Documentos Administrativos Avance
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Documentos Administrativos Avance
INTODUCCION.
La inmensa mayoría de los actos de la Administración se reflejan por escrito: de ahí que la
comunicación escrita sea un elemento decisivo en la actividad administrativa.
Con esa premisa, el anterior curso Manual de estilo del lenguaje administrativo (o Manual de
lenguaje y estilo administrativo) proponía como objetivo una comunicación escrita de calidad
entre la Administración y el ciudadano. Su instrumento debía ser un estilo administrativo
actualizado y moderno, caracterizado por la claridad, la precisión, la sencillez y la corrección en
el uso de la lengua.
Pero la extensión de la materia ha hecho necesaria esta segunda parte que ahora presentamos.
El curso Práctico de redacción de documentos administrativos comparte objetivo con su
predecesor y lo completa con el estudio de la lengua aplicada a las diversas clases de
documentos utilizados en la Administración pública.
Cualquier texto escrito (un documento lo es), necesita para transmitir con éxito la información
aplicar unas estrategias comunicativas distintas de las que empleamos en la comunicación oral.
Sin poder recurrir al lenguaje corporal o a la presencia física de los interlocutores, es muy
importante: Transmitir la información justa (ni insuficiente ni excesiva) que debe conocer el
lector para poder interpretar el texto.
Por otra parte, el uso, la costumbre y la necesidad de economizar medios han consagrado
unos formatos más o menos homogéneos, que denominamos documentos administrativos.
Aunque el antiformalismo es una de las bases de la actividad documental de la Administración,
el empleo de modelos similares para idénticos actos administrativos ofrece indudables ventajas
al redactor y al destinatario.
Las páginas que siguen van dedicadas a compaginar la redacción correcta y actual que una
sociedad moderna exige con las necesidades y usos particulares de la comunicación de la
Administración
OBJETIVOS:
ASPECTOS GENERALES.
Constancia.
- Esta función esencial del documento comprende varios aspectos: asegurar
la pervivencia y la conservación de los actos administrativos como prueba de su
existencia.
Comunicación.
Los documentos sirven de voz de la Administración para comunicar y dar a
conocer sus actos tanto al ciudadano como a otros organismos públicos.
3. Validez. Para que su emisión sea válida, el documento debe cumplir unos
requisitos internos derivados del acto que contienen, como son la competencia
para adoptarlos y su sometimiento al ordenamiento jurídico y, en especial, al
Derecho administrativo.
La formalización es obligatoria en todo documento que contenga actos
administrativos, incluidos los de mero trámite, cuyos destinatarios sean los
ciudadanos; en los restantes, especialmente los de contenido informativo, es
suficiente con que quede constancia del órgano autor del correspondiente
documento.
de constancia
DOCUMENTOS NO
NORMATIVOS
de juicio
de transmisión
3) Según la fase del procedimiento.
• Acreditación de la notificación
notificaciones
publicaciones
oficios
DOCUMENTOS DE TRANSMISIÓN comunican la
existencia de hechos o actos a otras personas, notas interiores
órganos o entidades cartas citaciones
convocatorias
DOCUMENTOS DE CONSTANCIA O
CONSTATACIÓN
contienen una declaración de conocimiento de un actas diligencias
órgano administrativo, persona o entidad pública o certificados
privada, cuya finalidad es la acreditación de actos,
hechos o efectos
DOCUMENTOS DE JUICIO contienen una declaración de
juicio de un órgano administrativo, persona o entidad, sobre informes
las cuestiones de hecho o jurídicas que sean objeto de un propuestas
procedimiento administrativo dictámenes
Los documentos están compuestos de pequeñas piezas. Unas son obligatorias porque
están regladas por ley; otras, sin embargo, son necesarias para identificar todos los
elementos de la comunicación (emisor, destinatario, lugar y tiempo, contexto...). En esta
unidad examinaremos todos aquellos elementos informativos que son esenciales para
que el documento transmita su mensaje completo y con eficacia.
Tras este importante paso previo, es el momento de tener en cuenta los elementos
indispensables del documento.
2.1. EMISOR
2.2. DESTINATARIO
Las relaciones entre los ciudadanos y la Administración moderna están reguladas por un
tono o registro formal, respetuoso, neutro y correcto. Deben evitarse, por un lado, todas
aquellas fórmulas autoritarias, humillantes o discriminatorias, propias de una
Administración de otro tiempo; y por otro, las expresiones coloquiales, vulgares,
anticuadas o solemnes, que se apartan del tono objetivo y moderno de la relación
administrativa.
Sobre esta base, los tratamientos y las formas protocolarias del emisor y del destinatario
deberán acomodarse a las circunstancias específicas de cada tipo de documento, cuyo
estudio se tratará en la unidad dedicada a los tratamientos personales y honoríficos.
Sea cual sea su fin, todos los documentos contienen una información que es el objeto
mismo de la comunicación. Aunque son muchas las maneras de exponer la
información, se debe buscar siempre la más idónea para el destinatario concreto del
documento. La exposición de motivos del RD1465 establece como primer principio de la
producción documental «la transparencia y la claridad de los documentos administrativos
en su configuración y contenido, así como en la información que proporcionan al
ciudadano».
De acuerdo con las mencionadas normas, la referencia indicará, por este orden:
Los distintos tipos de documentos que hoy manejamos son el resultado del uso reiterado
por generaciones de redactores administrativos y de la aplicación de elementales normas
tipográficas. Todo ello ha dado lugar a modelos muy homogéneos, con algunas
variaciones que, en la mayoría de los casos han dependido más del gusto particular que
de razones de eficacia.
La estructura que de los distintos documentos propone este manual quiere sintetizar el
diseño y las sugerencias de formato de los manuales de estilo editados por diversas
Administraciones autonómicas y central. La combinación de tradición y modernidad que
presentan pretende servir de punto de referencia tanto para el redactor individual como
para los equipos encargados de diseñar plantillas en los organismos administrativos, que
podrán adaptar a sus necesidades específicas estos modelos generales.
3.1. ENCABEZAMIENTO
En la parte superior del documento recae en primer lugar la atención del lector. Por eso
se debe reservar este espacio para la información inmediata, básica y sintetizada de los
elementos fundamentales del documento: identificación corporativa del emisor,
información sintética del documento e identificación del destinatario.
El encabezamiento está expresamente exigido por el art. 4.1 del RD1465 en el que se
exige que, en todos los documentos que deban estar formalizados, incluidos los de
trámite, cuyos destinatarios sean los ciudadanos, figure un encabezamiento en el que
consten, al menos, el título y el número clave de identificación del expediente.
Hoy no existe homogeneidad en las normas de imagen corporativa que aplican las
distintas Administraciones públicas, e incluso se pueden observar dentro de la misma
esfera administrativa injustificadas diferencias.
3.2. CUERPO
3.3. PIE
El Consejero de...
P. D. El Director General de...
Orden de 20 de junio de 2005
(BORM n.º 124 de 25 de junio de
2005)
Observaciones:
Redactar un documento es dar forma lingüística a las ideas que se quieren transmitir y
distribuirlas con coherencia en oraciones y párrafos.
La coherencia es la cualidad por la que el texto se percibe como una unidad cuyas partes
se integran en un todo, y el conjunto resulta lógico e inteligible. Esta cualidad descansa
sobre tres pilares: la unidad de sentido, la unidad formal y el enlace con el contexto.
La unidad de sentido. Hay unidad de sentido si todas las ideas expresadas en el texto
desarrollan un mismo tema central, complementándolo y precisándolo. Estas ideas
deben, además, aportar información suficiente para que se pueda entender el
mensaje, de forma lógica, progresiva y ordenada, sin repeticiones, contradicciones,
sobreentendidos ni saltos lógicos.
La unidad formal. La unidad de sentido se materializa visualmente con la
estructuración en párrafos y oraciones.
Enlace con el contexto o adecuación del contenido del texto a las características del
destinatario: empleo de un lenguaje que comprenda, de términos que le sean
accesibles y un registro adecuado a la relación existente entre los interlocutores.
La coherencia proporciona claridad al contenido del texto, pero será de poca utilidad si
no se refleja visualmente. El elemento gráfico sobre el que recae la responsabilidad de
articular y ordenar la información del conjunto del documento es el párrafo. A él
dedicamos el siguiente apartado.
4.1. EL PÁRRAFO
También es frecuente comenzar por las normas legales que sirven de base y
justificación a la acción que se expresa, especialmente si se transmite un mensaje
que pueda causar algún perjuicio al destinatario:
Ejemplo:
Son conectores las expresiones asimismo, por otra parte, no obstante, por tanto.
Estas palabras no tienen un significado conceptual (no significan nada); sin
embargo, enlazan partes del texto e indican la relación lógica que hay entre ellas.
Pertenecen a esta categoría los conectores que indican una relación lógica de
suma o adición entre contenidos (A + B), añadiendo a la información aparecida
anteriormente un nuevo punto o aspecto o redundando en el mismo tema que el
tratado anteriormente, pero manteniendo la misma línea argumental.
En el ejemplo anterior, lo que aparece tras Asimismo es solo un documento más de los
necesarios, sin darle más relieve o prioridad que a los otros documentos mencionados
antes en el párrafo.
Los conectores de esta clase establecen un contraste u oposición entre los miembros
que vinculan. La información que estos conectores presentan suprime o atenúa la
conclusión que se deduce de la información anterior: la línea argumentativa se ve
interrumpida por una objeción, un contraste u obstáculo.
4. Conectores consecutivos.
A esta categoría pertenecen los conectores que presentan al miembro del texto en que
se encuentran como una consecuencia o la conclusión derivada de la información del
miembro anterior.
5.- Reformuladores.
Son los que presentan la nueva información como una reformulación de la expresada
anteriormente, para mejorarla, explicarla, aclararla o rectificarla.
A este tipo pertenecen los reformuladores explicativos a saber, es decir, o sea; los
rectificativos, como mejor dicho, en cualquier caso, de todos modos o en todo caso: o
los recapitulativos como en suma, en definitiva, en fin, en conclusión.
UNIDAD 5: TRATAMIENTOS PERSONALES Y HONORÍFICOS.
La figura del emisor es más compleja debido a que en el proceso de elaboración de los
documentos participan varias personas, aunque finalmente solo una aparezca como
responsable final del mensaje. Según el grado de formalidad y la intención que se
persiga, puede hacerse presente de distintas formas: la 3.ª persona del singular, la 1.ª
persona del singular y la 1.ª persona del plural.
Sin embargo, el uso del «yo» en las relaciones públicas suele rechazarse por su carácter
comprometido y arriesgado, ya que responsabiliza al emisor del contenido del enunciado
y puede ser interpretado como un gesto de arrogancia o severidad.
Esta persona verbal es adecuada para indicar la acción principal del documento:
autorizo, dispongo, comunico, certifico, informo, solicito, adjunto. Puesto que la acción
que se comunica (‘resolver’, ‘disponer’, ‘denegar’, ‘autorizar’, etc.) solo produce efectos
en el preciso momento en que se pronuncia, es conveniente que se exprese en presente
de indicativo, contra la costumbre de emplear el pretérito perfecto (compuesto):
Los nombres de las instituciones y los cargos de ellas dependientes presentan dos
aspectos:
Con origen en los siglos XV-XVI, el uso de los tratamientos honoríficos es hoy una
costumbre que tiende a desaparecer de la Administración por cuestiones de
modernidad, aunque aún se considere que una incorrecta aplicación es señal de
incultura. El lenguaje administrativo todavía utiliza en exceso estas arcaicas fórmulas
de cortesía y de solemnidad que, en ocasiones, alcanzan altos grados de convención,
formalismo y casi de ridículo.
Usos del tratamiento don/doña. En cambio, don/doña solo se utiliza delante del
nombre de pila, acompañado o no de los apellidos: don Tarsicio Brunchswig.
Para aquellos casos en que deban seguir usándose, aquí aparece la relación de los más
usuales.
Jefes del Estado y sus cónyuges, sin perjuicio del tratamiento específico que les
pueda corresponder.
Poder ejecutivo.
Poder legislativo
Poder Judicial
Judicial
Consejo de Estado
Negrita. Del mismo tamaño que la redonda mayúscula o minúscula, pero con
trazo más grueso. Se recomienda su uso en los siguientes casos:
Para destacar los títulos, subtítulos y epígrafes