Hipnosis Introspectiva, Libro Aurelio. Impresión Dos Páginas Por Hoja Papel Legal, Febrero 22 de 2018
Hipnosis Introspectiva, Libro Aurelio. Impresión Dos Páginas Por Hoja Papel Legal, Febrero 22 de 2018
Hipnosis Introspectiva, Libro Aurelio. Impresión Dos Páginas Por Hoja Papel Legal, Febrero 22 de 2018
¡Profundo!
Otra manera de profundizar el trance hipnótico consiste en levantar su
brazo y ordenarle que lo mantenga en esa posición, mientras le dices algo
como lo siguiente:
Voy a contar de cinco a uno... Al llegar a uno tu brazo estará muy pesado e irás
diez veces más profundo en tu relajación... ¡Cinco!... Tu brazo se está poniendo
pesado como el plomo... ¡Cuatro!... Está muy pesado, se está bajan-
do... ¡Tres!... Cada vez está más pesado, como una barra de plomo... ¡Dos!... Al llegar
a uno caerá e irás muy profundo...
¡Uno! Diciendo esto, empujas súbitamente su brazo hacia abajo.
CÓMO HIPNOTIZAR A NIÑOS.
En la terapia por regresión da muy buen resultado la técnica del cam- bio
de roles, consistente en sugerirle al paciente durante el trance hip- nótico que
deseamos hablar con la otra persona a través de su mente. Usualmente el
sujeto desempeña muy bien su papel y actúa y piensa como si realmente fuese
el otro, lo cual le proporciona al terapeuta una excelente herramienta para
lograr el propósito de la sesión.
CRISIS CURATIVA
mental o físico, algunos se llegan a sentir “peor” que antes de la terapia. Pero
estos síntomas son signo de que se hizo un buen trabajo, que se tocaron y
elaboraron aspectos muy importantes y profundos en la men- te no-
consciente del paciente. Normalmente esto se normaliza en unos días, dando
paso al estado de salud buscado, al equilibrio natural bio-psi- co-emocional.
Después de una regresión hipnótica, un paciente analítico puede opinar
que todo lo ha imaginado, que lo ha creado su mente. Pero a nivel no-
consciente le hemos dado un recurso que puede ser muy im- portante en su
sanación: Ayudarle a pensar diferente con respecto a sus problemas o
dolencias.
Así como nadie que esté gozando de buena salud se hace una cirugía
simplemente para explorar su cuerpo para ver qué encuentra, tampoco es
conveniente que busque hacerse una regresión hipnótica a vidas pasadas por
curiosidad de averiguar quién fue anteriormente. El estado mental (afectos,
emociones, miedos y diversos sentimientos), se puede comparar con el agua
más o menos cristalina en la superficie de un lago: Si alguien escarba en el
fondo, se levanta lodo y enturbia por un tiempo el agua de la superficie. En lo
profundo de la mente tenemos huellas de vivencias pasadas que no es
conveniente recordar. ¿Por qué efectuar la regresión de memoria para llorar
el recuerdo de episodios infelices del pasado, o alimentar el ego con la
grandeza ilusoria de creer que fuimos un perso- naje importante?
Si al venir a la Tierra olvidamos nuestro supuesto pasado, valoremos el
presente y preparemos un futuro mejor en nuestro beneficio, seamos
sinceros con nosotros mismos y procuremos cambiar de manera racional y
consciente las malas tendencias.
De manera similar a una cirugía, que sólo se debe hacer para extraer
tumores o corregir defectos físicos, la regresión de memoria se recomien-
El paciente debe tener claro qué expectativas tiene y qué espera cam-
biar con la terapia regresiva. A continuación, se le sugiere que se siente o
recueste en una posición cómoda, y se procede con la inducción para lle-
varlo a un estado hipnótico. Para evitar las barreras que algunos pacientes
ponen por causa de su ansiedad o preconceptos de lo que habrán de ver o
sentir al ser hipnotizados, resulta práctico decirles inicialmente que sólo
vamos a efectuar una experiencia psicológica, una exploración emocional,
para determinar su sensibilidad.
Cuando el paciente esté narrando vivencias de una supuesta vida pa- sada, se
le puede “despertar” condicionado a esa época: Ahora voy a contar de uno a
tres. Al llegar a tres, abre tus ojos, pero continúa allí donde estás; observa cómo
es tu casa... Cómo te iluminas en las noches... Cómo es tu re- lación con tu
familia... A qué te dedicas... Cómo estás vestido... Qué religión tienes... ¡Uno!...
¡Dos!... ¡Tres!... ¡Abre los ojos!
Al abrir los ojos, usualmente no reconoce a las personas presentes, ni la
casa en la que se encuentra (aunque sea su propia vivienda). Puede caminar,
hablar, escribir y pintar, como si realmente estuviese en estado consciente. Al
mostrarle el televisor, la grabadora o el equipo de sonido, y preguntarle qué
cree que es eso, puede ocurrir que responda no saber para qué sirve. Al
activar alguno de estos aparatos en su presencia, por lo general manifiesta
curiosidad por las imágenes en la pantalla del TV. En cuanto al teléfono, muy
pocos lo aceptan, pues les causa cierto espanto “esa cosa” que les habla y
puede saber su nombre.
Hechas las preguntas que el terapeuta considere apropiadas, para ave-
riguar los hechos de esa época que hubiesen podido dar lugar a traumas,
fobias, culpas o complejos de la vida actual, se le pide al sujeto que cierre los
ojos, y se continúa la sesión de manera tradicional.
Puesto que las cosas se deben buscar donde se perdieron, y la finali- dad de
una terapia regresiva es encontrar las causas de los problemas que afectan al
paciente, cuando éste localiza y sana en experiencias de la vida actual lo que le
aqueja, no tiene sentido ir más atrás en el tiempo. Es por ello que algunas
personas no manifiestan experiencias de vidas pasadas durante la regresión
hipnótica. Tratar de hacerlo por simple curiosidad, sería como entrar sin
necesidad en una cueva oscura en la que puede haber animales peligrosos que
nos pueden picar o morder.
Lao Tse
1. Que el paciente quiera sanar. No hay más ciego que el que no quiere
ver, ni más sordo que el que no desea escuchar. Cuando la persona quiere ser
víctima, ningún tratamiento la puede sanar, y aprovecha lo que digas para
“sentirse peor”.
2. Identificar una de las causas del problema que lo está afectan- do:
Regresa al momento en que se originó esa depresión o sentimiento de... Ubícate
en la primera causa de tu temor a... Busca si en ti hay alguna culpa.
3. Sugerirle al paciente que perdone a quien lo hizo sentir mal, que
acepte su enfermedad, o que enfrente lo que le causa miedo:
¿Quisieras perdonar a...?... Ahora procura nuevamente pasar el puente; ya
puedes hacerlo sin miedo... Ahora que ya sabes que tu dolor de cabeza se debía a
que en otra vida recibiste un golpe, puedes sacar el dolor; ya no lo necesitas más.
Ahora te sientes bien, el dolor no volverá.
4. Hacer que el paciente recuerde otra vez la vivencia que lo afectó,
para ver si ya no muestra signos de miedo, dolor o rencor: Vuelve al
momento del accidente y descríbeme lo que está sucediendo... Re- cuerda la vez
que te sentiste mal con Fulana, para ver si ya lo vivencias todo con amor y no te
afecta.
Es importante ayudar al paciente a descargar y justificar la poderosa carga
emocional que pueden tener algunas escenas: ¡Tranquilo! Si en algún
momento te sientes inquieto mientras tienes un recuerdo o una experiencia, trata
de flotar y observar todo desde afuera, como si vieras una película, de tal manera
que no te afecte... Sabes que eso sucedió hace mucho tiempo. En general, da
buen resultado decirle al paciente que se visualice haciendo lo que lo
afectaba, y que ahora sienta que ya no lo perturba.
Asumiendo que odia al padre, y recordó un momento de la infancia en
que aquel estaba golpeando a su madre, le puedes sugerir algo como lo
siguiente: Ahora que eres mayor, puedes entender que los humanos cometemos
errores, y mucho más cuando nos dejamos llevar por el licor. Si quieres sacar de tu
corazón todo el resentimiento, para que se llene de amor y tu vida sea más feliz,
perdónalo y acéptalo tal como es. ¿Deseas hacerlo ahora?
Si la respuesta es afirmativa, puedes continuar así: Está bien, llena tu corazón de
amor y de perdón, y cuando consideres que estás preparado para volver a repasar ese
momento, me lo dices. Quiero saber si ya lo visualizas sin que te afecte. (Espera un
momento prudencial, hasta que responda algo). Ahora ubícate nuevamente en
ese momento en que te sentiste mal, y des- críbeme lo que está sucediendo. Por lo
general, el paciente repite la misma historia, pero le cambia o le quita las cosas
que lo afectaban (algunas
veces puede decir que eso ya pasó, y que se siente bien).
En lo posible, se debe sanar cada hecho que lo haya podido afectar: Ahora
busca otro momento en que hayas tenido una relación conflictiva con... En tu vida
actual o una vida pasada.
Si da una respuesta negativa, como decir que no quiere perdonar a esa
persona por la que siente rencor, es necesario llevarlo a una situación en la que
él pueda encontrar una razón valedera para hacerlo. Sugiérele, por ejemplo, lo
siguiente: Ahora voy a contar de uno a tres. Mientras lo hago, busca una vida
pasada en la que tu relación con Fulano (dices el nombre de la persona) haya
sido buena... Pudo haber sido un pariente o un amigo... ¡Uno! Viaja profundo.
¡Dos! No tienes límites de espacio ni de tiempo. ¡Tres! Encuéntralo.
Lo más probable es que antes de un minuto notes algunos gestos en su cara
o cierto movimiento en los ojos. En ese momento le dices con acento seguro: Ya
lo tienes. Describe lo que estás imaginando... Dime dónde te encuentras. Si
responde, por ejemplo, Soy un niño, ella es mi mamá y la quiero mucho,
puedes sugerirle: Ahora que te has dado cuenta de que venimos a la vida a
cumplir un proceso, y que en una época fuimos menos perfectos o evolucionados
que en otra, ¿quieres perdonar a Fulano en tu vida actual, sabiendo que en una vida
pasada fue tu mamá y te dio mucho amor?
Si responde afirmativamente, procede a llenar su corazón de amor y de
perdón, como en el caso anterior. Si el paciente sanó con esta terapia, cosa muy
segura, no importa si lo que dice haber vivido fue una realidad, una fantasía de
vida pasada o un placebo psicológico.
Si la persona dice tener pánico a la muerte o no se ha podido des- prender
todavía del apego a un familiar fallecido, puedes continuar más o menos así:
Encuentra el final de una vida pasada en la que tu muerte haya sido placentera...
Ubícate en la Luz... Descríbeme cómo te sientes. Cuando te conteste que muy
bien, que ya no tiene temor o dolor, procede a sugerirle: Ya sabes que la muerte
no es el final de la existencia... Te sientes muy bien, ya no tienes temor.
El proceso termina cuando el paciente responde que ya no encuentra
más causas de dolor, miedo, rencor o culpa. Una terapia conducida de esta
manera puede tardar aproximadamente 2 horas. Si está sentado o acostado
en una posición incómoda, le puedes sugerir que relaje todos sus músculos y
que saque el dolor y la tensión de su cuerpo. Es bueno reforzar al paciente
con un poco de sugestión antes de despertarlo: Ahora que ya sabes el origen
de tu malestar, dejarás de sentir ese síntoma del pasado... Ya no lo necesitas
más... Ahora estás muy bien, ya entiendes que fue lo que sucedió... Voy a
contar de uno a tres, y sacas por
completo ese dolor de tu cabeza (de tu brazo, de tu estómago, etc.).
Si una mujer manifiesta inconscientemente rechazo a los hombres, por
ejemplo, esa conducta puede haberse creado por ultrajes o violación en su
niñez. Para averiguarlo, se le puede pedir que nos hable de su papá, de sus
primos o vecinos. También se le puede preguntar si considera que debe
perdonar a alguien.
CAMBIO DE ROLES
En una adicción hay varios factores que debemos tener en cuenta durante
la terapia: 1. Qué hecho la motivó. 2. La repetición del con- sumo crea un
hábito. 3. El hábito genera una dependencia orgánica, o una respuesta
biológica a los tóxicos que se ingieren. La hipnosis es una herramienta para
tratar rápidamente los factores psicológicos.
Puesto que la adicción está grabada en la mente del sujeto como algo
supuestamente agradable, una técnica para desprogramarlo consiste en
asociarle eso con algo que para él sea repugnante. Durante la entrevista se le
pregunta al paciente qué cosa le produce asco, y cuando esté en hipnosis se
busca el momento más apropiado para vincular y asociar una cosa con la
otra.
Por ejemplo, cuando esté imaginando una playa o un bosque, cosa a la
que el terapeuta lo puede llevar en la conversación, se le dice: disfruta el aire
fresco del mar (o del campo), siente el olor de los árboles y el pasto fresco, el aroma
del campo. Ahora que estás allí, te hago una pregunta: ¿Respirarías el humo que está
saliendo por la chimenea de una fábrica? Lo usual es que responda que no. En
ese momento le refuerzas su respuesta, diciendo algo como lo siguiente: ¡Ni
loco(a) que fueras para respirar el humo de esa chimenea!
Pues resulta que han inventado unas chimeneas pequeñas, de bolsillo.
Empaquetan varias en una cajetilla y las llaman cigarrillos. Igual que en una
chimenea grande, en la pequeña también sale humo por un extremo. Igual
que en la chimenea grande, en la pequeña también queman basura para
producir el humo… Es picadura de hoja de tabaco (o de marihuana, según la
adicción que se trate) revuelta con otras cosas.
¿Y de dónde la traen? Unos campesinos cultivan las plantas en el campo,
cortan las hojas cuando están grandes y van haciendo una pila o arrume con
ellas, esperando que se sequen y llegue alguien en un camión para llevarlas a la
picadora.
También hay cucarachas por todas partes… ¿Dónde no hay cucarachas? El
cucaracho y la cucaracha hacen su nido entre las hojas del tabaco (o de
marihuana). Cuando la cucaracha queda en
embarazo, le sale por la cola un huevo largo de
color marrón que pega con un vómito pe- gajoso
debajo de las hojas de tabaco para que no se pierda.
¿Y dónde no hay ratas?... En todas partes, y las campesinas son más grandes. Hacen
el nido entre las hojas del tabaco, y allí el ratón embaraza a la rata. Tú sabes que la
rata es femenina y tiene el periodo… ¿Y adónde derrama eso? ¿En dónde orina,
vomita y hace la caca? Pues allí donde estás pensando: en las hojas de tabaco.
Nacen ratoncitos, pero como la alimentación es tan mala, algunos mueren, se
pudren, le salen gusanos, huele fétido, la piel se les desprende y todos esos pelitos
van quedando ahí, revueltos con las hojas de tabaco.
En cierto momento llega alguien en un camión para llevarse eso para la
picadora, pero él es un ser humano, tiene su necesidad fisiológica. Corre
apresurado, está que se revienta, se esconde detrás del arrume de las hojas de
tabaco… Esa diarrea salió fétida, asquerosa.
¿Y con qué se limpió? Allí no hay papel perfumado de tocador. Se limpió
con eso que estás pensando… Con una hoja de tabaco - (o de marihuana,
según la adicción que se está tratando). Luego la tiró encima del arrume, y con
una pala subió todas las hojas al camión y las llevó para la picadora.
En la picadora muelen las hojas, los huevos de cucaracha, los excrementos del
camionero, las cucarachas muertas, los orines y la diarrea de la rata… Y con esa
picadura fabrican los cigarrillos de tabaco -(o de marihuana).
Yo tengo uno aquí y lo voy a encender para que recordemos a qué huele esa
porquería, pero no vayas a vomitar… aguanta… ya lo voy a encender. En este
momento enciendes el cigarrillo y soplas suavemente el humo para que llegue
a la nariz del paciente. Coloca un papel debajo, de modo que no le caiga a éste
la ceniza del cigarrillo.
Cuando veas que el paciente expresa asco, desagrado, le dices: Ya voy a
retirar esta porquería... Hoy tomaste una decisión muy inteligente… no más el
asqueroso cigarrillo… ahora podrás disfrutar el aroma del campo, el olor de las
flores, el sabor de las comidas. ¡Ahora eres libre para disfrutar tu salud y tu dinero!
El final del proceso se hace igual que para el resto de terapias: ¿Consideras
que estás preparado(a) para regresar y disfrutar de todo eso?
MEJORAR LA AUTOESTIMA
Imagina que nada te impide llegar a ser la persona de éxito que quieres ser.
Imagina un día perfecto, un día en que te despiertas y sabes que todo te va a salir
bien. Tus sentimientos son buenos; te sientes en paz; te sientes maravillosamente.
Imagínate derribando con mucho amor los obstáculos que se te presentan a medida
que avanzas, y perdonando a todos aquellos que se interponen en tu camino.
Te sientes a salvo, seguro y complacido por tener el control y el poder dentro
de ti para cambiar y ser la persona de éxito que quieres ser. Tus sentimientos son
buenos; te sientes en paz; te sientes contento.
Ahora imagina que tomas este día especial y lo colocas un poquito en el
futuro; un día o dos, una semana o un mes. Imagina que resuelves cada conflicto,
cada problema, cada disgusto, y que decides no seguirlos recordando como parte de
tu presente.
Coloca ahora cada disgusto o conflicto en bolsitas para basura, y deja que
una luz maravillosa se las lleve muy lejos, como un sueño que ya pasó.
Imagina una sonrisa en tu rostro. Estás en paz y contento; has encontrado con
amor las soluciones a los problemas, y estos se han re- suelto. Ahora estás
libre de cargas del pasado; estás confiado y seguro de ti mismo.
Ahora imagina lo que desearías cambiar en ti, o una meta que te gustaría
realizar. Imagínate poniendo energía y amor en tu trabajo; imagínate
culminándolo. Ahora ves nuevas oportunidades, ves nuevos desafíos que son
más excitantes que los anteriores. Te ves con energía renovada, te muestras
entusiasta, te concentras y desarrollas nuevas ideas a partir de las viejas. Te
sientes ahora lleno de energía positiva. Sientes que espiritualmente eres una
persona de éxito. Alcanzas tus objetivos.
Tienes muchas opciones, y cualquier cosa que elijas hacer, cualquier rumbo
que tomes, es el que consideras que será positivo para tus aspiraciones. Toda
elección que haces y todo camino que tomas, es el que consideras más
apropiado. Entiendes ahora que cualquiera se puede equivocar, pero eso ya no te
preocupa, pues estás dispuesto a cambiar y mejorar cada día. Ahora ves el
camino con nueva vitalidad, con un entusiasmo renovado, dispuesto a vencer
los obstáculos como el mejor de los atletas.