Anexo de Casos - Control Difuso
Anexo de Casos - Control Difuso
Anexo de Casos - Control Difuso
de la Constitución
Anexo de Casos
2012
1
ANEXO DE CASOS
2
Caso Propuesto para la Unidad
Temática N° 1
Caso N° 1
Caso Jorge Luis Borja Urbano (Sentencia N° 01680-
2005-AA/TC, del 11 de mayo de 2005)
Aquí el Tribunal Constitucional peruano busca establecer ciertas condiciones para poder
ejercer el control difuso
Pregunta para el análisis del caso:
En Lima, a los 11 días del mes de mayo de 2005, reunido el Tribunal Constitucional
en sesión de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los señores magistrados Alva
Orlandini, Bardelli Lartirigoyen, Gonzales Ojeda, García Toma, Vergara Gotelli y Landa
Arroyo, pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Jorge Luis Borda Urbano contra la
sentencia de la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justicia de
la República, de fojas 77, Cuaderno N.º 2, su fecha 27 de agosto de 2004, que declara
improcedente la demanda de amparo de autos.
ANTECEDENTES
3
Cárcel de Lima, aduciendo que se ha vulnerado su derecho al debido proceso por haberse
incorporado como prueba a un proceso penal que se le sigue por la presunta comisión del
delito de defraudación tributaria, la investigación administrativa realizada por la
Superintencia Nacional de Administración Tributaria (SUNAT) que, en su opinión, es
ilícita debido a que ha sido obtenida mediante la vulneración de sus derechos
fundamentales.
Por otro lado, alega que los artículos 7.º, 8.º, 9.º y 10.º del Decreto Legislativo N.º
813, Ley Penal Tributaria, violan la autonomía del Ministerio Público, pues desplazan al
Fiscal de la función de conducir la investigación de los delitos al obligarlo a formalizar
denuncia cuando ésta es presentada por la SUNAT. Solicita por ello que tales artículos se
inapliquen al caso concreto y que se deje sin valor probatorio la mencionada investigación
administrativa. Considera que son inconstitucionales porque condicionan la determinación
de la comparecencia del procesado al pago de una caución real igual a la suma cuestionada,
lo que significaría una forma encubierta de prisión por deudas. Finalmente, aduce que la
investigación administrativa en cuestión vulnera el debido proceso, pues no se le ha
permitido el acceso a ella con las garantías propias del proceso.
FUNDAMENTOS
§1. Petitorio
1. El objeto de la presente demanda es a) que se declaren inaplicables los artículos 7.º, 8.º y
9.º del Decreto Legislativo N.º 813, Ley Penal Tributaria, por vulnerar el artículo 159.º,
inciso 4 de la Constitución Política del Perú, al desplazar al Ministerio Público de la
función de conducir la investigación de los delitos; b) que se declare inaplicable el artículo
10.º, incisos b), c) y d) del mencionado Decreto Legislativo. Se alega que el citado artículo
condiciona la comparecencia de un procesado al pago de una caución igual a la suma
investigada, lo que constituiría una forma encubierta de prisión por deudas, y c) que se deje
sin valor probatorio la investigación administrativa realizada por la SUNAT, pues esta se ha
desarrollado vulnerando las garantías que componen el debido proceso, teniendo como
4
único fin el cobro indebido de tributos y constituirse en un mecanismo de intimidación y
chantaje.
2. Este Tribunal tiene dicho que el control judicial de constitucionalidad de las leyes es una
competencia reconocida a todos los órganos jurisdiccionales para declarar la inaplicabilidad
constitucional de la ley, con efectos particulares, en todos aquellos casos en los que la ley
aplicable para resolver una controversia resulta manifiestamente incompatible con la
Constitución (control difuso).
Como tal, se trata de un poder-deber del juez, consustancial a la Constitución del Estado
Constitucional, la cual, por lo demás, tiene como características la de ser una auténtica
norma jurídica, constituir la Ley Fundamental de la Sociedad y del Estado, constituyendo
así un derecho directamente aplicable. Y es que como sostuviera el Chief Justice Jhon
Marshall al redactar la opinión de la Corte Suprema en el Leanding Case Marbury v.
Madison, resuelto en 1803,
3. Dadas las consecuencias que su ejercicio pueda tener sobre la ley, que es expresión de la
voluntad general representada en el Parlamento, el Tribunal ha recordado que la
declaración de inconstitucionalidad debe considerarse como la última ratio a la que un Juez
debe apelar (STC N.° 0141-2002-AA/TC, Fund. Jur. Nº. 4. c; STC N.° 0020-2003-AI/TC,
Fund. Jur. Nº. 5), ya que
Los jueces y Tribunales sólo inaplican las disposiciones que estimen incompatibles con
la Constitución cuando por vía interpretativa no sea posible la adecuación de tales
normas al ordenamiento constitucional,
conforme lo dispone la segunda Disposición General de la Ley N.º 28301, Orgánica del
Tribunal Constitucional.
5
Un límite, por cierto, al que se suman otros de no menor importancia.
A su vez, para que un planteamiento de esta naturaleza pueda realizarse en el seno del
proceso constitucional de amparo contra resoluciones judiciales, es preciso, por un lado,
que su aplicación (real o futura) repercuta en el ámbito constitucional de algún derecho
protegido por este proceso, y, por otro, que el afectado lo haya cuestionado oportunamente
en el proceso ordinario, ya que de otro modo no sería posible atribuir al juez la lesión de
alguno de los contenidos del derecho a la tutela procesal, en los términos del artículo 4.º del
Código Procesal Constitucional.
1[1]
Artículo VI del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional: "Cuando exista
incompatibilidad entre una norma constitucional y otra de inferior jerarquía, el Juez debe preferir la
primera, siempre que ello sea relevante para resolver la controversia y no sea posible obtener una
interpretación conforme a la Constitución".
6
monopolio del control de constitucionalidad, pues su "cuidado" es una tarea que compete a
la sociedad abierta de los intérpretes jurisdiccionales de la Constitución, en este Tribunal en
el que la Constitución ha confiado su custodia "especializada".
De ahí que el segundo párrafo del artículo VI del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional haya previsto que
Los jueces no pueden dejar de aplicar una norma cuya constitucionalidad haya sido
confirmada en un proceso de inconstitucionalidad o en un proceso de acción popular,
pero también que la primera disposición final del mismo Código Procesal Constitucional
haya establecido que
Los jueces y Tribunales interpretan y aplican las leyes y toda norma con rango de ley y
los reglamentos respectivos según los preceptos y principios constitucionales, conforme
a la interpretación de los mismos que resulte de las resoluciones dictadas por el Tribunal
Constitucional en todo tipo de procesos.
9. Pues bien, expuestos los alcances de este último límite al ejercicio del control judicial de
constitucionalidad de las leyes, este Tribunal tiene que advertir que, como toda regla, ésta
tiene sus excepciones; a saber:
Ese es el caso, por ejemplo, de las Leyes de Amnistia N.os 26479 y 26492, que fueron
consideradas incompatibles con la Convención Americana de Derechos Humanos por la
Corte Interarmericana de Derechos Humanos en la Sentencia Caso Barrios Altos, del 18 de
septiembre de 2003 (Cf. STC 0275-2005-PH/TC).
(ii) En segundo lugar, el juez podrá realizar el control judicial de constitucionalidad de una
ley en todos aquellos casos en los que, tras el pronunciamiento de este Tribunal declarando
en abstracto la validez constitucional de una ley, sin embargo advirtiese que su aplicación
en un caso dado y bajo circunstancias concretas, podría resultar inconstitucional.
7
el poder de la reforma constitucional-, dando lugar a un supuesto de inconstitucionalidad
sobreviniente de la ley (Cf. STC N.° 0014-2003-AI/TC y STC N.° 0050-2004-AI/TC).
10. En el caso, el recurrente alega que los artículos 7º, 8º y 9º del Decreto Legislativo N.º
813 vulneran el artículo 159.°, inciso 4, de la Constitución, puesto que desplaza al
Ministerio Público de la función de conducir la investigación de los delitos, dándole dicha
función al órgano administrador del tributo.
Artículo 7.- El Ministerio Público, en los casos de delito tributario, podrá ejercitar la
acción penal sólo a petición de parte agraviada. A este efecto se considera parte
agraviada al Órgano Administrador del Tributo2.
Artículo 8.- El Órgano Administrador del Tributo para los efectos señalados en el
Artículo 7 del presente Decreto Legislativo, realizará la correspondiente investigación
administrativa cuando presuma la comisión del delito tributario. El Órgano
Administrador del Tributo, en la etapa de investigación administrativa, podrá contar con
el apoyo de cualquier dependencia de la Policía Nacional2[2].
2[2]
Dicho artículo ha sido modificado por el Numeral 5 de la Segunda Disposición Modificatoria y
Derogatoria del Decreto Legislativo N.° 957, publicado el 29-7-2004, modificación que tendrá efecto
a la vigencia del citado Decreto Legislativo N.° 957, de conformidad con los numerales 1 y 2 de la
Primera Disposición Complementaria – Disposición Final del Decreto Legislativo N.° 957, publicado
el 29 de julio de 2004. Su texto modificado es el siguiente:
“Artículo 7°, Decreto Legislativo N.° 813.
8
Artículo 9.- La Autoridad Policial, el Ministerio Público o el Poder Judicial cuando
presuma la comisión del delito tributario, informarán al Órgano Administrador del
Tributo que corresponda, debiendo remitir los antecedentes respectivos a fin de dar
cumplimiento a lo dispuesto en los Artículos 7 y 8 del presente Decreto Legislativo.
1[1]
Dicho artículo ha sido modificado por el Numeral 5 de la lSegunda Disposición Modificatoria y
Derogatoria del Decreto Legislativo N.° 957, publicado el 29-07-2004, modificación que tendrá
efecto a la vigencia del citado Decreto Legislativo N.° 957, de conformidad con los Numerales 1 y 2
de la Primera Disposición Complementaria – Disposición Final del Decreto Legislativo N.° 957,
publicado el 29 de julio de 2004. Su texto modificado es el siguiente:
“Artículo 7°, Decreto Legislativo N.° 813.
(...) dichas normas generan efectos inconstitucionales, desde que transgreden el derecho
fundamental a la presunción de inocencia, debido a que esta presunción exige que la
situación de inocencia de todo ser humano sólo puede ser destruída mediante una
9
sentencia judicial precedida de una investigación realizada en el ámbito jurisdiccional
por el Ministerio Público -y no por el poder administrativo, como SUNAT-, y con
respecto al debido proceso, lo cual exige el ejercicio del derecho de defensa del acusado,
y de contradicción de los cargos que le formulan, todo lo cual no ha sido observado en la
investigación administrativa de SUNAT3[3].
13. El Tribunal Constitucional considera que el agravio denunciado por el recurrente como
motivo para que se realice el control jurisdiccional de constitucionalidad de las
disposiciones legislativas cuestionadas, no satisface el juicio de relevancia aludido en esta
sentencia.
14. (A). En primer lugar, en lo que respecta a las facultades concedidas a la SUNAT
mediante los artículos cuestionados y el derecho a la presunción de inocencia, no existe
entre ellos conexión causal.
Por tanto, en la medida en que las disposiciones legislativas no inciden sobre el contenido
constitucionalmente protegido de los derechos alegados por el recurrente, la pretensión de
que se efectúe un control de validez constitucional sobre los referidos artículos del Decreto
Legislativo N.º 813 carece de relevancia, por lo que debe desestimarse.
3[3]
Escrito obrante a folios 84.
10
15. (B) En segundo lugar, tampoco las disposiciones legislativas cuestionadas guardan una
relación causal con el derecho al debido proceso y concretamente con el derecho de defensa
cuya violación se ha alegado.
Por cierto que también se ha advertido que la posibilidad de titularizarlo no solo comprende
al caso de un individuo sujeto a un proceso judicial, sino también cuando este ha sido
sometido a un procedimiento administrativo disciplinario y, en general, en todos aquellos
casos en los cuales el Estado pueda hacer ejercicio de su potestad sancionatoria.
Dado que dicho órgano no tiene competencia para sancionar, sino solo para realizar una
investigación administrativa que permita determinar si existen, o no, indicios para plantear
una denuncia de parte ante el Ministerio Público, esta no tiene por qué realizarse
garantizando el derecho a ser oído. Se trata de una investigación interna de cuyos resultados
depende que el órgano formule su denuncia de parte.
Este, por lo demás, ha sido el criterio expuesto por este Tribunal en la STC N.° 3356-2003-
HC/TC, Caso Zavaleta Vargas, proceso instaurado por uno de los coinculpados del
recurrente.
17. Claro está que tal regla rige en aquellos casos en los que se trata de una investigación
administrativa interna, es decir cuando la investigación se realiza sin la participación de los
presuntos implicados en la comisión de los ilícitos y no en aquellos en los que, luego de
iniciadas las investigaciones, se cita a los presuntos implicados en cuyo caso estos tendrán
el derecho a ser asistidos por un abogado defensor y conocer los cargos.
Dado que este último supuesto no es el denunciado por el recurrente y tampoco el que se
desprende de las disposiciones legislativas cuestionadas, sino el primero, esto es, la
realización de una investigación administrativa interna, el Tribunal Constitucional estima
que los artículos cuestionados del Decreto Legislativo N.º 813 no tienen ninguna incidencia
o relación causal sobre el ámbito constitucionalmente protegido del derecho de defensa, por
lo que es irrelevante que se efectúe un control de constitucionalidad sobre ellos.
11
18. Por otro lado, el recurrente también ha solicitado que, para su caso concreto, el Juez del
Amparo declare la inconstitucionalidad de los incisos b), c) y d) del artículo 10.° del mismo
Decreto Legislativo Nº. 813. Dichas disposiciones prevén:
Artículo 10.- En los casos de delito de defraudación tributaria, el Juez al dictar mandato
de comparecencia o la Sala Penal al resolver sobre la procedencia de este mandato,
deberá imponer al autor la prestación de una caución de acuerdo a lo siguiente:
(...)
b) En los delitos previstos en el Artículo 2 del presente Decreto Legislativo, la caución
será no menor al treinta por ciento (30%) del monto de la deuda tributaria actualizada,
excluyéndose los montos por concepto de multas, de acuerdo a la estimación que de
aquella realice el Órgano Administrador del Tributo.
c) En el delito previsto en el inciso a) del Artículo 4 del presente Decreto Legislativo, la
caución será no menor al monto efectivamente dejado de pagar, reintegrado o devuelto,
de acuerdo a la estimación que de este realice el Órgano Administrador del Tributo.
d) En el delito previsto en el inciso b) del Artículo 4 del presente Decreto Legislativo, la
caución será no menor al cincuenta por ciento (50%) del monto de la deuda tributaria
actualizada, excluyéndose los montos por multas, de acuerdo a la estimación que de
aquella realice el Órgano Administrador del Tributo.
4[4]
Escrito de demanda, obrante a folios 156.
5[5]
Escrito obrante de folios 87-88 (anexo 1-E, de la demanda).
6[6]
Escrito obrante a folios 87.
12
Dicha exigencia, por cierto, no queda salvada por la interposición de diversos medios
impugnatorios formulados contra el mandato de detención y la respuesta judicial
denegatoria que se le ha dado, pues estos no tuvieron como causa la aplicación de los
incisos del artículo 10.° del Decreto Legislativo N.º 813, sino los requisitos para dictarse
válidamente el mandato de detención.
21. Por las razones expuestas en los fundamentos 10 a 17, el Tribunal Constitucional no
considera que la investigación administrativa realizada por la SUNAT, que sirviera de base
para la formalización de la denuncia del Ministerio Público y fuera ofrecida como uno de
los medios de prueba en el proceso penal que se sigue al recurrente, constituya una prueba
ilícita, puesto que esta no se realizó lesionando los derechos fundamentales del recurrente.
HA RESUELTO
Publíquese y notifíquese.
SS.
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
GONZALES OJEDA
GARCÍA TOMA
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
13
Caso propuesto para la Unidad Temática 2:
Caso Provías Nacional
STC 03908-2007-PA/TC, del 11 de febrero de 2009
En este caso en particular el Tribunal Constitucional peruano fija pautas para el
establecimiento, alcances y modificación de precedentes constitucionales.
Pregunta orientadora para el caso:
1. ¿Cuáles son las condiciones que se establecen en esta sentencia para fijar o para variar
un precedente constitucional?
ASUNTO
ANTECEDENTES
14
demanda de amparo interpuesta por don Jesús Ponce Failoc contra Provias Nacional y
ordenó que lo reponga en su puesto de trabajo.
FUNDAMENTOS
a. La Resolución N.º 12, de fecha 15 de marzo de 2006, dictada por la Segunda Sala Civil
de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, en el proceso de amparo recaído en el
Exp. N.º 2005-1640-0-1701-J-CI-3, en la que se declara fundada la demanda de
amparo interpuesta por don Jesús Ponce Failoc contra Provias Nacional, y se ordena
que cumpla con reponerlo en el cargo que venía desempeñando o en otro de similar
nivel o categoría.
15
3. Así visto, en el presente caso se tiene un proceso de “amparo contra amparo” donde,
además, existe una estimación total de la pretensión por parte del Poder Judicial en
segunda instancia. Teniendo en cuenta ello, corresponde determinar si la demanda
cumple los presupuestos para la procedencia del “amparo contra amparo” expuestos en
el fundamento 39 de la STC 4853-2004-PA/TC. de ser así, habrá de analizarse, si la
sentencia cuestionada contraviene el precedente establecido en la STC 0206-2005-
PA/TC.
§.2. Las reglas vinculantes del recurso de agravio a favor del precedente y los
presupuestos previstos en la STC 0024-2003-AI/TC
5. De acuerdo con la STC 0024-2003-AI/TC, los cinco presupuestos básicos que deben
observar las sentencias del Tribunal Constitucional que se pronuncian sobre el fondo
para la aprobación de un precedente vinculante, son:
a La existencia de interpretaciones contradictorias.
b La comprobación de interpretaciones erróneas de alguna norma perteneciente al bloque
de constitucionalidad.
c La necesidad de llenar un vacío legislativo.
d La corroboración de normas que sea susceptibles de ser interpretadas de manera
diversa.
e La necesidad de cambiar un precedente vinculante.
b. Asimismo, tampoco sirvió para aclarar alguna interpretación errónea de las normas que
conforman el bloque de constitucionalidad, pues en los fundamentos de la STC 4853-
2004-PA/TC nunca se señala ello. Además, en la praxis del Tribunal Constitucional
16
tampoco se ha constatado algún caso en que los operadores jurisdiccionales o
administrativos hubiesen hecho una indebida aplicación de alguna norma que conforme
el bloque de constitucionalidad y que tenga relación directa con el recurso de agravio
constitucional y la expresión “resoluciones denegatorias”.
c. Tampoco existía ningún vacío legislativo, ya que tanto la Constitución como el propio
Código Procesal Constitucional tienen contemplados de manera precisa los casos en
los que es posible interponer un recurso de agravio constitucional. Ello quiere decir que
un precedente vinculante no puede reformar el texto expreso de la Constitución, pues
ésta únicamente puede ser reformada siguiendo el procedimiento previsto en su
artículo 206º. Además, de acuerdo al principio de interpretación conforme a la
Constitución, el recurso de agravio constitucional sólo procede contra resoluciones
denegatorias de segundo grado y no contra resoluciones estimatorias de segundo grado,
pues para éste supuesto procede en todo caso el inicio de un nuevo proceso
constitucional.
Teniendo presente ello, este Tribunal considera que mediante el precedente vinculante
del fundamento 40 de la STC 4853-2004-PA/TC se impuso una determinada posición
doctrinaria sobre el significado de la expresión “resoluciones denegatorias” para que el
Tribunal Constitucional asumiera competencia vía recurso de agravio constitucional, a
17
pesar de que el constituyente y el legislador como representantes del pueblo
concretaron que dicha expresión sólo comprendía las resoluciones denegatorias de
segundo grado y no resoluciones estimatorias de segundo grado. Además, debe
resaltarse que la expresión “resoluciones denegatorias” había adquirido consenso en el
constituyente y en el legislador, pues tanto en el inciso 2) del artículo 202.° de la
Constitución como en el artículo 18.° del Código Procesal Constitucional se especifica
de manera clara el significado de la expresión “resoluciones denegatorias”, al señalarse
que contra las resoluciones de segundo grado que declara infundada o improcedente la
demanda de hábeas corpus, amparo, hábeas data o cumplimiento procede el recurso de
agravio constitucional.
9. En este orden de ideas, también debe señalarse qué sucederá con aquellos recursos de
agravio constitucional interpuestos a favor del precedente que se encuentren en trámite
y han sido concedidos por el Poder Judicial, así como con el cómputo del plazo de
prescripción para interponer un “amparo contra amparo”, un “amparo contra hábeas
corpus”, un “amparo contra hábeas data”, o un “amparo contra cumplimiento”. En este
sentido, es oportuno precisar las siguientes reglas procesales a seguir:
a. El auto que concede el recurso de agravio constitucional a favor del precedente que se
encuentre en trámite será revocado y declarado improcedente y se ordenará la
devolución de lo actuado al juzgado o sala de origen para la ejecución de la sentencia
estimatoria de segundo grado.
b. El cómputo del plazo de prescripción para interponer una demanda de amparo contra
una resolución estimatoria de segundo grado que supuestamente contraviene un
precedente vinculante se computa a partir de la fecha de notificación de la resolución
que revoca la concesión del recurso de agravio constitucional a favor del precedente.
10. Como se ha señalado en los fundamentos precedentes, este Tribunal en la STC 4853-
2004-PA/TC ha establecido cuáles son las nuevas reglas que el juez constitucional
debe observar para la procedencia, por única vez, de una demanda de “amparo contra
amparo”. En este sentido, corresponde determinar si se está ante una resolución
estimatoria ilegítima de segundo grado emitida por el Poder Judicial en el trámite de
un proceso de amparo, atendiendo a que la ahora entidad demandante aduce que ha
sido dictada en contravención del precedente establecido en la STC 0206-2005-PA/TC,
que establece que la vía procedimental igualmente satisfactoria para la protección del
derecho al trabajo en el régimen laboral público es el proceso contencioso
administrativo.
11. Con relación a ello, debe señalarse que la demanda de amparo interpuesta por don
Jesús Ponce Failoc fue presentada con fecha 29 de marzo de 2005, mientras que
conforme al propio precedente que se invoca, éste entró en vigencia a partir del día
siguiente de su publicación en el diario oficial El Peruano, lo que ocurrió con fecha 22
de diciembre de 2005.
12. Siendo esto así, resulta de aplicación al presente caso la regla procesal establecida en
calidad de precedente vinculante en la STC 3771-2004-HC/TC, conforme a la cual las
normas procesales tienen aplicación inmediata siempre que de su aplicación no se
desprenda una mayor restricción o menoscabo a los derechos en cuestión. En tal
sentido este Colegiado estableció, con relación a la Segunda Disposición Final del
Código Procesal Constitucional, que establece la aplicación inmediata de las
disposiciones del proceso constitucional incluso a situaciones en trámite, que “(…) que
si bien de la citada disposición legal se puede interpretar que un proceso
constitucional en curso, como el de autos, puede comenzar a ser regido por una nueva
ley procesal, ello solo será posible siempre que la aplicación de la referida norma
garantice la vigencia del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, lo que debe ser
apreciado atendiendo a las particularidades del caso en concreto”.
13. Siguiendo dicho razonamiento, los precedentes vinculantes que consagra este Tribunal,
en cuanto establecen reglas procesales para la admisión o rechazo de pretensiones,
deben aplicarse incluso a procesos en trámite, siempre que de su aplicación no se
desprenda algún menoscabo a la tutela judicial efectiva o al derecho de acceso a los
órganos de la justicia constitucional.
14. Debe tenerse en cuenta además que en el caso de autos las instancias judiciales, al
estimar la demanda de amparo interpuesta por don Jesús Ponce Failoc, determinaron,
sin que ello haya sido desvirtuado por la parte recurrente; a) que el referido trabajador
había prestado servicios en calidad de servidor público en forma continua, bajo
dependencia y siguiendo un horario de trabajo y bajo el régimen laboral de la actividad
pública, por un periodo de 3 años y 8 meses; b) que resultaba de aplicación al caso, la
19
protección que le otorga el artículo 1º de la ley Nº 24041; c) que en consecuencia, no
podía ser despedido sino con causa justificada y siguiendo el procedimiento
establecido en la ley; d) que al haberse procedido a despedirlo de manera unilateral, se
han violado los derechos del referido trabajador a la debida protección contra el
despido arbitrario, así como sus derechos al trabajo y al debido proceso, por lo que
ordenaron su reposición.
HA RESUELTO
a. El auto que concede el recurso de agravio constitucional a favor del precedente que se
encuentre en trámite será revocado y declarado improcedente y se ordenará la
devolución de lo actuado al juzgado o sala de origen para la ejecución de la sentencia
estimatoria de segundo grado.
b. El cómputo del plazo de prescripción para interponer una demanda de amparo contra
una resolución estimatoria de segundo grado que supuestamente contraviene un
precedente vinculante se computa a partir de la fecha de notificación de la resolución
que revoca la concesión del recurso de agravio constitucional interpuesto a favor del
precedente.
SS.
VERGARA GOTELLI
MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA
Con el debido respeto por la opinión vertida por nuestros colegas magistrados emitimos el
siguiente voto singular, por cuanto no concordamos con los argumentos ni con el fallo de la
sentencia en mayoría, referidos al cambio del precedente vinculante del fundamento 40 de
la STC 04853-2004-AA/TC.
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sentencia constitucional, los argumentos que tienen la calidad de obiter dicta, de
aquellos que en estricto son ratio decidendi, además del decisum. En la jurisprudencia de
este Colegiado, además, reiteradamente se ha sostenido que lo que vincula es tanto la
ratio decidendi como el decisum. Ahora bien, a nuestro juicio, los presupuestos, antes
mencionados, de la STC 0024-2003-AI/TC no constituyen ratio decidendi, sino obiter
dicta.
3. Un criterio válido para distinguir entre los argumentos que constituyen obiter dicta y
ratio decidendi es verificar si, al omitirse determinados argumentos, se altera la
coherencia interna de la sentencia y, por ende, inclusive el sentido del decisum. Si ello
sucede, los argumentos omitidos constituyen ratio decidendi. Por el contrario, si la
omisión no afecta a la sentencia en su fortaleza argumentativa y, pese a la omisión de
algunos argumentos, el fallo permanece inalterable, estaremos ante argumentos de
carácter obiter dicta. Aplicando este criterio, debe determinarse el carácter de los
argumentos de la STC 0024-2003-AI/TC (referido a un tema de demarcación territorial),
en los cuales supuestamente se recogen los presupuestos vinculantes para el
establecimiento de un precedente vinculante.
4. Si se analiza detenidamente esta sentencia es fácil apreciar que todos los considerandos
expresados antes del fundamento 1 constituyen indudablemente obiter dicta. Ello por
cuanto si se prescinde de todos las consideraciones anteriores y se analiza estrictamente
la resolución de dicho proceso, únicamente con los argumentos esgrimidos en los
fundamentos 1 a 7, la coherencia interna de la sentencia y el sentido del fallo no se
alteran en absoluto. Más aún, si se aprecia que la cuestión de fondo resuelta a través de
la STC 0024-2003-AI/TC no guarda, para nada, relación con las reglas a seguir para
establecer un precedente vinculante, sino más bien con un proceso de
inconstitucionalidad relacionado con la determinación de si el Poder Ejecutivo tenía la
atribución o no de proponer la demarcación territorial y al Congreso de la República
aprobar la misma.
23
contenido esencial de los derechos fundamentales, o del principio de proporcionalidad, o
del principio de concordancia práctica, sólo para poner algunos ejemplos.
12. Establecer que para cuestionar una sentencia estimatoria que viola un precedente
constitucional se debe recurrir a un nuevo proceso constitucional resulta violatorio del
principio de economía procesal e incurre en un formalismo desproporcionado en
detrimento de quien se ve afectado por una sentencia estimatoria que viola la
Constitución a través de un precedente constitucional. Se permite, pues la violación de la
supremacía jurídica de la Constitución (artículo 51º)y de la interpretación suprema del
Tribunal Constitucional (artículo 1º, LOTC). En ese sentido, la antinomia de una norma-
regla (“Corresponde al Tribunal Constitucional: (…) 2. [c]onocer, en última y definitiva
instancia, las resoluciones denegatorias de hábeas corpus, amparo, hábeas data, y
acción de cumplimiento”, artículo 202º.2) con una norma de principio (“La Constitución
prevalece sobre toda norma legal; la ley, sobre las normas de inferior jerarquía, y así
sucesivamente. La publicidad es esencial para la vigencia de toda norma del Estado”,
artículo 51º), no puede ser resuelta a favor de una norma que, en su aplicación, supone el
fraude a la Constitución y el abuso del derecho (artículo 103º); por cuanto recurriendo
al texto literal del artículo 202º.2 se va en contra de la supremacía constitucional que el
fundamento 40 del precedente de la STC 04853-2004-AA/TC protege.
13. Por todo ello, no debe perderse de vista que la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional, por un principio de prevención de sus fallos, no puede estar
desvinculado de la realidad a la cual se proyecta. En ese sentido, el fundamento 40 del
precedente constitucional de la STC 04853-2004-AA/TC se estableció, siempre a partir
de la interpretación de la Constitución (artículo 202º.2), en un contexto en el cual
muchas resoluciones de amparo y medidas cautelares dictadas en el seno de este
24
proceso, a pesar de ser estimatorias, resultaban siendo violatorias de los valores
materiales que la Constitución consagra expresa o tácitamente. Sobre todo, debido a la
inconstitucional e ilegal obtención de resoluciones de amparo y medidas cautelares
favorables a algunas empresas dedicadas a la explotación de juegos de casino y
máquinas tragamonedas.
14. Por todo lo señalado, al haberse demostrado que los “presupuestos” establecidos
para dictar un precedente en la STC 0024-2003-AI/TC no constituyen ratio decidendi y
no habiéndose omitido lo señalado en el fundamento 46 de la STC 03741-2004-PA/TC,
el pretendido cambio del fundamento 40 de la STC 04853-2004-AA/TC deviene en
ilegítimo; en consecuencia, dicho precedente vinculante debe seguir aplicándose al
permanecer plenamente vigente,.
SS.
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS
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