Pronto Sabré Quién Soy - GIRAUD, Paul-Henri
Pronto Sabré Quién Soy - GIRAUD, Paul-Henri
Pronto Sabré Quién Soy - GIRAUD, Paul-Henri
Paul-Henri Giraud
Université Lille 3 Charles de Gaulle
* Agradezco a Bernadette Hidalgo-Bachs, Brendan Lanctot y Lucrecia Romera sus atentas sugerencias.
1 Al parecer, Borges empleó por primera vez la anáfora enumerativa de la forma verbal vi en
el poema “La guitarra” de 1922-23 (Williamson, 2007, 134). Katchadjian (2009) propone una
ampliación humorística del cuento de Borges y de esta anáfora.
2 Marcos Ricardo Barnatán en Borges (2008, 177).
250 HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR
3 Borges habla de “enumeración heterogénea” a propósito de un poema galés del siglo VI en ¿Qué
es el budismo? (1976). Véase Cervera (1992, 194, n. 64).
ANEXO DIGITAL 251
Para un verdadero poeta, cada momento de la vida, cada hecho, debería ser
poético, ya que profundamente lo es. Que yo sepa, nadie ha alcanzado hasta
hoy esa alta vigilia. […] Whitman se la propuso, pero sus deliberadas enu-
meraciones no siempre pasan de catálogos insensibles. (Borges, 2011, 337)
¿Cómo se las ingenia Borges, entonces, para escapar al peligro del catá-
logo insensible? En primer lugar, a pesar de lo que afirma, Borges trata de
no abusar de este recurso, e introduce variación formal y temática en su
poesía. En el mismo prólogo, escribe:
De un hombre que ha cumplido los setenta años que nos aconseja David
poco podemos esperar, salvo el manejo consabido de unas destrezas, una
que otra ligera variación y hartas repeticiones. Para eludir o siquiera para
atenuar esa monotonía, opté por aceptar, con tal vez temeraria hospitalidad,
los misceláneos temas que se ofrecieron a mi rutina de escribir. La parábola
sucede a la confidencia, el verso libre o blanco al soneto. (Borges, 2011, 337)
Este título alude al “Poema de los dones” que abre El hacedor (1960).
Conforme al gusto de Borges por las simetrías y los espejos, se trata de
“otro” poema y sin embargo del mismo, o bien del mismo poema, pero al
revés. Si el primer “Poema de los dones” era un poema isométrico de diez
cuartetos y cuarenta endecasílabos –una especie de “cosmos” en verso–,
el “Otro poema de los dones” es un conjunto de ochenta versos libres que
forman una larga “enumeración caótica”. Si el primer poema medita melan-
cólicamente sobre el “don” de la ceguera y la incertidumbre de la identidad
del “yo plural” –“Groussac o Borges” (Borges, 2011, 112, v. 37), es decir,
cualquiera de los dos ciegos que llegaron a dirigir la Biblioteca Nacional
argentina–, el segundo poema se caracteriza por una apertura mucho más
grande al universo y a la misma pluralidad del yo.
El poema empieza por una agnóstica “acción de gracias” y se continúa
por una larga anáfora de la preposición “por” –anáfora que se podría pro-
longar indefinidamente–:
4 En el soneto “La suma”, de Los conjurados, la enumeración ocupa los vv. 6-8 (Borges, 2011, 599).
5 Véase la sección 33 de Leaves of Grass, donde el movimiento anafórico apoyado en diversas
palabras (where, over, upon, at, through…) ocupa los versículos 722-837.
ANEXO DIGITAL 253
A semejanza del párrafo citado de “El aleph”, este poema tiene, pues, una
estructura gramatical muy simple. Los “dones” recibidos por Borges en par-
ticular y por la humanidad en general, o por los muchos Borges que habrían
existido en distintos lugares y épocas, se acumulan mediante un “catálogo”
de temas y nombres familiares para los lectores de Borges, conforme a “esa
constante reescritura que es la marca específica de su producción”.6 Contri-
buyendo a las sorpresas del encadenamiento, polimetría y sintaxis se alían
para dar relieve a tal o cual verso mediante un libre juego de repeticiones y
variaciones. En las cuatro últimas líneas del ejemplo citado, pasamos de dos
versos libres, de cuatro y diecisiete sílabas respectivamente, a la asociación
clásica de un endecasílabo y un heptasílabo. Al “don” particular que repre-
senta la obra y la individualidad de un autor, Swedenborg, corresponden los
versos libres; en cambio, la síntesis personal y al mismo tiempo universal
operada por Borges en los versos siguientes, síntesis con sabor a sentencia,
encuentra un molde más adecuado, más sobrio y solemne a la vez, en una
métrica clásica.
“Cada verso de nuestros poemas posee su vida individual y representa
una visión inédita”, escribía el joven Borges en su época ultraísta.7 Puede
que, con una estética muy distinta, el viejo Borges haya conservado ese culto
por el verso autónomo. Si el procedimiento anafórico de la enumeración
permite reunir todos los versos del poema en un solo haz de realidades,
la separación versal –o la puntuación, en caso de tratarse de un poema en
prosa– preserva para cada una de esas realidades su carácter de epifanía. Y
¿qué es la cristiana Epifanía sino la historia de unos dones?
Una categoría importante de dones la constituyen, para Borges, la len-
gua y la literatura, aludidas a través del sintagma “música verbal”: “por la
música verbal de Inglaterra,/ por la música verbal de Alemania” (vv. 42-43).
Se señalan dos influencias relevantes: “por Whitman y Francisco de Asís,
que ya escribieron el poema” (v. 69) –el poema por antonomasia, es decir
Leaves of Grass o el Cántico de las criaturas. ¿Por qué estos dos autores?
“Porque lo que escribo es una especie de glosa a lo que escribieron como
glosa de lo que se cuenta en los Salmos”, afirma Borges (Carrizo 1986: 113).
De hecho, en el texto de Borges, estos dos autores merecen una digresión,
una especie de bifurcación de la anáfora, ya que a la repetición de “por” se
añade la de “y”:
6 Jean Pierre Bernès en Borges (1999: 1241). Traduzco del original francés.
7 “Proclama” del primer número de la revista mural Prisma, 25 de noviembre de 1921 (Williamson,
2007, 124-125).
254 HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR
¿A qué forma, pues, tiende el “Otro poema de los dones”? El texto parece
terminarse como empezó, con una mera enumeración anafórica:
“Aquél”
Esta composición podría titularse “Tercer poema de los dones”. De tono
melancólico, como el original “Poema de los dones”, empieza por una excla-
mación que alude al autor mismo, y se continúa mediante una anáfora de la
conjunción copulativa y:
10 Véase el poema “Música griega”, uno de los últimos textos de Borges, donde la anáfora de
la proposición subordinada temporal “Mientras dure esta música…” se vuelve una especie de
“conjuro”: la marca de una “epifanía”, de un “atisbo de ‘la tierra prometida’ ” (Williamson,
2007:,515). No recogido en volumen, este poema se publicó de manera póstuma en agosto de
1999 en la revista mexicana Letras Libres, 8: 19.
11 En el soneto “Correspondances”, v. 6.
256 HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR
entresueños y sueños,
cada ínfimo instante del ayer
y de los ayeres del mundo,
la firme espada del danés y la luna del persa,
los actos de los muertos,
el compartido amor, las palabras,
Emerson y la nieve y tantas cosas.
Ahora puedo olvidarlas. Llego a mi centro,
a mi álgebra y a mi clave,
a mi espejo.
Pronto sabré quién soy.
(Borges 2011: 334)
Epílogo
mos para mejor arrebatárnoslas, en lo que puede parecer, más que un gesto
barroco de desengaño, un movimiento clásico, ascético, de desprendimiento
en aras de un conocimiento más pleno de sí mismo. Eso parece decirnos la
enumeración cósmica, en prosa, que concluye el “Epílogo” de El hacedor,
ese libro misceláneo con el cual Borges reanudó con la escritura poética
después de varios decenios de no publicar versos:
Bibliografía
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Publicaciones (Cuadernos, 43). Blaustein, eds., La fe en el universo literario
ANEXO DIGITAL 259
Resumen:
El concepto de “enumeración caótica”, acuñado por Leo Spitzer a propósito de Walt Whitman
y otros poetas posteriores, fue aplicado por el mismo Borges a muchos textos de la segunda
época de su propia producción poética, la que empieza con El hacedor (1960). Gracias a una
estructura muchas veces anafórica y gracias también a la presencia, al final del texto, de alguna
formulación sintética, aguda o sensible, el carácter heterogéneo y aparentemente desordenado
de la enumeración no afecta la unidad del poema. Muy al contrario, este recurso estilístico a
priori antipoético sirve de manera magistral la búsqueda íntima y cuasi mística del viejo poeta.
Palabras clave:
Poesía, conocimiento, enumeración, Jorge Luis Borges, Walt Whitman, Leo Spitzer.
Abstract:
Borges borrowed the concept of “chaotic enumeration” –coined by Leo Spitzer in relation to
Walt Whitman and other poets who came after him– to discuss a large number of texts from
the second period of his own poetic output, which begins with El hacedor (1960). Despite their
heterogeneous character and appearance of disorder, Borges’ enumerations do not undermine
the cohesion of his poems, because of their anaphoric structure and also because he often wraps
them up with a few words, a one-liner, or a moving image. On the contrary, the ageing poet
brilliantly deployed this apparently anti-poetic stylistic device to foster his intimate and almost
mystical work of self-exploration.
Keywords:
Poetry, knowledge, enumeration, Jorge Luis Borges, Walt Whitman, Leo Spitzer.