TX Teatro Boliviano
TX Teatro Boliviano
TX Teatro Boliviano
POR
WILLY O. MUt~OZ
Kent State University
Entre la d6cada del diez y del veinte se forma una pl6yade de intelec-
tuales preocupados por el cultivo de las artes. De este impulso salen algu-
nos buenos poetas y ensayistas, pero no asi novelistas ni dramaturgos. Sin
embargo, la euforia de la semilla intelectual estaba echada y la liamada
c<Generaci6n del 21> se adhiere a esta fiebre productiva. Los noveles dra-
maturgos, en sus primeros pasos, hacen una mimesis de la realidad circun-
dante y simultineamente descubren al hombre boliviano, dando comienzo
asi a un teatro criollo. En 1922, el Ateneo de la Juventud de La Paz con-
voca a lo que puede denominarse el Primer Festival de Teatro Boliviano,
a cuyo llamado acudieron los autores de dicha generaci6n. A partir del
7 de octubre de ese afio se estrenaron un total de ocho obras, todas de
dramaturgos nacionales.
Este festival tiene mis importancia hist6rica que artistica, puesto que
hasta entonces nunca se habia visto en Bolivia tal amor al teatro. Estos
j6venes se jactaban de haber creado el teatro nacional, pero no es asi, por
lo menos no este afio, 1922. Las ocho piezas presentadas tienen poco o
nada de boliviano; no se diferencian ni en tono ni en contenido a las es-
critas en el siglo xix. Sin embargo, de este grupo, Angel Salas, Antonio
Diaz Villamil y Humberto Palza si avanzarian, en afios posteriores, a es-
fuera del pais. Se inici6 con un tema patri6tico, Sangre y gloria (1918);
asimismo, abord6 el tema social en El wolfram, que fue reescrito con el
titulo de La huelga de los mineros. La mayor parte de su producci6n esta
compuesta por piezas ligeras, como Por querer volar, Los platos rotos, o
de ambiente local, como Las cholitas del amigo Uria. Sin duda, lo mejor
de su teatro es Melgarejo, drama hist6rico en tres actos que le report6 tal
ganancia, que con esos dineros se compr6 una quinta a la que bautiz6 con
el nombre de <<Villa Melgarejo>> .
6 Raul Salm6n, Teatro boliviano (La Paz: Los Amigos del Libro, 1969), p. 11.
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ye, descenso que echa luz sobre un vicio que podria ser remediado si se
mejoraran las condiciones sociales existentes. El reconocimiento del error
cometido, al que se Ilega en la i1tima escena, sirve para analizar tal o cual
problema social con el prop6sito de proveer una lecci6n moral o un reme-
dio para dicho mal. El autor acusa a la sociedad y a las autoridades que
directa o indirectamente producen tal ambiente, donde el personaje es sim-
plemente arrastrado por la influencia del medio. Hablando el idioma de
las mayorias y escenificando las desventajas del pueblo, Salm6n atrajo al
piiblico: present6 siempre a sala llena por todo el pais. El precio que se
pag6 fue la vulgarizaci6n del arte. Estas piezas expositoras de taras socia-
les son dramones y melodramas afectistas, poblados de personajes unidi-
mensionales que sirven como marionetas para los prop6sitos didicticos
del autor.
Con la experiencia adquirida durante la d6cada de los cuarenta, Sal-
m6n entra en una segunda etapa que 61 ha denominado <<Teatro
Hist6rico
Social . Mucho menos prolifico que en los primeros tiempos, este drama-
turgo publica lo que nosotros llamamos la <Trilogia de los Generales>:
j Viva Belzu! (1952), Juana Sdnchez (1964) y Los tres generales (1969).
Los dos primeros son dramas hist6ricos y el u1timo una fantasia historica,
y los tres son escritos con un prop6sito didactico, pero esta vez recogiendo
lecciones del pasado; haciendo uso del distanciamiento brechtiano en el
prop6sito, pero no en la forma. En esta segunda etapa, Salm6n crea ya un
arte mas depurado: caracteriza bien a sus personajes, eleva el interes del
ptblico y sabe mantenerlo hasta la iltima cortina. La madurez dramitica
alcanzada es notoria, por lo que estas piezas se distinguen de las anteriores;
claro que no puede decirse que estos dramas sean complicados o que se
adentren dentro del campo del teatro experimental, pero si que introducen
recursos novedosos al teatro boliviano de su tiempo. Y lo mis notable es
que no perdi6 a su antiguo piblico.
El <<Teatro Social de Ral Salm6n abre y cierra un ciclo de la produc-
ci6n dramatica boliviana. Su primer periodo prolifico se extiende desde
1943 hasta 1952, afio en que la turbulenta historia de Bolivia trunca la
actividad teatral de este dramaturgo. El mismo se lamenta en un articulo
periodistico de la siguiente manera: <Una segunda etapa... del Teatro So-
cial... [fue] entorpecida, malograda, por la imposici6n oficial de politizar
la actividad esc6nica...> 7. Por esta raz6n, las fechas de aparici6n de iViva
Belzu! (1952) y Juana Sdnchez (1964) cobran vital importancia al coincidir
exactamente con la duraci6n de los gobiernos del Movimiento Nacionalista
SRail Salm6n, <Un par de ideas para "hacer' teatro nacional>, en Presencia Li-
teraria (La Paz, 14 de julio de 1974), p. 2.
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Antes de ese afio cabe mencionar dos dramas de Ernesto Vaca Guz-
man, que t6cnicamente pertenecen al teatro boliviano escrito a fines de
los sesenta. Mirando atrds (1937), que se adelanta casi cuatro decadas a
los teatros experimentales. Inspirado en <El retablo de Maese Pedro>>, el
drama trata de unos estudiantes que presentan un teatro de titeres donde
se critica severamente la opresi6n del gobierno y se traduce claramente el
ambiente de terror imperante. La representaci6n se ve interrumpida por la
policia, que lega por la platea para parar la escenificaci6n, creando pinico
en el piblico. Es decir, el juego de titeres se hace realidad: la vida es el
gran teatro del mundo. Por otro lado, en 1948, publica Berenice, clasificada
por su autor como comedia existencialista en un acto, pero en realidad se
trata de un triangulo amoroso donde los c6nyuges se privan de la felicidad
por falta de comunicaci6n. El valor de esta pieza debe buscarse en la forma
de la representaci6n, en el juego de luz y sombra, en el simbolismo cromd-
tico y en la composici6n de movimientos estilizados, casi como un ballet,
que inclusive esti acompafiada por la misica impresionista de Debussy.
En 1961 y en 1965, en la ciudad de La Paz, se Ilevan a cabo dos festi-
vales de teatro que demuestran la ausencia de nuevos dramaturgos ademds
de que no cuentan con la participaci6n del piblico. No seria hasta las Jor-
nadas Julianas de la Juventud de La Paz (1967) que en el teatro bolivia-
no se de un serio intento de continuar la interrumpida tradici6n teatral.
Los conjuntos que intervienen en esta temporada escenifican una sintesis
<<El
8 Carlos M. Suarez Radillo, teatro boliviano: De o10
hist6rico a lo humano
contemporineo>, en Cuadernos Hispanoamericanos, ntims. 263-264 (mayo-junio
1972), pp. 339-354.
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v6ase los capitulos VII y VIII de mi libro Teatro boliviano contempordneo (La Paz:
Honorable Municipalidad de La Paz, 1981).
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it Guillermo Francovich, Teatro completo II (La Paz: Los Amigos del Libro,
1983), p. 16.
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CONCLUSIONES GENERALES
El teatro, mas que ningin otro g6nero literario, esta intimamente liga-
do al term6metro econ6mico de un pueblo, puesto que esta literatura no
s6lo debe ser publicada, sino tambien representada, actividades casi prohi-
bitivas en Bolivia en los tiltimos tiempos debido a las fluctuaciones en el
mundo de los negocios. Por otra parte, los actores no pueden Ilegar a su
profesionalizaci6n, ya que no cuentan con el apoyo econ6mico del ptiblico.
El poco capital con el que se trabaja se traduce en la falta de la utileria
necesaria para escenificar obras de corte moderno, las que son representa-
das en teatros desesperantemente anacr6nicos. Raz6n por la cual los es-
pecticulos adquieren de improviso una calidad de amateur. De la triada
dramitica -dramaturgo, actores y publico-, el teatro boliviano no cuen-
ta hoy dia con un s6lido nimero de dramaturgos que escriban asidua-
mente. Por ejemplo, entre una y otra obra de Calabi y de Gast6n SuBrez
media mis de una decada, y ellos representan el futuro del teatro bolivia-
no. Francovich, por su edad, quizi haya publicado su iltimo volumen de
teatro. Salm6n y Botelho Gosilvez hace tiempo que abandonaron el teatro
para dedicarse a otras actividades.
Por otro lado, existe un grupo de autores-directores como Eduardo
Perales, David Santalla, Adolfo Mier Rivas y otros que escriben un teatro
popular con bastante exito taquillero, pero que todavia tienen por escribir
la obra que les acredite como buenos dramaturgos. En conclusi6n, como
en Bolivia practicamente no se lee teatro, no se ha creado la necesidad de
asistir a la escenificaci6n de los textos dramiticos, con la consiguiente falta
de ptiblico. El gobierno, en vez de coadyuvar en la ingrata tarea de hacer
teatro, parece cohibir tal actividad al cobrar impuestos exorbitantes que
merman la inicua remuneraci6n del artista, el que tiene que ganarse la vida
en otras actividades. Si afiadimos a este desolado panorama la ausencia
de dramaturgos, muy bien puede afirmarse que Bolivia es un pais que
todavia esta en busca de una expresi6n teatral.