Art Javier Téllez PDF
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Máscaras, borderlines y
fronteras en Javier Téllez
Víctor Carreño
Facultad Experimental de Arte
La Universidad del Zulia
[email protected]
Resumen: Este artículo propone un acercamiento a la vida y obra del artista venezolano
Javier Téllez, cuya trayectoria nos remite a un imaginario autobiográfico y cultural. Para
comprender sus significados, parto de la revisión de procesos relacionados con la
interculturalidad y la inmigración, tal como los estudia Nestor García Canclini y de la
crítica de la psiquiatría en su intento de demarcar y encerrar la locura, según Foucault. Me
enfocaré en el análisis del performance Bala perdida/ Oneflewoverthevoid, que se realizó
en el evento In Site en la frontera entre México y Estados Unidos, en 2005, con la
participación activa y coordinada de pacientes psiquiátricos de Mexicali y de la bala
humana Dave Smith. Se concluye que Téllez pone en escena las estrategias simbólicas
borderline de los inmigrantes para sobrevivir.
Bordes. Revista de estudios culturales, nº2 (Julio de 2011), pp.22-32, ISSN:2244-8667 |22
Víctor Carreño: Máscaras, borderlines y fronteras en Javier Tellez
Summary: The following article proposes an approach to the life and works of
Venezuelan artist Javier Téllez, whose trajectory refers us to cultural and autobiographical
images. In order to understand its meanings, I start reviewing the processes related to
interculturality and inmigration in the way they are studied by NéstorGarcíaCanclini and
the critic of psychiatry while attempting to demarcate and enclose insanity according to
Foucault.I will mainly focus in the analysis of the Bala Perdida/One flew over the void
performance in the event that took place in situ in the border between Mexico and the USA
in 2005. There was an active and coordinated participation of psychiatric patients from
Mexicali and also from Dave Smith, the human bullet. As a conclusion Javier Téllez brings
to the screen the symbolic borderline strategies used by inmigrants in order to survive.
Javier Tellez
La extracción de la piedra de la locura
1996 / foto tomada de:
http://vereda.ula.ve/wiki_artevenezolano
Introducción.
El arte no demuestra, no necesita demostrar nada, pero el arte dice, expresa significados
que aunque no puedan ser agotados, gravitan en torno a la obra, a su creador y su
contexto. Tanto en su obra como en lo que ha declarado como artista, Javier Téllez no ha
eludido referentes autobiográficos. No es que su trabajo sea confesional, que no lo es, ni
que todos sus productos deban leerse a la luz de su experiencia, pues tampoco es el
caso. Pero, como dije antes, fragmentos de su vida reaparecen y se ocultan, como si el
artista creara con su obra una narrativa de su identidad. He usado el verbo crear y no
reflejar, pues parto de la identidad como algo no predeterminado: esta se va haciendo en
una continua interrelación del sujeto con su historia y su entorno. Téllez se residenció en
los Estados Unidos a partir de los 90, pero antes y después, su obra, que se mueve entre
distintos lenguajes, ha girado una y otra vez en torno a la circunstancia de esas personas
que la sociedad viene refiriendo de distintas maneras, como pacientes, discapacitados,
"anormales", enfermos o siguiendo una tradición antigua, "locos". Téllez ha sido cercano
a ellos desde su infancia, como explicaremos más adelante, y su perspectiva no siempre
ha sido la misma. Así como hay una terminología insegura y cambiante en torno a ellos,
Téllez también ha explorado distintas imágenes y lenguajes para hablar de lo otro e
incluso osando él mismo pasar por "loco" en su propia obra.
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Javier Téllez
Caligari und der Schlafwandler, still de video
foto tomada de:
http://www.artishock.cl/2013
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Este concepto tiene la ventaja de no limitarse a las mezclas raciales o religiosas, sino que
las incluye dentro de unas mezclas más complejas de las culturas. Sin embargo, esta
flexibilidad también acarrea una debilidad conceptual. El concepto puede aplicarse
prácticamente a toda nuestra historia, desde la época colonial hasta la contemporánea,
pasando por los movimientos independentistas en el siglo XIX: "la hibridez tiene un largo
trayecto en las culturas latinoamericanas" (1990:305). Como ha advertido Abril Trigo, "al
abarcar todo no califica nada; si la hibridez permea toda lo cultural, el adjetivo de culturas
híbridas se reduce a un puro pleonasmo, a un gesto trivial y tautológico" (1998:64).
Aunque posteriormente García Canclini (2003) insistirá en el carácter antropológico de su
categoría, pues se encuentra en todas las épocas y culturas, reconocerá que ésta es más
útil cuando la usamos para estudiar procesos de modernización en un panorama global
muy cambiante, donde se producen continuas reagrupaciones nacionales, étnicas, de
clase, en una dinámica contradictoria entre lo que es afirmado y lo que es relegado al
margen.
Quisiera no encerrar a Téllez en una sola mirada, en este caso, la mía. Tratando de
preservar los significados movedizos de su obra, de lo que permanece, como en toda
obra de arte, irreductible a la razón, quisiera acercarme a lo que ofrece su performance
“Bala perdida” como propuesta fronteriza y por tanto en diálogo con otras de este tipo. A
su vez quisiera sugerir como esta obra de Téllez se abre desde el arte de frontera a la otra
escena, tomando esta metáfora del inconsciente usada por Freud, para referirme a todo
lo que es relegado a los márgenes, sea inconsciente o no. Ser un artista "latino" en
Estados Unidos tiene sus riesgos, he sugerido antes. Yúdice (1996) ha señalado cómo a
veces estos se encuentran atrapados entre un discurso exotista y otro de políticas de
identidades. Es altamente sugestivo que Téllez se haya acercado al arte fronterizo sin
suscribirse a ambos discursos, y permaneciendo fiel al trabajo que ha venido haciendo y
ha seguido haciendo después.
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Téllez, apoyándose en Mijail Bakhtin (1984), intenta recuperar lo que el teórico ruso
llamaba lo carnavalesco, esa tradición que subvierte las jerarquías sociales y cognitivas,
que viene en Occidente desde la antigüedad, pasa por la Edad Media y Rabelais y llega a
todos aquellos artistas de imaginación dialógica y plural, opuestos a los de imaginación
monológica. La representación de los desórdenes mentales como estrategia
carnavalesca no aparece solo en la obra y época ya mencionadas, sino en InsaneAsylum
(P.S.1.Museum, 1994) y Jonac 2001 mg (1996), obras también de sus primeros años en
Nueva York, así como en La nave de los locos, presentada en Caracas, Sala Mendoza,
1997. Aunque no es mi propósito hacer un recuento de toda la obra de Téllez hasta el
presente, es evidente que su interés inicial se ha mantenidoluego, como puede verse en
Choreutics (Estudio de movimiento), de 2001, en Bala perdida, de 2005 y en otras obras
más recientes.1
Para delimitar esta incursión en su arte, me concentraré en cómo su obra hace referencia
a un imaginario presente en la iconografía y la literatura en la Edad Media. Su conexión
más directa es con el Bosco, en obras como La extracción de la piedra de la locura y La
nave de los locos, tema que Bosco hereda de una tradición, pero que también se hace
presente en otras ocasiones, como en su emblemática El jardín de las delicias. La pintura
del Bosco ha sido explicada a través de su inserción en una tardía Edad Media
obsesionada con el infierno, con visiones y alucinaciones apocalípticas. En ese mundo
sumergido en crisis sociales y angustia religiosa, los personajes del Bosco aparecen
descolocados, en otro mundo, más allá de la razón. En su obra de juventud, La extracción
de la piedra de la locura, una serie de personajes acompañan al loco, que está en el centro
y en resignada actitud ante quienes lo cercan, que son un médico, un sacerdote y una
monja. Alejandro García Malpica sintetiza el entramado alegórico de estos personajes:
Allí aparecen cuatro figuras: un médico que usa un embudo en vez de un sombrero, cuyo
símbolo es la sabiduría. La locura aparece en ejercicio legítimo de su saber ignorante. El
médico con el saber invertido no extrae la piedra de la locura, sino un tulipán lacustre
generalmente identificado con el dinero (el dinero del paciente). La monja con un libro sobre la
cabeza, medita tal vez sobre la locura curando la locura. ¿Y qué decir del monje en sus
exclamaciones de resignación y convencimiento al paciente para dejarse infligir (1997:32)
La nave de los locos, realizada entre 1495 y 1500, muestra la misma tendencia a
aludir a la locura a través de objetos y personajes alegóricos. Esta vez vemos en la
nave a un fraile y una monja con un laúd, en actitud festiva, así como a borrachos,
gente sumida en el vicio, cuerpos desnudos que emergen del agua al lado de la nave
e intentan robar comida a los del clero, mientras el mástil se convierte en un árbol
desde donde alguien se asoma vigilante, acaso el diablo, y una bandera ondea en una
marcha a la deriva, sin destino. El cuadro está inspirado en el poema Das Narrenschift
(La nave de los locos) (1494), de SebastianBrandt, narración de los pecadores
2
condenados a errar por sus faltas en las aguas con su locura.
1 El tema de los trastornos mentales es recurrente, aunque también Téllez se ha acercado a otros casos "anormales",
como los de las personas con discapacidad visual, captadas en su filme en 16mm LetterontheBlindForthe Use of
ThoseWhoSee (Carta sobre los ciegos para aquellos que ven), estrenado en la Bienal de Whitney de 2008, que muestra
a personas ciegas tocando a un elefante en un zoológico de Brooklyn y expresando sus experiencias
(http://whitney.org/www/2008biennial/www/?section=artists&page=artist_tellez).
2 El cuadro del Bosco admite esta lectura alegórica, y sin embargo, los personajes desnudos en el agua son quizá los más
enigmáticos, los más modernos pues son los menos clasificables y los más desamparados, hundidos en el agua,
agarrados del barco, con la mirada extraviada, interrogativa.
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Este tópico alude a esa costumbre del siglo XV en la Edad Media, que
consistía en expulsar a los locos de las ciudades y meterlos en un
barco errante, lo que por una parte mostraba una práctica del exilio, un
destierro a un mar sin patria, y por la otra conectaba simbólicamente a
la locura con el agua, a su vaivén oscuro y caótico, vinculado a lo
demoníaco (Foucault, 1994: 25-8). Sin embargo, esta simbología no
se ha perdido del todo, solo se ha secularizado y modernizado, como
observa Téllez al comentar su obra Jonac 2001 mg, una instalación
que hace una adaptación contemporánea del mito de Jonás. En vez
de una ballena que se traga a Jonás, Téllez diseña una nave mezcla
de submarino y nave espacial, como una cápsula de Prozac a gran
escala, en un escenario de ciencia ficción donde el espectador podía
observar como un voyeur las actividades de Téllez en su obra cargada
de significados contemporáneos:
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El performance Bala perdida (2005) tuvo lugar en la muestra de arte internacional In Site
que viene realizándose entre Tijuana y San Diego, desde 1992. García Canclini (1999) ha
estudiado agudamente el simbolismo globalizado de algunas de sus obras. El caballo de
Troya de Marcos Ramírez Erre, de la muestra de 1997, es una instalación con dos
cabezas, una mirando al norte y otra al sur, ubicada cerca de las casetas de la frontera. Es
una obra que pone de relieve la interpenetración entre norte y sur, el flujo de capitales y de
migraciones a la luz de todos, contra el estereotipo de que son los inmigrantes los que
invaden Estados Unidos. Otro ejemplo estudiado es el artista japonés YukinoriYanagi,
quien expuso en La bienal de Venecia en 1993, en San Diego, en el marco de In Site en
1994 y en la Bienal de San Pablo de 1996 una obra que consistía en la exposición de
treinta y seis banderas de países diversos. Las banderas están en conexión mediante
tubos por el que se desplazan las hormigas y las van sometiendo a la destrucción y
confusión progresiva. La obra puede verse como una disolución de las identidades
suscitada por las migraciones transnacionales, aunque en los diversos sitios donde ha
sido expuesta ha recibido reacciones diversas, algunas negativas, como en el caso
veneciano, donde se la clausuró por ecologistas que protestaron contra la explotación de
las hormigas.
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Como explica José Manuel Springer, en la edición 2005 de In Site “La supervivencia y la
integración social fueron los criterios que permearon la selección de proyectos por parte
de las curadoras Tania Ragasol y DonnaConwell y de ahí el carácter de laboratorio de
prácticas sociales alternativas” (2005, s/p). Se llevaron a cabo 22 obras en espacios
públicos. El performance Oneflewoverthevoid (Bala perdida), fue realizado con pacientes
del Centro de Salud Mental de Mexicali, del estado de la Baja California. Ellos y Téllez
intervinieron en la selección del vestuario, la música y los anuncios. Portaban pancartas
protestando contra el uso de drogas en su institución. La representación del Tío Sam y las
máscaras de animales por parte de los pacientes simbolizaban, pero manteniéndose en
el ámbito del juego, una protesta contra la frontera, sobre todo en la parte donde se realizó
el evento, que muestra la barda metálica que atraviesa la tierra entre el agua, dividiendo
las playas de Tijuana y San Diego. El lanzamiento de un hombre bala, Dave Smith, desde
el lado mexicano hasta el estadounidense, completaron la puesta en escena irónica del
acto: contra la amenaza del inmigrante, contra la bala humana, no hay nada que temer. El
conflicto de baja intensidad es desproporcionado. Lo mismo debe decirse para con los
pacientes de la institución psiquiátrica. Tanto pacientes como inmigrantes son
transgresores de la “normalidad”, van más allá de las fronteras, de la ley, y hay que
encerrarlos, frenarlos en su borderline para que no se desborden, no importa de donde
provengan, norte o sur.
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Creo que el papel del Artista en nuestra sociedad no es más que el que define la palabra inglesa
Trickster, que podría ser traducida a nuestra lengua como trampista o más coloquialmente,
como sablista o tracalero. Esta palabra pertenece a la terminología de etnólogos y estudiosos
de las tradiciones orales. Personajes como TillEulenspigel, BrerRabitt o nuestro equivalente
local Tío Conejo ilustran perfectamente el término. El artista trickster es el que osa romper los
tabúes, y su desafío es romperlos ingeniosamente. Es el jugador al cual le importa poco ganar o
perder, pues la finalidad de su actividad es el juego mismo (1996 b, s/p).
Téllez vindica el arte como juego y el artista como jugador,como tramposo, y acude al
relato de tradición oralvenezolano, de origen africano, centrado en Tío Conejo ysu
adversario Tío Tigre (el Tío Sam en el performance deTéllez o cualquier instancia social
de poder). Y sin duda TíoConejo juega ingeniosamente con su identidad: engaña,
sedisfraza, se enmascara para sobrevivir en un ambientedesfavorable por la debilidad de
su condición. Pero si bienTéllez dice que le importa más el juego por el juego mismo,más
allá de ganar o perder, es evidente que en el caso de lamigración hay mucho que perder.
El mismo performance deTéllez lo pone de relieve. Al final de éste, Dave Smith
esentrevistado en el lado de la frontera de Estados Unidos yentre lo primero que dice
sonriendo es “Tengo mipasaporte”. Final del juego y de la fiesta: el salto ha sidoposible
gracias a una documentación y una permisología.Pero el performance de Téllez suscita
otra lectura, y es laque tiene que ver con la relación entre migración ypsicopatología. Hay
estudios que si bien señalan que sedesconocen las conexiones exactas existentes ente
ambosfenómenos, uno puede influir sobre otro, en un contextocomplejo donde
intervienen factores socioeconómicos, asícomo la nostalgia de la patria, el stress
aculturativo en elnuevo lugar, y la discriminación. Hay incluso casoscontradictorios,
donde la segunda y tercera generaciónpueden ser más proclives a trastornos mentales
que laprimera generación de inmigrantes.4
El desarrollo festivo del performance de Téllez cuyo clímax está en la elevación de la bala
humana, contrasta con el aterrizaje del viaje, donde la ilusión se desvanece. También es
sugestivo de esa curva emocional crítica que emprende el inmigrante hacia otras
fronteras. La emigración es un salto al vacío, un enfrentamiento a poderes desconocidos.
El extranjero sin embargo no tiene todo perdido de antemano. Su sobrevivencia
dependerá, como en el arte de Téllez, de su performatividad, de su interacción con el otro,
de su asimilación e intercambio de imaginarios.
Javier Téllez
The Greatest Show on Earth
2005
foto tomada de: http://www.artishock.cl/2013
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Hernández. En: http://www.plataformadearte.net/JavierTellez/CarmenHernandez.html
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http://www.replica21.com/archivo/articulos/s_t/383_springer_insit e.html Consultado el
11- 6- 10.
Bordes. Revista de estudios culturales, nº1 (agosto 2010), pp.1-7, ISSN:2244-8667 |32