Sobre Scott Lash PDF
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Resumen
El presente artículo tiene como objetivo establecer un análisis del problema de la
reflexividad de las formas tecnológicas de vida expuesto por Scott Lash, a través de
la identificación de sus planteamientos centrales respecto al concepto de reflexión
analizados en su teoría de los dobles de modernidad reflexiva. Se trata de ubicar las
tesis principales del autor sobre el diagnóstico de la sociedad moderna en los términos
de la reflexividad como uno de sus elementos constitutivos, a fin de caracterizar
algunas de las “nuevas formas de vida” desarrolladas en la cultura global de la
información que, entre otras cosas, están constituidas por el despliegue de los
sistemas tecnológicos de base informática. Con ello se pretende aportar una
ampliación del concepto de formas tecnológicas de vida que Lash presenta sólo en
términos descriptivos, con la idea de contribuir a una mayor comprensión sociológica
de ciertas dinámicas de interacción contemporánea, tomando como eje orientador
dos conceptos ligados en la obra del autor: reflexividad y estructuras informativas.
Se revisan algunos puntos en común en los debates entre Anthony Giddens, Ulrich
Beck y el propio Lash sobre la teoría de la modernización reflexiva, con el fin de
identificar el punto de partida del autor en la descripción sobre el concepto de formas
tecnológicas de vida y se propone una ampliación del término.
Palabras clave: reflexividad, formas tecnológicas de vida, modernidad reflexiva,
sistemas tecnológicos, estructuras informacionales.
Abstract
The present article has as objective to establish an analysis of the problem of the
reflexivity of the technological forms of life exposed by Scott Lash, through the iden-
tification of its central approaches with respect to the concept of reflection exposed
in his theory of the doubles of reflective modernity. This is locate the main theses of
the author on the diagnosis of the modern society in the terms of the reflexivity as
one of its constituent elements, in order to characterize some of the “new forms of
life” developed in the global culture of information that, among other things, are cons-
tituted by the deployment of the technological systems of computing base. This is
intended to provide a typology enlarged about the technological forms of life that
Lash presents only in descriptive terms, with the idea of contributing to a major
sociological comprehension of certain dynamics of contemporary interaction, taking
as a guiding axis two concepts linked to the work of the author: reflexivity and infor-
2015, pp. 111-139.
Resumo
O presente artigo tem como objetivo estabelecer uma análise do problema da re-
flexividade das formas tecnológicas de vida expostas por Scott Lash, por meio da
67,
Introducción
1
En la teoría sociológica la tradición fenomenológica ha tenido un amplio recorrido a
través de la obra de Alfred Schutz, quien como discípulo de Edmund Husserl, logró sentar
las bases de lo que podríamos denominar la escuela fenomenológica de la Sociología
MAYO -AGOSTO DE
una serie de teorías lo suficientemente robustas para otorgar bases explicativas a
problemas tales como: el mundo de vida cotidiano, la formación del conocimiento de
sentido común, la reflexividad del sujeto social, la estructuración significativa del mundo
social, así como las experiencias intersubjetivas que subyacen en los procesos de
socialización primaria. De esta forma, textos como “El problema de la realidad social” y
67,
“La construcción significativa del mundo social” se han vuelto referentes para los modelos
NÚM.
de análisis microsocial con orientación fenomenológica. Para una exploración más
ACTA S OCIOLÓGICA
completa se puede revisar Schutz, Alfred (1995), El problema de la realidad social,
Amorrortu, Argentina; así como (1993), La construcción significativa del mundo social,
Paidós, Barcelona.
Se advierte desde ahora que, para el caso de este artículo, hemos decidido optar por
una observación fenomenológica en el sentido expuesto. Desde nuestro punto de vista,
un tratamiento fenomenológico respecto a una sociedad altamente tecnologizada como
la actual, reconocería las relaciones de interdependencia entre los sistemas cognitivos,
las dinámicas de interacción, las relaciones con el entorno natural y las formas lingüísticas
de representación de la realidad dentro de un contexto de mundo de vida. Un tratamiento
fenomenológico de las formas de vida contemporáneas, reconocería el condicionamiento
tecnológico de la relación entre mente, cuerpo, significado y mundo, respecto a las
estructuras de organización social surgidas en la intersubjetividad. Aunque esta
orientación se aclarará con mayor detalle en los siguientes apartados, por ahora basta
con recomendar dos obras centrales en la comprensión fenomenológica del mundo:
Husserl, Edmund (1992), Invitación a la fenomenología, Paidós-ICE de la Universidad
Autónoma de Barcelona, Barcelona; así como Waldenfels, Bernhard (1997), De Husserl
a Derrida. Introducción a la fenomenología, Paidós, Barcelona.
2
Véase para el caso de Lash, Scott (2005), Crítica de la información, Amorrortu,
Buenos Aires; en particular todo el apartado sobre las “Formas tecnológicas de vida”, p.
43 y ss.
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3
Ver por ejemplo Bell, Daniel (1976), El advenimiento de una sociedad postindustrial,
Alianza, Madrid; en una versión más contemporánea Castells, Manuel (2002), La era de
la información, vol. I: La sociedad red, Siglo XXI, México.
4
El concepto de forma de vida además de su sentido fenomenológico ligado al
concepto de “mundo de la vida” (utilizado por Husserl, Schutz y Jürgen Habermas (1987),
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MAYO -AGOSTO DE
Teoría de la acción comunicativa, Taurus, Madrid, vol. 1, cap. 3, es recuperado por Lash
de la filosofía del lenguaje expuesta por el segundo Wittgenstein en su análisis pragmático
67,
del lenguaje, en particular en la teoría de los “juegos del lenguaje”, donde el autor
NÚM.
construye la noción de “forma de vida” para dar cuenta de la manera en cómo los sujetos
ACTA S OCIOLÓGICA
llevan a cabo acciones que comunican con sentido dentro de un contexto de significado
(o juego lingüístico) que orienta las conductas y las experiencias sociales a la hora de
seguir determinadas “reglas de uso”. Véase W ittgenstein, Ludwig J. J. (2008),
Investigaciones Filosóficas, IIF-UNAM, 1ª reimpresión, edición bilingüe, México. Una
exposición sociológica que sigue la escuela de W ittgenstein es la representada por
Peter Winch en lo que podríamos denominar el “giro lingüístico de la Sociología”, dos
obra centrales para comprender la teoría de las formas de vida son Winch, Peter (1972),
Ciencia social y filosofía, Buenos Aires, Amorrortu; así como (1994), Comprender a una
sociedad primitiva, Paidós, Barcelona.
5
Se puede revisar Requena Santos, Félix (2008), Redes sociales y sociedad civil,
CIS, Madrid; Freeman, Linton (2006), The Development of Social Network
Analysis, Empirical Press Vancouver; así como Lozares, Carlos, “La teoría de redes
sociales”, Papers, Revista de sociología, 1995, (48) 103-126; y Adler-Lomnitz, Larissa
(1994), Redes sociales, cultura y poder. Ensayos de antropología latinoamericana, Miguel
Ángel Porrúa, México.
6
Véase Echeverría, Javier (2003), La revolución tecnocientífica, FCE, Madrid; así como
(1999), Los señores del aire: Telépolis y el tercer entorno, Ed. Destino, Barcelona. Otra
opción es Medina, Manuel y Teresa (2000), K., Ciencia, tecnología/naturaleza, cultura en
el siglo XXI, UAM-I y Anthropos, México-Barcelona.
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7
Beck, Ulrich, Giddens, Anthony, y Scott Lash (1997), Modernización reflexiva. Política,
NÚM.
8
Idem. También se puede revisar Lash, Scott y Celia Lury (2007), Global Culture
Industry: The Mediation of Things, Polity Press, First Edition; otra obra de consulta
importante para el caso de un análisis sobre las industrias culturales de orden global.
9
Beck, Giddens y Lash, op. cit., p. 138 y ss.
10
Para una exploración general de los aportes teóricos sobre “Sociología reflexiva” y
“Sociología de la reflexividad” puede revisarse Bourdieu, Pierre y Loïc Wacquant (2005),
Una invitación a la Sociología reflexiva, Siglo XXI, México; y (2003), El oficio del científico.
Ciencia de la ciencia y reflexividad, Anagrama, Barcelona. Desde la teoría de sistemas
se pueden revisar los siguientes textos de Luhmann, Niklas (1997), Observaciones de la
modernidad. Racionalidad y contingencia en la sociedad moderna, Paidós, Barcelona;
(1998), Complejidad y modernidad. De la unidad a la diferencia, Trotta, España; (2006),
La sociedad de la sociedad, Herder-Universidad Iberoamericana. Así como Giddens,
Anthony (1994), Consecuencias de la modernidad, Madrid, Alianza; y (1997), Modernidad
e identidad del yo. El yo y la sociedad en la época contemporánea, Ed. Península,
Barcelona. Otro aporte singular sobre el tema se puede encontrar en dos textos ya
clásicos de Beck, Ulrich (1998), La sociedad del riesgo, Paidós, Barcelona; y (2002), La
sociedad del riesgo global, Siglo XXI, Madrid. En el contexto iberoamericano puede
revisarse Lamo de Espinosa, Emilio (1991), La sociedad reflexiva, Centro de
Investigaciones Sociológicas, Madrid.
REFLEXIVIDAD DE LAS FORMAS TECNOLÓGICAS DE VIDA EN SCOTT LASH 117
…voy a sostener que elementos cruciales de la teoría crítica del siglo XXI
MAYO -AGOSTO DE
pueden encontrarse en el marco de la “modernidad reflexiva” […] Pero yo me
inclinaría a mantener que tal teoría de la modernidad reflexiva sólo puede
adquirir este tipo de poder crítico cuando se interpreta radicalmente a
contrapelo; es decir, la teoría de la modernidad reflexiva puede funcionar
67,
óptimamente como crítica sólo cuando se entiende fundamentalmente en
NÚM.
términos de su propio otro inarticulado: cuando se lee contra sus propios
ACTA S OCIOLÓGICA
fines confesados y en el contexto de sus supuestos tácitos […] en términos
de sus “dobles” en términos de su propia alteridad radical.13
11
Beck, Giddens y Lash, op. cit., p. 167 y ss.
12
Una compilación importante sobre el programa de la Escuela de Frankfurt orientado
a la crítica de la cultura moderna se puede ver en Cortina, Adela (1988), Crítica y utopía:
La Escuela de Francfort, Cincel, Madrid; también Colom, G. F. (1992), Las caras de Leviatán.
Una lectura política de la teoría crítica, Anthropos, Barcelona; así como Páez Díaz de
León, Laura (edit.) (2001), La Escuela de Frankfurt. Teoría crítica de la sociedad. Ensayos
y textos, UNAM, México.
13
Ibid., p. 138.
14
Por ejemplo en el análisis de la producción de la clase obrera, ibid., p. 150; pero
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MAYO -AGOSTO DE
moderna sociedad postindustrial, así como el capital industrial lo fue en
la modernidad primera. De acuerdo con lo anterior, un ejemplo de los
perdedores de la reflexividad son “los pobres del gueto”, comenta el autor,
o las zonas de exclusión de las redes informáticas. Los dobles de la mo-
67,
NÚM.
dernidad reflexiva son entonces aquellas zonas de exclusión, es decir “las
zonas salvajes” de las que habla Scott Lash:
ACTA S OCIOLÓGICA
Lo que puede verse es un mosaico en el que alternan “las zonas vivas” o
“zonas civilizadas” de los distritos urbanos centrales y las “zonas muertas” o
“zonas salvajes” de los guetos. Y a medida que la sociedad civil, la propia
esfera pública, se superpone cada vez más a las estructuras I+C, la exclusión
de ellas se convierte en exclusión de ciudadanía, en una exclusión política y
cultural de la sociedad civil.18
17
Idem.
18
Ibid., p. 164.
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cultural heterodoxa por parte de negros, mujeres y otras minorías étnicas: por
parte de las propias “zonas salvajes”.20
19
Ibid., p. 162.
20
Ibid., p. 167. Pareciera que Lash apunta a señalar que estas zonas excluidas por la
reflexividad pueden transformarse en procesos de resistencia política, cultural o estética
dentro de “la aldea global reflexiva”.
21
Ver Habermas, Jürgen (2009), La lógica de las ciencias sociales, Tecnos, Madrid,
pp. 309-419.
REFLEXIVIDAD DE LAS FORMAS TECNOLÓGICAS DE VIDA EN SCOTT LASH 121
MAYO -AGOSTO DE
heterodoxa a las consecuencias distópicas de la modernización.24
67,
acumulan, dando como resultado un nuevo tipo de estructuras que van a
NÚM.
generar plexos de organización y exclusión social, debido a la acumulación
ACTA S OCIOLÓGICA
de información y capital. Dichas estructuras informacionales se convierten
en la fuerza impulsora de la modernidad reflexiva, del mismo modo que la
acumulación de capital industrial y sus estructuras sociales lo fueron en
la modernidad anterior.25 Lo distintivo de esta modernidad está en la
22
Ibid., p. 140.
23
Cabe decir, sin embargo, que para el autor “la plena modernización” sólo tendrá
lugar cuando este proceso de individualización libere a la agencia de las estructuras
sociales modernas (tal es el caso de los sindicatos, el estado asistencial o la burocracia
gubernamental; que vinieron a sustituir a las antiguas estructuras tradicionales como la
familia extensa y la iglesia); Ibid., p. 142. Es decir, cuando la agencia reflexione las
“reglas” y “recursos” de la estructura en la que está contenida y que la ha originado;
cuando “reflexiona sobre las condiciones sociales de existencia de la agencia”, ibid., p.
144.
24
Ibid., p. 144.
25
Ibid., p. 142-143.
122 EDGAR TAFOYA LEDESMA
26
Ibid., p. 140-141.
27
Idem.
REFLEXIVIDAD DE LAS FORMAS TECNOLÓGICAS DE VIDA EN SCOTT LASH 123
MAYO -AGOSTO DE
formulada por Giddens y Beck, a saber: una indicación sobre la existencia
de nuevas condiciones estructurales no-sociales, un conjunto articula-
do de redes globales y estructuras de información y comunicación a di-
ferencia de las estructuras sociales (económicas, políticas e ideológicas,
67,
NÚM.
institucionales y reguladas normativamente): “Las oportunidades de vida
en la modernidad reflexiva son cuestión de acceso no al capital productivo
ACTA S OCIOLÓGICA
o a las estructuras de producción, sino del acceso y del lugar en la nuevas
estructuras de información y comunicación”.31
28
Ibid., p. 142. Este tipo de sociedad fue la que prevaleció durante la Revolución
Industrial, como menciona Miguel Ángel Quintanilla desde un análisis de la filosofía de
tecnología, cuya característica expone un proceso donde: “el sistema de producción
de bienes materiales se vio alterado por la sustitución generalizada de las herramientas
artesanales por las máquinas […], lo que supuso un cambio de perspectiva en la “lógica”
del sistema productivo, que tuvo consecuencias decisivas para el desarrollo de nuevas
técnicas, nuevos instrumentos y nuevas máquinas; pero sobre todo para acelerar el
ritmo del cambio tecnológico y para generalizar la incidencia de las innovaciones técnicas
en toda la organización social”, ver Quintanilla, Miguel Ángel (2005), Tecnología: un enfoque
filosófico y otros ensayos de filosofía de la tecnología, FCE, México, p. 23.
29
Ibid., p. 148.
30
Ibid., p. 149.
31
Ibid., p. 150.
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32
Ver por ejemplo el análisis sobre “la identidad y el yo” en la sociedad moderna,
Giddens, Anthonny (1997) Modernidad e identidad del yo. El yo y la sociedad en la época
contemporánea, Península, Barcelona.
33
Sobre los procesos de individuación en la modernidad radicalizada que Beck observa
se puede revisar (1988), La sociedad del riesgo, Paidós, Barcelona, 2da. parte, pp. 95-
197.
34
Se puede revisar Lash, Scott (1998), Economías de signos y espacio. Sobre el
capitalismo de la posorganización, Amorrortu, Buenos Aires. En particular se pueden
REFLEXIVIDAD DE LAS FORMAS TECNOLÓGICAS DE VIDA EN SCOTT LASH 125
MAYO -AGOSTO DE
mediador de las tecnologías. En ambas ideas, las tecnologías han sido
capaces de moldear o transformar las prácticas sociales y las experiencias
cotidianas.
Como lo plantea el autor, las formas de vida de la sociedad global
67,
NÚM.
contemporánea, en tanto experiencias cognitivas y lingüísticas, están
definidas sobre todo por las tecnologías de la información y la comunicación
ACTA S OCIOLÓGICA
(TICs); en este sentido tienen una dimensión fenomenológica, toda vez que
forman parte de nuestras maneras de sentir, comunicar, percibir, actuar y
conocer. No obstante, si las tecnologías son entendidas como mediaciones
y estructuras que influyen en la relación entre sujeto, cultura y mundo ma-
terial, se puede suponer con Lash que también tienen un estatus ontológico.
En nuestra opinión, tanto en su dimensión ontológica como fenomenológica,
revisar las tesis sobre las transformaciones sufridas en la transición de una sociedad de
base industrial a una sociedad postindustrial de la información y del conocimiento; así
como las nuevas formas de la percepción social del espacio-tiempo donde en el giro de
un mundo organizado en función del Estado y lo local (menor velocidad), transitamos a la
pos-organización global y transnacional experimentando un aumento de flujos.
126 EDGAR TAFOYA LEDESMA
35
Con el término “construcción” se acepta el compromiso con una visión constructivista
de la sociedad y, por tanto, de la ciencia y la tecnología. Una posición constructivista en la
filosofía la ciencia, por ejemplo, es la representada por Thomas Kuhn; su constructivismo
kantiano permite distinguir fenómenos analíticamente construidos de hechos reales,
véase por ejemplo su obra clásica (1971), La estructura de las revoluciones científicas,
FCE, México. Otra posición constructivista en epistemología de la ciencia es la expuesta
por Hilary Putnam con su tesis sobre los “marcos conceptuales de observación” y su
2015, pp. 111-139.
adopción del “realismo interno” como postura epistemológica; véase más en (1994),
Las mil caras del realismo, Paidós, Barcelona.
Por otro lado, las tesis constructivistas son parte de los enfoques CTS (estudios sobre
Ciencia, Tecnología y Sociedad descritos en este trabajo en el apartado 2 “La racionalidad
de la tecnociencia” de este capítulo) y, en particular, de los estudios filosóficos y sociales
sobre la ciencia y la tecnología; una muestra de ello es el denominado “Programa fuerte de
MAYO -AGOSTO DE
Routledge, London; del mismo autor 1972), Sociology of Science, Penguin Books,
NÚM.
Hardmonsworth [trad. cast. Alianza, Madrid. Junto a estos autores otra representante del
movimiento es Mary Hesse con el texto “The Strong Thesis of the Sociology of Knowledge”
ACTA S OCIOLÓGICA
MAYO -AGOSTO DE
tecnológico y la red informática que lo sostiene operará sin obstáculos).37
Otro elemento relevante es que las formas de vida naturales, menciona
Scott Lash, se han vuelto “naturalmente tecnológicas” por decirlo de alguna
manera, toda vez que han perdido su “naturalidad” en el momento en que
67,
NÚM.
están a disposición de la investigación científica, de los instrumentos de
observación y medición, así como susceptibles a la transformación instru-
ACTA S OCIOLÓGICA
mental provocada en algún circuito tecnológico.
Así, las formas orgánicas de vida se vuelven tecnológicas, tal como la
vida social y cultural; ocurre lo mismo con los dispositivos culturales y las
formas de organización social al estar definidas por los sistemas
tecnológicos que las moldean y las modifican, haciendo que su propia
“naturaleza” se vuelta tecnológica. En claves fenomenológicas y
sociolingüísticas, podríamos mencionar (haciendo alusión a lo que Lash
señala) que la naturaleza humana se ha vuelto naturaleza tecnológica y no
ya sólo puramente orgánica. Debido a nuestra disposición tecnológica
operamos en la “cultura tecnológica”.38
36
Lash (2005), op. cit., p. 42.
37
Ibid., p. 43.
38
Idem.
128 EDGAR TAFOYA LEDESMA
Las formas de vida, en cambio, nos dan una nueva verticalidad, nuevos
dualismos. El dualismo ontológico sustituye al dualismo epistemológico.
Ambos modelos de verticalidad se basan en un término trascendental, por un
lado, y un término empírico, por otro. El precursor de esta división es, desde
luego, el dualismo de la religión, con lo sagrado como término trascental y lo
39
Ibid., p. 44-56.
40
Ibid., p. 44.
41
Idem.
42
Idem.
43
Idem.
REFLEXIVIDAD DE LAS FORMAS TECNOLÓGICAS DE VIDA EN SCOTT LASH 129
MAYO -AGOSTO DE
definidas por la profundidad con que logran colocarse las tecnologías en
los circuitos de interacción y organización social. A decir de Lash, en las
formas tecnológicas de vida es posible observar el paso de una lógica dual
que fuerza la relación intencional entre el sujeto (trascental al estilo kantiano
67,
o racional en su versión weberiana) y el objeto, a una relación simultánea
NÚM.
entre objetos, artefactos, sujetos y organismos definidos por las tecnologías
ACTA S OCIOLÓGICA
que los determinan.
Haciendo alusión a la fenomenología social de Harold Garfinkel,45 Lash
alude a un empirismo sociotécnico, definido más allá de la tradición
positivista que, como forma de pensamiento clasificatorio, requiere de la
distinción sujeto-objeto. En esta “fenomenología sociotécnica”46 Garfinkel
propone una simetría entre observador y agente observado, permitiendo
eludir el problema filosófico de la conciencia trascendental propuesta en la
fenomenología clásica de Husserl por medio de la cual se pueden establecer
reducciones fenomenológicas (o epojé, método por el cual el observador
44
Idem.
45
Se puede revisar Garfinkel, Harold (2008), Estudios en etnometodología, España,
Anthropos.
46
Lash (2005), op. cit., p. 45.
130 EDGAR TAFOYA LEDESMA
47
Idem.
48
Idem.
49
Ibid., p. 46.
REFLEXIVIDAD DE LAS FORMAS TECNOLÓGICAS DE VIDA EN SCOTT LASH 131
MAYO -AGOSTO DE
externo, sino de una subjetividad expresiva en la vida cotidiana que, al pensar
y hacer lograr comunicar. Aquí, Lash alude a la teoría de los actos de habla
sugerida por John L. Austin y continuada por John Searle,54 para referirse a
la idea de que toda producción de significado está asociada a su dimensión
67,
NÚM.
pragmática:
ACTA S OCIOLÓGICA
En las formas tecnológicas de vida, la creación de sentido es para otros.
Significa dar cuenta, <<glosar>>: es comunicación. La creación de sentido o
50
Ibid., p. 45.
51
Véase más sobre este tema en Clark, Andy (2003), Natural-Born Cyborgs: Mind,
Technologies and the Future of Human, Oxford University Press, Oxford; también Clark,
Andy (1999). Estar ahí. Cerebro, cuerpo y mundo en la nueva ciencia cognitiva, Paidós,
Barcelona. Otras referencias sobre el tema de la “cognición corporizada” desde el principio
de la enacción pueden observarse en Varela, Francisco J. (2005), Conocer. Las ciencias
cognitivas: tendencias y perspectivas. Cartografía de las ideas actuales, Gedisa, Barcelona;
Maturana, Humberto y Francisco J. Varela (1994), De máquinas y seres vivos. Autopoiesis:
la organización de lo vivo, Editorial Universitaria, Santiago de Chile.
52
Lash (2005), op. cit.
53
Idem.
54
Ver Austin, John L. (1962), How to Do Things With Words, Harvard University Press,
Cambridge; así como John Searle (1969), Speech Acts: An essay in the Philosophy of
language, Cambridge University Press, Cambridge.
132 EDGAR TAFOYA LEDESMA
y están moldeadas por los impactos que tienen los sistemas de ciencia y
tecnología (sistemas tecnocientíficos de base informacional) tanto en el
medio ambiente como en la cultura actual. Así, las formas tecnológicas de
vida lo mismo se despliegan como funciones y mecanismos estructurales,
que como formas de experiencia o mediaciones simbólicas.
Se recurre aquí a la noción de “estructura” de Anthony Giddens, para
definir los medios y mecanismos, convencional e institucionalmente
establecidos, que permiten la producción y reproducción de la vida social.
En su teoría de la estructuración,56 el autor afirma que las estructuras no
55
Lash (2005), op. cit., p. 46.
56
Ver Giddens, Anthony (1993), Las nuevas reglas del método sociológico, Amorrortu,
Buenos Aires, p. 161. Para un tratamiento sociológico de mayor amplitud sobre la
definición de estructura social puede revisarse Talcott Parsons, “Algunas categorías
fundamentales de la teoría de la acción” en (1978), Hacia una Teoría de la acción,
REFLEXIVIDAD DE LAS FORMAS TECNOLÓGICAS DE VIDA EN SCOTT LASH 133
sólo constriñen o restringen al sujeto, sino que a su vez son medios para la
acción y la transformación. Definidas de esta forma, las estructuras sociales
contienen una propiedad dual: por un lado operan como aparatos restrictivos
de la interacción mientras que, por otro, al moldear las formas de intercam-
bio social, hacen posible su desarrollo. En palabras del propio autor las
estructuras son “condición y consecuencia de la producción de la
interacción”.57
Considerando este modelo de “dualidad de la estructura” de Giddens, y
con el propósito de una precisión conceptual, podemos indicar que las formas
tecnológicas de vida, en tanto estructuras sociales tecnológicamente
definidas, poseen esta propiedad ambivalente: condicionan y regulan los
procesos de interacción social contemporáneas, pero al mismo tiempo
MAYO -AGOSTO DE
informacionales cuya existencia depende de los modos de estructuración
por los cuales son producidas (siguiendo a Giddens). Sin embargo, debido
a su propiedad doble, las formas tecnológicas de la cultura actual se
despliegan igualmente como efectos transformadores de la realidad,
67,
NÚM.
permitiendo el cambio. Es decir, creando a su vez las bases para un tipo
de poder político no lineal, post-humano,58 informacional y ecológico.59
ACTA S OCIOLÓGICA
Kapelusz, Buenos Aires; Merton, Robert (1992), Teoría y estructura sociales, FCE, México;
Barbano, F., “Significado y análisis de las estructuras en Antropología y Sociología”, en
(1987) Estructuralismo y Sociología, Nueva Visión Buenos Aires; Gerth, H.y W. Mills (1984),
Carácter y estructura social, Paidós, Barcelona; Godelier, M. (1961), Problemas del
Estructuralismo, Siglo XXI, México.
57
Idem.
58
Nos referimos a las teorías transhumanistas o posthumanistas (con las que también
coincide Lash) que tratan de poner énfasis en los fenómenos de hibridación entre lo
natural y lo artefactual, descentrando con ello la posición privilegiada del sujeto como
unidad exclusiva de estudio. Se trata de una posición no antropocéntrica sino ecocéntrica
en algunos casos, eco-feminista en otros, o bien, que comprende la cultura
contemporánea como una interface entre naturaleza, cultura y tecnología. Para un ejemplo
de esta orientación véase Aguilar, Teresa (2008), Ontología cyborg. El cuerpo en la nueva
sociedad tecnológica, Gedisa, Barcelona.
59
Expresado por Donna Haraway como política de los cyborgs. Véase Haraway, Donna
(1995), Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza, Tecnos, Madrid.
134 EDGAR TAFOYA LEDESMA
60
W eber, Max (1994), “Conceptos sociológicos fundamentales” en Economía y
sociedad, FCE, México, pp. 5-45.
61
Foucault, Michel (1999), Vigilar y castigar, Siglo XXI, p. 175 y ss.
REFLEXIVIDAD DE LAS FORMAS TECNOLÓGICAS DE VIDA EN SCOTT LASH 135
MAYO -AGOSTO DE
de esta manera y adoptan la figura de estructuras de dominación, sin em-
bargo, en la actualidad estos modos de control pueden adquirir una forma
tecnológica, como es el caso de las innovaciones tecnocientíficas de
carácter militar o las economías de guerra. Así, “la reflexividad de las formas
67,
NÚM.
tecnológicas de vida” expresa la convicción de que es posible comprender
nuevas experiencias de interacción, poder y organización social extendidas
ACTA S OCIOLÓGICA
en el contexto de una cultura global de la información como la actual. La
Sociología de la reflexividad puede tener aquí un aporte significativo.
62
Idem.
63
Hablamos de primera modernidad o “modernidad tradicional” para referirnos al
concepto utilizado por Giddens, Beck y Lash en “Modernización reflexiva” para definir una
época surgida hacia los siglos XV-XVI y que se extiende hasta el proceso de
industrialización europeo del siglo XIX, en oposición a una “segunda modernidad” o
“modernidad radicalizada” que se presenta a inicios del siglo XX y se extiende hasta
nuestros días. Esta modernidad radical es reflexiva y se caracteriza, entre otras cosas,
por la expansión acelerada de los sistemas científico-tecnológicos, así como la
radicalización de la racionalidad técnico-instrumental. Ver Beck, Ulrich; Anthony Giddens
y Scott Lash (1997), Modernización reflexiva, Barcelona, Alianza Editorial.
136 EDGAR TAFOYA LEDESMA
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