; Ranitidina 4mg/k/día; Complejo B 1cc c/ día; Vitamina
C 250mg/ día ; Plasma 15cc/k/día; Albúmina 1g/k/día, (4, 5) laboratorio reporta leucocitosis
a predominio de PMN, Hto. hemoconcentrado, proteinograma bajo e hiponatremia
124mEql, cursa al segundo día con oliguria, palidez generalizada de piel y mucosas,
corrigiendo la hiponatremia con fórmula de reposición de Sodio: (Na ideal – Na real) x 0.6/
k + (Na mantenimiento x k)dividido para 3 turnos y luego 3.5 que lo transforma a ml, se
añade furosemida 0.5mg/ k/ día una sola dosis; al tercer día presenta signos de shock
hipovolémico por lo que decidimos cambiar el esquema de fluido terapia manejándose con
fórmula de Galveston (5000cc x SCQ) + (2000cc x SC) de esto las primeras 8 horas se
aplica la mitad del total de líquidos al día y las 16 horas restantes, la otra mitad de líquidos
faltantes luego se continúa con (1500cc x SC) + (3700cc x SCQ) dividido en tres turnos por
un día más, iniciándose con dieta blanda (1). Se observan en las curaciones quirúrgicas
diarias (6) escaras gruesas; se realiza escarectomía el 31 de Oct. /01 en miembros
inferiores y abdomen, percibiéndose fetidez, se envía cultivo de piel encontrándose Proteus
vulgaris, cambiando de antibiótico luego de 7 días de tratamiento, el control de laboratorio
reporta las proteínas totales 6.99 y Albúmina 4.62., nos demuestra que continua su
disproteinemia y mejora notablemente su estado hidroelectrolítico concluyendo así luego
de 7 días la fase crítica (fotos 2 y 3).

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Foto 2: Quemaduras de III grado en extremidades inferiores antes de limpieza.

Foto 3: Quemaduras de III grado listo para estereotomía e injerto libre de piel.

Segunda fase: persiste disproteinemia, se exacerba cuadro infeccioso, se hidrata al mejor


al paciente y comienza con Rehabilitación. En esta fase por el Proteus vulgaris se
administra amikacina a 15mg/k/ día x 11 días; Ceftriaxone 40mg/ k/ día x 12 días. Al
encontrarse un Hto. 24.8% se transfunde GRC. A 15cc/k/ día., y plasma fresco (3, 9) el 7 y
13/Nov/01. Se realiza nuevo cultivo de piel el 12/Nov/01 encontrándose Klebsiella y sensible
a Cefotaxima a dosis de 60mg/k/día x 8 días.

Metronidazol 15mg/k/día x 10 días y al mejorar proceso infeccioso con antibiótico-terapia


se inicia rehabilitación con fisiatría y se programa para injerto libre de piel el 19/Nov/01 se
coge zonas donantes de tórax posterior y región lumbar y se coloca en zonas receptoras
de miembros inferiores y tórax posterior integrándose en un 90%.

Al encontrar evolución favorable de lesiones con tejido epitelizado se pasa a la tercera fase
del tratamiento. Esta fase tuvo una duración de 50 días.

Tercera fase: el paciente mejora su disproteinemia, se suspende la vía endovenosa, mejora


clínicamente, se aplica desparasitarios y por encontrarse en etapa final de su tratamiento,
se concluye con zinnat (axetil cefuroxima) 50mg/k/día x 9 días. Se agrega hierro oral,
hidróxido de aluminio, vitamina C, Complejo B y el 5/Dic/01 se realiza nuevo control
hematológico, encontrándose leucocitos 7.500 x campo; segmentados 41, eosinófilo: 8,
linfocitos: 51, plaquetas: 206.000, proteínas totales 6.69, albúmina 4.66.

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A los 14 días se decide su alta médica con tratamiento ambulatorio y utilizando el traje a
presión, confeccionado con tela hipoalergénica y ajustable a la medida del paciente para
evitar la formación de queloides.

Conclusión

La morbimortalidad tras la lesión térmica, depende no sólo de la severidad de la agresión,


sino también del estado de salud antes del accidente, y de la incidencia de complicaciones
tales como infecciones severas o lesiones del tracto respiratorio que ocurrirían luego del
accidente.

La localización de las quemaduras es de alto riesgo para la supervivencia, en la actualidad,


principalmente si la vía aérea está afectada, sumado al porcentaje de extensión si es más
del 50% de superficie corporal y directamente proporcional a la profundidad como son el
grado III y IV. Es importante recalcar que el pronóstico de un paciente, para una edad
determinada, depende de la severidad de la lesión, cuya extensión es inicialmente más
importante, luego de la supervivencia durante el shock.

Realizando una estadística en el Hospital Dr. Francisco de Ycaza Bustamante Guayaquil-


Ecuador, del año 2000-2001, en el área de Unidad de Quemados se obtiene que del 100%
de pacientes ingresados 72% correspondían a líquidos calientes, 24% a fuego directo y el
4% de las quemaduras fueron por electricidad. Los niños que sufren quemaduras en
nuestro medio, provienen de estratos socio- económicos bajos, observándose en niños
desprotegidos, con hogares abandonados, viviendas multifamiliares y promiscuas, o que
son objeto de maltrato físico por parte de padres y familiares.

Concluyendo que la terapia de rehidratación en este tipo de pacientes se da aplicando la


fórmula de Galvenstón (Carvajal) ya que logra satisfacer las necesidades hidroelectrolíticas
diarias requeridos, desplazando la posibilidad de utilizar otro tipo de esquema en Nuestra
Unidad de Quemados.

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