Negritos
Negritos
Negritos
}) Revista de la
Universidad de México
INEGROS y MULATOS
EN AMERICA LATINA
Volúmen XXV número 2/ octubre de 1970
Arturo Rosenblueth
1900-1970
....
BAILES DE NEGROS
No siempre es posible demostrar con suficiente evidencia el origen hay rasgos cuya calificación como americanos u occidentales es
de rasgos y complejos culturales que hoy son parte consustancial obvia; objetos, técnicas, alimentos, vestidos, viviendas. Pero en
de los patrones de comportam ien to habituales en los mexicanos o otros apartados de la cultura, como los ubicados en los dominios
en una porción de ellos. Es bien sabido que en nuestro pa ís del arte, la religión y la medicina, las cosas son diametralmente
concurrieron, desde los aiíos del descubrimiento y conquista de la opuestas. No hay seguridad alguna para definir la procedencia
Tierra Firme, dos grupos de población bien identificados por cultural. Por ejemplo, la creencia en el susto, tan importante en la
participar en sistemas de vida que diferían considerablemente entre medicina popular, bien puede proceder del pensamiento mágico
sí; los españoles y los indios. Con cierta razón, am bos grupos cristiano sobre el. espirilu o del concepto nahua del tonalti.
fueron objetivados en categorías sociales únicas. La dicotomia arriba establecida, con todo y las dificultades
Con la designación de españoles se comprendía, por supuesto, a graves que a veces confronta, sólo exige la elección entre los
los que en la actualidad componen las variadas nacionalidades del componentes de dos grandes sistemas culturales, el occidental y el
Estado español -castellanos, vascos, catalanes, gallegos, etc.-; pero americano. Un objeto o una idea sólo pueden ser espaiíoles o
también a portugueses de la propia península ibérica, nórdicos de indios; con ello la pesquisa queda restringida dentro de una
los Países Bajos, alemanes del Báltico, italianos y griegos del Jurisdicción relativamente reducida; la península ibérica, en un
Mediterráneo. No obstante que hablaban lenguas que no permitían caso, la superficie patria, en el otro. A decir verdad, esta limitación
el entendimiento común y que en su modo de ser expresaban las tiene en cuenta la participación en la población colonial de gente
peculiaridades que les daba una iden tidad nacional, todos queda- distinta a la mencionada. Se sabe que México recibió inmigración
ban incluidos en el ámbito de la cultura occidental; compartían un negra que vino de Africa y asiática que fue introducida por el
estilo de vida general y representaban una etapa de civilización puerto de !\capulco; pero jamás se da beligerancia a esta gente; es
urbana muy semejante. juicio común que pasó sin dei~r hUella.
Las divergencias en la categoría social india eran, ciertamente, El número de asiáticos forzosamente inmigrados a Nueva Espa-
mayores. En ella se ponla, tanto a las bandas recolectoras cazado- 11a parece haber sido corto y su influencia reducida al hinterland
ras de los semidesiertos del norte del país, cuanto a los pueblos del puerto de entrada; pero en lo que concierne al negro las cosas
agrícolas del centro y sur, en tre los cuales algunos, como los son indudablemente distintas. Los estudios llevados al cabo sobre
nahuas del valle de México, los mayas del procurrente yucateco, el número de los que migraron al país, la proporción en cuanto a
los zapo tecas y mixtecas de Oaxaca, los totonacas de Veracruz. edad y sexo de los esclavos, la procedencia tribal de los mismos, su
habían alcanzado elevados niveles de eficiencia en muy diversos distribución geográfica en la extensión del territorio colonial, los
aspectos de su civilización. La dispersión idiomática, que habla ailOS en que se les introdujo, el trato que se les dio y otro
producido más de un centenar de lenguas y un crecido guarismo pormenores más. han permitido un conocimiento suficiente de este
. de dialectos, y las formas de obtener la subsistencia ya menciona- grupo racial para afillllaJ', sin temor a dudas, su importancia .
das, separaban a los componentes de esta categorla socia!; pero Aunque estos estudios representan tan sólo un punto de partida
todos eran americanos, es dec ir, gen te sen tida como radicalmente para investigaciones posteriores que les afinen y den la profundi-
distinta por sus conquistadores, especialmente en lo que concierne a dad que requieren, el mundo académico de México se encuentra
civilidad y policía. poco interesado en esta línea de pesquisa. La importancia que
A pesar de la clara participación que desde un principio puso entre nosotros tiene el indio y Jo indio nos lleva a ignorar cualquier
aparte a las dos categorlas que nos ocupan, lo~ etnólogos que en el otra contribución a la cultura nacional, a más de la occidental, y
presente estudian a las comunidades que descienden directamente esto reza particularmente con el negro. Durante el siglo pasado y
de los grupos étnicos americanos, encuentran a menudo difícil la principios del presente nuestros pensadores llegaron a aceptar ideas
determinación de los rasgos nativos y extranjeros. En muchas de racistas de las que excluyeron al indio pero no al negro. La
esas comunidades -si hemos de creer a los antropólogos difusionis- contribución cultural africana es recusada o simplemente no reco-
tas-, con excepción del habla y unas pocas cosas más, todos los nocida. -
rasgos culturales son de procedencia occidental. Según ello, la Lo que antecede coloca al afromexicanista en un posición ,nuy
contribución que los indios actuales pueden dar a la formación de particular. Si trata de califjcar como africano un rasgo o un
la cultura nacional es despreciable. complejo cultural, presente en nuestro estilo de vida, se encuentra
Otros especialistas en ciencias sociales y en humanidades, que se
ocupan de investigar a grupos de población nacional, tienen
dificultades parecidas cuando siguen el rastro a un elemento
cultural cualquiera para descubrir su forma prístina. Desde luego,
obligado a ofrecer una evidencia incontrovertible que muy a
menudo es imposible encontrar; los paralelismos entre costumbres
africanas y americanas le inducen a error y el proceso de acultura-
c ión que operó y sigue operando incansable borra los perfiles
acusados de los elementos originales hasta volverlos irreconocibles.
Todo lo anterior viene a cuento porque el presente trabajo
pretende señalar u na inn uencia africana en los bailes populares de
México con base en la documentación colonial.
En otro lugar hemos narrado <:ün toda minuciosidad los lugares
tan diversos de donde fueron arrancados los negros por los
tratantes de esclavos;l así pues, baste decir aquí que la mayoría
procedió, según las épocas, de las áreas culturales de la Costa de
Guinea y del Congo, según lo formula Herskovits 2 La limitación
geográfica cultural del territorio africano en que tuvieron su origen
la mayor sU1na de negros significa sólo similitud de f0ll11aS de vida,
pero en modo alguno de comunidades de habla. Los idiomas
bantús y los que permitían la comunicación entre los I!erdaderus
!legros eran muchos: tantos que el castellano se convirtió en la través de estas expresiones la música, el canto y la danza africana
1ingua franca de la esclavon ía. te nd ían a perdurar. La exc it ación dio nis iaca que carac teriza a
La diversidad de origen, junto con las condiciones de la muchos de los bailes africanos causó profundo recelo y grande
esclavitud esencialmente destructoras de la cultura, propiciaron la temor en los amos 3 A veces quisieron prohibir las reuniones
integración de los africanos en la cultura de las minas, los obrajes, tumultuosas; pero, ante la imposibilidad de lograrlo. se confor-
las plantaciones y el servicio doméstico. La ecología de las urbes y maron con regularlas. 4
la de las explotaciones capitalistas ubicadas en el Altiplano eran El escándalo que provocaron los bailes de negros no se limitó a
distintas a las africanas; sólo en las costas tropicales del Golfo y el los amos, se extendió a los gobernantes encargados del poder civil
Pacífico los' negros encontraban algo semejante a su patria: pero ni y a los eclesiásticos que dominaban las conciencias. al comprobar
aun en este último caso pudo grupo tribal alguno recrear el estilo la intromisión de los esclavos en los bailes y celebraciones de los
de vida que había dejado atrás. La destrucción de la cultura indios. los comisarios y familiares del Santo Oficio de la Inquisi-
original y la adopción de la cultura enajenada del conquistador fue ción, en las denuncias que elevaron a sus superiores, dejaron
el destino general del negro. constancia de esta penetración y de la de opuesto sentido. Los
Por supuesto, el negro resistió hasta donde le alcanzaron las negros, informan, bailan con los indios el rumIe/eche. representa-
fuerzas la demolición de todo aquello que daba significado a su ción de un sacrificio humano, los palo/es en las ceremonias de
vida y en no pocas ocasiones se sublevó contra ei amo espafiol o imposición del nombre y los areitos destinados a los dioses
simplemente huyó a los refugios que le depararon las selvas, los indios. s
desiertos o las montañas. Ni au n en este caso llegó a reconstruir su La mutua innuencia de una cultura sobre otra, tuvo lugar
sistema cultural. Los cimarrones vivían en palenques sujetos a un especialmente entre la negra y la blanca. El contacto más frecuente
orden social cuya cohesión les permitía rechazar con éxito los del negro fue sin duda el que tuvo con el amo blanco. Por parte
ataques de los colonos esclavistas: pero este orden era una de éste hubo un esfuerzo decidido por cristianizar y ladinizar al
reinterpretación de formas occidentales o americanas. La economía bozal con el fin de integrarlo a la economía colonial como
se basaba en la producción del maíz COnf0ll11e a la técnica proletario. El esclavo. a su vez, hizo ostensibles esfuerzos por vestir
indígena, y la organización política se configuraba de acuerdo con sus bailes con la indumentaria occidental y la representación del
las normas que los españoles dieron a la república de indios. culto a los santos católicos. Hace trescientos años. concursos de
No obstante todo lo dicho los negros, horras o esclavos, negros ejecutaban por las caJles de las ciudades mexicanas, bailes
supieron conservar ciertas expresiones, que actuaron a manera de en corteio que bien pueden ser el an tecedente de los eandombés
cemento para mantenerlos unidos: las expresiones estéticas. Los su dam erica nos.
domingos y fiestas de guardar eran para los negros, abrumados por En efecto, de mediados del siglo XVII, cuando alcanzó su apex
el diario trabajo, el tiempo libre en que la sociedad esclavócrata se la inmigración negra a Nueva España, data una denuncia al Santo
veía compelida a permitirles tañer, cantar, bailar y embriagarse. Al Oficio en la que se afirma: "fueron por las calles públicas los
y condenados, entre operaciones española deliberada y negra
espontánea, es decir, se produjo una interacción que vino finalmen-
te a originar el baile y el canto mestizos, pero mestizos principal-
mente de español y negro.
Esta emergencia tiene lugar a fines del siglo XVIII, precisamente
cuando insurgen en los pensadores de la época ideas de patria y
nacionalidad. Los bailes, siempre acompaíiados por el canto, se
di funden por toda la Colonia pero en lo particular por los centros
de desarrollo capitalista: las ciudades de México, Puebla, Guanajua-
to, Morelia, Guadalajara, Pachuca y el Puerto de Veracruz. Los
giros de la danza son gencralmente calificados de licenciosos y la
letra dc las canciones de irreverentes, como en efecto lo eran.
Parece como si el racionalismo de la Ilustración hubiese usado el
c:Jnal de la copla para dar rienda suelta a su anticlericalismo.
Ln el archivo de la Inquisición numerosos expedientes, de fines
del XVIII. informan con amplitud respecto a la aparición sucesiva
e inacabable de bailes y cantares. Algunos de ellos los transcribi-
renlllS in extcnsu. En 1767 el comisario del Santo Oficio en
negros y mulatos, con toallas al hombro turibulando las imágenes Veracruz, decía:
en esta ciudad; abuso introducido de pocos años a esta parte en la Con fecha de 23 de septiembre me ordena Vuestra Seiioría
ciudad de los Angeles".6 El denunciante temía la difusión de la relaciones sobre el baile ljue llaman el chuclwl1lbé, las circuns-
práctica a los indios que eran más que los negros en la jurisdicción tancias con que se bailan y informado por dos sujetos, me dicen
de Puebla. En Guadalajara también se ejecutaban estos bades en que las coplas que remití se cantan mientras los otros bailan, o
que negros y mulatos se agrupaban en naciones, conforme al ya sea entre hombres y mujeres, o sea bailando cuatro mujeres
testimonio de un clérigo: "Entre los negros y mulatos de esta con cuatro hombres, y que el baile es con ademanes, meneos,
tierra se han erigido unas comunidades, aunque para los Sel'iores de sarandeos, contrarios todos a la honestidad y mal ejemplo, de
la ciudad es una lícita diversión, para otros y para mí no lo es.,,7 los que lo ven como asistentes, por mezclarse manoseos, de
Los negros, ciertamente, se habían vuelto cristianos, pero, a su tramo en tramo a brazos y dar barriga con barriga, bien que
vez habían infiltrado en las ceremonias religiosas un carácter también me infomlan que éste se baila en casas ordinarias de
festivo y secular que asustó a los sacerdotes celosos de mantener mulatos y gente de color quebrado, no en gente seria, ni entre
prístina la doctrina y la liturgia tradicionales 8 El '2 de dici?mbre hombres circunspectos y sí soldados, marineros y brasa.' 2
de 1643 el San to Oficio prohibió los nacimientos, conven t¡culos,
En la ciudad de México tuvo gran aceptación, por 177i, un son
juntas y oratorios "concurso de gente, bailes y chocoJates"9 Los
llamado saral7gual7dingo que se bailaba y cantaba en las tepachcrías
'españoles, negros y mulatos de la ciudad de Puebla en contrav<:n-
de la capital, desde el puente de Santo Domingo hasta el de
ción al edicto siguieron bailando los oratorios. En 1689 lue
Amaya y la Pila Seca. Se decía que los cantares eran muy
recordada la interdicción, sin éxito, en Oaxaca; en 1704, con
deshonestos y que se bailaba con tanta desenvoltura que "sirve de
resultados semejantes en Guatemala. El año de 1789, se forllló un
grande provocacion para excitar la lujuria".l3 En 1778 causaba
expediente en Oaxaca contra negros mulatos y españoles "sobre las
furor en Guanajuato el SOI7 de los panaderos en que:
deshonestidades y abusos introducidos con motivo de los coloquios
que h acen en 1as navI'd a des"10
. Van saliendo cuantos concurren al fandango, pero acompañados
Un siglo antes, el comisario del Santo Oficio en Cuernavaca siempre hombre y mujer y quedándose en el puesto que les
había excomulgado "a todos cuantos habían asistido en San toca, bailan y cantan, f0l111ando al fin porterías de monjas,
Antonio Zacatepec a la fiesta y bailes que la gente libre y esclava baratillos, fandangos y todo comercio y comunicación de
del Real del dicho Ingenio habían hecho a la Virgen y Mártir hombres y mujeres hasta que no queda grande ni chico, y
San la Catalina". 1 1 Pena tan severa para los devotos católicos del
mundo colonial era de suponerse que tuviera un efecto determi-
nante en la yugulación de los bailes de negros, mas todo indica
que no fue así. En realidad durante el siglo XVII hubo un estira y
afloja entre prohibición y licencia, entre cantos y bailes permitidos
I
cuanta mezcla hay, sea la que fuere, que no salga a hacer algo. personas tan libertinas y disolutas como los espectáculos, fo-
Se dio principio por un demonio, que ya se fue, en forma de mentan con gritos y dichos la desenvoltura y la liviandad de los
mujer, que vino de Valladolid y dejó esta mala semilla sembra- perniciosos bailadores. Este baile, Ilustrísimo Señor, no es de
da. 14 aquellos que se ven de tarde en tarde, es bastante frecuente y
creo no hay concuúencia de arpa y guitarra, especialmente en
Por el mismo año de 1778 en Veracruz se bailaba el son las casas de campo, en las pequeñas de la ciudad y los pueblos
llamado maturranga y otros más, según una delación que en parte de Medellín, Jamapa y Antigua Veracruz, en que no se vea
dice: bailar, unas veces con más otras con menos desenvoltura; pero
casi siempre con demasiada disolución. 1 7
... por divertirme el día veinte de enero de este año entré a un
baile que se ten ía en el callejón que llaman de la Campana, en Los documentos, citados en su parte significativa, proceden
una casa cuyo dueño no conoce, y que está poco más adelante todos del Archivo General de la Nación donde están a la disposi-
de la entrada del dicho callejón, y en una pareja de hombre y ción del público lector; pero no son los únicos. En los libros de
mujer, que con otra igual había salido a bailar el son que cabildos y en los archivos de las catedrales de los diócesis prin-
llaman el pan de manteca observó entre ellos movimientos muy cipales hay materiales sobre bailes de negros que esperan cla-
lascivos, torpes y provocativos... pidió tocaran la cosecha que sificación e interpretación. El presente trabajo intenta mostrar
el dicho Tomás salió a bailar con una mujer y empezaron a los antecedentes africanos de la música, el baile y el canto
bailar con gran deshonestidad... pero que hay otro baile populares en f\léxico, pero no lo considera una investigación
llamado sacamandú el cual siempre que lo ha visto bailar le ha
exhaustiva sino, todo lo contrario, el punto de partida para
parecido muy deshonesto, que dicen que lo trajo un negro de La
posteriores estudios en profundidad.
Habana, que estuvo forzado en el castillo de San Juan de
Por otra parte, sólo toma en cuenta la fase histórica de la
Ulúa. 15
pesqu isa. Investigaciones sobre la música, el baile y el canto
Por 1784 los mulatos de las minas de Pachuca cantaban y actuales en la costa del Golfo han sido emprendidas por el
baila ban el pan de jarabe y sones como el viaje del arriero y el pan Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana. La
pirulo. 16 Las coplas que acompañan a todos estos sones fueron complementariedad de ambos enfoques -el histórico y el actual- es
la sustancia de los estudios etnohistóricos. La productividad de la
recogidas por los comisarios del San to Oficio. Las que acompañan
aproximación dual está fuera de toda duda; al realizarse con rigor
al chuchumbé describen la corrupción de clérigos, mílites y
científico demostrará, con claridad y mayores razones que las que
funcionarios de la época y hacen mofa de ello. En cierta forma la
aquí se ofrecen, un aspecto cardinal de la contribución negra al
crítica que hacen es muy semejan te a la de los cantadores de
acervo cu ltural mexicano.
nuestros días y aun los bailes han persistido en algunos lugares sin
grande modificación. El vívido relato que el comisario del Santo
IOTAS
Oficio en Veracruz hizo del son llamado el torito bien podría
I Aguirre Beltrán: La población negra de México. Estudio etnohistórico,
retratar el que se baila hoy día; dice: México, -Ed. Fuente Cultural, 1946. .
2 Melville J. Herskovits: "A Prelím ina.ry Consideration 01 Culture Arcas
Tenemos la desgracia de oír entre la gente plebeya de esta of Africa." American AnthropoloKist, 26. (1924): 50-63.
3 Archivo General de la Nación. Ramo: Reales Cédulas Duplicados,
ciudad y los pueblos comarcanos otro son llamado el torito,
lomo 3, expediente 28.
deducido del antiquísimo tango, que no he visto bailar, pero 4 AGN. Reales Cédulas Duplicados: 103.93
repetidas veces he oído detestar entre las personas que presen- 5 AGN. Inquisición, 303:357; 304.190: 303.39
ciándolo no han podido sacrificar en obsequio de la diversión 6 AGN. Inquisición, 586.7
los remordimientos de su conciencia, ni los sentimientos de la 7 AGN. Inquisición, 897.374
8 AGN. Inquisición, 612.6,677.39
religión. Báilase el destestable torito entre un hombre y una 9 AGN. Inquisición, 728.261
mujer: ésta regularmente es la que sigue el ademán de torear, 10 AGN. Inquisición, 1292.18
como el hombre el de embestir; la mujer provoca y el hombre II AGN. Inquisición, 661.1
se desordena; el hombre todo se vuelve embestir a la toreadora 12 AGN. Inquisición, 1052.20
13 AGN. Inquisición, 1168.19
y la mujer toda se desconcierta o se vuelve banderillas para
14 AGN. Inquisición, 1178.2
irritar al toro; en los movimientos de torear y en los de 15 AGN. Inquisición, 1178.1
embestir uno y otro mutuamente se combaten, y ambos torean 16 AGN. Inquisición, 1297.2; 1362.10
y embisten a los espectadores, que siendo por lo común 17 AGN. Inquisición, 1410.1
Gérard Pierre-Charles
EL HOMBRE NEGRO
EN LAS
SOCIEDADES DEPENDlENTES:
EL CASO DE HAITI*
La investigación sobre el tema del afroamericano ha dedicado su ideas que de ellas se delivan".2 La tecnología de la sociedad
atención a estudiar los fenómenos de la aculturación del negro en esclavista era avanzada en relación con lo que había conocido
este continente, o bien, sus aportaciones etnológicas a la cultura antes el africano. Durante el curso de su existencia social como
continental y más recientemente a su condición existencial, tal esclavo, laborando en las plantaciones o en las instalaciones fabriles
como se refleja en su conciencia frente a su situación histórica de de alta productividad del colono blanco-conectado al proceso del
ser dominado. No ha estudiado suficientemente los fenómenos surgimiento de la burguesía en Francia- el negro haitiano comen-
socioeconómicos y poi íticos que han moldeado la situación del zó a tener conciencia de su ser social de esclavo y de esclavo
negro como ser social en un medio históricamente determinado. negro: de all í la aspiración a la libertad y a la lucha contra el
Cuando la investigación sociológica se ha propuesto considerar al colono blanco. Fue (;liando empeló a tomar conciencia de su papel
negro en la totalidad de su realidad social y humana, ha centrado de creador de riquezas. incorporado a un sistema 'económico
su interés sobre los países recientemente descolonizados del Caribe, mercantil metropolitano. Esas relaciones esclavistas de producción
o con el advenimiento de la rebelión negra en los Estados Unidos, promovieron el gran proceso de mutación revolucionaria
sobre la comunidad afronorteamericana, como entidad sociológica (1789-1804) que dio l Ul. a la nacionalidad haitiana y al negro
diferenciada y en conflicto con la comunidad global blanca. haitiano liberado de su condición de esclavo.
El presente trabajo se propone analizar la problemática socioe- La {(J1l1a de cUllciellcia de/ ese/aI'o COItlU negro oprimido por el
conómica y poi ítica actual del hombre negro, con sus inevitables blanco, se fue desarrollando paralelamente a la conciencia del
implicaciones culturales, en una sociedad que no es clásicamcnte ese/aro COI/lO ¡JI"oductor integrado a un sistema de explotación. Lo
colonial, ni tampoco poblada de una minoría afroamericana, sino ate tigua la ceremonia dcl Bois (aiman en donde 13oukman, uno
por el contrario, liberada de de hace 166 años del yugo colonial de los primeros líderes e clavos insurrectos. imploró la ayuda
formal y en donde los negros constituían una casi totalidad: una vengadora de lo dioses negros contra los dioses blancos de la
"República negra" marcada por el sello de la dependencia y del esclavitud. La violenci:J de la con frontación ent re las dos formacio-
subdesarrollo, fenómenos que constituyen los denominadores co- ne etnocconómicas en una guerra antiesclavista y anticolonialista
munes del Tercer Mundo en su conjunto, pero que actúan en permitió al negro liberarse del traumatismo causado por su condi·
forma singular, tratándose de uno de los más antiguos estados ción secular de sujeción racial. Al derrotar militarmente a las
nacionales surgidos del imperio colonial del capitalismo mundial, y tropas blancas de 'Napoleón, el negro venció su condición de
que ofrece al mi smo tiempo, por los rasgos espec ílicos de su inferioridad r:Jcial y cobró cierto sentimiento de superioridad como
histOlia y su econom ía, una clásica rnorfolog ia de la dependencia y parle de su rehabilitación en el plano de la conciencia. Este
del subdesarrollo, as í wmo de la enajenación creada por la comportamiento psiqu Ímico. ha diferenciado en cierta medida al .
opresión del negro por el negro. hombre haitiano de sus congéncres antillanos de Guadalupe, Marti·
nica, Jamaica, República Dominicana y del negro norteamericano,
COORDE ADAS HISTORICOSOCIALES DEL EGRO históricamente enaj,~nados durante más largo tiempo y en forma
HAITIANO. más directa, por la' ocie dad blanca. 3
El negro hai tiano sali do de Africa con el corazón y el cerebro Esa primera empresa de liberación '! la creación de una
llenos de los latidos del continente negro, se ha incorporado a nacionalidad haitiana, permitieron al negro revalorizar en cierta
América il1l.'itus inl'itam en su pasado, su presente y su futuro. Del medida su ser cultural y racial. No logró, sin embargo, hacer
patrimonio de los chemes y los taínos ha extraído algunos revalidar al antiguo esclavo su condición de creador altamente
elementos de su cultura y fisonom ía... Mientras que la cruz, el productivo, ya que su conciencia de productor hab í-a sido profun-
látigo, el idioma del occidente blanco, venían a plasmar los rasgos damente alterada por 1:: condición animal que significó la esclavi·
específicos de su personalidad sociológica.· tud. Esto causó que la furia redentora del esclavo se orientara
El créo/e en el plan lingü ístico, el vudú como sincretismo tan to en cont ra del blanco como en con tra de los medios de
religioso de dos universos míticos, el mulato, el moreno, el "negro producción (talleres. maquinarias, plantaciones).
azul", toda esa gama de situaciones y representaciones epidérmicas, La liberación significaba la negación de todo aquello, tal como
han ~onstituido las grandes superestructuras culturales de esa ocurrió en los albores de la revolución industrial en Inglaterra,
personalidad cuya estructura ha ido forjándose a partir del proceso cuando los obreros destrozaban las máquinas, representación física
de producción esclavista de la sociedad de Saint Domingue. de su opresión. Los líderes de la emancipación, como Louverturc,
"La tecnología -dice Marx- descubre las relaciones activas del Dessalines, Christophe, Pétion, captaron la necesidad de revalorizar
hombre con la naturaleza, el proceso inmediato de la producción al productor mediante la disciplina, o la coacción, o la educación.
de su vida, y junto con ello sus relaciones sociales de vida y las Pero no podían regenerar esa tecnología que hizo de Saint
Domingue la Perla de las Antillas, ya que el tipo de organización irrumpido CO/7l0 júerza social participante. Su exclusión del escena-
socioeconómica correspondiente a tal tecnología. hab ía desapareci- rio políticosocial se fue operando en forma paulatina. paralela al
do en forma irreversible. Nació el siervo creador de riquezas para proceso de identificación de la élitc mulata y negra con los
su sustento o para beneficio del negro o mulato que hab ía patrones de la antigua clase y raza dominantes.
heredado el lugar del colono, sin heredar su tecnolog ía. Es lo que el doctor Jean Price Mars. uno de los más eminentes
"La desaparición de la esclavitud -como lo señalaría Eric sociólogos haitianos expresaba ya en '1927. sin alcanzar. no
Williams- dejó al nuevo liberto tan dependiente del rey-azúcar obstante, a diferenciar en ello el comportamiento de la élitc y el
como lo habia sido en su esclavitud." En Haití era el rey-café, el de las masas:
rey-algodón, pero un rey que había perdido bastante de su fuerza
al desintegrarse las relaciones coloniales. El feudalismo surgió Evidentemente el partido más simple para los revolucionarios
también como un fenómeno de regresión que traducía la atrofia de [entiéndase la nueva clase dirigente] con una precaria cohesión
una estructura económica, atrofia resultante del aislamiento im- nacional, era copiar el único modetlo que se ofrec ía a su
puesto a la econom ía, que engendró un gran descenso de la inteligencia. Así pues, a medias insertaron la nueva agrupación
producción por la imposibilidad en que se encuentra el sistema de en el marco dislocado de la sociedad blanca dispersa y fue de
sacar partido de la especialización y la división del trab aj0 4 este modo que la comunidad negra de Hait í. revistió el despojo
Ya que había desaparecido el antagonismo racial, apareció. de la civilización occidental al día siguiente de 1804. Desde
como tras de un espejismo que se diluye, la impresión de que entonces. con una constancia que ningún sarcasmo. ninguna
tam bién hab ía desapar~cido el otro an tagonismo, el económico. perturbación ha podido doblegar. esa comunidad se esforzó en
disminuido por la reducción del trabajo y de la productividad que realizar lo que ella creyó ser su destino superior moldeando su
caractelizaron la época posesclavista. Y empezó el proceso de pensamiento y sus sentimientos en acercarse a su antigua
marginación de la masa de los productores negros. metrópoli. en parecérsele, en identificarse con ellaS
Esa marginación siguió el modelo de la antigua sociedad. ras
masas. a raiz de la crisis que dio lugar a la Iluepa sociedad. IlGbiall
La empresa de identificación de la nueva oligarqu ía criolla con
la antigua clase dirigente colonial y esclavista es un hecho histórico
presente en toda América Latina desde el siglo XIX, según lo ha
señalado en su tiempo la literatura liberal e indigenista. Ha surgido
también en los nuevos estados africanos. 6 Price Mars. como
miembro ilustrado de esa clase dirigente, generaliza este prvceso a
la comunidad entera. mientras que ha sido más bien exclusivo de
la oligarquía: abarca no sólo el campo subjetivo, sino sobre todo.
el comportamiento objetivo que vino a definir el papel de esta
ni igarqu ía como fuerza de dom inaeión que actúa con forme al
modelo legado por el occidente cristiano. El universo colonial era
interno, la humanidad esclavizable, otra vez el negro.
Las heroicas tradiciones guerreras del cimarrón refugiado en sus
montañas, rebelde a todo nuevo sometimiento. hicieron difícil esa
empresa esclavizadora. así como las propias contradicciones entre
las diversas alas de la oligarquía que competían para adquirir los
privilegios máximos de la condición dominan te.
La inconformidad de los sectores más oprimidos (siervos media-
neros, campesinos sin tierra) levantados en armas tras de los
caciques, por más que no implicaba participación para sí, sino para
otros, contribuyó también a neutralizar los impulsos esclavizantes
de la élite; condu jo más bien a la marginación de la masa
campesina. margina~ión que servía a los fines de la colonización
interna y facilitaba la violencia colonial de dicha élitc.
Esas 1íneas de fuerza de la estructura social haitiana fueron
reforzadas por la ocupación norteamericana de 1915 a 1934. La
de las relaciones de explotación entre el imperialismo y nuestra
comunidad en todas las etapas concomitantes de producción que
ahí imperan (capitalistas, feudales o rezagos esclavistas).~
En segundo lugar se introduce esa no participación en el
fenómeno de colonialismo interno. Históricamente éste nace de la
sustitución de los colonos blancos esclavistas por los nuevos amos
nativos. y se nutre como subproducto del imperialismo, por la
relación esencial de explotación clasista y de la derivada de tipo
regional (ciudad-campo).
En tercer lugar esa marginación se coloca dentro del proceso de
evolución histórica de una sociedad de explotación. en donde el
dcsarrollo de las relaciones de productividad y de la lucha de clases
desemboca en Sil //lO/11m/u cr//icv: las clases dirigentes. para
mantener sus privilegios, tienen que recurrir a formas extremada-
mente violenta de dominación poi ítica. que se asemejan al modelo
fa cista. un fascismo uigéneris situado en el marco del precapitalis-
mo. de la dependencia y del subdesarrollo.
Esta marginación nace. pues, de una estructUrd global de
cxplotación: explotación de regiones y explotación de clases y se
caracteriza por las mismas causas que la han provocado. 9
(1)9
3. Fascismo en el subdesarrolIo. tomaban conciencia de la validez y de la originali dad de las
culturas negroafricanas, del valor estético de la raza negra y de la
La dominación externa y el colonialismo interno, como estructuras capacidad de sus pueblos respectivos de ejercer el derecho a la
permanentes ql,le han influido en la evolución de la sociedad iniciativa histórica que la colonización había suprimido completa,
haitiana con tribuyendo a su subdesarrollo, la han llevado, en la mentc.,,2 o Sin embargo, los aprovechadores negros del sistema
última década, a un proceso de regresión económica y de agrava· usaron de la negritud como de un derecho exclusivo que les
miento de las condiciones de vida de la población. Los antagonis- permit ía, "como representantes de la mayoría negra de la pobla-
mos sociales se han exacerbado, proyectándose en el plano poI ítico ción", acceder a las posiciones privilegiadas ocupadas ayer por la
por la reinvindicación que persigue una mayor participación de las élite mulata. Y en nombre de este derecho han implantado la más
masas, lo que constituye una amenaza al statu qua. sangrienta dictadura contra las masas de su color, mientras que
Esta crisis de la estructura de la dependencia y la explotación frente al blanco domindor y protector manifiestan el más absoluto
colonialista interna, ha producido un notorio cambio en las formas servilismo, la más exagerada cortesía. "En la actualidad basta
de dominación poi ítica de los grupos de poder. Se caracterizan lanzar una mirada sobre la extrema anicción de la condición
ahora por una violencia extrema que da a la dominación su humana en Haití, para ver hasta qué punto la négritude de
contenido máximo de enajenación colectiva y de deshumanización. Duvalier es una delirantc mistificación en la que las capas más
Muestra hasta qué extremo puede llegar la explotación del negro rcaccionarias dc la socicdad haitiana han encontrado su ideología y
por el negro: pisoteo sistemático de los derechos indi vi duales, dc sus métodos de acción. La Ilégrilude, como Duvalier y sus
las leyes y prjnci pios éticos, asesinatos colectivos, promoción del cómplices la aplican dcsde hace diez aiios en Haití, no es otra cosa
terror como instrumento del poder, torturas, despojos, saqucos. que una forma antillana del fascismo, un neorracismo totalitario
violaciones. "El colonialismo -subraya Frantz Fanon- no sc cuyas principales víctimas son los millones de campesinos y de
comprende sin la posibilidad de torturar, de violar o de matar. La trabajadores negros de Hait í.,,2 I
tort ura es una modali dad de las re laciones en tre ocu pan te y Esa catcomía dc fascismo como iendencia creciente en América
ocupado.,,18 Latina se c~racteriza por la violencia de sus métodos, su desprecio
Esta modalidad, sumada a la csencia cconómica del colonialismo a las Icyes y a los pl'incipios de la democracia representativa, la
interno en este momento de crisis, parcce situar la problcmática importancia política casi cxclusiva. que confiere al ejecutivo, y a
22
actual de la violencia en Hait í, en el esquema de la dominación su homhre fucrte la personalización del orden nuevo
colonial clásica, ejercida contra hombres de raza diferente. Sin
embargo, algunos aspectos del fcnómeno sugieren otra categoría
conceptual para definirlo, sobre todo al considerar su signi ficado
poi ítico y sus manifestaciones ideológicas.
Como es sabido, en numerosos países de América Latina la
democracia representativa ha constituido un sistema político que
encubre, tras el velo republicano e independiente, la estructura de
la dependencia y de la colonización interna. Bajo el impacto de
numerosos factores de tipo económico, poi ítico, nacional e inter-
nacional, este sistema ha venido quebrándose en algunos países,
siendo sustituido por regímenes fuertes. En Haití la profundidad
de la crisis estructural ha llevado a un régimen de violencia
extrema que responde, por sus métodos, a una fórmula fascista, la
única capaz de garantizar la supervivencia de las estructuras de
explotación. l9
También las expresiones ideológicas de este régimen fOllllan
parte de planteamientos fascistoides y racistas que pretenden diluir
todas las contradicciones de clases en la abstracción de la I/égri-
tude, concebida ésta como bandera mistificadora de la oligarquía
colonialista negra para someter a la masa de sus congéneres. "La
negritud -sefiala Depestre- era la operación cultural, mediante la
cual los intelectuales negros de Africa y de las dos Américas
lO
Congo _el vacío administrativo dejado por los belgas. Esa emigra- 3 'Incluso el concepto "ncgro" vino a adquirir una dimensión universalis-
ción constituye el más curioso, de los fenómenos generados por la la en Haití que abarca a todos los hombrcs de todas las razas. No es nada
e\:traño oír a un haitiano. de cualclllier e.\:tracción social decir: "este hlanco
marginación. El negro haitiano descubrió de veras "esa Africa
es un negro malvado o un negro simpático".
~ítica de intelectuales en apuros" de que habla Roger Bastide. 24 4 Celso Furtado: FOrl'na(fio económica do Brasil. Río de Janeiro, Fondo
Tenía necesidad de re'solver el problema de su ."expulsión" de su de Cultura Económica, J 959. pp. 66 ss.
medio natural. El Congo le ofreció dólares y participación. Pero 5 Jean Price Mars: Ainsi parla roncle. Traducción cubana: Así habló el
segu ía siendo marginado por el africano que, aun admirando en él lío, La Habdna, Casa de las Américas, 1968. p. XXXIV.
6 René Dumont: I.A/i-iquc noirl' esl mal parlie. París, Editions du Seuil.
aquel negro que 'él mismo aspiraba ser. lo veía como extranjero
1962.
venido de otro continente y potencial aijada del banco: marg,inado 7 Sc refiere' a la guerra "cacos". Este Illovimiento campesino de resisten-
también por el ex colono blanco, receloso de la "postura arrogan- cia a la ocupación nortcamericana tuvo lugar en 1915 a 1918 en la región
te" de ese negro demasiado liberado, mentalmente. Incapaz de nortc del país. cn un área quc abarcó la cuarta parte del territorio nacional
integrarse, llegaba al fin a descubrir que "los problemas a que se y la quinta parte de la población del país. En su momento más activo llegó
a movilizar a 15 000 campesinos baio la dirección de Charlemagne Peralte.
enfrentaba eran diferentes ,a los de los negros africanos",2 s Igual 8 Aníbal Quijanu Obregón: Nolas sobre el conccl'lO de marginalidad
que aquellos negros de Bah ía (Brasil) que decidieron regresar al social. CFI'AL, 1966.
país de sus antepasados, los negros haitianos que bajo la presión de 9 Pablo Gonzúkz Casanova: SocioloKía de la explotación. México, Siglo
las condiciones de dominación del negro por el negro regresaron a XXI Lditorcs. 1969.
Africa, en el Congo de Kasabuvu o de Mobutu experimentaron que 1() LI análisis de la marginalidad C01110 renómeno macroestruL'!ural, está
propucsta en un anúlisis por cl suciólogo pcruano An íbdl Qtujano. 01'. cit.,
el retorno a Africa era una evasión que no conducía a ninguna pp. 50 ss.
libertad. Empezaron a entender que Haití se encuentra en América II Paul 13aran: I.a c(,ollOlIlía polílica del crecil1lienlO. Trdducción del
Latina, y sólo a partir de su integración a América Latina, pueden ing!l-s. Méxi,·o. Fonelo de Cultura Económica. 1961.
conquistar su personalidad. 12 Octavio (anni: Dependellcia eslruclurall' excedenle económico poten-
Las coordenadas histórica, geográfica, económica y cultural de cial. Ml'xico. ponencia al IX Congrcso Latinoamericano de Sociología.. 1969.
Hait í, lo colocan dentro del universo de las naciones optimidas. I J ('aul Moral: l. 'úconolllie liai'riennc. I'ort-au-Princc, Imp_ de i'Etal.
1959.
Haití es un microcosmos de la humanidad dominada. La margina-
14 Gonz~íkz Casanova proponc un instrumental analítico para el estudio
ción del negro hai tiano como conglomerado sociológico, de la del renómcno del colonialismo interno, procesando el carácter interno
comunidad haitiana como nación no participante de la civilización cambiable de Id noción de colonialismo y ele estructura colonial. op. cil.. pp.
del siglo XX, se sitúan también en este universo_ "La marginación 233 ss.
del afroamericano debe verse en una nueva perspectiva: ya no está 15 Gonz:dcz Casanova: op. cil., p. 240
sólo, su caso no es delito ni prueba de incapacidad, es el del 16 Franlz I:anon: Para la revolución africana, Recopilación de textos y
artículos. México, Fondu de Cl!ltma Económica.
Tercer Mundo .,,26 Es la problemática de todos los pueblos ayer 17 Paul Moral: 01) cit., p. J 61.
dominados por el colonialismo, hoy sujetos al neocolonialismo. al 18 Frantz (:anon: op. cil .. p. 88. Artículo de El Moudjabid, lO de---
imperialismo y a la estructura misma de la dependencia. septiembre de 1957.
Por ello, como nacionalidad y entidad racial oprimida por 19 Theotonio dos Santos: Socialislllo o fascismo. dilema latinoamerica-
fuerzas de dominación del poder blanco y por hombres negros no, Santiago de Chile. América Nueva. 1965.
20 Re~é Dcpc,tre: Prólogo a la edición cubana de Price Mars, op. cir., p.
sirvientes oe lo que Malcolm X llamó la estructura del poder XVIII. "El concepto de la negritud -escribe por su parte Fanon- era la
blanco, Hait í sólo puede solucionar el problema de su integración antitésis afectiva. si no lógica. ele estc insulto que el hombre blanco hacía a la
nacional, concibiéndolo como parte íntima de su liberación nacio- humanidad". I,es damnés de la terre, p. 159.
nal y de la emancipación de todos' los pueblos oprimidos. 21 René Depestre: op. cir., p. X
22 Gérard Pierre-Charles: Radiografia de una dictadura, Nuestro Tiempo,
1969.
23 Nos referimos aquí a la llamada "campagne antisuperstitieuse" lleva-
da al cabo en 1940 por el clero católieo francés de Hait í con el apoyo
oficial del gobierno de Flie Leseo!. Se convirtió en auto de fe, destrucción
NOTAS sistemática de los objetos del culto y los templos vudú, persecución de los
saccrdotes y practicdlltes de ese culto.
1 Jacques Slephen Alc\:is: Du réalisme merveilleu\: des hai'tiens. Commu- 24 Ver: "Pour une culture populaire haiticnne", Freres du Monde. Haití
nication au premier Congrcs des écrivains et artistes noirs. Présence africaine, enchainée. núm. 43-44 (13ordeaux, 1966), pp. 57 ss.
,/
1956. 25 Fran tz Fanon: Les damnés de la' lerre, p. 167.
2 Karl 'Marx: Citado por Lenin en un artículo biográfico sobre Marx. 26 Remy Bastien: "Estructura de la adaptación del negro en América
julio-noviembre de 1914, Marx, Engels y el marxismo. MO$Cú, 1947, Latina y del afroamericano en Afriea", América lndígenea, Vol XXIX, núm.
Ediciones de lenguas extraieras. p. 19. 3 Uulio de 1969).
Adelaida de Juan
EL NEGRO EN LA
PINTURA CUBANA
DEL SIGLO XIX
Los negros esclavos empiezan a llegar a América desde la primera busca el grabador extranjero en la Plaza del Mercado (Plaza Vieja);
década después del descubrimiento. I El periodo de mayor importa- en el otro, es el esclavo, a trav~s del cual se proclama la jerarqu ía
ción de esclavos africanos abarca el siglo XVIII, controlada en ese social del Conde de Casa Sayona. El ías Ourn fard, ingen iero mili tal'
momento por ingleses y norteamelicanos fundamentalmente; en inglés o norteamericano ayudante del Conde de Albemarle. posible-
Cuba y Brasil se habrá de mantener durante la primera mitad del mente llega a La Habana después de la capitulación de la ciudad a
XIX, propiciada por razones poI íticas y económicas. "En Cuba, el las fuerzas inglesas en 1762. Hace seis dibujos de la capital.
más alto grado de explotación del esclavo coincidió con el realizados en aguafuerte y talla dulce por distintos grabadores. 4
esplendor azucarero del siglo XIX. Según los cálculos más acepta- Durnford es el antecedente de grabadores del XIX como Sarañano
bles. la tasa anual de reposición de esclavos no bajaba del 3% y sobre todo Mialhe. en su afán de animar el tema con pequefias
aunque en algunos casos se elevó hasta un 109'c."2 o olvidemo~ acciones anecdóticas. En la vista citada, este carácter adquiere su
que esta explotación fue tomada por Marx como ejemplo, en mejor momcnto; la figura de algunos negros que se integran a la
1867, de un país "cuyas rentas se cuentan por millones y cuyos multitud de la plaza da por plimera vez el toque costumbrista que
plantadores son verdaderos pr ínci pes, donde vemos a la clase el tema negro habrá de suministrar a lo largo del siglo siguiente.
esclava sometida a la alimentación más rudimentaria y a los En la pintura de Nicolás de la Escalera, aparecerá el ncgro por
trabajos más agotadores e incesantes, y donde vemos también primera vez en el arte académico y por una sola ocasión en la obra
cómo se destruyen lisa y llanamente todos los años una buena de este artista a las órdenes de la clerec ía espaiiola. En la Iglesia de
parte de esclavos, I'iclimas de esa lellla lorlllra del e.\'ceso de Santa María del Rosario. la "catedral de los campos", construida
r.
lrabajo y de la falta de descallso v de sueí/o [ Cairnes 3 entre 1760 y 1766, Escalera fue encargado de ejecutar las pinturas
La población negra no estaba constituida en Cuba sólo por los que decoran la iglesia, y se valió de esta oportunidad para dejarnos
muchos esclavos. Si tomamos un año cualquiera como medida, una escena de gran interés sobre la sociedad de la época. En una
digamos 1872, veremos que la poblaci(lIl negra y mulata libre, de las pechinas, recreó una estampa de la leyenda familiar de la
dedicada a labores artesanales. tabacaleras, jornaleras, etc., casi Casa Sayona. fundadora del poblado de Sant~ María del Rosario.
quintuplica la población blanca ocupada en las mismas labores. Pintó Escalera al primer Conde de Casa l5ayona y a su familia en
Artesanos son considerados los primeros artistas. "pardos libres", actitud devota ante Santo Domingo. patrón de: Rosario: aparece
como el pintor Nicolás de la Esc31era (1734-1804). Algunos además el esclavo negro que según cuenta la leyenda, indicó a su
artistas negros o mulatos, ya en el siglo XIX, como los poetas dueiio las propiedades medicinales de los manantiales que en su
Manzan'o (que fue esclavo) y Plácido. el pintor Vicente tscobar, el feudo se hallaban. Es, pues, Escalera el primero en introducir al ne-
1l1úsico José White. obtienen la protecci()n y el mecenazgo de gro como tema en la pintura de Cuba. A partir de estos primeros
criollos ilustrados. ejemplos, y ya en el siglo XIX. el tema negro se encuentra casi exclu-
La pintura, que se inicia en Cuba a principios del siglo XIX ~Ia sivamente, hasta llegar a la obra de Landaluze, en los grabados y en
Academia de San Alejandro fue fundada en La Habana por el algún dibujo. (Pensamos en un dibujito del matancero Ramón Barre·
francés Juan Bautista Vermay en ]817- tuvo antecedentes sólo en ras. "Carro-paraguas pa ra guarecerse la negrada de j a lluvia", que es
los grabados realizados por artistas extranjeros de paso por la Isla. un techo de guano puesto sobre una carreta de bueyes. Como
A lo largo del siglo, la pintura, académica siempre (neoclásica todos los dibujos de Barreras, éste tiene el encanto del dibujante
primero, de un paisajismo a la manera de Barbizon después), se sin malicia técnica, especie de primitivo de la época.) Si aparece en
negará sistemáticamente a considerar al negro como asunto posible. algún cuadro, será con el mismo sentido que tiene en Santa María
Escenas religiosas, retratos oficiales, paisajes brumosos por los que del Rosalio: "J. M. Ximeno con su criada negra y un carnerito",
atraviesan personajes id íl icos, escenas de la vida acomodada de la de José María Romero, es un buen ejemplo.
burguesía o modelos de Academia: he ah í toda la gama de sus Como elemento de pintoresquismo, el negro atrae la atención
posi bilidades temá tic as. de los visitantes extranjeros. Los que luego publican sus impresio-
Queda. pues, para el grabado, la galería de personajes del nes de viaje. invariablemente comentan este aspecto del "color
pueblo. Y es en ellos donde se fija la tipología de nuestro siglo local". Ci temas tan sólo dos pintores que parecen haberse fascina-
XIX, con extraordinaria gracia y ligereza. Dentro de esta tipología, do por el negro y el mulato en Cuba: la sueca Fredrika Bremer,
la figura del negro hace particularmente distintiva, la separación que visi ta la Isla en 1851 Y aqu í realiza vein tiocho acuarelas; entre
entre la pintura y el grabado. Esa figura aparece por primera vez éstas, "la negra Cecilia" y "Carlos, congo del ingenio Santa
en los grabados sobre La Habana de Durnford, y en una pechina Amalia"; y el norteamericano George W. Carleton. que viaja a
de Santa María del Rosario, pintada por Escalera. En un caso, es Cuba en el invierno de 1864·65, y cuyos apuntes son, en número
un personaje accesorio, un dato más en el pintoresquismo que elevado. caricaturas del negro cubano.
-
/
comprobarse que el diablito ñáñigo que ah í aparece es casi los episodios son los siguientes: "el nacimiento" (padre español,
idéntico al carabal í fotografiado por Talbot en su viaje a Aflica a madre negra); "el bautizo", "llora por malacof', "aprende a
principios de este siglo. Recordemos ·que Landaluze vivió -y bailar", y ya crecida la mulata: "Dios te guarde. sabrosona" (le
murió- en Guanabacoa, que contaba con numerosos ñáñigos y dicen, en la Alameda..~dos señOlitos); "ya tú, ni chicha ni limoná"
abakuás, los cuales fueron evidentemente estudiados y reproduci· (le dice después el calesero), para terminar con "'a enfermedad"
dos por el artista. Responde a un inteies por lo costumbrista y lo (en un cuarto mísero donde cuelgan en la pared una crucifixión y
exótico la fijación de Landaluze por lo popular, y dentro de esto, una madona) y "la conducen al hospital". La serie de la fábrica la
por lo negro en su aspecto más feérico. "La mulata de rumbo" y Charanga de Villergas lleva el título general de "Vida y muerte de
"Los negros curros" dan la tónica de este interés, reservando la mulata" y está dividida en catorce escenas: "el que siembra
Landaluze para la caricatura cotidiana y para el óleo otros coje" (la negra hablando con el bodeguero blanco); "no es muy
enfoques del tema. En sus ilustraciones, es sólo el aspecto de gr~ta la cosecha" (la negra ya embarazada conversa con el bode·
"tipos y costumbres" el que domina, dedicán dale toda' su fuerza guero en un cuarto pobre); "promete óptimos frutos" (la mulatica
de expresión de lo más característico y sumándole, y he ahí donde sale de paseo con su madre. y se detiene para sonreírle a un niño
radica su talento mayor, esa nota individualizadora que convierte a blanco): "una retirada a tiempo" (la mulata. ya grande y bella, se
las figuras pintadas en representaciones de seres vivos. En sólo un aleja apresuradamente de una casona): "mi quelido dice tenga
caso, "El cimarrón". pintado al óleo, se permite Landaluze ver la esperanza", "somos bonitas y por eso nos sigue" (la mulata se
otra cara de la esclavitud: el negro acorralado por los perros y los viste y pasea elegan temen te): "ama rillo. suénamelo pi ntón"8 (en el
soldados. Su mulata, por otra parte, es invariablemente alegre. baile donde se reúnen mulatas y blancos): "descuidos del tocador"
coqueta, y en la versión que ofrece Landaluze, lleva una vida (se le cae la media al cruzar la calle): "noche buena", "vientos de
holgada y fácil. Otra variante será dada por las innumerables proa" (la mulata sigue elegante y acompañada de bl:.1Ilcos); ''Cari·
litografías hechas anónimamente para la segunda industria del país, dad, quieres mecha') Siaa'" (le dice el calesero a la mulata ya
la tabacalera. mal vestida y con una hotella de bebida en la mano); "el castigo",
Hemos encontrado tres series en que se relata la vida de la "las consecuencias" y "lln de todo placer" (el carro fúnebre).
mulata en estos cromitos. En la hecha por la marca La Honradez, representan la terminación de esta historia.
Muy similar a ésta es la serie "Histolia de la mulata" 'de la
marca Para Usted, en diez escenas. Vemos, pues, un interés en
desarrollar este tema específico con bastante insistencia y minucio-
sidad. Y resulta interesante cotejar estas representaciones gráficas
con lo que escribiera, en 1878, Eduardo Ezponda en su trabajo La
mulata. Estudio fisiológico, social y jur/dico. 9 Este pequeño
tra bajo de Ezponda resulta de particular in terés y merece ci tarsc
con cierta amplitud. Después de apuntar (p. 11) que "todavía no
se ha pintado la mulata cubana en el lienzo", pasa al siguiente
análisis:
EL ORIGEN DE LOS
NEGROS BRASILEÑOS
En elestudio de la 'oFinaCión racial del Brasil, los trabajos sobre el las generosas exageraciones de sus coriIeos, halle constituir
negr6 y suébntribución en el plano cultural constituyen 'un siempre uno de los factores de nuestra inferioridad comoipue.
bIo" .6 \:'~ ..... ¡~P0;;~~';;
~~P.(~YJo re].¡r!iy:unentl reciente de, nuestra bibliografía.
'-En el siglo XIX se iniciaron Jos estudios sistemáticos de No obstante sus nociones exageradas e inadmisibles a propó~Itó
antropología, sise consideran ros testimonios y el material infor- de las desigualdades raciales, o su idea de la degeneración del
mativo de los siglos anteriores simplemente como documentos. mestizaje -con todas las consecuencias que traería en el oiden
Djchos estudios todavía se concentraban principalmente en los político y social-, las revelaciones de Nina Rodrigues acerca de'los
indígenas y, fueH'n elaborados por estudiosos extranjeros, algunos últimos africanos en el Brasil son insustituibles.
,kielllos cuales' vinieron al Brasil para llevar a cabo sus investigacio- A partir de al! í se dio una revitalización en ese campo. de
. , e.s;"'9bserYaci0~es y recolección de material in loco. I estudios y tuvimos entonces una serie de publicacion~s de Á(itr
'También 16s brasileño.s que trataron este asunto comenzaron Ramos, iniciada a partir de 1926: Os horizontes milicos do ;l~fr~
por allí, probablemente influidos por el sentimiento de que en la na Bahia; Os instrumentos musicais dos candomblés da Bahia
glorificación del indígena encontrarían la base de nuestra caracte- (J 932); O mito de Yemalljá (1932): O Negro /la evolufao social
rística nacional. 2 brasileira (1933); As rela(:oes negras /lO Brasil (1934). Su gran obra
El interés por el negro, en cambio, es mucho más reciente y fue lntrodu(:iio á antropologia brasileira es un amplio intento. de
impulsado por la obra pionera de Nina Rodrigues en los estudios sistematizar los elementos capaces de aclarar el cuadro en que se
afrobrasi,leños: O animismo fetichista dos negros baiallos. 3 Resulta- han desarrollado y se desarrollan las relaciones de raza en nuestro
do'; de una larga y paciente investigación del profesor de la país. Importante en este trabajo es el hecho de que el autor
Facultad de Medicina de Bahía, fue éste el primer estudio científi- comience a ver al negro L:OIllO un elemento integrante de la
co realizado en el Brasil sobre el fetichismo negro y constituye una sociedad brasileña y ya no sólo en sus aspectos curiosos.
gran contribución al vasto problema de la influencia social ejercida Gradualmente surgieron nuevas obras, a pesar de las dificultades
por los grupos negros en nuestro país. que provenían -y aún provienen- de la falta de estudios monográ-
Después de haber recogido abundante documentación en sus ficos básicos, y en especial históricos.
peregrinaciones por las plazas bahianas, donde se realizan los Uno de los pretextos más comunes que se aducen para justificar
divets0s cultos de origen africano, el autor pone en duda la esta carencia es la fal ta de documentación, que resultó de la
afirm'ación de que los negros de Bahía sean católicos y que haya medida tomada por Rui Barbosa cuando fue ministro de la
tenido éxito en el Brasil la tentativa de conversión. Así, la República: entonces mandó destruir los papeles relacionados con la
población bahiana no sería totalmente monoteísta clistiana, puesto esclavitud para, así, borrar la mancha que pesaba sobre el Brasil.?
que la persistencia del fetichismo africano, como expresión del Por otra parte, aún en la década de los veintes, aparec:en
sentimiento religioso de los negros y mulatos, es un hecho que las trabajos como el de Oliveira Vianna sobre A evolurao do pqvo
características externas del culto católico ~aparentemente adopta- brasileiro. Aunque se basa en el mismo presupuesto de Nina
do:iIJ;qt el!os~ no consiguió disfrazar. Rodrigues de la inferioridad del negro y del mulato,manifiesf
, 1 ~!%spués de;~ste estudio, casi nada más se escribió acerca de la confianza en una creciente arianización del país. .
uestión de 'la raza negra en el Brasil y en especial de sus Se habría de efectuar un profundo cambio de actitud con CaSa
sel\timientos religiosos.4 Se debe señalar la honrosa excepción de grande e senzala de Gilberto Freire, publicada por primera vez en
Manuel Querino, que en 1916 en el V Congreso Brasileño de 1934: "Se puede fechar a partir de ahí un movimiento en favor oe
Geografía presentó una memoria con el título: "A ras;a africana e un estudio objetivo del problema racial, no siempre orientado por
'seussosturriesna Bahia". No fue sino hasta 1933 que vio la luz un ideas puramente científicas." :'.ff
~'l~~~it:abaJqt'~,e.~ioa'.B:9drigu~s:Os,africanBs nO Brasil, obra que Algunos congresos sobre asuntos afro brasileños, que se r~~nie
, 1;'~:1'or;nQ ver~a'lmp'res~;> pues' muna, prerqaturamente en 1906. 5 ron en Recife y en Bahía, dieron origen a valiosas publicácion~s.
El) sus obras' se trasluce la influencia del pensamiento de la Así, el trabajo de Luís Vianna Filho, aparecido en 1933, sobreF~'Ó
¡épocil~ cuando,! la ciencia europea no veía en las poblaciones de Negro na Bahia" -que analizaremos con más detenimiento:- aclara
color sino la nume~osa,1ácil y barata mano de obra que trabaja la "varios aspectos aún superficialmente estudiados de la historia y
materia prima. Los prejuicios de raza adquirieron una virulencia del carácter bahianos, coloreados por influencia de la sangre y
POCQ .común; Nil13 Rodrigues reflejaba esas .concepciones cuando principalmente de las culturas africanas".
afign'ábil queJ"la raZa nygra en er~rasil, a p~sar de susindudables Los estudios sobre el negro cobraron nuevo vigor con >un
e1Y,t~jos.~' nlir,~~Ii~¡ cixiJización, a gés,arde, l¡¡s:justi[¡cadas simpatías proyecto de la UNESC0 8 que aunque se ocupaba de un análisis
'que i 31raJeroI1 por-el repugnante abuso .de la esclavitud, a pesar de menos nacional que mundial, tuvo dos consecuencias favorables: a)
l
era que habían sido bantús los pueblos negros que colonizaron el
país. Así, .Toao Ribeiro, que concluyó -en el resumen de nuestra
historia que hizo para la celebración del IV centenario del
descubrimiento del Brasil-! 3 que las fuentes de la esclavitud
brasileña se encontrab'an sólo en el Africa Meridional. Esta infor-
mación parece provenir de Spix e Milrtius,14 que en sus trabajos
reduce la procedencia del tráfico al Brasil a las colonias portugue-
sas del Africa Meridional y a las islas del Golfo de Guinea, o sea a
los grupos bantús. La creencia dominante sería tan grande que uno
• de nuestros literatos consideraba que el pueblo brasileño estaba
formado por "blancos aria nos, indios guaranís, negros del grupo
bantú y mestizos de estas tres razas".! s -
En su trabajo Nina Rodrigues, a pesar de reconocer que fue
considerable la importación de los negros del Africa Austral, del
vasto grupo étnico de los negros de lengua tu o bantú, procura
demostrar que "ninguna aportación logró sobrepasar en número la
de los negros sudaneses, a los cuales, además, corresponde sin duda
la primacía en todos los hecl¡os en que, por parte del negro, hubo
en nuestra historia una afirmación de su acción o de sus sentimien-
tos de raza". 1 6
Las fuentes principales que utilizó para documentar su tesis
fueron las estadísticas del tráfico, la historia del comercio de
esclavos de Portugal y del I3rasil, los hechos de los africanos en la
historia patria, el estudio de sus últimos representantes en la
encargó el examen del problema a hombres de ciencia que aún no América portuguesa y de su influencia en los hábitos y costumbres
se habían interesado por éL b) actualizó la investigación, dividién- brasileños.
dola -en relación al Brasil- entre tres centros urbanos. De esta No obstante la total carencia de estadísticas para ciertas épocas
iniciativa resultaron trabajos como el de Florestan Femandes, que y la insuficiencia para otras, el autor, utilizando lo que encontró,
se refiere a Sao Paulo,9 o el de Tales de Azevedo sobre Bahía. 1 o elaboró un cuadro para el tráfico en l3ahta a principios del siglo
II-Iás recientemente han sido divulgados diversos estudios cientí- XIX (1812 a 1815), en que el predominio de negros sudaneses es
ficos, inclusive tesis académicas como las de Florestan Femandes, considerable, Con base en datos de la ldade do Duro, 1 7 que daba
Fernando Henrique Cardoso y Otávio lanni. 1 ! Sin embargo, éstas noticias sobre el movimiento comercial bahiano, encontró en un
son investigaciones más bien de carácter sociológico o económico. periodo de tres años, de 1812 a 1815, la importación de 17307
Consideramo's, por tanto, que sería interesante señalar algunos sudaneses y sólo de 3 645 bantús.
de los resultados que Luís Vianna FiUlO apunta en su trabajo sobre De 1816 en adelante desaparecerían de los documentos oficales
el negro de Bah ía. Basado en datos puramen te históricos, contribu- los esclavos norecuatoriales, en virtud de los tratados de París
ye este estudio a la modificación de algunas generalizaciones que (1817) y de Aix-la-Chapelle (1818), que limitaban el comercio de
provocan dudas y vacilaciones, y a rectificar en más de un punto esclavos portugueses en Africa. Además, los cruceros ingleses
algunas afirmaciones de maestros respetables -como es el caso de apostados en la costa de Guinea dificultaban el tráfico. Sin
ina Rodrigues en Os africanos no Brasil--, que aclararemos más embargo, no cesaría la in1portación, sino .que clandestinamente
adelante. Nos detendremos en los trabajos de estos dos autores: habría de continuar vigorosa, lo cual se verifica con la existencia
ellos, estudiando el mismo tema, llegan a conclusiones diferentes. de negros sudaneses aún en la época en que el autor escribió su
Al estudiar la procedencia de los negros brasileños y las trabajo. Para que éstos estuvieran vivos a principios del siglo XX,
supervivencias culturales africanas, ¡ ina Rodrigues defiende apasio- sería preciso que hubiesen sido introducidos en una fecha posterior
nadamente el predominio numérico de la importación sudanesa en a la de los tratados mencionados.
el Brasil y el dominio absoluto de su cultura, especialmente en Muchos otros documentos también prueban la larga y remota
Bahía.! 2 introducción de los negros sudaneses al Brasil: los "libros manus-
En el momento en que el autor escribía esto, la creencia general critos del registro de los edictos de concesión para navegar al
_19/!
Africa y para el rescate de esclavos, dados en esta ciudad de yorubas, enes y minas, cuyas tradiciones y fiestas ruidosas pasaron
Bahía", por ejemplo.' Al examinar estos libros se confirma que "el a nuestra población criolla, y en ella sobreviven fuertemente
tráfico de los negros norecuatoriales o sudaneses fue sostenido radicadas. Son ellos, y no los angolas que tomaran del Africa
durante largo tiempo, instituido desde muy temprano y en las más bantú los motivos e ideas de los clubes carnavalescos, los que en la
amplias proporciones". 1 8 ejecución reviven siempre el carácter de sus fiestas y costum-
Si esto no es suficiente, el análisis del tráfico portugués y del bres".21 De esta manera, Nina Rodrigues, mediante las pruebas
brasileño prueba la tesis planteada. De los innumerables puertos de que recogió -y que aqu í hemos mencionado- intenta defender la
la región de Cui'nea, los navíos portugueses trajeron negros nore- superioridad de la importación sudanesa en el Brasil. Juega tam-
cuatoriales. Aunque el tráfico portugués haya sufrido muchos bién con hechos, en especial de Bah ía, en donde la contribución
percances en la Costa de la t-.lina de allí salieron seguramente hacia sudanesa fue realmente importante en una época determinada. Por
el Brasil los negros del Sudán Central: con este emporio comp itió consiguiente, los conceptos que enunció su frieron un proceso de
incluso el de la Costa de los Esclavos que habría sido el proveedor generalización que, consideramos, no coincidía con la realidad.
desde los primeros tiempos posteriores al descubrimiento, Es esto lo que procuró demostrar Luis Vianna FiUlo, quien basó
Fue allí que el tráfico se refugió en sus últimos años de sus investigaciones en archivos regionales, especialmente en el de la
existencia; igualmente, en las regiones del Golfo de Benin, los Prefectura de la ciudad de Salvador. También escogió a Bah ía para
merca deres brasile ños ten ían sus negreros. documentar su estudio, por ser allí "tan intensa la contribución
Del análisis exhaustivo de tales hechos, concluyó Nina Rodri· del elemento negro en todos los aspectos de la actividad, y a cuyas
gues que la "importación de los negros norecuatoriales al Brasil no cualidades de trabajo y de inteligencia se debe en buena parte la
sólo fue contemporánea del inicio del tráfico, sino que se prolongó aparición en los trópicos de una civilización de elevado nivel
cultural" 2 2
a lo largo de su proceso; incluso cuando por fin la intervención de
las potencias europeas quiso restringir el tráfico portugués al ¡\frica Considerando que Jurante los tres siglos en que existió el
Austral, donde tomó grandes proporciones, nunca fue superior al tráfico, varió profundamente en las dos direcciones, prefiriendo ora
de procedencia sudanesa".' 9 una, ora otra región africana, el autor estableció cuatro ciclos
distintos para el tráfico bahiano:
Aun considerando la superioridad numérica y el predominio
sudanés incontestables, el autor señala que fue desigual en el Brasil
la distribución de las distintas procedencias: mientras en Bah ía la
ascendencia sudanesa era un hecho indiscutible, en Río de Janeiro
y Pernambuco, por ejemplo, prevalecían los negros australes del
grupo bantú.
En consecuencia, profundas y radicales fueron las prácticas
instituidas por los bantús y los congos en Pernambuco. En Bahía
fueron débiles e insubsistentes y desaparecieron en el siglo XVII,
sin dejar memoria en las tradiciones locales.
La historia de los negros en el Brasil mostraría que la "preemi-
nencia intelectual y social cabe sin duda a los negros sudaneses", ,.
lo cual se demuestra por las innumerables supervivencias en los I
usos y costumbres, lengua, religión, folklore ... En la cocina, por
ejemplo, el arroz de Haussá -que conserva la designación expresa
del país de origen- indujo a Nina Rodrigues a creer que la mayor
parte de los platillos más usuales, por lo menos en Bahía,
provenían de los negros sudaneses.
El nago (una de las lenguas del Sudán) era tan común en Bahía,
que en 1819 se llegó a aconsejar a los misioneros católicos qu'e allí
estaban que se dirigieran a la población de color de la ciudad en
ese idioma, ya que desempeñaba entonces el papel de lengua
general.2 o
Las fiestas populares, como el carnaval bahiano, eran suficientes
para destacar la "superioridad comunicativa de los sudaneses,
I Siglo XVI: Ciclo de Guinea
11 Siglo XVII: Ciclo de Angola
111 Siglo XVIII: Ciclo de la Costa de la Mina
IV Siglo XIX: Ultima fase: la ilegalidad
latones dentro de los barracones, en el patio central. de rusia; una tela gruesa y buena para el campo, tambor, que
Los caballos y los chivos no entraban a los barracones, pero eran pantalones con bolsillos grandes y parados, lanilla y un
siempre había su perro bobo rondando y buscando comida. gorro de lana para el frío. Los zapatos eran por 10 general de
Se metían en los cuartos de los barracones que eran chiquitos vaqueta, corte bajo, con dos rejitas para amarrarlos. Los viejos
y calurosos. Uno dice cuartos cuando eran verdaderos fogones. usaban chacualas, que eran de suela chata con cordel amarra-
Tenían sus puertas con llavines, para que no fuera nadie a ro- do al dedo gordo. Eso siempre ha sido moda africana, aun-
bar. Sobre todo para cuidarse de los criollitos que nacían con que ahora se las ponen las blancas y les llaman chancletas o
la picardía y el instinto del robo. Se destaparon a robar como pantuflas. Las mujeres recibían camisón, saya, sayuela y cuan-
fieras. do tenían conuco ellas mismas se compraban sayuelas de las
En el centro de los barracones las mujeres lavaban las ropas blancas que eran más lindas y paraditas. Se ponían argollas de
de sus maridos y de sus hijos y las de ellas. Lavaban en bateas. oro en las orejas y domilonas. Estas prendas se las compraban
Las bateas de la esclavitud no son como las de ahora. Esas a los moros o turcos que iban de vez en cuando a los mismos
eran más rústicas. Y había que llevarlas al río para que se barracones. Llevaban unos cajones colgados al hombro con una
hincharan porque se hacían de cajones de bacalao, de los gran- faja de cuero muy gorda.
des. También en los barracones se metían los billeteros. Engaña-
Fuera del barracón no había árboles, ni dentro tampoco. Eran ban a los negros, vendiendo los billetes más caros y cuando
planos de tierra vacíos y solitarios. El negro no se podía acos- un billete salía prem iado no se aparecían más por allí. Los
guajiros iban a negociar tasajo por leche. Vendían a cuatro
centavos la botella. Los negros las compraban porque el amo
no daba leche. La leche cura las infecciones y limpia. Por eso
había que tomarla.
A mí nunca se me ha olvidado la primera vez que intenté
huirme. Esa vez me falló y estuve unos cuantos años esclavi-
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/ zado por temor a que me volvieran a poner grillos. Pero yo
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tenía un espíritu de cimarrón arriba de mí, que no se alejaba.
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l' Y me callaba las cosas para que nadie hiciera traición porque
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yo siempre estaba pensando en eso, me rodeaba la cabeza y
no me dejaba tranquilo; era como una idea que no se iba nun-
ca, y a veces hasta me mortificaba. Los negros viejos no eran
amigos de huirse. Las mujeres, menos. Cimarrones había po-
cos. La gente le tenía mucho miedo al monte. Decían que si
uno se escapaba de todas maneras 10 cogían. Pero a mí esa
idea me daba más vueltas que a los demás. Yo siempre llevaba
la figuración de que el ,monte me iba a gustar. Y sabía que el
campo para trabajar era como el infierno. Uno no podía hacer
nada de por sí. Todo dependía de las palabras del amo.
Un día me puse a observar al mayoral. Ya yo 10 venía ca-
chando. Ese perro se me metió en los ojos y no me 10 podía
quitar. Creo que era español. Me acuerdo que era alto y nunca
se quitaba el sombrero. Todos los negros lo respetaban, por-
que con un cuerazo que diera le arrancaba el pellejo a cual-
quiera. El caso es que ese día yo estaba caliente y no sé qué
me pasó, pero tenía una rabia que de verlo nada más me en-
cendía.
Le silbé de lejos y él me miró y se volvió de espaldas: ahí
fue donde cogí una piedra y se la tiré a la cabeza. Yo sé que
le dio, porque él gritó para que me agarraran. Pero no me vio
más el pelo, porque ese día cogí el monte.
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Yo me cuidaba de todos los ruidos. Y de las luces. Si dejaba sol; entonces ponía unas cuantas hojas de ítamorreal al sereno
rastro me seguían el paso y me llevaban. Subí y bajé tantas y al otro día me limpiaba los ojos. El ítamorreal es lo mejor
lomas que las piernas y los brazos se me pusieron duros como que hay para eso. Hoy lo que venden en las boticas es Ítamo-
palo. Poco a poco fui conociendo el monte. Y me fue gustando. rrea!. Lo que pasa es que lo meten en los pomitos y parece
A veces me olvidaba que yo era cimarrón y me ponía a chiflar. otra cosa. Según se pone viejo úno, 10 de los ojos se quita.
Chiflaba para quitarme el miedo de los primeros tiempos. Di- Hace muchos años que no padezco de ardentías.
cen que cuando uno chifla aleja los malos espíritus. Pero en La hoja de palo de macagua me servía para fumar. Con
el monte, y de cimarrón, había que andar despierto. Y no vol- ella yo hacía tabacos bien enrolladitas y apretados. El tabaco
ví a chiflar porque podían venir los guajiros o los ranchadores. era uno de mis entretenimientos. Después que salí del monte
Como el cimarrón era un esclavo que se huía los amos man- no fumé más tabacos, pero mientras estuve de cimarrón 10
daban a una cuadrilla de ranchadores; guajiros brutos con fumaba a todas horas.
perro de caza, para que lo sacaran a uno del monte a mordi-
das. Nunca me topé con ninguno. Ni vide a un perro de esos Caminaba tanto bajo el sol que la cabeza se me iba poniendo
de cerca. Eran perros amaestrados para coger negros. El perro caliente y pa mí que colorada. Entonces me entraban unas
que veía a un negro le corría atrás. Si por casualidad yo oía calenturas fuerte que se me quitaban acurrucándome un poco
uno ladrando cerca, me desnudaba en seguida, porque así, des- o con yerbas frescas en la frente, con hoja de llantén casi siem-
nudado, el perro no olfatea a nadie. Ahora mismo yo veo a pre. El problema es que no tenía sombrero, por eso es que
un perro y no me pasa nada, pero si lo hubiera visto en aquella la cabeza se me calentaba así. Yo me hacía la figuración de
época no se me hubieran visto los pies en muchas leguas. Los que el calor se me metía por dentro y me ablandaba los sesos.
perros nunca me han atraído. Para mí que son de malos ins- Cuando esa calentura se me pasaba, a veces me duraba muchos
tintos. días, me metía en el primer río que veía sin hacer ruido y salía
Cuando un ranchador atrapa a un negro, el amo o el ma- como nuevo. El agua del río no me hacía daño. Yo creo que
yoral le daban una onza de oro o más. Por esos años una lo mejor que hay para la salud es el agua del río, por lo fría.
onza era como decir diecisiete pesos. ¡Ni se sabe los guajiros Esa misma frialdad es buena porque lo pone a uno duro. Los
que había en el negocio! huesos se sienten fijos. El agua de lluvia me daba un poco de
La verdad es que yo vivía bien de cimarrón; muy oculto, catarro que se me quitaba con cocimiento de cuajaní y miel
pero cómodo. Ni de los propios cimarrones me dejaba ver: de abejas. Para no mojarme me cubría con yaguas. Doblaba
"cimarrón con cimarrón, vende cimarrón". las yaguas por encima de un caballete que hacía con cuatro •
horquetas y formaba un rancho. Esos ranchos se conocieron
Para buscar comida había que trajinar muy duro, pero nunca mucho después de la esclavitud y en la guerra. Se parecían a
faltaba: "Jicotea con precaución lleva a su casa a cuesta." Lo los de vara de tierra.
que más me gustaba era la vianda y la carne de puerco. La co-
mía todos los días y nunca me hacía daño. Para conseguir En el monte me acostumbré a vivir con los árboles. Ellos tam-
cochinaticos yo me acercaba a las sitierías por la noche y hacía bién tienen sus ruidos, porque las hojas en el aire silban. Hay
que nadie me sintiera. Me le tiraba por el cuello al primero que un árbol que es grande como una hoja blanca. De noche pare-
veía y con una soga bien apretada me lo pasaba al hombro y ce un pájaro. Ese árbol para mí que hablaba. Hacía: "uch, uch,
me echaba a correr, tapándole el ocico. Cuando encontraba ui, ui, uch, uch". Los árboles no hacen daño, aunque por las
donde acampar me lo acostaba a un lado y me ponía a mirar- noches, uno no debe pasar por encima de ellas. Yo creo que
lo. Si estaba bien criado y pesaba veinte libras más o menos, las sombras de los árboles son como el espíritu de los hom-
entonces tenía la comida asegurada para quince días. bres. El espíritu es el reflejo del alma. Ese se ve.
Lo que sí los hombres no estamos dados a ver es el alma.
Todas las hojas del monte tienen utilidad. La hoja de tabaco No podemos decir que ella tenga talo cual color. El alma es
o la yerba mora sirven para las picadas. Cuando veía que una una de las cosas más grandes del mundo. Los sueños están
picada de algún bicho se me iba a enconar, cogía la hoja de hechos para el contacto con ella. Los congas viejos decían
tabaco y la mascaba bien. Después la ponía en la picada y se que el alma era como una brujería que uno tenía por dentro.
me iba la hinchazón. Muchas veces cuando había frío me en- Ellos decían también que había espíritus buenos y espíritus
traba dolor en los huesos. Era un dolor seco que no se me malos; o sea, almas buenas y almas malas. Y que todo el mun-
quitaba. Para calmarlo preparaba un cocimiento de hojitas de do las llevaba. A mi entender hay quien tiene el alma en el
romero y me lo quitaba en seguida. El mismo frío me daba sentido de la brujería nada más. Otras personas la tienen en
una tos muy fuerte. Un catarro con tos era lo que me entraba el sentido natural. Yo prefiero ésa, la natural, porque la otra
a mí. Ahí cogía una hoja grande y me la ponía en el pecho. tiene pacto con el diablo. Puede suceder que el alma se vaya
Nunca supe el nombre de esa hoja, pero echaba un líquido del cuerpo. Eso es cuando una persona se muere o cuando
blancuzco que era muy caliente; eso me calmaba la tos. Cuan- está dormida. Ahí es donde el alma se sale con las suyas y
do cogía mucho frío se me aguaban 'los ojos y me daba una empieza a recorrer el espacio. Lo hace para descansar porque
cosquilla que jodía muchísimo. Lo mismo me pasaba con el tanto litigio a todas horas no hay quien lo aguante.
Hay personas a quienes no les gusta que los llamen cuando proceda como fuere de justicia, y resolviendo, dicte las medi-
duermen, porque son asustadizos y se pueden morir de pronto. das necesarias a fin de que en ningún tiempo se tache ni apa-
Eso pasa porque el alma en el sueño se va para afuera. Lo deja rezca dudosa la conducta del exponente, ni su honra con la
a uno vacío. Yo a veces paso escalofríos por la noche, en el más ligera mancha; pues los deseos de toda su vida han sido,
monte era igual. Entonces me protejo bien, porque ése es el son y serán, servir a su país, defendiendo los principios procla-
aviso que Dios le manda a uno para que se cuide. El que pa- mados y exponer su vida, como tantas veces lo ha hecho, por-
dece de escalofríos tiene que rezar mucho. que la causa triunfe y se mantengan incólumes los sacrosantos
El corazón es muy distinto. 1::1 nunca se va de su puesto. principios de libertad y de independencia.
Con uno ponerse la mano en el lado izquierdo puede compro- El exponente, Ciudadano Presidente, supo hace algún tiem-
bar que está latiendo. Pero el día que se para se queda listo po, por persona de buena reputación y prestigio, que existía
cualquiera. Por eso no hay que confiar en él. un pequeño círculo que propalaba había manifestado al Go-
Ahora, lo más importante en esa materia es el ángel. El bierno "no querer servir bajo las órdenes del que habla, por
Ángel de la Guarda. Ese es el que 10 hace avanzar o retroceder pertenecer a la 'clase' ", y más tarde por distinto conducto ha
a uno. Para mí el ángel está por arriba del alma y del corazón, sabido que han agregado "no querer servir por serIes contrario
siempre al pie de uno, cuidándolo a uno y viéndolo todo. Por y poner miras en sobreponer los hombres de color a los hom-
nada del mundo se va. Yo he pensado mucho sobre estas co- bres blancos". Tal es la cuestión que ese círculo agita: y es
sas y todavía las veo un poco oscuras. Todos estos pensamien- de creer la han lanzado para herir en 10 más vivo al exponente,
tos vienen cuando uno está solo. El hombre piensa a todas porque con ella quieren servir intereses políticos particulares,
horas. Hasta éuando sueña es como si estuviera pensando. Ha- y por de contado, para ver si así inutilizan al que consideran
blar de esos pensamientos no es bueno. Hay el peligro de que un estorbo para sus. planes; tratando de hundir, ya que de otro
,! venga la decadencia. No se puede confiar mucho de la gente. modo no pueden, al hombre que ingresó en la Revolución sin
¡Cuántas personas no le preguntan a uno para saber bien y otras miras que las de dar su sangre por ver si su patria consi-
después partirle el carapacho! Además, eso de los espíritus es gue verse libre y sin esclavos. Y no obstante no tener ambición
infinito, como las cuentas, que nunca se acaban. Nadie sabe su ninguna y de haber derramado su sangre tantas veces, cual lo
fin. justifican las heridas que tiene recibidas, y tal vez porque sus
envidiosos lo han visto protegido de la fortuna, apelan a la
Toda mi' vida me ha gustado el monte. Pero cuando se acabó calumnia, y ésta toma incremento; y el que habla como su
la esclavitud dejé de ser cimarrón. conciencia la lleva sin sangre, después de penetrar lo que es-
tán haciendo, abordó la cuestión de frente con uno de los que •
Miguel Barnet: Biografía de un cimarr6n, Instituto de componen el pequeño círculo, convenciéndose después más y
Etnología y Folklore, Academia de Ciencias de Cuba,
La Habana, 1967. más del inicuo fin que se proponen: como también de que
plantan sin advertirlo la semilla de la división; siembran, por
DOS CARTAS DE MACEO de contado, el disgusto, enervan los ánimos: y en último resul-
tado será la Patria quien sufra las consecuencias.
Campamento en Barigua, 16 de mayo de 1876. Ciudadano y como el exponente precisamente pertenece a la clase de
, Presidente de la República [Tomás Estrada Palma]. color; sin que por ello se considere valer menos que los otros
Antonio Maceo y Grajales, natural de la ciudad de Cuba, hombres; no puede, ni debe consentir, que 10 que no es, ni
Brigadiez del Ejército Libertador, y en la actualidad Jefe de quiere que suceda, tome cuerpo y siga extendiéndose: porque
la Segunda División del Primer Cuerpo, ante usted, usando la así 10 exigen su dignidad, su honor militar, el puesto que ocupa
forma más respetuosa, se presenta y expone: y los lauros que tan legítimamente tiene adquiridos. Y protesta
Que de mucho tiempo atrás, si se quiere, ha venido toleran- enérgicamente con todas sus fuerzas para que ni ahora, ni en
do especies y conversaciones, que verdaderamente condenaba ningún tiempo, se le considere partidario de ese sistema, ni
al desprecio porque las creía procedentes del enemigo, quien, menos se le tenga como autor de doctrina. tan funesta, máxime
como es notorio, esgrime y ha usado toda clase de armas para cuando forma parte, y no despreciable, de esta República de-
desunimos y ver si así puede vencemos; pero más tarde, viendo mocrática, que ha sentado como base principal, la libertad, la
que la cuestión clase tomaba creces y se le daba otra forma, igualdad y la fraternidad y que no reconoce jerarquías.
trató de escudriñar de dónde procedía, y convencido al fin no y si llega el postulante al Gobierno de la Nación, es para
era el enemigo, sino, doloroso es decirlo, de individuos herma- que proceda como corresponde, para que aquél que pruebas
nos nuestros, que olvidándose de los principios republicanos tuviere las presente, y de no haberlas, sea tenido como enemi-
que observar debían, se ocupan más bien en servir miras polí- go de la República; porque debe considerarse como tal enemigo
ticas particulares: por lo tanto, en razón de lo dicho, se cree a todo aquel que esgrima armas que directa o indirectamente
obligado a acudir al Gobierno que usted representa, para que favorezcan los planes de nuestros contrarios, y por consiguien-
bien penetrado de las razones que más adelante expondrá, te, se hace acreedor a que nuestras leyes le castiguen.
y si por evento no creíble se le negare al postulante la jus- venia de Zanjón (10 único bueno que hizo) dio libertad a más
ticia que demanda, y si por un fin político, ya que se ha puesto de 16,000 hombres esclavos, sostiene un periódico de la capi-
la cuestión en el tapete, se le quiere condenar a la inercia, tal haitiana el mismo tema. Creo positivamente que Salomón,
dejándole como simple espectador de una guerra que abrazó que sin duda posee inteligencia, no cree tal cosa; pero como
con tanta fe como denuedo, por creer en la santidad de la mis- su mala fe es superior a esa inteligencia, escribe y sostiene que
ma, pide le den sus pasaportes para el extranjero, donde se re- es verdad que nosotros luchamos por conservar la esclavitud,
serva hacer uso de sus derechos y protestar ante el mundo sin recordar él que hemos combatido diez años sin más recom-
civilizado como lo hace ahora aquí; sin que por esto se entienda pensa que nuestros propios esfuerzos, pues según todo el mun-
ni remotamente, que éste sea un pretexto para abandonar el do sabe, nuestro ejército no tuvo paga de ningún género, ni
país; y mucho menos ahora que la Patria necesita más que fue nunca racionado por cuenta del Estado.
nunca del postrer esfuerzo de todos sus buenos hijos: pues ni Por lo poco que puedo yo estudiar la política del presidente
está inutilizado a pesar de las once heridas que en su cuerpo Salomón, creo que él odia a los hombres más por el color de
lleva notablemente, ni está cansado; porque el exponente, Ciu- su piel que por el más o menos extravío político de cada indi-
dadano Presidente, no es de los hombres que se cansan, ni se viduo; pero siendo así no me explico la conducta que observa
cansará mientras no vea a su patria en posesión de los derechos respecto de los negros de Cuba, sin embargo de creer yo al
que reportarle debe la sangrienta lucha que empeñó desde 1868, hombre más monárquico que republicano. ¿Le dominará algu-
para librarse de todo aquello que no sea republicano. na pasión particular? ( ... )
y por último: Hasta que tenga el gusto de volver a verle, queda, como
A usted ocurre con la súplica de que ordene la formación siempre, su fiel amigo y compañero.
del correspondiente juicio para que la verdad quede en su lu-
gar y el castigo se aplique a los que a él sean acreedores. A. Maceo
Campamento de Barigua, a 16 de mayo de 1876, 90. de la
Independencia. Patria y Libertad. De José Antonio Portuondo (ed.): El pensamiento vivo
de Maceo, La Habana, Tercer Festival del Libro Cuba-
no, s/f (Biblioteca básica de cultura cubana, 27).
A. Maceo,
Brigadiez del E.L.
MARTÍ Y LOS NEGROS
Grand Turk (Islas Turcas), febrero 6 de 1880. Tiene el negro una bondad nativa, que ni el martmo de la
Ciudadano Mayor General Máximo GÓmez. esclavitud pervierte, ni se obscurece con su varonil bravura.
Mi distinguido amigo y compañero: Pero tiene más que otra raza alguna tan Íntima comunión con
Con el vehementísimo deseo de poner a usted al corriente la naturaleza, que parece más apto que los demás hombres a
de 10 que me sucedió 'en Haití, pues lo supongo ansioso de sa- estremecerse y regocijarse con sus cambios.
ber de mí, le dirijo ésta con el propósito de detallarle los he- Hay en su espanto y alegría algo de sobrenatural y mara-
chos tal como sucedieron, a fin de que usted pueda salir de villoso que no existe en las demás razas primitivas, y recuerda
la angustia que le haya producido la noticia del conato de ase- en sus movimientos y miradas la majestad del león; y hay en
sinato. su afecto una lealtad tan dulce que no hace pensar en los pe-
Cuando me ausenté de Jamaica con el propósito de volver rros, sino en las palomas; y hay en sus pasiones tal claridad,
a ver a usted y a Calixto García en Puerto Príncipe de Haití, tenacidad, intensidad que se parece a la de los rayos del sol ...
con el objeto de buscar protección en el pueblo haitiano y en
el presidente Salomón, en favor de los hombres de su raza que Es honor singular del pueblo de Cuba del que ha de pedirle
en Cuba sufren los horrores de la servidumbre del sistema co- respetuosamente reconocimiento el que, sin lisonja demagógica
lonial, me creía al mismo tiempo más indicado que cualquiera ni precipitada mezcla de los diversos grados de cultura, pre-
otro para obtenerlo de ellos por pertenecer yo a su misma raza. senta hayal observador un liberto más culto y exento de ren-
Encontréme a mi llegada rodeado de mil dificultades para cor que el de ningún otro pueblo de la tierra. El campesino
lograr el fin que me proponía. Allí mismo me decían lo que negro más cercano de la libertad, vuela a su rifle, con el que
ya otros de mis compatriotas me habían vaticinado: Salomón jamás en diez años de guerra hirió a la ley, y sólo se le ad-
no hará nada en favor de Cuba. Si usted tiene presente lo que vierte el jubiloso amor con que saluda y la ternura con que
escribió él contra los revolucionarios cubanos que peleaban mira al hombre de tez de amo que marcha a su lado o detrás
por la independencia de su país para obtener la emancipación de él, defendiendo a la libertad. De la justicia no tienen nada
de la esclavitud. Decía él en su escrito que dichos revoluciona- que temer los pueblos, sino los que se resisten a ejercerla. El
rios combatían por sostener la esclavitud y que los españoles crimen de la esclavitud debe purgarse, por lo menos, con la
peleaban por abolirla: es decir, que para alegar en favor de penitencia harto suave de alguna mortificación social. Desde
nuestros enemigos sostenía todo lo contrario de lo que ha su- los libres campos cubanos, al borde de la fosa donde enterramos
cedido; y hoy, no obstante saber el mundo entero que el Con- juntos al héroe blanco y al negro, proclamamos que es difÍCil
respirar en la humanidad aire más sano de culpa y vigoroso, ria de defensa, de lealtad, de hermandad, de astucia, al lado
que el que con espíritu de reverencia rodea a negros y blan- de cada blanco, hubo siempre un negro. Los negros, como los
cos en el camino que del mérito común lleva al cariño y a la blancos, se dividen por sus caracteres, tímidos o valerosos, ab-
paz ... negados o egoístas, en los partidos diversos en que se agrupan •
los hombres. Los partidos políticos son agregados de preocu-
Debiera bastar. Debiera cesar esa alusión continua al color paciones, de aspiraciones, de intereses y caracteres. Lo seme-
de los hombres. El bueno es blanco y el malo es negro. Para jante esencial se busca y se halla por diferencias de detalle; y
aludir a su virtud, más difícil en él por haber vivido más cerca lo fundamental de los caracteres análogos se funda en los par-
de la servidumbre, como un hecho natural, o para censurar a tidos, aunque en lo incidental, o en lo postergable el móvil
los que quieren hacer de su diferencia el color, sofocando acaso común, difieran. Pero en suma, la semejanza de los caracteres,
un bochorno cobarde, el instrumento de su poder o de su be- superior como factor de unión a las relaciones internas de un
neficio. Y en las cosas de ese país de cascabeles que es Cuba, color de hombres graduado, y en sus grados a veces opuestos,
ahora vive, en insigne comedia, sobre el país tácito y real, so- decide e impera en la formación de los partidos ...
bre el país que busca el camino y vela la hora; en la curiosa
duda de aquellos políticos entretenidos sobre el derecho del · .. La revolución fue la que devolvió a la humanidad la raza
negro al voto, los que bebimos de los padres de la patria el ro- negra; fue la que hizo desaparecer el hecho tremendo. Después,
mance augusto, los que le conocemos el alma verdadera al país, en los detalles, en las consecuencias, en las costumbres puede
decimos: quien fue bueno para morir, es bastante bueno para haber quedado algo que hacer, con problema tan profundo y
votar. difícil, en el espacio insuficiente de una generación. Después,
en los tiempos menores, luego de dado el gran tajo, pudieron
... El negro, por negro, no es inferior ni superior a ningún los hombres fáciles y de segunda mano aprovechar la obra de
otro hombre: peca por redundante el blanco que dice "mi los padres, de los primeros, de los fundadores. Después, por la
raza": peca por redundante el negro que dice "mi raza". Todo vía abierta, por la vía teñida con la sangre de los cubanos de
lo que divide a los hombres, todo lo que especifica, aparta o la redención, pudieron criollos o españoles forzar a España a
acorrala, es una pecado contra la humanidad. las consecuencias inevitables de la abolición de la esclavitud
¿A qué blanco sensato le ocurre envanecerse de ser blanco, decretada y practicada por la revolución cubana. Pero ella fue
y qué piensan los negros del blanco que se envanece de serlo, la madre, ella fue la santa, ella fue la que arrebató el látigo
y cree tiene derechos especiales para serlo? ¿Qué han de pen- al amo, ella fue la que echó a vivir el negro de Cuba, ella fue
sar los blancos del negro que se envanece de su color? Insistir la que levantó al negro de su ignominia y lo abrazó, ella la
en las divisiones de raza, en las diferencias de raza, de un revolución cubana ...
pueblo naturalmente dividido, es dificultar la ventura pública,
y la individual, que están en el mayor acercamiento de los fac- · .. ¡El cubano negro no aspira a la libertad verdadera, a la
tores que han de vivir en común. felicidad y cultura de los hombres, al trabajo dichoso en la jus-
Si se dice que en el negro no hay culpa aborigen ni virus que ticia política, a la independencia del hombre en la independen-
lo inhabilite para desenvolver toda su alma de hombre, se dice cia de la patria, al acrecentamiento de la libertad humana en
la verdad, y ha de decirse y demostrarse, porque la injusticia la independencia, no aspira -decimos- a todo esto el cubano
de este mundo es mucha, la ignorancia de los mismos que pasa negro como negro, sino como cubano! ( ... ) j y cuando se
por sabiduría, y aún hay quien crea de buena fe al negro in- levanta en Cuba de nuevo la bandera de la revolución, el cu-
capaz de la inteligencia y corazón del blanco; y si a esa de- bano negro estará abrazado a la bandera, como a una madre!
fensa de la naturaleza se llama racismo, no importa que se
llame así, porque no es más que decoro natural, y voz que · .. los elementos sociales que pondrá después de su liberación
clama del pecho del hombre por la paz y la vida del país. en la Isla de Cuba la raza negra. No las apariencias ,sino las
fuerzas vivas. No la raza negra como unidad, porque no lo es,
En Cuba no hay temor alguno a la guerra de razas. Hombre es sino estudiada en sus varios espíritus o fuerzas, con el ánimo
más que blanco, más que mulato y más que negro. Cubano de ver si no es cierto, como parece, que en ella misma hay,
es más que blanco, más que mulato y más que negro. En los en una sección de ella, hay material para elaborar el 'remedio
campos de batalla murieron por Cuba, han subido juntas por contra los caracteres primitivos que desarrollan por herencia,
los aires las almas de los blancos y los negros. En la vida dia- con grande peligro de un país que de arriba viene acrisolado y
culto, los sucesores directos o cercanos de los negros de África, de la fraternidad se dio en Cuba, fue la manumlSlon de los
salvajes que no han pasado aún por la serie de trances necesa- siervos que al lado de sus señores combatieron, y esa era de
rios para dejar de develar en el ejercicio de los desechos pú- fraternal concordia que se inició entre el fragor de los com-
blicos, la naturalidad brutal correspondiente a su corta vida bates, al calor y entre la sangre de uno y otro bando; dejó
histórica. trazada por manera indeleble la conducta que en lo sucesivo
debían observar aquéllos a quienes el cruel bautizo de sangre
De Armando Guerra: Martí y los negros, La Habana, consagraba hermanos. ¿Por qué pues esa marcada repugnan-
Imps. Arquimban, s/f.
cia, ese afán de eliminar en la gestión de la cosa pública al
hombre de color? ¿Por qué no deponer mezquinas preven-
EL PERIODISMO Y LOS NEGROS
ciones y llevar a la práctica de la vida los bellos ideales de
fraternidad y unión que cual símbolo de bienandanza y pros-
Venimos sí, a defender nuestros derechos conculcados y a se-
peridad tanto ensalzan en discursos y periódicos?
ñalar a nuestros hermanos de raza, los más miopes, la línea
de conducta que en nuestro concepto deben seguir, por lo me- El fratemal, La Habana, 1887.
nos en los momentos históricos que atravesamos.
No estamos afiliados a ninguno de los partidos políticos mili- La instrucción y moralidad, esas dos palabras del progreso
tantes, porque nuestro fin no es hacer política, y porque que- individual y colectivo de la humanidad, que se desarrollan
remos estar desligados de todo compromiso, para poder girar por el pensamiento la una y por el sentimiento la otra, son
con más libertad, dentro del programa que nos hemos trazado. el sello característico de todos los pueblos y sociedades que
No admitiremos más imposiciones, que las de las leyes, por- marchan a la vanguardia de la civilización, y la base primera
que a esas estamos sujetos todos, las acataremos no por temor, del adelanto efectivo de las clases sociales.
sino por respeto, y decimos esto, porque para nosotros el que La clase de color, cuyo estado de instrucción es muy de-
teme, odia, el que respeta, ama. ficiente por cierto, necesita, si se quiere emancipar de la triste
Nuestro continuo batallar será pedir escuelas, escuelas y todo condición en que hoy se encuentra, marchar por las vías del
lo demás que nos corresponda y deban otorgamos los poderes amor al estudio y de la reforma personal, por iniciativa pro-
públicos, dentro de las leyes sancionadas por nuestro gobierno. pia, que es la que caracteriza el verdadero deseo de seguir
adelante: sean cuales fuesen los obstáculos que a su paso en-
ABe, Cienfuegos, 1889.
cuentre. Partir de otro punto en la formación del edificio
Lo hemos dicho antes, y lo volvemos a repetir; jamás nos de- emancipador de nuestra clase, es partir de una base falsa que
tendrán las consideraciones particulares; por encima de lo par- el menor desengaño derriba y anonada.
ticular se halla la regeneración de nuestra raza; cansados esta- ¿Queremos ser fieles a nuestro propósito? Pues instruyá-
mos, por cierto, de desprecios, vituperios y vejaciones que nos monos, mejorémonos, en cuanto nos sea posible, apartémonos
mantienen atados en el indigno poste del servilismo: quere- de todas esas costumbres incultas que por largo tiempo nos
mos salir de este asqueroso estado de deshonra para ocupar han sumido en el atraso; releguemos al olvido rencores y ca-
también el dignísimo pedestal que ocupan los hombres honia- prichos pasados que al presente no tienen objeto; y de ese
dos; y entiéndase que sólo pedimos lo que nos toca por ra- modo estaremos preparados para entrar de lleno en el lugar
zón y aspiramos a lo que pueda aspirar el que más; estamos que la dignidad humana y el progreso por justa ley nos depare.
comprendidos dentro de la Constitución y por lo tanto somos Sin esto, seríamos libres en el nombre, pero en los hechos
también ciudadanos de la nación. esclavos ...
La doctrina de Martí, New York, La Habana, 1896. . .. Si hubo un tiempo en que el color de la piel establecía
diferencias entre los hombres, la fuerza incontrastable de las
El advenimiento de la raza de color a la vida de la libertad ideas acaba de borrar, por completo, aquella preocupación
que es la vida del derecho, tuvo su origen ¿por qué no de- vergonzosa y desconsoladora. Los tintes del rostro no denun-
cirlo?, en la Revolución de Yara; el primer paso que en aras ciarán, desde este instante en Cuba, la condición humilde de
J
1
..
las personas. Que si la esencia del ser está en el alma, no sé aliados a los latifundistas negros y a los "compradores" mu-
por qué motivo hayan de buscarse en el cuerpo las diferencias latos, controlan el poder político sirviéndose histéricamente de
fundamentales entre los hombres. la "negritud", han tratado de hacer creer a las masas negras
que ellas están ahora en el poder y que la "revolución duva-
La libertad, La Habana, 1887. Iierista" (sic) es una brillante victoria de la "negritud" ...
. .. Naturalmente la tiranía de Duvalier ofrece una carica-
El hombre de color en Cuba está tan interesado como el des- tura monstruosa de la negritud, y no hay que concluir por ello
cendiente de los astures o gallegos en la emancipación de su que este concepto estaba llamado fatalmente a desembocar en
patria. Con su sangre compró el negro en los campos de com- una empresa de aniquilación de la condición humana. El so-
bate el derecho a que se le estime y respete y con esa misma cialismo es una doctrina de liberación del hombre, pero el
sangre, vertida a torrente, contribuyó el paria blanco a la nacional socialismo fue un instrumento de exterminio del hom-
primera redención de su hermano el ilota negro. bre. Todo depende de la utilización que una clase social do-
El verdadero valer, aquel que huye del relumbrón falso o minante haga de una ideología para disimular designios baja-
de la asonada militar, no se paga por cierto de matices más mente egoístas. Actualmente los burgueses negros que conser-
o menos claros o matices más o menos oscuros. Y en Cuba se ha van sus previlegios por intrigas del neocolonialismo en África
demostrado palmariamente, aun bajo la funesta y sagaz influen- y en América se han apresurado a apoderarse del concepto de
cia del gobierno español que tiende a dividir para vencer, que negritud para hacer de él su arma ideológica, porque pre-
del humilde plantel donde se educa a la niña o al niño de ros- cisamente ellos saben que ese concepto en un momento dado
tro caldeado, se puede pasar, sin desdoro de nadie, a las sesio- de la lucha contra la colonización, en los libros de Price-Mars,
nes de la sociedad económica. de Dubois, de Césaire, de Jacques Roumain, de Richard Wright,
La idea de la patria fue siempre en todo tiempo y lugar de Langston Hughes, de Claude Mackay, de Guillén, de Jac-
anterior a la idea accesoria del color. ques S. Alexis, de Cheikh Anta Diop, de Frantz Fanon, etc.,
este concepto ha expresado con fuerza el doble carácter de la
El postillón, New York, 1892. alienación de los negros oprimidos. .. Toda una rica litera-
tura nació de esta operación que Jean-Paul Sartre, en un cé-
Editoriales tornadas de Pedro Deschamps Chapeaux:
El negro en el periodismo cubano en el siglo XIX. lebre ensayo, "arfeo Negro" [ediciones N.R.F., Situaciones IlI,
Ediciones Revolución, La Habana, 1963. 1948] ha descrito como "un descenso a los infiernos esplen-
dorosos del alma negra". Y Sartre añade: "Yo llamaría 'ór-
CRÍTICA DE LA NEGRITUD
fica' a esta poesía, puesto que este descenso infatigable del
negro en sí mismo me hace pensar en arfeo que va a reclamar
Haití es actualmente el país en donde mejor se pueden seguir a Eurídice a Plutón ... " i En veinte años el agua del Congo
las aventuras de la negritud, porque nuestro país es el lugar ha corrido bajo muchos puentes y no es sólo con la gran poesía
del mundo en donde, como ha dicho Aimé Césaire ella "se lírica de Aimé Césaire que la negritud ha descendido al mar!
ha puesto en pie por primera vez" y donde al presente es la La negritud de Césaire era una paciencia dinámica que po-
ideología de que se nutre la tiranía más monstruosa de la his- día horadar 'la carne del cielo y de la tierra', era una explo-
toria contemporánea. Es por esto que una crítica del concepto sión de la conciencia rebelde del negro oprimido. Era un deve-
de negritud, a la luz de la espantosa experiencia haitiana puede nir abierto sobre las exigencias concretas del movimiento de li-
tener una significación eficaz para todos los negros oprimidos beración nacional. Y Sartre, al final de su inolvidable ensayo
del mundo. planteaba la siguiente pregunta: "¿Qué sucedería si el negro,
... La fe en el color reemplaza al verdadero color de la despojándose de su negritud en beneficio de la revolución, no
dominación de unos y otros sobre la gran mayoría de haitia- quisiera ya considerarse más que como un proletario? ¿Qué
nos que son negros. Esa cuestión de color es una realidad so- sucedería si no se dejara definir ya más que por su condición
cial muy importante en la historia de Haití. Es sabido que objetiva?" Veinte años después, la propia marcha de la histo-
Marx, al mismo tiempo que negaba el papel decisivo de los ria da la respuesta a estas preguntas. Decimos a Jean-Paul
Sartre: ¡Mire a Cuba y tendrá la respuesta! Mire cómo la ne-
dogmas espirituales en el proceso histórico de una sociedad
gritud se ha incorporado a la revolución socialista y cómo allí
determinada, los consideraba, sin embargo, realidades sociales
ha encontrado su superación a través de un proceso histórico
que si bien no pueden cambiar el curso de la historia, tienen
en que el blanco y el negro y el mulato han cesado de ser
la posibilidad de modificar sus contornos, su ritmo, sus moda-
opuestos unos a otros y donde el drama de su destino se ha
lidades. Es por eso que la cuestión de color, la "ideología
desenlazado en una misma y esplendente verdad humana: la
colorista" es una realidad social que en tanto que tal ha in-
revolución ... El arfeo Negro será revolucionario o no será!
fluido en el desarrollo de nuestra historia nacional, y en ciertos
mome~tos de grave crisis social ha modificado el ritmo y las
modalidades de la lucha de clases en el país ... Los pequeños De René Depestre: "lean Price-Mars y el mito del
Orfeo Negro", íntrod. a Price-Mars: Así habló el tío,
burgueses negros como Duvalier, quienes a partir de 1946, La Habana, 1968.
Mónica Mansour
CIRCUNSTANCIA E.IMAGENES
DE LA POESIA
NEGRISTA
El gusto por lo exótico y lo lejano que se mani festó y se redescubren y proclaman los valores de las culturas precolombinas
aprovechó por los poetas del modernismo hispanoamericano se ve y los que se crearon en el mestizaje. En la región del Caribe
en cierto momento ante la necesidad de un cambio. Un sentimien- comienza la revaloración de las costumbres y de la vida cotidiana
to de nacionalismo obliga al abandono de aquella exquisitez y de negros y mulatos, en lo que los poetas mismos llamaron poesía
exige la búsqueda de la realidad y las raíces de "lo amelicano". "negrista" o "afroamericana".
Esta necesidad se convierte casi en urgencia en las colonias Este movimiento, aunque breve -podríamos delimitarlo entre
españolas de las Antillas, que llevan poco tiempo de gozar su 1926 y 1940, más o menos- resultó ser muy importante por sus
independencia, y donde -a pesar de notables excepciones- el innovaciones rítmicas y de imágenes. Analizaremos aqu í algunas
modernismo no prendió tanto como en otras partes de Hispanoamé- peculiaridades de las imágenes y metáforas empleadas en esta
lica, debido a su circunstancia de guerras continuas e inestabilidad. poesía, que si en general son "americanas", más específicamente
Surgen entonces, en Cuba, asociaciones de esclitores y artistas intentan destacar de manera sorprendente e impresionante la
que tienen el propósi to defin ido de rebelarse con tra las ideas y las sensualidad característica -o por lo menos legendaria- de los
normas del modernismo. Muchos de estos artistas se dedicaron negros y mulatos.
específicamente a escribir ensayos explicativos de su rebeldía y En primer lugar se debe sefíaJar el uso continuo del contraste
dejaron en ellos documen tos que reflejan su época en forma entre los colores negro y blanco, desde que aparece el tema negro
mucho más clara que su obra misma. También en las Antillas se en la literatura de lengua española, que se remonta -hasta donde
agudizó la conciencia de la realidad histórica, puesto que debieron sabemos- al siglo X.
someterse al dominio de los Estados Unidos como consecuencia de A través de las distintas épocas, las imágenes utilizadas en la
su independencia de España. Así, la libertad frustrada se hizo más poesía para ilustrar algún aspecto del tema negro reOejan los
patente, yen lugar del rebuscamiento o la "torre de marfil", se busca cambios de actitud del blanco hacia el negro. Existe una larga
la extrema sencillez con apoyo en los problemas políticos y tradición que atribuye al color blanco todas las virtudes y al color
en una visión más objetiva y cercana a lo americano, a lo propio. negro, tanto los defectos y la maldad. como la desventura y la
Jorge Mafíach, el más importante y lúcido de los fundadores de la tristeza. Así, mientras que en la poesía hispanoárabe estas atribu-
cubana Revista de A vanee, explica este cambio de actitud en su ciones corresponden sólo a los colores y no a los personajes
ensayo "Histolia y estilo": negros, desde los cancion~ros del siglo XV hasta la Ilustración
encontramos que tal contraste se aplica para describir a los negros
Lo que queríamos aquellos críticos, ensayistas, poetas. que como una raza maldita. Por otra parte. a partir del siglo XVII pero
todavía éramos jóvenes en los afias del '26 al '30, era reaccionar especíalmente con los ilustrados, se desarrolla dentro de la misma
-estridentemente, con herejía y hasta con insolencia- contra la tradición un nuevo uso de las mismas atribuciones respecto de
inercia tradicional, contra actitudes mentales y morales, y personajes negros y mulatos: se afirmaba que, a pesar de que el
correspondientes modos de expresión, que, a nuestro juicio, negro tiene la piel oscura, su alma es blanca: y por extensión se
traduc ían la inanidad, la falta de sustancia y el contentan1iento sostuvo también lo contralio.
con meras apariencias en que había venido a parar la ilusión Esta forma de contraste se mantiene hasta el movimeinto de
fundadora ... El vanguardismo sucumbi ó en tre nosotros como poesía negrista.
movimiento polémico tan pronto como las conciencias creyeron
hallar oportunidad real de expresión en lo poi ílico. Yo tuve ese arrebato
de las razas auténticas
Ante la realidad política surgen dos caminos posibles: o comba- que tienen un perfil meridiano
tirla mediante la obra con intención poi ítica y social o entregarse a y no le temen a la sangre ajena:
la evasión purista. Ambas posibilidades se reflejaron en la obra de -No os fijéis, canallas,
la mayoría de los artistas de la época. Por una parte, los juegos de sólo del hombre en la brutal corteza.
palabras y la palabra inventada o madi flcada, que dan sentido al Ese que veis tiene la piel oscura,
litmo, son el reflejo de hastío, desilusión, rencor. el alma blanca y blanca la conciencia.
El otro camino -la poesía que procura reflejar la realidad y la i Vosotros, miserables, tenéis sólo
verdad y que recurre, para ello, a la investigación y la revaloración blanca la piel y la conciencia negra!
de las ra íces de "lo americano" - presenta gran Ji queza y es, por (Alfonso Camín: "La corteza").
su novedad, un reto para los poetas. Las musas exóticas y lejanas
se ausentan de América. A través de todo el continente los artistas Por tu alto ancestro servicial y franco,
11
lIJ 27
Altas caderas con lento Sin embargo, tal vez más interesante que la descripción de la'
ondular de platanales. mujer por medio de imágenes sensuales es el procedimiento
(E. Ballagas: "Poema") contrario: el paisaje y cada uno de sus elementos se convierten en
una mulata y en sus movimientos, o sea una vez más en su
Igualmente, la mujer se identifica con cualquier elemento que tenga sensualidad. Veamos el contraste; en primer lugar, la mulata es la
esa sensualidad característica, en movimiento, colores, olores, caña de azúcar, que es, a su vez, un componente destacado del
texturas, formas. . paisaje cu bano:
11
/
I~ I
explotación económica norteamericana y la opresión social, además
de aquellos que reviven y dan importancia a las costumbres de los
negros y las con vierten en una parte in tegrante de "lo america-
'.1 no" - reflejan la consolidación de una verdadera independencia
:1
mental y d~ un sentimiento de solidaridad hispanoamericana.
1
En cuanto a las innovaciones poéticas, encontramos también
11 I
'1
una cristalización de la poesía americana auténtica. Los ritmos,
I au nque básicamente sean los metros tradicionales de la lírica
hispánica, integran un elemento percutivo, que refleja el sentido de
la música afroamericana. Para ello, se recu rre a la repetición -de
estrofas o de versos, como estribillos, de palabras (muchas veces en
que Cuba no es del cubano, rima), y de letras (alitcración)- y al uso de vocablos onomatopéyi·
que es del norteamericano. cos de sonido africano o de palabras africanas que perduran en el
lenguaje hablado de los negros antillanos, en especial en sus
¿Ves, ves, ves? ceremonias y celebraciones religiosas. Además -según hemos trata-
El negro va a cuatro pies, do de mostrar aquí- se desechan las imágenes de la poesía culta
el negro baila la rumba, de lengua española, para sustituirlas por otras nuevas de inspiración
y aunque se vuelva tarumba totalmente americana, o sea símiles y metáforas que se apoyan en
del derecho o del revés, el paisaje y las costumbres de nuestro continente. De esta manera,
¿ves') se crean nuevos símbolos y nuevos ideales de belleza conforme a
el negro va a cuatro pies. nuestra propia realidad.
Estas iImovaciones técnicas reflejan un concepto distinto de la
Mano a mano libertad en la poesía, que ya no 'es una rebeldía contra ciertas
con tra el norteamericano, normas y reglas instituidas, sino que más bien tiene un propósito
negro, mano a mano, definido: la revaloración de lo americano y la reafirmación de la
blanco, mano a mano, independencia tan procurada por la poesía hispanoamericana.
crítica
Sumario
Ciencia
Literatura
Libros
La guaranducha,
por Ida Rodríguez /41
Teatro
Arquitectura
~'-\
...
en investigación creció al 21 por ci en to,
así que para 1976 se duplicó la fracción
del producto nacional·bruto destinada a la literatura
investigación. Muchos juzgaban, no obs-
tante, que era insuficiente lo alcanzado.
De cualquier manera, México no podía
permitirse dispendios y menos en activi-
la literatura y la
dad tan crítica. Era necesario coordinar
los proyectos de investigación entre sí y magia de la contradicción
con el plan de desarrollo integral de la
nación. Con este fin y para impulsar la
investigación con miras .al bien nacional a por Miguel Kolteniuk
largo plazo, se decidió muy al principio
del régimen reestructurar el Instituto Na-
Cuenta San Agustín que, paseando por Cuando el literato dice: "en el último
cional de la Investigación Científica y
unas playas, y queriendo elÚender los atardecer del universo, el último hombre,
darle medios económicos adecuados. ¿Por
misterios de la Trinidad, encontró a un solo, espera en su cabaña el fin de ,los
qué el INIC? Porque la ley ya le otorgaba
niño que acarreaba, en una ,concha, agua tiempos, -y después agrega- de pronto,
esencialmente las funciones que se pedi-
de mar. El niño vaciaba el agua en un alguien golpea su puerta ..." está produ-
rían de él y porque había sabido manejar
hoyo en la arena, e iba y venía del mar a ciendo una perplejidad en el lector, está
estupendamente su exiguo presupuesto.
la playa, de la playa al mar. San Agustín originando en él una sensación de miste-
La reestructuración y cambio de ubica-
se acercó y preguntó al niño las razones rio, un querer saber qué es y por qué es,
ción en el aparato gubernamental eran
de su quehacer. "Quiero vaciar el mar én y al mismo tiempo, un no poder saberlo,
indispensables si se iba a manejar un
este agujero" -respondió el niño. "¿No una apetencia de conocer que desemboca
presupuesto razonable. No debía seguir
comprendes que es imposible lo que te en la Nada, un 'estado de mágica ingnoran- ,
dependiendo de la Secretaría de Educa-
propones?" -replicó San Agustín. "Más cia que se parece al infinito, un relámpago
ción Pública ni ser apéndice de ninguna
sencillo es vaciar el mar que resolver en tu al mundo en el que las contradicciones
otra, así que se le convirtió en organismo
cabeza los infinitos misterios de la Trini- existen como realidades, un universo en el
descentralizado del Estado, cercano a la
dad" -dijo el niño, que era un ángel que lo que es y lo que no es, son lo
cabeza del ejecutivo. Viendo que los mo-
enviado del Señor. mismo.
delos soviético, estadounidense, francés y
La perplejidad de San Agustín era na- El Aleph de Borges es un ejemplo
venezolano diferían entre sí, se acordó
tural. Resultaba del violento choque que insigne del uso estético de la contradic-
que el INIC se modificara sebJÚn las nece-
producía su espíritu tenaz, con lo ininteli- ción: " ... En la parte inferior del escalón,
sidades y grado de madurez de Méü;o en
gible, lo misterioso, lo que se resiste a hacia la derecha, vi una pequeña esfera
1970. Por lo tanto, debla integrarse un
toda razón y a todo entendimiento: la tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al
consejo directivo de representantes de las
contradicción. principio la creí giratoria; luego compren-
principales intituciones que tenían que ver
Para la razón, la Trinidad: "Dios es dí que ese movimiento era una ilusión
con la investigación, y se le dotó de un
tres, pero es uno", es un enunc iado lógi- producida por los vertiginosos espectácu-
órgano ejecutor, con elementos capaces,
camente contradictorio. Uno, no puede los que encerraba. El diámetro del Aleph
dedicados por entero a su tarea. El conse-
ser tres, y tres, no puede ser a la vez uno. sería de dos o tres centímetros, pero el
jo cuidaría de que se procediera según los
Ambos conceptos se excluyen mutuamen- espacio cósmico estaba allí, sin disminu-
objetivos n'acionales, pero ¿qu ién plantea-
te, se eliminan y sólo el fervor religioso ción de tamaño. Cada cosa (la luna del
ría los problemas específicos a resolver?
permite aceptar que tres sean uno y que espejo, digamos) era infinitas cosas, por-
Esta función se encomendó a comisiones
uno sea tres. que yo claramente la veía desde todos los
mixtas. En ellas participaban técnicos de
La perplejidad de San Agustín ante la puntos del universo. Vi el populoso mar,
las secretarías de Estado y de la industria
Trinidad es la que invade a todo espíritu vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres
privada, así como investigadores de todos
cuando se enfrenta bruscan1ente ante una de América, vi una plateada telaraña en el
los centros activos del país.
co¡¡tradicción. El entendimiento humano, centro de una negra pirám ide, vi un la be- _
Desde el principio el lNIC remozado acostumbrado a la ordenación racional de rinto roto (era Londres)... vi la circula-
fue consciente de que el mundo no estaba sus elementos, se rebela ante lo irracional ción de mi oscura sangre, vi el engranaje
parcelado, como los insti tu tos o faculta- . se resiste a toda arbitrariedad y a toda del amor y la modificación de la muerte,
des de una universidad. No había proble- injustificación. vi el Aleph desde todos los puntos, vi en
mas de ingen ier ía civil o de física. Si se Cuando se entera de un hecho o una el Aleph la tierra, y en la tierra otra vez
contemplaban los problemas de transpor- proposición que no Ruede ser en tendida o el Aleph, y en el Aleph, la tierra, vi mi
tes, de vivienda o de recursos naturales, su interpretada a la luz de la razón -como cara y m is vísceras, vi tu cara y sentí
solución requería del concurso de investi- en el caso de las contradicciones-, renun- vertigo y lloré, porque mis ojos habían
gadores de muy diversas ramas, incluyen- cia a la racionalidad, se doblega ante la visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo
do casi siempre a los de ciencias sociales. fantasía y rodea al hecho de misterio, de nombre usurpan los hombres, pero que
A partir de las pautas sen tadas por el una aureola mágica nacida y enriquecida ningún hombre ha mirado: el inconcebible
INIC, pronto se arraigó el estilo interdisci- por la imaginación. universo ..."
plinario de abordar proyectos de investiga- La imaginación, la libre in tuicion de Borges nos ofrece una contradicción
ción.' El intercambio de vocabulario, de posibilidades de ser, es la madre de las compleja, no el sin1ple enfrentamiento de
conocimientos y de métodos entre los creaciones humanas, es fuente de toda contrarios. La contradicción del Aleph es
hombres de ciencia fue una consecuencia ciencia y todo arte; también de toda "ontológica". Muestra el mundo de la
natural que trajo consigo beneficios que ficción. Sin embargo, es en la fantasía realidad que se da en el espacio y en el
pocos imaginaban. donde la imaginación cobra mayor vigor y tiempo como un instante perfecto y eter-
Grande es el trecho que hemos zanjado sutileza, es en la literatura donde se con- no. Muestra el espacio infinito en una
en los seis años futuros. Sin embargo, vierte en una otra realidad, en una "reali- pulgada y la eternidad, en una brizna de
siguen oyéndose las voces de las institu- dad irreal", de ángeles, tigres de signos tiempo. Un suceso son todos los sucesos.
ciones de educación superior, que aún no cabalísticos y mundos paralelos. La imagi- En "La escritura del Dios", Borges vuelve
están satisfechas; nunca lo estarán y más nación literaria, infinita en logros y bús- a ilustrar la contradicción. " ... Yo vi una
vale que no lo estén: lógrese lo que se quedas, se sirve en muchas ocasiones de rueda altísima, que no estaba delante de
logre, as'í que pasen seis años, las universi- las contradicciones como medio para con- mis ojos ni detrás, ni a los lados, sino en
dades exigirán qu e se haga un mayor mover al lector, como fonna de transmitir todas partes, a un tiempo. Esa rueda
esfuerzo por el progreso de la nación el "no se qué que queda balbuciendo" de estaba hecha de agua, pero también de 3
mexicana. las obras de arte. 'fuego y era (aunque se veía el borde)
3S
-1
infinita. Entretejidas, la formaban todas
las cosas que serán, que son, y que fue-
ron, y yo era una de las hebras de esa
.trama total. .." Nos hallamos ante una
libros
contradicción plena que condensa el uni-
verso, en una de sus pequeñísimas partes.
Lógicam ente, las contradicciones care- el axioma como
cen de significado cognoscitivo, es decir,
no nos infonnan nada, no describen nin- libre autolimitación
guna realidad porque "se autoaniquilan".
Más que una negación, la contradicción es
un fracaso en el intento de decir algo. por Rolando Gutiérrez Cortés
Cuando digo que "el espacio cósmico
estaba en dos centímetros", no estoy des-
cribiendo el espacio, más bien, estoy di-
ciendo que el "espacio cósmico no es el
espacio cósmico", y que "dos centímetros
no son dos centímetros". Esto, desde lue-
El autor de Lecciones de teor¡"a de la función en el conocimiento.
go, no es ningún demérito para la obra de
lógica* fue un éstudioso de Aristóteles, En la ~'Lección Segunda" enfoca el
Borges, sino por el contrario, un valor; en
simpatizador de los sofistas griegos, domi- conocim ien to científico. Es racional, es-
él, las contradicciones no se dan como fra:
nador de la filosofía escolástica, de founa- quemático y por lo tanto, estructura!. La
casos. Borges las emplea conscientemente
ción filosófica francesa, cartesiano de pe n- ciencia estudia la legalidad entre los ele-
para crear una especial atmósfera literaria.
samien to, maestro de Lógica y Filosofía mentos: sus relaciones. Estas relaciones
Ahora bien. ¿Por qué las contradic-
de la Ciencia en la Universidad Nacional evolucionan, progresan, y la lógica habrá
ciones provocan tal perplejidad en el lec-
tor~ No podemos dar una respuesta defi-
Autónoma de México por muchos años; de ver dónde radican y qué factores las
nitiva. Nadie -creemos- la puede dar. todo esto constituyó en él un pensamien- condicionan; hablar de historia del conoci-
Una posible solución podría ser la siguien- to crítico con elementos de juicio que miento científico es hablar de historia de
te: La perplejidad se produce por la ape- conocía de prim era mano. Por ello tam- la lógica. Discute, además, las estructuras
bién el hilo histórico de lógica, filoso fía y cerebrales como isomorfas con las lógicas.
I
tencia de significado cognoscitivo de las
proposiciones contradictorias. Al en fren- ciencia que se puede ir distinguiendo a Jo La "Lección Tercera" se ocupa de la
tarse con una con tradicción 1iteraria, el largo de la lectura de estas cuatro Leccio- verdad como finalidad de las estructuras
lector, de hecho, comprende el significado nes de teoria de la lógica y sus continuas lógicas. y en ella se cuestiona cuál es la
de cada una de las palabras de la proposi- comparaciones. verdad que puede alcanzar la lógica y el
ción literaria; pero como ésta carece de Su obra hab la de la distinción en tre cómo llegar a ella, si por descubrimiento
sentido, el lector siente una apetencia del relativos y relaciones, de la noción de o por creac ión, Considera a la ciencia
significado de la proposic ión en su con- estructura en relación al conocimiento matemática como disciplina formal com-
junto. El significado de las palabras por científico, de la verdad como finalidad de plemen taria y a las estructuras lógicas
separado, reclaman en el lector cl signifi- las estructuras lógicas y de la pluralidad como una pluralidad en que habrá~de
cado de la totalidad de la proposición, de las mismas; concluye con la considera- elegi rse de acuerdo a lo que sea más
pero como éste no se da, el lector siente ción de la Lógica Probabilista y la Contra- apropiado a una detel111 inada relación bus-
una perplejidad, se enfrenta a un hecho dictorial. cada. Discute del fundamento y función
irracional· y desborda su imaginación, En su "Prólogo" reconoce, de entrada, ele la deducción, el oficio de la inducción,
construyendo con los elementos ele las dos defectos del libro: primcro, el trata- la importancia de las estructuras lógicas
palabras, una gama casi infinita de posibi- micn to rei tera tivo pe ro con el que espc ra, retóricas a la sincopada y a la estructura
lidades de combinación. De una contradic- por repetición, ayudar al buen entendi- lógica simbólica, en donde los símbolos
I ción es posible deducir cualquier cosa; miento de la constante de su temática. no están ya por sustancias sino por opera-
con mayor razón, imaginarla. Scgundo, la ausencia de un tratamiento ciones. El tema central de esta "Lección
"111
Esta abierta posibilidad de imaginación, sobre la lógica dialéctica que tanta impor- Tercera" es la verdad de estas operaciones
¡1I produce en el lector la sensación de "infi- tancia tiene en la filosofía de la ciencia, la en la mente.
nitud", tan común en las experiencias que explica porque "el doctor Elí de La "Lección Cuarta" y última habla
estéticas; y es esta sensación la que busca Cortari, ahora con la aureola de la biena- particularmente de la Lógica Probabilista
comunicar el escritor cuando hace uso de venturanza (bienaventurados los que su- y la Contradictoria!. De entre una plurali-
las contradicciones. La perplejidad, la sen- fren persecución por causa de la justicia) dad de estructuras lógicas considera a
sación de infinitud, el "vértigo", es resul- ya ha tratado magistralmente este mismo grandes rasgos a éstas dos, como las prin-
tado de la fantasía elel lector, que ha tema en sus obras y a ellas debe remitirse cipales, porque "son las que más adecua-
sustituido el significado cognoscitivo de la qu ien desee estu diario". damente se utilizan en el tratamiento de
frase literaria, por un significado puramen- En la "Lección Primera" discute del las cuestiones científicas modernas:', y
te emotivo. Así, el lector satisface su conocimiento en genera!. El conocimiento muestra los caminos que ambas han segui-
apetencia creando un am bien te mágico de implica relaciones y por lo tanto estruc- do hasta nuestros días. Y aquí insiste en
realidades fantásticas, de misteriosas el u- tura. Esta noción de estructura ha sido ocuparse de "la noción de axioma como
cubraciones, en las que todo es posible, fundamental en el tratamiento de las cien- una libre auto limitación que, para operar,
hasta lo imposible. cias f0l111ales a través de la historia: Pitá- la mente se imponc de acuerdo con su
De ahí no se desprende que las proro- goras enseña una prioridad de las relacio- libertad para la elección del catálogo axio-
siciones literarias contradictorias produz- nes sobre los rela tivos al declarar que la mático en que se ha de fundar su deduc-
can sentimientos idénticos en los lectores. esencia de lo real son los números; Eucli- ción", con lo que hace resaltar su noción
Cada frase, al igual que cada lector, son des ve las relaciones en el espacio; Aristó- de relación, de esquema, de estructura, de
especialmente particulares y de ninguna teles en la Lógica; Arquímedes en la complementaridad, de lógica, que ha veni-
manera son lícitas las generalizaciones que Mecánica; y Descartes tiene toda una pug- do tratando a través de toda su obra.
diluyan la especificidad de ambos. La na, posteriormente, contra el sustancialis- Lamentablemente la obra denota un
explicación anterior trata, más bien, de mo. Es por ello que se impone tratar, en descuido en la preparación del origina!.
comprender en un aspecto genérico una primer lugar, la noción de estructura y su Saltan a la vista las faltas de ortografía; la
de las aristas de la significación literaria, mayoría de los términos ajenos a nuestro
un aspecto unitario dentro de la diversi- idioma, lo mismo que Jos títulos de obras,
* Alberto de Fzcurdia: Lecciones de teorfa de
dad de formas de expresión, tan comple- la lógica, Cuernavaca, M. Quesada Brandi Fditor, no fu eran su brayados en los originales y
jas, tan abundantes en nuestros días. t 970,222 pp. por lo mismo no quedaron destacados
adecuadamente en la impresión. También
es de lamentar la carencia de índices~ de
bibliografía ordenada; de notas precisas
sobre las citas bibliográficas qüe pueden
permitir agilidad en el manejo del texto.
y por últim o, a pesar qu e la obra tiene
la presentación de un manual de fácil
manejo, con letra clara, legible y con
todos sus párrafos anotados al margen por
el mismo autor, nos pa~ece un libro de
lectura difícil. Porque su información eti-
mológica, como la información del uso de
los ténninos y las comparaciones que ma-
neja, demandan, por lo menos, un conoci-
miento somero de ellos. Pero aunque difí-
cil, es aclaratorio y se mantiene en lo que
pretende ser: Lecciones de teoda de la
lógica.
I
.1
Esto, que es una verdad impresionan!
J<'\ ---1
dijo que las deja~án morirse de hambre, a
en el tiempo de los tallos -lo que ellos le contestaron que, por lo
que tenían observado hasta en10nces, eran
verdes: ramiro pinilla * destrozos en las huertas; se dieron batidas
con escopetas de caza y mataron a todas,
excepto a una; mi tío-abuelo fue de case-
retazos río en caserío abonando los destrozos.
Dos años después, algu ien vio un extrafío
animal, cruce de mulo y llama, que nadie
"Cristóbal" era una cosa con cuatro patas, aquellas llamas procedían de la liquida- pudo cazar; hasta que, pasados q\lince
cabeza y rabo, que saltaba, daba coces, ción del negocio; mi tío-abuelo jamás allos, cuando todos se habían olvidado de
mordía y escupía,. a veces todo a un habló antes de aquel rancho, seguramente aquel asunto de las llamas, los faros de la
tiempo, pero que no se parecía, en total, porque esperaba que sus socios le engaña- camioneta de León Esnarriaga fijaron en'
a ningún animal de los que nosotros cono- sén, como era lo justo, con .el Atlántico una carretera retirada un bulto con cuatro
cíamos o teníamos noticia; y no podía ser de por medio; pero no se olvidaron de él patas, cuerpo de mulo y cuello y cabeza
de otro modo porque es imposible que y le enviaron aquel rebaño de veintiocho de llama, una cría de pocas semanas que,
volvieran a reunirse las circunstancias que diablos; se presentó en la Aduana, vio los deslumbrada, él pudo coger y llevar a su
lo trajeron al mundo; además, don Manuel animales y dijo que los matasen; le con- casa; don Manuel suele decir que aquellos
solía decir que resultaba de todo punto testaron que aquello era una Aduana y no diablos, desde un principio, sintieron incli-
imposible que la Naturaleza se equivocara una carnicería; entonces mi tío-abuelo les nación por los mulos y que no era extra-
dos veces en un mismo caso, especialmen-
te después de ver el resultado de la prime-
ra equivocación, a,no ser que no le impor-
tara que dejasen de llamarle sabia o andu-
viera ya tras la destrucción de la vida
sobre la Tierra e incluso de la Tierra
misma; porque en aquella zona de Gue-
cho, Algorta, Las Arenas, Berango y más
allá, todos los hombres y m ujeres de más
de treinta años recordaban la invasión de
aquellos animales que enviaran de Améri-
ca a mi t ío-a buelo; ocurrió alrededor del
año 1906 o 1907, creo, de modo que yo
no hab ía nacido aún; pero lo que sucedió
era un tema que el abuelo y la abuela y
también la madre elegían no menos de
una vez por año para hablar en la cocina,
y lo mismo sucedía con don Manuel, que
nos lo contó en más de una ocasión en la
escuela, como premio a habernos sa bido
todos la lección. Entonces él tenía catorce
años y aún no era maestro; parece ser que
el mayor sorprendido por el rebaño de
animales fue mi propio tío-abuelo Satur-
nino; la oficina naviera le escribió u na
carta notificándole que uno de sus barcos
había transportado de un puerto del Perú
a la Aduana de Bilbao veintiocho llamas,
metiéndole prisa para que las recogiera; lo
de la prisa no eran palabras, puesto que
los anin1ales se habían adueñado de una indestructibles; de modo que tuvo que ño eso que finalmen te pasó, a despecho
parte de las dependencias formando otra empezar a pensar en la manera de sacarlas de alguna ley de la Naturaleza; el caso es
especie de Estado libre peruano o quizá de allí y llevarlas a algún sitio; contrató a que León se puso muy orgulloso cuandD
colonia; en cualquier caso, según decía unos soldados, de los que en el cuartel se los periodistas le retrataron junto al ani-
don Manuel, un territorio inexpugnable; encargaban de los mulos del ejército, y mal; la gente comenzó a acudir a su casa
ya durante el viaje había sucedido algo logró les concedieran el oportuno permi- a contemplar al pequeño monstruo, y no
parecido: la tripulación se vio privada de so, pero, a última hora, los alcaldes de sólo gente del pueblo, sino también de
una parte de la cubierta, donde los pasto- Portugalete, Guecho, Berango y otros pue- Bilbao y de lugares más alejados, especial·
res indios que las bajaron de las montañas blos prohibieron llevar por tierra aquellos mente en verano; de modo que León
las dejaron en una especie de corral de animales, cuya mala fama ya se había preparó un establo decente y empezó a
altas vallas, por encima de las cuales había extendido por toda la región: de manera cobrar la entrada; ése era el animal que,
que echarles la comida, y sin acercarse que la única salida que le quedó a mi ahora, al cabo de diez años, teníamos
nunca a las tablas, pues el primer día un tío-abuelo fue el mar; alquiló una gabarra delante la señorita Satrulegui y yo.
marinero perdió un dedo de un mordisco; y, empleando un mulo como cabestro, No era nuevo para mí y supongo que
y ni los temporales ni el cambio de clima consiguieron, entre sustos, hacer pasar a tampoco para ella, sólo que lo tenía olvi-
pudo con ellas; llegaron enteras a Bilbao y ella las llamas; pero el mulo también dado desde hacía mucho tiempo. Nadie
con ganas de demostrar que nadie les en tró con el rebaño y parece que no recuerda quién fue el primero que le
había pedido su opinión sobre aquel viaje; volvió a saberse de él, al menos no entero. llan1ó "Cristó ba!"; pudo ser cualquiera
la Compañía también dijo a mi tío-abuelo La idea de mi tío-abuelo era llevarlas al que hubiera asistido a una escuela, porque
quién se las enviaba: unos socios suyos, monte Garbea, a probar si con la nieve se una de las cosas que más se quedaban de
con los cuales había tenido la ocurrencia calmaban, porque no había desistido de la escuela era que América fue descubierta
de comprar allí un rancho y, al parecer,_ sacar algún provecho de ellas. Luego, du- por Cristóbal Colón y, por lo tanto, en-
rante el viaje de costeo, a los soldados les cierto modo, él era el responsable de que
en tró miedo y soltaron a las llamas en mi tío-abuelo recibiera aquellas llamas ha-
* Ramiro Pinilla: En el tiempo de los tallos
verdes, Bar~c1ona, Ediciones Destino, 1969 (An- uí1a playa; los anin1ales treparon por el cía veinticinco años, de manera que "Cris-
cora y delfln). acantidalo e invadieron la zona, haciendo tóbal" era un nombre para ella.
3C?¡
pro blemas com unes, sequ ías o epidemias,
todos llenos de fervor. Pero los milagros
la pintura y el necesita ban de un escenario digno de la
Reina del Cielo y ése fue el paisaje qui-
sentimiento religioso teño: cielo y montañas absorben al hom-
bre que en diminutas figuras sigue las
11
de la colonia peregrinaciones.
,Ii Si el artista supo expresar la religio-
1
ojos de sus contemporáneos, se rodeó de licas de Jerónimo Nadal impresa en Am-
leyendas. Investigaciones recientes han -da- beres en 1593, y otros libros qu e sería Santiago, que es casi una au tobiografía. El'
da a luz documentos que permiten trazar interesante conocer detalladamente. Mu- autor glosa algunas partes del texto, y da
una silueta más real y humana de dicho cho hubiera ayudado en la obra del padre así noticias acerca de su vida matrimonial
I artista. El libro de fray José María Var- Vargas un capítulo dedicado a la forma- y de su posición económica. Sus cuadros,
I
gas* se dedica a estudiar la vida y la obra ción intelectual del artista, ya que a toda cotizados a buen precio, le permitieron
del pintor. En la introducción, anota ideas creación precede un pensam ien to, y es incrementar los bienes heredados de sus
que pudieron desarrollarse más, destaca la necesario conocer la literatu ra en qu e se padres, vivir cómodamente y reunir una
importancia sociológica del arte y del nutrió la imaginación de Santiago. Ubica- biblioteca. Severo en su trabajo, la leyen-
artista. Sólo estos temas bastarían para do el pensamiento, los libros de especiali- da lo torna cruel, atribu yéndole haber
evaluar el sitio de Miguel de Santiago en zación pictórica cerrarían el marco del sometido a tormento a uno de sus discí-
el arte hispanoamericano. El padre Vargas artista para en troncarlo en la sociedad de pulos para pintar el Cristo de la Agonía.
eligió una narración cronológica y descrip- su tiempo. El padre Vargas desm iente la leyenda y
tiva de la obra de su personaje. El deseo Si en las decoraciones de San Agusún elogia el realismo de las pinturas. Las
de transQ!itir a los lectores el entusiasmo se observan las lecturas que prepararon al observac io nes del dom in ico son acertadas
que a -él le produce la 'pintura, lo lleva a pintor, esta formación es más clara en las pero breves: pudo desarrollar más, quizá
largas y minuciosas descripciones en me- imágenes de la Virgen María, declarada la importancia del artista como "intérpre-
dio de las cuales se pierden las at inadas patrona de Espafía y de las Indias. Su te del anhelo colectivo", y la enseñanza
observaciones de carácter psicológico, teo- inspiración viene de la Virgen del Apoca- de la fe por medio de imágenes en las que
lógico y social. lípsis y del Breve de Alejandro VII en que el pueblo podía "comprender el fondo
Miguel de Santiago se modeló en la se indica el modelo femenino para pintar teológico de la moral cristiana".
sociedad .profundamente religiosa de la a la Virgen. El dinamismo del artista hace Las referencias bibliográficas, citadas
provincia de San Francisco de Quito. Ah í que sus imágenes sean todas movimiento algunas veces a pie de página o incorpora-
se cosechaba en el siglo XVII la simiente y alegría. das en el tex tu, tal vez ayudarían más a
evangél ica sem brada en la cen turia ante- Mayor libertad para pin tal' tuvo Miguel los lectores de estar colocadas al final y
liar. Con una febril actividad constructiva. de Santiago en el Santuario de Nuestra separadas en documentos, obras de con-
las diversas órdenes religiosas edificaron Señora, en el pueblo de Guápulo, cerca de sulta y libros utilizados por el artista.
sus conventos. Para una construcción m 0- Quito. Allí pintó los favores de la Virgen El Ji bro del padre Vargas, aparte de su
Ilást ica se congregaba 'a espec ial istas y a sus devotos. A mi modo de ver, son las valor intrínseco, es una invitación para
aprendices en talleres de los cuales surgie- pinturas más "nacionales" de Santiago: que los estudiosos del arte hispanoameri-
ron obras de arte y artistas cuya fama
I~I indios, mestizos y españoles con sus cano profundicen más en la psicología de
traspasó las fronteras de su provincia. El atuendos peculiares, con la angustia de los artistas y su importancia social.
11'1 aprendizaje iba más allá de la técnica
, l' artesanal: había que adentrarse en el pen-
,1 samiento teológico de la época, en la vida
1 de los santos y en las normas que la
I' Iglesia dictaba para manifestar el culto de
las principales devociones. En uno de esos
talleres se preparó Miguel de San tiago. Se
le encargó, en reconocimiento a su talen-
to, la decorac ión del conven to de San
Agustín. Debía representar ahí la vida del
santo patrono, y el pintor no copió fiel-
mente los modelos europeos. La 1uminosi-
dad del paisaje americano sustituyó a la
oscuridad del europeo. La presencia de
mue bIes qu iteños y de retratos de donan-
tes en sus obras suelen considerarse cuma
aportación mestiza, pero debe recordarse
que iguales costumbres tuvieron los pin-
tores europeos.
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