Riquet, El Del Copete
Riquet, El Del Copete
Riquet, El Del Copete
el del copete
Mi literatura Corefo
2 Comunicación Primaria 3 –
Al cabo de siete u ocho años, la reina de un reino vecino
dio a luz dos hijas. La primera que llegó al mundo era
más bella que el día; la reina se sintió tan contenta que
llegaron a temer que esta inmensa alegría le hiciera
mal. Se hallaba presente la misma hada que había asistido al
nacimiento del pequeño Riquet-el-del-Copete, y para moderar la alegría de
la reina le declaró que esta princesita no tendría inteligencia. Esto mortificó
mucho a la reina; pero algunos momentos después tuvo una pena mucho
mayor, pues la segunda hija que dio a luz resultó extremadamente fea.
–No debéis afligiros, señora, –le dijo el hada–; su hija, tendrá una
compensación: estará dotada de tanta inteligencia que casi no se notará su
falta de belleza.
–Dios lo quiera, –contestó la reina–; pero, ¿no había forma de darle un poco
de inteligencia a la mayor que es tan hermosa?
–No tengo ningún poder, señora, en cuanto a la inteligencia, pero puedo
todo por el lado de la belleza; y como nada dejaría yo de hacer por su
satisfacción, le otorgaré el don de volver hermosa a la persona que le guste.
A medida que las princesas fueron creciendo, sus perfecciones crecieron con
ellas y por doquier no se hablaba más que de la belleza de la mayor y de
la inteligencia de la menor. Es cierto que también sus defectos aumentaron
mucho con la edad. La menor se ponía cada día más fea, y la mayor cada
vez menos inteligente.
Aunque la belleza sea una gran ventaja para una joven, la menor, sin
embargo, se destacaba casi siempre sobre su hermana en las reuniones. Al
principio, todos se acercaban a la mayor para verla y admirarla, pero muy
pronto iban al lado de la más inteligente, para escucharla decir mil cosas
ingeniosas; y era motivo de asombro ver que en menos de un cuarto de
hora la mayor no tenía ya a nadie a su lado y que todo el mundo estaba
rodeando a la menor. La mayor, aunque no era inteligente, se dio cuenta, y
habría dado sin pena toda su belleza por tener la mitad del ingenio de su
hermana.
La reina, aunque era muy prudente, no podía a veces dejar de reprocharle su
falta de inteligencia, con lo que esta pobre princesa casi se moría de pena.
Un día, en que la princesa que se había refugiado en un bosque para
desahogar su desgracia, vio acercarse a un hombre bajito, muy feo y de
aspecto desagradable, pero ricamente vestido. Era el joven príncipe Riquet-
el-del-Copete que, habiéndose enamorado de ella por sus retratos que
circulaban profusamente, había partido del reino de su padre para tener el
placer de verla y de hablar con ella.
– Comunicación Primaria 3 3
Encantado de encontrarla así, completamente sola, la abordó con todo el
respeto y cortesía imaginables.
Habiendo observado, luego de decirle las amabilidades de rigor, que ella
estaba bastante melancólica, él le dijo:
–No comprendo, señora, cómo una persona tan bella como usted, puede
estar tan triste como parece; pues, aunque pueda vanagloriarme de haber
visto una infinidad de personas hermosas, debo decir que jamás he visto a
alguien cuya belleza se acerque a la suya.
–Usted lo dice complacido, señor, –contestó la princesa–, y no siguió
hablando.
–La belleza, –replicó Riquet-el-del-Copete–, es una ventaja tan grande que
compensa todo lo demás; y cuando se tiene, no veo que haya nada capaz de
afligirnos.
–Preferiría, –dijo la princesa–, ser tan fea como usted y tener inteligencia, que
tener tanta belleza y no ser inteligente.
–Nada hay, señora, que denote más inteligencia que creer que no se tiene, y
es de la naturaleza misma de este bien que mientras más se tiene, menos se
cree tener.
4 Comunicación Primaria 3 –
–No sé nada de eso, –dijo la princesa–, pero sí sé que no soy inteligente, y
de ahí viene esta pena que me mata.
–Si es solo eso lo que os aflige, puedo fácilmente poner fin a su dolor.
–¿Y cómo lo hará? –dijo la princesa.
–Tengo el poder, señora, –dijo Riquet-el-del-Copete–, de otorgar cuanta
inteligencia es posible a la persona que más llegue a amar, y como es usted,
señora, esa persona, de usted dependerá que tenga tanto ingenio como se
puede tener, si consiente en casarse conmigo.
La princesa quedó atónita y no contestó nada.
–Veo, –dijo Riquet-el-del-Copete–, que esta proposición le causa pena, y no
me extraña; pero le doy un año entero para decidirse.
La princesa tenía tan poca inteligencia, y a la vez tantos deseos de tenerla,
que se imaginó que el término del año no llegaría nunca; de modo que
aceptó la proposición que se le hacía.
Tan pronto como prometiera a Riquet-el-del-Copete que se casaría con
él dentro de un año exactamente, se sintió como otra persona; le resultó
increíblemente fácil decir todo lo que quería y decirlo de una manera fina,
suelta y natural. Desde ese mismo instante inició con Riquet-el-del-Copete una
conversación graciosa y sostenida, en que se lució tanto que Riquet-el-del-
Copete pensó que le había dado más inteligencia de la que había reservado
para sí mismo.
– Comunicación Primaria 3 5
Cuando ella regresó al palacio, en la corte no sabían qué pensar de este
cambio tan repentino y extraordinario, ya que por todas las sandeces que
se le habían oído anteriormente, se le escuchaban ahora otras tantas cosas
sensatas y sumamente ingeniosas. Toda la corte se alegró a más no poder;
solo la menor no estaba muy contenta pues, no teniendo ya sobre su
hermana la ventaja de la inteligencia, a su lado no parecía ahora más una
chica común. El rey tomaba en cuenta sus opiniones y aun a veces celebraba
el consejo en sus aposentos.
Habiéndose difundido la noticia de este cambio, todos los jóvenes príncipes
de los reinos vecinos se esforzaban por hacerse amar, y casi todos la pidieron
en matrimonio; pero ella encontraba que ninguno tenía inteligencia suficiente
y los escuchaba a todos sin comprometerse. Sin embargo, se presentó un
pretendiente tan poderoso, tan rico, tan genial y tan apuesto que no pudo
refrenar una inclinación hacia él. Al notarlo, su padre le dijo que ella sería
dueña de elegir a su esposo y no tenía más que declararse. Pero como
mientras más inteligencia se tiene más cuesta tomar una resolución definitiva
en esta materia, ella luego de agradecer a su padre, le pidió un tiempo para
reflexionar.
Fue casualmente a pasear por el mismo bosque donde había encontrado a
Riquet-el-del-Copete, a fin de meditar con tranquilidad sobre lo que haría.
Mientras se paseaba, hundida en sus pensamientos, oyó un ruido sordo bajo
sus pies, como de gente que va y viene y está en actividad. Escuchando
con atención, oyó que alguien decía: “Tráeme esa marmita”; otro: “Dame
esa caldera”; y el otro: “Echa leña a ese fuego”. En ese momento la tierra
se abrió, y pudo ver, bajo sus pies, una especie de enorme cocina llena de
cocineros y toda clase de servidores como para preparar un magnífico
festín. Salió de allí un grupo de unos veinte encargados de las carnes que
fueron a instalarse en un camino del bosque alrededor de un largo mesón
quienes, tocino en mano y cola de zorro en la oreja, se pusieron a trabajar
rítmicamente al son de una armoniosa canción.
La princesa, asombrada ante tal espectáculo, les preguntó para quién estaban
trabajando.
–Es –contestó el que parecía el jefe–, para el príncipe Riquet-el-del-Copete,
cuyas bodas se celebrarán mañana.
La princesa, más asombrada aún, y recordando de pronto que ese día se
cumplía un año en que había prometido casarse con el príncipe Riquet-el-del-
Copete, casi se cayó de espaldas. No lo recordaba porque, cuando hizo tal
promesa, no era muy brillante, y al recibir la inteligencia que el príncipe le
diera, había olvidado todas sus tonterías.
6 Comunicación Primaria 3 –
No había alcanzado a caminar treinta pasos continuando su paseo, cuando
Riquet-el-del-Copete se presentó ante ella, elegante, magnífico, como un
príncipe que se va a casar.
–Aquí me ve, señora, –dijo él–, puntual para cumplir con mi palabra, y no
dudo que usted está aquí para cumplir con la suya y, al concederme su mano,
hacerme el más feliz de los hombres.
–Le confieso francamente, –respondió la princesa–, que aún no he tomado
una resolución al respecto, y no creo que jamás pueda tomarla en el sentido
que usted desea.
–Me sorprende, señora, –le dijo Riquet-el-del-Copete.
–Pues eso creo, replicó la princesa, y seguramente si tuviera que habérmelas
con un patán, un hombre sin finura, estaría harto confundida. Una princesa
no tiene más que una palabra, me diría él, y se casará conmigo puesto que
así lo prometió. Pero como el que está hablando conmigo es el hombre más
inteligente del mundo, estoy segura que atenderá razones. Usted sabe que
cuando yo no era inteligente, no pude resolverme a aceptarlo como esposo;
¿cómo quiere que teniendo la lucidez que usted me ha otorgado, que me ha
hecho aún más exigente respecto a las personas, tome hoy una resolución
– Comunicación Primaria 3 7
que no pude tomar en aquella época? Si pensaba casarse conmigo de todos
modos, ha hecho mal en quitarme mi simpleza y permitirme ver más claro
que antes.
–Puesto que un hombre sin genio, –respondió Riquet-el-del-Copete–, estaría
en su derecho, según acaba de decir, al reprocharle su falta de palabra, ¿por
qué quiere, señora; que no haga uso de él, yo también, en algo que significa
toda la dicha de mi vida? ¿Es acaso razonable que las personas dotadas
de inteligencia estén en peor condición que las que no la tienen? ¿Puede
pretenderlo, usted que tiene tanta y que tanto deseó tenerla? Pero vamos a
los hechos, por favor. ¿Aparte de mi fealdad, hay alguna cosa en mí que le
desagrade? ¿Le disgusta mi origen, mi carácter, mis modales?
–De ningún modo, –contestó la princesa–, me agrada en usted todo lo que
acaba de decir.
–Si es así, –replicó Riquet-el-del-Copete–, seré feliz, ya que usted puede hacer
de mí el más atrayente de los hombres.
–¿Cómo puedo hacerlo? –le dijo la princesa.
–Ello es posible, –contestó Riquet-el-del-Copete–, si me ama lo suficiente
como para desear que así sea; y para que no dude, señora, ha de saber que
la misma hada que al nacer yo, me otorgó el don de hacer inteligente a la
persona que yo quisiera, le dio a usted el don de darle belleza al hombre que
llegara a amar si quisiera concederle tal favor.
–Si es así, –dijo la princesa–, deseo con toda mi alma que se convierta en el
príncipe más hermoso del mundo; y le hago este don en la medida en que
soy capaz.
Apenas la princesa hubo pronunciado estas palabras, Riquet-el-del-Copete
pareció ante sus ojos el hombre más hermoso, más apuesto y más agradable
que jamás hubiera visto. Algunos aseguran que no fue el hechizo del hada,
sino el amor lo que operó esta metamorfosis. Dicen que la princesa, habiendo
reflexionado sobre la perseverancia de su amante, sobre su discreción y todas
las buenas cualidades de su alma y de su espíritu, ya no vio la deformidad de
su cuerpo, ni la fealdad de su rostro; que su joroba ya no le pareció sino la
postura de un hombre que se da importancia, y su cojera tan notoria hasta
entonces a los ojos de ella, la veía ahora como un ademán, que sus ojos
bizcos le parecían aún más penetrantes, en cuya alteración veía ella el signo
de un violento exceso de amor y, por último, que su gruesa nariz enrojecida
tenía algo de heroico y marcial.
8 Comunicación Primaria 3 –
Comoquiera que fuese, la princesa le prometió en el acto que se casaría con
él, siempre que obtuviera el consentimiento del rey, su padre.
El rey, sabiendo que su hija sentía gran estimación por Riquet-el-del-Copete, a
quien, por lo demás, él consideraba un príncipe muy inteligente y muy sabio,
lo recibió complacido como yerno.
Al día siguiente se celebraron las bodas, tal como Riquet-el-del-Copete lo
tenía previsto y de acuerdo a las órdenes que había impartido con mucha
anticipación.
Charles Perrault
(Francia)
– Comunicación Primaria 3 9
V ocabulario
1 Deduce y relaciona cada palabra del recuadro con su significado. Escríbela
donde corresponde.
mortificar - afligida - desagradable - contrahecho - melancólica
consolar - profusamente - destacar - irradiar - defecto
10 Comunicación Primaria 3 –
3 Ubica en el pupiletras 8 palabras extraídas de la lectura.
T M V N X X K R O H P F D M Y
O I O F ´
O L X N Z R R A K E C
U T I D F I I V O O M H F T X
Z H X X A T C P D R U N Q A L
U A E A N L O A P W Y D J M Q
R U Z E K S E X M U B C I O R
K Z P J I N C S G I O Y X R A
B E C C C S E N S A T A S F G
R O I Y U Z K G S V A S C O O
I ´
O A P B N I E C I I I E S H
N P N C A N U H W H X B J I A
S A S O I N E G N I I G W S S
R I P Y K N C I V F R Y D R E
H J I E Z D V I Q A W R N Y D
R N M U F Z Z T C J A L R Q J
4 Completa las siguientes oraciones con las palabras del ejercicio anterior.
a. La princesa le dio un repentino sí de aceptación.
b. Ella daba ingeniosas respuestas.
c. Tuvo que contarle a alguien sus penas para desahogar
su dolor.
d. Su alta estimación a los demás le ayudó a ser más
feliz.
e. Su proposición de matrimonio la sorprendió.
f. Sus preguntas fueron muy sensatas .
g. La metamorfosis que sufrió, la transformó
definitivamente.
h. Sus modales eran muy finos.
– Comunicación Primaria 3 11
C omprendemos
1 Reorganiza la secuencia del texto y numera las imágenes según el orden en
que sucedieron los hechos.
(4) (3)
(1) (2)
Nacimiento del príncipe La princesa bella, pero Boda del príncipe Riquet-el-
Riquet-el-del-Copete y de las dos poco inteligente promete casarse con del-Copete con la bella princesa.
princesas. Riquet-el-del-Copete al cabo de un
año.
12 Comunicación Primaria 3 –
3 Reconoce información relevante del texto y marca las respuestas correctas.
A. ¿Por qué lo llamaron así al príncipe Riquet-el-del-Copete?
a. Porque así le gustaba a él que lo llamen.
b. Porque su padre lo bautizó con ese nombre.
c. Porque nació con un copete de pelo en la cabeza.
d. Porque a su madre le gustaba hacerle rizos.
B. ¿Cómo era el príncipe Riquet-el-del-Copete?
a. El más hermoso de los príncipes.
b. Feo y contrahecho, pero muy inteligente.
c. Muy bello y agraciado.
d. Divertido y simpático.
C. ¿Qué don le otorga el hada que asistió a su nacimiento?
a. Su gran capacidad para anticiparse a hechos malos.
b. Su gran inteligencia y poder otorgar inteligencia a quien él ame.
c. Su gran dominio de la palabra frente a circunstancias difíciles.
d. La posibilidad de transformar las cosas que él se proponga.
4 Escribe en los paréntesis V si el enunciado es verdadero o F si es falso.
– Comunicación Primaria 3 13
5 Reflexiona y responde las siguientes preguntas:
a. ¿Qué opinas de la actitud de la bella princesa, luego del año de haber
aceptado casarse con el príncipe?
c. ¿Por qué crees que la princesa ya no vio la fealdad en Riquet, el del Copete?
6 Dibuja la escena que más te haya gustado de este cuento leído. Y explícala con
tus propias palabras.
C reamos
Utiliza herramientas informáticas y crea un afiche con cinco recomendaciones
para las personas que se sienten como los protagonistas del cuento.
I nvestigamos
Investiga y elabora una relación de cuentos cuyos protagonistas no hayan
tenido la belleza como característica, pero sí otras cualidades como la bondad,
la inteligencia, la astucia, etc.
14 Comunicación Primaria 3 –
J ugamos
2 Ubica y marca con un aspa (X) las 8 diferencias entre estas imágenes.
– Comunicación Primaria 3 15
Riquet, el del copete 3
Mi literatura Corefo