El Procedimiento Concursal Preventivo

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INDIVISIÓN

Es la pluralidad entre los titulares de un derecho puede originarse por diversas


causas. La sucesión por causa de la muerte: el fallecimiento del causante da origen
a la indivisión hereditaria que se crea entre los herederos, indivisión esta, que sin
duda, es la de mayor aplicación práctica. En otros casos la indivisión emanara del
hecho de disolverse la sociedad conyugal que existía entre los cónyuges, o de la
circunstancia de que dos o más personas adquieran una cosa en común. Y esto sin
considerar otras indivisiones ya menos frecuentes, tales como las que se forman
al disolverse una sociedad de hecho, las impuestas por el legislador, Lo que
caracteriza la indivisión, copropiedad o comunidad es que los derechos de los
titulares sean análogos, de igual naturaleza.
La definición o concepto anotado son lo clásico en materia de indivisión o
copropiedad, derivados del derecho romano propiedad. El derecho de cada
copropietario o indivisa -río no se entiende a una parte material de la cosa, la cual
esta indivisa, sino que hay una indivisión intelectual o de cuota del derecho que se
llama cuota parte o parte alícuota. La cuota parte que corresponde al copropietario
viene siendo una fracción numérica que se representa por un quebrado, en el cual
el numerador es la unidad y el denominador la fracción respectiva. Así, por
ejemplo, si Pedro y Juan son copropietarios por mitad. Pero ello no quiere decir
que correspondan determinadas cincuenta cuadras cuadradas a cada uno, pues la
cosa esta indivisa. Es el derecho el que se divide y que está radicado en toda la
cosa donde se encuentra cada indivisarío con del derecho de otro.
No existe un tipo único de indivisión. Ella puede presentarse de diversas maneras.
No hay un criterio uniforme para clasificar la indivisión; puede decirse que cada
tratadista adopta criterios más o menos propio. Así tenemos que acostumbra
clasificarse la indivisión en voluntaria y forzada, según puede o no ponérsele
términos a ellas; en indivisiones activas o pasivas , atendiendo a si los bienes
comunes están destinados a desarrollar una actividad, o si se trata de simples
patrimonios en liquidación que están pronto a liquidarse y partirse; en indivisiones
contractuales y cuasicontractuales, según su origen emane de la voluntades de las
partes o se cree independientemente de estas; en indivisiones principales y
accesorias, clasificación que se hace teniendo en vistan si la indivisión se presenta
aislada, o si ella va anexa a un derecho de propiedad individual.
Ejemplo:
Lo encontramos en los edificios divididos por pisos o departamentos, donde la
indivisión sobre las cosas comunes del edificio va ligada al derecho de propiedad
que se tiene sobre el piso o departamento.

En nuestro concepto la indivisión podría clasificarse desde tres puntos de


vista
a) Atendiendo al objeto sobre el que recae: en indivisiones sobre una
universidad e indivisiones sobre una cosa singular;
b) Atendiendo a su origen: en divisiones que nacen de un hecho, indivisiones
que nacen de un contrato e indivisiones impuestas por el legislador,
c) Ateniendo a su duración y a su carácter voluntario o forzado:
en indivisiones temporales o perpetuas, pudiendo ser las primeras de
duración indeterminadas o de duración determinada.
Entre las indivisiones que nacen de un hecho hemos contemplado: la
indivisión hereditaria que nace como consecuencia de disolverse la sociedad
conyugal; la indivisión que existe en las sociedades de hecho; la indivisión
que se sigue al disolverse una sociedad; la indivisión que tiene su origen en
el concubinato, y la que presenta en las comunidades de agua.

La indivisión hereditaria

La indivisión hereditaria, que es el caso más frecuente de indivisión, nace de un


hecho, cual es el fallecimiento del causante. Ya dijimos en otras oportunidades que
sin duda fue esta clase de indivisión la que tuvo en mente el legislador al
reglamentar el cuasicontrato de comunidad. Para que se produzca la indivisión solo
es necesario la concurrencia de ese único requisito: que exista pluralidad de
herederos, no importando la calidad de estos, como pasamos a verlo.
Los sujetos de la indivisión hereditaria son los herederos, independientemente de
que los sean testamentarios, ab intestato, universales, de cuota o del remanente.
No obsta a que se cree la indivisión entre los herederos la circunstancia de que
estos hayan aceptado la herencia con beneficio de inventario, cualquiera que sea
el efecto que se le reconozca a este beneficio. Porque si se le atribuye el efecto de
producir la separación de los patrimonios del causante y el propio de los
herederos, aparecen con toda nitidez la indivisión hereditaria, ya que el patrimonio
del causante no se confunde con el de los herederos. Y si se estima que el
beneficio de inventario no trae consigo la separación del patrimonio, si no que
únicamente limita la responsabilidad del heredero, ello tampoco es obstáculo para
el nacimiento de la indivisión entre los herederos

La indivisión y las personas jurídicas


El estado jurídico que resulta de la indivisión es el todo diferente a la situación del
patrimonio o de los bienes que pertenecen a una persona jurídica. En la indivisión
no hay personificación; no hay sino cuotas partes, tantas cuantas indivisa ríos
existan.
En la indivisión no existe una persona distinta del grupo de indivisa ríos, situación
diametralmente opuesta a la que se presenta en la persona jurídica.
En esta el titular del derecho de propiedad es la persona ideal o abstracta diversa
de los miembros que la componen; a estos no pertenecen los bienes ni por cuota
material ni por cuota ideal o abstracta.

La indivisión entre los legatarios


Hemos visto que el fallecimiento del causante da origen a la indivisión hereditaria
que se forma entre los herederos. Pero aquel hecho también puede traer consigo
la indivisión entre los legatarios, y ello acontecerá cuando se legan a varias
personas distintas cuotas de una misma cosa (art.1124). En este caso se crea una
indivisión que recae sobre una cosa singular, pasando los legatarios a ser
copropietario, codueños del bien legado, cuando el testador fuere comunero en el,
pues, entonces, de acuerdo con el (art.1110), se presume que el testador solo a
querido legar su cuota.
La indivisión que nace de un contrato
La indivisión puede nacer de un contrato en dos casos diversos: en primer lugar
cuando dos o más personas adquieren una cosa en común por cualquier titulo tras
latico de dominio seguido de la tradición, por ejemplo si Pedro y Juan compran en
común un inmueble determinado; y en segundo término si el dueño exclusivo de
un bien se desprende de una cuota de su dominio cediéndola a otra u otras
personas, como si Pedro, dueño de un automóvil, cede el cincuenta por ciento de
sus derechos a Juan.
Naturaleza jurídica de esta indivisión. La indivisión que emana de un contrato de
ordinario recaerá sobre una cosa singular; sin embargo, nada obsta a que también
pueda tener por objeto una universalidad; tal sería el caso en que existiendo un
solo heredero ceda parte de sus derechos a un tercero, o bien la mitad a otro.
Podría pensarse que la indivisión que nos ocupa, por emanar de un contrato,
debería calificarse de comunidad contractual, contraponiéndola así a la comunidad
cuasicontractual. Sin embargo, en nuestro concepto ello no sería propio.
Estimamos que tal comunidad también es cuasicontractual, ya que no hay
estipulación de comunidad, voluntad expresa de dar nacimiento a ella; ha existido
voluntad, intención para celebrar el contrato que trae consigo la indivisión, pero no
para la indivisión misma, la cual nace como una consecuencia del contrato
celebrado. Creemos mas propio reservar la denominación de comunidad
contractual para aquellos casos en que hay pacto de comunidad, reglamentado
expresadamente por el contratante.
Indivisión voluntaria de tiempo indeterminado.
Hemos dicho que la indivisión se presenta con frecuencia como un estado
transitorio, los bienes que componen son verdaderos patrimonios en liquidación.
De ahí, entonces, que en cualquier momento, salvo algunas excepciones, los
indivisa ríos pueden solicitar la liquidación y partición de los bienes comunes. Para
ello el legislador faculta a los indivisores para solicitar en cualquier momento la
partición de los bienes comunes al decir: ninguno de los coasignatarios de una
cosa universal o singular será obligado a permanecer en la indivisión; la partición
podrá siempre pedirse con tal que los coa signatarios no hayan estipulado lo
contrario.
El legislador faculta a los indiciarios para reclamar la partición, no mira con
simpatía el estado de indivisión, y ello por tres razones:
1- La indivisión procede el estancamiento de los bienes ; lo que es contrario a
la subdivisión de la propiedad, factor este se adelanto económico poderoso;
2- Es distinta la situación del que es propietario exclusivo de un bien de la de
aquel que so lo posee en indivisión o comunidad. Estima el legislador que
los propietarios exclusivos son más celosos en la conservación y explotación
de sus bienes que aquellos que solo tienen un derecho indiviso, y
3- Finalmente, la comunidad o indivisión es fuente de discordias y dificultades
entre los coparticipes. Es esta una idea que ya tenía los romanos al decir: la
comunidad de fuente inagotable de pleito.
Lo anterior se refiere que dentro de la indivisión voluntaria, la regla general
es que sea de duración indeterminada, por cuanto subsistirá hasta el
momento en que cualquiera de los comuneros, haciendo uso del derecho
que le concede la ley, pida la partición de los bienes comunes.

Indivisión voluntaria de tiempo determinado


La indivisión voluntaria de tiempo determinado puede presentarse en dos
casos: cuando los indiciarios pactan; y en la indivisiones del hogar obrero,
poco frecuente, pero que también tiene aspectos de interés.
Cuando decimos que el legislador faculta a los indivisos ríos para solicitar en
cualquier momento la partición de los bienes comunes y esto es derecho de
orden público. Esto también autoriza a los indivisos ríos para estipular la
indivisión por un plazo no mayor de cinco años.
No puede estipularse proindivisión por más de cinco años pero cumpliendo
este término podrá renovarse el pacto.
Si el legislador considera como de orden publico la facultad del indivisa río
para solicitar la partición, podría pensarse que hay inconsecuencia de su
parte en permitir al mismo tiempo que se pacte la indivisión, ya que el
efecto propio de este pacto es el de retardar la partición. Sin embargo, no
es así no hay tal facultad de recordación o contradicción. Son muchos los
casos en que no es aconsejable ir a la partición; de ahí que el legislador
autorice el pacto de comunidad. Por ejemplo, si el causante hubiera tenido
un determinado giro de negocios que a su fallecimiento estaba en pleno
desarrollo, de manera que su liquidación rápida fuere perjudicial para los
herederos; en otros casos el estado del mercado para liquidar los bienes
puede no ser propicio, de modo que todo aconseja esperar; finalmente, en
no pocas
Oportunidades habría incapaces entre los comuneros, lo que dificulta y
entraba la liquidación, y será lógico, entonces aguardar que los menores
lleguen a la mayoría de edad.
La indivisión forzada o perpetua
La regla general en este caso es que los bienes poseídos en comunidad
sean susceptibles de división, y que, en consecuencia, la indivisión pueda
determinar por su liquidación y partición. Pero hay casos en que esta
partición no es posible, y entonces estamos en presencia de las indivisiones
forzadas o perpetuas, a las cuales no se puede pones fin mediante el
ejercicio de la acción de partición. De ordinario estas indivisiones forzadas
derivan su carácter de la naturaleza o destinación de los bienes.
La enumeración en los casos de indivisión forzada.
Nos encontramos con indivisiones forzadas en los siguientes casos:1) en los
bienes afectos al uso al uso común de un edificio dividido por pisos o
departamentos; 2) en la medianería; 3) en las servidumbres, 4) en las
pertenecías mineras; 5) en los lagos de dominios privados; 6) en la
propiedad fiduciaria, y 7) en las tumbas o mausoleos.
Breve reseña sobre la reglamentación de los edificios divididos por piso o
departamentos. Lo normal es la división vertical de los edificios, pero
últimamente ha tomado mucho auge la división horizontal del dominio, es
de sir los edificios divididos por pisos o departamentos; ello se explica
porque mediante este sistema de construcción puede obtenerse la vivienda
a un precio menor, sobre todo en los sectores céntricos de las ciudades.
Un caso de indivisión forzada.
La medianería: el dueño de un predio tiene el derecho de cerrarlo o cercarlo
por todas partes, en conformidad a lo dispuesto en el (art. 844). Ahora bien
estos cerramientos pueden efectuarse por cercas o murallas divisorias o
mediantes. La muralla o cerca es divisoria cuando dividiendo dos predios
pertenece exclusivamente a uno de los dueños de los predios colindantes.
Pero lo más corriente es que la cerca o muralla sea medianera, es decir,
que pertenezca en común a ambos dueños de los predios colindantes.

Obligaciones de los indivisosríos

Las principales obligaciones que pesan sobre los indivisa ríos son la de
contribuir a las obras y reparaciones de las cosas comunes; la de obtenerse
de hacer innovaciones en los inmuebles comunes sin el consentimiento de
los demás indivisa ríos; y la de pagar a la comunidad lo que sacan de ella.
Obligaciones de contribuir a las obras y reparaciones de la comunidad
proporcionalmente a su cuota pero el legislador no es del todo claro en este
precepto al referirse a las obras y reparaciones de la comunidad. Surge la
duda de saber si con ello ha querido comprender las mejoras tanto
necesarias como las útiles. Afortunadamente la duda se disipa cuando el
legislador aclara que cada socio tendrá el derecho de obligar a los otros a
que háganlo en las expensas necesarias para la conservación de las cosas
sociales. Y ya sabemos que esto se refiere a los comuneros. En
consecuencia no puede ser otro que referirse a la expensa necesaria para
conservación de la cosa común.
De aquí deducimos que tratándose de mejorar útiles, pero no ceses arias,
no puede un comunero ser obligado a hacerlas. Sin perjuicio de que una vez
hechas su actor pueda accionar contra los demás comuneros mediante el
ejercicio de la acción de enriquecimiento sin causa, esto es, de la acción in
rem verso.
La contribución de los comuneros a las expensas necesarias de
conservación de las cosas comunes es en proporción a la cuota que le cabe
en la comunidad, cuota que debe presumirse que es igual para todos los
comuneros.
En nuestro código no se contempla esta derecho como una regla general
aplicable a todos los casos de indivisión o comunidad, sino que únicamente
lo establece para la medianería. Este precepto después de decir que la
expensas de contribución, conservación y reparación del cerramiento son de
cargo de todos los que tengan derechos de propiedad en el, a prorrata de
sus derechos. Sin embargo, podrá cualquiera de ellos exonerarse de este
cargo, abandonando su derecho de medianería, pero solo cuando el
cerramiento no consiste en una pared que sostenga un edificio de su
pertenencia.

Algunos Términos de la indivisión son:


Reunión de todas las cuotas en una sola persona.
La indivisión o comunidad supone que exista pluralidad de titulares de un
derecho. De ahí entonces que si la cuota de todos los comuneros pasan a
radicarse en una sola persona, es lógico que determine la copropiedad y se
reemplace por la propiedad individual.
La ley no pone ninguna exigencia para que en el caso en estudio termine la
indivisión. En consecuencia, es indiferente que quien adquiere todas las
cuotas sea uno de los indivisos ríos o un tercero extraño. Asimismo, poco
importa el titulo en virtud del cual una misma persona reúne en si las
distintas cuotas.
Destrucción de la cosa común.
Extingue la comunidad por que desaparece su objeto. Si la destrucción de la
cosa es solo parcial, la indivisión subsistirá sobre lo que reste.
Partición.
Finalmente, la indivisión termina con la división del haber común. Este es el
modo normal de poner fin a la a comunidad.
Esta causal, que sin duda es la más importante, nos lleva a estudiar la
partición de los bienes.

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