R C 1118-2016-Lambayeque
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SENTENCIA DE CASACIÓN
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CALIFICACIÓN DE CASACIÓN N.° 1118-2016/LAMBAYEQUE
FUNDAMENTOS DE HECHO
Primero. Según la acusación fiscal de fojas uno, se desprende que se imputa a los
encausados Armando Arigo Benel y Alan Zurita Elera haber presentado documentación
falsa con la finalidad de obtener de COFOPRI el título de propiedad a nombre de
Armando Arigo Benel y lograr la posterior inscripción de dicho predio en los Registros
Públicos de Chiclayo.
Cuarto. Posteriormente, las defensas técnicas de los encausados Alan Mychel Zurita
Elera y Armando Arigo Benel Vidaurre, interpusieron recursos de apelación a fojas
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Sexto. Las defensas técnicas de los encausados Alan Mychel Zurita Elera y Armando
Arigo Benel Vidaurre, interpusieron recurso excepcional de casación a fojas noventa y
ciento cinco, respectivamente. Recursos impugnatorios que fueron admitidos, por la
Primera Sala Penal de Apelaciones, mediante la resolución de fojas ciento trece, del
diecinueve de octubre de dos mil dieciséis. El Colegiado Superior advirtió que se había
cumplido con los requisitos establecidos en el artículo 405 del Código Procesal Penal.
Los sentenciados interpusieron el recurso de casación en defensa de los derechos que
consideraban que habían sido vulnerados con la resolución recurrida. Los recurrentes se
encontraban debidamente facultados, dichos recursos han sido interpuestos dentro del
plazo de ley, se fundamentó adecuadamente el perjuicio causado, así como se
estableció la pretensión impugnatoria concreta con la finalidad de desarrollar la
doctrina jurisprudencial respectiva.
Octavo. Instruido el expediente en Secretaría, por decreto de fojas ciento treinta y tres
del cuadernillo, del ocho de enero de dos mil dieciocho, se señaló la audiencia de
casación para el dieciocho de enero de dos mil dieciocho, a las nueve horas. La misma
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que se realizó con la concurrencia de las partes procesales, por lo que corresponde
expedir sentencia.
Noveno. Deliberada la causa en secreto y votada el mismo día, este Tribunal Supremo
acordó pronunciar la presente sentencia de casación en los términos que se detallarán.
Se señaló para su lectura el día de la fecha de la presente resolución.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Primero. La defensa técnica del encausado Alan Mychell Zurita Elera, en su escrito
formalizado de fojas noventa, solicitó el desarrollo de doctrina jurisprudencial conforme
con el artículo 427, inciso 4, del Código Procesal Penal, por las causales previstas en el
artículo 429, incisos 1 y 3 de la citada norma procesal, garantía constitucional de la
debida motivación de las resoluciones judiciales e indebida aplicación y errónea
interpretación de la norma penal que emerge del tipo penal de falsedad ideológica
(artículo 428 del Código Penal).
1.1. Armando Benel Vidaurre, en el año dos mil nueve, realizó las gestiones ante
COFOPRI, en donde Alan Zurita Elera se desempeñaba como técnico de
empadronamiento, quien lo atendió e indicó los requisitos que debía presentar
para adquirir el título de propiedad del predio materia de litis, entre estos: la
verificación del domicilio del posesionario, el documento Declaración jurada 1B en
la que el solicitante debía declarar ser posesionario del inmueble, la declaración
jurada de cuatro personas –con sus respectivas firmas y huellas–, luego de haber
leído el documento.
1.2. El cuatro de marzo de dos mil diez, se hizo el empadronamiento, se recabaron las
firmas y huellas de cuatro personas, y se declaró que el encausado Benel Vidaurre
era posesionario, la misma que luego fue autorizada y tenida en cuenta por el
empadronador Zurita Elera, conforme con el procedimiento.
1.3. Se registró la titularidad a nombre de Benel Vidaurre, por lo que José Raúl Sánchez
Gálvez presentó una denuncia contra Benel Vidaurre, por considerarse propietario
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del predio materia de litis, el mismo que le fue vendido por Filomena Vidaurre
Tuñoque.
1.5. La defensa indica que se llegó a demostrar científicamente que las firmas y huellas
les pertenecen a los declarantes, con lo cual quedó desvirtuado el delito, pues
nunca se introdujeron declaraciones falsas, debido a que los firmantes eran
conscientes de lo que suscribían.
1.7. Debe establecerse si para la configuración del delito de falsedad ideológica, “se
puede considerar declaración falsa la declaración jurada (documento) prestada
por personas con firma y huella dactilar, quienes posteriormente nieguen su
autenticidad, pese a existir un examen pericial que reafirme que dichas firmas y
huellas les pertenecen”.
1.8. No es posible convertir en falsa una declaración jurada cuando sus declarantes, en
un primer momento han dado certeza sobre su contenido y alcances, y luego en
un acto posterior nieguen lo que allí se expresa.
1.10. Debe tenerse en cuenta que el documento tiene solo una página.
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mismo y los cuatro testigos antes señalados, pese a no conocer al sentenciado Benel
Vidaurre ni constarles su posesión sobre el terreno, dieran fe de lo contrario. Por lo que
de lo vertido, se colige que el documento materia de cuestionamiento está referido a
la Declaración Jurada 1B” adjunta en el cuadernillo a fojas ciento treinta y seis.
Quinto. Bajo este tamiz, se aprecia un tema de marcado interés. Se expone la necesidad de establecer
los alcances del artículo 428, del Código Penal (delito de falsedad ideológica), esto es, la conducta
delictiva (insertar en instrumento público declaraciones falsas concernientes a hechos que deban
probarse con el documento) y la naturaleza del objeto sobre el cual recae la acción penal (la calidad o
no de documento público de la Declaración Jurada 1B). Ello, a su vez, amerita la verificación de las
razones expresadas por las instancias de mérito para sustentar su decisión, pues se declaró probado el
delito de falsedad ideológica a pesar de que se acreditó que los testigos firmaron sus respectivas
declaraciones juradas.
Sexto. En suma, se cuestiona la errónea interpretación de una Ley penal –elementos objetivos del delito
de falsedad ideológica– y, además, se controvierte la motivación de la sentencia en el ámbito de la
determinación de la relevancia penal de los hechos imputados y una fundamentación de la probanza
del elemento subjetivo del tipo penal. Ello permite que los dos motivos válidos, objeto de examen
casacional, son los previstos por el artículo 429, incisos 3 y 4, del Código Procesal Penal. Para la
aceptación de ambos motivos se aplica la doctrina de la voluntad impugnativa, que permite encuadrar
los motivos invocados en el que legalmente correspondan. Se excluye, por tanto, la vulneración de
garantías constitucionales, pues la afectación de la motivación de las resoluciones encuentran respaldo
en el inciso 4, del artículo 429, del Código Adjetivo Penal.
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7.1. El juicio de subsunción típica realizado por las instancias inferiores, conforme con lo
referido en el fundamento tercero.
7.2. Que, el delito de falsedad ideológica, previsto en el artículo 428 del Código Penal
establece que:
El que inserta o hace insertar, en instrumento público, declaraciones falsas concernientes a hechos
que deban probarse con el documento, con el objeto de emplearlo como si la declaración fuera
conforme a la verdad, será reprimido, si de su uso puede resultar algún perjuicio, con pena privativa
de libertad no menor de tres ni mayor de seis años y con ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco
días-multa.
El que hace uso del documento como si el contenido fuera exacto, siempre que de su uso pueda
resultar algún perjuicio, será reprimido, en su caso, con las mismas penas.
En nuestro sistema, tal carácter es definido por la norma prevista en el artículo 235
del Código Procesal Civil, el cual establece:
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ello, es necesario que la autoridad que lo haya suscrito sea competente para dar
fe de los hechos que se manifiestan en el instrumento. Tal situación permitirá dar al
documento un efecto erga omnes (‘oponible a terceros’), brindando mayor
seguridad jurídica.
Documentos que acreditan posesión. Entre los documentos que indistintamente acreditan posesión
tenemos los siguientes: […] 8. En el caso que los poseedores no cuenten con la documentación antes
indicada, se deberá tomar la declaración escrita de por lo menos cuatro vecinos o de todos los
colindantes, la que constará en un formulario de declaración jurada adjunto a la ficha de
empadronamiento (es necesario llenar todos los datos que el formulario requiere).
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certificado la veracidad de lo expuesto en él, sino solo que el requisito legal se haya
formalmente cumplido.
Los datos consignados en la presente DECLARACIÓN JURADA se presumen ciertos, en aplicación del
numeral 1.7., del artículo IV, del título preliminar de la Ley 27444, por lo que COFOPRI está facultada
para efectuar la verificación y fiscalización posterior. En el supuesto de que los datos consignados en la
presente DECLARACIÓN JURADA resultarán falsos, se iniciarán las acciones legales correspondientes.
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8.1.1. La Casación N.° 482-2016/Cusco, del veintitrés de marzo de dos mil diecisiete,
emitida por la Primera Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la
República:
Segundo. […] el inciso 4, del artículo 429, del Código Procesal Penal, tiene como enunciado normativo
el siguiente: “Si la sentencia o auto ha sido expedido con falta o manifiesta ilogicidad de la motivación,
cuando el vicio resulte de su propio tenor”. Este enunciado contempla dos hipótesis: i) Falta de
motivación. ii) Manifiesta ilogicidad de la motivación. En ambos supuestos, el vicio debe resultar del
propio tenor de la resolución, lo que desde luego obvia un análisis de las actuaciones judiciales –del
resultado probatorio– para confrontarlo con la resolución emitida; y, por consiguiente, delimita el
examen casacional a la propia resolución emitida. Este es el supuesto típico de “juicio sobre el juicio”.
Quinto. La falta de motivación está referida no solo: 1. A la ausencia absoluta de análisis, probatorio y
jurídico penal, en la resolución judicial; esto es, a la carencia formal de un elemento estructural de la
resolución –motivación inexistente– (muy excepcional, por cierto). También está relacionada: 2. A la
motivación incompleta o insuficiente, que comprende la falta de examen respecto: i) De aspectos
centrales o trascendentes del objeto del debate, puntos relevantes objeto de acusación y defensa,
esto es, pretensiones en sentido propio y no meras alegaciones que apoyen una pretensión (STSE del
quince de marzo de dos mil doce). ii) De pruebas esenciales o decisivas para su definición y entidad –
sin las cuales pierde sentido la actividad probatoria, y las postulaciones y alegaciones de las partes
procesales–. iii) De la calificación de los hechos en el tipo legal –tipicidad– y de las demás categorías
del delito relevantes, de la intervención delictiva, de las circunstancias eximentes o modificativas de la
responsabilidad en caso de haber concurrido. iv) De la medición de la pena y fijación de la reparación
civil cuando correspondiera. 3. A la motivación aparente, que es aquella la que incorpora
razonamientos impertinentes sobre los puntos materia de imputación o de descargo (objeto del
debate), o introduce razonamientos vagos, genéricos o imprecisos, al punto que no explique la causa
de su convicción. Este apartado, sin duda, igualmente, comprende: 4. Aquellas sentencias que dan
lugar a una imposibilidad de subsunción por inexistencia de la premisa mayor. Esto es así: i) Cuando el
detalle de los hechos y sus circunstancias, gramaticalmente, resulte incomprensible. ii) Cuando por la
omisión de datos o circunstancias importantes, esto es, extremos capitales o fundamentales del relato
fáctico –según el objeto del debate–, no es posible conocer la verdad de lo acontecido, qué fue lo
que sucedió. iii) Cuando el detalle de los hechos se describa en términos dubitativos o ambiguos.
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Sexto. La motivación ilógica está conectada con la valoración de las pruebas lícitamente
incorporadas al proceso (artículo 393, numeral 1, del Código Procesal Penal); solo estas se pueden
utilizar como fundamento de la decisión. La valoración probatoria exige el respeto de las reglas de la
lógica –se incluye, las máximas de la experiencia y las leyes científicas– (artículo 393, numeral 2, del
citado Código). La razonabilidad del juicio del juez descansa ya no en la interpretación (acto de
traslación) de las pruebas o en su selección bajo la regla epistémica de relevancia, sino en la
corrección de la inferencia aplicada. El enlace entre el elemento de prueba extraído del medio de
prueba que da lugar a la conclusión probatoria –que es el dato precisado de acreditar– debe estar
conforme con las reglas de la lógica, las máximas de la experiencia o las leyes o conocimiento
científicos. Si se escoge una regla lógica, una máxima de la experiencia o una ley científica
equivocada o impertinente, es decir, que no corresponde –incluso si no se incorpora una de esas
reglas–; o si se escoge una de estas demasiado genérica o amplia para definir el caso concreto; o si se
le aplica incorrecta o equivocadamente; en estos casos, la inferencia resultante será equivocada. Se
requiere que el análisis que proyecta el juicio de inferencia en función a las pruebas –datos objetivos
acreditados– excluya la arbitrariedad como consecuencia de la vulneración de las reglas del criterio
humano.
8.1.2. La Casación N.° 41-2012, Moquegua, del seis de junio de dos mil trece, emitida
por la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia.
Uno de los contenidos del derecho al debido proceso es el derecho de obtener de los órganos
judiciales una respuesta razonada, motivada y congruente, con las pretensiones oportunamente
deducidas por las partes en cualquier clase de procesos. Debiendo precisar que el contenido esencial
se respecta siempre que exista fundamentación jurídica, congruencia entre lo pedido y lo resuelto y,
por sí misma, exprese una suficiente justificación de la decisión adoptada, aun si esta es breve o
concisa. No requiriendo que, de manera pormenorizada, el Tribunal o Juzgados se pronuncien en
forma expresa y detallada sobre todas las alegaciones que las partes puedan formular dentro del
proceso. En suma, garantiza que el razonamiento empleado guarde relación y sea proporcionado y
congruente con el problema que el Juez Penal corresponde resolver –véase sentencia del Tribunal
Constitucional número mil doscientos treinta guion dos mil dos guion HC oblicua TC, fundamento
jurídico diez al quince–.
8.2. De los argumentos expuestos por la defensa de los encausados Zurita Elera y Benel
Vidaurre, se desprende que hacen referencia a que se sanciona al agente por el
delito de falsedad ideológica “pese” a existir elementos suficientes que reafirman
la veracidad de lo indicado en el documento.
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CALIFICACIÓN DE CASACIÓN N.° 1118-2016/LAMBAYEQUE
9.1. La declaración del agraviado José Raúl Sánchez Vidaurre, quien refirió que el
dieciséis de octubre de dos mil doce, cuando se encontraba en las afueras de su
casa (ubicada en la calle José Gálvez 475 de Lambayeque, la misma que compró
a su madre el veinte de mayo de mil novecientos setenta y siete, mediante
escritura pública que obra en la notaría, inscrita en el registro predial de la
Municipalidad), vio que una persona identificada como Elmer Tejada Tullume
efectuaba trabajos en su predio y al cuestionarlo este le dijo que dicho inmueble se
lo había vendido el encausado Armando Arigo Benel Vidaurre, a quien no conoce.
Por lo que procedió a efectuar la denuncia. Señaló, además, que vive en una
pieza de dicho inmueble por lo que es falso que el encausado citado haya estado
en posesión desde el mes de febrero de mil novecientos noventa y ocho.
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CALIFICACIÓN DE CASACIÓN N.° 1118-2016/LAMBAYEQUE
9.4. La declaración plenarial del encausado Alan Mychell Zurita Elera, quien refirió que
se desempeñó como empadronador de COFOPRI durante los periodos de 2007-
2009 y 2010-2012. Su labor era recabar solicitudes presentadas en la oficina e ir a
diferentes distritos para realizar labores de empadronamiento. Recababa
documentos de identidad y/o partidas de nacimiento, defunción de los
posesionarios, recibos de luz y agua, auto avalúos, minutas. Para obtener un título
debía llegar al domicilio del posesionario, hacer llenar la Declaración Jurada 1B y el
testimonio de cuatro vecinos que den fe de que el posesionario vive en dicho lugar,
los cuales eran buscados por el empadronador y el posesionario. Señaló que no
recordaba con exactitud el empadronamiento del domicilio de su coencausado,
pero indicó que ha debido verificar la posesión. Reconoció la Declaración Jurada
1B materia de cuestionamiento presentada en este proceso, como el documento
que se utilizó en el proceso de formalización. Que fue él quien hizo firmar y poner
huella a los vecinos que aparecen en el documento. Señaló también que, en el
presente caso, ingresó al inmueble materia de empadronamiento.
9.5. La declaración plenarial del encausado Armando Arigo Benel Vidaurre, indicó que
le solicitó a su coencausado Zurita Elera información respecto al procedimiento que
debía seguir en COFOPRI. Precisó que presentó ante COFOPRI la documentación
requerida, sin embargo, los testigos que dan fe de su posesión no son los que
consigna en su Declaración Jurada 1B. Señaló que cuando fue notificado de este
proceso, le reclamó a su coprocesado por qué había consignado personas
diferentes de sus testigos –Moisés Sandoval y Fernando Varias– si no los conoce,
pero su coencausado Zurita Elera le dijo que ese problema se iba resolver. Siempre
estuvo consciente que nunca ejerció la posesión del predio materia de litis, al
momento de suscribir la Declaración Jurada 1B.
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El que de cualquier otro modo que no esté especificado en los capítulos precedentes, comete
falsedad simulando, suponiendo, alterando la verdad intencionalmente y con perjuicio de terceros, por
palabras, hechos o usurpando nombre, calidad o empleo que no le corresponde, suponiendo viva a
una persona fallecida o que no ha existido o viceversa, será reprimido con pena privativa de libertad
no menor de dos ni mayor de cuatro años.
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apartado a. El artículo 57 del Código Penal conforme con el artículo modificado por el
artículo 1 de la Ley N.° 29407, publicada el dieciocho de setiembre de dos mil nueve,
vigente al momento de los hechos, establecía:
El juez puede suspender la ejecución de la pena siempre que se reúnan los requisitos siguientes: 1. Que
la condena se refiera a pena privativa de libertad no mayor de cuatro años. 2. Que la naturaleza,
modalidad del hecho punible y la personalidad del agente hiciera prever que esta medida le impedirá
cometer nuevo delito. 3. Que el agente no tenga la condición de reincidente o habitual. El plazo de
suspensión es de uno a tres años.
DECISIÓN
Por estos fundamentos, declararon por mayoría: FUNDADOS los recursos de casación
concedidos por los motivos de errónea interpretación de la Ley Penal y falta o
manifiesta ilogicidad en la motivación, interpuestos por las defensas técnicas de los
encausados Alan Mychell Zurita Elera y Armando Arigo Benel Vidaurre, a fojas noventa y
ciento cinco, respectivamente, contra la sentencia de vista del cuatro de octubre de
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dos mil dieciséis, que confirmó la sentencia de primera instancia del uno de julio de dos
mil dieciséis; que condenó a dichos encausados como autores del delito contra la Fe
Pública, en la modalidad de Falsedad Ideológica, previsto en el artículo 428, primer
párrafo, del Código Penal, en perjuicio del Estado y de José Raúl Sánchez Vidaurre, fijó
cuatro años de pena privativa de libertad efectiva y ciento ochenta días multa,
equivalente a mil doscientos setenta y cinco soles, que deberán abonar a favor del
Estado e impuso la suma de treinta mil soles y cuatro mil soles, por concepto de
reparación civil, que deberán abonar los referidos encausados en forma solidaria a
favor del agraviado Sánchez Vidaurre y del Estado, respectivamente; en consecuencia,
CASARON la sentencia de vista del cuatro de octubre de dos mil dieciséis y sin reenvío
actuaron en sede de instancia, REVOCARON la sentencia de primera instancia en el
extremo que condenó a los encausados Alan Mychell Zurita Elera y Armando Arigo
Benel Vidaurre, como autores del delito contra la Fe Pública, en la modalidad de
Falsedad Ideológica, previsto en el artículo 428, primer párrafo, del Código Penal, en
perjuicio del Estado y de José Raúl Sánchez Vidaurre, y fijó cuatro años de pena
privativa de libertad efectiva y ciento ochenta días multa, equivalente a mil doscientos
setenta y cinco soles, que deberán abonar a favor del Estado e impuso la suma de
treinta mil soles y cuatro mil soles, por concepto de reparación civil, que deberán
abonar los referidos encausados en forma solidaria a favor del agraviado Sánchez
Vidaurre y del Estado, respectivamente; y, reformándola: CONDENARON a los citados
encausados como autores del delito contra la Fe Pública, en la modalidad de Falsedad
Genérica, en perjuicio del Estado y de José Raúl Sánchez Vidaurre, impusieron tres años
de pena privativa de libertad suspendida en su ejecución por el periodo de prueba de
dos años, bajo las siguientes reglas de conducta: a) No ausentarse del lugar de
residencia sin previo aviso del juez. b) Comparecer mensualmente y de manera
obligatoria al Juzgado a informar y justificar sus actividades. c) Reparar el daño
causado mediante el pago de la reparación civil; y fijaron en treinta mil soles y en
cuatro mil soles, las sumas que por concepto de reparación civil deberán abonar, en
forma solidaria, a favor del agraviado Sánchez Vidaurre y del Estado, respectivamente.
ORDENARON la inmediata libertad de Alan Mychell Zurita Elera y Armando Arigo Benel
Vidaurre, que se ejecutará siempre y cuando no exista mandato de detención o prisión
preventiva emanada de autoridad judicial competente. DISPUSIERON que se dé lectura
de la presente sentencia casatoria en audiencia pública y se publique en el diario
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oficial El Peruano, de conformidad con los previsto en el numeral tres, del artículo
cuatrocientos treinta y tres, del Código Procesal Penal. Hágase saber.
S. S.
LECAROS CORNEJO
QUINTANILLA CHACÓN
CHÁVES ZAPATER
CASTAÑEDA ESPINOZA
JLLC/rmcz
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CUARTO. Uno de los agravios planteados por los casacionistas, es que los
datos ingresados no fueron falsos (se asienta en el mérito de la pericia
grafotécnica).
1 Frisancho Aparicio, Manuel. Delitos contra la fe pública. Lima: Avril Editores, 2011, p. 218.
2 Ib, p. 85.
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funcionario o servidor público todo aquel que, independientemente del régimen laboral en
que se encuentre, mantiene vínculo laboral o contractual de cualquier naturaleza con
entidades u organismos del Estado.
5 Esta Suprema Instancia precisó que una excepción razonable a la teoría tradicional de la
todo aquel otorgado o autorizado, con las solemnidades requeridas por la ley, por notario,
escribano o por otro funcionario público competente, para acreditar algún hecho, la
manifestación de una o varias voluntades y la fecha en que se producen.
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7 Castillo Alva, José Luis. La falsedad documental. Lima: Jurista Editores, 2011, p. 103.
8 Es trascendental apreciar el sentido de la posfirma del documento de folio ciento
cuarenta y cuatro, también suscrito por Zurita Elera, en que se verifica la calificación del
cargo como “empadronador/verificador”.
9 El trabajo dignifica, no se trata de menospreciar las labores, sino que en la administración
S. S.
SALAS ARENAS
10 Ver fundamento cuarto, del recurso de queja excepcional número ciento sesenta y
nueve-dos mil catorce/Lima, de uno de setiembre de dos mil catorce. Ponente: San Martín
Castro. En la jurisprudencia comparada de España, considera que la incorporación de los
documentos inicialmente (o por su origen) privados a los expedientes administrativos,
producía un cambio de naturaleza transformándolos (por destino) en oficiales o públicos
(sentencia del TS número cuatro mil ochocientos ochenta y seis/mil novecientos noventa y
seis de diecinueve de setiembre de mil novecientos noventa y seis); en ese sentido, se
precisa que los formularios emitidos por los organismos oficiales en los que constan los
campos que han de ser cubiertos por quienes hacen la declaración, antes que sean
llenados carecen en realidad de carácter documental, pues no expresan ni incorporan
datos, hechos o narraciones con eficacia probatoria o de cualquier otro tipo de relevancia
jurídica (sentencia del TS número ocho mil noventa y tres/dos mil nueve del veintisiete de
octubre de dos mil nueve).
11 Ver numeral dos punto cuatro, del voto singular del ponente, emitido en el Recurso de
queja número seiscientos-dos mil trece, del once de agosto de dos mil catorce, Sala Penal
Transitoria.
12 No comparto la desvinculación que la mayoría efectúa.
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