Fracciones
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Las Horas Naturales. - Con el título La primavera tiene tres equinoccios, obtuvo el Primer
Puesto en los Juegos Florales convocados por la Escuela Normal de Mujeres "Sagrado
Corazón de Jesús" y es el único de sus poemarios que ha sido publicado completo.
Comprende 36 sonetos, distribuidos simétricamente en tres estancias, tituladas: Horario
de la sombra, Horario de la niebla, Horario de la luz.
El libro describe, en efecto, el tránsito de las tinieblas a la luz. En las primeras estancias,
el yo poético está sumido en la contemplación de su soledad y su dolor intimó. Pero
luego va descubriendo que hay muchas otras soledades dolorosas, y se proyecta
entonces en amor fraterno hacia todo lo creado. Postula, por ello, su credo cristiano de
amor unánime y de solidaridad, de paz y de justicia, de fe y de libertad.
El libro se inicia con el soneto Cosmo-retrato, donde el poeta perfila una visión de sí mismo. El
primer cuarteto nos presenta al adulto biológico:
A partir del segundo cuarteto estamos frente al adulto espiritual psicológico, que ha
incrementado su estatura vivencial, a través de dolorosas experiencias:
"Agonía" en la doble acepción del vocablo: como antesala de la muerte y como lucha.
Porque el hombre "de vivir se va muriendo". Pero se mantiene en permanente lid contra
el turbión existencial. Y esto, en lugar de aniquilarlo, lo conduce a su más cabal
realización. Este concepto, frecuente en Delgado, se halla más explícito en Lo que
ignoran los suicidas
que una brizna de luz puede matarla,
La vida frágil ante diversas contingencias, es susceptible, sin embargo, de ser modelada,
embellecida por el dolor. El hombre entonces se trasciende a sí mismo, se perfecciona
para la eternidad. Y puede, desde el meollo de su quebrantamiento, exclamar como San
Pablo: ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?
El tiempo cíclico en Las Horas Naturales.- La variada contradictoria temática del libro -
vida, muerte, dolor, amor, desesperanza, fe, mujer, ausencia, soledad, solidaridad-
genera un ritmo interno de cambiante intensidad. En contraste con esta dinámica de la
estructura interna, la fisonomía externa asume una apariencia reiterativa, uniforme o
cíclica. Contribuyen a esto último: la simetría de las estancias, con doce sonetos cada
una como los meses del año: el uso exclusivo del soneto como envase estrófico de los
más variados temas: la predilección por la construcción paralelistica.
Esta antinomia entre las fluctuaciones del ritmo interno es la tónica reiterativa del ritmo
exterior, objetiva una visión circular del tiempo.
Porque el poeta se propone -ya lo anuncia el título del libro- hablarnos del tiempo o,
más precisamente, de su lucha y su victoria contra el tiempo. Si esto se insinúa en los
poemas ya citados, se percibe nítidamente en otros sonetos. Por ejemplo, en Lluvia
dentro de mí nos dice, en el primer cuarteto:
Me está doliendo el tiempo fuertemente,
Que los lobos protejan al cordero, Que la gracia del del() reine en ellos, Que la ley no se
cuelgue de los cue/los, Que Ia rama no sea el bosque enter°.
Qzie las almas se abracen a destellos, ue el amor nazca puro y verdadero, Que cada nino
tenga su lucero, Que se cumplan los suehos si son be/los,
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