Apelacion
Apelacion
Apelacion
° 0016-2017
Cuaderno de prisión preventiva
Carpeta Fiscal n.° 02-2017
Sumilla: Fundamento de recurso
de apelación interpuesto contra el
auto de prisión preventiva del 04
de diciembre de 2017
1. PETITORIO
De conformidad con lo previsto en el art. 405.1.c del CPP de 2004, cumplimos con indicar
que las partes cuestionadas a través del presente recurso de apelación son los fundamentos
jurídicos n.° 3, 3.2.4.1, 3.3.1, 3.3.3, 4, 5.5, 6, 7 y la parte resolutiva del auto de prisión
preventiva.
4. FUNDAMENTOS
La prisión preventiva es una medida cautelar cuya razón de ser es servir a los fines del
proceso. No tiene como fin anticipar una pena ni busca cumplir fines preventivos. Dicho
1
de otra forma, mediante ella no se busca satisfacer alarma social alguna. Su legitimidad
se conseguirá siempre que se respeten los parámetros de razonabilidad y
proporcionalidad (art. 200 de la Constitución Política del Perú).
En el art. 268, lit. a., del CPP, se describe, como primer requisito para imponer
la prisión preventiva, el siguiente: “La existencia de fundados y graves elementos
de convicción para estimar razonablemente la comisión de un delito que vincule
al imputado como autor o partícipe del mismo”1.
1
Conforme a la Casación n° 626-2013-Moquegua: “Vigésimo séptimo. Para la adopción de la prisión
preventiva no se exige que se tenga certeza sobre la imputación, solo que exista un alto grado de
probabilidad de la ocurrencia de los hechos, mayor al que se obtendría al formalizar la investigación
preparatoria; valiéndose de toda la información oralizada y acopiada hasta ese momento (primeros
recaudos).”Vigésimo octavo. Sobre los actos de investigación se debe realizar un análisis de suficiencia
similar al que se hace en la etapa intermedia del nuevo proceso penal, se deben evaluar individualmente
y en su conjunto, extrayendo su fiabilidad y aporte, a efectos de concluir si es que la probabilidad sobre
el hecho es positiva. En caso que el Fiscal se base en prueba indiciaria, deben
cumplirse los criterios contenidos en la Ejecutoria Vinculante recaída en el Recurso de Nulidad número
mil novecientos doce-dos mil nueve-Piura, de seis de septiembre de dos mil cinco”.
2
ROXIN, Claus, Derecho procesal penal, Buenos Aires 2000, p. 259.
2
colusorio inicial entre Barata con Toledo Manrique, al integrarse a este acuerdo
colusorio inicial, complejo y progresivo daría por cumplido el tema del
acuerdo colusorio entre los tres investigados con el funcionario público,
Toledo Manrique, pero asimismo se encuentra presente un peligro potencial al
patrimonio del Estado” (F.J. 3.2.4.1).
A fin de cuestionar lo expresado por el Juez, debemos tener claro qué es lo que
atribuye el Fiscal a mi patrocinado. Se imputa a José Alejandro Graña y Miro
Quesada, Fernando Martín Gonzalo Camet Piccone y José Fernando Castillo
Dibós, “en su condición de Directores de las empresas Graña y Montero S.A.A.,
JJC Contratistas Generales S.A. e Ingenieros Civiles y Contratistas Generales S.A.
respectivamente, haber defraudado al Estado concertándose con Alejandro Toledo
Manrique para sus representadas integrantes de consorcios participantes en el
concurso para la concesión del Proyecto Corredor Vial Interoceánico Sur, Perú –
Brasil, tramos 2 y 3, sean favorecidas, a cambio del pago de una millonaria ilícita
[sic], hechos ocurridos entre los años 2004 y 2005”.
3
del costo”. El juez solo desvaloró un supuesto “conocimiento” de un
comportamiento delictivo sin tomar en consideración que dicho hecho no solo es
falso, sino que, en el caso que hubiera ocurrido, éste no es típico: a nadie se le
puede atribuir un hecho delictivo por el mero pensamiento, de lo contrario, se
afecta el principio de culpabilidad (art. VII del Título Preliminar del CP). Dicho
esto, debo anotar lo siguiente:
4
de una relación entre el Sr. Barata (supuesto cómplice del delito de colusión
desleal) y el Sr. Camet (también supuesto cómplice del mismo delito): ¿Puede
haber cómplice del cómplice? De ninguna manera. El 6 de enero de 2017 se
publicó el D. Leg. 1351, mediante él se modificó el art. 25 del CP (que regula la
complicidad delictiva), indicándose expresamente lo siguiente: “El cómplice
siempre responde en referencia del hecho punible cometido por el autor (…)”. De
esta forma, se supera toda duda respecto a la imposibilidad de admitir la llamada
“complicidad en cadena”. Por ello, podemos concluir que, hoy en día, a través de
la Ley quedó fortalecida la idea expuesta por la doctrina dominante con relación
a la inadmisibilidad de considerar a una persona cómplice del cómplice3.
c. La ayuda del cómplice debe haber sido aprovechada por el autor para la
comisión del delito4. A nivel doctrinal se afirma que “el cómplice debe realizar
un acto que favorezca la ejecución del hecho punible, haciéndola posible o
facilitándola. Una relación directa y efectiva debe existir entre ambos sucesos;
de modo que se le pueda imputar al que presta auxilio el hecho de haber
colaborado en la empresa delictuosa del autor”5.
3
La Corte Suprema, en el Acuerdo Plenario nº 2-2011, estableció como precedente vinculante lo siguiente:
la participación “es dependiente del hecho principal. Esto es, no posee autonomía y configuración delictiva
propia (…)” (F.J. 11). Dicho de otra forma, la participación delictiva estará limitada al vínculo que tiene
con el injusto penal creado por el autor. En esa línea, anota el Prof. MIR PUIG que no resulta admisible “la
participación de la participación”. Y es que de modo unánime se afirma que “el partícipe contribuye a
causar el hecho del autor”. MIR PUIG, Santiago, Derecho Penal. Parte General, pp. 401-402.
4
Al respecto, la Corte Suprema (Casación n° 367-2011-Lambayeque) y el Tribunal Constitucional (STC
n° 1805-2005-PHC/TC) ha señalado que la conducta del partícipe se limita a “coadyuvar” en la ejecución
del plan delictivo del autor.
5
HURTADO POZO, José / PRADO SALDARRIAGA, Víctor, Manual de Derecho penal. Parte General, pp. 176-
177.
5
4.2. IMPUGNACIÓN DEL FUNDAMENTO N.° 3.3.1: INCUMPLIMIENTO
DEL ART. 268, LIT. A. DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL SOBRE LA
APARIENCIA DEL DELITO DE LAVADO DE ACTIVOS
El Juez señala lo siguiente: “este Despacho concluye que existe un alto grado de
probabilidad respecto al delito de lavado de activos imputable en grado de
sospecha grave a los 4 investigados a quienes se les imputa lavado de activos,
concretamente a Fernando Martin Gonzalo Camet Piccone, José Fernando
Castillo Dibos, Gonzalo Ferraro Rey y Hernando Alejandro Constancio Graña
Acuña, por cuanto estos 4 investigados intervinieron de manera directa en la
sesión de utilidades de las tres empresas a favor de empresas vinculadas a
Odebrecht bajo el motivo de “riesgos adicionales” para encubrir o para evitar que
se detecte el verdadero motivo que era el rembolso de esta comisión ilícita que
inicialmente efectuó Odebrecht a favor de Toledo Manrique para que se les
adjudicara la buena pro al Consorcio en general de los Tramos II y III de la
Carretera Interoceánica” (F.J. 3.3.3).
6
La Fiscalía sostiene que estamos ante actos de conversión; no obstante, en el numeral 64 del requerimiento
se menciona que en las actas de junta general de accionistas se percibe el término “riesgos adicionales”
como mecanismo para transferir utilidades “de las empresas asociadas al Grupo Odebrecht”. Sobre este
tema, “transferir” no es “convertir”.
6
subjetivo, resulta imposible conectar el conocimiento con un hecho que es
objetivamente atípico7.
7
Conforme al Acuerdo Plenario n° 3-2010/CJ-116, “El delito fuente, empero, es un elemento objetivo del
tipo legal—como tal debe ser abarcado por el dolo—y su prueba condición asimismo de tipicidad”.
8
BACIGALUPO ZAPATER, Derecho Penal. Parte General, p. 467.
7
la asunción del riesgo por las decisiones y acciones que
determine el líder. Así, la estructura organizacional del proyecto
es necesaria para la correcta asignación de riesgos.
8
Aquí se puede ver cómo existe un mayor pago a favor de OPIC SAC
como consecuencia que asumió todos los riesgos de las obras que a dicha
fecha la concesionaria estaba ejecutando, es decir las obras adicionales.
Estos riesgos se pueden materializar como la administración de la
construcción, los riesgos de la calidad de los materiales, los riesgos del
proceso constructivo, los riesgos de la contratación del personal, equipos
y herramientas, los riesgos del control del costo y el plazo, entre otros
riesgos típicos e inherentes al sector construcción.
9
resultados. Esta frase debe entenderse como que las empresas del grupo
Odebrecht efectuaron tareas que permitieron la obtención de utilidades
en el proyecto. En ningún escenario esto puede leerse como que el
resultado es equivalente a la obtención de la buena pro de la concesión,
ni mucho menos que esta obtención fue de manera ilícita, como lo ha
categorizado el juzgado.
9
SALAS SANCHEZ, Julio, “Los convenios de accionistas en la Ley General de Sociedades y la autonomía
de la voluntad”, en Derecho Societario. Ius et Veritas, Lima 2011, pp. 701-757.
10
Esto significa, según traducción libre:
11
Es importante mencionar que en junio del 2011, Odebrecht aporta S/.10,000,000
soles de capital en la empresa Conirsa, y la participación de JJC Contratistas
Generales en dicha empresa baja a 0.0007%. Además, en diciembre 2011, Conirsa
compra acciones de JJC Contratistas Generales completamente. Como al 31 de
diciembre 2011 JJC Contratistas Generales ya no era accionista de Conirsa,
Odebrecth no distribuye las utilidades de dicho año por lo que se cobra el
diferencial de fee de liderazgo.
Por todo ello, podemos afirmar que ante un hecho lícito, no posible colegir que se
haya efectuado comportamientos antijurídicos como lamentablemente señala el
juez.
De acuerdo al art. 268, lit., b, del CPP, se menciona como segundo requisito para
imponer la prisión preventiva el siguiente: “Que la sanción a imponerse sea
superior a cuatro años de pena privativa de libertad”. Es decir, que la pena concreta
(la que es objeto de determinación por el juez) a imponerse sea mayor a cuatro
años. El cumplimiento de este requisito requiere que se haya verificado la
existencia de elementos de convicción que vincule a mi patrocinado con el delito,
lo cual no sucede en el presente caso. Ello no ha sido suficientemente establecido
por la Fiscalía ni por el Juez por las consideraciones antes expuestas. Además, en
clara afectación al principio de legalidad, se desvalora un hecho prescrito
(colusión desleal simple).
12
y las bases contractuales. Pero nótese que aquí lo único que quiero resaltar es que
este acuerdo inicialmente se entabló entre Barata y Toledo Manrique. En una de
las partes estaba Simoes Barata y en otra Toledo Manrique como funcionario
público. Tenemos elementos de convicción que ya hemos citado, básicamente lo
plasmado en la propia disposición fiscal en donde se hace alusión a este hecho,
en función a la declaración de Barata y a los pagos que habría hecho Odebrecht
a favor de Toledo por un monto, a cambio ser adjudicado con las obras de 20
millones de dólares” (F.J. 3.2.4.1).
El documento mostrado por el Fiscal y que el Juez hizo suyo es una traducción
libre, no se nos muestra una traducción oficial. Durante la audiencia, la Fiscalía
sostuvo que se trató de una declaración brindada a la autoridad peruana. Si fue
así, ¿por qué no mostrar el original de la declaración? ¿Qué certeza se puede tener
de una declaración sin sello ni firma? Este aspecto no fue tomado en cuenta por
el Juez al momento de resolver el perdido de requerimiento de prisión preventiva
a. Quien se reunió con Alejandro Toledo (supuesto autor del delito de colusión
desleal) fue Jorge Barata, no mi patrocinado.
b. El supuesto pago ilícito lo realizó Odebrecht, no lo realizaron las empresas que
formaron parte de las Concesionarias ni Conirsa.
c. Es evidente que el mismo Jorge Barata aceptó que llevó a cabo un supuesto
acuerdo ilícito con Alejandro Toledo, que LUEGO habría —según su
versión— “comunicado” a los demás directores de las empresas Graña y
Montero, JJ Contratistas Generales, Ingenieros Civiles y Contratistas
Generales. Si esto es así, entonces, lo que Jorge Barata habría “revelado” es
que el mismo negoció un acuerdo ilícito con el expresidente Alejandro
10
El Juez señaló que la declaración de Jorge Barata es la de un “colaborador”, lo cual es falso. Él es un
candidato a colaborador, por ello no se le puede aplicar lo indicado en el art. 158.2 del CPP ni lo mencionado
en el art. 48 del Decreto Supremo 007-2017-JUS, relativo al uso de la información proporcionada por el
“colaborador” (no por quien pretende serlo).
13
Toledo. Jorge Barata no declaró —ni la propia Fiscalía ha podido sostener
ni el juez razonablemente explicar— que durante la realización de
semejante acuerdo haya intervenido mi patrocinado.
De esta forma, lo que Jorge Barata habría dicho es que él mismo negoció un
acuerdo ilícito con el expresidente Alejandro Toledo. Incluso, el propio Juez, al
analizar los cargos penales específicos presentados por la Fiscalía, indicó que
Jorge Barata “comunicó a los directores de las empresas asociadas (…) la
conversación sostenida con Alejandro Toledo Manrique y la necesidad de
distribuir el costo de los pagos ilícitos, de cara a ser favorecidos en la licitación
del proyecto Interoceánico Sur”. El postulante a colaborador eficaz Jorge Barata,
entonces, jamás declaró que durante la realización de semejante acuerdo
hubiese intervenido mi patrocinado.
No es verdad, entonces, que Jorge Barata declarara algún hecho que permita
vincular al señor Fernando Camet con el expresidente Alejandro Toledo ni mucho
menos que algún funcionario de la empresa JJC Contratistas Generales
interviniese en la reunión donde supuestamente se habría realizado la concertación
para beneficiar a la empresa Odebrecht con la licitación de los tramos 2 y 3 del
Corredor Vial Interoceánico Sur.
Dicho esto, podemos afirmar que ni la Fiscalía ni el Juez mencionan que Jorge
Barata haya declarado o que, en todo caso, tenga alguna evidencia de que durante
la realización de tal reunión haya intervenido algún representante de la empresa
JJC Contratistas Generales. ¿Qué dijo el juez? Que el acuerdo fue “progresivo”
¿Eso fue lo que señaló Jorge Barata? No ¿qué elemento de convicción muestra el
14
juez que respalde dicha posición? Ninguno. Además, en la resolución objeto de
impugnación no se menciona intervención alguna de mi patrocinado durante las
“tratativas” ni mucho menos en qué momento concreto se habría realizado el
supuesto acto de “comunicación”.
“14 ¿Con que persona de las empresas consorciadas, se abordó el tema, el pago
ilícito a cambio de acceder a la buena pro en la licitación?
Dijo.- Con los miembros del Directorio, en esta época era FERNANDO
CASTILLO (el dueño de IICSA), FERNANDO CAMET (JJC) y JOSÉ GRAÑA
MIROQUESADA (Graña y Montero), con ellos conversé personalmente;
recuerdo claramente que ellos me dijeron yo no sé nada. La reunión del
directorio era normalmente en las oficinas de Odebrecht en San Borja, frente al
pentagonito”.
Luego, al analizar el delito de lavado de activos indica que “con la pericia (…) se
da cuenta que este concepto de riesgos adicionales no existe según las normas de
15
contabilidad generalmente aceptadas, con lo cual se concluye, pues, de que estas
ganancias ilícitas proveniente del delito de colusión habrían sido colocadas por
estas tres empresas al ceder parte de sus utilidades a empresas vinculadas al
grupo Odebrecht”
De otro lado, los peritos indican que no es común la inclusión de los llamados
“riesgos adicionales”. ¿En qué se basa? En la no existencia de documentación
sustentatoria. Si no tenía documentación sustentatoria cómo puede calificar que
no es común. Por lo demás, de algo que no es común no se colige que sea delito.
16
Declaración de Felix Ulderico Declaración de Percy Hernan
Horna Montoya Aparicio Aponte Ponce
17
partidas. No funciona igual para
todos los riesgos. Lo que es
provisionable es algo que tenga
relación con eventos sucedidos o
condiciones existentes”.
Bajo tales parámetros, es falso que estos testimonios corroboren lo señalado por
el Sr. Jorge Barata o que siquiera den cuenta de un acuerdo colusorio, sino que
solo describen en qué consisten el reparto diferenciado de utilidades y su
legalidad, así como, el concepto de los riesgos adicionales, que no se identifican
per se con ningún tipo de irregularidad.
18
podrían salir del país, lo cual se ve acentuado aún más tratándose de los
investigados Ferraro Rey que tiene nacionalidad italiana y Graña Miró
Quesada que tiene también nacionalidad italiana. En conclusión, si bien el
tema del arraigo domiciliario, familiar y económico son criterios para fijar
el arraigo, en suma, son criterios referenciales porque lo único que se debe
tomar en cuenta a propósito del arraigo es si en conjunto garantiza que el
imputado si va eludir o no la acción de la justicia y por lo pronto, el arraigo
de actividad económica y su facilidad para salir del país se encuentra por lo
menos en entredicho, en conclusión, este despacho concluye que el arraigo
en los 5 investigados no sería de una intensidad plena que garanticen que no
van a eludir la acción de la justicia (…)”.
4.7.2. INDICACIÓN
ESPECÍFICA DE LOS FUNDAMENTOS DE DERECHO DE
NUESTRO RECURSO DE APELACIÓN
19
Al respecto, la Corte Suprema, en la casación 631-2015, Arequipa (cons. 5),
en la que el ponente fue el profesor San Martín Castro, ha manifestado con
suma claridad lo siguiente:
A pesar de ello, el juez, sin tener otros datos objetivos que podrían desvirtuar
lo afirmado, con argumentos gaseosos y genéricos ha manifestado que mi
patrocinado no tiene arraigo de calidad, pero ha omitido flagrantemente en
dar las razones por las que mi patrocinado, pese a todo lo expuesto, no cuenta
con arraigo de calidad.
Así las cosas, corresponde que la Sala Penal Nacional de apelaciones deje
sin efecto este extremo de la resolución recurrida por los argumentos ya
expuestos.
La capacidad económica no debe ser vista como una condición que, una vez
verificada, significa la inmediata y automática peligrosidad de fuga. En
realidad, dicha capacidad económica debe ser valorada junto a otros
elementos vinculados al arraigo laboral y familiar. Justamente, la actividad
laboral, por un lado, significa la fuente principal de dicha capacidad
20
pecuniaria que, por el otro, garantiza la estabilidad familiar11. Tal es el caso
de nuestro patrocinado Camet, que -cabe reiterar- sostiene la economía
familiar, más aún cuando tiene un familiar en cuidado de salud, que depende
económicamente de él, y a su menor hija siguiendo sus estudios
universitarios que también depende de él.
Por otro lado, el art. 2, inc. 2 de la Constitución prescribe que toda persona
tiene derecho: “A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por
motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición
económica o de cualquiera otra índole”.
11
En ese sentido, GUERRA PÉREZ, Cristina, La decisión judicial de prisión preventiva, Valencia, Tirant lo
Blanch, 2010, pp. 156-157.
12
BARONA VILAR, Silvia, “El proceso cautelar”, en MONTERO AROCA, Juan/GÓMEZ COLOMER, Juan-
Luis/MONTÓN REDONDO, Alberto/BARONA VILAR, Silvia, Derecho Jurisdiccional III, proceso penal, 15.ª
ed., Valencia (Tirant lo Blanch), 2007, pp. 473-521 (p. 500).
21
fundado en circunstancias objetivas y ciertas del caso concreto” (párr. 159)13,
y ello pese a reconocer que para determinar el arraigo de un justiciable debía
realizar un juicio cualitativo de los criterios establecidos en el art. 269 del
Código Procesal Penal de 2004.
13
Caso J. Vs. Perú. Excepción Preliminar, sentencia de 27 de noviembre de 2013, párr. 159; Caso Norín
Catrimán y otros Vs. Chile, sentencia de 29 de mayo de 2014, párrs. 311 y 312, y Caso Wong Ho Wing Vs.
Perú, sentencia de 30 de junio de 2015, párr. 250.
14
Corte IDH, Sentencia de 27 de noviembre de 2009.
15
Caso Stogmuller, 27 de junio de 1968, párr. 88; Casación n.° 631-2015-Arequipa (FJ. 7).
16
Sentencia casatoria n.° 631-2015-Arequipa (cons. 7)
22
activos. En el caso del delito de colusión, hay que tener en cuenta de que se trata
de un delito de naturaleza grave, ¿qué lo hace? que se exija a propósito de la
magnitud del daño causado conforme a la Casación de Moquegua, dado que al
integrarse a este pacto colusorio inicial sostenido inicialmente entre Simoes Barata
y Toledo Manrique, y aceptar también contribuir en la parte proporcional en el
pago de esta comisión ilícita a cambio de que se adjudique los Tramos 2 y 3, habría
distorsionado el Principio de Transparencia que debe regir todo proceso de
Contratación Pública y estaría causando un perjuicio potencial al patrimonio del
Estado. Dado que este costo económico que habría asumido Odebrecht y que sería
trasladable a las demás empresas consorciadas, en la cual habrían intervenido los
05 investigados, generaría perjuicio potencial en el caso concreto de Camet
Piccone y Castillo Dibos al patrimonio del estado, dado que por lo general, cuando
se hace estos gastos se tiende a trasladar el peso económico de estos pagos ilícitos
al costo mismo de la obra y además porque se esto habría recaído sobre obras
públicas de gran envergadura, como Tramos 2 y 3 de la Carretera Interoceánica y
por montos altos y que para ser favorecidos incluso pagaron comisiones, como se
puede ver, existen varios criterios que nos llevan a colegir, a concluir de que los
cargos que se imputan a Camet Piccone y Castillo Dibos solo por el delito de
colusión son de naturaleza grave (…)”.
(…) Y tratándose del delito de Lavado de Activos, igualmente de naturaleza grave,
atendiendo a que se pretendería ocultar el origen ilícito, esto es, las ganancias
provenientes de la actividad previa que sería el delito de colusión, y que parte de
estas ganancias las habrían cedido a favor de la empresa Odebrecht, bajo el disfraz
o el ropaje jurídico de la cesión de utilidades por concepto de riesgos adicionales
y/o mayores riesgos, cuando en rigor se trataría de ocultar su verdadera esencia,
que vendría a ser el reembolso que tendrían que hacer las 3 empresas consorciadas,
JJCamet, Graña y Montero e Ingenieros a favor de la empresa Odebracht por esta
comisión ilícita que habría pagado Odebrecht a favor de Toledo Manrique para
que sean favorecidos con la adjudicación de los Tramos 2 y 3 (…)”.
Técnicamente, el art. 269.3 del CPP de 2004 prescribe que el peligro de fuga puede
evaluarse a la luz de “La magnitud del daño causado y la ausencia de una actitud
voluntaria del imputado para repararlo”, lo que importa, a decir de la Corte
Suprema, un examen de la gravedad del delito vinculado a las circunstancias que
agravarían la pena a imponer17. De ahí que, continúa la Corte, sea inaceptable
apelar a este criterio para fundamentar el peligro de fuga sobre la base de la falta
de voluntad del imputado para reparar el daño, más aún cuando ello supondría
vulnerar la proscripción constitucional, según la cual nadie puede ser privado de
su libertad por deudas (art. 2.24.d Const.)18.
A ello también se refiere SAN MARTÍN CASTRO, al destacar, precisamente, que una
interpretación literal de dicho criterio es “(…) desacertado, pues condiciona la
17
Sentencia casatoria n.° 626-2013-Moquegua (cons. 48).
18
Sentencia casatoria n.° 626-2013-Moquegua (cons. 49-50).
23
valoración de la conducta del procesado frente a un hecho futuro e incierto como
es el pago de una eventual reparación civil y, además, adopta un canon para la
determinación de la pena como es el hecho de analizar su comportamiento frente
a la víctima”19.
En cualquier caso, conforme lo explica DEL RÍO LABARTHE, si lo que se pretende
es analizar este criterio en relación al eventual peligro de fuga que el imputado
puede incurrir, pero sin caer en la interpretación errónea de tomar en
consideración la sola magnitud del daño causado como una causal destinada a
evitar la reincidencia delictiva, es preciso “(…) mantener la postura de evaluar la
actitud del imputado frente al resarcimiento, siempre en forma favorable, como
indicador de su buena conducta procesal, y como un criterio que desincentiva el
riesgo de fuga”20.
No obstante esta línea de interpretación, el ad quo ha dejado sin contenido la
finalidad última de la prisión preventiva como una medida de coerción procesal
personal, al fundar el peligrosismo procesal en un criterio de carácter preventivo,
esto es, al concluir que mi patrocinado, en este extremo, incurre en el peligro de
fuga luego de haberse advertido, presuntamente, su vinculación con los delitos de
colusión y lavado de activos que, vale indicar, todavía siguen siendo objeto de
investigación, en manifiesta violación del derecho a la presunción de inocencia.
Esta errada interpretación también fue objeto de crítica por la propia Corte
Suprema, al sostener que entender la primera parte del art. 269.3, “(…) como una
referencia a la forma de realización del ilícito penal, a la especial violencia o
gravedad con que se ha cometido, (…) supondría un criterio que quiere evitar el
riesgo de una posible reiteración delictiva, lo que es inaceptable en una medida
cautelar, que no se orienta en fines preventivos propios de la pena, sino en el
peligro procesal. Esto se agravaría si se considerara que a lo que hace referencia
es a la reacción que el delito produce en la sociedad, la repulsa ante la comisión
de ciertos hechos, pues en este caso la prisión preventiva constituiría una sanción
que satisface a la sociedad, a la par de una medida de seguridad de carácter
preventivo”21.
Por lo expuesto, en cumplimiento de la doctrina jurisprudencial vinculante
postulada por la Corte Suprema en la citada sentencia casatoria n.° 626-2013-
Moquegua (cons. 48-50), es preciso dejar sin efecto este extremo de la
argumentación esbozada por el ad quo, dado que, como se señaló, el criterio
sentado por el propio magistrado ha tendido a desnaturalizar la prisión preventiva
de una medida de coerción procesal a una medida de pena anticipada.
19
SAN MARTÍN CASTRO, César, Derecho procesal penal. Lecciones, Lima (Inpeccp), 2015, p. 461.
20
DEL RÍO LABARTHE, Gonzalo, Prisión preventiva y medidas alternativas, Lima (Instituto Pacífico), 2016,
p. 214.
21
Sentencia casatoria n.° 626-2013-Moquegua (cons. 46).
24
4.9.1. ARGUMENTOS DE LA RESOLUCIÓN IMPUGNADA
“(…) Ahora en el presente caso concreto, cuando se habla de la organización
criminal, no se está hablando de que estos 05 investigados sean integrantes de una
organización criminal, si no, se está hablando de la vinculación de estos 05
investigados con esta presunta organización criminal, concretamente con la
empresa criminal denominada Odebrecht. Con relación a la existencia de la
organización criminal, esto ya ha quedado plasmado en la Disposición Fiscal N°
06 cuando se ha hecho alusión a la existencia de una presunta organización
criminal, en este caso identificado en la empresa Odebrecht, que sería una empresa
criminal de carácter nacional e internacional, que, a cambio de pagos ilícitos,
habría buscado la adjudicación de obras públicas no solamente en el Perú sino en
diversas partes del extranjero (…)”.
El art. 269, inc. 5 del Código Procesal Penal prescribe que para calificar el peligro
de fuga el juez, entre otros criterios, tendrá en cuenta “La pertenencia del
imputado a una organización criminal o su reintegración a las mismas”.
(Resaltado nuestro)
Como puede apreciarse, todos los documentos citados –a los que además ha
aludido el juez y, por tanto, conoce, establecen expresamente que el criterio que
25
se debe tener en consideración es la pertenencia a una organización criminal del
procesado.
Siendo ello así, le pregunta es: ¿mi patrocinado pertenece a una organización
delictiva? Evidentemente y claramente no. Y no lo decimos nosotros, lo reconoce
la propia fiscalía, así como el propio juez. Es por ello que de manera sumamente
cuestionable este juez ha “creado” un criterio nuevo al que ha denominado
“vinculación con una presunta organización criminal”22.
Es más, la “interpretación” realizada por el juez vulnera el art. VII.3 del Título
Preliminar del Código Procesal Penal, en virtud del cual se precisa que “la
interpretación extensiva y la analogía quedan prohibidas mientras no favorezcan
la libertad del imputado o el ejercicio de sus derechos”.
22
Es más, como explica GUERRA PÉREZ, los tipos delictivos, aún aquellos que generan mayor alarma
social -o repercusión informativa- no tienen por qué denotar un mayor o menor riesgo de fuga. Podría
asumirse inicialmente que la pertenencia a una banda organizada sí es indicativa de un mayor riesgo de
fuga, pero esto dependerán realmente de las propias circunstancias personales, las mismas que deberán
haber sido sometidas a una valoración adecuada y, luego, motivada. Así, concluye lo siguiente: “la
complejidad del delito no dice por sí sola del peligro de fuga, salvo que ello se conecte con las propias
características personales del inculpado, a su capacidad organizativa y de acción, etc.”. GUERRA PÉREZ,
Cristina, La decisión judicial de prisión preventiva, Valencia, Tirant lo Blanch, 2010, pp. 152-153.
23
Pastor, Daniel R. “Las funciones de la prisión preventiva”. En: Tendencias. Hacia una aplicación más
imparcial del derecho penal, Editorial Hammurabi, Buenos Aires, 2012, p. 271.
26
investigados, y este criterio de la gravedad de la pena hace prever de que advierta
que podrían eludir la acción de la justicia por el solo criterio de la gravedad de la
pena (…)”.
24
CIDH. Informe n.° 84/10, Caso 12.703, Fondo, Raúl José Díaz Peña, Venezuela, 13 de julio de 2010,
párrs. 150, 152, 153, y 172; ComIDH, Informe sobre el uso de la prisión preventiva en las américas, 2013,
http://www.cidh.org
25
CIDH, Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador, de 21 de noviembre de 2007, párr. 103; Caso
Barreto Leiva Vs. Venezuela, de 17 de noviembre de 2009, párr. 111; entre otros.
27
“Este Despacho ha escuchado la justificación que han dado las defensas técnicas
de los 5 investigados para justificar a título de qué las tres empresas habrían
cedido parte de sus utilidades a la empresa Odebrecht, y han presentado
diversa documentación para justificar y que tendrían que ver con estos
riesgos adicionales. Pues bien, este despacho ha evaluado estas documentales que
han presentado los investigados para sustentar la cesión de parte sus utilidades
de las tres empresas peruanas a favor de Odebrecht. Pero además este
despacho ha concluido, analizando estos documentos justificatorios, que más que
justificar, habrían sido o servido para regularizar e incluso para ocultar su origen
ilícito, es decir, este Despacho identifica una clara conducta de obstaculización a
la actividad probatoria, que, si bien no ha sido invocada expresamente por el
Ministerio Público, sin embargo, del análisis de la propia presentación de los
documentos por parte de los abogados de la defensa técnica de los investigados,
se clarifica esta conducta de obstaculizar la actividad probatoria presentando
documentos con el objeto de pretender maquillar con alto grado de probabilidad
el verdadero motivo por el cual cedieron, que no sería otra cosa que el reembolso
por esta comisión ilícita inicial que habría pagado Odebrecht a favor de Toledo
Manrique para que se les adjudique la buena pro en los Tramos 2 y 3 de la carretera
interoceánica”.
4.11.2. INDICACIÓN
ESPECÍFICA DE LOS FUNDAMENTOS DE DERECHO DE
NUESTRO RECURSO DE APELACIÓN
El frecuente recurso a afirmaciones genéricas por parte del juez afecta claramente
el derecho de defensa de mi patrocinado, tanto más si realiza ello con el propósito
de sostener que hay peligro de obstaculización y, consecuentemente, imponerle
una prisión preventiva arbitraria a mi patrocinado.
Tal razonamiento del juez para afirmar que hay peligro de obstaculización por
presentar elementos de convicción de descargo contradice palmariamente el
derecho de defensa que se encuentra regulado en el art. 139, inc. 14, de nuestra
Constitución, puesto que impide de manera arbitraria e irrazonable el ejercicio de
este derecho. En efecto, el razonamiento del juez impide que la defensa pueda
presentar elementos de descargo para desvirtuar la imputación realizada por la
fiscalía, lo que lleva a dejar en una clara indefensión a mi patrocinado.
Es más, no solo ello, sino que, como se puede advertir del extracto en referencia,
el ad quo, al acudir a afirmaciones genéricas sin mayor precisión indiciaria, ha
terminado atribuyendo indebidamente a mi patrocinado una conducta procesal
que su defensa ni él han realizado: ofrecer ciertos elementos de convicción con el
objeto de dar visos de legalidad a una situación con apariencia delictiva.
Lo anterior, más allá de que mi patrocinado no lo ha realizado, ofrecer ciertos
elementos de convicción, no es más que una expresión del derecho de defensa,
por lo que la argumentación del juez no puede ser tolerado.
Y es que, como bien lo ha afirmado la Corte Suprema, al destacar en la sentencia
casatoria n.° 626-2013, Moquegua, citada por el propio ad quo, según la cual “No
son admisibles como criterios para determinar –la aplicación de la prisión
28
preventiva–, la actitud legítima adoptada por el procesado en ejercicio de algún
derecho que el ordenamiento le ha reconocido” (cons. 53).
Con esto, aun en el supuesto negado de que mi patrocinado haya ofrecido los
elementos de convicción necesarios para cuestionar el estándar de prueba o la
calificación jurídica exigidos dentro del fumus comissi delicti (art. 268.1 CPP de
2004), tenemos que tal ejercicio, en la medida de que se enmarca dentro del
ejercicio legítimo del derecho de defensa en su vertiente del derecho a utilizar los
medios de prueba pertinentes (art. IX.1 TP CPP de 2004) o el principio de
contradicción que subyace a la esencia de la audiencia que antecede la
procedencia o no de la prisión preventiva, no puede ser entendido como una
conducta obstruccionista.
En este sentido, resulta abiertamente cuestionable que el ad quo haya decidido
evaluar como elemento de cargo una conducta procesal no adoptada por mi
patrocinado ni por su defensa, al mismo tiempo que deliberadamente y sin mayor
fundamentación alguna decidió no dar mérito a la conducta procesal respetuosa
de la presente investigación que mi patrocinado ya había desplegado, incluso,
antes de ser comprendido como investigado, lo que da cuenta de su voluntad de
colaborar en el esclarecimiento de los hechos.
Efectivamente, el juez, en lugar de valorar negativamente el ejercicio legítimo de
un derecho, debió tener en consideración la conducta concreta que ha tenido mi
patrocinado durante todo este tiempo, antes y después de tener la calidad de
investigado. Y es que, como bien lo manifiesta la Corte Suprema en la casación
n.º 626-2013, Moquegua, (cons. 51), el comportamiento procesal “(…) es uno de
los [elementos] más importantes, pues permite hacer una efectiva prognosis de la
probabilidad de fuga del imputado sobre la base de la real conducta que ha
manifestado a lo largo de la investigación u otras etapas que están ligadas a la
huida o intento de fuga, como son la asistencia a diligencias, el cumplimiento de
reglas establecidas por una medida cautelar alternativa, la voluntad dilatoria del
imputado, declaraciones de contumacia, falta de pago de la caución (cuando está
válidamente constituida), etc”.
Siendo ello así, consideramos que el ad quem debe dar mérito a la conducta
procesal de mi patrocinado, que fue flagrantemente omitida por el juez a quo, la
que se pone en evidencia a través del siguiente cuadro:
Defensa Fiscalía
n.° Fecha Pertinencia Fecha Disp./Prov. Respuesta
1 05.04.17 Solicitud de copia
referida a la
denuncia
presentada ante el
despacho fiscal y
que fuera
difundida por la
propia
Procuradora en el
29
programa “A
Bocajarro”.
2 12.04.17 Solicitud de 17.04.17 Providencia Desestima la
copias de la S/N solicitud luego
denuncia de la de informar
Contraloría que la
General de la Denuncia
República interpuesta por
presentada ante el Contraloría
Despacho del General de la
fiscal. República no
guardan
relación con
los hechos
materia de
investigación.
3 21.04.17 Solicitud de 26.04.17 Providencia Desestima la
copias de la n.° 290 solicitud por
disposición fiscal considerar que
que se pronunció mi patrocinado
sobre el escrito de no ha sido
la Procuraduría comprendido
Pública en el que en la
se solicita Disposición de
comprender a mi apertura de
patrocinado en la diligencias
investigación. preliminares.
4 22.11.17 Solicitud para
participar en los
actos de
investigación
seguidos contra
mi patrocinado, a
efectos de
contribuir con el
esclarecimiento
del caso.
5 01.12.17 Apersonamiento
a efectos de
ejercer los actos
de defensa
amparados por
ley.
30
como investigado– puede ser valorada para estimar que existe peligro de fuga u
obstaculización. Todo lo contrario, mi patrocinado ha tenido una actitud de
sujeción al proceso.
Conviene empezar este punto, citando las acertadas palabras del presidente del Poder
Judicial, sr. Duberli Apolinar Rodríguez Tineo, quien en una clase sobre medida de
coerción manifestó lo siguiente:
“(…) y la última medida cautelar, la más grave y la más extrema, cuando no existe
otra medida, es la prisión preventiva, pero así como nuestros jueces en materia
sustantiva, la única pena que utilizan es la pena privativa de la libertad, igualito
los jueces de investigación preparatoria donde está el nuevo código y los jueces
penales, jueces instructores, donde no está el nuevo código, ¿qué hacen? Usan la
prisión preventiva como la medida monopólica, como si fuese la única medida
cautelar, por eso ahora mi posición estará orientada fundamentalmente a golpear
el uso abusivo perverso que hacen los jueces respecto a la prisión preventiva, y
por idea ustedes, que son de la familia judicial, saben perfectamente… ¿por qué
se llama prisión preventiva? Porque no es una prisión definitiva, es una prisión
provisional, porque una prisión definitiva es producto ¿de qué? de una sentencia
condenatoria firme, una prisión preventiva no es por una condena, es por una
sospecha, y si es por una sospecha donde todavía no hay certeza de culpabilidad,
¡por qué vamos a mandar a todo el mundo preso! ¡Eso debe ser una medida
excepcional!, no la regla, pero ahora en el Perú, el Poder Judicial ha sido tomado
por asalto por la Santa Inquisición de la Edad Media, desde el más humilde de los
jueces de investigación preparatoria hasta supremos son carceleros parece hasta
por mandato genético, son carceleros a ultranza, a todo el mundo lo mandan preso
en prisión preventiva (…)”26.
26
Curso sobre el Código Procesal Penal D.L. n.° 957, de fecha 08.03.15. Tema: Medida de coerción
personal. Expositor: Duberli Apolinar Rodríguez Tineo, disponible en
https://www.youtube.com/watch?v=mCgqmtyRPL0&t=2588s (última visita: 06 de diciembre de 2017).
31
o incluso cualquier otra medida que sirva que sea menos intensa a la prisión
preventiva que sirva para garantizar la sujeción de los investigados al proceso,
¿cuál es la lógica? Si se detecta una alternativa menos gravosa que cumple con la
misma finalidad de la prisión preventiva, es claro que debe optarse por la medida
menos gravosa, pero si se detecta que esta medida menos gravosa no cumple la
misma finalidad que la prisión preventiva pues bien en ese caso sí resulta necesaria
la prisión preventiva (…). En principio, respecto a este bloque de investigados,
tratándose de los investigados Fernando Camet Piccone y José Fernando Castillo
Dibós, este despacho entiende de que si comparamos la medida de prisión
preventiva que podría imponerse con otras medidas alternativas menos gravosas
como vendría a ser la comparecencia con restricciones, este despacho considera
de que la comparecencia con restricciones no cumpliría la misma finalidad que la
prisión preventiva, atendiendo básicamente al peligro de fuga que se cierne
sobre estos investigados básicamente por el hecho de la gravedad de la pena,
por la magnitud del daño causado, por su vinculación con una presunta
organización criminal “Odebrecht” y por el hecho que pretenderían
perturbar la actividad probatoria con la documentación que habían
presentado, razón por la cual este despacho considera que la comparecencia con
restricciones no cumple con la misma finalidad que la prisión preventiva, razón
por la cual la prisión preventiva sí es necesaria respecto a estos investigados (…)”.
32
República, Alejandro Toledo Manrique, distorsionando el principio de
transparencia que debe regir en contratos de obras públicas (…)”.
4.12.2. INDICACIÓN
ESPECÍFICA DE LOS FUNDAMENTOS DE DERECHO DE
NUESTRO RECURSO DE APELACIÓN
a) Subprincipio de idoneidad.
33
Por lo expuesto en el presente escrito, el recurso a favor de mi patrocinado se sustenta
en las siguientes disposiciones legales:
- Artículo 405 del CPP, que se refiere a las formalidades del recurso, con los
que cumple acabadamente el presente recurso.
- Artículo 414.1.c del CPP, que se refiere al plazo para la interposición del
recurso, el cual es cumplido en el presente caso.
- Artículo 416.1.d del CPP, que se refiere a los autos que son apelables, entre
los que se encuentra el auto de prisión preventiva.
6. AGRAVIO
7. PRETENSIÓN CONCRETA
Solicito a usted, señor juez, tener por fundamentado el recurso de apelación dentro del
plazo legalmente otorgado, admitir el recurso y disponer la elevación del cuaderno
respectivo a la Sala de Apelaciones Nacional correspondiente, a fin de que se REVOQUE
la resolución emitida por vuestro despacho el 04 de diciembre del presente año; en
consecuencia, se declare INFUNDADA la solicitud de prisión preventiva presentada por
el Ministerio Público y se le imponga COMPARECENCIA SIMPLE a mi patrocinado.
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