Defensividad Oral

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oral-por-gloria-chumbita.html

Defensividad Oral por Gloria Chumbita

“Si es selectivo con la alimentación? Ni hablar…..come solo un rango de comidas”


“….tiene que estar a una cierta temperatura que el sabe y que yo aprendí cual es!”
“Si intento engañarlo poniendo otra hamburguesa en la caja de las que el siempre come, apenas llega a
su boca se da cuenta y la escupe.”
“Imposible mezclar comidas”
“ esta gordo pero no tiene variedad en su comida..” , “esta por debajo del peso y ya no se que hacer para
que se alimente mejor” “incorporar algo nuevo en su comida es una verdadera odisea”“Yo no entiendo:
es tan selectivo con lo que come y a la vez se lleva todo lo que encuentra a la boca, no es una contradicción
para UD?”

Estas frases y muchas otras las escuche un sin fin de veces cuando como Terapista Ocupacional
entrevisto a los padres que vienen a una consulta y tomo una historia sensorial, y les pregunto
Sobre la sensibilidad oral y la alimentación de su hijo.- Uds. También se identifican conmigo?

En muchas ocasiones, las dificultades con la alimentación, son un síntoma mas de una
problemática en el procesamiento sensorial general.- Pero Porque preocupa la alimentación y no
así la odisea del dentista, o que no quiera dar besos, o que no quiere cepillarse los dientes o que
se lleva las cosas a la boca. Por lo que UD. Esta pensando, esta es una Ocupación fundamental en
la vida de cualquiera de nosotros y tiene que ver con nuestra supervivencia, pero no es menor que
la ocupación de alimentarnos tiene que ver con otra que es la de socializar, en muchas regiones
de nuestro país, por ejemplo en donde yo vivo, aun sentarnos alrededor de la mesa es un rito
sagrado, en el que la familia o los amigos alimentan también la vida.- Por lo cual, no solo
les preocupa a los papas que la nutrición no sea adecuada sino también que este momento
vivido en general como de “alegría y Placer” sea para muchos una verdadera “tragedia”.-

Muchos niños que tienen este tipo de problemática no solo con la alimentación sino también con
todo aquello que se relaciona con la zona orofacial puede deberse a un déficit llamado:

Defensividad o Hipersresponsividad oral.

La Defensividad oral: “Es evitar ciertas texturas de alimentos o la irritación con actividades
en las que se usa la boca. Los patrones de Evitación son únicos para cada individuo (Wilbarger,
1991)”.- Es un modo de Hiperrespuesta a los estímulos táctiles, pero eventualmente puede
involucrar a los gustativos y/u Olfativos.- Es uno de Los síntomas más precoces que podemos
encontrar como evidencia de Déficit de Procesamiento sensorial.
En general es parte de la defensiva sensorial Y es uno de las dificultades dentro de la Deficits
de Procesamiento sensorial que es difícil de abordar, porque la zona oro facial, es un espacio
intimo, que conlleva la impronta de los primeros vínculos desde los cuales nos relacionamos con
el ambiente y las personas y esta relacionado con la supervivencia .- Recordemos además que el
área mas sensible del cuerpo, es la cara y no por nada esta dotada esta zona no solo de una gran
cantidad de receptores sino también de una vía especifica que lleva la información a la corteza.-

Los síntomas más comunes son:

 Preferencias extremas por comidas Y un limitado repertorio de comidas.-


 Son resistentes a probar nuevas comidas o alimentos.-
 Evitan ciertas texturas de alimentos preferentemente las mezclas de Texturas
 Pueden hacer arcadas frente a determinado tipo de comidas
 A veces solo comen comidas Tipo puré o de consistencias suaves mas allá de los 2 años
 Comen solo comidas frías o comidas calientes
 Pueden Evitar comidas que involucren lamer
 Pueden tener dificultades con la succión, deglución y/o eventualmente masticación
 Evitan comidas condimentadas, o dulces prefieren comidas sosas
 Toman los alimentos de la cuchara con los dientes, mastican rápidamente y tragan el
alimento con bebida
 No se ensucian alrededor cuando comen.
 Tienen aversión a lavarse la cara y los dientes
 El lavado de cabeza suele ser una tarea difícil al igual que el peinado
 La visita al dentista es imposible o caótica
 Evitan dar besos o ser besados, ponen la cara o la cabeza
 Pueden estar levemente retrasadas las praxias orales verbales y no verbales pero muchas
veces por falta de experiencia.-

Es muy importante valorar cuando de la alimentación se trata, cuales son los síntomas presentes
e identificar si hay aversión a estímulos táctiles solamente, o si la hay también hacia los estímulos
que involucran el gusto y el olfato, con lo que cual el tratamiento se complejiza y requerirá del uso
de diversas estrategias que apunten a modular el procesamiento sensorial de estos sistemas
sensoriales, y a indicar una programación de alimentos que incorpore gradualmente esas
modalidades sensoriales.-
Tips III: Defensividad Sensorial Oral
Si su hijo presenta problemas de defensividad sensorial oral aquí les propongo algunas ideas
para aplicar en casa:
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Dificultades sensoriales en la alimentación


26 octubre, 2017

Las dificultades sensoriales en la alimentación es un tema que


preocupa a los padres, sobre todo a los padres de niños con
trastornos del neurodesarrollo. Es un tema de continua pelea,
desgastando la relación entre padres e hijos, e incluso entre
miembros de la familia. Las horas de las comidas se convierten en
momentos de tensión, e incluso se dejan de realizar salidas por la
preocupación de lo que pueda ocurrir en un restaurante.

La alimentación es una actividad básica y necesaria para los seres humano debido a que
permite el adecuado crecimiento y desarrollo del individuo. Esta actividad está relacionada
con la experiencia de distintas sensaciones, y no únicamente con la ingesta de los alimentos.

El primer año de vida es el más importante, ya que se facilita la transición a la alimentación


de adultos, puesto que se adquieren las habilidades oro-motrices y las conductas y rutinas
de alimentación, produciendo el paso a sólidos a final del primer año, momento en que
desaparecen los reflejos de mordida y succión.
Las dificultades sensoriales en la alimentación que podemos encontrarnos y que pueden
estar limitando la nutrición son:

 Problemas posturalesCuando el niño no tiene un apropiado control postural va a requerir


más gasto energético para conseguir una adecuada estabilidad corporal, provocando
dificultades atencionales, ya que va a estar más pendiente de su propio cuerpo que de la
acción de comer, además de limitar la autoalimentación, por presentar mayores dificultades
en la consciencia de las partes de su cuerpo. Las características que vamos a observar en
niños con dificultades propioceptivas van a ser:
 Bajo tono muscular

 Problemas de coordinación en movimientos de la mandíbula

 Un agarre de los utensilios con demasiada o poca fuerza

 Una adecuada posición vertical en silla

 Se le caen los alimentos y bebidas con frecuencia

 Dificultades para imitar movimientos oro-faciales

 Dificultades en el sistema táctil


1. Hiporesponsividad: aparece después de los dos primeros años de edad. Los niños
presentan un bajo registro, dando problemas de discriminación de la información sensorial.
Los signos de alerta serán: llenan demasiado la boca, tienden a comer purés, presencia de
babeo, atragantamientos por deglutir antes de masticar, no darse cuenta que tienen comida
en la boca o cara, búsqueda de sabores fuertes, se llevan objetos no comestibles a la boca.

2. Defensividad oral: serán niños con un repertorio limitados de texturas, prefieren texturas
extremas (muy blandos o muy crujientes), llegando a escupir trozos en texturas semisólidas.
Podemos dividir en dos categorías:

1. Hiposensibilidad: tono muscular disminuido con dificultades de masticación. No perciben los


estímulos, dificultando la diferenciación de sabores y texturas; pobre conciencia dentro de
la boca; les cuesta beber con pajita; rechazan la introducción de nuevas texturas por miedo
a lo desconocido ya que no están seguros de tener un adecuado control de estos nuevos
inputs sensoriales, ni cómo manejarlos, etc.

2. Hipersensibilidad: presentanuna mayor sensibilidad en la estimulación oral, siendo


aversivo hasta el mínimo contacto, lo que les lleva a rechazar nuevas texturas. Dificultades
para limpiarse los dientes; no se dejan tocar la cara; rechazan texturas mixtas detectando
los mínimos cambios; presentan arcadas; no soportan tener la cara manchada. Suelen ser
niños “caprichosos” para comer.
¿Qué se puede hacer cuando tu hijo presenta dificultades sensoriales en la
alimentación?
Los primero es saber cuál es el motivo de la limitación en la alimentación. Debemos ser
conscientes de que, si es un problema sensorial, no únicamente afectará a esta área sino
que se verán limitadas otras actividades de su vida diaria.
 Utilizar apoyos visuales para anticiparle al niño el momento de la comida, ya que va a ser
desagradable, y lo que va a comer.

 Debemos tratar el momento de la alimentación como una experiencia gratificante, por lo que
debemos jugar con el niño y permitir que se manche experimentando las sensaciones del
alimento.

 Intentar que ese momento sea tranquilo, no vayáis con prisas, teniendo en cuenta que el
entorno sea lo más tranquilo y estable posible.

 Otro aspecto a tener en cuenta es el mobiliario, con mesa y silla de la medida del niño.
Evitando que el niño tenga los pies en el aire, logrando la mejor postura posible.

 En cuanto a los utensilios, si se considera que el niño tiene dificultades en el agarre, se


pueden realizar diferentes adaptaciones, (cubiertos con peso, mango más grueso). Siempre
recomendado por un profesional.

 Procurar que el plato se quede vacío, por lo que habrá que tener en cuenta poner cantidades
que sepamos seguro que el niño se va a comer.

 No engañarlo. Se le introducen alimentos delante de él.

 En dificultades táctiles, modificar el alimento que el niño ya come: cambiar temperatura,


espesar los purés poco a poco, sustituir alimentos de características similares.

 Fuera de la hora de la comida, trabajar el aspecto sensorial: cepillado de dientes con cepillo
eléctrico, introducir nuevos sabores, jugar con temperaturas (masajes con agua fría y
caliente en la zona de la boca).

 Que el niño participe a la hora de la preparación de la comida, o jugar a las cocinitas con él.

Elisabeth Hurtado, Terapeuta Ocupacional en Red Cenit


Ampliar la Dieta de los Niños
Por Suzanne Evans Morris, Ph.D, Patóloga de Lenguaje Oral, Faber, VA

Reimpreso bajo licencia de New Visions http://www.new-vis.com/


Nota del Editor: Agradecemos al Dr. Morris habernos dado permiso para
reimprimir este artículo del sitio web de New Visions. Recomendaría
ampliamente a los lectores que visitaran este sitio para encontrar otros artículos
y recursos maravillosos sobre alimentación.

LOS PROBLEMAS
Los niños con dificultades de alimentación debido a causas sensoriales, limitan
con frecuencia los tipos de comida y líquidos que están dispuestos a consumir.
Los problemas con la regulación y el recelo sensoriales conducen hacia muchas
sorpresas desagradables que se asocian con la comida y las horas para comer.

LOS PRINCIPIOS
Los niños necesitan aprender acerca de los nuevos alimentos de una manera
que no les resulte amenazadora. Necesitan una gran cantidad de exposición a
la comida antes de que puedan considerar probarla o comerla. Las horas de la
comida se asocian frecuentemente con las expectativas para comer y beber.
Muchos niños están en guardia o gastan gran cantidad de energía protegiéndose
a sí mismos de las nuevas experiencias sensoriales que sienten peligrosas. El
confort y la seguridad son los aspectos más importantes de la hora de la comida.
Cuando los niños se sienten seguros y confortables, estarán más dispuestos a
arriesgarse y a participar en nuevas experiencias.

Los sentimientos de confort y seguridad se basan en un procesamiento sensorial


adecuado y en un confort gastrointestinal. Cuando estas dos áreas no funcionan
de manera eficiente, los niños gastarán mayor energía protegiéndose a sí
mismos que aprendiendo acerca de nuevos alimentos. Limitarán su elección de
alimentos a un grupo reducido de comidas familiares que hayan experimentado
como “seguras”. Los programas de las horas de comida que tienen éxito
incorporan estrategias globales para mejorar el procesamiento sensorial y la
integración, así como para reducir el flujo gastrointestinal y la incomodidad.

La nutrición adecuada proviene de comer una amplia variedad de alimentos. Los


programas de las horas de comida que colocan un foco mayor en ampliar las
selecciones de dieta más que en incrementar la cantidad de dieta, tendrán un
mayor éxito a largo plazo.

LAS DIRECTRICES
Incorporar Estrategias para Normalizar el Procesamiento
Sensorial Antes y Durante los Encuentros con la Comida
Las actividades que proporcionan tipos específicos de información sensorial
pueden apoyar la organización sensorial y reducir el recelo sensorial. Esto
incluye el movimiento en el espacio o la información vestibular. Cantar en voz
baja, por ejemplo, puede utilizar como una transición entre actividades más
activas, antes de las horas de comida o actividades como cepillarse los dientes
para prevenir el recelo sensorial y la sobre carga, y como una actividad silenciosa
de organización cuando un niño está escuchando una historia o recibiendo
alimentación por un tubo.

Saltar y rebotar también proporcionan información vestibular. Además,


proporcionan la información sensorial a las articulaciones que se llama
estimulación proprioceptiva. La información proprioceptiva es organizativa para
muchos niños, y puede ayudar a reducir el recelo sensorial cuando se
proporcione antes de la exploración de alimentos y horas de comida. También
ayuda a los niños que tienen bajo tono y reducida estabilidad en la postura al
obtener mayor firmeza para lograr movimientos más controlados. Otras
actividades que proporcionan información sólida en las articulaciones y músculos
incluyen el empujar (el columpio, una carretilla o silla de bebé), cargar (cajas,
ropa sucia, almohadas), volteretas, colgarse cabeza abajo, escalar colinas o
escaleras y marchar.

Los abrazos firmes y esconderse debajo de pilas de almohadas proporcionan la


información sensorial a la piel, conocida como información de presión táctil
profunda. Armar alborotos, envolverse en una sábana y dormir bajo pilas de
colchas también proporcionan este tipo de estimulación sensorial.

Algunos tipos específicos de sonidos y de música también son altamente


organizadores para el sistema nervioso. La utilización de música que contiene
ritmos binaurales específicos conocida como Hemi-Sync, ha sido
particularmente útil para los niños con dificultades de procesamiento sensorial.
Cuando este tipo de música es usado en el trasfondo durante la exploración
sensorial y las horas de comida, muchos niños experimentan una atención más
localizada, un reducido celo sensorial y una gran apertura a nuevas experiencias.

Observe al niño cuidadosamente cuando introduzca estos tipos de estimulación.


La estimulación sensorial nunca deberá imponerse a un niño. Algunos niños se
vuelven más desorganizados con la información vestibular y no les gusta girar ni
rebotar. A otros les falta el control motor global para involucrarse en actividades
generadas por sí mismos que proporcionan sólida información a las
articulaciones y músculos. En cambio, otros encuentran que la música de fondo
los distrae o desorienta. Observe los tipos de actividades que el niño busca y
disfruta. Amplíe las maneras en las que el niño puede recibir estos tipos de
información sensorial asociada con estas actividades. Introduzca las actividades
sensoriales en momentos específicos del día como una dieta sensorial que
puede ayudar al niño a lograr y mantener un confort sensorial mayor durante el
día. Mientras el sistema sensorial funcione de manera más normal, los niños
estarán más abiertos a hacer nuevos descubrimientos acerca de las sensaciones
que acompañan a comer y beber.

Construya A Partir de lo que el Niño Sabe y Acepta


Haga una lista de los alimentos y líquidos que el niño acepta y que le gustan
actualmente. Organícelos por propiedades sensoriales, tales como gusto,
textura, color u olor. Por ejemplo, ¿el niño come fundamentalmente comidas que
son crujientes? ¿Comidas que tienen un sabor fuerte? ¿Comidas que son sosas?
¿Comidas que son dulces? ¿Comidas que son suaves? ¿Comidas con colores
similares?

Haga una lista de otros alimentos en las mismas categorías. Por ejemplo, un niño
que come papas fritas y pretzels puede aceptar otras comidas crujientes y
saladas con mayor facilidad que los alimentos suaves o sosos. Las frituras de
maíz pueden incluirse a la dieta. El pan podría introducirse como pan tostado, o
podrían crearse emparedados con frituras de maíz antes que con pan suave.

Un niño que come alimentos suaves tales como purés de manzana o bananas
puede aceptar otras frutas blancas como peras mezcladas con bananas y piña
de manera más fácil que a los ejotes. En este ejemplo las peras están en el grupo
de la fruta blanca y dulce. El principal cambio está en una ligera diferencia en el
gusto dulce. Los ejotes son muy diferentes tanto en color como en sabor y
pueden representar un cambio demasiado drástico para el niño muy sensible o
suspicaz.

Cree combinaciones nuevas de dos comidas que al niño generalmente le gusten


y acepte. Por ejemplo, a un niño que le guste el maíz tostado, las frituras de maíz
y el queso, podría aceptar maíz tostado con queso derretido o nachos (queso
derretido sobre frituras de maíz grandes). Al niño que le guste el sabor del puré
de mango dulce y de durazno, puede disfrutar de una combinación de mango y
durazno.

Haga Cambios Muy Pequeños Conforme se Introduzcan Nuevos


Alimentos

Los cambios pequeños y graduales siempre son más fáciles de aceptar que los
grandes o repentinos. Nosotros experimentamos estas directrices en todas las
áreas de nuestras vidas. Cuando hay cambios en las propiedades sensoriales
de la comida (p. Ej. Color, sabor, textura, olor y temperatura) demasiado rápidos,
muchos niños ¡“simplemente dirán NO”! Para prevenir que esto suceda y apoyar
el éxito del niño, haga cambios muy pequeños en los nuevos alimentos que
ofrezca.

Uno de los cambios más simples es introducir una nueva marca o variedad de
una comida que el niño acepte. Hay muy pocas diferencias en el sabor o textura
de diferentes marcas. Pueden ser muy sutiles o muy notables para un niño
específico.

Introduzca diferentes tipos de comida que acepte el niño. El queso amarillo


podría ser cheddar ligero, cheddar mediano, cheddar normal, colby o longhorn.
El queso blanco podría ser suizo, gruyere o mozzarella. Las manzanas se
ofrecen en variedades dulces, agrias, duras y suaves. El puré de manzana puede
ser endulzado, sin endulzar y con sabor a canela. Los pretzels pueden ser largos
y delgados, cortos y gruesos o redondos.
Tienda puentes hacia alimentos totalmente nuevos basados en sabor, textura y
color. Por ejemplo, una manzana amarilla y una pera amarilla tienen muchas
similitudes pero también unas cuantas diferencias importantes en sabor y
textura. A un niño que come manzanas le podrá ser más fácil cambiar a peras
que a fresas. Un niño que come yogurt de fresa puede cambiar con más facilidad
a un yogurt de frambuesa.

Desarrolle Familiaridad con Nuevas Sensaciones y Nuevos


Alimentos mediante el Juego

Los niños aprenden a ser amigos con nuevos alimentos jugando con ellos.
Cuando revuelven, dan palmadas, untan, vierten y hacen diseños con una
comida que no les es familiar, experimentan las cualidades sensoriales de dicha
comida. ¿De qué color es? ¿A qué huele? ¿Qué se siente tenerlo en las manos?
¿Es suave o tiene alguna otra textura? ¿Es húmedo o seco? Pueden agregar
otras sensaciones a sus juegos al chuparse un dedo o tomar una probadita de la
cuchara que se usa para revolverlo. Gradualmente desarrollan la comodidad
para explorar la comida con la boca conforme empiezan a comer pequeñas
cantidades.

Cuando se separa el juego con alimentos de la comida de los niños, éstos saben
que no se espera que prueben o coman ese alimento. Esto les da confianza y
una mayor disposición para experimentar la comida de otras maneras. El juego
con alimentos puede empezar con comida simulada, como una manzana de
plástico suave, o rebanadas de pan y queso de pláticos. El niño puede explorar
tales alimentos con los labios y la garganta o pretender alimentar con ellos a una
muñeca o a un oso de peluche. Pueden introducirse una manzana, pan o queso
reales en el juego conforme el niño se sienta más confortable y acepte mejor la
comida real. Las tiras o cubos pequeños de queso pueden volverse los ojos, la
nariz, la boca y el pelo sobre la cara de manzana o de una pieza de pan. Se
puede sacar un bote de un pepino o calabaza con un niño mayor. El énfasis se
hace por entero en la familiarización que viene por medio del juego. Si el adulto
trata de convencer a los niños de tomar un pedazo de comida, pueden volverse
suspicaces de que el adulto tenga otro motivo. Empiezan a percibir la situación
como otro truco para hacerlos comer en lugar de que sea una exploración gozosa
de alimentos.

Algunos niños necesitan la oportunidad de revolver y mezclar la comida así como


de untarla en la charola de la silla alta como preparativo para tomar una cuchara
entera. Las pequeñas cantidades de alimentos a las horas de comida son muy
apropiadas para los niños pequeños que perdieron esta etapa de desarrollo
cuando eran infantes. Una vez que el niño se ha familiarizado con el alimento
mediante el juego, lo introduce como parte de la comida.

Ayude a los Niños a Sentirse Física y Emocionalmente Seguros


con los Alimentos con Textura

Los alimentos grumosos o sólidos que deben masticarse pueden ser muy
atemorizantes para los niños. Conforme se vuelven más temerosos y sienten la
presión de los adultos, incrementan la tensión en la cara y en la boca. Aprietan
la quijada o retiran la lengua. Pueden abrir la boca un poco. Pueden quedarse
congelados y detener el movimiento de la lengua tan pronto como sienten que la
comida la toca. La tensión y la falta de movimiento de la boca incrementan la
incomodidad sensorial del niño. Algunas piezas de comida pueden quedar en el
fondo de la lengua y provocar náuseas. Al niño le da pánico y decide que este
tipo de comida es peligrosa y debe evitarse en el futuro.

Por lo general, los infantes en desarrollo pasan muchos meses explorando los
juguetes con la boca. Sienten la firmeza del juguete mordiéndolo repetidamente.
Sienten la forma y el tamaño con los labios y la lengua. Conforme aprenden a
empujar el juguete en la boca con la lengua, discriminan las irregularidades en
la textura de la superficie. Conforme hacen esto, se sienten muy seguros debido
a que las irregularidades no se caen. No tienen que ser manipuladas en la boca
y tragadas. Cuando encuentran una irregularidad en la comida o muerden un
pedazo de galleta o de queso, ya han experimentado con las texturas en los
juguetes, así que no tienen miedo. Saben que pueden manejar la nueva
experiencia con los alimentos.

Es importante para los niños con dificultades de alimentación tener experiencia


al explorar juguetes u objetos con la boca. Muchos niños pierden esta etapa de
desarrollo infantil. Pueden evitar morder sus manos o juguetes debido a que se
siente incómodo con la estimulación bucal. O pueden involucrarse en una
actividad bucal más generalizada y al azar que no incluya la exploración con una
mayor conciencia sensorial.

Los niños necesitan saber que pueden sacar pedazos de comida de sus bocas.
Los adultos pueden ayudarlos usando sus dedos para remover un pedazo de
comida, aprender a escupir la comida en un recipiente con un buen control de
labios y lengua, y reunir pequeños pedazos de comida utilizando comida suave
que los una o los pegue. El puré de manzana suave puede unirse con puré de
manzana macizo. La salsa licuada de spaghetti podría usarse para unir pedazos
de pasta que se adhieran a la lengua. Algunos niños aprenden a limpiar sus
bocas tomando pequeños sorbos de bebidas entre las mordidas.

Muchos niños pueden aprender a morder pedazos de comidas y escupirlos


inmediatamente. Conforme esto se vuelve confortable, puede progresar a
sostener la comida en la boca o a moverla en su interior antes de escupirla. De
manera gradual aprenderán a masticarla brevemente sin tragarla y después a
tragar pequeñas cantidades conforme mastican. Por medio de la confianza, el
confort y la experiencia, dominan la manera de masticar y tragar alimentos
fácilmente y de manera independiente.

Cuando los niños saben que pueden sacar la comida de la boca cuando así lo
necesitan, estarán más dispuestos a ponérsela en la boca. Si se sienten
amenazados o inseguros, lucharán contra cualquier intento de poner la cuchara
o la comida en su boca.

Desarrollo Aceptación por medio de Exposición Gradual


Repetida a la Comida
Todos los niños necesitan exposición repetida a comida nueva antes de sentirse
a gusto comiéndola. Algunos estudios han demostrado que los niños sin una
historia de dificultades de alimentación son más propensos a comer nuevas
comidas que han visto o con las que han jugado durante muchas veces. Ven la
comida en el plato de alguien más o en un recipiente para servir. La huelen
mientras se está cocinando y mientras están sentados a la mesa. Pueden jugar
con macarrones y queso en la charola de la silla alta o perseguir piezas de
zanahoria por todo el plato con un dedo mucho tiempo antes de que consideren
colocar esa comida extraña en su boca.

Algunos niños necesitan comenzar a escuchar una historia o mirar un libro con
ilustraciones acerca de la comida. Otros pueden tener problemas al estar en el
mismo cuarto que la comida. Pueden haber desarrollado unas respuestas de
tanta aversión que gritarán o vomitarán tan pronto como huelan o vean la comida.
Es importante identificar el tipo de relación con la nueva comida que el niño
sienta como segura para incrementar lentamente el involucramiento del niño con
la comida. Algunos niños se enojan y quieren dejar la mesa si se colocan nuevos
alimentos enfrente de ellos. Si la comida está en el otro extremo de la mesa, está
bien. De manera gradual la comida puede acercarse más y más hasta que esté
en un plato enfrente del niño. Conforme esto se acepte, la comida puede
colocarse en el plato del niño. Esta progresión tiene por lo general más éxito si
la comida se ha incluido en el juego con alimentos que se separa de las horas
de comida del niño. Introduzca un nuevo alimento en la comida después de que
el niño haya explorado algunos de sus aspectos durante el juego y exploración
de alimentos. Por ejemplo, rebanar peras en la comida puede seguir al juego con
botes hechos mitad de peras que floten en la bañera.

Muchos adultos ofrecerán al niño nuevos alimentos una o dos veces. Cuando el
niño se niegue a comerlos, los alimentos se colocan en la lista de aquellos que
no le gustan y nunca se vuelve a ofrecer. Como esto sucede cuando la mayoría
de los alimentos son presentados, la lista de posibles alimentos se reduce, y el
niño y el padre se quedan con una dieta de 4 o 5 alimentos que son aceptables.
Cuando se ofrece la comida muchas veces sin la presión de comerla, el niño se
familiariza con su vista, olor, textura y sabor. La curiosidad y el hambre pueden
alentar al niño a morder algunas veces y a incorporar eventualmente la comida
en una dieta más amplia.

Desarrollo del Interés y el Involucramiento con la Preparación de


Alimentos y Comidas

A los niños pequeños les encanta imitar a sus padres conforme limpian la mesa,
aspiran el piso, baten una masa de pastel o apilan la ropa sucia. Cuando los
niños son precavidos o sospechan de nuevos alimentos, puede evitar la cocina
y perderse muchos aspectos de la preparación de alimentos y comidas. Esto
puede ocurrir debido a que los olores de la cocina son ofensivos para ellos o
porque los niños tienen miedo de que los adultos los presionen a probar o comer
los alimentos.

Incluso los niños muy pequeños pueden llevar su plato o tazón a la mesa a la
hora del almuerzo o llevar el tazón al fregadero o lavadora de platos de la cocina
cuando han terminado de comer. Esto los ayuda a entender de dónde vienen los
alimentos y que la comida tiene un principio y un final claro. Al principio de la
comida, el niño puede servir el alimento de un platón o de una jarra a su propio
tazón. Los niños mayores pueden ayudar a cocinar la comida para la familia,
plantar vegetales en el jardín o cultivar hierbas en una maceta pequeña en la
ventana. Cuidar a las plantas y ver cómo crecen las verduras crea un interés más
sólido en cocinar y comer los alimentos.

Ofrezca Alimentos con Alto Valor Nutricional

Los niños con problemas de alimentación basados en los sentidos por lo general
son quisquillosos para comer y consumirán sólo un número reducido de
alimentos. Pueden quedarse limitados a comer alimentos con características
sensoriales o nutricionales similares. Por ejemplo, un niño puede beber leche y
comer yogurt y queso, limitando su consumo a productos derivados de la leche.
Otro niño puede vivir con galletas, pan y arroz blanco, una dieta muy limitada de
carbohidratos. Las frutas y vegetales se pierden con frecuencia de las dietas de
los niños. Debido a que a muchos niños les gustan los sabores dulces, los padres
les ofrecen postres con dulce y azúcar para convencer a los niños a comer o a
aprender a masticar. Debido a que los niños con problemas sensoriales tienen
dificultad con el cambio, pueden volverse adictos a estas comidas super dulces
con facilidad y rechazan alimentos más nutritivos. Si el niño prefiere alimentos
más dulces, comience con vegetales como zanahorias o papas dulces, o bien
añada miel a algunas verduras, frutas o cereales. Esto ofrece un edulcorante que
proporciona tanto nutrientes como calorías de alta calidad. A algunos niños les
gustan los sabores intensos proporcionados por las bebidas carbonatadas. En
lugar de darle al niño un refresco de soda, mezcle su jugo de frutas favorito con
agua mineral carbonatada. Se pueden humedecer pedazos de vegetales o de
carne en condimentos tales como salsa de barbacoa, aderezo de ensaladas o
salsa. Los niños pueden masticar tiras crujientes de zanahoria o pepinillos al
inicio de la comida para despertar el apetito. Pueden añadirse hierbas y especias
a los alimentos para incrementar la intensidad de su información sensorial. Los
niños necesitan diversidad en su dieta para obtener las calorías y nutrientes
necesarios para el crecimiento. Se pueden agregar suplementos alimenticios a
la dieta con la guía de una nutricionista o médico calificado. Los suplementos
alimenticios de alta calidad, tales como la fruta deshidratada y el polvo de
verdura, pueden mezclarse con alimentos que el niño acepte.

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