Hoy Se Inicia La Novena A San Juan Bosco
Hoy Se Inicia La Novena A San Juan Bosco
Hoy Se Inicia La Novena A San Juan Bosco
Cercanos a esta gran festividad, aquí una novena en honor al Santo de los
jóvenes y fundador de la Familia Salesiana:
https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-se-inicia-la-novena-a-san-juan-bosco-padre-y-maestro-de-la-juventud-48650
Oración inicial
Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y
tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y
mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás
presente como origen, fuente y meta de todo.
Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos
como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida,
para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de
Dios cercano, de Dios amigo.
¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor ardiente que tuviste a Jesús Sacramentado
y por el celo con que propagaste su culto, sobre todo con la asistencia a la
Santa Misa, con la Comunión frecuente y con la visita cotidiana; alcánzanos la
gracia de crecer cada vez más en el amor y práctica de tan santas devociones,
y de terminar nuestros días fortalecidos y confortados por el celestial alimento
de la Divina Eucaristía. Amén.
Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme
del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame
alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina
voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una
santa muerte. Amén.
Oración inicial
Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y
tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y
mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás
presente como origen, fuente y meta de todo.
Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos
como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida,
para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de
Dios cercano, de Dios amigo.
¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor ternísimo que tuviste a María Auxiliadora,
vuestra Madre y Maestra; alcánzanos una verdadera y constante devoción a
tan dulcísima Madre, a fin de que, como hijos suyos devotísimos, podamos
merecer su valioso patrocinio en esta vida y de un modo especial en la hora de
nuestra muerte.
Oh Don Bosco Santo, cuando estabas en esta tierra no había nadie que
acudiendo a ti, no fuera, por ti mismo, benignamente recibido, consolado y
ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder
tu gran corazón en amor hacia los necesitados! Mira, pues, mis presentes
necesidades y ayúdame obteniéndome del Señor… (Pídase la gracia).
Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme
del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame
alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina
voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una
santa muerte. Amén.
Oración inicial
Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y
tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y
mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás
presente como origen, fuente y meta de todo.
Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos
como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida,
para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de
Dios cercano, de Dios amigo.
¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor filial que tuviste a la Santa Iglesia y al
Sumo Pontífice, a quien defendiste constantemente; alcánzanos la gracia de
ser siempre dignos hijos de la Iglesia Católica, y de amar al Papa y venerar en
él al Infalible Vicario de Nuestro Señor Jesucristo.
Oh Don Bosco Santo, cuando estabas en esta tierra no había nadie que
acudiendo a ti, no fuera, por ti mismo, benignamente recibido, consolado y
ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder
tu gran corazón en amor hacia los necesitados! Mira, pues, mis presentes
necesidades y ayúdame obteniéndome del Señor… (Pídase la gracia).
Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme
del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame
alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina
voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una
santa muerte. Amén.
Oración inicial
Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y
tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y
mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás
presente como origen, fuente y meta de todo.
Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos
como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida,
para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de
Dios cercano, de Dios amigo.
¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor grande con que amaste a la Juventud y le
hiciste de Padre y Maestro, y por los heroicos sacrificios que sobrellevaste por
su salvación; haz que también nosotros amemos con un amor santo y
generoso a esta porción elegida del Sagrado Corazón de Jesús, y que en todo
joven contemplemos la persona adorable de nuestro divino Salvador.
Oh Don Bosco Santo, cuando estabas en esta tierra no había nadie que
acudiendo a ti, no fuera, por ti mismo, benignamente recibido, consolado y
ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder
tu gran corazón en amor hacia los necesitados! Mira, pues, mis presentes
necesidades y ayúdame obteniéndome del Señor… (Pídase la gracia).
Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme
del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame
alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina
voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una
santa muerte. Amén.
Oración inicial
Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y
tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y
mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás
presente como origen, fuente y meta de todo.
Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos
como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida,
para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de
Dios cercano, de Dios amigo.
¡Oh Don Bosco Santo! Tú que a fin de continuar y extender siempre más tu
santo apostolado, fundaste la Sociedad Salesiana y el Instituto de las Hijas de
María Auxiliadora; haz que los miembros de estas dos Familias Religiosas
estén siempre llenos de tu espíritu y sean fieles imitadores de tus heroicas
virtudes.
Oh Don Bosco Santo, cuando estabas en esta tierra no había nadie que
acudiendo a ti, no fuera, por ti mismo, benignamente recibido, consolado y
ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder
tu gran corazón en amor hacia los necesitados! Mira, pues, mis presentes
necesidades y ayúdame obteniéndome del Señor… (Pídase la gracia).
Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme
del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame
alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina
voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una
santa muerte. Amén.
Oración inicial
Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y
tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y
mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás
presente como origen, fuente y meta de todo.
Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos
como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida,
para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de
Dios cercano, de Dios amigo.
¡Oh Don Bosco Santo! Tú que a fin de obtener en el mundo más abundantes
frutos de fe práctica y ternísima caridad, instituiste la Unión de los
Cooperadores Salesianos; haz que éstos sean siempre modelos de las virtudes
cristianas y providenciales ayudantes de tus obras.
Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme
del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame
alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina
voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una
santa muerte. Amén.
Oración inicial
Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y
tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y
mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás
presente como origen, fuente y meta de todo.
Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos
como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida,
para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de
Dios cercano, de Dios amigo.
¡Oh Don Bosco Santo! Tú que amaste con amor inefable a todas las almas, y
que para salvarlas enviaste a tus hijos hasta los últimos confines de la tierra;
haz que también nosotros pensemos continuamente en la salvación de
nuestras almas y cooperemos con todos los medios posibles a salvar tantos
pobres hermanos nuestros.
Oh Don Bosco Santo, cuando estabas en esta tierra no había nadie que
acudiendo a ti, no fuera, por ti mismo, benignamente recibido, consolado y
ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder
tu gran corazón en amor hacia los necesitados! Mira, pues, mis presentes
necesidades y ayúdame obteniéndome del Señor… (Pídase la gracia).
Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme
del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame
alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina
voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una
santa muerte. Amén.
Oración inicial
Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y
tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y
mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás
presente como origen, fuente y meta de todo.
Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos
como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida,
para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de
Dios cercano, de Dios amigo.
¡Oh Don Bosco Santo! Tú que amaste con un amor de predilección la bella
virtud de la pureza, y la inculcaste con el ejemplo, con la palabra y con los
escritos; haz que también nosotros, enamorados de tan indispensable virtud,
la practiquemos constantemente y la difundamos con todas nuestras fuerzas.
Oh Don Bosco Santo, cuando estabas en esta tierra no había nadie que
acudiendo a ti, no fuera, por ti mismo, benignamente recibido, consolado y
ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder
tu gran corazón en amor hacia los necesitados! Mira, pues, mis presentes
necesidades y ayúdame obteniéndome del Señor… (Pídase la gracia).
Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme
del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame
alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina
voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una
santa muerte. Amén.
Oración inicial
Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y
tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y
mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás
presente como origen, fuente y meta de todo.
Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos
como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida,
para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de
Dios cercano, de Dios amigo.
¡Oh Don Bosco Santo! Tú que fuiste siempre tan compasivo hacia las humanas
desventuras, dirige una mirada hacia nosotros tan necesitados de tu auxilio.
Haz descender sobre nosotros y sobre nuestras familias las maternales
bendiciones de María Auxiliadora; alcánzanos todas aquellas gracias
espirituales y temporales que necesitamos: intercede por nosotros en vida y
en muerte, a fin de que podamos cantar eternamente las divinas misericordias
en el Paraíso Celestial. Así sea.
Oh Don Bosco Santo, cuando estabas en esta tierra no había nadie que
acudiendo a ti, no fuera, por ti mismo, benignamente recibido, consolado y
ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder
tu gran corazón en amor hacia los necesitados! Mira, pues, mis presentes
necesidades y ayúdame obteniéndome del Señor… (Pídase la gracia).
Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme
del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame
alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina
voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una
santa muerte. Amén.