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1

LA HIDATIDOSIS
COMO PROBLEMA DE SALUD
PÚBLICA

UNA MIRADA HISTÓRICA

Las campañas y las luchas preventivas han tropezado con los impedimentos
administrativos y los múltiples cambios de directivos con sus acostumbradas
renovaciones.
Esta tregua es aprovechada por el parásito quien se mantiene
incólume, gracias al no conocimiento y falta de responsabilidad de la
población en general y de las autoridades en particular y en especial a los
programas de enseñanza universitaria que no dan la debida importancia a
enfermedades endémicas como es la Hidatidosis, entre muchas.
Esta enfermedad
de "miseria, suciedad e ignorancia" (Ivanissevich), necesita batalla sin
pausa para obtener un ininterrumpido éxito.

LA EQUINOCOCOSIS QUÍSTICA (EQ)


La equinococosis quística (EQ), ha sido definida como una zoonosis
cosmopolita causada por Echinococcus granulosus, habiendo sido
identificada desde hace siglos como un importante problema de salud
humana. Sus repercusiones sobre la salud y economía de las
poblaciones afectadas estimularon la instalación de programas de
control en muchos de los países que exhibían alta prevalencia de la
enfermedad. A partir del ejemplo exitoso de Islandia, que implementó
su programa a mediados del siglo XIX, otras naciones isleñas, como
Chipre, Nueva Zelanda y Tasmania, se sumaron durante el siglo XX
alcanzando sus metas principales al finalizar esta centuria. Tal cosa no
ha ocurrido aún en países continentales donde la enfermedad
mantiene su alta prevalencia, a pesar de haberse aplicado medidas
similares de control. Actualmente están en marcha, en nuestra
Región, programas efectivos en Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, en
tanto Perú y Bolivia han reconocido desde larga data el fenómeno y
procuran articular programas efectivos.

El diseño de los primeros programas de control fue posible gracias al


conocimiento del ciclo de vida del parásito y a la comprensión de la
historia natural de la infección. El agente causal fue identificado en
1808 y su ciclo vital se describió en 1853. El primer programa dio
comienzo en Islandia en 1864.
2

Las estrategias clásicas utilizadas en los territorios insulares tenían


peculiaridades nacionales pero se orientaban fundamentalmente a
reducir el número de nuevas infestaciones mediante: i) tratamiento
antiparasitario y/o sacrificio del hospedero definitivo parasitado, ii)
eliminación de vísceras parasitadas de hospederos intermediarios, y
iii) educación sanitaria de la población humana.

Al comienzo del siglo XXI el control de la EQ ha derivado hacia un


enfoque más amplio que incluye varios componentes: i) el análisis
detallado de las condiciones locales (particularidades del ciclo,
dinámica de la trasmisión y comportamiento de la población humana
en riesgo); ii) el uso de nuevas tecnologías en el estudio del ser
humano y los animales infestados; y iii) aplicación de desarrollos
recientes, tales como la vacunación de los hospederos intermediarios,
el uso del inmunodiagnóstico en la vigilancia epidemiológica y la
simulación de los impactos del control.

Esta visión más amplia del problema ha sido posible gracias a diversos
factores, entre los cuales cabe destacar: notables contribuciones de
ciencias y disciplinas clásicas como la taxonomía, la farmacología y las
matemáticas1, relevantes aportes de nuevas disciplinas científicas
(biología molecular, ingeniería genética, inmunología), el desarrollo
de nuevas tecnologías (imagenología, informática), la realización de
investigaciones multidisciplinarias, la configuración de equipos
intersectoriales y la profundización de la cooperación internacional,
fundamentalmente la OPS/OMS y la FAO, entre las principales.

Las técnicas empleadas en los estudios parasitológicos iniciales eran


de tipo morfológico y biométrico, para determinar la morfología de la
tenia, la forma y número de sus proglótidos, las dimensiones de sus
ganchos rostelares, y la anatomía de su aparato reproductivo.
Posteriormente se recurrió al examen bioquímico y al uso de
marcadores enzimáticos, seguidos de técnicas de biología y genética
molecular que permitieron avanzar en la discriminación de las
especies reconocidas del género Echinococcus: E. granulosus, E.
multilocularis, E. oligarthrus y E. vogeli. Estas tecnologías
permitieron también demostrar diferencias trascendentes en los
fenotipos y genotipos de variantes de E. granulosus aisladas de
diferentes hospederos.

Una revisión de la Echinococcosis quística: epidemiología y control en


América del Sur, ha sido realizada por autores de la región, poniendo
al día los avances y retrocesos, así como las experiencias de otras

1
ISHIKAWA, Hirofumi, Department of Human Ecology, Graduate School of Environmental Science,
Okayama University, Tsushimanaka, Okayama, 700-8530, Japan.: Mathematical modeling of
Echinococcus multilocularis transmission. Parasitology International 55 (2006) S 259 – S 261.
3

regiones.2 Estos autores señalan que “En varios países fuera de la


región de las Américas, se ha reconocido la Echinococcosis como una
enfermedad y epidemia emergente. El incremento de casos humanos
de Echinococcosis quística fue reportado en Bulgaria como resultado
de la transición desde una economía planificada hacia una economía
de mercado. En Kazakhstán se ha asociado el aumento de la
incidencia de Echinococcosis quística con el deterioro de la economía
y el incremento de la pobreza, aspectos que son especialmente
considerados en el lanzamiento de esta iniciativa regional.”

Dentro de las particularidades de cada Región del Planeta afectado


por esta zoonosis, existe el Proyecto subregional de control y
vigilancia de la hidatidosis en el Cono Sur, concebido para erradicar la
endemia en Argentina, Brasil, Chile y Uruguay.3

Este Proyecto subregional ha continuado reuniéndose, con


funcionarios de salud del más alto nivel, emitiendo recomendaciones
para continuar avanzando en el control de esta zoonosis. 4

2
LARRIEU, Edmundo, BELLOTO, Albino, ARAMBULO III, Primo y TAMAYO, Hugo:
Echinococcosis quística: epidemiología y control en América del Sur. Parasitol Latinoam 59: 82-89,
2004 FLAP.
3
YARZÁBAL, Luis: Conferencia dictada en la Reunión Constitutiva del Proyecto de Control de
Hidatidosis en el Cono Sur. OPS/OMS, Montevideo, 7-9 de julio de 2004, páginas 2 y 3.
4
II Reunión del proyecto subregional Cono Sur de Control y Vigilancia de la Hidatidosis: Argentina,
Brasil, chile y Uruguay. Santiago, Chile, 17 y 18 de marzo de 2005. El informe final da cuenta de los
avances y pedidos para que la Organización Panamericana de la Salud y distintas dependencias suyas,
como el PANAFTOSA y BIREME, tomen parte más activa en los proyectos que viene llevando a efecto
la región, así como felicitar a Brasil por los progresos alcanzados. Véase:
OPS/DPC/VP/PANATOSA/URU-QH/02-05, Montevideo, 2005.
4

UN POCO DE HISTORIA

Es clásico mencionar que desde tiempos de


Hipócrates de Cos (hacia 460-380 aC), se conocía la hidatidosis en los
seres humanos. Así se menciona en sus Aforismos, 7: 55 5,
sentenciando: “A todos aquellos, cuyo hígado, tras llenarse de agua,
revienta dirigiéndose hacia el “epiplón”, a ésos se les llena de agua el
vientre, y entonces mueren.”

El autor griego M. Maccas, de Atenas, menciona que: “La


equinococosis no es una enfermedad nueva para Grecia. Los médicos
de la Antigüedad la conocían suficientemente como lo prueba la
lectura de sus obras llegadas hasta nosotros.6 El Profesor A. Couzis,
Profesor honorario de Historia de la Medicina en la Universidad de
Atenas en una comunicación hecha ante el primer Congreso Médico
Panhelénico de 1901, informó que la enfermedad hidática no había
escapado un ápice a la perspicacia y a la profundidad de observación
de los grandes investigadores. Los textos de Hipócrates, de Galeno, de
Areteo y de otros médicos de la Antigüedad demostraban de manera
cierta que en aquella época se conocía el quiste hidático del pulmón,
del hígado y del peritoneo, la presencia de fragmentos de membranas
en la expectoración así como la ruptura del quiste hepático en la
cavidad peritoneal, que Hipócrates consideraba como mortal.
Ciertamente, ellos ignoraban que los quistes llenos de agua eran
debidos a un parásito. En los textos antiguos, ellos son designados
como “tubérculo”, “hidátide”, “quiste”. Los Antiguos sabían también

5
TRATADOS HIPOCRÁTICOS, Volumen I – Biblioteca Clásica Gredos, Madrid, 1990, pp. 292.
1
6
MACCAS, M.: Statistique de L´Echinococcose Humaine en Grece. En: Archivos Internacionales de la
Hidatidosis: Vol. XII: Octubre 1951, Fasc.: I-II, Montevideo, Imprenta Nacional, 1953, 600 páginas; pp.:
61-70.
5

que estas lesiones eran igualmente encontradas en las vísceras de los


animales tales como los ovinos, los bovinos y los porcinos”.

Agregado a lo mencionado por Maccas, y por lo que luego se dirá, vale


consignar el siguiente pasaje de Galeno: “Otro indicio es un latido del
corazón, que se produce solo o acompañado de alguna señal de que el
corazón de mueve en un medio líquido. No es nada sorprendente que
en la túnica que envuelve el corazón se acumule tanta cantidad de
humedad como para impedirle dilatarse, pues en el pericardio de
animales diseccionados hemos visto con frecuencia un humor
abundante semejante a orina. Una vez, un mono que día a día se iba
debilitando tardó en ser diseccionado a causa de nuestras necesarias
ocupaciones; cuando murió, todas las demás partes de su cuerpo
estaban sanas, pero en la túnica del pericardio había una tumefacción
patológica conteniendo un humor semejante al del hidátide. En otra
ocasión un gallo tenía una tumefacción escirrosa, sin humor,
semejante a muchas membranas espesas superpuestas.” 7 Y resulta
sugestiva asimismo, este otro pasaje, cuando al tratar de las
Afecciones Pulmonares, cita este caso: “Un hombre empezó de
repente a expulsar con la tos un humor muy parecido a la bilis líquida,
de color entre amarillo y pálido, pero sin ninguna acritud. A partir de
ese momento cada día la cantidad expectorada iba en aumento.
Después le sobrevinieron fiebres ligeras y se fue debilitando, al
tiempo que expectoraba también pus. Después de unos cuatro meses
expulsó con el pus un poco de sangre, aumentando al mismo tiempo
la consunción y la fiebre, después volvió a expectorar más cantidad, y
luego todavía más abundante. Tras ello, al aumentarle la fiebre y
disminuirle las fuerzas, murió de forma parecida a los enfermos de
tisis. Después vi a otro hombre que estuvo enfermo de la misma
forma durante seis meses, y luego a otro, más tiempo. El primero no
parecía al principio tener ningún mal, pero después su estado era
claramente penoso. En cuanto vi al segundo, resolví desde el principio
tratarlo con esmero, y después de él, todavía más al tercero. Sin
embargo, a pesar de todos nuestros considerables esfuerzos, ninguno
de ellos, ni tampoco ningún otro después, logró salvarse. Todos ellos
al morir expulsaron trozos podridos del pulmón, de lo que yo deduje
claramente que su afección era igual a la existente en las partes
externas cuando se impregnan de un humor purulento. Pero mientras
que éstas se pueden amputar e incluso cauterizar, nada de esto se
puede hacer en el pulmón y por eso todos los afectados mueren.” 8

Esto equivale decir que desde el inicio de la Medicina Técnica y Ética,


se conocía la presencia en el hombre del quiste hidático de hígado.

7
GALENO de PÉRGAMO, Claudio: Sobre la localización de las Enfermedades (De Locis Affectis).
Biblioteca Clásica Gredos, Madrid, 1977, 462 páginas; Libro V: 303, 304, pp. 337:
8
GALENO de PÉRGAMO, Claudio: Sobre la localización de las Enfermedades (De Locis Affectis).
Biblioteca Clásica Gredos, Madrid, 1977, 462 páginas; Libro IV: 290-292; pp.: 329.
6

El Catedrático emérito de la Universidad de León, Miguel Cordero del


Campillo, ha publicado sus Notas históricas de la
equinococosis/hidatidosis, realizando fundamentales aportes a esta
disciplina. 9 Divide su estudio en dos períodos:

I. PERÍODO PRE-SISTEMÁTICO

En el Talmud de Babilonia, compilado entre los siglos IV-VI dC, hay


noticia de la existencia de vesículas en los hígados de rumiantes
sacrificados a la divinidad, identificables con quistes hidatídicos.
Aristóteles (384-c. 322 aC) conocía las tenias y los cisticercos.
Teofrasto (372-287 aC) informa, en su Historia de las Plantas, sobre
la frecuencia de tenias entre los tebanos, beocios, egipcios, árabes y
sirios, y recomienda el helecho contra los "helmintos planos".
Hipócrates (460-380 aC) describe el quiste hidatídico (hydatís,
hydatídos, vejiga con agua, de hydor, hydatos, agua; debe advertirse
que se llamaban hidátides no solo al quiste hidatídico sino los
cisticercos y cenuros) los pulmones de vacunos, ovinos y cerdos, y
cuenta que cuando se rompe el hígado que está lleno de agua, se
derrama en el peritoneo y el paciente muere. También describe las
tenias (helmins plateia, helmintos planos).

Areteo de Capadocia (siglo II dC), en sus


dos obras, una sobre las causas y otra sobre el tratamiento de las
enfermedades agudas y crónicas, menciona la presencia de cestodos.

9
Jornada científica de la Asociación Española de Hidatidología. León, 19-X-2007, Universidad de León.
7

Galeno (129-c. 206 dC) realizó necropsias


en animales e interpreta el texto de Hipócrates como un caso de
rotura de un quiste hidatídico y Cysticercus tenuicollis, pues cuenta
que el hígado de los animales sacrificados contiene vesículas llenas de
líquido. También se mencionan quistes hidatídicos en el Corpus
Hippocraticum.

Los griegos llamaban a los cestodos taínia (cinta o banda), palabra


que adoptaron los latinos (taenia), como recoge Cayo Plinio
Segundo (23-79 dC) en su Historia naturalis. Como sinónimo,
también designaban a los cestodos como lumbricus latus (lombriz
ancha). Latina también es la voz cucurbitinus, para los segmentos,
anillos o proglottis (del griego proglosis, lengua), por su parecido con
las pepitas de la calabaza (cucurbita).

Avicena (981-1037) menciona en su Canon medicinae varios


helmintos, entre ellos cestodos y sus cucurbitinos, aunque no conocía
la relación entre ambos. Los hispano-árabes Albucasis (c. 936-1013)
y Avenzoar (1113-1199) también citan tenias.

El canciller Pedro López de Ayala (1332-1350) cita helmintosis del


perro, aunque no está claro que conociera Echinococcus granulosus.
Hasta el siglo XVII se creía que las fases larvarias de los cestodos, y
de modo especial los quistes hidatídicos, eran tumoraciones o
glándulas degeneradas, pero Phillipp Jakob Hartmann (1648-
1707), que estudió Medicina y Teología en Königsberg, merece ser
destacado por sus estudios de Cysticercus cellulosae y Strobilocercus
fasciolaris, pues poniéndolos en agua caliente apreció sus
movimientos y el escólex, y demostró su naturaleza animal, en 1685.
Siguiendo sus investigaciones, en 1694 describió un Echinococcus
hydatidosus con vesículas hijas. Hartmann llamó "vermes vesiculares"
8

a los estadios larvarios de los cestodos y, en 1695, halló por primera


vez Echinococcus granulosus en el perro (Enigk, op. cit. p. 15).

Thomas Bartholin (1616- 1680), danés, que estudió Cysticercus


tenuicollis y Coenurus cerebralis, consideró en ambos casos que se
trataba de vejigas acuosas o acúmulos de agua, pero el médico suizo
Johann Jacob Wepfer (1620- 1695) afirmó que los cisticercos eran
cestodos encapsulados, relacionó a Coenurus cerebralis con la
modorra o torneo de los ovinos, que era realizable la trepanación y
observó que, dentro de la membrana, había numerosos escólex, con lo
que llegó a diferenciar los cenuros de las hidátides.

Francesco Redi (1626-1697) es autor


de la primera helmintología comparada, en la que trata de los
cestodos adultos de perros y gatos y de sus estadios larvarios,
reconociendo su condición parasitaria, aunque no advirtió la relación
entre unos y otros estadios. Su obra Osservazioni intorno agli animali
viventi che si trovano negli animali viventi (1684) ha permitido
considerar a Redi como "el padre de la Parasitología".

Edward Tyson (1650-1708), graduado en Medicina en Oxford y


doctorado en Cambridge, halló Cysticercus tenuicollis en una gacela
(1691), apreció su naturaleza helmintiana, su condición de ser vivo,
denominó a la fase quística "lumbricus hydropicus" (lombriz
hidrópica), en 1692, y describió la doble membrana de los quistes.
Además de contribuir con importantes trabajos al desarrollo de
Helmintología (fue el primero que reconoció el escólex como "cabeza"
de las tenias), se distinguió por buscar conexiones entre la animalidad
y la humanidad, a través de estudios comparados de chimpancés y
humanos. Su trabajo sobre cestodos se publicó en Philos. Trans. R.
Society London, 13: 113-144 (Cox, 2002). También Marcus
9

Malpighi (1697) apreció la condición de ser vivo de Cysticercus


celullosae del cerdo.

II. PERÍODO SISTEMÁTICO

Aunque sus trabajos versaron sobre vegetales, es importante


mencionar a John Ray (1627-1705), pues contribuyó en gran medida
a la taxonomía al fijar la noción de "especie tipo", que definió sobre
bases genéticas al afirmar que "ninguna especie se forma de la
semilla de otra", considerándola invariable en el espacio y en el
tiempo. En el siglo XVI los naturalistas eran creacionistas fijistas, que
definían a las especies sobre bases morfológicas, pero en el siglo
XVIII se define la especie biológica, con la incorporación de factores
como tiempo y espacio.

En el siglo XVIII se logran grandes avances en el conocimiento de las


cestodosis.

Es obligado citar a Karl von Linné


(1707-1778) , médico sueco que sentó las bases de la
10

sistemática/taxonomía, con la décima edición de su Systema Naturae


(1758), aunque no manifestó mucho interés por la Helmintología,
pues llamaba a los vermes "estirpe asquerosa y repugnante", opinión
que, seguramente sin saberlo, compartía con nuestro albéitar11

10
También conocido como Carlos Linneo o Carolus Linnaeus.
11
albéitar. (Del ár. hisp. albáy?ar, este del ár. clás. bay?ar o bay?ar, y este del gr. ?pp?at???). 1. m.
veterinario (? hombre que ejerce la veterinaria). Diccionario de la RAE, Edición 22ª., 2001.
10

Baltasar Francisco Ramírez, quien calificaba a las helmintosis de


enfermedades peligrosas y repulsivas (1629). La parte de la obra
linneana relacionada con la Parasitología se debe a Per Arthedi
(Arthedius).
HASTA EL SIGLO XVII SE CREÍA QUE LAS.
Entre los pastores se conocían Cysticercus tenuicollis, Coenurus
cerebrales y Echinococcus hydatidosus, con algunas intuiciones sobre
la naturaleza vermidiana de los "granitos" (protoescólex) del cenuro,
como sospechó Ranstler (1776), autor de una obra sobre
enfermedades de los ovinos.

Peter Simon Pallas (1741-1811), médico formado


en Berlín, Halle y Gotinga, que se doctoró en Leiden (Holanda), acudió
a Londres, fue invitado por Catalina II de Rusia a la Academia de
Ciencias de San Petersburgo, y regresó a Berlín para integrarse en su
Universidad. Destacaremos los trabajos en que demostró la relación
entre Taenia taeniaeformis del gato y su fase larvaria en el ratón,
Cysticercus fasciolaris. Sin embargo, creía que todas las larvas
quísticas pertenecían a una sola especie que denominó Taenia
hydatigena, cuya morfología variaba según la especie hospedadora.
En cuanto al quiste hidatídico, lo relacionó con los cestodos, aunque
no llevó a cabo experimentos.

Johannes August Ephraim Goeze (1731- 1793), hijo de un pastor


luterano y él mismo estudiante de Teología, sintió inclinación por la
Parasitología cuando Pallas le envió muestras de helmintos para que
los estudiara, lo que se tradujo en la publicación de Versuch einer
Naturgeschichte der Eingeweidewürmer (1782), una de las
aportaciones fundamentales del siglo XVIII. Diferenció Taenia solium
de T. saginatus y señaló la naturaleza verminosa del quiste hidatídico,
al que denominó Taenia visceralis socialis granulosus, aludiendo a su
condición de cestodo presente en vísceras.
11

Jean-Baptiste de Monet, chevalier de


Lamarck (1744-1829), derivó sus inquietudes hacia la Medicina y la
Botánica y, entre otras obras, escribió la titulada Système des
animaux sans vertèbres, ou table general des clases (1801), en la que
introdujo el término "invertebrados", entre los cuales situó a los
gusanos. Karl Asmund Rudolphi (1771-1832), estudió y se doctoró
en Medicina y Ciencias Naturales en Greifswald con tesis sobre
estructura de los helmintos. Seguidamente acudió a estudiar en la
Escuela de Veterinaria de Berlín y regresó a Greifswald como profesor
habilitado de Anatomía y Zoología en la Facultad de Medicina. Tras
visitar varios centros europeos, se incorporó a la universidad de Berlín
como catedrático de Anatomía comparada, en la que impartió
docencia de helmintología de los animales domésticos. A Rudolphi se
le llamó "el Linneo de la Parasitología" por su propuesta de
sistematización de los helmintos, que distribuyó en cinco Órdenes,
entre ellos Cestoda (Cestoidea) y Cystica (Cystoidea). El gran avance
que supuso esta clasificación fallaba por considerar
independientemente a los estadios adultos de Cestoidea, de los
larvarios Cystoidea, que enfatizaban las raíces de ambos términos:
respectivamente, kestós, cinturón bordado y kystis, kyste, vejiga,
quiste. No obstante, el género Echinococcus Rudolphi, 1801 lleva el
nombre de este distinguido científico, con la especie tipo granulosus,
designación que introdujo Batsch en 1786, cuando le asignó el
nombre de Hydatigera granulosa. Rudolphi (1808) diferenciaba,
creyendo que eran especies distintas, E. hominis, E. veterinorum y E.
simiae, del hombre, animales y simios respectivamente, de los cuales
únicamente el primero formaba vesículas hijas.
Pese a los avances debidos a Goeze, en cuanto a la relación de los
quistes hidatídicos con los cestodos, Johann Georg Heinrich
Zeder (1763-1837), médico militar, aceptando la propuesta de
Rudolphi, separadora de Cestoda y Cystica, propuso en 1800, para los
quistes hidatídicos del hombre, la designación de Polycephalus
hominis, que cambió en su obra Anleitung zur Naturgeschichte der
Eingeweidewürmer (1803), por la de Polycephalus echinococcus. Vino
a complicar las cosas el médico francés
12

René Téophile Hyacinthe


Laënnec (1781-1826), quien estudió hidátides humanas carentes de
escólex, a las que calificó de "acefaloquistes" (Mémoire sur les vers
vesiculaires, principalement ceux qui se trouven dans le corps
humain, 1804), considerando que se trataba de un género distinto del
que incluía los que afectaban a ovejas y vacas. Livois (1843) aclaró
que los acéfaloquistes eran hidátides en las que todavía no se habían
formado los escólex. Bernard Naunyn (1839-1925) demostró (en
1863) el error de Rudolphi cuando administró parte de un quiste
hidatídico de origen humano a dos perros, en los que se desarrollaron
equinococos similares a los que procedían de hidátides de origen
porcino. Poco después (1867), R. Leuckart obtendría hidátides en
cerdos a los que administró huevos obtenidos del cestodo adulto.

Félix Dujardin
(1801-1860), polifacético personaje (pintor de
acuarelas, ingeniero, profesor de Matemática y
de Literatura, de Geología, Geometría y
Química, etc.) escribió una "Histoire naturelle
des Helminthes ou vers intestinaux" (1845),
13

en la que describe 135 especies de cestodos e


introduce la voz "proglottis" para los
anillos/segmentos de ellos.

Como nota curiosa, Edward Jenner (1749-1823), de quien nos


ocuparemos más adelante, vinculó la hidatidosis con la tuberculosis.

Carl Theodor Ernst von Siebold


(1804-1885), graduado en Medicina en Berlín, discípulo de Rudolphi y
Ehrenberg, se interesó desde 1830 en la Zoología, de manera que fue
nombrado catedrático de Zoología, Anatomía comparada y Sanidad
animal de la Facultad de Medicina de Erlangen (1840), en la que
hicieron obligatorias las clases de Sanidad animal para los estudiantes
de Medicina. Von Siebold acabó entendiendo que los quistes
hidatídicos eran fases de un futuro desarrollo, designó al parásito
como Taenia echinococcus y demostró (1852) el desarrollo del
cestodo en perros infectados con material hidatídico de ovejas (Ueber
die Verwandlung der Echinococcus-brut in Taenien. Z. Wisssen. Zool.
4: 409-425, 1853), experimento que repitió Bernhard Naunyn (1839-
1925), ayudante de la Facultad de Medicina de Berlín, administrando a
un perro parte de un quiste hidatídico obtenido de un hombre (Ueber
die zu Echinococcus hominis gehörige Taenien. Arch. Anat. Physiol.
Wiss. Med., 4: 412-416, 1863), con lo que, contra la opinión imperante
desde Rudolphi, demostraba que la especie de Echinococcus derivada
del quiste hidatídico era común al hombre y a los mamíferos (Foster,
1965; Grove, 1990).
No podemos concluir esta parte sin mencionar las experiencias
fundamentales llevadas a cabo por Gottlieb Friedrich Heinrich
14

Küchenmeister (1821-1890) sobre los ténidos del hombre y de los


animales domésticos, y su propuesta de que no se dieran a comer a
los perros los residuos de matadero de los mamíferos domésticos
(1855).

* * *

El gran impulsor de la lucha anti-hidática a nivel mundial, nuestro


Maestro uruguayo Velarde Pérez Fontana, decía en 1951, a propósito
del Desarrollo de la Hidatidosis en Portugal y España, ante el
Congreso de Argel lo siguiente, con relación al origen de la infestación
hidática de nuestro continente: 12 “Origen y extensión de la
hidatidosis: A. B. Van Deinse, del Erasmianche Gymnasium de
Rotterdam, cree que la hidatidosis es una enfermedad originaria de
Islandia, que fue llevada a las distintas comarcas por los perros de los
balleneros. Nosotros compartimos la tesis del investigador holandés y
hemos podido verificar su exactitud en los focos del Río de la Plata y
de la zona Patagónica. Van Deinse ha demostrado con documentación
gráfica la existencia de perros en los balleneros y que “la presencia de
maxilares de ballena marca la pauta de la distribución de la
enfermedad hidática”. La infección hidática fue llevada del
Continente Europeo en el siglo XVII aproximadamente hace 300 años.
Es conocida la frecuencia con que se encuentran maxilares y vértebras
de ballena en la región cantibérica de la península Ibérica, que
coincide con el foco mayor de hidatidosis en España. Por otra parte
Aveiro, en el siglo XV de la zona del Miño, donde hay actualmente un
foco de hidatidosis similar al norte de España, fue un importante
centro pesquero de ballenas. Sobre el mar de España por fuera del
estrecho que desde antigua data es un centro de pesca y explotación
de ballena, hay un foco importante de hidatidosis.

12
PÉREZ FONTANA, Velarde: Algunas consideraciones sobre el origen y desarrollo de la Hidatidosis
en Portugal (Con especial referencia a la Península Ibérica). Archivos Internacionales de la Hidatidosis:
Vol. XII: Octubre 1951, Fasc.: I-II, Montevideo, Imprenta Nacional, 1953, 600 páginas; pp.: 79-89.
15
16

En el cartograma de distribución porcentual se ve que los focos más


importantes de hidatidosis corresponden exactamente a las zonas
donde hubo faenas balleneras. Portugal, es una parte de la península
Ibérica. Tiene una superficie de 89.106 km2., su constitución
geológica, su orografía e hidrografía son continuación de las regiones
de la península comprendidas entre el paralelo 42 y 37. Cuatro ríos: el
Miño, el Duero, el Tajo y el Guadiana con sus valles nacen en España y
terminan en el Océano Atlántico cruzando el territorio portugués. El
Valle del Tajo, divide el país en dos partes, de las cuales la parte
norte, tiene una altitud media de 370 metros y la parte sur, de 160
aproximadamente. En los valles del Tajo y del Sado hay llanuras de
pequeña altitud en una extensión de 1.600 km2. En la parte
meridional de Portugal se extienden llanuras de altura media, de 50 a
200 metros entre el Tajo y el Bajo Alentejo, y la segunda en Alto
Alentejo entre el Tajo y el Guadiana. Las regiones lacustres tan
propicias al desarrollo de la enfermedad hidática, adquieren en
Portugal, características muy especiales. La costa de Portugal es una
prolongación de la costa de Galicia. El hundimiento de las costas de
Galicia, permite al mar salado explayarse entre las montañas
formando “las rías” que están influenciadas por el flujo y reflujo de la
marea. El mismo fenómeno se observa en los fiordos de Noruega, por
erosión de las rocas. La albufera de agua dulce, en cambio, como en
Valencia, Río Grande [do Sul, Brasil], Uruguay y Provincia de Buenos
Aires, y en Portugal, en la región de Aveiro, también llamada la
Venecia portuguesa, mantiene explayadas grandes extensiones de
aguas dulces de origen fluvial, en las proximidades del mar. El clima
de Portugal está influenciado grandemente por la costa del Atlántico,
el promedio de lluvia [anual] de la península Ibérica 1916-1920 es de
684 milímetros cúbicos. El máximum de lluvia corresponde al norte,
1.290 milímetros en Porto, Coimbra 916, Lisboa 756, Évora 636, Lagos
493 y Faro 440. Las condiciones corográficas edáficas y climatéricas
de Portugal son propicias a la extensión de la enfermedad hidática.”
Y se extendía en consideraciones sobre la dedicación del 57% de la
población de Portugal a hacerlo país agrícola por excelencia, y sus
consecuencias para favorecer la difusión de la enfermedad.
17
18

El español Jesús Calvo


Melendro, Director del hospital Provincial de Soria, examinaba la
escasa bibliografía existente y analizaba algunas conclusiones
referentes a la distribución geográfica, localización anatómica,
epidemiología, etc.13 “La localización anatómica que suministran los
autores españoles no difiere gran cosa de las de otros extranjeros
señalando por lo tanto en primer lugar el hígado y en un porcentaje
muy inferior las de pulmón, siguiendo con proporciones poco mayores
del 1% los músculos, cerebro y peritoneo y más raras las restantes.
En esto las estadísticas de cada autor son influidas por circunstancias
tan especiales que hacen admitirlas con muchas reservas. Es muy
demostrativo a éste respecto que en mi experiencia el porcentaje de
localizaciones haya cambiado considerablemente en los últimos años.
Antes del 36, yo decía en algunas publicaciones que los pulmonares
eran mucho más frecuentes que en hígado, hecho que me hacía
pensar en la hipótesis aérea, sostenida por Bird, e incluso comencé
una serie de experiencias para comprobar si los huevos de tenia
equinococo podían implantarse por inhalación en aparato respiratorio.
Actualmente la proporción de quistes hepáticos que veo supera a la
localización pulmonar, encontrándose en conjunto igualadas en
frecuencia. Estoy convencido que lo que ha variado son las
circunstancias en que ahora se ejerce la profesión en esta ciudad. En
mi concepto influye mucho la facilidad con que se hace el diagnóstico,
13
CALVO MELENDRO, J: La Equinococosis en España. En: Archivos Internacionales de la
Hidatidosis: Vol. XII: Octubre 1951, Fasc.: I-II, Montevideo, Imprenta Nacional, 1953, 600 páginas; pp.:
73-77.
19

cuando la radiología era poco frecuente la proporción de quistes


hidatídicos de pulmón que daban todas las estadísticas era muy
inferior al actual. Probablemente el cerebro, corazón, riñón y bazo
están mayor número de veces afectados que lo que se cree.” Y con
relación a la edad y ocupación de los afectados, confirmando
hallazgos sudamericanos, continúa: “La edad en que son atacados los
enfermos tampoco difiere en España de la consignada en otros países.
López Neyra dice que las edades más precoces reveladas en las
publicaciones españolas es la de dos niños de tres años, refiriendo el
caso del Dr. Arquellada, de un niño que desde su nacimiento presentó
síntomas tumorales de abdomen diagnosticándose a los siete meses
como debidos a un quiste hidatídico de hipocrondrio izquierdo.
Nosotros hemos visto un niño de tres años con un quiste hidatídico de
cerebro descubriéndose en la autopsia tres de hígado que habían
permanecido latentes y una anciana de 90 años con un voluminoso
quiste de hígado. En el estudio clínico de la equinococosis hay
algunos detalles que revelan condiciones favorables para el contagio y
por lo tanto dan idea de la frecuencia en una determinada región, por
ejemplo la existencia de focos epidémicos como han sido descubiertos
en la Argentina por Ferro y en el Uruguay por Velarde Pérez Fontana,
dos países de endemia equinococósica. Lozano también señaló en
Aragón distritos de especial frecuencia aunque no verdaderas
epidemias. Por nuestra parte hemos visto en un pueblo pequeño
enfermar un matrimonio, a los pocos años de ir destinados a él, el
marido había ido a sustituir a otro individuo fallecido por quiste
hidatídico de hígado que tampoco era del pueblo pero había vivido allí
diez años desempeñando el mismo empleo. En el mismo sentido
abogan la multiplicidad de quistes en un individuo y la equinococosis
familiar; respecto a lo primero estimo que es mucho más frecuente de
lo que se cree ya que de ocho autopsias que he tenido ocasión de
hacer en enfermos hidatídicos en siete había más de una de estas
formaciones, atacando uno o más órganos, y respecto a la segunda
condición, recientemente he publicado un trabajo dando cuenta de
que en el 11 o 12% de los casos tiene lugar. Las trágicas
observaciones de familias enteras masivamente atacadas por esta
enfermedad han sido publicadas por Costantini en Argelia y Marangos
en Grecia, es decir, dos países de tradición equinococósica. Fácilmente
se comprende que condiciones epidemiológicas favorables harán
desarrollarse la equinococosis familiar y la hidatidosis múltiple.”

Con relación a los datos suministrados por los veterinarios del


matadero municipal de la ciudad de Soria, respecto a la infestación de
los animales sacrificados, proporciona las siguientes cifras:
Ganado vacuno……………………………..50%
Ganado lanar………………………………..30%
Ganado cabrío………………………………30%
Ganado porcino……………………………. 3%
20

En sus conclusiones señala: “La equinococosis es frecuente en España,


principalmente en ambas Castillas y Aragón. La proporción en las
localizaciones anatómicas no difiere de la de otros países. En Aragón
influye mucho en la propagación de la enfermedad el agua de bebida.
En la provincia de Soria la profesión más afectada es la de pastor. Es
muy frecuente encontrar equinococosis múltiples y familiares. No es
segura la existencia de equinococosis alveolar aunque poseemos una
observación personal diagnosticada como tal por estudio histológico.”

En Grecia, a pesar de los


conocimientos ya señalados que poseían en la Antigüedad Hipócrates
de Cos, Galeno de Pérgamo, o Areteo de Capadocia, menciona Maccas
14
: “En lo sucesivo, no se hace más mención a la equinococosis en
Grecia, al punto que Schwarz escribió que hasta 1900 pocos de estos

14
MACCAS, M.: Statistique de L´Echinococcose Humaine en Grece. En: Archivos Internacionales de la
Hidatidosis: Vol. XII: Octubre 1951, Fasc.: I-II, Montevideo, Imprenta Nacional, 1953, 600 páginas; pp.:
61-70.
21

casos griegos eran conocidos y que solamente se habían publicado


casos aislados. Y esto no debe escandalizar si se piensa que para
aquella época las laparotomías y mismo las disecciones eran muy
raras entre nosotros. El primer trabajo de cierta importancia sobre la
equinococosis es publicada por Phocas y Condoleon en 1914, basado
sobre 72 casos. En la misma época el cirujano conocido en El Cairo,
Th. Papaioannou se ha ocupado igualmente de la extensión del modo
de propagación y de la trasmisión al hombre de la enfermedad
hidática en Grecia. A pesar de estas publicaciones, en 1928, Schwarz
que realiza una revisión, en la monografía de Hoseman, el capítulo
concerniente a la extensión de la hidatidosis a través del mundo,
¡consideraba a Grecia como un país poco afectado por la enfermedad
hidática! En 1930, Toole fue el primero en asumir la tarea de
demostrar la frecuencia de la equinococosis en Grecia por la
estadística: él reunió los casos observados en las clínicas quirúrgicas
de los hospitales y en las clínicas privadas en Grecia entre 1900 y
1928, esto es durante 29 años. Reunió 3.038 casos seguros de
equinococosis humana. Toole constató un aumento progresivo de los
casos de hidatidosis, de 31 casos en 1900 a 209 en 1928. La
proporción de QH sobre los enfermos de las clínicas quirúrgicas era de
1/84. Concluyó de su estadística que la equinococosis no tenía una
distribución homogénea en Grecia, sino que ella era más frecuente en
la antigua Grecia y de menor frecuencia en los nuevos territorios. Los
focos principales estaban en Grecia continental, al Oeste, la región
Nordeste del Peloponeso, la Eubea y las Cícladas. La isla más afectada
era Cefalonia. En lo que concierne a la localización en los diversos
órganos, Toole encontró para el hígado 67,4% y para el pulmón 16%.
En 1936, el Profesor Geroulanos (Congreso internacional de Patología
comparada, Atenas, 1936) hizo un largo relato sobre la equinococosis
en Grecia hasta 1935, con estadísticas que completó más tarde su
discípulo Toole, como continuación de su primera publicación de
1930. Esta estadística comprendió todos los casos operados en Grecia
entre 1929 y 1935, es decir, en 7 años. Entonces, aunque la vieja
estadística de 1930 comprendía 3.038 casos operados en 29 años, la
nueva estadística de 7 años solamente, comprendía 2.069 casos; este
aumento es progresivo desde 224 casos en 1931 a 391 en 1935. Aquí
todavía la mayor frecuencia interesa la misma isla de Cefalonia.
22

Por lo que hace a la localización según los órganos, 1250 casos


afectaban el hígado (60,4%) y 583 casos al pulmón (28,2%).”

Entonces Maccas, desde su servicio en el Hospital de la Cruz Roja de


Atenas, se decidió a emprender una campaña para luchar contra la
enfermedad y arribar a su prevención. Para eso organizó una encuesta
sobre la frecuencia de la equinococosis en Grecia durante los últimos
años, es decir, después de las estadísticas de Toole, que llegaban
hasta 1935, y se dirigió a los hospitales y clínicas privadas para saber
cuántos casos habían sido operados desde el 1º de enero de 1936
hasta el 31 de diciembre de 1949, es decir, durante 14 años.
“Evidentemente, señala Maccas, esta estadística no pretendía ser de
una exactitud absoluta, siendo evidente que un cierto número de
casos fueron operados dos o tres veces y probablemente, por este
hecho, figuren en la estadística como dos o tres casos distintos.” Lo
que él encontró en ese intervalo de 14 años, “que se habían operado
en Grecia 6.000 casos de equinococosis de localización diversa.
Durante la ocupación (1941-1944), los casos son menos numerosos
en tanto que en los últimos años antes de la liberación, mi estadística
es más reducida. Esto se explica si se tiene en cuenta que durante la
ocupación un gran número de hospitales y de clínicas privadas fueron
cerradas y además que los habitantes de Grecia ocupada se vieron
mayormente obligados a sobrevivir ellos y sus familias, que a
ocuparse de su propia salud, visto que la equinococosis es una
enfermedad crónica que ocasiona molestias subjetivas soportables y
sin gran apariencia de gravedad, a los ojos de los pacientes, al
menos.” En su encuesta, Maccas confirmó cifras más cercanas a las
registradas en el segundo estudio de Toole (que comprendía los años
1929-1935) que había hallado la frecuencia de QH de hígado en el
23

60,4% y de pulmón del 28.2%, mientras Maccas (para el período


1936-1949) halló 59,9% y 30% respectivamente. Lo que era
evidente, que ahora se buscaba más y se encontraba cada vez con
mayor frecuencia, pacientes portadores de QH, si se analizan estas
cifras gruesas:

Década 1900 – 1909 434 casos


Década 1910 – 1919 931 casos
Década 1920 – 1929 1.610 casos
Década 1930 – 1939 3.331 casos
Década 1940 – 1949 4.417 casos.

En la isla de Chipre, todavía bajo


dominio británico, el mismo autor registró, para el período 1936-1949
que se habían operado en los hospitales y clínicas privadas de la isla,
que tenía 485.000 habitantes, 640 casos de QH, a razón de 46,4 casos
por año, con lo cual esta cifra era la más alta de Grecia. Entonces se
preocupó de conocer estadísticas de otros países afectados por la
hidatidosis, y comparó las cifras de los diferentes países:

1936 – 1949 (Maccas, Chipre) 650 casos

1. Argentina (población 13 millones)

1910 – 1921 (Grennway) 2.474 casos


1922 – 1935 (Castex y Grennway) 3.096 casos
1936 – 1948 (Cabella y Suárez) 4.746 casos

En 32 años, 1910 – 1948: 10.326 casos

2. Uruguay (población 2.500.000)

En 6 años, 1929 – 1934 (Pérez Fontana) 2.616 casos

3. Chile (población 5 millones)


24

En 13 años, 1933 – 1945 (Neghme,


Faigenbaum, Pilotti y Campos) 3.667 casos

Y los comparó con las cifras estadísticas reunidas en Grecia durante


50 años:

4. Grecia (población 8 millones)

1900 – 1928 (Toole) 3.058 casos


1929 – 1935 (Toole) 2.069 casos
1936 – 1949 (Maccas) 6.000 casos

1900 – 1949 11.107 casos

5. Chipre (población 485.000 habitantes)

1936 – 1949 (Maccas) 650 casos

La conclusión que extrajo de estas cifras fue, entre otras, establecer el


ranking que muestra la tabla siguiente:

1. Uruguay por 100.000 habitantes 17,4 QH


2. Chipre “ “ “ 12,9 QH
3. Grecia “ “ “ 7,37 QH
4. Chile “ “ “ 7,21 QH
5. Argentina “ “ “ 2,6 QH

“Las conclusiones de mi estadística me dieron mucho para reflexionar


y me inquietó la amenaza para la salud del pueblo griego que
representaba el aumento progresivo de la equinococosis. Las medidas
profilácticas para el hombre son conocidas luego de muchos años,
pero su aplicación sistemática y rigurosa está empedrada
lamentablemente de grandes dificultades.
La prueba de esto es que Australia, Nueva Zelanda y las Repúblicas
citadas de América del Sur, a pesar de las medidas adoptadas después
de largo tiempo, no han logrado disminuir de una manera notable la
frecuencia de la equinococosis. En Grecia, hasta el presente, ninguna
medida seria y sistemática se había tomado.
Nosotros tuvimos la intención de emprender y organizar la lucha
contra la extensión de la enfermedad, teniendo ante nuestros ojos el
ejemplo de Islandia y de Finlandia. Con lo que esperábamos llegar a
hacer disminuir la frecuencia de la equinococosis hasta límites tales
que no pudiera representar más un daño real para los habitantes de
nuestro país”.
25

Sin duda, una vez más, se ponía de manifiesto el alto sentido de


responsabilidad de los grandes profesionales, que en diversos países,
tomaban conciencia, frente a estos datos atroces, de la perentoria
necesidad de adoptar medidas de prevención eficaces. Era y es el
desafío de la faceta humana y social de la medicina en todas las
épocas, que lamentablemente, no está suficientemente reconocida ni
jerarquizada por quienes deberían hacerlo, ni por sus propios colegas.
26

LA DESAPARICIÓN DE LA ENFERMEDAD HIDÁTICA


EN ISLANDIA 15

Prof. Niels Dungal

15
ARCHIVOS INTERNACIONALES DE LA HIDATIDOSIS. Congreso Mundial del Quiste Hidático, en
homenaje al Profesor F. Dévé, Argel, 21, 22, 23, 24 mayo 1951.Vol. XII, Octubre 1951, Fasc. I-II,
Montevideo, Imprenta Nacional, 1953, 500 páginas; pp 45-51.
27

En el siglo pasado (XIX) Islandia era sin duda el país del mundo
donde la enfermedad hidática hacía los mayores estragos. Thortensen
parece ser el primer médico islandés que en 1840, puso en duda la
naturaleza parasitaria de la enfermedad. Estimó que un islandés de
siete, estaba afectado de quiste hidático. Entonces Schleisner fue
enviado por Copenhague para hacer una encuesta sobre las
condiciones de higiene en Islandia, y encontró que un enfermo sobre
seis sufría de la enfermedad hidática. Cuando él informó esta novedad
a Copenhague, causó consternación porque las autoridades médicas
no tenían la menor idea de la extrema frecuencia de esta enfermedad
en Islandia. Schleisner fue el primero en esclarecer la naturaleza de la
enfermedad. Antes de su visita la enfermedad del hígado era bien
conocida por los médicos islandeses, pero no era evidentemente
considerada como una enfermedad específica y con su propia
etiología. Este estado era generalmente denominado hidatitis
crónica, sin que se dieran cuenta de su naturaleza parasitaria.
Schleisner identificó la enfermedad como la acéfalo-quiste del hígado
de Laënnec, a partir de la terminología de Rokitansky, pero
consideró al quiste como un animal parasitario. Desde que von
Siebold logró en 1852 producir una tenia en los perros a partir de
hidátides de ovinos, el interés que se fijó en Islandia sobre la
enfermedad fue incrementado y Eschricht, en Copenhague, demostró
la naturaleza parasitaria de la enfermedad que no era producida por
albúmina coagulada, como lo habían afirmado Rokitansky y Laënnec,
sino por un parásito hidático viviente. Las investigaciones llamaron la
atención del mundo científico sobre esta enfermedad tan expandida
en Islandia y la relación entre el perro, el ovino y el hombre pudo ser
aclarada, gracias a los trabajos de Kuchenmeistger, Leuckart, Naunyn,
Finsen y Krabbe; había llegado la hora de iniciar el combate contra la
enfermedad.

En 1857, un joven médico con espíritu científico, John


Finsen fue designado médico de la Salud en una parte de la costa
norte del país. Él cooperó con Harold Krabbe, profesor de
parasitología veterinaria en Copenhague, en infestar perros con
quistes hidáticos humanos, enviándole los parásitos que él encontraba
en los perros o los perros mismos, luego de la ingestión de los quistes
hidáticos, a Krabbe, en Copenhague.
28

Estas experiencias fueron hechas con éxito en


1862 y 1863, el año en que Naunyn emprendió igualmente con éxito
las mismas experiencias.
La cooperación entre Krabbe y Finsen: Finsen, que era un
médico dotado de un agudo sentido de observación, de espíritu
siempre alerta, aportó muchas observaciones originales a la patología
de la enfermedad hidática. Entre estas numerosas observaciones
registró algunas que relataban la rotura de un quiste hidático
inmediatamente después del nacimiento, y él fue el primero en
comprender correctamente la formación de la equinococosis
peritoneal secundaria, sucediendo a la rotura de un quiste del hígado.
Krabbe fue un parasitólogo sagaz que comprendió plenamente
el problema de la profilaxis, y cómo la relación de este problema
estaba contenida en la posibilidad eventual de impedir a los seres
humanos de ingerir los huevos de la tenia Equinococcus del perro.
En los años transcurridos desde 1860 a 1890, el profesor Krabbe
fue el principal consejero del Gobierno Islandés en materia de
profilaxis, contra la enfermedad hidática. En 1863, él escribió a
instancias del gobierno, un folleto popular sobre la naturaleza y la
causa de la enfermedad. Este panfleto fue distribuido gratuitamente a
la población – para esta época la población era de 70.000 personas - ,
y Krabbe estimó que el número de perros era de 15 a 20.000, o sea un
perro cada 3 o 4 personas. No solamente el número de perros era
enorme, sino que ellos vivían en estrecho contacto con la población,
jugando con los niños y alimentándose frecuentemente en los platos
utilizados por las personas.
A partir que Krabbe hubo examinado 100 perros en Islandia en
1863, él encontró la tenia equinococcus en 28 de ellos. En
Copenhague él encontró la tenia solamente en dos perros sobre 500, o
sea el 0,4%. En Islandia, Krabbe encontró un número considerable de
tenias en los intestinos de los perros, un número que era entonces
enorme. En cada granja se carneaba [mataba] los ovinos, y sus
órganos internos, sobre todo aquellos que estaban infestados de
quistes, eran dados a los perros; por eso, los perros tenían total
posibilidad de ser contaminados y las personas total posibilidad de
ingerir los huevos.
De este período nosotros no poseemos ninguna autopsia y en
consecuencia ninguna posibilidad de estimar el porcentaje de la
29

enfermedad hidática en la población. Pero la tasa de contaminación


debió ser muy elevada.
Finsen ha estimado la frecuencia de la enfermedad y concluyó
que una persona sobre 40 o 50 sufría equinococosis. Jonassen se
esforzó, en 1882, de hacer la misma suerte de estimación, y arribó a la
conclusión que una persona sobre 61 estaba afectada. Esto no era
cierto, sino apenas una estimación de la tasa de contaminación, más
bien de las personas que eran afectadas del quiste que morían sin
jamás producir síntomas que permitieran un diagnóstico. La tasa de
contaminación sería entonces mucho más elevada que el número de
enfermos vistos, pero en el siglo pasado ninguna tentativa fue hecha
para estimar la tasa de contaminación, y asimismo, ninguna autopsia
fue practicada con método.
El primer informe sobre los quistes hidáticos encontrados en la
autopsia fueron hechos por Bjarnhedinson que relató sus
descubrimientos en 86 autopsias hechas en la leprosería. Él halló
quistes hidáticos en 26 o 30% de los casos. Magnusson ensayó en
1912 hacer una estimación de los enfermos de equinococosis en el
país. Pensó que los informes de autopsias de Bjarnhedinson no podían
ser representativas de la población, siendo que los leprosos estaban
más expuestos de presentar un desarrollo de quistes hidáticos que
otras personas y que las dos enfermedades se producían fácilmente a
causa de que estas personas tenían malos hábitos, sucios o
indecentes.
Como no se disponía de otros informes de autopsia del tiempo
de Magnusson, él comparó los enfermos equinococócicos conocidos de
su tiempo con el número correspondiente de la época de Jonassen y
descubrió que no se elevaba más que al 25% del número de
enfermos del tiempo de Jonassen. Arribó a la conclusión siguiente: no
hay más de una sobre 240 personas en las zonas rurales que fueran
portadoras de un quiste hidático desarrollado al punto de provocar los
síntomas de la enfermedad. Magnusson que había operado más
pacientes de quiste hidático que ningún otro médico islandés, registró
ya en 1912, que después de 1902 había visto un número
relativamente mucho más grande, de quistes antiguos que había en
aquella época. Él no dudó que la enfermedad tuvo una enorme
declinación; ella se hizo rara en los años que precedieron a su muerte
en 1924, al menos en comparación con la que había sido.
30

QUISTES HIDÁTICOS ENCONTRADOS EN LA AUTOPSIA DESDE


1920 A 1950 INCLUSIVE

No fue hasta 1932 que se practicaron las autopsias


metódicamente. En la tabla siguiente el número de autopsias está
indicado observando el número de personas que fueron encontradas
cada año portadoras de uno o varios quistes hidáticos.

Años No. autopsias Casos de Equinococosis Porcentaje


1930/32 34 6 17,6
1933 74 4 5,4
1934 71 4 5,6
1935 96 3 3,1
1936 91 1 1,1
1937 119 6 5
1938 116 2 1,7
1939 88 7 8
1940 98 4 4
1941 113 6 5,3
1942 121 7 5,8
1943 84 3 3,6
1944 125 8 6,4
1945 148 6 4
1946 146 2 1.4
1947 136 2 1,5
1948 177 3 1,7
1949 171 0 0
1950 164 5 3

Total 2172 79 3,6

Si dividimos este período en tramos de 5 años, encontramos los


quistes hidáticos con la siguiente frecuencia:

Porcentaje de autopsias con quiste hidático:

1930/35 5,9
1936/40 3,9
1941/45 5,1
1946/50 1,5
31

La tabla siguiente muestra cómo los parásitos estaban


distribuidos según las edades:

Edad No. de Autopsias Casos de Q. H.: Porcentaje

0 a 20 456 0 0
21 a 30 385 1 2,2
31 a 40 321 1 0,3
41 a 50 316 6 1,3
51 a 60 337 13 3,9
61 a 70 277 28 10,1
71 a 90 180 29 16,1

Si comparamos los descubiertos en las diferentes edades en las


dos décadas, encontramos los casos de equinococosis distribuidos
como sigue:

Edad 1930/40 Casos de % Autopsias 1940/50 %


Autopsias Equinococ. Casos de
Equin.

41/50 95 2 2,1 221 1 0,5


51/60 94 4 4,3 242 10 4,1
61/70 75 11 14,7 202 15 7,4
71/90 50 11 22 130 17 13,1

De año en año destacamos que los quistes hidáticos se


encontraron cada vez más limitados a los grupos de los más añosos,
en 1949 nosotros no habíamos encontrado ningún parásito sobre 171
autopsias y en 1950 sobre 5 portadores de quistes hidáticos, 3 tenían
entre 84 y 88 años, uno 76 años y el más joven 64 años.

De nuestros 79 casos de equinococosis, 5 solamente son nacidos


después de 1890 y uno solo en este siglo.

CASOS SEÑALADOS DE QUISTES HIDÁTICOS

Si consideramos los informes sobre los quistes hidáticos hechos


por los médicos sanitarios y los hospitales, encontramos una caída
correspondiente al número de casos de equinococosis. La figura No. 4
muestra cómo los casos señalados y las muertes han declinado luego
del momento que estos informes han podido ser provistos. Los
cirujanos que, hace 50 años, hacían más equinococotomías que
apendicectomías, no han visto un caso de quiste hidático después de
aquellos años.
32

QUISTES HIDÁTICOS EN LOS ANIMALES

Nosotros no disponemos lamentablemente de relevamientos


precisos sobre la condición de los parásitos de animales en nuestro
país.
Desde que Krabbe examinó 100 perros en 1863 en Islandia, él
encontró en sus autopsias la proporción siguiente de contaminación

Copenhague Islandia
(500 perros) (100 perros)

Tenia Marginata 14% 93%


Tenia coenurus 1% 18%
Tenia echinococcus 0,4% 28%

Con posterioridad no se ha procedido más a exámenes


metódicos. Es imposible establecer las tasas de contaminación
actuales de perros. Pero sin ninguna duda, se han producido grandes
cambios: en efecto, el coenurus cerebral que en todos los tiempos fue
una enfermedad corriente en las granjas, es ahora totalmente
desconocida. El cysticercus tenicollis se encontraba en el siglo pasado
prácticamente en todos los ovinos adultos; es raro ahora, aunque sea
el más frecuente en el ovino que en ciertos lugares mantienen el
parásito a una tasa del 10% y mismo mucho más. Esto demuestra
que la tenia marginata se produce todavía en los canes.

PROFILAXIS

Los métodos adoptados para combatir la enfermedad hidática


en Islandia han sido los siguientes:

En 1863, el Gobierno distribuyó en todas las casas un panfleto


de Krabbe en el cual estaba descrita la historia de la vida de la tenia
echinococcus, así como las medidas necesarias para impedir el
desarrollo de la enfermedad en los seres humanos. Una pujante
propaganda fue realizada en todas las escuelas; la historia de la vida
de la tenia fue descrita en los libros de historia natural de los niños,
movilizando a tal fin todas las escuelas del país. De esta manera el
conocimiento del ciclo de la vida del parásito fue prontamente familiar
a la población.
Se castigó con un impuesto a todos los perros que no eran
necesarios. Esto se halló insuficiente porque cantidad de perros
fueron considerados como necesarios y en 1890, una ley para la
defensa preventiva contra la enfermedad hidática fue votada, luego
castigados con un impuesto todos los perros del país fueran o no
necesarios. La misma ley prohibió suministrar los intestinos [las
vísceras] a los animales y exigía que se enterraran profundamente o
33

que se quemaran cuando se encontraran quistes hidáticos del ovino o


del ganado.
Por otra parte, fue prescrito suministrar a todos los perros del
país, un vermífugo una vez al año. Cada comuna nombró un
“limpiador de perros” especial al que todos los perros de la región
debían ser presentados ciertos y determinados días. Una casa fue
especialmente construida con este objeto en la mayor parte de los
distritos; allí se recibía los perros y se les administraba una dosis de
Kamala después de un laxante. El “limpiador de perros” verificaba si el
perro expulsaba o no los gusanos. Esta práctica fue continuada; por
este medio un gran número de tenias fueron quitadas de los perros.
Mientras tanto estas últimas tres o cuatro décadas, los
mataderos higiénicos han sido construidos en todo el país. Se toman
allí medidas profilácticas severas en particular impidiendo a los perros
entrar allí en ningún momento. Todos los quistes hidáticos son
quemados. Se ha defendido realizar la matanza de los ovinos dentro
de los mataderos.
El cambio sobrevenido en la cría del ovino, durante las cuatro
últimas décadas es también probablemente de una importancia
considerable a este propósito. Antiguamente los corderos estaban
guardados cerca de las granjas durante todo el verano, y tratados dos
veces por día, en tanto que los añosos eran conducidos hacia lugares
agrestes para pastar allí. De esta forma había entre los perros y las
ovejas, un contacto más estrecho que actualmente, lo mismo que
entre las personas y las ovejas. Otro cambio es, posiblemente, una
mayor importancia para el desarrollo de los quistes hidáticos. Justo al
comienzo del siglo, se dejaba vivir generalmente a los ovinos hasta los
tres o cuatro años, luego se les enviaba al matadero. Hoy, los añosos
son matados en otoño, luego de haber pastado con su madre durante
el primer verano. El hecho de no tener más que cuatro a cinco meses
de vida no les deja tiempo para desarrollar un quiste hidático fértil, en
tanto que los animales más añosos, contaminados a pesar de todo,
tienen sus quistes fértiles en el hígado.
Pero el factor de la mayor importancia es ciertamente que la
educación de las personas en el conjunto, alcanza un nivel elevado,
etc., en lo que concierne al ciclo de vida de la tenia equinococcus, ha
penetrado completamente en las poblaciones rurales. Este
conocimiento largamente repetido combinado con una tenencia
responsable [propiedad acrecentada], en la gente que no admite más
como antes amparar a los perros en sus casas habitación, es
probablemente la más importante de las numerosas causas que nos
han conducido al éxito en la supresión de la enfermedad hidática.
BIBLIOGRAFÍA
1. THORSTENSEN, J.: Tractatus de morbis in Islandia frequentissimi. Memoire de l´Académie
de Médicine. Vol. VIII, 1840.
2. SCHLEISNER, P. A.: Island undersögt fra e ivdenskabeligt Synspunkt. Köbenhavn 1849.
3. KRABBE, H.: Recherches helminthologiques en Danemark et en Islande. Copenhague, 1866.
4. JONASSEN, J.: Echinokoksygdommen. Köbenhavn, 1882.
5. MAGNUSSON, G.: Yfirlit yfir sögu sullaveikinnar á Islandi. Reykjavik, 1913.
6. DUNGAL, N.: Echinococcosis in Iceland. American Journal of Medical Sciences: 212, 1946.
* * *
34

LA HIDATIDOSIS EN NUEVA ZELANDA 16

El grande y rápido incremento de la incidencia de la hidatidosis en los


niños de Nueva Zelanda en los años 1950, junto al rápido incremento
de la población ovina, produjo un gran “shock” a aquellos
estrechamente ligados al bienestar de la niñez, particularmente al Dr.
Neil Begg, Médico director de la Sociedad Plunket de Nueva Zelanda.
De dos a cuatro casos fueron diagnosticados cada semana y hubo 1 ó
2 muertos cada mes. El examen post-mortem reveló una tasa de
hidatidosis de 610 por 100.000 casos en 1950. En 1957, la tasa había
aumentado a 1.020 por 100.000 habitantes. El Dr. Begg, analizando
los datos de hidatidosis cerebral, dijo que hubo tantos casos en los 6
años hasta 1957 como en los anteriores 50 años. Estas cifras en el
humano fueron paralelas, como se demostró por la creciente cantidad
de ovejas infestadas sacrificadas en los mataderos.

La hidatidosis en Nueva Zelanda es tan antigua como la producción


lanar. En 1887, una circular a los médicos practicantes revela que casi
todos en aquel tiempo tenían una gran experiencia con la
enfermedad. Durante alrededor de 100 años se hicieron muchos
esfuerzos para hacer conocer la hidatidosis y los métodos de
prevención para todos los neozelandeses habiéndose gastado muchos
miles de dólares y en dos ocasiones, por lo menos, se estructuraron
reglamentos que fueron aplicados para evitar que los perros comieran
desechos crudos. Como resultado de esto, miles de neozelandeses
conocieron la verdad referente a la hidatidosis, aunque no se tomaron
medidas activas para contenerla. Algunos creyeron que cualquier
acción por ellos adoptada era inútil debido a la negligencia de los
otros. Algunos tenían una creencia no verdadera de que el
tratamiento con la arecolina de alguna manera los aliviaría de su
responsabilidad de prevenir que sus perros comieran vísceras crudas.
A pesar de todos los esfuerzos del Gobierno, de los diversos
Departamentos Estatales, de la Escuela Médica, de las Universidades,
de las Unidades de Investigación, y de la profesión médica, la
Hidatidosis siguió tomando su tasa anual de salud y vida. La apatía y
desesperación siguió alimentando las ideas confusas, las historias de
fracasos y la marginación de la responsabilidad personal, pero en
1957, la atmósfera cambió repentinamente. Hubo el despertar de una
inmensa importancia. Los vientos de cambio trajeron una nueva
actitud frente al problema. Pero, ¿qué fue lo que causó el cambio? Se
puede contestar con una sola palabra: participación.

16
Mc CRISTELL, Thomas, P. B. E., Presidente del Consejo Nacional Hidatídico de Nueva Zelanda. La
Campaña Antihidatídica en Nueva Zelanda. Trabajo presentado al XI Congreso Internacional de
Hidatidología, realizado en Atenas, Grecia, mayo 30 al 2 de junio de 1977. En: Boletín de Hidatidosis:
IIa. Época, año 7, No. 18, enero-abril de 1977, pp 5-8.
35

Anteriormente, a los granjeros y dueños de perros se les había dicho


lo que debían hacer las autoridades y las penalidades por
incumplimiento, pero en 1957, se hizo un nuevo sistema. A los
granjeros y propietarios de perros, se les explicó una enfermedad que
los afectaba directamente a ellos y a sus familias y de los métodos de
prevención que sólo ellos podían aplicar. Se les dio responsabilidad
por su acción y se les pidió hacer su propia decisión, que planificaran
sus propias medidas y que quedaban ellos mismos involucrados en
una campaña que podrían llamar de su pertenencia. Esto, unido con el
activo respaldo de organizaciones femeninas, produjo resultados
asombrosos.

Algunos granjeros idearon métodos para destruir o tratar los


desechos o para destruir los cadáveres o bien para controlar, dosificar
y alimentar a sus perros. Por primera vez los granjeros trabajaron
para eliminar la enfermedad de sus granjas. Ellos colaboraron con sus
vecinos para formar comisiones anti-hidatídicas quienes tomaron el
mensaje para cada propietario de perros de la localidad. El trabajo de
las comisiones locales definió sus límites con las comisiones de
distrito y así coordinaron el trabajo con esas comisiones locales. En
dos años se prepararon no menos de 800 comisiones locales en las
secciones rurales. El paso obvio siguiente fue una Corporación
Nacional. A pesar de dos rechazos por los Gobiernos, los Granjeros
Federados decidieron aportar $ 2,00 por perro por año para financiar
el ataque de la enfermedad. Agregado a esta gran conquista nacional,
en 1958 sucedió que las autoridades locales en su conferencia
nacional convinieron unánimemente en administrar cualquier
esquema que fuera traído sobre una base nacional. Finalmente el
gobierno del momento adoptó medidas para hacer una campaña
contra la Hidatidosis en todos los rincones del país.

En 1959 se sancionó la Ley que estableció el Consejo Nacional


Hidatídico, una organización con autoridad para adoptar medidas de
prevención, control y erradicación de la Hidatidosis en 85 distritos de
control hidatídico en Nueva Zelanda. Las autoridades locales ya sean
individuales o colectivas son llamadas Autoridades de Control
Antihidatídico (que emplean juntas más de 200 funcionarios full time)
para cumplir con la Ley de Hidatidosis, y se implementan las políticas
de los Consejos que son supervisadas por su Servicio de Consejo del
Campo. La campaña está objetivamente destinada, en primer término,
para resguardar la salud humana, y en segundo término, para ayudar
en la economía del país. Los miembros del Consejo representan al
Ministro de Agricultura (2 miembros), al Ministerio de Agricultura, al
Ministerio de Salud, Asociaciones de condados, Asociación Municipal,
Asociación Veterinaria, Federación de Granjeros, Jóvenes Granjeros,
Kennel Clubes y Funcionarios de Control de la Hidatidosis. Desde que
sus propios servicios se fusionan con los del Ministerio de Agricultura,
36

a principios de 1975, el Consejo aún funciona en forma independiente.


Están a disposición del mismo el laboratorio, los servicios Veterinarios
y otros servicios especializados en la Oficina Central y en los distritos.
La estación de ensayos opera conjuntamente con el laboratorio de
Sanidad Animal del Ministerio y la Unidad de Investigación Hidatídica
con los centros de Investigación animal. El Consejo Nacional de
Hidatidosis ha trabajado estrechamente con la Unidad de
investigación bajo la dirección de M. H. Gemmell, habiendo sido él
quien inventó y perfeccionó la máquina lavadora que ha permitido el
procesamiento de las muestras fecales con tal exactitud y velocidad
que ha permitido examinar hasta 5.000 muestras diarias. Además de
las medidas de educación, una legislación especial ha impuesto para
el caso de desacato una multa punible con $ 400, por alimentar un
perro con desechos [vísceras] crudos o con carne de oveja o cabra sin
un tratamiento, vender esa carne como alimento para perro, o dejar
un cadáver animal accesible para los perros. Todos los perros deben
ser tratados y registrados y todos los dueños pagan un derecho de
registro y también tasas de Hidatidosis para la dosificación y el
examen. El propietario de perro hallado con infestación de
Echinococcus debe pagar una cuota adicional de $ 10.00. Hay
penalidades adicionales para desacatos persistentes. Se controla,
además, el movimiento de perros de un área a otra.

La Hidatidosis en Nueva Zelanda es atacada primariamente en su


origen, el perro, que es el único animal en este país capaz de llevar la
enfermedad en su estado de tenia y que es capaz de pasar la
infestación al humano y a los animales de granja. El éxito de la
campaña es evidente de acuerdo a la siguiente estadística:

Población humana (1959) 2:359.000 (1976) 3:107.000


Población canina (1959) 269.000 (1976) 382.000
Dueños de perros (1959) 131.550 (1976) 225.000
Población ovina (1959) 46:876.000 (1976) 56:300.000
Población vacuna (1959) 5:973.000 (1976) 6.410.000
Población porcina (1959) 691.000 (1976) 462.000

Nuevas infestaciones por Echinococcus:

En humanos (por millón): (1956) 377 (1973) 7

Echinococcus Granulosus:

Infestaciones en perros (1959) 6,5% (1976) 0,091%

Echinococcus Granulosus:

Infestaciones en hígados
de lanares: (1962) 57,8% (1975) 15,1%
37

LA HIDATIDOSIS EN
EL RÍO DE LA PLATA

Jules Nicolas Crevaux (1847-1882) 17,


médico militar francés, explorador de los ríos de América del Sur, y
patólogo ayudante de Ranvier, había presentado un informe acerca
de la hidatidosis bovina en el Río de la Plata a la Sociedad Biológica de
Ciencias de París en 1875. Así decía en su presentación:

LOS QUISTES HIDÁTICOS EN LA ESPECIE


BOVINA DEL RÍO DE LA PLATA

Hace algunos meses hice la autopsia de seis bueyes muertos en una


epizootia en la Pampa de la provincia de Buenos Aires. Del lado del
aparato respiratorio noté: “En un caso se observa en el interior del
parénquima pulmonar a nivel del vértice izquierdo, una masa dura
que en principio nos pareció una caverna. Al corte, un chorro de
líquido nos regó la cara. Esta bolsa del grosor de un huevo de gallina,
estaba formada por una membrana fibrosa infiltrada de sales
calcáreas. Esta especie de cáscara adhería al parénquima pulmonar
que la englobaba completamente y parecía tomar inserción sobre la
pared exterior. A través de una abertura practicada sobre esta
envoltura se apercibía una segunda membrana blancuzca, opalina y
temblorosa. Esta no tenía adherencias exteriores y encerraba un
líquido transparente no viscoso. Un segundo buey presentaba en los
pulmones dos quistes de la misma naturaleza colocados
profundamente en el centro del órgano, uno a la derecha, el otro a la

17
http://fr.wikipedia.org/wiki/Jules_Crevaux
38

izquierda. Su envoltura fibrosa no está incrustada de sales calcáreas.


El contenido líquido de estas bolsas examinado al microscopio no
parece contener ganchos de equinococo. A pesar de su ausencia
nuestro diagnóstico no es menos cierto: Estos tumores formados por
dos membranas, una fibrosa, la otra gelatinosa temblorosa,
plegándose después de la evacuación del líquido, no pueden ser otra
cosa que Quistes Hidáticos”.
Continuando nuestras investigaciones, en un matadero de Montevideo
hemos encontrado estos mismos tumores en los pulmones, el hígado y
el tejido celular de la región lumbar un poco por debajo de los riñones.
Un examen más minucioso nos ha permitido esta vez ver no
solamente ganchos, sino que Equinococos completos adherentes a la
cara interna de la membrana temblorosa.
Algunos de estos quistes hidáticos presentan una superficie irregular,
mamelonada. Por un momento creímos que se trataba de una gran
cantidad de pequeños quistes adosados los unos con los otros y
envueltos por una membrana fibrosa común (Tumor hidático
multilocular de Virchow), pero pronto hemos reconocido que la
cavidad era única y que la membrana temblorosa se continuaba en
todos los divertículos correspondientes a los mamelones. A la
disección se constata una irregularidad en el espesor de la membrana
fibrosa. En algunos puntos ella es tan delgada que es casi
transparente, en otros está reforzada por bridas fibrosas de las cuales
algunas no están adheridas por el medio como las fibras del corazón
denominadas de segundo orden. Estas particularidades nos explican
la producción de los mamelones: los puntos más débiles ceden bajo la
presión del líquido y forman especies de hernias en las cuales se
introduce la membrana temblorosa. Los quistes de pulmón aparecen
indiferentemente en todas las partes del órgano: unos son
superficiales y otros profundos. Su espesor varía desde el volumen de
un huevo de paloma hasta aquel de un huevo de ganso. Son
generalmente en número de dos o tres aunque a veces se cuenta
hasta una decena diseminados en los dos pulmones.
Esta afección nos parece muy común: en la provincia de Buenos Aires
la hemos observado en dos casos sobre seis y en Montevideo en
alrededor de uno sobre diez o quince. No tenemos suficientes
observaciones como para establecer relaciones proporcionales
precisas.
En el hígado estos quistes nos parecen menos frecuentes que en los
pulmones; su asiento es variable; los superficiales se observan sobre
todo en la cara inferior del órgano y aparecen bajo el aspecto de una
vesícula blancuzca más o menos procidente y fluctuante. Muy a
menudo la membrana fibrosa está incrustada de sales calcáreas y el
líquido de la bolsa reemplazado por una sustancia pastosa que
asemeja a la materia gaseosa de la tuberculosis. No se apercibe más
que un segmento de la esfera formada por la bolsa del quiste; las tres
cuartas partes de la túnica fibrosa están hundidas en la masa del
parénquima pulmonar.
39

Una vez encontramos uno de estos quistes del tamaño de un huevo de


paloma en el tejido celular de la región lumbar. Los obreros del
matadero los han encontrado a menudo en esta parte, aunque dicen
que ellos son más frecuentes en el tejido celular de la pelvis. A veces
encontramos estos quistes suspendidos en el tejido celular que reviste
la cara interna de las paredes torácicas.
CONCLUSIONES: La raza bovina del Río de la Plata (Rep. Argentina y
Oriental) es frecuentemente atacada de quistes hidáticos. La
ingestión de las partes infectadas es seguida, en caso de cocimiento
insuficiente, del desarrollo de la Tenia Equinococo; en consecuencia
creemos que deben ser tomadas a este respecto medidas higiénicas.
Hemos visto que los pulmones, el hígado y el tejido celular de las
cavidades abdominales y torácicas son las partes más a menudo
invadidas por los parásitos. No es cuestión de prohibir de comer los
pulmones pues la abundancia de la carne en estos países ha eliminado
esta víscera de la alimentación, aún en las clases más pobres.
No es lo mismo para los hígados; nosotros los hemos visto en los
mercados que estaban literalmente cribados, sea por los quistes
hidáticos, sea por los distomas. Sobre alrededor de 150 hígados que
hemos tenido la ocasión de examinar podemos decir que la mitad
estaban infectados por estas dos especies de parásitos.
Los distomas hepáticos son mucho más comunes que los equinococos,
ellos están escondidos en los conductos biliares que se ven
hipertrofiados e incrustados de sales calcáreas. Es muy fácil de
reconocer si un hígado contiene quistes hidáticos o distomas. En el
primer caso la atención es atraída por las manchas blancuzcas
formadas por el tejido fibroso, generalmente circulares y procidentes
como un vidrio de reloj sobre la superficie del órgano. En el segundo,
se ve en la superficie inferior del hígado manchas igualmente
blancuzcas y nacaradas como el tejido fibroso, pero alargadas bajo la
forma de canales tubulares que partiendo del hilio se irradian hacia la
periferia. Se trata de los conductos biliares conteniendo grumos
negros de colesterina y los vermes chatos que tienen alrededor de dos
centímetros de largo por medio de ancho (Distoma hepático).
[Fasciola hepática, Linneo, 1758].
Por lo tanto todos los hígados que presentan manchas fibrosas
blancuzcas, sean circulares, sean alargadas, deben ser proscriptos de
la alimentación del hombre y de los animales. Insistimos sobre este
carácter de las manchas fibrosas que permiten la mayor parte de las
veces establecer el diagnóstico a simple vista. Para no dejar escapar
algunos quistes profundos basta con palpar el órgano y practicar
algunas incisiones. En cuanto a los quistes hidáticos alojados en el
tejido celular pueden ser reconocidos fácilmente a la simple
inspección. Son los mataderos de Montevideo los que nos los han
hecho descubrir; según su expresión se ven pequeñas vesículas llenas
de agua suspendidas en el tejido celular de la pelvis y de los lomos
sobre los costados de la columna vertebral. Basta con quitar estas
40

pequeñas bolsas y no habrá el menor peligro en emplear la masa


carnosa subyacente para nuestro uso culinario.” 18
Después de los primeros casos de hidatidosis humana operados
por Montes de Oca en 186719 ,20 y al precitado informe de la hidatidosis
bovina en el Río de la Plata de Jules Crevaux presentado ante la
Sociedad Biológica de Ciencias de París en 1875, el Poder Ejecutivo de
la República Argentina dictó un decreto en diciembre de 1906 en el
que evidencia su preocupación por la hidatidosis humana y animal,
creando una comisión integrada por representantes de los organismos
responsables de la salud humana y animal y por el presidente de la
Sociedad Rural Argentina, tendiente a proyectar las medidas y
redactar las instrucciones para conseguir disminuir los casos de
quistes hidáticos en la población de la República.21 También en la
República Argentina, D. Cranwell y M. Herrera Vegas en 1901
informaron de 970 casos de hidatidosis en hospitales de la Capital
Federal, destacando la importancia de la enfermedad y su proyección
en el país.22

EVOLUCIÓN DEL CONTROL EN URUGUAY


Así como en países como Islandia se había comenzado en 1864 la
lucha contra la hidatidosis, en Uruguay comenzó algunos años
después, aunque con otra modalidad de control del huésped definitivo
de Echinococcus granulosus. Ya desde los tiempos de la dictadura
militar del Coronel Lorenzo Latorre, en tiempos que era su Ministro de
Gobierno José María Montero, y Director de Educación José Pedro
Varela, el reformador de la Enseñanza Primaria uruguaya, para
hacerla gratuita, laica y obligatoria, se había dispuesto en junio de
1879, introducir la patente de perros, disponiendo que los gobiernos
departamentales (entonces denominados Jefaturas Políticas) tuvieran
plena autonomía para recaudar y fiscalizar el gravamen, con el objeto
de controlar la población canina, identificada entonces como un
factor a controlar.

18
CREVAUX, Jules (1875): Los quistes hidáticos en la Especie Bovina del Río de la Plata. En Boletín de
Hidatidosis: IIa. Época, año 9, No. 26, setiembre-diciembre de 1979, pp: 1-3.
19
http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Jos%C3%A9_Montes_de_Oca_(m%C3%A9dico)
20
NAESSENS, Juana Silvina Soledad; RODRÍGUEEZ NÚÑEZ, Verónica Elizabet; CANDIA
FIGUEREDO, María Etelvina y BONASTRE, Patricia Clara: Hidatidosis Pulmonar: Revista de Posgrado
de la VIa. Cátedra de Medicina, Nro. 152, diciembre 2005, pp.: 16-18, en:
http://www.med.unne.edu.ar/revista/revista152/5_152.htm
21
ANTECEDENTES DE LA HIDATIDOSIS EN LA REPÚBLICA ARGENTINA: En Boletín de
Hidatidosis: IIa. Época, año 9, No. 26, setiembre-diciembre de 1979, pp. 1.
22
GORODNER, J: Hidatidosis. En Gorodner JO, Gorodner AM, de Enfermedades Infecciosas, 2ª.
Edición. Rosario, Argentina: Editorial Corpus, 2004: 102-111.
41

Por ese tiempo, ya el Consejo Central de Sanidad de Victoria


(Australia) emitía el 19 de mayo de 1885, una circular a los
productores rurales, con afirmaciones como ésta:23

“El Consejo Central desea demostrar que al beber agua de fuentes


naturales y comer verduras que están en contacto con los perros,
todas las personas, en especial los niños, corren gran riesgo de tomar
la enfermedad hidatídica con todos sus peligros. El Consejo
recomienda estrictamente que tales aguas sean antes hervidas. Las
personas que viven en el campo y los viajeros, no deben beber el agua
de lagunas o pantanos sin tomar precaución y en todos los casos que
el agua de uso doméstico esté al alcance de los perros, a éstos no se
los debe bañar en los bebederos, ni que beban agua que ha de usar el
hombre, la oveja, ganado vacuno y los cerdos. Es muy importante
recordar que el agua más cristalina puede contener numerosos
gérmenes de hidátides, de ahí la importancia de hervir el agua cuando
hay alguna duda. Es conveniente enterrar o echar agua hirviendo
sobre los excrementos de los perros, siendo además preciso purificar
continuamente la tierra alrededor de las perreras con agua hirviendo.
No se los debe alimentar con residuos de mataderos. Se debe obligar
a cumplir estrictamente las leyes contra los perros no registrados. Es
necesario también, saber que la enfermedad hidatídica la puede
tomar el hombre comiendo ensaladas impuras o verduras crudas, por
lo cual debe lavarlas y limpiarlas bien antes de comerlas; no se debe
tomar berros de los desaguaderos. Además es conveniente saber que
hay riesgos de contraer la enfermedad permitiendo que los perros
laman las manos o la cara de adultos o niños, como también los platos
y las fuentes. En éste como en otros muchos casos “la limpieza es una
de las medidas más importantes para precaverse del parásito”.

23
http://hidatidosis.blogspot.com/2007/04/historia-de-la-hidatidosis.html [Consultada el 27.09.2009].
42

Raúl Ugarte Artola (1929-2007),


quien fuera presidente de la Comisión Nacional de Hidatidosis e ilustre
cirujano, además de Ministro de Salud Pública, ha afirmado24: “Hoy
todos conocemos el ciclo de la enfermedad en el que intervienen
huéspedes intermediarios, el hombre, los bovinos, ovinos y suinos, y
un hospedero definitivo en nuestro país, el perro. Ninguno de estos
animales son autóctonos del Uruguay. Hernandarias introdujo la
ganadería en 1506 y los perros parasitados llegaron a bordo de los
buques balleneros noruegos que establecieron las primeras factorías
en Maldonado y Montevideo, entre 1779 y 1820. Estos perros
provenían de países con altísimo porcentaje de parasitación canina y
fueron ellos los que primero contaminaron nuestros campos con
huevos de tenia equinococo. Las ovejas criollas no tenían un buen
rendimiento y con el afán de mejorar los ganaderos importaron
animales sobre todo “merinos” de España, país con un alto índice de
parasitación en sus majadas. Así se establecieron y se potenciaron las
condiciones para el desarrollo de la Hidatidosis en el Uruguay.” Y
agregaba, citando a Gemmel: “Un solo perro puede expulsar anillos de
tenia equinococo con miles de huevos fértiles por día que permanecen
viables muchos meses, algunos de ellos quedan dentro de los 80
metros del lugar de la defecación, pero otros son rápidamente
dispersos en distintas direcciones hasta cubrir un área de 30 há., y
han sido encontrados a más de 60 Km.”

El mismo autor afirmaba que los pájaros y las moscas son “huéspedes
transportistas de huevos” desde el perro al animal huésped
intermediario o al hombre. Esto fue facilitado por la estrecha relación
hombre-perro, y más especialmente niño-perro, tanto en el medio
rural como en el suburbano y urbano de nuestro país.

24
Las citas que siguen pertenecen a la Exposición sobre Profilaxis de la Hidatidosis – 100 años, realizada
por el Dr. Raúl Ugarte Artola, el 24 de junio de 2002. Copia suministrada por la Comisión Nacional de
Zoonosis [Cortesía del Sr. Alberto Candeau).
43

En Uruguay en 1880 José Arechavaleta25 (Bilbao, España, 1838-


Montevideo, 1912) descubre los primeros quistes hidáticos en
animales. En 1894 el médico Pedro Visca (1840-1912), Fundador de la
Clínica Médica en Uruguay26, diagnostica el primer caso en un niño,
que se opera en París. Tres años después se opera el primer enfermo
en Uruguay, y desde entonces, se intervienen cada vez más pacientes
con hidatidosis.

La lucha anti-hidática tiene varios períodos, en el siglo XX. Ya en


marzo de 1901, en el 1er. Congreso Latinoamericano, los médicos Luis
P. Lenguas y Alejandro Gallinal decían: “Que las autoridades
sanitarias se preocupen de llevar a conocimiento de los pueblos el
peligro creciente de la enfermedad hidática y que las nociones de
profilaxis pertinentes formen parte de la enseñanza primaria”. Y el
mismo Dr. Gallinal, procedente de una familia ampliamente dedicada
a la actividad agropecuaria de avanzada, expresaba: “las pérdidas
que constantemente sufren los ganaderos por culpa de la hidatidosis
son muy elevadas aunque ellas escapen a la evaluación estadística.”
Por esa misma época, en junio de 1901, el Dr. MacKinnon realiza el
primer estudio estadístico retrospectivo en Uruguay sobre 22 casos
entre 1896 y 1901, que es por tanto la base de los que le siguen.

En 1904, en el 2º Congreso Latinoamericano, el Dr. Pedro Bergés,


veterinario, formulaba las premisas básicas de la profilaxis aplicadas
en Islandia:

• Prohibir alimentar los perros con achuras.


• Fiscalización veterinaria de los mataderos.
• Limitar el número de perros; y
• Educar sobre los peligros de la enfermedad y su profilaxis.

Decía en aquella ocasión Ugarte: Un siglo después estos principios son


la base de cualquier campaña anti-hidática, sólo se agrega el uso de
Praziquantel.

Como la inacción de las autoridades continuaba, haciendo oídos


sordos a esos reclamos profesionales en bien de la salud pública, y por
tanto de la comunidad toda, en 1905 la Sociedad de Medicina de
Montevideo apoyó con entusiasmo la idea del Dr. Enrique Pouey
(1858-1939) 27, de iniciar por ellos mismos el combate de la
hidatidosis. A él se unieron rápidamente los Dres. Luis Pedro Bottaro

25
http://www.smu.org.uy/publicaciones/libros/ejemplares_ii/articulo_11_arechavaleta.pdf
26
MAÑÉ GARZÓN, Fernando: PEDRO VISCA, Fundador de la Clínica Médica en el Uruguay, 2 tomos,
Barreiro y Ramos, Montevideo, 1983.
27
http://www.smu.org.uy/publicaciones/libros/ejemplares/pouey.pdf
44

(1868-1947) 28 y Augusto Turenne (1870-1948) 29, formando la


primera Comisión de Lucha contra la Hidatidosis en el país. Fue
entonces que se publicaron carteles, murales y folletos educativos y
se realizaron por parte de los integrantes de este grupo, charlas con
los médicos rurales, los maestros y los asistentes a las ferias
ganaderas y otros eventos en el área rural. Fue este un gran esfuerzo
privado para suplir la indiferencia e ignorancia de los poderes
públicos. En los 30 años siguientes los médicos siguieron llamando la
atención de las autoridades sobre el grave riesgo de la hidatidosis sin
obtener respuesta.

En 1934 el Ministerio de Salud Pública, nacido bajo la dictadura del


abogado Gabriel Terra, y a cargo del cirujano Dr. Eduardo Blanco
Acevedo (1884-1971) 30, creaba por decreto el Centro de Estudio y
Profilaxis de la Hidatidosis, cuya dirección se encarga al Dr. Velarde
Pérez Fontana31 , centro que trabaja activamente en educación,
epidemiología, investigación y experimentación.

Una primera preocupación legislativa sobre el problema, fue que en


1939 se promulga la Ley 9.852, que legitima al Centro de Estudio y
Profilaxis, encargándole la coordinación de actividades de diversos
organismos y entidades científicas para lograr una mayor efectividad
en la lucha anti-hidática. Dicha Comisión Honoraria estuvo integrada
por dos delegados de cada uno de los Ministerios de Salud Pública y
Ganadería y Agricultura, uno por la Facultad de Medicina, uno por la
Facultad de Veterinaria y un delegado de los ganaderos, continuando
a su frente como Presidente el Dr. Velarde Pérez Fontana.

Esta Ley establecía:

• Denuncia obligatoria de los casos de Hidatidosis humana y


animal.
• Prohibición de alimentar los perros con achuras.
• Vigilancia de los mataderos.
• Limitación del número de perros.
• Obligación de los Maestros Rurales de, por lo menos, una vez al
mes explicar a los alumnos sobre la prevención y los riesgos de
la enfermedad.

28
http://www.smu.org.uy/publicaciones/libros/ejemplares_ii/art_21_bottaro.pdf
29
POU FERRARI, Ricardo: AUGUSTO TURENNE: Pionero de la Obstetricia Social en América
Latina. Fundador del Sindicato Médico del Uruguay. Montevideo, 2006, edición del SMU, 273 páginas.
30
http://www.smu.org.uy/publicaciones/libros/ejemplares_ii/art_39_blancoacevedo.pdf
31
http://www.smu.org.uy/publicaciones/libros/ejemplares_ii/art_52_perezfontana.pdf
45

Las actividades de este Centro fueron intensas y sus campañas se


proyectaron al mundo entero. Fue por obra suya que aparecieron los
“Archivos Internacionales de Hidatidología” que recibía trabajos de
hidatólogos de todo el mundo desde 1935 y que, a partir de 1948, con
la creación de la Asociación Internacional de Hidatidología, fundada
en Colonia del Sacramento (Uruguay) el 21 de setiembre de 1941,
pasaron a ser la publicación oficial de sus Congresos Internacionales.

El Centro editó, entre otros, el libro “Cachito y Rigoleto”, un texto


infantil didáctico en el cual, a través de la relación de un niño y su
perro, enseña los riesgos de la Hidatidosis y la manera de evitarlos.
Este libro se entregó en las escuelas de todo el país, fue traducido a
varios idiomas y la Organización Panamericana de la Salud lo tomó
como ejemplo e imprimió 500.000 ejemplares distribuidos en países
de habla hispana.

Pero a pesar de todos estos ingentes esfuerzos, el número de


pacientes operados de quiste hidático no disminuyó.

Los hallazgos quirúrgicos más frecuentes fueron en el hombre, su


localización en hígado, pulmones, riñones, bazo, sistema nervioso
central, corazón y huesos. Pudieron encontrarse también QH en otras
localizaciones, aunque más raramente.

En el 1er. Congreso Internacional de Hidatidología, realizado en la


ciudad de Durazno, Uruguay, en 1947, el Maestro de la Cirugía
uruguaya, Dr. Domingo Prat (1882-1973) 32, decía: “El Centro de
Educación y Prevención de la Hidatidosis a pesar de su actividad no ha
podido tener resultados destacables ni dignos de mención.”

El francés Félix Dévé (1872-1951) decía que las personas adquirían en


los primeros años de vida la infestación, ya que la hidatidosis es “la
enfermedad de las manos y las rodillas en el suelo, los pantalones
cortos y de los juegos con perros”.

En materia de legislación, ya citamos que en 1939 se promulga la Ley


9.852, que legitima al Centro de Estudio y Profilaxis.

La labor de este Centro se desarrolló fundamentalmente en aspectos


científicos, promoviendo a nivel regional e internacional, el contacto y
acercamiento con otros institutos similares, intercambiando y
publicando información científica, y fundando en 1941 la Asociación

32
http://www.smu.org.uy/publicaciones/libros/ejemplares/pratt.pdf
46

Internacional de Hidatidología, que llevaría la inquietud a las más


diversas latitudes.

En el plano nacional, centró sus esfuerzos principales en la tarea


educativa, cumpliendo aquella disposición que la ley preveía, de
trasmitir a los niños, desde los primeros años escolares, la
importancia de la prevención basada en las buenas prácticas de
higiene, fundadas en un adecuado conocimiento de los maestros y los
escolares. Utilizaba así precozmente, una metodología que luego se
aplicaría a la prevención de otras enfermedades, particularmente las
derivadas del hábito tabáquico, que cobraron importancia a partir del
tercer milenio, a impulsos de la OPS/OMS.

El libro escolar “Cachito y Rigoleto”, editado por el Ministerio de Salud


Pública, como actividad del Centro de Estudio y Profilaxis de la
Hidatidosis, realizado en colaboración entre Velarde Pérez Fontana y
Antonio Soto (Boy), que tuvo múltiples ediciones nacionales e
internacionales, como fue mencionado, estuvo presente en todas las
escuelas y bibliotecas escolares del país. En su prólogo Velarde Pérez
Fontana decía:

“Las proporciones alarmantes que el quiste hidático ha tomado en los


países del Río de la Plata, Argentina, Estado de Río Grande del Sur y
nuestro país, es una consecuencia del desarrollo de la ganadería. La
enfermedad diezma nuestras poblaciones rurales en forma sórdida y
continuada, restando a la sociedad preciosas vidas humanas en plena
capacidad productiva.
Las pérdidas materiales originadas por esta enfermedad, que ataca lo
mismo al hombre que a la ganadería, son cuantiosas. Por los
47

perjuicios sociales y económicos que ella ocasiona, constituye una


verdadera calamidad nacional.
La hidatidosis es la más evitable de todas las enfermedades. Para
defenderse de ella sólo basta tener nociones fundamentales sobre la
historia natural del parásito y su ciclo evolutivo.
La autoridad sanitaria en los países del Río de la Plata ha entablado la
lucha contra esta plaga en forma cada vez más sostenida. En nuestro
país fue sancionada una ley de profilaxis de la Hidatidosis (Agosto 2
de 1939). De acuerdo con el Art. 9º de esa ley, “el personal
docente de las escuelas públicas rurales dará a los alumnos
nociones breves explicativas de los peligros que asume la
“enfermedad hidática” y los medios que se utilizan para
combatirla. Con este fin, el Centro de Estudio y Profilaxis de
la Hidatidosis distribuirá folletos y murales ilustrativos para
esas escuelas”.

La publicación de CACHITO Y RIGOLETO responde al mandato de la


ley, que fue, por otra parte, una vieja aspiración de la benemérita
Sociedad de Medicina de Montevideo. La colaboración de Antonio Soto
(Boy) ha sido imprescindible. Pocos como él tienen la virtud de
expresarse con tanta naturalidad y tan al alcance de los niños. Su
pluma transforma las ideas generales de la ciencia en amenos
coloquios infantiles. Por otra parte, el aporte literario de Boy ha
tenido en este caso un precioso complemento en las ilustraciones
anecdóticas del fino dibujante Luis Macaya, cuya sutileza espiritual ha
sabido interpretar la psicología de la narración con verdadera
ternura. En cuanto a los dibujos anatómicos de Mario Radaelli, que
ilustran la lección sobre el quiste hidático, los entendidos apreciarán
las excelencias de su exactitud.

Este libro está dedicado a los niños de


nuestra campaña y a los maestros rurales. Cabe al maestro rural,
principalmente, un papel importante de vastas y fecundas
proyecciones de futuro en la lucha contra la hidatidosis. Inculcar al
niño desde la escuela nociones elementales de higiene, señalar los
48

peligros de la vida rural con demostraciones prácticas y ejemplos de


personas conocidas del lugar, como Cachito, atacadas por grave mal –
es obra edificante. Más tarde el pequeño escolar se transformará en
patrón, peón o capataz rural y afrontará las realidades de la vida con
ideas precisas y firmemente adquiridas.” 33

* * *

En diciembre de 1965 se
aprueba la Ley 13.459, por la que se crea la Comisión Honoraria de
Lucha contra la Hidatidosis, donde se declara a la afección plaga
nacional y la lucha obligatoria en todo el territorio nacional; se integra
con varios ministerios, diversas instituciones y la participación de
sectores sociales, de productores y laborales. Establece la
obligatoriedad del pago de la Patente de Perro y se facilita la revisión
y control sanitario de los canes y de los lugares destinados a la faena
pública y domicilaria.

Por esa época, su primer Presidente, el Maestro de la Medicina


uruguaya Dr. Pablo Purriel y sus colaboradores, publican los primeros
resultados de estudios epidemiológicos en todo el país, que incluyen
índices de infestación en animales: 60% en bovinos; 95% en ovinos y
40% en perros.

Se realiza un estudio retrospectivo de los pacientes operados de QH,


visitando los Centros Quirúrgicos de todo el país en el trienio 1962-

33
PÉREZ FONTANA, Velarde y SOTO, Antonio: CACHITO Y RIGOLETO, Libro Escolar. Impresora
Uruguaya SA, Montevideo, 1946, 96 páginas; pp. 7-9. [Cortesía del Dr. Andrés Giacoia].
49

1964 con un promedio de 535 enfermos por año y una morbilidad de


6,7%.

Es entonces que se resuelve implementar planes piloto


departamentales para estudiar su eficacia y las correcciones
correspondientes, porque las medidas educativas habían fallado,
también la prédica a favor del cambio de prácticas y hábitos
culturales, y el problema persistía. La convicción era que sólo un plan
sanitario nacional sería exitoso.

Se inicia por el Departamento de Flores, en 1970, elegido por la buena


predisposición de sus autoridades locales y por ser el Departamento
de mayor morbilidad humana, con 105/100.000 y una alta tasa de
infestación ovina, bovina y canina. Se controlarían por primera vez la
faena domiciliaria y, simultáneamente, la faena en los mataderos. En
sólo tres años se logró disminuir la infestación canina por tenia
equinococo de 34% a 10%. Flores fue también el campo de prueba
experimental para evaluar la eficacia tenicida del Praziquantel en
1976, que a la dosis utilizada resultó ser un 100% efectiva en los
perros, matando todas las tenias pero sin destruir los huevos.

Progresivamente se fue ampliando el plan a otros departamentos,


siguiendo por Artigas, el más al norte del territorio nacional; luego
todos los del Norte del Río Negro. Estos planes ambiciosos fueron
detenidos porque se le retiraron los recursos a la Comisión Honoraria
y a las Comisiones Departamentales, en plena Dictadura militar
(1973-1985). Pero quedó claro, al evaluar resultados, que era la
conducta humana la causante de la persistencia de la enfermedad, y
no la acción de la droga.

Éste era y continua siendo el problema clave.

Una nueva etapa se abre cuando en 1990 se promulga la Ley 16.106


que es reglamentada en marzo de 1991, que reformó la Comisión
Nacional Honoraria de Lucha contra la Hidatidosis, cuyo principal
recurso lo constituye la patente de perro.

Sin embargo, la dosificación de perros que se hacía simultáneamente


con el pago de la patente, mediante la administración de la droga, no
fue eficaz, por cuanto los productores pagaban y compraban el
fármaco, pero luego, algunos de ellos, no lo administraban, con lo cual
la solución burocrática, hacía que el esfuerzo fuera parcialmente
improductivo.

Este programa, que se desarrolló hasta el retiro del Dr. Raúl Ugarte,
tuvo mucho éxito, hasta alcanzar una fase de consolidación del
programa, mejorando muchos indicadores y acciones educativas,
integrando actividades con los organismos especializados, un
50

importante presupuesto y personal profesional asignado. Así al


realizar el segundo diagnóstico de situación en el año 1997 y el
tercero en 1999, pudieron demostrar que el porcentaje de perros
parasitados en el país descendió de 10.7% en 1991 al 0.74% en 1997
y a 0,47% en 1999. En 14 departamentos (de los 19 que tiene el
Uruguay) el porcentaje de perros parasitados fue 0 y en los cuatro
restantes, exceptuando la capital, fue menor a 1,14%. Se afirmó
entonces que los campos estaban libres de huevos de tenia y el
hombre y los animales tenían cada vez menores posibilidades de
enfermar de quiste hidático.

El porcentaje de infestación de ovinos que en 1991 era del 44%,


descendió al 9.8% en el año 2000 y en bovinos descendió de 64% en
1990 a 15.99% en 2000.

El registro de intervenciones quirúrgicas en humanos34, en todos los


centros de cirugía del país, tanto públicos como privados, según
Ugarte, reveló que la base histórica de datos era de 552 operados por
año, encontrada por Purriel entre los años 1962 y 1971. En el año
1993 se operaron 367 personas, lo que significa un descenso
importante entre 1972 y 1993. Como consecuencia de la tarea
desarrollada hasta ese momento hubo 185 pacientes operados menos,
lo cual representa una disminución del 33% en 20 años. Para el año
2000 los operados fueron 197, lo que según el mismo autor marca un
descenso del 46.2% en 7 años y lo más importante, no se operó
ningún niño menor de 5 años, que son los significativos para el sector
de infestaciones nuevas.

Al referir la variación de mortalidad, de 50 fallecidos por año entre


1962 y 1971, sólo se registró una muerte por QH en el año 2000, en
todo el país; lo cual representa una mortalidad menor al 0,5%.

Pero todos estos éxitos parciales, resultaron, a la luz de los análisis


posteriores, ser mucho menores que lo que se había publicitado, ya
que como con el fenómeno del “iceberg”, había una gran parte de la
realidad que no se había considerado adecuadamente en estos
informes tan bien intencionados como optimistas. Esa es en definitiva,
la única realidad que muestra la continua evolución del conocimiento,
que día a día y año a año, supera con hechos y constataciones nuevas,
lo que se había alcanzado con anterioridad. Así es la ciencia, cuando
no se deja llevar por la vanidad humana y la fantasía que todos los
humanos tenemos de creer que hemos tocado el cielo con la mano.

34
HIDATIDOSIS EN EL URUGUAY: Prevalencia Quirúrgica Nacional 1993. Publicación del MSP,
Comisión Nacional Honoraria de Lucha contra la Hidatidosis. Montevideo, Uruguay, 1994, Imprenta
Tradinco, 76 páginas. [Cortesía del Dr. Andrés Giacoia].
51

El 12 de diciembre de 2007 el Poder Ejecutivo aprobó el Decreto


491/007, que modificó la estructura, gestión e integración de la
Comisión Honoraria de Hidatidosis, para transformarla en Comisión
Honoraria de Zoonosis. De acuerdo a lo dispuesto en los artículos
308 a 311 de la Ley No. 17.930 de 19 de diciembre de 2005. En
la norma referida se dispone que la Comisión Nacional Honoraria de la
Lucha contra la Hidatidosis creada por la Ley N° 13.459, de 9 de
diciembre de 1965, con las modificaciones introducidas por la Ley N°
16.106, de 24 de enero de 1990, pasará a denominarse "COMISIÓN
NACIONAL HONORARIA DE ZOONOSIS".
La misma funcionaría bajo la forma jurídica de organismo
desconcentrado dependiente del Ministerio de Salud Pública.
La referida ley facultó al Poder Ejecutivo para modificar su estructura
organizativa, comprendiendo un nuevo modelo de gestión, integración
y gerenciamiento.
Dicha facultad comprende la de implementar las modificaciones,
adecuaciones y definiciones de los cometidos previstos para las
Comisiones Regionales, Departamentales y Locales que funcionan en
la órbita de la Comisión Nacional.

En los meses siguientes se implementaron nuevas políticas que,


recogiendo la experiencia anterior, ampliaron la efectividad en cuanto
al control de la hidatidosis se refiere, a otras modalidades de acción.
Se continuó aplicando la dosificación de perros, no sólo para eliminar
la tenia Echinococcus, sino para desparasitarlos de otros vermes; se
procedió a realizar la esterilización de perros domésticos en todo el
país, a través de puestos móviles atendidos por cirujanos veterinarios
y se continuó llevando a cabo actividades educativas. Si bien es
escaso el tiempo transcurrido desde su implementación, resultan ya
evidentes algunos índices de modificación del panorama, sobre todo
visualizando el futuro. Aunque todavía se esterilizan sólo perros de
género femenino, es indudable que esta medida actuará de manera
benéfica y eficaz en la reproducción a largo plazo de la especie
parasitada con mayor frecuencia en el país para el verme infestante
generador del ciclo.

Un cambio en el modelo de gestión

La modificación introducida por la Ley 17.930 del 19 de diciembre de


2005 y el Decreto 491/007, del 12 de diciembre de 2007, imprimieron
un vuelco sustancial a la lucha contra la hidatidosis, integrándola a las
demás Zoonosis. Pero fundamentalmente, cambiaron varias
características:

1. La Comisión sería una dependencia desconcentrada, y no


descentralizada, del Ministerio de Salud Pública, con lo que
52

significaba que éste asumía su rol principal como rector de la


política de salud, entre sus metas prioritarias.
2. Aunque mantenía una integración multi-institucional y
transdisciplinaria, integraba a las demás Zoonosis, quitándole
el exclusivismo de una sola patología, racionalizando y
concentrando en una misma unidad, un problema de salud
pública, hasta entonces desconocido.
3. La gestión de la Comisión Nacional de Zoonosis (CNZ) apuntó
desde entonces a un cambio sustancial en lo técnico: atender
la hidatidosis como una enfermedad “de foco”, buscando para
ello la identificación de “zonas de riesgo” para luego proceder
en consecuencia.

Este proceso tiene su inicio en los resultados el último Diagnóstico de


Prevalencia de E. granulosus (2004) elaborado en conjunto por
técnicos de la Comisión, integrantes de la Facultad de Veterinaria y
representantes de la Japan International Corporation Agency (JICA).
Este equipo fue responsable de un diagnóstico de situación cuyos
resultados distaban mucho de los datos que manejaba nuestro país en
materia de infestación en perros y establecimientos. Mientras que por
arecolina la infestación en perros fue de 0.4% y en establecimientos
del 0,7%, por el test de Elisa Copro-antígeno, técnica no comparable
pero más sensible, la muestra dio que Uruguay tenía para el 2004 un
4,3% de perros positivos a E. granulosus y un 6,4% de
establecimientos portadores de perros parasitados. Paralelamente,
algunos estudios indican que en el hombre la ecografía muestra una
prevalencia en áreas rurales del 1 al 2% para quiste hidático de
hígado.

Estudiadas estas cifras y como resultado de otros estudios acotados,


se concluye que la estrategia aplicada hasta ahora debía ser revisada.

Las líneas de dosificación comprenden la desparasitación canina


individual efectuada en forma regular y sostenida en el tiempo (se
debe dar la pastilla de Praziquantel en la boca del perro).

Se trata de una herramienta fundamental del Programa pero que no


llegaba a las zonas más alejadas y pobres, muchas de las cuales
coinciden con los “nodos” de infestación. Actualmente se mantienen
las mismas líneas de dosificación, a lo que se vienen agregando
progresivamente las áreas críticas de “alto riesgo”, económicamente
deprimidas en su mayoría y socialmente vulnerables.

En estos casos el costo de la dosificación es asumido por la CNZ,


máxime teniendo en cuenta el objetivo superior de mejorar la salud
de la comunidad con equidad y solidaridad. Hasta estos “focos” se
está llegando ahora en forma interdisciplinaria e interinstitucional,
con los Ministerios de Salud Pública, Ganadería, Educación y Cultura y
53

otras, como forma de brindar soluciones integrales que permitan


sumar esfuerzos en terreno. Esto es visualizado como muy positivo
por la comunidad, que participa activamente. En jornadas
multidisciplinarias, en forma itinerante, se establece una cadena de
servicios en estas zonas, que van desde la Medicina General a la
Específica, desde la prevención a la promoción, con un encare integral
de la salud tanto humana como animal.

Los resultados de las ecografías que se realizan en cada salida a


campo han confirmado la existencia de “focos”, lo que avala la nueva
estrategia.

En cuanto al control de la población canina, la CNZ cambió


radicalmente la estrategia que se venía aplicando en la pasada
gestión. La captura comprendía un número insignificante de perros
para la población total y con un alto costo económico y social. Hoy la
estrategia apunta a esterilizar (castrar) los canes, machos y hembras,
como forma de evitar la reproducción y también de generar conciencia
en la población de una tenencia responsable.

Por primera vez se está controlando y disminuyendo progresivamente


la población canina en las áreas de contexto crítico y superando la
cifra de 7% a 10% de castraciones necesarias para tal fin. Se estima
en 250.000 a 300.000 la población de perros en áreas de riesgo.

Desde la CNZ se promueve además que las esterilizaciones


(castraciones) quirúrgicas se realicen en las clínicas privadas, en los
barrios de mayores recursos.

Esta estrategia de esterilización (castración) es apoyada por la


OPS/OMS que, en el último encuentro en Porto Alegre estableció las
bases para fortalecer estos programas a nivel regional. También se
sustenta en la vasta experiencia y aportes realizados por el Dr.
Marcelo Brandao, Director del Centro de Control de Zoonosis de San
Pablo, Brasil, que concluye una exposición en Uruguay afirmando que
“la esterilización de perros tiene un costo cuatro veces
inferior que la captura y sacrificio del animal, a lo que se
suma que sólo el 5,7% de la población aprueba esto
último.”

Desde las modificaciones introducidas a la Ley que regula esta


materia, y la transformación de la Comisión Honoraria de Lucha
contra la Hidatidosis en la Comisión Nacional de Zoonosis, a fines de
2005, y su posterior reglamentación a fines de 2007, podemos decir
que se ha abierto un nuevo horizonte para dar la pelea, con
herramientas del siglo XXI a una vieja zoonosis que viene afectando al
54

hombre y su ecosistema, incluyendo los importantes factores


económicos, con fe y esperanza.

Como ha dicho el actual Presidente de la CNZ, Ciro Ferreira 35:

I) A nivel del hospedero definitivo:

a) el relevamiento efectuado en 2004 con copro-antígeno (Facultad de


Veterinaria, JICA [Japan International Corporation Agency], la actual
Comisión de Zoonosis) muestra un nivel de infestación importante a
escala de país: 4,3% de los perros y 6,4% de los establecimientos
rurales con 1% de casos dudosos. A esto se agrega, un estudio que se
viene procesando, donde se han detectado casos positivos en áreas de
contextos críticos de ciudades, que hasta ahora eran negativas.
b) La dosificación dirigida con Praziquantel cada 30 días a través de
las dosificaciones la realizamos. Pretendemos llegar a áreas que hasta
el presente no llegábamos y mejorar los controles de calidad en la
planificación de la misma.
c) La captura de perros no ha sido exitosa y creemos conveniente, en
coordinación con los municipios y distintas organizaciones, establecer
programas piloto de esterilización [castración] quirúrgica
acompañados de medidas de educación y tenencia responsable.

II) En los hospederos intermediarios: (ovinos, bovinos y


cerdos)

a) Las cifras de parasitación han ido en descenso y de acuerdo a


datos del Ministerio de Ganadería en el 2002 el número de
ovinos parasitados era de 3,85%, bovinos 12,2%. Nos hemos
impuesto mejorar la recolección de datos y su confiabilidad.
b) A través de estudios pilotos de tropas positivas de mataderos y
frigoríficos llegar a los establecimientos de origen y detectar los
casos positivos que puedan ocurrir a nivel humano y de perros y
humanos.

III) En el hombre:

a) El número de operados ha descendido siendo de 139 casos para


el 2004. Creemos que no es un fiel indicador, ya que hay
muchos casos que hoy no son patrimonio de la cirugía
(observación, tratamiento médico con albendazol, etc.) sin
descartar la serología para estudios de incidencia y prevalencia
creemos que se impone el “screening” ecográfico de acuerdo a

35
FERREIRA MÁRQUEZ, Ciro: III Reunión del Proyecto Subregional Cono Sur de Control y Vigilancia
de la Hidatidosis: Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, pp 19-20. Porto Alegre (RGS, Brasil), 23 al 26 de
mayo 2006.
55

lo recomendado por múltiples trabajos internacionales y en


nuestro país por el Prof. Dr. Roberto Perdomo y colab.36
b) Esto último posibilita además implementar campañas de
educación para esta y otras zoonosis, dada la amplia
receptividad de la población.

IV) Finalmente, se destaca que estas actividades de Atención Primaria


de Salud ambiental deben de ser tenidas en cuenta a la hora de toma
de decisiones por todo el equipo de salud; en el marco de referencia
tendente a preservar el mismo. La población debe participar
activamente y decidir autónomamente a través de un proceso que
genera sostenibilidad, habiendo partido de un escenario en que
reciben beneficios pasivamente. El involucramiento de la comunidad
dependerá de nosotros mismos. Se impone el estudio racional de los
distintos programas, a fin de lograr su adecuado financiamiento.
Queremos destacar que más allá de indicadores, metas y productos
éste debe ser un proceso orientado a cumplir con la carta de Liubliana
(OMS 1996), que dice:

“Los sistemas sanitarios deben estar inspirados en valores (como la


dignidad humana, la equidad, la solidaridad y la ética profesional)
orientados a la salud, basados en los intereses de las personas,
centrados en la calidad, financiados racionalmente y orientados a la
atención primaria”.

EL IMPACTO ECONÓMICO
DE LA EQ EN EL CONO SUR37
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación, a través de su Oficina Regional para América Latina y el
Caribe (FAO/RLC) realizó en junio de 2007 un valioso informe sobre la
Estimación del impacto económico de la EQ en el Cono Sur (Argentina,
Brasil, Chile y Uruguay). Es la primera vez que puede accederse a un
estudio serio y metodológicamente correcto del impacto económico
de la EQ en la región. Hasta ahora todas las estimaciones habían sido
sin aportación de datos, y por mera intuición de las pérdidas que

36
PERDOMO, Roberto, PARADA (h), Ricardo, ÁLVAREZ, Carmelo, CATTIVELLI, Daniel,
GENINAZZI, Héctor, BARRAGUÉ, Ana Delia, FERREIRA, Ciro, RIVERO, Elbio; MONTI, José,
PARADA, José: ESTUDIO EPIDEMIOLÓGICO DE HIDATIDOSIS. Detección precoz por ultrasonido
en áreas de alto riesgo. Rev Med Uruguay 1990; 6: 34-47. En: http://www.rmu.org.uy/revista/6/1/2/es/
37
FAO/RLC – Estimación del Impacto Económico de la Equinococosis Quística en el Cono Sur
(Argentina, Brasil, Chile y Uruguay), Junio 2007. Estudio realizado por las doctoras Pilar Irabedra
y Carolina Roig, con la colaboración y apoyo de los Dres. Roberto Salvatella, Sergio Campano y
Edgardo Vitale. En: http://www.paho.org/spanish/AD/DPC/VP/hidatidosis-impacto-econ-07-fao.pdf
56

ocasionaba. Si estos resultados se obtienen ahora, luego de casi 100


años de campañas de prevención de diferente grado de eficacia, y de
tratamientos quirúrgicos de los pacientes afectados, en lo que se ha
evolucionado mucho en diagnóstico y terapéutica, es posible hacerse
una idea aproximada, de las cuantiosas pérdidas acumuladas para las
personas y los países, por no haber acertado en estrategias adecuadas
de encarar este problema de Salud Pública como política de Estado. Ni
qué hablar de la carencia de apreciación por parte de los productores
ganaderos, que teniendo tanto apego por sus bienes, no han sido
capaces de hacer gestos mínimos para evitar tan cuantiosas pérdidas.
En el mismo informe de la FAO, se establece que: “La actividad
pecuaria en los países del Continente Americano y en especial de
América Latina y el Caribe tiene gran importancia socioeconómica, lo
que queda demostrado al ser el Continente el primer productor
mundial de carnes bovina y aviar, el tercer productor mundial de
carne de cerdo, y el tercer productor mundial de lácteos, mientras que
en las áreas rurales y suburbanas la ganadería constituye una fuente
de subsistencia para muchas familias de escasos recursos y es fuente
importante de alimentos ricos en proteína, a la vez que en algunos
casos, un ahorro para afrontar casos de imprevistos. (…) En este
contexto y en el área de la salud pública veterinaria, la Organización
de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) brinda respuesta
concreta a los esfuerzos mundiales para mejorar la salud animal y
controlar las zoonosis, a fin de disminuir el hambre, la desnutrición y
la pobreza, brindando asistencia técnica a las naciones en vías de
desarrollo, a fin de elevar los niveles nutricionales y de vida de los
pueblos. Entre estos esfuerzos destacan la asistencia técnica dada a la
Argentina sobre capacitación para el control de hidatidosis en la
Provincia de Río Negro, la actividad conjunta con la OPS
proporcionando asistencia en el Proyecto Regional Cono Sur de
Vigilancia y Control de la Hidatidosis (Argentina, Brasil, Chile y
Uruguay), y en esta ocasión financiando el estudio para la Estimación
del Impacto Económico de la EQ en el Cono Sur. Este último es un
primer esfuerzo para determinar las pérdidas ocasionadas por la
enfermedad en seres humanos producto del diagnóstico y tratamiento
así como por concepto de morbilidad y mortalidad. Conjuntamente a
nivel del sector pecuario se consideraron las pérdidas por decomisos
de vísceras y la disminución de producción de carne, leche, lana y la
fertilidad de las especies afectadas, arrojando conservadoramente
una estimación de pérdidas anuales en seres humanos y en animales
para la región de un mínimo de 75 y un máximo de 96 millones de
dólares americanos.” 38

PÉRDIDAS RELACIONADAS A LOS ANIMALES

38
VARGAS-TERÁN, M.: Oficial de Salud Animal. Oficina Regional de la FAO para América Latina y
el Caribe, en FAO: Estimación del Impacto Económico de la Equinococosis Quística en el Cono Sur
(Argentina, Brasil, Chile y Uruguay), Junio, 2007, 20 páginas; pp 4.
57

Considerando un peso medio de 250 kg para los bovinos y de 25 kg


para los ovinos, se calculó la disminución de kilos de carne en los
animales afectados. Para la pérdida proveniente de decomisos de
hígados se calcularon el número de animales faenados infectados y a
los mismos se los multiplicó por el precio y peso promedio del hígado.
Respecto a la disminución de litros de leche producidos, la misma se
calculó considerando que la producción diaria de leche es de 11 litros
por vaca masa. Tomando en cuenta una disminución de la
productividad de entre 5 y 10 por ciento, se calcularon las pérdidas de
producción. Para el precio del litro de leche según país fueron
utilizados los datos de FAO.
En relación a la fecundidad, se aplicó una tasa de procreo de 60 por
ciento para los bovinos y 70 por ciento para ovinos. Tomando en
consideración estos porcentajes y una disminución en la fecundidad
del 11 por ciento, se obtuvieron las pérdidas monetarias relativas a la
misma.
Por último, para la pérdida de kilos de lana, se trabajó con un peso de
cuatro kg de lana por vellón 39, a lo que se aplicó una disminución de
producción del 20 por ciento.
Los precios de bovinos y ovinos considerados fueron obtenidos de la
División Estadística de FAO. Se tomaron los precios promedio de
exportación por unidad, expresados en dólares EE. UU. por tonelada
para los diferentes países. El precio de la leche proviene de la misma
fuente y se mide en dólares EE. UU. por tonelada, pero por practicidad
se consideró dólares por litro. Por último, para el precio de la lana se
tomó un promedio de los precios en dólares EE. UU. por kilo de vellón
debido a la variedad de finuras. Los precios son los correspondientes
al mercado [de lanas] australiano.
Tal como en los casos humanos, en los animales también se considera
la posibilidad de subnotificación, por lo que se utilizó un factor de
corrección para obtener una aproximación más acertada de la
realidad. Para esto, se consideró un factor de corrección de
distribución uniforme entre 1, 5 y 2.40

PÉRDIDAS MONETARIAS EN SERES HUMANOS

Para el cálculo de los costos debidos a tratamiento se tomó en


consideración el hecho de que no existe información disponible acerca
del porcentaje de pacientes que reciben tratamiento médico sobre el
total de los diagnosticados, por lo que se asume que, debido a las
variaciones de los protocolos entre países un 10 por ciento de los
pacientes son derivados a tratamiento médico [no quirúrgico].

39
vellón1 .(Del lat. vellus).1. m. Conjunto de la lana de un carnero u oveja que se esquila [Diccionario de
la RAE, Edición 22ª., 2001].

40
FAO: Estimación del Impacto Económico de la Equinococosis Quística en el Cono Sur (Argentina,
Brasil, Chile y Uruguay), Junio, 2007, 20 páginas; pp 10-11.
58

Respecto a los costos de tratamiento, si el paciente es intervenido


quirúrgicamente, el costo de dicha intervención en la región, en base
a los datos existentes, se estima que es promedialmente de 4.440
dólares EE.UU.; mientras que si el paciente recibe tratamiento con
medicamentos tiene un costo estimado de 1.400 dólares EE. UU., esto
tomando en cuenta cinco ciclos de 30 días con cinco comprimidos
diarios de albendazol. Estos datos son coincidentes con los obtenidos
de la República Argentina que estiman un costo de tratamiento
médico de 1.350 dólares EE. UU. por paciente.

La disminución o pérdidas de los ingresos está directamente


relacionada con el diagnóstico de la enfermedad, así como con el
tratamiento. Además del costo hospitalario, se asume una pérdida de
ingresos promedio por persona para el cálculo de las pérdidas
monetarias humanas totales por país.
Las pérdidas consideradas fueron las siguientes: para todos los
pacientes se asumió una disminución uniforme del IBN (Ingreso Bruto
Nacional) per cápita de entre el 50 y 90 por ciento del mismo por el
lapso de un año. Para aproximadamente 20 por ciento de los
pacientes fue adjudicada una pérdida de ingreso del 50 al 90 por
ciento por cuatro años adicionales. Por otra parte, el 3 por ciento de
los pacientes fueron asignados una pérdida del 100 por ciento del IBN
per cápita hasta la edad de jubilación, considerada entre los 62 y 72
años de edad para los cuatro países, debido a muerte post quirúrgica.
Una tasa de descuento estándar del 3 por ciento anual fue aplicada a
la pérdida de ingresos. En adición a las pérdidas de ingresos se asumió
que 10 por ciento de los casos no fueron diagnosticados. (Distribución
uniforme de 8 a 12 por ciento). Para dichos casos, se consideró una
pérdida de ingresos del 25 por ciento durante cinco años. Las pérdidas
de ingresos de la región fueron expresadas tanto respecto al IBN per
cápita (Método Atlas) como al IBN por el método de la paridad del
poder de compra (PPC) per cápita. 41

ESTIMACIÓN DE COSTO DE LOS


PROGRAMAS DE CONTROL

La estimación del costo se realiza basada en la información disponible


sobre evaluación de Programas de Control en la región. Las líneas de
acción principales se basan en: desparasitación sistemática de canes
con la droga praziquantel a una dosis de 5 mg/kg de peso vivo, entre
8 y 12 dosificaciones al año, vigilancia epidemiológica tanto a nivel
humano como animal, control de poblaciones caninas, educación
sanitaria y control de la faena.

41
FAO: Estimación del Impacto Económico de la Equinococosis Quística en el Cono Sur (Argentina,
Brasil, Chile y Uruguay), Junio, 2007, 20 páginas; pp 12-13.
59

En los países del Cono Sur que poseen programas de control se calcula
en aproximadamente 220.000 perros que son desparasitados
sistemáticamente. Se estimó un costo inferior de control de 20
dólares EE. UU. por perro por año, por lo que el costo total asciende a
4:400.000 dólares EE. UU. al año. Considerando un valor superior a 37
dólares EE. UU. por perro por año, el costo total se estimó en
8:140.000 dólares EE. UU. por año. 42

Este estudio, que describe prolijamente la metodología empleada y las


características singulares de cada uno de los países de la región en
cuanto a su propio impacto económico, de acuerdo a los datos
disponibles para la fecha en que el mismo fue realizado, extrae las
siguientes conclusiones : “Sin lugar a dudas, la consideración de los
aspectos económicos y de impacto social como consecuencia de las
patologías, deben ser consideradas al momento de definir las
intervenciones que se llevarán a cabo a nivel de las comunidades. En
este trabajo se han evaluado los indicadores de pérdidas monetarias
así como de secuelas de incapacidad y de calidad de vida a través de
la aplicación de los DALYs (Disability Adjusted Life Year) y se ha
aplicado una metodología que la haga comparable con otros estudios
a nivel mundial, a los efectos de que cumpla con el objetivo de
armonizar indicadores entre países. Uno de los principales obstáculos
para la realización de análisis cuantitativos como el presente, en el
área de las zoonosis, es la carencia de información y lo fraccionada
que es la misma. Esto dificulta la demostración del impacto de estas
enfermedades y hace que muchas veces queden excluidas de la
asignación de fondos aún teniendo un peso promedialmente mayor
que otras. La recolección sistemática de datos epidemiológicos
básicos de la equinococosis quística por parte de los países, sería de
primordial importancia a efectos de mantener estimaciones de
impacto económico ajustadas y oportunas. A su vez, esto permite la
elaboración de estos indicadores a nivel de regiones endémicas o
países definiéndose mejor la carga de la enfermedad. El peso de la
incapacidad así como la pérdida de salarios utilizada en este trabajo
se considera conservadora, ya que se aplica en los casos de
complicaciones o reoperados durante un período de cinco años. La
gravedad de la enfermedad es probable que cause efectos de
disminución de la calidad de vida y de las capacidades durante
períodos más extensos. Se requiere profundizar las investigaciones a
este respecto a efectos de obtener estimaciones más exactas.
El impacto relacionado a la disminución de la producción a nivel
animal, si bien tanto la disminución en carne, lana, leche, fecundidad,
son parámetros difíciles de estimar, deben estar incluidos. Al ser la
equinococosis quística una patología severa, en la que en muchos
casos los hígados, pulmones y a veces otros órganos se encuentran

42
FAO: Estimación del Impacto Económico de la Equinococosis Quística en el Cono Sur (Argentina,
Brasil, Chile y Uruguay), Junio, 2007, 20 páginas; pp 16.
60

severamente parasitados, debe estimarse que se produzca una


disminución en la calidad y cantidad de la producción. Esto representa
no solamente una pérdida monetaria muy importante, que oscila
entre 44:333.472 y 66:221.790 dólares EE.UU. [anuales] para la
región (sin valores de ajuste), sino que disminuye la cantidad de
proteínas disponibles para comunidades con escasos recursos y en las
cuales muchas veces el alimento no es suficiente desde el punto de
vista nutricional. A este respecto, sería conveniente profundizar las
investigaciones en cuanto a la pérdida de vísceras provenientes de la
faena domiciliaria.
Se incluye también en el presente trabajo una estimación del costo de
los programas, basados en la desparasitación canina con praziquantel
tomando como base los costos presentes en la información científica
publicada y en información disponible. No se profundizó en este
aspecto ya que, en opinión de las autoras, debería formar parte de un
estudio de costos en relación a los beneficios obtenidos, en los cuales
se debería evaluar exhaustivamente el peso económico de los
diferentes componentes o líneas de acción de las opciones de control
aplicadas en cada país en relación al daño evitado.
En relación a los DALYs, se considera importante incluir su cálculo
pues es un indicador que no es influenciado por el ingreso económico
de los países de la región. Si solamente se evalúan las pérdidas
monetarias, las regiones pobres pueden ser subestimadas porque los
bajos ingresos hacen que, por ejemplo, las pérdidas de salarios sean
menores. En el mismo sentido, se ha demostrado que los costos de
tratamiento están significativamente relacionados al IBN [ingreso
bruto nacional] per cápita. Sería recomendable poder extender el
cálculo de este indicador de discapacidad a otras zoonosis que afectan
al Cono Sur, de manera de elaborar, por expertos en los diferentes
temas, un listado de zoonosis de importancia para la región y la carga
de las mismas sobre las comunidades, identificando las potenciales
fuentes de datos utilizables para su cuantificación.
Uno de los puntos a destacar es que las importantes pérdidas
producidas por la equinococosis quística afectan a los sectores salud y
agricultura, por lo que ambos deberían participar en los programas de
control; no en forma aislada sino dentro de un marco
interinstitucional, como forma de maximizar recursos y lograr un
mayor impacto en la comunidad, con la cooperación técnica de los
organismos internacionales referentes en el tema.
Si bien consideramos que los valores presentados en este trabajo
pueden ser perfeccionables, considerando lo expresado anteriormente
acerca de la dificultad de lograr información sistematizada y
armonizada, creemos que manifiesta la severidad del impacto, tanto a
nivel salud como económico, en la región del Cono Sur de las
Américas”. 43

43
FAO: Estimación del Impacto Económico de la Equinococosis Quística en el Cono Sur (Argentina,
Brasil, Chile y Uruguay), Junio, 2007, 20 páginas; pp 17-18.
61

QUÉ ES LA
ASOCIACIÓN INTERNACIONAL
DE HIDATIDOLOGÍA

Origen y obra
La AIH se fundó en Colonia del Sacramento (Uruguay) el 21 de
septiembre de 1941. Fueron sus iniciadores médicos y veterinarios de
Argentina, Brasil y Uruguay.

En un tiempo en que las comunicaciones eran más difíciles que en el


siglo XXI, los profesionales de la Región, que por esa época era una
de las que presentaba mayor infestación hidática en el mundo, se
reunieron para procurar emprender un nuevo camino. Se forjó allí una
alianza permanente, que trascendió las fronteras, para formar una
hermandad de personas trabajadoras y comprometidas con el ideal de
educar para la prevención de esta terrible enfermedad, flagelo para
los hombres y para la producción, que sin embargo era poco
reconocida por los gobiernos y los productores.

Desde sus comienzos tendieron puentes hacia otras regiones del


planeta que padecían los mismos problemas, pero que los conocían
poco, y que entre sí no guardaban vínculos para intercambio ni para
combatir esta patología, de profunda raíz social y cultural.

Así iniciaron una cruzada que los llevó a profundizar el estudio en


cada uno de sus propios países, al interior de los cuales existían
asimismo zonas con diferentes prevalencias.

Inspirados en las enseñanzas que había sembrado en 1932 en los


países del Río de la Plata el Maestro francés Félix Dévé, y mientras
transcurría la Segunda Guerra Mundial, fortalecieron una organización
que con el andar de los años, transcurrida la Guerra, sería una
formidable arma para el combate del flagelo hidático. El primer
congreso Internacional fue convocado en Uruguay, teniendo por sede
la ciudad de Durazno, bajo la presidencia del Prof. Dr. Domingo Prat.
El segundo Congreso se celebró en la ciudad de Azul, Provincia de
Buenos Aires, República Argentina. El tercero que debía celebrarse en
Francia, recuperada ya de los devastadores efectos de la Guerra, por
consejo de Dévé, tuvo lugar en Argelia, y aunque el Maestro francés
no pudo acudir por razones de salud, envió allí una carta que sería una
guía imperecedera para el combate de la enfermedad, trazando un
rumbo firme que todavía hoy permanece plenamente vigente.
62
63

Esta obra tal vez fuera inspirada por las enseñanzas del Maestro
francés, Profesor FÉLIX DÉVÉ, cuya influencia a lo largo de la primera
mitad del siglo XX fue muy importante para impulsar el conocimiento
científico, clínico, experimental y preventivo, tanto en Europa, África
del Norte, área del Mediterráneo, como, principalmente en lo que nos
concierne, en los países de América Latina. Su temprana visita en
1932 a invitación de la Asociación Médica Argentina, comprendiendo
también conferencias y contacto con los médicos de Uruguay, Brasil,
Panamá y Perú, comprometieron el afecto, la reverencia y el profundo
reconocimiento que se testimoniaría en 1951, luego del congreso de
Argel, con el Libro de Oro que se le hizo entrega en la ciudad de
Rouen, Francia, su lugar de residencia, cuando ya su salud estaba
quebrantada. Véase, a este respecto, la biografía del Maestro Profesor
Félix Dévé y el juicio que su labor mereció a sus contemporáneos de
diversos continentes, en la parte final de este artículo.

Por ARGENTINA participaron en la fundación de la AIH, los Dres.


Carlos Manini, Daniel J. Cranwell, Juan Bacigalupo, Alfredo Ferro, José
R. Serrés, José Manuel Jorge, Francisco Rosenbusch, Nicolás
Gelormini y el Gral. José Morales Bustamante.

Por BRASIL el Dr. César Pinto.

Por URUGUAY los Dres. Velarde Pérez Fontana, Luis V. Muñoz


Ximénez, Mariano Carballo Pou44, Juan A. Collazo, Antonio De Boni45 y
Humberto Badano.

¿Cuáles fueron sus propósitos? Los declarados en su Acta fundacional:

44
CARBALLO POU, Mariano: médico veterinario (1902-1954). Ref.: POU FERRARI, Ricardo: Juan
Pou Orfila – Crónica de una Pasión Pedagógica, pp. 280.
45
DE BONI, Antonio: médico veterinario (1893-1971). Ref.: DE BONI BADO, Juan Antonio, Biografía
de su padre, en: http://www.smu.org.uy/dpmc/hmed/historia/articulos/boni1.pdf
64

1. Poner el más alto empeño en llevar adelante la lucha


emprendida multiplicando la acción educativa y profiláctica.
2. Estrechar vínculos y relaciones, llevando a cabo una campaña
armónica entre los tres países sobre la base del respeto a la
soberanía nacional y la legislación vigente en cada uno de ellos,
en todo lo que sea posible y aplicable.
3. Propiciar ante las autoridades del Consejo de Enseñanza
Primaria y Normal del Uruguay la adopción del programa
vigente en la República Argentina en lo que tiene atingencia con
los cursos escolares en relación a la lucha contra la hidatidosis,
programa presentado a esta Conferencia por las autoridades
escolares de la Provincia de Buenos Aires.
4. Establecer una continua comunicación entre los tres países
acerca de las soluciones encontradas, así como de los proyectos
que se estudien o investigaciones que se realicen.

Personalidades que la fundaron y promovieron


La ciudad de Colonia, fundada por los portugueses en 1680, ubicada
frente a Buenos Aires, por su belleza y enclave, (declarada por la
UNESCO "Patrimonio de la Humanidad"), ha tenido capítulos muy
importantes en la historia, personificando la historia del propio
Uruguay. Fue tan codiciada que portugueses y españoles se la
disputaron enconadamente, perteneciendo 7 veces a Portugal y otras
7 veces a España. Pero, también Colonia, había de tener en la historia
otro capítulo destacado, al ser el lugar donde un grupo de 16
profesionales, hermanos del Plata, bajo la presidencia del Dr. Daniel
Cranwell, y en representación de Argentina, Uruguay y Brasil fundaran
una Asociación, cuyo inicial motivo fue combatir la "Hidatidosis
equinococcosis" en Sudamérica, en donde estaba incrementándose de
una manera alarmante. Pronto sería una Asociación extendida al
mundo entero.

Dos figuras trascendentes del mencionado grupo, fueron el Prof. Dr.


Velarde Pérez Fontana, Presidente Vitalicio de la AIH hasta 1972, y el
Prof. Dr. Alfredo Ferro, Secretario General de la misma durante 28
años. Ambos cursaron vidas paralelas: cirujanos, investigadores,
epidemiólogos y eruditos, fundadores en sus respectivos países de
Centros de Investigación y Profilaxis contra la Hidatidosis. Viajeros
infatigables, (la mayoría de las veces a sus expensas), hacia donde
tenían noticias del contagio hidatídico, para estudiar y fomentar la
lucha contra esta enfermedad y para hacer proselitismo de la
Asociación. Especialmente destacados fueron sus viajes a Normandía,
a Islandia, donde había surgido el milagro de la erradicación, (gracias
a una ley de 1863 y después de 80 años de lucha), y a España, donde
estudiaron exhaustivamente la problemática de dicha endemia y
65

establecieron vínculos fraternos con otros colegas de iguales


inquietudes. Ese fuerte vínculo íbero-americano fue el cerno sobre el
que crecería la AIH.

Sin duda, desde URUGUAY, la AIH debe su existencia al genio creador


de Velarde Pérez Fontana (1897-1975) quien fue un anatomista,
cirujano, docente, historiador de la Medicina e investigador uruguayo,
nacido en Nueva Palmira, Departamento de Colonia, donde se ubica el
kilómetro cero del Río de la Plata. Graduado en 1920, fue primero
anatomista antes de graduarse y luego de hacerlo; destacadísimo
cirujano de los hospitales de Salud Pública, más tarde Jefe de Clínica
Ginecológica, Profesor de Medicina Operatoria, y finalmente Profesor
titular de Cirugía Infantil, a la vez que hasta su muerte jefe de servicio
de Cirugía en el Hospital Maciel 46. Desde su juventud viajó
incansablemente para conocer los centros quirúrgicos de mayor
destaque mundial, europeos y americanos, circunstancia que no dejó
de aprovechar para sus investigaciones históricas sobre Miguel Servet
y para reunir información sobre su obra magna acerca de Andreas
Vesalius Bruxelensis y su época, así como su Historia de la Medicina
en el Uruguay, publicados ambos entre 1963 y 1964 en Montevideo
por el Ministerio de Salud Pública. Fue autor de numerosísimos
trabajos científicos publicados en Uruguay y en el exterior. Le cupo la
responsabilidad de ser el Presidente Vitalicio de la AIH.

Desde ARGENTINA, la AIH fue sostenida durante muchas décadas por


la acción tenaz y comprometida de un conjunto de médicos y
veterinarios argentinos, que mantuvieron su sede y la publicación
periódica de su Boletín, destacando la obra del Dr. Alfredo Pascual
Ferro, nacido en el Partido de Azul, Provincia de Buenos Aires,
egresando como médico en 1926 y que ya en 1934 había presentado
sus primeros 322 casos de hidatidosis humana en aquel partido. Jugó
importante papel como promotor de la Ley de Profilaxis de la
Hidatidosis, que presentado por aquellos años no tuvo éxito. Sin
embargo, fundó junto a sus amigos y colegas en el año 1939 el
Instituto de Hidatidología, oficializado en 1948 por Ley Provincial
5220 de Profilaxis de la Hidatidosis, siendo de su responsabilidad la
conducción del Instituto. Su permanente trabajo logró que muchos
años después fuera sancionada la Ley Nacional No. 12.732 que hace
obligatoria la profilaxis de esta enfermedad. Integró el núcleo
fundador, junto a sus inseparables amigos los Dres. Mario P. Cabella y
Raúl M. Mendy, que continuarían su obra. Desde 1941, fue su
Secretario Vitalicio. Impulsor del Centro Panamericano de Zoonosis de
la OPS, y autor de la “Bibliografía de la Equinococosis Argentina”
donde reúne datos de 1320 publicaciones aparecidas entre 1925 y
1950 en su país. Falleció en 1982.

46
Fundado en Montevideo, Uruguay, como Hospital de Caridad, durante la Colonia, por Francisco
Antonio Maciel, en 1788.
66

Oscar Ivanissevich (1895-1976) fue otro


temprano impulsor en el Río de la Plata de la Asociación Internacional
de Hidatidología. Fue un destacado cirujano y político argentino de
origen croata, ministro de Educación en la primera y tercera
presidencia del Gral. Juan Domingo Perón, luego embajador en los
Estados Unidos, y a quien se atribuye la co-autoría de la Marcha
Peronista. Ivanissevich, gran hidatólogo argentino, desempeñó la
presidencia de la Comisión Honoraria Permanente de la Asociación
Internacional de Hidatidología. Fue médico cirujano, profesor
universitario, y gran colaborador para posibilitar el desarrollo de las
campañas de lucha contra la Hidatidosis, como fue la emprendida en
sus comienzos en 1947 por la provincia de Buenos Aires. Tuvo gran
preocupación por la educación sanitaria, y sobre todo en relación con
la zoonosis hidática, de la que se ocupó hasta poco antes de su
fallecimiento. Sus trabajos, libros e intervenciones en congresos
científicos relacionados con esta zoonosis, le hicieron acreedor a la
permanente gratitud de la AIH.

Velarde Pérez Fontana haciendo honor a su nombre (héroe del "2 de


Mayo Español", en la invasión Napoleónica)47, fué símbolo de bravura
y coraje. Bajo su aspecto mal humorado, guardaba un corazón
sensible, rectitud moral y desinterés material. En su obra
hidatidológica, figura el ser introductor de la técnica de
"Adventiciectomía o Periquistectomía", tal vez la más trascendental
en la cirugía de la Hidatidosis por ser la base de la cirugía radical de
exéresis. Fundador de los "Archivos Internacionales de la Hidatidosis"
en 1934, la obra más completa del mundo hidatidológico. Esta joya
fué donada a la AIH en 1947, convirtiéndose desde entonces en
órgano oficial de la AIH. Los Archivos, además de ser un valioso

47
Véase la historia de Luis Daoíz y Torres y de Pedro Velarde, quienes juntos planearon el
levantamiento del 2 de mayo de 1808 contra la invasión napoleónica a España. En:
http://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Dao%C3%ADz
67

documento de la historia de la Hidatidosis, recogen hoy el importante


material científico de los Congresos Internacionales sobre esta
importante enfermedad médico-social.

Monumento a Luis Daoíz y Pedro Velarde en la Plaza del 2 de Mayo de Madrid. Obra
de Antonio Solá. El arco es la antigua puerta del Cuartel de Monteleón.

Alfredo Pascual Ferro, como Secretario General, era el que mantenía


los vínculos, las consultas y la correspondencia que contribuyeron a
que la AIH fuera conocida en gran parte del mundo como la
Institución rectora en el estudio y conocimiento de la Hidatidosis,
hermanando a los hombres y los pueblos.

La amistad e intercambios que Ferro y Pérez Fontana mantuvieron con


Félix Dévé constituyeron un magnífico puente de colaboración entre
Europa e Iberoamérica. La visita de Félix Dévé al Rio de la Plata en
1932, despertó un extraordinario interés por la Hidatidosis. La semilla
que el maestro sembró en los países del Plata, cayó en terreno fértil y
dio sus frutos iniciándose una nueva etapa. Félix Dévé, tenía ya un
archivo mundial de esta enfermedad al que acudían los médicos de
todas las partes. Su ciudad Rouen fue durante 50 años la Meca de la
Hidatidosis.

El tercer gran hombre vinculado desde el inicio de la Asociación, como


Secretario Veterinario y luego, al retiro de Ferro en 1970, como
Secretario General, ha sido el gran soporte de la supervivencia y
prestigio de la Asociación desde entonces. Este gran patriarca de la
Hidatidología, Prof. Dr. Raúl Martín Mendy fue la persona más
adecuada para representar y recoger el emocionante homenaje a
todos aquellos desaparecidos.48

48
http://wzar.unizar.es/hidatidosis/noticias/15/15_1.html
68

En ESPAÑA la AIH tuvo grandes impulsores, entre los que cabe


destacar al Dr. MIGUEL BENZO GONZÁLEZ-NOUVELLES, durante
muchos años Jefe del Servicio de Cirugía Torácica del Hospital
Provincial de Madrid, paladín de la lucha antihidatídica, no sólo por
que sus enfermos operados constituyen una de las casuísticas más
importantes de España y del mundo entero, sino por lo que supone su
lucha constante por la erradicación de la enfermedad. Desde 1951
junto a un grupo de hidatidólogos españoles recibe la visita del Prof.
Velarde Pérez Fontana, padre de la hidatidología americana, de cuya
entrevista surgió la necesidad de la fundación de la Asociación
Española de Hidatidología, empeño en que no cesó hasta que en 1977
fue reconocida oficialmente por el Gobierno Español, siendo él su
primer Presidente, según nos ha documentado el Dr. Miguel Pérez
Gallardo, que ha continuado con hidalguía su magna obra. Presidió
Miguel Benzo González-Nouvelles, hasta su muerte, ocurrida en 1982,
la Comisión Honoraria Permanente de la AIH.

Fue sucedido como Presidente de la Comisión Honoraria Permanente


por el Prof. Dr. Basile Kourias, de Grecia, quien compartió honores con
los Profesores Dres. J. Mariano Da Rocha Filho (Brasil) y José Luis
Álvarez-Sala Moris (España).

En el Consejo Permanente se integró como Presidenta la Prof. Dra.


Dinorah Castiglioni Tula, de Uruguay, junto a los Profesores Dres.
Bachir Mentouri (Argelia), Miguel Pérez Gallardo (España), Raúl
Martín Mendy y Clemente Rico (Argentina), y Félix Náquira Vildoso
(Perú).

EL PRIMER CONGRESO MUNDIAL


49
DEL QUISTE HIDÁTICO, ARGEL, MAYO 1951

Este primer Congreso Mundial de Hidatidosis, [primero por su carácter


auténticamente mundial, aunque el tercero organizado por la AIH]
realizado en homenaje al sabio francés Profesor Félix Dévé, tuvo lugar
en la ciudad de Argel, cuando todavía era colonia de Francia, del 21 al
24 de mayo de 1951. Fue su presidente el Prof. Henri Costantini
(1884-1951), sus vicepresidentes los Profs. Niels Dungal (de Islandia)
y Velarde Pérez Fontana (de Uruguay), Secretario el Prof. Agregado R.
Bourgeon; un Comité de Honor integrado por diversas autoridades
gubernamentales, de salud y universitarias de Argelia, un Comité de
Homenaje compuesto por distintos profesores de las Facultades de
Medicina de Burdeos, Lille, Lyon, Marsella, Montpellier, Nancy, Paris,
Estrasburgo y Tolosa, y representantes de Córcega y Cerdeña.
Acudieron numerosas delegaciones de África del Norte (Argelia,
49
ARCHIVOS INTERNACIONALES DE LA HIDATIDOSIS, editados por Velarde Pérez Fontana.
Volumen XII – Octubre 1951 – Fasc. I – II, Montevideo, Imprenta Nacional, 1953. 500 páginas.
69

Casablanca, Constantine, Oran, Rabat y Túnez), Australia, Bélgica,


Brasil (Porto Alegre, Río de Janeiro y Sao Paulo), Bulgaria, Canadá,
Egipto, España (Barcelona, Burgos, Granada, Madrid, San Sebastián,
Sevilla y Soria), de los Estados Unidos (Baltimore, Boston y Nueva
York); de Gran Bretaña (Birmingham, Edimburgo, Londres y Park
Belfast), de Grecia (Atenas y Salónica), de Islandia, Italia (Bolonia,
Milán, Roma y Turín); Luxemburgo; México (Guadalajara, México DF),
Panamá, Perú, Polonia, Portugal (Lisboa y Oporto), República
Argentina (Azul, Buenos Aires capital, Córdoba), Rumania (Bucarest,
Cluj y Jassy), Rusia (Bakú, Rostov sobre el Don, Saratow); Suiza
(Basilea, Berna, Ginebra, Kt. Thurgen), Checoeslovaquia (Praga y
Praga Podoli), Turquía, Uruguay, Venezuela, Yugoslavia (Belgrado y
Ljubljana); así como representantes oficiales de los gobiernos de
Uruguay, España (Soria), Academia de Cirugía de París, María Teresa
Cabrera Roca, de Uruguay, de la Universidad de Islandia, de
Pamplona, del Hospital de la Cruz Roja de Atenas, de Chipre, Brasil,
Montevideo, Lugo, Rouen, Lisboa, del Instituto Pasteur y la Academia
de Medicina de París, de la Academia de Ciencias de Yugoslavia, y de
la Oficina Sanitaria Panamericana.50

Allí en la sesión inaugural, el Profesor Henri Costantini, presidente del


Congreso, en su discurso inaugural, luego de los agradecimientos de
estilo a las autoridades, gobierno y colaboradores, expresó:
“Es a la Sociedad Internacional de Hidatidología que tiene la sede en
Montevideo, que nosotros debemos el estar reunidos aquí hoy para
rendir homenaje al Profesor Félix Dévé, un sabio que entre nosotros
cuenta admiradores reconocidos en el mundo entero. En efecto, el
profesor Pérez Fontana, que preside los destinos de esta Sociedad,
traduciendo los sentimientos de sus colegas de América Latina
propuso, hace ya dos años, agradecer al Profesor F. Dévé en el curso
de un Congreso que debía tener lugar en París. El Profesor Pérez
Fontana no ha quedado solo en esa iniciativa. Ya había tomado la
iniciativa de imprimir en las imprentas montevideanas, la magnífica
obra escrita por Monsieur Dévé sobre la equinococosis ósea. Sin
embargo, el ardor de sus sentimientos, la admiración por la obra
científica, el reconocimiento de sus compatriotas, frente a frente al
Profesor Dévé, cuyos descubrimientos permitieron salvar millares de
enfermos, le incitaron a hacerlo mejor todavía. Y es así que, de
acuerdo con sus colegas, ha decidido editar un Libro de Oro que será
entregado solemnemente a Monsieur Dévé en París, en el curso de un
congreso. Aceptó finalmente Monsieur Dévé, admitiendo la idea del
Libro de Oro. Pero él solicitó que la sede del Congreso fuera en Argel.
Las personas, decía él, no se interesan más por el Quiste Hidático en
París o no lo observan más que raramente hoy. La enfermedad,
afirmaba él, se ha disparado en Normandía, donde es muy frecuente.

50
Archivos Internacionales de la Hidatidosis: Vol.: XII – Octubre de 1951, Fasc. I – II, Montevideo,
Imprenta Nacional, 1953, 500 páginas, pp.: 9-17
70

O se la encuentra todavía, es cierto, en el mediodía francés y en


Córcega. Pero en ninguna parte tanto como en África del Norte y
especialmente en Argelia. Es tomando este pedido del Profesor Dévé
que el lugar del Congreso fue fijado en Argel.
¿Es nuestra ciudad digna de este honor? Nosotros lo pensamos así,
lamentablemente, porque la enfermedad hidática está muy extendida
entre nosotros más que en cualquier otro territorio francés. Él nos
hizo entonces posible estudiarla.
Ya a comienzos en 1935, la Federación de Sociedades Médicas de
África del Norte había presentado en la dinámica ciudad de Orán bajo
la brillante presidencia del Doctor Abadie, los informes que
convocaron una audiencia mundial. Monsieur Dévé asistió a este
Congreso para resaltar su brillantez. Él allí tomó la palabra varias
veces y presentó un trabajo original sobre la migración
transdiafragmática de ciertos quistes hidáticos situados en la parte
superior del hígado. Nosotros no tenemos hoy la alegría de tenerlo a
nuestro lado; su estado de salud le impide todo desplazamiento. Si
esta ausencia arroja sobre nuestra reunión un velo de tristeza, puede
ser a causa de ella y a manera de consuelo, que le será permitido a los
admiradores de una obra científica magnífica, que los amigos del
sabio desinteresado que es Monsieur Dévé, se sientan y muestren
menos discretos. No creyendo para nada ofender una modestia que
nosotros sabemos muy grande, nos será posible decir todo lo que
nosotros pensamos del sabio, de su obra y también del hombre.
Por su obra, el Profesor Dévé ha conquistado a los biólogos, los
médicos y los cirujanos del mundo entero. Puede decirse de M. Dévé
que es uno de los raros hombres de las ciencias biológicas que ha
establecido la humanidad sobre su nombre. El QH es un parásito que,
en el curso de una larga existencia, transcurre su ciclo lo más
desapercibido. En el intestino del perro, él es una tenia. En el intestino
del ovino, del buey, del camello; allí es introducido bajo forma de
minúsculos huevos que atraviesan la mucosa y van por la vía porta
alcanzar el hígado y desde el hígado pasar al pulmón y desde el
pulmón hacia no importa qué órgano relevante de la circulación
aórtica. Agreguemos que a menudo el QH no será descubierto más
que por los rayos X y que el cirujano deberá intervenir para curarlo. El
organismo no se queda sin defenderse contra el parásito y de golpe
los humores pueden crear fenómenos que tocan a la anafilaxia. Este
corto relato de un destino singular permite prever que las disciplinas
más diversas son necesarias para un estudio fructífero de la
enfermedad hidática. En verdad, estas disciplinas están muchas de
ellas, alejadas una de otra y nosotros no conocemos hombre de
ciencia capaz de encararlas allí con eficacia.
Para ser un hidatólogo completo, será necesario transformarse en
parasitólogo, químico, anátomo-patólogo, radiólogo, biólogo
experimentador, clínico, higienista, en fin, para evitar la enfermedad y
cirujano para curarla. M. Dévé fue casi todo esto.
71

Parasitólogo, ha venido a fijar la admiración más grande por su


descubrimiento de la equinococosis secundaria que él ha descrito en
todas sus modalidades.
El anátomo-patólogo, estuvo presente en él durante toda su vida
científica, que comenzó hace ya cincuenta años. Él no ha hecho más
que perseguir, a través de sus innumerables trabajos para descubrir
allí los capítulos de la anatomía patológica macroscópica y
microscópica donde los cortes diseñados por su mano han alcanzado
la admiración de los especialistas.
Químico. Pero es justamente un acto de químico preconizar el formol
para la esterilización de las cavidades quísticas. Este descubrimiento
que tiene ya 47 años, no ha sido todavía superado. Los mejores
químicos de carrera son aplicados a encontrar un producto
esterilizador superior al formol. Sus esfuerzos han sido hasta ahora
sin éxito. Luego de 47 años la solución formolada preconizada por M.
Dévé, se volvió para nosotros en el arma eficaz, inofensiva y segura.
Biólogo. Puede decirse de M. Dévé, que él fue y sobre todo es un
biólogo. Por medio de ingeniosas experiencias, pudo reproducir en el
animal los QH óseos, del pulmón, de los músculos. Demostró las
consecuencias de la septicemia hidática que resulta de la ruptura de
un QH en las cavidades cardíacas desde donde la difusión de los
escólex a los pulmones y desde los pulmones, hacia las vísceras y
todos los tejidos de la economía, que más tarde serán infiltradas por
millares de micro-quistes.
Clínico. ¡Y qué clínico! Él nos ha enseñado a sospechar el QH en los
sujetos jóvenes afectados por ictericia obstructiva y nos ha dado la
explicación del coleperitoneo que resulta casi siempre de un QH
abierto en el hígado hacia el peritoneo y las vías biliares.
Higienista, lo fue todavía, desde que él se ocupó de trazar el mapa de
la enfermedad hidática en el mundo.
Es por su insistencia que debemos nosotros aquí el buen trabajo de
Senevet y Witas sobre la distribución del QH en Argelia. Por este
trabajo, hemos aprendido que el centro de la endemia hidática se
encuentra en las Altas mesetas donde viven en una promiscuidad, casi
al día de hoy irreductible, el pastor ignorante, el perro huésped
definitivo, el ovino reservorio de parásitos.
Para completar esta vasta encuesta destinada a fijar las regiones de la
tierra que tienen el triste privilegio de ser el asiento de los focos
endémicos de la enfermedad hidática, M. Dévé debió someter a la
prueba del frío los huevos de la tenia o embriones hexacantos. Él
mostró que el frío conserva la vida de estos embriones. Por el
contrario, estos mismos embriones soportan mal las temperaturas
elevadas del orden de 40º.
He aquí la explicación biológica de la presencia antaño en Islandia de
un foco endémico muy importante. Si hoy la enfermedad hidática ha
desaparecido de Islandia, es por las medidas severas de higiene
inspiradas en los consejos de M. Dévé y aplicadas con una disciplina
que nos debe llenar de admiración.
72

Al mismo tiempo, el QH se mostró muy raro en las planicies de


Marruecos donde reina en verano un calor excesivo, subtropical, que
permite la intervención esterilizante de los rayos solares y de la
desecación y al respecto: “los huevos de las tenias equinococcus
derramados sobre un sol árido”.
Sin embargo, en las Altas Mesetas de Argelia, como en la Patagonia
Argentina, los Quistes Hidáticos pululan porque las temperaturas frías
del invierno, no alcanzan jamás las de los muy calurosos veranos.
Para ser completo, le faltaba a M. Dévé hacerse cirujano. El ejemplo
de Clovis Vincent médico neurólogo, luego neurocirujano eminente,
era tentador. M. Dévé se resistió a todo acto quirúrgico personal,
estimando que él no había sido preparado para ello. Pero se interesó
en los trabajos de los cirujanos. Pronto él se transformó en su mejor
consejero.
Se impuso la tarea agotadora de corresponsal con todos aquellos que
entre nosotros se interesaban en la enfermedad hidática, y tomó
siempre la iniciativa del primer paso, escribiendo para contestar los
detalles complementarios sobre una observación o un trabajo
publicados. Lo más frecuente, estas cartas respondían a un pedido de
consejo formulado por un operador desconcertado.
Los años pasaron, M. Dévé terminó por entrar en relación con los
cirujanos del mundo entero. Cada uno seguía sus consejos, cada uno
tomaba conocimiento de sus innumerables notas, artículos o
memorias publicados por él.
Actualmente no hay en el mundo un cirujano que habiendo tenido
que tratar, más de una vez un QH, no se sienta deudor frente a él, por
su genio, su paciencia, su deseo apasionado de ser útil a su prójimo
para permitirle la curación de los enfermos por decenas de miles.
Este año de 1951, ha hecho 50 años que M. Dévé se ha comprometido
con los estudios de la enfermedad hidática. En el curso de estos
largos años de trabajo, por muchos cientos de artículos a la Societé de
Biologie o por las memorias importantes aparecidas en las revistas
médicas o las sociedades científicas, según las tendencias médicas o
quirúrgicas, M. Dévé podría enorgullecerse de haber escrito para las
generaciones futuras lo esencial de la enfermedad hidática. Pero él ha
hecho algo mejor.
Apenas sonó la hora de su retirada universitaria, M. Dévé resolvió
escribir los libros que ya todo el mundo conoce. Él ha abordado allí el
tratado magistral de la Equinococosis Primitiva. Pero es la
Equinococosis Secundaria, objeto de su tesis y fuente de sus primeros
descubrimientos. Finalmente, la Equinococosis Ósea que nuestros
amigos de Uruguay consentirían en editar.
Estos tres libros ya clásicos marcan la triunfal coronación de una vida
de labor desinteresada y pasionalmente consagrada a la Ciencia.
Sin ellos, se percibiría hoy que la obra no ha estado completada.
Por ellos, la armonía está establecida. Ellos permiten admirar la
unidad de pensamiento, la continuidad en el esfuerzo, el genio en la
73

construcción de la idea científica, en fin, lo que es propio de un sabio,


el desinterés más absoluto.
Me falta hablar del hombre. Y lo haré con discreción.
Sería para mí suficiente decir lo que el doctor Abadie ha podido
escribirme, que él fue nuestro maestro para todos y estuvo rodeado
de manera vigilante por el afecto de sus discípulos y de sus amigos. El
sabio escrupuloso hasta la manía, conquistando las inteligencias por
sus descubrimientos, las almas por el ejemplo que él dio con un total
desinterés.
La reunión de hoy es auténticamente mundial. Aquí no quiero decir
que cada país del mundo ha enviado un delegado. Pero no hay un país
que no se haya excusado porque las dificultades del viaje se habían
mostrado muy grandes para permitir un desplazamiento.
Fueron evidentemente ante todo nuestros colegas de América del Sur.
El animador, el Profesor Pérez Fontana que ha formado el año pasado
el proyecto de fletar un navío y conducir a Argel 400 congresistas. Le
ha fallado tomar en cuenta los acontecimientos internacionales, las
dificultades monetarias que cada día se agravan, no obstante
nosotros hemos acogido una delegación de la Asociación
Internacional de Hidatidología.
Llegaron cartas de todas partes. De Suiza, de Inglaterra, de Bélgica,
de España, de Portugal, de Italia, de Yugoslavia, de Rusia del Sur, de
Grecia, de Rumania, etc. Todos experimentaron admiración,
reconocimiento y sentimientos profundos de no poder venir a Argel
para honrar al Profesor Dévé.
Estamos muy reconocidos a la Academia de Medicina y a la Academia
de Cirugía, de estar presentes en la persona del Profesor Sergent,
Director del Instituto Pasteur y del doctor Capette, Cirujano de los
Hospitales de París.
Hace algunos días recibí del Profesor Dévé una carta que él me pidió
leyera a Ustedes. Allí reconoceréis la preocupación que nuestro colega
ha conservado para el porvenir. Él nos reclama, en efecto, continuar
estudiando mucho más la enfermedad hidática. Abriga la esperanza
de que se descubra el medicamento liberador y que sobre todo, como
en Islandia, por la aplicación de severas medidas de higiene, la
enfermedad a cuyo estudio ha consagrado su vida, desaparezca para
siempre jamás.
He aquí esa carta:

“Señor Presidente,
“Le ruego expresar, desde el comienzo, a los miembros de
este Primer Congreso Mundial del Quiste Hidático, mis
mayores excusas y mi gran pena – esto no es suficiente
decir: mi profunda y amarga tristeza – de encontrarme en la
incapacidad de tomar parte de vuestro Congreso y asistir a
esta sesión inaugural.
74

“Lamentablemente, los desfallecimientos de salud diversos,


“miserias de la edad”, me retendrán lejos de ustedes. Para
no mencionar más que una de ellas, que no es la más grave,
la pérdida progresiva de mi oído me pone en la
imposibilidad de escuchar las comunicaciones que ustedes
harán y de participar de vuestras discusiones.
“Al menos espero que, por una lectura hecha con cabeza
reposada, podré tomar conocimiento de los trabajos que
serán presentados a vuestras sesiones por los congresistas
particularmente experimentados venidos de las diversas
“tierras clásicas” de la enfermedad hidática.
“Ante todo, mi querido Presidente, yo desearía, por vuestro
intermedio, expresar a mis colegas uruguayos – y
especialmente al profesor Velarde Pérez Fontana, así como
a mis amigos los Profesores Alfonso Lamas y Domingo Prat
51
– cuánto he sido yo estimulado por su halagüeña iniciativa
y a tal extremo yo me siento honrado por la edición del
precioso Libro de Oro del que ellos han sido los ardientes
instigadores.

“A decir verdad, yo no estoy sin temor que los juicios que


pudieran allí encontrarse expresados, por aquí y allá, a mi
respecto, sean demasiado elogiosos. Porque, con toda
justicia, los elogios deberían ser repartidos entre los
numerosos hidatidólogos que, luego sobre todo de medio
siglo, nosotros hemos aprendido a conocer, en toda la
diversidad de sus aspectos, considerando a la vez la
parasitología, la biología y la patología del equinococo, su
tratamiento y su profilaxis, así como la amplia distribución
de esta enfermedad en el mundo.

51
Domingo Prat (1882 – 1973) nacido en Nuevo París, Montevideo, Uruguay, el 27 de setiembre de
1882, hijo de franceses procedentes de los Bajos Pirineos, ingresó a la Facultad de Medicina en
1903, graduándose el 17 de julio de 1909. Becado a Francia por su alta escolaridad, permanece dos
años en París (1911 y 1912) junto a sus compañeros José Iraola y Alberto Mañé, visitando como sus
colegas los servicios de Pierre Delbet, Henri Hartmann, Jean L. Faure, François Léjars, cuya obra
Chirurgie d´urgence fue el texto de constante consulta. Visita a Félix Dévé en Rouen, eximio
estudioso de la hidatidosis, y frecuenta el servicio de René Lériche en Lyon. En: MAÑÉ GARZÓN,
Fernando: EL CUARTETO DE URGENCIA. Historia de la Cirugía de Urgencia en el Uruguay
1902 –1952. Ediciones de la Plaza, Colección Testimonios. Montevideo, febrero de 2005, 255
páginas.
75

“Los nombres prestigiosos de Krabbe, de Finsen, de


Magnusson y más recientemente de Einarsson, de G.
Claessen y de Niels Dungal, para Islandia; los no menos
justamente célebres de von Siebold, de Leuckart, de
Naunyn, en Alemania, el de Murchinson en Inglaterra,
deben ser junto a los nombres de Lebedef y Andreef, de
Bobroff y sobre todo de Alexinski, para Rusia; los de Davis
Thomas, de Harold Dew, de Clunies Ross y de Louis Barnett,
para Australia; los grandes nombres de Herrera Vegas y de
Daniel J. Cranwell, de Alejandro Posadas, de José Arce y de
Oscar Ivanissevich, de Mariano Castex y de Greenway, de
Pedro Escudero, de C. Lagos García, de Apphatie y Lorentz,
de Alfredo Ferro, de José Jorge, en la República Argentina;
los del gran Luis Morquio, de Alfredo Navarro, de Alfonso
Lamas y Luis Mondino, de Domingo Prat y de Pedro Barcia,
de [Velarde] Pérez Fontana, de [Víctor] Armand Ugón, de R.
[Raúl]
Piaggio Blanco y [Eduardo Blanco] Acevedo, en Uruguay; los
de Geroulanos, de Toole, de Maccas, en Grecia; de Pericié y
de Racié, en Yugoslavia; los de Perroncito, de Nigrisoli, de
Casoni, de Francisco Putzu, en Italia; de Ribera y Sans, de
Lozano Monzón, de Calvo Melendro, en España; sin olvidar
los grandes clínicos y cirujanos de Argelia, tan
experimentados en parecidas materias: Henri Costantini,
Gastón Lemaire, G. Oulié, P. Lombard, J. Abadie, G. Aubry,
P. Goinard, L. Sabadini, Benhamou, Senevet et Witas, y el
malogrado Etienne Curtillet”.
“Permitidme, Señores, aprovechar la última ocasión que me
es ofrecida de intervenir, en un corto instante y desde lejos,
en la cuestión general del estudio de la equinococosis,
permitidme insistir una vez más, aunque muy sucintamente,
sobre dos o tres puntos ya señalados por mí en otras
circunstancias.
“La primera concernirá a la necesidad de proseguir los
estudios experimentales de la equinococosis en los países
donde parezca que la experimentación puede todavía ser
holgadamente realizada – porque ella no puede ser apenas
realizada en Francia, por ser extremadamente rara, entre
nosotros, la equinococosis veterinaria, que nos brinda el
punto de partida. Las dos otras cuestiones tocarán los
76

problemas de la profilaxis y de una terapéutica general de la


enfermedad hidática.
“A) La necesidad de proseguir el estudio experimental de la
equinococosis. En efecto, numerosos problemas
concernientes a esta enfermedad quedan aún muy
imprecisos, que deberán encontrarse resoluciones fáciles
por la disciplina experimental. Por ejemplo, entre otros
asuntos, la influencia del terreno general del huésped que
explica la resistencia desigual de algunas especies animales
a la infestación equinococócica, y por otra parte, la
influencia del terreno local, susceptible de explicar la
distribución diferente de las lesiones parasitarias según las
especies animales, etc. Instituidos desde el comienzo
partiendo de los huevos de la tenia equinococcus, las
investigaciones podrían sacar partido igualmente de las
fáciles y preciosas inoculaciones de la banal “arenilla
equinococócica”.
“B) Necesidad de organizar y proseguir, en las mejores
condiciones posibles, la profilaxis metódica de la
enfermedad hidática en los países de ganadería - de
ganadería ovina, principalmente - o ella continuará
azotando. Así, no solamente administrando periódicamente
los vermífugos a los canes, sino comenzando a hacer ciertos
controles, pero también, y sobre todo si es posible,
protegiendo las tropas contra el entorno de los perros (y
también de los chacales y los lobos), como lo que se pudo
realizar – un poco por sobrecarga – en los Estados Unidos,
con el feliz resultado que ustedes conocen.
“C) Por otro lado, no será carente de interés obtener un
“tratamiento general, médico, parasiticida, realmente
activo, con respecto a ciertas lesiones equinococócicas.
Éste es un punto sobre el que me permití ya insistir en una
conferencia dada en 1932, sobre las orillas del Río de la
Plata. Y ya en 1911 yo había señalado que un tratamiento
de esta naturaleza aportaría la Profilaxis ideal de la
equinococosis secundaria.
Excusadme, queridos y honorables Colegas, de haber así
aprovechado, un poco indiscretamente, de esta última
ocasión para evocar ante ustedes, entre muchos otros
temas, algunas sugerencias antaño propuestas a mis
oyentes y que yo había “sometido a su reflexión y a su
77

crítica”. Tal vez serán algunas de ellas retenidas entre


algunos de vosotros.
En cuanto al Congreso que hoy se inaugura, pienso que es
superfluo desearle un éxito brillante. Permitidme, por tanto,
para terminar, expresar aquí esta esperanza, de todo
corazón, con mi viejo entusiasmo!”

En verdad, Argelia ha comenzado, hace ya largo tiempo, a seguir los


consejos que M. Dévé nos dio en su carta. Hace años que los médicos
franceses han descubierto, observado y luego tratado los quistes
hidáticos en Argelia.
El honor de los primeros descubrimientos pertenece naturalmente a
nuestros médicos militares. Digo naturalmente, como pioneros
ardientes, fueron en efecto los médicos militares que comenzaron el
descubrimiento de la patología en este país.
Maillot fue quien nos trajo la quinina, Laverán el que nos trajo el
conocimiento del hematozoario para el paludismo, eran médicos
militares. Bertherand también quien fue uno de los primeros en
descubrir los Quistes Hidáticos.
Pero las generaciones que se sucedieron, aportarían su contribución al
estudio de la enfermedad hidática. Son numerosos los que entre
nosotros se percibieron sobre este problema de patología. Para
citarlos a todos, me resultará difícil de hacer.
Me permitirán retener sólo dos nombres, los de Lemaire y de Curtillet.
Los dos no están más.
Lemaire, que nos ha abandonado en 1943, fue un apasionado por el
estudio de la enfermedad hidática. Es por él que hemos aprendido la
posibilidad de la curación espontánea, por vómica, de ciertos quistes
hidáticos del pulmón. Le debemos a él también los estudios sobre la
Alergia hidática que con su autoridad nos dejó.
Curtillet ha desaparecido en pleno desarrollo de una juventud
ardiente y llena de promesas. Cirujano consultante del cuerpo
Expedicionario, él se había unido a nuestra Facultad desde la primera
línea de fuego. La cirugía pulmonar le era familiar Y naturalmente él
se interesó en el QH de pulmón. Adoptando las ideas novedosas
venidas de América y pertenecientes al Profesor Velarde Pérez
Fontana, él presentó hace dos años en París, un informe que sentó
cátedra. No podemos evocar su memoria sin emoción. Fue de los que
había comprendido la calidad de la obra francesa en Argelia, no
ignoraba que en esta obra magnífica, el médico y el cirujano tienen un
lugar de elección. Conciencia, ciencia y sobre todo amor al prójimo
fueron las palabras que debieron dictar nuestros actos. El hombre de
esta tierra africana, a la vez bella y penosa, sabe que Francia le ha
dado guías afectuosos. Curtillet era de estos guías. Allí está el secreto
de la adhesión de las poblaciones musulmanas a nuestro país.
78

Es por eso que Francia es todo amor y todo desinterés que a ella la
anima.
La reunión de hoy es una prueba palpable. Es conmovedor ver
reunidos en nuestra lejana y modesta Universidad africana, a sabios
venidos de todas partes, después de nuestros viejos países de Europa
y de nuestros vecinos mediterráneos hasta de la bella pero lejana
América Latina, del Uruguay, de Brasil, de Argentina. Todos estos
colegas, a quienes agradezco vivamente haber consentido realizar
desplazamientos considerables, experimentan el mismo pensamiento.
Cada uno ha venido para rendir homenaje al Profesor Dévé. Cada uno
comprendió bien precisar que si se admira un nombre científico
incomparable, se desea honrar al hombre que por su desinterés, por
su cortesía, por su impresionante bondad, ha debido hacerse amar.
Nosotros sabemos, nosotros, porque hemos dicho tantas veces que
estos son hombres como M. Dévé y como nuestro malogrado Etienne
Curtillet que hacen que en su corazón, como lo ha dicho el poeta:
“Cada hombre tiene dos patrias, la suya y después Francia”.

Porque nosotros estamos reunidos hoy para rendir homenaje al


profesor Dévé, me parece que sería traicionar lo que nosotros
amamos y admiramos, si no tomáramos el compromiso de redoblar
nuestros esfuerzos por realizar el más caro de sus deseos, conocer la
intensificación de las medidas profilácticas.

El profesor Dungal nos dirá cómo Islandia que él habita, fue


radicalmente desembarazada de la enfermedad hidática, donde ella
estaba considerada por su frecuencia como un flagelo social: 20 por
100 de los islandeses estaban afectados por la enfermedad hidática.
Admiramos la disciplina a la que fueron sometidos los pobladores
islandeses para conservar su salud.
Sin pretender imitarlos en África del Norte, al menos podremos seguir
los consejos del Profesor Dungal y comenzar la educación de la
población. Es en efecto cuando las jóvenes generaciones hayan
comprendido que es posible evitar el QH, cuando las medidas de
higiene elementales fueron observadas.
Entonces, el QH en todas partes como en Islandia, pertenecerá a la
historia de la patología y con M. Dévé celebraremos como hoy,
reuniéndonos.

* * *
79

TRABAJOS PRESENTADOS POR


MÉDICOS y VETERINARIOS URUGUAYOS
AL PRIMER CONGRESO MUNDIAL DEL
QUISTE HIDÁTICO
EN HOMENAJE AL PROFESOR FÉLIX DÉVÉ
52 53
Argel, 21, 22, 23 y 24 de mayo de 1951 ,

BADANO REPETTO, J. L.: Drenaje del tórax en la toracotomía.


BALDOMIR, Adolfo: Homenaje al Prof. Dr. Félix Dévé.
BALDOMIR, Adolfo: La Dirección de Ganadería del Uruguay y su Lucha Anti-
equinococósica. Informe de la Comisión de la Dirección de Ganadería.
BLANCO ACEVEDO, E., MORADOR, J. L. y MINETTI, R.: Quiste hidático de la glándula
mamaria.
BREGANTE, J. L.: Frequence de L´hydatidose chez le Bovins (Box Taurus) en
Uruguay.
CABRERA ROCCA, M. T.: L´education Sanitaire dans la Prophilaxie de
L´echinococcose.
CROTTOGINI, J. J. y LEBORGNE, R.: Quiste hidático de la mama.
DELFINO, Andrés: Parto distócico por quiste hidático previo.
LARGHERO, P., di BELLO, R., y VICTORICA, A.: Pericarditis constrictiva hidática
MURGUÍA de ROSO, E., FOLLE, J. A. y ADDIEGO, Alba: Quistes hidáticos de la
glándula submaxilar.
NOGUEIRA, A.: Quistes hidáticos del riñón
PÉREZ FONTANA, V.: Algunas consideraciones sobre el origen y desarrollo de la
Hidatidosis en Portugal.
PÉREZ FONTANA, V.: Métodos y procedimientos operatorios en el quiste hidático del
pulmón.
PÉREZ FONTANA, Velarde: Nuevo tratamiento de la hidatidosis raquídea.
PÉREZ FONTANA, Velarde: Traitement chirurgical du Kyste Hydatique du poumon. La
méthode uruguayenne ou extirpation du perikyste.
PÉREZ FONTANA, Velarde: Sobre la Campaña Sanitaria en la Patagonia.
PRAT, D. y MEDOC, J.: Quistes hidáticos calcificados. I Parte: La calnicosis y
calcipexia de la adventicia. II Parte: Anatomía patológica. Consideraciones previas.
RODRÍGUEZ, M. B. y MAUTONE, J. A.: Quistes hidáticos del aparato genital
femenino.
SURRACO, L. A. y PÉREZ FONTANA, V.: Nuevo método de operar en el quiste hidático
del riñón.
SURRACO, L. A.: El quiste hidático en las vías urinarias.
SURRACO, L.: Kyste Hydatique sous peritoneaux.
SURRACO, L.: Le Kyste Hydatique du rein.

* * *

52
Publicados en Archivos Internacionales de la Hidatidosis: Volumen XI – Octubre 1951, Fasc. I – II,
Imprenta Nacional, Montevideo, 1950, 494 páginas. [Cortesía del Departamento de Historia de la
Medicina de la Facultad de Medicina de Montevideo, Uruguay].
53
Publicados en Archivos Internacionales de la Hidatidosis: Volumen XII – Octubre 1951, Fasc. I –
II, Imprenta Nacional, Montevideo, 1953, 600 páginas. [Cortesía del Departamento de Historia de
la Medicina de la Facultad de Medicina de Montevideo, Uruguay].
80

SITUACIÓN DE LA HIDATIDOSIS EN EL
MUNDO
Aquellos fundadores de la AIH pensaban que el problema era sólo de
su región y de algunos pocos países más, de producción
fundamentalmente ganadera. La concepción para encarar la
enfermedad era básicamente hasta entonces, fundamentalmente
quirúrgica, dirigida al ser humano, tratando de quitarle los quistes
hidáticos que eran la forma larvaria de la enfermedad, que había sido
detectada a fines del siglo XIX en ambas márgenes del Plata, en el
adulto y en el niño, cuando fueron intentadas las primeras
intervenciones quirúrgicas con éxito dispar.

La Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana


de la Salud reconocen para la Equinococosis, en su etapa larvaria
(hidatídica o quística) a cuatro especies de Equinococcus productora
de enfermedad en seres humanos y en otros animales:

• Echinococcus granulosus, (Batsch, 1786), causante de la


equinococosis quística o unilocular, enfermedad hidatídica
quística; de amplia distribución (cosmopolita) en todos los
continentes, excepto en la Antártida, pero especialmente
frecuente en países en que se hace pastoreo y los perros
consumen vísceras que contienen los quistes. En los Estados
81

Unidos, la tenia se ha detectado en regiones ovejeras de Utah,


Arizona, Nuevo México y California, y persiste en un ciclo
selvático en el que participan ungulados salvajes como el alce y
el caribú en Alaska. La trasmisión en las personas ha sido
eliminada por completo en Islandia y ha disminuido
notablemente en Australia, Nueva Zelanda y Chipre. Su
reservorio son el perro doméstico y otros cánidos capaces de
albergar miles de vermes adultos en su intestino. Los felinos y
muchos otros carnívoros no son huéspedes idóneos para el
parásito. Los herbívoros, en particular las ovejas, el ganado
vacuno, las cabras, los cerdos, los caballos y otros animales
sirven como huéspedes intermediarios. La infestación de los
seres humanos, que suele suceder en la niñez, se produce en
forma directa por transferencia de huevos de las manos a la
boca después del contacto con perros infestados o, en forma
indirecta, por medio de alimentos, agua, tierra o fómites
contaminados. En algunos casos las moscas han dispersado
huevos después de alimentarse de heces infestadas. Es de
presentación unilocular, de proliferación endógena, no es
infiltrante ni produce metástasis.
• Echinococcus multilocularis, (Leuckart, 1863) causante de la
enfermedad hidatídica o equinococosis alveolar [también
llamada, anteriormente, forma “bávaro-tirolesa”];
equinococosis multilocular, enfermedad muy destructiva e
invasora causada por la etapa larvaria de Echinoccocus
multilocularis. Su distribución se limita a zonas del hemisferio
norte (Eurasia norte y central; región norte de América del
Norte), Europa central, la antigua Unión Soviética, Siberia, el
norte de Japón, Alaska, Canadá y, en raras ocasiones, la porción
norcentral de los Estados Unidos. La enfermedad comúnmente
se diagnostica en adultos. El reservorio son animales salvajes
como los zorros (rojos, grises y azules), pero los perros y gatos
pueden ser fuentes de infestación humana. Los huéspedes
intermediarios son roedores que incluyen ratones campestres,
lemmings y otro tipo de ratones. Echinoccocus multilocularis
suele perpetuarse en la naturaleza por los ciclos zorro-roedor.
Es de presentación multivesicular, proliferación endógena,
produce infiltración y metástasis.
• Echinococcus vogeli, (Rausch and Bernstein, 1972) causante
de la enfermedad hidatídica poliquística, se localiza en el
hígado, pulmones y otros órganos, y en ella la hidátide
poliquística tiene la capacidad de que su membrana
germinativa prolifera en sentido externo para formar nuevos
quistes, y en sentido interno para formar tabiques que dividen
la cavidad en innumerables microquistes. Se han notificado
casos en América Central y del Sur, principalmente en Brasil,
Colombia y Ecuador. El huésped definitivo principal es el cánido
silvestre (Bush dog); los principales huéspedes intermediarios
82

son las pacas, los agutíes y las ratas espinosas. Los perros
domésticos de caza que han comido vísceras de pacas
infestadas son fuentes de infestación humana.54 Es de
presentación poliquística, de proliferación endógena y exógena,
no produce infiltración ni metástasis.
• Echinococcus oligarthrus, (Diesing, 1863) cuyos huéspedes
intermedios y aberrantes son roedores (agutíes y pacas), y los
huéspedes definitivos felinos salvajes (puma, jaguar, ocelote,
yaguareté, y gato montés o de Geoffroyi. El ciclo es selvático,
aunque es conocido que también infesta gatos domésticos. Se
encuentra distribuida en América Central y América del Sur.55
Es de presentación poliquística, proliferación endógena y
exógena, no produce infiltración ni metástasis.56

Distribución geográfica
Lejos de ser un problema regional, sería visto, con el andar de las
décadas, como un problema de la mayor magnitud, entre los que
debía ocuparse la Salud Pública, en la mayoría de los países del
planeta.

54
El control de las enfermedades transmisibles: Organización Panamericana de la Salud, Publicación
Científica y Técnica Nro. 581, 17ª. Edición del Informe oficial de la Asociación Estadounidense de Salud
Pública, James Chin, Editor, 2001, pp. 240-244.
55
ECKERT, J, GEMMELL, M.A., MESLIN, F. X., & PAWLOWSKI, Z. S., editors: WHO/OIE Manual
on Echinococcosis in Human and Animals: a Public Health Problem of Global Concern. World Health
Organization y World Organisation for Animal Health Office International des Epizooties. WHO (Office
International des Epizooties, 2001, Paris, Francia, 265 páginas.; pp.: 9-10.
56
ECKERT, J., GEMMELL, M. A., MESLIN, F. X, & PAWLOWSKI, Z. S., editors: WHO/OIE [World
Health Organization/World Organisation for Animal Health, Office International des Epizooties] Manual
on Echinococcosis in Humans and Animals: a Public Health Problem of Global Concern. Paris 2001,
Tabla 1.1, pág. 2.
83

Tampoco era el perro el único huésped definitivo de la Tenia


echinoccocus, en sus diferentes variantes. Si bien eso fue lo que se
consideró por décadas, de acuerdo a los primeros estudios, se vio
luego que lo eran también animales tan diversos como el zorro de
diferentes latitudes, otros animales selváticos, roedores, el dingo
australiano, y muchas otras especies de cánidos. Existen estudios
recientes que muestran la magnitud de su difusión en Europa.57

57
ROMIG, Thomas, DINKEL, Anke, MACKENSTEDT, Ute: The present situation of Echinococcosis in
Europe. University of Hohenheim, Stuttgart, Germany, Parasitology International: 55 (2006) S187-
S191.
84

De igual forma los huéspedes intermediarios y definitivos estaban


constituidos no sólo por los ovinos que formaban las principales
poblaciones parasitadas en el subcontinente americano (sur del Brasil,
Argentina y Uruguay), sino también los bovinos, en esta región, y en
otros continentes que compartían esa producción pecuaria. Tal lo que
se registraba en toda la costa del Mediterráneo, desde la Península
Ibérica al Cercano Oriente, desde la Península Itálica al Norte de
África. Pero poco a poco, fueron conociéndose infestaciones de otras
especies, no bien se dedicó atención al fenómeno, y se vio: 1. Que
tenía una distribución casi universal, a través de diversas especies,
85

adecuadas a las condiciones ecológicas del lugar. 2. Que abarcaba


desde el zorro del Ártico a otras variedades, los renos, los dingos
australianos, los canguros, las llamas, cabras, además de las hienas,
camellos, cebras, jirafas, leones y otras especies que constituían el
fundamento de la economía y ecosistemas de cada lugar, o la
presencia dominante en algunos territorios.

Hoy sabemos que exceptuando la Antártida y algunas regiones del


Centro y Norte de América, y escasas zonas del continente Asiático,
tiene una presencia casi universal, expandida desde China y Japón, a
86

Australia, casi toda África, diversas franjas del norte de Eurasia, el


Norte del Canadá, algunos estados de los Estados Unidos, la costa
oeste de América del Sur, fundamentalmente Ecuador, Perú y Chile;
pero también en la mediterraneidad del continente, como Paraguay y
Bolivia. En las islas del Mediterráneo.

ESTRATEGIAS DE ERRADICACIÓN
La experiencia de algunos países – islas (Islandia, Groenlandia,
Tasmania, Nueva Zelanda, Chipre)

Es curioso cómo algunos países insulares, comenzando por Islandia,


ya a mediados del siglo XIX lograron la erradicación de la hidatidosis,
a través del control de perros, o de su eliminación y el control
sanitario de la matanza de animales para consumo cárnico. Ya en el
siglo XX, casi al finalizar, se logró un control casi absoluto en
territorios insulares como Tasmania, Groenlandia y Nueva Zelanda. En
el caso de Chipre, de cultura greco-turca, luego de alcanzar éxito
parcial, excelente entre la población greco-chipriota, en un tiempo en
que era socialmente aceptada la eliminación de perros, pero sin
embargo deficiente en el sector turco-chipriota; entraron en regresión
por el predominio de desobediencia a las pautas de conducta en este
último sector, al compartir el mismo territorio insular sin frontera
natural. En consecuencia, si bien ha disminuido sensiblemente la
presencia de esta zoonosis en amplias zonas, sobre todo en cuanto
refiere a su infestación al hombre, no ha sido posible erradicarla,
porque tal vez las políticas que se adoptaron para lograrlo no han sido
persistentes y eficaces.

Primero se procuró buscar éxitos quirúrgicos, procurando salvar la


vida de las personas, en un dominio de la técnica que al correr de las
décadas fue cada vez más lograda. A este respecto, tanto los autores
rioplatenses y gaúchos (brasileños de Río Grande do Sul), como los
cirujanos de España, Italia, Grecia, y parcialmente de otros países de
la cuenca mediterránea, alcanzaron éxitos destacados. Perfeccionaron
las técnicas y las incorporaron a la rutina de muchas especialidades,
desde la Cirugía General a la Neurocirugía.

Luego se intentaron soluciones a través del tratamiento médico, que


resultó parcialmente eficaz, y sobre todo, adecuado a los preceptos
actuales de la Bioética, que privilegian la autonomía y decisión del
paciente. ¡Cuánta razón tenía Félix Dévé, cuando promovía esa meta
en su carta al Congreso Mundial de Argel, en 1951!

Pero el diagnóstico masivo permaneció difícil de realizar, y se


considera que hay una infestación latente mucho mayor que la
87

detectada en los catastros poblacionales. Tal lo que encuentran


numerosos autores en las autopsias sistemáticas, como lo ha
consignado hace varias décadas el destacado parasitólogo médico,
educador y salubrista chileno, Amador Neghme. Él decía en abril de
1985: “La prevalencia de la hidatidosis varía según las regiones
geográficas. Cálculos conservadores indican que existe medio millón
de infectados por hidatidosis en América Latina. Estos cálculos se
basan sobre la casuística de hidatidosis encontrada en 115.819
autopsias practicadas en Santiago, Chile, que representa una tasa de
310 por 100.000 habitantes, es decir, 44,3 veces superior a las tasas
estimadas según el diagnóstico de egresos hospitalarios. Esta cifra se
elevaría a casi el doble si se extrapolara con los resultados de estudios
epidemiológicos en los habitantes expuestos al riesgo de infección,
cuya tasa de 600 por 100.000 resulta 85,7 veces más alta que la tasa
anual de hidatidosis en enfermos hospitalizados (H. Reyes y C.
Retamal, observaciones inéditas, 1985).” 58

Se avanzó indudablemente en tests diagnósticos, tanto en el hombre


como en el perro, para detectar anticuerpos que permitieran tener
mayor certeza en cuanto a estar en presencia de una infestación
hidática, y sería necio negar los avances que en el terreno de la
inmunología se han producido. Así, de la reacción de Casoni, se pasó a
la inmunología con el Arco-5, y de éste a los métodos por ELISA;
técnicas éstas cada vez de mayor sensibilidad y especificidad.

Uno de los líderes del éxito de la campaña anti-hidática en Tasmania,


Trevor Cory Beard, médico británico residente en Australia desde
1951, ha escrito: “El control de la Hidatidosis en Tasmania comenzó
en 1962 con una campaña voluntaria en la comunidad rural, dirigida
por un grupo de productores, llamado el Consejo de erradicación de la
Hidatidosis de Tasmania. Esta actividad llevó a una demanda popular
de asistencia gubernamental, que permitió al Departamento de Estado
de Agricultura a introducir un programa voluntario de testeo de
perros. En respuesta a una mayor presión comunitaria el testeo de
perros fue obligatorio, y otras medidas de control fueron introducidas
gradualmente, con un aumento gradual en la coerción, llegando a la
cuarentena de los perros infestados. Últimamente la cuarentena se
extendió a los sitios con una prevalencia residual en ovejas más alta
que el promedio. En 1987 la enfermedad hidática ha casi desaparecido
en el ganado de Tasmania. Dado que no se han diagnosticado nuevos
casos humanos menores de diez años de edad, desde 1972, o menores
de veinte años desde 1976, creemos que la trasmisión de esta
enfermedad a la población humana probablemente cesó en 1972.
Este principio podría hacerse extensivo a otras enfermedades. La

58
NEGHME R, Amador: ENFOQUE EPIDEMIOLÓGICO DE LA HIDATIDOSIS. Conferencia
pronunciada en el XIII Congreso Internacional de Hidatidología que se celebró en Madrid, el 25 de abril
de 1985, organizado por la Asociación Internacional de Hidatidología y su filial de España. Publicado en
Boletín de Hidatidosis: IIa. Época; año 16, número 49, mayo-agosto 1987, páginas 24-26.
88

legislación hoy en día podría controlar la composición de la comida


procesada (por ejemplo el contenido de sal, para prevenir la
hipertensión), o podría haber pruebas obligatorias para anticuerpos
de SIDA. Primero necesitamos un fuerte consenso comunitario a favor
de la legislación coercitiva, y el desarrollo de este consenso debería
ser la meta específica de un programa de educación sanitaria que
acompañara a las medidas iniciales voluntarias de control.” 59

Pero la erradicación está aún muy lejana.

Los perros, los zorros de varios colores, los bovinos, los caprinos, los
ovinos, los camélidos, las llamas del altiplano, las chivas, continúan
siendo los reservorios del parásito y los tres grandes enemigos del
hombre: la mentira, la ignorancia y la ambición, le han impedido
todavía ver la luz que permita ponerlo en el camino a la solución de
este grave problema de salud pública.

¿Educación o persecución?
Si bien se ha tenido una aproximación importante hacia el tratamiento
de los QH del hombre, buscando mediante la sanción quirúrgica, la
esperanza de solución, no se ha privilegiado como debería, la atención
sobre los daños a la economía que significa no sólo la pérdida de días
y meses de trabajo del hombre vinculado a la producción pecuaria.
Sino la pérdida económica que significa la muerte o el daño a los
rodeos de todas clases, por la masiva infestación de los animales
dedicados a la producción de carne y lana, que constituye con
frecuencia la producción principal de los países afectados y a menudo
su base nutricional.

En primer lugar, se dedicaron ingentes esfuerzos a la educación de las


poblaciones, iniciándola desde la edad escolar. A este respecto es
importante el impacto que ha tenido para muchas generaciones,
contar con libros como “Cachito y Rigoleto”, de Velarde Pérez Fontana
y colaboradores (entre ellos Antonio Soto “Boy”), una publicación que
la propia Organización Panamericana de la Salud tomó como suya
distribuyéndola por decenas de miles (editó hace más de treinta años
500.000 ejemplares), cuyo prólogo ya hemos transcrito más arriba.
Reproducía, en versión muy mejorada, aquella primera de los
panfletos distribuidos en Islandia en el siglo XIX.

La educación de los productores rurales, para que dejaran de


alimentar sus perros con las vísceras crudas de los animales
parasitados, fue mucho menos eficaz. De hecho, en la mayoría de los

59
BEARD, Trevor Cory: Resumen del trabajo “Comportamiento humano y la ética de la Coerción”. En
Boletín de Hidatidosis: IIa. Época, año 17, No. 52, mayo-agosto 1988, pp 9-10.
89

países latinos esta conducta no ha tenido penetración suficiente,


aunque sí lo ha hecho entre los anglosajones (Islandia, Australia,
Nueva Zelanda). Y ahí está una de las claves del problema, uno de los
grandes desafíos a superar.

La persecución y multa de los infractores, la eliminación de los perros


que son elemento de ayuda fundamental para el hombre de campo en
su tarea cotidiana, pero se transforman en un enemigo por su
proximidad con los niños y su facilidad para infestarse por los huevos
que se esparcen ampliamente con sus propias deyecciones o las de
sus congéneres en pastos y verduras, no ha dado resultado, o ha sido
muy pobre. Desde allí, el suelo y las pasturas, son trasmitidos los
huevos a través del pelo u hocico del perro, llevando con su lengua
los huevos al contacto con los niños y adultos amigables. Y así se
mantiene y eterniza el ciclo biológico del parásito.

Pero tampoco el Estado se ha comprometido demasiado. Las


autoridades de Salud no han hecho esfuerzos suficientes, y tampoco
han podido coordinar de mejor forma para tener resultados más
presentables, a través de la coordinación con las autoridades de
Ganadería, de Salud Animal, de los Ministerios de Trabajo y Seguridad
Social y las centrales sindicales y magisteriales. En una tarea que es y
debe ser cada vez más transversal y multidisciplinaria en toda la
sociedad. Desde los maestros primarios y secundarios, pasando por
las organizaciones de salud humana y animal, las autoridades de
regulación y los contralores de la matanza clandestina de animales,
siguen siendo unas de las piezas fundamentales de esta espesa trama.
Para ello será necesario vencer a aquellas tres plagas humanas: la
mentira, la ignorancia y la ambición, que se han transformado en los
tres malos compañeros que contribuyen a matar a quien los sostiene y
alimenta. Debemos reforzar la cadena para que no haya eslabones
débiles.

Acciones preventivas desde la Medicina y


Veterinaria: Nuevas estrategias

En el Congreso de Zoonosis 2006, se expuso la experiencia de la


Vacuna EG95, a diez años de su implementación experimental en la
Provincia del Chubut (Argentina), y por las Universidades de
Melbourne (Australia) y el Centro de Investigación Animal de Nueva
Zelandia.60

60
JENSEN, Oscar I; SÁNCHEZ THEVENET, P2; LIGHTOWLERS, M. W. 3; HEATH, D. D.4. 1.
Secretaría de Salud, Chacra No. 18, (9020) Sarmiento, Provincia del Chubut, Argentina. 2. Universidad
Nacional de la Patagonia, Chubut, Argentina. 3. Universidad de Melbourne, Australia. 4. Centro de
Investigación Animal, Nueva Zelandia. [email protected] : LA VACUNA EG 95, DIEZ
AÑOS DESPUÉS. Congresos de Zoonosis 2006: 16, 11 y 12 de mayo, La Plata, Argentina. Simposio
Hidatidosis. En: FAO: Red de Helmintología para América Latina y el Caribe – Hidatidosis.
90

Allí claramente se plantea: La Hidatidosis es una zoonosis


erradicable. En la Patagonia constituye un serio problema
socioeconómico que afecta la salud de sus habitantes y deteriora la
producción ganadera. Los programas de control desestabilizan el ciclo
de la enfermedad, mediante la desparasitación periódica de perros, el
control de faena y la educación sanitaria. Desde 1853 se conoce el
ciclo del parásito, desde 1864 se realiza educación sanitaria y control
de faena, desde 1890 se utiliza el tenífugo bromhidrato de arecolina y
desde 1975 disponemos del tenicida praziquantel. Con la educación
sanitaria, el control de faena y la desparasitación canina, teniendo al
perro como actor principal, sólo en Islandia [y Groenlandia]61 se logró
la erradicación. Tasmania y Nueva Zelanda están en el proceso de
declararse libres de hidatidosis.

La incorporación de acciones en la línea ovina, que prevengan la


infección y disminuyan la oferta de quistes hidáticos viables, abre
nuevas perspectivas a los programas de control, al posibilitar atacar al
ciclo de la enfermedad hidatídica en un nuevo frente y así disminuir el
tiempo en lograr el control de la enfermedad. Una efectiva vacuna
contra la infección por Echinococcus granulosus en hospederos
intermediarios será un arma de gran utilidad para los programas de
control. La Universidad de Melbourne, Australia, el Agency Research
de Nueva Zelandia y el programa de control de la Hidatidosis en
Chubut, Argentina, evaluaron la vacuna experimental EG95.

La vacuna experimental que protege a los ovinos contra primo-


infecciones e infecciones repetitivas, por E. granulosus, está basada
en un clonado de antígeno recombinante, designado EG95, obtenido a
partir de huevos del parásito. Es una preparación proteica purificada,
no infecciosa, no tóxica, no contaminante y producida mediante
ingeniería genética. La vacuna es administrada por vía subcutánea, a
la dosis de 50 mg de proteína EG95 y 1 mg de adyuvante Quil A, en
un volumen de 2 ml.

Se realizaron experiencias con la vacuna EG95, con distinto número


de dosis y tiempos de desafío, en Nueva Zelanda, Australia, China y
Argentina. La vacuna experimental EG95 logró un elevado nivel de
protección ante la infección por E. granulosus: superior al 82% con
una dosis, superior al 97% con dos dosis y hasta el 100% con tres
dosis.

La disponibilidad de una vacuna contra hidatidosis ovina:

61
ECKERT, J, GEMMELL, M.A., MESLIN, F. X., & PAWLOWSKI, Z. S., editors: WHO/OIE Manual
on Echinococcosis in Human and Animals: a Public Health Problem of Global Concern. World Health
Organization y World Organisation for Animal Health Office International des Epizooties. WHO (Office
International des Epizooties, 2001, Paris, Francia, 265 páginas.; pp.: 102.
91

• Permitirá a los programas de control disminuir el tiempo en


controlar la hidatidosis en su territorio, al poder atacar el ciclo
de la enfermedad en un nuevo frente. Como resultado de ello,
se acentuaría la reducción de la oferta de quistes hidatídicos
viables disponibles para los hospederos definitivos, y por lo
tanto se reduciría la biomasa parasitaria disponible para los
hospederos intermediarios. De esta forma se podría disminuir el
riesgo de enfermar de las personas.
• Ofrecerá al productor ovino una nueva alternativa, que podría
sumar a las hoy disponibles, como la desparasitación canina, la
educación sanitaria y el control de faena, para erradicar la
hidatidosis de su establecimiento.
• El 16 de junio de 1995 se vacunó el primer cordero en
Argentina; a fines del año 1997 ya se tenía resultados
alentadores, que se confirmaron al finalizar las distintas
experiencias realizadas, a fines del año 1999.
• En los inicios del año 2006, los programas de control AÚN NO
DISPONEN de esta vacuna exitosa en la faz experimental, para
su aplicación en forma masiva.
• Lamentablemente, se siguen enfermando de hidatidosis ovinos
y niños, nacidos en este siglo.

Los mismos autores habían informado tres años antes, con todo
detalle, la localización y características de los estudios experimentales
llevados a cabo en Argentina, Australia, Nueva Zelanda y China.62

La cultura y la comunidad

Resulta indispensable tomar debida nota que además de utilizar


técnicas adecuadas, personal idóneo, realizar una actividad
interdisciplinaria con una fuerte estructuración y coordinación
profesional, entre médicos, veterinarios, parasitólogos,
epidemiólogos, inmunólogos, educadores y comunicadores,
difícilmente se obtendrán resultados satisfactorios y se acercará a la
meta de la erradicación, si no se modifican sustancialmente las
prácticas comunitarias.

Los programas han sido tan sólo parcialmente exitosos porque con
una ingenuidad poco científica, se creyó primero que administrando
las dosificaciones para perros, adquiridas por sus dueños, sería

62
JENSEN, Oscar; FERNÁNDEZ, Eduardo; FERNÁNDEZ, Ricardo, IRIARTE; Jorge; SÁNCHEZ,
Paula; LIGHTOWLER, M. W., y HEATH, D. D.: INMUNIZACIÓN DEL HOSPEDERO
INTERMEDIARIO. Su utilización en programas de control. En Jornadas Nacionales de Hidatidosis.
2das. Jornadas Provinciales de Hidatidosis, Esperanza, Santa Fe, 04 y 05 de septiembre de 2003, Facultad
de Ciencias Veterinarias, Universidad Nacional del Litoral: En: FAO: Red de Helmintología para
América Latina y el Caribe – Echinococcosis – Hidatidosis.
92

suficiente, lo que años después se demostró inexacto. Luego se fue a


la administración directa por funcionarios de salud, lo que fue más
efectivo.

Pero el corte del ciclo animal parasitado – achuras crudas a los perros
u otros animales – infestación del medio ambiente y su contaminación
al niño y al hombre, no pudo ser realizado con eficacia.

Por eso decía en 1985, la Prof. Dra. Dinorah Castiglioni, Presidenta de


la AIH en el XIII Congreso Internacional de la Hidatidosis en Madrid,
España:
“En otras partes del mundo la hidatidosis era conocida y se luchaba
contra ella, como en el caso de Islandia, para citar como ejemplo el
caso de un país que triunfó en su lucha y que es bien conocido por
todos los que se preocupan por el problema de la hidatidosis, pero
nosotros tomaremos como punto de partida el ámbito en que se gestó
la AIH, o sea Argentina, Uruguay y sur del Brasil. El QH es conocido
en el Río de la Plata desde las últimas décadas del siglo pasado (XIX),
y las primeras medidas de profilaxis de esta enfermedad fueron
planteadas en el Primer Congreso Médico Latino-Americano realizado
en Montevideo, República Oriental del Uruguay, en 1901. En 1904, en
el Segundo Congreso Médico Latinoamericano un veterinario
uruguayo Dr. Pedro Bergés propone tres medidas de profilaxis que
mantienen toda su vigencia:
1) Inspección veterinaria de los mataderos;
2) Evitar proliferación de los perros;
3) Publicaciones para difusión de los peligros de la enfermedad y
su profilaxis.
En 1905 en nuestro país se insistía en la necesidad de divulgación a
nivel popular de la evolución del equinococo y la manera de hacer
profilaxis, dirigida especialmente a la gente de nuestra campaña. La
Sociedad de Medicina de Montevideo creó una Comisión para estudiar
la forma de poner en práctica esas ideas. En 1906 en la Argentina, por
decreto del Poder Ejecutivo se creó una Comisión integrada por
representantes de los Organismos encargados de velar por la salud
humana y animal y por el Presidente de la Sociedad Rural Argentina,
para proyectar las medidas de lucha y redactar las instrucciones
tendientes a combatir la hidatidosis, tratando de disminuir el
alarmante número de casos de esta enfermedad, tanto en el sector
humano como en el animal. Estas Comisiones Honorarias insisten
reiteradamente sobre el peligro de la enfermedad y la manera de
hacer su profilaxis con medidas informativas y educativas, con
directivas que son dignas de admiración y que hasta hoy mantienen
su vigencia, pero que en la práctica no tuvieron eco. En el Uruguay no
hubo una sola disposición sanitaria oficial al respecto y recién en 1932
la visita del Prof. Félix Dévé al Río de la Plata y sus brillantes
conferencias sobre la enfermedad hidática reanimaron el interés de
los científicos sobre el tema y llamaron la atención a las autoridades
93

sanitarias. (…) Hoy en día lo que se ha agregado a esos principios


[los propuestos por el veterinario Pedro Bergés en 1904] de hace 80
años es la utilización de tenicidas más eficaces para combatir la
parasitación del perro y la posibilidad de usar los medios masivos de
comunicación para hacer llegar más fácilmente la educación al pueblo.
¿Qué es lo que ha mejorado? Ha mejorado el diagnóstico humano por
inmunología, ha mejorado y se ha enriquecido el diagnóstico por
imágenes, han mejorado las técnicas quirúrgicas y los resultados de la
cirugía del QH en sus distintas localizaciones, ha surgido la esperanza
de un tratamiento medicamentoso eficaz en los casos en que no se
aconseja cirugía, pero todos estos progresos sólo significan el fracaso
de la profilaxis de la enfermedad. Es realmente llamativo que el
interés científico sobre el QH no vaya acompañado de un criterio
sanitarista, profiláctico, más adecuado por parte de los médicos y
médicos veterinarios. Parecería que hubiera una especie de
resignación, de fatalismo, en aceptar la enfermedad hidática. En un
momento de progreso científico avasallante, donde la humanidad
consigue librarse en enfermedades que han sido un flagelo durante
siglos (cito por ejemplo nada más que la viruela, para no entrar en
detalles que no corresponden a nuestro tema) nosotros seguimos
reuniéndonos para encarar la lucha antihidática y ver los progresos
que en el estudio del equinococo granuloso y en el tratamiento del QH
se han hecho. ¿Ha habido progresos? Sí, muchos, vinculados a los
progresos de la ciencia en general, pero no han repercutido en la
práctica con un satisfactorio descenso de la enfermedad hidática en el
mundo. (…) Es necesario utilizar los modernos métodos de
comunicación masiva, radio y televisión, aplicando tecnología
educativa adecuada para hacer campañas antihidáticas con esperanza
de que sean exitosas. En Islandia se utilizaron los mismos métodos de
lucha antihidática que se preconizaron en todas partes del mundo
desde el siglo pasado (XIX), y allí triunfó la campaña realizada y no
fue así en otros países. ¿En qué consistió la diferencia que provocó
distintos resultados? En que la educación sanitaria llegó a todos los
pobladores, gracias a costumbres tradicionales de ese país y al
reducido número de habitantes, unos 70.000. Los islandeses son
grandes lectores, y en las largas tardes invernales existe la costumbre
de la lectura en grupo familiar o laboral donde una persona lee en alta
voz para todos los que están reunidos. Cuando comenzó la campaña
antihidática el Gobierno de Islandia repartió cartillas de profilaxis
sanitaria a todos los pobladores, y además en las escuelas los
maestros daban clases al respecto. Así toda la población hizo
conciencia del problema en tal forma que en la década del 1940 la
enfermedad hidática se vio erradicada. Traemos esto a colación para
demostrar la importancia que tiene la educación en las campañas de
profilaxis sanitaria.”63

63
CASTIGLIONI TULA, Dinorah: Discurso de la Presidenta de la Asociación Internacional de
Hidatidología, en el XIII Congreso Internacional de Hidatidología de Madrid, abril de 1985. Boletín de
94

En el mismo Congreso de Madrid, de 1985, el Presidente de la


Asociación Española de Hidatidología, Prof. Dr. Miguel Pérez Gallardo,
entre otros altos conceptos expresaba algo de gran contundencia:
“También nuestros Congresos y la realidad de algunos países por
todos ustedes conocidos demuestran que la hidatidosis-equinococosis
es controlable y que la carga humana social y económica que la misma
subordina, justifica sobradamente las inversiones necesarias y que
por otra parte y esto es importante, no son tan cuantiosas como
podría pensarse. Es decir incluso desde el punto de vista
estrictamente económico serían inversiones de alta rentabilidad. Si
por el contrario no se toman estas urgentes medidas, nos tememos
que seguiremos celebrando congresos hasta el año 3.000. Por otra
parte no es menos cierto que inevitablemente irán apareciendo
nuevas formas de enfermar y morir, por lo cual se hace aún más
perentorio el proporcionar a la humanidad el contrapeso de ir
suprimiendo aquellas ancestrales enfermedades que, a pesar de ser
controlables, las soportamos durante siglos. Finalmente, hemos de
concientizar a los distintos países que la soportan que solamente por
la filosofía tercermundista que esta zoonosis conlleva, estarían
obligados a borrar de sus respectivas geografías este vergonzoso mal,
tanto más oprobioso cuanto mayor nivel cultural, industrial y
económico se haya alcanzado. La existencia de esta zoonosis en la
era de los trasplantes de órganos y en plena era espacial es una de las
muchas paradojas de la vida.” 64

De allí que sólo del involucramiento auténtico de la comunidad


dependerá que se alcance esta meta de erradicación. Ello requiere un
fuerte liderazgo político, institucional, de las autoridades de salud, de
los profesionales intervinientes, con ciencia y conciencia. Por una
política concertada y ejecutada a nivel nacional, regional e
internacional. Con un alto nivel ético en la conducta de todos los que
intervienen, y con la honestidad que evite la malversación de fondos,
que a menudo afecta a estos programas, de difícil control, por su
dispersión geográfica y su trabajo en terreno de forma
descentralizada. Sólo una selección estricta del personal y sus
condiciones de idoneidad moral, permitirán que el avance se
produzca. La población debe participar activamente y decidir
autónomamente a través de un proceso que genere sostenibilidad, sin
recibir beneficios pasivamente.

¿UTILIZAMOS TODAS LAS HERRAMIENTAS?


Para enfrentar este problema necesitamos emplear a fondo todas las
herramientas de que la Sociedad actual dispone en la mayor parte del

Hidatidosis, II época, año 14, Nro. 43, mayo-agosto de 1985; pp 22-26.


64
PÉREZ GALLARDO, Miguel: Discurso en el mismo Congreso. Op. Cit., pp. 20-22.
95

Planeta: Radio, Televisión, Internet, SMS, en Uruguay el Plan Ceibal,


los médicos que dirigen la Educación.
Los maestros y profesores de Enseñanza Secundaria. La formación de
los profesionales universitarios del campo de la salud, ¿reciben todos
ellos adecuada información, de base científica actualizada, sobre las
posibilidades que hoy tenemos para combatir esta zoonosis de tan
grande repercusión económica y social? ¿Los médicos, veterinarios,
enfermeros y estudiantes de estas profesiones poseen hoy
conocimientos actualizados y generales sobre los avances en el
diagnóstico y tratamiento del QH, su epidemiología y extensión
global?

¿Cómo es posible que en las décadas de 1940 y 1950 lográramos


abatir sustancialmente las tasas de infección tuberculosa a través de
campañas de catastro de poblaciones, de vacunación masiva desde el
nacimiento con el BCG [Bacilo Calmette-Guérin], y con la educación a
la población empleando durante 17 años seguidos la Voz de ANDEBU,
una red nacional de emisiones de radiodifusión, de 5 minutos,
trasmitida cada mediodía todos los días del año a todo el país, en
Uruguay.

Terminemos con prácticas inconducentes, con las conductas


irresponsables de tenencia de animales domésticos y de faena de
ganado. De lo contrario, entraremos en la hipocresía, que mata y llora.

¿Estaremos haciendo todo lo posible, de acuerdo a nuestros


conocimientos actuales y a nuestras posiciones académicas,
administrativas o políticas?

La respuesta es negativa, lamentablemente.

¿Dónde está el cumplimiento de las metas adoptadas en diversas


reuniones para tener páginas Web institucionales, que difundan y
agrupen la información científica y educativa disponible, para ponerla
al alcance de sus auténticos destinatarios?

¿Tan difícil será lograr estas sencillas metas? De ningún modo. Hay
que tener esfuerzo sostenido, ética, conocimientos y una voluntad
inquebrantable para llevar adelante esos propósitos, que en sí mismos
son loables, pero se quedarán en letra muerta, si no los
transformamos en acción. Pero, sobre todo, el papel rector del Estado,
poco presente en estas responsabilidades.

¿Podremos cambiar esta situación? Desde luego que sí, si se


establece una fuerte coordinación, una férrea voluntad política de
pasar al frente en materia de erradicación, utilizando
inteligentemente los recursos que la tecnología de las comunicaciones
y la educación nos ofrecen hoy.
96

Poniendo en marcha programas continentales para extender a otros


territorios, con otras culturas y especies intermediarias, las
experiencias positivas logradas en la inmunización de los hospederos,
como la vacuna EG95.

Ya no estamos en la época de continuar tratando sólo enfermos. Ese


es el fracaso de la Medicina Preventiva, de la Atención Primaria de la
Salud, y de las Políticas de Estado en materia de prevención.

Como decía un antiguo proverbio chino:

“El médico corriente trata la enfermedad;


el buen médico trata al paciente;
el mejor médico trata a la comunidad”.

PERSPECTIVAS
La Viruela fue una enfermedad mundial endémica que mató millones
de personas. Cuando llegó Colón a América, hizo estragos y barrió a
buena parte de la población indígena.

Sin embargo, fue erradicada en 1978, según declaración de la OMS,


por una persistente campaña de vacunación que demoró en vencer y
convencer más de un siglo. En Uruguay se vacunaba después de
Jenner (1749-1823) 65, desde la época de Artigas. Se hizo Ley en 1910,

65
Edward Jenner nació el 17 de mayo de 1749 en Berkeley, condado de Gloucester,
Inglaterra y falleció el 26 de enero de 1823 en la propia localidad de Berkeley. Fue un
afamado investigador, médico rural y poeta, cuyo descubrimiento de la vacuna
antivariólica tuvo trascendencia definitoria para combatir la viruela, enfermedad que se
había convertido en una terrible epidemia en varios continentes. Era también llamado
como el sabio-poeta debido a la pasión que sentía por escribir y manifestar sus
sentimientos a través de esta faceta de la literatura. También amaba la música y la
naturaleza. Era hijo del [reverendo] Stephen Jenner, [vicario] de Berkeley. A la corta
edad de 5 años su padre fallece, quedando bajo la protección de su hermano mayor.
Desde muy temprana edad sintió especial atracción por las observaciones sobre el
comportamiento de la naturaleza, y especialmente dentro de la rama de la [zoología]. A
sus trece años comenzó a colaborar con un [médico] [cirujano] de [Sodbury], donde
logró aprender, y dar sus primeros pasos importantes dentro de la [ciencia] médica. Allí
nace definitivamente su pasión por la [medicina] y en el año [1770] decide iniciar sus
97

pese que un prominente médico uruguayo, miembro de la Academia


de Medicina de París, Francisco Soca (1856-1922) 66, desde su banca
parlamentaria, luchaba por imponer la vacuna obligatoria, contra
quienes la defendían escudándose en la libertad de pensamiento,
representado por el legislador abogado Dr. Juan Paullier. (Los
médicos versus los abogados).67

La Hidatidosis, desde Hipócrates hasta la Erradicación posible. ¿Por


qué no la alcanzamos? ¿Nos habremos propuesto adecuadamente
erradicarla, con las estrategias idóneas, con la convicción y fuerza
suficiente? ¿O sólo hemos reducido nuestra labor a tratar a los
enfermos?

Sin fuertes políticas de Estado, si no se involucran los productores


rurales y la población que trabaja en sus establecimientos,
difícilmente se logrará superar esta enfermedad. Las soluciones son
sencillas, pero no se han podido articular mejores esfuerzos. Otros
países (la minoría) las han alcanzado. Sólo el atraso, la pobreza, la

estudios en el [Hospital] [San Jorge], en [Londres]. Es entonces cuando se transforma


en discípulo de un importante [cirujano] y naturista llamado John Hunter, juntos se
dedicaron al estudio de la anatomía, y nacería entre ellos una amistad que perduraría
hasta la muerte de su maestro. Jenner había sido, además de amigo, el alumno preferido
de Hunter, quien le tenía gran respeto por su dedicación a la investigación y contracción
al trabajo. Ambos se dedicaron, en conjunto, a la observación e investigación de los
fenómenos de la naturaleza. Posteriormente y luego de rechazar un ofrecimiento de
trabajo que lo llevaría a realizar investigaciones en el [océano Pacífico], prefirió
retornar a Berkeley para ejercer la medicina. Allí lo hizo con especial atención a sus
pacientes, lo que le confirió el aprecio y el respeto de la población. Por entonces la
viruela se había convertido en una tremenda plaga que azotaba fundamentalmente a
Europa y América, y en forma cuantitativamente seria; y si bien era difícil descubrir un
método que la pudiera combatir, fue que Edward Jenner estando de visita en una granja,
puso aguda de una joven que aseveró: Yo no voy a enfermarme nunca de viruela porque
estoy vacunada (esto era en razón a que la muchacha se dedicaba a ordeñar a las vacas).
De este razonamiento Jenner hizo una profunda investigación llegando a comprobar que
todos los que realizaban esta tarea se habían inmunizado contagiándose de "viruela
boba". La viruela boba es una leve manifestación de viruela que se produce casi
siempre en las ubres de las vacas. Jenner, notó entonces que los que habían sufrido
previamente viruela vacuna - enfermedad de las vacas que causa sólo síntomas de poca
importancia en el hombre- demostraban resistencia cuando se exponían a la enfermedad,
por lo tanto extrajo pus de una pústula de la mano de Sarah Nelmes, una ordeñadora que
había contraído la viruela de su vaca lechera, y el 14 de mayo de 1796 inoculó a un
joven llamado James Phips (el cual no había padecido la afección), y a raíz de tal
experimento dicho joven quedó inmunizado. Fuente:
http://es.wikipedia.org/wiki/Edward_Jenner
66
http://www.smu.org.uy/publicaciones/libros/ejemplares/soca.pdf
67
TURNES, Antonio L.: LOS 100 AÑOS DE LA ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA
SALUD Y URUGUAY, en: http://www.smu.org.uy/cartelera/100ops/ops100histmed.pdf
98

incuria profesional nos ha llevado a perpetuarla. ¿Por qué no nos


proponemos firmemente, desde la OMS, una estrategia para
erradicarla?

No podemos desconocer la inmensa labor desplegada por los


fundadores de la AIH. Pero la tarea que queda por delante a nuestras
generaciones y a las venideras, es inmensa. No debemos mirar para
atrás, ni para tomar impulso. Fijarnos una meta y perseguirla hasta
lograrla.

Esta afección es de distribución mundial, fundamentalmente de


regiones agrícolo-ganaderas. Tiene amplia difusión en América del Sur
incluyendo la mayor parte del territorio de Argentina, Bolivia, Brasil,
Chile, Uruguay, buena parte de Perú68, Ecuador, Colombia y México;
algún sector de Canadá y Alaska; en la cuenca del Mar Mediterráneo,
norte de África en especial Argelia, España, Portugal, Italia y Grecia;
en Oriente Medio, Europa Central, Rusia, China, Japón, India, algunas
regiones de Oceanía como Australia y Nueva Zelandia.69

Uruguay tiene registrada su primera operación exitosa de QH de


hígado en 1894, realizada por Juan Francisco Canessa.70 En 1896 se
publica un caso de QH de la mama. 71 Las dos primeras operaciones de
QH de cerebro en 1901, realizadas por Luis Mondino, en dos niños
diagnosticados por Luis Morquio, con resultado fatal, publicadas
ambas en la Revista Médica del Uruguay en 1901 y 1902. 72 En 1901
aparece la primera tesis de doctorado de Ricardo Mackinnon, sobre
Contribución al estudio de los QH en el Uruguay, en original
manuscrito que se conserva en la Facultad de Medicina de
Montevideo.73 En la Revista Médica del Uruguay de 1903, se
publicaba un caso de QH doble del hígado en un niño, de Luis Morquio,
y un QH del pulmón, un caso de Alfonso Lamas.74 En 1908 en la
misma revista aparecía un artículo de P. Duprat sobre Quistes

68
En alguno de estos países tienen influencia como animal vector los camélidos, los zorros y las cabras.
69
www.veterinaria.org
70
WILSON, Eduardo: La neurocirugía en el Uruguay antes de 1904. Rev Med Uruguay 1992; 8: 161-173.
71
MAÑÉ GARZÓN, Fernando y BURGUES ROCA, Sandra: Publicaciones médicas uruguayas de los
siglos XVIII y XIX, Universidad de la República, Oficina del Libro de AEM, 1996, 254 páginas. pp.
101.
72
WILSON, Eduardo: La neurocirugía en el Uruguay antes de 1904. Rev Med Uruguay 1992; 8: 161-173.
73
MAÑÉ GARZÓN, Fernando y BURGUES ROCA, Sandra: Publicaciones médicas uruguayas de los
siglos XVIII y XIX, Universidad de la República, Oficina del Libro de AEM, 1996, 254 páginas. pp.
162.
74
MAÑÉ GARZÓN, Fernando y BURGUES ROCA, Sandra: Publicaciones médicas uruguayas de los
siglos XVIII y XIX, Universidad de la República, Oficina del Libro de AEM, 1996, 254 páginas. pp.
117.
99

hidáticos en el Uruguay.75 En 1913, Domingo Prat publica: Quistes


hidáticos en el Uruguay, Carlos Brito Foresti y José Bonaba: Quistes
hidáticos del corazón; Enrique Pouey: Quistes hidáticos del abdomen e
hígado; Luis Morquio y Prudencio de Pena: Quistes hidáticos
observados en la Clínica de niños (Hospital Pereira Rossell); y Enrique
Llovet: Quistes hidáticos. Sobre diagnóstico y tratamiento. 76 En 1916
en la misma publicación aparecen artículos sobre: QH del riñón, de
Alejandro Nogueira; QH del cerebro, operación, curación, Lorenzo
Mérola; QH del pulmón, Alfonso Lamas; QH de la pared uterina,
Augusto Turenne; QH pelvianos, de Juan Pou y Orfila; El QH en
Tacuarembó, Luis Castagneto; QH cerebral operado, fenómenos
tardíos de compresión, por Prudencio de Pena.77 En 1919 se publica
una revisión sobre QH en el Uruguay (1913-1917), de Víctor Zerbino;
otro artículo sobre QH pulmonar curado espontáneamente, del mismo
autor; uno sobre QH del hígado roto espontáneamente (siembra
peritoneal), Rodríguez Gómez. 78 En 1920 Lorenzo Mérola publicaba
en Anales de la Universidad, un caso de QH de lóbulo frontal de
cerebro (operación y curación).79

Velarde Pérez-Fontana (1897-1975) 80 fue sin duda quien mayor


impulso dio a la investigación, proyección internacional y actividades
de educación a la población, en el siglo XX. Este anatomista, cirujano,
profesor de patología quirúrgica, historiador de la Medicina y prolífico
escritor, que dedicó 38 años de su vida a estudiar la obra de Andreas
Vesalius (1514-1564) 81,82 considerado el fundador de la Anatomía
75
MAÑÉ GARZÓN, Fernando y BURGUES ROCA, Sandra: Publicaciones médicas uruguayas de los
siglos XVIII y XIX, Universidad de la República, Oficina del Libro de AEM, 1996, 254 páginas. pp.
121.
76
MAÑÉ GARZÓN, Fernando y BURGUES ROCA, Sandra: Publicaciones médicas uruguayas de los
siglos XVIII y XIX, Universidad de la República, Oficina del Libro de AEM, 1996, 254 páginas. pp.
124.
77
MAÑÉ GARZÓN, Fernando y BURGUES ROCA, Sandra: Publicaciones médicas uruguayas de los
siglos XVIII y XIX, Universidad de la República, Oficina del Libro de AEM, 1996, 254 páginas. pp.
127.
78
MAÑÉ GARZÓN, Fernando y BURGUES ROCA, Sandra: Publicaciones médicas uruguayas de los
siglos XVIII y XIX, Universidad de la República, Oficina del Libro de AEM, 1996, 254 páginas. pp.
132.
79
MAÑÉ GARZÓN, Fernando y BURGUES ROCA, Sandra: Publicaciones médicas uruguayas de los
siglos XVIII y XIX, Universidad de la República, Oficina del Libro de AEM, 1996, 254 páginas. pp. 94.
80
RODRÍGUEZ PEREYRA, Ricardo: Velarde Pérez Fontana (1897-1975), en Médicos Uruguayos
Ejemplares, Tomo II, 1990, pp-363-370.
http://www.smu.org.uy/publicaciones/libros/ejemplares_ii/art_52_perezfontana.pdf

81
Andreas Vesalius (1514-1564) (nacido en Bruselas el 31 de diciembre de 1514 de una larga estirpe de
médicos, falleció en Zante en 1564). Nació la noche de Año Nuevo de 1514 en Bruselas. Su familia, de
origen alemán, contaba eminentes médicos entre sus antepasados. Después de algunos años de estudio en
Lovaina, continuó Vesalio sus estudios de Medicina en la universidad de Montpellier, y después, durante
los años 1533-1536, en París. Durante cierto tiempo, en el período de sus estudios, actuó como cirujano
en el ejército del Emperador [Carlos V], ocupación que aceptó con la esperanza de poder disponer de
cadáveres humanos, esperanza que se cumplió de modo satisfactorio después de la entrada del ejército
imperial en Italia. Durante estos años, Vesalio debió de haber hecho gran cantidad de disecciones, a pesar
de la actitud de la época. Y de tal modo adquirió tan gran prestigio como anatomista, que el Senado de
Venecia, en 1537, nombró al extranjero de veintitrés años profesor de Anatomía en la famosa Academia
100

de Padua, ciudad en aquellos tiempos perteneciente a Venecia. Cambió entonces por completo la
enseñanza en esta academia, y Vesalio mismo disecó los cadáveres y enseñó Anatomía. El número de
estudiantes que acudieron a su cátedra parece haber llegado a varios centenares. Su fama se extendió, y
durante los cinco años que Vesalio trabajó en Padua dio también conferencias en Pisa y Bolonia. Él fue
un típico hijo del Renacimiento. En 1543, sus dos más importantes libros fueron publicados: De Humani
Corporis Fabrica, Libri Septum y el Epitome. El último fue un libro de más de 700 páginas con
numerosas ilustraciones, altamente sistematizado, compuesto y totalmente indexado. Andreas Vesalius
fue el primer anatomista moderno que basó sus descripciones anatómicas sobre observaciones personales.
De repente descubrió Vesalio que la anatomía de Galeno, en su mayor parte, había sido fundada en las
observaciones hechas en sus disecciones de animales. Así se rompió la magia, y ya no confió más que en
el testimonio de sus propios ojos.
Vivió sus últimos años como médico de cabecera de Felipe II, en Madrid. Se supone que el ambiente
austero y monástico de que se vio rodeado le resultó triste. Estaba apartado de todo trabajo científico, y
era imposible en la España de aquel período de apogeo de los autos de fe encontrar un solo cráneo
humano. En 1564, rompe con sus relaciones en Madrid para partir hacia Tierra Santa. A su llegada a
Jerusalén recibió un aviso de Venecia en que le rogaban que reanudara su antigua actividad en Padua, ya
que Falopio había fallecido repentinamente a una edad relativamente temprana. Vesalio apresuró su
regreso, pero naufragó durante el viaje cerca de la pequeña isla de Zante, donde murió el 15 de octubre de
1564, a consecuencia de una enfermedad que allí contrajo.

82
PÉREZ FONTANA, Velarde: Andreas Vesalius Bruxellensis y su época. Publicaciones de la
Biblioteca de Salud Pública, con prólogo del Dr. Aparicio Méndez, Montevideo, Imprenta Nacional,
1963, 511 páginas. Pérez Fontana, anatomista destacado, cirujano audaz e historiador de la Medicina en
Uruguay, ha dedicado esta obra al célebre Vesalio. Veamos lo que nos dice (pp. 283-284) bajo el título
“Andreas Vesalius Reformador de la Anatomía: Vesalio fue un flamenco orgulloso, pagado de sí
mismo, que todos los enemigos que se procuró los debió a su indiferencia por los demás, su “docta
ignorancia” de los trabajos de sus contemporáneos y su desprecio. Era un flemático que nunca
habló mal de nadie pero que explotó a todo el mundo y fue sembrando odios por su indiferencia.
Sólo alabó a sus conciudadanos S. Calcar, a Bomberg y a N. Stopius y a algún otro cuando necesitó
sus favores pero menospreció a todos los demás. Explotó el ambiente italiano, amasó a todo el
mundo, fue típicamente un hombre del Imperio de Carlos V, en el que todos los imperiales podían
usar espada para defender su honra y sus derechos. Cuando Vesalio llegó a Italia, Berengario de
Carpi era el primer anatomista de su época. En 1521 había publicado en Bolonia sus Comentarios
sobre la Anatomía de Mondino. En ese libro había descripto los músculos siguiendo a Galeno y los
presentó en Planchas. Cuando Vesalio llegó a Italia en 1537, la anatomía estaba allí en un período
de declinación. Leonardo de Vinci que había sido un gran cultor de la Anatomía había muerto en
su exilio de Ambroise en 1520. Los artistas como Miguel Ángel estaban en su apogeo y ya habían
pasado por el período de curiosidad por la forma humana y estaban alejados de las Anatomías, en
pleno taller. En esa época Miguel Ángel trabajaba en el Juicio Final y terminaba el Moisés iniciado
antes para la tumba de Julio II. La Anatomía de Mondino, basada en la obra de Galeno, era el
texto oficial en todas las Universidades de Italia. Berengario de Carpi, en 1521 había publicado
Commentaria cum amplissimis additionibus super Anatomia Mundini Bononiae 1521 y al año
siguiente su Isagogae brevis in anatomiam corporis humani aliquot cum figuris anatomicis. Bononiae
1522 y 1523. Berengario hubo de abandonar Bolonia perseguido por la Inquisición por haber
disecado seres humanos vivos, por sus opiniones sobre la generación o por ambas cosas “secando et
vivorum et mortuorum corpora” que se justificaban en pederastas y criminales como sus mismos
adversarios lo practicaban, como lo dice al comenzar sus comentarios. Se afirma que había
disecado en vida a dos españoles sifilíticos y que este hecho llegó a conocimiento del juez y que huyó
a Ferrara para ponerse a salvo. Dice el articulista de Biographie Medicale que eligió a dos españoles
para disecarlos vivos por odio a su nación (se entiende nación como grupo de estudiantes españoles
que desde 1364 tenían en Bolonia y tienen hasta hoy un colegio fundado por el cardenal Albornoz).
Erasístrato y Herófilo fueron acusados del mismo crimen. André du Laurens dice que también
Vesalio, entre los modernos, disecó vivos con permiso de los magistrados (toutes les oeuvres etc.
Traduites en français. A Paris MDCXIII. Pág. 9). Se dice también que Vesalio salió de España
rumbo a Jerusalem a expiar el pecado de haber autopsiado un cuerpo con vida. Mucho se ha
comentado sobre estos relatos pero lo que se sabe con certeza es que en esa época los príncipes
entregaban el cuerpo de los que iban a ser ajusticiados “per fare la anatomia”. Se conoce el relato
fiel del enfermo que resistió a las dosis de opio que le administró Falopio para quitarle la vida y
disecarlo y que por haber resistido tales dosis se le perdonó la vida. Eran épocas bravías aquellas
101

Moderna, y también a la vida del ilustre español Miguel Servet (1511-


1553), 83,84 condenado a la hoguera por Calvino, fundó en la ciudad de

del final de la Edad Media y la crueldad de los poderosos era muy común entonces. Había una
incógnita que apasionó a todos los anatomistas de los primeros tiempos: el sitio del alma. Se
buscaba el alma, como se buscaba la transmutación de los metales en oro. El alma dejaba el cuerpo
muerto, el pueblo decía: mientras el cuerpo esté caliente el alma no se desprende del cuerpo. Las
comprobaciones de Berengario fueron muy originales y fueron las primeras innovaciones conocidas
en Italia y aún fuera de Italia a la anatomía de Mondino a través de la cual se enseñaba a Galeno.
El estilo de Berengario fue muy obscuro, lleno de barbarismos y vicios de construcción pero su obra
fue el primer rayo de luz en el renacimiento de la anatomía. Fue, como dice Falopio, el restaurador
de la Anatomía en Italia. Dice Benvenuto Cellini que Berengario estuvo 6 meses en Roma y que le
trató una sífilis con mercurio. “Llegó a Roma un grandísimo cirujano que se llamaba maestro de
Carpi… tenía este hombre mucha inteligencia en el dibujo”. Pasando un día por casualidad
delante de mi tienda, vio al azar ciertos diseños míos entre los cuales se contaban muchos
fantásticos vasillos dibujados y como hasta aquella edad no se habían visto, quiso el maestro Jacobo
(del Carpi), que se los hiciese de plata. Era muy ilustrado y maravillosamente hablaba de Medicina.
Dice que Berengario se fue a Ferrara… y años más tarde refiriéndose a los vasitos dice: Es este un
vasito de plata de tanto peso, que hice en tal época para aquel charlatán maestro cirujano Jacobo
de Carpi, que estuvo en Roma seis meses y con un ungüento suyo estropeó a muchas decenas de
señores y pobres hidalgos cobrándoles millares de ducados etc…. Y aún están en Roma aquellos
desventurados a quienes embadurnó, estropeados y maltrechos. (Sífilis terciaria). Resulta claro que
Berengario fue hombre sin escrúpulos que a pesar de su ingenio y de su fama abandonó sus ideales
de juventud y se dedicó a la profesión. No sin razón Falopio asegura que guardó durante mucho
tiempo el secreto de su método que le rindió más de 50.000 ducados de oro. A su muerte dejó una
cuantiosa fortuna. El hombre que describió el apéndice cecal y que lo denominó Additamentum coli
trocó su gloria de anatomista por un vaso de plata repleto de oro que a su muerte legó a su
protector el duque de Ferrara”.

83
Miguel Servet (1511-1553), un español aragonés de espíritu inquieto, publicó en el año 1553 un tratado
con el título Restitutio Christianismi, pues creía haber llegado a la conclusión de que en la doctrina de la
Trinidad existía un error, con cuya eliminación, según él creía, se podría restablecer el Cristianismo en
toda la belleza de su originalidad. Para profundizar más en la ciencia, había estudiado Servet, aparte de la
Teología, la Anatomía. De la Sagrada Escritura había deducido que la sangre representa el alma de la
carne, “anima ipsa est sanguis”. El camino más seguro para llegar a un mejor conocimiento del alma
debía lograrse, por consiguiente, mediante un mejor conocimiento de la sangre y sus funciones en el
organismo. Durante sus investigaciones descubrió Servet lo que ahora llamamos la circulación menor y
expuso los resultados básicos de la siguiente manera: “La fuerza vital proviene de la mezcla en los
pulmones del aire aspirado y la sangre fluida, que va del ventrículo derecho al izquierdo. Sin embargo,
esta transición no se efectúa a través de la pared separadora del corazón, como generalmente se cree, sino
que la sangre fluida es conducida por una extraña construcción del ventrículo derecho en un largo
conducto a través de los pulmones. Allí se transforma y su color se vuelve más claro, pasando después de
la “vena parecida a una arteria” (arteria pulmonar) a la “arteria parecida a una vena” (aurícula derecha +
venas pulmonares). Son por lo tanto tres novedades las que Servet expone: 1) la pared separadora entre
los ventrículos es impenetrable; 2) la sangre corre del ventrículo derecho, a través de los pulmones, al
izquierdo; 3) es en los pulmones donde la sangre se une con el aire y toma su color rojo. Se ha discutido
mucho cómo pudo adquirir Servet su idea, suponiéndose que el descubridor de la circulación menor llegó
al mencionado resultado mediante su inteligencia y estudios de literatura. Sin embargo, parece increíble
que el aserto de que el cambio de color de la sangre tiene lugar en los pulmones en lugar de en el corazón
pueda ser únicamente resultado de una especulación literaria, sin haber realizado observaciones y
experimentos en animales. La suerte de Miguel Servet fue trágica. Su proyecto de mejorar el
Cristianismo contenía una profunda herejía, y en el mismo año en que se publicó su libro cayó en manos
de Calvino cuando en un viaje pasaba por Ginebra, donde se le juzgó y condenó a muerte después de un
largo proceso. Junto con un ejemplar de su obra herética lo ataron a la hoguera, poniéndole en la cabeza
una corona de juncos impregnada de azufre. La leña amontonada – se dijo – era verde, lo que prolongó la
agonía. Las últimas palabras que los circunstantes pudieron percibir a través del humo fueron: “¡Jesús!
Fils du Dieu éternel, aie pitié de moi!” Pasó mucho tiempo antes de que a Miguel Servet se le otorgara
su merecido puesto en la historia de la Medicina. La razón principal de este retraso fue la intolerancia
religiosa. Se destruyeron todos los ejemplares de su libro que pudieron encontrarse, quedando sólo tres
102

Colonia, el 21 de setiembre de 1941, la Asociación Internacional de


Hidatidología, de la que con los años sería su Presidente Vitalicio. Esta
institución, fundada en su departamento natal (había nacido en Nueva
Palmira, departamento de Colonia, el 9 de mayo de 1897), sería
reconocida por las Naciones Unidas, mantendría relación permanente
con la Organización Mundial de la Salud y conservaría una Secretaría
General del Consejo Permanente en la República Argentina. En 1934
es designado Director del Centro de Estudios y Profilaxis de la
Hidatidosis, y ese mismo año funda los “Archivos Internacionales de
la Hidatidosis”. Publicaría numerosos trabajos sobre esta patología,
además de muchos otros sobre diversos temas quirúrgicos e
históricos, que le dieron justa fama. De su labor educativa,
destacamos el libro “Cachito y Rigoleto”, realizado en colaboración
con el periodista Antonio Soto “Boy”, que narraba la historia de un
niño y su perro, procurando despertar en la niñez uruguaya pautas
educativas y de prevención en la relación entre el hombre y sus
animales domésticos, particularmente a través de las lamidas del
perro a su amo o niño que lo tiene como mascota y que lo interpreta y
recibe como gesto de cariño, pero es principal trasmisor de los huevos
de la tenia Echinococcus granulosus, que al infestar al humano
desarrolla el QH, con lo que se produce el “suicidio” del parásito,
porque se interrumpe su ciclo vital natural, pero puede matar al
huésped, si no es detectado y operado a tiempo. Ese libro se diseminó
desde 1940 en todas las escuelas públicas primarias del País,
habiendo caído posteriormente en el olvido, tanto de los maestros,
como de las autoridades de la salud y de la educación, a pesar de que
muchos de sus protagonistas actuales fueron destacados infectólogos
y parasitólogos.

En 1938 Víctor Armand Ugón (1900-1972) 85 publica su libro El Tórax


Quirúrgico, que sería el primero en lengua española de su género,
dedicándole un capítulo entero, de 60 páginas, al abordaje del tema

ejemplares de la primera edición, conservados como grandes rarezas bibliográficas en París, Viena y
Edimburgo. Quien hubiese tenido ocasión de poder leer las descripciones de Servet sobre la circulación
de la sangre desde el ventrículo derecho hacia el izquierdo hizo bien en guardarlo como un secreto, o por
lo menos en no revelar a nadie su origen. Como un ejemplo del rencor y de la intolerancia religiosa, sirva
el hecho de que todavía en 1723, y en la capital de la libre Inglaterra, se confiscó y se quemó una
reedición de una obra de Servet. La primera descripción de la circulación menor significa el comienzo de
la comprensión de la circulación de la sangre, y por ella empezó a desarrollarse la Fisiología moderna,
que, más que ninguna otra rama científica, ha influido en el curso posterior que ha tomado la Medicina, y
con ello la correspondiente y revolucionaria mejoría de las condiciones de vida humana. Es una lástima
que el recuerdo de este gran acontecimiento en la Historia de la cultura esté amargado por el olor de leña
quemada.

84
FAHRAEUS, Robin: Historia de la Medicina. Editorial Gustavo Gili S.A., Barcelona, 1955, 724
páginas. pp. 399-402.
85
http://www.smu.org.uy/publicaciones/libros/ejemplares/ugon.pdf ;
http://www.smu.org.uy/dpmc/hmed/historia/articulos/armand-ugon.pdf
103

del QH de pulmón. 86 En el curso de las décadas siguientes, Armand


Ugón sería el autor de la técnica denominada del “parto de la
hidátide” para extraer entero el QH, con la ayuda del anestesiólogo,
sin necesidad de abrir la membrana hialina, eliminar por solución
salina hiperconcentrada los escólices vivos allí encerrados, y todas las
complicaciones de eventual siembra pleural que podría acarrear la
riesgosa maniobra anterior. En el desarrollo de dicha técnica,
contribuyó de manera especial la anestesióloga María Julia
Salsamendi.

En la década de 1940 Luis Surraco (1882-1970) 87 publicó un libro


sobre Equinococosis Renal, que tuvo amplia difusión. Surraco, como lo
diría Velarde Pérez-Fontana en ocasión de sus exequias: “Ocupó la
cátedra de muchas Universidades y Sociedades Científicas del mundo,
pero sus más frecuentadas fueron la Sociedad de Urología de París a
cuyos congresos concurrió asiduamente durante muchos años y a la
Asociación Internacional de Hidatidología. Fue uno de los más devotos
y capacitados colaboradores de la Asociación; concurrió a todos los
Congresos Internacionales, donde tuvo preponderante actuación: fue
en Azul, en 1948, estuvo presente en las Jornadas de Pelotas, en
Córdoba, Madrid, en 1954, en Roma en 1960. En Grecia y Santiago de
Chile”. 88

En 1950, bajo la organización y dirección de Héctor Ardao (1907-


1980), cirujano y patólogo, se realiza el Primer Congreso Uruguayo de
Cirugía, que continuaría ininterrumpidamente hasta la actualidad, con
sus reuniones anuales que vertebraron la actividad quirúrgica
nacional en todas sus disciplinas. En su cuarta edición, de 1953, se
dedicó uno de los Relatos Oficiales a “Equinococosis Hepática –
Tratamiento”, encomendándosele a Barsabás Ríos, jefe de cirugía del
Hospital de Tacuarembó. El correlato sobre “Q. H. del hígado abierto
en vías biliares”, correspondió a su vecino jefe de cirugía del Hospital
de Durazno, Eduardo M. Calleri.89 En cada uno de sus trabajos, los
relatores exponen una bibliografía muy completa, que en el caso de
Barsabás Ríos comprende 150 fichas nacionales, y en el caso de
Eduardo M. Calleri 56 fichas nacionales e internacionales.90

En 1957 se publicó un libro uruguayo, que tuvo amplia repercusión


internacional sobre Equinococosis Cardíaca. 91 Sus autores,

86
http://www.smu.org.uy/publicaciones/libros/historicos/tq/ ARMAND UGÓN, Víctor: El Tórax
Quirúrgico. Editorial Científica del Sindicato Médico del Uruguay, Montevideo, 1938, 420 páginas.
87
http://www.smu.org.uy/publicaciones/libros/ejemplares/surraco.pdf
88
SURRACO, Luis A. (1882-1970). Dr. Jorge Lockhart: En Médicos Uruguayos Ejemplares, Tomo I,
1988, pp. 116-119.
89
CUARTO CONGRESO URUGUAYO DE CIRUGÍA, 1953, 952 páginas. Imprenta García Morales –
Mercant, Montevideo; pp.: 149- 200 y 201-221.
90
Con la peculiaridad que Barsabás Ríos menciona trabajos de Calleri, y éste no menciona los de Ríos.
91
Circulación: Vol. XIX, april 1959; pp. 628.
104

destacados cardiólogos de la escuela que había iniciado Raúl Piaggio


Blanco y que continuaría Jorge Dighiero Urioste, habían estudiado
numerosos casos, algunos de los cuales fueron pasibles de sanción
quirúrgica en los años siguientes. 92 La revista Circulation, Journal of
the American Heart Association, publicó en 1959 una mención de este
libro. 93 En esa década y las siguientes fueron frecuentes las
intervenciones quirúrgicas para extirpar QH cardíacos, principalmente
por los cardiocirujanos Roberto Rubio, Juan Carlos Abó Costa, Aníbal
Sanjinés y sus colaboradores.

En el Instituto de Neurología se hicieron numerosas publicaciones


sobre QH del SNC operados con éxito por Román Arana, Jorge San
Julián y colaboradores.94

En el Hospital Británico de Montevideo, Rafael García Capurro y


colaboradores, llevaron a cabo en 1951, un reemplazo de fémur,
sustituido por uno cadavérico, en un caso de equinococosis ósea con
destrucción total del hueso. Dicho paciente ha sobrevivido con éxito
durante más de 40 años. “Publicado en 1952, no tuvo la repercusión
mundial que merecía. El ferroviario I. M. de 41 años, presentaba una
hidatidosis de la cabeza del fémur izquierdo. Para evitar amputarle el
miembro, como era la solución clásica, consultó con el traumatólogo
Dr. Pedro V. Pedemonte [1903-1958] 95, que había conseguido ya
sustituir pequeños huesos, (falanges y metacarpianos) quien estuvo
de acuerdo en reponer el fémur (el mayor hueso del esqueleto). El
mismo Pedemonte consiguió un fémur izquierdo de una mujer,
muerta por accidente dos horas antes, y lo llevó al Hospital Británico,
con todas las precauciones de asepsia. Los grupos sanguíneos no eran
compatibles. En esos tiempos no estaban afinadas las ideas de
histocompatibilidad y rechazo. El nuevo fémur medía 3 cm menos que
el del paciente. Decidieron intentar, y el Dr. García Capurro, con el Dr.
Pedemonte y el Dr. Michelini… ¡¡lo consiguieron!! Permaneció en
cama un mes. A los sesenta días se saca el yeso. La rodilla un poco
balante le obligó a usar bastón. Los movimientos articulares
disminuyeron algo pero no se trató de mejorarlos, prefiriendo la
anquilosis. La prestigiosa revista inglesa Bones and Joints, dirigida
por Watson Jones, del London Hospital, recoge el extraordinario
acontecimiento. En 1960 fue llevado al Congreso de Traumatología de

92
CANABAL, Eduardo Joaquín, DIGHIERO, Jorge, AGUIRRE, César V., BALDOMIR, José M.,
PURCALLAS, Joaquín, SUZACQ, Carlos V., HORJALES, José O., HAZÁN, Jacobo y ALGORTA,
Pablo S. Montevideo, Imprenta Nacional, 1957, 245 pp.
93
Circulation Journal of the American Heart Association: 1959; 19; 627-628 (Books Received). Véase:
www.circ.ahajournals.org
94
En la colección de Acta Neurológica Latinoamericana pueden encontrarse numerosos trabajos
vinculados al tema, durante la larga y rica actuación de Román Arana Iñiguez al frente de dicho Instituto
de Neurología “Dr. Américo Ricaldoni”.
95
MAÑÉ GARZÓN, Fernando y TURNES, Antonio L.: Médicos Uruguayos Ejemplares, Tomo III, pp.:
417-425: PEDEMONTE, Pedro V. (1905-1958), por Roberto Masliah: Médicos Uruguayos Ejemplares.
105

Estocolmo. En 1972 una nueva publicación del Dr. García Capurro


informa, veintiún años después, que el paciente sufrió un
traumatismo y dos fracturas del fémur injertado, pero seguía
trabajando y haciendo una vida normal.” 96, 97

El QH de hígado y de localización abdominal en general, fue abordado


por un número cada vez mayor de cirujanos en todo el país. Sin
embargo, el QH de tórax, fundamentalmente de pulmón, quedó en el
dominio de los profesores capitalinos. No obstante, Nelson Ferreira
Buadas (1920-1986) actuando en 1980 delegado ante el XXII
Congreso del Colegio Intenacional de Cirugía realizado en México,
fue relator destacado en el tema “Quiste Hidático de pulmón”
presentando disertaciones y filmaciones recibidas con gran
reconocimiento científico por los asistentes y miembros del Presidium
de dicho Congreso.98

En 1962 se publica un libro fundamental en la cirugía abdominal del


QH, Equinococosis hidática del abdomen, citado en la bibliografía
mundial posterior, aunque con las limitaciones de un libro en lengua
española, que tiene dificultades para trascender a otros públicos
científicos.99, 100

Pablo Purriel (1905-1975) 101 nacido en Pamplona, España, criado por


un tío en un puesto de estancia en el Departamento de Soriano
(Uruguay) y que sería uno de los más brillantes Maestros de Clínica y
Semiología Médica de la Facultad de Medicina de Montevideo, con el
andar de los años fundador de la revista El Tórax, Director del
Instituto de Enfermedades del Tórax, del Ministerio de Salud Pública
en la Colonia Sanatorial “Gustavo Saint Bois”, de Montevideo, y
Ministro de Salud Pública (1972-1973). El 9 de diciembre de 1965 se
promulga la Ley 13.459: “Hidatidosis: Se declara Plaga Nacional la
humana y animal y se crea una Comisión Honoraria de lucha,
determinándose su integración y cometidos”. 102

96
MAÑÉ GARZÓN, Fernando y TURNES, Antonio L.: Médicos Uruguayos Ejemplares, Tomo III,
2006, 600 páginas, Edición realizada por Sindicato Médico del Uruguay, Roemmers S.A. y Facultad de
Medicina de Montevideo. Imprenta Tradinco, Montevideo, Uruguay; pp.: 427.
97
Cuarenta años después, el paciente continuaba viviendo en forma saludable. (Comunicación personal
del Dr. Robert Masliah).
98
http://www.smu.org.uy/dpmc/hmed/historia/articulos/ferreira.pdf FERREIRA BUADAS, Ivo (1920-
1986), biografía por Carlos Arezzo Posada.
99
LARGHERO, P., VENTURINO, W., BROLI, G.: Equinococosis hidática del abdomen; Montevideo,
Uruguay, Editorial Delta, 1962.
100
PRADERI, Raúl Carlos: El Cirujano y la Relación Anátomo-Clínica: En:
http://www.smu.org.uy/dpmc/hmed/historia/praderi-cir.html
101
http://www.smu.org.uy/publicaciones/libros/ejemplares/purriel.pdf
102
Dicha ley fue promulgada con las firmas del Presidente del Consejo Nacional de Gobierno, Dr.
Washington Beltrán, el Ministro de Salud Pública, A. Francisco Rodríguez Camusso, el Ministro de
Ganadería y Agricultura, Wilson Ferreira Aldunate, el Ministro del Interior, Adolfo Tejera y el
106

En 1990 se publicó un Estudio epidemiológico de hidatidosis, con la


detección precoz por ultrasonido en áreas de alto riesgo, que abarcó a
6.027 personas en siete poblaciones del interior del Uruguay,
hallándose una prevalencia de 13.9 por mil, destacándose que en
3.593 microrradiografías realizadas concomitantemente no se
encontraron quistes pulmonares. Este estudio epidemiológico
específico fue el más importante realizado en Uruguay hasta la fecha,
y marca un rumbo para catastro de poblaciones de mayor
envergadura, que sin duda deberán continuarse.103

EL FUTURO

La campaña sistemática de prevención realizada por la Comisión


Honoraria de Zoonosis, además de la desparasitación de los cánidos,
ha realizado también la castración de animales en todo el país,
intensificando con ello su presencia no sólo en los barrios de la
capital, sino en el interior, departamento por departamento. Sus
estudios epidemiológicos han continuado, y posiblemente en breve
plazo tengamos información amplia para difundir al cuerpo médico.

La educación de la población, a través de los caminos ya transitados y


de otros que los modernos medios de comunicación hoy permiten,
será sin duda una herramienta fundamental para erradicar la
enfermedad endémica.

La incorporación de los estudiantes de Medicina y de los de


Veterinaria, así como los estudiantes de Magisterio a las campañas de
prevención, educación y promoción de salud, sería a este respecto de
gran utilidad.

El uso sistemático y permanente de los medios masivos de


comunicación, como en su tiempo fue realizado para mantener
informada a la población para la prevención de otra enfermedad social
de gran relevancia, como la Tuberculosis, llevada a cabo por la
Comisión Honoraria de Lucha contra la Tuberculosis, a través de la

Ministro de Instrucción Pública y Previsión Social Prof. Juan E. Pivel Devoto [que era paciente
privado del Prof. Purriel, a quien visitaba en su oficina del Hospital de Clínicas, aún siendo
Ministro]. Pablo Purriel fue el primer Presidente de dicha Comisión Honoraria, y fue sucedido por
otros destacados colegas. En 2005 la nueva Administración cambió su denominación por Comisión
de Zoonosis, incorporándole otras tareas, siendo su actual Presidente el Dr. Ciro Ferreira Márquez,
Director del Hospital Regional de Tacuarembó.

103
PERDOMO, Roberto; PARADA (h), Ricardo; ÁLVAREZ, Carmelo, CATTIVELLI, Daniel,
GENINAZZI, Héctor, BARRAGUÉ, Ana Delia, FERREIRA, Ciro, RIVERO FÍGOLI, Elbio, MONTI,
José y PARADA, José: Estudio Epidemiológico de Hidatidosis: Detección precoz por ultrasonido en
áreas de alto riesgo. Rev Med Uruguay 1990; 6: 34-47.
107

Cadena Nacional de Radiodifusión (cadena ANDEBU) que llegaba


hasta los más recónditos lugares de la campaña, permitió a lo largo de
17 años, incidir positivamente para la reducción de la prevalencia de
esta enfermedad, con sólo cinco minutos diarios.104

Con inteligencia, coraje y decisión, además de los recursos


económicos, humanos y materiales adecuados, se podrán alcanzar
esas metas. Sólo así podremos proclamar que hemos cumplido la
tarea, que desde hace más de un siglo se ha venido perfilando, para
alcanzar finalmente la meta de “Salud, fuerza y unión”.

104
MARTOY, José: Comunicación personal.
108

FÉLIX DÉVÉ
(1872-1951)

P. GRISEL105

Es todo el mundo médico que se ha puesto de duelo, el 1º de


septiembre de 1951, por la muerte súbita, en París, del Profesor Félix
Dévé, de Rouen. Nosotros debemos el gran honor que se nos ha hecho
de señalar aquí el fin de este médico sabio, a nuestras relaciones
amistosas y siempre ordenadas, nacidas de dos años de internado en
común, y como la naturaleza y el valor de sus trabajos sobre la
equinococosis son universalmente conocidos, se podrá comprender y
aceptar que seamos invitados a dar aquí, sobre todo, los caracteres
particulares de una vida excepcional.
Él nació en Beauvais, el 10 de noviembre de 1872. Su padre que
ejercía allí la medicina le trasmitió, en particular a sus dos hijos, ese
don de apasionarse por un tema elegido; en recuerdo de su pasaje por
la Marina, ha reseñado en dos gruesos volúmenes todo lo que se sabía
entonces del escorbuto; su hijo alcanzó a reencontrar la
equinococosis, el primero, y el segundo, Charles, ha tomado la
105
Publicado en Presse Medicale, 8 de diciembre 1951, 59. No. 78, págs.. 1647-1648. En: Archivos
Internacionales de la Hidatidosis: Vol. XII, Octubre de 1951, Fasc. I-II. Montevideo, Imprenta Nacional,
1953, pp.: 589-594.
109

defensa del secreto médico que él veía amenazado por las secuencias
administrativas de asistir un parto.

Una vez terminadas sus clases, en el liceo de Beauvais, F. Dévé vino a


París a estudiar medicina. Él siguió junto a los servicios de Hanot y de
Tapret, dos maestros que él honrará toda su vida y los que le
merecerán amistad. Después de haber sido externo de Budin y de
Merklen, es, en 1897, nombrado interno. Sus cuatro años
transcurrieron en los servicios de Félizet, en el Hospital Tenon; en lo
de Tapret, en el Saint-Antoine, en lo de Variot en el viejo Trousseau y
en el de Talamon, en el hospital Bichat.
Un día de diciembre de 1898, en el Saint-Antoine, en lo de su maestro
Tapret, va a fijar su destino. En el curso de una autopsia, la visión de
una cavidad abdominal “toda constelada de quistes hidáticos
brillantes”, y de un hígado conteniendo tres gruesos quistes donde
uno “saliendo por la cara inferior, está repleto de bilis y de vesículas
hijas apelotonadas”, él se impone la certidumbre de una diseminación
hidatídica a punto de partida del quiste y realizada sobre toda la
superficie peritoneal.
Otros, en presencia del mismo espectáculo, han tenido la misma idea,
pero esta vez el espectador está como predestinado. Es desde ahora
un anátomo-patólogo de vocación, que conoce a fondo la práctica de
las autopsias, multiplicadas desde el externado, y registra los
documentos que van a permitirle pronto dar un estudio completo del
lóbulo ácigos pulmonar. Es un maestro del dibujo que toma un croquis
de las piezas operatorias o necrópsicas, y que sabrá ilustrar sus
memorias de figuras admiradas por todos; esto le hará un
experimentador impecable.
Ha comprendido la grandeza del objeto de estudio que se le ofrece a
él; ignora, él ha dicho afortunadamente, que la demostración que
venía de hacer de la transformación de los elementos parasitarios
contenidos en los quistes, en quistes nuevos, es todavía visto como
una herejía zoológica, y toma la resolución, para él inquebrantable, de
hacer la demostración experimental que se impone. Es en mayo de
1900, en el hospital Bichat, en el laboratorio de su maestro Talamon,
que él hace, en el conejo, con la arenilla hidática, una primera
inoculación de pequeñas vesículas hijas y de escólex. El 3 de
septiembre demuestra los resultados que prueban “que los quistes
secundarios, que provenían de la siembra [o el implante] de vesículas
hijas o de escólices, pueden volverse fértiles”.
La aprobación del profesor de parasitología Blanchard es necesaria y
será requerida por la intervención amistosa de Brumpt; ella no será
acordada más que luego de una nueva serie de investigaciones, pero
será completa y seguida de un apoyo que le permitirá las
comunicaciones a la Societé de Biologie, tituladas Los ganchos
equinococócicos, el 2 de febrero, y La transformación de los escólex
en quistes equinococócicos, el 16 de marzo de 1901.
110

En efecto, él vio en toda su extensión la vía que acababa de abrir: con


entusiasmo escribe sobre la caja de sus preparaciones capitales un
Eureka, que considerará más tarde como pretenciosa, y, desde los
primeros días de agosto de 1901, podrá distribuir los ejemplares de su
tesis sobre ”La equinococosis secundaria”, aprobada bajo la
presidencia de Blanchard y cuyas conclusiones serán el programa de
trabajos científicos a los cuales él consagrará su vida de manera
religiosa.
Rechazando las fuertes chances de una bella carrera en París, se irá a
instalar en Rouen; allí hay relaciones de familia, y sabrá hallar en esa
ciudad la posibilidad de concursos próximos que le abrirán un poco
más las puertas de los hospitales y de la Escuela. Economizará así el
tiempo necesario para la prosecución de investigaciones que le
apasionan y le asegurarán, por sí mismas, una victoria excepcional.
Se establece en seguida en Rouen y obtiene desde 1902, por
concurso, el título de médico adjunto de los hospitales, y luego, en
1903, el de profesor suplente. El tiempo necesario para el
cumplimiento de sus funciones y de sus trabajos, se lo asegura
decidiendo no tener clientela particular y no poseer ni teléfono, ni
automóvil, y sin duda, a pesar de su carácter muy amable y afectuoso,
con el mismo objeto, él no contraerá matrimonio jamás.
Para su distracción irá a veces al concierto, pero sobre todo ama
hacer, de tiempo en tiempo, hacia el final de cada jornada, una
excursión caminando. El abrigo doblado sobre el antebrazo, las
manchas de su camisa un poco relevantes, el sombrero y de buen
grado el paraguas a la mano, él va, admirando el paisaje, buscando,
según la estación, el tiempo y el lugar, ciertas flores o ciertos hongos
comestibles. Sus pasos le conducen siempre al bosque de Belbeuf, o
aún a los peñascos de Saint-Adrien, donde él disfrutará siguiendo el
curso del Sena. A veces tiene la suerte de reencontrar un compañero,
de su antiguo maestro Budin, en Amfreville-la-Mi-Voie, de un antiguo
alumno feliz de transportar en su automóvil a su maestro, justo hasta
su casa, cerca de la catedral. Todos los meses, alrededor del
miércoles, día de las sesiones de la Societé de Chirurgie, está en París
para examinar un voluminoso abdomen en el servicio de uno de sus
antiguos maestros o colegas y, para su documentación, ir a la
Biblioteca.
Durante la guerra de 1914, pasa a ser médico jefe de una ambulancia
para contagiosos del III Cuerpo de Ejército, instalado en la Trappe
d´Igny, cerca de Reims. Allí todavía, tiene la maestría que conviene y
se transforma en médico consultante del Ejército. Él amó recordar los
efectos de una colaboración que modificará el régimen alimentario de
los padres pero no interrumpirá la consecución de sus trabajos sobre
la equinococosis. Es en la Trappe d´Igny, “a las Armas”, como él lo
describe, que han sido rediseñados y dibujados, con otras veinte, sus
dos buenas memorias sobre La Equinococosis ósea experimental y la
que trata de La Histogénesis del quiste hidático.
111

En 1924, es nombrado profesor de Clínica médica. Sus clases


inaugural, el 6 de diciembre, y de clausura, dictada el 21 de diciembre
de 1940, nos hacen conocer su ideal del profesor y la manera por la
cual él se esforzó de estar pendiente durante sus dieciséis años de
ejercicio.
Pero su exceso de trabajo, sobre todo de redacción nocturna,
comprometieron su salud, al inicio robusta, y había gastado horas de
estar a continuación de sus consultas hasta la declaración de guerra
en 1939; luego la ocupación alemana de Rouen, vinieron a reclamarle
al servicio hospitalario. Estando en esta situación, con una clientela de
consulta casi suprimida por el estado de guerra, y una resistencia
física muy disminuida, que vinieron por él, en 1944, el día del
bombardeo de la ciudad, la que sería su prueba mayor. Aunque él
podría creerse preservado, por el hecho que su casa habitación estaba
junto a la catedral, una bomba destruyó su apartamento en los pisos
superiores de su casa. Aunque él pudo salvarse al débil abrigo donde
se había felizmente refugiado, el se encontró, según su expresión,
“completamente desnudo”. Enmudecido por su infortunio, sus
discípulos se agruparon, lo encontraron y se arriesgaron a ofrecerle
un apartamento con sus muebles y objetos de vajilla, muy difíciles de
reunir en una villa duramente castigada por la ocupación y los
combates.
Profundamente conmovido, él aceptó la donación generosa de sus
discípulos y en el escritorio de su nuevo alojamiento escribió sus tres
libros sobre la equinococosis que son no el resumen, sino una revisión
crítica y el compendio de sus publicaciones anteriores. Su impresión
no se hará sin ayuda.
Los discípulos, por sus contribuciones y sus ventas, aseguraron la de
La Equinococosis Secundaria. El cuerpo médico del Uruguay, con la
colaboración del Ministerio de Instrucción Pública y de la Facultad de
Medicina de Montevideo, editará La Equinococosis ósea y La
Equinococosis primitiva será impresa en Rouen.
Estaría forzado a resumir, aquí, el fruto de sus cincuenta años de
trabajo y no tenía, para él, más que fragmentos de publicaciones
aisladas que estaban mecanografiadas. Entonces, con su generosidad
y su método costumbrista, tuvo in mente la equinococosis primitiva,
escrita por él mismo la lista de sus 324 comunicaciones, memorias,
artículos de tratados sobre la equinococosis. Más todavía, desde 1932,
en la serie de 15 conferencias que él hizo en Buenos Aires y fueron
publicadas por la Asociación Médica Argentina bajo el título: 32 años
de estudio de la Equinococosis, escogió lo que consideró como lo
mejor y que son: La equinococosis secundaria broncogénica del
pulmón. Rotura espontánea de un quiste de hígado. Hidátido-
peritoneo. La apertura de quistes hidáticos de hígado en las vías
biliares. La equinococosis primitiva heterotópica. Supuración gaseosa
espontánea de los quistes hidáticos del hígado. El coleperitoneo
hidático. La equinococosis metastásica del pulmón. El formolado anti-
112

tóxico de los quistes hidáticos, y para terminar: El estudio


experimental de la Equinococosis, sus lagunas actuales.
Pero el estudio de la equinococosis no había sido, para él, “un núcleo
delirante [o un capricho]”, como lo ha descrito, satisfecho en
perjuicio del número de horas “robadas” por la preparación seria de
su enseñanza. El no había hecho más que atender el consejo recibido
de su maestro Budin para no dar una clase que no haya sido
largamente preparada. Puso en primer plano su papel de profesor y lo
que él esperaba, las más íntimas satisfacciones. En el Libro de Oro
del Congreso de Argelia, uno de sus discípulos, J. Petit, profesor de
Clínica médica en Rouen, nos describió con aquella autoridad, aquella
continuidad, y le remplazó. Dévé ha dicho, en el curso de la ceremonia
del Libro de Oro en Rouen, su vivo deseo de no ver perdido el valor de
su enseñanza y, en su último libro, dio la larga lista de sus trabajos
clínicos, la mayor parte comunicados a la Societé de Médecine de
Rouen y publicadas en la Normandie Médicale. Él mismo ha indicado
sus preferencias, en razón de su interés regional por la espiroquetosis
hemorrágica, las brucelosis y el alcoholismo. Nos ajustaremos a lo que
a él le preocupaba y que sus publicaciones sobre la enfermedad
hidática son una admirable alianza de laboratorio y de clínica y
vivificadas por la creación continua y siempre feliz de términos
nuevos, pasados al lenguaje médico universal.
La marca excepcional de la vida de Dévé es la de ser a los 28 años,
todavía interno, un sabio conocido en el mundo entero, lo que le
condujo, desde 1903, poco tiempo después de su establecimiento en
Rouen, a hacer un viaje científico por Alemania, a los que seguirían
muchos otros. Conocerá así pronto la Europa entera, el Cercano
Oriente, África del norte y América del Sur. Ha tomado parte, más
que nada siempre como Relator, en numerosos Congresos de los que
citaremos los de Casablanca, Split, Oran, El Cairo. Ha sido invitado
como conferencista por la Asociación Médica Argentina, con la que se
encontró en Buenos Aires luego de visitar Panamá, Perú y Bolivia,
para regresar por Uruguay y Brasil, en 1932.
¡Cuánto tiempo haría falta todavía para poner al día una bibliografía
completa y la correspondencia mantenida con todo autor de un
trabajo interesante! Ese es el punto de partida de relaciones que
retomarán el encuentro en el próximo Congreso, seguido luego de una
visita a Rouen, donde el peregrino recordará un toque de la
amabilidad y de la simplicidad de su huésped, maravillado de las
bellezas de la ciudad y de sus alrededores y convencido de la
excelencia de sus carnes especiales.
Miembro de nuestra Academia de Medicina desde 1927, miembro
correspondiente de las Academias de Roma, de Lima, de Buenos Aires,
profesor ad honorem de la Facultad de Medicina de Montevideo, entre
tantas pruebas de la grandeza de su renombre universal y de su papel
de embajador de la Ciencia francesa.
Su prestigio, pero aún más, su fatiga se superan para atender su
mayor marca en el año 1951 que viene a ser, a la vez, el de los
113

mayores honores y el de su fin. Relator de tantos Congresos, mereció


tener la presidencia de uno de ellos y éste fue el 1er. Congreso
Internacional de Hidatidología, que le fue ofrecido. Pero él sabía que
no estaba más en estado de soportar las fatigas de un cargo así y de
un viaje, y muy a pesar suyo, no pudo aceptar. Es el que tuvo lugar en
Argelia en mayo último, que estuvo bajo la presidencia del Profesor
Costantini, que vino a ser así su sucesor, en su gran y útil Congreso.
Su programa comprendía la remisión de un Libro de Oro al Maestro de
la Hidatidología y los representantes de Uruguay vinieron a Rouen a
entregarle en el curso de una ceremonia en la Municipalidad de la
Ciudad, presidida por el Alcalde, Monsieur Jacques Chastellain, donde
se unieron al homenaje del mundo médico, el orgullo de la ciudad de
Rouen y el afecto del Cuerpo médico rouenés, maestros y discípulos.
106

Pero en las enfermedades que él sentía era donde él medía la


amenaza que lo llevaría a enfrentar bruscamente su gravedad. El 1º
de septiembre, viniendo de Rouen, él llegaba a París, a lo de su amigo
para un reposo en familia de algunas semanas, donde sucumbió
bruscamente.
Respetuosos de su modestia sincera, de su sentido de los valores y de
la mesura, del temor de los elogios y mismo de los discursos que él
había rechazado para su última lección del Profesorado y por sus
obsequios, nosotros tenemos que guardarnos de todos los excesos el
título honorífico que le habíamos dado ya en su despedida de un
último adiós. Es de países lejanos de nuestro Universo, que nosotros
aprendemos a definir puesto que él es visto en todas las naciones que
combatió, como uno de los “Maestros de la Medicina Universal”.
El reconocimiento nos compromete a dar aquí una prueba de esos
sentimientos de admiración para el gran profesor de Rouen,
aprobados no sólo por una persona, sino expresados por un país
entero. El Embajador de Uruguay, el doctor Abelardo Sáenz, ha
acompañado al Profesor Velarde Pérez Fontana, y al Doctor Adolfo
Baldomir de Montevideo, representantes del Uruguay, para la entrega
del Libro de Oro del Congreso de Argel en el curso de una ceremonia
en Rouen, y él asistió a la iglesia de Passy a la ceremonia religiosa de
los Obsequios, ante la partida para el cementerio de Brienon, en
Bourgogne.

106
Ver La Presse Medicale, 1951, No. 54, 1124.
114

FÉLIX DÉVÉ,
VISTO POR SUS CONTEMPORÁNEOS 107

HENRI MONDOR, de la Academia Francesa 108

Hace cuarenta años que yo admiro a Félix Dévé. La claridad de sus


trabajos inaugurales, el entusiasmo que los inspira, la probidad
perfecta con que cuida su lenguaje, todo me seduce.
Tres o cuatro encuentros con el hombre, hacia esta época, me lo han
mostrado tal como la obra naciente me lo había hecho esperar; mi
primer sentimiento se halló desbordado doblemente de simpatía. Pero
yo no conocía todavía la constancia, el ascetismo, los cuidados de
terminación que iba a hacernos ver, durante medio siglo, al servicio
de la ciencia, el eminente profesor de Rouen.
En un tiempo en el que se sufre de ver, demasiado seguido y un poco
para todo, escritos médicos y quirúrgicos faltar a esa clase de rigor
científico y de escrúpulos que ellos muestran al ser publicitados antes
que publicados; elogio más de su amor verdadero, que la unidad y la
plenitud de la obra de Félix Dévé son revelaciones ejemplares. Jamás
él se ha creído suficientemente informado del asunto elegido y no ha
cesado de perfeccionar este conocimiento ante la propuesta de los
demás. El control implacable de sus investigaciones, su atención dada
a los otros, la perspicacia de su análisis, la cortesía de la crítica, la
modestia de sus proposiciones, la expansión de los problemas son
zanjados elegantemente, en el año, comparado con muchas
memorias apresuradas donde se encuentra la seguridad, la jactancia,
la cháchara, pero donde se busca en vano la menor pepita de oro de
una demostración.
Él es bueno por haber dedicado toda su vida a una cuestión de
patología y de terapéutica, cada una compleja y meritoria, si no se ve

107
Tomado del Libro de Oro en Homenaje al Profesor Félix Dévé, en Archivos
Internacionales de la Hidatidosis, Vol. XI, Octubre 1950, Fasc. I-II. Montevideo, Imprenta Nacional,
1950; 494 páginas; pp.: 23.
108
Henri Mondor (nacido el 20 de mayo de 1885 en Saint-Cernin, Cantal, fallecido el 6 de abril de 1962,
fue un médico y cirujano francés, y un historiador de la Literatura francesa y de la Medicina. Él fue un
profesor de clínica Quirúrgica en París y fue un miembro de la Academia Nacional de Medicina en 1945,
de la Academia Francesa en 1946, y de la Academia de Ciencias en 1961. Es bien conocido por sus
estudios sobre el cáncer rectal y diagnóstico de cirugía de urgencia. La Enfermedad de Mondor
(tromboflebitis de las venas superficiales de la mama y pared anterior del tórax) es designada en su
homenaje. En: http://en.wikipedia.org/wiki/Henri_Mondor (consultada el 25.10.2009).
115

allí lo que aparenta ser demasiado perentorio o demasiado versátil,


sino producto de largas confrontaciones y meditaciones.
Es destacable que él haya sido, sobre un amplio tema de la biología,
no solamente el mejor observador de su tiempo, sino, no lo dudamos,
el mejor preparador del porvenir.

DANIEL J. CRANWELL 109, 110

Una tarde otoñal del año 1904 me hallaba en el hall del Hotel
Regina de París, entretenido en recorrer diarios y revistas mientras
llegaba la hora de concurrir a la Academia de Medicina o la Sociedad
de Cirugía.
De pronto, el portero me anuncia la visita de un colega.
Me levanto y encuentro un señor de regular estatura, frente
amplia y prominente, barba completa. Su porte era un tanto severo,
pero distinguido; la claridad y penetración de su mirada, así como la
ligera sonrisa de sus labios me indicaron, bien a las claras, que se
trataba de un colega exquisitamente amable y de gran capacidad.
Se presentó: “Soy el Doctor Dévé, de Rouen; he leído con mucho
interés su libro sobre quistes hidáticos, publicado en colaboración con
Herrera Vegas”.
Ciudadano yo de un país en que la enfermedad se presentaba
con extraordinaria frecuencia, le era agradable cambiar ideas al
respecto, especialmente sobre la equinococosis secundaria, tema de
su tesis del doctorado.
No recuerdo bien si en ese momento o algo más tarde, recorrí la
interesante tesis, observando desde luego la originalidad de la
denominación: “Equinococosis secundaria”, y el valor del trabajo por
tratarse del primer estudio de conjunto sobre tan apasionada materia,
y donde se hace resaltar la importancia de esa curiosa forma de
reproducción del parásito, en la patología humana.
Al mismo tiempo examiné las figuras que ilustraban la tesis,
dibujadas con precisión y elegancia por el mismo autor; me detuve en
una, que representaba el corte de una vesícula experimental, en cuyo
polo se habían acumulado los ganchos, testimonio (signature, dice
Dévé) del escólex original.

109
Daniel J. Cranwell: (1870-1953) Cranwell se perfeccionó una vez recibido, en las clínicas de París,
Estrasburgo y Viena. De allí trajo las autoclaves que por primera vez se introducían en el país y fue
discípulo de personalidades quirúrgicas como Terrier, introductor del método aséptico en la cirugía y
quien la presentó a la Academia de Medicina de París. Cranwell fue profesor de la Facultad de Medicina
de Buenos Aires y fundador de la Sociedad de Cirugía junto con el Dr. José M. Jorge. En:
http://www.taringa.net/posts/info/835565/Grandes-Medicos-Argentinos---.html (Consultada el
25.10.2009).
110
Tomado del Libro de Oro en Homenaje al Profesor Félix Dévé, en Archivos
Internacionales de la Hidatidosis, Vol. XI, Octubre 1950, Fasc. I-II. Montevideo, Imprenta Nacional,
1950; 494 páginas; pp.: 25-30.
116

Así quedaba demostrada la formación de quistes, a expensas de


los escólex.
Naturalmente, Dévé me elogió el libro sobre quistes hidáticos
publicado con Herrera Vegas 111, observándome sin embargo, no
haber dado en esa obra la importancia que a su juicio, merecía la
“equinococosis secundaria”.
Le hice notar, si mis recuerdos son fieles, que en nuestra obra
nos habíamos ocupado de la distribución geográfica, la estadística, la
parte clínica y sobre todo la cuestión que nos apasionaba en aquel
entonces, el tratamiento.
Eso no obstante en el capítulo de los Quistes hidáticos múltiples
del abdomen referimos las experiencias de Lebedew y Andreew y
especialmente las de Alexinski.
No tuvimos oportunidad en aquel tiempo de conocer la tesis de
Dévé, porque es algo posterior a nuestro libro; de haberla conocido, la
“equinococosis secundaria” habría sido uno de los principales
capítulos.
El tratamiento, como lo hemos visto después de los trabajos
mencionados, debe estar supeditado al peligro de la reproducción por
los escólex, es decir a la recidiva post operatoria.
En todo caso a la evolución de este parásito en forma alternante
y en dos huéspedes distintos, se agrega la reproducción indefinida en
el mismo huésped, lo que constituye una de las curiosidades más
sorprendentes de la parasitología, que forzosamente tiene que
interesar a los investigadores.
Desde el primer momento comprendí que mi colega se
encontraba apasionado por la curiosa evolución del parásito y que
seguramente trabajaría sin descanso para dilucidar los importantes
problemas que se presentaban sobre biología experimental y
patología humana.
Su palabra precisa y elegante, así como el profundo
conocimiento de la enfermedad hidática me cautivaron, y la entrevista
se prolongó durante una buena hora, iniciándose entre ambos
profunda simpatía y amable compañerismo que ha durado hasta el
presente.

111
Marcelino Herrera Vegas: (1870-1958) Un cirujano bibliófilo. El Doctor Marcelino Herrera Vegas
nació en Caracas el 3 de Octubre de 1870 y vino a Buenos Aires con su hermano Rafael. Realizó sus
estudios secundarios en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Terminados sus estudios secundarios
ingresó en la Escuela de Medicina y luego en el Hospital de Clínicas en 1889, hospital que su padre había
planeado, como el Rivadavia y el de Niños. Perteneció a la generación médica de '92 como uno de los
representantes más brillantes de la generación. La tesis de Herrera Vegas versó sobre "Quistes
hidatídicos". Durante todos sus estudios experimenta el placer intelectual del conocimiento médico y
confirma el pensamiento de Trousseau: "El estudio de las letras, de la música, no da goces más vivos que
aquellos de la medicina y debe renunciar a nuestra profesión aquel que no encuentre desde el principio
una atracción casi irresistible". En Europa asiste a las clínicas de París, Berlín y Viena. De regreso al país
trabaja en los servicios de cirugía de los Hospitales Rawson y Español. En:
http://www.taringa.net/posts/info/835565/Grandes-Medicos-Argentinos---.html (Consultada el
25.10.2009).
117

Desde aquel momento, los numerosos e importantes trabajos de


Dévé cruzaron el Atlántico para llegar a mis manos, y tuve el agrado
de enviarle los míos, algunos de los cuales publicados en Francia, se
encargó con la mayor amabilidad de corregir las pruebas.
Recuerdo, que en uno de ellos, sobre los quistes hidáticos
retrovesicales en el hombre, tuve oportunidad de citar ampliamente
los estudios de Dévé, en completo acuerdo con sus trabajos
experimentales.
En los años 1909 y 1912 volví a París y me fue muy grato
estrechar más la amistad con el ilustre colega.
Él venía de vez en cuando a visitarme en el Hotel Regina donde
yo me alojaba, y yo concurría con mi familia a Rouen; allí Dévé me
dispensaba una generosa y amable hospitalidad.
Su casa situada en el No. 47 de la rue des Carmes, era un tanto
antigua, pero con amplias comodidades y salones para recepción,
biblioteca y escritorio.
En esa casa disfrutábamos de un exquisito lunch en el cual no
faltaba el salmón, pescado en las cercanías y el pato preparado a la
moda de Rouen.
Recuerdo que una vez hizo preparar esos manjares con un viejo
cocinero que había estado al servicio de Eduardo VII, Rey de
Inglaterra.
Después del lunch, salíamos a recorrer la ciudad para visitar sus
principales monumentos, y conocer más tarde sus interesantes
alrededores.
Rouen, antigua Capital de Normandía es la ciudad monumental
y de los grandes recuerdos. Allí vieron la luz el gran Corneille y el
célebre estilista Gustavo Flaubert.
En una de las plazas de la célebre ciudad tuvo lugar el suplicio
de la heroína Juana de Arco.
La vista de Rouen desde las colinas circundantes que la
defienden de los malos vientos, es realmente hermosa y la ciudad
desciende en meseta, mejor dicho en anfiteatro, hasta las aguas
turbias y tranquilas del río Sena.
En el centro de la bella ciudad se destaca la magnífica Catedral
gótica cuya fina y sorprendente aguja parece que fuera a perforar el
cielo.
Dévé que conoce a fondo la topografía de Rouen, ciudad de su
residencia, nos muestra desde las alturas vecinas, las principales
iglesias y monumentos para recorrerlos después, recordando su
origen, y haciendo resaltar sus bellezas con una claridad y sencillez
que demostraban singular erudición, así como fino espíritu admirador
del arte y de los grandes recuerdos.
En esa forma visitamos la Catedral, precioso monumento gótico;
St. Ouen famosa iglesia donde se pueden admirar artísticas rejas y
vidrieras; St. Madou, también con importantes obras de arte y lindas
vidrieras; el Palacio de Justicia con su magnífico salón de pasos
perdidos.
118

Conocimos también el Hospital, donde pasara los mejores años


de su vida, e hiciera propiamente su brillante carrera desde suplente
hasta médico de sala y profesor de clínica.
En el Hospital visitamos con singular interés el local que
ocupaba el Doctor Aquiles Flaubert, cirujano famoso y antiguo Jefe del
establecimiento. En esa habitación adornada con los muebles de la
época, entiendo que nació el célebre literato Gustavo Flaubert autor
de Madame Bovary y de Salambó.
Nos mostró también Dévé en las orillas del Sena una casilla
redonda, de madera, pequeño pabellón donde Flaubert se encerraba
para leer sus originales en voz alta y escuchar la melodía de su
delicada prosa. Él se creía aislado para perfeccionar siempre su estilo,
pero los pescadores escucharon con curiosidad la voz del insigne
estilista y bautizaron el pequeño pabellón con el nombre de “Le
gueuloir”.
Otros días recorrimos en horas de la tarde las colinas, bosques y
praderas de la linda Normandía y tuvimos oportunidad de presenciar
interesantes cacerías de ciervos; la partida estaba compuesta por
caballeros y damas, que ostentando lujosos uniformes, y conduciendo
briosos corceles corrían en pos de la codiciada presa, siguiendo la
enfurecida jauría.
Pocos años más tarde, en 1914, estalla la Primera Guerra
Mundial; sobre el hermoso suelo de Francia se extiende un mar de
sangre y de fuego, y una batalla sin ocaso destruye campiñas y
ciudades.
Dévé, buen francés, patriota por excelencia, es enviado al frente
de batalla donde cuida especialmente enfermos en la ambulancia
11/3 situada cerca de Reims.
Allí, no obstante trabajar día y noche cuidando los pobres
pacientes y lisiados de la guerra, encuentra tiempo para sus trabajos
favoritos, para estudiar la cuestión que le apasiona y le domina, y
realiza de 1915 a 1918 no menos de veintitrés trabajos sobre
hidatidosis.
En ese tiempo de la terrible guerra mantuve con el ilustre colega
una correspondencia frecuente y recibí con puntualidad sus trabajos;
su dirección era convencional, tan solo un número, porque no podía
revelar el sitio en que se encontraba.
Yo le enviaba de cuando en cuando alguna modesta
contribución para endulzar los sufrimientos de enfermos y heridos.
Dévé, no obstante los trágicos momentos que debía pasar en el
frente de batalla me escribía preciosas cartas, llenas de gracia y buen
gusto en las cuales demostraba su profundo agradecimiento por el
interés que yo tenía por sus enfermos, y me hacía saber que reunía a
los convalecientes, les leía en alta voz mis cartas, y al mismo tiempo
les obsequiaba en mi nombre con chocolates y cigarrillos. Lamenté
mucho no haber podido ver esas escenas porque debieron ser
emocionantes.
119

Después de la Gran Guerra tuve oportunidad de visitarlo en


Rouen durante los años 1925 y 1929. Recorrimos otra vez la ciudad
monumental y sus graciosos alrededores disfrutando de su amable
hospitalidad, esta vez en el No. 14 de la rue des Carmes.
Regresábamos siempre con algunos paquetes de las famosas
“Sucreries de Rouen” con las que Dévé se complacía en obsequiarnos
por ser una especialidad de la ciudad normanda.
En 1932 vino a Buenos Aires invitado por la Asociación Médica
Argentina y dio interesantes conferencias tanto en Buenos Aires como
en Montevideo sobre el tema de su predilección.
Traté de corresponder en Buenos Aires a la amable y generosa
hospitalidad con que tantas veces me había recibido en Rouen.
Tuve la suerte de encontrar un paciente con quiste hidático del
pulmón, que operé en su presencia, usando anestesia local y con
excelente resultado.
Como él me mostrara los alrededores de Rouen yo quise
también que conociera algunos de Buenos Aires, y le hice recorrer en
mi yate “Tesarai” los más hermosos ríos y riachos del delta del
Paraná.
Otro día le llevé al campo para que conociera la pampa
argentina y le alojé en mi estancia de Pergamino, donde pudo gustar
de algunos platos nacionales como el asado al asador y la carne con
cuero.
Durante la Segunda Guerra Mundial las comunicaciones con
Francia fueron muy difíciles, casi imposibles y perdí todo contacto con
el ilustre colega.
A la terminación de la terrible guerra pedí noticias a la
Academia de Medicina y de esa manera supe que se encontraba bien y
siempre en Rouen.
Le escribí y entonces me hizo saber la desastrosa situación en
que se hallaba.
Nuestra pobre capital normanda, me decía, ha sido
terriblemente asolada por repetidos bombardeos y mientras yo me
creía, inocentemente, libre al abrigo de la catedral he sido tan dañado
como ella. Y agregaba: El No. 14 de la rue des Carmes no existe más,
ha sido destruido por una bomba… en esta catástrofe he perdido
todo!
Pero a renglón seguido como gran francés y buen normando,
olvida penas, pesares y desastres para acordarse afectuosamente de
mi familia, del paseo por el delta del Paraná, la excursión a la
estancia, y aplaude con entusiasmo mi actuación en la “Primera
Conferencia de la Hidatidosis”, “Bravo, bravísimo, dice, ¡Perge igitur!”
112

Y como si esto no fuera bastante me anuncia la aparición de tres


importantes obras, que resumen a mi modo de ver, su intensa e

112
Cita bíblica en latín: Éxodo: 4:12. Dijo Yavé a Moisés: Perge igitur, et ego ero in ore tuo, doceboque
te quid loquaris. [“Ve, pues: yo estaré en tu boca y te enseñaré lo que has de decir”.]
120

incomparable labor durante cincuenta años: “La equinococosis


secundaria”, “La equinococosis ósea” y por último “La equinococosis
primitiva”. Las tres importantes obras se encuentran en mi poder, con
elogiosas dedicatorias, especialmente la segunda, que me han hecho
ruborizar y me han llenado de justificado orgullo.
Pero ahora sí, yo os puedo decir ilustre colega y querido amigo:
Bravo, bravísimo, ¡Perge igitur!

Félix Dévé nació en el año 1872 en Beauvais, pequeña ciudad


mártir, donde su padre ejerció la medicina; allí se fabrican hermosas
telas y tapicerías y existe una linda catedral; es patria también de la
heroína Jeanne Hachette, que con su hacheta rechazó al invasor.
Estudió medicina en París, conquistó el internado y se recibió en
1901 con la memorable tesis sobre “Equinococosis secundaria”.
Desde entonces y durante cincuenta años aproximadamente ha
trabajado con verdadera pasión sobre la biología, la anatomía
patológica, la clínica y el tratamiento de la equinococosis.
Sus publicaciones alcanzan a la asombrosa cifra de 325 siendo
la última “La equinococosis primitiva” aparecida en 1949. Me escribe
en la dedicatoria que es “la última consagrada a nuestro sujeto
común”.
No lo creo, su espíritu incomparable que no han podido abatir
las calamidades de las dos más terribles guerras que conoce la
historia, seguramente permanece en actividad y yo espero que pronto
conoceremos alguna otra producción de su profundo ingenio.
Dévé además de sabio hidatólogo es un hombre de mundo como
fue Trousseaux, un erudito como fue Jaccoud, un espíritu bondadoso
como fue el cirujano Tillaux.
Como su compatriota Jeanne Hachette, con su tesis a manera de
hacheta (hachette) ha contribuido a destruir ideas clásicas de
patología hidática, y a formar “la base de la hidatología moderna”.
Pero el ilustre colega que ha recorrido con brillo las etapas de su
hermosa carrera, y recibido grandes distinciones y hoy es profesor
honorario y miembro de la Academia de Medicina, lo considero
demasiado conocido para que yo me detenga más en el estudio de su
personalidad; sólo he querido tener el honor y el placer de presentar
tal cual como yo lo conozco a un gran investigador de Francia.

HENRI COSTANTINI
121

En este Libro de Oro, cuyo mérito retorna enteramente a


nuestros americanos admiradores generosos del más auténtico de
nuestros sabios, escribir sobre lo que se piensa puede ser tachado de
113 114
peligroso. ,
113
Henry Costantini (1884-1951): Presidente del Primer Congreso Mundial del Quiste Hidático,
celebrado en Argel del 21 al 24 de mayo de 1951. El más eminente cirujano africano, uno de los más
renombrados cirujanos franceses, al decir de R. Bourgeon. Nacido sobre la tierra argelina, alumno de
Liceo en Argel, emprendió allí sus estudios de Medicina y sus primeros concursos universitarios, pero se
perfeccionaría en París. Interno de los hospitales de París en 1913, debió conocer las horas dolorosas de
combatir y la alegría profunda de servir a su país, con todas sus fuerzas y más allá de los límites de las
fuerzas humanas. Herido, continuó cuidando y operando, siempre en el frente, siempre fiel a su primer
Cuerpo del Ejército colonial en el que él estaba revistando. Obtuvo cinco condecoraciones: la Cruz de la
guerra, la Cruz del Caballero de la Legión de Honor, consagrando su admirable patriotismo. El fruto de su
experiencia de guerra, lo expuso como su tesis y en múltiples trabajos de la cirugía de los grandes vasos
del cuello, las heridas de abdomen y las heridas de los miembros. Discípulo de Edouard Quenu y de
Rochad, su personalidad se afirmó día a día; también fue Profesor Agregado en 1920, fue designado,
desde 1925, por sus pares, para suceder a su Maestro Eugene Vincent. Vuelto a la vida civil pudo dar a la
nueva tierra africana su plena medida. Jefe de Escuela, él se ajustó a crear en el Hospital Mustapha, un
centro quirúrgico digno de este nombre y permaneció largo tiempo como un modelo. Innovador ardiente,
agrupó alrededor de la Clínica Quirúrgica como un núcleo de cirugía general, todas las disciplinas un
poco especializadas de su tiempo: Urología, Traumatología, y abrió el primer centro anticanceroso de
África del Norte. Apasionado por la Cirugía de Tórax, publicó trabajos que hicieron época concernientes
a las supuraciones bronco-pulmonares (1932), los quistes hidáticos del pulmón (1935), la cirugía del
diafragma (1935). Habiendo pasado la antorcha a su discípulo Etienne Curtillet, su actividad se dirigió en
forma predominante hacia la patología digestiva. La noción de terreno en los ulcerosos le pareció muy
importante. Las enfermedades particulares del país le dieron ocasión de tomar posición en el problema de
122

El reconocimiento por la guía segura y precisa de nuestros


gestos quirúrgicos, la admiración de la unidad de una obra científica
incansablemente seguida durante medio siglo, la amistad, en fin, o el
afecto importa al respecto, para presentar por una pluma que se
quisiera experta.
Decirlo todo, es arriesgar el roce de una sensibilidad muy viva,
que se ha visto aflorar, y es atentar contra una modestia formalmente
deseosa de no ser trajinada.
Enumerar secamente los títulos, los honores, los trabajos, es
faltar a la verdad. Monsieur Dévé me perdonará decir esto que yo sé.
1900. Es la época feliz, un tanto ridícula, pero sí brillante y
alegre que nuestros cantantes de hoy no dejan de alcanzarnos para
rehuir sin detener el pensamiento, más que en la evocación.
Marcel Proust escribe con un estilo no entendido y encantador.
El joven interno Félix Dévé prepara su tesis. Desde allí él ha
tomado el camino de la Sociedad de Biología a la que va a concurrir
asiduamente.
El tema que él ha elegido está lleno de incógnitas y hechos
desconocidos. Ciertamente se sabe por Davaine que el quiste hidático
es derivado de una tenia, pero no se tiene explicado el devenir de los
escólex y eso es el objeto de sus primeras notas.
Ya él ha visto que los implantes equinococócicos tienen una
sede sub peritoneal.
Su tesis inaugural llevará el título:
“LA EQUINOCOCOSIS SECUNDARIA”.

El tiempo ha confirmado todo lo que allí él adelantó.


El rigor científico más escrupuloso ha dictado este ensayo.
Cuarenta y cinco años más tarde el autor escribirá todavía en las
horas sombrías de la última guerra, y bajo el mismo título, un libro

las esplenomegalias mediterráneas, en el tratamiento de los abscesos amebianos del hígado, en los quistes
hidáticos abiertos en vías biliares. La equinococosis es un amplio terreno donde en cada localización su
nombre se encuentra presente: equinococosis ósea, quistes hidáticos del bazo, quistes hidáticos del
hígado. Fundador y animador de la “Sociedad de Cirugía de Argel”, le dio su expresión en La Argelia
Quirúrgica, luego en El África Francesa Quirúrgica, de la que él fue el alma agitante. Espíritu cultivado
y pleno de experiencia, guardó para las novedades una curiosidad siempre al acecho. Ávido de aprender,
participó activamente en los Congresos Nacionales e Internacionales de Cirugía, se desplazó
voluntariamente al extranjero donde él se sentía tan bien como en su país. Cuando él murió, venía de
organizar en Argel, con mucho éxito, un congreso Mundial reunido en homenaje al eminente hidatólogo
Dévé. Él se preparaba ya para presidir uno de los próximos congresos de La Asociación Francesa de
Cirugía. Admitido desde 1935 al seno de la Academia de Medicina, la Academia de Cirugía lo integró, en
1950, eligiéndolo miembro no residente. Estos honores no eran para Henri Costantini un fin; fueron un
estímulo en la inmensa tarea que se imponía cada día: llevar adelante una enseñanza paciente y metódica
a los jóvenes estudiantes, dirigir, formar y seguir a sus discípulos promoviendo sus investigaciones y
trabajos, pensar largamente sobre la destreza humana para aliviar y curar. Este hombre, a la vez alto, de
estructura vigorosa, con cualidades eminentemente viriles, poseía al mismo tiempo una sensibilidad
afinada, una cortesía innegable que rendían y cautivaban pleno de encanto. Cirujano destacado, servidor
devoto de su país, hombre perfectamente honesto, tal la imagen de su vida.
114
Tomado del Libro de Oro en Homenaje al Profesor Félix Dévé, en Archivos
Internacionales de la Hidatidosis, Vol. XI, Octubre 1950, Fasc. I-II. Montevideo, Imprenta Nacional,
1950; 494 páginas; pp.: 31-34.
123

magnífico, breviario de los biólogos y cirujanos que desean


comprender la enfermedad hidática.
Un ensayo tal, un éxito tal, puede llevar lejos a un ambicioso de
honores y de prebendas.
Pero la ambición de Monsieur Dévé no es de esta clase. Él ha
encontrado un objeto de trabajo donde todo está por explicar.
Entiende que no lo puede abandonar y, para ello consagra su vida; él
se encamina hacia Rouen donde, en el viejo Hôtel Dieu, el mismo
donde durmió Flaubert, él hallará la paz indispensable para una gran
obra de ciencia. Nicolle lo había precedido, a él, el futuro gran
africano, acogido más tarde y aureolado de gloria en este templo de la
ciencia marcado del sello real que es el Collége de France.
El mismo espíritu de rigor científico animaba a Nicolle y a
Monsieur Dévé. Es esta cualidad y la pujanza de su imaginación que
permitirán al uno y al otro sus descubrimientos.
Por el descubrimiento de la trasmisión del tifus, Nicolle recibirá
el Premio Nobel. 115
Sin ninguna duda que si el Premio Nobel fuera discernido por
una Universidad de América Latina, donde se conoce
desafortunadamente el flagelo social hidático, el afortunado
beneficiario habría sido Monsieur Dévé.
Es en Rouen que Monsieur Dévé pasará su vida, en esta joya de
ciudad, donde, a la sombra de las catedrales, sopla el espíritu de
Francia, donde se habla de Corneille, o cada año las flores son
lanzadas en río no lejano de aquel donde se alzaron las llamas que
quemaron a Juana de Arco.
Tal es el medio que había elegido Monsieur Dévé. En seguida él
pone manos a la obra. Es naturalmente a la Sociedad de Biología que
él acude con los principales artículos y notas suyos, los que se
sucederán hasta ahora. A su lado, los cirujanos publicarán con alegría
en sus revistas especializadas las memorias enviadas por este médico
amigo que era para ellos una guía segura y desinteresada de la que
ellos no podían prescindir.
Es que Monsieur Dévé veía todo. Médico completo, él visualizó
todas las consecuencias prácticas de sus descubrimientos de los
cuales los enfermos serían beneficiados.

115
Charles Jules Henri Nicolle (Rouen, 21 de septiembre de 1866 - Túnez, 28 de febrero de 1936) fue
un médico francés, especialista en microbiología. Trabajó primero en el hospital de Ruán en dónde
participó en la elaboración de un suero contra la difteria. En 1903, asumió la dirección del Instituto
Pasteur en Túnez, y allí trabajó en diversas enfermedades infecciosas, como el tifus y la malaria y
estudiando el papel que desempeñan algunos animales en su propagación. Así, en 1909 descubre que el
piojo es el principal transmisor del tifus. Con esta constatación, se llega a la consecuencia de que la
eliminación de los piojos será necesaria para evitar la transmisión de la enfermedad y para salvar vidas.
Recibió el Premio Nobel de Medicina en 1928. En:

http://es.wikipedia.org/wiki/Premio_Nobel_de_Medicina (Consultada: 25.10.2009).


124

Decir que los escólex van, por implante, a dar otros quistes
estaba bien. Pero permitir a los cirujanos destruir la arenilla hidática
para evitar la equinococosis secundaria estaba mejor, y esto es el
descubrimiento de la formolización de los quistes hidáticos.
Esta formolización preconizada por él hace 47 años, es la base
del tratamiento quirúrgico actual de los quistes hidáticos.
Las innumerables sustancias propuestas se han mostrado
siempre inferiores al formol elegido de entrada por Monsieur Dévé.
Describir las fases y las complicaciones de la hidatidosis, está
bien. Será mejor descubrir cualquier procedimiento parasiticida que
destruya el quiste y permita su reabsorción sin la intervención de la
cirugía.
Monsieur Dévé es obsesionado por esta idea. Lamentablemente
ninguna de las sustancias medicamentosas ensayadas se mostró
eficaz. Los rayos X en sí mismos, para algunos, alentaron que
pudieran ser eficaces para detener la evolución de los escólex.
Entonces Monsieur Dévé se resignó a transformarse en la guía
del cirujano. Y lo hizo con alegría. Los operadores del mundo entero
que conocieron sus trabajos le pidieron consejo. Con un escrúpulo de
conciencia admirable, tomó conocimiento de todas las memorias que
trataban del quiste hidático aparecidos en el mundo.
Él discute en seguida con el autor, o encuentra motivo para un
trabajo de devolución crítica.
Él mismo examina con cuidado la estructura histológica de las
piezas operatorias o las preparaciones microscópicas que recoge o
que le han enviado de todas partes.
Continúa experimentando; crea en el laboratorio los quistes
viscerales, los quistes óseos. Ésta es la puesta en evidencia de la
proliferación quística por la vía exógena.
Es el estudio de la evolución de los escólex lanzados al torrente
circulatorio, y la equinococosis miliar de los pulmones que se produce
a continuación de la rotura de un quiste cardíaco.
Hace todavía citar el coleperitoneo hidático, la apertura del
quiste en las vías biliares, la equinococosis secundaria broncógena del
pulmón, la equinococosis secundaria de la pleura, los quistes gaseosos
hidáticos del hígado, y todavía las relaciones entre la tuberculosis o el
cáncer con la enfermedad hidática.
En 45 años, más de trescientas memorias son consagradas a la
hidatidosis. Algunas son obras maestras de documentación y espíritu
crítico. Ellas han demandado al autor un trabajo de monje
benedictino.
La guerra, la Primera Guerra Mundial, no detiene su actividad.
En el frente, cerca de Reims, a cargo de la ambulancia 11/3, él envía
desde 1916, y hasta 1918, más de veinte notas y artículos, trabajos
que serán recogidos por la Sociedad de Biología.
Uno queda confundido de admiración, y piensa en los artistas
que, munidos de sus cuadernos de dibujo, de su memoria y de su
125

genio creador, transforman en pintura en su atelier las grandes obras


de luz.
No hay una parte del cuerpo, donde podría asentar un quiste
que haya sido olvidado en la obra de Monsieur Dévé y, naturalmente,
el autor no omite subrayar, junto a las localizaciones, para entrever
los problemas de carácter general revelados por la equinococosis.
Esta es la anafilaxia, es el shock hidático, es la calcificación.
Pero es también el problema anatómico, el dispositivo estructural que
permitirá o no la quistectomía.
Esta obra considerable, movida con el desinterés del sabio,
podrá quedar dispersa.
Llegado el retiro, Monsieur Déve con un ardor nuevo se pone a
trabajar para darnos golpe a golpe, tres libros formidables que hacen
al tema, resumiendo lo principal de una obra científica escalonada a lo
largo de medio siglo, y consagrado a un mismo objeto:

“LA EQUINOCOCOSIS SECUNDARIA”.


“LA EQUINICOCOSIS ÓSEA”.
“LA EQUINOCOCOSIS PRIMITIVA”.

¡Qué triunfo! ¡Qué ejemplo!

A sus amigos de Francia, que lo han colmado de honores, a sus


colegas de la Academia de Medicina, que le han acogido como
miembro no residente, se reúnen para festejarlo, todos nuestros
colegas de la América Latina. En 1932 él parte a dar conferencias en
esta América Latina que él no conoce y de la que ha estudiado
pacientemente el flagelo social que está en la base del quiste hidático.
Allí encuentra admiradores y amigos. Muchos venían a Europa y
eran peregrinos, detenidos en Rouen para conocer al sabio que, por
sus trabajos, por sus descubrimientos, había guiado sus grandes
intervenciones.
Éste fue un viaje triunfal que le llevó a Lima, a Buenos Aires, a
Montevideo, a Río de Janeiro.
Y es así que hoy esos mismos admiradores, esos mismos amigos
le ofrecen al modesto y gran sabio de Francia, este bello Libro de Oro.
Cuánto estamos reconocidos a estos amigos lejanos que así
simplemente rinden homenaje a uno de nuestros más vivos ejemplos
del genio francés.
126

VELARDE PÉREZ FONTANA 116, 117

El Gobierno de mi país me ha confiado la honrosa misión de presidir la


delegación a este Primer Congreso Mundial de Hidatidosis, que se
inaugura hoy para rendir homenaje al sabio francés Félix Dévé. Como
Presidente de la Sociedad Internacional de Hidatidología,
organizadora de este Congreso, acepto la representación de sus
asociados de Argentina, Brasil, Chile, Perú, y de los países donde
existe la endemia hidática.
Personalmente, como Director del “Centro de Estudio y Profilaxis de la
Hidatidosis” del Ministerio de Salud Pública de mi país y como
discípulo, amigo y admirador del Maestro, he venido con mi esposa y
mis hijos, a presentar mi homenaje de cordial simpatía al hombre que
más ha influido sobre el destino de mi modesta vida científica, y sobre
la Institución que yo dirijo desde 1934, (El Centro de Estudio y
Profilaxis de la Hidatidosis). Apenas comenzados mis estudios
médicos, en 1916, el nombre del maestro Dévé comenzó a ser
conocido por nosotros en el antiguo Hospital Maciel de Montevideo.
Durante mi Internado en los Servicios de los Profesores Enrique
Pouey, Alfonso Lamas, Alfredo Navarro, Luis P. Bottaro y otros, él era
citado por nuestros maestros en la visita de la sala, ante los enfermos
y en las mesas de operaciones, cada vez que se operaba un quiste
hidático. Más tarde, cuando preparamos el Concurso de Agregación de
Cirugía (1925) debimos estudiar su enorme producción científica
sobre la equinococosis. En cada una de sus preciosas monografías, se
aprendía a encarar los temas científicos con una metodología
rigurosa, con la bondad de la forma y la precisión del concepto que
son las dos grandes características de los escritores médicos
franceses. Impregnados de su obra científica que se ha debido
consultar en cada momento en nuestra intensa labor médica, la
personalidad científica de Monsieur Dévé quedó ligada a nuestro
espíritu, considerada y respetada como uno de los maestros
incomparables de la medicina francesa. Discípulos de una escuela
médica formada por los discípulos de la Escuela de París, la medicina
francesa, sus hombres, sus lecciones clínicas y sus contribuciones al
progreso del arte médico, estaban indisolublemente ligados a
nosotros desde la adolescencia. En los estantes de nuestra Biblioteca,
conservamos todos los grandes libros clásicos de la medicina
francesa.
Apasionados por el estudio de la Anatomía habíamos reunido la mayor
parte de la bibliografía anatómica de la Escuela de París. Nosotros
tuvimos el privilegio de tener auténticos maestros formados en la

116
Discurso del Prof. Velarde Pérez Fontana en la ceremonia realizada en la Alcaldía de Rouen, para
formalizar la entrega del Libro de Oro al Profesor Félix Dévé.

117
Publicado en Archivos Internacionales de la Hidatidosis, Vol. XII, Octubre 1951, Fasc. I-II.
Montevideo, Imprenta Nacional, 1953; 600 páginas; pp.: 583-585.
127

Facultad de Medicina de París, como Enrique Pouey, Francisco Soca,


Luis Morquio y Alfredo Navarro, que llegaron al más alto grado: la
Academia de Medicina de París.
En 1932, el Profesor Félix Dévé hizo una visita que fue de grandes
proyecciones para la ciencia francesa, de gran utilidad para los países
que él visita, invitado por la Asociación Médica Argentina. Nosotros
tuvimos entonces la suerte de conocer al maestro, de interrogarlo
sobre algunos puntos oscuros de la Hidatidología. Nuestro maestro
recientemente desaparecido, Alfredo Navarro y su esposa, dieron una
recepción a la vez amable, protocolar y austera. Nosotros la
recordamos siempre como uno de los actos más importantes de
nuestra actividad médico-social. El maestro Dévé estaba en el apogeo
de su capacidad científica. Su personalidad nos impresionó tan
profundamente que ella polarizó nuestra vocación hacia el estudio del
quiste hidático.
Desde ese momento, Monsieur Dévé fue enteramente nuestro
maestro; un fuerte intercambio epistolar mantenido durante 20 años,
testimonia nuestra relación con él.
Cuántas alternativas, y ustedes, señores, que tienen el privilegio de
conocerlo y tratarlo familiarmente, ustedes me permitirán que
recuerde estas alternativas. Qué trabajo difícil es presentar a
Monsieur Dévé una observación del quiste hidático, en algunos de sus
múltiples aspectos. Su gran conocimiento de la materia es tan
profundo que nada escapa a su observación y a su recuerdo. Su
carácter implacable produce en su casta vida solitaria, consagrada al
estudio en su vieja casa de la rue des Carmes, hoy desaparecida, se
manifiesta en todas y cada una de sus cartas, que he releído como las
hojas de un misal.
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En ocasiones a menudo repetidas, él nos reprocha y observa en


términos bien severos, a la vez que afectuosos, con expresiones como
éstas: “Monsieur, usted me frustra de mi bien”. “Monsieur, usted me
pone como un sándwich entre X e Y”, que nos genera un sentimiento
de familiaridad y de veneración que los años incrementan. Y más
tarde cuando yo alcancé la jerarquía con la cual la Medicina
recompensa el esfuerzo de sus devotos y obtuve la calidad de Jefe de
Servicio y de Profesor de la Facultad de Medicina, a propósito de la
reclamación interpuesta por una tercera persona en mi favor,
Monsieur Dévé escribió a mi maestro Juan B. Morelli: “Cuando el
Profesor Pérez Fontana estaba en su pequeña cuna, yo, ya conocía
entonces el quiste hidático”.

Monsieur Dévé es para nosotros más que un sabio, que un profesor


admirable, que un médico famoso, un maestro indiscutido y la más
grande autoridad mundial sobre equinococosis; él es el Padre de la
Hidatidología.

Éste es el estado de espíritu con el que hemos venido a Rouen, la vieja


ciudad normanda, la ciudad mártir, acompañado de mi esposa y de
mis hijos a presentar nuestro afectuoso y respetuoso homenaje al
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maestro y aportarle el mensaje de reconocimiento y de admiración del


pueblo uruguayo.
El Gobierno de la República ha enviado para honrar al Maestro Dévé
una delegación compuesta por el Prof. Luis A. Surraco y Adolfo
Baldomir, Director General de Ganadería del Uruguay, que yo tengo el
honor de presidir en mi carácter de Director del Centro de Estudio y
profilaxis de la Hidatidosis.
El Embajador de mi país, Dr. Abelardo Sáenz ha puesto en vuestras
manos, querido Profesor Dévé, un ejemplar del Libro de Oro que
vuestros discípulos y amigos de todos los rincones del mundo
presentan como ofrenda a su Maestro.
Los obreros de la Imprenta Nacional de Montevideo, que estuvieron
trabajando en la impresión de este libro que corresponde al Volumen
XI de los Archivos Internacionales de la Hidatidosis, me han confiado
el insigne honor de remitirle personalmente al hombre que, por su
obra desinteresada, ellos consideran como un benefactor de los
habitantes de la campaña del norte del país, y un defensor de nuestra
economía.
Monsieur Dévé, es con gran emoción que yo pongo en sus manos este
libro porque considero este homenaje de la clase obrera el más
sincero y el que más alegrará vuestros sentimientos de hombre y de
sabio.

* * *

Montevideo, 11 de noviembre de 2009

[Versión 10]

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