Es La Patrona de Bolivia

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Es la patrona de Bolivia.

Y fue cincelada por el escultor inca Tito Yupanqui.


Creador de otras imágenes de la Virgen.
Y que estudió escultura para fabricar esta pieza.

Se halla en el puerto de Copacabana sobre el Lago


Titicaca y fue entronizada en 1583.
.
Es una imagen con rasgos indígenas, que con sus
milagros de la lluvia atrajo a los indígenas a su culto y la
conversión.

El edicto para levantar un templo en su honor es de


1588 y el templo actual se construyó en la segunda
década del 1600, contando con varias reformas.
Está a 3850 metros sobre el nivel del mar y a 8km de la
frontera con Perú.
EL LAGO TITICACA
La península de Copacabana se adentra en el lago
Titicaca, acercándose a las islas del Sol y de la Luna,
antiguos lugares sagrados de los Incas.
Copacabana es una ciudad y puerto de Bolivia, capital
de la provincia de Manco Cápac.
Copacabana se halla enclavada a las orillas del Lago
Sagrado o Titicaca, en la península del mismo nombre.
El grandioso escenario que le rodea está compuesto por
el macizo andino de la Cordillera Real.
El nombre del poblado proviene de la lengua aimara
Kota Kawana: “El Mirador del Lago”.
Ya en la época precolombina las caravanas que se
dirigían a las islas del Sol y de la Luna, tenían,
necesariamente, que pernoctar en la zona lacustre,
hospedados y agasajados por el “jatum runa” la
autoridad mayor de Copacabana.
Esta población se había trocado de simple aldea en
ciudad privilegiada en razón a su posición estratégica
como centro del Imperio de los Incas.
Coimbra Ojopi, autor de “Nuestra Señora de
Copacabana”, afirma que la casta que poblaba
Copacabana era tan ilustre y selecta que los virreyes
de Toledo y Velasco, los eximieron de la “mita”, el
laboreo, a veces por toda la vida.
Los habitantes de Copacabana estaban abocados al
cultivo de la tierra, conservación de monumentos y
templos míticos y a sus pequeñas balsas de transporte,
construidas con la milenaria “totora”.

Allí, a cuatro mil ocho metros sobre el nivel del mar, la


Madre de Dios quiso acercarse a sus hijos para así
atraerlos al verdadero Dios.
.
Lo hizo con la mayor delicadeza y respeto.
.
Lo hizo con el amor de Madre que busca a sus hijos mas
pequeños.
LA IMAGEN
Su rostro tiene rasgos indígenas y es toda dulzura
con su Niño en brazos, que parece caerse pero no.
La Madre lo sostiene segura.
El Niño es el gran regalo que la madre obsequia.
Así surge el culto a la “Santísima Virgen de la
Candelaria, Nuestra Señora de Copacabana”.
Es una efigie de poco mas de cuatro pies modelada
enteramente en pasta de maguey y terminada en
estuco.
El cuerpo de la imagen está totalmente laminado en oro
fino y en sus ropajes se reproducen los colores y las
vestiduras propias de una princesa inca.
Su forma original permanece permanentemente cubierta
por hermosos mantos y trajes.
Su pelo es largo sobre sus hombros.

Fue tallada por Francisco Tito Yupanqui, descendiente


del Inca Huayna Capac.
.
Era escultor aficionado y aunque puso mucho empeño
en su obra, era inexperto.
.
Sus primeros intentos fueron rechazados uno tras otro,
hasta que finalmente Dios le recompensó con poder
lograr esta imagen de la Virgen que fue humildemente
entronizada en una pobre iglesia de adobe y piedras el 2
de febrero de 1583.
.
Lo que hace de este santuario mariano uno de los más
antiguos de las Américas.

El templo actual data de 1805 y la imagen fue


coronada durante el pontificado de Pío XI.
Con el paso del tiempo los fieles donaron, para adorno
de la imagen, gran cantidad de valiosas joyas y el templo
se llenó de regalos y tesoros.
Riqueza que fue posteriormente saqueada por
generales, presidentes y dictadores de turno.
A pesar de ello, la “Coyeta”, como la llaman los quechuas
y los aimaraes; lleva al cuello, en las manos y el pecho,
ricas alhajas y de sus orejas cuelgan valiosos pendientes
de piedras preciosas obsequiados por sus devotos.
En su mano derecha sostiene un canastillo y un bastón
de mando, regalo y recuerdo de la visita que en 1669 le
hizo el virrey del Perú.
La imagen original nunca sale de su santuario y para
las procesiones se utiliza una copia de la misma.
Es típico del santuario, basílica desde 1949, que los que
lo visitan salgan de él caminando hacia atrás, con la
intención de no darle la espalda a su querida patrona.
Su fiesta originalmente se celebraba el 2 de febrero,
día de la Purificación de María, y luego se ha
trasladado al 5 de agosto, con liturgia propia y gran
celebración popular.

TITO YUPANQUI
Desde los primeros días de la Conquista del
Collao por los hermanos Pizarro, hacia el 1538, se
comenzó a predicar el Evangelio.
Esta misión difícil en esos momentos la tomaron los
religiosos de la Orden de Santo Domingo.
En la proximidad de uno de los centros de civilización
más antiguos de América y donde por siglos enteros
recibieron especial culto las falsas deidades de los collas,
quiso María Santísima establecer su trono de amor y
misericordia.
A fin de conquistar para su Hijo a los numerosos
indígenas que poblaban las márgenes del lago navegable
más alto del mundo
Para confirmar la evangelización ya iniciada en el
vasto altiplano, la Divina Providencia inspiró a un indio
de sangre real la confección de una imagen de la
bienaventurada Virgen María.
Francisco Tito Yupanqui, nieto de Huayna Cápac e
hijo de Cristóbal Vaca Túpac Inca, en cuyo escudo
familiar concedido por el Emperador Carlos V tenía
grabado el lema «Ave María»,nació en la península de
Copacabana a mediados del siglo XVI.
En aquella época llegaban al lugar los primeros frailes
dominicos, quienes erigieron una pequeña iglesia
dedicada a Santa Ana, la abuela materna de Nuestro
Señor Jesucristo.
Desde muy niño Tito Yupanqui debió asistir
regularmente al catecismo y a las misas dominicales,
absorto con aquellas narraciones y prédicas, brotando en
él una acendrada devoción por la Santísima Virgen.
Así, ya adulto concibió el proyecto de labrar con sus
propias manos una imagen mariana para su pueblo.
Pero la hechura de barro le salió tan tosca que un
sacerdote, el bachiller don Antonio Montoro, mandó
retirarla de la iglesia y colocarla en un rincón de la
sacristía.
Profundamente apenado, decidió entonces
perfeccionar su arte y se trasladó a Potosí donde
conoció al maestro Diego de Ortiz, de quien aprendió
las técnicas del tallado y pintura.
Antes de comenzar su trabajo, hizo celebrar una Misa en
honor de la Santísima Trinidad, para obtener sobre su
obra la bendición divina.
En la Villa Imperial tomó como modelo una imagen de la
Candelaria venerada en el templo de Santo Domingo,
iniciando el trabajo que acompañó de afectuosas
oraciones y ayunos el 4 de junio de 1582.
Algunos meses después, cuando ya estaba bastante
avanzada la imagen, le fue presentada al obispo de la
Plata como ejemplo de su arte una pintura en lienzo
de Tito Yupanqui, lo que significó un nuevo motivo de
aflicción para éste.
El prelado llegó a decir que era más a propósito para
pintar monas que imágenes de Nuestra Señora.
Humillado, acudió a la iglesia para pedirle al Señor
acierto en el policromado de la imagen.
Con ella regresó a la ciudad de La Paz y se ofreció
como ayudante del maestro Vargas, quien estaba
dorando el retablo de la iglesia de San Francisco.
Tito Yupanqui le contó su historia y el dorador prometió
ayudarle.
Resolvieron entre ambos traer la imagen a escondidas al
taller.
Y mientras trabajaban de día en el retablo, por la noche
hurtando horas al sueño se entretenían en dorar la
imagen, hasta que quedó terminada.
Como suele suceder, el demonio desencadenó una
controversia entre los indios de Copacabana, que se
resistían a admitir una imagen que no fuera obra de
español.
Llegaron hasta proponerle a Tito Yupanqui que vendiera
la suya, para lo cual no faltaban interesados.

Sin embargo, la Divina Providencia, que escribe derecho


sobre líneas torcidas, comenzó a mostrar en ella sus
maravillas.
.
Así, cada vez que fray Francisco Navarrete la llevaba a
su habitación para rezar, le asombraban unos destellos
que salían de la imagen:
.
“No sé, hijos, qué es esto que veo en vuestra imagen –les
dijo el siervo de Dios– que me parece que echa rayos de
fuego”.

Estas noticias llegaron a oídos de don Gerónimo de


Marañón, que a la sazón se encontraba en La Paz.
El Corregidor de Omasuyo, al que pertenecía
Copacabana, encantado con la imagen ordenó su
inmediato traslado al pueblo, para alegría de Tito
Yupanqui.
En ello colaboró también el Alcalde de los Naturales, don
Diego Churatopa, que asignó a diez indios y un huanto
(andas), con los que partieron una venturosa mañana
hacia el corazón del Lago.
El 2 de febrero 1583, en la festividad de la Purificación
de María o Candelaria, fue ceremoniosamente
entronizada en Copacabana la imagen de la Virgen.
Y a partir de ese momento comenzaría a derramar sobre
los pobladores y peregrinos sus caudalosas gracias, que
no han cesado hasta la fecha.
La fama de la singular Patrona del Lago hizo que
varias réplicas fueran creadas por Yupanqui y
enviadas a distintos lugares.
Se sabe que el escultor entregó al indígena Sebastián
Quimichi una imagen similar que actualmente reposa en
Cocharcas (Perú).
También hubo otra para el pueblo de Pucarani,
actualmente desaparecida, así como otra que fue
enviada a Tucumán, en el norte de Argentina.
Sin embargo, luego de la imagen que custodia el Lago
Titicaca, la más famosa es la Virgen de Copacabana de
Brasil, réplica también creada por Yupanqui, que fue
trasladada hasta territorio carioca por un negociante
español muy devoto, que había decidido regresar a su
patria navegando por las costas de Argentina y pasando
por Brasil.
El barco naufragó cerca de costas brasileñas, y él
prometió a la Virgen que llevaba en un cajón de madera
construirle una capilla si lo salvaba. Y así fue.
La playa donde se construyó la iglesia (actualmente
desaparecida) era conocida como Praia do Forte
(Playa del Fuerte), pero con el paso del tiempo y la
extensión de la fe hacia la Virgen, los brasileños
rebautizaron la conocida Praia do Forte como Playa de la
Virgen de Copacabana.
Una herencia, por supuesto, de Yupanqui.
Tito Yupanqui, este indio noble y predilecto de María,
dedicó el resto de su vida a servir y glorificar a tan
gran Señora, muriendo piadosamente a sus pies hacia el
año de 1608 siendo hermano lego agustino.
Francisco Tito Yupanqui podría convertirse en el
primer beato boliviano si los trámites seguidos por la
Conferencia Episcopal de Bolivia llegan a buen término.
Este hombre llevó una vida de santidad dedicada al
prójimo

LA VIRGEN ATRAE
A LOS INDIOS CON
LA LLUVIA
Entre los primeros milagros que obró la imagen fray
Alonso Ramos nos describe éste.
Para atender el culto de la Virgen determinaron los
indios Anansayas sembrar una chacra.
A esta sementera no acudieron los Urinsayas, que se
habían manifestado más reacios a la devoción, alegando
la sequedad del tiempo:
“No obstante todo esto los Anansayas, no sé con qué actos
de fe se fueron a la parte donde la sementera se había de
hacer, y tomando sus tacllas o arados comenzaron a
romper la dura tierra, ablandándola con el sudor de sus
rostros, que por ellos corría con gran prisa a regar el áspero
suelo.
Y estando el aire muy sereno, apenas hubieron comenzado
cuando les cubrió una espesa nube, que defendiéndoles del
riguroso calor, con que casi tenían tostadas las
entrañas, les regó la tierra tan a medida de su deseo,
que dejó envidiosos a los otros indios, pues sólo se dejó
caer en el sitio que para la chacra o sementera de la
Virgen estaba señalada”.
Más tarde el prodigio se volvió a repetir, durante la
sequía que afectó a la comarca en 1587, fecundando
la lluvia las tierras de los devotos Anansayas.
CREACIÓN DEL
TEMPLO MAYOR
Por pergamino Real de Felipe II, del 7 de enero de
1588, se ordenó que se levante un templo para
morada de la Virgen.

El Santuario de Nuestra Señora de Copacabana, Patrona


de Bolivia, se yergue majestuoso a orillas del Lago
Titicaca, a unos 3,850 m.s.n.m. y a escasos 8 km. de la
línea fronteriza con el Perú.
Desde un principio la imagen cobró fama de ser
milagrosa, lo cual se extendió por toda la comarca, el
Virreinato y el continente entero.
.
Los padres Agustinos construyeron la primera capilla
Mayor, entre los años 1614 y 1618.

El Virrey de Lima, Conde de Lemos, apoyó moral y


económicamente la construcción de la Basílica desde
1668 y asistió a la inauguración de la misma en el año
1678.
En la actualidad la Basílica data del año 1805 y la
imagen fue coronada durante el pontificio de Pío XI,
con el paso del tiempo los fieles donaron, para adorno
de la imagen, gran cantidad de valiosas joyas y el templo
se llenó de regalos y tesoros.
Cuando se independizó Bolivia en el año 1825, existía un
ascendiente y permanente presencia de la Vírgen de
Copacabana, en la fe de todo el pueblo.
Sin embargo, en el año 1826 el Presidente de la
República de Bolivia, el Mariscal Antonio José de Sucre,
expropió todas las joyas coloniales del tesoro del
Santuario de la Vírgen para fundirlas en las primeras
monedas de oro y plata de Bolivia.
El 1 de agosto de 1925, año del primer centenario de la
Independencia de Bolivia, la Vírgen de Copacabana fue
coronada como Reina de la Nación.
El 7 de noviembre de 1940, el Templo Mariano de
Copacabana, fue declarado Basílica Menor.
La Basílica de Nuestra Señora de Copacabana, o
simplemente la Catedral de Copacabana es un edificio
de estilo morisco, originalmente de estilo renacentista,
que fue construida en 1550.
La Basílica posee una imponente belleza y una gran
colección de objetos religiosos.
El templo fue construido en estilo renacentista entre
los años 1601 y 1619, por el arquitecto Francisco
Jiménez de Sigüenza, y concluido junto con el atrio y
posas que lo rodean el año 1640.
A decir de los historiadores, Dn. José de Mesa y
Teresa Gisbert, lo más extraordinario del conjunto de
Copacabana es que conserva la Capilla Abierta o
Capilla de Indios, que se puede ver adosada a la nave
del templo.
Las Capillas Abiertas servían para oficiar el culto al aire
libre dada la enorme cantidad de fieles que llegaban a
estos lugares y porque los indígenas estaban
acostumbrados a tener ceremonias religiosas al aire
libre.
Hoy esta capilla no se ve muy bien, sus arcos están
tapiados y está rodeada de construcciones modernas,
pero se la puede ver desde su lado oeste.
Con el paso de los tiempos, el templo de Copacabana
fue quedando pequeño para albergar a la creciente
cantidad de peregrinos durante tiempos coloniales.
En 1651 se terminó la ampliación de la Capilla Mayor en
lo que es la nave actual, contando para ese entonces con
la Nave, la Sacristía, el Atrio y las Torres.
A la par que se iba remodelando la arquitectura de la
basílica, se van mejorando los altares y retablos.
Bajo la orden de los franciscanos, desde 1910 hasta
1913, se levantó el actual Camarín de la Vírgen.
Desde entonces y hasta 1971 se han hecho una serie de
refacciones, pintados, reposición de materiales y otros,
que concluyeron en la Basílica que vemos hoy.
En nuestros días la Basílica es centro importante de
peregrinaje tanto para bolivianos como para peruanos y
católicos de otros lugares, por devoción a la Virgen de
Copacabana.
Entre 1946 y 1947 se construyó en el cerro Calvario un
Vía Crucis con sus catorce estaciones de piedra, a las
cuales se accede con esfuerzo por una rústica escalinata.
De recorrido obligado para el peregrino, el sacrificio del
ascenso es ampliamente recompensado por la
maravillosa vista que se observa desde la cumbre, tanto
del lago como del Santuario de la Virgen.
Cerro El Calvario
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Para otros usos de este término, véase El Calvario (desambiguación).

Vista de El Calvario desde el Lago Titicaca.

El cerro El Calvario está ubicado en una colina, que está en medio de la ciudad
de Copacabana, Bolivia, a orillas del Lago Titicaca.
Unas gradas permiten subir siguiendo las 14 estaciones de la Vía Crucis y alcanzar la cima.
Vale la pena seguir este sendero al finalizar la tarde a fin de apreciar el atardecer desde la
cima. Durante el ascenso, los visitantes pueden comprar camiones y casas en miniatura,
hechas de yeso o plástico, rezar pidiendo a la Virgen que les beneficie con una casa o camión
de verdad, dependiendo de sus deseos y fe.

Basílica de Nuestra Señora de


Copacabana
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Basílica de la Virgen de la Candelaria

Tipo Basílica

Advocación Virgen de la Candelaria

Ubicación [Copacabana (Bolivia)

16°10′00″S 69°05′07″OCoordenadas: 16°1


Coordenadas
0′00″S 69°05′07″O (mapa)

Uso

Culto Iglesia católica

Diócesis Diócesis de El Alto

Arquitectura

Construcción 1601-1619

Estilo Renacentista
arquitectónico

[editar datos en Wikidata]

La Basílica de la Virgen de la Candelaria de Copacabana, ubicada en la ciudad


de Copacabana, provincia de Manco Capac, Departamento de La Paz, Bolivia, es un edificio
de estilo morisco, originalmente de estilo renacentista, que fue construido en 1550 y
reconstruido entre los años 1610 y 1651, con parte de las estructuras que se conservan hoy.

Índice
[ocultar]

 1Historia

 2Distinciones

 3Véase también

 4Enlaces externos

Historia[editar]
Alberga la escultura de la famosa "Virgen de la Candelaria o Virgen Morena", Reina coronada
de Bolivia, tallada hacia el año 1580 por el artista indígena Francisco Tito Yupanqui, nieto del
Inca Túpac Yupanqui.

Vista Panorámica de la ciudad de Copacabana y del Santuario

.
La Basílica posee una imponente belleza y una gran colección de objetos religiosos. El templo
fue construido en estilo renacentista entre los años 1601 y 1619, por el arquitecto Francisco
Jiménez de Siguenza, y concluido junto con el atrio y posas que lo rodean el año 1640. A decir
de los historiadores, Dn. José de Mesa y Teresa Gisbert, lo más extraordinario del conjunto de
Copacabana es que conserva la Capilla Abierta o Capilla de Indios, que se puede ver adosada
a la nave del templo.
Las Capillas Abiertas servían para oficiar el culto al aire libre dada la enorme cantidad de fieles
que llegaban a estos lugares y porque los indígenas estaban acostumbrados a tener
ceremonias religiosas al aire libre. Hoy esta capilla no se ve muy bien, sus arcos están
tapiados y está rodeada de construcciones modernas, pero se la puede ver desde su lado
oeste. Con el paso de los tiempos, el templo de Copacabana fue quedando pequeño para
albergar a la creciente cantidad de peregrinos durante tiempos coloniales.
En 1651 se terminó la ampliación de la Capilla Mayor en lo que es la nave actual, contando
para ese entonces con la Nave, la Sacristía, el Atrio y las Torres. A la par que se iba
remodelando la arquitectura de la basílica, se van mejorando los altares y retablos.
Bajo la orden de los franciscanos, desde 1910 hasta 1913, se levantó el actual Camarín de la
Vírgen. Desde entonces y hasta 1971 se han hecho una serie de refacciones, pintados,
reposición de materiales y otros, que concluyeron en la Basílica que vemos hoy. En nuestros
días la Basílica es centro importante de peregrinaje tanto para bolivianos como para peruanos
y católicos de otros lugares, por devoción a la Virgen de Copacabana.
IGLESIA NUESTRA SEÑORA DE
COPACABANA
La Iglesia Nuestra Señora de Copacabana se encuentra
ubicado en la cuadra 4 del jirón Chiclayo, en el distrito de El
Rímac.

Sus antecedentes históricos se remontan a fines del siglo XVI


cuando La Virgen de Copacabana se veneraba en una ermita
del barrio del Cercado. Hacia 1617 fue trasladada al barrio de
San Lázaro. Tras su devoción se establece una ermita en 1619,
en el mismo lugar donde se encuentra la iglesia actual.
Lamentablemente, desapareció tras el terremoto de 1687. Pese
a los daños causados, el retrato de la Virgen no sufrió
alteración siendo considerado un milagro, por lo que el
entonces virrey del Perú mandó el inicio de la reconstrucción
del edificio, pero esta vez como un templo. Desde entonces, la
Señora de Copacabana, que inició siendo venerada por los
poblados indígenas de la zona, vio ampliado su culto.

Luego de su reconstrucción, el templo amplió sus dominios


siendo construido junto a este un beaterio que solo admitía a
mujeres nobles indígenas. Sobre este beaterio se sabe que el 25
de diciembre de 1691 se redactó un documento de entrega del
mismo a las doncellas de la nobleza indígena del virreinato. Tal
acontecimiento conllevó a la realización de una fiesta de gran
solemnidad nunca visto en el barrio de San Lázaro. Estuvo
presente el virrey Conde de la Monclova, el arzobispo Melchor
de Liñán y Cisneros acompañado de su deán y cabildo
eclesiástico. Hubo procesiones, repiques de campanas, fuegos
artificiales, y concurrencia de la totalidad de las cofradías con
sus pendones y andas portando encima las efigies de sus
santos patrones.

Sin embargo, el 20 de octubre de 1746 un nuevo sismo


sorprendió a la ciudad dejando en ruinas la anterior
edificación. Con ayuda de las rentas de la cofradía y de los
devotos se construyó el actual templo.
La Iglesia de Nuestra Señora de Copacabana es un claro
ejemplo de las etapas de evolución de la arquitectura virreinal
limeña. A su primera planta gótico isabelina se agregó en la
década de 1650 una nueva portada del barroco limeño inicial.
Los terremotos de 1678 y 1687 obligaron al
reacondicionamiento de la planta original hacia una de cruz
latina de estilo barroco. Con el terremoto de 1746 se realizó la
construcción de dos campanarios. Posteriormente se
incorporaron retablos de estilo neoclásico.

En el interior de la iglesia, se encuentran importantes piezas


de arte religioso, un lienzo de Nuestra Señora de Copacabana,
que data del siglo XVI; un Cristo Crucificado del siglo XVIII
que se encuentra ubicado en el crucero de la iglesia y un
famoso lienzo que representa los desposorios de doña Beatriz
Clara Coya con don Martín García Oñaz de Loyola y de Juan de
Borja con Lorenza Ñusta de Loyola. Simboliza la alianza de la
estirpe imperial inca con la aristocracia española.
Interior de la iglesia con vista del retablo mayor

Espinoza Soriano, Waldemar; Baltasar Olmeda, Mery (2010).


“Los beaterios en la Lima colonial. El caso de un beaterio para
mujeres indígenas nobles”. En: Investigaciones Sociales. Vol. 14, N°
24, UNMSM/IIHS, pp. 131–147.
Mariátegui Oliva (1956). El Rímac, barrio limeño de abajo del puente:
Guía histórica y artística. Taller Gráfica Cecil.

San Cristóbal, Antonio (2000). “La reconstrucción de la iglesia


de Nuestra Señora de Copacabana después de 1746”.
En: Histórica, Vol. 24, N° 2, pp. 441–447.

San Cristóbal, Antonio (2011). Arquitectura virreinal religiosa de Lima.


Lima, Fondo Editorial UCSS, Universidad Católica Sedes
Sapientae, Centro de Estudios Patrimonio Cultural.

BASÍLICA DE COPACABANA
La Basílica de Copacabana ubicada en la Plaza 2 de Febrero fue construida con un estilo
renacentista, el año 1550 y reconstruida entre los años 1610 y 1651.

En este templo se encuentra la imagen de la “Virgen de la Candelaria o Virgen Morena”, tallada el


año 1580 por el artista indígena Francisco Tito Yupanqui, nieto del Inca Túpac Yupanqui.

La Virgen de Copacabana es una de las más antiguas imágenes de la Virgen María en América. Su
fiesta se celebra el 2 de febrero y el 5 de agosto en Copacabana. Fue declarada “Reina de la
Nación” en 1925.

La Basílica es centro importante de peregrinaje tanto para bolivianos, peruanos y extranjeros de fe


católica, quienes cada año rinden su homenaje a la Virgen. Es también costumbre visitar la capilla
de velas en la Basílica y prender una vela por cada familiar o persona querida, para que ésta reciba
la protección y bendiciones de la virgen.

ATRACTIVOS

Arquitectura Renacentista, Virgen de Copacabana, Cala de Velas.


Bendición d los autos

Observar la Basílica de Copacabana desde la plaza ya es una bella experiencia, pues se ven
los autos decorados con flores de los devotos de la Virgen de la Candelaria estacionados
esperando su turno para recibir la bendición; con este acto se aprecia un sincretismo bastante
curioso: el sacerdote católica luego de orar bendice el automóvil rociando con agua bendita y
seguidamente un indígena realiza la bendición rociando con alcohol bebible o cerveza y hojas
de coca.
Al traspasar el hermoso muro que rodea la Basílica se puede gozar de la arquitectura tipo
árabe del Templo, es un deleite incluso observar el piso. En la explanada se puede observar
un imponente Calvario en donde se puede observar a numerosos devotos orando en este
sitio.
A penas uno ingresa al Templo queda uno anonadado ante tan espectacular retablo decorado
casi totalmente con láminas de oro. Es importante desplazarse lentamente para gozar de cada
detalle del retablo y de las imágenes. Finalmente puede uno detenerse a orar a la Virgen
Morena con un atuendo muy característico de la zona andina.

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