Dossier Pedagogia
Dossier Pedagogia
Dossier Pedagogia
-RECREO-
INSTITUCIÓN
PROFESORADO DE INGLES
ESPACIO CURRICULAR:
PEDAGOGIA
RÉGIMEN FORMATO
PRIMER CUATRIMESTRE MATERIA
DOCENTE: TÍTULOS
Prof. de Psicología y Cs de la Educación.
PROF. ZAPATA MARILINA Lic. en Gestión Educativa.
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OBJETIVOS
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Propósitos
Promover el estudio de la educación como práctica social y subjetiva, a partir
de la relación entre la sociedad, la cultura y la escolarización en los diferentes
formatos y modalidades en los que se manifiesta la educación.
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PROGRAMA DE PEDAGOGIA
Introducción
La pedagogía moderna, que nace en los albores del siglo XVIII y se perfecciona a
finales del siglo XIX, es heredera del pensamiento ilustrado. Es moderna porque integra
su par semántico de progreso, innovación, experiencia y porque está fuertemente
arraigada en la razón. Lo moderno es la antítesis de lo viejo, de la quietud, del régimen
de verdad que instauró el dogma. Lo moderno es razón y juicio, únicos elementos del
progreso. Lo moderno es sustancia en la naturaleza y esta es movimiento. Lo moderno
es significación y sentido, elementos dirigidos a explicar la representación, y para
algunos recibe el nombre de autor reflexividad (Jamenson, 2004). La pedagogía
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moderna es el movimiento de la naturaleza humana, que hace emerger la libertad en
ella. La pedagogía moderna es el dispositivo que permite transmitir los elementos de
saber para que el individuo moderno sea capaz de ser libre y ser autónomo, lo que
significa ser capaz de hacer una autorreflexión y de encontrar sentido en lo que
emprende como experiencia en el mundo. La modernidad pedagógica encuentra sus
raíces en la Ilustración, especialmente en los conceptos de libertad y de autonomía
(Hamelin, 1999; Meirieu, 1998) y en esto sigue los preceptos del filósofo de Könisberg
por cuanto la libertad se define como la capacidad que tiene todo individuo de servirse
de su propio entendimiento (Kant, 1983). La Ilustración pone al individuo y la sociedad
en el centro de las acciones; marca la separación entre el mito y la superstición
(Gadamer, 1997, p. 14). La razón vuelve autónomo y libre al ser humano.
La modernidad pedagógica apunta a la libertad del ser humano, este es su fin y para
ello “elabora un proyecto colectivo que permite una cohesión del grupo en función de la
orientación de la sociedad y, en consecuencia, de la educación y por esto mismo ella es
en esencia libertad” (Houssaye, 1992, p.85). A partir de la razón, elemento discursivo
fuerte de la modernidad pedagógica, la educación busca apartar a las personas de la
superstición. La autonomía como saber instituido (Castoriadis, 2002, p. 167) nutre la
libertad instituida e instituyente. Lograr que una persona sea autónoma es instituir la
libertad, y esta es instituyente como principio pedagógico. El discurso instituido de la
libertad es la base del saber pedagógico y legitima sus prácticas pues para educar se
requiere de saberes. Estos se definen por la libertad instituyente: aprender para ser
libres. El discurso pedagógico en la modernidad se rige por estos dos principios. El
hombre es libre si aprende a servirse de su propio entendimiento; es autónomo en el
ejercicio de la libertad pública. El saber libera y forja la autonomía en las personas; una
persona es libre si es autónoma. La una y la otra afloran en el pensamiento crítico más
contemporáneo. Saber reflexionar, saber comprender, saber argumentar es poseer el
pensamiento autónomo. La palabra libre muestra el nivel de autonomía de un sujeto.
Toda pedagogía que se reclame como moderna anticipa esto y se apoya en los
saberes. Todo saber es liberador si logra promover en el individuo un aprendizaje
autónomo y si anticipa un pensamiento crítico. Pero si bien la libertad aparece en el
horizonte de realización de la pedagogía moderna, no es descabellado pensar que ella
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la encierra, que encierra su más puro ideal: el de la educación del ser humano. Y qué
decir de la autonomía, concepto-dispositivo de realización de formas de ser, pensar,
sentir.
Libertad Pedagógica
En efecto, la cuestión de la libertad es objeto de todas las pedagogías que nacen del
ideario moderno y que se adjetivan como diferenciada, experimental, activa, críticas,
institucional, etc. Hijas de la modernidad, todas ellas postularían la libertad del niño.
Según Avanzini (1998), esta idea muestra una paradoja educativa sobre la base de tres
problemas. Primero,… la intención educativa procede indudablemente de la ayuda al
niño; ella es la supervivencia del ser humano. La dependencia inicial del ser humano lo
subordina a la contingencia del proyecto educativo del cual él es objeto y proviene del
planteamiento filosófico al identificar el sentido y al inferir su orientación. (p. 193-194).
Segundo,… el proyecto educativo no tiene esperanza sino en relación con la
maleabilidad, la plasticidad, la modificabilidad del sujeto; en definitiva de su
educabilidad. El postulado de esta última es ante todo una exigencia lógica sin la cual
sólo habría una especie de guardería o centro de detención; este postulado se articula
a la voluntad de educar. (p. 194-195) Tercero,… la educación es un exigencia –no
necesariamente una violencia– no porque el educador use la fuerza física o el chantaje
afectivo sino también, mucho más radical y necesario, por el sólo hecho de que es él
quien negocia al adoptar las normas que orientan su práctica […] esta exigencia, como
mejor lo señala Kant, apunta a una libertad […] (p. 196) Traducida como acto educativo,
supone el acogimiento del niño, del otro, de un ser. Este acto impone la transmisión de
valores, saberes y conocimientos. La acción ejercida por el adulto sobre el niño fija la
originalidad de la práctica educativa, sin la cual la supervivencia de la especie humana
no sería ni posible ni viable. Para la modernidad pedagógica, la relación adulto-niño es
obligada y diferenciada. Obligada, pues es absurdo abandonar al niño y todo abandono
es el fracaso de la educación y la penalidad egoísta del adulto. No hay educación en el
abandono, pues educar es acoger y liberar. Cada niño es una naturaleza, a la vez,
universal y particular. Él expresa una personalidad, reclama una atención especial. Su
educación exige responsabilidad social e individual (Korczak, 1979, p. 88). Para la
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institución escolar, educar significa promover una responsabilidad colectiva; allí se
funda su valor político. A la familia le corresponde el acogimiento y la preparación para
la vida; ella delimita la dimensión privada de la educación. La libertad es la base de la
acción educativa moderna y define las prácticas que se consideran necesarias para el
pleno desarrollo de la humanidad. Ella cierra el círculo de la naturaleza humana (nacer,
crecer, morir) a través de procedimientos, métodos y objetos de saber. La libertad en
educación se rige por modelos pedagógicos que guían la actividad institucional y
docente. La pedagogía moderna postula como fundamental la libertad del sujeto y el
modo de alcanzarla son los aprendizajes. En la modernidad, la discursividad
pedagógica se nutre de la libertad. Por ejemplo, para la pedagogía nueva es a través
del experimento como se forja la libertad de un sujeto. La experimentación de un gesto,
una hipótesis, en las prácticas de ensayo y error, uno aprende “[…] educación y
socialización van de la mano y están en el corazón del aprendizaje” (Best, 1996, pp. 14
15) pero solo hay socialización por medio de los saberes. Para la modernidad
pedagógica, el aprendizaje representa la práctica de la libertad y esto supone el saber.
Haciendo, aplicando lo aprendido, es como el sujeto gana en libertad. Paradójicamente,
aprender es una manera de controlar e incluso de suspender la libertad. De manera
más precisa, aprender es la libertad en sí pero se suspende en la actividad, la acción y
el resultado. Esta condición está fuertemente unida al concepto de transmisión y se
desprende del siguiente principio: … transmitir un saber es proponer información
precisa, es dar explicaciones claras. La modernidad pedagógica postularía que la
transmisión antecede al aprendizaje y suspende la libertad. Sólo cuando el sujeto se
apropia, hace suyo un saber, irrumpe la libertad. Un hombre es libre en sus
aprendizajes. La modernidad pedagógica agregaría que la libertad de un sujeto se logra
mediante la práctica del saber (enseñar y aprender), pero nadie es libre sin aprendizaje
y para aprender se requiere que otro enseñe. Los métodos y técnicas pedagógicas a
través de la transmisión retienen al alumno y a la vez postulan su libertad.
La pedagogía frecuentemente se define como la reflexión sobre la práctica educativa
pero tiene sus límites en los procedimientos; es un momento de libertad que jamás llega
a universalizarse. Se rige por los métodos y con esto encierra la libertad. El método es
el medio de control de la libertad o, si queremos, el método prepara para la libertad. Fiel
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a sus raíces modernas, la pedagogía moderna introduce el método como apoyo para la
libertad y al hacerlo, la suspende. No hay libertad sin resistencia, es la sentencia de la
modernidad pedagógica. En efecto, la resistencia obliga al pedagogo a mirar de cerca
su proyecto de educar, le exige venir sobre la libertad y está obligado a comprenderla
en la resistencia del alumno. Insistentemente decimos que para forjar la libertad en el
otro, la pedagogía construye dispositivos. Sin estos, el pedagogo sería incapaz de
alcanzar sus objetivos y ninguna pedagogía podría construir un discurso de libertad.
Mientras ella busca liberar, retiene; cuando enseña, limita. Mientras le enseño al niño,
este resiste y al hacerlo accede a su libertad. No hay libertad fuera del aprendizaje y
para que el niño aprenda fabrico dispositivos y lo encierro en mi deseo. Deseo de mi
libertad en detrimento de la libertad del otro. En otros términos, enseñar es suspender
la libertad del niño y a la vez forjarla. La resistencia es clave en el discurso filosófico de
la pedagogía moderna pues sin ella la educación adviene instrucción o fabricación; la
pedagogía postula el principio de libertad y a la vez es su prisionera.
Conclusión
La libertad que engendra el discurso ilustrado tiene eco en el discurso pedagógico
moderno pues esta ya no sería el momento de acompañamiento moralizador que el
esclavo griego ejercía sobre el hijo del amo. Acompañándolo hasta el pórtico del Liceo,
el esclavo cuidaba, daba consejos, orientaba al hijo del amo. Tampoco era el
disciplinamiento del hermano cristiano. La pedagogía moderna fabricó un tipo de sujeto
dócil, introdujo las prácticas de encauzamiento de la conducta y moralizó higienizando
el cuerpo del plebeyo. En el primer caso, esta condición se desvanece en la
modernidad pedagógica pues el pedagogo deviene una condición de métodos,
técnicas, dispositivos. En el segundo caso, a este sujeto se le nombrará preceptor o
instructor, sujetos cuya función consistía en moralizar en un espacio definido por el
naciente Estado-nación y al que no cesamos de llamar escuela, lugar de construcción
de la nación. Allí enseñaban las técnicas del leer, contar, escribir, disposiciones y
prácticas requeridas en el ideal moderno y en función de la higienización del alma de la
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plebe. Los oficios requerían de un saber liberador cuya técnica encauzaba la mano, la
mente y el cuerpo. El saber es liberador en el espíritu del ideal moderno y esto porque
la modernidad se opone, lucha, enfrenta a la superstición, la hechicería y el dogma. El
saber liberador no era otro que el poder de la ciencia y fue allí donde se dio inicio al
sofisticado conjunto de métodos para enseñar y aprender. En todo, la pedagogía
moderna está organizada sobre la base de la libertad y su realización no tiene otro
espacio que el de la escuela. En efecto, la escuela moderna se inspira en la libertad
ilustrada ya sea para salvar a los más desheredados de la humanidad, ya sea para
forjar en ellos una esperanza que encierra. En cualquier caso, la pedagogía moderna
hizo de la libertad su más sofisticado discurso y de allí se desprenden las más sutiles
prácticas. Los pedagogos modernos supieron aterrizar este potente discurso e hicieron
de él el más fino ejercicio del detalle. El cuerpo, la mente, la mano fueron su más
valioso objeto. Además, el poder liberador de la modernidad pedagógica encontró en la
autonomía el más preciado aliado. Que los plebeyos aprendan a pensar, contar,
escribir; en otras palabras que sean moralizados e higienizados pues en “la oscuridad
de la plebe” se anidaba el anti-progreso. Lo moderno es progreso y esto marca de
entrada la encrucijada de una forma de libertad y unos métodos de subjetivación. El
hombre moderno no puede concebirse por fuera de los límites de su libertad ni de su
autonomía, siempre se requiere que sea activo. El ideal moderno se desplaza hacia la
pedagogía para hacer de ella el espacio de posibilidad del hombre y de un tipo
egocéntrico de educación. El concepto de activo inaugura, así, el poder de un discurso
centrado en los aprendizajes, pues aprender es ser moderno, insta al progreso y
vaticina un mejor vivir. En síntesis, la pedagogía moderna encierra tres grandes
elementos: saber, yo, mundo. Toda relación con el saber es fuente de apertura al
mundo y de encuentro con los otros; toda relación con el saber nos conduce al seno de
nuestro propio existir. Toda relación con el saber es: relación con el mundo, los otros y
con-sigo mismo (Charlot, 1997). Toda relación con el saber es un asunto de libertad y
de autonomía; conceptos inspiradores de la pedagogía moderna.
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El Estado Educador
PEDAGOGÍA:
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PEDAGOGÍA MODERNA:
Escuela tradicional:
Escuela nueva:
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métodos pedagógicos presentes y nace una nueva pedagogía, la pedagogía tecnicista
que tiene sus raíces en el mantenimiento utilitarista
dela educación, surge en paralelo con el taylorista de la empresa. Aquí la organización
racional de los medios (planteamiento) queda a cargo de especialistas habilitados,
neutros, objetivos e imparciales. En la educación física el progreso pierde toda reflexión
pedagógica, se cae en un reduccionismo en donde se busca un fin de carácter técnico
instrumental. Los objetivos son parciales y depurados, se menosprecia la formación
integral, la participación subjetiva. Se verifican los resultados observables y se valoran
las conductas aprendidas. Esta pedagogía tecnicista no funcionó ya que al intentar
transferir a la escuela el funcionamiento del sistema fabril se perdió de vista la
especialidad de la educación. Como dice Nassif, la educación como proceso dinámico y
dialéctico tiene una dualidad respecto a su funcionalidad: Existen 2 funciones generales
que son de conservación (reproducción) y de renovación (transformación), de la vida
socio cultural y del hombre agente de esa vida. Ambas funciones están dentro de la
educación como una tesis y anti tesis, en una sociedad existen ambas, donde chocan
fuerzas que se interesan más por unas que por otras.
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Teorías crítico – propositivas:
“En el templo del saber no sólo entra el espíritu. Aprendiendo a poner el cuerpo”:
Educación escolar:
Es eminentemente intelectual o mental y lleva a una educación del cuerpo donde los
procesos y contextos en que tanto el cuerpo como la educación emergen como
preocupaciones o problemas privados (cada individuo y su familia) o públicos (estado,
ciencia y escuela).
La escuela se diseña viendo a la masa infantil que debe ser socializada. El niño es
heterónomo y moldeado por la escuela. La escuela moderna controla, modela y orienta
el cuerpo infantil, también moraliza y civiliza al niño. Hay un control del cuerpo popular
con el fin de convertirlos en trabajadores y ciudadanos.
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Aprendizajes no explícitos. El cuerpo es el lado no atendido por la escuela y afectado a
las prácticas que en ella se llevan a cabo. La escuela se ocupa de aprendizajes
intelectuales. El cuerpo vivo y presente queda fuera de consideración. La educación del
cuerpo consiste en una educación del niño en donde se atiende tanto su cuerpo como
su alma, en toda la sociedad durante el siglo XIX.
No se pretende recorrer todas y cada una de las corrientes y áreas de investigación que
desde el campo de la psicología y de la pedagogía han configurado, con el perfil que
tiene en la actualidad, la Educación Infantil. Analizaremos sólo las que, por su especial
relevancia y surgidas de un inmediato pasado, configuran el presente de la Educación
Infantil, y su posible desarrollo futuro.
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pedagogía experimental dotada de una visión práctica. Eso permitirá diseñar técnicas
materiales-métodos para ajustar la enseñanza a las diferentes capacidades, edades y
ritmos de los niños.
CORRIENTES PEDAGOGICAS:
1. El "Kindergarten" de Froebel
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Los fundamentos de su obra hay que buscarlos en las corrientes pedagógicas
derivadas de autores como Pestalozzi y Rousseau (Pedagogía Natural)
Los supuestos del método de Froebel se basan en estos principios:
Educación de los valores: Froebel tuvo una gran preocupación por el desarrollo moral,
no sólo intelectual, de los niños. La educación de los valores se realiza, principalmente
a través del juego, ya que en esos momentos el educador puede regular y formar en las
actitudes positivas necesarias par a las experiencias de la vida.
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manipulativa del niño.
2. El Sistema Bradford
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4. La "Casa dei bambini" de María Montessori
El paidocentrismo: Supone concebir al niño como eje de todo proceso educativo. Para
Montessori el niño es un ser cualitativamente distinto del adulto, con leyes propias que
rigen su desarrollo intelectual y afectivo.
La autoeducación: la educación infantil es concebida por Montessori como un proceso
de autoeducación, es decir, como un proceso espontáneo del desarrollo del alma
infantil. Para ello, es esencial crear el ambiente idóneo, libre de obstáculos y dotado de
los materiales apropiados. Desde esta perspectiva el educador cumple una función
facilitadora y estimuladora de la propia actividad infantil.
Respeto al desarrollo infantil: Montessori concibe la educación como desarrollo más
que como adaptación.
El niño está lleno de posibilidades que precisan ser actualizadas. Educar será, pues,
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permitir ese desarrollo y el crecimiento individual.
Eso requiere por parte del educador un conocimiento profundo de las claves biológicas
y psicológicas que rigen el desarrollo infantil. El protagonista es el niño, pero el
educador es quien potencia el crecimiento y las relaciones sociales dentro de un clima
de respeto y libertad hacia la naturaleza del niño y su forma de ser, sentir y pensar.
5. El "Método Decroly
"Bajo el lema “école pour la vie et par la vie" el médico belga Ovide Decroly (1871-
1932), Decroly, uno de los impulsores de la Escuela Nueva, introduce y perfila su teoría
sobre la "globalización" y los "centros de interés". Gran pragmático de la educación,
parte de los principios educativos obtenidos a través de su trabajo con niños
deficientes. Su enorme mérito fue haber demostrado que la globalización es un
fenómeno esencial no sólo en la percepción sino también en el funcionamiento
intelectual infantil y haber llevado dichas conclusiones al campo de la didáctica y de la
organización escolar.
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La acción educativa se inspira, para Decroly, en dos principios elementales:
Principio de globalización: principio psicológico que explica el procedimiento de la
actividad mental del niño. Para Decroly, las funciones intelectuales en el niño actúan
según un esquema de globalización. Bajo este principio, tanto la percepción como el
resto de las funciones mentales, operan no de manera analítica sino sintética, es decir,
actúan en base a elementos completos y no a partes.
El procedimiento mental actúa, en un primer estadio, como una percepción sincrética,
confusa o indiferenciada de la realidad para, posteriormente, pasar, en un segundo
estadio, a un análisis de los componentes o partes, y concluir finalmente, en un tercer
estadio, con una síntesis. Este principio tiene unas claras consecuencias didácticas ya
que, es necesario aplicar en la enseñanza aquellos métodos acordes con la psicología
y la forma de percepción del niño.
1. La corriente psicoanalítica
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interacciones y vivencias que recibe el niño y no en la cantidad de las mismas.
Para Karen Horney, la infancia es la época más significativa de la vida del ser humano,
ya que al ser la personalidad algo dinámico, su conformación y su adecuación al
principio de realidad es esencial en esta etapa.
2. La psicología de la Gestalt
A este movimiento psicológico se debe una de las aportaciones más interesantes que
fundamenta el principio de globalización. Fue Max Wertheimer quien, rechazando la
teoría asociacionista de corte tradicional, afirmaba que nuestro pensamiento está
constituido por "percepciones totales significativas" y no colecciones de imágenes
asociadas. En el proceso de percepción, decía, se capta la imagen como un todo
significativo. Sólo a través de un análisis artificioso e irreal, podremos descomponer
esta totalidad significativa en elementos aislados.
Así, por ejemplo, un cuadrado no es más que el conjunto formado por cuatro trazos,
que pueden ser analizados, como tales, por separado. Sin embargo, para un gestaltista
estos cuatro trazos en una disposición determinada forman un cuadrado y en otras
muchas no.
Por tanto, la cuadrangularidad no depende tanto de los trazos en sí, cuanto de su
disposición y de la percepción que de esa disposición hace nuestra mente. Esta
escuela, que empezó estudiando fenómenos perceptivos, fue, poco a poco, ampliando
su campo de estudios a otras áreas como el pensamiento y el aprendizaje.
Todos los teóricos del movimiento (Wertheimer, Kohler, Kofka, etc.) hicieron hincapié en
la importancia de los sistemas totales. Sistemas en los cuales las partes se hallaban
dinámicamente relacionados, de modo tal que el todo era más que la suma de las
partes que lo componían. Wertheimer aplicó la palabra "Gestalt" para designar estas
totalidades dinámicas, y Psicología de la Gestalt al movimiento que inició.
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ningún momento aportar soluciones prácticas a problemas pedagógicos; antes bien su
intención era la de dar respuesta a determinadas cuestiones de tipo teórico sobre la
génesis de los procesos cognitivos. La teoría piagetiana no es, por tanto, una teoría de
la educación, sino simplemente una corriente psicológica que tiene implicaciones
educativas.
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potencial, determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un
adulto o en colaboración de otro compañero más capaz".
Con esto se viene a indicar que en el individuo existe un nivel de desarrollo potencial
(desarrollo al que podrá llegar en función de los recursos puestos a su disposición), y
un nivel de desarrollo efectivo, o nivel evolutivo real (lo que realmente es capaz de
hacer con su capacidad personal).La Zona de Desarrollo Próximo sería la distancia
entre ambos niveles de desarrollo, que se sitúan entre lo que es capaz de realizar el
niño por sí mismo, y aquello que sólo lograría aprender con el apoyo y ayuda de otras
personas.
Sus teorías concuerdan con los enfoques actuales que consideran los procesos
educativos como procesos compartidos adulto-niño o entre iguales. Las personas que
rodean al niño no son sujetos pasivos en su desarrollo, sino que contribuyen a facilitar,
dar sentido y significación a la experiencia infantil. Esta dimensión social del
aprendizaje ha sido puesta de manifiesto también por autores como Bruner y Feuerstein
destacando los procesos de mediación social como facilitadores de la asimilación y
estructuración de conceptos, procedimientos y, sobre todo, actitudes.
Maduración y aprendizaje son dos procesos distintos pero relacionados, y ambos
necesarios para el desarrollo infantil
Entre esta propuesta, por sus implicaciones educativas, se pueden destacar:
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cada una adquisiciones específicas. Posteriormente Piaget reconocerá que, si bien el
orden es invariable, el momento de acceso y la duración pueden variar en cada niño
dependiendo de factores personales y socio ambientales.
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Con esto se viene a indicar que en el individuo existe un nivel de desarrollo potencial
(desarrollo al que podrá llegar en función de los recursos puestos a su disposición), y
un nivel de desarrollo efectivo, o nivel evolutivo real (lo que realmente es capaz de
hacer con su capacidad personal) La Zona de Desarrollo Próximo sería la distancia
entre ambos niveles de desarrollo, que se sitúan entre lo que es capaz de realizar el
niño por sí mismo, y aquello que sólo lograría aprender con el apoyo y ayuda de otras
personas.
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sujeto. Igualmente, los andamios puestos por el profesor serán mayores cuanto menos
dotado sea el alumno, o cuanto menores sean sus posibilidades de aprendizaje.
"El factor más importante que influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe.
Averígüese esto y enséñese en consecuencia" .Ausubel, profesor de Enseñanzas
Medias, pone en cuestión, a mediados de los años 60, el concepto de aprendizaje por
"descubrimiento" preconizado por los defensores de las teorías
piagetianas. Básicamente, lo que en ellas se venía a indicar era el hecho de que los
contenidos carecían de importancia en el aprendizaje y que lo que importaba era el
método de enseñanza, que debe promover el aprendizaje por descubrimiento.
A partir de su experiencia docente, pone de relieve la importancia de los métodos de
recepción en el proceso de aprendizaje: cuando él explicaba conceptos a sus alumnos
éstos los aprendían. Por tanto sí se daba un aprendizaje por recepción y no,
únicamente, por descubrimiento, como afirmaba Piaget ("Todo cuanto enseñamos a un
niño impedimos que lo descubra").La cuestión clave no residía, según Ausubel, en si la
educación escolar debía conceder más importancia a los contenidos que a los
procesos, (ya que ambos tienen igual prioridad) sino en asegurar la realización de
aprendizajes significativos.
La distinción entre aprendizaje significativo y aprendizaje repetitivo, acuñada por
Ausubel, facilita la clave del problema:
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realidad y la integra en una estructura global de conocimiento. Luego, el desarrollo
personal de un alumno será mayor cuantos más significados se le ayude a construir.
8. Novak
Retoma las teorías de Ausubel y afirma que para que el aprendizaje sea significativo
deben darse dos condiciones:· Que el contenido de aprendizaje sea potencialmente
significativo lógica y psicológicamente. Es decir, estructurado, claro, adecuado al
desarrollo del niño...· Que el alumno tenga una actitud favorable para aprender
significativamente.
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aunque estos mismos autores y sus teorías, discrepen entre sí en muchos de sus
aspectos.
Ninguno de ellos proporciona por sí solo una visión integral y suficientemente
satisfactoria del aprendizaje y del desarrollo humano, tal y como, complementaria e
inseparablemente, lo hacen el conjunto de sus teorías. Esto es lo decisivo del actual
planteamiento ya que, evitando la adscripción a una explicación teórica determinada,
aboga por la superación de confrontaciones estériles entre partidarios de unas y otras,
para integrar todas en un proyecto que adopta múltiples vertientes dentro de la misma
concepción.
La dimensión afectiva de los niños y niñas.
Este interés por el desarrollo de esta dimensión, heredero de las teorías psicoanalíticas,
subordina, más que en cualquier otra etapa, el desarrollo de los procesos cognitivos y
los logros escolares, al desarrollo y atención de las demandas afectivas.
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profesionales de la Educación Infantil.
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CORRIENTES PEDAGOGICAS CONTEMPORANEA
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Estas corrientes constituyen los discursos actuales, aquí y ahora, sobre el problema de
la formación del hombre, objeto central de la acción pedagógica. La formación, según la
perspectiva de Flórez (1994), "es el proceso de humanización que va caracterizando el
desarrollo individual, según las propias posibilidades; la formación es la misión de la
educación y de la enseñanza, facilitar la realización personal, cualificar lo que cada uno
tiene de humano y personal, potenciarse como ser racional, autónomo y solidario" (p.
108).
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educación fue nuevamente considerada esperanza de paz. Pese a que sus orígenes
son más remotos, el movimiento encontró su mayor auge en tiempos bélicos, por lo que
su ánimo renovador de la enseñanza es característico, además de fundamentar gran
parte de sus planteamientos en la psicología del desarrollo infantil. Para algunos
estudiosos llegó a ser como una revolución copernicana en la educación. En la opinión
de Ferriere (1982) los pedagogos de la escuela nueva fueron poseídos por un ardiente
deseo de paz y volvieron a ver en la educación el medio más idóneo para fomentar la
comprensión entre los hombres y entre las naciones, la solidaridad humana; desarrollar
el amor fraternal sin importar diferencias de nacionalidad, de tipo étnico o cultural; que
el impulso de vida se impusiera por fin sobre el instinto de muerte; que se pudieran
resolver de manera pacífica los conflictos entre las naciones y entre los grupos sociales.
De esta manera, la nueva educación tendría que ser capaz de formar a los individuos
para la paz, la comprensión y la solidaridad.
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pertenecientes al movimiento, existen correspondencias significativas entre ellos. Entre
los representantes más destacados de esta nueva corriente pedagógica se encuentran:
Rousseau, Pestalozzi, Tolstoi, Dewey, Montessori, Ferrieri, Cousinet, Freinet, Piaget.
Claparede y Decroly (Palacios, 1999).
Respecto a la pedagogía liberadora resulta una obligación ineludible comentar que fue
en los años setenta cuando el pedagogo Paulo Freire, marco un avance cualitativo en
las ciencias de la educación al proponer una nueva mirada sobre cómo trabaja la
cultura dominante para legitimar ciertas relaciones sociales. La propuesta liberadora
parte de una mirada dialéctica de la cultura, según la cuál, ésta no solo contiene una
forma de dominación, sino además las bases para que los oprimidos puedan interpretar
la realidad y transformarla según sus propios intereses. Los fundamentos de su
propuesta pedagógica se basan en que el proceso educativo ha de estar centrado en el
entorno de los alumnos. Freire supone que los educandos tienen que entender su
propia realidad como parte de su actividad de aprendizaje. Ese “sistema” le valió el
exilio en 1964, tras haber pasado setenta y cinco días en prisión, acusado de ser un
revolucionario y un ignorante. Su publicación más conocida; Pedagogía del oprimido
(1999), está dedicada a los que trabajan la tierra y a los que se identifican con los
pobres, sufren con ellos y luchan por ellos.
Para tales fines, Freire (1999) tuvo que recurrir a ciertas nociones básicas y hasta
entonces escasamente utilizadas en el lenguaje de la pedagogía, como es el caso del
poder, la deshumanización, concientización, ideología, emancipación, oprimido,
opresor, dialogicidad. antidialogicidad, concepción bancaria de la educación, educación
problematizadora, radicalización, sociedad cerrada, sociedad en transición,
democratización, conciencia intransitiva, conciencia ingenua o mágica, conciencia
crítica, educación liberadora, alfabetización y otros muchos que han contribuido a
criticar los mecanismos más usualmente utilizados en política de alfabetización, en
tanto reducen los procesos de lectura, escritura y pensamiento a meras técnicas
alienantes que no solo ignoran la cultura del oprimido, sino que además contribuyen a
fortalecer las ideologías dominantes. En tal sentido, numerosas experiencias populares
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de educación en todo el mundo han basado su método en los aportes de Freire. De
todos los términos mencionados anteriormente valdría la pena recuperar al menos
cuatro de su principal obra: Pedagogía del oprimido (1999), que orientan y clarifican el
análisis de la corriente pedagógica liberadora de Freire que, sin duda, se constituye
como entre los últimos pedagogos que han analizado la problemática educativa desde
un punto de vista integral. Estos conceptos son:
En el período en que Freire escribe, contempla los traumas y dificultades por los que
atraviesa la gran mayoría de los campesinos del norte de Brasil, producto de una
educación alienante que lleva al pueblo a vivir su condición de miseria y explotación con
una gran pasividad y silencio. El pueblo pobre es tratado como ignorante y es
convencido de ello, lo que produce y explica la pasividad con que se soporta la
situación de esclavitud en que se vive. Ante esta realidad, Freire plantea que el hombre
debe ser partícipe de la transformación del mundo por medio de una nueva educación
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que le ayude a ser crítico de su realidad y lo lleve a valorar su vivencia como algo lleno
de valor real. La educación de los colonizadores pretendía mostrar a los aborígenes la
indignidad de su cultura y la necesidad de aplicar un sistema educativo cultural ajeno
que mantuviera esta situación de explotación e indignidad humana. Quizás el punto
más álgido y de despegue de la propuesta de Freire se genera cuando busca hacer
efectiva una aspiración nacional que se encuentra presente en todos los discursos
políticos del Brasil desde 1920: la alfabetización del pueblo brasileño y la ampliación
democrática de la participación popular
La obra de Paulo Freire surge, como toma de conciencia de las fuerzas socioculturales
de su época y como intento explícito por indagar, desde el campo pedagógico, sobre
las causas que frenaban la transformación de su sociedad. Freire (1999) partía de un
presupuesto fundamental: “No pienso auténticamente si los otros tampoco piensan.
Simplemente, no puedo pensar por los otros ni para los otros, ni sin los otros. La
investigación del pensar del pueblo no puede ser hecha sin el pueblo, sino con él, como
sujeto de su pensar” (p. 120). Al centrar su atención en los sistemas educativos,
descubre que el elemento común que los caracteriza es que se trata de “una educación
para la domesticación”. Es decir, el educando no es el sujeto de su educación. La
caracterización que logra Freire (1998) de los sistemas de educación de su época
suena por desgracia todavía muy familiar en nuestros días: “La educación se torna un
acto de depositar, en que los educandos son depositarios y el educador el depositante.
En lugar de comunicarse, el educador hace comunicados y depósitos que los
educandos, meras incidencias u objetos, reciben pacientemente, memorizan y repiten.
He ahí la concepción bancaria de la educación, en la que el único margen de acción
que se ofrece a los educandos es el de recibir los depósitos, guardarlos y archivarlos”
(p. 63).
Finalmente, en esta corriente pedagógica se hace patente la deuda que tenemos con
Freire en el sentido de haber concebido y experimentado un sistema de educación, así
como una filosofía educativa, que se centró en las posibilidades humanas de
creatividad y libertad en medio de estructuras político-económicas y culturales
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opresivas. Su objetivo es descubrir y aplicar soluciones liberadoras por medio de la
interacción y la transformación social, gracias al proceso de “concientización”.
El desarrollo de la tecnología creó otro pilar de apoyo a las nuevas teorías cognitivas.
La computadora creó un asombroso modelo de funcionamiento mental que
eventualmente habría de ser rechazado en las teorías socios históricos. En efecto la
computadora podía recibir y organizar información, operar con ella, transformarla y
hasta resolver cierto tipo de problemas. Esto era para muchos el principio del estudio de
la cognición humana teniendo un modelo concreto que solo necesitaba ser mejorado en
sus capacidades y funciones para lograr una fiel replica del aprendizaje humano. Los
inicios del cognitivismo como corriente pedagógica contemporánea pueden situarse en
los trabajos de Jean Piaget (En Ginsburg, 1977) quién propuso una teoría racionalista
frente a las tesis empiristas de la tabula rasa. En otras palabras, el conocimiento era
una interpretación activa de los datos de la experiencia por medio de unas estructuras o
esquemas previos. El diluvio de ideas nuevas continuó desatándose gracias a las
capacidades analíticas de otra gran figura intelectual del siglo XX, Noam Chomsky
(1975). Como lingüista, Chomsky trato de entender el aprendizaje de una lengua en
términos de los postulados conductistas y se encontró continuamente con
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contradicciones teóricas. En sus propias palabras Chomsky (1975, p. 30) explica esto
con precisión:
Al mismo tiempo que Chomsky lanzaba sus devastadoras críticas al conductismo como
Lingüista, Bruner (1960) tomaba una posición igualmente crítica como psicólogo con
estudios que directamente aplicaban a la educación. Su pregunta clave fue siempre qué
clase de representación de un problema hace una persona cuando resuelve problemas
y cuáles son las diferencias representacionales entre un experto y un aprendiz. Su
conclusión más importante fue que la resolución de problemas en la mente humana era
simulación y prueba de hipótesis que permitieran alcanzar ciertas metas. En términos
fundamentales no había diferencia entre la resolución de problemas de una rata en un
laberinto y un humano en el laboratorio. Los dos lograban sus metas por medio del
método de prueba y error. La diferencia con los conductistas era que el comportamiento
externo de la rata era llevado al cabo internamente en el pensamiento del científico.
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Las implicaciones educativas del cognitivismo son impactantes, particularmente en
cuanto a sus aplicaciones inmediatas en el aula escolar, en la solución de problemas,
en los procesos de meta cognición, en el pensamiento creativo, en cuanto a los estilos y
dimensiones de aprendizaje, en los diseños instruccionales, en el planteamiento de
“escuelas inteligentes”, en la aparición de los nuevos enfoques para enseñar a pensar y
en el desarrollo de habilidades de pensamiento entre otros muchos aportes, lo cual deja
claro que la corriente cognitiva está lejos de ser un cuerpo de conocimientos terminado
y completo. Por ser una área de conocimiento relativamente nueva, día con día se
siguen generando avances sobre el pensamiento humano a través del uso del método
experimental.
Recientemente hemos estado observando cómo un vocablo aparece, cada vez con más
frecuencia en el discurso de los educadores. Esta corriente pedagógica contemporánea
denominada "constructivismo", es ofrecida como "un nuevo paradigma educativo”. La
idea subyacente de manera muy sintética, es que, ahora, el estudiante no es visto como
un ente pasivo sino, al contrario, como un ente activo, responsable de su propio
aprendizaje, el cual él debe construir por sí mismo. En la actualidad, existe la creencia,
en muchos profesores, de que el modelo constructivista es la panacea para los
problemas de la educación.
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de lo que el alumno ya sabe y de ahí crea simplemente aprendizaje reproductivo en los
educandos y los priva del uso completo de su capacidad cognitiva más importante;
aquella de transformar su propio conocimiento.
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misterio que rodeaba a todo maestro como '”bastión de la verdad”, “mensajero de la
idea” o '”veneros de verdad”. El constructivismo parece decir a los maestros todo lo
opuesto: En efecto este concepto está cambiando nuestra visión del proceso
enseñanza aprendizaje y no de manera sorpresiva desde un punto de vista histórico. El
constructivismo aparece como metáfora del conocimiento en un mundo donde la
explosión del conocimiento rebasa con mucho la capacidad del cerebro humano. El
maestro tiene que humildemente tomar su lugar de sargento en la batalla del
conocimiento y dejar vacío el lugar del general. Hombro con hombro hay que ir con los
alumnos al campo de batalla y humildemente reconocer que el docente está expuesto a
los mismos peligros que los alumnos en el campo del error, la diferencia es que, como
todo sargento, simplemente ha peleado mas batallas.
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Freire, Piaget y Vygotsky, las cuales fervientes y metódicas se adhieren con
determinación al concepto. El constructivismo parece ser la culminación de una serie
de ideas pedagógicas muy anheladas que se han presentado en la historia de la
humanidad y que, con apoyo de la filosofía y los desarrollos de la psicología cognitiva,
le han dado un estatus incomparable en la vida profesional de millones de maestros.
Este acuerdo de pensamientos, ya que no es realmente un acuerdo en la práctica,
alrededor de un concepto educativo es un fenómeno sin precedentes en la historia de
nuestra profesión de maestros.
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consistentemente obtenían puntajes bajos en exámenes de inteligencia, hasta que un
psicólogo negro elaboró un examen de inteligencia culturalmente sesgado con
expresiones particulares de la cultura negra, y demostró que en estos exámenes la
población anglo-sajona era la que consistentemente obtenía puntajes bajos. En las
batallas teóricas desarrolladas en este siglo entre las corrientes pedagógicas
contemporáneas, podemos decir que el cognitivismo rechazó al conductismo
porque negaba la posibilidad del pensamiento constructivista y auto regulado. La teoría
Socio-Histórica no rechazó al cognitivismo sino que lo incorporó dentro de ella y lanzó
devastadoras críticas en sus limitaciones. Este fue un paso decisivo en la historia de la
pedagogía.
Todo esto queda encapsulado en otra célebre frase de Vygotsky (1978): “a través de
otros llegamos a ser nosotros mismos.” Otra contribución importante de Vygotsky en el
desarrollo de esta corriente pedagógica fue el estudio de la zona de desarrollo próximo,
a la cual Vygotsky (1980) definió de esta manera:
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que aún no han madurado pero están en el proceso de maduración; funciones que
madurarán mañana pero se encuentran en estado embrionario en el presente. Estas
funciones puede decirse que son capullos o flores... más todavía no los frutos.” (p.86).
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