Cuento
Cuento
Cuento
Dan Clark nos cuenta que, a un amigo suyo, llamado Paul, le regaló su hermano
un hermoso carro deportivo como obsequio navideño. Cuando salió de la oficina
era ya tarde y vio que había un muchacho observando con admiración su flamante
carro.
-¿Es suyo este carro, señor? –le preguntó con los ojos llenos de asombro.
No era necesario que siguiera. Era evidente que quería decir que ojalá él tuviera
un hermano así. Pero no dijo eso, sino algo completamente distinto que dejó
helado a Paul:
Paul esbozó una sonrisa. Era evidente que el muchacho ansiaba que los vecinos
lo vieran montado en ese extraordinario carro deportivo. Pero, por segunda vez,
se equivocó:
-¿Podría parar frente a esa casa que tiene en el frente dos escalones?
Subió los dos escalones de un salto. No tardó mucho en regresar. Volvía cargando
a su hermanito inválido. Lo sentó en el primer escalón y abrazándolo fuertemente
le dijo:
MORALEJA:
Vive y enseña a vivir para hacer felices a los que te rodean. En vez de preguntarte
qué te van a dar los demás, pregúntate qué vas a darles tú. Proponte vivir de tal
modo que tu familia, tus amigos y todos los que te tratan y conocen sientan una
dicha tenerte. Esfuérzate, desde que te levantas, por ser un regalo para todos los
que te consigas en el día. Que consideren un don haberse encontrado contigo.
Que de tu conversación salgan fortalecidos. Piensa en lo mucho que se te ha
dado, en lo privilegiado que eres. Porque se te ha dado mucho, debes mucho a
los demás.
Todo hombre que te busca va a pedirte algo...
¡Infeliz!