4.+ Tratamiento Biofiltros PDF
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FICHAS TÉCNICAS
DE ETAPAS DE PROCESO DE
PLANTAS DE TRATAMIENTO DE AGUAS RESIDUALES
DE LA INDUSTRIA TEXTIL
BIOFILTROS AIREABLES
SERIE: TRATAMIENTOS SECUNDARIOS
Revisado
ÍNDICE
1.- INTRODUCCIÓN
2.- DESCRIPCIÓN
3.- CRITERIOS DE DISEÑO
4.- CONDICIONES TÉCNICAS PARTICULARES
5.- ESPECIFICACIONES EN EL TRATAMIENTO DE EFLUENTES DE LA INDUSTRIA TEXTIL
6.- PARÁMETROS Y ESTRATEGIAS DE CONTROL
7.- PROBLEMAS DE EXPLOTACIÓN
BIBLIOGRAFÍA
1.- INTRODUCCIÓN
Un biofiltro aireable consiste de un lecho de material granular que actúa simultáneamente como soporte de
biopelícula y como medio filtrante. Por lo tanto, un biofiltro tiene el doble objetivo de tratamiento biológico y de
eliminación de sólidos en suspensión. El proceso puede funcionar bajo condiciones aerobias o anóxicas, de modo
que, los biofiltros pueden emplearse para oxidación orgánica, sola o conjuntamente con nitrificación, nitrificación
terciaria, nitrificación y desnitrificación, y desnitrificación terciaria.
Cuando el objetivo es usarlo como tratamiento secundario, el agua residual bruta tiene que pasar antes por
desbaste, desarenado y decantación primaria.
En esta ficha técnica se describe la aplicación de la tecnología de biofiltros para la eliminación de materia orgánica
y nitrógeno.
2.- DESCRIPCIÓN
Hay que diferenciar dos tipos de lechos. Unos son “pseudo-fijos o ”, al estilo de un filtro rápido de arena, porque el
material filtrante tiene elevada densidad (por ejemplo: BIOCARBONE, BIOFOR, NITRAZUR, FLOPAC, DENITE). Otros
son “flotantes”, ya que el material filtrante es mucho más ligero que el agua y por lo tanto el lecho “flota” (por
ejemplo: BIOSTYR, FILTRAZUR, DENIPOR, BIOFILTER).
La alimentación del agua residual se puede hacer en sentido ascendente (p.e.: BIOFOR®, BIOSTYR®,…) o
descendente (p.e.: BIOCARBONE®,…).
El exceso de biopelícula se retira periódicamente del sistema mediante retrolavados con aire y agua. El lavado
desempeña un papel similar a la purga de fangos en exceso de un sistema de fangos activos.
• Retención de sólidos en suspensión del agua residual al pasar a través del lecho filtrante.
• Transformación biológica de la materia orgánica por la biopelícula.
Esto exige:
• Concentración elevada de biomasa activa en el reactor (10 a 20 veces más que en unos fangos activos).
• Satisfacer la demanda nutricional y energética de esa biomasa
• Gestión óptima de los ciclos de lavado para purgar regularmente el exceso de biopelícula.
Los biofiltros aireados en definitiva intensifican el proceso de depuración, consiguiendo reducir las necesidades de
espacio. La carga orgánica volumétrica aplicada a estos reactores puede ser 5 veces superior a la que se suele aplicar
en los fangos activos, cuando el objetivo es eliminar materia orgánica.
De los biofiltros que más información técnica se dispone son los BIOCARBONE®, BIOSTYR® y BIOFOR®. En esta ficha
se describirá principalmente estas tecnologías.
El soporte debe cumplir dos objetivos: fijación de la biomasa y retención de sólidos. La selección del material resulta
del compromiso de dos exigencias contradictorias: granulometría fina, adecuada para la fijación de la biomasa, y
granulometría grande para limitar la velocidad de colmatación del filtro.
BIOCARBONE® Y BIOFOR®
Los materiales más utilizados son de la familia de los silicatos. También se usa puzolana. Por ejemplo, el
BIOCARBONE® emplea un material llamado Biodamine (se trata de un esquisto bituminoso expandido), y el
BIOFOR® utiliza Biolite (una arcilla expandida). El Biofor® es de amplio espectro, ya que se puede aplicar para reducir
DBO, nitrificar y desnitrificar. Mientras que el Biocarbone se aplica como proceso de oxidación orgánica y
nitrificación.
recirculación (opcional)
Figura 3.- Esquema de configuración de una línea de agua con tratamiento secundario basado en la
tecnología Biocarbone.
BIOSTYR®
Utiliza “perlas” de poliestireno de 2 a 6 mm (Biostyrene ). Son mucho más ligeras que el agua, por lo que flotan
en el seno del líquido, apretujándose en la parte superior del lecho, donde son retenidas con un falso techo provisto
de boquillas que permiten la salida del agua tratada reteniendo el soporte.
Figura 4.- Esquema del BIOSTYR de OTV para nitrificación-desnitrificación. La capa de desnitrificación puede
no ser necesaria si lo que se busca es sólo la oxidación de materia orgánica y/o de amonio.
Se distinguen:
La alimentación co-corriente facilita la circulación y la repartición del fluido, mientras que el modo contra-corriente
mejora la transferencia de oxígeno.
Mediante difusores se asegura el reparto del aire insuflado. Los difusores se sitúan en el fondo del reactor (BIOFOR®)
o a unos 30 cm sobre la placa que soporta el lecho filtrante (BIOCARBONE®). También, en los BIOSTYR® los difusores
se instalan a una cierta distancia del fondo.
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2.1.3.- Lavado
Inevitablemente los biofiltros se colmatarán. Periódicamente se procede a su lavado. El lavado tiene que ser eficaz
para prolongar los ciclos de funcionamiento pero conservando una fracción de la biomasa necesaria para la
recuperación del proceso después del lavado.
La duración de un ciclo de depuración (carrera del filtro) es de 24 – 48 horas. Varía en función del tamaño del
material filtrante, de la concentración del agua y de las cargas aplicadas.
Como agua de lavado se utiliza la propia agua depurada y almacenada en un tanque. El aire de lavado es insuflado
sobre la solera de los filtros y penetra en el reactor.
El funcionamiento optimizado de la biofiltración necesita de una buena adecuación entre la carga aplicada y la
frecuencia de los lavados. La concentración afluente de DQO, DBO, SS, es un factor limitante de la duración de un
ciclo de alimentación. Para el BIOFOR las concentraciones máximas admisibles están en el orden de 200 mg/L de
SS y 400 mg/L de DQO.
AB AT
Pretratamiento
Biofiltros
Primario /
F-Q
AT
AB
Pretratamiento
Biofiltros Biofiltros
Primario /
F-Q Oxidación de carbono Oxidación de amonio
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AB Primario / 2º AT
F-Q Fangos
activos
Pretratamiento
Biofiltros
Tabla 1.- Características de medio soporte y del flujo en biofiltros de marcas comerciales.
Tal como se ha visto, esta tecnología en el mercado se caracteriza por responder a una marca determinada. De
modo que, los valores de los parámetros de diseño responden a criterios de “casa fabricante”.
En cuanto a cargas de trabajo se tiene dos parámetros que caracterizan el funcionamiento de los biofiltros: la carga
hidráulica superficial y la carga contaminante volumétrica. Un tercer parámetro general es el tiempo de retención
hidráulica. Sin embargo, una operación fundamental para el éxito del proceso es el retrolavado, y aquí es donde se
da las principales especificidades de las marcas.
• La carga hidráulica superficial, CH, (también conocida como velocidad de filtración) se expresa en m/h
(m3/h/m2):
Q
CH =
Af
Donde:
Q = caudal de tratamiento (m3/h)
Af = superficie de filtración (m2)
Q Ci
CV =
V
Donde:
Ci = concentración afluente del contaminante i (kg/m3)
V = volumen de reacción (m3)
Va
TRH =
Q
Donde:
Va = volumen ocupado por el agua (m3)
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El volumen ocupado por el agua puede ser un 50% del volumen de relleno del reactor. El remanente lo ocupa el
material filtrante y el aire. Los tiempos están comprendidos entre 30 y 40 minutos.
La carga orgánica varía de forma amplia en los biofiltros diseñados para tratamiento secundario, en un rango de
1.5 a 6 kg DBO5/m3/d. Mientras, la carga hidráulica media suele estar en un rango de 4 a 7 m/h, y en situación punta
de 10 a 20 m/h. En la tabla siguiente se presenta valores típicos para estos parámetros de diseño. La carga orgánica
suele ser el criterio o parámetro limitante del diseño, debido a que lo más normal es que previamente se tenga un
tratamiento primario de decantación.
La altura de relleno es variable, y depende las tecnologías o marcas comerciales. No obstante, un valor típico es de
3 a 4 metros. Asimismo, la superficie unitaria máxima depende de la marca, siendo un valor común un máximo de
144 m2.
La producción de lodos suele ser de 0.7 a 1 kg SS/kg DBO5 (WEF 2010) (o 0.4 kg SS/kg DQO, según Pujol 1991).
Los biofiltros tienen un elevado consumo de energía (aireación y lavados). A título indicativo la potencia media
instalada es de 200 W/m3 en los filtros ascendentes (BIOFOR) y 350 W/m3 en los descendentes (BIOCARBONE). El
consumo específico de energía tiene un rango de 1 a 2 kWh/kg DQO eliminado. El consumo de energía de los
biofiltros significa un 65% del total consumido en la planta (Pujol 1991).
3.1.1.- Lavados
En general, se requiere un lavado diario cuando el proceso se aplica como tratamiento secundario. Esto tiene que
ver con la carga de SS, grado de hidrólisis que se da al interior del lecho, producción de biomasa y capacidad de
retención de sólidos por parte del lecho. El volumen de lodo que puede acumularse entre lavados es de 2.5 a 4 kg
SS/m3, esto depende del medio, velocidad de filtración y temperatura del agua (Degremont, 2007).
En el lavado de biofiltros se procura una ligera expansión del lecho, y la limpieza se debe gracias a la participación
conjunta de aire+agua. El aire produce mucha fricción entre partículas y desprendimiento.
La secuencia de fases en el lavado comprende: desatascamiento, limpieza con aire + agua, enjuague y evacuación
de los fangos. La tabla siguiente presenta una comparativa de valores en las operaciones de lavado.
Tabla 3.- Resumen de necesidades de lavado de los biofiltros (Adaptada de WEF 2010).
Tipo de biofiltro Velocidad de agua Velocidad de aire Duración total Volumen total de
(m/h) (m/h) (min) agua de lavado
por filtro
Flujo ascendente, 20 97 50 12 m3/m2
medio sumergido
Flujo ascendente, 55 12 16 2.5 m3/m3
medio flotante
Flujo descendente, 15 90 20 a 25 3.75 a 5 m3/m2
medio sumergido
En cualquier caso, cada marca presenta peculiaridades en las operaciones de lavado. Normalmente, será necesario
una interacción entre la ingeniería de diseño y el proveedor para fijar las características del lavado.
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Los tiempos de lavado fueron de 20 a 40 minutos. La diferencia básica es que, en los filtros ascendentes (Biofor) el
lavado se realizaba de una sola vez, mientras que en los descendentes (Biocarbone) se realizan varios mini-lavados
sucesivos (alrededor de 5).
La concentración de sólidos en las aguas de lavado (fangos en exceso) resultó de 500 a 1.000 mg/L, con un pH de
7,5. Los 15 primeros minutos del lavado (3 mini-lavados en los Biocarbone) son los más eficaces.
Pujol (1991) hizo un análisis detallado del funcionamiento de varios sistemas a escala real de biofiltros (Biocarbone
y Biofor), estudiando la respuesta de las unidades en régimen estacionario y frente a variaciones de carga. En
régimen estacionario observó una relación lineal entre DQO efluente y la carga orgánica volumétrica:
Conforme a la expresión anterior, se puede obtener una DQO efluente menor que 100 mg/L con cargas de hasta 8
kg DQO/m3/d. También se observó que, en régimen estacionario, el rendimiento medio de eliminación de DQO es
estable e independiente de la carga volumétrica, siendo aproximadamente de un 70%.
El aumento en DQO se debe fundamentalmente a la fracción soluble de la DQO, ya que la relación de SS efluente
con la carga orgánica volumétrica tuvo la siguiente expresión:
Para una carga de 8 kg DQO/m3/d, los SS del efluente están en torno a 24 mg/L. Estos sólidos representan unos 36
mg/L de DQO, de modo que los restantes 64 mg/L se deben a la fracción soluble de la materia orgánica que escapa
en el efluente. Se alcanza un efluente con 35 mg/L de SS para cargas de hasta 12 kg DQO/m3/d.
Cuando se trata de nitrificación conjuntamente con oxidación orgánica, la carga orgánica con temperaturas bajas
necesita ser limitada a un máximo de 2.5 kg DBO5/m3/d (Rogalla et al., 1990, citado en WEF 2010). Esta limitación
permite alcanzar una tasa de eliminación de NTK de 0.4 kg/m3/d.
El Biostyr® se emplea para tratamiento secundario o terciario de las aguas residuales. El aire es inyectado desde la
base del lecho (tratamiento secundario) o por encima del fondo (tratamiento terciario). Como el material filtrante
es muy ligero (Biostyrene ), se instala en la parte superior del lecho una placa con boquillas de filtración para
retener o evitar el escape del medio con el agua tratada.
El exceso de sólidos es purgado mediante lavado con agua más aire para desprendimiento del exceso de
biopelícula.
La altura típica de lecho es de 3 a 4 metros. En el caso de eliminación de nitrógeno, la inyección de aire se hace a 1
m sobre el fondo del lecho. La ratio volumen anóxico/aerobio es de 1/3, pudiendo llegar a ser de hasta 2/3. El agua
nitrificada es recirculada a una tasa del 200 %. La producción de malos olores es escasa o nula. Sin embargo, si hay
producción de aerosoles. En la tabla siguiente se presenta criterios de diseño informados para el proceso Biostyr.
Tabla 7.- Valores típicos de carga para el diseño de Biostyr® (WEF, 1998).
Sobre el funcionamiento de los BIOSTYR como proceso aerobio de nitrificación se ha informado los rendimientos
que se presentan en la siguiente tabla:
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Tabla 8.- Rendimientos del proceso Biostyr® de nitrificación terciaria (WEF, 2000).
La producción de lodos en el caso de tratamiento terciario es relativamente bajo, de modo que los lavados son
menos frecuentes, cada 36 a 48 horas.
Dependiendo del tipo de biofiltro, debería instalarse desbaste fino en varios puntos de la EDAR. En todo caso, es
imperativo incorporar un desbaste fino aguas arriba de la entrada a un biofiltro que emplee boquillas de
alimentación por el fondo. Un simple reja manual de un máximo de 2.5 mm de luz puede ser suficiente para
proteger un biofiltro de este tipo si previamente, en el pretratamiento, se ha hecho un desbaste fino. Sin embargo,
se requiere de este desbaste adicional por varias razones: el pretratamiento del agua residual bruta puede ser
pobre, llegan aguas adicionales sin desbaste (p.e.: lodos de fosas séticas, lodos importados, etc.), hay árboles
alrededor, o hay canales sin cobertura.
Para una planta pequeña, con frecuencia se emplea tratamiento primario de alta carga (lamelares). Por ejemplo:
tratamiento primario mejorado con la adición de químicos, decantadores lamelares, o floculación lastrada (arena)
y decantación.
Las instalaciones y equipamiento para retrolavado de biofiltros incluyen un tanque o cámara de efluente final
previo al vertido, bombas de aguas de lavado, soplantes de aire de lavado, tanque de recogida aguas de lavado, y
los automatismos necesarios (válvulas, instrumentos, controles, etc.) para el arranque y funcionamiento del lavado.
En sistemas biofiltros de varias etapas con dimensiones diversas de equipamiento, unidades, etc., el
dimensionamiento del lavado se hará para la situación crítica, es decir, para la unidad de mayor tamaño, con la
finalidad de evitar una dispersión indeseada en las características de los equipos de lavado. Para el lavado con agua
se usará el efluente final captado desde un canal de salida de la última unidad o desde un tanque final de efluente
previo al vertido. El efecto de las aguas de retorno de lavado deberá ser tenido en cuenta en el diseño del sistema.
En el caso de que hayan tanques intermedios de efluente para lavado (es decir, entre unidades de biofiltros), debe
garantizarse el mantenimiento de un caudal hacia aguas abajo a las unidades siguientes y/o sistema de
desinfección.
Cuando los tanques de recogida de aguas de lavado sean de grandes dimensiones debería preverse un sistema de
agitación para evitar la sedimentación de los lodos. Los lodos de lavado pueden contener parte del medio filtrante,
el cual se puede ir acumulando con el tiempo. Las bombas de retorno de aguas de lavado debería diseñarse para
evitar que las partículas soporte vayan hacia las bombas y tubos de impulsión.
Las aguas de lavado, purga de lodos, se retornan a cabecera de la planta de tratamiento y los sólidos se eliminan
en la decantación primaria. Esto suele mejorar el rendimiento de los decantadores primarios porque los biosólidos
adsorben algo de DBO, y también mejoran las propiedades reológicas de los lodos primarios simplificando su
bombeo y manipulación (WEF 2010).
Alternativamente, el flujo de retorno puede ser tratado con un sistema de separación específico. Esto puede ser de
interés sobre todo en grandes instalaciones (más de 100.000 m3/d), en las que los decantadores primarios
existentes pudieran tener limitaciones para el manejo de estos lodos, o si comprende sistemas de biofiltros de
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varias etapas en serie. Diferentes opciones tecnológicas se podrían emplear, como la floculación lastrada, un
sistema FAD, etc.
4.3.- Aireación
• Simples tuberías perforadas a intervalos regulares, que se colocan en el interior del medio o cerca del fondo
del filtro. Se trata de un sistema de aireación de burbuja gruesa.
• Sistema de difusores montados sobre una red de tuberías colocada en el fondo del reactor para conseguir una
buena distribución del aire a baja velocidad de aireación para mejorar la eficiencia de la transferencia de
oxígeno.
• Inyección de aire bajo el fondo, normalmente usado para airear el filtro durante el retrolavado, pero también
puede usarse durante la filtración. Se basa en el uso de boquillas para la difusión de aire, similar a los sistemas
usados para el lavado de filtros en potabilización de aguas. El sistema es muy eficiente, pero requiere limpieza
química periódica para prevenir o minimizar el crecimiento biológico que puede obstruir los orificios de
aireación, lo cual produciría una pobre distribución del aire y un incremento del consumo de energía.
• En general, los biofiltros funcionan en flujo pistón, de modo que la concentración de oxígeno disuelto (OD) en
la parte superior del filtro no representa el OD dentro del medio.
• La transferencia de oxígeno no solo tiene lugar desde el seno del líquido, sino que también se produce desde
las propias burbujas de aire a través de la interfase biofilm/aire, y esto no es medido o controlado mediante
una sonda de OD.
• En los sistemas de aireación mediante malla de tubos perforados de burbujeo grueso, el flujo mínimo
requerido para una buena distribución del aire puede exceder las necesidades del proceso.
La selección de la soplante de aire es un punto muy importante. En la medida que los sólidos se acumulan en el
medio, aumenta la pérdida de carga por rozamiento, y esto afecta al flujo de aire. En un sistema de varias unidades,
la unidad o unidades recién lavadas tendrán menos rozamiento y por lo tanto recibirán más caudal de aire. Este
desequilibrio puede minimizarse usando soplantes individuales, es decir, una por filtro. Sin embargo, en grandes
sistemas esto habrá que corregirlo con el uso de medidores de caudal de aire (midiendo velocidad, presión y
temperatura). El caudalímetro permite el control de una válvula reguladora que equilibra el reparto entre las
unidades de filtración.
En sistemas de desnitrificación terciaria, y en algunos de pre-desnitrificación, se debe dosificar una fuente externa
de carbono. En general, suele ser metanol esta fuente. Actualmente, se tiene en consideración otras fuentes: etanol,
ácido acético y azúcares en disolución.
El control de la dosis de carbono es crucial para la desnitrificación terciaria. Si hay un exceso de dosisi, perjudica la
calidad del efluente en cuanto a DBO, y en caso contrario, déficit de dosis, es posible que se incumpla el límite de
nitrato o de nitrógeno total. Así, hay varias alternativas para controlar la dosis de carbono externo:
Chang et al. (2002) explotaron un biofiltro a escala piloto con relleno de zeolita natural durante 5 meses para el
tratamiento del agua residual procedente de una industria textil en Seúl – Corea. La composición promedio del
agua residual real fue (en mg/L, excepto el color): DQO = 2150; DBO5 = 1630; SS = 63; NT = 72; y Color = 740 (en
unidades de color). La industria procesa fibras naturales (lana y algodón) y sintéticas (poliéster, nilón, poliacrílico y
poliamida). El reactor de biofiltro tenía una superficie de 1.05 m2 y un volumen de relleno de 3.15 m3 (H = 3.0 m).
El volumen vacío fue de 2 m3. La gravedad específica de la zeolita fue de 1,42. El caudal de tratamiento fue de 12
m3/d. El biofiltro fue capaz de eliminar hasta un 99% de la DBO; 92% de DQO; 74% de SS y 92% de NT, bajo una
carga hidráulica de 1.83 m/h. Mientras, la reducción de color fue del 78% debido a la gran capacidad de adsorción
de la zeolita.
Liu et al. (2008) para el tratamiento terciario del efluente secundario de una planta de tratamiento del sector textil
emplearon un biofiltro aireado relleno de dos materiales. El lecho tenía un volumen de 15.7 litros, el 50% del cual
era de ceramsite y el remanente de CAG. La ceramsite es un mineral no-metálico de gran porosidad y elevada
superficie específica. La capa de ceramsite filtra y degrada materia orgánica y permite aligerar la carga para la capa
de CAG la cual adsorbe la materia orgánica no-degradable, y asegura una calidad del agua para reutilización. En el
caso de la ceramsite sus características eran: diámetro = 2 a 3 mm; densidad = 740 a 790 kg/m3; superficie específica
3,99 m2/g. El CAG mientras: diámetro = 1 a 2 mm; densidad = 460 a 510 kg/m3 y superficie específica = 960 m2/g. La
carga hidráulica se controló en un rango de 0.13 a 0.78 m/h. La composición media del efluente secundario
(afluente del biofiltro bi-capa) fue (en mg/L): DQO = 57; DBO = 12; N-NH4+ = 8; NT = 14; SS = 33 y pH = 7.2. Bajo
condiciones estacionarias el sistema consiguió un efluente de buena calidad en DQO, N-NH4+ y NT: 31, 2 y 8 mg/L,
respectivamente.
Xujie et al. (2009) usaron una línea en serie de: ozonización más biofiltro aireado; para decolorar y reducir la DQO
de un agua residual conteniendo rojo reactivo X-3B, un tinte “azo”. La decoloración fue total después de un tiempo
de contacto de 120 minutos con una concentración de O3 de 34.08 mg/L, y en ese periodo la ratio DBO5/DQO pasó
de 0.102 a 0.406, es decir, el agua se tornó más biodegradable, lo cual ayudó a que sea más eficaz el proceso
biológico para la reducción de la DQO. Bajo las siguientes condiciones: gas/líquido = 3; carga hidráulica = 4.8 m/d;
T = 20-25 ºC, ratio másico ozono/tinte = 4.5, y pH = 11; la concentración de DQO y de color alcanzadas fueron de
40 mg/L y 20 Pt-Co, respectivamente, lo cual significó un rendimiento de 97% en decoloración y 90% en DQO.
Amaral et al. (2014) evaluaron un sistema biológico conformado en serie por un reactor UASB y un reactor de
biofiltro aireado (BF) diseñado para eliminar color y DQO de un agua residual textil real procedente de una industria
de lavandería en Pernambuco (Brasil). Los reactores con forma cilíndrica tuvieron un diámetro de 40 cm; el UASB
con una altura de 2 m y un volumen de 250 litros, mientras que el biofiltro tuvo una altura de 1,50 m y una capacidad
de 187 L, y se rellenó con arcilla expandida pseudo-esférica (diámetro = 2 cm; densidad = 0,389 g/m3, y absorción
de agua de un 10.8%). El sistema fue explotado durante 335 días con TRH de 14 h (8 h UASB + 6 h BF) a 21 h (12+9
horas). Las mejores eficiencias en reducción de color fueron del 30% en el USAB y del 96% en el sistema global. El
mejor rendimiento del biofiltro se achacó al fenómeno de adsorción. Por otra parte, los autores concluyeron que
elevadas concentraciones de sulfato (< 300 mg/L) en el agua residual deterioraron la reducción del color. La mayor
eficacia del sistema en reducción de DQO fue del 71%. En el UASB se produjo precipitación de azufre (98%) y de
algunos metales. Sin embargo, el azufre precipitado fue posteriormente oxidado en el biofiltro aireado. El sistema
también presento una reducción de la toxicidad del agua residual, la cual se midió con ensayos de inhibición de
Daphnia magna.
Los biofiltros aireados realizan en un solo equipo las dos operaciones del tratamiento secundario: oxidación de la
materia orgánica y retención o eliminación de los sólidos en suspensión (clarificación del agua). Así, en el efluente
de un biofiltro se debe controlar el nivel de materia orgánica (DBO, DQO) y de sólidos en suspensión (SS, turbidez).
Mediante el uso de sondas en continuo tanto para medir materia orgánica a través del parámetro SAC-254 como
sólidos en suspensión o turbidez se agiliza y facilita el control del proceso.
Adicionalmente, es de importancia el control de la concentración de oxígeno disuelto (OD). Para realizarlo se usará
una sonda de OD. En las plantas de mayor tamaño la aireación suele estar automatizada, de manera que, en función
de la concentración de OD, los equipos de aireación se arrancarán o pararán. Además, si se dispone de variadores
de frecuencia se regulará el caudal de aire suministrado.
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Un problema podría ser la obturación y/o rotura de los difusores de aire. Para atacar este problema, el diseño del
sistema debería facilitar el acceso a la zona de difusores.
Adicionalmente, la combinación de un contenido elevado de detergentes en el agua residual con aireación intensa,
sobre todo de burbuja fina, puede dar lugar a una producción excesiva de espumas. La solución en estos casos
puede resultar compleja, pasando por: optimización del consumo de detergentes (reducción en origen), aireación
intermitente del reactor, y uso de anti-espumantes.
Finalmente, una excesiva concentración de aceites y grasas en el agua residual (p.e.: procedente de un proceso de
lavado o desbaste de lana) es indeseable para todo proceso biológico. Los impactos negativos principales son: la
pérdida de eficiencia en la transferencia de oxígeno y la posibilidad de acumulación en la biomasa. Cualquiera de
estos impactos produciría una pérdida de rendimiento del tratamiento. Sin embargo, se trata de un problema de
fácil solución, pues, se puede resolver con un pretratamiento del agua residual que incluya una operación física
sencilla como es el desengrasado.
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BIBLIOGRAFÍA
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ANEXO 1
ESTIMACIÓN DE SUPERFICIE NECESARIA
En la siguiente tabla se presenta la demanda de superficie para un reactor biológico de biofiltro aireado aireado
sumergido para diferentes tamaños de la industria textil expresado en términos del caudal medio de tratamiento.
Se considera que habrá un tanque de homogenización de caudales y concentraciones.
• 5 kg DBO5/m3/d
• 10 kg DQO/ m3/d
• 3 m/h
La superficie necesaria dependerá de la altura de relleno que se adopte. En todo caso, esta no será inferior a 3.0
metros.
Tabla 1.- Estimación de superficie necesaria para un biofiltro aireado sumergido en función del caudal a
tratar
ANEXO 2
DESCRIPCIÓN GRÁFICA DE UNIDADES DE
PROCESO
Figura 1.-
Sistema de biofiltros de la tecnología Biostyr
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Figura 2
Sistema de biofiltros aireados de la tecnología Biofor
Figura 3
Sistema de biofiltros aireados de la tecnología Biocarbone
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Figura 4
Sistema de biofiltros aireados prefabricado en estructura metálica para caudales de hasta 1000 m3/d.